0 valutazioniIl 0% ha trovato utile questo documento (0 voti)
56 visualizzazioni1 pagina
El resumen del documento es el siguiente:
Un anciano leñador que trabajaba duro todos los días dejó caer su hacha en un río. Una ninfa emergió del agua y le ofreció primero un hacha de oro y luego una de plata, pero el leñador las rechazó porque no eran su herramienta de trabajo. La ninfa finalmente recuperó la vieja hacha de hierro del leñador. Como premio a su honradez, la ninfa le dejó quedarse también con las otras dos hachas
El resumen del documento es el siguiente:
Un anciano leñador que trabajaba duro todos los días dejó caer su hacha en un río. Una ninfa emergió del agua y le ofreció primero un hacha de oro y luego una de plata, pero el leñador las rechazó porque no eran su herramienta de trabajo. La ninfa finalmente recuperó la vieja hacha de hierro del leñador. Como premio a su honradez, la ninfa le dejó quedarse también con las otras dos hachas
El resumen del documento es el siguiente:
Un anciano leñador que trabajaba duro todos los días dejó caer su hacha en un río. Una ninfa emergió del agua y le ofreció primero un hacha de oro y luego una de plata, pero el leñador las rechazó porque no eran su herramienta de trabajo. La ninfa finalmente recuperó la vieja hacha de hierro del leñador. Como premio a su honradez, la ninfa le dejó quedarse también con las otras dos hachas
En un lugar muy lejano vivía un anciano leñador que
trabajaba duramente todos los días de sol a sol. Un tarde al pasar por el puente que atravesaba el río, el hacha que colgaba de su cinturón se precipitó a las frías aguas del río. Cuando el leñador se dio cuenta exclamó:
- Vaya contratiempo, ¿cómo voy a cortar ahora los enormes
árboles del bosque?
Antes de que sus palabras desparecieran en el viento, una
joven ninfa emergió entre las aguas para decirle:
-No te preocupes buen hombre. Yo te devolveré tu hacha
perdida. Acto seguido, se sumergió en las turbias aguas del río, apareciendo con un hacha de oro entre las manos. El leñador la rechazó al instante, ya que aquella no era su herramienta de trabajo. Nuevamente se hundió la ninfa en el río y cuando reapareció, el hacha era de plata.
-Te agradezco el ofrecimiento, pero tampoco es mi hacha.
Volvió a sumergirse en el agua la ninfa y tras varios
segundos reapareció con una vieja hacha de hierro.
-Esa es mi querida hacha. Muchas gracias por recuperarla.
-No tienes porque darlas. Ya que eres un leñador honrado,
puedes quedarte con las otras dos hachas como premio. MORALEJA Quien con la honradez no se aviene, pierde hasta lo que tiene