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G. E. H. P. E. M.
Gabinete de estudios Históricos, Políticos
Económicos y Militares
Serie:P – Núm. 3
Fecha: 20-Oct-09

¿Que pasó con García Lorca?


(Ampliado al 15-Nov-2009)

En esta orgía actual de enredos, que sería cómica si no se tratase de un asunto tan
dramático, podemos tener la certeza de que no van encontrar el cadáver de Federico
García Lorca en donde lo están buscando, es decir en la población de Viznar, porque es
seguro que no está allí. Probablemente estará en Paracuellos del Jarama, según
vamos a exponer en las siguientes páginas de este modesto trabajo.

En los alrededores de Viznar sin duda que van a encontrar restos humanos enterrados
en fosas improvisadas de aquella época, pues en esa zona se libraron algunos combates
de cierta importancia, que produjeron las consiguientes bajas. Como es sabido, en estas
situaciones se enterraban a los muertos en el campo de batalla o los abandonaban, y
quedaban a la espera de que alguien los inhumara; en cualquiera de los dos casos,
muchos tuvieron que quedar en aquellos barrancos. En los partes oficiales de guerra, se
registran varios combates en la zona de Alfacar, Viznar, Huétor-Santillán, Güejar-
Sierra... que era la línea del frente entre los nacionales sitiados en Granada y lo que los
rojos llamaban “frente (o sector) de Guadix”. Los Servicios de información Nacionales
detectaron en esta población, durante los primeros días del Movimiento, una
concentración de 50.000 milicianos que se preparaban para atacar Granada y que
posteriormente lo hicieron en repetidas ocasiones. Los partes oficiales de guerra del
ejército rojo1 registran numerosos ataques en esta zona (días 7, 10, 11, 12... de agosto), y
el 24 de septiembre se lee: En sector de Guadix no ha habido otra novedad que un
reconocimiento ofensivo realizado por nuestra columna en la parte de Huetor
1
A lo largo de este trabajo aludiremos al ejército marxista con el apelativo de “rojo”, pues era así como se
denominaron a sí mismos en muchas ocasiones, en admirado recuerdo del ejército bolchevique ruso de
1917. La denominación de “republicano” nos parece equívoca, pues la mayor parte de los nacionales
también eran republicanos.
2

manteniendo contacto con el enemigo durante algunas horas. Poco mas adelante sigue:
Un contingente enemigo situado en las inmediaciones de Alfácar, cerca de Granada, ha
sido atacado por nuestra artillería y puesto en dispersión con poca resistencia. Resulta
pues difícil de entender que el lugar donde se supone que los nacionales de Granada
llevaban a sus prisioneros para fusilarlos y enterrarlos, estaba en plena zona de combate
y al alcance de la artillería enemiga.

Descartada así la identificación de la supuesta tumba de de García Lorca en aquellos


parajes (aun en el caso de que estuviera realmente), vamos a presentar una nueva
versión de los hechos que nos parece mucho más verosímil que las muchas que se han
contado.

El único hecho que está aparentemente contrastado históricamente es que Federico


García Lorca estuvo recluido en el Gobierno Civil de Granada desde la tarde del 16 de
agosto hasta el día 18 ó 19 en el cual desaparece sin que se haya dado una versión
satisfactoria de lo que realmente sucedió. Por el contrario se han ofrecido versiones que
se contradicen entre ellas y que son inverosímiles cada una.

Por nuestra parte proponemos, a continuación. la versión que nos parece más
probable, que ha sido ignorada por toda la propaganda marxista, aunque ya fue
propuesta en aquellos días.

VERSIÓN MÁS VEROSIMIL

Desde primeros de agosto, se habían establecido unas negociaciones secretas


entre el Gobernador Civil de Granada y un portavoz de los rojos para canjear a
Federico García Lorca por algún prisionero de derechas 2. Cuando se alcanzó un
acuerdo el día 16, es cuando el poeta fue “custodiado” en el Gobierno Civil hasta el
día 19 (o 18), en que, según la convenido, fue entregado a los negociadores rojos,
pero no fue correspondido por éstos con la entrega del canje prometido. De esta
forma no quedaron pruebas de la entrega del poeta.

2
Por algunas referencias, pudo ser José Antonio Primo de Ribera, según expondremos al final.
3

Habiendo quedado secretamente García Lorca en poder de los rojos, tenía


mucho más valor como “mártir asesinado victima de los nacionales” que como
poeta vivo en la retaguardia roja. Por ello fue asesinado también secretamente
para atribuir su muerte a los nacionales.
* * * * *

La contrainformación marxista durante la guerra

Inmediatamente después se puso en acción la maquinaria de contrainformación


marxista. Las atrocidades cometidas por las hordas de asesinos, que el Gobierno del
frente popular llamaba “heroicos milicianos defensores de la libertad”, ya eran
conocidas en todo el mundo. Las Embajadas de todos los países “no comunistas”,
estaban llenas de refugiados que pedían asilo para escapar de la muerte. No se diga del
asesinato de Calvo Sotelo.

El descrédito político ya se cernía sobre aquel Gobierno de comunistas, socialistas,


anarquistas.... que aseguraban defender la libertad asesinando inocentes por ser de
derechas o por ir a misa. Para el Gobierno rojo era una necesidad de primera urgencia
lavar o disimular el mal efecto y el descrédito, que producían aquellos sucesos ante el
mundo. Una muy buena opción para contrarrestar esta mala imagen se presentaría si
pudieran imputar a los nacionales de una atrocidad semejante. Con ello podrían nivelar
el crédito de los dos bandos al demostrar que “todos” hacían lo mismo y, al mismo
tiempo justificar sus crímenes como “merecidas represalias”.

La hipotética muerte de García Lorca por los nacionales reunía todos los requisitos
deseables para alcanzar los fines antedichos. La fama artística de Federico aseguraba un
gran impacto ante el mundo; y la oportuna situación del poeta en una zona dominada
por los nacionales se prestaba a poder acusar a estos de su muerte, si llegaba el caso.
Efectivamente, la muerte de Federico García Lorca se presentaba como un filón
inagotable de noticias contra los nacionales (tan inagotable que se sigue explotando
hasta el día de la fecha después de 73 años), y era una oportunidad que no se podía
desperdiciar.
4

De esta manera comenzaron las negociaciones de canje, que se mantuvieron en


secreto, como otras muchas similares que se produjeron durante la Guerra, y que, en
este caso, creemos que dieron por resultado los hechos que se han propuesto como
“versión mas verosímil”. Es decir que el poeta quedaba en poder de los servicios
secretos marxistas y además en secreto, lo que permitía disponer impunemente de su
muerte para imputársela a los nacionales. Admitimos que es posible que el comienzo de
estas negociaciones se hiciera de buena fe por ambas partes.

Pero en el plan había una circunstancia a corregir para hacerlo creíble. Las
características personales de García Lorca lo presentaban como un hombre inofensivo y
de manifiestas ideas y actitudes apolíticas, que además, pertenecía a una familia
acomodada y respetada por los de derechas. ¡Había que convertirlo en fervoroso y
activo izquierdista para poder explicar su muerte por los nacionales!

La primera actuación corrió a cargo de Rafael Alberti que en aquellas fechas3 dio
una alocución por radio desde Madrid en la que proclamaba la adhesión política a las
izquierdas de Federico y leyó unos versos con graves injurias a los nacionales de
Granada, que afirmó haberlos escrito el propio Federico, y que se los había enviado por
una radio clandestina que tenía en su casa de Granada. Posteriormente se descubrió que
aquellos versos habían salido de su propia pluma, y así lo reconoció muchos años
después. Lo de la radio no merece comentario pues el poeta no podía disponer de ella ni,
con toda probabilidad, sabía manejarla, pero constituía un grave delito de espionaje.

Según Vila-San-Juan4: En la Crónica de la Guerra civil española leemos:

...Días después, por la radio de Madrid se escuchó la voz de Rafael Alberti


recordando al gran “poeta republicano Federico García Lorca que se encontraba
prisionero de los traidores rebeldes, pero que no había perdido su fe en el triunfo, y por
eso había enviado a sus amigos de Madrid unos versos que acto seguido iba a leer ante
el micrófono”. En efecto, Alberti dio lectura a unos versos tremendos en los que se
insultaba con los vocablos más soeces a los jefes sublevados, poesía evidentemente no
imputable a Lorca siempre correcto y elegante de expresión.
3
Albertí pudo hacerlo desde el día 12 de agosto, o antes, pues quedó libre en Ibiza el día 9
4
VILA.SAN-JUAN, JOSÉ LUIS- Así fue.- Enigmas de la guerra civil española. P. 108 Ediciones Nauta
S.A. Barcelona 1972
5

Es muy difícil de dar una explicación satisfactoria de los efectos que se esperaban de
aquella emisión radiofónica, pues se nos ofrecen tres situaciones posibles:

- La primera, que cuando se radió el poeta aun estuviera vivo en Granada, pero
preso de los nacionales. En cuyo caso lo que iba a conseguir era agravar su
situación al atribuirle unos versos ofensivos para sus carceleros. Es decir que en
este caso, la mentira radiada iba contra los intereses de su gran “amigo”, al que
pondría en un grave aprieto. Por lo que no es una explicación satisfactoria (o sí).
- La segunda es que el poeta ya hubiera sido asesinado por los nacionales. En
cuyo caso aquella mentira solo serviría para dar una justificación a los
nacionales para haber cometido el crimen. Evidentemente menos se puede creer
esta intención.
- Como última posibilidad, se puede suponer que ya lo hubieran asesinado los
rojos en Madrid, y en este caso los versos insultantes y la historia de la radio, se
presentaban ante el mundo como una causa y prueba de que lo habían asesinado
los nacionales. ¡Ésta es la más verosímil!.

Esta última hipótesis explica que nadie en Granada supo exactamente quién lo mató
y donde se le enterró; así como que la familia (de derechas y con amigos falangistas) no
reclamara el cadáver al día siguiente, y que los amigos falangistas no intervinieran más
activamente en su defensa y en el rescate de su cadáver, siendo el Gobernador también
falangista.

La segunda intervención, que conocemos, de la propaganda roja tuvo lugar unos


veinte días después. En parte oficial de guerra del Ejército republicano de fecha 9 de
septiembre aparece la siguiente noticia. “Fugitivos granadinos ratifican la noticia,
desde hace días conocida, del asesinato por los rebeldes del gran escritor Federico
García Lorca”. Este comunicado tan escueto resulta sospechoso precisamente por su
reducida extensión, ya que si hubieron varios fugitivos, es bien seguro que entre todos
aportarían una gran abundancia de detalles que no hubieran sido silenciados por los
servicios de propaganda rojos, que siempre estaban ávidos de noticias que inculparan a
los nacionales de atrocidades similares a las que ellos cometían. Esta noticia tiene el
aspecto de ser un “globo sonda” para observar la respuesta enemiga.
6

En la última versión presentada anteriormente como la más verosímil, cabe la


posibilidad de una variante, y es que los rojos mantuvieran a Federico vivo y oculto
algún tiempo, hasta comprobar que la mentira “colaba”, y que fuera asesinado unos días
mas tarde. En el Diario de Burgos del día 19 de Septiembre se publicó la siguiente
noticia:

GARCIA LORCA HA SIDO FUSILADO


París.- Se sabe que el poeta García Lorca ha sido fusilado en Madrid por elementos
marxistas.

Sin duda ésta puede ser la réplica que podía esperarse de la propaganda nacional,
para defenderse de las acusaciones, pero lo que interesa determinar es cual es la
información verídica. En todo caso, si se observa que la unión entre los ejércitos
nacionales del norte y las columnas del sur se había producido unos tres días antes,
parece improbable que los servicios de información de Burgos se ocuparan de
contrarrestar el asunto de García Lorca, cuando tenían en acción la marcha sobre
Madrid y la campaña del norte. La noticia hubiera sido más sospechosa si hubiera salido
de Sevilla. De momento no hemos encontrado nuevos comunicados oficiales por parte
de los nacionales, por lo que cabe suponer que con esta información dieron el asunto por
zanjado.

También en la zona roja se mantuvo un silencio que interpretamos como de


expectación ante posibles nuevas réplicas por parte nacional. Por nuestra parte tampoco
hemos encontrado nuevas alusiones al tema, pero es posible que hubiera alguna, y sería
muy deseable conocerlas para poder analizarlas. Pero una año más tarde, tal vez
confiados los servicios de Contrainformación marxista por el silencio de los nacionales,
apareció la siguiente noticia:

La versión de ABC de Madrid (17-9-37).


7

En el diario ABC de Madrid (que puede consultarse en la edición “ABC doble diario
de la Guerra Civil” en el Fascículo 42, página 19), con fecha 17 de septiembre de 1937
se publicó la siguiente noticia, que se copia íntegra para que el lector pueda sacar sus
propias conclusiones:

UN TESTIGO PRESENCIAL RELATA COMO ASESINARON LOS FACCIOSOS AL


INMORTAL GARCÍA LORCA
“Se levantó sangrando... Con los ojos terribles miró a todos, que retrocedieron
espantados”

Federico fue cazado a tiros por la Guardia civil

En “Adelante” de Valencia, se publica un reportaje de Vicente Vidal Corella.


Conversación sostenida con un evadido de Granada, recogemos de ella los siguiente
párrafos, por considerarlos del mayor interés:

“ A mi lado, un muchacho observa mi curiosidad y señala con ligeros detalles la


extraña indumentaria de aquellos soldados, entre los cuales se encuentran algunos
muchachos de temprana edad, casi niños.
-¿Tu eres también evadido?
-Sí, pero no de ahora. Estos son procedentes de los frentes aragoneses. Yo soy de los
frentes de Granada.
-La Granada de García Lorca.
-Sí.
El muchacho ha quedado un poco confuso. Calla y baja la cabeza.
-¿Conocías tu a García Lorca
-No. Lo he leído mucho. Conocía su obra y su vida... Tristemente. Horriblemente, he
conocido también su muerte
-¿Tu le viste fusilar?.
- Federico García Lorca no fue fusilado. Su muerte fue algo que no se me olvidará.
Algo tan monstruoso, tan criminal, que nunca puede borrarse de mi mente. Mis ojos
aunque se cierren, siguen viendo aquella tragedia horrible...Federico fue cazado a tiros
por la Guardia Civil.
8

El poeta defendió la Libertad ante sus verdugos.

Aquel día estaba de guardia. Vi que entraba en el cuartel un muchacho joven.


Estaba pálido, pero caminaba sereno. Era Federico García Lorca. Cuando le vi,
comprendí la tremenda tragedia que se cernía sobre él. García Lorca tenía firmada su
sentencia de muerte al firmar el famoso romance de la Guardia Civil...

Me dijeron que lo habían localizado en la Legación de Francia. Mediante un ardid,


lograron hacerle salir de allí y entonces fue cogido. No fue desde luego, como tampoco
lo fue ningún otro, juzgado por ningún otro Tribunal. Aquella misma noche fue sacado
del cuartel de la Guardia Civil entre un piquete de civiles. Yo, triste es decirlo, figuraba
también en él. Los coches arrancaron siguiendo por la carretera de Padul. La caravana
siniestra se detuvo a dieciocho kilómetros de Granada. Eran las ocho de la noche
cuando bajamos de los coches. Los faros de estos fueron enfocados contra el que
marchaba a la muerte. Su silueta se recortaba en el fondo de la noche. El piquete se
situó detrás de los faros, desde no era visto por la fuerza de la luz.

García Lorca marchaba seguro, con magnífica serenidad. De pronto se paró, se


volvió cara a nosotros pidiendo hablar. Aquello causó profunda sorpresa,
especialmente al teniente Medina, que mandaba el piquete.

Y habló. Habló García Lorca con firmeza y voz segura. No eran sus palabras de
flaqueza o invocando el perdón. Eran palabras viriles en defensa de lo que siempre
amó: la Libertad. Y elogió la causa del pueblo, que era la de él, y la obra que realizaba
frente a la barbarie y el crimen. Aquellas palabras, pronunciadas con el fuego de la
exaltación, produjeron una tremenda turbación en todos los que sostenían los fusiles.
Para mí fue como una luz penetrante que se elevó en mi cerebro. Y el poeta siguió
hablando... Pero su voz quedó cortada. Ocurrió algo insólito, monstruoso, criminal. El
teniente Medina lanzando tremendas blasfemias, disparó su pistola y azuzó a los civiles
contra el poeta. El espectáculo fue terrible. A culatazos, a tiros, se lanzaron- algunos
quedamos sin poder siquiera movernos por el terror que nos producía la escena- sobre
García Lorca., que huyó perseguido por una tremenda lluvia de balas. Cayó a unos
cien pasos. Ellos siguieron tras él con idea de rematarle. Pero surgió la figura de
Federico. Se levantó sangrando. Con ojos terribles, miró a todos, que retrocedieron
9

espantados. Todos los civiles subieron a los coches. Sólo quedó frente a él aquel
teniente que empuñaba su pistola. García Lorca cerró los ojos para siempre y se
desplomó sobre la tierra que había regado con su sangre.

Medina avanzó rápido y descargó sobre el infortunado Federico tres cargadores


completos.

Allí quedó el poeta insepulto, frente a su Granada.

La patraña es tan burda que se cae por sí sola, pero es conveniente hacer algunos
comentarios para desenmascararla. Se observa que el relato tiene un parecido notable
con los conocidos “paseos” que tenían lugar en Madrid en aquellas fechas, incluyendo
la detención de Calvo Sotelo (no su asesinato que fue más expeditivo).

El testigo sitúa los hechos en un lugar que parece coincidir con el Puerto del Suspiro
del Moro, que más o menos se encontraba en un terreno de nadie entre los nacionales
que defendían las ciudad y los milicianos que la asediaban. Tratándose de unos frentes
muy escasamente guarnecidos por la escasez de fuerzas, habían muchas zonas abiertas
en las que podían moverse patrullas de ambos bandos. Por ello resulta inexplicable que
eligieran ese punto que podía proporcionarles la sorpresa de tropezar con una
descubierta enemiga. Con el agravante de tener que encender los faros de los coches en
la oscuridad de la noche, tanto durante el trayecto como durante la “ejecución”. ¡Pero a
las ocho de la noche del mes de agosto es de día.!

También es necesario destacar que el perfil psicológico de Federico no hace presumir


que tuviera ese arranque de valor ante la muerte, de volverse a increpar a sus verdugos,
como se describe en el anterior “testimonio”. El poeta era conocido por su notable
sensibilidad y su pusilanimidad ante la violencia. También es inexplicable su vitalidad,
que después recibir una lluvia de balas y culatazos, todavía pudo levantarse y asustar a
sus verdugos.
No menos inverosímil resulta que un piquete (¿serían 8 ó 10?) de números de la
Guardia Civil, acostumbrados a hacer “correrías” por parejas en terrenos apartados y en
10

persecución de peligrosos criminales, se quedaran “turbados y retrocedieran espantados


ante las palabras viriles y los ojos terribles” del bueno de Federico.

Finalmente la actuación que se atribuye al Teniente que mandaba el piquete es


absolutamente inaceptable, pues las terribles blasfemias y los tres cargadores que dice
disparó sobre el cadáver presuponen un ensañamiento, una exaltación y un odio que no
corresponden con la seriedad ni el autocontrol propios de un oficial y menos aun de los
disciplinados Guardias Civiles; como tampoco podía albergar tales sentimientos por el
simple motivo de lo que había escrito en el “Romancero Gitano”.

Desenmascarada ya esta primera y delirante versión como totalmente falsa, es


obligado extraer las consiguientes conclusiones:

- La noticia apareció en un periódico de Valencia (capital política de la zona roja) y fue


reproducida en el ABC (periódico de mayor difusión internacional) de Madrid. Dado el
estricto control de la censura del momento no se puede creer que fuera una mentira
inventada por el periodista, por el contrario sí se puede asegurar que la fábula fue
inventada y difundida por los propios Servicios de Contrainformación Marxistas.

- Que cuando se atrevieron a lanzar esta mentira es porque sabían que no podía aparecer
ninguna otra que la desmintiera, porque solamente ellos conocían la verdadera.

- Hay que subrayar, para comparar con análisis posteriores, que: acusan a un autor que
es el Tte. de la Guardia Civil afirman que hay un motivo que es el “Romancero Gitano”
y dejan insepulto el cadáver, con lo cual no se les podía preguntar donde quedó su
tumba, pues igualmente pudo suceder que lo encontrara un samaritano y lo enterrara en
algún lugar desconocido o que se lo comieran las alimañas.

- Igualmente hay que destacar, que esta versión fue mantenida como oficial hasta el
final de la guerra y bastante tiempo después era repetida por los exiliados, hasta que
apareció la que analizamos después. Su intención era exaltar los ánimos de la población
de la zona roja y engañar a los observadores internacionales.
El certificado de defunción
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El libro “Vida pasión y muerte de Federico García Lorca”de Ian Gibson termina
con el siguiente párrafo:

A finales de 1939, nueve meses después de terminada la guerra, la familia García


Lorca inició los trámites para que la muerte se pudiera inscribir oficialmente en el
Registro Civil. Para completar los requisitos, dos funcionarios de la Audiencia juraron-
no era verdad- haber visto el cadáver del poeta al lado de la carretera de Viznar a
Alfacar el 20 de agosto de 1936.

Este párrafo es muy fácil de creer y explicar porque, como es sabido, para certificar
una muerte, el forense tiene que ver el cadáver, dado que si no se encuentra es necesario
esperar durante varios años que marca la ley para que pueda inscribirse su defunción.
Por esta razón la familia y la propia administración recurrieron a esta irregularidad para
legalizar pronto la situación. La elección de ese lugar se puede interpretar porque allí
habían aparecido y aparecieron posteriormente algunos cadáveres insepultos.

De este hecho, que puede comprobarse en el Registro Civil de Granada, se desprende


una consecuencia muy evidente: al terminar la guerra, cuando todos los protagonistas de
aquellos acontecimientos aun estaban vivos no pudieron saber donde estaba enterrado
Federico García Lorca, pues de haberlo sabido lo hubieran desenterrado y los padres le
hubieran dado cristiana sepultura y hubiera sobrado el falso testimonio de los
funcionarios. Por ello, es muy sospechoso que setenta y tres años más tarde aparezca un
testigo que conoce el lugar buscado.

También es digno de resaltar que es en este momento y con este motivo cuando
aparece por primera vez el pueblo de Viznar como hipotético lugar del enterramiento de
García Lorca y, como sabemos, fue una “invención administrativa” para los fines de
inscripción. Sin embargo, veremos que la fábula pronto fue asumida y explotada por la
propaganda marxista, manteniéndose hasta hoy.

La contrinformación marxista después de teminada la guerra.


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Efectivamente, una vez terminada la guerra, los más importantes responsables de los
crímenes y atropellos cometidos en la zona roja, salieron hacia exilios dorados y bien
remunerados económicamente con las reservas del oro que entregaron a Moscú y los
tesoros robados a particulares, bancos e iglesias, que se llevaron a Méjico.

Su actividad se centró en contar versiones falsas de los acontecimientos de la guerra


y su difusión por el mundo. Pronto aparecieron libros, charlas, reportajes, entrevistas,
colaboraciones, artículos...etc. Entre ellos, unos se apoyaban en lo que decían otros
para documentar sus propias afirmaciones, logrando de esta forma elevar las mentiras a
la categoría de verdades históricas y, por supuesto, silenciando las verdades que no les
favorecían. Esto es lo que llamamos la “verificación documental historiográfica en
cadena” Hay que reconocer que esta artimaña es muy antigua en el terreno de la
información, pero en el caso de la posguerra adquirió unas dimensiones inusitadas.

La circunstancias políticas del momento favorecieron los buenos resultados de esta


actividad propagandística. La participación de la URSS durante la II Guerra Mundial, en
alianza con las democracias occidentales, dio un gran prestigio y reconocimiento a las
izquierdas en todo el mundo, que los exiliados españoles aprovecharon, disfrutando de
un estatus de respetabilidad y crédito que no merecían en absoluto. De esta manera su
propaganda contra la España nacional se vio muy beneficiada.

Pronto aparecieron las colaboraciones de escritores extranjeros, pues desde que


fueron al exilio, estas actividades propagandísticas pasaron a ser controladas y dirigidas
por los servicios especializados de la URSS, que pusieron en acción toda la red de
colaboradores adictos que tenían (y tienen) en todo el mundo. Las firmas extranjeras
siempre alcanzan un gran éxito, pues para el lector ingenuo son una garantía de
imparcialidad, al considerar que tales autores son ajenos al conflicto. Esta presunción
apriorística hay que desecharla, pues la realidad nos dice que hay muchas plumas
dispuestas a escribir lo que sea si son debidamente remuneradas.

El resultado de esta actividad durante setenta años ha sido una abundantísima


producción de escritos, de todas formas y extensiones, cuyo análisis, solamente para el
caso que tratamos, se presenta como una tarea abrumadora para quien se la proponga, y
no menos pesada para quien intente leer el resultado. Por esta razón vamos a terminar
13

este trabajo limitándonos a mencionar y estudiar el libro que consideramos que ha


tenido más difusión y ha ejercido más influencia en la opinión de los españoles.

Pero, por conveniencia de exposición cronológica, es necesario recordar antes lo que


Vila-San –Juan escribe:

“Brenan estuvo en España en 1950-The Face of Spain- y creyó haber encontrado la


tumba del poeta en Viznar, lindante con la finca que el Duque de Wellington posee en
Andalucía....

“Las investigaciones de Brenan fueron más tarde corroboradas por varias obras
como:Claude de Couffon “Como murió García Lorca” (“Nueva Democracia”, Nueva
Cork, julio 1953); Jean Chabrol “J’ai trouvé les assasaines de Lorca” (París, 1957);
Ribas Cherif, “Poesía drama del gran Federico” (“Excelsior”, México, 7-1-57) y
Vázquez Ocaña “García Lorca: Vida cántico y muerte” (México, 1957).5

He aquí un claro ejemplo del proceso que hemos llamado “la verificación
documental historiográfica en cadena”, y que fue mucho más largo (Hugh Thomas,
Marcelle Auclair y numerosas entrevistas, declaraciones...). Como se puede comprobar,
todo comienza con la visita del Sr. Brenan, que pudo pasear libremente por la España de
la “dictadura” en 1950, para encontrar la tumba de Federico basándose en la “mentira
piadosa” del Registro. A continuación aparece la nube de escritos y manifestaciones,
que todas sostienen la misma mentira, añadiendo alguna anécdota o suposición personal
de cada autor, pero que todas se apoyan en lo que dicen las anteriores.

Saltándonos este largo proceso llegamos al libro de Ian Gipson, que hemos decidido
analizar por tratarse de la obra que ha tenido probablemente la mayor difusión e
influencia entre los españoles, ya que fue editada en España en 1987 y tuvo un
considerable éxito de ventas. Hay que manifestar que este libro, que bien podemos tener
como biográfico por su temática, pone de relieve la técnica profesional del autor como
novelista. El uso frecuente de diálogos en situaciones privadas y que difícilmente
pudieron ser testificados por nadie; las interrupciones en los relatos de momentos

5
VILA-SAN-JUAN, José Luís.- Enigmas de la Guerra española. ¿Quién mató a F. G.Lorca? Pags. 107 y
108.
14

críticos para intercalar una poesía, una anécdota o una evocación del personaje, revelan
un método novelístico para atraer la atención del lector y, al mismo tiempo, distraer su
capacidad crítica sobre lo que se está exponiendo en el momento.

VIDA, PASIÓN Y MUERTE DE FEDERICO GARCÍA LORCA 6


según Ian Gibson.

Del grueso tomo que representa “la biografía mundialmente aclamada” que lleva este
título, únicamente vamos a tratar el último capítulo por ser el que nos interesa para el
desarrollo de este trabajo. Los once primeros representan el relato de toda la vida del
poeta, comenzando desde su bisabuelo y nos parece un detallado trabajo biográfico que
vamos a excluir de nuestro análisis por estimar que parece muy bien expuesto y no
aporta nada importante para nuestro interés.

Al introducirnos en el Capítulo 12 “Muerte de un poeta”, observamos que las


NOTAS en la pág. 761, que corresponden a este importante capítulo, son en una gran
mayoría citas de otros autores (muchas de sí mismo) y conversaciones con personas que
no estuvieron en las fechas ni en el lugar de los hechos, y que bien se pueden catalogar
como miembros de la red informativa marxista. También aparecen conversaciones con
alguien que escuchó de la criada de servicio, que había visto algo... o uno que se asomó
a la ventana... u otro que iba por la calle... En resumen son testimonios que dan muy
pocas garantías de veracidad. También hay conversaciones con personajes de
importancia testimonial por su presencia y relación directa con los hechos, pero que en
ningún caso dan una noticia concreta de la muerte de Federico.

Las preferencias políticas del autor son manifiestamente izquierdistas como lo


demuestra la forma en que califica y describe a los personajes de ambos bandos, que
aparecen en este capítulo. Así dice que el Gobernador perseguía rojos obsesivamente,
que los falangista mataban por placer etc., por el contrario los dos individuos que
estaban acusados de haber matado a un personaje de derechas, eran inocentes. Este

6
GIPSON, IAN .-Vida pasión y muerte de Federico García Lorca (1898-1936) Plaza y Janés Editores
S.A.. 1998 - Barcelona
15

visible sectarismo ya debe hacer dudar al lector de la veracidad de los acontecimientos


que cuenta.

Para interpretar los reparos puntuales sobre este capítulo, que exponemos a
continuación, se recomienda tener el texto original a mano:

En la pág 666 dice: El 7 de agosto... El padre de Federico le promete (a Alfredo


Rodríguez Orgaz) que esta misma noche unos amigos suyos, campesinos, lo llevarán a
campo traviesa, hasta la zona republicana, situada hacia Santa Fe a tan sólo unos
kilómetros. Si la familia estaba tan angustiada y temían por Federico, es sorprendente
que no lo evacuaran por una salida tan fácil.

En la pág. 673 dice : Se sobreentiende que las víctimas de las represalias


(fusilamientos) eran presos sacados mas o menos al azar de la cárcel. Habría que
demostrar que hubieran tales sacas.(Esta descripción coincide exactamente con las
“sacas” de la Cárcel Modelo de Madrid.)

En la pág 678 y siguientes se cuenta la detención de Federico por parte de tres


miembros de la CEDA, cuando se encontraba refugiado en la casa de los Rosales y bajo
la protección de éstos. Es muy sorprendente que el partido de la CEDA, que
prácticamente desapareció en la guerra a raíz de la muerte de Calvo Sotelo y la
desaparición de Gil Robles, tuviera tanta autoridad como para entrar por la fuerza en
casa de unos falangistas importantes. A continuación se describe el forcejeo y las
reclamaciones entre los falangistas y los de la CEDA, que el Gobernador Civil decide a
favor de los últimos, reteniendo al poeta en el Gobierno Civil. También es difícil de
entender pues el Gobernador Civil era el Jefe de las milicias falangistas en Granada.

En la pág. 688 asegura que el día 17 de agosto tuvo lugar una consulta telefónica
entre el Gobernador Civil y el General Queipo de Llano. En el parte oficial del Ejército
nacional del día 18 se dice: “Procedente de Antequera, la Columna del General Valera
ocupó Loja, estableciéndose la comunicación con Granada. Los marxistas, que
ofrecieron resistencia al avance de nuestras fuerzas, fueron derrotados, dejando en
nuestro poder varios muertos con armamento. Durante la dominación marxista, los
rojos cometieron numerosos saqueos e incendios, asesinando a 54 personas. De este
16

parte se deduce que el día 17, cuando dice Gibson que fue la última noche de Federico,
fue imposible que pudieran hablar por teléfono, pues aun no habían contactado los
nacionales. Igualmente el día 18 parece muy difícil, pues si tuvieron que combatir para
conquistar Loja y avanzar unos cincuenta Kms. desde su base de partida, con el calor de
agosto, es muy probable que el contacto con Granada tuviera lugar al final de la tarde.
Por ello es muy improbable que el restablecimiento de las líneas telefónicas estuviera
terminado esa misma noche.

En esta conversación el autor asegura que el General le dijo al Gobernador que le


diera “café, mucho café” como sinónimo de matarlo. Es dudoso que el General utilizara
aquella palabra que era una especie de clave secreta de saludo y reconocimiento entre
los falangistas, pues su significado tenía origen en las siglas de Camarada Arriba
Falange Española, y Queipo de Llano no era falangista. Además es improbable que
tuvieran entre ambos un lenguaje cifrado, pues antes de quedar incomunicados, no
debieron de tener otra relación que la de un general destinado en Sevilla y un
comandante destinado en Granada. Este detalle de la conversación parece indicar la
intención del autor de aparentar una gran precisión informativa.

El relato de cuando sacaron a Lorca del Gobierno Civil, en la pág. 689 es


completamente inverosímil. No parece probable que cuando iba con guardias y
falangistas de la “Escuadra Negra,” el preso tuviera posibilidad de llamar a un amigo
que pasaba por la calle y echarle un brazo por encima mientras iba esposado con la otra
mano a otro preso. Mucho menos creíble es que el joven que cuenta esta detención,
tuviera el valor de increpar a los “peligrosos” asesinos y les llamara criminales (la
escena tiene un cierto parecido con la detención de Calvo Sotelo, por la hora y la
variedad de personas que participaron.)

En la pág. 691 hace una descripción del lugar de ejecución donde dice que fue
fusilado el poeta, que nos lleva exactamente a la carretera entre Viznar y Alfacar, y ésta
era una línea de frente que no estaba guarnecida por escasez de fuerzas, por ello hay que
suponer que estaría vigilada por patrullas de ambos bandos. En consecuencia queda
muy claro que: Pag´692. Luego, antes de rayar el alba, se llevaba “de paseo” a los
presos, aunque a veces se fusilaba también de día y hasta de noche (antes de rayar el
alba siempre es de noche) (utilizando los faros de los coches). Esta actividad en aquel
17

lugar constituía un riesgo casi seguro de ser tiroteados por el enemigo o batidos por su
artillería. Con mayor razón si lo repetían sistemáticamente como parece indicar.
Después, en la pág. 697 dice: “Antes de asesinar a Lorca los facciosos ya habían
asesinado en el cementerio de Granada, como absoluto mínimo, a doscientas ochenta
personas”. Es inexplicable que teniendo el cementerio a menos de 1 Km. de la
Alhambra se llevaran a Federico a la línea del frente para fusilarlo, donde podrían haber
topado con una patrulla enemiga que lo liberara e hiciera prisioneros a los que le
conducían. (Curiosamente estas escenas tienen un gran parecido con las que tuvieron
lugar en Paracuellos del Jarama.)

En la pág. 694 se lee que el enterrador vio: ...y la última (víctima ) una corbata de
lazo(“de esas que llevan los artistas”) Es un dato curioso que, a las tres de la
madrugada y para ir a la muerte el poeta se pusiera corbata de lazo. En las muchas
fotografías que hemos visto, no hemos encontrado ni una sola que llevara este tipo de
corbata. Siempre aparece con corbata de nudo o pajarita. ¿Se puso Federico corbata de
lazo a las tres de la madrugada cuando lo sacaron para fusilarlo?

En la misma pág. sigue: Entre los asesinos iba Juan Luís Trescastro, el fanfarrón
machista compinche de Ramón Ruiz Alonso, que terminada la sangrienta faena
alardearía aquella misma mañana en Granada, no sólo de haber participado en la
muerte de García Lorca, sino de haberle ”metido dos tiros en el culo por maricón”.
Semejante confesión pública del crimen es necesariamente mentira, pues de haber sido
cierta, la noticia hubiera corrido por toda Granada ese mismo día y la familia hubiera
reclamado el cuerpo, los falangistas Rosales también y posiblemente se hubieran
enfrentado a los asesinos, los “fugitivos” hubieran informado a los servicios de Madrid
que lo hubieran pregonado a todo el mundo, y todas las personas que vivieron aquellos
momentos en Granada hubieran contado esa historia tan jugosa cuando les preguntaron
después.

También en esta versión aparece, otro autor Trescastro, otro motivo la denuncia y un
cadáver .inlocalizable. Se puede resumir que este capítulo 12 del la biografía que firma
Ian Gipson está repleto de falsedades, mezcladas con alguna verdad, para engañar a los
ingenuos y desconocedores de lo que sucedió. También pretende acusar a los nacionales
de las barbaries que los propios rojos cometieron, inventando un Madrid rojo en la
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Granada nacional y un Paracuellos en Viznar, ¡Así todos eran iguales! Llegamos a la


conclusión de que el citado capítulo es un libelo antinacional que forma parte de la
propaganda marxista.

Esta versión, escrita más de 60 años después de cuando ocurrieron los hechos, tiene
por finalidad engañar a las nuevas generaciones que no saben nada de lo que sucedió.

Justificación de nuestra VERSIÓN MÁS VEROSIMIL

Como es bien sabido, José Antonio Primo de Rivera, fundador de la Falange


Española, se encontraba preso en la cárcel de Alicante desde primeros de junio. No es
preciso señalar que todos los miembros de la Falange hicieron cuantos esfuerzos
pudieron para liberarlo, y así librarlo de una muerte que se preveía segura. Hubieron
conversaciones e intentos de negociación a través de representaciones diplomáticas
extranjeras, proyectos de soborno e incluso parece que hubo un comando dispuesto a
liberarlo mediante un golpe de mano.

En esta situación es muy posible, y tenemos alguna noticia para sospecharlo, que se
hiciera en agosto, alguna oferta de canje de José Antonio por Federico ante el
Gobernador Civil de Granada. Siendo éste “camisa vieja” como afirma el mismo
Gipson, es bien seguro que aceptaría el entrar en ese proyecto. Pero en la situación de
aislamiento o sitio, en que se encontraba Granada, la decisión tenía que tomarla por sí
mismo sin la posibilidad de consultarlo a ningún superior.

Pero resulta evidente que la operación requería la mayor reserva, pues si se descubría
el intento podría desatar la reacción de las variadas fuerzas políticas que dominaban la
zona marxista. Incluso dentro de Granada no era posible confiar en la prudencia de los
jóvenes y ardorosos nacionales, pues cualquier indiscreción pronto se extendería y
llegaría a Madrid, con la consecuencia de quedar desbaratado el intento. Es decir que si
este supuesto se produjo realmente, el Gobernador Civil de Granada tuvo que
mantenerlo en secreto incluso ante sus mejores colaboradores y subordinados de la
Falange. Esto explica su reservada y esquiva conducta ante sus camaradas falangistas.
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En aquellas fechas hubo un acontecimiento, que para muchos lectores ha pasado


desapercibido, pero que puede tener una estrecha significación. “A finales de julio o
primeros de agosto, cesa Teodorico Serna Ortega como director de la cárcel,(de
Alicante) acusado de excesiva lenidad.. En octubre procésanlos a la vez que José
Antonio y los suyos, junto con Abundio Gil y otros cuatro oficiales de prisioneros:
Samuel Andani, Joaquín Samper, Miguel Molins y Francisco Perea. En el juicio
decláranlo en rebeldía y no lo vuelven a mentar. Al parecer, para entonces ha sido
asesinado ya en Madrid, donde reside a raíz de su destitución. El diez y seis de agosto
empieza a prestar sus servicios como oficial interino, Francisco Sempere Payá, a
propuesta del partido socialista y por acuerdo de la comisión de orden público”.7

Esta destitución y posterior fusilamiento de los oficiales de prisiones, que coincide


con los acontecimientos que ya conocemos de Granada, puede dar la clave de lo que
sucedió. Si se descubrió el intento de canjear a José Antonio por Federico, fue el motivo
de la destitución de los oficiales de prisiones que estuvieran implicados; y conocedores
los servicios de información marxistas de la situación del proceso de canje por las
“espontáneas confesiones de los destituidos”, decidieron continuarlo, aunque sin la
intención de entregar a José Antonio.

Con fechas ya más o menos concretadas para el intercambio, el Gobernador de


Granada retiene a Federico en el Gobierno Civil (no en la cárcel), y llegado el día lo
entrega según lo convenido pero no recibe al preso nacional prometido. Se mantiene el
secreto quizás con la promesa de un breve pero obligado retraso y de esta manera el
bueno de Federico queda en las manos de los rojos sin que hayan quedado pruebas de
ello.

Es posible que lo retuvieran oculto algunos días en la checa del Círculo de Bellas
Artes, y después de comprobar que no habían protestas desde Granada lo fusilaron, para
después acusar de su muerte a los nacionales. (Los rusos practicaron algo parecido con
las fosas de Katin.) ___________________________________

CONSIDERACIÓN FINAL
7
ROJAS, CARLOS.-Diez figuras ante la guerra civil. Ediciones Nauta,s.a.-1973 Barcelona- p. 532
20

En los momentos presentes nos ha sorprendido que (según dicen), ha aparecido un


individuo que asegura conocer el lugar donde está enterrado García Lorca, porque lo
enterró él mismo. En este caso sería de primordial interés que este personaje se
presentara ante el público, explicara la forma en que se produjeron los acontecimientos
que protagonizó, según afirma, y respondiera a las preguntas que surgen en el tema. No
es de recibo en un asunto tan trascendente como éste que se hagan exhumaciones y se
den noticias en los medios de comunicación con motivo del supuesto testimonio de un
individuo anónimo.

También es obligado que si se realizan exhumaciones, se de publicidad a lo que se


haya encontrado, pues en el caso de encontrarse un cadáver envuelto en una chilaba,
podría tratarse de un soldado del Tabor de Regulares que guarneció aquella zona durante
algún tiempo. Si lleva mono sería miliciano y si camisa azul falangista. Pero de
fusilados por los nacionales ni uno.

Este último enterrador, que ha surgido recientemente, resulta tan sospechoso como el
portero que denunció la furgoneta del 11 M, que no fue llamado a testificar en juicio
alguno, ni nadie sabe ni quién era, ni que hacía a tales horas en la calle, ni que
circunstancias despertaron sus sospechas.
¡ATENTOS LOS INGENUOS!

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