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CONTADORES PÚBLICOS: PARA DECIR SIEMPRE LA

VERDAD
Una estrofa del himno al contador público me produce una reflexión sobre el ejercicio
profesional: “Aquí los contadores públicos están, poniendo en la balanza a todos por
igual, buscando el equilibrio justo y real diciendo siempre la verdad”.

En un mundo globalizado en el que el IASB busca la armonización contable en los países,


habiendo logrado que más de 100 adopten las NIIF, en algunos solo para empresas que
listan sus valores en el mercado de capitales, oficializando normas nacionales para las
demás -Colombia, Argentina y Ecuador entre otros-, es importante reflexionar sobre la
estrofa mencionada, más si en el caso nuestro desde hace años solo se habla y escribe
sobre NIIF y no hay debate de otros aspectos de la información contable para satisfacer
el interés de sus usuarios.

De la estrofa citada surgen muchas interrogantes: ¿Los contadores públicos dicen la


verdad en los estados financieros? ¿Tienen en cuenta que los intereses de los usuarios no
son homogéneos? ¿Hay una sola verdad contable? ¿Una sola información contable puede
ser útil para todos los usuarios? ¿Son los estados financieros la única información
financiera que preparan los contadores públicos? ¿Las NIIF permiten producción
científica de los profesionales de la contabilidad para aplicarse en el quehacer contable?
¿La contabilidad se reduce a la aplicación de normas oficializadas por el IASB? ¿Las
NIIF son necesarias para las asociaciones sin fines de lucro?

No es posible en un solo artículo absolver todas estas interrogantes, pero me centraré en


lo que a mi juicio debe generar una discusión en la comunidad contable del Perú. La
contabilidad como ciencia debe estar en continua investigación. La observación de la
realidad problemática en el campo de la contabilidad es la primera tarea del investigador,
la segunda es revisar el conocimiento existente para resolver los problemas actuales, y la
tercera proponer nuevos conocimientos para resolver problemas nuevos que el mundo
globalizado nos plantea.

La investigación debe tener como punto de partida el propósito de la ciencia contable,


definida como la ciencia de la información financiera que cumple una función relevante
para la toma de decisiones de los usuarios según sus intereses. Aquí radica el significado
de la verdad contable, que no es absoluta pero satisface las necesidades de los usuarios
de la información.
Poner en la balanza a todos por igual
El autor del himno se refirió a los usuarios de la información contable (denominada
información financiera), que incluye a los estados financieros y a aquella que requieren
directorios y gerencias para evaluar la gestión y tomar decisiones que garanticen las metas
de crecimiento y desarrollo empresarial. A esta última información se le conoce como la
contabilidad gerencial que ha venido desarrollándose en otras profesiones como la
Administración de Empresas, Ingeniería Industrial, Ingeniería Comercial, etc., y que en
el nivel empresarial se piensa que no es competencia de la Contabilidad.

De acuerdo con las NIIF, los usuarios de los estados financieros son los accionistas, los
prestamistas y los acreedores. Así lo señala el párrafo 0B 2 del Marco Conceptual[1].
Esto significa que las NIIF no han sido pensadas para empresas que no se encuentran en
el mercado de capitales -Estado, trabajadores, clientes ni la sociedad en su conjunto. Para
ellos habría dos alternativas: preparar normas nacionales o dejar que los contadores
públicos diseñen sistemas contables que les permita preparar estados financieros con su
juicio profesional de acuerdo con el interés de los usuarios.
Necesidades de información de los usuarios que no requieren NIIF
Accionistas actuales

En 1998 entró en vigencia la Ley General de Sociedades y con el artículo 223° [2] se
dispuso que los estados financieros presentados a las Juntas de Accionistas o Socios deben
ser preparados de conformidad con los principios de contabilidad aceptados en el país.
Por su parte, el Consejo Normativo de Contabilidad precisó que en el Perú estos principios
son las NIC y luego las NIIF, un grave error debido a que las NIIF son convenciones que
cambian en el tiempo y los principios son permanentes porque constituyen fundamentos
del conocimiento científico.
Con el modelo del valor razonable (párrafo 9 de la NIIF 13[3]) los valores que se informan
deben estar sustentados en el precio que sería recibido por vender un activo o pagado por
transferir un pasivo en una transacción ordenada entre participantes del mercado en la
fecha de la medición. Esto significa que anualmente los valores de las cuentas del activo
y del pasivo pueden variar.
En la Junta Obligatoria Anual los accionistas aprueban los estados financieros y resuelven
sobre la aplicación de las utilidades si las hubiere. Así lo dispone el artículo 114° numeral
1 y 2 de la Ley General de Sociedades[4]. Es decir, pueden tomar acuerdos para
capitalizar, establecer reservas o distribuir utilidades. El problema es qué utilidades son
las que van a aplicar. Si son las utilidades razonablesse corre el riesgo de capitalizar un
resultado no existente, crear reservas con resultados no reales o acordar una distribución
de utilidades que no existen, generando serios problemas económicos y financieros a la
empresa.
Una alternativa de solución inmediata sería modificar los textos de la Ley General de
Sociedades relacionados con el tratamiento de los resultados del ejercicio. Con respecto
a la reserva legal, el artículo 229° prescribe que las sociedades anónimas deben detraer
como mínimo el 10% de la utilidad distribuiblede cada ejercicio después del impuesto a
la renta para ser destinado a crear una reserva legal hasta que alcance la quinta parte del
capital. Si el acuerdo es distribución de utilidades, el artículo 40° primer párrafo[5] y el
artículo 230° numeral 1 señalan que la distribución debe ser de las utilidades obtenidas[6].
Una interpretación sistemática con el artículo 223° nos lleva a entender que se trata de la
utilidad determinada en los estados financieros, particularmente el llamado Estado de
Resultado Integral preparado con NIIF.
Como están las cosas los contadores deberán explicar a los accionistas que la utilidad
obtenida reflejada en los estados financieros no es la real, porque contiene los efectos de
operaciones no realizadas que por razones del modelo contable del valor razonable
obligado por las NIIF se han tenido que registrar.

Este estado de cosas amerita pensar en la necesidad de modificar los artículos citados de
la Ley General de Sociedades o pensar en la necesidad de promover normas nacionales
de contabilidad para las empresas que no cotizan en Bolsa.

Trabajadores

De acuerdo con lo dispuesto por el Decreto Legislativo 892, las empresas que tienen más
de 20 trabajadores deben otorgarles un porcentaje de sus utilidades anuales, siendo la base
de cálculo la renta tributaria. En este caso, aparentemente no es relevante discutir las NIIF
y su relación con este derecho de los trabajadores. Sin embargo, debemos estar atentos a
la reacción de los trabajadores cuando observen que los resultados según los estados
financieros de las empresas preparados con el modelo contable del valor razonable resulte
mayor a la renta tributaria.

La relevancia de este tema está en la necesidad de revisar la normativa vigente, debido a


que la renta tributaria no es un valor real, por lo que no debe ser base de cálculo para la
participación de los trabajadores.

Entidades bancarias y el nuevo interés de los inversionistas empresariales


Actualmente las entidades bancarias para otorgar o renovar líneas de crédito solicitan a
las empresas su resultado antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones
-EBITDA (Earnings Before Interest, Taxes, Depreciation and Amortization), por sus
siglas en inglés-, que muestra lo que realmente la empresa está ganando o perdiendo, es
decir, sus ingresos, costos y gastos efectivos. Para los creadores de este estado, que no
fueron contadores públicos, los intereses constituyen la ganancia de los acreedores
financieros, las depreciaciones son cálculos por el desgaste de los bienes y las
amortizaciones la aplicación del consumo de los intangibles cuya recuperación
corresponderá a la gestión en el momento que ocurra.

Quienes diseñaron este estado lo consideran relevante para medir el desempeño operativo
de la empresa informando el resultado puro de una gestión y en él no intervienen en
absoluto las NIIF. Este resultado es también utilizado por los directores de la empresa
para evaluar la gestión gerencial.

Estados financieros de entidades sin fines de lucro

Las NIIF, como lo señala el párrafo OB 2 del marco conceptual, tienen como objetivo
preparar estados financieros de utilidad para accionistas, prestamistas y acreedores. Por
su parte el párrafo OB 3 expresa que las decisiones que tomen los inversores existentes o
potenciales depende de la rentabilidad que esperan obtener de una inversión, por lo tanto
no están pensadas para utilidad de las asociaciones sin fines de lucro porque en ellas no
hay inversión que espera rentabilidad.

He tenido la oportunidad de revisar los estados financieros de una importante asociación


cultural y deportiva con un movimiento económico significativo que no mostraban la
verdad de su situación financiera, y lo anecdótico fue que la sociedad de auditoría que los
dictaminó señaló que habían sido preparados de conformidad con las NIIF.

Estas asociaciones tienen como objeto la realización de actividades para las que fueron
constituidas, teniendo como financiamiento las cuotas de ingresos de los nuevos
asociados, las cotizaciones y el producto de los servicios individualizados que prestan. La
asociación referida tiene como política institucional destinar las cuotas de ingreso para
inversiones, las cotizaciones para el mantenimiento institucional y los servicios
(restaurante y academias deportivas) deben ser autofinanciados.

De acuerdo con sus políticas contables, las cuotas de ingreso se registran en cuentas de
resultados, pero un análisis exhaustivo del Estado de Resultado Integral indicó que los
servicios arrojaban pérdidas que eran cubiertas con las cuotas de ingresos, quedando un
saldo positivo, por lo que con este estado no se informaba la verdad contable.

Lo correcto es registrar la cuota de ingreso de los nuevos asociados directamente en una


cuenta de patrimonio para no distorsionar la información del Estado de Resultado Integral
que permita evaluar la gestión gerencial. El auditor explicó que por tratarse de un ingreso
ordinario, su registro correspondía a una cuenta de resultados conforme lo señala el
párrafo 7 de la NIC 18 al definir el concepto de ingreso de actividades ordinarias
como “la entrada bruta de beneficios económicos durante el periodo, surgidos en el curso
de actividades ordinarias de una entidad, siempre que tal entrada de lugar a un aumento
en el patrimonio que no esté relacionado con las aportaciones de los propietarios de ese
patrimonio.” En las asociaciones no hay propietarios de patrimonio.

De otro lado, como la cuota de ingreso se recibe al contado, la institución mostraba en la


cuenta Caja y Bancos una suma considerable que distorsionaba el activo corriente,
impidiendo un análisis financiero de la institución. La gerencia informaba que por cada
sol que la institución debía, tenía en el activo tres soles, lo cual era falso debido a que se
estaba considerando en el activo los fondos de las cuotas de ingreso cuyo destino
específico era inversión. Al retirar esos fondos del activo corriente, el capital de trabajo
resultaba negativo. Con los estados financieros preparados con NIIF no se estaba diciendo
la verdad a la institución, ya que las asociaciones sin fines de lucro deben preparar sus
estados financieros con el juicio profesional y las políticas contables propias de cada
institución.

Información contable y tributación

Mucho se discute sobre este tema y en eventos académicos se ha escuchado decir que
cada día se aleja más la contabilidad de la tributación.

Dos funciones principales de los contadores son el análisis de hechos empresariales para
procesarlos en los instrumentos contables denominados libros y registros y preparar
estados financieros, y el análisis de los mismos para ver si se encuentran subsumidos en
el ámbito de las leyes tributarias determinando las obligaciones que correspondan a las
empresas.

Los principales tributos nacionales son el Impuesto General a las Ventas y el Impuesto a
la Renta. Sobre el primero, la normativa tributaria dispone la obligación de llevar registros
tributarios para determinar el débito y el crédito fiscal, que se les ha denominado Registro
de Ventas y Registro de Compras, es decir la misma denominación de los registros
auxiliares de contabilidad pero con contenidos que incluyen anticipo de ventas y de
compras, gastos contables (retiros a título gratuito) y operaciones de compra que no
corresponden al mes. Las empresas deben incorporar en sus sistemas contables
verdaderos registros de ventas y de compras.

Con respecto al segundo, la normativa tributaria establece procedimientos para


determinar valores con la finalidad de obtener la renta imponible: los ingresos afectos, el
costo computable y los gastos deducibles. La mayoría de ellos se encuentra en el Estado
de Resultado Integral y otros se adicionan vía declaración jurada. Para algunos gastos se
requiere el registro contable (depreciaciones de muebles y provisiones para cobranza
dudosa), por lo que los demás gastos si no están contabilizados se pueden deducir vía
declaración jurada. En consecuencia la Ley del Impuesto a la Renta no obliga como
requisito formal que todos los gastos se encuentren en la contabilidad (artículo 57°). Solo
se requiere que se encuentren devengados en el ejercicio gravable.

¿Cuál debe ser entonces la relación de la contabilidad con la tributación para evitar que
los operadores del derecho sustenten sus interpretaciones tributarias en algunas NIIF?
Simplemente que se incorporen en la legislación las normas contables que el legislador
considere racionales para determinar la renta imponible. Mi propuesta es que se
incorporen los párrafos que se estimen pertinentes de las NIC 2, 16, 18, 21, 23 y 38,
definiendo el concepto del devengado para el reconocimiento de los ingresos y los gastos
en el ejercicio gravable.

Reflexión final

Los contadores del Perú y otros países latinoamericanos deben pensar en el valor de la
contabilidad como ciencia de la información financiera, lo que permitirá investigar la
realidad problemática en su campo de acción y crear el conocimiento necesario para
satisfacer las necesidades de los usuarios de la información.

Si la universidad peruana se propone cumplir su compromiso con el avance de la ciencia


contable, debe reestructurar sus planes de estudios para preparar investigadores
científicos que reflexionen y provean a la comunidad empresarial una ciencia promotora
del crecimiento económico y el desarrollo social del país. De esta forma podremos cantar
con orgullo que cumplimos nuestra misión de brindar datos a los usuarios de la
información contable diciendo siempre la verdad.

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