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1 Partículas e interacciones: Una panorámica

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2 Campos bosónicos

2
3 Campos fermiónicos

3
4 Colisiones y desintegraciones

4
5 Simetrías discretas

5
6 Hadrones e isospín

Los seis leptones conocidos y sus conjugados de carga encajan de manera natural en un patrón
sencillo de clasificación que sugiere una simetría subyacente que puede conducir finalmente al
desvelamiento de sus leyes dinámicas. Por el contrario, la situación es enormemente compleja con
los hadrones debido a su mayor número y diversidad. Sin embargo, existen semejanzas y relaciones
entre mesones y bariones, que gradualmente han salido a la luz mediante esfuerzos experimentales y
teóricos. Los experimentos llevados a cabo y las ideas extendidas durante un efervescente período
de más de trinta años – aproximadamente desde 1932, cuando Werner Heisenberg introdujo el
concepto de isospín, hasta principios de los años 60, cuando Murray Gell-Mann y Yuval Ne’eman
propusieron la noción de vía del octeto – han contribuido significativamente a moldear nuestra
actual visión de las partículas y sus interacciones. Éstos forman el asunto central del presente y
siguientes capítulos.
En este capítulo introducimos el concepto de isospín y mostramos cómo se usa en teorías
de campos cuánticos, especialmente en situaciones que involucran nucleones y piones. Definimos
también la G-paridad para hadrones ‘sin sabor’ y la hipercarga para partículas extrañas. El isospín
se conserva en las interacciones fuertes, pero no en las interacciones electromagnética y débil.
Discutimos brevemente cómo y dónde se viola la simetría; el ‘por qué’ deberá encontrarse en un
futuro modelo de interacciones.

6.1 Simetría de carga e independencia de carga

Existe amplia evidencia de la simetría de carga en la física de las interacciones fuertes. Este
principio afirma que, dejando aparte los efectos electromagnético y débil, mesones y bariones se
comportan exactamente igual que sus contrapartidas simétricas de carga. Como ejemplos de la
manifestación de la simetría de carga, tenemos la casi igualdad de las masas del protón y el neutrón
y la pequeña diferencia en las energías de enlace nuclear de 3 H y 3 He (de 0,8 MeV sobre 8 MeV);
también podemos señalar que los espectros en los núcleos espejo (tales como 7 Li y 7 Be, o 11 B
y 11 C) muestran niveles de idénticos momentos angulares y paridades, aproximadamente a las
mismas energías relativas. Estas regularidades deben reflejar cierto tipo de simetría – la simetría
de los sistemas nucleares bajo intercambio de protones y neutrones, lo que implica necesariamente
la igualdad de las fuerzas nucleares neutrón-neutrón y protón-protón.
Algo más notable aún: la hipótesis más fuerte de la independencia de carga también parece
ser generalmente válida, siempre que puedan de nuevo despreciarse los efectos electromagnético
y débil. En particular, se espera que las fuerzas nucleares, en cualesquiera pares de neutrones y
protones, en los mismos estados de momento angular orbital y espín, sean iguales. La evidencia
de esto puede encontrarse al comparar estados semejantes (isóbaros) en ciertos grupos de núcleos,
tales como 14 C, 14 N y 14 O, o 21 F, 21 Ne, 21 Na y 21 Mg , en que los núcleos difieren entre sí sólo en
sus últimos dos o tres neutrones o protones, y de aquí en la presencia de diferentes interacciones
de pares, nn, pp o pn. A esto se añade la casi igualdad de las masas de ciertos mesones e hiperones,
como se muestra en la tabla 6.1, así como de la excelente concordancia entre las medidas y los
cálculos de las tasas relativas de producción de piones neutros y cargados a partir de las colisiones

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de protones contra deuterones.
Tabla 6.1. Comparación de las masas de algunos mesones y bariones

Diferencia de masa ∆a M (promedio)a ∆/M


π± − π0 4,59 137 0,033
K0 − K± 4,02 495 0,008
Σ− − Σ+ 8,07 1193 0,007
Σ− − Σ0 4,59 1193 0,004
a
En M eV /c2 .

La simetría de carga de un sistema nuclear significa que las propiedades físicas del sistema
permanecen sin cambio bajo el intercambio de todos los protones con todos los neutrones, mientras
que la independencia de carga implica la invariancia incluso cuando los estados de protones y
neutrones son sustituidos por cualquier mezcla ortonormal, real o compleja, de ellos. Igual que no
hay distinción posible entre los estados de espín arriba y espín abajo de un electrón en ausencia
de campos magnéticos, no hay efectos observables que puedan discriminar protones de neutrones
en ausencia de interacciones electromagnéticas. Este hecho apunta a las ventajas de introducir un
espacio abstracto generado por vectores, cuyas proyecciones discretas sobre un determinado eje
corresponden a estados de carga. El nucleón es un vector tal, con sus dos proyecciones identificadas
con el neutrón y el protón. La independencia de carga puede entonces interpretarse en términos
geométricos como invariancia rotacional en el espacio de carga, y las rotaciones en este espacio
pueden generarse, como en el espacio ordinario, mediante un operador, llamado espín isóbaro o
símplemente isospín, con las mismas propiedades algebraicas que el operador de rotación ordinario,
el momento angular del espacio de coordenadas; y al igual que la conservación del momento angular
se sigue de la invariancia rotacional en el espacio ordinario, así también la conservación del isospín
de la invariancia rotacional en espacio de isospín.
La utilidad del concepto de isospín proviene del hecho de que puede generalizarse a todos
los hadrones y que el isospín es una cantidad conservada en las interacciones fuertes. Se sigue
que mesones y bariones pueden clasificarse en multipletes caracterizados por un isospín, y sus
interacciones fuertes son rotacionalmente invariantes en espacio de isospín, de modo que pueden
derivarse varios resultados generales sin un conocimiento detallado de la interacción o los esfuerzos
de cálculos dinámicos. A un nivel más profundo, como se considera a los hadrones compuestos de
quarks, la invariancia de isospín surge de la casi igualdad (aún no explicada) de las masas de los
quarks u y d. Aunque sólo aproximada (ya que la interacción electromagnética de la naturaleza
introduce una dirección preferente en el espacio de isospín), es de esperar que la invariancia de
isospín es válida hasta una precisión del orden de la razón del acoplamiento electromagnético al
fuerte, es decir, un pequeño procentaje. El éxito de esta simetría en relacionar un gran número
de partículas y en predecir muchos fenómenos puede conducir a que nos preguntemos si diferentes
multipletes de isospín podrían reagruparse adicionalmente, en virtud de ciertas propiedades co-
munes, bajo alguna simetría superior. El mismo hecho de que sea violada, que lo es, no de forma
azarosa, sino más bien sistemática, por las interacciones electromagnética y débil, le confiere un
papel significativo en cualquier construcción de modelos.

6.2 Campo nucleónico en espacio de isospín

En esta sección estudiamos el campo del nucleón como la representación de isospín más simple.
Aunque es sabido que el protón y el neutrón son partículas compuestas, por ahora las trataremos
como elementales, un punto de vista perfectamente válido por motivos fenomenológicos. Las ro-
taciones sobre el espacio de carga serán descritas mediante operadores unitarios y generadas por
operadores de isospín. Este tratamiento se generaliza a otras partículas en secciones posteriores.

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El campo del nucleón se representa mediante un vector columna de ocho componentes
 
ψp (x)
ψ(x) = , (6.1)
ψn (x)
formado a partir del campo del protón ψp y el campo del neutrón ψn , supuesto que tengan la
misma masa, m. Cada uno de ellos es un operador espinorial de Dirac de cuatro componentes
cuantizado, que pueden expresarse como series de Fourier
XZ
d3 k Ck u(k , s)e−ik·x bp (k , s) + v(k , s)eik·x d†p (k , s) ,
 
ψp (x) =
s
XZ
d3 k Ck u(k , s)e−ik·x bn (k , s) + v(k , s)eik·x d†n (k , s) ,
 
ψn (x) = (6.2)
s
p p
(Ck = 1/ (2π)3 2Ek , k0 = Ek = k 2 + m2 ), de modo que las componentes del campo del nucleón
son: ψA = ψp,i para A = i = 1, . . . , 4 y ψA = ψn,i para A = i + 4, i = 1, . . . , 4.
Para encontrar el operador de isospín para el campo del nucleón, es mejor empezar desde lo
que ya sabemos, a saber, el operador número bariónico, NB , y el operador carga, Q. Una ligera
generalización de los resultados encontrados en el cap. 3 da
Z
NB = d3 x ψ † ψ
Z Z
= d x ψp ψp + d3 x ψn† ψn
3 †

= (Np + Nn ) − (Np̄ + Nn̄ ) (6.3)


para el operador número bariónico y
Z
Q= d3 x ψp† ψp

= Np − Np̄ (6.4)
para el operador carga (en unidades de e > 0). Aquí los operadores número para protones, neu-
trones, antiprotones y antineutrones están dados, respectivamente, por
XZ XZ

Np = 3
d k bp (k , s)bp (k , s), Nn = d3 k b†n (k , s)bn (k , s),
s s
XZ XZ
Np̄ = d3 k d†p (k , s)dp (k , s), Nn̄ = d3 k d†n (k , s)dn (k , s). (6.5)
s s

Cuando se aplican sobre un estado 1-protón o un estado 1-neutrón, dan, por ejemplo
Np |pi = |pi , Nn |pi = 0,
Nn |ni = |ni , Np |ni = 0.
Así que no podemos considerar que ni NB ni Q sean operadores de isospín para el camplo del
nucleón, pero la combinación lineal
1
I3 = Q − NB
2
1 1
= (Np − Np̄ ) − (Nn − Nn̄ ) (6.6)
2 2

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tiene la propiedad esperada cuando se aplica sobre un estado nucleónico: da +1/2 si el nucleón
está en un estado protón y −1/2 si el nucleón está en un estado neutrón (y −1/2 para un estado
antiprotón, +1/2 para un estado antineutrón). Cuando se escribe en la forma
Z  
1 3 † 1 0
I3 = dxψ ψ, (6.7)
2 0 −1
sugiere la identificación con una versión de campos de la tercera componente de la matriz de Pauli
en espacio de isospín, y de aquí la generalización a todas las componentes:
Z
1
Ii = d3 x ψ † τi ψ para i = 1, 2, 3, (6.8)
2
donde      
0 1 0 −i 1 0
τ1 = , τ2 = y τ3 = (6.9)
1 0 i 0 0 −1
se entienden como productos tensoriales de las matrices de espín de Pauli 2 × 2 ordinarias y la
matriz identidad 4 × 4 en el espacio de Dirac de isospín. Como en el caso de las matrices de Pauli,
las τi son hermíticas y satisfacen la propiedad básica
τi τj = δij + iijk τk para i, j = 1, 2, 3. (6.10)
Los operadores hermíticos Ii serán considerados como las componentes de un 3-vector en espacio
de isospín, I . La invariancia de isospín significa que la parte hadrónica (o fuerte) del hamiltoniano,
Hh , es tal que conmuta con cada Ii :
[Ii , Hh ] para i, j = 1, 2, 3. (6.11)
En otras palabras, I es un vector conservado, constante en el tiempo, lo que implica, entre otras
cosas, que el parámetro tiempo de los campos en (8) puede elegirse arbitrariamente.
A continuación mostraremos que Ii genera rotaciones del campo ψ en el espacio de isospín.
Calculamos primero la relación de conmutación entre Ii y un componente arbitrario del campo,
ψA (x): Z
1 h i
[Ii , ψA (x)] = d3 y ψB† (y )τiBC ψC (y), ψA (x) . (6.12)
2
Ya que el tiempo es arbitrario bajo el signo de integral, en (12) podemos poner y0 = x0 y usar las
relaciones de conmutación a igual tiempo
n o
ψA† (t, x ), ψB (t, y ) = δAB δ(x − y) ,
n o
{ψA (t, x ), ψB (t, y )} = ψA† (t, x ), ψB† (t, y ) = 0 (6.13)

para obtener
Z
1 3
n

o
[Ii , ψA (x)] = − τiBC d y ψB (y ), ψA (x) ψC (y)
2 y0 =x0
1
= − τiAC ψC (x).
2
Esta relaciñon y su hermítico conjugado describe la acción de los operadores de isospín sobre el
campo del nucleón:
1
[Ii , ψA (x)] = − τiAB ψB† (x),
2
1
[Ii , ψA† (x)] = + τiBA ψB† (x). (6.14)
2

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Obsérvese que, al ser los estados de 1 protón o 1 neutrón creados por ψ † y destruido por ψ, los
signos en (14) son correctos, en concordancia con (6).
A continuación, para obtener la regla de transformación para ψ, sea θ un parámetro real
pequeño; n̂ = (n1 , n2 , n3 ) un vector unitario en espacio de isospín, y definamos θ = θn̂. Podemos
entonces reescribir la parte inicial de (14), exacto hasta términos lineales en θ como sigue:
i
ψ + i[θ · I , ψ] = ψ − θ · τ ψ,
 2 
i
(1 + iθ · I )ψ(1 − iθ · I ) = 1 − θ · τ ψ.
2
Este resultado puede entonces convertirse en una ley de transformación,
Uψ(x)U −1 = S(θ)ψ(x) (6.15)
donde
U ≈ 1 + iθ · I (6.16)
es el operador de rotación infinitesimal sobre el espacio de Hilbert y
i
S(θ) ≈ 1 − θ · τ (6.17)
2
su representación matricial en el espacio de Dirac. Ya que los Ii son hermíticos, U es unitario a
primer orden en θ.
Para θ finito encontramos, por integración o por aplicaciones repetidas de rotaciones infinite-
simales, igual que en el espacio ordinario (cf. (3.26)), el operador de rotación general

U = eiθ·I , U † U = 1, (6.18)

y su representación matricial
i θ θ
S(θ) = e− 2 θ·τ = cos − in̂ · τ sin
 2 θ 2
cos 2 − in3 sin 2θ −i(n1 − in2 ) sin 2θ

= .
−i(n1 + in2 ) sin 2θ cos 2θ + in3 sin 2θ

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