Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Del año dos mil ocho.‐
LA SALA CIVIL TRANSITORIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPÚBLICA; vista la causa número cuatro mil cuatrocientos noventa – dos mil siete, en
audiencia pública de la fecha y producida la votación con arreglo a ley, de conformidad con lo
opinado en el dictamen de la señora Fiscal Suprema en lo Civil, emite la siguiente sentencia;
MATERIA DEL RECURSO: Se trata del recurso de casación interpuesto por Carmen Elizabeth
Peña Crisóstomo mediante escrito de fojas doscientos sesenta y ocho, contra la sentencia de
vista emitida por la Primera Sala Civil de la Corte Superior de Justicia de Lima de fojas
doscientos cuarenta y ocho, su fecha cinco de julio del año dos mil siete, que revoca la
sentencia apelada que declara infundada la demanda de interpuesta por la Fuerza Aérea del
Perú, con lo demás que contiene y, reformándola declara fundada la citada demanda y, en
consecuencia, ordena que los demandados Julio Enrique Tello de Lama y Carmen Elizabeth
Peña Crisóstomo cumplan con desocupar el inmueble sub litis en el plazo de seis días, con
costas y costos; FUNDAMENTOS DEL RECURSO: el recurso de casación fue declarado
procedente mediante resolución del veinte de diciembre del año dos mil siete, por las causales
previstas en los incisos segundo y tercero del artículo trescientos ochenta y seis del Código
Procesal Civil, en virtud de lo cual la recurrente denuncia: a.‐ la inaplicación del artículo mil
cuatrocientos treinta del Código Civil, pues la resolución de un contrato se produce de pleno
derecho cuando la parte interesada comunica a la otra que se quiere valer de la cláusula
resolutoria, y en autos la entidad demandante no ha cumplido con ese requisito sine quanon, y
si bien el Colegiado Superior hace referencia a una Resolución de Comandancia, ésta tiene
carácter unilateral, y no se trata de una comunicación que tenga por finalidad resolver el
contrato; b.‐ la contravención de las normas que garantizan el derecho a un debido proceso,
pues la Sala Superior no precisa cuál es la norma aplicable al caso concreto, siendo de
aplicación el artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil; y, CONSIDERANDO: Primero.‐
Que, existiendo denuncias por vicios in iudicando e in procedendo, corresponde verificar
primero si se ha configurado o no esta última causal, pues en caso de ser estimada, se
dispondría el reenvío de la causa al estadío procesal correspondiente, impidiendo que sea
factible el análisis de las normas materiales en las que se sustenta o debió sustentarse la
resolución recurrida; Segundo.‐ Que, la Fuerza Aérea del Perú ha interpuesto demanda para
que el Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama y su esposa, Carmen Elizabeth Peña
Crisóstomo, desocupen y devuelvan al Estado la vivienda de servicio ubicada en el FLAT A ‐
Veintiséis, Departamento trescientos uno, del Conjunto Habitacional FAP “Las Alamedas”,
distrito de Santiago de Surco. Sostiene que la Dirección de Bienestar de la Fuerza Aérea del
Perú suscribió con los demandados un contrato de comodato con fecha veinticinco de enero
del año mil novecientos noventa y nueve, mediante el cual se le hizo entrega de una vivienda
en el citado Conjunto Habitacional bajo el compromiso de devolverla si se incurría –entre
otros– en cualquiera de las causales previstas en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres,
siendo una de ellas que el contrato de comodato concluiría si el Oficial era cambiado de una
colocación de Lima a Provincia o viceversa. Es el caso que en el año dos mil dos se dispuso el
cambio de colocación del citado Oficial de la Base Aérea Las Palmas, en Lima, al Grupo Aéreo
número Cuatro, con sede en la ciudad de Arequipa, concediéndole un plazo especial para que
desocupe el inmueble hasta el quince de diciembre del año dos mil dos, sin embargo, no
obstante los plazos concedidos al demandado, éste no cumplió con desocupar el inmueble,
razón por la cual fue requerido una v ez más mediante Memorando del once de setiembre del
año dos mil tres, lo cual dio lugar inclusive a que el Oficial suscribiera un compromiso de honor
en el que se comprometía a devolver el inmueble a más tardar el veinte de diciembre de ese
año, lo que sin embargo tampoco cumplió, razón por la cual interponen la presente demanda
de desalojo; Tercero.‐ Que, la sentencia de primera instancia declaró infundada la demanda,
pues estima que si bien en la cláusula sétima del contrato de comodato suscrito entre las
partes se estableció que el mismo quedaba resuelto automáticamente si el comodatario
pasaba a la situación militar de disponibilidad o retiro, o si incurría en las demás causales
previstas en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres en vigencia (como es el cambio de
colocación de una Unidad de Lima a una Unidad de Provincia), sin embargo, conforme aparece
del Oficio del veintiocho de marzo del año dos mil cinco, corriente a fojas ciento cuarenta, el
Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama se encuentra laborando en la Base Aérea Las Palmas,
distrito de Santiago de Surco, por lo que no se acredita su cambio de colocación a una Unidad
de Provincia. No obstante, la Sala Superior ha revocado esta decisión, pues estima que los
contratos son obligatorios en cuanto se ha pactado en ellos, conforme al artículo mil
trescientos sesenta y uno del Código Civil, y en la cláusula sétima del contrato de comodato se
pactó que el contrato se resolvería automáticamente si el comodatario incurriera en las
causales previstas en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres (como es el cambio de
colocación de una Unidad de Lima a una Unidad de Provincia), siendo que la resolución
automática del contrato de comodato por causal de cambio de colocación se produjo con
fecha nueve de enero del año dos mil uno, conforme a la Resolución de la Comandancia
General de la Fuerza Aérea número cero cero treinta y nueve ‐ CGFA obrante a fojas ciento
sesenta, por la cual se nombra al Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama, a partir del primero
de enero del citado año, para que preste servicios en el Grupo Aéreo número Cuatro –
Arequipa, y desde entonces la parte demandada contaba con treinta días para desocupar el
inmueble sub litis, siendo obligación de todo comodatario, conforme al artículo mil
setecientos veintiocho del Código Civil, la restitución del bien al comodante, sea al
vencimiento del respectivo contrato, o a la fecha de resolución del mismo; Cuarto.‐ Que, al
fundamentar la causal procesal, la recurrente sostiene que no se ha precisado cuál es la norma
aplicable al caso concreto, y que tal norma sería la regulada en el artículo mil cuatrocientos
treinta del Código Civil. Al respecto, es claro advertir que la Sala Superior sí ha indicado cuál es
la norma pertinente para dilucidar el presente caso, y ésta estima que son los artículos mil
trescientos sesenta y uno y mil setecientos veintiocho del Código Civil, en concordancia con la
Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres. Distinto es que la recurrente considere que estas
normas son impertinentes para resolver la controversia y que, por el contrario lo sería el citado
artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil, circunstancia que no corresponde ser
analizada a través de esta causal procesal, sino mediante la interposición de la causal material
respectiva, advirtiéndose de autos que la impugnante ha propuesto la causal material de
inaplicación de una norma de derecho material, precisamente del artículo mil cuatrocientos
treinta del Código Civil, por lo que corresponde determinar la pertinencia de esta norma en el
presente caso y si, por su mérito, aquélla es capaz de modificar los alcances y el sentido de lo
resuelto por la Sala Superior; Quinto.‐ Que, la causal de inaplicación de una norma material se
configura cuando concurren los siguientes supuestos: I.‐ el Juez, por medio de una valoración
conjunta y razonada de las pruebas, establece como probados ciertos hechos; II.‐ que estos
hechos guardan relación de identidad con determinados supuestos fácticos de una norma
jurídica material; III.‐ que no obstante esta relación de identidad (pertinencia de la norma) el
Juez no aplica esta norma sino otra, resolviendo el conflicto de intereses de manera contraria a
los valores y fines del derecho y, particularmente, lesionando el valor de justicia; Sexto.‐ Que,
en los contratos con prestaciones recíprocas, las partes pueden acordar las circunstancias que
permitirán resolver, antes del término pactado, la relación obligacional que han creado. Este
acuerdo debe constar en cláusula expresa, de tal forma que la parte que pretenda hacerla
valer a su favor pueda invocar la causa o circunstancia pactada y dar por finiquitada la relación
obligacional. Nuestra legislación ha recogido y regulado esta potestad en el artículo mil
cuatrocientos treinta del Código Civil, señalando lo siguiente: “Puede convenirse
expresamente que el contrato se resuelva cuando una de las partes no cumple determinada
prestación a su cargo, establecida con toda precisión. La resolución se produce de pleno
derecho cuando la parte interesada comunica a la otra que quiere valerse de la cláusula
resolutoria.”; Sétimo.‐ Que, como se puede advertir, para que la cláusula resolutoria –
que en la doctrina se ha dado a llamar también pacto comisorio– produzca sus efectos, se
requiere de la concurrencia copulativa de dos presupuestos: i.‐ que una de las partes no haya
cumplido la prestación a su cargo, y ii.‐ que la otra parte comunique su intención de querer
valerse de la cláusula resolutoria. Es necesario recalcar que la sola existencia de la cláusula
resolutoria, y el subsecuente incumplimiento de la prestación a cargo de una de las partes
(parte infiel), produce como consecuencia inmediata la resolución del contrato, pero esta
resolución es ineficaz, es decir, no producirá sus efectos hasta que la otra parte (parte fiel)
comunique que quiere hacer valer la cláusula resolutoria, lo cual da lugar a que la resolución
sea de pleno derecho, es decir, que se de sin necesidad de declaración judicial; así lo entiende
Manuel de la Puente y Lavalle cuando al comentar este artículo, nos indica: “…la resolución se
produce como consecuencia del incumplimiento previsto en el pacto comisorio, pero es
ineficaz, o sea nadie puede valerse de ella, hasta que la parte fiel, mediante su declaración en
ese sentido, le concede su efecto resolutorio, el cual actúa de pleno derecho. La declaración de
la parte fiel no es, pues, constitutiva de la resolución, sino un requisito (condicio juris) para su
eficacia.” (El Contrato en general; Tomo Segundo. Segunda edición actualizada, Lima, Palestra
Editores, Dos mil uno; página cuatrocientos cuarenta y tres). De otro lado, sobre la formalidad
que debe revestir la declaración de la parte fiel de querer hacer valer a su favor la cláusula
resolutoria, el citado jurista sostiene que la norma material comentada, al no establecer
ningún tipo de formalidad, da lugar a que se entienda que la comunicación a la parte infiel
pueda hacerse valer por cualesquiera de las maneras previstas en el artículo ciento cuarenta y
uno del Código Civil, esto es, en forma expresa o tácita, “…siempre que de la comunicación se
infiera indubitablemente la voluntad de la parte fiel. (…) Este debe ser, en consecuencia, el
contenido mínimo de la declaración: poner en conocimiento de la parte infiel que la parte fiel
pretende que el contrato quede resuelto por haberse producido el incumplimiento previsto en
el pacto comisorio.” (Ob. Cit. Página cuatrocientos cincuenta y dos); Octavo.‐ Que, en el caso
de autos, las instancias de mérito coinciden en establecer con meridiana claridad que la
presente demanda es una de desalojo por resolución del contrato de comodato por causal de
cambio de colocación del comodatario. Coinciden también en indicar que en el contrato de
comodato, suscrito por la Fuerza Aérea del Perú con los esposos Tello‐Peña el veinticinco de
enero del año mil novecientos noventa y nueve, contiene una cláusula resolutoria expresa,
específicamente la cláusula sétima que, entre otros, estipula que el contrato de comodato
quedará automáticamente resuelto si el comodatario incurre en las causales previstas en la
Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres en vigencia, y que tal causal no sería otra que la prevista
en el inciso sexto numeral h) del punto seis “Normas y Procedimientos” de la indicada
Ordenanza, que obra a fojas siete y siguientes, razón por la cual se concluye que para
establecer si se ha dado o no la resolución de pleno derecho que autorice el desalojo (sin
necesidad previa de la declaración judicial de resolución del contrato), resulta de aplicación al
presente caso lo dispuesto en el artículo mil cuatrocientos treinta del Código Civil, por ser la
norma pertinente para dilucidar la litis, sobre las base de las conclusiones fácticas arribadas
por las instancias de mérito. En tal sentido, cabe establecer si se ha dado lugar a la resolución
de pleno derecho que autorice el desalojo de los comodatarios; Noveno.‐ Que, en primer
lugar, como se tiene dicho, son dos los requisitos que deben concurrir para que se configure la
resolución de pleno derecho del contrato celebrado: que una de las partes haya incurrido en la
causa o circunstancia de incumplimiento previsto en la cláusula resolutoria, y que la otra parte
le haya comunicado su intención de acogerse al pacto comisorio celebrado. Respecto del
primer requisito, la entidad demandante sostiene que la resolución se ha dado en mérito al
cambio de colocación del Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama de una Unidad de Lima a
una Unidad de Provincia, y ello se corrobora con el mérito de la Resolución de la Comandancia
General de la Fuerza Aérea número cero cero treinta y nueve ‐ CGFA de fecha nueve de enero
del año dos mil uno, mediante la cual se nombra al Capitán FAP Julio Enrique Tello de Lama, a
partir del primero de enero del citado año, para que sirva en el Grupo Aéreo número Cuatro –
Arequipa, por lo que es a partir de ese momento que se ha configurado la causal de resolución
de contrato, pero dicha causal es ineficaz, mientras la otra parte no manifieste su intención de
hacerla valer. Por ello, entrando al análisis del segundo requisito, se advierte que la entidad
demandante ha acompañado a su demanda: a.‐ A fojas cuatro, el Memorándum del trece de
agosto del año dos mil dos dirigido al Capitán FAP demandado en el que, atendiendo a su
pedido expreso, la Institución le otorga como “caso especial” la ampliación de permanencia en
la vivienda de servicio que ocupa hasta el quince de diciembre del año dos mil dos, en razón a
que el citado Oficial se encontraba siguiendo un curso de Defensa Aérea en la ciudad de Lima,
luego de lo cual debía entregarla bajo responsabilidad, por habérsele ya requerido dicha
entrega mediante Memorándum de fecha veintiuno de marzo del año dos mil dos. Este
documento, por sí sólo acredita tres cosas: primero, que el comodatario fue requerido en el
mes de marzo del años dos mil dos con la finalidad de que desocupara el inmueble sub litis;
segundo, que no obstante tener conocimiento de ello, el comodatario solicitó una prórroga
para la ocupación del inmueble (que se traduciría en una prórroga de los efectos de la
resolución) hasta que finalice el curso que llevaba en la ciudad de Lima, lo que no variaba su
estatus de ser un Oficial ya destacado en provincia; y tercero, la aceptación formal de
desocupar el inmueble sub litis en el plazo concedido; b.‐ A fojas cinco, el Memorándum del
once de setiembre del año dos mil tres, nuevamente dirigido al Capitán FAP Julio Enrique Tello
de Lama, en el que la entidad demandante transcribe expresamente la causal prevista en la
Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres, en el sentido de que el personal superior y subalterno,
al ser cambiado de colocación de Lima a Provincia o viceversa, deberá devolver el inmueble
que le fue asignado, y dado que el Oficial fue nombrado para el Grupo Aéreo número Cuatro
“…se encuentra incurso en lo dispuesto en el párrafo anterior, por lo que se dispone que en el
plazo de siete días contados a partir de la recepción del presente documento, devuelva el
inmueble que tiene asignado… ”. Este documento es significativo, pues pone de manifiesto de
manera certera e indubitable el deseo y la voluntad de la entidad demandante, de hacer valer
la cláusula resolutoria pactada por haber incurrido en una de las causales previstas en la
Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres, que consiste en el cambio de colocación de una Unidad
de Lima a una Unidad de Provincia, por lo que es a partir de esta comunicación que el contrato
se ha resuelto de pleno derecho, dando lugar a que la entidad actora pueda solicitar el
desalojo sin necesidad de declaración judicial previa sobre dicha resolución; Décimo.‐ Que, en
tal sentido, si bien es cierto que como refiere la parte recurrente en su recurso de casación, la
Resolución de la Comandancia General de la Fuerza Aérea número cero cero treinta y nueve ‐
CGFA de fecha nueve de enero del año dos mil uno, no es una comunicación que tenga por
finalidad resolver el contrato de comodato, existen otros documentos que acreditan que la
entidad comodante expresó su voluntad indubitable de querer valerse de la cláusula
resolutoria, como son los Memorándums de fojas cuatro y cinco, razón por la cual los
comodatarios se encuentran en la obligación de desalojar el inmueble; Décimo Primero.‐ Que,
el argumento del Juez de la causa en el sentido de que, por el sólo hecho de que el Capitán FAP
demandado se encuentre laborando actualmente en la ciudad de Lima, no daría lugar a que se
configure la causal de cambio de colocación invocada para la resolución del contrato, no
resulta atendible, pues existiendo la cláusula resolutoria expresa que establecía que la
configuración de dicha causal establecida en la Ordenanza FAP ciento cincuenta ‐ tres daba
lugar a la resolución automática del contrato, tal resolución en efecto se dio al producirse el
cambio de colocación del citado Oficial en el año dos mil uno, pero no surtió sus efectos hasta
que no se comunicó al comodatario el deseo de la entidad comodante de hacer valer dicha
cláusula resolutoria a su favor, lo que ocurrió en el mes de setiembre del año dos mil tres,
produciéndose la resolución del contrato a partir de ese momento. El documento signado
como “Confidencial número cuatro – treinta y cinco – JPPS – número mil quinientos sesenta y
nueve” del veintiocho de marzo del año dos mil cinco, obrante a fojas ciento cuarenta, que cita
el A quo para desestimar la demanda, carece de idoneidad para establecer si antes de
producirse la resolución de pleno derecho del contrato el Capitán FAP demandado se
encontraba laborando en la ciudad de Lima, pues en dicha comunicación la Comandancia de
Personal se limita a referir en dos líneas “…se hace de conocimiento que el mencionado Oficial
labora en el Grupo de Defensa Aérea situado en la Base Aérea Las Palmas, Santiago de Surco.”,
pero no precisa hasta qué fecha prestó servicios en la ciudad de Arequipa ni desde qué fecha
fue destacado nuevamente a Lima, más aún si como se tiene del documento titulado
“Compromiso de Honor” de fojas seis, suscrito por el citado Oficial con fecha trece de
noviembre del año dos mil tres (cuando ya se había configurado la resolución de pleno
derecho del contrato de comodato), éste se comprometía (una vez más) a devolver el
inmueble a más tardar el veinte de diciembre del año dos mil tres, lo que nunca hizo y cuya
conducta motiva en la entidad actora la interposición de la presente demanda; Décimo
Segundo.‐ Que, por lo demás, lo alegado por la codemandada Carmen Elizabeth Peña
Crisóstomo, en el sentido de que existiría una medida cautelar dictada dentro del proceso de
alimentos que sigue contra su cónyuge en la que se habría dispuesto que la Fuerza Aérea del
Perú se abstenga de realizar actos que afecten la ocupación del inmueble, se advierte que en
realidad dicha orden judicial –que obra copiada a fojas cuarenta– contiene un mandato para
que el Oficial demandado se abstenga de realizar actos ante la Fuerza Aérea del Perú
tendientes a entregar o restituir la posesión del inmueble, a lo que debe agregarse que dicha
Institución no ha sido parte del citado proceso de alimentos, y en el mismo tampoco se
encontraba en discusión el derecho de posesión sobre el inmueble sub litis, por lo que de
modo alguno dicha medida cautelar impide o limita a la Fuerza Aérea del Perú a demandar el
desalojo por la causal de resolución del contrato de comodato, más aún si no se acredita con
documento alguno haberse suscrito un nuevo contrato respecto del mismo inmueble; Décimo
Tercero.‐ Que, siendo así, y en aplicación de los dispuesto en el segundo párrafo del artículo
trescientos noventa y siete del Código Procesal Civil, esta Sala no casará la sentencia por el
sólo hecho de estar erróneamente motivada, si su parte resolutiva se ajusta a derecho, sin
embargo, debe hacer la correspondiente rectificación; y en tal sentido, aún cuando este
Supremo Tribunal estima que la sentencia de vista se encuentra erróneamente motivada, por
no haber aplicado la norma de derecho material contenida en el artículo mil cuatrocientos
treinta del Código Civil, para efectos de establecer cuáles son los actos que deben considerarse
para configurar válidamente la resolución de un contrato con pacto comisorio, sin embargo,
teniendo en cuenta que la corrección en la motivación no va a influir en el sentido de lo
resuelto, pues aunque la Resolución de la Comandancia General de la Fuerza Aérea número
cero cero treinta y nueve ‐CGFA de fecha nueve de enero del año dos mil uno no resolvió
formalmente el contrato de comodato, sino que lo hizo el Memorándum del once de
setiembre del año dos mil tres, igualmente la demanda deviene en fundada, tal como se
consigna en la parte resolutiva de la sentencia de vista, por lo que la rectificación de su
motivación se debe tener por cumplida, conforme a los fundamentos expuestos en los
considerandos sexto a décimo segundo de la presente resolución; RESOLUCION: declararon
INFUNDADO el recurso de casación interpuesto por Carmen Elizabeth Peña Crisóstomo
mediante escrito de fojas doscientos sesenta y ocho; en consecuencia, NO CASARON la
sentencia de vista de fojas doscientos cuarenta y ocho, su fecha cinco de julio del año dos mil
siete; EXONERARON a la parte recurrente del pago de la multa, así como de las costas y costos
derivados de la tramitación del presente recurso, por habérsele otorgado el beneficio de
auxilio judicial; DISPUSIERON se publique la presente resolución en el Diario Oficial “El
Peruano”; en los seguidos por la Fuerza Aérea del Perú contra Julio Enrique Tello de Lama y
Otra; sobre Desalojo; y los devolvieron; interviniendo como Vocal Ponente el señor Ticona
Postigo.‐
S.S.
TICONA POSTIGO
SOLÍS ESPINOZA
PALOMINO GARCÍA
CASTAÑEDA SERRANO
MIRANDA MOLINA
cbs
Corte Suprema de Justicia de la República
Sala Civil Transitoria
CASACIÓN 4490‐2007
LIMA
DESALOJO
PAGE
PAGE ‐ 10 ‐