Sei sulla pagina 1di 49

eatro

ectores
Créditos
Los materiales esta obra han sido preparados para la actividad escolar del Colegio Santa
María la Real. Al mismo tiempo, forman parte del trabajo de fin de máster de Alejandra
González Parr en el MIEP de la Universidad de Navarra.

No sabemos a quién atribuir la idea del teatro de lectores. La referencia más antigua que
hemos encontrado es de Busching (1981) y, posteriormente, Tim Rasinski ha sido un gran
divulgador de esta estrategia. La propuesta que se presenta aquí ha sido preparada por Juan
Cruz Ripoll.

Los guiones son adaptaciones de chistes, relatos o fábulas ya existentes. Estas adaptaciones
han sido realizadas por Alejandra González y Juan Cruz Ripoll.

Todas las imágenes que acompañan al manual y a los guiones son de dominio público y han
sido extraídas de la web de Wikimedia Commons.

Las imágenes que ilustran el diario de ensayos y los carteles están realizadas por Barbara
Strickland y se han descargado de www.mycutegraphics.com. La autora permite su uso en
materiales escolares que no generen un beneficio económico.

La captura de pantalla que acompaña la sección de las minilecciones es de un vídeo rodado


por alumnado del C.P. Asturias de Gijón y que se puede encontrar en la web de Youtube.

Colegio Santa María la Real


Sarriguren (Navarra)
2015
Fundamentación
Entre los procedimientos para enseñar a los alumnos a leer con precisión, fluidez y buena
entonación, uno de los mejor fundamentados son las lecturas repetidas, que consisten en que los
alumnos practican varias veces la lectura del mismo texto con la ayuda de sus compañeros, padres
o profesores. Los sistemas de lecturas repetidas han mostrado producir mejoras en el
reconocimiento de palabras, la velocidad lectora y, en algunos casos, en la comprensión (National
Reading Panel, 2000; Chard, Vaughn y Tyler, 2002; Therrien, 2004; Chard, Ketterlin-Geller y Baker,
2009; Soriano, Miranda, Soriano, Nievas y Félix, 2011).

El teatro de lectores es un recurso didáctico para


organizar lecturas repetidas en las que pueda
participar toda la clase. Aunque es poco utilizado
en España, tiene bastante popularidad en los
países de lengua inglesa en los que se han editado
numerosas obras para esta modalidad de lectura.
Se trata, sencillamente, del ensayo y
representación de un guión, lo que hace que los
alumnos tengan que leer varias veces el texto con
el objetivo de poder transmitirlo de una forma ágil
y comprensible.

Entre los beneficios del teatro de lectores se han


señalado los siguientes (Young y Raskinski, 2009):
• Los alumnos aceptan mejor el trabajo con
lecturas repetidas si saben que tiene un
propósito, que será la representación del
texto.
• A diferencia de otras estrategias para
mejorar la fluidez, que se centran en la
velocidad lectora y pueden ser perjudiciales
para la comprensión, el teatro de lectores
exige corrección y buena entonación para
ayudar a los espectadores a entender el
texto.
• Se omiten elementos característicos del teatro representado como gestos, decorados o
disfraces, de modo que la intervención se centra en la lectura.
• Se trata de una actividad colaborativa en la que cada alumno hace una aportación para un
trabajo común.
Procedimiento
Muchos profesores que utilizan el teatro de lectores lo emplean diariamente, de manera que
comienzan la preparación de las obras el lunes y las representan el viernes. Como está
intervención se va a desarrollar durante la sesión semanal de biblioteca, se ha planteado la
distribución de tiempos de forma diferente de modo que se dedican cada ciclo dura tres sesiones:
1ª sesión: se reparten y presentan las obras y comienza la preparación.
2ª sesión: continúa la preparación.
3ª sesión: representaciones.

A lo largo de las sesiones 1 y 2 se realizan las siguientes actividades:


· Reparto y presentación de las obras.
· Lectura de la profesora.
· Lectura personal.
· Lectura conjunta.
· Localización de palabras complejas.
· Lectura en rotación.
· Análisis de personajes.
· Reparto de personajes.
· Preparación personal.
· Ensayos.

Reparto y presentación de las obras


La profesora divide a la clase en grupos de 4 o 5 alumnos, con niveles variados. Se puede hacer al
azar, aprovechar grupos ya formados en clase (compañeros de mesa) o seguir cualquier otro
criterio. El grupo va a ser el mismo durante todo el ciclo de preparación y representación de la
obra. Para la siguiente se puede mantener la misma distribución o mezclar nuevamente a los
alumnos.

La profesora reparte una obra para cada


grupo de alumnos tratando de que el
número de personajes se ajuste al de
componentes. El reparto se hace
públicamente, es decir toda la clase
escucha el título de la obra que
corresponde a todos los grupos.

La profesora lee al grupo


Evidentemente, esto no se puede hacer a
la vez en todos los grupos, de modo que la
profesora irá pasando por todos,
realizando su intervención en diferentes
momentos. Lo que hace en esta fase es
servir como modelo de lectura, indica a los
alumnos que la obra tendría que sonar lo más parecido que puedan a cómo lo va a leer ella. A
continuación lee el texto de forma expresiva y cuidando la entonación para que los alumnos la
escuchen.
La lectura de la profesora también es un buen momento para destacar que lo que hace es una
interpretación, y que igual hace papeles de chico que de chica, de niño o de persona mayor...

Lectura personal
Cada alumno lee personalmente todo el texto.

Lectura conjunta
Se hace una lectura coral, todos los alumnos del grupo leen a la vez el texto en voz alta.

Localización de palabras complejas


Después de la lectura conjunta los alumnos apuntan en una lista las palabras del texto que les
hayan resultado más difíciles de leer. También pueden señalar palabras que no sepan lo que
significan.

Lectura en rotación
Se hace una lectura del texto siguiendo un orden (por ejemplo de izquierda a derecha) de modo
que un alumno le el primer fragmento del texto, el siguiente alumno el fragmento (personaje) que
viene a continuación, y así sucesivamente, sin que estén vinculados a un personaje concreto sino a
la parte de texto que les toca.

Se procura que mientras un alumno lee, sus compañeros sigan la lectura en silencio. Cuando se
domina esta parte, se pueden proponer otras alternativas, como que el alumno que ha leído un
fragmento indique qué compañero debe seguir, que un alumno del grupo dirija la lectura
indicando quién continúa, o algún sistema por el que se elija al azar, por ejemplo, cada alumno
tiene un número. Se lanza un dado y continúa la lectura el alumno que tenga el número que ha
aparecido (si ningún alumno lo tiene porque son menos de seis, se vuelve a tirar).

Análisis de personajes
Los alumnos cuentan cuántos personajes hay, quiénes son, y escriben algunas de las características
que pueden influir en la forma de representarlos (es un niño, tiene voz potente, habla como si
estuviera contando una historia).

Reparto de personajes
Podrían ser asignados por la profesora, pero hay alumnos que se pueden frustrar si les da un papel
que no querían. Otra alternativa es que cada alumno elija el papel que quiera hacer y si varios
quieren el mismo personaje se haga un sorteo.

Preparación personal
Cada alumno lee en silencio su papel.

Ensayos
Se lee la obra con cada alumno haciendo su papel. Se pueden hacer varios ensayos

Representación
Cada grupo representa su obra ante los compañeros. Al terminar la representación se abre un
breve diálogo crítico que la profesora puede animar con preguntas como las siguientes:
· ¿Se oía y se entendía bien a los actores?
· ¿El público ha estado atento y en silencio?
· ¿Los actores intervenían cuando les tocaba o había interrupciones o pausas?
· ¿Hay alguien que haya representado su papel de una forma muy real?
· ¿Podrían haber mejorado alguna cosa?

El diario de ensayos
Aunque este documento no es necesario para realizar el teatro de lectores puede suponer una
ayuda ya que les recuerda a los alumnos qué pasos tienen que seguir para preparar la obra, puede
ser una tarea complementaria útil para alumnos que por su buen nivel de lectura realicen con
facilidad las lecturas personales y terminen antes que sus compañeros, y ayuda a que los alumnos
realicen y pongan en común las tareas de búsqueda de palabras difíciles y de análisis de
personajes.

El documento indica qué hay que incluir en sección, fundamentalmente:


Título de la obra que va a
preparar el grupo

Se marcan las
Se marchan las Nombres dehan
los
fases que se
que ya se han alumnos del
completado
hecho grupo

Se marcan las veces que cada uno


ha leído su papel
Si hay alguna
Aquí se apuntan Aquí
Si no se sabe el se escriben
palabra
las palabras más Se
lasmarcan
significado de las
5 palabras
desconocida se
difíciles del texto veces
alguna palabra se que
más se ha
difíciles
apunta aquí.
ensayado la obra
pone aquí
completa

Nombre del Nombre del


personaje Aquí se pueden apuntar
personaje
ideas, ocurrencias, cambios,
Características del
incluso dibujar cómo se
Características
personaje
piensa que son los del
principales
personajes opersonaje
la obra.

Alumno que lo Alumno que lo


representa representa
Las minilecciones
Los alumnos tendrían que recibir algunas
explicaciones y demostraciones antes de
comenzar a trabajar y, probablemente,
durante los primeros intentos. Para explicar
en qué consiste el teatro de lectores y que
se hagan una idea de qué tienen que
conseguir se les puede proyectar este vídeo,
con una representación de menos de tres
minutos realizada por alumnos de 4º de
primaria.
https://www.youtube.com/watch?
v=G1jFF0m8hdc

El vídeo también puede utilizarse para revisar las características que tiene que tener una buena
representación:
· Todos siguen la lectura para que cada uno entre en su momento y no haya tiempos muertos ni
interrupciones (en el vídeo uno de los alumnos no mira la lectura y en el segundo 38 interrumpe a
su compañera).
· La voz y la entonación caracterizan al personaje.
· La lectura es ágil como si se estuviera hablando.

Algunos de los pasos que se dan durante la preparación pueden resultar difíciles a los alumnos de
1º de primaria, de modo que sería conveniente que la profesora abordase esas dificultades
haciendo unos breves momentos de explicación y ejemplo. Concretamente, puede ser difícil:
· La lectura conjunta, porque habrá diferentes velocidades de lectura y alumnos que crean que
tienen que leer a toda velocidad para acabar antes que los demás. La profesora indica que es
importante que todos vayan a la vez y que, para eso, es mejor leer un poco despacio y asegurarse
de pararse al final de las frases, y no empezar la siguiente si hay alguien que todavía está leyendo.
· La lectura en rotación. Si los alumnos no han realizado lectura por turnos en clase, es posible que
muchos tengan poca habilidad para seguir la lectura de los compañeros e intervenir correctamente
cuando llega su turno. Nuevamente, lo más adecuado puede ser poner un ejemplo, con un grupo
de alumnos sobre cómo hacer la lectura por turnos.
· El análisis de personajes, ya que es una actividad que no han realizado nunca. Probablemente
bastará con hacer un análisis en asamblea en toda la clase.

Los carteles

Como complemento de las minilecciones,


simplemente para colocar en la sala donde
se desarrollen las sesiones se han
preparado unos carteles que representan
varios de los pasos que tienen que realizar
los alumnos para preparar la obra.
El papel de la profesora
La profesora tiene asignada una función fija que es pasar por todos los grupos leyendo, al menos
una vez, en voz alta la obra que les ha correspondido, para que tengan un modelo de referencia.
Además de esto, y de cuestiones obvias, como mantener la disciplina de la clase y solucionar
dudas de los alumnos, puede colaborar en el desarrollo de la actividad con acciones como las
siguientes:
· Supervisar las lecturas y ensayos. Detener la lectura y modelar (volver a leer con la entonación
correcta) alguna frase o intervención que lo requiera.
· Comprobar que todos los alumnos del grupo son capaces de leer correctamente la lista de
palabras difíciles.
· Revisar los diarios de ensayos.
· Trabajar individualmente o en pequeño grupo con alumnos que tengan dificultades especiales.
· Introducir algún cambio en el guión (cambiar palabras difíciles o reducir una intervención) si se
considera conveniente.
· Animar a los grupos a tener actualizado el diario de ensayos.
· Recoger el material al terminar las sesiones y volver a distribuirlo durante el tiempo en que se
prepara la obra.

Situaciones especiales
Un alumno tiene un nivel de lectura tan bajo que ralentiza las actividades del grupo
Se pueden tomar medidas como las siguientes:
· Asignar a un compañero que lea simultáneamente con él, es decir que lea en
voz alta despacio (aunque no tan despacio como el alumno con dificultades)
para que el otro le siga. Convendría hacer una demostración de cómo se realiza
esta ayuda.
· Asignarle un papel corto o reducir su papel, eliminando trozos que no afecten
a la historia.
· Trabajar su papel individualmente con él en algunos ratos.

Hay alumnos que se pierden en la lectura conjunta o en la lectura en rotación


Se puede solicitar a todos los alumnos del grupo que sigan la lectura con el dedo, de manera que le
resulte más difícil perderse, y que pueda mirar dónde van los compañeros si eso sucede. También
se puede encargar a un alumno que dirija el grupo, indicando quién debe intervenir y señalando
dónde si es necesario.

Faltan alumnos en el grupo


Se puede encargar a un alumno que haga dos papeles. En el caso de que haya varios narradores, se
pueden unir en uno solo.

Hay alumnos que acaban rápidamente la lectura personal


Se les puede invitar a que vuelvan a leer la obra, o pueden encargarse de escribir la información
oportuna en el diario de ensayos. Se les puede sugerir que utilicen el cuadro final del diario para
hacer un dibujo sobre la obra, un resumen o una valoración.
El tiempo de preparación se hace muy largo y los alumnos se aburren
Se puede dejar el teatro de lectores dedicando el resto de la sesión a la lectura libre personal, se
pueden adelantar las representaciones, o se puede proponer a los grupos que ya han realizado
todas las acciones de preparación que realicen alguna actividad de ampliación de las que aparecen
en la siguiente sesión.

Ampliación de la intervención
El teatro de lectores es una intervención que admite muchas variaciones que lo pueden hacer más
entretenido e interesante. Por ejemplo:
· Preparar carteles con los nombres de los personajes.
· Preparar sencillas marionetas que representen a los personajes.
· Preparar distintivos que representen a los personajes (gorros, insignias)
· Grabar (en video o en audio) algunas de las representaciones.
· Realizar la representación en una clase de otro curso.
· Encargar la preparación personal del papel como tarea. Consistiría en que los alumnos llevaran su
guión a casa y pidiesen a un adulto que leyese su papel con expresividad y escuchase cómo lo leen
ellos. Un problema que hay que considerar es que algunos pierdan el guión.
· Adaptar un relato y escribir el guión para representarlo en teatro de lectores.

Referencias
Busching, B. A. (1981). Reader's theatre: an education for language and life. Language Arts, 58, 330-338.
Chard, D. J., Ketterlin-Geller, L. R., y Baker, S. K. (2009). Repeated reading interventions for students
with learning disabilities: status of the evidence. Exceptional Children, 75(3), 263-281.
Chard, D. J., Vaughn, S. y Tyler, B. J. (2002). A synthesis of research on effective interventions for
building fluency with elementary students with learning disabilities. Journal of Learning
Disabilities, 35(5), 386-406
National Reading Panel (2000). Teaching children to read: an evidence-based assessment of the
scientific research literature on reading and its implications for reading instruction. Washington
DC: Author.
Soriano, M., Miranda, A., Soriano, E., Nievas, F. y Félix, V. (2011). Examining the efficacy of an
intervention to improve fluency and reading comprehension in Spanish children with Reading
Disabilities. International Journal of Disability, Development and Education, 58(1), 47-59.
Therrien, W. J. (2004). Fluency and comprehension gains as a result of repeated reading. A meta-
analysis. Remedial and Special Education, 25(4), 252-261
Young, C. y Rasinski, T. (2009). Implementing readers theatre as an approach to classroom fluency
instruction, The Reading Teacher, 63(1), 4-13.
Guiones
Cinco magdalenas por cuatro euros
Personajes: 4. Palabras: 145.

Narrador: María y Pablo, dos amigos de primero de


primaria, pasaron por una panadería y vieron un cartel que
decía: 5 MAGDALENAS POR 4 EUROS.
María: Señor panadero, ¿puede darnos una magdalena
gratis para compartir?
Panadero: No señorita, tienes que pagar como todos los
demás.
Pablo: Bueno, tú dices que son cinco magdalenas por
cuatro euros ¿verdad?
Narrador: El panadero se quedó pensativo.
Panadero: Sí, eso es lo que dice el cartel.
María: Entonces, cuatro magdalenas valdrán tres euros,
¿no?
Narrador: El panadero se mostró confundido.
Panadero: Creo que si hacemos cuentas… sí.
Pablo: ¡Y dos magdalenas costarán un euro!
Narrador: El panadero ya enfadado contesta:
Panadero: ¡No entiendo! ¿A qué queréis llegar?
María: No te preocupes… Ya verás
Pablo: Queremos la magdalena que no cuesta nada.
Narrador: El panadero sorprendido respondió:
Panadero: Vale, me habéis convencido. Podéis comprar la
magdalena que cuesta cero euros.
La entrometida
Personajes: 4. Palabras: 188.

Narrador: Dos amigos habían ido al parque con sus


peonzas
Nicolás: A ver, baila la
peonza.
Lucas: Es que no sabo.
Nicolás: Pero mira que eres
bruto. No se dice “no sabo”.
Lucas: ¿No? A ver, pués
¿cómo se dice?
Nicolás: Se dice “no sepo”.
Lucas: ¡Animal! Eso está mal
dicho. Se dice “no sabo”.
Nicolás: ¡No! Se dice “no
sepo”.
Narrador: Y comenzaron a
discutir a gritos.
Lucas: ¡No sabes nada!
Nicolás: ¡Eres un ignorante!
Narrador: Una mujer que
estaba en el parque leyendo
lo había oído todo y se acercó
a los niños.
Mujer: Chicos, chicos, estáis equivocados. No se dice “no
sabo”.
Nicolás: Lo ves, te habías equivocado.
Mujer: Y tampoco se dice “no sepo”.
Lucas: Ves, eres tú el que se había equivocado.
Mujer: Ahora mismo os vais a pedir perdón.
Narrador: Los dos amigos se pidieron perdón y se
abrazaron.
Mujer: Los dos os habéis equivocado. Ni se dice “no sabo”
ni se dice “no sepo”.
Nicolás: Pues entonces, ¿cómo se dice?
Mujer: Pues “NO SÉ”.
Lucas: Pues si no sabe ¿por qué se mete donde no le
importa?
El corte de pelo
Personajes: 4. Palabras: 188.

Narrador: Un hombre entró en una peluquería con un


niño.
Hombre: Buenos días, querría que nos cortase el pelo a los
dos.
Peluquero: Muy bien, ¿con quién empiezo?
Hombre: Córteme primero a mí, así puedo hacer algunos
recados mientras se lo corta al niño.
Narrador: El peluquero le cortó el pelo al hombre.
Peluquero: Ha quedado usted perfecto. Chico, es tu turno,
siéntate aquí.
Hombre: Hasta luego.
Peluquero: Aquí le esperamos.
Niño: Adiós.
Narrador: Y el peluquero le cortó el pelo al niño.
Peluquero: Muy bien, tú también estás.
Niño: Gracias, señor peluquero.
Peluquero: Puedes sentarte ahí a esperar.
Narrador: Pasaba el tiempo y el hombre no volvía a la
peluquería.
Peluquero: Niño, parece que tu padre viene tarde.
Niño: Mi padre no va a venir aquí.
Peluquero: Pero creía que volvería para recogerte y
pagar.
Niño: ¡Ah! Lo dice por el hombre que venía conmigo.
Peluquero: Sí.
Niño: No es mi padre.
Peluquero: ¿Cómo que no es tu padre? ¿Y quién es?
Niño: No lo sé, es un señor que me encontré en la calle y
que me preguntó que si quería un corte de pelo gratis.
El perro y el burro
Personajes: 5. Palabras: 192.

Narrador: Un día caminaban


muy cansados bajo el sol un
burro con su carga, un perro y
el amo de los dos animales. Al
llegar a una pradera el amo,
se echó a dormir.
Burro: Mientras el amo
duerme comeré hierba fresca.
Perro: Burro, mi comida está
en la bolsa que llevas en tus
alforjas. ¿Podrías dármela?
Burro: Será mejor que el
amo te dé de comer.
Perro: Burro, tú ya estás
comiendo y yo tengo mucho
hambre. Basta con que te
agaches y yo cogeré la
comida.
Burro: Perro, ten paciencia,
espera a que el amo se despierte y él te dará de comer.
Narrador: El perro se calló. Pero la situación cambió
cuando apareció un lobo.
Lobo: Hoy es mi día de suerte. Puedo elegir cuál de estos
animales me como.
Perro: Atrévete conmigo, lobo.
Lobo: Ya veo, pareces un tipo duro. No quiero salir herido.
Narrador: Y el lobo se abalanzó sobre el burro.
Burro: Sálvame, amigo perro.
Perro: ¿Por qué no esperas a que se despierte el amo y te
salve él?
Narrador: Ya sabéis chicos. Si no das oportuna ayuda, no
esperes que ésta a ti acuda.
¿Cuántos años tienes?
Personajes: 5. Palabras: 222.

Narrador: Una pareja estaba


esperando al autobús con su hija.
Madre: Mira, Andrea, en este cartel
dice que los niños con cuatro años o
menos no pagan el billete del
autobús.
Padre: Pues podríamos decir que la
niña tiene cuatro años.
Madre: Con eso nos ahorramos un
euro.
Padre: Andrea, ¿cuántos años
tienes?
Andrea: Tengo cinco años.
Padre: No, hija, tienes que decir que
tienes cuatro años.
Andrea: Pero si ya cumplí cinco años.
Madre: Bueno, Andrea, es una mentirijilla que le vamos a
decir al conductor del autobús.
Andrea: ¿Como cuando tú vas a tomar café con tus
amigas y le dices a papá que has estado en el parque?
Madre: ¡Andrea, no hace falta que cuentes esas cosas!
Padre: Andrea, no tienes que decir nada. Lo único es que
si el conductor te pregunta, tú le dices que tienes cuatro
años.
Narrador: Por fin los padres convencieron a la niña, y llegó
el autobús.
Padre: Dos billetes, por favor.
Narrador: El conductor no tenía claro que la niña tuviera
menos de cinco años.
Conductor: ¿Y la niña no saca billete?
Madre: Todavía no ha cumplido cinco años.
Conductor: ¿Cuántos años tienes, bonita?
Andrea: Pues mis padres me han dicho que diga que
tengo cuatro años.
Conductor: ¿Y cuándo cumples los cinco?
Andrea: Creo que en cuanto me baje del autobús.
Cati Peloslargos
Personajes: 4. Palabras: 233.

Narrador: Un día entraron en la


peluquería del peluquero Miguel Cati y
su madre.
Madre: ¡Buenos días peluquero Miguel!
Peluquero Miguel: ¡Vaya! Pero si son
mis clientas favoritas.
Madre: Peluquero Miguel, necesitamos
que le cortes el pelo a Cati.
Peluquero Miguel: ¡Muy bien! Dime
Cati, ¿cómo lo quieres?
Cati: Lo quiero largo pero corto y liso
pero rizado. ¿Está claro?
Peluquero Miguel: Claro que sí, yo soy un experto.
Madre: Cati, menos mal que alguien te entiende.
Narrador: Cati se sienta en la silla, su madre coge una
revista y el peluquero Miguel prepara sus tijeras.
Peluquero Miguel: Muy bien Cati. Te voy a dejar el pelo
ondulado, rubio y con coleta.
Narrador: Cati interrumpe al peluquero enfadada
Cati: No has entendido nada. Dame las tijeras me lo voy a
cortar yo.
Narrador: Cati empieza a cortarse el pelo y cada vez lo
quiere más corto.
Madre: ¿Qué haces Cati? Deja que te lo corte el peluquero
Miguel.
Narrador: El peluquero Miguel coge las tijeras y hace lo
que Cati le dice.
Cati: Lo quiero más corto, sigue cortando hasta que te
diga.
Narrador: Pero Cati no le dijo que parase y el peluquero
Miguel siguió cortando hasta que se quedó calva.
Cati: Peluquero Miguel, quiero que me enseñe las pelucas.
Peluquero Miguel: Muy bien señorita Cati. ¿Cómo la
quiere?
Cati: La quiero con el pelo largo pero corto y liso pero
rizado.
El espantapájaros
Personajes: 4. Palabras: 244.

Narrador: El jardinero Andrés


llega de nuevo enfadado a la
huerta. El espantapájaros
desaparece todas las noches y los
pájaros nocturnos se comen todas
las frutas y las hortalizas. El
jardinero Andrés le dice a su
hermano:
Andrés: ¡Rodrigo!, las zanahorias
han desaparecido y ayer por la
madrugada me levanté y el
espantapájaros no estaba.
Rodrigo: Andrés, papá te reñirá
porque siempre pierdes todo. ¡No
entiendo cómo puedes perder un
espantapájaros!
Andrés: Rodrigo, por favor, tienes que quedarte conmigo
esta noche para ver quién se lleva el espantapájaros.
Rodrigo: Vale, muy bien. Te acompañaré pero sólo esta
vez.
Narrador: Ambos hermanos se quedaron toda la noche
despiertos.
Andrés: Rodrigo, ¡no te duermas que esto me está dando
mucho miedo!
Narrador: Rodrigo se había quedado dormido y el
jardinero Andrés vio de repente una sombra muy grande.
Andrés: ¡Rodrigo! ¡Una sombra!
Narrador: Ambos hermanos se abrazaron y empezaron a
gritar del miedo.
Espantapájaros Mario: Sssss. No gritéis. No os voy a
hacer daño.
Rodrigo: ¡Estás vivo!
Espantapájaros Mario: Sí, lo estoy. Siento haberme
comido las zanahorias, pero por el día no como nada y por
la noche me da mucha hambre.
Andrés: ¿Pero porque no nos lo dijiste antes? Te
hubiésemos sacado comida.
Rodrigo: ¡Claro que sí! Y si no te comes lo que mi
hermano cultiva que tendremos de sobra.
Espantapájaros Mario: ¡Muchísimas gracias! Prometo
hacer mi trabajo mejor.
Rodrigo: Por cierto espantapájaros, ¿cómo te llamas?
Espantapájaros Mario: Podéis llamarme Mario.
Encantado de conoceros.
El nuevo gallo
Personajes: 4. Palabras: 253.

Narrador 1: El último gallo de la granja, había sido


sustituido por uno nuevo.
Narrador 2: El nuevo gallo era muy joven y muy guapo.
Las gallinas estaban enamoradas de él.
Narrador 1: Pero la primera mañana que cantó para
levantar a los animales de la granja, el sol no apareció.
Gallo: Kikirikí, kirikí, kirkí. Sol, amigo Sol, aparece por
favor.
Sol: Gallo, cómo quieres que salga si cantas tan mal.
Narrador 2: Los animales se levantaron por el ruido, pero
vieron que el sol no salía.
Gallo: Lo siento mucho, pero dice el Sol que no saldrá
porque canto muy mal.
Narrador 1: Los animales de la granja estaban muy
enfadados.
Narrador 2: Pasaron los días y el Sol se negaba a salir.
Sol: Tienes que aprender a cantar porque si no lo haces los
animales de la granja no trabajarán bien y las plantas no
crecerán.
Gallo: Pero Sol, lo intento y lo intento y no sale bien.
Narrador 1: El gallo estaba muy triste y las gallinas
decidieron ayudarle.
Narrador 2: Las gallinas empezaron a enseñarle a cantar.
Cada tarde practicaban juntos.
Sol: Gallo, vas mejorando pero todavía no me convences.
Gallo: Seguiré practicando, Sol.
Narrador 1: El gallo no se daba por vencido y un buen día
lo logró.
Gallo: Kikirikí, kirikí, kirikí.
Sol: Pero qué canto más bonito amigo gallo. Hoy sí que me
dan ganas de salir
Narrador 2: El Sol finalmente salió y sus rayos de luz eran
los más bonitos que jamás se habían visto.
El robo
Personajes: 5. Palabras: 265.

Narrador: Tres ladrones estaban planeando cómo robar


en un almacén.
Ladrón 1: Tengo un plan para entrar en el almacén.
Ladrón 2: Cuéntame, qué has pensado.
Ladrón 1: He visto que han dejado unos bidones justo
delante de una ventana.
Ladrón 3: Entonces sólo necesitamos subirnos a los
bidones y abrir la ventana.
Ladrón 1: El problema es que si hacemos ruido el guarda
se dará cuenta.
Ladrón 2: Aquel sitio está lleno de gatos que se pelean
todas las noches y hacen un montón de ruido. Igual el
guarda no se da cuenta.
Narrador: Aquella noche el guarda vigilaba con especial
atención.
Guarda: Llevo varios días viendo gente rara por aquí. Creo
que están vigilando para ver cuándo pueden entrar a robar.
Ladrón 1: Voy, chicos. Ya he abierto la ventana y voy a
entrar.
Narrador: Pero el destornillador que había usado para
abrir la ventana se le cayó encima del bidón haciendo un
sonoro ruido: ¡CLON!
Guarda: Quién anda por ahí.
Ladrón 1: Miau, miau.
Guarda: ¡Ah! Sólo es un gato.
Ladrón 2: Ahora voy yo. Qué oscuro está esto. ¡Ay! Que
me tropiezo. ¡CATAPÚM!
Guarda: ¡Alto! ¿Quién está ahi?
Ladrón 2: Miau, miau, miau.
Guarda: Malditos gatos, menudo escándalo están
armando esta noche.
Ladrón 3: Bueno, mis compañeros ya han entrado. Ahora
me toca a mí. Tengo que intentar no hacer nada de ruido.
Narrador: Pero al subir a los bidones se resbaló y se cayó
haciendo un gran escándalo: PIM, PUM, CATAPLUM
Guarda: Pero bueno, ¿quién está ahí? Sal ahora mismo.
Ladrón 3: No te preocupes, que soy otro gato más.
El súper-loro
Personajes: 5. Palabras: 277.

Narrador: Un hombre quería


comprar un loro y fue a una
tienda de animales.
Hombre: Buenos días. Yo
quería comprar un loro.
Vendedor: Tenemos tres en la
tienda, puede verlos allí.
Hombre: Este loro vale nueve
mil euros. Me parece un precio
exagerado.
Vendedor: Pues es el más
barato de los tres, pero le
aseguro que es un chollo.
Pregúntele al animal.
Hombre: Loro, ¿por qué eres
tan caro?
Loro 1: No soy caro si tiene en
cuenta que hablo español,
francés, inglés, alemán y latín.
Hombre: ¡Qué pasada!
Loro 1: Además sé cocinar y programo ordenadores.
Hombre: Entonces, el otro loro, ¿qué sabe hacer?
Loro 2: Yo sé hablar en todas las lenguas europeas y
además en árabe y japonés.
Vendedor: Este loro ha estudiado mucho
Loro 2: Sí, soy doctor en química y graduado en literatura.
Hombre: Pero el más caro es ese otro que vale un millón
de euros. ¿Tú que sabes hacer?
Narrador: Pero el tercer loro no respondía.
Hombre: Loro, por qué no me haces caso. Seguro que tú
sabes un montón de idiomas.
Narrador: El loro paseaba por una rama y ni miraba al
hombre.
Hombre: Oiga este loro no me responde.
Vendedor: La verdad es que nunca le hemos oído decir
nada.
Hombre: Pero seguro que tiene más estudios que los otros
loros.
Vendedor: No, no parece que haya estudiado nunca.
Hombre: ¿Pues qué sabe hacer este loro?
Vendedor: Nunca le hemos visto hacer nada especial.
Hombre: Entiendo que los otros loros sean carísimos, pero
¿por qué este loro inútil vale una fortuna?
Vendedor: Verá. Nunca le hemos visto hacer nada
especial, pero los otros dos loros le llaman “jefe”.
El árbol de los zapatos
Personajes: 4. Palabras: 288.

Narrador 1: Un día que María llegaba cansada del cole, dejó


su mochila en la silla y se quitó sus zapatos.
María: Uf, ¡qué mal huelen estos zapatos!
Narrador 2: Un horrible olor empezó a extenderse por
toda la casa. Su hermano Tomás, asfixiado, gritó:
Tomás: ¡María! ¿Qué has hecho? No me digas que otra vez
son tus zapatos.
María: Creo que sí, Tomás, pero no sé que hacer con ellos.
Tomás: Pues tenemos que esconderlos en algún sitio para
que ya no huelan más.
Narrador 1: Tomás y María empezaron a buscar sitios
para esconder sus zapatos.
Tomás: Intenta guardarlos debajo de la cama.
Narrador 2: Pero el olor seguía estando.
María: Esto no funciona, los pondré en el armario.
Narrador 1: El olor traspasaba las puertas del armario.
Tomás: Vamos a ver si se pueden guardar donde las
herramientas de papá.
Narrador 1: Seguía sin funcionar.
María: ¿Y si los guardamos con las cebollas y así se
esconde el olor?
Tomás: Es imposible, María. Tenemos que enterrarlos en
el jardín.
Narrador 2: María y Tomás cavaron un agujero en el
jardín de casa y metieron ahí los zapatos. Al fin el olor se
había ido.
Narrador 1: Al cabo de unas semanas vieron que un árbol
iba a creciendo en su jardín.
María: Tomás, ¡mira los extraños frutos que hay en este
árbol!
Tomás: ¡María tienen formas de zapatos! Y mira qué
chulos son.
Narrador 2: El pueblo se enteró de que en la casa de
Tomás y María había un árbol con frutos en forma de
zapatos.
Narrador 1: María y Tomás regalaron los zapatos que su
árbol producía. Y María feliz decía:
María: De algo sirvió al final que mis zapatos olieran tan
mal.
El pequeño cocodrilo
Personajes: 5. Palabras: 293.

Narrador: Había una vez un pequeño


cocodrilo que vivía con su familia junto
a un río.
Madre: Pequeñín, prepara la mesa
porque papá va venir con la cena.
Cocodrilo: ¡Qué bien! Estoy muerto
de hambre.
Padre: Vengo con la cena. Hoy he traído plátanos.
Cocodrilo: ¡Qué asco! Yo no quiero plátanos, yo quiero
comerme un niño.
Madre: ¿Comerte un niño? Qué cosa más horrible.
Padre: Anda, cómete un plátano, mira qué buenos están.
Cocodrilo: No, no y no. No quiero más plátanos. Quiero un
niño.
Narrador: Papá y mamá cocodrilo no sabían qué hacer.
Madre: Te prepararé unas salchichas.
Cocodrilo: No quiero salchichas. Quiero un niño.
Padre: No seas salvaje, hijo. ¿Te apetece un helado?
Cocodrilo: Yo quiero un niño. Si no hay niño para cenar no
comeré nada.
Padre: Prueba este trozo de pastel de chocolate.
Cocodrilo: Sólo quiero comer un niño.
Narrador: Papá y mamá cocodrilo lloraban desesperados.
Madre: Mi hijo no quiere comer nada.
Padre: Así no crecerá ni se hará fuerte.
Cocodrilo: Me voy a dar un paseo.
Narrador: El pequeño cocodrilo se fue a la orilla del río.
Allí había una niña.
Niña: Un cocodrilo bebé. ¡Qué mono es!
Narrador: El cocodrilo abrió la boca y saltó sobre la niña.
Niña: ¡Qué gracioso! Quiere venir conmigo. ¿Tienes
cosquillas?
Narrador: La niña empezó a jugar con el cocodrilo y a
hacerle cosquillas.
Niña: ¡Ja, ja, ja! ¡Qué animalito más divertido!
Narrador: Después se aburrió del juego y lo lanzó al río. El
pequeño cocodrilo volvió a casa.
Padre: Hola hijo, ¿seguro que no quieres un plátano?
Cocodrilo: Sí quiero un montón de plátanos.
Madre: ¡Qué bien, comiendo muchos plátanos te pondrás
grande y fuerte!
Cocodrilo: Pues quiero muchos plátanos para ser grande y
fuerte. Así podré comerme un niño.
El oasis
Personajes: 5. Palabras: 294.
Esta historia se puede contar como segunda parte de “El pozo profundo”.

Narrador: Dos exploradores caminaban perdidos por el


desierto.
Marco: Hace una semana que no bebemos.
Sebastián: Si no encontramos agua pronto moriremos.
Marco: El mapa dice que hay un oasis a dos kilómetros de
aquí.
Sebastián: Eso sería nuestra salvación. Siguamos
adelante.
Marco: Mira, allí se ve un hombre montado en un camello.
Narrador: Los dos exporadores se acercaron al viajero con
esperanza de que les ayudara
Vendedor: ¡Corbatas, vendo corbatas!
Marco: Buenos días, buen hombre, ¿podría darnos agua?
Vendedor: No tengo agua, pero tengo corbatas lujosas y
elegantes.
Sebastián: ¿Nos puede decir dónde está el oasis?
Vendedor: El oasis está detrás de aquellas dunas, pero
antes de que vayan al oasis les recomiendo que compren
una bonita corbata.
Marco: Podría acercarnos hasta allí.
Vendedor: Si necesitan ayuda yo les puedo vender dos
corbatas elegantes y muy baratas.
Sebastián: Mire, ya me está hartando con sus corbatas.
Vendedor: La corbata es la prenda que distingue al
auténtico caballero.
Marco: Como no cojas las corbatas y te largues de aquí, te
damos una paliza.
Vendedor: Ustedes no quieren corbatas. Yo me voy.
Narrador: El vendedor se alejó montado en su camello, y
los dos exploradores cruzaron las dunas a toda velocidad.
Pero lo qu se encontraron fue una sorpresa.
Sebastián: Esto no es un oasis, es un edificio.
Marco: Parece un restaurante. Mira tiene un cartel que
dice Club El Oasis, y hay un camarero en la puerta.
Sebastián: Buenos días, camarero.
Camarero: Bienvenidos al club Oasis.
Marco: Hola, podría sacarnos una jarra de agua.
Camarero: Las bebidas sólo se sirven en el interior de la
sala.
Sebastián: Pues entramos y sáquenos agua bien fresca.
Camarero: El Oasis es un club selecto. Lo siento, señores,
pero no puedo permitirles la entrada si no llevan corbata.
El lápiz mágico
Personajes: 4. Palabras: 296.

Narrador: Un día el profesor le pidió de tarea a la clase de


Isabel lo siguiente:
Profesor: Chicos para mañana tenéis que traer a clase un
cuento corto hecho por vosotros.
Narrador: Cuando Isabel llegó a casa y empezó a pensar y
pensar sobre el cuento, escuchó una vocecita:
Duende: Isabel, Isabel... Mira hacia aquí abajo
Narrador: Isabel casi se desmaya al ver al duende. Estaba
vestido de verde, con un pequeño sombrero y zapatos
negros.
Duende: No te preocupes, Isabel. Mi nombre es Chispas.
Estaba caminando y te vi muy preocupada. ¿Qué te
sucede?
Isabel: Tengo que escribir un cuento y no sé de qué
hacerlo.
Narrador: El duende pensó por un momento.
Duende: ¡Ya sé! Te dejaré mi lápiz mágico. Con mi lápiz
podrás escribir lo que quieras.
Isabel: Y, ¿cómo funciona?
Duende: Lo único que tienes que hacer es pedirle ayuda.
Narrador: Chispas desapreció e Isabel empezó a escribir.
Al siguiente día leyó su cuento en clase.
Profesor: ¡Isabel, es fantástico! ¿Nos podrías escribir más?
Isabel: Creo que sí, lo intentaré.
Narrador: Isabel y el lápiz escribían maravillosas historias.
Un día Isabel tuvo un sueño y decidió escribir sobre él. Esta
vez lo hizo sin el lápiz mágico.
Duende: Isabel, veo que has escrito maravillosas historias
y que ahora acabas de escribir una sin ayuda. Creo que ya
no necesitas del lápiz mágico.
Isabel: ¡Claro que sí lo necesito!, no sé si al profesor le
gustarán ahora mis cuentos.
Duende: Pues lo descubrirás si lo lees mañana en clase.
Narrador: Isabel leyó el cuento y su profesor le dijo:
Profesor: ¡El mejor cuento de todos! ¡Me ha encantado!
Narrador: Chispas desapareció con el lápiz mágico porque
Isabel ya no los necesitaba más. Desde entonces Isabel se
convirtió en la mejor escritora de cuentos.
Transporte de pingüinos
Personajes: 4. Palabras: 300.

Narrador: Un camionero transportaba


llevaba una familia de pingüinos desde
Alaska hasta el zoo de la ciudad,
cuando el camión se le estropeó.
Camionero: Oh, no el camión se ha
estropeado y no hay ningún pueblo en
más de cien kilómetros. Los pingüinos
se van a morir.
Narrador: Afortunadamente, pasó por
allí un furgón de policía.
Camionero: Agente, tengo un
problema. Mi camión se ha estropeado y tengo que llevar
estos pingüinos al zoo de la ciudad antes de que mueran
por el calor.
Policía: Bien, podríamos cargarlos en mi furgón para
llevarlos.
Camionero: No sería posible. Son animales
acostumbrados al frío y morirán si no viajan en un
transporte refrigerado.
Policía: Tengo una idea: dentro de unos minutos pasará
por aquí el camión que va recogiendo la leche de las
granjas de la región. Es un camión refrigerado.
Narrador: Al poco tiempo el policía había hecho detenerse
al camión de la leche.
Lechero: Buenos días, ¿qué sucede?
Camionero: Mire, necesito que lleve a estos pingüinos al
zoo cuanto antes. Le doy estos quinientos euros.
Narrador: A la mañana siguiente, el policía sorprendido
encontró en un parque de la ciudad al hombre de la leche
que paseaba seguido por diez pingüinos.
Policía: Es usted un canalla. Debería darle vergüenza lo
que ha hecho.
Lechero: No entiendo nada, señor policía. ¿Qué es lo que
he hecho mal?
Policía: Usted aceptó el dinero para llevar a los pingüinos
al zoo y no lo ha hecho.
Lechero: Claro que sí. Ayer, nada más llegar a la ciudad lo
primero que hice fue llevar a los pingüinos al zoo.
Policía: ¿Y que está haciendo a hora con ellos?
Lechero: Pues verá. Se lo pasaron muy bien y como me
sobró mucho dinero hoy los llevo al cine y mañana iremos
al parque de atracciones.
La nube Leire
Personajes: 4. Palabras: 300.

Leire: ¡Viento deja de soplar tanto!


Viento: Perdona Leire, pero me he resfriado.
Leire: ¡Ya veo! Tus estornudos harán que me caiga del
cielo.
Viento: ¡No seas tonta! Eso no puede pasar.
Narrador: El viento estornudó tan fuerte, tan fuerte que la
nube Leire se cayó del cielo. Ahora Leire grita desde la
tierra:
Leire: ¡Has visto cómo sí que me puedo caer del cielo!
Viento: Lo siento, Leire, pero hoy no te puedo ayudar. Me
encuentro muy mal.
Narrador: Se acerca un niño de siete años llamado Ignacio
con su pelota.
Ignacio: ¡Hala! Pero si es una nube. ¡Qué nube tan bonita!
¿Cómo te llamas?
Leire: Hola Ignacio, me llamo Leire. Necesitaré tu ayuda
porque aquí en la tierra no sobreviviré.
Ignacio: ¿Cómo sabes mi nombre?
Leire: Los que estamos en el cielo, conocemos todo lo hay
en la tierra.
Ignacio: ¡No lo sabía! Pero bueno... ¿En qué quieres que te
ayude?
Leire: Necesito que botes tu pelota tan fuerte, tan fuerte
que logre llegar al cielo.
Narrador: Al principio Ignacio sólo lograba botarla un
poco, pero estuvo practicando toda la mañana, hasta que
creyó que lograría mandar a Leire con su pelota al cielo.
Ignacio: Leire creo que estamos listos... pero no quiero
que te vayas. Me caes muy bien.
Leire: No te preocupes Ignacio, probablemente nos
volveremos a encontrar. Además hay días muy nublados en
los que puedo pasar a saludarte, y como no se le cure el
catarro al Viento, volverás a tener que ayudarme.
Narrador: Ambos amigos se despidieron. Ignacio rebotó la
pelota tan fuerte tan fuerte que logró llevar a Leire al cielo.
Leire: Viento, cuidado con tus estornudos que vaya lío el
que has causado.
Viento: Si no hubiese estornudado no hubieses conocido a
un nuevo amigo.
Leire: Tienes razón, Viento. Muchas gracias.
La enfermedad misteriosa
Personajes: 4. Palabras: 300.

Narrador: Un buen
día, Fernando se
levantó con una grave
molestia. Cada vez
que se tocaba alguna
parte del cuerpo, esta
le dolía.
Fernando: ¡Papá, me
duele todo el cuerpo!
Papá: Eso no puede
ser hijo. Te dolerá una
parte del cuerpo pero
no todas.
Fernando: ¡Que si
papa! Mira…
Narrador: Fernando
empezó a tocarse con
su dedo y cada vez que lo hacía decía:
Fernando: ¡Ay!, ¡ay!, ¿ves cómo me duele?
Narrador: Su padre empezó a preocuparse.
Papá: Está bien Fernando te llevaré al médico. Pero antes
llamaré para pedir una cita.
Narrador: Su padre llamó a la secretaria del médico
Papá: Buenos días, quisiera pedir una cita para mi hijo.
Secretaria: Por supuesto. Dígame el nombre del niño, su
edad y qué es lo que tiene.
Papá: Se llama Fernando, tiene 7 años y le duele todo el
cuerpo.
Secretaria: ¡Esto es de Urgencias! le diré al doctor que les
atienda ahora mismo.
Narrador: Fernando y su padre van corriendo al médico.
Secretaria: Buenos días, el médico os espera.
Médico: Fernando, me ha dicho la secretaria que te duele
todo el cuerpo. A ver enséñame dónde te duele.
Fernando: Doctor si me toco con el dedo aquí me duele, si
me toco en esta otra parte también, y aquí también.
Médico: Esto se trata de un caso muy raro. Déjame
examinarte.
Narrador: El médico empezó a examinar a Fernando
Médico: Si te toco aquí, ¿te duele?
Fernando: No
Médico: Y, ¿aquí?
Fernando: Tampoco
Médico: Y si toco el dedo
Fernando: ¡Aaaaaay! ¡Eso sí me ha dolido muchísimo!
Médico: ¡Ya está! He descubierto tu problema… Lo que te
pasa es que tienes el dedo roto.
El hacha de oro
Personajes: 4. Palabras: 311.

Narrador: Hace
mucho tiempo había
un leñador que sólo
tenía un hijo.
Leñador: He
decidido hijo que con
los ahorros que tengo
vayas al colegio.
Hijo: Gracias papá.
Estudiaré mucho y
estarás orgulloso de
mí.
Narrador: El padre
trabajaba muy duro
pero, sin la ayuda de su hijo, no podía cortar toda la leña
necesaria.
Hijo: Papá te veo muy cansado.
Leñador: Sí hijo, es que sin tu ayuda no puedo cortar
suficiente leña.
Narrador: Entonces, el hijo decidió dejar el colegio para ir
a ayudar a su padre.
Narrador: Un fin de semana, cuando el hijo ayudaba a su
padre a limpiar la casa, encontró una botella un poco
extraña. Dentro había un espíritu.
Espíritu: Déjame salir de esta botella.
Hijo: !Sí, no te preocupes! Ahora te dejo salir.
Espíritu: ¡Prepárate para cuando salga que te comeré!
Hijo: Espera, entonces no te sacaré.
Espíritu: Por favor hazlo, llevo mucho tiempo encerrado.
Hijo: ¡Ya sé! tengo una idea. Iré por comida a la cocina y te
la daré y así no me tendrás que comer.
Espíritu: ¡Muchísimas gracias!
Narrador: El niño fue a por comida y se la dio al espíritu.
Espíritu: Por haberme liberado te concederé un deseo.
Hijo: Deseo volver a ir al cole.
Narrador: El espíritu le entregó un pañuelo al niño.
Hijo: Pero, ¿por qué me has dado un pañuelo? Esto no me
sirve.
Espíritu: Limpia el hacha de tu padre con el pañuelo y
verás.
Narrador: El espíritu se fue y el niño no lo volvió a ver. Al
día siguiente el niño le pidió el hacha a su padre.
Hijo: Papá, ¿me dejas tu hacha?
Leñador: ¿Para qué la necesitas hijo?
Hijo: ¡Ya verás!
Narrador: el niño limpió el hacha con el pañuelo y esta se
volvió de oro. El padre la vendió y consiguió dinero
suficiente para que su hijo pudiese volver al colegio.
La mosca Cristina
Personajes: 5. Palabras: 312.

Narrador 1: El camarero y la
mosca Cristina eran muy buenos
amigos. Quedaban juntos para ir al
restaurante.
Narrador 2: A ambos les gustaba
cantar y Cristina hacía acrobacias
mientras volaba.
Camarero: ¡Qué bien lo haces
Cristina!
Mosca Cristina: Quisiera que más
gente valorara mis talentos. Pero a las demás moscas sólo
les interesa comer basura.
Camarero: Bueno, algún día lo lograrás.
Narrador 1: Cada vez que el camarero llegaba al
restaurante le decía a Cristina:
Camarero: Recuerda que no puedes hacer acrobacias en
el restaurante, porque si te ve un cliente me reñirá.
Mosca Cristina: No te preocupes camarero, me portaré
bien.
Narrador 2: Un día había llegado un cliente muy exigente
y al camarero le tocaba atenderle. Estaba concentrado en
que todo le saliera bien.
Cliente: Camarero, quisiera un plato de lentejas por favor.
Camarero: Por supuesto, ahora mismo se lo traigo señor.
Narrador 1: El camarero corrió a la cocina a pedir el plato
de lentejas. La mosca Cristina al ver el plato, vio que de
lenteja a lenteja podía hacer estupendas acrobacias.
Mosca Cristina: ¡Pero qué bien! Es mi oportunidad para
crear nuevas acrobacias.
Narrador 2: El camarero le llevó el plato y de repente
escuchó un grito.
Cliente: ¡Camarero, hay una mosca en mi sopa!
Narrador 1: el camarero asustado corrió a ver qué era lo
que pasaba y se encontró a Cristina nadando y volando en
la sopa.
Camarero: Lo siento muchísimo, no volverá a pasar
Narrador 2: El cliente miró fijamente a la sopa.
Cliente: ¡Pero si está mosca hace increíbles acrobacias!
Camarero: Sí Señor, se llama Cristina y le gusta mostrar
su talento
Cliente: ¡Qué bien! Porque podría venir a mi circo de
insectos.
Narrador 1: Cristina feliz contestó que sí y se fue con el
cliente. Iban de todas partes del mundo a ver su talento y,
por supuesto, el camarero nunca faltaba.
La cola del oso
Personajes: 4. Palabras: 324.

Narrador 1: Un día frío


de invierno, un zorro vio a
un pescador que
regresaba de pescar.
Narrador 2: Parecía que
había tenido un buen día.
Llevaba un saco con un
montón de peces
Narrador 1: El zorro saltó
a su carro mientras el
pescador no le veía
Zorro: Es hora de buscar
los mejores pescados. Que
cena más buena tendré
hoy.
Narrador 2: El señor
Zorro salió del carro y se
empezó a comer los
pescados.
Zorro: Creó que seguiré
más a menudo a este pescador. ¡Están buenísimos estos
pescados!
Narrador 1: Mientras el Señor Zorro comía, llegó el Señor
Oso.
Oso: Buenos días, ya veo que has pescado a los mejores
peces hoy. ¡Eres muy afortunado! ¿Cómo lo has hecho?
Zorro: Están deliciosos. Si vienes a pescar conmigo hoy
por la noche te mostraré cómo hacerlo.
Oso: ¡Estaré encantado de acompañarte!
Zorro: No necesitas traer nada. Solo tu cola te basta.
Narrador 2: El señor Zorro y el señor Oso quedaron
cuando el sol ya se había ocultado.
Zorro: Siéntate en el hielo y pon tu cola en este agujero.
Tienes que quedarte quieto por un rato hasta que un pez
tire de tu cola.
Narrador 1: El señor Oso se quedó quieto hasta que
empezó a sentir su cola helada.
Oso: ¡Oh no! mi cola está congelada. ¿Puedo irme ya?
Zorro: No, tienes que esperar
Narrador 2: El señor Oso esperó casi toda la noche hasta
que escuchó unos perros y pensó que tenía que irse.
Narrador 1: Empezó a tirar de su cola congelada y cuando
logró salir, vio que la mitad de su cola ya no estaba.
Oso: ¡Zorro, me has mentido!
Zorro (riéndose): Ya lo siento, no sabía que esto iba a
suceder.
Oso: Pues más te vale empezar a correr, porque te las
verás conmigo.
Narrador 2: El zorro se fue corriendo y la cola del señor
Oso y de todos los osos fue corta desde entonces.
El granjero y los cerdos
Personajes: 5. Palabras: 334.

Narrador: Un granjero estaba limpiando el


corral de los cerdos cuando pasó por allí un
hombre.
Hombre 1: Buenos días, señor granjero.
Granjero: Buenos días.
Hombre 1: ¿Usted que da de comer a
estos animales?
Granjero: Comen las sobras de la casa y las verduras que
se estropean. Ya sabe, las porquerías que comen los
cerdos.
Hombre 1: Las porquerías.
Granjero: Sí, claro los cerdos comen cualquier cosa.
Hombre 1: ¡Es una vergüenza! Soy inspector del
departamento de ganadería y no puedo permitir que
alimente a sus animales con porquerías. Le pongo una
multa de 2.000 euros.
Narrador: El granjero se quedó muy preocupado por la
multa. Al día siguiente se encontró con otro hombre.
Hombre 2: Buenos días señor granjero. ¿Usted qué da de
comer a sus cerdos?
Narrador: El granjero ya había aprendido la lección.
Granjero: Verá, yo sólo alimento a mis cerdos con
productos de primera clase.
Hombre 2: ¿No les da las sobras?
Granjero: Nada de sobras. Yo les doy para comer fruta,
verdura fresca, caviar, pavo relleno de trufas y ostras.
Hombre 2: Vaya, ¡qué bien cuidados están! Seguro que no
les da agua para beber.
Granjero: ¿Agua? Ni se me ocurre. Mis cerdos sólo beben
zumos y champán del mejor. ¿Qué le parece?
Hombre 2: Me parece una vergüenza. No se da cuenta de
que hay miles de personas pasando hambre en el país y
usted desperdicia la comida dándosela a los cerdos. Soy
inspector del ministerio de asuntos sociales y le voy a
poner una multa de 4.000 euros.
Narrador: Aunque estaba arruinado el pobre granjero
seguía cuidando a sus cerdos. A la mañana siguiente pasó
otro hombre por allí.
Hombre 3: Buenos días señor granjero.
Granjero: Y tú ¿qué quieres? ¿No vendrás por lo de los
cerdos?
Hombre 3: Tiene razón, la verdad es que me gustaría
saber qué les da de comer a los cerdos.
Granjero: Mira, para que lo sepas, yo a cada cerdo le doy
15 euros y que coman lo que quieran.
El pozo profundo
Personajes: 4. Palabras: 373.

Narrador: Dos aventureros recorrían a pie un gran


desierto.
Marco: Me muero de calor.
Sebastián: Debe haber más de cuarenta grados.
Marco: Tengo mucha sed.
Sebastián: Ya hemos vaciado las cantimploras, no queda
agua.
Marco: Me muero de sed. Necesito beber ya.
Sebastián: Mira, allí veo un pastor. Si hay animales seguro
que hay agua por algún sitio.
Narrador: El pastor estaba cuidando una cabra, que era el
único animal que le quedaba.
Sebastián: Que la paz sea contigo buen pastor.
Pastor: Que la paz os acompañe.
Sebastián: Llevamos cinco días caminando por el desierto
y no tenemos agua. ¿Dónde podríamos encontrar una
fuente?
Pastor: El oasis de Sajalá se secó y murieron todas mis
cabras, menos esta.
Marco: ¿Entonces nosotros también moriremos?
Pastor: No, el pozo profundo aún tiene algo de agua. Está
detrás de esta duna. El agua es buena para beber pero los
animales no pueden alcanzarla.
Narrador: Y los dos exploradores se dirigieron hacia el
pozo profundo.
Marco: Aquí está el pozo.
Sebastián: Ahora entiendo por qué le llaman el pozo
profundo. No se ve el fondo.
Marco: Podemos atar una cantimplora a la cuerda para
sacar agua.
Sebastián: No sé si la cuerda es bastante larga.
Marco: Voy a tirar una piedra para ver como es de
profundo.
Sebastián: Aquí hay una bastante grande.
Marco: Ayúdame, una, dos y tres.
Narrador: La piedra cayó al pozo y se oyó “chof” y al
momento se oyó “beeeee”.
Sebastián: La cabra ha oído el ruido del agua.
Marco: La cabra viene hacia aquí a toda velocidad.
Narrador: La cabra llegó disparada entró en el pozo y
cayó al agua haciendo “chof”.
Marco: Ese animal sí que tenía sed.
Sebastián: Pues no sé cómo va a salir de ahí.
Narrador: En ese momento apareció el pastor corriendo
apresuradamente.
Pastor: Mi cabra, mi última cabra. ¿Han visto pasar a mi
cabra?
Sebastián: Sí acaba de pasar por aquí hace un momento.
Marco: Llegó a toda velocidad y se tiró en el pozo.
Pastor: No puede ser.
Sebastián: Pues se verdad, se tiró al pozo. La pobre debía
tener mucha sed.
Pastor: No puede ser. ¿Cómo se va a tirar al pozo la cabra
si yo la había atado a una piedra grande?

Potrebbero piacerti anche