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DIRECTOR
GUILLERMO W IERZBA
INVESTIGADORES
FABIÁN AMICO
MARTÍN BURGOS
JUAN MATÍAS DE LUCCHI
JORGE GAGGERO
VERÓNICA GRONDONA
RODRIGO LÓPEZ
PABLO MARESO
ESTANISLAO MALIC
ANDREA MEDINA
MARÍA SOL RIVAS
MARÍA ANDREA URTURI
INVESTIGADORES INVITADOS
CLAUDIO CASPARRINO
NORBERTO E. CROVETTO
ALEJANDRO GAGGERO
EVELIN GOLDSTEIN
GUILLERMO HANG
MATÍAS KULFAS
ERNESTO MATTOS
FERNANDO PORTA
MAGDALENA RUA
ARIANA SACROISKY
JUAN SANTARCÁNGELO
DANIEL SCHTEINGART
CONSEJO ACADÉMICO
CECILIA CARMEN FERNÁNDEZ BUGNA
ROBERTO FRENKEL
ALFREDO T. GARCÍA
FEDERICO PASTRANA
Las opiniones vertidas en el trabajo no necesariamente coinciden con las de las entidades patrocinantes del Centro.
Para comentarios, favor dirigirse a: informacion@cefid-ar.org.
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ÍNDICE
Introducción………………………………………………………………………………….……………4
Anexo……………………………………………………………………………………………………..65
3
Introducción
La actividad agropecuaria pampeana y extra-pampeana vive desde hace dos décadas cambios
estructurales que permitieron aumentar la producción de granos, y conseguir de esa manera
excedentes exportables en un contexto de precios internacionales elevados. Esto permitió
mejorar el ingreso de divisas al país y alejar, momentaneamente, la restricción externa,
fenómeno históricamente muy ligado a los deteriorios de los términos de intercambio.
La llegada de nuevos compradores como los países del este asiático y, en menor medida, de
medio oriente, produjo cambios en los flujos de intercambio, reemplazando los más
tradicionales clientes europeos y generando una nueva geopolítica de los alimentos. Este
cambio de dirección de las exportaciones argentinas también generó cambios en la elección de
la siembra donde hoy la soja se impone como el cultivo dominante en el país.
Asimismo, la mejora en los ingresos del comercio exterior permitió mejorar la recaudación fiscal
a través de los derechos de exportación.
Sin embargo, esos cambios ocurridos en el sector, tuvieron también efectos negativos. Tanto el
problema del desplazamiento de cultivos tradicionales orientados hacia el mercado interno,
como las cuestiones ambientales ligadas a la utilización de un nuevo paquete tecnológico, la
deforestación debido a los altos valores de los arrendamientos, y el éxodo rural que genera una
producción que requiere de poca mano de obra, son consecuencias de esa modificación del
paisaje agropecuario en una tendencia hacia la concentración de la producción en un producto:
la soja.
El conflicto por la resolución Nº 125 del Ministerio de Economía de la Nación mostró otro rasgo
notable de esta transformación del sector agropecuario: el surgimiento de un actor social
poderoso, el del empresariado rural, unificado por primera vez desde el Grito de Alcorta. La
“Mesa de Enlace” de las entidades patronales, al mantener un duro y prolongado
enfrentamiento con el gobierno nacional, mostraron que la intervención del Estado en el sector
agropecuario sigue siendo una tarea difícil en la Argentina.
Junto a estos actores tradicionales, este proceso surgieron otros agentes economicos, mucho
de los cuales hasta ahora eran ajenos al sector pero que se afirmaron como actores claves del
mercado. Entre estos se encuentran las empresas multinacionales proveedoras de insumos y
la intromisión de las finanzas en los mercados a futuro en momentos particulares de la última
década, como durante el año 2007 –anterior a la crisis económica mundial.
Por otra parte, las grandes fábricas y comercializadoras vieron acrecentada su presencia con la
privatización del comercio exterior y de los puertos, y se expandieron hacia la industrialización
del aceite y la harina de soja previa a su exportación.
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En este marco, la merma en las reservas internacionales que conoce Argentina desde 2011
genera una situación en la cual los exportadores –y particularmente los exportadores de
cereales y oleaginosas- tienen mayor poder de decisión sobre el tipo de cambio. Una de las
formas de influenciar en las reservas del Banco Central es retener/acopiar la cosecha
destinada a ser exportada esperando una devaluación que mejoraría los ingresos del sector
exportador, aunque eso genere un fuerte impacto sobre la distribución del ingreso y, en última
instancia, sobre la actividad económica en general (Zeolla y Mattos, 2014). De allí que varios
autores empezaron a observar la necesidad de una vuelta al debate sobre las formas de
intervención del Estado en el mercado de granos en Argentina, con el objetivo de lograr el
abastecimiento del mercado interno en condiciones normales, diversificar la producción
agropecuaria, evitar la especulación y lograr una contención en los precios internos en los
alimentos consumidos por la población.
En ese sentido, Baldo y Boye (2014) proponen la creación de la Agencia Nacional de
Comercialización, una entidad mixta que permitiría planificar la política de infraestructura y
logística de la empresa de comercialización. Para ellos, resulta poco probable volver a una
Junta Nacional de Granos como conoció Argentina hasta los años noventa, debido a los
numerosos cambios estructurales que mencionamos, y proponen un esquema en el cual la
Agencia conviva con las empresas multinacionales.
Por su parte, Lavarello y Goldstein (2010) y Bernal (2010) comparan la situación en países
como Australia y Canadá donde el Estado está más presente, para el caso del trigo. En la
óptica de Lavarello y Goldstein, librar al mercado la elección de los productos a comercializar
no permite obtener los mejores resultados económicos al no diferenciar sus productos
exportados, y la homologación de un standart único a todos los granos como lo hacen las
grandes comercializadoras transnacionales favorece exclusivamente la expansión de la soja.
Para lograr implementar prácticas de clasificación y segregación del trigo necesarias a la
mejora de los márgenes y tener precios más estables, los autores se definen a favor de una
Agencia Nacional de Comercialización del Trigo.
A su vez, en el ámbito de la política nacional, se generaron varios proyectos de ley que se
orientaron hacia propuestas de mayor intervención del Estado en la comercialización de
granos. Entre estas se destacan las propuestas de los diputados Sergio Urribarri y Julián
Dominguez, así como la de la diputada Adriana Puiggrós que propone un “Instituto Argentino
para la Promoción Granaria" (IAPG).
Este trabajo se inscribe en el debate la necesidad de una mayor intervención del Estados en el
mercado de granos. Retomando la perspectiva de Baldo y Boye (2014), se pretende dar cuenta
de los cambios acaecidos en el sector agropecuario durante los últimos veinte años para tomar
una dimensión de los desafíos que plantea volver a una institución estatal con capacidad de
influir sobre las decisiones de los precios, las cantidades y la calidad de los cultivos.
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Para dar cuenta de las transformaciones del campo en Argentina, utilizaremos el enfoque de la
cadena de valor y las cuentas nacionales que nos permite ordenar el estudio en las distintas
etapas desde la materia prima hasta su exportación. En la primera parte, resumiremos los
aspectos salientes del mercado mundial de la soja, haciendo hincapié en los pocos países que
definen la oferta y la demanda, así como los diversos factores que afectan el precio
internacional de ese commoditie.
En la segunda parte del trabajo, realizaremos un panorama general del sector agropecuario en
Argentina, evaluando la progresión de la soja en el campo sobre la base de la mayor
rentabilidad que ofreció ese cultivo durante el período.
La tercera parte se dedicará a analizar los cambios en la esfera de la producción de la soja, de
la cual participaron las formas de financiamiento a través de los pooles de siembra, el paquete
tecnológico ligado a la soja transgénica y el glifosato, las nuevas maquinarias requeridas para
trabajar sobre escalas mayores que en epocas anteriores, la siembra directa, nuevas formas de
organizar la producciòn y la evolución de los costos de arrendamientos.
En la cuarta y quinta parte nos abocaremos a la privatización de los acopios, los trenes de
carga y los puertos (principales y destinos de exportación), y la llegada masiva de industrias
aceiteras ligadas a las grandes empresas comercializadoras que se fueron instalando
primordialmente en los alrededores de Rosario. Como lo veremos, eso implicó también
cambios en la estructura de transporte, donde el camión se volvió el principal medio de carga
de los granos relegando los trenes a un segundo lugar.
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Parte 1. Nuevos actores mundiales y locales
Gráfico Nº 1
200,00
150,00
100,00
50,00
0,00
2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 2011/12
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Historicamente, el cultivo de soja es originario de China donde se lo considera como uno de los
“cinco cereales sagrados”. Su cultivo en China se ubica alrededor del golfo del Mar Amarillo, y
más particulamente en Heilongjang, en la frontera con Corea del Norte. Esa provincia
concentra el 33,3% de la producción china, y junto a Shandong y Henan concentran 48% del
total.
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La mundialización de la soja se hace durante los años treinta a través de las firmas
estadounidense y su gobierno federal, dada sus propiedades proteícas. En la segunda
posguerra empezarán a exportarlas hacia Europa donde compiten con las aceites de maíz y
otras oleaginosas locales (Berlan et al. 1976).
En Estados Unidos, la región productora núcleo de soja se encuentra en el Centro Oeste (el
llamado “Corn Belt”). Los principales estados donde se produce soja son Iowa e Illions (29%),
seguidos por Indiana y Ohio al este (15%), al oeste, Dakota del Sur y Nebraska (13%), al norte,
Minnesota y Wisconsin (13%), al sur, Arkansas, Tennessee y Missouri (11%). Por último, se
ubican los estados de Carolina del Norte y del Sur, Virginia hasta Dellaware al norte (1%), en
cercanías del oceano Atlántico, es decir que la producción se encuentra geográficamente más
concentrada. Entre 2002 y 2012 la superficie destinada a la producción de la oleaginosa no ha
tenido grandes variaciones, manteniendose, en promedio, en torno a las 29 millones de
hectareas y con un promedio de producción de 81 millones de toneladas según los datos de
Hinrichsen.
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El control de Estados Unidos sobre el mercado de la soja fue casi completo hasta el
surgimiento de Brasil como competidor de peso durante la década del setenta, ofreciendo
menores costos para el cultivo. La producción se financia, via credito rural1 a bajas tasas y/o
complementa con –metodos más recientes- venta de insumos a cambio de producción futura.
En Brasil, los datos de producción de soja promedio fue de 22 millones de hectareas entre
2002 y 2012, con una producción promedio de 59 millones de toneladas. Si bien la superficie
destinada a la soja creció en 8 millones de hectareas en el período, su expansión está menos
concentrada2 que en Estados Unidos. Aún asi Brasil destinó a la producción de la oleaginosa
menos del 6% de la superficie agricola estimadas en 400 millones de hectareas. Notese que la
distancia entre el Mato Grosso y los puertos de exportación sobre el Oceano Atlántico implica
para Brasil un mayor costo3 para transportar los granos.
1
Según el informe de la Bolsa de Cereales de Rosario: “Vía crédito rural otorgado por el gobierno a través del sistema financiero
con intereses bajos. El agricultor toma deuda de los bancos, con tasas bajas y paga en un plazo definido, después de cosechar la
producción. En esta operación no hay ningún tipo de comercialización de producto involucrada”. Otro método utiizado para
financiarse, recientemente, fue: Venta de insumos a cambio de la producción futura (base de precio en producto). En esta
modalidad son establecidos anticipadamente los precios, tanto de los insumos como de la soja a ser cosechada, que simplemente
se entrega después de la cosecha a la empresa que abasteció de los insumos, generalmente cooperativa exportador o industria.
Fuente: http://www.bcr.com.ar/Secretara%20de%20Cultura/Revista%20Institucional/2011/Diciembre/Soja%20art.pdf
2
Las principalmente de zonas productivas como Mato Grosso, Paraná, Río grande do Sul, Goias, Mato Grosso do Sul y Minas
Gerais. La producción está concentrada en el estado de Mato Grosso que junto a Paraná suman casi la mitad de la producción
brasileña.
3
Según el informe de la BCR: “Mientras que en Argentina la mayor distancia entre el área de producción y el puerto es de 300
km, la distancia en Brasil es cinco veces más en la mayoría de los casos”.
Fuente:: http://www.bcr.com.ar/Secretara%20de%20Cultura/Revista%20Institucional/2011/Diciembre/Soja%20art.pdf
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Durante los años noventa, Argentina empieza a entrar en el mercado mundial de la soja, un
mercado creciente debido a la demanda externa. La distribución de producción por provincias
sitúa como principal productora de soja a Córdoba, en segundo lugar a Buenos Aires y en
tercer lugar a Santa Fe, las que representan el 80% de la producción en la región Centro y
Buenos Aires. La concentración en el uso de la tierra para este cultivo se observa sobre todo en
Córdoba y Santa Fe.
La principal diferencia de Argentina respecto de Brasil y Estados Unidos es que mucho de los
granos de soja que produce lo transforma en aceite o harina en su territorio. De esa manera, se
fue transformando en el principal exportador de aceite de soja, con 40% del mercado mundial,
lejos delante de Brasil (15%) y Estados Unidos (10%). Como lo veremos posteriormente, esa
agroindustria implantada en Argentina tiene sus implicancias sobre los cambios que trajo
aparejado la sojización del campo en Argentina.
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Otro factor que permitió un mejor desenvolvimiento de la actividad fue la proximidad del
transporte fluvial y terrestre que permitio abartar los costos para sus exportación.
Por su posición hemisférica, los ciclos productivos de cada país se estructuran de manera
distina: en Estados Unidos y China, la cosecha se lleva a cabo durante los meses de
septiembre, octubre y noviembre; mientras en los casos de los países del cono sur de América,
la cosecha se realiza en los meses de febrero, marzo, abril y mayo.
PRODUCCIÓN INTERNACIONAL: CICLO PRODUCTIVO.
De esto último se desprende que Argentina y Brasil son competidores en los precios del poroto
de soja, quedando Estados Unidos como oferente estacionalmente complementario (Vicentìn
Massaro y Coronel, 2014). Estas tres economías contaron con precios internacionales de los
cereales y oleaginosas en aumento durante la última década, pero mientras la soja, el maíz y el
arroz triplicaron sus precios entre 2002 y 2012, el trigo “solo” lo duplicó.
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Gráfico Nº 2
900,0
Trigo
800,0 Maiz
700,0 Arroz
Poroto de soja
600,0
500,0
400,0
300,0
200,0
100,0
0,0
III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I III I
90919192929393949495959696979798989999000001010202030304040505060607070808090910101111121213
Fuente: Ministerio de Economía de la Nación. En dólares por toneladas
Cada uno de esos productos tiene sus particularidades, y es necesario mencionar que las de
consumo humano tienen un fuerte nivel de autoabastecimiento en el mundo, mientras que las
oleaginosas (más dedicadas al consumo animal) son las que más se exportan. En efecto, los
datos muestran que del total de la producción de trigo entre 2000 y 2005, solo se exportaron
18%, el maíz 12% y el arroz 7%, mientras que ese coeficiente de exportación en el caso de la
soja llegó a 30%.
Las importaciones de China resultan clave para poder entender tanto los aumentos en los
precios de la soja como los crecientes volúmenes comercializados que vivió el mercado
durante la última década. La soja es de los granos de importancia, la única en la cual China no
es autosuficiente, y depende en un 70% de las importaciones para cubrir su consumo interno.
Al contrario, países como Argentina y Brasil dedican poca parte de su producción al consumo
interno pero los precios internacionales de la soja, como lo veremos, tienen una gran influencia
sobre los demás productos agropecuarios consumidos en esos países.
El componente de la demanda se asocia a varios cambios institucionales que ocurrieron
durante la década del noventa que llevaron a esos países importadores a una reducción de sus
aranceles en el marco de los acuerdos de la OMC y al desmantelamiento de los entes públicos
12
de acopio y regulación del comercio, que eran utilizados para controlar las variaciones de
precios y sustentar su oferta local de granos (Berthelot, 2008).
13
refiere a todos los aspectos vinculados al ámbito rural en el que se desarrolla la producción
agropecuaria, incluso los socioculturales. Lo “agropecuario” se refiere exclusivamente a los
aspectos económicos-productivos. En consecuencia, una vez caracterizado, lo agrario y lo
agropecuario observemos su vinculación entre lo agrícola, lo hegemónico económico-
productivo y cultural desde la noción de la estructura productiva desequilibrada (EPD).
Una primera aproximación es que sí existe un patrón de acumulación que está vinculado a un
“bloque de poder” o “sector dominante” (Basualdo, 2006), entonces esta dominación o poder,
demostraremos, está asociado a las transformaciones en el sector agropecuario de la EPD y
muestra la disputa por la conducción del Estado. Según Raúl Prebisch (1963), en las
economías periféricas, generalmente, el sector externo actúa relajando o acentuando una
restricción interna o estrangulamiento interno al crecimiento. En este caso, según dicho autor,
es indudable que en la producción agrícola se encuentra generalmente el punto de
estrangulamiento interno más pertinaz en el desarrollo (nacional) latinoamericano
Esto implica que el estrangulamiento interno con “el crecimiento restringido por el sector
externo requiere en el corto plazo que el ajuste del mercado de cambio ante un exceso de
demanda de divisas se realice por la vía de una contracción en el nivel de actividad
económica”. Sólo de esa manera la cantidad de divisas disponibles en la economía puede
actuar como una restricción relevante al crecimiento6 ó en tal caso para cubrir el exceso de
demanda de divisas que requiere la economía se puede recurrir al endeudamiento externo,
pero esto nos posiciona en otro debate: divisas para fuga de capitales o para los requerimiento
de producción que posibiliten mayores inversiones para el desarrollo económico.
6 La imposibilidad de exportar productos industriales provoca una divergencia entre el desarrollo interno y la capacidad de generar
divisas por parte del país y, si no se la neutraliza con medidas deliberadas, esa divergencia lleva en forma progresiva a la crónica
limitación externa, característica de las posteriores etapas de desarrollo de las EPD. El proceso culmina con la aparición de un
nuevo modelo económico, en el cual la limitación del crecimiento no está dada por la capacidad de ahorrar ni por la eficiencia,
como sucede en el modelo clásico; tampoco obedece a la demanda global –como el modelo keynesiano- sino específicamente a la
crónica escasez de divisas (Diamand, M. 1973)
14
Parte 2- La “sojización” del campo argentino.
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Tenembaum afirma que la dificultad para el desarrollo de la producción de soja se explica por
la falta de un mercado interno y la escasa capacidad de inserción en el mercado mundial
(Barsky y Dávila, 2008).
La soja, si bien es originaria del este asiático, experimentó varios desarrollos en Europa y
Estados Unidos; en el caso de la Argentina, luego de varios intentos con semillas provenientes
de Europa que tuvieron diferentes resultados, se introdujeron en los años setenta semillas
importadas de Estados Unidos, las cuales superaron las experiencias anteriores. A partir de
ahí, se registra un incremento inusitado en la producción de este cultivo.
Así, a comienzos de 1970 la soja ocupaba sólo 79.800 hectáreas sembradas mientras que para
el final de la década la siembra cubría 2.040.000 hectáreas (Teubal y Giarraca, 2005).
Los registros sobre la producción de soja en Argentina comienzan en 1937/38 mostrando que,
hasta la cosecha de 1960/61 la superficie sembrada rara vez superó las 1.000 hectáreas: para
la campaña 1961/62 se cubrían 10.300 hectáreas hasta llegar a 79.800 en la campaña 1971/72
(Barsky y Dávila, 2008). En los primeros días de julio de 1962 se realizó la primera exportación
de este producto por un total de 6.000 toneladas, que tenía como destino Alemania.
Durante la tercera presidencia de Perón (1973-1974) se vuelve a introducir la semilla, esta vez
de Estados Unidos. De esa manera, la soja pasa de ocupar 79.800 hectáreas a mediados de
1970 a 2.100.000 hectáreas cultivadas en la campaña 1979/80. En la campaña 1997/98 se
llega a 7.176.250 hectáreas y para la campaña 2011/2012 se alcanzan unos 18.670.937
hectáreas cultivadas. Este incremento en la producción de la oleaginosa respondió a una
demanda externa, que comenzaba a repercutir en el sector agrícola.
Pero también el crecimiento de la soja se vio posibilitado por el marco institucional que le dieron
las políticas económicas neoliberales llevadas adelante durante la época. Según Blutman
(1999) la reforma del Estado de la etapa menemista se sustenta en las leyes 23.696 y 23.697
de “Emergencia económica” adoptadas en 1989. Esas leyes plantearon modificaciones
sustanciales en el ordenamiento jurídico argentino, habilitando la posibilidad de privatización de
las empresas públicas, la reforma de la carta orgánica del Banco Central de la República
Argentina y cambiando el régimen de inversiones extranjeras, con similar tratamiento que el
capital nacional. En ese contexto, el decreto 2.284/91 determinó la desregulación del comercio
exterior y del comercio interior de bienes y servicios, suprimiendo las normas que limitan el
“libre funcionamiento de los mercados”, así como la modificación de la ley de defensa de la
competencia y la suspensión de la ley de abastecimiento.
En cuanto a la desregulación del comercio exterior, el mismo decreto suprimió las limitaciones
a las importaciones y exportaciones y se suprimieron los entes encargados de regular
mercados agrícolas. Así, se ponía fin a la Junta Nacional de Granos, el Instituto Forestal
Nacional, la Dirección Nacional de Azúcar, la Comisión Reguladora de la Yerba Mate y del
Mercado Consignatario Nacional de Yerba Mate, entre otros.
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Acompañando esta desregulación de la legislación y la eliminación de los entes mencionados,
se adoptó la denominada Reforma Fiscal, que suprimió los impuestos relacionados con los
mercados agrícolas, las retenciones a las exportaciones, las tasas de estadística para la
exportación, los regímenes de promoción industrial permanentes, así como la modificación de
aranceles de importación.
Estas transformaciones en las funciones del Estado tenían como objetivo la estabilidad
económica. Sin embargo, se logrará el propósito a costa de una profunda reestructuración del
esquema institucional a través del cual se moldeó la estructura productiva, con un especial
énfasis en estimular al subsector agrícola.
Una consecuencia vinculada al incremento de esa política y del aumento de la demanda
externa es planteada por Teubal: “en la década del 70' se produce un intenso proceso de
sojización que empieza a provocar la desaparición de los productores familiares como sector
importante de la estructura agraria argentina. El agro se fue transformando en una agricultura
sin agricultores”. (Teubal, M., 2012, pág. 100).
El análisis que desarrollaremos se propone comprender este cambio en la economía argentina
y más específicamente en su estructura de exportación de productos primarios, donde la soja
adquiere relevancia como producto de mayor rentabilidad frente a otros productos y cultivos
(Mattos, 2012).
Entre los años 2002 y 2012, se observa que el sector de “agricultura, ganadería, caza,
silvicultura y pesca” fue reduciendo su aporte al PBI, pasando de 6,69% a 4,18%. En la
industria manufacturera, al contrario, la contribución económica al PBI fue creciendo de 16,35%
en 2002 llegando al 17,49% en 2012, mientras que el sector de la construcción pasó de
representar 3,80% del PBI en 2002 a 5,95% en 2012.
17
Si el sector “agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca” lo enmarcamos en el sector
agropecuario, entonces, se destaca de ello el “sector agrícola” o “cultivos agrícola”7 que está
constituido, fundamentalmente, por los principales productos de exportación: trigo, maíz, girasol
y soja (y sus derivados) que se producen en la zona pampeana. Aún así, en el periodo 2002-
2012, la categoría “cultivos agrícolas8” pasa de representar el 4,07% al 2,64% del PBI, mientras
que el sector agropecuario reduce también su contribución de 2,62% a 1,54%, en el mismo
periodo. Por lo tanto se puede apreciar que el sector agropecuario y el agrícola tuvieron una
baja contribución al PIB generado año a año.
Gráfico nº 3
Sector Productor de bienes: Cultivos agrícolas y sectores económicos .
Contribución % al PIB. Serie anual: 2002-2012.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del Ministerio de Economía y Finanzas
Públicas.
35,00
30,00
25,00
20,00
15,00
10,00
5,00
0,00
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
A. Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (resto).
A1. Cultivos Agrícolas
C. Explotación de minas y canteras
D. Industria manufacturera
E. Suministro de electricidad, gas y agua
F. Construcción
7
Según el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (2010) dentro del subsector agrícola, la Argentina es un jugador clave
a nivel global, destacándose en los cuatro principales cultivos: soja, girasol, maíz y trigo. La Argentina es el 10º productor mundial
de trigo y el 5º exportador, el 6º productor y el 2º exportador mundial de maíz, el 3º productor y exportador de girasol y soja en
grano, el 3º productor mundial de aceite y harinas de soja, pero es el 1º exportador mundial de aceite y harinas de girasol y soja.
8
Utilizaremos indistintamente el concepto de “cultivos agrícolas” y “sector agrícola”. En la desagregación de datos a veces se u
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Para contraponer esa escasa participación en el PIB lo contrapondremos, a continuación, con
la evolución de los principales cultivos agrícolas (soja, trigo, girasol, y maíz). Pero primero
cerciorémonos de la magnitud que tuvo lo territorial en la producción pampeana: Según el
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) la Argentina tiene una superficie de 280
millones de hectáreas (ha.) que se distribuyen en Producción Agrícola (180 millones de ha.),
Bosques Naturales (50 millones de ha.) y Área no productiva (50 millones de ha.). Del total
correspondiente a “producción agrícola”, se estimó en 2010 que la superficie agrícola utilizable
corresponde a unos 50 millones de hectáreas y “praderas naturales no arables” y a “ganadería”
130 millones de hectáreas; de la superficie agrícola utilizable, son sembradas entre 33 y 36
millones de hectáreas (tierra cultivable). Entonces del total de tierra para el sector agropecuario
el sector agrícola utiliza un 18,3% de las tierras utilizables.
Entre las campañas 2002/03 y 2011/12, la superficie destinada a producir granos pasó de 27 a
35 millones de ha. Luego de la devaluación de 2002, la producción de granos llegaba a
alrededor de 70 millones de toneladas, alcanzando un pico de 104 millones de tn. en la
campaña 2010/11. Al año siguiente desciende a 90 millones de toneladas, quedando por
encima del promedio de producción, que fue de 84 millones de toneladas durante este periodo
(2002-2012).
El promedio, de rendimiento de los granos, en el mismo periodo fue de 2,9 (tn/ha), variando en
un rango de 2,7 a 3,3 tn/ha durante el período, salvo en 2008/2009 donde la caída se explica
por la fuerte sequía ocurrida en esos años (2,2 tn/ha).
Gráfico nº 4
Granos: Superficie sembrada (ha), Producción (tn) y Rendimiento (tn/ha -
eje der.). Campañas: 2002/03 a 2011/12.
Fuente: Elaboración propia en base a datos de la Bolsa de Comercio de Rosario.
120,0 4,0
3,3 3,3
105,0 3,2 3,2 3,2 3,5
2,9 2,9 2,9
90,0 2,7 3,0
MIllones de (ha) y (tn)
60,0 2,0
45,0 1,5
30,0 1,0
15,0 0,5
0,0 0,0
2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 2011/12
Superficie Sembrada (ha) Producción (tn) Rendimiento (tn/ha)
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La soja ocupaba 8 millones de hectáreas en la campaña 1990/91, 12,6 millones de hectáreas
de la superficie sembrada para la campaña 2002/2003; mientras que en la campaña 2011/12
alcanzó 18,6 millones de hectáreas. Por su parte, otros cultivos – Principales Cultivos
Industriales, Frutas y Hortalizas y Legumbres, no superaron el 1,2 millones de hectáreas en la
campaña 2002/03, situación que, según los datos disponibles, no ha variado9.
A comienzos del periodo, durante la campaña 2002/03, la soja representó el 83% del total de
oleaginosas de la superficie sembrada, correspondiendo el 17% restante a los demás cultivos
(Cártamo, Colza, Girasol, Lino y Maní) 10. En cuanto a producción, la soja alcanzó 89% del total
producido en esa campaña. La concentración de los cultivos oleaginosos en la soja se fue
acrecentando a lo largo del período, y en las campañas 2007/2008 y 2008/2009, la superficie
sembrada para soja representó más del 85% y 88%, respectivamente, mientras que la
producción de soja representaba 90% del total. Desde entonce esos niveles no variaron.
Con relación al girasol, la participación de la tierra destinada a este cultivo alcanza la mayor
superficie sembrada en la campaña 2002/03 para luego decrecer durante el resto del periodo.
La producción de girasol como participación porcentual del total de oleaginosas acompañó los
niveles de superficie sembrada, pasando del 9,5% al 7,5% de la producción total de
oleaginosas. Esta disminución en la superficie sembrada constituye un signo de la decisión de
continuar destinando tierra a la producción soja, dado que el peso del resto de los cultivos
oleaginosos nunca supera el 2% de la superficie y el 3% de la producción.
En el rubro de cereales, el producto maíz11 fue el que más creció, representando 30% de la
superficie sembrada de cereales en promedio, mientras que la producción alcanza más del
40% de promedio. Los demás cereales tuvieron un comportamiento mas errático. En el caso
del trigo, la superficie sembrada fue de 50% entre 2002 y 2005, y luego vivió una tendencia
decreciente hasta el final del periodo donde llega a ocupar sólo el 34%. En consecuencia, la
producción de trigo disminuyó con relación al total de cereales, pasando de ocupar el 38% a
principios del periodo a 31% en la campaña 2011/12.
Tomando estos datos en conjunto, se puede observar que casi el 80% de la tierra cultivable se
utiliza para el cultivo de cereales y oleaginosas, y el principal producto cosechado es la soja
(entre 50 y 60% del total durante el período). Por su parte, como se ha mencionado, el girasol y
el trigo disminuyen su participación y crece la del maíz. La declinación de la superficie
proporcional dedicada al trigo es notable, ya que pasa de representar 23% en 2002/2003 a un
9
Se debe tener en cuenta que los datos elaborados en base a la información actualizada que publica el Ministerio de Economía y
Finanzas Públicas puede no estar completa en lo que respecta a producción y superficie sembrada para algunos productos, por lo
que se trata de una estimación aproximada.
10
Para completar el total de cultivos y productos se utilizaron datos provistos por los anuarios del INDEC y datos de Información al
día del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. De esta armonización se logró incluir la información del producto Colza.
11
El maíz se utiliza como un ingrediente esencial de cerca de cuatro mil productos. Para la fabricación de éstos, se emplean
algunos de los subproductos del maíz, como el jarabe, el aceite, la harina o la fécula, así como las bebidas dulces, como
los jugos o refrescos; la pintura, el papel, la pasta de dientes, y hasta los cosméticos
20
mínimo de 11,69% en 2009/201012. Si bien debe tenerse en cuenta la decisión de inversión a
favor de la soja, cabe observar también el crecimiento de la participación porcentual del resto
de cultivos. En ese sentido, cabe señalar que la soja es el cultivo complementario del maíz en
la rotación de cultivos así como de otros productos como el algodón y la remolacha. El gráfico
N° 5 muestra al distribución de los productos en la superficie.
Gráfico Nº 5
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 2011/12
Sup. Semb. (ha)-S Sup. Semb. (ha)-G Sup. Semb. (ha)-T Sup. Semb. (ha)-M Resto
12
Una primera conclusión del periodo 2002-2012 que el boom inmobiliario gano espacio en el AMBA y modifico la reubicación de
distintos molinos harineros fuera de las zonas urbanas, especialmente de la Capital Federal, donde la molienda cayó un 15%. La
distribución provincial de la harina de trigo está concentrada en 3 provincias que representan el 81%: Buenos Aires (45%); Córdoba
(23%); y Santa Fe (13%) y sólo Buenos Aires y Santa fe representan el 58%. En cantidad de Molinos 81 en Bs. As.; 42 en Córdoba;
y 24 en Santa Fe. En Buenos Aires se encuentran la mayor cantidad de los grandes establecimientos (12), Córdoba (3), y Santa Fe
(3) que procesan más de 15 Tn por hora. Según los datos del ONCCA, “cabe destacar que el sector industrial de moliendo de trigo
se considera estratégicamente bien distribuido en cuanto a a que las tres principales provincias productoras de trigo –Buenos Aires,
Córdoba y Santa Fe son las que también cuentan con la totalidad de los molinos de mayor capacidad instalada del país,
generándose de esta manera economías de escala que permiten mejorar la eficiencia del sector”. Como así también se encuentran
estratégicamente cercanas a la hidrobia Paraná donde se encuentran los principales puertos de exportación. Informe de trigo en
Argentina del Centro de Investigaciones y Gestión de la Economía Solidaria (CIGES) www.ciges.org.ar
21
superficie sembrada. El menor peso porcentual está dado por los cultivos de girasol y maíz, a
pesar de que este último tiene un rinde superior a lo largo de todo el período.
Gráfico Nº 6
22
Gráfico Nº 7
6,00
5,00 4,88
Maíz, 4,24
Rinde (tn/ha)
4,00
Trigo, 3,13
3,00
2,76
1,95
Girasol, 1,80
2,00 1,56
Soja, 2,15
1,00
0,00
2002/03 2003/04 2004/05 2005/06 2006/07 2007/08 2008/09 2009/10 2010/11 2011/12
Para explicar el desplazamiento de los cultivos de trigo frente a la soja, debe señalarse las
nuevas condiciones de la economía agraria, donde los actores como los pools de siembra y las
firmas exportadoras han favorecido el cultivo de soja para la exportación a costa de los cultivos
más ligados a la alimentación (Teubal y Palsamino, 2013, Rodríguez 2005). Estos actores
aportaron mejoras tecnológicas principalmente vinculadas a la producción de soja, como la
siembra directa, el uso de glifosato y de productos transgénicos, pero también implicaron
cambios en las maquinarias utilizadas, la forma de acopio y los modos de financiamiento.
En el gráfico a continuación, se presenta el precio internacional del trigo, el maíz y la soja,
deducido de la alícuota de retenciones a las exportaciones de cada uno de esos productos a fin
de tener una aproximación a los ingresos del sector ligado a la exportación. Al respecto, vale
mencionar que las retenciones a las exportaciones de trigo y de maíz siguieron la tendencia de
los precios internacionales, coincidiendo en la máxima alícuota con el pico de precios
internacionales (año 2008) y luego reduciéndose hasta los niveles anteriores. Para el trigo, las
retenciones subieron de 20% a 28% en 2008 hasta volver a 23%, mientras que para el maíz,
las retenciones subieron del 20% hasta el 25% en 2008, hasta volver a 20% desde entonces.
23
Vale la pena señalar que el trigo-pan tiene unas retenciones a las exportaciones menor,
aunque fue siguiendo la misma tendencia que el trigo, siendo de 10% en 2007, 18% en 2008 y
de 13% desde 2009.
Al contrario, la soja tuvo una alícuota de retenciones subiendo desde 2002 hasta llegar a 35%
en 2008, nivel desde el cual no se movió, es decir que el esquema de retenciones aplicadas
tendió a favorecer el trigo y el maíz por sobre el cultivo de la soja. Sin embargo, y a pesar de
tener retenciones más elevadas, la soja siguió siendo el principal cultivo en razón de los
mayores ingresos que podía proveer su exportación, esencialmente a países emergentes como
China (Pierri y Orlando, 2014; Zeolla 2012).
Entonces si bien el maíz es el producto de mayor rendimiento también fue al igual que la soja el
producto (y derivados) con mayores niveles de derechos de exportación a diferencia del girasol
y trigo (y derivados).
Gráfico Nº 8
300,0
250,0
200,0
150,0
100,0
50,0
0,0
II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV II IV
99 99 00 00 01 01 02 02 03 03 04 04 05 05 06 06 07 07 08 08 09 09 10 10 11 11 12 12
Fuente: Ministerio de Economía de la Nación. En dólares por toneladas
El maíz se utiliza como complemento en la siembra de soja lo que evidencia que en el periodo
2002-2012 aun con derechos de exportación13 promedio del 30%, no se logro desincentivar la
inversión en dichos productos y evitar la sojización de las tierras agrícolas.
13
Como planteo Demian Panigo (2008): “Los derechos de exportación sustraen al agro la rentabilidad extraordinaria que, de no
mediar ese tipo de gravamen, obtendría el sector como producto del sostenimiento de un tipo de cambio elevado”. Principalmente
24
En términos de rentabilidad, Pierri y Orlando realizaron una comparación entre costos y
rentabilidad entre la soja y el trigo, que reproducimos a continuación, en la cual se muestra que
el margen bruto de la soja fue mejor que el del trigo para el productor con campo propio.
Gráfico Nº 9
500
400
300
200
100
los derechos de exportación recaen sobre el complejo exportador cerealero y oleaginoso, principalmente por todas las
características antes explicada y se suma la particularidad que adopto el cultivo soja.
25
Parte 3- Los cambios productivos, tecnológicos, y financieros.
La denominada “modernización agrícola” que en nuestro país tiene lugar, con mayor intensidad
desde mediados de los `90, dio paso a una nueva forma de producción. Por un lado, este
proceso se vio marcado por el desplazamiento de la agricultura tradicional (basada en el arado,
siembra, cosecha, transporte y comercialización) hacia un tipo de explotación que combina la
siembra directa con la incorporación de la soja transgénica junto con nuevos insumos, como
agroquímicos, más el uso de la nueva maquinaria agrícola, utilizada en la siembra directa.
Por otra parte, en la misma etapa, emergieron otros actores sociales, entre los cuales se
destacaron en un principio los fondos de inversión, verdaderos fondos especulativos que
realizan inversiones en actividades rentables a corto plazo, desplazándose a otras cuando esas
actividades dejan de ser rentables.
El fuerte aumento de los precios internacionales y la simplificación de la producción de
determinados cultivos que se observa desde mediados de la década del noventa, en particular
la soja, hizo posible a partir de grandes inversiones de capital, sobre todo en maquinaria e
insumos, como los nuevos herbicidas y fertilizantes (que antes no se utilizaban). Los cambios
en la dinámica de funcionamiento en la producción provocarán una mayor demanda en cuanto
a requerimientos de asesoramiento técnico, lo que se traducirá en una necesidad permanente
de actualización en los conocimientos. (Giberti, 2008). Se modifica entonces la estructura
básica de la producción chacarera tradicional en la que “el chacarero araba y sembraba, lo que
le insumía un mes de trabajo en una chacra corriente, con algunos trabajos complementarios
en el caso de cultivos como el maíz o ninguno, como en el trigo”, (Giberti, 2008). Siguiendo al
mismo autor, “no había defensa de cultivo”, es decir que no se aplicaban herbicidas, ni
fertilizantes, luego venía el periodo de cosecha, lo que abarcaba también el transporte y la
comercialización. Lo que puso de manifiesta la disputa por una modelo de agricultura donde
subsiste la chacra mixta (soja, maíz, trigo, cerdos y vacas) o la sojización de las tierras con sus
consecuencias pertinentes: éxodo rural, desplazamientos a otras tierras de la ganadería y otros
cultivos (Peretti, 2014).
Por otra parte, el cambio de funciones del Estado que predomino en la década de los noventa,
impactará negativamente en el “chacarero corriente”, debido a lo siguiente, según Lattuada y
Neiman (2005) los agricultores argentinos registraban un endeudamiento cercano a los u$s
6.000 millones con el sistema financiero; más una deuda comercial con las empresas que
abastecían de insumos por una suma de u$s 3.000 millones. La imposibilidad de acceder a
créditos con bajas tasas de interés en el sector no formal hizo que muchos agricultores tomaron
26
esos créditos a tasas altas, necesarios para realizar inversiones en maquinaria e insumos. En
cambio los créditos provenientes a través de los fondos de inversión, que, como hemos
mencionado más arriba, son fondos especulativos que no realizan grandes inversiones en la
actividad, sino que derivan ganancias hacia otras que resulten más rentables. De ahí que
arrienden tierras, contraten maquinaria agrícola y asesoramiento técnico. Así, al disponer de
grandes sumas de capital y grandes volúmenes de producción, abaratan sus costos respecto
del común de los chacareros. La incorporación de innovación tecnológica, que constituye el
factor principal de la rentabilidad de las explotaciones agrarias, fue incorporada con mayor
facilidad por las explotaciones más grandes, a diferencia de lo que ocurría con las pequeñas
empresas que atravesaban severas dificultades para acceder al crédito. Esto a su vez, les
impedía a estas últimas realizar la reconversión productiva. (Piñeiro y Villareal, 2005, P. 33)
27
comercialización de granos (Piñeiro y Villareal, 2005). El contratista de maquinaria agrícola en
particular, es un actor que si bien, estaba ya presente en décadas anteriores15, se consolida a
fines de los años `90. Así, en el año 2002, del total de empresas agropecuarias existentes en
el país, el 33% empleó maquinaria contratada, siendo aún mayores los porcentajes si se tiene
en cuenta sólo la región pampeana (47%) y, entre 2002 y 2005, la superficie trabajada por
estos actores en la provincia de Buenos Aires se incremento un 38%. (Maraschio González,
Masia, y Moltoni, 2013).
En el mismo sentido, Barsky y Dávila (2008), señalan que el Censo Agropecuario de 1988 ya
mostraba para las provincias de Buenos Aires y Córdoba, que el 49,2 % de las unidades
relevadas durante el periodo censal habían contratado servicio de maquinaria. Los mismos
autores agregan que, según el censo de 2002, las provincias de Córdoba y Santa Fe muestran
que el 70 % de las unidades había sido trabajado con maquinaria contratada en alguna de las
labores, predominando la cosecha de granos. En cuanto al terrateniente empresario, éste
arrienda tierra cerca de su propiedad y en otras regiones agrícolas, tienen una considerable
capacidad de acumular capital y se asienta en empresas familiares. Por su parte, el nuevo
empresario arrendatario es un actor más reciente, no es propietario ni posee un gran capital
propio. Se trata de empresas medianas y grandes que organizan la producción y son
gestionadas por gerentes profesionales. Pueden utilizar capital propio pero tienden más a
captar recursos financieros disponibles en el mercado. El promotor de la inversión de corto
plazo en agricultura (de capital externo al medio agrícola) se dedica a operaciones de gran
tamaño; en este caso se trata de organizaciones complejas entre las que se destacan los
“pools de siembra”. Los mismos tienden a explotar grandes extensiones de tierra, superiores a
las 10 mil hectáreas.16 Por lo tanto, las empresas verticalmente integradas son parte de grupos
económicos que se extienden cadena abajo, hacia la comercialización y la industrialización de
los productos agropecuarios o cadena arriba, hacia los insumos agropecuarios, bienes y
servicios. Se trata de empresas que empezaron en la comercialización o la producción
industrial y luego se expandieron a la actividad primaria (Piñeiro y Villareal, 2005). A partir de
2002, se empieza a observar una cierta reactivación económica; en el sector agropecuario
resurge la economía por los bajo costos de producción y debido a los precios altos de los
cultivos. Si bien esa producción está centralizada en pocas manos, alcanza en su momento,
15
El origen de los proveedores de servicios de maquinaria agrícola o contratistas en Argentina se remonta a la década del 40.
Entre las décadas del 40 y el 60 un conjuntos de leyes buscaron defender y proteger a los arrendatarios por sobre los propietarios
de tierra (LODOLA & FOSSATI, 2003), dando lugar al nacimiento del gran agricultor capitalista sin tierras, propietario del capital y
de las máquinas e inductor de la inmensa mayoría de las innovaciones tecnológicas (PUCCIARELLI, 1997). En: Análisis de la
rentabilidad de la actividad de servicios de maquinaria agrícola en Argentina, XLII Congreso Brasilero de Ingeniería
Agrícola - CONBEA 2013
16
La caracterización del pool de siembra se presenta con mayor detalle en el apartado 3.1.
28
para reanimar la economía de los centros de población pequeños así como de algunas
economías locales y el sector chacarero que aún subsiste recupera poder de compra.
En ese momento se observa como el sector agrícola tuvo una mayor modernización producto
de las inversiones (maquinaria, fertilizantes y herbicidas) mientras que el sector no agrícola
está en condiciones diferentes y con niveles inferiores de inversión.
Una diferencia para señalar en este sentido, es que la región pampeana se convierte en
compradora principal de fertilizantes cuando en la época de agricultura tradicional, la región
extra pampeana era la más representativa en cuanto a la compra de este tipo de insumos, lo
que constituye un indicador de cómo cambió la estructura. (Giberti, 2008). Y por último, la
notable expansión de la actividad sojera en el país, que en realidad forma parte de un
crecimiento más amplio de la agricultura, se asocia fundamentalmente al acceso por parte de
los productores y empresas a tecnologías de producto y de proceso. Esto último incluye la
genética, las transformaciones en los sistemas de labranza, los avances del acceso a la
información a través del conocimiento técnico y de los mercados y la valoración de un mejor
gerenciamiento técnico de las unidades de producción (Lattuada y Neiman, 2005).
La tendencia de los costos de producción agrícolas en los últimos veinte años conoció un
quiebre a fines de los años noventa, en sus tres componentes principales: agroquímicos,
laboreo y fumigación, y semilla. Esta reducción de costos se explica por el cambio en la
organización técnica de la producción que acompañó el nuevo paquete tecnológico orientado a
mejorar la escala y la productividad agrícola: siembra directa, glifosato y soja transgénica
(Dabat y al., 2012). Los costos recién recuperaron los niveles de principios de los años noventa
en 2006, junto al “boom” de los precios de la soja y las crecientes tensiones políticas entre el
gobierno y los productores (Pierri y Orlando, 2014).
Asimismo, la nueva forma de organizar la producción de los cultivos implicó la aparición de
nuevos actores económicos, tal como las multinacionales de agroquímicos y semillas, de
maquinarias, así como el “pool de siembra” mencionado anteriormente. Éste se presenta como
un contratista cuyos financistas no son especializados en cuestiones agrarias, y hoy se calcula
que 90% de las cosechas de granos se realizaron mediante la tercerización de labores (Pierri y
Orlando, 2014). Eso implica la inclusión de costo de arrendamiento que varía según el precio
internacional de los cultivos exportados, siendo actualmente uno de los costos más
importantes. Un informe del Banco Mundial sobre “Agricultura y Desarrollo” destacó que “las
transformaciones del sector en Argentina fueron posibles debido a las reformas político
29
económicas llevada adelante durante los años noventa17”. Un elemento que contribuye a la
reestructuración del financiamiento para el sector es el cambio de la ley 24.441 de
fideicomisos18 votada en 1994, base institucional sobre la cual se erige el “pool de siembra”
como nueva forma que toma el capital agrario y que contribuyó al proceso de acumulación y
ampliación en el sector agrícola. Representativo de la agricultura a gran escala, el pool de
siembra se ha consolidado como nuevo actor en la última década. Ocupa el rol de gerenciador
de los medios de producción de terceros a través de un modelo de organización de la
producción basado en una red de contratos, que consiste en: arrendamiento de tierras ajenas;
alquiler de equipos y maquinarias; uso masivo de nuevas tecnologías de proceso como la
siembra directa, el doble cultivo (soja de 1º y 2º siembra) y nuevos paquetes de insumos en
base a semillas genéticamente modificadas (soja RR), herbicidas asociados (glifosato) y
fertilizantes. Esta generalización del “contratismo” ya se empezó a notar entre los censos de
1988 y 2002, en los cuales esa forma de trabajar llegó a implicar 34 millones de hectáreas en
2002, aumentando un 81% desde 1988 (Bisang, 2007)
En efecto, la expansión de la frontera agrícola de producción requirió nuevas formas de
financiamiento para canalizar las inversiones. Las condiciones económicas gestadas en el
periodo 1991-2001 convierten a la soja en un negocio rentable tanto para el productor como
para el exportador, pero provocará fuertes endeudamientos en el sector primario. Según el
Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA):
“la forma frecuente que caracteriza al pool de siembra, … se basa en una combinación en la
que participan el dueño de la tierra, un contratista y un ingeniero agrónomo, que convienen una
producción determinada aportando cada uno sus recursos (tierra, labores e insumos,
respectivamente) distribuyéndose las utilidades de acuerdo a su participación. El organizador
propone un plan de actividades de siembra y, una vez armados, se lo ofrece a potenciales
inversores.… (…) Otras ventajas que se desprenden de esta nueva forma de producción,
distribución y comercialización, del producto soja son las siguientes: (…) permite el aumento de
la escala y consecuentemente del poder de negociación; (…) de los agentes del sector los
19
beneficiarios son los contratistas (bien equipados) y empresas de servicios” (INTA, Finanzas
Rurales, citado en Barsky y Dávila, 2008, pp. 91-92)
Cabe destacar que los censos nacionales agropecuarios no disponen de información detallada
sobre los “pools de siembra”, aunque se estima que la eliminación de explotaciones
17
Véase el documento: Agricultura y Desarrollo Rural en Argentina: Temas Claves. Banco Mundial, Informe No. 32763-AR / 12 de
junio de 2006.
18
El fideicomiso resulta más flexible que una hipoteca o una prenda, tiene certeza en la entrega de fondos, y permite coordinar el
vencimiento con los compromisos.
19
INTA, Finanzas Rurales http://inta.gob.ar/documentos/finanzas-rurales-decisiones-financieras-aplicadas-al-sector-agropecuario/
30
agropecuarias ocurrida durante el período señalado se debe a un proceso de concentración a
través de esta forma de estructuración de la producción agrícola (Barsky, 2008). Estos cambios
también han modificado la forma de producción, concentración y centralización del capital. Esta
estructura de servicios para el desarrollo de la producción agrícola se expandió en particular, en
zonas que registran los mayores rindes y constituye uno de los factores que ha contribuido a la
profundización de la tendencia hacia la explotación del monocultivo de soja.
De este modo, durante los años noventa se producen una serie de cambios en la relación entre
capital y trabajo dentro del sector agropecuario. Dichos cambios son llevados adelante por los
nuevos actores ya descriptos que escinden la propiedad de la tierra de su explotación
productiva y rompen el circuito geográfico de producción, dado que compran insumos y gastan
sus excedentes desde una mirada global (Bisang, 2007). La incorporación de los cambios en la
técnica de explotación (siembra directa y variantes transgénicas de la soja) y en las formas
asociativas (pool de siembra) logra duplicar la producción en un contexto de notable incremento
de la demanda del mercado internacional, provocando además una fuerte expansión de la
frontera agrícola de producción (Teubal 2005).
La siembra directa20 surge como una necesidad para hacer frente a la erosión de los suelos. En
1989 se constituye la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (AAPRESID).
20
Según AAPRESID, la siembra directa cambió el paradigma de la agricultura al desterrar la idea de la necesidad imperiosa de la
labranza. Actualmente no puede hablarse de “suelos arables” como sinónimo de áreas aptas para la agricultura. Suelos que no son
arables han demostrado ser “sembrables”. Los primeros desarrollos que advirtieron sobre la posibilidad de prescindir de la labranza
tuvieron lugar en Inglaterra en la década de 1940. En 1955, el descubrimiento del herbicida Gramoxone alentó a la compañía
británica ICI a avanzar en los estudios sobre siembra directa en el Reino Unido. Corrían los años 60 cuando el productor
norteamericano Harey Young se acercó a la Universidad de Kentucky –donde Shirley Phillips era académico– buscando respuestas
a los problemas que le ocasionaba cierta gramínea mientras practicaba la siembra directa. Ante el desconocimiento de la
universidad sobre el tema, Phillips se dispuso a estudiarlo con un grupo de jóvenes universitarios, entre los que se encontraba
Grant Thomas. Young y Phillips terminarían escribiendo el libro “Labranza Cero” lo que les permitió situarse como referentes de la
siembra directa.
Las primeras experiencias argentinas datan de la segunda mitad de la década de 1970. Sin embargo, para la expansión del
sistema de siembra directa hubo que esperar alrededor de 15 años, cuando confluyen una serie de factores como la generalización
31
Los datos de AAPRESID sobre la siembra directa muestran la importancia que fue adquiriendo
con el tiempo este método que en la actualidad cubre más del 75% de la superficie sembrada
(ver Anexo II). Su crecimiento se explica por la simplificación de la producción y la aceleración
de los tiempos de siembra y cosecha que implica. La evolución de la superficie en siembra
directa en Argentina se remonta a la década de 1970, pero el incremento de este método en la
producción agrícola comienza a ser relevante durante la convertibilidad. La superficie en
siembra directa para la campaña 1991/92 no llegó a producir el 5% del total. En la campaña
2010/11, observamos que el 78,5% de la superficie total sembrada corresponde al método de
siembra directa, a diferencia de lo que ocurrió en la campaña 1996/97 en la que la misma
representó el 15 %, coincidiendo el incremento con la introducción del paquete tecnológico:
soja transgénica, glifosato, y otros productos vinculados.
Según Chudnovsky, Trigo, Cap y López “esta transformación, que se inicia con el cambio de
orientación en las políticas macroeconómicas en 1990, abarca prácticamente todos los rubros,
aunque los granos y las oleaginosas (maíz, trigo, soja y girasol) y la región pampeana, han sido
sin duda sus sectores emblemáticos” (Chudnovsky et al., 2002, pp.84-85). Sumado a estas
transformaciones, las copiosas lluvias que se registraron durante la campaña 1997/98, como
efecto del fenómeno natural conocido como la “corriente del Niño”, posibilitaron una mejor
producción: “lo que indirectamente comenzó a suceder fue un proceso de expansión del área
cultivada a expensas de la retracción de la actividad ganadera, dado que el grano comenzó a
ser más rentable, en tanto se produjo un incremento de la productividad física por unidad de
superficie (rendimiento)”, Chudnovsky et al. (2002, pág. 85).
El cambio tecnológico, en este periodo de paridad cambiaria 1 a 1, fue determinado por la
intensificación del uso de bienes de capital (maquinaria agrícola moderna), fertilizantes,
agroquímicos (herbicidas y pesticidas) y “un cambio de particular trascendencia en lo que hace
a los insumos genéticos: la introducción de los cultivos transgénicos en la agricultura argentina”
Chudnovsky et al. (2002, pág. 86). Es el comienzo del predominio de las producciones
vinculadas a la soja y otros cultivos agrícolas (trigo, maíz y girasol) por sobre los cultivos
industriales, hortalizas y legumbres, principales frutas y otros cereales y oleaginosas. El área
cubierta con soja tolerante a herbicidas pasó de representar del 1% de la superficie cultivada
con esa especie, en la campaña 1996/97, a más del 90% (unas 9 millones de hectáreas) en la
campaña agrícola 2000/01. Las modificaciones en la comercialización son las siguientes:
de los problemas de erosión de suelos en el país, el aumento de los costos operativos y la aparición de herbicidas a precios
inferiores que permitieran un control de malezas más efectivo e hicieron de la siembra directa una tecnología económicamente
viable.
32
A.C.1. Eventos transgénicos aprobados para comercialización en la Argentina hasta diciembre de 2001.
Especie Característica Introducida Evento de transformación Solicitante Resolución
Soja Tolerancia a glifosato “40-3-2” Nidera SA. SAPyA N° 167 (25-3-96)
Maíz Resistencia a lepidópteros "176" Ciba-Geigy SAPyA N° 19 (16-1-98)
Maíz Tolerancia a glufosinato de amonio “T25” AgrEvo SA. SAGPyA N° 372
Algodón Resistencia a lepidópteros “MON 531” Monsanto argentina. S.A.I.C. SAGPyA N° 428 (16-7-98)
Maíz Resistencia a lepidópteros “MON 810” Monsanto Argentina S.A.I.C. SAGPyA N° 429 (16-7-98)
Algodón Tolerancia a “MON 1445” Monsanto Argentina S.A.I.C. SAGPyA N° 32 (25-4-01)
Maíz Resistencia a lepidópteros “Bt 11” Novartis Agrosem SA. SAGPyA N° 392 (27-7-01)
Fuente: Los transgénicos en la Agricultura Argentina (Trigo, Chudnovsky, Cap, López, 2002).
Otro aspecto que se destaca durante el período es el proceso de tecnificación no solo del
sector agropecuario sino que tiene como principal motor de las transformaciones al sector
agrícola es que comienza la adecuación de la maquinaria para los granos gruesos producidos
por las innovaciones referidas y la utilización del glifosato, incrementándose los rindes. Según
Barsky y Dávila (2008), la incorporación del método de siembra directa permite la reducción de
costos de mano de obra y en combustibles al eliminarse las tareas mecánicas asociadas al
arado de tierras. En ese sentido, se verificaron fuertes dinamismos en las sembradoras,
tractores y equipos de fumigación utilizados en la siembra directa. Estos, en comparación con
los utilizados en el arado convencional, son más pesados y por lo tanto requieren tractores de
mayor potencia (Bisang, 2007).
La diferencia en la participación de la soja con relación a otros cultivos vinculados con la
siembra directa, como trigo y maíz, demuestra que la oleaginosa se convierte en uno de los
principales productos, a partir de las transformaciones producidas durante el periodo de
convertibilidad. En el periodo de post-convertibilidad, el avance de la soja en la superficie
sembrada bajo el método de la siembra directa se explica no sólo por su rentabilidad, derivada
de los precios internacionales sino por los cambios técnicos que simplifican el proceso de
producción y la canalización de inversiones hacia el cultivo oleaginoso. Un ejemplo de la
reducción de los costos se evidencia en los niveles de importación del sector cerealero y
oleaginoso: para el periodo 2003-2013 el total de importaciones alcanzó unos 8.606 millones
de dólares, en cambio las exportaciones, acumularon, unos 231.051 millones de dólares,
obteniendo en el periodo, un superávit de 222.445 millones de dólares.
Brevemente, durante el periodo de convertibilidad (1991-2001), el salto cualitativo en
producción y superficie sembrada a partir de la introducción de la soja transgénica sumada a la
experiencia acumulada del pool de siembra y la siembra directa lograron en el periodo de post-
convertibilidad consolidar la posición agropecuaria del subsector agrícola (sujeto agrícola
hegemónico). En paralelo se consolidaron las agroindustrias -y la agriculturización de la
producción agropecuaria- vinculadas a las exportadoras que obtuvieron grandes rendimientos,
33
no sólo con el aceite de soja sino también con los aceites de girasol y maní, entre otros
ejemplos. La siembra directa permitió profundizar el ciclo agrícola: dos cosechas agrícolas
anuales, en base a tres productos como trigo, maíz y soja.
Estos elementos permitieron incrementar la producción de soja, maíz y trigo, salto que se
profundiza con la superficie sembrada con soja bajo el método de siembra directa como se
puede observar en los gráficos de AAPRESID. Se observa así, la consolidación de la
estructura productiva desequilibrada basada en la producción primaria para la exportación
donde el agente principal provee las divisas, características que definen al sujeto agrícola
hegemónico, en tanto éste será el actor que disputará la administración de las divisas y su
tributación.
Uno de los costos que tiene en el negocio de los pooles de siembra es el arrendamiento de la
tierra, muy vinculado al valor de la tierra. Según los datos de “Márgenes Agropecuarios”21 el
valor de la tierra para cultivo agrícola en la pradera pampeana aumentó de 3.174 en 2002 a
20.850 u$s/ha en 2012. La tierra para cultivo agrícola se compone de dos zonas: la zona
maicera (maíz y soja) y la zona triguera22. El incremento en el valor de la tierra agrícola fue de
un 557% en dólares, es decir que creció casi 6 veces su valor.
Gráfico Nº 10
21
“El valor de la tierra en la Pradera Pampeana”, Márgenes Agropecuarios, vol. 28, nº 327, Septiembre 2012.
22
Geográficamente, con el término “tierra para cultivo agrícola” se hace referencia a la zona maicera: Pergamino, Rojas, Colón
(Bs. As) y a la zona triguera: Tres Arroyos, Necochea, Lobería (Bs. As.). En lo que hace a ganadería la referencia es sobre la zona
invernada: Trenque Lauquen, Rivadavia, Villegas (Bs. As.), cotizados por aptitud agrícola; y sobre la zona cría: Ayacucho, Rauch,
Las Flores (Bs. As.).
34
Valor de la tierra en la pradera pampeana.
Serie anual: 2002 a 2012.
Fuente: Margenes Agropecuarios www.margenes.com
25.000
20.850
20.000
15.000
10.000
5.000
0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Por su parte, como se muestra en el gráfico N° 10, entre 2002 y 2012 los precios de los
arrendamientos se incrementaron un 176 %, con picos superando los 500 u$s/ha en los años
2008, 2011 y 2012. Que coinciden con el creciente valor de la tierra para cultivo agrícola.
El valor máximo del arrendamiento fue durante el año 2008. El crecimiento constante en el
valor de la tierra para invernada nos permite inferir que el costo en la producción ganadera
creció y particularmente a partir de 2010 a 2012. Cabe agregar que, siguiendo los censos
agropecuarios de 1988 y 2002, se aprecia el importante aumento de los arrendamientos en las
últimas décadas, en particular en la región pampeana. Así, entre ambos relevamientos
censales se registra un incremento de la incidencia relativa de los arrendamientos del 21,4% al
33%, mientras que, si se observa la distribución de los arrendamientos según la forma de
tenencia, el 76% corresponde en ambos censos, a propietarios que toman tierras, y el 24% a
sectores no propietarios. (Arceo, Arceo y Basualdo, 2009)
Con respecto al censo agropecuario realizado en el país en 200823, la distribución de las
explotaciones agropecuarias por régimen de tenencia muestra para la provincia de Buenos
Aires que, de 19.673.652 de hectáreas relevadas, un 26% de la superficie corresponde a
arrendamientos; en el caso de la provincia de Santa Fe, de 10.859.326 hectáreas relevadas, el
23
Hasta la fecha de elaboración del presente documento, el INDEC no ha publicado datos definitivos que permitan establecer
comparaciones con los registros censales anteriores en relación a la incidencia relativa de los arrendamientos.
35
27% está representado por arrendamientos mientras que para Córdoba, de un total de
superficie relevada de 11.891.256 has., también el 27% corresponde a tierras arrendadas.
(Censo Nacional Agropecuario, 2008)
Gráfico Nº 11
Arrendamiento (u$s/ha).
Serie anual: 2002-2012.
Fuente: www.ceso.com
700
600 575
500
400
300
200
100
0
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
36
Parte 4- Acopio y aceiteras
24
“En los años `90 ha habido múltiples casos de fusión y adquisición de firmas locales por parte de grandes firmas extranjeras”,
(Katz, 2009, pág. 47).
25
Fuente: http://www.mecon.gov.ar/peconomica/basehome/sectorial.htm
37
C.B. Producción agraria por cultivos y productos.
Cereales y Oleaginosas Principales Cultivos Principales Principales
Industriales Frutas Hortalizas y
Legumbres
1. Alpiste 11. Cartamo 1. Algodón (en bruto) 1. Naranja 1. Ajó
2. Arroz 12. Colza 2. Caña de azúcar 2. Limón 2. Batata
(molida)
3. Avena 13. Girasol 3. Tabaco 3. 3. Cebolla
Mandarina
4. Cebada 14. Lino 4. Té (hoja verde) 4. Pomelo 4. Papa
Cervecera
5. Cebada 15. Maní 5. Vid (uva para 5. Ciruela 5. Pimiento
Forrajera vinificar)
6.Centeno 16. Soja 6. Yerba mate 6. Damasco 6. Tomate
(canchada)
7. Maíz 7. Jojoba 7. Durazno 7. Melón
8. Mijo 8. Tung 8. Manzana 8. Zanahoria
9. Sorjo granífero 9. Pera 9. Zapallo
10. Trigo 10. Arveja
11. Lenteja
12. Poroto
Fuente: MECON/MINAGRO.
De los 45 productos de los 5 cultivos agrícolas solo 1 ocupa casi el 50% de la tierra agrícola.
Para conectar clasificar la producción de soja con el comercio exterior agregamos la siguiente
taxonomía que propone la CEPAL y sirve como guía para analizar las características materiales
del sujeto agrícola hegemónico.
En el año 2003, el 68% de los productos ST tuvieron como principal comprador el sudeste
asiático, siendo del 85% al final del periodo (2012). En el caso de los productos de 1°T, al inicio
del periodo considerado, la demanda se distribuye entre España (14%), Países Bajos (14%) e
Italia (12%) representando en conjunto el 40% mientras que en el año 2012 se destaca
Indonesia (13%), y la demanda disminuye en España (6%), y Países Bajos (6%). Por último, la
demanda de los productos de 2°T, en el año 2003 proviene de China e India, con un 40% y
20%, respectivamente. La situación para el año 2012 tuvo a India con un 23%, a China con un
20% y, un tercer mercado que cobra relevancia es Irán que representa en ese año, un 10% (ver
38
Anexo III). A su vez el índice concentración económica IHH muestra que para los productos ST
existe una mayor concentración, donde existe una menor concentración económica es en el
producto de 2°T y donde hay una tendencia a menor concentración es en los productos de 1°T.
Así, la soja de 1ºT representó en el año 2012 el 51% de los productos exportados del complejo
sojero, mientras que llego a representar el 38 % de las exportaciones de cereales y
oleaginosas; y el 37 % promedio si se considera el periodo en su totalidad (2002-2012).
Lo que evidencia que el principal producto que genero el mayor ingreso de divisas a la
economía es la harina pellets y expeller de soja (1°T) y su destino de exportación muestra una
menor concentración económica o sea hay una mayor diversificación en los destinos entre
2002-2012.
C.19. Exportaciones y principales productos de soja: ST, 2°T y 1°T(en millones de u$s).
Total Exportación* CyO** Soja*** ST 2°T 1°T
2002 25.650,00 8.185,00 5.775,06 1.165,30 1.472,14 3.137,62
2003 29.938,00 10.591,00 8.386,14 2.063,89 2.169,73 4.152,52
2004 34.575,00 11.401,00 9.476,40 1.844,76 2.709,00 4.922,65
2005 40.386,00 12.288,00 7.823,93 2.191,62 973,65 4.658,66
2006 46.546,00 13.062,00 10.112,89 1.778,12 3.356,41 4.978,37
2007 55.980,00 19.644,00 16.256,21 3.816,72 5.094,35 7.345,13
2008 70.018,00 26.056,00 20.544,96 5.370,64 5.810,47 9.363,85
2009 55.672,00 17.895,00 13.940,64 1.700,60 3.667,42 8.572,62
2010 68.187,00 23.496,00 17.155,64 4.693,09 4.717,32 7.745,23
2011 83.950,00 31.453,00 19.765,90 5.039,99 5.101,57 9.624,35
2012 78.621,00 29.868,00 18.998,82 3.311,46 4.349,66 11.337,70
Total 589.523,00 203.939,00 148.236,59 32.976,20 39.421,71 75.838,68
Fuente: INDEC/MECON/CIARA-CEC
* Datos del ICA
**Se cotejaron los datos del INDEC con los del CIARA-CEC
***Se utilizaron los del MECON sobre precios de materias primas anuales.
39
del 74% correspondiente a molienda se procesan dos productos, harinas26 (pellet y expeller) y
aceite crudo27. Las harinas representan el 82% y el aceite crudo 18% del total de molienda.
En la tercera etapa (exportación), del 82% que corresponde a harinas, se exporta el 80% y el
restante 20% se destina para consumo interno. Del 18% que corresponde a aceite crudo, el
67% se exporta, el 20% se destina a Biodisel para exportar, el 8% corresponde a biodiesel que
se comercializa en el mercado interno y el 5% restante se utiliza para producir aceite refinado,
del cual se exporta el 44%, el 30% se destina a la industria y el 26% a consumo familiar.
Esta es la estructura productiva que se fue consolidando en el periodo postconvertibilidad luego
de las transformaciones jurídico-económicas de los noventa. Esta estructura productiva
acentuó el rol del sector agrícola como proveedor de divisas en base a la harina de soja que es
un residuo del proceso de fabricación del aceite de soja. Por lo tanto, pasamos de la
producción a la industrialización que son las grandes fábricas para ir avanzando en la cadena
de valor.
26
Para el caso de la molienda, la comercialización de los productos de 1°T se clasifica según sean Expellers: son los residuos de
elaboración por prensa continua; Harina de extracción: son los residuos de la elaboración por disolvente y salvo estipulación
especial no se diferencian por su granulación, pudiendo ser fina, en grumos, aglomerados o pedazos, según los distintos sistemas
de extracción y secado; Pellets: son los comprimidos (cilindros) provenientes de los residuos de la extracción del aceite de los
granos oleaginosos definidos anteriormente. El largo y diámetro de los comprimidos podrán ser cualquiera medida, salvo
estipulaciones expresadas en el boleto de compra-venta”.
27
De la tercera etapa de aceite crudo, como 2°T, se engloba a los demás ítems. El tema biodiesel requiere de un abordaje aparte
como se advierte en las ramificaciones del producto.
40
41
En consecuencia, vemos que la mayoría de la industria derivada del grano de soja se destina a
la exportación. ¿Cómo es el proceso productivo en la agroindustria? El proceso de producción
de la agroindustria sojera se puede apreciar en el flujograma siguiente: la forma de extracción
del aceite de soja es a través de la combinación presión-solvente (P-S). Al hablar de “pellets”,
se debe tener en cuenta que éstos pueden fabricarse tanto a partir de expeller así como de
harinas o de la combinación P-S. Por ello, el expeller tiene importancia en el proceso, así como
la harina, sólo que para la exportación el mayor peso lo tiene, entre los productos de 1°T, el
pellets y en segundo lugar el expeller, si bien en términos prácticos se trata de un residuo del
proceso de elaboración del aceite.
SEMILLA SOJA
LIMPIEZA
TRITURACIÓN
DESCASCARADO
ACONDICIONAMIENTO
LAMINADO
EXTRACCIÓN DE SOLVENTE
NEUTRALIZACIÓN
DECOLORACIÓN
SECADO
DESODORIZACIÓN
ENFRIADO
42
En el cuadro siguiente, vemos que ese proceso es mayoritario entre las fábricas concentradas
en la provincia de Santa Fe y Buenos Aires y cercanas a los puertos de exportación. En el año
2002, 69% de la capacidad instalada de las empresas aceiteras se concentraba en Santa Fe,
seguida de lejos por la provincia de Buenos Aires. Esta situación se fue profundizando durante
el periodo en estudio, ya que en 2012 Santa Fe concentró 77% del total de la capacidad de
producción, en un marco de fuertes inversiones que hicieron duplicar esa capacidad.
Se puede señalar también que el proceso de producción que más inversiones ha recibido es el
de extracción por solvente, ya que en 2002 esa forma de producir representaba 75% del total,
mientras que en 2012 el mismo representaba casi 80% del total de la capacidad de producción
de aceite.
43
productores la ventaja de acopiar sus mercaderías bajo el sistema de la “venta a fijar precio”,
en la cual si bien la mercadería se entrega a la industria aceitera, el productor define cuando
decide vender y cobra el precio del día. Más generalmente el acopio de las mercaderías, antes
más desconcentrados territorialmente, hoy tiende a concentrarse cerca de las aceiteras y los
puertos por efecto de la venta directa asociada al mercado de la soja (Pierri 2014b). Así se
perdieron los procesos de transformación intermedios, el acopio en las estaciones de trenes, el
sistema de “flete corto”, y a través de ellos, se vaciaron los servicios que antes se ofrecía en
los pueblos para concentrarlos en los puertos.
Por otro lado, el surgimiento del silo-bolsa les permitió a los productores acopiar parte de su
cosecha en terreno propio y no depender tanto de la estacionalidad, y de esa manera poder
negociar mejores precios con los fletes y los comercializadores, e incluso obviar el eslabón del
acopiador.
El silo-bolsa fue una novedad que se instaló en los campos de Argentina a partir del 2000 y se
expandió por su bajo nivel de inversiones (se requiere una máquina para embolsar, otra para la
extracción, y la compra del silo bolsa) y la mayor flexibilidad ofrecida para el productor
(Benedetti y Paz, 2012). Esto modificó el ciclo del producto, dado que el productor ya no se
enfrenta a la necesidad de vender su cosecha, ni de transportarla al final de la temporada. Así,
puede vender a medida que necesita fondos al tiempo que se resuelve el problema del
almacenamiento, al relajarse el histórico cuello de botella generado en momentos de la
cosecha. (Bisang, 2009)
En los últimos años, las fábricas (aceiteras), jugaron un rol de suma importancia en lo que
respecta a la liquidación de divisas y stockeo de granos28. Por su capacidad instalada, de
almacenaje y debido a su ubicación próxima a los principales puertos, tienen una importante
participación en las exportaciones. Otra característica es que no todos los productores pueden
almacenar o tuvieron esa capacidad durante este proceso.
En el año 2012, del total de plantas en las que se procesó aceite crudo y del cual derivan los
productos de primera transformación, más del 50% estaban ubicadas en la provincia de Santa
Fe, próximas a los puertos de San Lorenzo, San Martín, Rosario, Gral Lagos y Timbúes. Como
se puede ver en el mapa de los puertos y fábricas, cada una de las grandes aceiteras tiene una
conexión geográfica directa con un puerto de su propiedad, particularmente en el tramo de la
hidrovía Rosario-San Lorenzo-San Martin.
28
Panorama económico: apología de la devaluación. Fuente: http://opinion.infobae.com/ernesto-mattos/2013/11/26/panorama-
economico-la-apologia-de-la-devaluacion/
44
45
En síntesis, para esta sección la producción primaria de soja estuvo concentrada en un grupo
reducido de agentes productivos: El 6% de los productores son grandes (más de 1.500
tn./campaña), representando el 54% del total producido. El 94% restante son pequeños (menos
de 1.500 toneladas/campaña), dando cuenta del 46% de la producción restante29.
Esto en lo que respecta a la etapa primaria, la producción de la mercancía soja, continua hacia
la segunda parte de la cadena que es la agroindustria que adquiera esta materia prima y la
procesa para obtener pellets, aceite o biodiesel: El sector industrial tiene, al igual que el
primario, un elevado grado de concentración: El 11% de las empresas con capacidad de
procesamiento de granos de más 20 mil tn./día explican el 51% de la molienda. En el otro
extremo, el 61% de las empresas, con capacidad para procesar hasta mil tn./día, representan
el 4% de la molienda.
El cuadro siguiente30 da cuenta de la capacidad de almacenaje de semillas y subproductos
(llamados “secos”) por provincia y por empresa. Porque encontraremos que muchas de estas
fábricas se encuentran bajo control de las empresas que exportan los cereales y oleaginosas.
En el caso de Cargill, la planta ubicada en el puerto de Quequén, procesa soja en un 82% y
Girasol en un 18%, con una capacidad de almacenaje, semillas y subproductos, de 73.000
toneladas. En la provincia de Santa Fe, Cargill posee dos empresas aceiteras ubicadas en la
localidad del puerto Quebracho y Villa Gobernador Gálvez; ambas se dedican a trabajar con
soja exclusivamente y tienen una capacidad de almacenaje de 1.040.000 toneladas. En total, la
capacidad de almacenaje de Cargill alcanza 1.113.000 de toneladas por año.
Otro ejemplo ilustrativo es el de la firma Louis Dreyfus, ubicada en General Lagos y Timbúes,
que se dedica también a la molienda de soja en un 100% con una capacidad de almacenaje de
1.450.000 de toneladas por año. Por su parte, Bunge Argentina, ubicada en la provincia de
Santa Fe y cercana a los puertos San Martín y San Jerónimo Sur, dedica el 100% de su
capacidad instalada a la molienda de soja. Bunge Argentina cuenta con una capacidad de
almacenaje de 676.000 toneladas. Entonces, estas tres empresas tienen una capacidad de
almacenaje de 3.239.000 de toneladas de semillas y subproductos. Para el año 2012 la
Provincia de Buenos Aires y Entre Rios diversifican la producción de aceites como girasol, lino
y maíz, en menor medida también Córdoba utilizando el método de prensas continúas. La
provincia de Santa Fe es la principal provincia donde se industrializa el grano de soja bajo el
método de extracción por solvente.
29
Fuente: http://www.mecon.gov.ar/peconomica/basehome/sectorial.htm
30
Se realizo en base a la información de los distintos anuarios estadísticos de J.J. Hinrichsen Corredor – Borker.
46
C.17. Argentina: Fabricas de aceites vegetales (1) capacidades de industrialización y almacenajes.
Las capacidades diarias de elaboración se entienden, salvo error, como aproximadas sobre la base de los porcentajes de diversos oleaginosos en el año 2001 en una jornada de 24 horas (2) Base mixta.
Nota s : La s pl a nta s pa ra da s fi gura n con una n ra ya en l uga r del porcenta je, s on a quel l a s que ya no, o a ún no, el a bora ron s emi l l a dura nte 2001.
La s ci fra s entre pa rentes i s i ndi ca n que no hubo el a bora ci ón en el a ño ca l enda ri o 2001. La menci ón "F%" i ndi ca "fra cci ón del 1%. SR: i ndi ca Semi -Refi nería .
(1) No s e i ncl uyen l a s fá bri ca s que el a bora n a cei tes de ol i va , uva y ca s tor.
(2) Se enti ende que l a s ca pa ci da des es tá n toda s expres a da s en tonel a da s métri ca s
CABA
Semillas que suelen trabajar las plantas Capacidad de almacenaje para
Establecimientos Localidad Los % ubicados arriba de las secos* (semillas y subproductos)
s emi l l a s s on de 2002 s emi l l a s s on de 2012 2002 2005 2007 2008 2012
Prensas continuas:
Supra SRL La nús S- 1.000 1.000 0
Des i deri o Zeri a l SAIC Va . Domi ni co S- 5.000
Extracción por solvente:
Agroi ndus tri a Ma dero SA. (ex - FACA) Va . Ma dero 80.000 80.000
Mol i no Na va rro SRL Va . Ma dero S 51% G 49% 80.000
Buenos Ai res
Extracción por solvente
Ca rgi l l SACI Pto Quequén S 35% G 65% L- S 82% G 18% L- C- 73.000 73.000 73.000 73.000 73.000
Ol ea gi nos a Oes te SA. Da i rea ux S 92% G 8% 110.000 110.000
Ni dera Soci eda d Anóni ma Sa forca da (Junín) S 35% G 35% 210.000
Ol ea gi nos a Oes te SA. Gra l . Vi l l ega s S 25% G 75% 85.000 85.000
S.E.D.A. SA. Leza ma S 77% G 23% L- 60.000 60.000 60.000 60.000
Ol ea gi nos a Moreno SA Da i rea ux S 74% G 26% 110.000 110.000 110.000
Ol ea gi nos a Moreno SA. Gra l . Vi l l ega s S 41% G 59% 85.000 85.000 85.000
Extracción y Prensas
Germa íz SA. Ba ra dero S 15% G 20% Mz 65% S 15% G 20% Mz 65% 6.200 6.200 6.200 9.500 9.500
Ni dera SA. Sa forca da (Juni n) S 71% G 29% 210.000 210.000 210.000 210.000
Ca rgi l l SACI (des de 7/96) Ing. Whi te S 42% G 58% L- 75.000 75.000 75.000 75.000
Krueguer SA. (des de 11/98) Ma nuel Oca mpo S 100% G- 70.000 70.000 70.000 70.000
La Ol ea gi nos a de Hua nguel én SA. Pque. Ind. Bol i va r S 100% G- 6.000 6.000 6.000
Sa nta Fe
Prensas continuas:
Fco. Hes s el e hi jos SRL. Es pera nza S 97% L 3% G- M- 17.500 22.000 22.000 22.000
Ol eos Sa nta fes i nos SA. Sa n Tomé S 100% L- 12.000 12.000 12.000 12.000
Enri que R. Zeni y Ci a . SA. (ex - Sol de Ma yo SA.) Ra fa el a 14.770 14.770 14.770
Extracción y Prensas:
Vi centín SAIC. Sa n Lorenzo S 75% G 25% L- A- S 76% G 24% L- A- 340.000 434.000 434.000 434.000 620.000
Buya tti SAICA. Reconqui s ta 160.000 160.000 160.000
Ni dera SA. Pto. Sa n Ma rtín S 100% G- C- 375.000 375.000 375.000 428.000
Entre Ríos
Prensas Continuas:
CIDA Cía . Ind. De Acei tes Nogoyá S 80% L 20% S 80% L 20% 14.000 24.000 24.000 24.000 26.000
Extracción y Prensas:
Green La ke SA. Luca s Gonzá l ez S 70% G 20% L 10% C- S 85% L 15% G- C- 12.500 37.500 19.000 19.000 19.000
Ol ea gi nos a Moreno Hnos . SA. Pa ra ná (Acei tes GRAINER)
Pa ra ná S 100% L- G- 32.000 32.000 32.000 32.000
Acei tera del Li tora l SA Pa ra ná S 82% L 18% G- 32.000
Entre Ríos Crus hi ng SA. Pa rque Ind. Gua l egua ychu S 100% G- 48.000
Córdoba
Prensas Continuas:
Bi o-Com SA. Pi l a r (Cba .) S 100% 5.000
Extracción y Prensas
Acei tera Gra l . Deheza SAICA.
Ol ea g. Gra l . Ca brera OLCA SA.
Gra l . Deheza
Gra l . Ca brera
47
S 73% G 27% M- L-
S 60% G 10% M 30%
S 77% G 23% M- L-
S 40% G- M 60%
760.000
35.000
850.000
35.000
850.000
11.000
850.000 1.000.000
11.000 9.000
Parte 5 – Transporte y comercialización.
En los apartados anteriores pudimos observar como es el proceso por el cual el grano de soja
pasa de la producción hacia las agroindustrias, ahora es preciso poner atención en la
plataforma de exportación que está compuesta por empresas trasnacionales que tienen puertos
y terminales bajo su control donde también tiene posibilidad de almacenar los productos de
comercialización producto de las transformaciones durante los noventa en la Argentina y la
región.
La crisis de 1929 fue un punto de inflexión en las economías la fuerte dependencia argentina
del comercio exterior quedaba así de manifiesto, con el deterioro de los precios internacionales
y su equivalencia en los internos. El concepto de país “tomador de precios” comenzaba a
consolidarse, independientemente de la mayor participación por esos años de la oferta
argentina en el comercio mundial, que le otorga el mote del “granero del mundo” (Lopez, 2010).
Esta situación a la que Argentina no era ajena tuvo como resolución, bajo la administración de
Agustín P. Justo, se creara por Decreto N° 31.864, la Junta Reguladora de Granos31, a solo un
mes de diferencia de la promulgación de la Ley N°11.742 donde se establece la creación de
una Red de Elevadores.
Desde 1944 hasta 1991, la administración, el control y operación de los puertos de la Argentina,
funcionaban bajo la órbita del Estado Nacional y se denomino: Junta Reguladora de la
Producción Agrícola y en 1946 fue absorbida por el Instituto Argentino de Promoción del
Intercambio (IAPI). Para 1948, en ocasión de la nacionalización del sistema ferroviario, se
realiza la transferencia de la administración de puertos al Estado nacional y se crea la Dirección
Nacional de Puertos (DNP). Luego del golpe de Estado de 1955, se cambió la figura jurídica y
se transformó la DNP en Empresa del Estado y se volvió a la denominada Junta Nacional de
Granos hasta 1972. Entre 1973-75 se vuelve a un mercado nuevamente estatizado y se busca
una “Reforma Agraria Integral” (Lopez, 2010).
A principio de la década del noventa, el sistema portuario argentino fue privatizado y transferido
a las jurisdicciones provinciales mediante la ley 24.093 de 1992, estableciéndose así los
lineamientos para la organización en el sector y una “significativa descentralización” de la
actividad: desde entonces, la mayoría de los puertos fueron transferidos a la órbita de las
provincias, pasando a ser administrados en muchos casos por entes públicos no estatales
31
Según Felix Weil (2010) “La Junta Nacional de Granos fue organizada con el propósito de devolverle poder compra al agricultor.
El gobierno está dispuesto a cargar con el déficit esperable de la reventa del grano a los exportadores a precios mundiales
corrientes. Este déficit iba a ser cubierto por las ganancias de las operaciones de cambio del gobierno.
48
(Palomar, 2009)32. El puerto de Buenos Aires fue el único que se mantuvo a cargo de la
Administración General de Puertos. En sintonía con ello la región en países como Brasil,
México, Perú y Colombia experimentan procesos de menor regulación en sus respectivos
comercio exterior (López, 2010).
Este proceso, en el caso de la Argentina, fue acompañado por la privatización de los ramales
de ferrocarriles, cuya evolución histórica se articula con la política portuaria y los cambios en
las formas y los volúmenes de acopio. En efecto, la privatización de la gestión de los acopios
en las estaciones ferrocarriles durante la última dictadura militar generó una pérdida de
importancia del transporte de granos por vía del tren dada la falta de gestión unificada entre los
acopiadores (privados) y el ferrocarril (estatal). La situación empeoró con la privatización de los
puertos, dado que las terminales nuevas no contaron con una conexión adecuada con el tren,
ni con elevadores, lo que generó una preferencia generalizada hacia el transporte de granos
por camión (Pierri, 2014).
En consecuencia, Argentina cuenta hoy con alrededor de 70 puertos fluviales (ver Anexo IV) y
marítimos, la mayoría dedicados a la actividad comercial orientada al comercio exterior, y sin
una conexión con la red ferroviaria preexistente. Se calcula que el total de operaciones de
puertos en Argentina fue de 130 a 140 millones de toneladas en 2010 (Palomar, 2009). En ese
marco, los puertos del gran Rosario han ganado participación en el volumen total de granos,
aceites y derivados exportados, pasando de exportar 33% en 1998 a 37% en 2008 (López y al.
2011).
Además, en esos nuevos puertos se concentra la exportación de soja. Según datos
provenientes del Ministerio de Agricultura de la Nación, para el periodo 2002-2010 el complejo
“San Lorenzo/San Martín” conforma el principal complejo portuario a través del cual se
comercializa soja, seguido por el puerto de Rosario y en tercer lugar Bahía Blanca. Estos tres
puertos concentran la mayoría de las exportaciones de soja durante ese periodo, y en particular
las exportaciones de aceite y de harina, donde el complejo San Lorenzo/San Martin llega casi
80% del total comercializado.
32
Se debe agregar al paquete de medidas referidos a la organización de los puertos el fuerte recorte de derechos laborales a
empleados portuarios donde se suspendieron los convenios colectivos del sector y la eliminación de varias conquistas sociales
mediante los decretos 817/92 y 769/93.
49
Cabe señalar, que el puerto de Buenos Aires ha perdido su importancia histórica, lo que
muestra el cambio de eje en la circulación de granos, que se desplaza hacia la provincia de
Santa Fe. Ese desplazamiento se asocia a la mayor cantidad de fábricas aceiteras dedicadas a
procesar los granos a través del método de extracción solvente, mercancía que luego es
exportada en su mayoría a través de la hidrovía del Paraná (ver Anexo IV). En consecuencia, el
principal producto producido en el territorio está concentrado en pocos grandes productores y
pocas fábricas aceiteras, ubicadas en Santa Fe, que se encuentra cercano a los puertos y
terminales que están en manos de las empresas trasnacionales, altamente concentradas, que
administran la plataforma de exportación.
50
circunvalación de esa ciudad es un proyecto que nunca se pudo concretar y que quedó en
manos del sector público (López et al. 2011).
Asociado a ese fenómeno, se le agrega varios factores que implicaron un mayor uso del
camión para el transporte de granos. La dictadura militar, a través de la privatización de los
silos de estaciones ferroviarias, puso una piedra fundamental para desarticular la logística que
había dispuesto la Junta Nacional de Granos para priorizar el ferrocarril como medio de
transporte privilegiado de los granos. De la misma manera, los nuevos puertos construidos en
las cercanías de Rosario no contaron con terminales ferroviarias o, en caso de poseerlas, no
contaban con las instalaciones de elevadores adecuadas (Pierri, 2014a).
Por último, la “revolución tecnológica” vivida en el campo, la mejora en la productividad y las
enormes inversiones realizadas en puertos e industrias aceiteras no parece haber derramado
en el sistema ferroviario (trenes, vías, durmientes), que padecen atrasos tecnológicos que
dificultan su uso más intensivo. Si a esto le agregamos que su privatización a manos de
usuarios no permite un uso común del mismo, y por lo tanto se vuelve socialmente ineficiente,
se entiende el uso masivo del camión como principal medio de transporte de granos hacia los
puertos.
Para un análisis de la estructura portuaria, es necesario señalar que el tipo de carga que
maneja un puerto determina la infraestructura de la que dispone. Los tipos más importantes de
terminales portuarias son las terminales de contenedores y las terminales de graneles, más
utilizadas, estas últimas, para el transporte de productos minerales, combustibles, cereales,
aceites, entre otros. Las “terminales cerealeras” modernas, como las situadas en Rosario
disponen de elevadores de cintas de provisión múltiples, capacidad de almacenamiento en
silos mayor a 250.000 toneladas y cuentan además con equipos automáticos para pesar y
despachar la carga (Gardel 2000).
Las zonas portuarias de exportación de granos, pellets, harinas y aceites vegetales más
importantes en Argentina son dos: la que abarca el recorrido que se extiende desde el puerto
de Buenos Aires en el Río de la Plata hasta el puerto de Santa Fe sobre el río Paraná, que
incluye además a los puertos de Diamante, San Martín, San Lorenzo, Rosario, Villa
Constitución, San Nicolás, Ramallo y San Pedro, entre otros. La otra zona de exportación
corresponde a los puertos del litoral Atlántico, con dos complejos portuarios de comercialización
de granos y subproductos en Bahía Blanca y Necochea (terminales portuarias de Quequén).
Cabe señalar que las zonas portuarias mencionadas no presentan buenas condiciones
geográficas, debido a la escasa profundidad existente en buena parte del litoral marítimo y en
la hidrovía del Paraná. Igualmente, los puertos marítimos argentinos cuentan con ventajas en
51
relación a los puertos fluviales en los cuales el dragado de los ríos debe ser permanente para
permitir el acceso de buques graneleros grandes (Gardel 2000).
Tal como lo destacamos en los mapas de la industria aceitera, una característica singular en la
comercialización del cultivo de soja es que el exportador compra la soja al productor, para
luego procesarla en su propia fábrica que ha sido construida en cercanías o dentro del
complejo portuario en el que las empresas tienen la concesión o son propietarias. Es así como
las principales empresas exportadoras son a la vez propietarias de los puertos, la industria
aceitera y los principales acopios del país. El cuadro a continuación resume la información
detallada en el anexo sobre los principales puertos exportadores de granos del país. Como lo
vemos, salvo los pertenecientes a la Asociación de Cooperativas Agrarias y el puerto de
Buenos Aires, todos son puertos pertenecientes a las principales firmas exportadoras que,
asimismo, producen aceite.
52
Por ejemplo, Cargill tiene una capacidad de almacenaje de 985.000 toneladas de granos en el
puerto (2012) sin tener en cuenta lo que tiene la capacidad de sus fábricas aceiteras. Bunge
SA tiene una capacidad de 500.000 toneladas de granos para almacenar sin contemplar las
aceiteras bajo su control.
A fin de identificar a las empresas que comercializan los principales productos de exportación y
el grado de concentración, presentamos a continuación un ranking sobre la participación que
cada firma tiene por embarques de granos, en el periodo seleccionado. Así, en 2002 cinco
firmas representaban el 70% del total de embarques, mientras que en 2012, esta cifra
desciende a 55%. Cargill, ADM y Bunge encabezan el ranking, siendo tres firmas que poseen
fábricas aceiteras en las zonas portuarias en las que operan.
53
En cuanto al aceite, el panorama es similar, con un mismo nivel de concentración, 70% en
2002 y 61% en 2012, siendo Cargill y Bunge los principales comercializadores de los aceites y
subproductos de soja y representando el mayor caudal de ingreso de divisas.
De este modo, se destaca que las empresas de capital transnacional no sólo controlan los
puertos y terminales sino que además integran una cadena conjunta de negocios con las
fábricas que industrializan la producción agrícola, y principalmente de soja, en la que las
empresas de capital nacional no tienen un lugar relevante.
54
Conclusión
55
las actividades primarias a la producción de soja. Este nuevo sujeto no es solo el gran
productor sojero, sino que en la base de la oligarquía diversificada, se extendió en coincidencia
de intereses hacia arriba de la cadena de valor junto a las fabricas de aceites y las empresas
trasnacionales exportadoras de cereales y oleaginosas para entrar en disputa recién en 2008.
Estas son las características materiales de este periodo 2002-2012 que tienen como proceso
histórico la estructura productiva -orientada a la exportación de productos cerealeros y
oleaginosos y ganaderos- y con ellos las clases sociales que detentan/detentaron la política
económica y el gobierno.
La posición dominante de este “nuevo” actor social se hizo visible en 2008 al resistir las
medidas regulatorias implementadas por el Estado. El fenómeno de adhesión de sectores con
una composición social y cultural considerablemente heterogénea, llega inclusive a poner en
tensión las políticas económicas del Estado nacional. El conjunto de grupos empresariales
concentrados, de los que forman parte la red de fábricas aceiteras y exportadoras de cereales y
oleaginosas, constituye la base material del sujeto agrícola corporizado circunstancialmente en
la denominada “mesa de enlace”, elemento articulador entre las entidades agrarias de mayor
peso en la estructura productiva, destinándose en la ocasión más de la mitad de sus tierras
agrícolas a la producción de soja.
En términos sociales, el agente principal agropecuario se construyo en un proceso de
“revolución” interna de fracciones de capital ganadero y agrícola (a veces no hay
diferenciación) y se destaco por su relevancia en la obtención de divisas generadas por el
principal producto de exportación. El predominio ejercido por las empresas trasnacionales
presentes a lo largo de la organización de todas las etapas de procesamiento de la soja así
como el control de los puertos y terminales, a través de los cuales comercializan el principal
producto de exportación, es otro factor determinante que facilita la posibilidad de transferencia
de divisas al exterior.
En un contexto de restricción externa, se hace necesario debatir acerca de las estrategias
necesarias que posibiliten recuperar apropiados niveles de regulación por parte del Estado de
los principales productos destinados al sector externo, el tipo de cambio para cada uno de los
productos de exportación, así como la administración y gestión del sistema portuario y de
transporte de cargas. Sin embargo, tal como lo mencionan algunos autores citados, las
modificaciones que tuvieron lugar durante el último período neoliberal y del cual quisimos
ofrecer un panorama, complejiza la solución de una simple “vuelta atrás” y requiere tomar en
cuentas las numerosas sofisticaciones financieras, los avances productivos, las inversiones y
los nuevos actores en presencia a fin de que la creación de una Agencia Nacional de
Comercialización o Agencia de Granos Publicas que resulte viable políticamente y eficaz
económicamente para una mayor distribución de los excedentes económicos.
56
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http://www.puertobahiablanca.com/puerto-white.html
http://www.puertobuenosaires.gob.ar/moduloGRAL.php?p=resenia
63
Anexo
Cargill S.A.C.I.:
Cargill opera también en el muelle ubicado en el Puerto Ing. White33, ubicado en el complejo
portuario de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires con una capacidad de almacenaje de 34
mil toneladas en aceites vegetales. En cuanto al almacenaje de granos y harinas proteicas
sería, en este puerto, de 78.000 y 18.500 toneladas, respectivamente. Con relación al
procesamiento de aceites vegetales esta multinacional posee establecimientos de elaboración
de aceite de soja y girasol en ambos puertos.
Puerto Diamante: correspondiente al ex Puerto Diamante J.N.C., provincia de Entre Ríos, con
una capacidad de almacenaje de 90.000 toneladas de granos y con ritmo de carga de 1200
toneladas por hora.
33
En el área destinada a la carga de cereales y subproductos del puerto de Ing. White operan las firmas Toepfer International S.A.,
Terminal Bahía Blanca S.A. y Cargill S.A.I.C. Fuente: http://puertobahiablanca.com/puerto-white.html
34
Dispone de Muelle principal más muelle de fertilizante (en el que pueden cargarse aceites) y muelle de descarga de barcazas
fluviales. La capacidad conjunta de almacenaje de secos es ahora de 700.000 t. y puede descargar barcazas a un ritmo de 20.000
tn/día.
35 Fuente: CIARA.
36 Fuente: J. J. Hinrichsen 2012.
64
Terminal Villa Gobernador Gálvez: ubicado en la provincia de Santa Fe, con una capacidad
de almacenaje de granos de 200.000 toneladas. No opera con harinas en esta terminal. Cuenta
con una planta procesadora de aceite de soja que comercializa a través de este puerto desde
2006 en adelante.
A.C.2. Cargil S.A.C.I. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 802.445 927.979 1.083.384 984.749 1.207.116 1.573.528 1.414.703 1.324.432 1.067.254 1.091.579 725.409
Soja (harina x ton) 3.265.894 3.593.397 3.862.069 4.033.756 4.723.951 6.130.389 5.560.959 5.420.944 4.470.155 4.658.481 4.023.749
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
Bunge Argentina:
En el puerto de Ramallo, ubicado sobre el Río Paraná en la provincia de Buenos Aires, que
inicia sus operaciones en 2005, esta firma cuenta con una capacidad de almacenaje de 20 mil
toneladas de aceite y de 200 mil toneladas en granos, siendo su capacidad de carga diaria de
3.000 toneladas. Su capacidad de descarga de camiones es de 1.000 por día. Tiene actividad
sobre carga a granel, semillas, harinas, aceites y recepción de fertilizantes. Según los datos
que se publican en CIARA sobre establecimientos de fábricas de aceite en actividad desde
1997 hasta 2011, la firma Bunge Argentina registra actividad en el establecimiento de Ramallo
a partir de 2009, en procesamiento de aceite de soja.
Asimismo, Bunge Argentina posee puertos en la provincia de Santa Fe, Puerto Pampa y
Dempa, ubicado sobre el Río Paraná, correspondiente al Puerto Gral. San Martín. Inicia
operaciones en 1952. Dispone de dos muelles para carga y descarga de buques. Cuenta con
una capacidad de almacenaje de 500 mil toneladas en granos y harinas y 35 mil toneladas en
aceite de soja y con capacidad de carga de 3.100 toneladas diarias.
En el puerto de Rosario - Guide, Bunge Argentina dispone junto con AG Deheza de una
capacidad de almacenamiento de 71 mil toneladas para aceite (soja y otros). En la provincia
de Santa Fe, Bunge Argentina registra actividad en procesamiento de aceite vegetales, en
65
establecimientos ubicados en San Gerónimo (producción de aceite de soja entre 1997 y 2011)
y en Pto. San Martín37 (soja, girasol, lino y cáramo entre 1997 y 2001 y exclusivamente soja a
partir de 2002).
A.C.3. Bunge Argentina. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 3.181.839 887.200 885.618 1.028.932 1.135.971 1.133.044 829.369 845.642 867.806 718.865 726.991
Soja (harina x ton) 638.010 3.976.660 3.647.135 4.604.087 4.402.132 4.194.500 4.571.632 4.019.308 4.313.144 4.517.394 3.294.811
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
NIDERA:
NIDERA S.A. (ex I.M.S.A.): en el Puerto Gral. San Martín, provincia de Santa Fe, esta firma
tiene actividad en procesamiento de granos, subproductos y aceites. Inicia operaciones en
1982. Presenta una capacidad de almacenaje de 350.000 toneladas en granos, de 99.000
toneladas en harinas y de 46.000 toneladas en aceites vegetales. Su capacidad de carga es
de 2400 toneladas diarias en granos y de 1600 toneladas diarias en harinas. Procesa aceite de
soja y girasol entre 1997 y 2000 y luego registra actividad exclusivamente en el procesamiento
de aceite de soja entre 2002 y 2012, con excepción de 2001 y 2003 en el que procesa también
aceite de cáramo. En 2011, según información publicada por diferentes fuentes39 Nidera
construye una nueva fábrica de extracción de aceite de soja en Saforcada, en la ciudad de
Junín, provincia de Buenos Aires, con una proyección de molienda de dos mil toneladas diarias
de soja y 2200 toneladas diarias de girasol. Cuenta con una capacidad de almacenamiento
para 150.000 toneladas de girasol, 40.000 de subproductos y 300.000 toneladas de aceites.
37
Antes La Plata Cereal S.A.
38
Dirección de Mercado Agro Alimentario, Ministerio de Agricultura.
39 CIARA. / http://www.sintesisagraria.com / http://www.laverdadonline.com/noticia-20624.html
66
Cabe señalar, que la firma ya contaba con una planta procesadora de aceite de soja y girasol
en el lugar que registra actividad al menos desde 1997 en adelante.
En la localidad de Valentín Alsina, provincia de Buenos Aires, Nidera posee además una planta
de refinamiento, fraccionamiento y distribución de aceites vegetales; produce aceites
comestibles de girasol, maíz y soja.
En la terminal San Benito, situada sobre el Río Paraná, San Lorenzo, provincia de Santa Fe,
Molino Ríos de La Plata inicia operaciones en 2003. Se especializa en carga a granel. Cuenta
con una capacidad de almacenaje de 180.000 toneladas en granos y de 50.000 toneladas en
aceites. El ritmo de carga es de 2.000 toneladas por hora. Según los datos publicados por
CIARA, esta firma posee dos establecimientos de procesamiento de aceites vegetales situados
en Rosario40 y San Lorenzo41.
A.C.5. Molinos Río de La Plata. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 64.436 109.551 359.616 365.702 666.667 852.058 515.904 482.743 535.563 249.687 407.989
Soja (harina x ton) 506.062 847.240 1.823.200 2.052.688 3.779.918 3.361.424 2.587.426 2.270.896 2.902.319 2.798.913 2.428.739
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
67
Louis Dreyfus Commodities(LCD)
La empresa Dreyfus está radicada en Argentina desde fines del siglo XIX. Actualmente
comercializa soja, maíz, trigo, girasol, sorgo, aceite crudo de soja, harina de soja, biodiesel,
algodón, leche, arroz y fertilizantes.
Junto con Noble Argentina, Dreyfus opera en el puerto de Timbúes, provincia de Santa Fe,
desde 2006. Cuentan conjuntamente con una capacidad de almacenaje de 24.000 toneladas
de aceites vegetales, registrándose sólo procesamiento de aceite de soja desde su apertura.
También en conjunto con Noble Argentina S.A. opera en el mismo puerto con la
comercialización de granos y harinas proteicas, con una capacidad de almacenaje de 135.000
toneladas.
Por otro lado, la Terminal Dreyfus, localizada en General Lagos, cercana a Rosario, inicia
operaciones en 1992. Posee una capacidad de almacenaje de 1 millón de toneladas de granos
y harinas (500 mil en cada caso). Cuenta también con una planta de procesamiento de aceites
vegetales en la que se registra elaboración de aceite de soja y girasol entre 1997 y 2000 y a
partir de 2001 solamente soja. La capacidad de almacenaje en este caso es de 90.950
toneladas de aceite.
En los dos lugares mencionados más arriba, LDC posee plantas con capacidad de
procesamiento de 20 mil toneladas de semillas de soja para la producción de harinas de alta y
baja proteína. En el complejo ubicado en General Lagos, cuenta con una unidad productora de
biodisel de soja (2009) en la que se procesa 300.000 toneladas de soja anualmente con una
obra de construcción de otra planta que aumentara su capacidad a 600.000 toneladas.
Por otra parte, esta firma opera también en el Complejo Portuario de Bahía Blanca en el
sector denominado Cangrejales. En este caso, el complejo tiene una capacidad de almacenaje
de 96.000 toneladas base soja; en las instalaciones se pueden efectuar operaciones de
recepción por modo ferroviario, recepción por camiones y almacenaje de granos. El ritmo de
carga es de 2.400 toneladas por hora base cereales.
68
Proyecto de obras: la multinacional LDC (Louis Dreyfus Commodities) se encontraba en 2010
en la primera etapa obra para la ampliación de silos lo que aumentaría su capacidad de
almacenamiento a 400.000 toneladas base soja. Con relación a este último dato, en el anuario
estadístico 2010 de la Dirección Nacional de Alimentos se publica información respecto de esta
obra mencionando que la misma comprende la construcción de 8 silos de 11.000 toneladas de
capacidad, incluyendo plantas de manipuleo de granos, molienda, almacenaje de semillas,
harina y aceites y una planta de biodisel en una segunda etapa.42
A.C.6. LDC (Louis Dreyfus). Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 570.642 570.642 567.714 628.456 702.263 918.787 779.083 508.600 685.490 433.149 296.167
Soja (harina x ton) 556.779 2.539.391 2.311.857 2.570.767 2.859.740 3.649.715 3.436.321 3.102.122 3.257.112 3.074.831 2.780.687
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
Ubicado sobre los ríos Coronda y Paraná, con una superficie de 228 hectáreas, inicia
operaciones en 2006. Cuenta con una capacidad de almacenaje de 640.000 toneladas en
sólidos y 95.000 m3 en aceites, siendo su capacidad de descarga de 800 camiones por día.
Con relación a la producción de aceites vegetales, esta firma posee en el puerto de Timbues,
junto con LDC, establecimientos de procesamiento de aceite de soja a los que ya se hizo
mención anteriormente43.
A.C.7. Noble Argentina SA. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2008 2009 2010 2011 2012
69
ACA San Lorenzo: (Asociación de cooperativas Argentinas):
Ubicada sobre el Río Paraná, en San Lorenzo, provincia de Santa Fe, inicia sus operaciones en
1985. Su capacidad de almacenaje es, para cereales y harinas proteicas, de 240.000
toneladas, en fertilizantes sólidos, de 65.000 toneladas y en fertilizantes líquidos de 42.000.
Alcanza un ritmo de carga para granos de 2200 toneladas por hora y de 1000 toneladas para
harinas, por hora. En cuanto a su capacidad de recepción de mercadería por hora, para
cereales y subproductos, cuenta con camiones y vagones que recepcionan 1300 y 800
toneladas por hora, respectivamente, siendo la capacidad de recepción para aceites, de 500
toneladas por hora.
ACA Quequén:
A.C.8. ACA. Quequén/San Lorenzo. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 71.000 75.200 88.150 106.550 121.000 140.595 133.432 123.442 65.870 97.190 80.710
Soja (harina x ton) 244.500 249.063 403.271 458.401 471.644 595.658 560.547 586.779 286.150 207.250 200.200
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
Finalmente, la Planta Regional Selva ubicada en Santiago del Estero, sobre la Ruta Nacional
3, perteneciente también a ACA, cuenta con una capacidad de almacenaje para granos, de
70
35.000 tn. Posee además un desvío ferroviario con capacidad para cargar operativos de 3.000
tn en 8 horas.
Planta El Tránsito: ubicada en el puerto de San Martín, inicia operaciones en 1968. Cuenta
con una capacidad de almacenaje de granos y harinas de 140.000 toneladas (en celdas y silos
aéreos). El ritmo de carga de granos y aceites es de 2.000 y 800 toneladas por hora,
respectivamente. Con relación a aceites vegetales, su capacidad de almacenaje es de 20.000
toneladas con un ritmo de carga de 1000 toneladas por hora, aproximadamente.
Planta Arroyo Seco: se sitúa en la localidad de Arroyo Seco, provincia de Santa Fe. Inicia
operaciones en 2000. Cuenta con una capacidad de almacenaje de 240.000 toneladas de
celdas y silos aéreos con un ritmo de carga para granos 2500 toneladas por hora.
Planta Muelle Piedra Buena:44 se sitúa en la localidad de Ing. White, Bahía Blanca, inicia
operaciones en 1994. Cuenta con una capacidad de almacenaje para granos de 55.000
toneladas con un ritmo de carga de 1400 toneladas de granos por hora.
Ubicado en la margen derecha del Río Paraná, km 123, provincia de Buenos Aires, inicia
operaciones en 2001. Tiene un predio de 141 hectáreas. Se trata de la terminal portuaria en la
que opera la firma Molca S.A.,45 empresa perteneciente a Molinos Cañuelas S.A.C.I.F.I.A. y
la Compañía Argentina de Granos S.A. (Cagsa).46 Molca S.A. cuenta con una capacidad de
almacenaje de 86.800 toneladas en granos con un ritmo de carga de 1200 toneladas por hora.
Por otra parte, según datos publicados por la cámara argentina de puertos privados
comerciales,47 el complejo portuario cerealero que opera en la terminal Las Palmas, cuenta
con una capacidad de almacenaje de 100.000 toneladas para granos y 30.000 toneladas para
harinas y pellets y con una capacidad de embarque de 2000 toneladas para derivados
proteicos y de 2400 toneladas para granos. La misma fuente refiere información sobre el
proyecto de inversión para área industrial destinado a provisión de insumos, exportación para
el que se calcula una capacidad de almacenamiento de 80.000 toneladas para soja, 30.000
para subproductos y 50.000 en semillas.
71
A.C.9. Terminal Las Palmas: Molinos Cañuelas SACIFIA. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 8.100 10.200 14.400 15.230 15.230 40.394 25.871 27.045 29.415 46.828 39.783
Soja (harina x ton) 78.870 103.584 45.415 34.483 34.483 123.455 94.916 135.066 211.480 186.840 177.440
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
Se encuentra ubicado sobre el río Quequén Grande al sur de la provincia de Buenos Aires.
Este grupo empresarial (empresas industriales y exportadores) inicia actividades en 1992,
luego que el Estado diera en concesión por 30 años los elevadores de la ex Junta Nacional de
Granos. Comercializa principalmente trigo, maíz, soja y subproductos de la industria
oleaginosa.
Cuenta con dos terminales portuarias, una de las cuales tiene una capacidad de
almacenamiento de 120.000 toneladas para granos y harinas proteicas; mientras que la
segunda terminal, no presenta datos de este tipo.
A.C.10. Terminal Quequén. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 16.990 30.362 46.370 19.250 52.399 125.783 80.668 66.965 79.250 100.651 97.590
Soja (harina x ton) 137.293 141.738 74.999 87.106 368.316 625.693 464.044 272.691 975.706 1.195.309 988.213
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
Delta Dock está ubicado en la margen derecha del Río Paraná de las Palmas, cercano a la
localidad de las Limas, provincia de Buenos Aires. Fue inaugurado en 1999 y cuenta con un
72
predio de 288 hectáreas y un frente de agua de 1400 metros. Se trata de una zona de gran
producción de diferente tipo de granos (soja, maíz, trigo, girasol) y de sus derivados. Al igual
que todas las empresas ya mencionadas, esta firma posee instalaciones para acondicionar,
procesar, almacenar y embarcar granos. Su capacidad de almacenamiento en granos es de
70.000 toneladas en 2 celdas y de 36.000 toneladas en 8 silos, además de contar con
secadora de 250 toneladas por hora de capacidad. El ritmo de carga es de 1000 toneladas por
hora en granos y de 700 en harinas proteicas. Los volúmenes cargados son controlados por
medio de balanzas fiscales que permiten controlar el volumen exacto de la carga.
VICENTIN SAIC:
Esta empresa posee una terminal portuaria situada sobre el Río Paraná, en la localidad de San
Lorenzo, provincia de Santa Fe. Inicia operaciones en 1987. Procesa, almacena y embarca
granos, aceites y subproductos. Realiza operaciones que alcanzan alrededor de 270 barcos al
año. Cuenta con establecimientos de procesamiento de aceites vegetales en San Lorenzo
(Planta Ruta 12) y en el área correspondiente al puerto del mismo nombre, denominada Planta
Puerto. En el primer caso, según la misma fuente, se procesa aceite de soja, girasol y algodón
entre 1997 y 2008 y a partir de 2008, soja y girasol. En el segundo caso, solamente soja entre
1997 y 2011. En granos y harinas proteicas, cuenta con una capacidad de almacenamiento de
370.000 toneladas y un ritmo de carga de 2.400 y 1.800 toneladas por hora, respectivamente.
En cuanto a infraestructura posee un muelle acondicionado para descarga de barcazas, 2
muelles para carga paralela de sólidos y líquidos.
A.C.11. Vincentin SAIC. Exportaciones de Aceite y Harina (Pellets y Expeller) de soja anuales.
2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012
Soja (aceite x ton) 423.965 474.115 437.840 627.557 775.120 628.820 220.410 154.405 295.338 138.261 138.261
Soja (harina x ton) 2.202.089 1.970.571 2.895.768 311.610 3.425.812 2.396.955 2.671.344 3.002.572 2.668.988 2.668.988
Fuente: SAGPyA (1)
(1) Recuperado en: http://www.ciara.com.ar/estadisticasNac.php#
73
Anexo II.
74
Anexo III.
75
Anexo IV.
76
77
DOCUMENTOS PUBLICADOS POR EL CEFID-AR:
78
N° 17 – “LA SOSTENIBILIDAD DE LA POLÍTICA DE ESTERILIZACIÓN”. Roberto Frenkel.
Agosto 2007
79
N°32- “LOS DESAFÍOS PARA SOSTENER EL CRECIMIENTO. EL BALANCE DE PAGOS A
TRAVÉS DE LOS ENFOQUES DE RESTRICCIÓN EXTERNA”. Rodrigo López y Emiliano
Sevilla. Octubre de 2010.
80
Nº 47 – “IMPACTO SOBRE LA EQUIDAD III. FISCALIDAD Y EQUIDAD EN LA ARGENTINA:
UN ENFOQUE DE EQUILIBRIO GENERAL”. María Priscila Ramos y Leandro Antonio
Serino. Con el asesoramiento de Jorge Gaggero y Darío Rossignolo. Octubre 2012.
81
82