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MANUAL DE AGENTES FÍSICOS 
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Capítulo VII
Leyes Para La Aplicación de Agentes Físicos
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LEYES PARA LA APLICACIÓN DE AGENTES FÍSICOS
 
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La Fisioterapia fue apareciendo en la vida del hombre de una forma
empírica, basándose en las observaciones y vivencias de los propios enfermos.
Sin embargo, el avance de la ciencia y la tecnología, junto al estudio minucioso
de los efectos de los agentes, mediante la física, química, biología y fisiología
han llevado a establecer consideraciones en cuanto a su dosificación con
fundamentos científicos. La Fisioterapia, tan menospreciada a veces, debe ser
considerada por el Kinesiólogo un arma tan importante como la medicación
para los médicos.
En contraste con la terapéutica pasiva con medicamentos, la Fisioterapia
se caracteriza por activar al cuerpo ya que al aplicar un agente físico estaremos
brindando un estímulo y éste provocará una reacción. Es por esto que se la
denomina terapéutica de reacción. Además de las reacciones inmediatas
tendremos un apoyo general de todas las tendencias de curación propias del
organismo, reforzándose así de las reacciones de adaptación y defensa así
como en una mejora de los diversos mecanismos de regeneración y de
compensación. Casi todas las medidas fisioterápicas inducen en el organismo
humano reacciones diversas que suelen desarrollarse como una función
reguladora, es por eso que puede decirse que la Fisioterapia es una
terapéutica por estímulos o reguladora. De todas formas se la debe
considerar como un tratamiento complementario a otros procedimientos,
como por ejemplo una cirugía.
Otra característica de los agentes físicos que contrasta con la terapia
medicamentosa es que constituye, salvo en raras excepciones, un tratamiento
inespecífico, ya sea porque estimula reacciones muy distintas
(antiinflamatorio, analgésico, etc.) o bien porque puede ser aplicado para las
más diversas patologías. Si bien esto trae aparejada una desventaja para los
investigadores y terapeutas ya que existirían entonces muchas formas de
lograr un mismo efecto fisiológico, con el correr de los años se está hallando
una mayor especificidad a los parámetros y tipos de agentes físicos. Es
entonces prioritario para el Kinesiólogo adaptar su tratamiento a la
peculiaridad de cada síndrome y su evolución, pues si se atiene a un protocolo
standart y rígido se limitaría notablemente el tratamiento o bien podría
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perjudicar el cuadro.
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La Fisioterapia, además de ser una terapia inespecífica y reguladora tiene
 
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la particularidad de que habitualmente sus efectos son impredecibles. Es por
eso que el Kinesiólogo debe seguir muy de cerca las reacciones, diferentes
en cada paciente y en cada dolencia, comenzando con dosis reducidas la
aplicación de estímulos muy energéticos, elevándolas progresivamente y
ajustando cuando sea necesario el tratamiento.
Al dosificar un tratamiento debemos considerar que al igual que un
medicamento nuestros agentes físicos necesitarán una determinada dosis
óptima para alcanzar su efecto fisiológico, o sea que tendrán un índice
terapéutico óptimo. Por debajo de este margen no habrá reacciones
considerables y por encima de éste las mismas no aumentaran
proporcionalmente o lo que es peor en algunos casos los efectos serán
nocivos.

Fig. 7.1. Índice terapéutico

Extraído de M. Martínez Morillo – J. M. Pastor Vega – F. Sendra Portero; Manual De Medicina Física; Harcout
Brace; 1998 y modificado por los autores.

La aplicación de Fisioterapia tendrá también un período de latencia, o sea

que será necesario un tiempo para que se desencadene su acción.
Se deben considerar ciertas reglas de oro para el uso de los agentes
físicos. Estas son:
 Regla biológica de Schulz-Arndt: Esta regla, válida para muchos
sectores de la biología, pero que presenta excepciones, establece una
correspondencia entre dosis y reacción expresando que:
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  débiles despiertan la actividad vital.
o Dosis
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o Dosis medianas aumentan la actividad vital.
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  fuertes disminuyen la actividad vital.
o Dosis
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o Dosis extremadamente fuertes pueden anular la actividad vital.

 Acotación de Driesch: Una acción esta caracterizada por una

correlación individual entre el estimulo y un efecto, condicionado este
por la historia anterior del individuo. La respuesta es el resumen de la
totalidad de la persona.

 Regla de valor inicial de Wilder:

o “Cuanto más fuerte sea la excitación de los nervios vegetativos o
el grado de actividad de un órgano vegetativo, menor será su
excitabilidad frente a estímulos positivos, y mayor frente a los
negativos”.
o “Si el estado de excitación o de acción en el momento anterior al
estímulo alcanza altos grados, la reacción puede hacerse
paradójica por existir sistemas antagónicos; es decir, que en
determinadas circunstancias la terapéutica puede producir una
reacción contraria”.
Para el primer enunciado de Wilder el ejemplo citado por H. THOM es más
que claro: “un medicamento hipertensivo, a dosis igual, aumentará la presión
sanguínea menos cuando esté elevada al inyectarlo”. Es por esto que debemos
considerar siempre los niveles de los distintos umbrales del paciente a tratar ya
que en algunos casos el Kinesiólogo aplicará la Fisioterapia para bajar y
otras veces para aumentar el mismo. De la segunda afirmación se desprende
que al emplear la Fisioterapia con frecuencia es más importante dosificar un
agente físico correctamente que seleccionar el mejor agente entre varios
similares (no importa tanto el “que” que sino el “como”). Además, como el
efecto provocado se apreciará por parte del terapeuta solamente en la
respuesta del paciente o de su enfermedad es por eso que será necesario un
buen conocimiento de la histo-fisio-patología.
Wilder nos enseña a través de su regla algo fundamental: Los estímulos
tienden a normalizar funciones. Pero claro, a veces nuestros estímulos
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tenderán a romper este equilibrio. Aquí es donde entra en juego la Hipótesis de
 
Danielopolu.
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 Hipótesis de Danielopolu: Toda excitación de un sistema tiende a
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elevar el tono del antagonista con el objeto de recuperar el equilibrio.

Similar a la hipótesis anterior es el

 Principio de Le Chatelier: Si un sistema es sometido a tensión,

reaccionará para compensar esa tensión.

Una vez más vemos, esta vez con Le Chatelier, que el sistema (el
organismo vivo en este caso) tiende constantemente a normalizarse.

Muchos de los agentes físicos actúan de distintas formas para generar una
hiperemia. Se pueden distinguirse varias formas de hiperemia:
 Hiperemia roja clara por frío, forma característica de hiperemia arterial.
 Hiperemia roja intensa por calor, en la que predomina el sistema venoso.
 Hiperemia por estímulo químico, producida por medicamentos.
 Hiperemia mecánica, provocada por las técnicas kinésicas manuales.
 Hiperemia actínica, también llamado eritema, producida por la radiación
ultravioleta.

La hiperemia mejora la nutrición de los tejidos ya que aumenta el aporte de

oxígeno, nutrientes y sustancias defensivas, y a su vez aumenta la eliminación
de sustancias de desecho del metabolismo. Esto trae aparejado una
disminución del ph en la zona, situación que atribuye Holzer a la analgesia
causada por la hiperemia.

 Reacción Concensual: Es importante conocer también que los

estímulos térmicos y mecánicos además de actuar a nivel local, su
efecto se propaga luego a distancia a causa del sistema nervioso
vegetativo y de la inervación segmentaria. Es por esto que al provocar
una hiperemia en la piel provocaremos otra en los órganos internos
pertenecientes a la metámera respectiva unilateral y en menor
proporción habrá otra en la metámera correspondiente contralateral.
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También puede aparecer el fenómeno de irradiación, sobretodo al aplicar
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estímulos muy fuertes, produciéndose por ejemplo una hiperemia menor en 2-3
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metámeras por encima   y por debajo de la aplicación del estímulo. Si se
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aplicase un estímulo térmico en todo el cuerpo se produciría una reacción muy
distinta ya que la piel es un órgano sumamente extenso y requiere grandes
cantidades de sangre, lo que llevaría a una disminución de la irrigación en los
órganos internos y en los músculos. Pero claro, a toda regla hay una
excepción:
 Regla de Dastre - Morat: El antagonismo entre los vasos sanguíneos
de la piel y de los órganos internos no se observa en el corazón y los
riñones, que reaccionan de la misma forma que los de la piel.

Otras variables que condicionarán los efectos son los factores

estacionales (época del año), el horario en que se realiza el tratamiento (si
predomina el tono simpático o el tono vagal), si el paciente ha almorzado o no
(distribución de la volemia), factores constitucionales individuales físico-
psíquicos, factores atmosféricos, etc.
Muy interesante al respecto es la teoría de Schumann. El descubrió que los
relámpagos que había en el Planeta Tierra generan un campo
electromagnético en cual rebota en la ionosfera (que actúa como la cavidad
resonante de un instrumento musical), produciendo una “vibración”
comprendida entre 1 a 40 Hz, con un promedio de 7 - 10 Hz. Este rebote en la
ionosfera ha sido muy estudiado por otros científicos ya que es la base para las
comunicaciones radiales. Incluso deben considerarse factores extraterrestres
como tormentas solares pues rompen la ionosfera interrumpiendo las
comunicaciones y por ende la Resonancia Schumann temporalmente.
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Fig. 7.2 – Resonancia Schumann

Extraído de Oschman; Medicina Energética: La Base Científica; Ed. Uriel Satori; 2003 y modificado por los autores.

Diversos científicos establecieron posteriormente analogías entre la

Resonancia Schumann y los las ondas alfa del cerebro, con varias
interacciones biológicas como ser la velocidad de respuesta de un individuo,
irregularidad de los ciclos biológicos o biorritmo ante el aislamiento a los
campos electromagnéticos naturales (que pudo ser compensado con la
aplicación de campos artificiales), frecuencia de ataques epilépticos, etc.

Fig. 7.3 – Analogía entre una señal Schuman y una onda cerebral alfa
Extraído de Oschman; Medicina Energética: La Base Científica; Ed. Uriel Satori; 2003 y modificado por los autores.