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Análisis de la Oración de Jabes

TEXTO BIBLICO 1° de Crónicas cap 4 : 9-10


La biografía más corta en la Biblia es la de un hombre llamado JABES.

¿Quién era Jabes? su genealogía dice que era descendiente de Judá, la tribu de los leones, llamada así
porque se identificaba con un león en su estandarte.

Hubo algo en la extensa enumeración del historiador bíblico que lo llevó a hacer una pausa en la genealogía
de Judá y escribir "Jabes fue más ilustre que sus hermanos..." fue así que Jabes sobresale en la
enumeración del historiador ya que es el único en el cual se detiene a comentar una brevísima síntesis de
vida de este personaje bíblico, por muchos desconocido, por otros conocido de nombre solamente y por
algunos otros pasado por alto.
¿Qué se puede decir de Jabes?, se hace referencia a su nacimiento, "su madre lo dió a luz con dolor", Jabes
tuvo un principio doloroso, la traducción de este nombre sería algo asi como "el que causará dolor", pero
aunque el principio de Jabes parece poco promisorio y marcado por la desdicha. Este hombre es el autor
de una oración poco común y cuyo resultado fue revolucionario y merece nuestro tratamiento hoy.

Creo que todos compartimos el deseo de "honrar a Dios" con nuestra vida y de la mejor manera, de
agradarle, de ser usados como canales de la gloria , el poder y el amor de Jesucristo, y oramos y pedimos al
Señor que podamos ser un vaso de honra, un vaso útil, lleno de la gracia del Señor. Jabes, pronuncia una
oración en el verso 10 que conmovió el corazón de Dios y revolucionó con los resultados el presente.
Analicemos el texto de esta oración que dice así " ¡Oh, si me dieras bendición y ensanchara mi territorio, y
si tu mano estuviera conmigo y me libraras del mal, para que no me dañe! y le otorgó Dios lo que pidió".

El comienzo: "¡Oh, si en verdad me bendijeres". Jabes dice "Señor bendíceme". A veces tenemos el hábito
de orar más por los otros que por nosotros. Oramos por los demás, intercedemos por otros, pero a la hora
de pedir para nosotros sentimos que está mal, que es una oración egoista. Sin embargo, los gigantes de la
fe oran de una manera diferente al resto.
La oración de Jabes nos enseña que es posible que el Señor quiera que seamos más "egoístas" en el
sentido de que pidamos en oración cosas atrevidas para nosotros. No por nada el prov. 22:11 dice "la
bendición de Jh enriquece y no añade tristeza con ella"

Es curioso. Dios dejó a Jabes decidir cuáles serían las bendiciones y cuándo las recibiría. Esto entraña una
enseñanza para nosotros hoy, el Señor nos dice a través de Jabes que hay muchas bendiciones que el Señor
está dispuesto a darnos y que están allí en el cielo, Dios en el cielo tiene paquetes de regalo llenos de ellas
para cada uno de nosotros pero, sabe mi hermano que muchos de estos paquetes todavía siguen allí sin ser
entregados porque no pedimos? Sí, hermano créalo, el Señor tiene preparadas muchas bendiciones más
para nosotros, y es así porque la naturaleza de Dios es bendecirnos, pero tenemos que hacer como los
niños, atrevernos a pedir y a veces pedir cosas grandes, ¿a quien no le gusta un regalo grande? ¿por qué
pensar que él no puede dárnoslo? ¿por qué dudar de si lo recibiremos si nuestro Dios es Señor de todo, si
las riquezas en gloria son inmensurables?

2. "Si ensanchares mi territorio". En otras palabras ¡Jabes quiere vivir más allá de los límites actuales!,
Jabes quiere agrandar la casa, comprar el lote de al lado o enfrente, JABES VA POR MAS....
Y esto nos enseña que la bendición de Dios es ilimitada, que hay más si queremos, que la vida en Cristo es
más allá del límite.
¿Es correcto pedir al Señor que aumente nuestra gracia, que aumente nuestra unción, que nos dé más
dones, que nos dé más ministerio, y qué podríamos decir de nuestros bienes, negocios, inversiones, de
nuestra descendencia, nuestra familia y nuestra Congregación?
Sí, ciertamente, sí y amén. Jabes lo sabía, él sabía como pedir, y como recibir. Y el Señor le dió todo lo que
pidió.

¿Podríamos decirle al Señor hoy ¡Oh Dios, Rey mio y DIos mío! te ruego que aumentes mis oportunidades?
¿Por qué no?
Atravernos a mover los límites y tomar territorios nuevos para Dios es a lo que el Señor nos está llamando,
y para ello nos dá UNCION DE CONQUISTA.
Sabe hermano, a través de los años yo he aprendido a pedirle al Señor "Señor dame más Ministerio",
"ensancha mis fronteras, mi visión" y el Señor me ha respondido.
Es necesario aprender a vivir con las matemáticas de Dios. Veamos dos ecuaciones en la matemática
divina:

Mi habilidad
+ mi experiencia
+ enseñanza
+ entrenamiento
+ personalidad
+ apariencia
+ expectativa de terceros
________________________
= territorio asignado

Mi voluntad
+ mis debilidades
+ poder de DIos
+ fe
+voluntad de Dios
____________________________
= TERRITORIO ENSANCHADO

Por lo tanto, orar para que el Señor ensanche nuestro territorio implica orar por cosas grandes, milagros de
Dios y es un desafío a la fe.
Para los pequeños pasos no necesitamos a Dios, para lanzarnos al vacío, para arrojarnos a una gran
corriente y dar un gran salto necesitamos un milagro.

3. "¡Oh si tu mano estuviera conmigo!". Muchas veces al encarar desafíos uno siente que no va a poder,
pero finalmente aparece "el toque de grandeza" del Señor.
De hombre insignificantes, predestinados al fracaso como Jabes, como Moisés o como David o Pedro, el
Señor levantó gigantes. La Iglesia primitiva buscaba continuamente la llenura del Espíritu Santo (Hch. 4: 23-
31) La gran comisión de Mateo 28:19-20 implica una gran bendición pero también algo difícilmente
posible. Lo curioso es que Dios comisionó a hombres y mujeres débiles y cobardes e inclusive incrédulos
para una MISIÓN EXTRAORDINARIA Y PARA EL HOMBRE IMPOSIBLE COMO SER LA DE PREDICAR EL
EVANGELIO A TODA CRIATURA Y HACER DISCÍPULO A TODAS LAS NACIONES. Sin embargo, cuando el Señor
impartió su TOQUE, cuando los llenó del Espíritu Santo, los grandes resultados no se hicieron esperar,
milagros y maravillas.
Hermano, el Señor está observando, vigilando, atento sus oídos, esperando que le pidamos cada día ese
TOQUE DE SU MANO.

4.- "Oh, si me guardaras del mal". Generalmente pedimos fuerza para pelear la batalla espiritual. Sin
embargo, Jabes en su oración pidió ser guardado, su petición encierra una sabia estrategia, que Dios lo
mandara lejos de la lucha, de la batalla.
Estamos hablando de como conservar una vida de éxito, podríamos hablar de los peligros que entraña el
éxito. Muchos de los que llegan a la cima, luego caen estrepitosamente en el pecado. Es precisamente
cuando experimentamos una victoria que surgen estos inconvenientes y necesitamos la ultima parte de la
oración de Jabes.
A veces predicamos, ministramos o intercedemos y entregamos todas nuestras fuerzas la servicio, y nos
agotamos, es allí cuando corremos peligro, ahí en la arena es donde el león rugiente puede atrapar al
gladiador, y es allí donde necesitamos ser guardados porque carecemos de fuerzas para resistir.
Generalmente oramos por fortaleza espiritual para resistir al mal, al pecado, a las tentaciones, a los
ataques espirituales. Sin embargo, la técnica más efectiva es mantenernos lejos de la arena, lejos del
pecado, para no tener que combatir (Mt. 6:13 "no nos metas en tentación, más líbrame del mal", la arena
encierra la tentación, es territorio del enemigo.
Procuremos ser sabios para no ser engañados. Los sentimientos y la mente son el blanco preferido del
enemigo.
Oremos l Señor para ser librado de la tentación que ponen presión a nuestros sentimientos y emociones.
Guardemos la mente y el corazón, guardémonos de esos pensamientos que nos perturban. Probablemente
el enemigo ponga en nuestra mente que "no merecemos más", o que " "que tenemos derecho a tal otra",
"o que Cristo no nos ama tanto como para darnos...", pero la Palabra de Dios en 2° de Co. 10:4 dice "las
armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para destrucción de fortalezas".
Hermanos queridos tenemos un legado de triunfo (Col. 2:13-15) nunca lo olviden.

5. Bienvenido al cuadro de Honor de Dios. "Y Jabes fue el más ilustre entre sus hermanos". Podríamos
pensar que Dios tienen favoritos pero no es así. Anhelar galardones de parte de Dios no es arrogancia.
Arrogancia sería tratar carnalmente de aventajar a otro. Pero luchar por recibir un galardón de Dios no lo
es sino que por el contrario es dejar atrás objetivos mediocres.

Hebreos 11 enumera una lista de personas que no fueron precisamente "supersantos", sino hombres y
mujeres comunes, que pasaron inadvertidos para sus pares pero que creyeron en un Dios extraordinario
que opera milagros, y por ello se movieron y transformaron su entorno y su generación, y al Señor no les
pasaron inadvertidos por ello hasta hoy figuran sus nombres en el Cuadro de Honor de la Palabra de Dios,
poniendo como testimonio sus vidas.
Finalmente, el resultado Dios le concedió a Jabes todo cuanto pidió.
Atrévete a ser un Jabes de esta generación!!!

Jesucristo te prospere en su gracia y te conduzca de victoria en victoria.

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