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Símbolos
por José Fernández Tabera
Aunque a veces ni nos damos La primera es la Palabra de Dios, la Cuando oscurece en nuestras casas,
cuenta, los símbolos sirven en nuestra Biblia abierta como símbolo del Dios con sólo tocar un interruptor, se en-
vida para recordarnos cosas que nos que ha hablado, que nos habla y que ciende una potente luz. Pero ¿qué
han ocurrido con anterioridad y que seguirá hablando a su pueblo por los hacemos cuando por una avería nos
de manera sencilla nos recuerdan rea- siglos. Como símbolo del Logos, de quedamos sin corriente eléctrica? No
lidades muchos más hermosas y gran- Jesús encarnado. sé vosotros, pero yo tengo en casa por
des: una foto, un video, serían formas La segunda es una cajita donde algunos cajones casi olvidados, unas
de símbolos modernos que nos re- cada uno libremente pondrá su ofren- cuantas velas. Y que útiles son en es-
cuerdan personas o momentos vividos da y representa la pequeña parte (casi tos casos. O ¿qué hacemos cuando
y que quedaron recogidos en una cinta siempre demasiado pequeña) que de- vamos al campo en alguna casa apar-
magnética, rollo de película o si es volvemos a Dios de lo mucho que de tada donde no llega la electricidad?
más reciente, en unos datos matemáti- Él recibimos. Unas cuantas velas nos permiten ver-
cos grabados en un ordenador. nos y poder movernos sin tropezar
El tercer símbolo, sobre el que con todo lo que nos rodea.
quiero reflexionar un poco más, ya
Dentro de nuestro con- que es el último que hemos incorpo- Pero, ¿podemos hacer algo para
rado, es el de una vela. En recuerdo que esa pequeña velita sea menos vul-
texto de fe, los símbolos nerable? En la época anterior a Edison
de la afirmación de Jesús: «Vosotros
fueron tan trascendentales [los discípulos, la iglesia] sois la luz cuando la gente necesitaba ilumina-
en la historia del pueblo de del mundo» (Mt 5,14). ción en el exterior, en las calles o en
los carruajes, ponía la vela protegida
Dios que le fueron impues- Podríamos haber puesto una bom- por uno o varios vidrios que permitían
tos para que pudieran re- billa o un gran foco eléctrico, pero eso que la luz saliera e iluminara hacia el
cordar lo que Él había no nos representaría tan adecuada- exterior y a la vez impedía que el
mente como una pequeña vela. De viento y la lluvia pudieran apagarla.
hecho por ellos. Las fies- hecho cuando esas palabras fueron di-
tas, el arca de la alianza... chas, nadie pensaba en otra cosa que Así nos sentimos como comuni-
dad. Vemos cerca de nosotros otras
y más tarde el pan y el vi- no fuera en una pequeña llamita de
lámparas más potentes, menos vulne-
no como símbolo de Jesús una lámpara de aceite.
rables, y damos gracias a Dios por
mismo y su obra. Como mínimo este símbolo a no- ellas. Pero en vez de lamentarnos de
sotros, Comunidad Menonita de Má- nuestra situación queremos experi-
laga, nos recuerda dos cosas: mentar ahora, en nuestra debilidad,
Hemos puesto en nuestra comuni- que la misericordia y el cariño de
1ª. Nuestra debilidad, (apenas
dad, durante nuestras reuniones, en Dios son especiales con aquellos que
somos 14 personas), nuestra vulnera-
una mesa en el centro tres objetos, tres no sienten la tentación de la autosufi-
bilidad, como la de la vela, frente a las
símbolos. No es que estas cosas sean
inclemencias del tiempo. Una leve
necesariamente las mejores, pero qui-
brisa, el aliento de una persona, serían
zás son las más adecuadas para noso-
capaces de apagarla.
tros en estos momentos. Posiblemen-
te en otros momentos las cambiemos, 2ª. Nuestra dependencia de Dios
o al menos alguna de ellas. y su misericordia. Sólo por ella po-
demos seguir adelante. Si miramos
nuestras fuerzas, nuestra fe, nos hun-
También en este número: dimos en el mar —como Pedro cuan-
Foto: Rickydavid, en flickr.com
ciencia. Al mismo tiempo, pedimos a claridad que el sol nos proporciona. una pequeña y débil vela, la realidad
nuestros hermanos que nos protejan y Pero qué importantes se vuelven es que cuanto mayor sea la oscuridad,
nos defiendan, con sus dones, de las cuando llega la noche, en medio de la mayor sentido tiene una simple vela.
inclemencias externas que pretendan oscuridad. Y cuando miramos a nuestro alrede-
apagar esta pequeña llama. Así que según la afirmación de Je- dor somos conscientes de cuán grande
Esta imagen de la vela me llevaba sús: «Vosotros sois la luz del mundo» oscuridad nos rodea. Por tanto pedi-
a pensar también en que nadie encien- —refiriéndose a los discípulos en ge- mos a Dios nos permita ser ese poqui-
de una vela o una bombilla a pleno día neral y aplicándonoslo a los grupos to de luz que ayude a despejar un po-
—a excepción de los alemanes, como locales en particular— ya seamos un co las grandes tinieblas que nos ro-
ya dije—. Su luz es nula frente a la potente foco de 2000 W, ya seamos dean. Amén.
Otro avance importante es la formas contemporáneas también se iglesia menonita de mi niñez tenía to-
reivindicación de la espontaneidad puede pecar de vacuidad e insinceri- do el equipamiento necesario para
de la oración. Esto también lo dad. Tenemos que confesar que cual- ello: un buen número de palanganas o
aprendimos de pentecostales y caris- quiera forma, cualquier estilo, cual- jofainas, donde se iba echando agua
máticos, que venían orando a voces quiera manera acostumbrada de hacer templada; y suficientes toallas como
todos a la vez sin complejos, confian- las cosas, puede bendecir a los que para irlas cambiando conforme se
do que Dios es perfectamente capaz son puros de corazón o en cambio, quedaban húmedas.
de prestar atención sin confundirse en también, realizarse con el corazón y la Como todas las confesiones cris-
medio de tamaño barullo. Desde lue- mente en otra cosa, lejos de Dios. tianas, tenemos también una oración:
go existían antes «reuniones de ora- el Padrenuestro. Antes solíamos re-
ción», donde cada uno hacía un pe- En las comunidades de fe ana- zarlo de memoria; ahora suele hacer
queño discurso con su rogaciones y baptista, entendemos que hay dos falta imprimirlo o proyectarlo en pan-
peticiones —y había muy poco de símbolos —que no sacramentos— talla, por la diversidad de traducciones
alabanza o expresiones alborozadas de esenciales para la vivencia de la fe existentes. Como mínimo queda bo-
amor y adoración de Dios. La recupe- cristiana: el bautismo de creyentes nito integrarlo a la celebración de la
ración de la alabanza como lenguaje (por decisión personal propia) y la Cena del Señor. Algunas de nuestras
esencial de la oración es una de las Cena del Señor. Sobre la Cena hay comunidades (ninguna en España, que
revoluciones más maravillosas que diversidad de opiniones en nuestras yo sepa) prefieren rezar el Padrenues-
hemos vivido desde mediados del si- iglesias en todo el mundo. Algunas tro en todas sus reuniones.
glo pasado. concuerdan con Michael Sattler (már-
tir anabaptista del s. XVI) que opinó José F. Tabera nos invita a consi-
que debía celebrarse todo lo frecuen- derar otros tres símbolos sencillos si-
A la vez, hay otras cosas tuados en el centro de la asamblea:
temente que fuera posible (por ejem-
que también se pueden plo, cada semana). Algunas se van al una Biblia abierta, una cajita para las
hacer. extremo contrario y prefieren hacer de ofrendas, una vela encendida.
la Cena un acto de solemnidad sin
De hecho, si nos atreviéramos a igual —precedido de la confesión mu-
descubrirlas y explorarlas y reconocer tua de pecados en una asamblea de
su valor como expresión de fe y devo- miembros— a celebrar solamente en
Semana Santa. Deberíamos saber incorpo-
ción a Dios, hay dos milenios de tra-
diciones litúrgicas de los cristianos, Otros dos símbolos son más o me-
rar a nuestro culto imáge-
desde las iglesias orientales en lugares nos frecuentes en iglesias de nuestra nes y actos simbólicos que
como Irak y Siria y Egipto y Rusia, confesión: ungir a los enfermos con «ministren» a nuestros
hasta las muy diversas iglesias de aquí aceite —intercediendo por su cura- sentimientos e imaginación
en Occidente. Mucho nos engañamos ción— en imitación de la costumbre
si descalificamos de bulto, como pura que describe la carta de Santiago; y de muchas maneras dife-
formalidad sin contenido espiritual ágapes celebrados con mayor o menor rentes.
verdadero, las formas de culto que in- frecuencia, donde cada uno trae algo
fundieron vida y esperanza —y hondo que comer y se pone todo en común.
amor a Cristo— a la larga sucesión de Habría que recuperar también, quizá,
generaciones que nos precedieron. otro acto que solía celebrarse antaño
Desde luego que hubo mucho tradi- en relación con la Cena del Señor: la- Siguiendo ese ejemplo, podemos
cionalismo vacío de autenticidad. Pe- varnos los pies unos a otros (según la explorar mucho más el mundo de lo
ro es imposible negar que con las instrucción de Jesús en Juan 13) . La simbólico, de lo pictórico, de la repre-
sentación. Recuerdo una época en
nuestra iglesia en Burgos cuando mi
esposa, Connie, nos iba cambiando de
tanto en cuanto unos cuadros —todos
de un estilo parecido, similar al de las
vidrieras de las catedrales— con di-
versos símbolos: un «camino estre-
cho» que conducía hacia el horizonte,
unas trompetas que invitaban a alabar
Foto: David Purcell, en flickr.com
Renunciar y disfrutar
por José Luis Suárez
Foto: www.mundialdetango.gov.ar/images/fotos
cristiano, no pude evitar pensar si su blico relacionado con el mismo. Inten-
respuesta al periodista no la había sa- té también recordar alguna de mis
cado de la vida y enseñanza de Jesús. predicaciones, o de otras personas, o
Es por ello, que empecé una re- algún libro y no encontré nada, ni en
flexión bíblica acerca de esta paradoja el archivo de mis estudios, ni en el de
de la vida y he aquí donde he llegado: mi memoria.
Pero cuando me puse a buscar en a
1. Renunciar la Biblia, me quedé sorprendido de la
Descubrí que el concepto de re- cantidad de textos sobre este tema. He
nuncia es uno de los elementos claves aquí algunas de las muchas referen-
en la enseñanza y vida de Jesús. Quie- cias bíblicas: de las bodas del Cordero. Y el ca-
ro citar algunos textos bíblicos a este pítulo 21 nos habla del cielo nuevo
• El primer milagro de Jesús que en-
respecto, aunque considero que no se- y tierra nueva donde todo será dis-
contramos en Juan, capítulo 2, «La
ría necesario, porque me atrevo afir- frutar por toda la eternidad.
boda de Caná». Ocurre el milagro
mar que la mayoría de los cristianos del agua que Jesús transforma en
los conocemos de memoria. Sugiero vino. Esto nos habla del disfrute Conclusión final
que se lean los versículos, relacionán- de la vida. La gran paradoja del «Renunciar y
dolos con su contexto. disfrutar» es el centro de la fe cristia-
• Todas las curaciones de Jesús
• Porque estrecha es la puerta y an- apuntan a ese deseo de Dios, de na, porque no es otra realidad que la
gosta la senda que lleva a la vida, que sus criaturas disfruten de la sa- muerte de Jesús (renunciar) y su resu-
y pocos son los que la hayan (Mt lud. rrección (disfrutar). Los cristianos es-
7,14). tamos llamados a vivir estas dos reali-
• La «Parábola del hijo pródigo» nos dades juntas. El «y» de Gandhi es una
• Si alguno quiere venir en pos de habla del padre que prepara la me- palabra que une. Muchas veces en
mi, niéguese a si mismo, tome su jor ropa, el anillo, el calzado y el nuestras creencias y vivencia de la fe,
cruz y sígame (Mt 16,24). becerro gordo para terminar di- acostumbramos a vivir el «o» que se-
• Si un grano de trigo no cae en la ciendo: «comamos y regocijémo- para, en lugar del «y» que une. Para la
tierra y muere, seguirá siendo un nos». Más tarde, encontramos la reflexión personal: ¿Mi vida es una
solo grano; pero si muere, dará música y la danza (Lc 15,11-32). vida de renuncia y disfrute?
fruto abundante (Jn 12,24). • Jesús mismo es acusado de come- Teniendo en cuenta que el disfrutar
• Las zorras tienen madrigueras y dor y bebedor: Vino el Hijo del es una realidad no tan común como el
las aves de los cielos nidos, pero el Hombre, que come y bebe y dicen: renunciar dentro del cristianismo, me
Hijo del Hombre no tiene donde Mirad un hombre glotón y bebedor he propuesto realizar una serie de re-
reclinar su cabeza (Lc 9,58). (Mt 11,19). flexiones mensuales en El Mensajero
• Así pues, cualquiera de vosotros • Jesús dijo en Jn 10,10: «Yo he ve- sobre los elementos prácticos que nos
que no renuncie a todas sus pose- nido para que tengan vida y vida pueden ayudar a disfrutar de esa vida
siones, no puede ser mi discípulo en abundancia». abundante de la cual habla Jesús en el
(Lc 14,33). Evangelio de San Juan 10,10.
• El libro del Apocalipsis nos narra,
Todas estas afirmaciones nos sue- en el capítulo 19, el anuncio de la
nan familiares y todos hemos escu- gran fiesta del final de la historia, • El próximo mes: Vivir con menos
6 El Mensajero número 67