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CAÍDA DEL TPS: IMPACTO

FINANCIERO PARA
CENTROAMÉRICA
Por Edición Regional -
16 noviembre, 2017

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Más de 250.000 centroamericanos en EE.UU. se encuentran en la cuerda floja con la
amenaza de cerrar el programa TPS por parte de la administración Trump.

U n total de 254.550 centroamericanos que radican en los Estados Unidos viven

en zozobra después de que la Administración del Presidente Donald Trump anunciara


la posible clausura de la Temporada de Estancia Protegida (TPS).
Desde su comienzo, la administración Trump ha gestionado medidas en contra de los
migrantes ilegales que se encuentran en el país, entre ellas el cuestionamiento del
programa DACA (Acción Diferida Para Llegadas Infantiles). El mes de noviembre ha
sido determinante para los tres países centroamericanos que tienen un acuerdo de
Estatus de Protección Temporal (TPS) con Estados Unidos vigente desde el 5 de enero
de 1999.

El Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. anunció el lunes 6 de noviembre que


eliminará en enero de 2019 el acuerdo TPS que ampara a cientos nicaragüenses que
residen en el país, y que postergará hasta julio de 2018 la decisión definitiva sobre este
beneficio para los hondureños. Mientras tanto, para los salvadoreños (el grupo más
grande), la administración Trump todavía mantiene sus opciones en análisis. Los países
centroamericanos están realizando esfuerzos diplomáticos tratando de mantener la
vigencia del programa.

El Ministro de Relaciones Exteriores de El Salvador, Hugo Martínez, ha confirmado a


los medios estadounidenses que se ha reunido con miembros de la administración
Trump para afirmar que las tormentas tropicales en los últimos cinco años, seguidas por
las condiciones de sequía más recientes, hacen que el regreso de esos ciudadanos sea
insostenible. Mientras tanto, tres congresistas estadounidenses están preparando una
legislación que permitiría a todos los beneficiarios de TPS solicitar la residencia
permanente, misma que se ha denominado el “Aspire Act”. La ministra de Relaciones
Exteriores de Honduras desplegó una extensa visita a autoridades americanas señalando
los argumentos hondureños que permitan extender los plazos del estatus temporal.

Según un informe del Servicio de Investigación del Congreso, los datos muestran que
254.550 centroamericanos están actualmente registrados bajo el programa TPS,
195.000 de los cuales son salvadoreños, 57.000 son hondureños, y 2.550 de Nicaragua.
El programa TPS se estableció para hondureños y nicaragüenses después del huracán
Mitch en 1998, y luego para los salvadoreños en 2001, después de que dos terremotos
devastaran el país centroamericano.

Si bien el estatus migratorio solo se suponía temporal, las administraciones posteriores


de Bush y Obama retrasaron el regreso de los inmigrantes de El Salvador, Honduras y
Nicaragua en el programa TPS sobre la base de que todavía no es seguro que los
nacionales regresen debido a la interrupción de las condiciones de vida de los desastres
ambientales. Todavía en mayo de 2016, el Registro Federal declaraba que los desastres
naturales habían “comprometido significativamente la capacidad de Nicaragua para
manejar adecuadamente el retorno de sus nacionales”. Adicionalmente, muchos de estos
inmigrantes han establecido fuertes lazos con Estados Unidos, incluyendo nacimiento
de hijos, estudios, trabajos y pago de impuestos.

CONSECUENCIAS ECONÓMICAS
Juan José Cruz, asesor económico del Consejo Hondureño de la Empresa Privada, no ve
un panorama favorable para los Estados Unidos de ponerle fin al TPS como lo tiene
previsto la administración americana actual. “El gobierno de Trump ha calculado que
expulsando a los inmigrantes ilegales habrá más espacios de trabajo para ofrecer a sus
connacionales. Hay que recordar que EE.UU. todavía no se recupera del quiebre
económico-financiero de octubre 2008”.

“Habrá que ver si la población a lo interno es capaz de responder a las actividades básicas
que realizaban los ilegales con la misma intensidad y al bajo costo que el empresariado
acostumbraba a pagarles”.

Esto fue respaldado además por Hugo Martínez, quien habló en nombre de El Salvador
a VOA News, una publicación estadounidense, explicando que aproximadamente el 90%
de la población salvadoreña bajo el TPS trabaja más de 40 horas a la semana en áreas
clave para el desarrollo económico en los Estados Unidos, tales como la construcción, la
industria de restaurantes, paisajismo, hospitalidad, pero también atención médica y
atención domiciliaria.

En este momento, los inmigrantes de América Central se han establecido en los Estados
Unidos. No está seguro de cuántos de los que se encuentran bajo el programa TPS tienen
hijos. Además, muchos trabajan y envían dinero a sus países de origen, con el Banco
Central de Reservas de El Salvador informando que el 17,1% del PIB del país se deriva
de las remesas enviadas desde los Estados Unidos.

Según el Banco Central de Honduras (BCH), el país recibió US$3.950 millones en


remesas en 2016, de las cuales el 90% provino del país norteamericano. Nicaragua
recibió US$1.264,1 millones en remesas en 2016, de los cuales US$624,1 millones
provinieron de EE.UU.

Cruz explica que “son 57.000 hondureños que están en el TPS, y si se calcula que envían
alrededor de US$450 mensuales, el impacto anual en las Reservas Internacionales
podría ser de US$300 millones – aproximadamente un 8% de los cerca de US$4 mil
millones que Honduras recibe de los compatriotas en el extranjero.
Sin embargo, no cree que Estados Unidos terminará con el TPS. “Es muy probable que
este asunto del TPS solamente sea la cabeza de puente para que el país proceda a
presionar al resto de la población inmigrante latinoamericana que se encuentra en esa
nación de manera ilegal”.

“En tal caso, las programaciones económicas de Honduras se vendrían abajo en virtud
que las remesas familiares (US$4.000 millones) son el primer rubro de las Reservas
internacionales, seguido de la maquila (US$3.600 millones) y café (US$1.200
millones)”.

La aplicación de la misma metodología hondureña, pudiese afectar a El Salvador con


reducciones por más de US$1.000 millones en remesas cada año.

La cancelación, el pasado martes, del Estatus de Protección Temporal


(TPS, por sus siglas en inglés), por parte de Estados Unidos hacia unos
200 mil salvadoreños, que trabajan y radican en la nación
norteamericana, ha despertado grandes inquietudes, una de las más
importantes es el impacto que tendrá la medida en la llegada de remesas
al país.

Según el economista Rafael Lemus, no se espera un efecto a corto plazo o


inmediato en la disminución de llegada de remesas, si no que va a tomar
un periodo de tiempo en el que cada familia buscará la manera de resolver
individualmente, su situación, y si eso se complica no tendría otra opción
que regresar.

El también economista Rigoberto Monge afirma que por lo menos en


2018 no se dará una disminución considerable en la llegada de remesas, si
no todo lo contrario, podría darse un incremento, al igual que en 2017.

Agrega que con base en un estudio presentado por el Banco Central de


Reserva (BCR) de 2016, se calcula que de cada $100 en remesas que se
reciben en El Salvador $20 provienen de los cerca de 200 mil
salvadoreños que han estado protegidos bajo el TPS.

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condiciones en El Salvador

“Si nos colocamos en un escenario extremo, que yo llamaría también


irreal, que estos 200 mil salvadoreños retornen, obviamente que esa sería
la reducción que habría en el volumen de remesas que se ha venido
registrando en los años anteriores”, mencionó Monge.

Es decir que si en el 2017 las remesas fueron de unos $5,000 millones,


ante ese escenario, se estaría hablando de una pérdida de $1,000
millones, pero aún es temprano para hacer esas valoraciones, dijo.

Los salvadoreños también representan un alto grado de importancia para


el fisco estadounidense, tomando en cuenta que bajo la protección del
TPS, han trabajado y contribuido legalmente pagando impuesto allá; pero
con la amenaza de deportación en lugar de pagar tributos en Estados
Unidos optarían por enviar sus ahorros a El Salvador.

Esta hipótesis se alimentaría aún más, si se toma en cuenta que el


Gobierno salvadoreño podría ofrecerles algunos beneficios como
excepción de impuestos.

¿Dónde viven los salvadoreños con TPS?


Si esto se convierte en una realidad, cabe la posibilidad de que los
compatriotas comiencen a traer artículos como maquinaria, vehículos o
mercadería, libre de impuestos aduanales y de esa manera establecer un
emprendimiento en el país.

“Acordémonos que esa transición no es fácil, si es un salvadoreño


radicado por más de quince años allá tiene otra cultura de trabajo, no es
fácil insertarse, encontrar en qué producir o qué vender”, destacó Lemus.

Transitar de una actividad de empleado a montar un negocio significa una


gran diferencia, sobretodo tomando en cuenta el clima de inseguridad que
impera en el país y que tanto afecta a los emprendedores.

El pasado martes la fracción legislativa del partido FMLN presento una


propuesta de Ley para integración de salvadoreños retornados, que
contempla apoyo con capital semilla para emprendimientos, pero no
presenta la fuente de financiamiento.

Si no se detalla de dónde saldrán los fondos, se estaría violando la Ley de


Responsabilidad Fiscal, señaló Lemus.

Gran impacto en la economía del país

La remesas han tenido un impacto positivo en la reducción de los niveles


de pobreza del 40 % al 33 % de pobreza que tiene el país, sobre todo en las
zonas menos favorecidas.

“De no tener remesas familiares habría una incidencia en el indicador de


la pobreza en El Salvador, que afectaría la calidad de vida de los hogares
receptores y no receptores de remesas”, aseguró Monge.
El 78 % de los 350 mil hogares receptores de remesas familiares dedican
los fondos a bienes y servicios de consumo, como alimentos, comida
rápida, pago de servicios de telefonía, cable, televisión en Internet, entre
otros.

La reducción del 20 % de la recepción de remesas impactaría en el gasto


de consumo de dichos salvadoreños.

La disminución de las remesas también significa la baja en la demanda y


producción de bienes y servicios, que se elaboran a nivel local. “El impacto
es en el consumo, pero el impacto final es en la producción nacional de
bienes y servicios, tasa de crecimiento de la economía y del empleo”,
destacó Monge.

Dicho impacto no sería para las empresas grandes, porque estas producen
para exportar, de esa manera la baja del consumo, sería sobretodo para la
pequeña y mediana empresa.

Aunque los trabajadores que se encuentran bajo la sombrilla del TPS no


representan el 100 % de remesas que recibe el país, la potencial baja de
ingresos significaría incluso pérdida de empleos, en el sector productivo;
aunque Monge destaca que el país también podría aprovechar la mano de
obra técnica calificada que podría llegar.

Los tres potenciales panoramas


Muchos de los inmigrantes salvadoreños trabajan en la
agricultura

No se vería un efecto a corto plazo en el 2018

En el año 2018 no se tendrá un efecto inmediato en las remesas


provenientes de Estados Unidos, por la cancelación del TPS, porque los
salvadoreños estarán legalmente protegidos hasta septiembre de 2019.

Excepto en los casos de salvadoreños que por su edad, decidan


voluntariamente retornar a El Salvador, eso implicaría una reducción de
envíos, pero estos casos serían hasta cierto punto atípicos.
Los compatriotas al conservar un último periodo de protección del TPS,
por 18 meses, se concentrarán en solicitar los documentos de autorización
de empleo para poder seguir trabajando de manera legal hasta septiembre
de 2019, de esta manera los niveles de ingresos y envíos podrían
conservarse.

Incremento en monto de remesas para este año

También puede darse un aumento en el volumen de remesas a


consecuencia de la decisión de los salvadoreños de proteger sus ahorros,
mientras aún son beneficiarios del TPS, y decidan (tal como se supone
sucedió en 2017) enviar montos mayores de lo usual.

El incremento de envíos hacia El Salvador buscaría acumular el dinero en


su país de origen, independientemente de si deciden retornar o no, ante la
situación de incertidumbre de cara a septiembre de 2019, pues una
familia preferiría tener sus ahorros en el país en lugar de en Estados
Unidos.

Esto obedecería a una decisión voluntaria de mantener el dinero en El


Salvador o en casos extremos, contemplar la idea de regresar y montar un
negocio.

De todos los países, El Salvador es el que tiene la mayor cantidad de


población que perdería su estatus de protección. Más de la mitad de todas
las personas con TPS son salvadoreños.

Población con TPS


Infogram
4. EL TEMA MIGRATORIO ESTÁ EN EL CONGRESO

Desaceleración de llegada de dinero en largo plazo


El 88 % de los beneficiarios del TPS tienen empleos formales y
dignamente remunerados, con un nivel de ingreso mayor al otros
considerados “ilegales”, y tomando en cuenta la cantidad de años viviendo
en la nación norteamericana, lo más probable es que empiecen a hacer
tramites para legalizar su situación con la actual ley de Emigración de
Estados Unidos.

Los salvadoreños enviarían un poco menos de dinero, mientras tratan de


formalizar su situación, entonces se daría una leve desaceleración en el
crecimiento de llegada de las remesas.

La lógica de consumo de las familias en Estados Unidos, podría cambiar y


pensarían en función de construir un ahorro para traerlo al país.

Impacto económico que tendría la


cancelación del TPS para Estados
Unidos y El Salvador
JUNIO 8, 2017
El gobierno de Estados Unidos anunció el pasado fin de semana que estudia poner fin
al TPS (Estatus de Protección Temporal, por sus siglas en inglés), que en este momento
permite a cerca de 190 mil salvadoreños vivir y trabajar en ese país legalmente.

El secretario de Seguridad Nacional de EUA, John Kelly, declaró que “los inmigrantes
que han vivido y trabajado legalmente en Estados Unidos debido a desastres que se
registraron en sus países hace años quizá deberían empezar a pensar en volver a casa”.

El TPS es un programa que fue creado por el gobierno de Estados Unidos tras los
terremotos de 2001 en El Salvador, con el fin de ayudar a este país a enfrentar la crisis
y paliar la situación difícil en que quedaron miles de personas luego de los desastres.

José Magaña Salgado, abogado del Centro de Recursos Legales para Inmigrantes (ILRC,
por sus siglas en inglés) es coautor de un estudio sobre Los Costos Económicos de la
Finalización del TPS en Estados Unidos, para salvadoreños, hondureños y haitianos.

Según el estudio, actualmente el TPS beneficia a aproximadamente 300,000


inmigrantes de El Salvador, Honduras y Haití. Según datos de la Encuesta Comunitaria
Americana (ACS), hay, entre los beneficiarios al TPS, 186,403 salvadoreños,
70,281hondureños y 46, 558 haitianos.

El documento advierte que la deportación de los salvadoreños, hondureños y haitianos


con TPS costaría a los contribuyentes $3,100 millones de dólares. De modo que
finalizar el TPS para estos tres países resultaría en $69 mil millones de reducción a las
contribuciones a la Seguridad Social y Medicare por casi una década.

Dice también el estudio que “finalizar el TPS para estos tres países llevaría a una
reducción de $45,200 millones en PIB por casi una década para la economía de Estados
Unidos”.

Además, el despido mayoritario de toda la población del TPS empleada de estos tres
países resultaría en $967 millones de dólares de costos de rotación, por ejemplo, los
costos que tendrían para los empleadores cuando un empleado deja un puesto de
trabajo.

Los lugares más afectados en Estados Unidos serían, principalmente, las áreas
metropolitanas en Florida, Nueva York, California, Texas, Maryland, y Virginia.

Por otra parte “en caso de implementar (Trump) políticas migratorias muy restrictivas,
se podría llegar a afectar los flujos que reciben los salvadoreños mediante las remesas.
Éstas equivalen actualmente al 17.1% del su Producto Interno Bruto”. El año pasado El
Salvador recibió más de $4,500 millones de dólares en concepto de remesas,
principalmente de Estados Unidos.
En el caso de las remeses familiares, el 20.037 % de los hogares salvadoreños, según la
Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples (EHPM) 2015, son receptores de este
beneficio, lo que representa un total de 353 mil hogares. Es decir, 1, 285,807 personas
en El Salvador reciben remesa.

El canciller de la República, Hugo Martínez, afirmó esta semana que el Gobierno


salvadoreño trabajará para lograr la continuidad del TPS para los compatriotas que
están acogidos a ese programa que garantiza su estabilidad en Estados Unidos.

El TPS actual vence en marzo del 2018; sin embargo, hay preocupación ante las medias
migratoria de deportación anunciadas por el presidente norteamericano Donald
Trump.

”Entiendo que la situación es preocupante, pero le pido a los compatriotas mantener la


calma…no nos vamos a rendir, vamos a trabajar para conseguir una continuidad”,
señaló Martínez durante una entrevista de televisión este martes.

Sobre los procesos migratorios, el canciller llamó a los compatriotas que residen en
EE.UU. a informarse por medio de fuentes oficiales y no dejarse llevar por rumores, al
tiempo que reiteró que “lucharán por una medida que garantice una situación regular”
para los compatriotas en Estados Unidos.

El secretario Kelly envió fuertes señales de que los privilegios migratorios como el TPS
“no deberían ser indefinidos como han sido para decenas de miles de personas de Haití
y varios países de Centroamérica”.

“El punto no es que el país (del que llegaron) se recuperará completamente de todos
sus males”, dijo Kelly. “El punto es que, cualquiera que haya sido el evento que provocó
que se concediera el TPS, ese evento ha concluido y ya pueden regresar”, reiteró el
Secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos.

Cancelación del TPS tendría


impacto económico en El Salvador
a partir de 2020: presidente del
BCR
ENERO 15, 2018
“Para 2018 y 2019 no vemos impacto”, dijo el presidente del Banco Central de Reserva,
Óscar Cabrera, al ser cuestionado sobre el efecto de la cancelación del programa de
protección temporal, TPS, hacia la economía salvadoreña.

La institución financiera estima crecimiento en el flujo de remesas para los dos


próximos años -de 3.8% y 0.9% respectivamente-, pero una ralentización del 0.2% al
0.7% entre 2020 y 2022. “Si no se llega a una reforma migratoria en el Congreso, esto
puede tener un impacto en el crecimiento económico de El Salvador”, dijo Cabrera en el
programa FOCOS, que se transmite los domingos a las 7:30 de la noche y los miércoles
a las 6:00 de la tarde por canal 33, 7 en cable.
La máxima autoridad en materia financiera explicó que durante 2017 se observó un
incremento en el envío de remesas desde Estados Unidos de un 9% respecto a 2016,
sumando un total de 5 mil 22 millones de dólares al finalizar el año. 13% de este flujo
procedió de los cerca de 200 mil salvadoreños amparados bajo el TPS.

El incremento en las remesas se debió, según el funcionario, a un “efecto precaución de


la diáspora” -relacionado con la prevención de un posible retorno debido a las actuales
políticas migratorias de la administración de Donald Trump-, pero también a un leve
crecimiento de la economía estadounidense y un descenso en la tasa de desempleo para
los hispanos.

Cabrera destacó la importancia de las remesas para la economía salvadoreña al señalar


que de los 31 mil 758 millones que se reportaron como ingresos nacionales en 2017, 5
mil 68 fueron producto del envío de divisas por parte de los connacionales en Estados
Unidos. “Y según la última encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples, el 20% de los
hogares son receptores de remesas”, subrayó.

El Salvador junto a Haití y Nicaragua son los países de América Latina que han perdido
los beneficios del TPS desde la llegada de Donald Trump a la Presidencia de los Estados
Unidos. Alrededor de 195,000 salvadoreños deberán regular su situación migratoria a
más tardar el 9 de septiembre de 2019, posterior a esa fecha su estatus será ilegal.

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