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pensamiento
Wilber es el teórico que se atreve a cuestionar abiertamente creencias tan difundidas (que casi
han acabado asumiendo el estatus de dogmas religiosos), lo que le ha valido para romper los
establishments científicos que aún hoy operan. Por otro lado, con su intención de integrar en
un todo a la ciencia y a la religión ha alcanzado a no ser visto con seriedad por una o por otra,
pero en esto mismo radica su pensamiento, ya que uno de sus postulados fundamentales
radica en la idea de que todo existe dentro de un contexto y que no puede ser comprendido
independientemente de él, y naturalmente esto también es aplicable a su pensamiento.
A través de este reporte de lectura esbozaremos, de cierta forma la evolución del pensamiento
de Wilber, lo que de cierta forma es a la vez la evolución de su misma persona, pero antes de
continuar, es necesario mencionar que Wilber desde su visión, pretende integrar al
pensamiento de occidente y al de oriente dentro del mismo todo, donde también pone a la
ciencia y a la religión con la intención de plasmar el desarrollo de la espiritualidad en el ser
humano. Wilber niega rotundamente que estos dos pensamientos sean lo mismo o sinónimos,
ni mucho menos que sean contrarios sino más bien complementarios en una línea de
desarrollo.
Hasta ahora solo se han mencionado algunas ideas de Ken Wilber, sin embargo, ¿quien es Ken
Wilber?, sería necesario entonces agregar a este punto algunos datos para comprensión de su
pensamiento.
Wilber nació el 31 de enero de 1949, siendo hijo único de papá piloto durante la segunda
guerra mundial. Para Wilber el hecho de que su papá fuera parte de las fuerzas aéreas, significo
moverse constantemente de una ciudad a otra, aprendiendo a ejercitar constantemente la
desidentificación de sus amigos para después hacer nuevos, mismos que volvería a dejar.
Aunque sus papás eran inteligentes, ninguno de ellos despuntaba como él lo haría en sus clases,
fue un intelectual sin embargo lo molestaba que le llamaran “cerebro” por lo que no le
agradaba atraer la atención desde lo intelectual.
La tensión entre la búsqueda intelectual y la aceptación social acabo convirtiéndose en una
dimensión fundamental de la vida de Wilber, a pesar de que su extraordinaria capacidad
racional le ha llevado a ser reconocido en el mundo entero, Wilber es una persona muy sociable
y no lleva muy bien el hecho de que, al elegir la vida de escritor a una edad relativamente
temprana, se haya visto obligado a llevar una existencia relativamente solitaria.
Wilber desarrollo su propio estilo como escritor, el cual es muy reconocible, abstracto y teórico
al tiempo que muy directo y personal y, en ocasiones, excepcionalmente lírico y, a pesar de que
su verdadera pasión es la ciencia, misma sobre la que su ego se había edificado, termino
posteriormente instruyéndose en el budismo y en el taoísmo, lo que como consecuencia trajo
que su visión de la vida que sostenía hasta ese momento, termino por desvanecerse. Incurrió
en diferentes tipos de psicoterapia y de meditación, dándose cuenta de algunas contradicciones
entre ellas, punto en donde vivió insatisfacción.
Wilber tuvo múltiples trabajos; fue catedrático y también tuvo algunos otros de carácter
manual, lo cual valoro de manera muy positiva pues fue una vida muy acorde a los principios
del budismo Zen. Describiendo un poco más a Wilber, podemos decir que es un filósofo de
sistemas, un pensador que aspira a establecer la coherencia esencial de las cosas y que llega a
una visión global de la realidad en todas sus facetas. Describiéndose a sí mismo, Wilber se hace
llamar pandit y no gurú, estableciendo como principal característica, la ausencia de devotos en
el Pandit, y no así en el gurú, quien está firmemente comprometido a transformar la
espiritualidad de estos. Wilber tomó como su principal fuente de motivación la idea de
legitimar la practica espiritual y proporcionarle un fundamento académico para que la gente se
lo piense dos veces antes de desdeñar a la meditación como una especie de retiro narcisista o
de regresión oceánica.
En un intento de sintetizar y estructurar lo que Wilber es como escritor, podemos mencionar
que este cumple con 7 facetas las cuales siguen de la siguiente manera; teórico, sintetizador,
crítico, polemista, pandit, guía y místico.
Hasta este punto ya se han dado algunas características de quien es o como se autodescribe
Wilber, sin embargo, durante el desarrollo de este escrito lo iremos conociendo aún más, pues
al final de cuentas, el desarrollo de su teoría está íntimamente relacionado con su vida
personal.
Un comienzo brillante
Como ya se mencionó anteriormente, Wilber pretende integrar en un todo el pensamiento de
Occidente y de Oriente, de los cuales este último esta mayormente relacionado con las
cuestiones espirituales, lo que en otras palabras es; cuestiones transpersonales, y es por esta
misma razón que es necesario hacernos la pregunta de, ¿Qué es la psicología transpersonal?
Pues bien, esta vendría a conformar el cuarto movimiento de psicología. Es una visión del ser
humano que afirmará explícitamente las dimensiones espirituales. Tiene sus bases en la
psicología humanista de Abraham Maslow.
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La psicología transpersonal es una visión que aspira a investigar científicamente lo espiritual, sin
embargo, es más adecuado referirse al trabajo de Wilber como “psicología integral”, siendo
esta el quinto movimiento.
Philosophia perennis- el término fue acuñado por Leibniz.- pero la cosa –la metafísica
que reconoce la existencia de una Realidad divina substancial al mundo de cosas, las
vidas y las mentes; la psicología que encuentra en el alma algo semejante, o incluso
idéntico, a la Realidad divina; la ética que pone el objetivo último del hombre al
conocimiento del Fundamento inmanente y trascendente de todo ser- la cosa es
inmemorial y universal. Es posible encontrar rudimentos de la filosofía perenne en la
erudición tradicional de gentes primitivas de todas las regiones del mundo y ocupa un
lugar destacado en las formas plenamente desarrolladas de todas las grandes religiones.
La filosofía perenne denota una filosofía y una actitud ante la vida que parece ser
universalmente valida y encarna los ideales más elevados de la vida espiritual.
personal/existencia/transpersonal
persona/ego/existencial/transpersonal
Para referirse a este estado último de la consciencia Wilber usó el término “Mente” o
“Espíritu”. De ese modo llegó al siguiente espectro:
persona/ego/centauro/testigo/Espíritu
Cada que nos adentramos un nivel más profundo del espectro, no sólo trascendemos los
estadios anteriores (por el simple hecho de que se agrega un nuevo elemento), sino que
también los englobamos.
Wilber concibió al espectro de la consciencia como un continuo, en el cual, además de contar
con niveles primario, puede haber un sinfín de niveles secundarios a los cuales denomino
“bandas”. En el siguiente esquema podemos ver las bandas incluidas por Wilber.
Persona
Ego
o Bandas filosóficas (representan una interpretación más personal de la influencia
ejercida por una determinada cultura)
o Bandas biosociales (representan la influencia que ejerce en nosotros la cultura
en que nos hallamos inmersos a través del lenguaje)
Centauro
o Bandas transpersonales (representan la tierra de nadie existente entre lo Divino
y el organismo individual)
Espíritu
También podríamos decir que, en cada uno de esos pasos, hemos ido expandiendo nuestra
sensación de identidad desde la identificación exclusiva con el organismo individual hasta llegar
a abarcar la totalidad del cosmos.
Wilber Smith
17. Último
16. Causal superior Espíritu
15. Causal inferior
14. Sutil superior
Alma
13. Sutil inferior
12. Centauro
11. Biosocial
10. Ego maduro
Mente
9. Ego tardío
8. Ego intermedio
7. Ego temprano
6. Pertenencia
5. Imagen de cuerpo
4. Cuerpo pránico
Cuerpo
3. Cuerpo axial
2. Uroboros
1. Pleroma
Lo prepersonal
Son los primeros seis estadios en el modelo de Wilber, comenzando por el de Pleroma, un
término gnóstico que se refiere a la materia primordial caótica y desordenada de la que todo
emerge, después, viene Uroboros, en donde el niño experimenta estados fugaces de placer o
de incomodidad. En el estadio del cuerpo axial, el niño experimenta su cuerpo como algo que
claramente le pertenece. Durante el estadio del cuerpo pránico, las emociones rudimentarias
empiezan a desempeñar un papel importante. En el siguiente estadio de la Imagen del cuerpo,
el niño empieza a formar imágenes de los objetos que se encuentran dentro de su entorno,
dentro de todas las cuales, la imagen que destaca es la de su madre. En el último estadio de lo
prepersonal…pertenencia, el niño descubre que forma parte de un entorno social en el que se
habla un determinado lenguaje. Mientras que los estadios ligados al cuerpo casi se hallan
completamente sometidos a la expresión espontanea de los impulsos físicos, ahora puede
elegir expresar o no un determinado impulso o emoción.
Lo personal
La formación del Ego, desde Wilber, es un proceso de cuatro estadios, uno temprano, uno
intermedio, uno tardío y uno en donde se le considera maduro al Ego. El niño va identificándose
cada vez más con el ego mental conforme va recorriendo los estadios. Hacia el final del estadio
del ego tardío, el ego madura y, al hacerlo, el yo también empieza a diferenciarse del ego. Esto
da lugar a lo que Wilber denomina el estadio del centauro, durante el cual, el cuerpo y el ego se
integran para crear una “unidad” más elevada a la que se refieren las escuelas de la psicología
humanista y existencial.
Lo transpersonal
Comprende los estadios sutiles, inferior y superior. En el inferior el Yo prosigue su viaje
evolutivo trascendiendo, aunque no sea de un modo estable y controlado, la totalidad del
organismo psicofísico con el pensamiento racional y la percepción sensorial. En el sutil superior,
aparecen los dominios de la intuición y de la inspiración religiosa, este reino espiritual concreto
se caracteriza fundamentalmente por las visiones de seres arquetípicos o celestiales que
encarnan cualidades que forman parte de nuestro ser más profundo.
Lo transpersonal también incluye a los estadios causal inferior y causal superior. En el causal
inferior el individuo ya no percibe divinidades arquetípicas, sino que se convierte, por así
decirlo, en esas cualidades. En el causal superior, el individuo acaba trascendiéndose por
completo cualquier forma manifiesta hasta el punto de que ya no necesita aparecer o emerger
en la Consciencia. Aquí no hay Yo, ni Dios, ni Dios final, ni sujeto, ni tampoco hay nada, lo único
que existe es la Consciencia como tal. En el estadio denominado “último”, la unidad final, en la
que todas las cosas y todos los sucesos, aun permaneciendo completamente separados y
discretos, son sólo uno.
Los principios generales del desarrollo
En el proyecto Atman, esbozo los principios generales a los que se atiene el proceso del
desarrollo. Según Wilber, la transición desde un estadio del desarrollo al siguiente tiene lugar a
través de los procesos de diferenciación e integración. El proceso diferenciación permite que el
Yo cobre consciencia de que su identidad es distinta de la identidad ligada a un determinado
estadio del desarrollo. El proceso de integración, agrega el nuevo estadio al estadio anterior
para crear una nueva totalidad, sin embargo, cualquier problema en cualquiera de estos dos
procesos, creará una patología, aún y cuando ya un individuo este en lo transpersonal, por ello,
Wilber menciona que debemos esforzarnos de continuo por la diferenciación y evitar, al mismo
tiempo, caer en la disociación. Cada transición desde un estadio evolutivo hasta el siguiente
implicaría una transformación.
En cuanto a la represión, para Wilber esta no solo es válida para reprimir los impulsos de lo
físico que llegan a lo mental, sino que también es posible reprimir la mente durante la
transición que conduce de lo mental a lo espiritual.
Para Wilber el proceso de crecimiento hacia el Espíritu se ve alentado por el impulso a recobrar
la conciencia del Yo perdida durante el proceso involutivo.
¿Una caída del Paraíso?
¿Acaso puede el conocimiento que poseemos de los estadios más témpanos de la historia
cultural de la humanidad arrojar luz sobre los estadios más primitivos del desarrollo? ¿Es
posible que la evolución de la humanidad haya atravesado los mismos estadios de consciencia
que hoy en día advertimos en los bebes y los niños?¿Es posible que nuestros antepasados
vivieran en una especie de jardín del Edén para acabar luego, como afirman tantos mitos,
viéndose obligados a abandonarlo?
Desde una perspectiva psicológica, la hipótesis de la “Recapitulación” se aplicaría sugiriendo
que, en su desarrollo psíquico individual, cada niño atraviesa los distintos estadios de
pensamiento por los que, en el pasado, transito la humanidad. En su libro Después del Edén,
Wilber no suscribe la idea de una “caída” del paraíso, sino que, por el contrario, tiende a ver
que la humanidad “asciende desde el pasado”. En otras palabras, la humanidad ha atravesado
diferentes eras que de acuerdo con Wilber han presentado las mismas características de
consciencia que un niño atraviesa. En Después del Edén, Wilber establece que la humanidad
después de haberse desidentificado por completo de los estadios del desarrollo
correspondientes a los del cuerpo, el ego podía reprimir esos estadios. Habiendo despertado
heroicamente de su letargo en el inconsciente, el ego empezó a sentirse omnipotente,
olvidando que no es nada comparado con la realidad espiritual del Yo. Atrapado entre los
dominios inmensos de la naturaleza inconsciente y del Yo espiritual, el ego cree ser la única
realidad. En este estadio, el concepto mental del tiempo es ahora lineal e histórico y parece
poder avanzar hacia el futuro y retroceder hacia el pasado, lo que dio origen al sentimiento de
culpa y al miedo.
La evolución de la religión
En después del Edén, Wilber realiza una importante distinción entre el nivel de consciencia
“promedio” de un determinado periodo y el nivel de consciencia “avanzado” logrado durante el
mismo tiempo por unos pocos individuos. Wilber predijo que, tanto dentro del individuo como
dentro de la cultura, el proceso de desarrollo religioso se atiene también al espectro de la
consciencia. En resumen, la evolución de la humanidad discurrirá muy probablemente, estadio
tras estadio, por el mismo despliegue jerárquico que vislumbraron los héroes trascendentes del
pasado y por el que siguen transitando los meditadores de hoy en día, porque tanto los héroes
trascendentes del pasado como los héroes meditadores del presente y la evolución futura de la
modalidad promedio discurren simplemente a través de los distintos niveles superiores de la
Gran Cadena de Ser.
¿Una Nueva Era o una nueva Edad Oscura?
En el estadio actual, la humanidad todavía debe concluir la tarea de actualizar plenamente el
nivel mental, por lo que, la Nueva Era aún es algo improbable, y más aún si caemos en una
nueva Edad Oscura si lo anterior no se completa. Wilber coincide con quienes critican el
narcisismo y egocentrismo característico de la Nueva Era que tiende más a glorificar lo
prepersonal que a llevar a cabo el esfuerzo necesario para llegar a una autentica espiritualidad
mística transpersonal.
“Uno ya no se pierde en los pensamientos”
Wilber, un año antes de que después del Edén viera la luz, no dejo de profundizar en su propia
practica espiritual. Y en la medida en que su meditación progresaba, empezó a poder acceder a
las dimensiones transpersonales, primero la sutil y luego la causal, pero también descubrió la
necesidad de superar antes lo que denominó complejo de Apolo, la identificación compulsiva
con el intelecto y también entendió la necesidad de renunciar a la identificación con las
experiencias espirituales (complejo de Vishnú). Después de comprender esto, Wilber empezó a
centrarse en la realidad trascendente del Yo, un estadio de la meditación en el que el principal
obstáculo reside en las experiencias de rapto.
MODIFICACIONES ADICIONALES
¿Hacia un nuevo paradigma?
En los tres ojos del conocimiento, una recopilación de ensayos, Wilber apeló a una metáfora
sugerida por san Buenaventura, un místico cristiano del siglo XIII; en esta metáfora un individuo
dispone de 3 ojos, el ojo de la carne, el ojo de la razón y el ojo del espíritu (al que Wilber
también denomina el ojo de la contemplación) y cada uno de ellos nos permite acceder a un
dominio diferente de la realidad…el ojo de la carne ve las ciencias naturales, el ojo de la razón
ve las humanidades/ciencias sociales y el ojo de la contemplación las ciencias espirituales.
Según Wilber, la posición central ocupada por el pensamiento le coloca en una situación
privilegiada para relacionarse con los tres dominios.
Tres tipos de ciencias
Los tres tipos diferentes de visiones pueden ser considerados desde el punto de vista de Wilber
como ciencias, ya que al final de cuentas las tres se ajustan al mismo procedimiento. En su
opinión, en lugar de preocuparse exclusivamente por la realidad que puede ser percibida
mediante los sentidos, una empresa es científica porque demuestra teorías a la luz de la
experiencia -cuál es, sino ese, el significado de la palabra “empírico”-y la experiencia humana
abarca claramente mucho más de lo que podemos percibir a través del ojo de la carne.
La falacia “pre/trans”
Wilber descubrió la falacia pre/trans, la cual consiste en la confusión de un estado con el otro
debido a sus similitudes en algunos fenómenos, sin embargo, la espiritualidad transpersonal no
es, en modo alguno, una regresión a la religión dogmática o a la religiosidad infantil ni tiene nada
que ver con el pensamiento mágico, la consulta a videntes o nadar entre delfines.
Ajustes posteriores del modelo evolutivo
En Los tres ojos del conocimiento, Wilber ha introducido una serie de ajustes a su modelo
evolutivo, que acabaron configurando lo que él mismo ha definido recientemente como “Wilber
3”. La diferencia existente entre Wilber-2 y Wilber-3 es, esencialmente, la que hay entre el
desarrollo homogéneo y el desarrollo diferenciado, que podemos representar del siguiente modo
Wilber-2 Wilber-3
El mecanismo del desarrollo puede verse ilustrado con la metáfora de la escalera, según la cual
hay: 1) alguien que asciende, 2) los distintos peldaños de la escalera y 3) la visión que puede
contemplarse desde cada uno de los peldaños. La diferencia más evidente entre las estructuras
básicas de la conciencia y los estadios provisionales o de transición es que aquellos permanecen
presentes a lo largo de todo el proceso del desarrollo, mientras que estos acaban
desapareciendo. En cuanto al Yo, es cierto que este no puede ser percibido, pero según Wilber,
su existencia es inexcusable si queremos explicar el fenómeno de la consciencia puesto que hay
funciones meramente de él, de hecho, el Yo también es descrito por Wilber como el “navegante
del desarrollo”, la sensación de dirección que nos lleva a identificarnos o a diferenciarnos, a
proseguir nuestro desarrollo o a regresar a estadios anteriores.
En el Proyecto Atman y Después del Edén se reconocen algunos estadios, diez para ser
específicos, número que se ha reducido en comparación con los presentados en sus primeros
libros. Las estructuras básicas ya no se esbozan a modo de una simple secuencia en forma de
escalera sino, más bien, en forma de un árbol con ramas, lo que implica que, aunque las
estructuras básicas empiecen a aparecer en un determinado momento del desarrollo, tardan
cierto tiempo en madurar. En sí mismo, el modelo de las estructuras básicas cumple con la
importante función de proporcionarnos un marco de referencia integrador. Cuando emerge
una estructura superior, la vieja visión del mundo se pierde o se abandona, pero la capacidad
sensorial y perceptual permanece. Volviendo de nuevo a nuestra analogía de la escalera, las
emergencias de las estructuras básicas pueden aparecer mucho antes de que la voluntad del yo
las “escale”.
La física y el misticismo: ¿un matrimonio desafortunado?
La física ha llegado a las mismas conclusiones sobre la naturaleza de la realidad que las
filosofías orientales (“todo es uno”), pero esa, en opinión de Wilber, es una simplificación
inadmisible de la profunda y detallada cosmovisión propia de las tradiciones espirituales.
Fritjof Capra asume que la física y el misticismo ocupan el mismo dominio, al que se le llama
realidad, sin embargo, para Wilber y para Huston Smith, la cuestión es diferente –para ellos
todo procede de la Diversidad (la enseñanza de las esferas) a la Universidad (el materialismo
que solo admite un mundo) y, finalmente a la Diversidad (la visión multidimensional de la
realidad). La física es incapaz de decirnos nada sobre el mundo mental y menos todavía sobre el
mundo espiritual.
¿Un paradigma holográfico?
Wilber compiló un par de ensayos en donde acusa a los autores físico-holísticos de reducir la
sofisticada visión del mundo propia de las tradiciones espirituales al mundo exclusivamente
material. Menciona que la física y misticismo no son dos enfoques diferentes de la misma
realidad, sino aproximaciones diferentes a dos niveles muy distintos de la realidad, el último de
los cuales trasciende, aunque incluye, al primero (…)Lo nuevo de la física nueva no es que tenga
algo que ver con los niveles superiores de la realidad (…) sino que, al impulsar a los extremos de
la dimensión material, parece haber descubierto la holoarquia básica del nivel 1, lo cual es
ciertamente novedoso. En ese punto al menos coinciden la física y el misticismo.
Una sociología transpersonal
En 1982, Wilber, público una monografía titulada Un Dios sociable: Una breve introducción a
una sociología transcendental. En poco más de 135 paginas muy concentradas, Wilber esboza el
perfil de una disciplina completamente nueva, la “sociología transpersonal” o, como él mismo
dice, de una “sociología no reduccionista de la religión”. En un Dios sociable Wilber hace
referencia a Jürgen Habermas, quien establece una distinción entre dos dominios diferentes, el
“sistema” económico-material y el mundo subjetivo de la experiencia humana y en donde el
primero ha “colonizado” casi por completo al segundo y es por ello que el mundo de la ciencia
también se halla tan dominado por las ciencias exactas que, comparadas con las ciencias
sociales, ocupan un lugar inferior. En su planteamiento Habermas propone tres clases de
ciencias, sin embargo, no uno referente a las ciencias espirituales y por ello, Wilber aún y
cuando admira a este, no deja de lamentarse por esta “omisión” que hace, en la opinión de
Wilber. En esta misma…Un Dios sociable, entre la combinación de la sociología de la religión y
el modelo evolutivo, Wilber nos permite explicar por qué las personas encuentran tan difícil
seguir creyendo en el mensaje tradicional de las religiones.
Los nuevos movimientos religiosos
El hecho de que movimientos espirituales idealistas y bienintencionados puedan acabar
degenerando y convirtiéndose en organizaciones tiránicas y totalitarias pone de relieve la
existencia de procesos psicosociales autónomos que deberíamos tener muy en cuenta.
Dondequiera ocurra este tipo de degeneración, los miembros de la comunidad tienden a
depender cada vez más del grupo y acaban adoptando una actitud paranoica hacia el mundo
exterior. Wilber establece una distinción entre la legitimidad y la autenticidad, definiendo a la
primera como el grado en el que un cierto movimiento consigue estabilizar un determinado
nivel del desarrollo y, a la autenticidad como la magnitud en la que un cierto movimiento
alienta el desarrollo hasta el nivel superior de la espiritualidad.
Los siguientes criterios, en opinión de Wilber , son muy útiles para la determinación de los
movimientos religiosos problemáticos:
El enfoque es predominantemente preracional.
La figura de autoridad es permanente.
La autoridad no se asienta en una tradición, sino que se atribuye completamente al
líder.
Los grupos religiosos no problemáticos presentan la imagen opuesta que podríamos
caracterizar del siguiente modo:
Su enfoque es fundamentalmente transracional.
Se halla inserto una determinada tradición espiritual cuyo conocimiento acumulado
dificulta que la persona se atribuya una importancia extraordinaria y no admita ser
corregida.
La figura de autoridad es provisional, en cuyo caso, el gurú asume un papel semejante al
de un doctor o un maestro que representa al Yo del discípulo que va despertando
gradualmente, en cuyo punto resulta ya innecesario.
El líder no se considera perfecto.
La función del grupo no aspira a salvar al mundo.
El modelo de estadios
Wilber terminó su modelo de estadios definiendo también las diferentes patologías que
pudieran presentarse en cada de que se presente algún problema de diferenciación o
integración.
Wilber y Treya estaban especialmente interesados en la visión según la cual nosotros somos
responsables de nuestras enfermedades, aunque Wilber sospechaba que los factores
psicológicos desempeñan un papel relativamente pequeño en el desarrollo del cáncer.
Terry decidió cambiar aquellos aspectos de su vida que las teorías alternativas consideraban
más importantes y, al hacerlo encontró diferencias existentes entre las dimensiones femenina y
masculina de la espiritualidad (a las que comenzó a referirse como una diferencia entre el “ser”
y el “hacer”, respectivamente) y busco el modo de armonizarlas en su propia vida. Cuando
Treya comenzó con este proceso Wilber entonces dice con respecto a esto que la búsqueda de
la misión de uno en la vida es una búsqueda de nuestro daemon (ese término griego que, en la
mitología clásica, se refiere al “dios interior”, a la deidad interna, al guía espiritual –al que
algunas tradiciones conocen con los nombres de genii o jinn-, a la deidad tutelar, al genio
personal, al sino, a la fortuna).
Previo a la muerte de Treya, Wilber había estado completamente abocado a ella, dejando a un
lado sus necesidades, lo que ocasionó en compañía de algunos otros factores, una depresión y
habían estado teniendo problemas como pareja, por lo que decidieron acudir a terapia con un
amigo y, es ahí en donde Ken se da cuenta de que la meditación por sí sola no puede resolver
problemas psicológicos como las neurosis.
INTERIOR EXTERIOR
INDIVIDUAL
Intencional Conductual
Superior- Superior-
izquierdo derecho
inferior- derecho
izquierdo
El espíritu omnipresente
A lo largo de toda esta búsqueda por el mundo interno y por el mundo externo, el Espíritu se
halla siempre ya presente como la misma presencia testigo. Esta es la mayor de todas las
comprensiones. Para Wilber no hay un solo instante en el que usted no tenga acceso a esa
consciencia Testigo. En cada instante existe una consciencia espontanea de lo que se presenta y
esa consciencia simple, espontánea y sin esfuerzo es el mismo Espíritu omnipresente. Aun en el
caso de que usted crea no verlo, no por ello deja de ahí. Así pues, el estado último de la
consciencia –la esencia misma del Espíritu no es difícil de alcanzar sino imposible de evitar. Este
es, precisamente, el secreto más celosamente guardado por las tradiciones no duales.
Psicología integral
En Una teoría de Todo, Wilber enumera los elementos compositivos esenciales de cualquier
psicología integral, los cuales serían los distintos niveles u olas de la existencia, una gran
holoarquia que abarca el espectro completo de la consciencia desde la materia hasta el cuerpo,
la mente, al alma y el espíritu.
En este mismo libro Wilber hace una incursión en la política, destacando los puntos esenciales
que una política, en caso de declararse integral, necesitaría considerar para ser completamente
lo que pretende o dice ser. En otras palabras, la política integral de Wilber necesita tocar los
cuatro cuadrantes de su modelo y los 3 estadios del desarrollo –el egocentrismo, el
etnocentrismo y el mundicentrismo.