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Perfume:

La sustancia que se usa para dar buen olor se


conoce como perfume. Este concepto tiene su
origen en el latín per fumare, en referencia al
aroma que se desprendía del humo en el
sahumado (el proceso que consistía en provocar
un humo aromático para que algo huela bien o
se purifique).

Desde las civilizaciones más antiguas se ha


demostrado el interés del ser humano por oler bien y su inclinación por disfrutar de buenos
olores, muestra de ello es que en Sumeria, hace unos tres mil años atrás, se desarrollaron los
primeros perfumes.

Cabe destacarse que en nuestros días el perfume es un elemento muy popular por el uso
cotidiano que le damos. Cuando nos terminamos de cambiar, para salir, ya sea a trabajar o a
realizar cualquier otro tipo de actividad, las personas, tanto hombres como mujeres, nos
colocamos unas gotas de perfume en diversas partes del cuerpo, detrás de las orejas, en las
muñecas, para así oler mejor y gozar de una mejor presencia ante la mirada de los otros.

Elaboración del perfume


Los adelantos científicos y técnicos han permitido realizar fórmulas cada vez más complejas
que antes se llevaban a cabo únicamente mediante la experimentación.

Hay diversos procedimientos de fabricación según los ingredientes que se utilicen. Los más
comunes son:

-Destilación

Este método, el más empleado especialmente para flores, plantas y hierbas, consiste en
separar por evaporación los sólidos de los diferentes componentes volátiles de una mezcla. La
parte del vegetal que contiene la esencia (raíz, hojas, flores, corteza (árbol), etc.) se machaca y
se introduce en un alambique.

Se añade el agua suficiente para que la materia esté completamente bañada y, al cabo de
algunas horas de maceración, se procede a la destilación. El vapor de agua arrastra los
elementos aromáticos hacia la columna de destilación, donde son enfriados y recogidos en un
vaso en el que se separan fácilmente el agua y la esencia.

El agua que sale arrastra un poco de esencia en disolución o en suspensión por lo que se vuelve
a enviar al alambique para aprovecharla en operaciones sucesivas.

-Expresión

Este proceso se utiliza para los frutos, de cuya corteza se exprimen sus esencias tras separarla
del fruto, agujerearla y comprimirla mecánicamente. El extracto obtenido se decanta y se filtra
sobre papel mojado para separar las partes acuosas de los aceites esenciales.
Este tratamiento en frío es utilizado particularmente con naranjas, limones, la cidra y otros
cítricos, cuyo aroma muy fresco no resistiría el calor de la destilación

-Extracción o «enfleurage»

Este proceso consiste en poner las plantas, normalmente flores más delicadas, en contacto con
disolventes que absorben los perfumes por contacto.

Tradicionalmente esta técnica era utilizada con grasas


de animales como disolvente pero han sido
reemplazadas por disolventes volátiles que se eliminan
por evaporación. Al mezclarlo con alcohol, calentarlo y
enfriarlo después, se obtienen los compuestos
vegetales. Posteriormente se evapora el alcohol.

-Maceración

La obtenión de fragancias por maceración es el método


más antiguo. Aunque en desuso, esta técnica se
utilizaba con flores muy frágiles como la flor de azahar,
el jazmín.

Los pétalos se recogían a mano, se disponían en una fina capa sobre una película de grasa
animal encima de una plancha de vidrio. A las 24 o 48 horas se retiraban minuciosamente los
pétalos y así varias veces hasta la saturación de las grasas. El resultado era una pomada
cargada de aromas que se lavaba con aguardiente de vino para obtener infusiones.

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