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RESUMEN DE CONTENIDOS

PRUEBA 1 ÉTICA

¿Qué es y para qué es la Ética?


Objetivo: Comprender los fundamentos de la ética y el lugar que ocupa en la formación integral de la persona
humana

¿Vale la pena actuar bien?


Objetivo: Reflexionar sobre el sentido de la Ética y su relación con los fines de la vida humana.

El gran dilema: ¿Para qué y cómo orientar la conducta humana?


Muchas veces nos tentamos con la posibilidad de sacar provecho de las ocasiones que se nos presentan para
nuestra propia conveniencia. Visto así, ante la pregunta si acaso valdría la pena actuar bien, la respuesta sería
no. Además ¿Qué razones tendría alguien para comportarse bien, cuando vivimos en una sociedad en la que
muchos se aprovechan sólo por propia conveniencia y perjudicando a los demás?
Pero si entendemos que nada hay más importante que ser feliz, veremos que una vida éticamente correcta es
la vía más eficaz para alcanzar dicha existencia feliz.
Esto se explica por el siguiente razonamiento:
Para resolver ciertas situaciones, personales o laborales, se requiere una serie de criterios que van más allá
de lo puramente técnico, pues la realidad de la persona y de la profesión exigen analizar las problemáticas
desde varias perspectivas.
Para problemas complejos no podemos dar soluciones simples y no podemos separar el ámbito ético de la
formación personal, por ello, en cada decisión está en juego TODA la vida de la persona.
Esto nos trae un desafío: ¿Cómo orientar la conducta humana y bajo qué criterios tomar buenas decisiones?
Para responder esto surge la necesidad de la Ética, pues ella nos ayuda a orientar bien nuestra conducta. ¿Por
qué? Porque es una necesidad vital en la persona para conducirla, pues es un ser inteligente no lo gobiernan
los instintos o la sensibilidad.
Por lo mismo, tenemos la necesidad de conducir nuestra vida eligiendo libremente, pero desde la razón.

La Felicidad y la Ética
La persona tiene varias características esenciales que la hacen ser tal como es. Una de ellas es nuestra
característica de ser racionales, y es por ella que anhelamos la felicidad y la perfección.
Por esto, podemos decir que el Ser Humano es “perfectible”, pues pocas cosas nos pueden saciar
verdaderamente y siempre querremos mejorarlas, en función de lograr la felicidad.
Pero ¿cómo alcanzar la felicidad? ¿Cómo lograr la plenitud de la vida?
Esto se logra desarrollando nuestra propia naturaleza humana, es decir, haciendo lo que nos corresponde por
nuestras cualidades y facultades naturales (Inteligencia y Voluntad), con las cuales somos capaces de buscar
el Bien y la Verdad, haciéndonos cargo de nuestra propia existencia.
Todo lo anterior implica la forma racional de alcanzar la Felicidad, que es la forma de la Ética.

Definición y características de la Ética


La Ética es más que un simple código que separa las aguas de lo bueno y lo malo: Ella existe desde que el
humano se ha hecho la pregunta; ¿Cómo oriento mi vida hacia la felicidad? El ser humano es un ser ético por
naturaleza.
La Ética es la Ciencia Práctica cuyo objeto es orientar los actos humanos para conseguir el Fin Último; la
Felicidad.
-Es Ciencia, porque busca las causas de su objeto de estudio, construyendo así un conocimiento confiable
respecto a ello. Esto es un conocimiento Objetivo, Ordenado y Sistemático, que se comprobó previamente.
-Su “objeto” es su tema de trabajo: los Actos Humanos, entendidos como las acciones que realizamos libremente
y de las cuales somos, por lo tanto, responsables. Pero no los analiza como lo haría la economía, Piscología o
Historia, sino que lo hace para orientarlos hacia la Felicidad (Fin Último).
-Es Ciencia Práctica porque adquiere su razón de ser en la práctica, en los actos o acciones mismas del ser
humano, más que en sus pensamientos o en la teoría. Por eso se diferencia de la Matemática, que es Ciencia
Teórica y se parece a la Medicina, pues esta última no tiene sentido si no se aplica o ejerce. “Si la Ética no se
aplica, no está completa”. No basta con saber cuál es la verdad o qué es lo bueno, sino que se debe llevar a la
práctica. Por ello, la Ética no nos conduce solo a PREOCUPARNOS del bien, sino además a OCUPARNOS
de él.

-“Orienta hacia el Fin Último”, porque toda orientación lo es en algún sentido. En el caso de la Ética es en
busca de la Felicidad, que implica ser propiamente lo que somos. No se puede orientar nada sino se tiene claro
el norte hacia el cual apuntar. Este norte es lo más importante de nuestra vida: LA FELICIDAD

Ética y Verdad
La Ética en su naturaleza trata sobre el bien, pero ¿Cómo saber qué está bien?
Para hacer el bien es necesario saber qué es la verdad. Una acción será buena si corresponde a lo que
realmente está sucediendo: Sólo es posible hacer el bien mientras haya verdad. La verdad es el fundamento de
la Ética.
La Ética como ciencia no consiste en puras opiniones sobre los actos, sino que busca conocer la verdad
moral de los actos humanos, para que la persona pueda orientar su vida a la felicidad.

¿Por qué es clásica la Ética Clásica?


La Ética busca la Felicidad. El tema de la felicidad es uno de los pilares de la Ética Clásica y por ellos viene al
caso estudiarla aquí.
Se la llama “Clásica”, porque a diferencia de una moda, no ha sucumbido con el tiempo, se ha mantenido
vigente en orientarnos en nuestras conductas, debido a la solidez de sus argumentos.

LEY NATURAL Y LEY POSITIVA


¿Qué es obrar bien?, ¿Existe algún criterio objetivo que nos permita distinguir el bien del mal?
Se suele pensar que esto es cuestión de cada cual, de cada persona. Visto así el Bien sería relativo. Por ello se
llama a esta posición Relativismo. Se trata de una visión aparentemente atractiva, pero que al final implica la
negación de cualquier debate ético. Esto porque es en sí misma contradictoria: si toda verdad es relativa,
entonces también es relativa la afirmación que “todo es relativo”. Además si aceptamos que toda moral es
relativa, entonces no podríamos decir que está mal que nos impongan algo, pues ese reclamo también sería
relativo.
Además, si decimos que es “cuestión de cada cual” es asumir que somos los únicos indicados en criterios de
moralidad, lo que equivale a suponer que no nos equivocamos nunca.
Pero la verdad es que debemos escuchar y reflexionar los argumentos de otros, pues es necesario que
busquemos el criterio último para determinar qué acciones son buenas y cuales son malas.
También se podría pensar que algo es bueno, sólo porque lo dice la ley. Esto se conoce como Legalismo. Las
leyes pueden equivocarse y ellas mismas deben depender y estar inspiradas, en un criterio superior que esté en
el raciocinio humano. A estas leyes jurídicas se les llama Ley Positiva y el criterio superior del que hablamos
es llamado Ley Natural.

LEY POSITIVA
Muchas normas morales deben decirse “con todas sus letras”, ya que no todos las tienen en claro, ni las han
descubierto y es necesario que exista un acuerdo general (consenso) respecto de esas normas: Estas son las
Leyes Positivas.
Las leyes Positivas no pueden (no deben) ir en contra de las Leyes Naturales. Así por ejemplo cuando en la
antigua Esparta se asesinaba a los recién nacidos que venían defectuosos físicamente, esto era una Ley Positiva
de esa cultura que iba en contra de la Ley Natural “no matarás”, en especial a un ser indefenso y libre de culpa,
de todo mal.
¿Cómo sabemos que existe esta Ley Natural?:
Hay rasgos naturales son comunes a todo ser humano. Por lo tanto debiéramos poder determinar ciertos
bienes que son convenientes para todos. Por ejemplo: si la libertad es un rasgo natural del ser humano,
podemos concluir que la esclavitud es una realidad censurable, porque atenta contra la naturaleza humana:
Esta es una Ley Natural de la moral humana. La vida, la familia, la amistad, el trabajo, el descanso, el
conocimiento y la felicidad, son bienes que es naturalmente bueno defenderlos y atentar contra ellos es
naturalmente malo.
Todo esto demuestra que existe una naturaleza humana en lo moral. Pero los humanos, a diferencia de los
animales, podemos elegir actuar o no de acuerdo a nuestra naturaleza. Por eso se dice que el ser humano
puede deshumanizarse al actuar inmoralmente.

¿Cómo conozco la Ley Natural?: La Conciencia Moral


Por el hecho de ser racionales, todos tenemos una brújula para buscar el bien y para frenar el mal: es lo que
llamamos Conciencia.
Los Juicios de la Conciencia Moral hacen básicamente 4 cosas:
Antes de una acción:
1- Manda
2- Prohíbe
Después de una acción:
3- Alaba
4- Remuerde

Primero: debemos formar bien nuestra conciencia, para que no llegue a funcionar mal o estar alterada por:
-Ignorancia Evitable, cuando la persona hace algo malo por ignorar un aspecto, pero era responsable de salir de
su estado de ignorancia.
-Por Conciencia Escrupulosa o Estrecha: Cuando la persona es demasiado escrupulosa y piensa que “todo está
mal” o que “todo placer es malo”.
-Por Conciencia Relajada: Cuando la persona piensa que “que nada es malo o está mal” o que “es anticuado
tener conciencia” o “es medieval”. Esta es la más común hoy. Se aprecia mucho en la popular frase “…no me
arrepiento de nada…”.

Segundo: debemos escuchar y obedecer nuestra propia Conciencia, ya que normalmente no se equivoca. Esto
implica escuchar nuestro lado más racional y de más fortaleza, lo cual requiere cierta fuerza de voluntad, que
se desarrolla mediante el cultivo de las virtudes, como corresponde a una persona íntegra.

Conciencia Recta y Objeción de Conciencia


Formarse una Conciencia Recta, que nos permita tomar buenas decisiones, conforme a la Ley Natural y a la
verdad, se llama Recta Razón. Ella es el punto de referencia y el criterio interno para distinguir lo bueno de lo
malo.
El Juicio de la Recta Razón no expresa una opinión individual, sino el carácter objetivamente razonable de
un comportamiento.
Por lo anterior, es válido no realizar un acto que va en contra de la conciencia (siempre que ella tenga Recta
Razón).
Las leyes injustas colocan a la persona moralmente recta ante dramáticos problemas de conciencia, pues tiene
la obligación moral de negarse a obedecer. Este rechazo es también un derecho humano elemental que la ley
civil debe reconocer y proteger.

Juicios Racionales y Juicios Emotivos


La Ética es una ciencia, porque es un estudio racional y sistemático sobre los criterios éticos, fundándose en la
Ley Natural, en la Verdad y en una Conciencia Recta.
Pero más precisamente, la Ética es una Ciencia Práctica, porque su objeto de estudio no es sólo estudiar los
actos humanos, sino además orientarlos racionalmente hacia el bien y felicidad.
Cada vez que tomamos una decisión práctica, allí se ve cómo orientamos realmente nuestra vida; desde la
razón o desde nuestros impulsos. Frases como “obedece a tus instintos” o “has caso a tus sentimientos” pueden
sonar atractivas, pero los sentimientos y las emociones son de por sí erráticos, cambiantes e incluso fácilmente
influenciables por la opinión dominante, la moda, nuestros prejuicios o simplemente nuestro estado de ánimo.
Por ejemplo, muchas personas evalúan moralmente una acción según la empatía o antipatía que sientan hacia
quien realiza esa acción y no por el valor de la acción en sí misma.
Esto es llamado “Emotivismo” y su representante es David Hume.
El riesgo es que, al verse en problemas, alguien puede solicitar una oportunidad, pero no persuadiendo por
medio de argumentos a quien lo ayude, sino más bien intentando conmoverlo creando una conexión puramente
emotiva y no racional. Y las emociones son cambiantes y pasajeras.

FUENTES DE LA MORALIDAD: MODELO DE EVALUACIÓN ÉTICA


Este es un modo de evaluar éticamente, y por lo tanto racionalmente, un acto humano. Es un Análisis de la
acción, porque implica separar una acto para revisar por separado cada una de sus partes; las fuentes de la
moralidad.
Esta calificación Moral del Acto se determina por su apego a la Ley Natural o a la Ley Positiva.
Además se debe examinar tres elementos:

1) EL OBJETO: es la acción misma, es aquello sobre lo que versa el acto humano.


Es lo propiamente realizado, el medio para lograr lo que nos hemos propuesto.
Si el Objeto Moral es malo, el Acto será malo. Responde a la pregunta: “¿Qué hizo?”

2) EL FIN: Es lo queremos conseguir con la realización el Acto. Aunque esta intención no se llegara a cumplir,
aun así se la considera y evalúa moralmente.
No es fin en el sentido cronológico, de término, sino de la intención que nos mueve. Responde a la pregunta:
“¿Por qué lo hizo?”

3) LAS CIRCUNSTANCIAS: Son los elementos que “rodean” a la acción y en parte modifican su moralidad.
Son Agravantes si hacen que el Acto sea más grave y son Atenuantes si hacen que el Acto sea menos grave y
son meritorias si el acto fue bueno, es decir, ahí también matizan su bondad.
Pero ninguna circunstancia puede transformar un acto malo en bueno.
Para que un Acto Humano sea bueno, el Objeto, Fin y Circunstancias deben ser buenos. Responden a la
pregunta: “¿Dónde, cuándo, cómo, con quien o a quien, lo hizo?”

Si uno de estos tres elementos es malo, el Acto completo será malo, aunque con distintos grados de maldad.

Principio del Doble Efecto


Hay acciones de las cuales resultan uno o varios efectos que NO estaban previstos o que tampoco fueron
buscados. A veces, de una misma acción resulta un efecto bueno, pero también otro malo que NO fue buscado.
Pero no se le podrán imputar los efectos malos al que realizó esa acción, si existen las siguientes condiciones:

a) Que la acción en sí misma sea buena o al menos indiferente (nunca mala)


b) Que el Fin del que realiza el acto sea obtener sólo el efecto bueno y nunca el malo
c) Que el efecto inmediato que se sigue a la acción sea el efecto bueno
d) Que exista una causa proporcionalmente grave para haber actuado y que no existiera otra posibilidad
u opción.

La Excelencia Moral
Los juicios de la Ética pueden ser muy útiles para resolver dilemas complejos de la vida y para asegurar un
juicio racional sobre ellos. Sin embargo, no se debe pensar que la reflexión de la Ética sea sólo practicar estos
juicios mecánicamente. De hecho, la vida moral está llena de situaciones con matices que no se pueden captar
bien con estos análisis, que a fin de cuentas, son más bien “introductorios”.
La Ética es mucho más que eso; no busca solamente distinguir lo bueno de lo malo. Porque eso sería limitar
la ética a una simple lista de principios y criterios mínimos y necesarios, sólo para que la vida en sociedad no
se convierta en un caos.
La Ética en su sentido auténtico, es también una herramienta para orientarnos y guiarnos hacia la realización
de “la mejor versión de nosotros mismos”. Ella no busca fijar criterios mínimos, sino máximos, es decir, busca
la Excelencia Moral, cuya búsqueda y obtención será una vida lograda, una vida plena.
Así, la Ética es una forma de vida, “el arte de usar de forma correcta la libertad, poniendo en juego los mejores
recursos de nuestra naturaleza”. Es el “arte de vivir”.
De hecho, la Ética Clásica pone mucho más énfasis en el desarrollo de virtudes que nos hagan mejores, que
en normas que nos mantengan lejos del mal.
Esta es la invitación eminentemente positiva que nos hace la Ética. Una persona con Excelencia Moral podrá
tomar decisiones con sabiduría, incluso en casos de difícil solución.

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