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TEMA 5: LA PARTICIPACIÓN DE LOS PERIODISTAS EN LOS MEDIOS

DE COMUNICACIÓN: CASO LE MONDE-EL MUNDO.

1.- INTRODUCCIÓN

La participación de los periodistas en las empresas periodísticas no sólo consiste en la


propiedad total del medio, sino que, además de ésta, también puede haber fórmulas de
participación en su gobierno y en su gestión, y en los beneficios. El que los
periodistas puedan participar en un medio de comunicación ha creado dos posturas la
de los que encuentran argumentos a favor y la de que ven objeciones a dicha
participación.1

1.1. Argumentos favorables:

Las empresas tienen una gran cantidad de responsabilidades y posibilidades de


gestión, ello implica que, a la mayoría de los trabajadores esa toma de decisiones no
les sea indiferente. Igualmente que muchas de esas decisiones recaigan sobre ellos.
Esto hace que el trabajador se sienta parte de esa empresa, porque entiende que el
futuro de la empresa es su futuro. El periodista de una empresa periodística no es un
simple especialista, sino un trabajador intelectual. Y en la mayoría de los casos nadie
mejor que el periodista sabe lo que conviene a la empresa.
En la empresa periodística, el derecho de propiedad no debe equivaler al único
y exclusivo derecho de gobierno, gestión y disfrute de la empresa. Porque la empresa
tiene además de todo eso una dimensión social. Una responsabilidad y una función
social de servicio a la sociedad, de colaborar con el mejoramiento de sus estructuras, y
de ayudar a que se vayan imprimiendo ideales de justicia, solidaridad, democracia y
libertad.
Por otro lado, la continua tecnificación de las empresas periodísticas ha
originado que el poder se vaya descentralizando y se deleguen un mayor número de
funciones en los informadores, lo que ha hecho que su decisión este presente en el
proceso de producción

1.2. Argumentos en contra:

No consideran oportuno que el periodista sea propietario del medio, pues


perdería su independencia como informador, al estar dominado por el ánimo de lucro.
De todas maneras, en caso de que el periodista quiera ser propietario del medio, que
lo haga como lo hacen todos los trabajadores, por la compra de acciones o de
participaciones de la empresa. Pero no por formas de participación “utópicas” y
“atípicas”. El que los informadores tomen parte en las decisiones de la empresa pone
en peligro “la unidad de acción” tan necesaria para conseguir las metas empresariales
y la coherencia editorial.
Y la última crítica es la carencia de formación empresarial de los periodistas,
que les incapacita para la gestión del medio.
De todos los casos que han existido en la realidad empresarial, creo que los
más significativos han sido internacionalmente el caso Le Monde y, dentro de
nuestras fronteras, El Mundo en la prensa de tirada nacional.

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2.- EL CASO DEL DIARIO LE MONDE

El antecedente histórico más directo en que los trabajadores de las empresas


periodísticas han tenido un papel importante en la gestión empresarial ha sido el caso
Le Monde, donde nace la “sociedad de redactores” como órgano representativo de los
trabajadores. La sociedad de redactores es, por tanto, una fórmula de explotación
empresarial en la que los redactores tienen el uso y disfrute de la edición de
periódicos una mayor autonomía y capacidad de decisión de la redacción en los temas
empresariales.
El periódico Le Monde nace el 18 de diciembre de 1944, auspiciado por
Charles De Gaulle, Presidente de la República Francesa, que concede la facultad de
edición de periódicos a los periodistas que durante la guerra mantuvieron una actitud
favorable a la Resistencia. Es, por tanto, una represalia para aquellas empresas
periodísticas que no estuvieron al lado de De Gaulle durante la II Guerra Mundial. En
este contexto histórico surge” la sociedad de redactores” pues, a partir de este hecho
histórico, nace este tipo de sociedad. En estos primeros momentos, hay intentos que
no dan resultado, como el caso de los periódicos “France Soir” y “Sud Ouest”.
Pero el año 1951 el Diario “Le Monde” sufre una profunda crisis, debido a la
dimisión de su emblemático director Humbert Beuve-Méry, al negarse a que los
artículos de política internacional fueran censurados por un Comité de dirección
arbitrado por los accionistas de la sociedad propietaria del medio. Los trabajadores de
“Le Monde” se unen ante esta intromisión del poder empresarial y agrupados por
Schwoebel - redactor convertido en líder- lucharán hasta conseguir la vuelta de su
director, contando con el apoyo de los lectores. En ese mismo año la Junta General de
Accionistas acepta las reivindicaciones de los trabajadores, y Beuve Méry vuelve
como director a Le “Monde”.
Todo este proceso no se puede comprender si no se analiza la figura de Beuve
Méry, un hombre nacido en París en 1902, con una infancia muy difícil ya que su
padre abandonó a su madre a los dos días del nacimiento de Hubert y tuvieron que
subsistir gracias a la ayuda de la Iglesia. Durante su juventud demostró ya una
vocación periodística y militó en la extrema derecha nacional católica francesa. Como
periodista tuvo una conducta comprometida cuando “Le Matin” le mandó como
corresponsal a Praga en 1928, y fue asesinado el Presidente francés Doumer, por un
demente llamado Gorguloff. El propietario de “Le Matin”, ligado a intereses
armamentistas, quiso imponer su versión personal según cual el asesino era un
comunista. Beuve Méry como corresponsal recibió la orden de escribirlo, pero sus
investigaciones le llevaron a la conclusión de que el asesino era simplemente un
demente. Por supuesto, fue despedido además de conseguir fama de procomunista.
Siguió en Praga trabajando para “Le Journal” y para “Le Politique” en la que sus
crónicas revelaron y desmontaron las maniobras nazis para penetrar en Europa
Central. Ello le valió la corresponsalía de “Le Temp”, de donde dimitió en 1938 al
coincidir los intereses del periódico con los de Hitler. A las pocas semanas estaba
luchando con la resistencia. Una vez casi finalizada la Guerra, De Gaulle decide que
hay que tener un periódico de gran influencia internacional, con un periodista con
pasado en la Resistencia y cuya honradez y competencia estén fuera de duda. Piensa
que hay que rehacer “Le Temp”, pero debido a las” leyes represalias” que él mismo
había dictado esto no fue posible hasta que Beuve Méry aceptó el cargo de Director
con la condición de que se cambiara el nombre por el de Le Monde. A partir de ahí, se
funda una sociedad con 200.000 francos puestos por Funk Brentano (protestante),
Cardán (el gaullista), y Beuve Méry (el católico). El Gobierno, basándose en las leyes

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de Prensa de la Liberación, se incautó del material y los locales de la sede del Le
Temp.
Del año 1951 en la que se forma la sociedad de redactores hasta 1977 hubo
continuas modificaciones de capital en la SRL Le Monde, un baile que no ha parado
hasta nuestros días. A pesar de que los Estatutos, desde un primer momento, han
cuidado al máximo el juego de sus asociados, así como las posibles combinaciones de
las partes de capital social para conseguir mayoría simple o reforzada, como muy bien
señala el profesor Tallón.

Así en 1977 la estructura del accionariado era:


Socios fundadores...............................................................40%
Sociedad de redactores........................................................40%
Sociedad de mandos intermedios administrativos.................5%
Sociedad de empleados talleres............................................4%
Director de Le Monde.........................................................7%
Gerente de Le Monde..........................................................4%

Debido a que Le Monde necesitó una aportación de capital, en el año 1986 se


aprueba un aumento de capital en su Asamblea General. Quedando el accionariado de
la siguiente forma:

Sociedad de Lectores de Le Monde y Sociedad de Inversores...............25%


Socios fundadores.................................................................................30%
Sociedad de redactores..........................................................................30%
Sociedad de mandos intermedios............................................................5%
Sociedad de empleados de talleres..........................................................4%
Gerente..................................................................................................6%

En 1991, hay de nuevo una reestructuración del capital social de Le Monde,


quedando:

Asociación Hubert Beuve-Méry 32,8% compuesta por 14 miembros que votan a título
individual.
Sociedad de redactores.......................................................................... 32,3%
Sociedad de lectores.............................................................................. 11,3%
compuesta por 13.000 lectores que pusieron su dinero para salvar el diario de la
quiebra. Le Monde Enterprises............................................................................ 8,0%,
formado por los mecenas de empresas y grupos industriales.
Sociedad de cuadros.............................................................................. 5,1%.
Sociedad de empleados.......................................................................... 4,1%.
Director-Gerente................................................................................... 6.9%.

En el año 94, a pesar de las ampliaciones de capital, Le Monde, tuvo que subir
dos veces el precio de venta para sanear su economía. Y, como dato curioso, quiso
captar en bolsa 100 millones de Francos (2.500 millones de ptas) mediante una
emisión de acciones. Tal estrategia fue vista con malos ojos por su redactor jefe, Jean-
Marie Colombani, y su redacción, ya que acarrearía la pérdida de la independencia
redaccional del periódico. Le Monde iba a dar otra lección de solidaridad a todos los
colegas de la prensa. Frente a esta situación, Lesourne encargado financiero de Le
Monde, fue acusado de carecer de visión editorial. Presentar las cifras de los

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presupuestos, los periodistas cuestionaron su autenticidad. Su reacción fue la de
suspender todas las pagas extraordinarias. Todo Le Monde fue a la huelga. En una
semana el Lesourne cedió, y tuvo que aceptar dejar el cargo para finales de año. Pero
lo haría antes, publicando que le hacían imposible su trabajo y alegaba que la peculiar
estructura de la tenencia de acciones del periódico ponía al director a la merced de las
alianzas transitorias y los desacuerdos entre las distintas partes. Dimitido Lesourne, se
buscó un sucesor en la figura de Guiu, responsable de los asuntos financieros, quien
estableció unas condiciones para gestionar el periódico. Pero éstas no fueron
aceptadas por la redacción, por lo que no fue nombrado director. Se consideraba que
el sistema actual de propiedad del periódico lo hace imposible de manejar y pronto
podría convertirlo en un negocio inviable.

La necesidad de una nueva ampliación de capital hizo que la composición del


accionariado quedase dividida en dos tipos de accionistas: los pertenecientes al
periódico y los de fuera del periódico.

Accionistas pertenecientes al periódico:


Asociación Hubert-Beauve Méry........................................14,41%
Sociedad civil de redactores................................................36,21%
Sociedad civil de ejecutivos.................................................3,56%
Sociedad civil de empleados...............................................2,88%
Jean -Marie Colombani.......................................................0,06%

Accionistas fuera del periódico:


Sociedad de lectores............................................................11,64%
Sociedad Le Monde Enterprises...........................................11,64%
Le Monde inversores............................................................8,81%
Le Monde Prensa...................................................................5,31%
Iéna Prensa............................................................................5,48%

Pero la progresiva necesidad de capital hizo que en el año 95 2“La Stampa”


tomara una participación del 1,7% de Le Monde, a través de la Sociedad Le Monde
Prensa, lo que supuso un desembolso por parte de periódico turinés de 375 millones
de pesetas.

La situación en agosto del 96 no era muy esperanzadora Las3 perdidas eran de


1.300 millones, aunque hay que destacar que los resultados del 95 fueron mejores que
los del año anterior, y que la difusión creció un 7,1%. Su revista mensual Le Monde
Diplomatique aumentó su difusión un 5,7%.

El caso Le Monde no sólo es un ejemplo de propiedad por parte de los


periodistas del medio para conseguir la independencia de una línea editorial, como lo
ha demostrado con su línea frente a problemas como el colonialismo francés o en
referencia al caso español se atrevió a decir en un editorial que González era 4 “una
apuesta peligrosa para Europa”. Esto nos demuestra que, a pesar del continuo baile de
capital, su independencia ha sido algo más que una utopía. Le Monde también ha sido
un ejemplo de solidaridad entre los periodistas -algo tan poco frecuente en nuestra
profesión, en la actualidad- en las adversidades empresariales. Supo igualmente
marcar un estilo de dirección por su director, dejando un vacío de poder que
difícilmente ningún otro Director podrá cubrir.

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3.- EL CASO DEL DIARIO EL MUNDO

Al igual que Le Monde, el nacimiento de El Mundo tiene como protagonista a


un director de un medio impreso, en este caso Pedro J. Ramírez. Que fue destituido de
su cargo de Director del Diario 16, el 8 de marzo de 1989 por su postura ante el GAL
y el modelo de periódico que su editor Tomás de Salas quería . Ante esta injerencia en
el estilo de dirigir Diario 16, P.J. Ramírez decidió crear un periódico en el que no
pudieran existir las injerencias del accionariado en la línea editorial.

La sociedad formada para el lanzamiento del nuevo periódico fue UNIDAD


EDITORIAL. El capital inicial fue de 500 millones y, debido al interés que mostraron
los distintos socios, se aumentó a la cantidad de 1.500 millones de pesetas. Para evitar
la injerencia del accionariado decidió que en sus Estatutos ningún socio pudiera tener
un techo superior al 10%, punto del Estatuto que hizo que socios potenciales como El
Grupo Z de Antonio Asensio no desembarcara en el Diario El Mundo.

Pero el punto más importante de los estatutos es quizá el que obligó a los
primeros accionistas a destinar un 25% de su inversión a pagar las acciones no
liberadas que debían de tener los profesionales para garantizar la independencia del
medio y evitar los posibles “miedos” de P.J. Ramírez. A pesar de las continuas
ampliaciones de capital que ha tenido El Mundo, en la actualidad los profesionales
ocupan ocho puestos del Consejo de Administración de la sociedad, algo inusual en
los periódicos españoles. Por otro lado los propios trabajadores han ido comprando
acciones con dinero de su bolsillo5 (además de esos primeros 1.500 millones de
acciones, los profesionales, casi en exclusiva, suscribieron 200 millones de
obligaciones convertibles).

En 1991 tuvo lugar una ampliación de capital de otros 2.000 millones en la que
los profesionales participaron de una manera importante, llegando a ostentar una
participación sobre el capital social de la compañía superior al 10%. Para suscribir
acciones de esta ampliación, muchos profesionales tuvieron que endeudarse con
préstamos bancarios.

Pero la participación de los periodistas en El Mundo no solo es en el


accionariado. Ya que al margen de existir un Estatuto de la Redacción, aceptado por
todos los periodistas, en el que se contienen los principios ideológicos del periódico,
también existe un Consejo de Redacción, cuyos miembros son elegidos por todos los
periodistas, y que conoce sobre todos los aspectos relativos a la orientación del
producto y de los principios que lo inspiran.

CONCLUSIONES

El caso de Le Monde es un mito dentro de la participación de los periodistas en las


empresas informativas. Pero desgraciadamente irrepetible ya que se dio en unas
circunstancias que no se volverán a repetir en Francia y que son impensables en
España. Por lo que los periodistas debemos tender a fórmulas menos utópica y
atípicas en la propiedad de los medios. Ejemplo de esa tendencia es el caso del
periódico español El Mundo en el que los periodistas forman parte de su accionariado
de una forma muy real.

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Respecto a los argumentos en contra de la participación de los profesionales en los
medios baste señalar que los beneficios de Unidad Editorial han ido aumentando
desde el año 1992 -50 millones- hasta los más de2.000 millones de pesetas del año.
También es importante fomentar la participación de los profesionales en la creación
de empresas periodísticas, ya que nuestra profesión es una de las que más paro
registra.

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6
1NOTAS.

1 José Tallón: Lecciones de empresa informativa. Ediciones Ciencias Sociales, Madrid, 1992.

2 Ver El Mundo. Madrid. Edición del día 22 de Febrero de 1995.

3 Ver El Mundo. Madrid. Edición del día 17 de Agosto de 1996.

4 Ver El Mundo. Madrid. Edición del día 25 de Junio de 1995.Plaza Pública. Justino Sinova. “Le Monde”.

5 Fuente: La gerencia de El Mundo.

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