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Erin Blackford

Composición 3
La igualdad de género en La Iglesia de Jesucristo de los Santos Últimos Días

Para muchos miembros de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, el

feminismo es un término sucio. Se asocia esta ideología con el movimiento de Ordain Women,

que exige que las mujeres reciban el sacerdocio al igual que los hombres. No obstante, muchas

feministas mormonas no quieren el sacerdocio, sino que buscan la igualdad de género. Holly

Richardson, una periodista, define a una feminista mormona como una persona que (1) reconoce

la discriminación contra las mujeres, (2) busca la igualdad entre los sexos y (3) cree que estos

principios concuerdan con el evangelio de Jesucristo tanto como la misión de la iglesia

(Richardson). Según la doctrina de La Iglesia de Jesucristo de Santos de los Últimos Días, “…en

la familia no hay presidente ni vicepresidenta. Ambos cónyuges trabajan juntos eternamente por

el bien de la familia” (Perry). Sin embargo, la diferencia en los fondos dados a los jóvenes, la

falta de mujeres líderes y la distribución de los deberes familiares demuestran que los miembros

de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días todavía no han alcanzado la

igualdad entre mujeres y hombres.

La primera desigualdad género surge con los jóvenes en la forma de los recursos

asignados a las Mujeres Jóvenes y los Hombres Jóvenes. En muchos barrios, los hombres reciben

más fondos que las mujeres para sus actividades y campamentos. Mientras algunos miembros

argumentan que las mujeres no quieren participar en tantos campamentos ni en campamentos tan

rigurosos como los hombres, no hay datos para apoyar esta afirmación. Aun cuando las

adolescentes piden hacer actividades como sus contrapartes, sus líderes se llevan a cabo

actividades centradas en el programa de Progreso Personal y tareas domésticas: cocinar, coser,

acolchar y hacer algo a mano. A causa de los fondos, usualmente hay solamente un campamento

cada año por las jovencitas. Dichos campamentos se componen de las mismas cosas que las otras
actividades y no se enseñan las capacidades como los exploradores. Por otro lado, los hombres

jóvenes participan en varios campamentos durante el año, los cuales son más desafiantes y tienen

un énfasis en las habilidades de sobrevivir. También, los jóvenes casi nunca participan de tales

actividades como las tareas domésticas. Sus actividades están concentradas en los requisitos de

los exploradores, el jugar deportes y, de vez en cuando, el programa de Cumplir Mi Deber a

Dios. Sin embargo, es importante aclarar que no es obligatorio que los Hombres Jóvenes y las

Mujeres Jóvenes tengan las mismas actividades, sino que tengan acceso igualitario a todas las

posibilidades. Con recursos desproporcionados, no es posible proveer oportunidades equitativas.

Desafortunadamente, la falta de oportunidades no termina con los jóvenes.

Hay un déficit de mujeres líderes en la iglesia, y las que ocupan posiciones de liderazgo

no tienen tanta influencia como los hombres líderes. En el consejo de barrio, la reunión de todos

los líderes al nivel de barrio, hay aproximadamente dos hombres por cada mujer (Handbook 2).

Otros grupos están compuestos de hombres en su totalidad, como el comité ejecutivo del

sacerdocio, y a menudo ellos toman decisiones que afectan al barrio sin consultar con ninguna

mujer. Normalmente, las mujeres solamente dirigen a otras mujeres o a los niños en las

organizaciones auxiliares de la Sociedad de Socorro, las Mujeres Jóvenes y la Primaria, mientras

que los hombres sirven como obispos, presidentes de estaca y otras posiciones de mayor

autoridad, además de encabezar los quórumes del sacerdocio, la Escuela Dominical y los

Hombres Jóvenes. También, no se llaman a mujeres para servir como líderes misionales de

barrio ni en la presidencia de la Escuela Dominical, aunque no hay doctrina que dicta que estos

llamamientos requieren a un hombre que posee el sacerdocio (Handbook 2). La falta de mujeres

líderes está tan presente que se puede notarla al entrar en una de las capillas de La Iglesia de

Jesucristo de Santos de los Últimos Días los domingos. Los hombres llenan el escenario – quizás

haya una mujer que toca el órgano y otra que va a discursar, pero los que dirigen la reunión
siempre son hombres. No es obvio que las mujeres tengan papeles de liderazgo. El equilibrio de

género en el equipo de líderes es necesario para alcanzar plena igualdad en la iglesia, pero tal

equilibrio tiene que empezar en el hogar.

La familia típica en nuestra sociedad no reparte equitativamente los deberes familiares, y

los miembros de La Iglesia de Jesucristo de Santos de los Últimos Días no son una excepción.

Por ejemplo, las tareas domésticas y el cuidado de los niños caen principalmente sobre la mujer y

el hombre trabaja fuera de la casa. Algunas mujeres proponen que en tal división hay equilibrio,

pero más que el 50 por ciento de parejas casadas hoy en día tiene a los dos padres trabajando

fuera de la casa (Patten). Según La familia: una proclamación para el mundo, un documento

principal de esta iglesia, los padres y las madres deben trabajar como “compañeros iguales”. Sin

embargo, cuando la mujer trabaja fuera de la casa, todavía cumple con la mayoría de las tareas

domésticas (Patten). Este fenómeno se llama “la doble jornada” porque las mujeres llevan dos

cargas: su empleo fuera de la casa y el trabajo en el hogar. Esta inequidad tiene repercusiones

negativas en varios aspectos de la vida de la mujer, como la salud, la relación con su esposo y la

percepción de equidad en el hogar (Doble jornada laboral). Para conseguir la igualdad entre las

mujeres y los hombres, hay que repartir igualmente las responsabilidades familiares.

Muchos miembros de La Iglesia de Jesucristo de Santos de los Últimos Días dicen que ya

tenemos igualdad en la iglesia, pero si la igualdad es “Conformidad de algo con otra cosa en

naturaleza, forma, calidad o cantidad”, todavía no hemos alcanzado esta meta (“Igualdad”). Para

lograrla, los jóvenes necesitarían oportunidades equitativas, las mujeres deberían tener mayor

influencia como líderes y los cónyuges tendrían que compartir igualmente los deberes familiares.

La doctrina de la iglesia es perfecta, pero los miembros no lo son. Por eso, tenemos que

esforzarnos en progresar hasta lograr la igualdad de género.


Obras citadas

“Doble jornada laboral.” Mujer Migrante, Secretaría De Comunicaciones y Transportes

(Mexico), mujermigrante.mx/oas/doble-jornada-laboral/.

Handbook 2: Administering the Church. La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos

Días, 2010, www.lds.org/handbook/handbook-2-administering-the-church?lang=eng.

“Igualdad.” Real Academia Española, dle.rae.es/?id=Kwjexzi.

“La Familia: Una Proclamación Para El Mundo.” Lds.org, La Iglesia de Jesucristo de los Santos

de los Últimos Días, 23 Sept. 1995, www.lds.org/topics/family-

proclamation?lang=spa&old=true.

Patten, Eileen. “How American Parents Balance Work and Family Life When Both Work.” Pew

Research Center, 4 Nov. 2015, www.pewresearch.org/fact-tank/2015/11/04/how-

american-parents-balance-work-and-family-life-when-both-work/.

Perry, L. Tom. “El Ser Padre, Un Llamamiento Eterno.” L. Tom Perry, La Iglesia de Jesucristo

de los Santos de los Últimos Días, Apr. 2004, www.lds.org/general-

conference/2004/04/fatherhood-an-eternal-calling?lang=spa.

Richardson, Holly. “Holly Richardson: Utah Has Its Own Special 'F' Word.” The Salt Lake

Tribune, 9 Mar. 2018, www.sltrib.com/opinion/commentary/2018/03/10/holly-

richardson-utah-has-its-own-special-f-word/.

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