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UNIVERSIDAD NACIONAL TORIBIO RODRIGUEZ DE MENDOZA

UNIVERSIDAD TORIBIO RODRIGUEZ DE


MENDOZA

“AÑO DE LA CONSOLIDACIÓN DEL MAR DE GRAU”

ASIGNATURA : DERECHO PENAL ESPECIAL I

DOCENTE : German Auris Evangelista

INTEGRANTES :

 LIMAY TELLO, María Inés


 GUERRERO CIEZA, Erika Paola
 PERALTA MUÑOZ, Rosa Elita

ESCUELA : Derecho y Ciencias Políticas

CICLO : IV

Chachapoyas – Perú

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INDICE

CAPITULO I

1.1 Descripción del Problema…………………………………………. pág. 5


1.2 Definición del Problema……………………………………………. pág. 5
1.3 Formulación de objetivos……………………………………………pág. 6
1.3.1 Objetivo General………………………………………………...pág. 6
1.3.2 Objetivo Específico……………………………………………. pág. 6
1.4 Justificación e importancia del Estudio………………………….. pág. 6
a) Justificación práctica…………………………………………….. pág. 6
b) Justificación teórica……………………………………………… pág. 7

CAPITULO II
2.1 Marco Histórico………………………………………………………..pág. 9
2.2.1. Transición hacia la Emoción Violenta……………………….. pág. 9

2.2 Bases Teóricas………………………………………………………. pág. 10

2.3 Marco Normativo……………………………………………………. pág. 12

2.4. Marco Conceptual………………………………………………….. pág. 13


2.4.1. Homicidio por emoción violenta………………………….. pág.13
2.4.2. Elementos…………………………………………………….. pág. 13

2.4.3 ¿Cómo regula nuestro Ordenamiento


la Emoción violenta?......................................................... pág. 14

2.4.4. El Homicidio por Emocion Violenta en


el Perú………………………………………………………... pág. 14

CAPITULO III
3.1. Discusión o análisis……………………………………………… pág. 19
CONCLUSIONES

RECOMENDACIONES

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

INTRODUCCIÓN

La emoción violenta es un estado que irrumpe la razón y juicio crítico de


quien actúa por ella producido por la ira extrema que enceguece a la persona,
tenga o no antecedentes de conducta violenta; estalla ante una situación que
es percibida como traumática, alarmante y sorpresiva, logrando inhibir el
pensamiento y aparece el desborde de violencia por emoción.

Por otro lado en cuanto a la naturaleza del estado de emoción violenta


nos encontramos con dos vertientes: para algunas legislaciones es una
circunstancia atenuante de la culpabilidad fundamentada en el comportamiento
de terceros, y para otras, es una causa de imputabilidad disminuida por
trastorno mental transitorio incompleto.

Para el homicidio por emoción violenta, es requisito indispensable que la


acción sea consecuencia inmediata de dicha emoción externa, no debiendo
confundirse con el homicidio pasional ya que esta mantiene dicha emoción en
un tiempo más prolongado y por ello es que en algunos casos se aplica la
premeditación y el dolo para la comisión el delito.

Es por ello que la consideración muestra que el homicidio por emoción


violenta debe ser una causa de imputabilidad atenuante.

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CAPITULO I

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1.1 Descripción del Problema.

La inquietud de abordar una problemática con la finalidad de contribuir al


mejor entendimiento de la materia penal, que como sabemos, es muy
extensa.
Por la que nos llevó a interesarnos en cómo repercutan los aspectos
psicológicos en la conducta del hombre, en su consecuencia y en su
responsabilidad por lo que decidimos enfocarse sobre el estado de
emoción violenta por lo cual surgen unas series de interrogantes: ¿cuál es
su naturaleza?, ¿es necesario la implementación de criterios en nuestro
sistema para diferenciar entre el homicidio por emoción violenta y el
homicidio pasional de tal modo que no sea aplicado de forma errónea en
nuestra jurisprudencia?

1.2 Definición del Problema

La emoción es rápida mientras que la pasión es lenta.


Lo único que nos queda por agregar es que sería conveniente, cuando se
trate de reformar el actual Código Penal, que la Comisión estudie si se
puede cambiar el término "emoción excusable" por el de "emoción
justificada", de este modo se tratará el hecho desde el punto de vista
objetivo, ya que al hablar de "excusable" solamente estamos teniendo en
cuenta al sujeto.
Además, hasta ahora, se ha mirado siempre a estos delincuentes como si
se trataran de los delincuentes pasionales, seres de perversidad brutal que
realizan sus actos con premeditación o alevosía demostrando una falta de
moral absoluta; pero es necesario que se trate la cuestión desde otro punto
de vista,

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Los homicidas, en su mayoría, reaccionan después de su crimen y se


arrepienten de lo que han cometido o bien tratan de suicidarse o si no se
entregan a la Policía con lo que están demostrando que tienen un sentido
de la moralidad y si han delinquido ha sido por causas "justificadas" que
oscurecieron su mente en un momento dado. Nuestro Código en el artículo
153° se refiere solamente a los casos de emoción violenta y según este
solamente los delincuentes por emoción violenta pueden ser beneficiados
con la atenuante de la pena.

1.3. Formulación de objetivos.

1.3.1 Objetivo General


- Lograr que en los fallos que emiten los Tribunales de justicia no
confundan los homicidios que son por emoción violenta con los
homicidios pasionales.
- Evitar que los abogados en su defensa, confundan los homicidios por
emoción violenta con los pasionales, por el mismo hecho de que sus
características son similares, y otorgar los beneficios que trae consigo
el homicidio por emoción violenta cuando lo que realmente
cometieron fue el homicidio pasional.

1.3.2. Objetivos Específicos


Lograr la implementación de nuevos criterios en nuestro Código
Penal, para así poder evitar la confusión entre el delito por emoción
violenta y el delito pasional.

1.4 Justificación e importancia del Estudio

a) Justificación práctica

La doctrina peruana no hace referencias entre la pasión y la emoción,


muchas veces incluso llega a confundir gravemente estos términos. Y
esto se puede evidenciar en la legislación de nuestro país, lo cual tipifica
al homicidio por emoción violenta y no propiamente a los delitos

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pasionales, es por esto que al implementar nuevos criterios sobre la


diferenciación de estos términos pero sobre todo la inclusión del delito
pasional a nuestro Código Penal, de esta manera se evitara confusiones.
Con esta especie de reforma se estará logrando una sanción adecuada
para el homicida, recibiendo así la pena que le concierne.

b) Justificación teórica
El homicidio por emoción violenta en el Perú se regula de un modo de
aplicación generalizado, cuando en realidad se debería de diferenciar
según los niveles de gravedad, tomando en cuenta los criterios extraídos
de la jurisprudencia nacional, analizar si la situación “justifica” la reacción
del sujeto activo (agresor) y antecedentes de agresión entre los sujetos
implicados (agresor y víctima), considerándose estos como criterios
relevantes que deberían tipificarse, con esto se llenara el vacío abismal
que hallamos en nuestro Código Penal, ya que en este mismo existe el
principio de “In Dubio Pro Reo” (interpretación de la norma a favor del
reo). A raíz de lo dicho anteriormente, estaríamos contribuyendo al
momento de impartir justica, ya que el juez no es el único de hacerlo;
también estaríamos modificando el art. 109 de nuestro Código Penal por
uno que no tenga deficiencias jurídicas.

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CAPITULO II

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2.1 Marco Histórico:

Lo que hoy conocemos como homicidio en estado de emoción violenta es


producto de la transformación paulatina del conyugicidio, figura que
permitía, hasta los inicios del siglo XX, el asesinato del cónyuge infiel sin
pena alguna. La exención obedecía al ejercicio de la venganza privada
absoluta que constituía, en esa etapa del desarrollo del Derecho Penal, la
forma de aplicar la represión. En los siglos XVIII y XIX cada individuo
tomaba la justicia por mano propia ya que entonces el poder coercitivo del
Estado no tenía ningún valor para obrar en defensa de los intereses
lesionados. Al aplicarse así la justicia penal, se producían numerosos y
graves excesos; llegando a establecerse la Ley del Talión como una
medida moderadora, en virtud de la cual no podía ocasionársele al ofensor
un mal mayor al que éste había inferido al agraviado. Eso equivalía a que
entre el daño sufrido y el causado, producto de la venganza privada, debía
existir una proporcionalidad. Poco después nació la compensación,
mediante la cual se autorizaba que ofendido y ofensor nombraran
representantes que moderaran los reclamos recíprocos y acordaran la
modalidad del castigo.

En la evolución del Derecho Penal, el homicidio y las lesiones causadas a


los responsables de adulterio han sido juzgados de distintas maneras. Tres
son las principales soluciones que se han aplicado:

 La excusa absolutoria.

 La aplicación de las penas comunes al homicidio y las lesiones.

 El establecimiento de una regla especial de atenuación.

2.2.1. TRANSICIÓN HACIA LA EMOCIÓN VIOLENTA

Como hemos visto, la legislación del siglo XIX favorecía al varón que
al ver amenazada su honra por la infidelidad de su mujer optaba por

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asesinarla, pues se suponía que ésta era la depositaria del honor


familiar. Sin embargo, a lo largo de este siglo la figura se fue
desligando de la honra, convirtiéndose en un crimen de emoción que
no necesariamente deja al criminal sin culpa, pero sí le atenúa
significativamente la pena. La doctrina penal señala que la emoción
violenta es un hecho psíquico, un estado afectivo que transforma de
modo momentáneo pero brusco el equilibrio de la estructura
psicofísica del individuo. La existencia de la EMOCIÓN es el paso
hacia la excusa, debido a que es considerada en sí misma por el
Derecho como un estado en el cual el sujeto actúa con disminución
del poder de los frenos inhibitorios de la voluntad. El paso de la
exención a la atenuación de la pena del homicidio cometido por
emoción violenta, respecto del homicidio simple implica por un lado
el reconocimiento de la prohibición de matar -eliminación del
derecho de matar-, pero a su vez declara la licitud de la emoción. El
principio cultural de “no matar” se ve disculpado con el argumento
social de matar preso de intensa emoción y así mismo se juzga, toda
vez que la ley es benigna ante las cabezas acaloradas y los
corazones emocionados.

2.2 Bases Teóricas

2.2.1. -Derecho romano.

En el derecho romano primitivo, la infidelidad de las mujeres no


estaba penalizada, el castigo lo aplicaba el tribunal doméstico. En la
época donde prevalecía el Derecho Romano, al pater familias le
correspondía la represión del adulterio lo cual estaba investido del
derecho de vida y de muerte sobre los integrantes de la familia

-Derecho español.

Las leyes españolas del medioevo siguiendo la tradición romana


instituyeron el derecho de la venganza a favor del ofendido.

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El código de Eurico, que era una colección de leyes jurídicas del


derecho Alemán de 470, reguló el delito de adulterio concediendo o
facultando al marido para ejecutar la acción de perseguir o privar
de la vida de los culpables que fueran sorprendidos en el acto.

Las Siete Partidas de Alfonso X, una de las grandes obras del


medioevo por lo que respecta al derecho positivo codificado,
definieron el delito de adulterio y le reconocieron el carácter de
privado; toda vez que el derecho de acción para perseguir dicho
acto se concedió al cónyuge inocente, en su defecto al padre de
éste, a los hermanos y a los tíos. El derecho español estuvo
fuertemente influenciado por los principios morales de la Iglesia. En
una sociedad patriarcal como la española, los comportamientos
sexuales de las personas, sobretodo de las mujeres, fueron
rigurosamente normados. La idea del honor desempeñó un papel
preponderante. En materia de sexualidad, la virginidad, el recato, la
lealtad constituía fundamentos de la honra del hombre y de la
familia. Por esta razón, la virtud sexual de las mujeres era
celosamente controlada. Además, las mujeres eran consideradas
moral y mentalmente inferiores a los hombres, en razón a su
“tendencia al mal y debilidad ante las tentaciones” lo que justificaba
que estuvieran bajo la tutela masculina. El adulterio era
considerado consumado aunque la mujer sólo estuviera unida en
esponsales. El varón no sólo tenía el derecho de matar a la mujer
infiel, sino también el deber de hacerlo

-Derecho peruano.

En el Imperio Incaico el castigo de los delitos era derecho exclusivo


de los autócratas y sólo podía decretarse por los ejecutores de ese
derecho. Es decir, se excluía toda forma de venganza personal, no
estaba permitido matar a la mujer adúltera sorprendida in fraganti .

De tal manera que al marido que mataba a “su” mujer adúltera, se


le imponía una pena menor que en el simple homicidio, la de
trabajo forzado hasta por un año. En la Colonia el sistema penal

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tenía las mismas características de las leyes españolas:


Recopilación de Leyes de los Reinos de Indias y Las Ordenanzas
de Ballesteros. Si bien en estas leyes no se contemplaba
específicamente el uxoricidio por adulterio, implícitamente
consagraban el derecho de matar. En la República, el primer
Código Penal de 1863, establecía en su artículo 234 que “El
cónyuge que sorprende en adulterio a su consorte da muerte en el
acto a ésta o a su cómplice o a los dos juntos, sufrirá cárcel en
tercer grado (3 años)”. Figura atenuada del homicidio, para el caso
del cónyuge que, llevado por el imperio de una evidente y poderosa
emoción, que altera sus facultades psíquicas, como es el caso de
hallar in fraganti al cónyuge adúltera, la mata. Se sustenta, incluso
entre los tratadistas y jueces, en el justo dolor producido por el
adulterio que perturba la razón y enerva tanto la voluntad que
origina el hecho delictuoso. En el Código Penal de 1924, si bien la
figura atenuada del conyugicidio desaparece, subsiste como
circunstancia atenuante del homicidio del cónyuge el hecho de que
éste se produzca bajo el imperio de una emoción violenta que las
circunstancias hicieren excusables. El Código Penal de 1991
vigente actualmente mantiene las mismas figuras; bajo la
aplicación de la atenuante, la pena mínima aplicable se reduce de
quince a cinco años.

2.3 Marco Normativo.

Art: 109°. Homicidio por emoción violenta.


“El que mata a otro bajo el imperio de una emoción que las
circunstancias hacen excusable será reprimido con pena privativa
de libertad, no menor de tres ni mayor de cinco años.
Si concurre algunas de las circunstancias previstas en el artículo
107, la pena será no menor de cinco ni mayor de diez años”

Consideraciones generales:
Es llamado homicidio por pasión en muchos códigos no están
recogidas como delito autónomo. En el Artículo 109° se tipifica un delito
privilegiado o atenuado con relación al homicidio simple, en la medida

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en el que el autor al momento de los hechos se encuentra bajo el


imperio de una emoción violenta.

Tipicidad objetiva.
Sujeto activo es cualquier persona que se encuentra bajo el imperio de
una emoción violenta: el sujeto pasivo es cualquier persona física.
El comportamiento consiste en matar a otro.

Agravante
El segundo párrafo del Art. 109 se establece como agravante del
delito por homicidio de emoción violenta quien la dirige contra el
ascendiente, descendiente, natural o adoptivo o a su cónyuge o
concubino. (Art. 107 del C.P).

“El que, a sabiendas, mata a su ascendiente, natural o adoptivo, o a


su cónyuge o concubino, será reprimido con pena privativa de libertad
no menor de quince años”

2.4. Marco Conceptual


2.4.1. Homicidio por emoción violenta.
También conocido como delito emocional, es una situación en que,
la vivencia de una fuerte excitación emocional afecta la capacidad de
control del acto o disminuye el accionar de la inhibición respecto de
un poderoso estímulo. La irrupción de un poderoso estímulo
emocional como la ira, el miedo, los celos, la devoción, el amor, la
piedad, la conmiseración, o el apasionamiento por un ideal político,
por ejemplo, debido a su intensidad, disminuyen la capacidad de
comprensión, inducen a una comprensión o captación errónea.

2.4.2. ELEMENTOS.

Enumeramos ocho elementos que son los siguientes:

1. No toda emoción califica el homicidio pasional.


2. Es necesario que se haya cometido el acto en un estado de
emoción violenta o sea algo que irrumpe rápidamente en el ánimo
humano.
3. El arrebato pasional debe coincidir con el acto delictivo.

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4. Este acto es una consecuencia inmediata del arrebato pasional y


por ende de su causa. Y esto es muy cierto pues el arrebato es la
causa productora del homicidio y el acto es su consecuencia.
5. La causa debe responder a motivos éticos.
6. Son motivos éticos únicamente aquellos que mueven de una
manera adecuada a una conciencia normal.
7. La ley no ha querido acordar un privilegio a los muertos pasional.
8. Considera a sus autores como muy peligrosos, pero en algunos
casos puede atenuarse en su favor la pena del homicidio simple,
cuando ha obrado en razón de circunstancias excusables por
motivos éticos. Además, no es suficiente que el homicida sea por
un simple estado emocional, sino que tiene que justificarse por
motivos éticos a fin de que las circunstancias sean excusables.
Luego, para la apreciación de la justificación de un deuto de
homicidio por emoción violenta, hay que tener en cuenta
fundamentalmente los motivos de carácter ético que impulsaron al
sujeto a cometen el delito mencionado.

2.4.3 ¿CÓMO REGULA NUESTRO ORDENAMIENTO LA EMOCIÓN


VIOLENTA?

1.- TIPO PENAL

De lo que se trata es de examinar dos hechos: Uno de contenido


psíquico o individual. Un conjunto de circunstancias objetivas que
como un todo se ofrecen a la valoración del juez.

La ley exige además del elemento objetivo del tipo penal básico de
homicidio “el que matare a otro”, dos elementos particulares: un
elemento subjetivo: estar “bajo el imperio de una emoción violenta”
al momento del hecho y un elemento normativo: que las
circunstancias hicieren excusable la reacción emocional .

2.4.4. El HOMICIDIO POR EMOCION VIOLENTA EN EL PERU.


Aquí en el Perú, los homicidios por emoción violenta son muy raros,
pues los que se presentan como si lo fueran, resultan .homicidios
pasionales. Estos últimos tienen como características que son

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ocasionados por el amor y tenemos como ejemplo el uxoricidio que


es el más típico de los homicidios pasionales.

Como dato curioso, puedo citar que he podido constatar que de los
tres Tribunales Correccionales de la Corte Superior de Lima,
solamente en uno de ellos se sentenció durante el año de 1948, un
caso de homicidio por emoción violenta, pues si bien es verdad que
en otras causas criminales, los defensores sostenían que su
defendido estaba favorecido por lo dispuesto en el Art. 153, la Corte
falló en el sentido de que se trataba de un crimen pasional o bien de
un homicidio intencional. Si estudiamos el Art. 153 del e. P., vemos
que en el caso de uxoricidio por emoción violenta, el citado artículo
no funciona solo sino que tenemos que concordarlo con el 154 del
mismo cuerpo de leyes y esto lo digo pues he observado
casualmente en la causa a que hice mención, que la Corte Suprema
hace notar a la Superior que no debe limitarse únicamente a citar el
artículo 153, sino también el 154 que se refiere precisamente al Art.
151 que trata del parricidio.

Veamos ahora unas Ejecutorias del Tribunal Supremo que por


considerarlas de interés me ha parecido conveniente anotarlas:
Tenemos en primer lugar la Ejecutoria de 13 de julio de 1934 que
dice que la emoción violenta .que las circunstancias hicieren
excusable, debe ser comprobada debidamente para dejar de aplicar
la disposición del Art. 150 del C. P. en el juzgamiento de un delito
contra la vida. Asimismo en Ejecutoria de 16 de setiembre de 1935,
sostiene que el Art. 153 del C. P. atenúa la penalidad cuando el
delito ha sido cometido bajo el imperio de una emoción violenta, si
han concurrido circunstancias que le hicieren excusable, como el
honor mancillado, una afrenta inmerecida u otra circunstancia de
momento que ofusca la razón y enardece el espíritu; es decir que el
motivo determinante de la reacción emocional debe ser ético.

Luego el 16 de noviembre de 1937, manifiesta que si no están


debidamente comprobadas las circunstancias que pudieron motivar

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una emoción violenta, que hiciera excusable el hecho, no puede


aplicarse la disposición del Art. 153 del C. P., en el juzgamiento de
un delito de homicidio.

En lo relativo a la atenuación de la pena del delito de parricidio


según lo dispuesto en el Art. 154, se debe tener en cuenta la
siguiente Ejecutoria de 2 de noviembre de 1943:

"Si el agente al victimar a su esposa actuó bajo la impresión de una


fuerte emoción que sufrió al imponerse sorpresivamente de la
infidelidad conyugal de aquella, los móviles éticos que lo Impulsaron,
hacen que sea aplicable el Art. 154 de C. P., procediendo la
sustitución de la pena de penitenciaría fijada en esa disposición, por
la de prisión, de acuerdo con el Art. 19 del mismo Código, así como
la reducción de la responsabilidad civil por ser esto en favor de sus
propios hijos". Luego de haber hecho conocer estas Ejecutorias que
considero muy importantes, podemos sacar la conclusión de que los
Tribunales obran con mucha cautela cuando se trata de aplicar el
artículo que estoy estudiando y exigen pruebas convincentes para
que el delincuente pueda considerarse incurso en el Art. 153.

Insistamos entonces en que el criterio jurídico para la calificación de


la emoción violenta con el fin de lograr que se atenúe la pena, es el
siguiente:

 Que la emoción debe ser intensa.


 Que la provocación y el estallido de la emoción debe ser inmediata.
 Que los motivos causantes de la emoción sean de un orden ético
excusable y
 Que la reacción y el impulso sean inmediatos a fin de que no den
tiempo para la reflexión.

Aquí se presenta un caso: ¿Pueden los sujetos procesados por un


homicidio cometido con emoción violenta, simular éste este.do con el
fin de lograr que se les atenúe la pena?

Es un poco difícil de contestar esto, pero varios penalistas dicen que


no se puede engañar, ya que es fácil descubrir las simulaciones por

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medio de pruebas biológicas e investigaciones clínicas sobre la


constitución neurótica o híper-emotiva que constituyen signos
característicos y además como hay pruebas fármaco-dinámicas de
la excitabilidad neutro-vegetativa y endócrina, es en la actualidad
una gran ayuda para los peritos y sobre todo para la Justicia.

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CAPITULO III

3.1. Discusión o análisis


En base a todo lo que hasta ahora hemos expuesto se

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desprenden algunas críticas; primero que en el Perú se regulan a los


delitos pasionales dentro del homicidio por emoción violenta,
entonces la pregunta sería ¿Dónde quedan propiamente los
crímenes pasionales? Nuestro ordenamiento parece haberse
olvidado que la pasión a diferencia de la emoción es de lapso más
prolongado, y que hay ocasiones en que los delitos pasionales son
realizados con dolo y premeditación.

Por otro lado esta confusión implicaría también que para querer
justificar un crimen siempre se utilice a la emoción violenta como
argumento, aun cuando no sea un caso que lo amerite. Tal es la
situación del feminicidio o parricidio, quienes son homicidios
agravados por el odio o el menosprecio al género femenino o el
vínculo matrimonial o conyugal entre la víctima y el agresor; caso
opuesto al homicidio por emoción violenta y crimen pasional.

Todo esto se puede evidenciar en nuestra jurisprudencia peruana, la


cual debido a la falta de desarrollo de una doctrina que diferencie la
emoción violenta, los delitos pasionales, el feminicidio y el parricidio;
ha aplicado erróneamente los tipos penales precitados, trayendo
como consecuencia fallos injustos: la pérdida de honorabilidad y
confianza en el ejercicio de la función jurisdiccional.

CONCLUSIONES

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 El homicidio producido por emoción violenta, dentro de nuestro


ordenamiento jurídico, opera como una circunstancia de atenuación
de la pena, y no como causal de inimputabilidad. A pesar de que en
este delito el imputado actúa por un impulso súbito; que conmociona
su ánimo y nubla por un breve tiempo su conciencia y el
discernimiento sobre su accionar.

 La diferencia entre emoción y pasión es que la emoción es un estado


afectivo que produce una imprevista y violenta perturbación del
ánimo, como la ira, el pánico, el miedo, la ansiedad, el espanto, el
placer erótico, el pudor, la vergüenza, etc. Mientras que la pasión es
una emoción permanente y más intensa que se traduce en una crisis
psicológica profunda y duradera, afectando la integridad del espíritu y
del cuerpo, como el amor, el odio, los celos.

RECOMENDACIONES

 Se debe realizar una revisión y cuestionamiento del uso de la atenuante


contenida en el ART. N° 109 del Código Penal peruano. Así con la
revisión de la jurisprudencia registrada en la página del Poder Judicial
desde el año 1999 a la actualidad, podemos concluir que la Corte
Suprema de Justicia considera la infidelidad de la mujer como estímulo
suficiente para ocasionar una reacción violenta en su pareja, entonces
queda claro que no es justificación valida la infidelidad de la cónyuge.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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 Etcheberry, A. (1997). Derecho Penal – Parte Especial. Santiago de

Chile. Editorial Jurídica de Chile.


 Jakobs, G. (2004). Dogmática de Derecho Penal y la Configuración

Normativa de la Sociedad. Madrid. Consejo Editorial.


 http://www.caminos.org.uy/emocionviolenta.pdf
 http://www.nacion.com/sucesos/crimenes-asaltos/Emociones-violentas-

detonantes-homicidios-parientes_0_1423257824.html
 http://www2.congreso.gob.pe/Sicr/TraDocEstProc/Contdoc02_2011_2.nsf

/0/bfa5968b41b65d7005257dfe007b8e7b/$FILE/PL04218040315.pdf

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