La pasionaria es la flor del sueño, del dulce sueño.
Por eso es precisamente
también la flor de la pasión, de la pasión no erótica, del padecimiento, porque la tradición religiosa la vincula a la muerte de Cristo y a sus estigmas y a la base de su Iglesia.
Normalmente, cuando hablamos de la pasiflora (su variedad más común es la
Passiflora incarnata) vinculamos esta planta trepadora a su uso medicinal, para el sueño y la tranquilidad. Uno de los usos más comunes es el de infusiones contra la ansiedad, por sus virtudes sedantes, siendo positiva en casos de nerviosismo, insomnio, ansiedad o estrés diario. La pasiflora también calma el dolor, especialmente cuando este está relacionado con problemas del sistema nervioso, y favorece la desaparición de una serie de síntomas físicos que tienen su origen en problemas emocionales. Pero evidentemente, la pasionaria destaca más que por su simbolismo o por sus curiosidades ecológicas, por ser una de las plantas medicinales más utilizadas del mundo, por el hecho de que ya era utilizada por los aztecas por sus destacadas e importantes virtudes tranquilizadoras y sedantes. Posee alcaloides y flavonoides ideales a la hora de luchar y evitar los diferentes trastornos del sueño (especialmente el insomnio), ayudando a restaurar de manera progresiva un sueño de calidad, reparador y positivo. Entre las ventajas de su uso hay que destacar que la mayoría de los tranquilizantes, especialmente los de naturaleza química, tienen un efecto inmediato en el ser humano, pero también producen efectos no deseables como la habituación, lo que requiere cada vez dosis mayores. En el caso de la pasionaria, por acción de los flavonoides, la planta ejerce un efecto sedante sobre el sistema nervioso sin crear efectos depresivos en el mismo. Por eso, como sedante se puede utilizar también en niños y en personas mayores, incluso con tratamientos prolongados.
En general, la flor de la pasión está indicada para todas aquellas situaciones de la
vida que nos suponen una carga adicional de estrés (desde causas emocionales a físicas, como la menopausia, el síndrome premenstrual o los problemas de tiroides). Sin embargo, la pasionaria no puede combinarse con medicamentos con propiedades similares, como tranquilizantes, ansiolíticos, antihistamínicos o medicamentos para dormir. Además, algunos preparados con pasiflora contienen alcohol, por lo tanto, deberán abstenerse de tomarla personas que estén en proceso de deshabituación alcohólica.
Una planta protocarnívora con muchos usos medicinales
La compleja estructura de la pasionaria, única en el mundo, hace que en la
mayoría de los casos tenga que ser polinizada por insectos de gran tamaño, por ejemplo las abejas. Por eso, en algunas zonas de América se montan vigas de madera cerca de las plantaciones de maracuyá para alentar a las abejas carpinteras a que aniden sobre ellas. En algunas zonas su tamaño se ha optimizado para permitir la anidación de abejorros, avispas y murciélagos. Passiflora es el género más importante de la familia Passifloraceae, que cuenta con más de 530 especies. Crece principalmente en la zona tropical de América y sólo 22 especies crecen en el sur de Asia, Australia y Oceanía, por lo que podemos encontrar variedades del género de la Passiflora en casi todo el mundo, excepto en la Antártida y en el continente africano. Esta planta puede crecer a alturas muy diversas, desde el nivel del mar hasta altitudes superiores a los 3000 metros de altura, y por eso igual podemos encontrarlas en la cordillera de los Andes que en el litoral oeste del continente americano. Sin embargo, la mayor riqueza de estas especies se encuentra en las regiones templadas y cálidas, entre los 400 y los 2000 metros de altura.