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Edición 2018

Unidad Nº 3 y 4

Sexualidad, Género
y Reproducción

Centro de Estudiantes
de Ciencias Médicas

Luchando por la Educación y la Salud Pública


Edición 2018
CONTENIDOS
UNIDAD 3 Sec. deSec.Material
de Material de Estudios
de Estudios
- MEDELLÍN, CALDERÓN, TASCON E., y col.: “Cambios hormonales”. En: HACIENDO TUS
HACIENDO TUS COPIAS
COPIAS EN LAS
EN LAS
Crecimiento y desarrollo del ser humano, Tomo II: cap. 9, pág 706 a 723. FOTOCOPIADORAS
FOTOCOPIADORAS DEL DEL
CENTRO DE
CENTRO DEESTUDIANTES
ESTUDIANTES
OPS-OMS.
- MOGUILEVSKY J.A.: “Neurosecreción. Unidad hipotálamo hipofisiaria”.En: AYUDAS MANTENER
AYUDAS A MANTENER
Fisiología endócrina y de la reproducción, 5° edición: cap 2, Buenos Aires EL PRECIO DELALACOPIA
EL PRECIO DE COPIA A
1999.
- TORTA., GRABOVSSKI T.: “Los aparatos reproductores: aparato reproductor
masculino”. En: Principios de anatomía y fisiología. Cap. 28, 923-936.
- MAYOBRE RODRIGUEZ: "La formación de la identidad de género. Una
mirada desde la filosofía". Pag. De 21 a 59.
- CASTAÑEDA M.H.: “Género, participación, empoderamiento y control social
en salud” Parte IV. Cap.1, pag. 243-259. Edit. UNB, Alames, Abrasco, Brasilia,
$0,36
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2000. POR COPIA
- URBANEJA M.: “Género y equidad: desafios de los procesos de reformas
sectoriales en salud” Cap.2. UNB, Brasilia, Abrasco, 2000.
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UNIDAD 4
- LERER M. L.: “La sexualidad es natural e instintiva” En: Sexualidad
Imprimilos
Femenina. Sudamericana/Planeta, Bs. As., 1987.
al precio de copia
(*CONSULTA LOS FORMATOS)
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- GINDIN L. y COL.: “La nueva sexualidad del varón”; “Eyaculación y
orgasmo” En: La nueva sexualidad del varón: Cap. 1; Cap. 3, pág 81-83.
Bs. As., Paidos, 1987.
- VERHAEGHE P.: “El amor es...” En: El amor en tiempos de la soledad.
Secretaria de Material de Estudio-CECM
Paidos, Bs. As., 2001.
- FERRARI H.:“Logros y desafíos de la etapa adulta de la vida” En:
Salud Mental en medicina. López Editores, Bs. As., 1996.
- BARZOTTI C.: “La Organización social de la reproducción de los
agentes sociales, de las unidades familiares y sus estrategias”.
- BONINO L.: “Las nuevas paternidades”, UNAF, Madrid, 2000.
- MARTINE M. A.: “El debate de América Latina sobre la participación
de los hombres en programas de salud reproductiva” Rev. Panam. de
Salud Pública N°7: 418-424, 2000.

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recibido respuesta de las Autoridades de la facultad.
~

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~

CARACTERISTICAS BIOPSICOSOCIALES Y
NECESIDADES BASICAS DEL ADOLESCENTE :•
... ~
Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 años 709

.
.~
a un rápido ritmo durante 3 ó 4 años, después de lo cual se hace más lento, hasta alcanzar
Gladys Medellín C. y Esther Cilia Tascón :~ la plena madurez entre los 16 y los 18 en las mujeres y entre los 18 y 20 en los hombres.
Los niños y las niñas aumentan de estatura aproximadamente al mismo ritmo hasta
~ ~ los 11 ó 12 años; a esta edad las niñas incrementan su estatura hasta los 15 años, cuando
, los niños las superan.
CARACTERISTICAS FISICAS Y CAMBIOS HORMONALES '~ La menarca está correlacionada con la estatura final en las niñas. Después de su apari-
~ ~ ción la talla continuará aumentando aproximadamente durante 3 a 5 años más.Así, la niña
DEFINICION DE TERMINOS que tiene su menarca a los 10 años, puede verse más alta que sus compañeras que todavía
~ -l
••
Adolescencia: Es la etapa cronológica comprendida entre los 10 ó 12 años de edad y no la tienen, pero alcanzará su talla final más tempranamente, entre los 13 y los 15 años,
los 18 ó 20 años. con un crecimiento más lento. La estatura es más variable en las niñas de 10 a 12 años y en
La mayoría de los autores que escriben sobre este tema distinguen dos períodos ca- los niños de 14 a 17 años. (Ver la figura 9-1 y 9-2). El ritmo promedio de crecimiento en
~


racterizados por procesos y funciones diferentes. la pubertad es de 7 a 12 cm por año, y la talla puede aumentar hasta los 21 años.
Pubertad o preadolescencia ·~ Recordemos que el crecimiento humano es un fenómeno muy complejo, en el cual
intervienen factores nutricionales, sociales, esqueléticos, citogenéticos, psicológicos y
Es el período comprendido entre la aparición de las caracteósticas sexuales secun- fls. ~ endocrinos. También intervienen en el crecimiento humano la hormona tiroidea, los
darias y el comienzo de la adolescencia. La pubertad se inicia dos años más temprano en
las mujeres que en los varones. Generalmente ocurre entre los 10 y 12 años en las niñas
ec. ('1 esteroides suprarrenales y la insulina.' Las hormonas sexuales (andrógenos y estrógenos)
y entre los 12 y 14 en los niños. Este período se caracteriza por las transformaciones
anatomofisiológicas que culminan con la aparición de la menarca en la mujer y de las
es: tienen especial influencia en el momento de mayor crecimiento durante la adolescencia.
El hecho de que un adolescente sea de talla baja o muy alto no puede atribuirse a una
etiología única, porque intervienen directa o indirectamente, muchos factores.

s
fjt:t.

ica
emisiones nocturnas en el varón. Otros factores que hacen que se libere hormona del crecimiento son: episodios de
ec.

éd
;~ ejercicios, hipoglicemia, estrés, sueño profundo y drogas como los betabloqueadores

sM
Adolescencia
(vasopresina, dopa).
El comienzo de la adolescencia no está bien demarcado ni en los varones ni en las ~ ·lil

cia
mujeres. En las niñas está precedida por la primera menstruación y en los niños por las
._et•

en
Peso
emisiones nocturnas; termina con el logro ·de la madurez sexual y con una ampliación y !~

Ci
profundización de los intereses intelectuales y emocionales. Las transformaciones en El aumento de peso durante la adolescencia se debe principalmente al aumento del
4

de
este período son de orden principalmente psicosocial. tejido muscular y al gran crecimiento óseo. Mientras que a los 8 años los músculos repre-

s
et. º;;)

te
Algunas características sobresalientes de la adolesecencia son: sentan sólo el 27% del peso del cuerpo, a los 16 años constituyen el 44%. El aumento de

••tt
an
1. La adolescencia es la transición de la infancia a la madurez propia de la edad adulta. peso es considerablemente mayor que el aumento de talla durante la adolescencia tempra-
,i}

di
2. Los diferentes procesos de la pubertad obedecen, en cada sexo, a una cierta cro- na, por tanto el adolescente parece un poco obeso. En esta etapa la mujer gana entre 5.5

tu
y 10.6 kg/año y el varón 6.1 a 12.8 kg/año (Barnes. H.V.).

Es
nología, pero existen grandes variaciones individuales en los adolescentes en l)

de
cuanto a la fecha de aparición de los primeros signos puberales, la rapidez de la La masa corporal dobla su peso en la adolescencia; los hombres lo hacen a expensas
)) de unidades musculares que trae como consecuencia mayor fuerza y resistencia y las
evolución del desarrollo puberal y la edad final del crecimiento.
ro
nt
3. Comienza primero en las mujeres que en los hombres y hay variaciones dentro de t;l. ;'.) mujeres a expensas de unidades de grasa, la cual se redistribuye depositándose de prefe-
Ce

cada sexo. rencia en los muslos y las caderas. La proporción de la grasa en la mujer desempeña un
4. Se inicia con una serie de cambios fisiológicos, especialmente en la madurez 4)1 '.) papel preponderante en la aparición y en el mantenimiento de la menstruación.
sexual, y termina con adquisiciones de orden psicosocial, como la identidad del
yo, la integración y la estimación de los valores de la cultura. '1 :;9 Configuración y proporciones corporales
Los adolescentes presentan un crecimiento desigual en varias partes del cuerpo. Las
5. El desarrollo y el crecimiento físico constituyen un proceso continuo común a t:t- J extremidades crecen más rápidamente que la cabeza y el tronco; en consecuencia, los
todos, pero peculiar a cada individuo.
6. Es un período de expansión y desarrollo intelectual, así como de adquisición de tl .e} brazos y las piernas parecen demasiado largos, las manos y los pies, demasiado grandes.
conocimientos teóricos. t,1 Los hombros se hacen más anchos en los varones y las caderas en las mujeres, dando
7. Adquieren gran importancia las relaciones de grupo dentro del mismo sexo, evo-
:) las formas características masculina y femenina. Debido a que los músculos grandes
lucionando hacia grupos heterosexuales. t;i '
)
- crecen más rápido que los pequeños, es probable que al adolescente le falte coordina-
ción en sus movimientos.
Crecimiento físico: tI )
Cabeza y cara
El índice de crecimiento se incrementa considerablemente durante la adolescencia.
La curva ascendente del crecimiento comienza un poco antes de la pubertad y continúa
tJ )
La cabeza experimenta un incremento núnimo puesto que la masa cerebral se limita
tJ ) a agregar el 5% faltante para completar el peso total de la masa encefálica del adulto.

tt )
4T -)
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~ .1 :
710
Crecimiento y desarrollo del ser humano
f.11"
~
1
--_ ---~_·_-_ Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 años 711

1-:·~
~
:ro (LJI. Los huesos de la cara pueden originar un engrosamiento que confiere un aspecto
ro tosco a los rasgos faciales, conforme aumentan los ángulos óseos y el tejido subcutáneo.
llO Niños ~-
- La mandíbula termina su ensanchamiento, la nariz crece un poco en sentido
ro f;ir anteroposterior, la rinofaringe y fosas nasales se amplían, la Trompa de Eustaquio se
Niñas
···········-··------- -~
:ro verticaliza, se alarga y adquiere capacidad fisiológica de oclusión. El ritmo y las estruc-
llD ~- ~ turas linfáticas, disminuyen de tamaño, al finalizar la adolescencia.
m La pubertad va acompañada de aumento rápido en la actividad de las glándulas cutá-
e ~ ~
"
~
.2, m
lD
m
QJ
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&!,rr,·

$ú1".
~
-~

. .,-@
neas que secretan sudor y material sebáceo, es común la excesiva grasa cutánea que pro-
duce el acné en algunos casos.
La sudoración excesiva aumenta la inestabilidad vasomotora, produciendo el rubor
en la cara del niño o niña.
Todos estos fenómenos en este período de la vida, se deben considerar como nor-
f¡.t¡;:
-~,
a:,
'lO males.
00
~
ro CAMBIOS HORMONALES*
40
o
Los cambios endocrinos que se presentan en los adolescentes, dependen del hipotálamo
2 3 4 e 7 8 9 D ll ~ B » E E U E y las siguientes glándulas: Hipófisis, suprarranales, ovarios y testículos. Además, la glán-
Edad {años) j~
dula tiroides es importante para la acción de las glándulas mencionadas.

s
ica
4

éd
Figura 9-1. Curvas individuales típicas de la talla alcanzada para niños y niñas (talla en decúbito supino hasta Hipófisis

-~
la edad de 2 años).

sM
;~
J. Hormona del crecimiento o somatropina (SH)

cia
24 Secretada en significantes cantidades desde el nacimiento hasta la adolescencia; des-

en
23 pués de esta edad disminuye su importancia, su secreción depende del factor liberador

Ci
22
hipotalámico (G.R.F.).
21
>~

de
2) La función de la hormona del crecimiento es fomentar, por medio del factor de cre-

s
B

te
ll ~-~ cimiento llamado somatomedina-C, el desarrollo y aumento de volumen de todos los

an
u tejidos corporales, en consecuencia, por su acción todos los órganos se hacen más volu-
;g

di
)3
-~ minosos y el individuo crece.

tu
ª~
"' ll

Es
El efecto sobre el crecimiento es su principal acción biológica, que consiste en permi-
l3 1 "-!)

de
.2, tir la incorporación de aminoácidos en las estructuras proteicas; por otra parte, aumenta la
j :ra J
síntesis de ADN y ARN.
ll ro i
nt
~ El efecto de esta hormona sobre el carti1ago no es directo, sino que se hace a través de
D "•"lÍll'I
Ce

~ 9 1 ··i-ey
B la somatomedina-C. Fuera de su acción de anabolismo proteico, la hormona del creci-
8
~ 7 1 e~ miento tiene una acción lipolítica e hiperglicemiante (mecanismo inhibidor de utilización
periférica de glucosa).
] 6 ...
_
1

.
;
B --~
4 La elevación del nivel de algunos aminoácidos (Arginina) en plasma se usan como
3 :ja
"~'ti
estímulo para su liberación, e igualmente la hipoglicemia produce también liberación de
2 la hormona. La insuficiencia de la somatotropina da por resultado enanismo hipofisiario

.,.
o
1 , dando al individuo un aspecto infantil, es decir que no hay crecimiento normal de órga-
nos ni de huesos.
O M l 2 3 4 B 6 7 8 9 D ll :la l3 ~ B B U :~
El exceso de esta hormona en un niño provoca gigantismo hipofisiario, si hay
Edad {años) hipersecreción antes de la adolescencia; si esta hipersecreción se produce después como
. consecuencia de un tumor de adenohipófisis, no hay aumento en la talla pero origina
Figura 9-2. Curvas individuales típicas de la velocidad de la talla en decúbito supino y posición erecta en
niños y niñas. Estas curvas representan la velocidad del niño y la niña típicos en cualquier momento dado. (De
Tanner, Whitehouse y Takaishi, 1966). ·ffl!I
¡y~ • Revisado y actualizado por Dannon, Marco MD. Pediatric Endocrinology. Massachusetts General Hospital,
Boston USA.
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./4il!>
712 Crecimiento y desarrollo del ser humano Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 2fios

crecimiento de tejidos blandos y engrosamiento óseo y algunos huesos de los llamados células
membranosos (mandíbula), pueden aumentar de longitud.
En consecuencia, hay un crecimiento desproporcionado en distintas partes del cuerpo, Hormona luteinizante (LH)
lo que origina la acromegalia. En la aun1enta aún rnás la secreción de las células
2. Hormona prolactina. un folículo de Graaf crece, se rmnpe
Estimula el proceso secretor de la glándula mamaria y por consiguiente la producción las células foliculares aumenten de r,cm-
de leche. bre de cuerpo lúteo o
3. Otras hormonas rróficas.
En el hornbre la LI{ o estimula las células
secreten testosterona, que a su vez mantiene la esperrnatc-géne~
Estas hormonas influencian la actividad de otras glándulas.
1To!lo de los sexuaies secundarios como
Hormonas """"""',., En el hombre se suficiente LH para
Influencian la función hormonal de los ovaiios y de los testículos. Si ven para iniciar intersticiales de los testículos, pero en
los cambios por los cuales las gónadas crecen y se desarrolian hasta formar órganos formen cuerpos lúteos, que a su vez
maduros que continúan funcionando durante la vida reproductora del individuo. En forma simultánea, !a corteza ,u,p1m1c,,,w ta
Si son deficientes las gonadotropinas, las gónadas dejan de crecer y funcionar adecua- los cuales aumentan la de los caracteres sexuales
damente y los caracteres sexuales secundarios permanecen subdesarrollados. Cuando hay pues todas 1a.s
cantidades excesivas durante la niñez, el desarrollo sexual es precoz. l! Wl>l-'L.!HJll<1' Y
Los testículos del niño y los ovarios en las niñas permanecen relativamente inactivos una connguu.::1ctv11

s
hasta que son estimulados entre los 1Oy 14 años de edad, por las hormonas gonadotrópicas El aumento de la secreción de por l.a,:

ica
de la hipófisis anterior. En esta edad por razones no bien determinadas (posible programa- por el aumento de la excreción de los I7 cetosteroidéós en orina y

éd
ción genética), aunque parece que tienen relación con el peso según estudios de investiga- nd:,-..-..ct,,,.,.,,n, en sangre. Los valores de los 7 cei:osteroicles

sM
ción de tipo epidemiológico, metabólico y endocrino, se ha llegado a establecer que la y declinan con la edad.

cia
pubertad está relacionada con un nivel crítico de peso alcanzado por los adolescentes. Valores normales para hombres 7-25 mg en

en
Frisch ha postulado una relación directa entre un nivel crítico de peso y la aparición de Valores normales para 5-15 mg en

Ci
la menarca. Una hipofísectomía causa atrofia de la

de
Este mecanismo supone que al lograrse el peso crítico se produce un cambio en la por aum,ento en la

s
te
velocidad metabólica por unidad de masa o de superficie corporal, el cual a su vez afecta esquematizan !as w.uu,c.ciua, en

an
el mecanismo activador hipotalámico de secreción de LHRH, la hormona liberadora de

di
gonadotropinas induciendo la maduración puberal, la cual terminará produciendo la

tu
Es
menarca en las niñas y el desa1Tol!o puberal tanto en niñas como en niños. La pubertad

de
está caracterizada por secreción nocturna de gonadotropinas y de esteroides sexuales.
Esta predominancia nocturna gradualmente cambia al estado adulto de pulsaciones de
ro
nt
secreción hormonal durante el día y la noche.
Ce

El hipotálamo entonces comienza a secretar la hormona liberadora de gonadotropínas


(LHRH) en forma pulsátil, la cual es transportada a la hipófisis anterior por un sistema
vascular. Estimulada la adenohipófisis, secreta las gonadotropinas.
Las hormonas gonadotrópicas son:
Hormona estimulante del folículo (FSH).
- Hormona luteinizante (LH) u hormona estimulante de las células intersticiales
(ICSH) en el hombre (figura 9-3).
Hormona estimulante delfoltculo
Inicia la actividad de las gónadas en la pubertad y conserva la producción de óvulos
y espermatozoides durante el período reproductivo de la vida. En la mujer estimula la
proliferación de células foliculares ováricas, produciendo estrógenos. En el hombre ini-
cia el proceso proliferante de la espermatogénesis. Para que el proceso de
espermatogénesis siga hasta completarse, debe secretarse simultáneamente testosterona
[~: F,- 1f)
p
! ~ ~
714 Crecimiento y desarrollo del ser humano f1 ~ Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 años 715

HIPOTALAMO Mecanismo
fJ.
.-.i::
~.·
·~
1i.)

~ TESTÍCULOS
GONADAS EN EL HOMURE

l
Hormona liberadora de gonadotropinas
desconocido
fL
·~.
®
®
Se han aislado varias hormonas androgénicas del testículo. La téstosterona es la prin-
cipal hormona masculina y es sintetizada por las células intersticiales del testículo (Leydig).
La testosterona promueve el crecimiento y función del epidídimo, próstata, vesículas
(LH-RH) t(a• ·~ seminales, pene y los caracteres sexuales secundarios.

. - - - - - - - - - - Gonadotropinas
J
Hipófisis anterior

l -
~

f.lc • ®
f):
·"1·
(.,.¡.,

t.

I ~
.~
~
.....

·~
Cambios físicos en el varón o características sexuales secundarias: (Ver figuras 9-4, 9-5)
Los cambios físicos que se presentan en el hombre durante la adolescencia, son los
siguientes:
- Aumento del tamaño de los genitales que se inician con el aumento del volumen
de los testículos (11-12 años). Un año después de éste aumenta el tamaño del
pene y del escroto y la piel se pigmenta.
- Ensanchamiento del tórax, debido al aumento de la masa muscular.

LureiniLre (LH) Estim,Ít,te del jl. t@ - Crecimiento del vello púbico, axilar, facial y del tórax. El vello pubiano aparece

folículo (FH)
Glándula suprarrenal
t4- L ~~ después del comienzo del desarrollo del pene y tiene una evolución lenta.
- Cambios en la voz, ensanchamiento de la laringe.

l l I .~

s
l
- Producción de espermatozoides por acción de la hormona FSH hacia los 13 años.

ica
fl•
•• ,,

éd
Desarrollo de glándulas Andrógenos ~ Cambios en la línea del pelo: Antes de la adolescencia tiene una curva ininterrumpida

sM
de Leydig (testículo) Aumento del volumen como en la mujer y al terminar la adolescencia se presentan áreas en forma de cuña en las

l ~

cia
del testículo sienes.

en
® El crecimiento de los músculos del tórax y el cuello aumenta el poder de la voz. Con

Ci
AndróJnos: Acción cinergística con la . t';l el aumento de la longitud del cuello, la laringe asume una posición más baja. El mayor

de
~
L~
testosterona del testículo tamaño de los senos nasales enriquece la resonancia de la voz; el crecimiento de la laringe
,,

s
te
fl- es mayor en el diámetro anteroposterior que en el diámetro lateral y provoca una protu-
..._..

an
\i,,
- Desarrollo de órganos Estimula desarrollo de berancia conocida como "Manzana de Adán".
1 ,)

di
sexuales túbulos seminíferos f;l.

tu
La laringe totalmente desarrollada, está más baja y más ancha en el hombre que en la
- Crecimiento de pelo
¡ :,,,

Es
Adrenarca .~ mujer.
-Acné ~-

de
Los cambios de la voz comienzan a los 9 años en las niñas y a los 10 años en los
- Cambios en la voz Espermatogénesis para
rofl- :. i)
t niños, pero los cambios principales se producen a los 12 ó 14 años en las niñas y un año
nt
- Desarrollo de músculos fecundidad
e. .!) después en los niños.
Ce

l
Producción de testosterona
fa,
t.).
L,
l ;~
La voz del canto se estabiliza después que la voz del lenguaje.

GONADAS EN LA MUJER
Desarrollo características sexuales
secundarias
tJ
fil
,,
;¡ñ
\:fil OVARIOS
Secretan los dos tipos principales de hormonas:
l. Las hormonas foliculares o estrogénicas producidas por las células del folículo de
fl) ,¡:J Graaf en desarrollo (principalmente estradiol).
Gonadarca
'1 t 2. Las hormonas progestacionales derivadas del cuerpo lúteo, formado en el ovario a
partir del folículo roto (principalmente progesterona).
f.1l t' ij
Figura 9-3, Influencias hormonales que controlan la maduración sexual en el varón
·(J rf l. Hormonas foliculares o estróge11os
Liberadas por el ovario, en respuesta a la estimulación de la hipófisis, provoca el desa-
fil: le· 1) rrollo de los caracteres sexuales primarios y secundarios en la mujer.
e, g;_,
.-~,. ''.:/i};t·'rl!>
•• ,: ·'',- '.i
.~;,,
Crecimiento y desa1Tollo del ser humano Crecimiento y desarrollo del adolescente: l 2 a 20 afios
716

DESEO SEXUAL ' ,~-< •-3. , -"•· ¡,,,-~---,.-~,--~----i--,-~_.::'..__ ,_~-•·-·•-•+--". _._ _ V -

HIPOFISIS
DEL

BARBILLA
VOZ (laringe)

MAMAS

VELLO AXILAR

VELLO PUBICO
PENE
FORMACION DE lv1USCULOS Y TEJIDOS
Longitud (cm)

Circunferencia (cm)

s
ica
éd
sM
HORMONAS PRODUCIDAS TESTICULOS
PRODUCIDOS EN LOS TESTICULOS

cia
EN LOS TESTICULOS (ANDROGENOS)

en
PROSTATA

Ci
9-4. Caracteres sexu,1les masculinos secundarios. Burt Meeks. Educación Sexual Interamericana. PUBESC.El"\TCV\

de
s
te
an
Fjgura 9~5. Clases de madurez advertidas durante la adolescencia viril. (Según Schenfelcl. Arn. Chii,D\

di
tu
Bajo la influencia del estrógeno, las Trompas de Falopio, el útero y la vagina aumen- 65:535. 1913)

Es
tan de tamaño y de madurez fisiológica. Los estrógenos preparan la mucosa uterina para

de
una acción posterior de las hormonas progestacionales. la de la hormona luteinizante que inicialmente estim.uló ia
Los cambios en el endometrio uterino incluyen proliferación y vascularización. ro po lúteo.
nt
Estas hormonas también influencian a la hipófisis en su producción de FSH por un Si no hay fecundación del óvulo, el cuerpo lúteo
Ce

mecanismo de retroalimentación. Contribuyen directamente en el mantenimiento de los de progesterona y por el endometrio


caracteres sexuales secundarios femeninos. como resultado la rnenstruación (figura 9-6).
Estimulan el crecimiento en longitud, estimulando el eje sornatotropina-somatornedina-
CARACTERES SEXUALES SECUl\fDARROS FENIENINOS
C y acelerando el proceso de maduración del esqueleto y por tanto la fusión de las epífisis,
En las niñas, el desarrollo de caracteres sexuales
con lo que influyen en la talla final de la niña; intervienen en el crecimiento del tejido
ováricos y los aa,wJ);<wwJo suprarrenales.
adiposo y en su distribución.
El primer signo de la rn,1.,,,,,r1 es el aumento de ta.mafio
2. Honnonas progestacionales y
La progesterona es la hormona del cuerpo lúteo y es producida también por la placenta.
Tiene poca importancia en el desarrollo de los caracteres sexuales femeninos. el crecimiento deI vello
Su función principal es preparar el útero para recibir el óvulo fecundado y preparar la
glándula mamaria para la secreción láctea. Los efectos de las dos hormonas a m.enudo aparecen
Esta hormona aumenta la actividad secretora de las glándulas mamarías y también La edad del comienzo de la menstruación varía
de las células que revisten la cavidad uterina. la ovulación y la producción en de 13 años.
ú
(¡\

718 Crecimiento y desarrollo del ser humano ~ Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 años 719
~l

(lJ_ En muchas niñas las menstruacionese se convierten rápidamente en regulares, mien-


tras que en otras la irregularidad dura varios meses o hasta tres años. Las primeras
(:1\
menstruaciones son frecuentemente anovulatorias.
{.n, El vello púbico aparece poco después del comienzo del aumento de tamaño de los
HIPOTALAMO Mecanismo .,.,,, senos.
=' Las glándulas sudoríparas axilares se vuelven crecientemente activas debido a los

l
Hormona liberadora de gonadotropinas
desconocido

Maduración
b
t:~,
andrógenos y la transpiración adquiere el olor característico que no se presentaba antes;
después aparecen el vello axilar y los cambios citológicos en la vagina (figura 9-7).
La edad de maduración sexual en el hombre y la mujer puede variar de un individuo
(LH-RH) supraITenal a otro (a) pero existen unos tiempos promedios (figura 9-8).
u
i
Hipófisis anterior
¡ tí!, DESARROLLO SEXUAL GENITAL
Andrógenos
o El desarrollo sexual genital no puede establecerse por años de edad, sino por etapas

l ~ u
de maduración. En 1955 Tanner, propuso las secuencias en la maduración de las mamas,
vello púbico y genitales externos masculinos y desde entonces se ha venido utilizando

GoA Olor axilar

Vello axilar
ü
('íl
universalmente, para establecer la maduración sexual y física tanto en el hombre como
en la mujer y poder detectar alteraciones en el desarrollo puberal.
Esta clasificación esquematizada por Tanner no se cumple en una forma matemática y

s
ica
algunos acontecimientos se presentan antes o terminan después, pero necesariamente se
Luteinizante Estimulante del Vello púbico u da y este hecho es el que tiene utilidad desde el punto de vista clínico.

éd
El estadio No. 1 se caracteriza porque en él no hay maduración de los órganos genitales.

sM
~ l í e . l o (FSH) t,1
Acné En el estadio 2 y 3 aparecen los caracteres sexuales secundarios. El estadio 4 y 5. en el
........____...

cia
{iJt_ transcurso de éstos maduran los caracteres sexuales secundarios.

en

tJ-

Ci
Adrenarca

de
{JL

s
Aumento de producción de estrógenos Desarrollo ovárico
~t

te
i

an
{;¡l, DESEO SEXUAL

di
~.
t3L

tu
Desarrollo de caracterfsticas sexuales Ovulación

Es
GL
1 de
FSR. LH.
Desarrollo de vagina, útero,
tubos uterinos ro
~-
nt
DESARROLLO D_EL_ PEO!Q_
Ce

~
Desarrollo de endometrio Cuerpo amarillo
~..

l
Menstruación
l
Progesterona
Q.
ft
OVULACION

HEN,$TRUACI0N

~__,
Gonadarca
l
Endometrio
*
~ ..

secretorio normal ~ ')\~


\''
\

~ PRODUCIDAS EN LOS 0\'ARIOS


\CVULOS PRODUCIDOS
Eft LOS OVARIOS

~
(ESTROGtmos)
Figura 9-6. Influencias hormonales que controlan la maduración sexual en la mujer

~ Figura 9-7. Caracteres sexuales secundarios femeninos. Burt Meeks. Educación Sexual Interamericana, 1962.

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.,,.
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w-a-·
F ~

720 Crecimiento y desarrollo del ser humano


--
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~
Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 años 7 21

EDAD 11 12 13 14 15 16
-=
~
~
-~
A continuación se presentan los esquemas de maduración sexual propuestos porTanner
(figuras 9-9, 9-10, 9-11).

1 Desarrollo mamario ._-= ~


~
·éi1',

l 1

• ·~

GRADOI

Y'
,;I =JE},

~
1/
~
Aparición del vello púbico y axilar
1 1 ti ·~
GI Preadolescente; los testículos, escroto y
111
1/¡
-
Menarca
. '
Ciclos ovulatorios
YY
Ai • •.A AAHAAHAAA
VVYVVVVVVYVYVY
~
~ -~
~
! pene son del mismo tamaño que en la
primera infancia (4-10 años edad pro-
medio).

·~
1
- tlt -~
1
Fase del crecimiento t)_

r
1
rápido ,,,, ..,,.,11.
.. '
Gil
GRADOII
"' v ~-- ~

s
Crecimiento del escroto y los testícu-

ica
tl ·~
los. La piel del escroto enrojece y cam-

éd
f}

sM
Crecimiento testicular -~ bia de contextura. Poco crecimiento del
$) pene en este estadio (10 a 12 años).

cia
1
fl_ '-.....

en
Crecimiento del pene tJ. ~

Ci
1 1 GIII

de
{J GRADOIII

s
Aparición del vello púbico y axilar

te
~
d1 ().

an
1 1

-..
Crecimiento inicial del pene, principal-

di
tl

1
tu
Cambios en la voz mente en longitud. Siguen creciendo los

Es
1
tJ testículos y el escroto; oscurecimiento
=.t
.. ' ·, .

de
'/
-!.
·,@ de piel del escroto (12 a 13 años).
Espermatogénesis ('.)
ro
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1:),

1"!
1
GIV
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Ce

/; Pelo facial denso - barba


1 () GRADOIV
i¡: r
~
¾ Q ':f@

1:
Engrosamiento del pene y desarrollo del
¡;
Fase de crecimiento rápido g glande, aumento de pigmentación de
escroto (13 a 14 años).
tl
/1 Fuente: Waechter. Eugenia et al. Enfermería Pediátrica. 9ed. México. Interamericana. 1976, p. 705.
,, {J ....,~ GV

1;
Figura 9.8. Tiempo promedio de los acontecimientos de la maduración sexual en la mujer y en el hombre t_J GRADO V
¡;
1
1
Q Genitales adultos en tamaño, forma y

·~
coloración (15 años en adelante).
tJ
() 1~
11 - ~ Figura 9-9. Organos genitales - varones
E,
.,._,,
lº~W
~ -~
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11

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~ Crecimiento y desarrollo del adolescente: 12 a 20 años 723
722 Crecimiento y desarrollo del ser humano . ~
::1 ff··
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rr-~i\ n
,1 :11
GRADOI ~ ~
Preadolescente: no hay vello
pubiano.
~
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• ~ ¡., )
GRADO!

Preadolescente; sólo hay una saliente de


la papila.
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GRADO II
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Presencia de algunos pelos GRADOII

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~
aislados, levemente pigmen-
tados, lisos o sólo suavemen-
te emulados.
Mujer: 12 años.
Hombre: 13 años.
~
~

•... •
-~
-~
~-

~
" ~-v /1 /) Brote mamario, la mama y la papila
se levantan, el diámetro de la aréola
aumenta. 11 años.

(' 1 (., _ ., ., ; l ••

s
ica
:_j GRADOIII .,.....
..1--,

éd
1~

sM
~ Pelos más densos, más oscu- +)_t. GRADOIII

~
' _1, •
~

cia
li' P3 ~:;: más gru-esos y más eres- ~ ~


P3 ~/
El ensanchamiento y la saliente de la

en
~ tJ_.

)~'1\ {\ t( mama y de la aréola se acentúan, pero

Ci
' MuJer: 13 anos.

de
S3 sus contornos son difusos.
il Hombre: 14 años.
~ ~ 13 años .

s
te
1
11

an
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••
GRADOIV
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Es
ji f_, r---=------,GRADOIV

(~'T¿/) ( --, de
·I;-~\ ~ r)
El vello se asemeja al tipo fj
ro
1 Proyección hacia adelante de la aréola
nt
adulto, pero el área que cubre
~ y de la papila que forman una saliente
Ce

es todavía considerablemen- fe• de la mama.


P4
P4 j te más pequeña. ,_,. -~
14 años.

(-·-.-~~¡- \ t

Mujer: 14 años.
Hombre: 15 años. ,-,

P5
('( / (l
- - - - - - ~ - - - - - - - - - - , GRADO V

P5 ,

i
Aspecto adulto en cantidad y
localización con distribución
horizontal.
MUJer:
. 15 anos.
-
18+
,,\
~4

,_, .,-- ~
fj. ·: ~
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)-¡GRADOV

11 ~::\:'a:i·~::'f:1'
contorno general de la mama.
16 años.
_

.::.~~~'F:j
¡_......:.__ ___:._ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ ____, Hombre: 16 años.
f·-; 18 Figura 9-11. Desarrollo mamario. Madurez sexual. Clasificación de Tanner. Adaptada de: Physical Growth
and Development de Valadian I y Porter, D. Boston: Little, Brown & Co., 1977.
Figura 9-10. Evolución del vello pubiano en el
hombre y la mujer. ~ J~
~,l='J r ~•
1 ----- -·1··_·
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FISIOLOGf/\ END(!CRINA Y DE LA REP!WDUCCIC)N NEUROSECH.í:C!ON.ll!PO'l)L\1HO- f-lfp()r-¡s¡s
C\PÍTULOJ

NEUROSEC~lECIÓN
I\Jeurosecmción es el proceso mediante el cual las neurnnas sintetizan susi,inc:iai, l':n su cuerpo ce,uiar y
las liberan a través de sus terminaciones nerviosas.
El producto de secreción neuronal puede llegar desde el axón a las proximidades ele un capilar y asi a ia
sangre , actuando como una neurol1ormona ; ser liberado en la proximidad de otro cuerpo neuronal; ser liber·2clo a
nivel de una sinápsis o bien en forma difusa.

s
ica
éd
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cia
mel11é'.

en
Ci
de
s
te
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Figura 3.t Neurona peptidérgica: El producto de secreción o nr,urol1ormona que se sinieiíza en el retículo

di
tu
endoplásmico del cuerpo nneuronal es incorporado dentro de gránulos y transportado por el axón, cual al ponerse

Es
en contacto con un capilar sanguíneo vierte el producto de secreción. Las neuronas peptidérgicas son reguladas por

de
ro neurotransmisores
nt
Ce

Se considera neurosecreción a todos los péptic!os o proteínas que son liberacJas 0n los axones neuronales.
A las células nerviosas productoras de estos péptíclos se las denomina mientras que a sus proc!uctos
neuropéptidos.
El material neurosecretorio es sintetizado en el retículo encloplásmico, es incorporado a gránulos dentro del
aparato de Golgi, éstos son transpol°1ados por la corriente y libmacios en la,: terminaciones nerviosas pm
exocitosis (Fig. 3.1 ).
La neuroendocrinología es la rama de la fisiología que estudia las relacione:, entre el sistema nervioso y el
endócrino y está basada en el proceso de neurosecreción, ya que este proceso ha e,plicar: 11 Ei m1!1ol
nervioso de la adenohipófisis, que como veremos se realiza meciiante péplidos sintetizados en el hipotálarno,

59
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE Li REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.Hll'01iÍLAMO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCI//NA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECJÓN.HIPOTÁLAMQ. HIPÓFISIS
CAPÍTULO] CAPÍTULO]

denominados factores u hormonas hipotalámicas y que llegan a la glándula por vía hemática (sistema EJE HIPOTÁLAMO-HIPOFISARIO
portahipofisario); 2) La producción de neurohormonas en los núcleos supraóptico y paraventricular del hipotálamo, las Anatomía Funcional
que son acumuladas en la neurohipófisis, de donde pasan a la sangre; y 3) La regulación por parte de El sistema endócrino es regulado por el Sistema Nervioso Central y en especial por el hipotálamo. Este
neurotransmisores y neuromoduladores de la secreción de hormonas. ocupa la zona gris que rodea al tercer ventrículo, el que constituye su límite dorsal. El límite anterior esta dado por un
El organismo animal posee una gran variedad de receptores sensoriales que captan información del medio plano que pasa por delante del quiasma óptico (Fig. 3.5) mientras que el límite posterior está dado por un plano
,externo e interno. Esta información es enviada al Sistema Nervioso Central donde se elaboran las respuestas vertical que pasa inmediatamente detrás de los cuerpos mamilares. El límite lateral está dado por un plano imaginario
motoras, sensitivas, sensoriales, autónomas y neuroendócrinas. El sistema efector para la respuesta endócrina está anteroposterior que pasa por fuera de los pilares anteriores del fornix. La parte inferior está delimitada por una
constituido fundamentalmente por el eje hipotálamo hipofisario (Fig. 3.2 ). delgada pared en forma de embudo (en el hombre se la conoce con el nombre de infundibulum o tuber cinereum),
que se prolonga hacia abajo en el tallo hipofisario y en el proceso infundibular de la neurohipófisis. Entre el
infundibulum y el tallo hipofisario existe una pequeña zona abultada denominada eminencia media del tuber
cinereum.
ESTIMULOS AFERENTES RESPUESTA

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ELABORACION

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HIPOTALAMO

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Es
de
HORMONAS ESTEROIDEAS

ro
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HORl\IONAS TlROIDEAS PEPTIDOS Y PROTEINAS
Ce

Figura 3.2. Esquema de las respuestas del SNC a cambios en el medio externo e interno

Las neuronas hipotalámicas reciben información de otras áreas del Sistema Nervioso Central, como así
Figura 3.3. Información aferente al hipotálamo
también de los niveles circulantes ele hormonas esteroideas, peptídicas y tiroideas (Fig. 3.2) y en base a esta
información liberan distintas hormonas y péptidos que son secretados a la circulación general (ocitocina y hormona
Los núcleos y zonas del hipotálamo pueden delimitarse de adelante hacia atrás en zona preóptica: que
antidiurética) o a la circulación portal hipotálamo-hipofisaria para regular la secreción de las hormonas de la
incluye las áreas preópticas e hipotalámica anterior, el núcleo supraóptico y el paraventricular. Estos dos núcleos se
anterohipófisis.(Fig. 3.4). Algunos productos de secreción de las neuronas hipotalámicas son secretados al líquido
conectan con la neurohipófisis a través de los haces supraóptico-hipofisario y paraventricular-hipofisario. En ellos que
cefalorraquídeo o actúan localmente c:omo neurotransmisores.
se sintetizan las hormonas vasopresina y oxitocina.
La zona tuberal o media incluye dos grandes núcleos: el dorsomediano y el ventromediano. Además, en
esta zona se encuentra el núcleo arcuato, por encima de la eminencia media y adyacente al tercer ventrículo. Por

60 61
FISIOLOGÍA ENDÓC1/INA Y DE Lf\ REPRODUCCIÓN NEUROSECREOÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE U. REPRODUCCIÓN NEUROSECHEC!C)N.Jl!POT)Li\/v/0- iíf PÓF!S!_)
Ci\PÍJ'UL03 CM'ÍTUL03

debajo y lateralmente al núcleo ventromediano, se encuentra el área tuberal donde se sintetizan una gran cantidad
de neurohormonas. La zona mamilar o hipotalámica posterior está constituida por los cuerpos mamilares, el área l-llPOTALAMO

hipotalámica posterior y los núcleos túbero y supramamilares. Es improbable que esta zona participe de la regulación
neuroendócrina.
La hipófisis se encuentra en la silla turca, una cavidad del hueso esfenoides. En un corte sagital de la
glándula se puede distinguir macroscópicamente dos lóbulos bien diferenciados, uno anterior y otro posterior. La
adenohipófisis o lóbulo anterior comprende la pars distalis y una prolongación de ésta hacia la base del encéfalo,
denominada pars tuberalis. Se origina del ectodermo oral; en cambio la hipófisis posterior deriva de una bolsa de
tejido nervioso y no es más que una extensión del hipotálamo ventral llamado también proceso infundibular o pars
nervosa. El tallo pituitario se extiende hacia arriba es decir hacia el hipotálamo a través del tallo infundibular (Fig.3.6) CIRCIJLACION GE1\IER.A.L
CIRCULL\C,101 11PORTAL
Ocrtocina
LIOU!01J CEFALOF:RAOUIDEü
t!mmom,s Hinotatámit;as
En ciertas especies, entre el lóbulo anterior y el posterior, existe un lóbulo intermedio, pero en el hombre Vasopresina
Hormoni\.s Hi¡¡otal6micos
Neurotransmisores
Neuro1r,wsmisor2s
adulto este es un vestigio embrionario.
Desde el punto de vista histológico la adenohipófisis está constituida por distintos grupos de células.las que

s
ica
producen las diferentes hormonas de la glándula.

éd
Anteriormente, y según su afinidad tintorial, se dividían en acidófilas, basófilas y cromófobas. Actualmente y

sM
gracias al avance de la inmunohistoquimica, se puede diferenciar las distintas células en base a la hormona que

cia
Figura 3.4. Respuesta neuroendócrina del hipotálamo a estímulos internos y externos

en
segregan. De acuerdo a es\o se distinguen células : somatotróficas que segregan somatotrofina (STH ó_ GH);

Ci
tirotróficas, que producen tirotrofina (TSH) :, lactotrólicas que producen pro/actina (PRL); gonadotróficas que

de
HORMONJ\S HIPOTALÁMICAS

s
producen hormona Juteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH} (un sólo tipo de célula para ambas hormonas) y

te
an
Ya hemos visto que el hipotálamo regula la actividad cJe la ade11ohipófisis niecJiante la sintesi¡; de un
las corticotróficas, encargadas de sintetizar adrenocorticotrofina (ACT/-1) y, en algunas especies, también

di
conjunto de sustancias de estructura peptídica denominadas hormonas o factores hipotalámicos (se usan amt,os

tu
hormona melanocitoestimulante (MSHJ, que es segregada por el lóbulo intermedio (pars intermedia).

Es
términos en forma indistinta). La mayoría de estas sustancias ha11 siclo aisladas y sintetizadas; tratándose ele

de
péptidos de variable cantidad de aminoácidos, 1-as hormonas hipoialámicas llegan por hernática ias células de
Irrigación ro !!Í2
nt
la adenol1ipófisis y estimulan (hormonas o inhi1Je11 (hormonas i11hibidoras) la síntesis y libwaciólí ele ias
Ce

Sistema Poria-Hipofisa,io: la irrigación de la hipófisis anterior se realiza a través de ramas de la carótida


hormonas adenohipofisarias. Algunas de las hormonas hipotalámicas actúa.n sobre má:3 de una hormona hipo!isaria.
interna, especialmente la arteria hipofisaria superior. Las ramas de esta arteria forman dos lechos capilares, uno a
Por otro lado, algunas de las hormonas hipofisarias eslá.n reguladas por más cJe una hormona l1ipotalárnica.(Fig.:L8)
nivel de la eminencia media del hipotálamo y el otro en ia adenohipófisis. Este sistema de irrigación se conoce como
sistema porta-hipofisario (Fi~!- 3.7). La corriente sanguínea va desde el hipotálamo a la hipófisis.
Los capilares que nacen en la eminencia media del hipotálamo están en contacto con las neuronas secretoras,
recogiendo las neurohormonas que luego llegarán hasta la adenohipófisis a través de los vasos porta largos, que
son los que unen los dos plexos capilares : el primario, a nivel del hipotálamo y el secundario, a nivel de la
adenollipófisis.

62 63
FIS/OLOGÍI\ ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HJPOTÁLAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULOJ CAPÍTULO]

paraventriculares y sus axones terminan en la porción medial de la capa externa de la eminencia media. La TRH se
ha encontrado en el hipotálamo, así como en la sangre portal.

HIPOTALAMO

h
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~ / ~ E m i n e n c i a medio ~
·!.J:. ""-' , 1 Tallo lorundlbular .!,
Proceso lnfundlbular ii

l I

s
ica
éd
sM
Figura. 3.5. Areas y núcleos hipotalámicos: 1) área preóptica (medial y lateral); 2) área hipotalámica anterior; 3)

cia
en
núcleo paraventricular; 4) núcleo supraóptico; 5) área hipotalámica dorsal; 6) núcleo dorsomediano; 7) núcleo

Ci
Figura 3.6. Esquemas de las divisiones de la hipófisis (mamíferos)

de
ventromediano; 8) núcleo arcuato; 9) núcleo supraquiasmático; 1O) área hipotalámica posterior; 11) cuerpos

s
te
mamilares; 12) área hipotalámica posterior.
* Hormona Liberadora de Adrenocorticotrofina (CRH o CRF) : parece consistir en un conjunto de sustancias entre

an
di
las que se encontraría la vasopresína y un péptido recientemente sintetizado de 41 aminoácidos que actualmente se

tu
Las hormonas hipotalámicas cuya estructura es conocida son:

Es
usa con fines diagnósticos y que produce liberación de adrenocorticotrofina hipofisaria (ACTH). La CRH se sintetiza

de
* Hormona Liberadora de Gonadotrofinas ( GnRH o LHRH o LHRF estas siglas se utilizarán en forma
apartir de un precursor de 196 aminoácidos y tiene una vida plasmática larga (aproximadamente 60 minutos). La
ro
indistinta): se trata de un decapéptido que actúa sobre las hormonas luteinizante (LH) y foliculoestimulante (FSH) de
nt
hormona antídiurética o vasopresina ( ADH) y la angiotensina II potencian el efecto liberador de CRH sobre ACTH.
Ce

la adenohipófisis induciendo su liberación. No actúa sobre las otras hormonas de antero-hipófisis.EI precursor del
En cambio la oxitocina la inhibe. Las neuronas secretoras de CRH se encuentran en la porción anterior de los
GnRH, pro-GnRH, contiene 92 aminoácidos. El pro-GnRH también contiene la secuencia de un polipéplido de 56
núcleos paraventriculares, en localización lateral a las neuronas secretoras de TRH y sus terminaciones nerviosas se
aminoácidos relacionado con éste, denominado péptido relacionado con el GnRH (GAP, en inglés GnRH associated
encuentran en la capa externa de la eminencia media. La CRH también es secretada por la placenta, aumentando
peplide). Las neuronas secretoras de1 GnRH se localizan principalmente en el area preóptica del hipotálamo anterior
sus valores en la última etapa del embarazo y durante el parto.
y sus terminaciones nerviosas se encuentran en la capa externa de la eminencia media adyacentes al tallo
* Hormona Liberadora de Somatotrofina (STHRH o STHRF o GHRH): actúa sobre las células
hipofisario.
somatotróficas y produce liberación de somatotrofina hipofisaria (STH o GH u hormona de crecimiento). La estructura
* Hormona liberadora de Tirotrofina (TRH o TRF): se un tripéptido que actúa liberando hormona
de esta hormona hipotalámica, ha podido ser dilucidada por el hallazgo de su presencia en un paciente con tumor de
tirotrófica y prolactina. La TRH humana se sintetiza a partir de un precursor largo de 242 aminoácidos que contiene 6
páncreas, que producía un exceso de secreción de STH y por lo tanto acromegalia. Al estudiarse este tumor se
copias del TRH. Las hormonas s,9cretoras de TRH se localizan en las porciones mediales de los núcleos
hallaron dos péptidos (de 44 y 45 aminoácidos), que tenían una e.structura similar al péptido que se encontró en el

64 65
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOT,ÍLAMO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRJf,lA r DI.:: LA REFRODUCCJÓN NEUP.OSECRECJ6!1:'.NJF'OT1ÍL-'l.11!0- /-IJPÓFJS!S
CAPÍTUW3 LAPiTUL03

'llormona lnhibidora de Somatolroíina (Somaioslatina STH!H): es olra rJe las hormonas mhibidoras
hipotalámicas, que no sólo inhibe la secreción de somatotrofina sino también la de oirns i1orrnonas (insuli11a.
glucagon, gaslrina, ele.) y a nivel llipofisario fundamentalmenie de tirotrolina (TSH), que la aclrninist1ación de un
suero antisomatostatina aumenta la secreción de TSH. (Fig 3.8). La zona secretora rJe somatostatina S8 localiw
N la región periventricular por encima del quiasma óptico.
Cuerpo
;-""-¡¡,¡.-...""'d~ mamilar La somatostatina, que es un .,v,,.,vvv,,c,vv, se ha encontraclo no soío el hipotálamo sino t3_mbie11
las células D de los islotes del páncreas, en la mucosa gastrointestinal y en la;; céiule.!', paraíoliculmes de glándula
tiroides.
El precursor de la soma\ostatina tiene 116 aminoé.cidos. E! ele la región c:arboxiterrnina! la
pi-eprosomatostatina origina la aparición del tetradecapéptido (somaloslatina) !4 y una extensión amirwtenninal que
contiene 28 aminoácidos (somatostaiina 28), La somatostatina i 4 se encuentra f,n e! hipotálamo, mientras que !a
somatosiina 28 en el intestino.
Existen otras hormonas hipotalámicas cuya función en el hombre no aún del tocio aclarada como

s
ica
hormona liberadora de Prolactina (PRH), la liberadora 1je hormona Melanocitoestimulanle (iviRh) y la lnhibidor& ,Je

éd
lv1elanocitoestimuiante (MIH).

sM
Figura 3.7. Esquema de la circulación de las diversas zonas de la hipófisis; la pars distalis y la intermedia se

cia
encuentran irrigadas por vasos originados en la carótida interna y las arterias hipotalámicas superiores. Estas ·

en
Mecanismo de Acción de las Hormonas li1pota1am

Ci
arterias se capilarizan en la zona externa de la eminencia media, constituyendo el plexo capilar primario del sistema Hoy en dia es aceptado que las hormonas hipoia!ámicas aclL1an a ;1ivei cie iss memlxa11as rJe célula0

de
porta hipofisario. Dichos capilares hacen contactos neurohemales con los axones de las neuronas del hipotálamo.

s
hipofisarias utilizando un segundo mensajem. Sin embargo, ei mecanismo de aclivB.ción ele estas células parece ser

te
an
Estos capilares se reúnen para formar los vasos porta largos, que drenan la sangre hacia la pars distalis y pars distinto para las diferentes hormonas. Por ejemplo :1 GnRH y TRH activan el rnec:anisrno c!e íosfoinositol y de Calcio

di
intermedia, donde se vuelve a constituir un sistema capilar el plexo capilar secundario del sistema porta-hipolisario.

tu
intracelular.(Ver Capitulo 1), mientras que otras activan otros mecanismos anterimme11te descriptos.

Es
De este sistema capilar se constituyen venas, las venas hipofisarias, que drenan en los senos cavernosos. Habíamos visto que las hormonas !1ipotalámicas llegan a la adenohipóíisis través clei sistems portal,

de
ro donde pueden ser valoradas en los animales de experimentación.
nt
hipotálamo y que liberaba GH . Las neuronas productoras de GHRH se localizan en el núcleo arcuato (Fig.3.5) y es
Ce

También se h2,n valorado estas neurohormonas en ia sangrn perifénca ele :,eres l1urnanos y en ol liquicio
sintetizada a partir de un precursor más grande de 107 ó 108 aminoácidos. La GHRH humana es muy similar a cefalorraquídeo. Ha sido demostrado que desde este último !as hormonas pueden lleqar a \a
muchos péptidos intestinales como ser: VIP, secretina, gaslrina. Tiene una vida media bastante larga (50 min). adenohipófisis.
'Hormona lnhibidora de Prolactina (PIF o PIH): actúa en forma tónica inhibiendo la secreción de
prolactina (PRL), como se verá al tratar en detalle la secreción de esta hormona. Hoy se acepta que el PiH es la NEUROTRANSMISORES Y NEUROENDOCHINOLOGÍA
dopamina, neurotransmisor del que nos ocuparemos más adelante . La dopamina hipotalámica se encuentra en la Dentro dei sisiema nervioso la comunicación química intercelular s1, realiza a través de mensajems entre
circulación portal y se une a receptores a dopamina en las células lactoiropas de la hipófisis. Las neuronas los que se encuentran los neurotransmisores. Éstos están contenidos en las terminaciones nerviosas que los
secretoras de dopamina (sistema dopaminérgico tuberoinfundibular) se localizan en el núcleo arcuato y sus axones liberan, recorren un espacio no sanguíneo muy pequeño (espacio sináptico) y son captados por receptores
terminan en la capa externa de la eminencia media.

66 67
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.if/POT1\LAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULO] FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE L4 REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.fllPOTÁLAM0-111PÓFJSIS
CAPÍTULOJ

Si bien la dopamina tiene numerosos efectos sobre las hormonas del eje hipotalámo-hipofisario, el más
importante y mejor estudiado es que ejerce sobre la prolactina, a la que inhibe en forma tónica, como se verá al
tratar esta hormona en particular.
En los tejidos que poseen dopamina-hidroxilasa, la dopamina se transforma en noradrenalina y en aquellas
pocas neuronas cerebrales que tienen feniletanol-amino-N-metil-transferasa, esta última es metilada a adrenalina.
Los cuerpos neuronales de las neuronas adrenérgicas y noradrenérgicas que se encuentran fuera del hipotálamo,
envían numerosas terminaciones a los núcleos hipotalámicos. De acuerdo a esto, la inervación adrenérgica y
noradrenérgica del hipotálamo es extrínseca, mientras que la dopaminérgica es intrínseca.
La noradrenalina y adrenalina tienen importantes funciones en la modulación de la síntesis y de la liberación
de las hormonas hipotalámicas, en especial en lo que se refiere al control de la secreción de las hormonas
luteinizante (LH ) y foliculoestimulante FSH, las que , como se verá al tratarlas en particular, están vinculadas a la
ovulación.

s
b) Serotonina{5-HT): La hidroxilación del triptofano en posición 5 y su posterior decarboxilación llevan a la

ica
éd
síntesis de serotonina. Está difundida en todo el hipotálamo con mayores concentraciones en los núcleos

sM
Figura 3.8: Acción de hormonas hipotalámicas sobre la secreción de la anterohipófisis. (+):Estímulo(-) Inhibición supraquiasmático, premamilares, arcuato y en la eminencia media. La mayor parte de las fibras serotoninérgicas

cia
(ver siglas en el texto) corresponden a neuronas extrahipotalámicas, sin embargo se ha descripto la existencia de un grupo neuronal

en
Ci
intrahipotalámico. La melatonina, principal hormona de la glándula pineal, es un derivado de la serotonina y ambas

de
específicos en la superficie neuronal. La naturaleza química de los neurotransmisores es relativamente simple y tienen importantes acciones sobre las gonadotrofinas.

s
te
an
todos están de alguna manera relacionados con aminoácidos. e) Histamina { Hi ): Proviene de la decarboxilación del aminoácido L-histidina. Se encuentra en el

di
Algunos neurotransmisore,; pueden actuar como hormonas, ya que son vertidos al torrente sanguíneo y

tu
hipotálamo en altas concentraciones, especialmente en la eminencia media y núcleos· arcuato, premamilares y

Es
producen sus efectos a distancia (adrenalina, noradrenalina, etc). Además, actualmente se considera que la supraquiasmático. Al aislar el hipotálamo del resto del sistema nervioso la concentración de histamina hipotalámica

de
dopamina cumple la función de neurohormona, ya que desde el hipotálamo llega a la adenohipófisis e inhibe la
ro no se modifica, por lo que se supone que se sintetiza dentro del mismo. Aparentemente, el efecto más importante de
nt
secreción de prolactina (ver más adelante).
Ce

este neurotransmisor está vinculado a la secreción de prolactina.


Dentro de los neurotransmisores mas estudiados por sus acciones sobre las hormonas del eje hipotálamo-hipofisario d) Ácido Gamma-aminobutírico {GASA): Proviene de la decarboxilación de un aminoácido, el ácido L-
merecen citarse: glutámico. Se halla profusamente distribuido en el diencéfalo con altas concentraciones en el hipotálamo y en áreas
a) Catecolaminas: Son derivadas del aminoácido L-tirosina y las más importantes son la dopamina (DA), conectadas con el control de la adenohipófisis. Existen fibras GABAérgicas que se proyectan al hipotálamo
noradrenalina (NA) y adrenalina (A). mediobasal y posiblemente, un haz túbero-infundibular GABAérgico. En general el GABA es considerado un
Las neuronas dopaminérgicas están fundamentalmente localizadas en las proximidades del núcleo arcuato neurotransmisor inhibidor de las hormonas adenohipofisarias, especialmente de la secreción de prolactina. Sin
y los núcleos adyacentes periventriculares, proyectándose a la neurohipófisis y a la hipófisis intermedia constituyendo embargo como veremos en el Capítulo 1O, el GABA es estimulatorio de algunas hormonas en el estadio prepuberal.
el sistema dopaminérgico túbero-infundibular. La dopamina liberada por este sistema alcanzaría la hipófisis anterior a e) Péptidos Opioides {SOE): El conocimiento de la existencia de receptores morfinicos en casi todos los
través de la vía hemática, por el sistema porta. No ha sido descartada la posibilidad de que las neuronas vertebrados, fue el elemento que llevó a considerar la posibilidad de la existencia de opiáceos endógenos que
dopaminérgicas actúen, a través de sus terminaciones, sobre las neuronas productoras de hormonas hipotalámicas. ocupen fisiológicamente a estos receptores. En el año 1973 se identificaron los primeros opiáceos endógenos,

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69
FISIOLOGÍA ENDÓCRIN,\ Y DI:: LA REPRODUCCIÓN NEUIWSECRECIÓN.HIPOT,ÍLAMO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.H/POTALAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULO.l CAPÍTULO]

aislándose del cerebro dos pentapéptidos denominados leucina y metionina-encefalina. En 1976 se aisló la B respecto a las encefalinas se ha encontrado que en humanos su concentración es mayor en la sangre venosa
endorfina, que es un fragmento activo de la Blipotropina. adrenal que en la periférica, lo que indicaría que la encefaiina circulante proviene de la médula adrenal.
La sustancia madre de los opioides endógenos y también de la hormona hipofisaria adrenocorticotrofina La concentración de opioides y especialmente la de endorfina está sujeta a variaciones en tejidos y fluídos
(ACTH), se llama "proopiomelanocortina". Esta prohormona es sintetizada en: adenohipófisis, hipófisis intermedia, biológicos semejantes a los descriptos para ACTH. La adrenalectomía aumenta la B endorfina de la hipófisis anterior
hipotálamo, placenta y tracto gastrointestinal (Fig. 3.9). y el traiamiento con dexametasona la desciende. Esto no ocurre con la B endorfina de la pars intermedia. La
En la molécula de la 13-lipotropina se encuentra incluida, en distintos sectores , la secuencia de aminoácidos endorfina cerebral no se modifica por la adrenalectomia.
de varios opioides hallados en los tejidos, por ejemplo , del aminoácido 61 al 65 la de met0 encefalina; del 61 al 76 la Actualmente se considera que la regulación de endorfinas anterohipofisarias es similar a la de ACTH, es
de u endorfina; del 61 al 77 la de y-endorfina y del 61 al 91 la secuencia de la B endorfina, que es el más potente de decir, estimulada por el CRH e inhibida por retroalimentación negativa de los glucocorticoides. En cambio la endorfina
todos los opioides endógenos. del lóbulo intermedio no se modula por CRH-glucocorticoides, sino por neurotransmisores.
Los receptores a opioides en el Sistema Nervioso Central están localizados en la sinapsis neuronal, lo que
indica que interactúan con los neurotransmisores. Prostaglandinas y Compuestos Relacionados
En el cerebro del hombre y del mono se encontraron grandes cantidades de receptores a opioides en el Las prostaglandinas (PGs) naturales son un grupo de compuestos que poseen un esqueleto básico de 20
tracto paleoespinotalámico, relacionado con la percepción del dolor crónico y en zonas del sistema límbico (cuerpo carbonos con un anillo de 5 miembros. Sus precursores son ácidos grasos de 20 carbonos con 3, 4 ó 5 dobles

s
ica
estriado, amígdala e hipocampo), relacionado con la euforia y componentes emocionales del dolor. Este hecho, ligaduras, que pueden describirse como análogos de un compuesto hipotético denominado ácido prostanóico.

éd
explicaría las acciones analgésicas y euforizantes de los opioides. La localización hipotalámica de los receptores Se encuentran en todos los tejidos (salvo en los glóbulos rojos). Las prostaglandinas E (PG-E) se

sM
cia
está relacionada con las acciones endócrinas, que se han descripto para estas sustancias. El mecanismo de acción diferencian de las F (PG-F) porque en las primeras hay una función cetónica en el C9, mientras que en lassegundas

en
de los opiáceos endógenos está parcialmente dilucidado para las encefalinas. Cuando se agregan opiáceos a células tienen un hidroxilo en esa posición. La designación de PGE1, PGfa, etc, depende del número de doble ligaduras.

Ci
de
con receptores, la transmisión sináptica se interrumpe. Los precursores de las PGs son los ácidos grasos escenciales no saturados esterificados a fosfolipidos de

s
te
Aparentemente las neuronas opiáceas descargan su contenido en la proximidad de las neuronas que membrana, triglicéridos o esteroides; Las PGs2 son derivadas del ácido araquidónico ; las PGs1 provienen del ácido

an
contienen neurotransmisores excitatorios, como la acetilcolina y el glutamato. Al unirse con sus receptores, los di-homo-t-linoléico y las PGs3 del ácido eicosapentanoico.

di
tu
opiáceos inhiben la liberación del neurotransmisor al espacio sináptico, por lo que la neurona receptora no se El ácido araquidónico, precursor de la serie 2 de PGs, ingresa al organismo por absorción directa de la dieta

Es
de
estimula y se bloquea la conducción del impulso nervioso. Es posible que el efecto sobre la médula espinal sea o de precursores como el ácido linoleico.
similar. El neurotransmisor encargado de transmitir la sensación de dolor es el neuropéptido denominado Sustancia ro Una vez sintetizadas las prostaglandinas se liberan localmente y actúan como mediadores, produciendo
nt
Ce

P; las encefalinas inhibirían la liberación de la sustancia P al espacio sináptico, de manera que la neurona receptora cambios metabólicos locales. Luego pasan a la sangre, pudiendo ser inactivadas en la propia sangre o en el
postsináptica para este neuropéptido, enviaría hacia el cerebro menos impulsos relacionados con el dolor. pulmón.
Los opiáceos actúan a través de segundos mensajeros inhibiendo la adenilciclasa y la producción de AMPc Los mecanismos de acción de las prosiaglandinas no son del todo conocidos. Sin embargo, se ha postulado
en los receptores sinápticos. Las endorfinas se encuentran en sangre. Probablemente, el origen de la B endorfina que a nivel de la hipófisis serían intermediarios entre el complejo hormona-receptor y la adenilciclasa, enzima que
circulante es hipofisario. Por métodos inmunohistoquimicos y radioinmunológicos se obtienen de la pituitaria distintas desencadena, al producir .AMPc, los efectos de las hormonas sobre las células. Estas sustancias modifican la
proporciones de tres péptidos relacionados (5% de proopiomelanocortina, 20% de B endorfina y 75% de lipotrofina secreción de las distintas hormonas de la hipófisis, en algunos casos directamente y en otros a través del hipotálamo.
(LPH), mientras que la B endorfina es el único componente aislado del lóbulo intermedio. La B endorfina se localiza Sus efectos serán explicados tratados con las hormonas hipofisarias.
\ambién en el lóbulo posterior de la hipófisis, en el hipotálamo y médula espinal. En el núcleo arcuato del hipotálamo
y en la hipófisis, la B endorfina y la ACTH comparten las mismas neuronas y las mismas células hipofisarias. Con

70 71
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA l' DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- fllPÓFISIS
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.li/POTÁI..AMO- flf PÓFISIS
CAPÍTULO] CAPÍTULO]

Pi<MJpiomal.a:nocorlimt
La LH y FSH son glucoproteínas, que como ya se ha , son producidas por una sóla célula hipofisaria y
~=-""""/,."""""""'.----..~ actúan a nivel de las gónadas, regulando su actividad.

/ t, j Ambas gonadotrofinas son glucoproteínas, al igual que la tirotrofina (TSH) y la gonadotrofina coriónica
(HCG) de aproximadamente 30000 Dd y cuya estructura está constituida en un 30% por hidratos de carbono. Estas
cuatro homonas glucoprotéicas estan constituidas por 2 subunidades a y B, unidas por uniones no covalentes. La
líl.tcrmedi.ario~½~ 1 ~ •• ·~ .......,, 91
blosJnto:,t:Q ..,..,,.~ x ~ ~jtl 1 ~...":.-":· 't.::~'>::•
dr.l ACTH ~ ~~..@ .. ,~-,.-~::.:~:.,.:-~: ¡\-lipotroplr.e
subunidad a es muy similar en las cuatro hormonas, mientras que la cadena B ofrece los cambios estructurales que
td t•. permiten fa caracterización inmunológica y confieren la actividad biológica especifica para cada hormona.

~~
r-S [=:J
30 1 b
lfr):~;}J -
s,
A pesar de tener 32 aminoácidos suplementarios en su cadena B, la HCG tiene propiedades biológicas e
inmunológicas similares a la LH. Esta similitud es aprovechada en los tratamientos de reemplazo en los que se

r=-4------- x---1
~-•ndorf;n,
administra HCG en lugar de la LH ,ya que la obtención de la primera es es sencilla y proviener de orina de mujer
~ embarazada.
"····¡,. • ? mP.!·encit(a!in:i

Ya se ha mencionado que el hipotálamo controla la secreción de LH y FSH a través de un decapéptido

s
denominado GnRR ó LHRH ó LHRF que produce la liberación de ambas gonadotrofinas (Fig.3.8).

ica
1 ,,.\.1SH CLIP otros 6-MSH :
r {t-1:,t) (lf!-591 pé~lidcs (41-58! 1

éd
1 :
1 1 La respuesta al GnRH por parte de LH y FSH varía durante el ciclo sexual en la mujer, debido

sM
L.------------ --- - -- ____ H ____ --- -- --'

Lóbulo inla:mcdio de la híadltSis


fundamentalmente al efecto de los asteroides ováricos sobre la hipófisis. La LH y FSH se secretan en forma de

cia
pulsos y éstos son debidos a la secreción pulsátil de GnRH. Los pulsos· de LH y FSH aumentan en frecuencia y

en
Figura 3,9 : Biosíntesis de péptidos a partir de la proopiomelanocortina: este precursor se escinde por proteólisis a

Ci
amplitud, así también la sensibilidad pituitaria, a medida que nos acercamos a la mitad del ciclo, donde se produce un

de
nivel de (a) desdoblándose en la B-lipotropina (derecha) y el intermediario biosintético del ACTH (izquierda). La
pico secretorio de ambas gonadotrofinas, que es el que induce la ovulación. En el cerebro de rata, el control

s
te
B-lipotropina, de 91 aminoácidos, se escinde a nivel de (b) en y-lipotropina (aminoácidos 1-58) y la B-endorfina

an
hipotalámico de la secreción de LH se hace a través de 2 centros bien definidos. La zona que controla la secreción

di
(aminoácidos 61-91 ). La primera sería la precursora en el lóbulo intermedio de la hipófisis de otros compuestos (c)

tu
"tónica, que es característica del macho, incluye al núcleo arcuato y ventromediano y el centro que regula la

Es
como la B-MSH (los aminoácidos 41-58 de la y-lipotropina) y otros péptidos. Aunque la B-endorfina podria ser secreción "cíclica", propia de la hembra y que es responsable de la ovulación, está ubicado en la zona

de
precursora de la met-encefalina, se duda que ésta provenga de la primera. El intermediario biosintético de
ro supraquiasmática y en la región preóptica medial.
nt
adrenocorticotrofina ( ACTH) se escinde (d) en el fragmento 16 K (así llamado por su peso molecular de 16000) y la
Ce

El mecanismo de acción del GnRH, sobre las células productoras de FSH y LH implica la unión del
ACTH que contiene 39 aminoácidos. El ACTH puede a su vez dar origen en el lóbulo intermedio (e) a la (hormona decapéptido a receptores específicos en estas células que activan las proteínas-quinasas citoplasmáticas. Este
melanocitoestimulante MSH (aminoácidos 1-13) y al CLIP (péptido del lóbulo intermedio ACTH-simil, que proviene proceso es calcio dependiente sobre todo en la movilización y liberación aguda de los gránulos de gonadotrofinas
de los aminoácidos 18-39 de ACTH). acumulados, Es muy probable que el sistema calcio-calmodulina-fosfolípidos actúe como segundo mensajeros en la
activación de las proteínas quinasas.
HORMONAS DE LA ADENOHIPÓFISIS
La naturaleza pulsátil de la secreción de GnRH es un proceso que es gobernado por un generador de
pulsos, que se encuentra ubicado a nivel del núcleo arcuato en la región del hipotálamo mediobasal. Cambios en la
GONADOTROFINAS: Hormona Luteinizante (LH) y Foliculoestimulante (FSH)
frecuencia y amplitud de los pulsos de GnRH, modifican el efecto de éste sobre las células hípofisarias productoras
Las gonadotrofinas de la adenohipófisis son la foliculoestimulante y la luteinizante. En la mujer la prolactina
de LH y FSH, influenciando la liberación de estas gonadotrofinas a la sangre. Así, por ejemplo, los cambios en la
no tiene efecto luteotrófico pero sí en la rata.
secreción pulsátil de gonadotrofinas que ocurren durante el ciclo menstrual están directamente relacionados a
modificaciones en la pulsatilidad del GnRH. La frecuencia de liberación de LH aumenta de uno a dos pulsos por hora,
72 73
FISIOLOGÍI\ i:,'NDÚCR/NA Y DE LA REf'!WDUCC/ÓN NEUROSECRECIÓN./·IIPOT1ÍL1\MO- 11/PÓFISIS
CAPÍTUL03 FISIOLOGÍA ENDÓCR!NA Y DE U REPRODUCCIÓN
1VEUROSECRECh)NH!PUti\Ll\/•,¡Q. H!PÓF.tStS
CAPÍTULO]

desde la iniciación hasta el fin de la fase folicular. Luego de la ovulación, en la fase luteal, la frecuencia cae a 1 pulso
La acción de la FSH sobre los túbulos seminíferos e~.tá acompañarla por un efecto endócrino, ya quG
cada 4 horas, descediendo los valores basales de LH.
aumenta la respuesta androgénica a LH.
Estos cambios en la pulsatilidad y frecuencia del LH son atribuidos al efecto de los esteroides ováricos,
Es interesante señalar que la FSH no es necesaria pma el mantenimiento de la esperrnatogénesi:; una vez
especialmente del estradiol, sobre el hipotálamo y ia hipófisis. El incremento de estradiol produce un aumento en la
que se ha iniciado.
frecuencia de los pulsos del GnRH cercano a la mitad del ciclo, a través del mecanismo de retroalimentación positivo.
En cambio la progesterona tiene un efecto inverso. Como se verá más adelante, las hormonas ováricas actúan
/l.cc:ones de la LH sobre ovario y tE,stículo
también a nivel hipofisario regulando la sensibilidad de la célula gonadotrófica al GnRH. En este sentido, el estradiol
La LH estimula la esteroideogénesis a través del mecanismo del f\lVIPc píoí.Edna-quinasa. el cuerpo lt1teo
tiene un efecto bifásico produciendo una disminución inicial de la sensibilidad y luego un aumento. /l.mbos efectos,
también existen receptores a LH.
son potenciados por la progesterona.
La LH junto con la FSH inducen ovulación en la mitad del ciclo, por un pico de secreción ele eslas
En los Capítulos 1O y 11 al tratar ovario y testículo se ampliarán los mecanismos de regulación entre las
hormonas.
hormonas producidas, por estas glándulas y el eje hípotalámico-hipofisario (Figs 3.10 y 3.11). Las funciones
El mecanismo primario mediante el cual las gonadotrofinas inducen la maduración c!el folículo 110 se conoce
biológicas de FSH y LH son la estimulación de la maduración del testículo y del ovario así como la regulación de la
aún del todo, pero implica al /l.MPc cíclico y a las pmstaglandinas.
gametogénesis y esteroidogénesis en las gonadas.
En el testículo la LH actlia sobre las células cJe Leydig, aumentando el P,11/IPc y la sutisecuente losforilación

s
ica
de proteínas que regulan los primei-os pasos e11 la esteroidogénesis lesiícular._ La regul;,1ción ele la sínlesi,, ele

éd
Acción de la FSH sobre ovario y testículo

sM
testosterona por LH se 1ealiza en los primeros pasos de esta biosintesis, runciamenlalmenie en el paso que
La FSH actúa sobre las células directamente relacionadas con la gametogénesis; células de la granulosa en

cia
translorma el colesterol en pregnenolona en la mitocondria y probablemente, en la 1l1pturn cié, la rnolécui3 los
el ovario y células de Sértoli en el testículo.

en
ésteres del colesterol para formar colesterol libre. (ver Cap.10 y ·¡ 1).

Ci
En el ovario hay receptores a FSH en las células de la granulosa de la mayoría de los folículos. Actuando

de
sobre estos receptores la FSH produce crecimiento folicular y maduración en sinergismo con el esiradíol y la LH. El

s
te
Prostaglandinas y Gonadotrofínas

an
estradiol aumenta la sensibilidad de las células de la granulosa a la FSH aumentando la producción de AMPc, sin
/l.parenternente las prostagiandi11as tienen un efecto hipotalámico solJ1·e la i_HF1H, la cual estimular,.

di
tu
cambiar el número de receptores por célula.
mas activas en este sentido son la PCifa y la PGE1. Como se sabe, en la l1emb18. el esír·adiol es capaz de su1T1ení31·

Es
La aparición de receptores a LH en las células de la granulosa de los folículos preovula'torios es

de
la LH e inducir la ovulación. En el incremento de LH inducido por la horn1ona ovárica liay un au111ento hipotal{rnico
acompañada por pérdida de los receptores a FSH. La presencia de FSH es fundamental para que las células de la
ro PGE2 en el hipotálamo medio basal. La inhibición endógena ele PGs bloquea la lil:ieración de LH y también la
nt
granulosa adquieran receptores a LH. De acuerdo a esto, la secuencia de hormonas para la maduración de las
Ce

ovulación.
células de la granulosa deberá ser: FSH; FSH + es/radio/; FSH + LH + es/radio/.
Otra importante acción de la FSH en las células granulosas es la estimulación de la aromatización de
andrógenos a estradiol. Los andrógenos ováricos se producen en las células tecales por acción de la LH.
PROLACT!N/l. (PRL.)
En el testiculo la FSH actúa previamente sobre los túbulos seminíferos induciendo su maduración y la
La prolactina es una hormona proteica (168 arninoacicios, 22000 da!tcm'.3) simetizacJa pcr las células
espermatogénesis, pero para el mantenimiento de ésta se necesita la estimulacíón androgénica, la que a su vez
lactolropas de la adenohipófisis. Su concentración en la hipófisis humana es unas 100 veces inferim a la ele la
depende de la LH que actúa sobre las células díl Leydig. La acción de la FSH sobre [os túbulos seminíferos se ejerce
hormona de crecimiento (G/-1), con la cual comparte numerosas simi!itucies e11 cuanto a su esiructura c¡u:mica y a
a través de las células de Sértoli que constituye el tejido "blanco" de la FSH en el testículo. Luego de la unión de la
FSH al receptor en la célula de Sertoli hay una activación de la adenilciclasa y un incremento del /l.MPc intracelular.

74
75
r---····

FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS flSIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN


CAPÍTULO] CAPÍTULO] NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS

NA Regulación de la secreción : (Fig.3.12) A diferencia de lo que ocurre con las demás hormonas hipofisarias, la
secreción de prolactina se encuentra sometida a un control predominante inhibitorio por parte del hipotálamo (por ej.
los niveles de prolactina aumentan cuando se secciona el tallo hipofisario).

DA

s
ica
A

éd
sM
j~~mm~~w§~;,;Í:J

cia
en
Ci
OVARlO

de
s
te
an
Figura 3.1 O. Regulación de la secreción de LH y FSH en la mujer. NA : noradrenalina; SOE: sistema opioide TESTICULO

di
tu
endógeno; GASA: acido gammaaminobutírico DA: dopamina; GnRH: hormona liberadora de gonadotrolinas;

Es
de
A:Activina, 1: inhibina. Los estrógenos ejercen un efecto positivo (+) y negativo (-) sobre la secreción de LH y FSH Figura 3.11. Regulación de la secreción de LH y FSH en el hombre. Los andrógenos J°nhiben al LH y FSH, la inhibina
dependiendo de la edad y momento del ciclo. (Ver ovario.Cap 10 ). ro (1) al FSH. (ver Testículo Cap. 11)
nt
Ce

actividad biológica. A pesar de este "parentesco", no existe reactividad cruzada entre ambas hormonas, hecho que La dopamina tiene una importancia fundamental en este control inhibitorio; se ha postulado que los
facilita la medición independiente de cada una de ellas por medio del radioinmunoanálisis. impulsos dopaminérgicos aferentes al hipotálamo producirían la descarga de una sustancia, aún no caracterizada
Los niveles de PRL en sangre venosa, medidos por este método, oscilan en el ser humano entre 5 y 20 químicamente, denominada factor inhibidor de la prolactina (PIF). Sin ·embargo, existen muchos argumentos que
ng/ml, con variaciones relacionadas con la edad y el sexo, con un ritmo circadiano, y con la función reproductora sugieren que _la dopamina sería el PIF :
(ciclo menstrual, embarazo, climaterio ) en la mujer. Han sido descritas formas circulantes heterogéneas de esta a) Terminaciones nerviosas dopaminérgicas vuelcan este neurotransmisor a la sangre portal en la
hormona: "little", "big" y "big-big" PRL (PM 22000, 48000 y 100000 daltons respectivamente), con diferente vida eminencia media (por lo que podría hablarse en este caso de la dopamina como una neurohormona).
media y actividad biológica. b) En los lactotropos se encuentran receptores de alta afinidad para esta sustancia y su estimulación
produce una caída de los niveles intracelulares de cAMP y Calcio, disminuyendo la síntesis y la
secreción de PRL.

76
77
FISIOLOGÍA ENDÓCRJNA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEU!\OSEC:N.ECíÓN.J-J!POT)L\MO- J-f!PC)FiSiS
NEUROSECRECIÓN.fílPGTÁLAMO- HIPÓFISIS
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA FEPRODUCCIÓN CAPÍTULO]
CAPÍTULO]
e) Los agonistas dopaminérgicos (L-DOPA, apomorfina, bromocriptina) disminuyen, mientras que los
antagonistas (metoclopramida, sulpirida, haloperidol, etc) aumentan la liberación de PRL por parte de

la l1ipófisis.
Otra sustancia, dotada de actividad PIF, es el ácido gamma-aminobutírico (GABA); si bien el GABA es
liberado también hacia la sangre portal por las terminaciones nerviosas de la eminencia media y existen, a nivel
hipofisario, receptores para el mismo, la actividad inhibitoria de !a dopamina sobre la liberación de prolactina es
mucho más potente que la de este neurotransmisor, lo que arroja dudas sobre el papel fisiológico que le cabe al

GABA en el control de la secreción de prolactina.


l_a eslimulación de la liberación de PRL se debe, por un lado, a la supresión del PlF; sin embargo, existen
situaciones en las cuales la secreción de PRL no se acompaña de una caída de los niveles de dopamína en sangre
portal, lo que sugiere la existeílcia de un fac\or estimulador de la prolactina o PRF. Esta sustancia, se encuentra en
vías de purificación, es diferente de la hormona liberadora de tirotrolina ( TRH) que induce también la liberación de
PRL, ya que no se acompaña de un aumento de TSH y viceversa, la secreción aumentada de TSH (hipotiroidismo)

s
ica
no siempre conlleva un incremento de los niveles de PRL. Por lo tanto, es poco probable que la TRH sea el

éd
sM
estimulador fisiológico de la secreción de PRL.

cia
Otros péplidos estimulan también la liberación de PRL a nivel hipofisario (Fig. 3.13), debiendo aún

en
dilucidarse su importancia fisiológica en este sentido: el péptido vasoactivo intestinal (VIP), la angiotensina 11, la

Ci
de
neurotensina y la sustancia P. En cuanto a los neurotransmisores, la serotonina mediaría la secreción de PRL

s
te
relacionada con el amamantamiento y quizás con el estrés, mientras que los opioides endógenos aumentarían su Figura 3.i2 .Regulación de la Secreción de Prolactina.

an
di
secreción a través ele un efecto modulador sobre las neuronas dopaminérgicas. El sistema de aminoácidos (+) Estímulo (-) lnl1ibición. NA.: noradrenalina, A: adrenalina ,5 HT: SeiOtonina, DA:clopamina /1ch: acetílcolir,a. F'ílH

tu
Es
excitatorios. como el ácido glutámico y aspártico, son potentes estimulantes de la secreción de prolactina. Hormona hipotalámica liberadora de Prolaclina, PIH: Hormona i1ipotalé.mica inhibiciora cJe Prolac!ina.

de
La PRL ejerce un mecanismo de autorregulación a nivel hipotalámico, aumentando la liberación de
ro las ·16
nt
dopamina hacia los vasos portales. mismos en las primeras horas después del despertar. l._os valores mínimos se alcanzan
Ce

En cuanto a los estrógenos, actúan a nivel hipofisario induciendo un aumento de la secreción basal de PRL hs_ (Fig. 3.14).
tanto en hombres como en mujeres, incrementando también la respuesta prolactínica a la TRH. No se descarta que La ingestión de alimentos,( proteínas, L-tirosina o L-triptuiano \precursores de neurotransmisores) ,:i

los estrógenos puedan actuar también a nivel hipotalámico inhibiendo la secreción de dopamina. mediodía, pero no por la mañana, produce un aumento de los r1ivE,les de fJFll._, cuya significación liiológica

desconoce aún -
Distintas situaciones que producen estrés (punción venosa, cirugía, ejercicio físico, etc)
Variaciones fisiológicas de la secreción de PRL
Como la mayoría de las hormonas proteicas, la prolaclina es liberada en forma de pulsos de magnitud elevan los niveles de PRL. Estos aumentan también en la mujer, durante el acto sexual.(f'ig 3.1 S)
variable a lo largo del dia. Además, existe un ritmo de secreción de prolactina con valores máximos durante la noche
(asociados a la iniciación del sueño y sin relación, para algunos autores, con la fase REM del mismo) y caída de los

79
78
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- flf PÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN
CAPÍTULO] CAPÍTULO] NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS

Acciones de la Prolactina

La PRL adquiere, en los mamíferos, un papel fundamental en la conservación de las especies, ya que tiene
como función principal estimular el crecimiento mamario y la producción de leche materna durante la gestación, y
TRH
VIP mantener la lactación una vez que se produce el parto. Sin embargo, el proceso de lactogénesis y desarrollo
ANGIOTENSINA
.... 11

SEROTONINA
DOPAMINA
OPIOIDES

HISTAMINA (H1 )
GABA
HISTAMINA (H2)
sor Almuerzo
SUSTANCIAP
r
~ (-l
PRL
~ 30
'eOl

s
ica
PRO LACTINA

éd
sM
10
8 16

cia
24 8

en
Figura 3.13 : Sustancias de origen hipotalámico que modifican la secreción de prolactina Hora

Ci
de
s
te
En la pubertad las niñas alcanzan los valores adultos de prolactinemia, mientras que eEste incremento no

an
di
se produce en los varones. A lo largo del ciclo menstrual se registran variaciones de los valoes de PRL que son

tu
Figura 3.14: Ritmo de Secreción de Prolactina

Es
paralelos a los cambios en la concentración de estradiol.

de
A lo largo de la gestación, los niveles maternos de PRL aumentan en forma casi lineal hasta alcanzar, a
ro mamario requiere la interacción sinérgica de numerosas hormonas: PRL, insulina, hormona de crecimiento, cortisol,
nt
término, concentraciones 1Oveces superiores a las basales. Este aumento esta relacionado también con los niveles
Ce

crecientes de estradiol, que inducen una hiperplasia e hipertrofia de las células lactotropas. Al final del embarazo , estrógenos, progesterona y lactógeno placentario. El efecto de la PRL sobre la síntesis de caséína y
las concentraciones fetales y amniótiGas de PRL son mucho mayores que en la madre (se supone que, a este nivel, alfa-lactoalbúmina, las principales proteínas de la leche, y sobre la formación de leche en general, se inhibe durante
la PRL ejerce un efecto regulador del balance de agua y electrolitos). Tras el parto, los niveles de PRL caen el embarazo por las elevadas concentraciones de estrógenos y progesterona, bloquean los receptores de PRL. Es
rápidamente. La lactancia es mantenida mediante el reflejo de succión (Fig.3.16). La estimulación del pezón por el por ello que el efecto de PRL sobre la secreción mamaria se manifiesta entonces recién después del parto, cuando
lactante es transmitida a través de un reflejo polisináptico hacia el hipotálamo; allí se genera la respuesta de este disminuyen los niveles de esteroides sexuales.

doble reflejo neurohormonal: liberación de prolactina ( destinada a mantener la lactación) y de ocitocina (eyección de Estas acciones estarían mediadas a través de la activación de la síntesis de prostaglandinas en el tejido blanco. No
la leche acumulada en los alvéolos). En este reflejo liberador de prolactina, que constituye el estímulo más potente se puede descartar, sin embargo, el papel del GMPc como mediador intracelular.

para su secreción, estarían involucrados mecanismos serotoninérgicos y/o colinérgicos.

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81
FISIOLOGÍA ENDÓCR!NA Y DE LA REPRODUCC!Ó,V NEUROSCCRECJO/'>'.J-!!POT1ÍLAMO- i-IIPOF!S/S
NEUROSECRECIÓN.H/POTIÍLAMO- IIIPÓFISIS
Ct\l'iTUL03
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN
CA.PÍTUL03
' A nivei ovárico: efecto permisivo sobre la producción ele testosterona, accion iuteo!íiica.
' A nivel teslicular: modulación de la función de las células de l.eydig, estímulo del crecimiento c!e vesículas
seminales y próstata (acción sinérgica con los andrógenos).
ALIMENTACION
' Acciones metabólicas: antagonismo insulínico, Estos efectos metabólicos (similares a íos de ia somatolroíina) y
EJERCICIO
ESTRÉS osmorreguladores de la PRL, son sustentados por la presencia de receptores para la misma en \ejido l1epálico y
ESTROGENOS renaL
EMBARAZO
LACTANCIA
" Acciones sobre la conducta: la prolactina tiene, además, un importante ro! en la adquisición de !a conducta maternal
RECIEN NACIDO postparto, demostrada sobre todo en especies inferiores ( aves, por ejemplo).

Il
"-,/
PROLACTII\IA
Aiteraciones de la secrer;ión de PRl
La disminución de la secreción de P~1L no se acompaF1a; en ei hombre, de irn.stomos cfinicos. En la mujer,
en cambio, los niveles insuficientes de PRL tienen como consecuencia la ausencia de lactación (tarnbién llamacJa
agalactia) que se observa, por ejemplo, en el sincirome de Sheel1an (insuficiencia hipofisaria postpal"io).

s
ica
Numerosos son los factores que pueden condicionar la aparición de hiperpmiaclinemia: los neurof,irmacos,

éd
Figura 3.15: Situaciones fisiológiGas relacionadas con hiperprolactinemia las lesiones hipotalámicas, hipofisarias (tumores), administración ele hormonas (estrógenos), etc

sM
Esta se manifiesta en la mujer fundamentalmente por la apfüición ele ¡Jalaclo,Tea (secreción mamaria fuera

cia
en
de la gestación), trastornos mensiruales y fundamentalmenie esteriliclacL En el liombre por impotencia, disminución
Succión

Ci
de la libido y disminución del nC1mero de espel'matozoides. La secreción excesiva cie PRI._ 110 acompaña cie
3001

de
s
alteraciones del metabolismo hidrosalino, lo que pondría de relieve la escasa irnporiancia fisioióqica de los efectos

te
250

an
renales antes mencionados. También se han descripto casos de resister1cia la insulina acompañando

di
-g r 1r\\

tu
2 00 Jue. ga1 \ hiperprolactinemias muy marcadas.

Es
Cll ,1\
r,··./ { ,,
con e \

de
e n•fío
~,50 ·
ro Evaluación del sector pro!actínico
nt

~ '':::iJJ ~
o " \'
~2 i 00
:;::; 1
Ce

, '"-..., /--., l..._. Los niveles plasrnáUcos de PRL varían,, de acuerdo al momento de la valo:·ación, al día del ciclo menstru2I.
Ba ada de "'
la edad y sexo de los pacientes. Se consideran valores basales (a las 8.00 hs) normales para el homlire adulto ciír:is
n_ 50 µ
L., enire 5 - 12 ng/ml y para la mujer; en el quinto dia de su ciclo menstrual, de 5 ·· 25 ng/1111.
o -60 -30 o 30 60 90 180 Para las deíerminaciones del ritmo circadiano de la secreción ele PflL se realizan e;dracciones a las y
Ml~IUTOS
16 hs. Los valores son máximos a las 8 hs., disminuyenclo en un 50% aproximadamente las hs y ,wunlancio
levemente en las primeras hüías de la tarde. La conservación del riirno circacJiano de secrecion ele fJRL indica la
Figura 3.16. Efecto del amamantamiento sobre los niveles maternos de pmlactina en el puerperio inmediato, integridad del sistema de regulación hipotalárnico de la secreción de PRL, la ausencia ele autonomía Pn ia sec:1eció11
del lactotropo (autonomía presente, por ejemplo, en los tumores hipoíisarios productores de lºHLL
Otras acciones postuladas para la PRL serían: La necesidad de establecer una diferenciación clínica entre las !liperpmlac!inr,rnias de origen r.urnoral
• A nivel renal : modulación de la producción de AMPc, disminución de la excreción de sodio, potasio y agua. hipofisario (adenoma prolactinico o prolactinoma) y las producidas por írastornos hipotalárnicc,s (íuncionales o

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82
NEUROSECIIECIÓN.HIPOTÁLJ\MO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍ,l ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.lilPOTÁLAMO- HIPÓFISIS
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN CAPÍ7VL03
CAPÍTULO]

anatómicos) dio origen a la creación de numerosas pruebas funcionales de estimulación e inhibición de la secreción
de PRL, basadas en el siguiente fundamento teórico: la producción de PRL por los adenomas prolactínicos tendría un
carácter autónomo, mientras que las hiperprolactinemias debidas a la interrupción de la producción o de la llegada
del PIF (sección del tallo hipofisario) conservarían un cierto grado de respuesta a las sustancias estimuladoras o

inhibidoras empleadas.
Lamentablemente, la utilidad diagnóstica de estas pruebas es limitada, ya que la diferenciación no se logra
en todos los casos; corresponde por lo tanto evaluar siempre los resultados de estas pruebas dinámicas a la luz de

los datos clínicos y neurorradiológicos obtenidos.

TIIROTROFINA (TSH)
La tirotrofina hipofisaria actúa manteniendo el trofismo y la función de la glándula tiroidea. Las células
hipofisarias que segregan TSH son de gran tamaño. La síntesis y secreción de TSH se hallan bajo el control del TRH,

s
así como de una retroalimentación negativa ejercida por las hormonas tiroideas (fig.3.17). La concentración en

ica
éd
plasma de TSH es de aproximadamente 2 mUl/ml. Su vida media es de alrededor de 50 min.

sM
Al igual que las gonadotrofinas se trata de una glucoproteina de peso molecular 28000 integrada por dos Fígura 3.17. Regulación de la Secreción de TSH. T-4: Tiroxina; fa triodotironina

cia
cadenas: a y B . La cadena a es casi idéntica a la de FSH, LH y HCG y no tiene actividad biológica. Es la cadena fl

en
Ci
la que da la especifidad. Sin embargo para obtener actividad biológica intrínseca es necesario que la cadena fl se La TSH produce sobre la glándula tiroides numerosos efectos, pues actúa estimulando prácticamente todas

de
s
combine a la a . las etapas de síntesis de las hormonas tiroideas, desde la captación de yodo hasta la liberación de hormonas

te
an
Cuando se administra TRH al ser humano los niveles de TSH se multiplican por 3 a 5 veces. En caso de tiroideas en sangre. Estos efectos son secundarios a la acción de TSH sobre el metabolismo intermedio de la célula

di
tu
una insuficiencia tiroidea primaria (alteración primaria de la glándula tiroides) los niveles son casi 10 veces superiores tiroidea, ya que la TSH estimula la oxidación de la glucosa con aumento del consumo de 02 y de la producción de

Es
C02. El mecanismo de acción de esta hormona es semejante al de otras hormonas que utilizan el AMPc como

de
a estos (ver Tiroides).
Hemos dicho que los reguladores principales de la función tirotropa son el TRH y las hormonas Jiroideas. ro segundo mensajero. La TSH se fija a la membranas de la célula tiroidea, estimula la adenilciclasa y aumenta del
nt
Ce

Estas últimas ejercen su efecto modulador fundamentalmente a nivel hipofisario. De esta manera, cambios en la AMPc. La regulación de la TSH será tratada en detalle en Capítulo de Tiroides.
secreción de hormonas tiroideas modi'ican la respuesta de la TSH al TRH. Un aumento de las hormonas tiroideas
atenúa o suprime la respuesta hipofisaria al TRH, en cambio una disminución de estas hormonas la estimula. La HORMONA DE CRECIMIENTO (STH ó GH)
triyodotironina ( T3) es más activa qce la toroxina ( T4) para inhibir la TSH (ver Cap.4). La célula tirotropa está Uno de los efectos mas notables de la hipofisectomía experimental es la detención del crecimiento somático
también sujeta a otras modulaciones, se sabe que la somatostatina, la dopamina y glucocorticoides en dosis altas de los animales operados, trastorno que, a modo de contraprueba, es revertido por la administración de extractos
inhiben la secreción de TSH. hipofisarios. El principio hipofisario de estos efectos es la hormona de crecimiento o somatotrofina que fue la primera
hormona hipofisaria en ser descubierta, probablemente debido a que el contenido hipofisario de la misma es muy
elevado (8-10 % del peso seco de la hipófisis).
Químicamente la STH es una proteína monocatenaria de 191 aminoácidos (PM 21000 daltons) con dos
puentes disulfuro, que guarda importantes similitudes estructurales (por lo tanto, en su acción biológica) con la

85
84
FISIOLOGÍA ENDÓCRINt\ Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.11/POTIÍL!\MO- IIIPÓFIS/S
Ct\PÍTULOJ FISIOLOGÍA ENDÓCR!NA Y DE Lt\ REPRODUCCIÓN
Ct\PÍTULOJ NEUROSECRECIÓN.lflP01iÍlt\MO- HIPÓFISIS

prolactina y el lactógeno placentario. Estas tres hormonas integran una familia de proteínas, las somatolactotrofinas,
y derivan de la duplicación genética y la posterior evolución divergente de un gen ancestral único.
La STH es sintetizada en las células somatotropas (acidófilas) de la adenohipófisis en forma de
prohormona. Estas células se caracterizan por presentar abundantes gránulos electrodensos, en donde se
almacena la hormona. Ante la llegada de los estimulas apropiados, la STH es liberada por el proceso de exocitosis
ha~ia los sinusoides hipofisarios. La liberación es pulsátil, por lo que los niveles circulantes varían
considerablemente. Se admiten como niveles normales a las 8-9 de la mañana , entre 0-5 ng /mi. La principal forma
circulante es la hormona nativa (PM 21000, vida media 20 min.), aunque se detectan también formas diméricas ("big
hGH". PM > 40000) y poliméricas ("big-big hGH", PM 100000).

Control hipotalámico de la secreción de STH


Como sucede con las restantes hormonas hipofisarias, el hipotálamo controla, a través de la secreción de
factores u hormonas hipotalámicas, la liberación de GH por parte de las células somalotropas. (Fig 3.18). A la

s
hormona hipotalámica liberadora de somatotrofina se la conoce también como somatoliberina o somatocrinina, y fue

ica
éd
descubierta originalmente en las células de un tumor pancreático en un paciente que presentaba signos de

sM
hipersecreción de STH. Esta hormona hipotalámica tiene 40-44 aminoácidos y su administración de 100 mg por vía

cia
intravenosa produce una liberación rápida y sostenida de STH.

en
Ci
La somatostatina, conocida ya desde hace largo tiempo, es la hormona hipotalámica inhibidora de la

de
liberación de GH. Cuenta con 14 aminoácidos, se la encuentra en numerosas regiones del organismo (tubo digestivo,

s
Figura 3.18. Regulación de la Secreción de Somatotrofina.

te
an
células O del islote de Langerhans) y posee la propiedad de inhibir poderosamente no sólo la liberación de GH, sino
NA: noradrenalina, 5-HT: serotonina Ach:acetilcolina, STHRH: horemona hipotalámica liberadora de somatotrofína

di
tu
también la de TSH, prolactina, enterohormonas insulina y renina, además de disminuir la motilidad gastrointestinal.

Es
Los niveles circulantes de STH actúan a nivel hipotalámico disminuyendo su propia secreción (mecanismo

de
A lo largo del dia, distintas situaciones fisiológicas producen variaciones en la liberación de 8TH:
de retroalimentación corto negativo). Se discute una acción de los mismos a nivel hipofisario.
ro - El sueño profundo (fases 111 y IV) produce un aumento en la amplitud y la frecuencia de los picos de secreción de
nt
Ce

GH; el aumento es máximo durante la pubertad, y estaría mediado,. por un mecanismo colinérgico o serotoninérgico .
Estímulos de la secreción de STH
- El ejercicio físico y el estrés debido a diversos factores aumentan también, por un mecanismo desconocido, la
La puisatilidad de los niveles de STH se relaciona, en los roedores, con el núcleo ventromediano del liberación de GH.
hipotálamo y con la neurotransmición alfa-adrenérgica, ya que la lesión experimental de este núcleo la suprimen.
- El aumento de los niveles circulantes de sustancias energéticas (glucosa, ácidos grasos libres) disminuye la GH ,
La dopamina, la serotonina, la acetilcolina y los agonistas a. adrenérgicos estimulan también la secreción mientras que la hipoglucemia y la hiperaminoacidemia constituyen estímulos potentes para su secreción.
de GH. Un efecto similar tienen los opioides endógenos y, por lo tanto, los analgésicos derivados de la morfina,
Sobre la hipófisis aclúan las hormonas tiroideas, los estrógenos y los glucocorticoides (en concentraciones
mientras que los agonistas beta-adrenérgicos disminuyen su liberación. fisiológicas) aumentando la producción de GH. El glucagón, por un mecanismo aún desconocido, incrementa la
liberación de la hormona. En cambio la progesterona y los glucocorticoides (a dosis elevadas) inhiben su síntesis.

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NEUROSECRECIÓN.HIPOT/\LAMO- HJPÓf1SIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEU/IOSECRECIÓN.lf/POTÜAMO- I-IIPÓFISIS
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DEL, REPRODUCCIÓN
CAPÍTULO]
CAPÍTULO]

Acciones Biológicas A nivel hipofisario, las IGF-1 tienen una acción inhibidora, ejerciendo una retroalimentación negativa sobre la
La GH no sólo es una hormona de crecimiento (estimula el crecimiento de todos los tejidos del organismo, secreción de GH.
exceptuando el tejido nervioso) sino quii posee, además, importantes acciones sobre el metabolismo intermedio de Recientemente ha sido descubierto un sistema de regulación diferencial constituido por una familia de

hidratos de carbono, proteínas y lipidos. proteínas ligadoras de las IGF, denominadas IGFBPs (lnsulin Llike Growth Factor Binding Proteins) y de las cuales
Acciones sobre el crecimiento: a nivel de los tejidos blandos (por ej. hígado, músculo estriado) la GH aumenta en se conocen hasta el presente 6 tipos, que poseen igual o mayor afinidad por los receptores que los ligantes de las
forma directa el transporte de aminoácidos y la síntesis proteica; ésto resulta en un balance positivo de nitrógeno IGFs. Este descubrimiento está indicando que, las hormonas proteicas son también transportadas en sangre
.,
(disminución de la excreción de urea) y, paralelamente, en una retención de fósforo, Mg 2+, Na' y CI ·. A nivel hepático por proteínas específicas hecho que se conocía únicamente para esteroides y hormonas tiroideas. Si bien,
este efecto es precedido por un incremento de la síntesis de ARNm y de la actividad ribosomal. actualmente, las únicas proteínas transportadoras de hormonas proteicas han _sido descriptas para las IGFs, es muy
Los efectos anabólicos sobre el cartílago de crecimiento de la STH no se ejercen "in vitro" (directamente). probable que se demuestre para otras hormonas, lo que modificará conceptos básicos de endocrinología.
Esta acción se logra únicamente cuando, además de GH , se agrega al cultivo de condrocitos suero de .animales Las IGFBPs se unen tanto a la IGF-1 como a la IGF-11. Las IGFBPs descubiertas hasta el presente poseen
normales, pero no cuando se agrega suero de animales hipofisectomizados. Este experimento demostró la una propiedad estructural común. Los pesos moleculares de las IGFBPs están en el orden de 25-30 kDa.
existencia de un factor circulante, dependiente de la hipófisis, que media los efectos de la GH sobre el crecimiento de Las IGFBPs poseen cuatro funciones principales que son esenciales en la regulación de la actividad

s
los cartílagos de conjunción. Este factor, denominado factor de sulfatación, ya que estimula la incorporación de biológica de las IGFs :

ica
éd
sulfato marcado al cartílago, engloba a las sustancias conocidas hoy con el nombre de somatomedinas (SM) o • Transportar IGFs en la circulación y controlar su pasaje del espacio vascular al extravascular.

sM
factores de crecimiento insulinosímiles /GF (insuline-like growth factor). • Potenciar o inhibir las acciones biológicas de las IGFs

cia
Se han aislado varios péptidos con actividad somatomedínica. Los dos más importantes.son llamados: SMa ' Prolongar la vida media de las IGFs

en
Ci
y SMc, y son idénticos, tanto estructural como funcionalmente, a los factores de crecimiento insulinosímiles JGF ' Limitar el acceso de de IGFs a receptores celulares

de
(insuline-Iike growth factor) / e /GF 11, respectivamente. Actualmente,y a pesar que se siguen designando en forma IGFBP-1: es un polipéptido de 25 kDa, sintetizado en varios tejidos dependiendo su concentración sérica

s
te
an
indistinta se prefiere designarlas como IGF-1 y 11. principalmente de la síntesis hepática. Presenta un ritmo circadiano con valores máximos durante la mañana, es GH

di
La lGF-1 e IGF-11 son péptidos de 70 y 67 aminoácidos que actúan a través de receptores de membrana fndependiente y su principal regulador es la insulina. Su principal función es inhibir el efecto insulino-simil de la IGF-1,

tu
Es
para estimular el crecimiento, proliferación y migración celular. La acción que ejercen es autócrina, parácrina y impidiendo el ingreso de la glucosa a las células. Esto parece estar mediado por 2 mecanismos: uno directo (han sido

de
endócrina . Se los denomina de esta manera basándose en sus aminoácidos que son similares a la pro insulina. demostrados receptores a nivel celular para IGFBP-1) y otro indirecto, modulando la acción biológica de las IGFs al
ro
nt
Las IGFs forman parte de las llamadas sustancias circulantes con actividad insulinica no suprimibles por la unirse a ellas.
Ce

administración de anticuerpos contra la insulina (NSILA, Non Supressible lnsulin-Like Activity). Actúan, quizás sobre IGFBP-2: Es un polipéptido de 31 kDa de PM. Su principal acción es disminuir las IGFs libres inhibiendo la
los receptores propios de esta hormona, a nivel de los tejidos blandos (músculos, tejido adiposo) en forma similar a la proliferación celular. Su acción se ejerce fundamentalmente sobre la IGF-11. La mayor concentración de IGFBP-2 se
insulina (aumentando la captación y el metabolismo de la glucosa, el transporte de aminoácidos y la síntesis proteica encuentra en el fluido cerebroespinal, ya que es sintetizada fundamentalmente por el tejido neural. En el caso de
y disminuyendo la lipólisis) En cambio, sobre receptores específicos situados en el cartílago de conjunción actúan déficit de GH, la IGFBP-2 aumenta en sangre
estimulando la captación de sulfato, aminoácidos, glucosamina y timidina, la síntesis de proteínas y de ácidos IGFBP-3: Es un polipéptido de 29 kDa. Es GH dependiente y constituye la IGFBP de mayor concentración
nucléicos.tanto el crecimiento de los condrocitos, su replicación y la sintesis de mucopolisacáridos sulfatados. La IGF plasmática y la que transporta la mayor cantidad de IGF-1. Es sintetizada fundamentalmentalmente en el hígado. Hay
1e IGF 11 (inicialmente llamados somatomedinas) son sintetizadas en la mayoría de los tejidos, principalmente en el una proteasa IGFBP-3 específica, aparentemente calcio dependiente, encargada de la proteólisis de la IGFBP-3. La
hígado. La IGF- 1es fundamentalmente regulada por la GH y en menor grado, por la insulina y la prolactina e inhibida misma se encuentra aumentada en suero de embarazadas, pacientes con enfermedades severas y en el déficit de
por factores tales como la desnutrición, el enanismo hipofisario, la administración crónica de glucocoticoides y GH. Dado que la IGFBP-3 es GH dependiente, se la utiliza en el diagnóstico de pacientes con déficit de GH y en
estrogenos y por alteraciones genéticas. La IGF-11 parece ser GH independiente. acromegálicos.

88 89
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN N EUROSECRiXIÓN.HI POTÁLAMO- /1 /PÓF!SIS FISIOLOGÍA ENDÓCR/N;\ J" DE LA l<EPRODUCCIÓN NEU!?OSECH.fCiON.! l!/JO"//;L,\¡'i/0- !!!POFIS!S
CAPÍTULO] C\PiTUL03

IGFBP-4: Es un polipéptido de 24 kDa. Su acción es mediada por su unión con las IGFs, no teniendo con un 20 % de similitud y una región amino terminal idéntica. Presentan baja afinidad por las IOFs. Junto cor, ias
acción directa sobre las células. Tiene una proteasa específica que la cliva y esto sería un mecanismo regulatorío IGFBPs 1 a 6 constituyen la superfamilia de las !GFBPs quienes presentan una función IOF dependiente o IGF
para proteger a las células de la sobreestimulación de las IGFs. independiente, regulando ei crecimiento celular normal y neoplásico.
IGFBP-5: Es un polipéptido de 29 kDa de PM.-Se encuentra en varios teJidos teniendo mayor concentración
en riñan, pulmón y hueso . A nivel de este último! aumenta la respuesta mitótica de las células óseas a la IGF-1 y 11 Acciones metabólicas de la GH
Además de las acciones descriptas, referidas a! metabolismo de lm, Bmir1oi'!ci1Jos, ia GH posee u11 efecto
BPs en Distintas Situaciones Fisiológicas: bifásico, en el organismo intacto, sobre el metabolismo de los hidratos ele carbono y el de los lípidos. Deliiclo al
Embarazo: Durante la gesta se observan cambios de las IGFs en la circulación materna y fetal. La IGF-1 y 11 estímulo de la liberación de IGF-1, la administración de GH produce, inicialmente, efectos del tipo i11suiinico (aume11io
aumentan en suero fetal con la edad gestacional, siendo la IGF-11 fundamental y detectándosela ya entre el 52 y 82 de la entrada de glucosa a las células, estimulo de la glucólisis y c!e la lipogénesis, ínl1ibición de la lipólisis) sobre los
día de vida embrionaria. La IGl=-1 se encuentra disminuida en aquellos fetos con retraso del crecimiento. La IGFBP-1 tejidos perilérícos; tras este periodo inicial, de 2-3 horas de duración se pone de manifiesto su acción intrínseca, que
es sintetizada por la decidua y va aumentando sus niveles en el líquido amniótico a medida que avanza el embarazo, es e híperglucemíante. La acción lípolítica (estímulo de la lipasa horrnono sensible) contribuye a oporta
siendo además su concentración mayor· que en el suero materno. La IGFBP-3 también se encuentra aumentada en combustibles alternativos (ácidos grasos, cuerpos cetónicos) e11 situaciones de ayuno prolo11gacio o hipoglucemia.
cavidades extraembrionarias. sugiriendo que la misma así como IGFBP-1, actuarían directamente sobre receptores efecto hiper·glucemiante y, por ende, potencialmente díabeiogénico, conocido desde los experin1e111os de Houssay

s
ica
celulares e indirectamente a través de las IGFs. Su acción estaría vinculada a la remodelación de tejidos colaboradores, reconoce varias causas, a saber: el antagonismo ele la acción rJe la im,ulina eier·ciclo por la GH nivel

éd
extraembrionarios durante el desarrollo embrionario/ fetal. Las IGFBP-2 y 4 también se encuentran aumentadas en

sM
intracelular (efecto postreceptor de insulina), y la eslirnulación de la secreción de glucagón y aclernás el eslirnuio
líquidos extraembrionarios en el 1º trime~tre. La IGFBP-3 está disminuida en los íetos con insuficiencia útero/

cia
directo e indirecto (a través del aporte de precursores) de la neoglucogénesis.

en
placentaria no detectándose modificaciones en aquellos con peso acorde o bajo para la edad gestacional.

Ci
A nivel materno, la IC:,F-1 y 11 no están incrementadas en embarazos múltiples y de bajo peso, mientras que

de
Alteraciones de la secreción de GH

s
la IGFBP-3 está aumentada en el 12 y 22 trimestre en embarazos múltiples con respecto a los únicos. La iGFBP-1 no

te
El exceso de la secreción de GH es producido, generalmente, por un adenoma hipoíisario (aciciófilo) y se nraniíiesta

an
presenta variaciones a lo largo de toda la gesta. La actividad de la proteasa de IGFBp:3 aumenta en embarazos por alteraciones metabólicas (alteración en la tolerancia a los hidratos de carbono) y :oomáticas (que varían segCrn el

di
tu
múltiples, al final del 1º trimestre y principios del 2º trimestre. Todas estas variaciones constituirían mecanismos trastorno se inicie antes -gigantismo- o después -acromegalia- de complelado el Grecimíenio estatural del inrJíviduo).

Es
de
adaptativos para asegurar el normal crecimiento fetal. El enanismo hipofísarío, manifestación del déficit en la secreción de GH, puecJe ser de origen lrereditario, irJiopáiico, o
ro bien, lo que es más frecuente, deberse a tumores intraselares que alectan la prociucción ele GH por pé11·1e rle i2,s
nt
Ce

IGFs e IGFBS a lo largo de la vida: Las IGFs e IGFBPs presentan variaciones a lo largo de la vida, células somatotropas.
dependiendo del sexo y del índice de masa corporal (BMI). La IGF-1, IGFBP-3 y su relación molar (RM), presentan
niveles en sangre de cordón umbilical mayores que los hallados en la prepubertad. Los niveles de IGFBP-3 parecen Evaluación de la sec!'eción de GH
ser mayores en el sexo femenino en todas las edades. La IGF-·1 y la IGFBP-3 presentan un incremento significativo Dada la fluctuación existente en los niveles basales de GH (0-5 ng/ml), debida 8 la pul,.aiilidad ya de,;críta,
en los estadios intermedios de la pubertad con una tendencia a disminuir al final de la misma. Con posterioridad la es necesario, a fin de poder realizar el diagnóstico de liberación deficitaria de esta hormona, utilizar prueba,, de
IGFBP-3 y 5 presentan un marcado descenso de sus niveles a medida que progresa la edad. La IGFBP-1 disminuye esiimulo de su seuecíón. Estas son: 1) La prueba del ejercicio (subir escaleras ciuranie 20 min.) 2) La de /',r1Jinína (se
sus valores a lo largo de la vida , en cambio la IGFBP-2 presenta mayores niveles en la infancia y adultos mayores administra 125-250 mg i.v. en 30 min) 3) La de i_-DOP1\ (250-500 mf¡ oral) y 4) La de insulina 0.05-0.í U/k[J i.v.)
de 65 años, descendiendo sus niveles en adultos jóvenes. empleo de una prueba determinada se lmá ele acuerdo a la expei"iencia del equipo médico tratante. el caso de
Recientemente, se ha demostrado la existencia de las IGFBP7 e IGFBP8, las que presentan 30-38 % de evaluación planteada de un paciente con déficit ele talla se realizan, con frecuencia, dos o mas píuebas, a fin de
homología con las otras 6. IGFBPs, teniendo 17 de las 18 cisteínas conservadas, una secuencia carboxílo terminal

90 9[
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE V. REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.NIPOTÁLAMO- HJ/>ÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINJ\ Y /JE L4 REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁI.J\MO- I/IPÓf1SI.\'
CAPÍTULO] CAPÍTULO]

certificar el diagnóstico de enanismo hipofisario: debe prevalecer, sin embargo, un criterio racional en la elección de En otras especies, pero no en la humana, la ACTH es transformada por las células de la pars intermedia en MSH y
estas pruebas, criterio basado en la precisión diagnóstica y, fundamentalmente, er\la inocuidad de las mismas. en un producto intermediario de la ACTH denominado Clip.
Hipersecreción: Generalmente, aunque no siempre, se manifiesta por un aumento de los niveles basales de GH La ACTH, la a MSH y la B endorfina se han hallado en el cerebro, células neuroendócrinas de los islotes
(que puedan superar los 2000 ng/ml o mas). A fin de conocer el grado de alteración del metabolismo hidrocarbonado pancreáticos y del intestino de varias especies.
que acompaña al aumento de la secreción de GH se utiliza la prueba de sobrecarga oral con glucosa (que se La síntesis de ACTH es un ejemplo de la profunda interrelación entre el sistema nervioso y el endócrino,
encuentra alterada en casi el 50% de los acromegálicos); resulta interesante constatar, en muchos pacientes, la falta donde se observa claramente la capacidad pluripotencial de las células neuroendócrinas y endócrinas.
de supresión de los niveles de GH por la hiperglucemia (respuesta paradójica). También se encuentra alterada la
respuesta de las células somatotróficas a algunos estímulos: por ejemplo, un 60-70% de los pacientes acromegálicos Secreción de ACTH
responde a la administración i.v. de TRH aumentando la secreción de GH, muchos de estos pacientes disminuyen la La secreción de ACTH es controlada por múltiples factores que serán analizados al tratar el eje
liberación de GH ante el estímulo dopaminérgico, que normalmente la aumenta, finalmente, un número menor de hipotálamo-hipófiso-adrenal. Sin embargo, aquí se consideran algunos aspectos de esta regulación.
pacientes presenta, además, una respuesta anómala a la inyección de LHRH. Se desconoce, en la actualidad, el Ya hemos visto que la síntesis y liberación tle ACTH se hallan bajo la dependencia del factor hipotalámico liberador
mecanismo que da origen a estas perturbaciones. de ACTH (CRH), péptido de 41 aminoácidos, sintetizado en el hipotálamo y que produce, además, liberación de B

s
endorfina. Otros neuropéptidos hipotalámicos, como la vasopresil)a y la angiotensina 11, también liberan ACTH.

ica
éd
Prostaglandinas y Somatotrofina La hormona posee un ritmo circadiano de secreción con un pico alrededor de las 6 A.M. disminuyendo

sM
Existen numerosos experimentos que demuestran que las PGs aumentan la liberación de STH, tanto en luego durante el día. Es decir que hay, valores máximos en las primeras horas de la mañana. Este ritmo desaparece

cia
cuando se altera la relación luz/oscuridad (ceguera, etc). El pico de ACTH se origina debido a la influencia del

en
animales de experimentación como en HI hombre. Aparentemente el efecto de las prostaglandinas sobre la liberación

Ci
de STH no sería mediado por la Somatostatina (ver más adelante) sino a través de algún neurotransmisor implicado hipotálamo.

de
La hormona se segrega, al igual que casi todas las hormonas de la hipófisis, en forma de pulsos que

s
en la secreción de STH. No se conocen aún, las implicancias fisiológicas de estos cambios.

te
an
aumentan en amplitud y frecuencia durante las primeras horas del día. La principal hormona inducida por la ACTH en

di
tu
ADRENOCORTICOTROFtNA (ACTH) la corteza suprarrenal es el cortisol. A su vez éste inhibe por un mecanismo negativo la secreción de ACTH actuando

Es
Es una hormona polipeptídica de cadena única con 39 aminoácidos y peso molecular de 4500. La a 2 niveles, el hipotalámico donde inhibe la síntesis de CRH, y el hipofisario donde bloquea la acción estimulante del

de
secuencia 1-24 a nivel del N- terminal contiene la actividad biológica completa. La secuencia 5-1 O es crítica para ro CRHF sobre la ACTH (Fig. 3-19).
nt
Ce

estimular la corteza suprarrenal. Su función es regular la secreción y el crecimiento de la corteza suprarrenal. Las La ACTH inhibe su propia secreción al actuar sobre el hipotálamo e inhibir por un mecanismo corto y
células productoras de ACTH constituyen el 20% de la población celular de la adenohipófisis. Si bien estas están negativo, la liberación de CRH. Recientemente se demostró que en pacientes tratados con ACTH disminuye el CRH
localizadas en la pars distalis del lóbul!o anterior, hay evidencias en animales de que hay células productoras de en suero.
ACTH en la pars intermedia. En seres humanos la síntesis y secreción ~omienza alrededor de los 3 meses de La ACTH es la hormona que induce la adaptación del organismo al estrés; es por ello que una infinidad de estímulos
gestación. incrementan su secreción (hipoglucemia, anestesia, infecciones, ansiedad, depresión, etc.). En todos los casos ,el
Se aclaró que la ACTH, al igual que la MSH y los opioides, provienen de una molécula madre denominada e$tímulo de la secreción proviene a través del CRH hipotalámico, aunque varía el mecanismo. Así, por ejemplo, el
proopiomelanocortina (Fig. 3.9). Esta prohormona posee en su molécula la secuencia de una serie de péptidos incremento de ACTH, que se produce por la hipoglucemia insulínica, es mediado por noradrenalina (receptores a
biológicamente activos, que incluye la a y B lipotrofinas, la a y B MSH y la B endorfina. El procesamiento de la adrenérgicos) y serotonina. Otras respuestas pueden ser mediadas por acetilcolina, GASA, etc.
propiomelanocortina es diferente en los distintos tejidos y especies animales, dependiendo del contenido de las
enzimas que clivan a esta prohormona. En la pars distalis se produce ACTH y en menor cantidad B endorfina y
lipotropinas. De acuerdo a estudios inmunohistoquímicos, estos péptidos están en la misma célula de la pars distalis.

92 93
NEUROSECREC/ÓN.1/ll'OTÁLAMO- Hll'ÓFIS/S FISIOLOGÍA ENDCÍCRINA Y DE L1 RE/'l/ODUCC!ÓN l·./ElJROSECRECíÓN.J-.fíí-'Of~ÍLi\1\·JO. fliPO/:-;,\fS
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPl<ODUCC/ÓN
CJ\PÍTUL03
CAPÍTUL03

La ACTH, debido a su superposición de estructura con la u. tvlSH estimula la pigmentación cutánea, cielJido
probablemente a la dispersión de granos de melanina de los melanocitos (anfibio:;) o estimulando la si11lesis de
Estrés melanina (seres humanos).

Prostaglandinas y Adrenocorticotrofina (ACTH)


Las prostaglandinas aumentan la secreción de ACTH acluancio a nivel l1ipoialÉ1mico y este ciccto
mediado por un probable aumento de la liberación de CRH. La aplicación local de in::iorneiacina, u11 in!1ibidor de l2s
PGs, previene la l1ipertrofia compensadora suprarrenal! que ocurre luego de la exiimaciórr ele una ele las glándulas
por aumento de ACTH.

1-JORMONA MELANOCITOESTIMIJLP,NTE
Se ha dicho, que en el hombm, la parle intermedia ele la hipófisis casi no exi~.!e; en cambio en algunos peces
y anfibios está muy desarrollada y segrega la tvlSH, que 1Jispersa los pigmentos de los melanocitos oscurecierrdo ele esta

s
ica
manera la piel. En el hombre, las células productoras de fvlSH serian las mismas que las c;e la ACTH. Ya se ha dicho

éd
visto que la a. fvlSH y la G IVISH provienen junto con la /,CTH, de una n1oiécula común, tenienclo acJemás aliniclé,des

sM
cia
químicas, ya que la el fv1SH corresponde a la secuencia H3 de la ACTH y la GIVISH lieva en posición i H7 ei seg111en!o
méduJa

en
4-1 Ode la ACTH y de la u. fvlSH (Fig.3.9)

Ci
de
En el hombre la tvlSH no ejerce acción, salvo cuando se produce un ma.rcado 2umento en sanqre. E:ite efecto

s
te
es el estímulo de la secreción de melanina. Como el incremento de IVISH se produce en condiciones similares al de !a

an
ACTH, se la encuentra muy aumentada cuando se extirpa la suprarrenal. Estos pacienles adquieren una pi¡¡rnentación

di
Figura 3:19: Control de la Secreción de ACTH. (+) Estimulo(-) Inhibición. NA: noradrenalina; A: adrenalina; 5-HT:

tu
intensa (síndrome de l\!elson).

Es
serotonina ; CHR: hormona hipotalámica liberadora de adrenocorticotroíina; fa,ch: acetilcolina; ADH hormona

de
El control hipotalámico de la MSH parece diferir del de la 1'\CTH, al menos en animales, en los que se supone
antidiurética ;POMC: proopiomelanocoriiha
ro existencia de un factor liberador (MSH-RF) y un factor inilibidor (tvlSH .. RIF), que formarían en la sminenc;a media rJei
nt
Ce

hipotálamo a partir de la molécula de ocitocina por acción enzimática.


La concentración de ACTH a las 6 de la mañana, medida por radioinmunoensayo, es de 20 a 100 pglml. La
vida media de la hormona en plasma es de apróximadamente 1Ominutos.
GLÁNDULA PINEAL O EPÍFISIS
Hemos dicho que la ACTH actúa sobre la corteza suprarrenal, estimulando las zonas de la glándula que
La glándula pineal es una invaginación del techo del tercer ve11trículo ele 120 rng ele peso. t1aF1ada por el líquiclo
están encargadas de la secreción de cortisol y esteroides androgénicos.
celalorraquídeo y situada detrás clel cuer'Po calloso. Está formada pül' l,1s células neuroepiteliales, los pinealocitos
El mecanismo de acción de la hormona es por fijación a receptores específicos de membrana, activación de
células gliales. Está inervada por fibras posganglionares a.mielinicas del sistema vegetativo procec!er:!c,s clel uar1glio
la adenilciclasa y formación de AMPc como segundo mensajero.
cervical superior. Las te1rninaciones de eslas fibras contienen noradrena.tina y serotonina. La glánc!ula no e,i'iá conectada
En animales se han descripto un conjunto de acciones extraadrenales de ACTH intacta o de los péptidos
con el Sistema Nervioso Central.
derivados de su síntesis. La estimulación de la lipólisis puede deberse a la superposición de estructuras con las
lipotrofinas. La ACTH exógena estimula la insulina.

94
FISIOLOGÍA ENDÓCRINJ\ Y DE L/1 REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAM(). HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.lilPOTÁLAM(). HIPÓFISIS
CJ\PÍTUL03 CAPÍTULO]

La principal hormona pineal es la melatonina (Fig.3.20), derivada de la serotonina por acción de la enzima Otros de los efectos atribuidos a esta hormona es una acción antigonadotrófica, probablemente actuando a
serotonina-N-acetiltransferasa, que produce N-acetil-serotonina y de la hidroxindol-0-metiltransferasa que produce nivel hipotalámico. La melatonina retrasa la pubertad, reduce el peso ·de los ovarios y disminuye la frecuencia de celo en
melatonina. el ciclo sexual de la rata. Inversamente, la pinealectomía adelanta la aparición de la pubertad y la maduración de los
En la glándula pineal existe un intenso metabolismo de RNA, proteínas, AMPc e indolaminas. Este mecanismos nerviosos involucrados en la producción de los ciclos sexuales de la hembra.
metabolismo tiene un marcado ritmo circadiano ( alternancia día/noche) por mediación de una vía nerviosa que parte de La glándula pineal contiene también hormonas hipotalámicas como la LH-RH o TRH, neurohormonas y sus
.Js; retina, hace conexiones con distintas estructuras nervíosas y llega a la glándula. La concentración de melatonina y proteínas transportadoras. No se conoce bien la función de estas sustancias en la pineal, pero deja claro que la glándula
otras indolaminas es máxima durante la noche. cumple un papel fundamental en la integración neuroendócrina.

NEUROHIPÓFISIS
TRIPTOFANO

l A diferencia del lóbulo anterior de la hipófisis, el lóbulo posterior de la misma constituye, en realidad, una
prolongación del tejido nervioso diencefálico, conectada al hipotálamo por un haz nervioso (hipotálamo-hipofisario)
5--HIDROXJTRIPTOFANO
(Fig. 3-21) e irrigada por la arteria hipofisaria inferior. La secreción neural vertida en ella es recogida por capilares

s
venosos que drenan la sangre hacia las venas yugulares. El pasaje de las sustancias de neurosecreción a este nivel

ica
SEROTONINA

éd
es facilitado por la íntima relación existente entre las terminaciones nerviosas y los capilares venosos

sM
N-ACETIL SEROTON!NA
neurohipofisarios.

cia
La neurohipófisis contiene tres tipos celulares diferentes:

en
Ci
1MELATONINA
• Células epiteliales o perivasculares, cuya función se desconoce en la actualidad.

de
• Pituicitos, que son células similares a las células gliales que rodean a las células nerviosas.

s
te
an
*Terminales nerviosas de las neuronas magnocelulares hipotalámicas, cuyos cuerpos celulares se

di
encuentran en los núcleos supraóptico y paraventricular, y cuyos axones forman el haz

tu
Es
hipotálamo-hipofisario.

de
Figura 3.20: Síntesis de Melatonina.
ro
nt
Ce

La glándula pineal, es pués, un transductor neuroendócrino que ·convierte señales nerviosas en señales
Bioquímica, síntesis y secreción de las hormonas de la neurohipófisis:
hormonales.
La ocitocina y la vasopresina (también llamada hormona antidiurética o ADH) que se encuentran en la
La melatonina circula en plasma unida a albúmina, presenta valores más altos durante la noche que durante el
neurohipófisis son nonapéptidos (PM 1080) que presentan un puente disulfuro entre los aminoácidos 1 y 6; la
dia y es captada principalmente por las gónadas y el hipotálamo.
similitud estructural hace que ambos péptidos compartan acciones. Así, la ocitocina tiene un leve efecto antidiurético
En los mamíferos, su principal acción es la regulación de los ritmos biológicos (circadianos,circaanuales etc) y
y la ADH, presenta un moderado efecto ocitócico.
la adaptación de éstos a los ritmos luz-oscuridad. Esto implica su participación en los distintos mecanismos involucrados
Ambas hormonas, ocitocina y vasopresina, son elaboradas por igual por las neuronas de los núcleos
en la fisiología del sueño. La administración de la hormona demostró tener efectos beneficiosos en pacientes con
supraóptico y paraventricular. Sin embargo, en el ser humano, parece ser que la relación de neuronas productoras de
alteraciones del sueño y en distintas patologías que están acompañadas con modificaciones del 'sueño (Enfermedad de
ADH/neuronas productoras de ocitocina es 4/1 en el núcleo supraóptico, o sea, que este núcleo sintetizaría más ADH
Alzhaimer).
que ocitocina. Se acepta actualmente que una neurona sintetiza únicamente una de las dos hormonas.

96 97
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LI\ REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTIÍLAMO- HIPÓFISIS FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECREC!ÓN.HI POTÁLAMO- l·//PÓF/S/S
CAPÍTULO] CJ\PÍTULOJ

Como cualquier neurona, las neuronas magnocelulares del hipotálamo reciben y conducen impulsos La secreción de las neurohormonas hacia los capilares venosos de la hipófisis posterior se produce po! la
nerviosos. Sin embargo, no poseen vaina mielinica ni forman sinapsis, sino que traducen la llegada de los impulsos llegada de un estimulo que despolariza los cuerpos neuronales y a continuación, el axón y las terminales nerviosas
nerviosos al cuerpo celular en la liberación de su transmisor a larga distancia (neurosecreción) hacia la sangre . ricas en gránulos de neurosecreción.

..,,

r©+
1
!
Vasopresina
+ neurofirina
----

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"""'""''"""""'~

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'-----1 de la111ama

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éd
·,
·,,....

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/

Figurn 3.22, Regulación de la secreción de ocitocina

cia
en
Ci
La llegada del impulso a las neuronas y la despolarización resultante, aumentan con la concentración de

de
s
Figura 3.21 Relaciones entre núcleos hipotalámicos (donde se sintetizan la ocitocina y vasopresina y el lóbulo Ca++ dentro del terminal, desencadenando el proceso de exocitosis. Por este mecanismo, se fusionan las

te
an
posterior de la hipófisis (donde se acumulan y liberan ) membranas de los gránulos de secreción y el neurolema, siendo vertidos hacia la sangre los componentes

di
tu
secretorios, es decir neurofisinas + ADH u ocitocina. No se sabe, a ciencia cierta si las neurohormonas permanecen

Es
de
Los cuerpos celulares contienen la maquinaria necesaria para la síntesis proteica (retículo endoplasmático, etc.) . En asociadas a su transportador intracelular una vez que son vertidas a la circulación.
ellos se sintetizan los gránulos de secreción, que aparecen también a nivel axonal, y que adquieren el aspecto de ro Los niveles basales de ADH oscilan entre Oy 2 pg/ml, siendo su vida media de 5 minutos y su tasa de
nt
Ce

gránulos electrodensos de 100 µ de diámetro a la microscopía electrónica. Estos gránulos son transportados por el secreción diaria de 5-25 µg.
flujo axonal a una velocidad de 40 mm/día y este proceso de transporte está relacionado con la actividad de los Estímulos para la secreción de ADHE y ocitocina
microtúbulos. Si bien la liberación de vasopresina puede deberse, en forma básica a estímulos tales como el dolor y los
Los gránulos contienen ona de las dos neurohormonas unidas en una relación molar 1/1 a proteínas traumatismos (estrés), el aumento de la osmolaridad y la reducción de! volúmen san¡¡uineo constituyen los estímulos
transportadoras de PM = 10000, llamadas neurofisinas. Existirían, por lo menos dos tipos de neurofisinas, de acuerdo fisiológicos fundamentales para la liberación de esta hormona. (Figs. 3.. 23 y 3.24).
a la secuencia a01ínoacídica determinada recientemente (97 aa). Cada una de estas proteínas se uniría La regulación de la secreción de ADH, conforma un claro ejemplo de mecanismo de regulación
preferencialmente a una de las dos neurohormonas, si bien se ha demostrado "in vitro", que tanto la ADH como la homeostática de una variable fundamental para la constancia del medio interno.
ocitocina pueden unirse a ambas neurofisinas.

98 99
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE lA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULO] FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULO] '

·o.smoresep~res Esta señal es conducida al hipotálamo a través de los pares craneanos IX y X y resulta en una inhibición de
la secreción de ADH. Por el contrario, al disminuir el volúmen circulante, los receptores reducen su frecuencia de
descarga, disminuye la inhibición ejercida sobre los núcleos hipotalámicos y se produce la liberación de vasopresina.
La caída del volúmen sanguíneo total por encima de un 8% es capaz de desencadenar, con el sujeto en posición de

J-listamina.
pie, un aumento de la liberación de ADH. El estímulo producido por la hipovolemia se impone sin importar la
... concentración de solutos existente en ese momento en el LEC (hipo, normo, hiperosmolaridad). Lo mismo sucede
cuando se produce una caída importante{~ 15%) de la presión arterial media. Podemos decir que el hipotálamo es
........... - ..................... 1 más sensible al estimulo producido por la osmolaridad plasmática y responde liberando cantidades bajas de
vasopresina, mientras que la situación de emergencia debida a una hemorragia o a una caída brusca de la presión
arterial se acompaña por la liberación masiva de esta hormona.
· Reabsorcion
de H1 0 en Otros estímulos para la secreción de ADH son : Acetilcolina, estímulo ~-adrenérgico, angiotensina 11,
rifüm

prostaglandinas, estrés, dolor, náusea, hipoxia, hipoglucemia, ejercicio. En cambio, el alcohol etílico y el frío inhiben

s
ica
su liberación. Entre los farmacológicos puden citarse: anestésicos generales {éter, barbituratos, halotano);

éd
Figura 3.23 Regulación de la secreción de vasopresina u hormona antidiurética (ADH). La ADH estimula la analgésicos {derivados de la morfina); tranquilizantes {clorpromazina); nicotina.

sM
reabsorción de agua en el riñon lo que disminuye la osmolaridad del plasma. Esto inhibe a los osmoreceptores Con respecto a la liberación de ocitocina, ésta es estimulada por medio de señales nerviosas que se

cia
en
centrales y disminuyen la secreción de ADH y por lo tanto se pierde líquido para aumentar la osmolaridad. originan en los receptores táctiles del pezón y del cervix uterino, y que llegan al hipotálamo (principalmente al núcleo

Ci
Inversamente el aumento de la osmolariclad estimula los osmorecptores los que activan la secreción de ADH. Los paraventricular) induciendo la despolarización de las neuronas magnocelulares productoras de ocitocina y su

de
s
neurotransmisores involucrados estan señalados en la figura { DA: dopamina; NA: nciradrenalina ;Ach: acetilcolina.) secreción a nivel neurohipofisario, resultando estos reflejos neurohumorales en la contracción de las células

te
an
mioepiteliales y miometriales, respectivamente.

di
tu
Debido a su participación en el mantenimiento del balance hidrico, es lógico que la mayor osmolaridad

Es
plasmática produzca un incremento en la secreción de ADH. Este aumento es mediado por receptores sensibles a la Acciones de vasopresina

de
osmolaridad del líquido extracelular, llamados osmorreceptores y situados en el núcleo supraóptico o en zonas ro La vasopresina tiene un rol fundamental en los vertebrados anfibios y de· vida terrestre, ya que regula la
nt
Ce

hipotalámicas vecinas al mismo. Un aumento mínimo de la osmolaridad plasmática {2%) duplica los niveles basales reabsorción de agua a nivel del nefrón distal (túbulo contorneado distal y tubos colectores), permitiendo la eliminación
de ADH {de 0-2 pg/ml a 20 pg/ml). En forma desfasada, a partir de los 295 mOsm/kg se estimulan los centros de un volúmen muy escaso de orina muy concentrada (1200 mOsm/kg) cuando es necesario retener agua en el
hipotalámicos que regulan la sed, situados por detrás del núcleo supraóptico, lo que provoca la búsqueda y la íngesta organismo {efecto al que debe su nombre de hormona antidiurética). La ADH aumenta en forma considerable la
de agua. Los osmorreceptores son estimulados en realidad por la salida de agua de los mismos hacia el intersticio, permeabilidad del epitelio del túbulo colector al agua y ésta deja la luz tubular, a favor de un gradiente osmótico,
con disminución del volúmen intracelular. El aumento de la osmolaridad del plasma por una sustancia libremente hacia el intersticio medular hiperosmótico. En menor grado, la ADH aumenta también el transporte de urea y Na a
difusible, como la urea, no produce un incmmento de la liberación de ADH. través de este epitelio.
Existen, por otra parte, receptores de volúmen situados en el lecho cardiovascular y que ejercen un control Los receptores para ADH, situados en el túbulo colector, se encuentran acoplados directamente al complejo
tónico inhibidor sobre la liberación de vasopresina. Estos receptores son, en realidad, receptores de estiramiento y se adenilciclasa. El AMPc es uno de los principales mensajeros intracelulares de la acción de la vasopresina y los
ubican en la aurícula izquierda, el arco aórtico y los senos carotídeos. Al aumentar el volúmen, en el lecho efectos hidroosmóticos de la ADH son reproducidos por el agregado de AMPc. Sin embargo, también interviene en
cardiovascular los receptores aumentan el número de descargas por unidad de tiempo. esta respuesta el aumento de los niveles intracelulares de Ca++; este ión actúa por medio de su unión a la
calmodulina, proteína intracelular ligadora de calcio, ya que los inhibidores de la calmodulina (trifluoperazina)
100
101
FISIOLOGÍA /:.iVDÓCIIINA Y DE LA 1/EPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.lilP01,ÍLAMO- HIPÓF/é>1S FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECRECIÓN.HIPOTtÍLAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULO] CAPÍTULO]

antagonizan los efectos de la ADH y del AMPc. Otro mediador intracelular (negativo) sería producido por la acción de
la fosfolipasa A2, estimulada por el incremento de los niveles intracelulares de Ca++, sobre los lípidos de la membrana
celular, aumentando la producción de distintas sustancias lipídicas, entre ellas la prostaglandina fa. El incremento de
los niveles de PGE2 se traduce en una modulación negativa, mediada por la proteinquinasa C, de la adenilciclasa y
~ ¡fADHl
disminuye de esta manera la producción de AMPc estimulada por la ADH.
~ ~
,.
.
En los epitelios sensibles a la vasopresina, los cambios de la permeabilidad al agua se acompañan de la
aparición de agregados de partículas intramembranosas en la barrera limitante (luminal) de las células especificas
involucradas en el transporte de agua. Estos agregados apicales de partículas intramembranosas se comportan ~
como "parches" que se unen a la membrana y contienen poros estrechos (> 2A) destinados al transporte de agua a ~
través de la bicapa. La estimulación por la vasopresina produce la transferencia de estos agregados de unidades de
flosivil ~ f REA6SORCION DE AGUA
transporte de agua, preexistentes en el citoplasma, hacia la membrana luminal o apical, donde se insertarían. ~~ INGESTADEAG~

Esta vehiculización de los "canales" para el agua constituye un proceso similar al de acoplamiento
estimulo-secreción, que tiene lugar por ejemplo en las células que liberan hormonas y que es mediado por el sistema

s
ica
de microtúbulos. Existen numerosos argumentos que demuestran la participación de las proteínas del citoesqueleto

éd
(microtúbulos y microfilamentos) en la acción de la vasopresina, por ejemplo: 1) Las drogas que afectan la estructura

sM
Figura 3.24: Relación entre liberación de ADH y cambios de la osmolaridad plasmática (Osmp) y del volúmen
microtubular (colchicina, vincristina), disminuyen el flujo de agua estimulado por la ADH en forma dosis-dependiente.

cia
sanguíneo total (VST). El aumento de la osmolaridad del plasma (deshidratación por ejemplo) trae aparejado una

en
2) La vasopresina aumenta el contenido de microtúbulos ensamblados en las células del epitelio de la vejiga urinaria

Ci
disminución del VST. Esto se compensa con un incremento de ADH que absorve liquido a nivel del riñón e
del sapo.La ADH ejerce también , a dosis mas elevadas, acciones sobre el músculo liso vascular (vasoconstricción).

de
incrementa el mecanismo de la sed. Esto produce un descenso en la osmolaridad y aumento del VST. Esto trae

s
mecanismo que tendría un papel en los casos en que una hemorragia importante desencadena la liberación masiva

te
aparejado la normalización de la secreción de ADH y disminución de la sed.

an
de vasopresina, contribuyendo a aumentar la presión arterial.

di
tu
Otros efectos de la ADH son:

Es
cantidad (3-15 !/día) de orina hipotónica (densidad <1005), con aumento de la osmolaridad plasmática. La
- Retención de agua, aumento del transporte de urea y Na+ a nivel fundamentalmente de los túbulos

de
deshidratación celular, por estímulo de los centros de la sed, da origen al segundo síntoma fundamental de este
colectores. ro
nt
síndrome, la polidipsia o sed intensa. La diabetes insípida puede ser primaria (forma familiar o hereditaria y formas
Ce

- Contracción del músculo liso (vasoconstricción, principalmente esplácnica).


idiopáticas, esto es, de origen desconocido), o secundaria a alteraciones hipotálamo-hipofisarias (hipofisectomía,
- Liberación de ACTH por un efecto aparentemente directo sobre las células de la hipófisis, así como también de
traumatismos, infecciones, etc). La alteración de los receptores a nivel de los túbulos colectores produce un síndrome
glucagón, Otras acciones, aún en discusión, se refieren a las propiedades de la ADH como sustancia inhibidora de la
clínicamente indistinguible de la diabetes insípida central o hipotalámica, llamado diabetes insípida nefrogénica, y que
agregación plaquetaria, y a sus efectos sobre las funciones superiores del SNC (aumenta la capacidad de
no responde, como aquella, a la administración de ADH exógena.
aprendizaje).
Por último, la secreción de hormona antidiurética puede aumentar en forma inadecuada (síndrome de
Schwarz-Bartter), ya sea por estímulo de su secreción debido a distintas alteraciones endocraneanas (tumores,
Alteraciones en la liberación de ADH
hemorragias), pulmonares o cardíacas (insuficiencia cardiaca con caída de volúmen sanguíneo efectivo), o bien por
La diabetes insípida es un síndrome que se debe a la insuficiente producción o liberación de vasopresina.
la producción ectópica de la misma a cargc de tumores bronquiales o pancreáticos.
En consecuencia, los túbulos colectores son incapaces de retener agua en forma normal y se elimina una gran

102 !03
FISIOLOGÍA ENDÓCRINA Y DE LA REPRODUCCIÓN NEUROSECREC!ÓN.HIPOTÁLAMO- HIPÓFISIS
CAPÍTULO J
CAPÍTULO 4
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104
@L~t?Jfl·~·rum,@ M89ttmlbJ1!'®~ lfA[i¡pfj{¡©)@(¡j/(i;'~"@IT'Jfil§

a rew,rrn:h.iicdóH es el proceso por el que se forman nue~ Las gónadas también secrei.an horrnouas.
de una y se transmite el mate- producción de gametos y ele .líquido y su secreción en Jos conch1c-
riaí genético de en generación. Esto man- tos penrüte la clasificación de las gónadüs como glándulas fxocri··
tiene la continuidad de las especies. En un organismo nas, mientras. que la producción de honnonas !rn,; cla.,:,ifíca como
multicelular la división celular es necesaria para el crecimieI1to y glándulas endocrinas,
reparació,1, y requiere la transmisión de material genétíco de Ias Los de ios reproductore-s lransp,Jrtrrn.,
células m1dres a las células hijas. ben y almacenan gametos, Otros órganos reprnduclorcE:., denomi-
Los órganos de los aparatos reproducwres masculino y feme- nados producep susLancias para
[:~~1ífíl1Iílí~lííríl:i2, ©kgíl nino pueden agruparse por su función. Los testículos y los ova- mantenírniento de !os gameto!.:.
rios, también denominados gfürn¡:fas (ganos = semilla) 1 tienen e:omo La 2:nalomía del desr,rrolki de los reprodl'!ctore::, se
APARATO l'!EPRODUCTOI'! MASCULll~O CICLO FlEPRODUCTOR FEIVIEf\111,10 Pubertad mascuJiJ1a
función lL producción de gametos: [os espermatozoides y los óvu- comeni'.rr más adelante este capitu'lo.
Escroto Regulación l1ormonal l"ubertad femenina
Fases del ciclo reproductor femenino Menarquia y menopausia
Espermatogénesis (e1 Espermarozoides Fase menstrual (menstruación) w Fase Varones ancianos
,) 1-formonas del cerebro---t{:?sticular preovulatoría o Ovulación ~, Fase ANATOMÍA DEL DESARROLLO
Conductos postovulatoria DE LOS APARATOS REPRODUCTORES
F!GURP. ~~8. i Órganos reproductores masculinos y estructuras relacionadas.
Conductos de los tesiicufos o FISIOLOGÍA DEL ACTO SEXU/\L TRASTORNOS: DESEQUILIBRIOS
Epididimo o Conducto deferente 0 Acto sexual masculino DE LA HOMEOSTASIS
Conductos eyaculadores o Uretra Erección ° Lubricación ,-:. Orgasmo Enfermedades de transmisión sexual 0
Glándulas sexuales accesorias Acto sexual femenino Trastornos masculinos O Trastornos
Semen Erección Lubric2dón ° Orgasmo
@ femeninos
Pene (clímax) APLIC/\CIONES CLÍNICAS
APARATO REPRODUCTOR FEMEf.llNO CONTROL DE LA N/\TAUDAD Cripiorquidia O Vasectomia o Hernias
Ovarios Esterilización inguinales Cáncer de próstata 0
Ovogénesis Métodos hormonales Análisis del semen o Circuncisión 0

s
Frotis de Papanicolaou ° Colposcopia o

ica
Trorn¡x-1:3 uterinas (ele Falopio) Dispositivos intrauterinos
útero

éd
Métodos de barrera Episiotomia o Signos ele ovulación o
Vagina Métodos químicos \nseminación artificial

sM
Vulva Métodos fisiológicos TEF1MINOLOGÍA MÉDICA

cia
Periné Coito interrumpido (retirada) RESUMEN DEL CAPÍTULO

en
Glándulas mamarias /\bo,to provocado PREGUNTAS DE REPASO
Anatomía e histología o Desarrollo o

Ci
EL ENVEJECIMIENTO Y LOS APAFlATOS RESPUESTAS A LAS PREGUNTAS
Fisio/ogia G, Cáncer de mama Sacro-~-~------ Vejiga urinaiia

de
REPRODUCTORES DE LAS FIGURAS
."

s
te
Vesicu!a seminal

an
Conducto deferente

di
FOCldo de saco

tu
'Jeslcorrecta!

Es
®S1füLlJ@Ü<rJU~~® Ampolla del conducto
defe1·ent,

de
·L Definir la reprocluccíón y clasificar 5. Explicar el papel del varón y la mujer Describir los síntomas y !as causas Cóccl'<
los órganos reproductores por su en e) acto sexual. de los trastonios masculinos (cáncer ro l..igam6nlo penr~
nt
Condud(1 eyaculador
función.
Ce

Comparar !os diferentes tipos de testicular, alteraciones prostáticas,


- - - - · - - - - - - ~ Sínfisis púbica
Explicar la estructura, la lli.stologia y control de la natalidad y su eficacia, impotencia y esterilidad) y de los ----~-
Recto --------------------------------
las funciones de los testículos, los 7. Desc1ibir los efectos del trastornos femeninos (amenorrea, P1-óstata
conductos, las glándulas se;<ua!es envejeclmiento sobre los aparatos dismenorrea, síndrome premenstrual Ureira prostática - · - ~ · - - - - - - - - -----------··· -;~--
Uretra 111embranosa --·-----·7~~-~--·--·----~-~ Diafragma urogenilal
accesorias y el pene, reproductores. [SPM], síndrome del shock tóxico
Describir la localización, la histología R Desc1ibir el desarrollo de los ¡ssn, quistes ováricos, ---·~-- Uretra esponjosa {cavemo.sa)
y !as funciones de los ovarios, las aparatos reproductores. endometriosis, esterilidad, tumores
trompas uterinas (de Falopio), el a
0,, Explicar los síntomas y las causas rnama, CBncer <Cervlcai,
útero, la vagina, la vulva y las de las enfermedades de transmisión enfermedad inflamatoria pélvica iEIP]
Glándula de Cowper ___:___ Corona
glándulas 1112rnari2s. sexual (ETS) tales como la gonorrea, y candidiasis vulvovaginal). (bulbm,,-etral¡
Comparar los principales la sífilis, el herpes genital, las /~110
Definir la terminología médica Epidídimo GlamJe
acontecimientos de los ciclos infecciones por c!amidias, la asociada a los aparatos
1 Pre¡:.11,Jc!o
menstrual y ov8Jico. tricomoniasis y las ven1Jgas reproductores. Testicu!o / /
genitales. Escroto/ Cl1'ificio uretrar (~.i:terno

corte sagit2J

l'regu1tta:lGuáles son las funciones de las gónadas'/ ¿y de los conducíos'/ l'I d0 gióndulm,
accesorl8~l?
®21 Qllli\181i))!W !i l!;@lll!l'lf8!1111»81.!W ©!.li'Í'il'U.!UJ :!1/l 1!.l!l$ lli'I\\M1f@$ liilrnll'lli@IIDl!IJ©i/@llil~$ ®:!!®

FIGURA 28.2 Anatomía de los testículos. de tabiques que dividen los testículos en una serie de comparti- Las células de Sertoli sostienen y protegen a las células esper-
APARATO JRJEPRODUCTOJR MASCULllNO mientos internos denominados lóbulos. Cada uno de los 200 a matogénicas en desarrollo; nutren a los espermatocitos, las es-
300 lóbulos contiene entre uno y tres túbulos muy enrollados, los pennátides y los espermatozoides, y median en los efectos de la
Los órganos del aparato reproductor masculino son los testículos, túbulos semíníferos. En ellos se producen los espermatozoides;me- testosterona y la hormona foliculoestimulante (FSH) en la esper-
un sistema de conductos, las glándulas sexualei: accesorias y va- diante un proceso que recibe el nombre de espermatogénesis, que matogénesis. También fagocitan los excesos de citoplasma de las
rias estructuras de sostén, incluido el pene (fig. 28.1). Los testícu- comentaremos brevemente. espermátides durante el desarrollo. Las células de Sertoli contro-
los (gónadas masculinas) producen espermatozoides y también Los túbulos seminíferos se encuentran revestidos por células es- lan los movimientos de las células espermatogénicas y la libera-
secreta!\ hormonas. Un sistema de conductos almacena los esper- permatogénicas en diversos estadios de desarrollo (fig. 28.3). Las ción de los espermatozoides a la luz de los túbulos seminíferos. Se-
matozoides y los conduce al exterior. Junto con los espermatozoi- células espermatogénicas representan estadios sucesivos en un pro- cretan liquido para el transporte de los espermatozoides y la
des, las secreciones de las glándulas sexuales accesorias constitu- ceso continuo de diferenciación de las células germinales mascu- hormona inhibina, que participa en la regulación de la producción
Testículo linas. Las células espermatogénicas más inmaduras, las esperma- de espermatozoides mediante la inhibición de la secreción de FSH.
yen el semen.
-,, togonias, están localizadas junto a la membrana basal. En direc-
Túnica albugínea ción a la luz del túbulo existen capas de células progresivamente
más maduras. En orden de progresión de madurez están los es- Espermatogénesis
JEscrnto Túnica vaginal permatocitos primarios, los espermatocitos secundarios y las
El escroto e$ una evaginación del abdomen formad¡¡ por piel mo- Fascía superficial espermátides. En el momento en que la célula espermática o es- El proceso por el que los túbulos seminíferos de los testículos pro-
vible y una fascia superficial (fíg. 28.1 ). Consütuye la estructura permatozoide casi ha alcanzado la madurez, se encuentra en la luz ducen espermatozoides haploides (n) recibe el nombre de esper-
de. sostén de los testículos. En su interior, un tabique vertical lo del túbulo y comienza a moverse a través de una serie de matogénesis. Antes de leer el siguiente comentario sobre la es-
a) Corte transversal a través del escroto
divide en dos sacos, cada uno de los cuales co:atiene un testículo y el testículo conductos. pennatogénesis puede repasar los detalles de la meiosis en la
(v. fíg. 28.8). El tabique está formado por la fas,:ia superficial y te- Entremezcladas con las células espermáticas en desarrollo se en- página 86. Recuerde los siguientes puntos clave.
jido muscular denominado darlos, que contiene haces de fibras de Conducto deferente cuentran las células sustentaculares o de Sertoli, que se extienden
y arteria deferente de~de la membrana basal hasta la luz tubular. Justo por dentro de l. En la reproducción sexual se produce un nuevo organismo
músculo liso. El músculo dartos también se encuentra en el tejido
subcutáneo del escroto (v. fig. 28.8), y se continúa directamente Vasos sanguíneos testiculares la membrana basal, existen uniones estrechas que unen las células por la unión y fusión de células sexuales denominadas gametos
con el tejido subcutáneo de la pared abdominal. El músculo dar- sustentaculares entre sí formando una barrera hematoiesticular. (gameto= casarse). Los gametos masculinos, producidos en los

s
ica
Cabeza del epididimo Esta barrera es importante porque los espermatozoides y las testículos, reciben el nombre de espermatozoides, y los game-
tos causa el arrugamiento de la piel del escroto.

éd
La localización del escroto y la contracción de sus fibras muscu- Cuerpo del epidídimo células en desarrollo producen antígenos de superficie que son tos femeninos, producidos en los ovarios, óvulos.

sM
lares regulan la temperatura de los testículos. La producción y la reconocidos como cuerpos extraños por el sistema inmunológico. 2. La célula resultante de la unión y fusión de los gametos, el
Conducto eferente La barrera previene una' respuesta inmunológica contra los antí- cigoto (zygo =unido), contiene una combinación de cromoso-
supervivencia de los espermatozoides requieren una temperatura

cia
de unos 3 'C por debajo de la temperatura corporal interna nor- genos al aislar las células de la sangre. Entre los túbulos seminífe- mas (ADN) de los dos padres. Mediante divisiones celulares mi-

en
mal. El escroto, al estar situado fuera de las cavidades corporales, ros existen grupos de endocrinocitos intersticiales (células intersti- tóticas repetidas, el cigoto se desarrolla en un nuevo organismo.

Ci
proporciona un medio de unos 3 'C por debajo de la temperatura ciales de Leydig). Estas células secretan la hormona masculina 3. Los gametos se diferencian de otras células del organis-

de
corporal. El músculo cremáster (kremaster = tirante) (v. fig .. 28.8) testosterona, el andrógeno más importante. mo (células somáticas) en que contienen el número cromosómico

s
te
es una pequeña banda de músculo esquelético que se continúa con Túnica albugínea

an
el músculo oblicuo menor del abdomen. Eleva los testículos du-

di
rante !~ excitación sexual y ante la exposición al frío. Esta acción

tu
aproxima los testículos a la cavidad pélvica donde pueden absor-

Es
ber el calor corporal. La exposición al calor invierte el proceso. Cola del epidídimo FIGURA 28.3 Túbulos seminíferos. Las fases de la espermatogénesis se muestran en b) y e).

de
El dartos está controlado de forma refleja para facilitar el mante-
nimiento de Ja temperatura de los testículos por debajo de la tem- b) Cara lateral del testículo ro
nt
peratura corporal interna. Conducto deferente Cabeza del epididimo
Ce

Pregunta: lQué capas de tejido recubren yprotegen los testículos?


Conducto eferente
lestic11los
Los testículos son dos glándulas ovaladas de unos 5 cm de longi-
tud y 2,5 cm de diámetro (fig. 28.2). Cada una de ellas pesa entre el desarrollo inicial de los espermatozoides se destruyen por la mayor
temperatura existente en la cavidad pélvica. El riesgo de cáncer tes-
1Oy 15 gramos. Los testículos se desarrollan en la pared abdomi- ticular es de 30 a 50 veces mayor en los testículos criptorquidicos.
nal posterior del embrión y suelen comenzar su descenso al escro- Los testículos de aproximadamente el 80% de los niños con criptor-
; , 3 ~ Túbulo recto
Cuerpo del epididimo
to a través de los conductos inguinales (conductos localizados en quidia descienden espontáneamente durante el ptimer año de vida. Túnica albugínea
la pared abdominal anterior) durante la segu.nda mitad del sépti- Cuando los testículos continúan sin descender, las inyecciones de go-
mo mes del desarrollo fetal (v. fig. 28.8). nadotropina coriónica humana (hCG) administradas de los 2 a los Túbulo seminífero
5 años de edad pueden estimular el descenso. Si el tratamiento
hormonal fracasa, el trastorno puede corregirse quirúrgicamente a los Conducto epididimario
5 años de edad.
APLICACIÓN CLÍNICA
Los testículos están parcialmente recubiertos por una membra-
CRJPTORQUIDIA Cola del epídídimo Tabique
na serosa que recibe el nombre de túnica vaginal, una evaginación
La criptorquidia es un trastorno que se produce cuando los testícu- del peritoneo formada durante el descenso de los testículos. Inter- a) Corte sagital de un testículo que muestra la disposición de los túbulos seminíferos
los no descienden. Tiene lugar en aproximadamente el 3% de los ni- na a la túnica vaginal existe una cápsula fibrosa densa de color
ños a término y en el 30% de los niños prematuros. La criptorquidia Continúa
bilateral causa esterilidad debido a que las células que participan en blanco, la túnica albugínea. Se extiende hacia el interior en fonna
926 11!\l!IIB!H) !i C®l'li'l'Oi\lllJJIDtiill>
©J\l"Úli'OJJ~® :il:ll ~@$ lilll'IIIM'll'IIJI!! llll!i»lll®füil!D©li'®ll'lmi 121

FIGURA 28.3 (continuación). " haploide (la mitad), simbolizado como n. En los seres huma- FIGURA 28.4 Espermatogénesis. El símbolo 2n significa
nos, este número es 23, compuesto por un solo juego de cromo- diploide (46 cromosomas); n significa haploide
somas. El núcleo de una célula somática contiene el número (23 cromosomas).
Espemiatozoides
cromosómico diploide, simbolizado como 211. E,n los seres hu-
manos, este número es 46, compuesto por' dos juegos de
cromosomas. -- Espennatogonia {célula hija) Membrana bas81
4. En una célula diploide, los dos cromosomas que pertenecen que permanece como célula precursora del túbulo seminifero
a un mismo par reciben el nqmbre de cromosomas homólogos Espermatogonia
2n
(homo = igual). En las células diploides humanas, los dos cro-
:.1n
Membrana basal
mosomas de un par son morfológicamente iguales en 22 pares Mitosis
y reciben el nombre de autosomas. El otro par, designado como
Esperrnatogonia (célula hija)
X e Y, son los cromosomas sexmtles. En la mujer, los cromoso- 2n que se separa de la membrana basal
Endocrinocito intersticial
(célula de Leydig) mas sexuales son dos cromosomas X; en el varón, son un cro-
mosoma X mayor y un cromosoma Y mucho menor. La de- ,(,. Diferenciación
Luz del túbulo seminífero
terminación del sexo se comentará con más detalle en la tspermatocito primario
página 994.
Espemiatogonia
5. La meiosis es un proceso de división celular en el que los ga- ~~~~~i~~:~~s 2n
División de reducción
(f división meiótica)
y cruzamienlilt.
Espemiatocito metos producidos en los testículos y los ovarios reciben el nú-
Espemiátide mero cromosómico haploide. Así, cuando se fusionan los dos IJapermatocitos secundarios MEIOSIS
gametos haploides (n), el cigoto contiene el número cromosó- Cada
n n División ecuatorial
cromosoma
mico diploide (211) y puede desarrollarse normalmente. tiene dos {11 división meiótica)
cromátides ·ii ~<,
En el ser humano, la espennatogénesis tiene una duración de Espemiátides
b) Microfotografía de un corte transversal de varios túbulos

s
ica
seminíferos (x 1.280) 74 días. Los túbulos seminíferos se encuentran revestidos por cé- n n
lulas inmaduras denominadas espermalogonias (sperm = semilla;

éd
gonium = generación de descendencia; figs. 28.3b,c y 28.4). Estas ~ i· \~

sM
Espemiatozoides ESPERMIOGÉNESIS
células derivan de las células germinalivas primordiales (primordia-

cia
/is = forma primitiva o precoz) que se originan a partir del endo- ,n n n

en
dermo del saco vitelino y que entran en los testículos en las

Ci
primeras fases del desarrollo. En los testículos del embrión, las cé-
(' ---.tJ¡·"\.·,~1C:i'f///

de
lulas germinativas primordiales se diferencian en espermatogonias, Luz Profundidad
Luz

\
\\

-;;;;:>º 8'~
-~O pero permanecen en estado latente hasta que comienzan a sufrir

s
te
una proliferación mitótica en la pubertad.

~i-~-~~

an
Las espermatogonias contienen el número cromosómico diploi- Pregunta: iht qué la primera división meiótica recibe el nombre de división

di
~J!/~~; de (2n). Cuando estas células experimentan mitosis, algunas de las de reducción?

tu
Es
células hijas permanecen indiferenciadas y sirven como reservo-
Espemiatozoide (n) río de células madre. Estas células se mantienen cerca de la mem-

de
~í brana basal. El resto de las células hijas pierden el contacto con
Espermátide en estadio final (n)
ro la membrana basal del túbulo seminífero, sufren ciertos cambios Posteriormente se forma el huso meiótico, y los microtúbulos
nt
de desarrollo y se diferencian en espermatocitos primarios. Éstos, del cinetocwntro producidos por los centrómeros de los cromoso-
Ce

Espemiátide en estadio precoz (n)


al igual que las espermatogonias, son diploides (2n); es decir, con- mas apareados se dirigen hacia los polos de la célula. Al separar-
- ' - - - - - - - - - - - - - - - - Espemiatocito secundario (n) tienen 46 cromosomas. se los parff, los componentes de cada par migran hacia polos
• División de reducción (I división meiótica). Cada espermato- opuestos áe la célula en división. La distribución aleatoria de los
Espemiatocito primario (n)
cito primario aumenta de tamaño antes de dividirse. A continua- cromosomas derivados de la madre y del padre hacia polos opues-
Célula sustentacular o de Sertoli tos es otra tazón de la variabilidad genética entre los espermato-
ción se producen dos divisiones nucleares como parte de la meio-
sis. En la primera se replica el ADN, formándose 46 cromosomas zoides y entre los seres humanos. Las células formadas por la ¡,ri-
Barrera hematotesticular
(cada uno compuesto por dos cromátides idénticas) que se despla- mera división nuclear (división de reducción) reciben el nombre
Espemiatogonia (2n)
zan hacia el plano ecuatorial de la célula. Allí se alinean en pares de espermatocilos secundarios. Cada célula posee 23 .cromosomas,
homólogos de forma que existen 23 pares de cromosomas dupli- el número haploide. Sin embargo, cada cromosoma de un esper-
Membrana basal cados en el centro de la célula. Este apareamiento de cromosomas matocito secundario está compuesto por dos cromátides unidas to-
homólogos se denomina sinapsis. Las cuatro cromátides de cada davía por un centrómero.
par homólogo se asocian entre sí formando una tétrada. En una • División ecuatorial (II división meiótica). La segunda división
Endocrinocito intersticial tétrada puede producirse un intercambio de segmentos entre las nuclear de la meiosis es la división ecuatorial. En ella no existe re-
(célula de Leydig) cromátides. Este proceso, denominado entrecruzamiento (cros- plicación de ADN. Los cromosomas (compuestos cada uno por
sing-over), permite un intercambio de genes entre las cromátides dos cromátides) se alinean en una sola fila a lo largo del"plano
(v. fig. 3.26) que da lugar a la recombinación de genes. Así, los es- ecuatorial, mientras qne las cromátides de cada cromosoma se se-
c) Corte transversal de un segmento de un túbulo seminífero permatozoides finalmente producidos son desde el punto de vista paran. Las células formadas a partir de la división ecuatorial re-
genético diferentes entre sí y respecto a la célula de la que proce- ciben el nombre de espermátides. Cada una posee la mitad del nú-
Pregunta: lQué células espermalogénicas son las más maduras y las menos maduras en un túbulo seminífero? den; esta es una de las razones de 1a gran variación genética entre mero de cromosomas original, 23 cromosomas, y es haploide. Por
los seres humanos. consiguiente, cada espermatocito primario produce cuati'i:I esper-
928 ÍDNIDO 5 CG/ill'l'IINUBDAD CAPÍ'll'IIIIII.@ 28 11.®5 APUA'll'OS IIIEPIIIGilllllCT@llllliS · 929

mátides por meiosis (división de reducción y división ecuatorial). tide se transforma en un espermatozoide (célula espermática). La Hormonas del eje cerebro-testicular FIGURA 28.6 Control hormonal de las funciones testiculares:
Las espermátides están situadas cerca de la luz del túbulo liberación de un espermatozoide de su célula de Sertoli recibe el eje cerebro-testicular.
seminífero. nombre de espermiación. Las secreciones de la adenohipófisis desempeñan un papel funda-
Durante la espermatogénesis tiene lugar un proc:eso muy inte- El espermatozoide pasa a la luz del túbulo seminífero y migra mental en los cambios del desarrollo asociados a la pubertad (des-
resante y único. A medida que proliferan las células espermáticas al conducto epididimario. Allí completa su maduración en 1Oa critos en la pág. 957). Con el inicio de la pubertad, la adenohipó- . .. ... ___ ... Hipotálamo
no se produce la separación completa del citoplasma (citocinesis), 14 días y adquiere la capacidad de fecundar un óvulo. Los esper- fisis comienza a secretar las gonadotropinas hormona foliculoesti- GnRH
de forma que las células hijas, excepto las espermatogonias, me- matozoides también se almacenan en el conducto deferente, don- mulante (FSH) y hormona luteioizante (LH). Esta liberación está
nos diferenciadas, permanecen en contacto a través de puentes ci- de pueden conservar su fertilidad durante varios meses. controlada por la hormona liberadora de gonadotropioas (GnRH)
hipotalámica. La figura 28.6 resume las relaciones hormonales del La testosterona disminuye la
toplasmáticos (v. figs. 28.3c y 28.4). Estos puentes citoplasmáticos La inhiblna disminuye liberación de GnRH y LH
persisten hasta que el desarrollo de los espermato2:oides se com- eje cerebro-testicular, formado por el hipotálamo, la hipófisis y los la liberación de
GnRHyFSH Adenohipófisis
pleta, momento en el que salen a la luz del túbulo seminífero de Espermatozoides testículos.
forma individual. Así, la célula derivada de una espermatogonia La FSH inicia la espermatogénesis mediante la estimulación de Células
gonadoh'ofas
permanece en cl'imunicación citoplasmática dW'ante todo el Los espermatozoides maduran a un ritmo de 300 millones al día las células sustentaculares o de Sertoli. La LH estimula en los en-
desarrollo. y, una vez eyaculados, tienen una esperanza de vida de unas 48 ho- docrinocitos intersticiales (células intersticiales de Leydig) la se-
Este patrón de desarrollo es el responsable indudablemente de ras en el interior del tracto reproductor femenino. Los esperma- creción de la hormona testosterona. La testosterona se sintetiza a
la producción sincronizada de espermatozoides en un área deter- tozoides presentan una gran adaptación para llegar a un óvulo partir del colesterol en los testículos. Es el principal andrógeno
minada de un túbulo seminífero. Puede tener un valor de super- femenino y penetrarlo. Están compuestos por una cabeza, una pie- (hormona sexual masculina), pero en algunas células diana no es Inicia la FSH y LH
Estimula la
espenna- secreción de
vivencia en el hecho de que la mitad de los espermatozoides con- za intermedia y una cola (fig. 28.5). En la cabeza se encuentra el activa hasta su reducción y conversión en otro andrógeno, la di- togénesis testosterona
. tiene un cromosoma X y la mitad contiene un cromosoma Y. El material nuclear y un denso gránulo, el acrosoma (acro = encima), hidrotestosterona (DHf). Así, la testosterona es tanto una hormo-
cromosoma X, mayor, puede 'llevar genes necesarios para la es- que contiene enzimas (hialuronidasa y proteinasas) que facilitan na como una prohormona (precursor hormonal). Los andrógenos
permatogénesis que estén ausentes en el cromosoma Y. la penetración del espermatozoide en un ovocito secundario (óvu- tienen diferentes funciones.
• Espermiogénesis. En la fase fmal de la espermatogénesis, la lo inmaduro). El acrosoma es un lisosoma especializado. Las nu-
l. Desarrollo. Antes del nacimiento, la testosterona estimula el Testosterona
espermiogénesis, se produce la maduración de las espermátides merosas mitocondrias presentes en la pieza intermedia realizan el
en espermatozoides. Cada espermátide desarrolla u:na cabeza con metabolismo que proporciona ATP para el movimiento del es- patrón masculino de desarrollo de los conductos del sistema re-

s
ica
un acrosoma (gránulo que contiene enzimas) y un flagelo (cola). permatozoide. La cola, un flagelo típico, propulsa al espermato- productor y el descenso de los testículos. Por otro lado, la DHT

éd
Al no existir división ~elular en la espermiogénesis, ,:ada espermá- zoide en su camino. estimula el desarrollo de los genitales externos; Los andrógenos
también se transforman en estrógenos y participan en el de-

sM
Célula
sarrollo de algunas re~ones del cerebro. Dihidrote&-

cia
sustentacular o Endocrinocitos
2. Características sexuales. En la pubertad, la testosterona y la de Sertoíl en et tosterona Intersticiales

en
DHf son responsables del desarrollo y aumento de tamaño de túbulo seminllero (células de Leydig)

Ci
FIGURA 28.5 Espermatozoide. los órganos sexuales masculinos y del desarrollo de las caracte-

de
rísticas sexuales secundarias. Estas características secundarias

s
son: crecimiento musculoesquelético que origina hombros an- • Patrón masculino de desarroUo (antes del

te
chos y caderas estrechas; vello púbico, axilar, facial y torácico nacimiento)

an
Acrosoma - o Crecimiento de las órganos sexuales mascuflnos
(con limites hereditarios); engrosamiento de la piel; aumento de

di
~ \ \ CABEZA y expresión de las caracteristlcas sexuales

tu
la secreción de las glándulas sebáceas (grasa), y crecimiento secundarias masculinas
• Anabolismo (slntesis proteica)

Es
Núcleo __ _;:te:•·,,·.. \ de la laringe, con lo que la voz se hace más grave.

de
3. Funciones sexuales. Los andrógenos contribuyen a la con-
ducta sexual masculina y a la espermatogénesis y a la orienta-
\ ro ción sexual (libido) en las mujeres y en los varones.
Claves:
FSH ,·1 Testosterona
nt
-t;p LH
\~ PIEZA INTERMEDIA
Ce

4, Metabolismo. Los andrógenos son hormonas anabólicas; es 'i!t' Receptor LH Receptor FSH \,.¡¡¾, Receptor
Mitocondrias -L. \ decir, estimulan la síntesis proteica. Este efecto es evidente en
de testosterona

> el mayor peso muscular y óseo de la mayoría de los hombres


en comparación con las mujeres. También estimulan el cierre
de los cartilagos de crecimiento.
Pregunta: ¿Qué células secretan inhibina?
La producción de testosterona está regulada por sistemas de re-
troalimentación negativa (figs. 28.6 y 28.7). La LH estimula la pro-
ducción de testosterona. Cuando la concentración de testosterona
en la sangre se eleva hasta un determinado nivel se inhibe la libe-
COLA ración de GnRH por el hipotálamo y de LH por la adenohipófi-

/
(flagelo)
sis (fig. 28.7). Así se reduce la producción de testosterona. Sin em- FSH es responsable de la espermatogénesis y estimula las células
bargo, cuando la concentración de testosterona en la sangre des- de Sértoli. Cuando se alcanza el grado de espermatogénesis re-
ciende hasta un cierto nivel, el hipotálamo libera GnRH. Esta querido para las funciones reproductoras masculinas, las células
liberación de GnRH estimula la liberación de LH por la adeno- de Sertoli secretan inhibina, que inhibe la secreción de FSH y así
hipófisis y estimula la producción de testosterona. De esta forma disminuye la espermatogénesis. Si el ritmo de la espermat~géne-
b) Microfotografía electrónica. de barrido de un espermatozoides en sis es demasiado lento, la falta de producción de inhibina permi-
a) Partes de un espermatozoide contacto con un ovocito secundario (x 1.100) se completa el ciclo testosterona-LH.
La inbibina es una hormona proteica secretada por las células te la secreción de FSH y, por consiguiente, el aumento del ritmo
sustentaculares o de Sertoli que tiene un efecto directo sobre la de la espermatogénesis. La inhibina también puede inhibir la se-
adenohipófisis inhibiendo la secreción de FSH (v. fig. 28.6). La creción de GnRH hipotalámica.
Pregunta: ¿cuáles son las funciones de las dfferentes partes de un espermatozoides?
930 l!IJIMílllliffilllli 5 11:tílliiiil'Ilf.llílllliAllli ii;üi,li'Í'ii'l!lll~ll! ~®$ AIJIIJIM'ililllS lli~lilllR@lll)l!ll©i/@lll!iS ®!1

bulos rectos (v. fig. 28.3a). Por detrás de los espermatozoides li- la uretra durante la emisión por contracciones peristálticas de la una respue;la inmunológica a ciertas proteínas especificas de los es-
FIGURA 28. 7 Control por retroalimentación negativa ·del nivel permatozoi4es. Este fenómeno puede deberse a que algunos esper-
sanguíneo de testosterona. berados, los espermatozoides y el líquido recién formados crean cubierta muscular. matozoides escapan de los conductos deferentes seccionados o a
una presión que desplaza el contenido de los túbulos seminíferos.
que los an · enos de los espermatozoides son procesados y presen-
El líquido, producido por las células de Sertoli, tiene un alto con- tados por las que presentan antígenos, como los macrófagos.
tenido de andrógenos, estrógenos, K+, ácido glutámico y ácido as-
Un estimulo (estrés) altera la pártico. Los túbulos rectos conducen a una red de conductos del APLICACIÓN CLÍNICA
homeostasis causando un testículo que recibe el nombre de red de Haller o rete testis. Los Junto al tonducto deferente, a lo largo de su ascenso por el
aumento de
espe1matozoides se desplazan por la red de Haller y salen del tes- VASECTOMÍA escroto, se ~cuentran la arteria testicular, nervios autónomos, ve-
tículo a un órgano contiguo, el epidídimo. Un método de esterilización masculina es la vasectomia, en la que nas que drenan los testículos (plexo pampiniforme), vasos linfáti-
se extirpa un segmento de cada conducto deferente. Es un procedí· cos y el músculo cremáster. Estas estmcturas constituyen el cor-
miento relativamente poco complicado y suele realizarse bajo aneste- dón espermático, una estmctura de sostén del aparato reproductor
sia local. Se practica una incisión en el escroto, se localizan los con-
Condición controlada Epidídimo ductos, se ligan en dos puntos cada uno y se extirpa el segmento masculino (fig. 28.8). El músculo cremáster, que también rodea
,, situado entre las dos ligaduras. Aunque la producción de espermato- los testículos, los eleva durante la estimulación sexual y ante la ex-
Nivel sanguíneo de testosterona
Los espermatozoides salen de los testículos a través de una serie zoides persiste en los testiculos, no pueden salir al exterior debido a posición al frío. El cordón espermático y el nervio abdominoge-
de conductos eferentes enrollados del epidídimo que desembocan que los conductos están seccionados. Los espermatozoides degene- nital menor pasan a través del conducto inguinru. Este conducto
en un solo conducto, el conducto epididimario. Los espermatozoi- ran y son destruidos por fagocitosis. La vasectomia no tiene ningún sigue un trayecto oblicuo en la pared abdominal anterior justo su-
des experimentan cambios durante su paso por el epidídimo. efecto sobre el deseo ni el funcionamiento sexual. Si se realiza correc-
perior y paralelo a la mitad interna del ligamento inguinal. El con-
Receptores tamente, tiene una eficacia de cerca del 1000/o. El procedimiento es
El epidídimo (epi= encima; didymos = testículo) es un órgano reversible, con una posibilidad de recuperación de la fertilidad del 45 ducto tiene unos 4 a 5 cm de longitud. Se origina en el anillo in-
Células en forma de coma de unos 3,8 cm de longitud. Está situado en el al 600/o. En algunos casos, después de la vasectomia se desarrolla guinal profundo (abdominal), una abertura en forma de hendidura
hipota!ámicas
que secretan
borde posterior del testículo (v. figs. 28.1 y 28.2) y está formado
GnRH principalmente por un túbulo muy enrollado, el conducto epidídí-
mal'io. La porción mayor del epidídimo, de localización superior,
es la cabeza. En ella, los conductos eferentes se unen al conducto

s
Disminución de la epididimario. El cuerpo es la porción intermedia, estrecha, del epi- FIGURA 28.8 Cordón espermático y conducto inguinal. Se ha abierto el cordón espermático

ica
Información
liberación de GnRH izquierdo para mostrar su contenido.
dídimo. La cola es la porción inferior y de menor tamaño. En su

éd
extremo distal, la cola del epidídimo se continúa con el conducto

sM
Centro de control Se recupera la
homeostasls cuando la
deferente.

cia
CE!Julas respuesta restablece el El conducto epididimario es una estmctura muy enrollada que Músculo oblicuo
gonado- nivel sanguíneo normal de
mediría unos 6 metros de longitud y I mm de diámetro si estuvie- menor del abdomen

en
trofas de testosterona (condición
la adeno- ra recta. Está revestido por epitelio cilíndrico seudoestratificado --Anillo inguinal superficial

Ci
controlada) Aponeurosis del músculo oblicuo
hipófisis __.--·
y rodeado por capas de músculo liso. Las superficies libres de las mayor del abdomen (seccionada)

de
células cilíndricas contienen largas microvellosidades ramificadas

s
Ligamento suspensorio del pene - - ~ - -- Cordón espermático

te
denominadas estereocilios. Aumentan el área de superficie para la
-,-·.... --

an
Mensaje Disminución de la liberación reabsorción de los espermatozoides degenerados. ~ - - - - Conducto inguinal
de LH a la sangre Ligamento fundifonne del pene

di
Desde el punto de vista funcional, el conducto epididimario es

tu
Efectores el lugar de maduración de los espermatozoides. Durante un pe-
_______ Conducto deferente

Es
ríodo de JO a 14 días, su motilidad aumenta y adquieren la capa- Cuerpos cavernosos del pene _....---':'
Nervio autónomo

de
Los endocrinocitos
cidad de fecundar. El conducto epididimario también almacena Uretra _ ~--
~
intersticiales (cGlulas de
Leydig) de los testicu!os
secretan menos testosterona
espe1matozoides y los propulsa hacia la uretra por contracciones ro Cuerpo esponjoso de1 pene .. _____- ~--_ -----
-"'-.."'
--
Arteria testicular
nt
perístálticas de su músculo liso. Los espermatozoides pueden per-
Ce

manecer almacenados en el conducto epididimario durante al me-


Vaso linfático
nos un mes. Después son expulsados del epidídimo o degeneran Tabique escrotal
y son reabsorbidos. Plexo pampiniforme
Músculo cremáster de las venas tesliculares
Respuesta Epididimo
Disminución del nivel
Conducto deferente
plasmático de
testosterona En la cola del epidídimo, el conducto epididimario se hace menos Testículo
serpenteante y su diámetro aumenta. A partir de este punto, el
conducto recibe el nombre de conducto deferente o conducto se- Fascia espermática externa Túnica vaginal
Pregunta: lQué hormonas inhiben la secreción de FSH y LH por la minal (v. fig. 28.2). El conducto deferente, de unos 45 cm de lon-
---------~------+-- (peritoneo)
adenohipófisis? gitud, asciende por el borde posterior del epidídimo, penetra en '"-,, ' - - - - - - - - - - - Fascia espermática interna
el conducto inguinal y entra en la cavidad pélvica (fig. 28.8). Allí, Músculo dartos
hace un giro lateralmente y desciende por la superficie posteríor
Cond11ctos de la vejiga urinaria (v. fig. 28.1 ). El segmento terminal dilatado Piel del escroto
del conducto deferente recibe el ¡¡ombre de ampolla (v. fig. 28.9).
Conductos de los testículos El conducto deferente está revestido por epitelio cilíndrico seudo-
estratificado y contiene una gruesa cubierta de tres capas muscu- Vista anterior
Después de su liberación a la luz, los espermatozoides y el líquido lares. Desde el punto de vista funcional, el conducto deferente al-
fluyen a través de los túbulos seminíferos enrollados hasta los ní- macena espennatozoides y los conduce desde el epidídimo hacia Pregunta: lOué estructuras atraviesan el conducto inguinal?
932 llil\lDDAD S CON'l'IIIIUill»IUJ CM'ffl.!ll® 28 l!.®5 APAIIIAT®S lill!!l'lilOIIPIIICTOIIR 933

eri la aponeurosis del músculo transverso del abdomen. El con- Conductos eyaculadores FIGURA 28.9 (c~nlinuación).
ducto finaliza en el anillo inguinal superficial (subcutáneo), una
abertura de forma triangular en la aponeurosis del músculo obli- Por detrás de la vejiga urinaria se encuentran los conductos eyacu
cuo mayor del abdomen. En las mujeres, el ligamento redondo del
útero y el nervio abdominogenital menor pasan a través del con-
!adores (fig. 28.9). Cada conducto tiene una longitud aproximad¡
de 2 cm y está formado por la unión del conducto procedente d,
,)
ducto inguinal. la vesícula seminal y el conducto deferente. Los conductos eyacu
!adores expulsan los espermatozoides hacia la uretra prostática jus
to antes de la eyaculación.
'· \1

APLICACIÓN CLÍNICA
Uretra
\
. )
HERNIAS INGUINALES
...
La región inguinal es un área débil de la pared abdominal. A menudo
La uretra es el conducto terminal de los aparatos reproductor J ~
constituye la localización de una hernia inguinal, una rotura o sepa- urinario, y sirve como vía de salida para el semen (líquido que con
ración de una parte del área inguinal de la pared abdominal que causa tiene espermatozoides) y la orina. En el varón, la uretra atraviesi
la protrusión de parte de un órgano abdominal. En una hernia ingui- la próstata, el diafragma urogenital y el pene. Mide unos 20 crr
nal indirecta la hemiación protruye a través del anillo inguinal y sigue de longitud y se divide en tres partes (v. figs. 28.1 y 28.9). La ure Uréter Conducto
al ligamento redondo o al cordón espermático. Una hernia inguinal di- deferente
tra prostática tiene una longitud de 2 a 3 cm y atraviesa la pró&
recta atraviesa la pared inguinal posterior. Las hernias inguinales tie- tata. Continúa en dirección inferior, y a su paso a través del dia
nen una incidencia mucho menor en las mujeres.
fragma urogenital, una división muscular entre las dos ramas as
Ampolla clet conducto
deferente.
Vejiga urinaria
(abierta)

s
ica
FIGURA 28. 9 Órganos reproductores masculinos en relación con las estructuras contiguas.

éd
sM
Vesícula seminal, Anterior
Vejiga urinaria

cia
Conducto deferente derecho

en
Posterior. Uretra prostática

Ci
de
Uréter izquierdo. ________ _ Conducto eyaculador

s
Próstata

te
an
di
tu
Coxal,_ b) Corte parasagital
(seccionado) --·-

Es
de
Ampolla del conducto
deferente Pregunta: ¿Qué componentes del semen derivan de cada glándula sexual accesoria?
..,.,;.:r-"-..-:..----;_-,c,--------------··· nt
ro
-------- -- Vesícula seminal
Ce

Conducto de la vesícula seminal la vejiga urinaria en su base y frente al recto (fig. 28.9). Secreta
.> ..-- cendentes del isquion y descendentes del pubis, recibe el nombre
Próstata de uretra membranosa. La uretra membranosa mide aproximada- un líquido alcalino viscoso que contiene fructosa, prostaglandinas
----------- - Conducto eyaculador mente l cm de longitud. A su paso a través del cuerpo esponjoso y fibrinógeno. El carácter alcalino del líquido ayuda a neutralizar
Uretra prostática _

Uretra membranosa
-----...---
___________
........ ....., ____.: :;·
"':r.,
.: .
. ___ Diafragma urogenital
del pene recibe el nombre de uretra esponjosa (cavernosa). Esta
porción tiene una longitud de unos 15 cm. La uretra esponjosa en-
traen el bulbo uretral y finaliza en el orificio uretral externo. La
la acidez del tracto femenino. Esta acidez inactivaria y destruiría
a los espermatozoides si no se neutralizara. La fructosa es utiliza-
da por los espermatozoides para producir ATP. Las prostaglan-
~:,·.::------- histología de la uretra masculina puede repasarse en la página 893. dinas contribuyen a la motilidad y la viabilidad de los espermato-
Raíces de los cuerpos cavernosos - - -
. _ _ _ Glándula bulbooretral zoides, y también pueden estimular la contracción muscular en el
---- o de Cowper tracto reproductor femenino. El fibrinógeno facilita la coagulación
Bulbo uretral - - 'j:/.' del semen después de la eyaculación. El liquido secretado por las
Cuerpo esponjoso del pene _ _ 4 ~ Cuerpos cavernosos del pene
Glándulas sexuales accesorias
Mientras que los conductos del aparato reproductor masculino al-
vesículas seminales constituye cerca del 60% del volumen del
semen.
~ / /
macenan y transportan células espermáticas, las glándulas sexua- La próstata es una glándula en forma de rosquilla del tamaño
- - - - - - Uretra esponjosa (cavernosa) de una castaña (fig. 28.9). Está situada inferior a la vejiga urina-
les accesorias secretan la mayor parte de la porción liquida del
ria y rodea la porción superior de la uretra. La próstata secreta
semen.
La vesícula seminal, un órgano par, es una estructura retorcida un líquido lechoso ligeramente ácido que contiene ácido cítrico y
en forma de saco, de unos 5 cm de longitud, situada posterior a varias enzimas como la fosfatasa ácida, enzimas de la coágulación
a) V!Sta posterior
9N iillllmAD 5 lt®IM'll'!Nllm®l@ ©ilil'Ó'l'IIDI!.@ :!li!l Mil$ IMIIU'IA'l'®:li llllilflllil®ll!IIID©V®lil~~ !3i

y fibrinolisina. Las enzimas de la coagulación provocan que el fi- También contiene enzimas que activan los espermatozoides des- FIGURA 28.1 O Estructura interna del pene. El recuadro en b) muestra detalles de la piel y la
brinógeno secretado por las vesículas seminales coagule el semen pués de la eyaculación. fascia.
poco tiempo después de la eyaculación. Posteriormente, la fibri- El semen contiene un antibiótico, la seminalplasmina, que tiene
nolisina degrada el coágulo. Estas secreciones llegan a la uretra la capacidad de destruir ciertas bacterias. Dado que el semen y el
prostática a través de numerosos conductos prostáticos. Constitu- tracto reproductor femenino inferior contienen bacterias, la acti-
yen aproximadamente el 25% del volumen del semen y contri- vidad antibiótica de la seminalplasmina puede controlar esta.~ bac-
buyen a la movilidad y la viabilidad de los espermatozoides. La terias para facilitar la fecundación. 1' . \i
próstata aumenta lentamente de tamaño desde el nacimiento has- Una vez eyaculado en la vagina, la porción líquida del semen \/
ta la pubertad, experimentando a continuación un rápido creci- coagula rápidamente por la acción de las enzimas de coagulación
miento. El tamaño adquirido en la tercera década permanece es- prostáticas sobre el fibrinógeno producido por las vesículas semi- i \
table hasta aproximadamente los 45 años, momento a partir del nales. El coágulo licúa en 5 a 20 minutos por la acción de la fibri- \,1\
cual puede producirse un nuevo crecimiento de la glándula. (V. los nolisina, otra enzima producida por la próstata, que degrada el <S
trastornos prostáticos en la pág. 963.) coágulo. Una licuefacción anormal o retrasada puede causar una
inmovilización completa o parcial de los espermatozoides, inhi- Vejiga urinaria
biendo su movimiento a través del cuello uterino. Orificio ur.atral interno -----.._
APLICACIÓN CLÍNICA ------------,,_ Próstata

CÁNCER DE PRÓSTATA Uretra prostática - - - - ~


APLICACIÓN CLÍNICA ~ - - Orificio del conducto eyaculador
En los casos de cáncer de próstata (v. pág. 963), la próstata libera
a la sangre fosfatasa ácida prostática. Los niveles elevados de esta ANÁLISIS DEL SEivlEN ________./" Uretra membranosa
enzima suelen indicar la presencia de un cáncer de próstata y que el
tumor se ha extendido a otras regiones del cuerpo, especialmente al El análisis del semen es una prueba útil para la evaluación de la fer-
tilidad masculina. Se utiliza para determinar la presencia de esperma-
Diafragma urogenital - - <'.-:::=._____ Glándula bulbouretral o de Cowper
hueso. Otra prueba consiste en la determinación del nivel de antíge- Raíces de los - - - - - - - - - - Bulbo uretral
no especifico prostático /AEP) en la sangre. Esta sustancia es una en-
tozoides en el semen. Esta prueba también se utiliza con fines legales
cuerpos cavEmosos
para detectar semen en el cuerpo o ropas de una supuesta victima

s
zima producida sólo por las células epiteliales prostáticas. La canti·

ica
dad de antígeno especifico prostático aumenta en el cáncer de de violación. Entre los factores analizados se encuentran:

éd
próstata.
1. Volumen, Un volumen bajo podria indicar un defecto anatómi-

sM
co o funcional o inflamación. Arteria
Las glándulas bulbouretrnles o de Cowper son dos glándulas que

cia
2. Motilidad. En una muestra normal de espermatozoides al me- dorsal
tienen aproximadamente el tamaño de un guisante. Están locali- nos el 60% de ellos deben mostrar buena movilidad en las tres pri- Vena dorsal superiicial
Cuerpos cavernosos - ~ - - - ~ - - - profunda

en
(subcutánea)
zadas por debajo de la prósiata a cada lado de la uretra membra- meras horas después de la recogida del semen. del pene "-- '

Ci
nosa dentro del diafragma urogenital (fig. 28.9a). Las glándulas de 3. Recuento. Un recuento de espermatozoides inferior a 20 mi- Piel
Arteria dorsal

de
Cowper secretan una sustancia alcalina que protege a los esper- llones/mi podria indicar esterilidad. Los recuentos entre 20 y
40 millones/mi están en el limite de la normalidad. Fascia superficial

s
Arteria profunda - - - - -

te
matozoides al neutralizar el medio ácido de la uretra; también se- 4. Licuefacción, Un retraso de la licuefacción de más de dos ho- del pene

an
creta moco, que lubrica la mucosa uretral, lo cual reduce el nú- ras sugiere inflamación de las glándulas sexuales accesorias o de- Fascia profunda

di
mero de espermatozoides dañados durante la eyaculación. El fectos enzimáticos de las secreciones de estas glándulas.

tu
moco también lubrica la porción terminal del pene durante el acto 5. Morfología, No debe existir más de un 30 al 35% de esper-
Cuerpo esponjoso --.___-

Es
matozoides con formas anormales, tales como defectos en la Dorsal ¡
sexual. Sus conductos se abren en la uretra esponjosa. del pene ··---. ., i

de
formación de la cabeza o de la cola. . Cuerpos cavernosos
6. pH. Una elevación del pH por encima de su nivel normal lige- ~ delpene
ramente alcalino podria indicar prostatitis (inflamación de la prós- ro _.-----7· Túnica albugínea
nt
Semelfll tata). Uretm esponjosa - - - - - - ~ ___,...- /' ---- del cuerpo cavernoso
Ce

7. Fruclosa. Este azúcar está presente en el eyaculado normal. (cavernosa) Corona ·.:---_ _ _ Arteria profunda del pene
El semen es una mezcla de espermatozoides y de las secreciones Su ausencia indica obstrucción o ausencia congénita de los con-
ele las vesículas seminales, la próstata y las glándulas de Cowper. ductos eyaculadores o de las vesículas seminales. ---- Cuerpo esponjoso di,¡ peoo
El volumen medio de semen en una eyaculación es de 2,5 a 5 ml, ' ~ - - Uretra esponjosa
con 50 a 150 millones de espermatozoides por mililitro. Cuando Un análisis de semen normal no garantiza la fertilidad; la ausencia de ----Glande - .._______ (cavernosa)
el número de espermatozoides es inferior a 20 millones/ml, existe espermatozoides y de motilidad son los únicos signos definitivos --------- Túnica albugínea
de esterilidad. ---Prep~cio Ventral del cuerpo esponjoso
probabilidad de que el varón sea estéril. Es preciso que el número
de espermatozoides sea tan elevado debido a que sólo una peque-
ña fracción alcanza el óvulo. Aunque sólo un espern1atozoide fe- Orificio uretral externo
cunda un óvulo, la fecundación requiere la acción combinada so- lP'ene a) Corte coronal b) Corte transversal
bre el óvulo de un número mayor de espermatozoides. Secretan
hialuronidasa y proteinasas de los acrosomas para digerir el ma- El pene se utiliza para introducir los espermatozoides en la vagi-
terial que cubre al óvulo. Un solo espermatozoide no produce la na (fig. 28. l O). Tiene forma cilíndrica y está formado por el cuer- Pregunta: lOué masas tisulares forman el _tejido eréctil del pene y por qué adquieren rigidez?
cantidad suficiente de estas enzimas para disolver la barrera. po, la raíz y el glande. El cuerpo del pene está compuesto por tres
El semen tiene un pH ligeramente alcalino, de 7,20 a 7,60. La masas cilíndricas de tejido, unidas por tejido fibroso (túnica albu-
secreción prostática es responsable de su aspecto lechoso, mien- gínea). Las dos masas dorsolaterales reciben el nombre de cuer-
tras que los liquidas de las vesículas seminales y de las glándulas pos cavernosos. La masa medioventral, más pequeña, es el cuerpo puede ser visual, táctil, auditiva, olfativa o imaginativa, las arte· que la mayor parte de la sangre que entra queda atrapada. Estos
de Cowper lo son de su consistencia mucoide. El semen propor- esponjoso, que contiene la uretra esponjosa. Las tres masas están rias que vascularizan el pene se dilatan, de forma que entra una cambios vasculares causan la erección, un reflejo parasimpático.
ciona a los espermatozoides un medio de transporte y nutrientes. rodeadas por fascia y piel, y están formadas por tejido eréctil pe- cantidad mayor de sangre en los senos sanguíneos. La expansión El pene recupera su estado de flacidez cuando las arterias se cons-
Neutraliza el medio ácido de la uretra masculina y de la vagina. netrado por senos sanguíneos. Con la estimulación sexual, que de estos e~pacios comprime las venas que drenan el pene, por lo triñen y disminuye la presión sobre las venas. La eyaculación, la
936 l!ll'IIIIDAIII) !I C@MTDIIIIIIIIUDAD
11:APÍ'i'WJI.@ 211 11.00 APADIATN illEPR@HC'll'@IUi$ 937

expul~ión de semen desde la uretra al exterior, ,:s un reflejo sim- Se encuentran en la parte superior de la cavidad pélvica, uno a
pático. Como parte de este reflejo, el esfinter de músculo liso si- cada lado del útero. Una serie de ligamento~ mantienen en posi- FIGURA 28. 11 Órganos reproductores femeninos y estructuras circundantes.
tuado en la base de la vejiga urinaria se cierra. Así no se expulsa ción los ovarios (fig. 28.12). El ligamento ancho del útero, que for-
orina durante la eyaculación y no entra semen en la vejiga urinaria. ma parte del peritoneo parietal, se fija en los ovarios por un plie- ,"
I / \
La raíz del pene es la porción fija y consta del bulbo uretral, por- gue doble de peritoneo que recibe el nombre de mesovario. El ) .'
ción expandida de la base del cuerpo esponjoso, y de las raíces de ligamento uteroovárico ftja los ovarios al útero y el ligamento sus-
los cuerpos cavernosos, porciones separadas y almsadas de dichas
estructuras. El bulbo uretral está ftjado a la superficie inferior del
diafragma urogenital y encerrado en el músculo bulbocavernoso,
Cada raíz de los cuerpos cavernosos está fijada a las ramas as-
pensorio los fija a la pared pélvica. Cada ovario contiene un hilio,
el punto de entrada para los vasos sanguíneos y nervios y a lo
largo del cual se fija el mesovario.
Cada ovario está formado por las siguientes partes (fig. 28.13):
}
\
Coeno uterino
Ovario
cendente del isquion y descendente del pubis y rodeada por el
músculo isquiqcavemoso (v. fig. 11.13). l. Epitelio genninal. Capa de epitelio simple (cuboideo bajo o Fimbria
plano) que reviste la superficie del ovario y que se continúa con
El extremo distal del cuerpo esponjoso es una región ligeramen-
te ensanchada en forma de bellota, que recibe el nombre de glan-
de (glandes = bellota). El borde del glande se denomina corona.
el mesotelio que recubre el mesovario. El término epitelio ger-
minal es erróneo, ya que no origina óvulos, aunque hace tiem-
\ Ligamento
\
\
\
/
/
(_ /
Trompa uterina (de Falopio)
/ Útero
/ ,,.. Fondo de saco vesicoutertno
La uretra distal se ensancha en el interior del glande y forma una po sí se pensaba así. En la actualidad se sabe que las células uterosacro \ i\·/ / ...
abertura terminal en forma de hendidura, el orificio uretral exter- que originan los óvulos derivan del endodermo del saco viteli- \ L\, \ / // / Ligamento redondo del útero
no. El glande se encuentra recubierto de forma laxa por el
prepucio.
no y que migran a los ovarios durante el desarrollo embrionario.
2. Túnica albugínea. Cápsula de tejido conjuntivo denso e irre-
Fondo de saco \·' \:t~·://,/
posterior vaginal
gular inmediatamente por debajo del epitelio germinal.
Fondo de saco rectouterino
3. Estroma. Región de. tejido conjuntivo por debajo de la túni- (fondo de saco de Douglas) - - - -
APLICACIÓN CLÍNICA ca albugínea compuesta de una capa densa externa, la corteza, Vejiga urinaria
y una capa laxa interna, la médula. La corteza contiene folicu-
CIRCUNCISIÓN los ováricos.
...--··.-·,_....,.- - Sínfisis púbica

s
La circuncisión (circumcido = cortar alrededor) os una intervención

ica
4. Folículos ováricos. Ovocitos (óvulos inmaduros) y su tejido _..,
quirúrgica en la que se extirpa de foima parcial o total el prepucio. epitelial circundante en diversos estadios de desarrollo. ,··-- Monte de Venus

éd
Suele realizarse en la sala de partos o al tercero o cuarto días des- 5. Folículo ovárico vesicular o de De Graaf. Folículo grande lle- -------~b

sM
pués del nacimiento o al octavo día como parte de un rito religioso Recto
judío. No existe un acuerdo entre los médicos re,specto a la circun- no de líquido que contiene un óvulo inmaduro y su tejido epi- ;;/)·

cia
cisión. Algunos médicos se oponen a la circuncisión, excepto porra- telial circundante. El folículo secreta estrógenos.
Uretra

en
zones religiosas, y creen que no existe una justificación médica para 6. Cuerpo amarillo. Folículo ovárico vesicular maduro que se /,.,,,-"" !_

Ci
su práctica. Otros médicos consideran que los niños circuncidados ha roto para expulsar nn ovocito secundario (óvulo maduro po- Mo/,,-,.
presentan un nesgo menor de infecciones urinarias, una mayor pro- Labio mayor

de
tencial), proceso que recibe el nombre de ovulación. Produce
tección frente al cáncer de pene y, posiblemente, un riesgo menor las hormonas progesterona, estrógenos, relaxina e inhibina has-

s
de enfeim~dades de transmisión sexual.

te
ta que degenera y se transforma en tejido fibroso, denominán- Vagina Labio menor

an
dose cuerpo blanco o corpus a/bicans. Corte sagital

di
tu
APARATO REPRODUCTOR FEMENINO

Es
Pregunta:¿Qué estructuras masculinas son homólogas de los ovarios? ¿y del cliloris? ¿y de las glándulas
Ovogénesis

de
parauretrales? ¿y de las glándulas vesbbulares?
Los órganos reproductores femeninos (fig. 28.11) son los ovarios,
que producen ovocitos secundarios (células que se transforman en ro
La formación de óvulos haploides (n) en el ovario comprende va-
nt
óvulos maduros sólo después de la fecundaci6n), progesterona y rias fases, incluida la meiosis, y recibe el nombre de ovogéoesis.
Ce

estrógenos (hormonas sexuales femeninas), inhibina y relaxina; las Este proceso se desarrolla de forma muy similar a la esper- A partir de la pubertad, cada mes varios folículos primordiales capa granulosa. La estructura completa recibe el nombre de folícu-
trompas uterinas (de Falopio), que transportan los óvulos hasta el matogénesis. responden a la elevación del nivel de FSH. Se transforman en fo- lo secundario (en crecimiento). Una vez formado un ovocito se-
útero; el útero, donde tiene lugar el desarrollo embrionario y fe. • División de reáuccióo (l división meiótica). Durante las pri- Uculos primarios, que se encuentran rodeados por una capa de cé- cundario, éste continúa hasta la metafase de la división ecuatorial
tal; la vagina, y los órganos externos que constituyen la vulva o meras fases del desarrollo fetal, las células germinales primordia- lulas foliculares cuboideas (v. fig. 28.13). _La mayoría de los folicu- (II división meiótica) y se detiene en este estadio. Sólo después de
pudendum. Las glándulas mamarias también se consideran parte les (primitivas) migran desde el endodermo del saco vitelino hasta los primarios sufren atresia (degeneración). Sin embargo, durante la ovulación y la fecundación se completa la división ecuatorial
del aparato reproductor femenino. los ovarios. Allí se diferencian en ovogonias, precursoras de las c6- la fase preovulatoria del ciclo reproductor femenino (v. pág. 950) (II división meiótica).
La rama especializada de la medicina que estudia el diagnósti- lulas que pueden transformarse en óvulos (fig. 28. 14). Las ovogo- y debido a la secreción de hormona luteinizante (LH) por la ade- • División ecuatorial (II división meiótica). Durante la ovula-
co y el tratamiento de las enfermedades del aparato reproductor nias son células diploides (2n) que se dividen por mitosis, inicián· liohipófisis, uno de los folículos primarios alcanza un estadio en ción se hberan el ovocito secundario (con· el primer cuerpo polar)
femenino es la ginecología (gyneco = mujer). dose en el tercer mes de desarrollo prenatal, y se transforman en el que la meiosis se reanuda y el ovocito primario diploide com- y parte de las células de sostén circundantes. El ovocito secunda-
células diploides (2n) mayores denominadas ovocitos primarios. pleta la división de reducción (I división meiótica). Se producen rio líberado entra en la trompa de Falopio. Si existen espermato-
Estas células entran en la profase de la división de reducción (1 di- la sinapsis, la formación de tétradas y el cruzamiento, y se forman zoides y se produce la fecundación se completa la segunda divi-
Ovarios visión meiótica) pero no completan la profase hasta la pubertad. dos células de diferente tamaño, ambas con 23 cromosomas (n) sión, la división ecuatorial (II división meiótica).
Cada ovocito primario está rodeado por una sola capa de células de dos crornátides cada urio. . • Maduración. El ovocito secundario produce dos células
Los ovarios (ovarium = receptáculo de los óv\ilos), o gónadas fe. epiteliales planas (foliculares), y la estructura completa recibe el La célula más pequeña producida en la primera división meió- haploides (n) de diferentes tamaños. La célula más grande se trans-
meninas, son dos glándulas del tamaño y forma de una almendra nombre de foliculo primordial. Los más de 200.000 folículos pri- tica, el cuerpo polar, es fundamentalmente una acumulación de formará en un óvulo, o huevo maduro; la más pequeña es el se-
sin corteza. Son los homólogos de los testículos. (Homólogo signi- mordiales existentes en cada ovario no continúan su desarrollo material nuclear desechado. La célula más grande, el ovocito gundo cuerpo polar.
fica que tiene una estructura, una posición y un origen similar, hasta que sean estimulados por la hormona folículoestimulante secundario, recibe la mayor parte del citoplasma. Cada ovocito se- El primer cuerpo polar puede sufrir otra división y producir
pero no necesariamente la misma función.) Los ovarios descien- (FSH) de la adenohipófisis, que responde a la hormona liberado- cundario está rodeado por varias capas de células epiteliales cu- dos cuerpos polares. Si esto es asi, la meiosis del ovocito primario
den hasta el ala de la pelvis durante el tercer mes de desarrollo. ra de gonadotropinas (GnRH) hipotalámica. boideas y posteriormente cilíndricas denominadas células de la origina un óvulo haploide (n) y tres cuerpos polares haploides (n).
La formación de la Identidad de Género - Una mirada desde la filosofía

Artículo publicado en Esteve Zarazaga, J.M. y Vera Vila, Julio. Educación Social e Igualdad de Género.
Págs. 21 a 59. Edita Ayuntamiento de Málaga. Málaga, 2006. 320 págs. ISBN: 84-689-9770-6.
Autora: Purificación Mayobre Rodríguez. Universidad de Vigo. Galicia. España. Correo:
pmayobre@uvigo.es
Modificación del artículo con fines docentes por parte de Prof. Tit. Mónica Liborio

· La construcción de la identidad generizada

La configuración de la identidad personal es un fenómeno muy complejo en el que intervienen


diversos factores, desde los determinantes individuales hasta la adquisición de diversas capacidades
suscitadas en el proceso de socialización y educación. Pero sin duda un factor clave en la
constitución de la subjetividad es la determinación de género, eje fundamental sobre el que se
organiza la identidad del sujeto.

Tradicionalmente se consideraba que el sexo era el factor determinante de las diferencias


observadas entre varones y mujeres y que era el causante de las diferencias sociales existentes entre
las personas sexuadas en masculino o femenino. Sin embargo, desde hace unas décadas, se
reconoce que en la configuración de la identidad masculina o femenina intervienen no sólo factores
genéticos sino estrategias de poder, elementos simbólicos, psicológicos, sociales, culturales etc., es

s
ica
decir, elementos que nada tienen que ver con la genética pero que son condicionantes muy
éd
importantes a la hora de la configuración de la identidad personal. En consecuencia hoy se afirma
sM

que en el sexo radican gran parte de las diferencias anatómicas y fisiológicas entre los hombres y
cia
en

las mujeres, pero que todas las demás pertenecen al dominio de lo simbólico, de lo sociológico, de
Ci

lo genérico y que, por lo tanto, los individuos no nacen hechos psicológicamente como hombres o
sde

mujeres sino que la constitución de la masculinidad o de la feminidad es el resultado de un largo


te
an

proceso, de una construcción, de una urdimbre que se va tejiendo en interacción con el medio
di
tu

familiar y social.
Es
de
ro

En esta construcción desempeña un papel muy importante lo que la feminista Teresa de Lauretis
nt

denomina “la tecnología del género”. La tecnología del género es un concepto elaborado por dicha
Ce

autora a partir de la tesis foucaultiana de “tecnologías del sexo”. Foucault en el primer volumen de
La Historia de la Sexualidad, La Voluntad de Saber, sostiene que la sexualidad –frente a lo que en
principio pudiera pensarse- no es un impulso natural de los cuerpos sino que “el sexo, por el
contrario es el elemento más especulativo, más ideal y también más interior en un dispositivo de
sexualidad que el poder organiza en su apoderamiento de los cuerpos, su materialidad, sus fuerzas y
sus placeres”1. Es decir, según Foucault, no se debe entender la sexualidad como un asunto privado,
íntimo y natural sino que es totalmente construida por la cultura hegemónica, es el resultado de una
“tecnología del sexo”, definida como un conjunto “de nuevas técnicas para maximizar la vida”2,
desarrollada y desplegada por la burguesía a partir del siglo XVIII con el propósito de asegurar su
supervivencia de clase y el mantenimiento en el poder. Entre esas tecnologías del sexo incluye
Foucault los sermones religiosos, las disposiciones legales, el discurso científico o médico etc., es
decir, una serie de prácticas discursivas descriptivas, prescriptivas o prohibitivas, ya que en el
análisis foucaultiano tanto las prohibiciones como las prescripciones o definiciones referentes a la

1
Foucault, M., Historia de la Sexualidad. La Voluntad de Saber. Siglo Veintiuno, Madrid, 1992, p. 188.
2
Foucault, M., Opus Cit., p. 149.

1 / 13
conducta sexual lejos de inhibir o reprimir la sexualidad, la han producido y la continúan
produciendo.

Paralelamente a esa “tecnología del sexo” Teresa de Lauretis habla de “la tecnología del género”,
entendiendo que el género –de la misma forma que la sexualidad- no es una manifestación natural y
espontánea del sexo o la expresión de unas características intrínsecas y específicas de los cuerpos
sexuados en masculino o femenino, sino que los cuerpos son algo parecido a una superficie en la
que van esculpiendo –no sin ciertas resistencias por parte de los sujetos- los modelos y
representaciones de masculinidad y feminidad difundidos por las formas culturales hegemónicas de
cada sociedad según las épocas. Entre las prácticas discursivas preponderantes que actúan de
“tecnología del género” la autora incluye el sistema educativo, discursos institucionales, prácticas
de la vida cotidiana, el cine, los medios de comunicación, los discursos literarios, históricos etc., es
decir, todas aquellas disciplinas o prácticas que utilizan en cada momento la praxis y la cultura
dominante para nombrar, definir, plasmar o representar la feminidad (o la masculinidad), pero que
al tiempo que la nombran, definen, plasman o representan también la crean, así que “la construcción
del género es el producto y el proceso tanto de la representación como de la autorrepresentación”3.

Lauretis afirma: “el género tiene la función (que lo define) de constituir individuos concretos en
cuanto hombres y mujeres”4 con lo que también se podría establecer una conexión entre género e
ideología o pensar el género como una forma de ideología y, por lo tanto, como una tecnología del
género5. En definitiva lo que quiere afirmar la autora es que el proceso de constitución del sujeto no

s
se realiza sin la determinación del género, que devenimos sujetos generizados y que, por lo tanto, la
éd
ica
feminidad o la masculinidad es una construcción, un procedimiento cuyo resultado es hacer de un
sM

ser del sexo biológico femenino o masculino una mujer o un hombre.


cia
en
Ci

El proceso y el procedimiento de la construcción de la identidad generizada no se realiza de la


de

misma manera en las niñas que en los niños, ya que los géneros, o lo que es lo mismo, las normas
s
te
an

diferenciadas elaboradas por cada sociedad para cada sexo no tienen la misma consideración social,
di

existiendo una clara jerarquía entre ellas. Esa asimetría se internaliza en el proceso de adquisición
tu
Es

de la identidad de género, que se inicia desde el nacimiento con una socialización diferencial,
de

mediante la que se logra que los individuos adapten su comportamiento y su identidad a los
ro
nt

modelos y a las expectativas creadas por la sociedad para los sujetos masculinos o femeninos.
Ce

La lógica aplicada al par hombre/mujer justifica una concepción asimétrica de los sexos, que el
varón (identificado con la Cultura) haya sido considerado superior a la mujer (asimilada a la
Naturaleza) y que la mujer haya sido estimada como lo otro, pero lo otro en el sistema dicotómico
occidental no accede propiamente al estatuto humano, a la racionalidad, ya que está íntimamente
ligado al cuerpo, a la naturaleza, a lo irracional. De hecho, desde Platón, se piensa que la mujer está
distanciada del logos, que sólo participa fragmentariamente e inapropiadamente de la racionalidad.
Esto es lo que explica el carácter androcéntrico de nuestra cultura, es decir, el hecho de que el
varón se establezca como medida y canon de todas las cosas y que las mujeres hayan sido pensadas
como un ser imperfecto, castrado respecto al prototipo de la humanidad.

3
Lauretis, T., Diferencias. Etapas de un camino a través del feminismo. Horas y Horas, Madrid, 2000, p. 43.
4
Lauretis, T., Ibid, p. 39.
5
Obviamente ni Foucault ni Althusser extrajeron ninguna de estas conclusiones e incluso omitieron todas estas
cuestiones, pero sus reflexiones fueron muy útiles a Teresa de Lauretis y a otras teóricas feministas para extraer
importantes conclusiones acerca de los géneros y del sujeto femenino.

2 / 13
· La feminidad como formato normativo de género

En la civilización occidental las mujeres han sido objetualizadas, cosificadas, reducidas a lo que en
la jerga filosófica se denomina ser-en-sí, no teniendo acceso a la autoconciencia, al ser-para-sí, a la
autorrepresentación, es decir, a la posibilidad de ser sujeto, de tener capacidad de nombrar y
significar el mundo. Esta infravaloración fue debida a que “el varón según ratificaron grandes
filósofos y pensadores como Schopenhauer, Nietzsche, Hegel y Kierkegaard... fue considerado
superior a la mujer, lo cual condujo a que ésta fuese configurada como espejo de las necesidades del
hombre, encarnando la sumisión, la pasividad, la belleza y la capacidad nutricia. Este constructo
cultural vinculó a la mujer al cuidado de los hijos y de la familia y la mantuvo alejada de las
decisiones del Estado”6.

Este alejamiento de la mujer del mundo de la cultura y de la política es lo que explica que la
feminidad haya sido objeto de una heterodesignación, que hayan sido los varones los que
tradicionalmente han definido lo femenino y que la construcción de la feminidad haya sido una
construcción en negativo de lo masculino, haya sido una construcción especular, quedando la mujer
reducida a un espejo “dotado del mágico y delicioso poder de reflejar la silueta del hombre del
tamaño doble del natural”7.

El icono de la mujer como soporte en el que el varón puede reflejarse es muy utilizado en el orden
patriarcal y muy importante para la configuración de la identidad masculina, pues verse en los ojos

s
ica
de un ser lo suficientemente próximo le permite reafirmar su identidad viril. Esta posibilidad de
éd
reflejarse no se da para la mujer porque ella queda reducida a objeto reflectante, cosificada. Para
sM

acabar con esa objetualización, para alcanzar el estatuto de sujeto, para poder hablar y significar el
cia

mundo por sí misma y para poder configurar su autorrepresentación las mujeres tuvieron que
en
Ci

recorrer un largo camino. El camino no sólo ha sido largo sino lleno de escollos ya que en
de

Occidente durante siglos los saberes hegemónicos, es decir, la religión, la ciencia, la medicina, la
s
te
an

filosofía etc. han actuado como discursos legitimadores de la desigualdad en las relaciones de poder
di

entre los sexos. Particular importancia tuvo la filosofía ya que “la más alta, difícil y abstracta
tu
Es

reflexión de las humanidades, es uno de los vehículos conceptuales de sexuación, quizá el


de

principal”8 y fue una de la prácticas discursivas utilizadas por la elite dominante como discurso de
ro
nt

legitimación de una ideología patriarcal.


Ce

Desde sus orígenes la filosofía, por lo menos la filosofía hegemónica, definió a la mujer de una
forma especular, subrayando la polaridad entre los géneros, valiéndose para ello de la
caracterización de la filosofía como un saber que va más allá de las apariencias sensibles, que se
preocupa sólo por el ser (la esencia, la sustancia, la idea), por una realidad inmóvil, imperecedera,
siempre idéntica a sí misma, que no deviene y no cambia, y que se despreocupa del mundo de las
cosas reales, contingentes, perecederas.

La filosofía de Platón es, pues, la causante de una importante jerarquía entre espíritu y naturaleza,
mente y cuerpo, hombre y mujer etc., pero hay que tener en cuenta que Platón admitía una cierta
interconexión entre ambos mundos, pues para el autor la filosofía es amor a la sabiduría y no
solamente la posesión de la sabiduría por lo que “eros” (el amor) desempeña un papel muy

6
Carabí, A., “Construyendo nuevas masculinidades” en Segarra, M., Carabí, A., Nuevas Masculinidades. Icaria,
Barcelona, 2000, p. 16.
7
Woolf, V., Una habitación propia, Seix Barral, Barcelona, 2001, p. 50.
8
Valcárcel, A., La Política de las Mujeres. Cátedra, Valencia, 1997, p. 74.

3 / 13
importante de mediador, de intermediario entre el mundo sensible y el inteligible, aunque
ciertamente eros estará reservado sólo a los varones, los únicos que son capaces de dar a luz a la
filosofía, al orden simbólico.

En la modernidad, es cuando el dualismo mente/cuerpo, espíritu/naturaleza, razón/pasión o


sentimiento se agudiza, ya que según Descartes “no soy, pues, hablando con exactitud, sino una
cosa que piensa, es decir, un espíritu, un entendimiento o una razón” y –sigue afirmando Descartes-
“sin el cuerpo puedo ser o existir”, con lo que el sujeto queda reducido a pura sustancia pensante,
siendo el cuerpo totalmente inesencial. De este modo el concepto de individuo o de persona que el
cartesianismo crea es el de un sujeto autónomo que no depende de otros yoes ni de ninguna cosa
fuera de sí y que considera al cuerpo, y por lo tanto a las emociones y a los sentimientos, como una
parte insignificante y despreciable. Esta concepción de la subjetividad totalmente racional,
imperturbable, autosuficiente, negadora del cuerpo y de la relación con los otros sujetos favorece la
clásica economía binaria entre el principio activo del logos masculino y la pasividad de la
corporeidad femenina, al tiempo que permite utilizar la contraposición razón/emoción,
cultura/naturaleza para justificar la discriminación de las mujeres por su falta de control emocional.

El modelo de subjetividad cartesiano fue defendido posteriormente por los más ilustres
representantes de la ilustración, como Kant o Rousseau. Kant insiste en un modelo de sujeto guiado
exclusivamente por la razón y totalmente alejado de las pasiones, de las emociones, de los deseos.
La moral kantiana forja el ideal de un sujeto moral autosuficiente, un sujeto individualista,

s
autónomo, que se aleja de los sentimientos, de las emociones, de las relaciones personales y de la
éd
ica
ayuda de los demás, porque si no lo hace así se revela dependiente e incapaz de alcanzar la plena
sM

madurez. Este ideal de sujeto autocontrolado, independiente, desvinculado del cuerpo y de las
cia

relaciones personales excluye una vez más a las mujeres, las que difícilmente se acoplan a ese
en
Ci

modelo individualista, negador del cuerpo, de los afectos y de los vínculos personales.
de
s
te
an

Por su parte Rousseau define a la mujer en relación al varón. Sofía está destinada a ser la esposa de
di

Emilio, su educación ha de estar orientada a satisfacer las necesidades físicas, afectivas y sexuales
tu
Es

del varón, por lo que el varón sigue siendo el prototipo, el canon, la medida. En palabras del propio
de

Rousseau: “Toda la educación de las mujeres debe referirse a los hombres. Agradarles, serles útiles,
ro
nt

hacerse amar y honrar por ellos, educarlos de jóvenes, cuidarlos de adultos, aconsejarlos,
Ce

consolarlos, hacerles la vida agradable y dulce: he ahí los deberes de las mujeres en todo tiempo, y
lo que debe enseñárseles desde la infancia”9.

Este discurso discriminador difundido por importantes filósofos, pedagogos e ideólogos modernos
es consolidado por los dictámenes científicos de la época. “Hacia mediados del siglo XVIII, Pierre
Roussel inaugura la serie de tratados sobre la mujer de la Medicina llamada filosófica por su
combinación de principios metafísicos y observación empírica... Estos médicos filósofos sostenían
que la diferencia biológica que existe entre los sexos es la causa de la diferencia de funciones y
espacios sociales... Los hombres debían ocuparse de la perfectibilidad de la humanidad, asumiendo
todas aquellas acciones ... necesarias para el progreso de la humanidad (educación, organización
democrática y racional de los aspectos económicos, culturales, sanitarios etc. de la sociedad). Las
mujeres, como seres dominados por su biología, habían de dedicarse al perfeccionamiento de la

9
Rousseau, J. J., Emilio o de la educación. Alianza, Madrid, 1995, p. 494.

4 / 13
especie”10. Es decir, debían quedar confinadas al ámbito doméstico y reducidas al papel de madre y
esposa.

En contra de esos dictámenes se propagaban otras filosofías que defendían una concepción
igualitaria de los sexos, destacando particularmente Poullain de la Barre con su obra de L´égalité
des deux sexes (1673), Condorcet (1743-1794) en su Ensayo sobre la admisión de las mujeres al
derecho de ciudadanía (1790), Olympe de Gouges (1748-1793) con su Declaración de los
Derechos de la Mujer y la Ciudadana (1791), Mary Wollstonecraft (1757-1797) con Vindicación de
los Derechos de la Mujer. Todos ellos insisten en que es el prejuicio o la costumbre lo que induce a
pensar que los varones son superiores a las mujeres, pero que si se atiende a los dictados de la razón
se ha de concluir que todos los seres humanos son iguales pues “el cerebro no tiene sexo”. Ahora
bien, a pesar de la exigencia de igualdad de estos pensadores/as, las relaciones del feminismo con la
modernidad y con el proyecto ilustrado no están exentas de problemas, tensiones y paradojas, pues
la Modernidad erigió una concepción del sujeto y del ciudadano de espaldas a las mujeres,
excluyéndolas del ámbito público, negándoles el disfrute de los derechos civiles y políticos y
deslegitimando filosóficamente –por lo menos por parte de sus más eximios representantes- que las
mujeres pudieran ser alumbradas por las luces de la razón como muy elocuentemente lo describe la
filósofa Adriana Cavarero en el siguiente fragmento:

“En el desarrollo histórico que ve surgir el Estado Moderno y la moderna


democracia, un viejo orden político basado en la desigualdad entre los hombres es

s
suplantado por un nuevo orden político basado en la igualdad entre los hombres. En sus
éd
ica
orígenes, el principio de igualdad se aplica sólo a los sujetos masculinos. La hipótesis
sM

teórica que funda el principio de igualdad en que “todos los hombres son iguales por
cia

naturaleza” está pensada sólo para el sexo masculino... Pensado sólo para los hombres,
en
Ci

el principio de igualdad –en principio- no es que excluya a las mujeres, es que no las
de

toma en consideración. Las mujeres están desterradas de la esfera pública –son por lo
s
te
an

tanto invisibles e impensables- en la que el modelo igualitario erige su lema


di

revolucionario. Se asocian naturalmente a la esfera privada y sólo en ellas son visibles...


tu
Es

La exclusión de las mujeres no es un proceso accidental que se va regularizando con el


de

tiempo como pasó con algunos sectores de varones. Se trata de una exclusión primaria,
ro
nt

inscripta en el sostenimiento exclusivamente masculino del principio. Pensado por los


Ce

hombres y para los hombres, el principio de igualdad deja intocable y refuerza aquella
natural distinción, entre una esfera pública masculina y una esfera doméstica femenina,
que hace de las mujeres unos sujetos políticamente impensables, o sea unos no-
sujetos”11.

A pesar de todas las contradicciones, limitaciones y paradojas subyacentes al pensamiento ilustrado,


dicho sistema filosófico fue más propicio que otros para las mujeres, ya que la proclamación de la
razón, de una razón descorporeizada permitió que se ubicara también a las mujeres en el ámbito de
la conciencia y que varias/os ilustradas/os postularan la misma capacidad de autonomía y de
racionalidad para los dos sexos.

10
Puleo, A., Filosofía, Género y Pensamiento Crítico. Secretariado de Publicaciones e Intercambio Editorial.
Universidad de Valladolid. Valladolid, 2000, pp. 48-49.
11
Restaino, F., Cavarero, A., Le Filosofie Femministe. Paravia, Torino, 1999, pp. 123-124. La traducción es mía.

5 / 13
· De la heterodesignación a la autorrepresentación

Epistemológicamente el acceso de las mujeres a la categoría de sujeto, a la autorrepresentación ha


sido posible después de que éstas emprendieran un importante proceso de deconstrucción de su
imagen especular. Esto no quiere significar que no haya habido previamente mujeres que se negaran
a ser el objeto que refleja la imagen esperada por el sujeto masculino, mujeres que mantuvieron una
postura resistente o disidente con los modelos establecidos de masculinidad y feminidad, que
actuaron –en terminología del V. Woolf o I. Zabala- como excéntricas o extrañas, que se rebelaron
contra las definiciones de género de su época, que se posicionaron como sujetos y buscaron sentido
a su ser mujer en posiciones críticas al sistema, en saberes alternativos o marginales. Esta postura de
disidencia se incrementó enormemente en los últimos tiempos a partir de la labor de
cuestionamiento sistemático, del sistema patriarcal, llevada a cabo por el feminismo, o mejor los
feminismos, en alianza con diferentes corrientes hermenéuticas, críticas y con el método
deconstructivo derrideano.

La lógica derrideana de reconocimiento de la alteridad ha sido aprovechada por el feminismo para


criticar la concepción hegemónica y asimétrica de los sexos. No se trata de invertir la asimetría
tradicional de forma que ahora lo otro, lo femenino, ocupe el primer término, puesto que ello
significaría simplemente continuar hablando desde el mismo sistema que se critica sino de hablar
desde dentro y fuera del sistema, desde dentro y fuera de la ideología patriarcal para señalar los
puntos ciegos de su lógica, sus contradicciones y paradojas. Se trata más bien de subvertir que de

s
ica
invertir la lógica maniquea que privilegia siempre una parte sobre otra. Esta subversión se viene
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realizando desde la década de los setenta del siglo XX mediante la impugnación de un sistema legal
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y de una organización simbólica y política que excluye a las mujeres.


cia
en
Ci

En nuestros días, sin olvidar la importante tarea de reivindicar la incorporación de las mujeres al
de

ámbito público y la desaparición de todos aquellos handicaps que las excluyen, marginan o
s
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an

discriminan, muchas feministas consideran que es muy importante no sólo conseguir determinadas
di

condiciones materiales para las mujeres sino que es preciso que éstas sean capaces de producir
tu
Es

orden simbólico, es decir, que no se queden sólo a nivel crítico, reactivo o deconstructivo sino que
de

aboguen por la creación de nuevas configuraciones de la identidad femenina. Para ello se considera
ro
nt

imprescindible un cambio de mentalidad, una revolución cultural, un cambio de orden simbólico


Ce

que permita la conceptualización de nociones de subjetividad alternativas al modelo cartesiano.

La tarea de reconstrucción de la identidad femenina es emprendida por varias filósofas feministas,


quienes plantearon la necesidad de recodificar y renombrar al sujeto femenino ya no como otro
sujeto soberano, jerárquico y excluyente, no como uno “sino más bien como una entidad que se
divide una y otra vez en un arco iris de posibilidades aún no codificadas”12. Procedieron a construir
una nueva subjetividad femenina, a resignificar el sujeto femenino, teniendo en cuenta que el
término “mujer” no tiene un único significado, que las mujeres no son una realidad monolítica sino
que dependen de múltiples experiencias y de múltiples variables que se superponen como la clase,
la raza, la preferencia sexual, el estilo de vida etc. Por este motivo a la hora de reinventarse a sí
mismas y de presentar nociones de subjetividad alternativas no recurren a conceptos como ser,
sustancia, sujeto etc. sino a categorías conceptuales como fluidez, multiplicidad, intercorporalidad,
nomadismo etc., es decir, conceptos que parten de una visión comprensiva de los binomios
espíritu/naturaleza, mente/cuerpo, sujeto/objeto etc. y que favorecen una definición del sujeto como
múltiple, transfronterizo, relacional, interconectado y de final abierto.
12
Braidotti, R., Sujetos nómades. Paidós, Barcelona, 2000, p. 175.

6 / 13
En cualquier caso este proceso de reconstrucción de la subjetividad femenina se planteó como una
tarea incipiente y ardua, a la que se le presentaron numerosas resistencias. Para vencer esas
resistencias y para difundir un concepto de individuo que concilie las características que el género
ha separado y jerarquizado es muy importante la educación, pero una educación no androcéntrica,
una educación que resignifique los modelos y valores con los que la cultura occidental ha
construido lo femenino con el fin de que las mujeres dejen de ser concebidas como jerárquicamente
inferiores. Para ello es indispensable que la educación, hoy denominada coeducación, no se limite a
impartir y difundir mediante el currículum explícito y el currículum oculto unos valores
aparentemente neutrales pero que siguen siendo androcéndricos y limitadores a la hora de
configurar la identidad personal. Es necesario que la educación fomente una cultura del mestizaje,
integrada por valores y referentes asociados a la masculinidad y a la feminidad, en la que los
comportamientos, conductas y formas de relacionarse femeninas se valoren como una
manifestación de la diferencia y no de la desigualdad.

La apuesta depende de la respuesta que se dé a los siguientes interrogantes: Hombres y mujeres


¿somos iguales? ¿somos diferentes? ¿en qué, por qué, para qué somos diferentes? Las respuestas a
esas preguntas difieren epistemológicamente, filosóficamente y políticamente por parte de los tres
grandes paradigmas existentes actualmente en la teoría feminista -el feminismo igualitarista,
feminismo postmoderno y postestructuralista- por lo que sus propuestas educativas son también
diferentes.

s
· Género en disputa ica
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Género en disputa es la traducción al castellano del libro de Judith Butler, Gender Trouble. Una de
cia

las posturas implica que la categoría de género es como una ficción unitaria y excluyente que bajo
en
Ci

la pretensión de universalidad, imparcialidad e igualdad y sólo representa a las mujeres


de

heterosexuales, blancas y de clase media de los países occidentales. Pero las mujeres negras,
s
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lesbianas o las mujeres que reivindican el valor de contextos culturales específicos comienzan a
an
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plantear que las mujeres no son un grupo homogéneo, que son diversas entre sí y que esa diversidad
tu
Es

marca diferencias sustantivas tanto en la teoría como en la práctica. Por otra parte el feminismo
de

cultural, heredero del feminismo radical, enfatiza la identidad específica de las mujeres frente a la
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de los varones y, por último, el feminismo postmoderno o postestructuralista propone una


Ce

concepción de la persona no vinculada a unas características o propiedades universales sino más


ligada a un contexto, a una cultura, a una situación social concreta.

El punto de partida de estos debates es la “teoría sexo/género” por lo que comenzaremos


exponiendo sus presupuestos filosóficos y epistemológicos para presentar, a continuación, las
contestaciones o cuestionamientos de dicha teoría.

1. La teoría sexo género

Según las teóricas feministas Donna Haraway13, Teresa de Lauretis14 o Rosi Braidotti15 el concepto
de género no fue originariamente feminista sino que sus primeras conceptualizaciones, en el sentido

13
Haraway, Donna, “Gender for a Marxist Dictionary: The Sexual Politics of a Word” en Simians, Cyborgs and
Women, pp. 127- 148.
14
Lauretis, Teresa de, “Eccentric Subjects: Feminist Theory and Historical Consciousnes”, Feminist Studies, nº 1, 1990,
pp. 115-150.
15
Braidotti, Rosi, Sujetos Nómades, Paidós, Barcelona, 2000.

7 / 13
en que lo entendemos en la actualidad, proceden del campo de la medicina, biología o lingüística.
En la década de los cincuenta Jhon Money y Patricia Tucken utilizaron el concepto de identidad de
género en su libro Asignaturas Sexuales. En 1968 el término género aparece en el título del libro de
Robert Stoller Sex and Gender y en 1972 en el trabajo de Ann Oakley titulado Sex, Gender and
Society. En esos libros ya se presenta el término sexo asociado a las características biológicas que
diferencian a los machos de las hembras o a los varones de las mujeres, y el concepto de género
vinculado a la cultura y a la definición de la masculinidad y de la feminidad realizada por las
diversas culturas.

En la teoría feminista los antecedentes del concepto de género se pueden encontrar en la obra de
Simone de Beauvoir, El Segundo Sexo, publicada en 1949 y en la que se afirma: “No se nace mujer,
llega una a serlo”, con lo que se quiere significar que la feminidad no deriva de una supuesta
naturaleza biológica sino que es adquirida a partir de un complejo proceso cuyo resultado es hacer
de un ser del sexo biológico femenino (o masculino) una mujer (o un hombre). De esta forma
Simone de Beauvoir inicia la crítica a los argumentos naturalistas y deterministas que justificaban la
inferioridad del sexo femenino al tiempo que enfatiza la importancia desempeñada por la cultura,
las tradiciones o la historia para que las mujeres se conviertan en el segundo sexo.

Posteriormente, en la década de los setenta, el feminismo anglosajón teoriza y sistematiza las tesis
de Simone de Beauvoir. La nueva teorización se presentó y concretizó en el concepto de género,
concepto que se manifestó en principio muy liberador para las mujeres al permitir combatir las tesis

s
biologicistas que condicionaban el estatus y rol de las mujeres a su anatomía.éd
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La primera sistematización del sistema sexo/género la presenta la antropóloga Gayle Rubin en un


cia

artículo titulado “The Traffic in Womwen: Notes on the Political Economy of Sex”16, publicado en
en
Ci

1975, en el que defiende que todas las relaciones sociales están generizadas y que son esas
de

relaciones sociales –y no la biología- lo que contribuye a la opresión de las mujeres.


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Rubin afirma que la “domesticación” de las hembras humanas, la “opresión” de las mujeres no es
tu
Es

un hecho natural, es un producto social que se lleva a cabo por medio de un sistema de parentesco
de

controlado por los varones, es lo que llama sistema sexo/género, entendido como “un conjunto de
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disposiciones por el cual la materia biológica del sexo y la procreación humana son conformadas
Ce

por la intervención humana y social y satisfechas en una forma convencional, por extrañas que sean
algunas de esas convenciones”17.

Basándose en la obra de Levi Strauss, Las estructuras elementales de parentesco, afirma que en las
sociedades primitivas la primaria organización social de la actividad económica, política,
ceremonial y sexual son las estructuras de parentesco. Uno de los elementos claves de estas
estructuras de parentesco es el “regalo” o “don”. En esas sociedades circulan todo clase de cosas:
alimentos, hechizos, rituales, palabras, nombres, adornos, herramientas y poderes. En esas
transacciones ninguna de las partes gana nada, existe reciprocidad. Existe, sin embargo, un
intercambio, el principal regalo que puede intercambiarse, la mujer, en el que la relación que se
establece no es sólo de reciprocidad sino de parentesco ya que la mujer se intercambia para ser
esposa.

16
Traducido al castellano en Gortari, Ludka de (coord.), Nueva Antropología. Estudios sobre la mujer: problemas
teóricos. Conac y T/Uam. Iztapalapa, 1986.
17
Rubin, Gayle, ibid, p. 44.

8 / 13
A partir de este análisis Gayle Rubin acuña el concepto de sexo/género al descubrir que las propias
relaciones de parentesco están generizadas y jerarquizadas al existir un sujeto capaz de convertir a
alguien en objeto. Si los hombres dan a las mujeres es que éstas no pueden darse a sí mismas. Y si
la forma básica del intercambio es el matrimonio, la heterosexualidad está implícita como opción
permitida. Por lo tanto en el intercambio de mujeres hay que situar el origen de la opresión de las
mujeres, en el sistema social, no en la biología. Posteriormente en un trabajo titulado Reflexionando
sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad se corrige a sí misma por no haber
distinguido entre género y sexualidad y por haber podido transmitir la idea de que el sexo es una
realidad natural, constante, universal y ajena a la historia, cuando es una realidad política y
organizada en sistemas de poder que alientan determinadas prácticas o individuos en tanto que
castigan o reprimen a otros.18

· Feminismos postmodernos y postestructuralistas

El sueño expresado por Gayle Rubin y por otras teóricas del género es más bien una pesadilla para
las teóricas de la diferencia sexual. Para la filósofa, feminista y psicoanalista Luce Irigaray la
neutralización del sexo significa el fin de la especie humana. En sus propias palabras:

“Querer suprimir la diferencia sexual implica el genocidio más radical de cuantas


formas de destrucción ha conocido la historia. Lo realmente importante es elaborar
una cultura de lo sexual, desde el respeto a los dos géneros” 19

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Pero ¿qué es una cultura de lo sexual respetuosa de los dos géneros? ¿Qué es la diferencia sexual?
sM

A estas preguntas responden Luce Irigaray y Rosi Braidotti, entre otras, tratando de desligar la idea
cia

de diferencia, a fin de que se pueda expresar el valor positivo de ser “distinto de” la norma
en
Ci

masculina, blanca y de clase media. El punto de partida de ambas es la filosofía postmoderna y


de

postestructuralista, es decir, una filosofía que postula una nueva cultura, la cultura de la
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fragmentación, de la multiplicidad, de la diversidad, del reconocimiento de la diferencia, de la


di

alteridad, del otro/a. Esta nueva cultura está propiciada por la filosofía de la diferencia francesa
tu
Es

(sobre todo por la ontología de Deleuze y Guattari, conformada por conceptos como devenires,
de

flujos, rizomas, nómadas etc. que nada tiene que ver con los conceptos de ser, sustancia, sujeto etc.
ro
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de la filosofía clásica o de la filosofía moderna), por el método deconstructivo derrideano


Ce

(interesado en la deconstrucción tanto del logocentrismo como de la metafísica de la identidad y en


la afirmación de la alteridad), por el psicoanálisis freudiano y lacaniano y por el postestructuralismo
de Foucault (sobre todo en su concepción posthumanista del sujeto).

Basándose en esos presupuestos las corrientes feministas postmodernas, se proponen romper con
las pautas de identificación masculina y presentar nuevas conceptualizaciones de las identidades
femeninas. La primera ruptura importante que postulan es el reconocimiento de la diferencia sexual
y la afirmación de que las mujeres pensamos a través del propio cuerpo por lo que resultan
totalmente inaceptables aquellas teorías (incluida la teoría sexo/género que sigue manteniendo el
dualismo naturaleza/sexo/cuerpo// cultura/género/mente) que escinden el cuerpo del pensamiento.
Si bien el cuerpo no se ha de entender como una cosa natural, como una noción esencialista o

18
Rubin, Gayle, “Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad” en Vance; Carole (comp.)
Placer y peligro: explorando la sexualidad femenina, Madrid, Revolución, 1989.
19
Irigaray, Luce, Yo, tú, nosotras, Cátedra, Madrid, 1992, p. 10.

9 / 13
meramente biológica sino como una entidad social, codificada socialmente, “como una interfaz, un
umbral, un campo de fuerzas incesantes donde se inscriben numerosos códigos”20

Una de las primeras en proclamar la diferencia sexual fue Luce Irigaray para quien “la diferencia
sexual representa una de las cuestiones o la cuestión que hay que pensar en nuestro tiempo”21. Para
esta autora todavía hay que luchar por la igualdad de salarios, de derechos sociales, contra la
discriminación en el empleo o en los estudios, pero la mera equiparación con los hombres no es
suficiente, pues las mujeres “simplemente “iguales” a los hombres serían “como ellos” y, por lo
tanto, no serían mujeres… Una vez más la diferencia de los sexos quedaría anulada, desconocida,
recubierta”22.

Para las teóricas de la diferencia sexual la neutralización de la diferencia postulada por el feminismo
igualitarista no sirve para nada, excepto para favorecer un nuevo tipo de colonización, de sometimiento
de los sexos, las razas o las generaciones a un modelo único de identidad humana, de cultura, de
civilización. Hacer a la mujer igual al hombre, o al negro igual al blanco, es partir de una actitud
paternalista, de sumisión a los modelos definidos por el hombre occidental que no acepta cohabitar con
otros. Si se quiere repudiar el sexismo, el racismo etc., es preciso aceptar las diferencias no sólo en
términos legales o formales sino también en el reconocimiento más profundo de que únicamente la
multiplicidad, la complejidad y la diversidad pueden ayudarnos a enfrentar los retos de nuestro tiempo.
Para ello es preciso iniciar una nueva etapa civilizatoria capaz de acabar con la cultura que durante
milenios defendió un sujeto único y egocéntrico e instaurar una cultura que no sea de dominio sino más

s
democrática, más de intercambio vital, cultural, de palabras, de gestos. Se trata de llegar a una nueva
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fase de la civilización, un período en el que los intercambios de objetos y, en particular, de mujeres no
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sean la base de la construcción del orden social. Esta nueva etapa comienza con el reconocimiento de
cia

que “el universal es dos: es masculino y femenino”23, es decir, “el sujeto no es uno ni único, es dos”24,
en
Ci

de que hombres y mujeres son dos sujetos diferentes no sometidos el uno al otro. Esta nueva etapa ha
de

de estar presidida por una nueva cultura, una cultura de lo sexual que respete a los dos géneros y ésta
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sólo es posible desde la reinvención de nosotras mismas, de nuestra identidad, de una nueva
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interpretación simbólica de nuestros cuerpos y de la creación de una genealogía femenina.


tu
Es
de

La reelaboración de la subjetividad femenina pretende ser un paso hacia delante, el de registrar un


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modo de autorrepresentación, de autoafirmación en el que el hecho de ser mujer tenga una connotación
Ce

positiva y es decir :“la mujer debe ser algo más que un no-varon y diferente de un no-varón”25 y cuya
táctica epistemológica y política es la potenciación de lo femenino, la implementación del devenir
mujer y de hablar como mujer, si bien sin prescribir cómo ha de ser ese devenir femenino o su habla.
Por lo que se propone una subjetividad femenina nómade, es decir, una identidad que se está
configurando en un continuo devenir como una identidad fluida, versátil, sin fronteras, abierta a nuevas
posibilidades y con una gran potencial para resignificar el mundo y las cosas.

Esta cultura de la positividad, de la autoafirmación de las diferencias, del reconocimiento del


nomadismo feminista, se propone favorecer la multiplicidad, la complejidad, y combatir el
esencialismo, el racismo, el sexismo, la violencia de género, desmantelando las estructuras de poder

20
Braidotti, Rosi, Feminismo, diferencia sexual y subjetividad nómade. Gedisa, Barcelona, 2004, p. 16.
21
Irigaray, Luce, Éthique de la Différence Sexuelle, Edition de Minuit, 1984, p.13.
22
Irigaray, Luce, Ese sexo que no es uno, Edfitorial Saltés, Madrid, 1982, p. 155.
23
Irigaray, Luce, La democracia comincia a due, Bollati Boringhieri, Torino, 1994, p. 2.
24
Irigaray, Luce, ibid, p. 16.
25
Restaino, Franco, Cavarero, Adriana, Le filosofie feminista, Torino, Paravia, 1999.

10 / 13
que sustentan las oposiciones dialécticas de los sexos, aunque respetando la diversidad de las mujeres y
la multiplicidad dentro de cada mujer.

Para favorecer la difusión de esa nueva cultura se considera fundamental que la educación reconozca la
diferencia sexual, lo que supone un cambio radical en la educación tal y como se imparte hoy.
Significa que la educación no sólo se concentre en adquirir saberes y capacidades que le sirvan para
conquistar el mundo, sino que se interese en articular las relaciones con los otros y otras. Interesa
pues, un cambio; que se fomenten los valores de comunicación de forma que las relaciones entre las
personas sean prioritarias, en tanto que las relaciones con los bienes y las cosas no sean más que
una consecuencia de la anterior. Entonces el objetivo fundamental de la educación no será formar a
la juventud para convertirlos en ciudadanos competitivos y eficaces, sino que su finalidad será
educarlos para hacer de la vida relacional un hecho cultural importante. De esta forma, la
comunidad no estaría formada por individuos atomizados, unidos entre sí por unas leyes externas a
sí mismos, sino que en la nueva sociedad los vínculos entre la ciudadanía constituirían el tejido de
la comunidad. La base de ese entramado sería la relación entre mujer(es) y hombre(s) en el respeto
de sus diferencias a todos los niveles, desde el más íntimo hasta el político y cultural.

Para que esto sea posible es necesario que todos estos valores se incluyan en los programas
escolares. Hace falta que la infancia aprenda a respetar la diferencia sexual, pues quien aprende a
respetar la diferencia entre mujer(es) y hombre(s) no experimentará ninguna dificultad para respetar
otras diferencias porque los instintos de posesión, explotación, rechazo o menosprecio habrán sido

s
educados desde las pulsiones elementales. Es tratar de impartir una educación sexuada para
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contribuir a la formación de una comunidad más democrática, al estar basada en el reconocimiento
sM

de la alteridad. Es pensar que es la única forma de que se dé verdaderamente una paridad de


cia

oportunidades entre chicas y chicos.


en
Ci
de

Por último, se debe tener en cuenta, a la hora de enseñar –aprender, la necesidad de crear un vínculo
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entre el/la maestro/a y el/la discípulo/a. La tradición occidental disocia al/la profesor/a del/de la
di

alumno/a. El maestro se convierte en un vehículo aséptico de cultura, limitándose a transmitir


tu
Es

saberes codificados de autores muertos. Sin embargo enseñar es transmitir una experiencia
de

masculina o femenina, un saber concreto, útil, para una cultura de la vida y el/la propio/a maestro/a
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constituye la garantía de verdad, de ética y también de estética. Esta práctica de la enseñanza


Ce

constituye una genealogía natural y cultural.

Todos estos puntos debieran ser incluidos en los programas escolares. Hace falta que la infancia sea
instruida en la toma de conciencia de su identidad concreta y, por lo tanto, sexuada, y en respetar y
establecer relaciones con la identidad concreta del otro/a. Ésta es la condición de una cultura
verdaderamente democrática, de una cultura que permitirá salvar los importantes fallos de las
democracias basadas simplemente en el derecho al voto.

Partiendo de una postura postestructuralista se afirma que el sujeto se hace, se construye social,
cultural y lingüísticamente como individuo generizado.

La feminidad (masculinidad) no es, en consecuencia, fruto de una elección sino la cita o repetición
forzosa de una norma cuya compleja historicidad es inseparable de las relaciones de disciplina,

11 / 13
regulación y castigo. No hay “nadie” que escoja una norma de género, muy al contrario la cita de
las normas genéricas es necesaria para que tengamos derecho a ser “alguien” 26.

A modo de conclusión

A lo largo de estas páginas se ha tratado de reflejar el amplio e intenso debate existente en la


actualidad en el seno de la teoría feminista acerca de lo que significa o debe significar ser mujer o la
feminidad. Las disputas son una manifestación del importante corpus de conocimiento existente
hoy en el feminismo y de que la teoría feminista no ha perdido la capacidad crítica que la ha
caracterizado desde sus orígenes. La heterogeneidad de posiciones teóricas o de modelos propuestos
para interpretar los mecanismos de subordinación de las mujeres o para superar la discriminación de
las mismas, no debe hacernos olvidar que todas las corrientes coinciden en el reconocimiento de
que las mujeres por el simple hecho de ser mujeres han sido tradicionalmente discriminadas y que
por lo tanto sus oportunidades cuantitativa y cualitativamente son menores.

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Género, pariicipación, empoderamiento y control social en 1 democracia representativa que permanece por más de cuarenta
salud años; que durante los últimos.veinte años.ha vivido un proceso de
pérdida de legitimidad de los partidos políticos debido a que éstos,
Hablar de género, participación, empoderamiento y control so- .,.,,..... . por un lado, se convirtieron en los mediadores por excelencia lde
cial en la salud, nos exige una articulación conceptual que oriente . ;'.~ todas las instancias de la vida social, política y económica, gene-
,.,
la vinculación entre estos conceptos. En nuestro caso, el hilo con- . randa corrupción y clientelísmo y por el otro, fueron incapaces de
ductor de esta reflexiór\t inacabada que espero sea enriquecida en dar. respuestas a la creciente problemática de exclusión sócial y
un futuro inmediato, es fa construcción de ciudadanía tal como es económica de la mayoría de la población venezolana, lo cual per-
desarrollada por Elizabeth Jelín (1987,1993,1996). ·1· mitió el despliegue incesante de la impunidad.en todo sentido. Hoy
Antes de entrar en materia- es importante dejar sentado que "f·
··r;,:'·
por hoy, esta política ha permeado el desenvolvimiento de las rela-
trabajar cc;rn un enfoque de género implica,visibilizar,relaciones de ciones sociales en el país a todo nivel: familiar, social, púlítico,
poder, lo que hace de esta perspectiva un instrumento de subver-
económico.
sión, que ~ebe permitirnos, junto con otros enfoques teóricos, revi- Es ,evidente que esta realidad no facilita el ambiente para la
sar todos ios encuadres sociales. y políticos, aun las. reformas ac- participación; por el contrario, el clima de violencia crecjente -
tuales y :. en proyecto, en las cuales estamos trabajando. pública y privada - tiende a aislar a los ciudadano~.se aquellos espa- .,
Pretenderri.os afianzar el carácter democrático de las organiúciones cios en los cuales se construye la vida colectiv~ El que hoy se haya

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en que participamos, lo cual' implica que éstas sean tolerantes, plu- entrado en un nuevo proceso político, no garantiza cambios pro-

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ralistas y Ilo j erárq ui cas.

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fundos a corto plazo J ni mucho menos, cambios culturales en el
Esta acción planteada como forma viable de desarrollar a los y

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sentido de llevar a la p(áctic:a una consigna del actual gobierno: la

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]as participantes, implica hacer de· actores y actoras sociales, suje-
democracia participativa. El camino no está aun definido, por el

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tos de su desti_no, lo cual nos lleva a plantearnos la participación

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contrario, el proceso const~tuyente con sus contradicciones y sus

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como práctica en lo mtcro y en lo subjetivo de la ciudadanía. Como

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mensajes esperanzadores, deberá dar paso a la construcción de la

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señala Alain Touraine · nueva manera de ser democráticos y es allí donde nuestras reíle-

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xiones podrán cobrar sentido o simplemente ser utópicas para el

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El Sujeto no es un "alma" presente en el cuerpo o el espíritu de

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logro de una nueva manera de participar en democracia.
los individuos, sino la búsqueda, emprendida por el rndividuo ro Pasemos ahora· ti definir control soda!, ya que este término
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mismo, de las condiciones que le permitan ser actor de su pro-
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pia historia. Y lo que motiva esa búsqueda es el sufrimiento admite más de un sentido, dependiendo de quién ejerce el control.
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provocado por d desgarramiento y la pérdida de identidad e in- Según el Diccionario de política, por control social
dividuación. Para el individuo no se trata de consagrase al ser-
vicio de una gran causa sino, ante todo, de reivindicar su dere- se entiende el conjunto de medios de intervención, sean positi-
cho a la existertcia e individuació11 (1997, 65). vos o negativos, puestos en march.a por toda sociedad o grupo
social a fin de conformar a los propios miembros a las normas
La participación se desarrolla en un espacio social, económico que la caracterizan, impidiendo y desaconsejando los compor-
y político determinado y expresa, intencionalmente o no, aspectos tamientos desviacionistas y reconstruyendo las condiciones de
conformidad incluso respecto de un cambio del sistema norma-
de la cultura que facilitan o dificultan la valoración de esa partici-
tivo (Garelli, 1991,368)
pación. En nuestro caso, Venezuela, la participación se ha desple-
gado dentro de una realidad centr,ada en la cultura rentista, pro-
ducto de la riqueza generada por la explotación y comer2ialización
ff
246 Magally Castañeda

El mismo autor nos propone dos formas de control social. Los


controles externos,

hace referencia a aquellos mecanismos (sanciones, castigos, ac-


ciones reactivas) que se ponen en marcha en relación con los
sujetos en el caso de que éstos no se conformen a las normas
dominar¡!es (ibid).

los controles internos, en donde

encontramos aquellos medios con los que la sociedad intenta


una interiorización en los sujelos -sobre todo dur¡rnte la sociali-
zación primaría- de normas, valores, metas sociáles considera-
das fundamentales para el mismo orden social (ibid). ,

La Criminología crítica dedica buena parte de sus estudios a

s
ica
este proceso: Lola Aniyar de ' criminóloga venezolana lo

éd
definió como

sM
cia
en
La totalidad de instituciones y sistemas normativos, con base en

Ci
los cuales y mediante estrategias de socialización y procesos

de
selectivos, se procura .lograr la aceptación (voluntaria, artificial

s
te
o forzada) y e[ mantenimiento del orden social vigente y sus

an
en

di
valores, de modo qL1e ese control se ejerce diferentemente sobre

tu
los distintos sectores sociales 1981, 27-28).

Es
de
Pero, no sólo se ejerce de manera diferente sobre los distintos ro
nt
Ce

sectores sociales, sino también sobre hombres y mujeres. Los


hombres son pena1izados mayormente con el castigo físico y la
prisión. Por ejemplo, las cárceles latinoamericanas llenas de
hombres en relación con el número de mujeres presas. Sin embar-
go, a pesar de que hay mujeres presas y aumentan en número cada
día, los sistemas de control externo que actúan de manera determi-
nan!e sobre las mujeres pertenecen al campo de la salud, en parti-
cular°' de ; salud tnental. La pslquiatrización de los problemas y
desviaCTO~!~ de 1as mujeres es una forma de control social de uso
.•. frec:uente ·ánte ·cualquier desviación de nuestra conducta, especial- r
mente · Hamadah desviaciones morales que reflejan la violación r·.

~k·
.3:\1,
0_, __,/ • ·-•90•••- -UIJ1,.Wll1,,..\.4Q

·¡:~: Genero, part1c1pac1ón, empoderamí~nto y control_so~ia_l 2'J.'l,

•,.:
•,,''

De.sde la perspectiva del orden democrático en construcción, la ..v- Los ambulatorios visitados están llenos de mujeres: mujeres-
articulación entre los requisitos de la gobernabilidad y la repre- niñas preñadas, mujeres-niñas con niños en los brazos, mujeres
sentación por un lado, y la participación y el control ciudadano aseando, mujeres haciendo algo, mujeres-enfermeras, mujeres
de la gestión gubernamental por el otro, son a menudo plantea- doctoras, mujeres-doctoras-coordinadoras, mujeres dirigiendo
dos como incompatibles en el corto plazo, involucrando una di- las Asociaciones Civiles. Es como si el hombre no existiera. A
fícil opción. En realidad, Ja construcción democrática requiere éste sólo lo vimos cuando había un médico, cuando era un riiño
de ambos procesos. Las "democracias delegativas" dejan de ser recién nacido o infante o cuando era un anciano en consulta, La
democracias rápidamente, si no se preocupan de partida por presencia de la mujer es una realidad insoslayable. En todas las
institucionalizar formas de pa_rticipación y de control de la ciu- Jwztas Directivas de los Co111irés de Salud existen mujeres y en
dadanía. (Jelín, 1993, 26-27) la mayoría de los casos son ellas quienes los dirigen (Mascare-
ño, 1998,34)- Enfasis nuestro.
Esté es nuestro hilo conductor, el co~trol ciudadano - como
prefier9 llamarlo - de la gestfon de las instituciones del Estado y de Son las mujeres, por definición del rol tradicional, las llamadas
" los representantes electos o" designados para cumplirla. Además, a ejercer ese control ciudadano sobre la gestión en salud ejeC;utada
!enemas una óptica de género - como en todo análisis que realiza- por las distintas instancias gubernamentales: nacional o central,
mos - que enriquece la lectura sociopolítica de la ciudadanía., regional o local. Surgen entonces las preguntas: ¿Estamos prepara-
Cuando hablarnos de salud, participación y contrQl ele gestión te- das para ejercer el control? ¿Puede esta participación trascender la

s
ica
nemos que visibilizar cómo se ubican hombres y mujeres en estos :dentidad femenina establecida en la cultura· tradicional, la ideolo-

éd
procesos. ,- gía liberal y la religiosidad presente en nosotras mismas? ¿Pode-

sM
Estaríamos entonces - mujeres y homb't~::;- ejerciendo nues- mos incorporar a los hombres al control ciudadano en salud en

cia
en
tros derechos civiles y políticos: los primeros, 's-on aquéllos que igualdad de condiciones?

Ci
vinculan a la persona con el Estado y sus instituciones y nos per- · En primer lugar tenemos que reconocer, como nos enseña el

sde
miten ,J?articipar enJa. elaboración de las leyes, lo cual es impor- análisis de género, que las mujeres y los hombres nos ubicamos en.

te
an
tante para sentirnosparte de una comunidad de derecho que regula el mundo en lugares diferentes, con historias diferentes, que nos

di
tu
y sanciona las désviaciones en la conducta ciudadana; los segun- facilitan o dificultan determinadas acciones y valoraciones de

Es
dos, son los que nos petmiten organizarnos en partidos, movi- nuestras capacidades, derechos y deberes. Todo esto, obviamente, ·

de
mientos o grupos para decidir sobre quienes serán nuestros repre- ro es modificable, por eso tenemos que hacer visible y consciente la
nt
sentantes en las instituciones del Estado y, si es necesario, en las
Ce

realidad de discriminación y subordinación de las mujeres, abara


transformaciones y reformas que deban ser realizadas a fin de g-a- definidas como· las actrices del espacio privado, que sustenta y
rantizar la administración de los recursos en beneficio de toda la garantiza la vida a todos los miembros de la familia y, especial-
comunidad. En el caso que nos ocupa, el control ciudadano sería mente, las condiciones para el ejercicio de la ciudadanía y el tra-
puesto en marcha para exigir la garantía del derecho a la salud. bajo del hombre en el espacio público, sea _éste padre, esposo; her-
Aquí debemos, entonces, introducir otras reflexiones. mano o hijo. La mujer es vínculo, es 1111rt11re, y, por ende, es s·alud.
Por esto es necesario que, para convertir el control social de la
salud en "un espacio de poder más accesible a las mujeres", debe-
Participación en salud, es decir mujeres mos reconocer que "hombres y mujeres poseen papeles diversos en
la sociedad y son portadores de necesidades diferentes" en el de 0

Como señala Carlos Mascareño, la salud tienen rostro de mu- sempeño de sus funciones (Ramírez, 1995, 28)
jer.

1\~~
..-:L._
r-1d 6 ,rny Huggins Castaneda Género)

Un ejemplo de la importancia de la visibilización de las muje- p del eres


res en el sector salud a fin de poder de cómo ejercer eI con-
trol ciudadano, es el artículo citado de aiza Sposati y Elza Lo-
bo, escrito con una supuesta neutralidad de género que obvia el
hecho la presencia dominante femenina en las organizaciones
la sociedad civil alrededor de la salud, y de las dificultades parti-
culares de las mujeres y su historia que deben ser enfrentadas, a fin
de lograr lo que serían las metas del control social en salud.

L El control social supone una estructura de representalividad


en la construcción, operación, gestión de las políticas so-
ciales, específicamente en las políticas de salud ...
: 2. El control social debe cotTegir las lagunas de la democracia
representativa, introduciendo nuevos sujetos democráticos
populares ampliando al tiempo la democracia polí-

s
ica
líca y la democracia social..: .

éd
3. Que el control social es la posibilidad de ruptura de la "re-

sM
cia
gulación truncada" y un espacio posible de constitución de

en
los caminos de la "regulación en la esfera pública".,,

Ci
4.

de
Que la relación fundadora de los espacios de control socid

s
debe establecer reglas -hasta para ser modificadas- que de-

te
an
finan espacios de influencia ...

di
tu
5. El control social necesita ser cionalizado, hacerse

Es
síble de modo que las alteraciones en su continuidad pue-

de
dan hacerse públicas ... ro
nt
6.
Ce

Que el control social no incida solamente en la equidad de


los resultados sino también en la igu ad de acceso ...
7. Que el control social diga respecto a los servicios públicos
y privados cómo debe ser principalmente la asistencia no
sólo de los servicios básicos sino también d6' la política de
salud del trabajador (Sposali, 1993,16)

Veamos a continuación algunas reflexiones que desde la teoría


y la práctica feminista y el enfoque de género, pueden nu el
desarrollo democrático del control social o ciudadano sobre la ges-
j
tión en salud.
t.,ó.
e
·1: 253
···-bu"J , ,~ 99 111::. 1...d:>lan~aa :·, Género, participación, empoderamiento y control social
-;;::

planifiq1.r, ejecutar, dar direcciones, y representar a los demás lo transformadas. Desmontar el aprendizaje de la vida cotidiana de
cual significa también recuperar la palabra, la confianza y el res- subordinación, devaluación y socialización diferencial, es hacer
peto de\ grupo a fin de poder movilizarse según. los acuerdos lo- político lo privado, como decían las feministas de los años sesenta.
grados ~n colectivo. Como afirma Celia Aldana: Magdalena León, socióloga colombiana lo expresa claramente,
según nos refiere Socorro Ramírez, investigadora del Instituto de
. Para hacerlo más operativo anclamos la cqncepción (de lideraz- Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad
go) en la ele dirigentas ... De hecho en muchos casos asumir la
Nacional de Colombia.
dirigencia es el primer paso para la construcción del liderazgo,
que requiere de un proceso, una afirmación y un aprendizaje Ahora bien, la especificidad con que debe darse la integración
_más amplio. Pero al mismo tiempo el ser dirigenta ya implica de género a los proyectos sectoriales, específicos y a las políti-
:un nivel básico, de reconocimiento por parte del grupo liderado c¡is globales, no se garantiza por la sola selección de las mujeres
:(AJdana, 1996, 31) · como beneficiarias de tales políticas sino gracias al reconoci- .
miento en su mismo diseño de las diferencias existentes entre
Así, hablar de participación y control social de la gestión en l~s sexos y al esfuerzo por superarlas en su ejecución. Lo con-
salud, requiere tomar en cuenta que las mujeres por su definición trario, desconocer la división sexual del trabajo puede satisfacer ·.
histórica como sujetas del espació 'privado y atadas a la naturaleza algunas de las necesidades prácticas de las mujeres pero no tie-

s
de la reproducción de la vida, han internalizado valores y desarro- ne impacto sobre la superación de su subordinación, ni sobre

ica
éd
llado capacidades que las hacen lidetesas del pequeño espacio del una mayor democratización de la sociedad, al dejar por fuera a

sM
hogar y la comunidad y sujetas subordinadas en las acciones en el una parle central de la misma (Ramírez, 1997, 23)

cia
espacio político. Esta realidad e:¡cige que aº~mos la necesidad de

en
El movimiento de mujeres tomó de las luchas de la población

Ci
desarrollqr en nosotras y ef1 ellas habilidades que permitan validar

de
su capacidad de acción en fo público y sus capacidades de lideraz- afroamericana de los Estados . Unidos una estrategia que desarrolla-

s
te
go en la participación común de hombres y mujeres. da desde la teoría feminista se ha convertido en una forma de po-

an
tenciar a las mujeres a través de su participación organizada en

di
Hasta ahóra, al rn_enos en mi experiencia, las organizaciones

tu
diferentes espacios políticos y sociales. El empoderamiento como

Es
que trabajan por la participación de la sociedad civil poco o nada

de
1
\ reconocen el esfuerzo que es requerido para el desarrollo de las principio y método de la práctica con mujeres puede ser una he-
l.
1 ro rramienta muy útil para el trabajo con hombres y mujeres de los
nt
capacidades y habilidades necesarias durante el proceso de la parti-
Ce

cipación. Un ejemplo son las organizaciones gremiales de enferme- sectores populares, en función de que desarrollen una mayor autoa-
ras, bioanalistas, trabajadoras sociales, psicólogas, todas profesio- firmación e identidad ciudadana como sujetos de derecho en accio-
nalds del sector salud, cuyos gremios son dirigidos por la minoría nes sociales y políticas.
masculina o ellas reproducen su estilo de liderazgo, sin preocupar- El enfoque del empoderamiento pretende facilitar la capacidad
de elegir entre las personas que por la acción colectiva se m·ovili-
"'
se por desarrollar las ha1'ilidades y capacidades ya logradas por
ellas e:q. el resto de sus compañeras de profesión y gremio. · ~· zan en defensa de sus derechos adquiridos.º para obtener nuevos
Creo necesario afirmar que democratizar la participación y la derechos. Promover la salud y el control de la gestión pública en
gestión, implica politizar a las mujeres que actúan en torno a la salud como un derecho, empodera a los que participan en ese pro-
salud con una clara conciencia de género a fin de que la discrimi- ceso, quienes por un verdadero proceso democratizador logran que
1 !'
nación y las li,mitaciones que se imponen a las mujeres en su ac-
cionar en el espacio público; sean reconocidas, para que puedar ser
ésta no se convierta en un nuevo mecanismo de control. De los
Ríos dice:

l ·ali!·
oo··''"' ...... ~..>~011t:'.:Ud
_,
·. !.t.
Género, participación, empoderamiento zcontrol social 255
·~'1

La pobreza genera apatía, lo que dificulta la participación, y


•. 'i>, la participación comunitaria en salud, más que propiciar formas
origina que se concentren las. energías en las tareas de ~epro-
equitativas de responsabilidad social frente a la salud colectiva,
resulta ser un mecanismo que reproduce por- extensión, el tra- ducción (Aldana;1996, 24). ·
bajo socialmente asignado a los sexos eri términos de papeles t;le
género (De los· Ríos, ob. cit. 116) Magdalena· León nos alerta a no ver este proceso sólo eh tér-
minos ele clase, ya que la identidad de género también provoca
· El término empoderamiento según el diccionario de María apatía en las mujeres por su autoexclusión de la vida pública.
,,
Moliner (1986) es de uso antiguo en el castellano, y básicamente
es difícil que el cambio parta espontáneamente de la condición
denota acción,
de subordinación. En este sentido, el empoderamiento e~ indu-
cido y de allí la importancia de crear conciencia de la discrimi-
implica que el sujeto se convierte en agente activo como resul-
tado de un accionar, que varía de acuerdo con cada situación nació11 de género (León, 1997, 21)
concreta ... empoderar significa que las personas adquieran el
control de sus vidas, logren la habilidad de hacer cosas y de de- Si el empóderamiento, desde una perspectiva de género, no se
finir sus propias agendas ... incluye com'? plataforma de acción en los prpjectos de participa-
ción ciudadana, corremos el riesgo de seguir reproduciendo en los

s
ica
Young indica que, para el feminismo, el empoderamiento im- hombres y mujeres que se incorporan o forman parte de los pro-

éd
sM
plica "una alteración radical de los procesos y estructuras que re- gramas de salud''(G:.Q!DO trabajadores y trabajadoras); los modelos

cia
producen la posición subordina_da de las mujeres como género" tradicionales que diÚcultan el que las mujeres se asuman y sean

en
(l,eón, 1997,5, 7,9) asumidás como sujetos del espacio público y que, a la vez, sean

Ci
de
El empoderamiento entonces nos anima a no quedarnos en Jo capaces de producir cambios en la distribudón del poder en el

s
te
macro, en el análisis desde el sistema -en este caso de salud- sino espacio privado. ·

an
que vinculemos lo micro, es decir, el proceso de las actorns y de Lo dicho hasta aquí se relaciona directamente con lo que he-

di
tu
los actores en relación con el poder como relación social, a fin de mos definido en otro momento como promoción de la salud. ·

Es
de
mantener los logros obtenidos, a través de una capacidad constante 1

de defensa y exigencia de dichos logros. Como señala Stromquist, ro . La promoción del derecho a la salud; significa entonces, d~a-
nt
rrollo de la capacidad de sujeto en las personas a través de 1ac-
Ce

El empoderamiento es un concepto sociopolítico que "trascien- ciones que les permitan identificarse como productores(as)' de
de la participación política formal" y la "concientización". Una saberes, allernativas y recursos, de manera autónoma y con par-
plena definición de empoderamiento debe incluir los compo- ticipación activa en la selección, planificación, ejecución, su-
nentes cognitivos, psicológicos, políticos y económicos ... En pervisión, evaluación y adminislrac.ión de los planes y progra-
consecuencia, un proceso de empoderamiento debe involucrar mas dirigidos a lograr este derecho (Huggi~s, 97a, 5)
la conciencia individual, así como la acción colectiva es funda-
mental para el propósito de alcanzar transformaciones sociales Control social en salud, género, empoderamiento y promoción
(Stromquist, 1997, 79-82) de la salud confluyen o deben confluir en cada proyecto que dd,a-
rro!lemos en nuestra práctica política, ya que trabajamos y traba}a-
A la vez, el empoderamiento se convierte en una metodología remos co.n mujeres, mientras participemos en el sector salud. Pe~o
1

que intenta romper con la apatía que genera la pobreza y la subor- debernos tener claro que es importante trabajar con hombres Iy
dinación. Según López, citado por Aldana, mujeres, si queremos romper con la concepción tradicional de q~e
Genero, participación, empoderamientq y control socia_l ...157
Mag~11,yliu_g_g_ins Castañeda
T;
La participación en los programas de control social en salud,
la salud ~ un asunto de mujeres. Como señala Rebecca de los Ríos
debe ser concebida desde sus inicios como un programa de cons-
refiriéndose a la atenci9n primaria en salud, con pertinencia al
trucción de ciudadanía, de construcción de sujetos. y sujetas de
control social. derecho, en los cuales nosotras -las llamadas expertas- debemos
bajarnos de nuestra posición de poder frente a las otras y los otros
Vencer la adscripción del papel promotor de la salud al sexo
femenino, sería el primer paso a considerar. No se niega su im- participantes, respetando su derecho a vivir un proceso de empode-
portancia y las opciones que la misma le brinda a la muje'r para ramiento a su ritmo, desarrollando sus propias potencialidades y
adquirir poder a través de la información. Sin embargo, la conocimientos, movilizando sus recursos internos y externos de
orientación utilitaria al servicio de lo colectivo (saneamiento acuerdo a su prop.ia historia. Estimular el empoderamiento no debe
básico, vac4nación, prevención y control. de enfermedades nunca servir como ju,stificación para decidir por los demás cómo
'transmisibles) en desmedro de su tiempo y ocupación para ella incorporarse. Concluyo haciendo mías las palabras de Socorro
misma y su propia salud, suele ser i:nuy frecuente y bastante ge- Ramírez,
" neralizada en los modelos de atención primaria (De los Rí-
os,1992, 121) Es bueno recordar que la obtención de la ciudadanía para las
mujeres ha sido resultado de su propia y larga presión, y gue no
· Mantener estos conceptos unidos ( co¡1trol social en salud, gé- se agola en los cambios legales, pues existe un largo trecho en-

s
nero, ernpoderamiento y promoción de la salud) nos puede ayudar tre la ley y la vida, entre ser declaradas iguales, sentirse, reivin-

ica
éd
a mantener una actitud crítica. La conciencia de la dificultad que dicarse y ser asumidas como tales. Construirla, exige un triple

sM
enfrentamos será de gran utilidad, especialfl'H4!Je si mantenemos proceso: alcanzar derechos en todos los terrenos; .erradicar de

cia
presente que el género .es un concepto relacional, qb~e oxp~ica en
0
cada una, de cada uno, de las instituciones y de la sociedad la

en
sumisión y la subordinación por largo tiempó asumida e im-

Ci
la medida en que se articula con categorías de análisis que se refie-

de
ren a la ubicación de los actores y acto,ras en sus realidades socia- puesta; e incorporarse a los espacios de poder y participación

s
te
(Ramírez, 1995, 9)'
les, éconómicas y políti~ás, tales como clase, etnia, ámbito rural o

an
di
urbano, edad, etcétera, conjuntamente con los procesos de exclu-

tu
Es
sión, inequidad y violencia, vinculados con los modelos políticos

de
dominantes en nuestras sociedades. Así, será evidente la necesidad
ro Referencia Bibliográfica
nt
de establecer alianzas qu~ nos vinculen con otras organizaciones
Ce

sociales que participan en el sector salud y que ejerzan influencia ALDANA DURÁN, Celia (1996) "Aventuras y Aprendizajes·en los
en l<\ definición de las políticas sociales, para alcanzar una apertura Liderazgos de las Mujeres". Revueltos íntimas, Ed. Calandria,
de lQ,;i programas de control ciudadano de la gestión en salud. Lima. -
. Finalfn~nte y a manera de conclusión, es importante recordar A.NIYAR DE CASTRO, Lola (1981) "Criminología como legitima ..
que estartjos hablando de derechos, y cada acción y cada proyecto ción y criminología de la liberación" Coiwcimiento y orden
de control social en salud debe sustentarse claramente en,la promo- social, Ed. Universidad del Zulia. Maracaibo.
ción de la:salud como un derecho de todos y tOd<\S, porque, DE LOS Ríos, Rebecca y Els,i Gómez (1992) "La mujer en la salud
y el desarrollo. Un enfoque alternativo", en Mujer, Salud y
Una vez que se reconoce que los derechos son herramientas po-
Awocuidado, Memorias. Organización Panamericana de la
l(ticas, es claro que el acto de exigir un derecho es un acto polí-
t1¡co (Si;huler, 1997, 47) Salud. Programa Regional Mujer, Salud y Desarrollo. Progra-
ma Desarrollo de Servicios. CaJi.
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130 María. Urbaneja

- - 4 -
Género~~?;quidad: desafios de los procesos
·....
131 L
1


neoliberales que rigen la mayoría de !os procesos de reforma en trales cJe los si;.e;~-s;;1har1os Ia inadect1ada ,tsignación de recur.- ___
marcha· en América Latina y que han puesto en duda el concepto de sos, la inequi<lad en el acceso a los servicios <le salutl, la ineficien-
derechos sociales, generando un debate sobre el límite entre la cia del gasto público y la explosión de costos.
rcspousabilida<l pública y la libertad individual, en la satisfacción Desde esta perspectiva, la propuesta es definida desde tres
de necesidades (Laurel!, 1995). • a
ejes: fomentar un ambienle que posibilite las familias mejorar su
En segundo lugar, la necesidad de acercar la mira a los pro- condición saniiaria; mejorar ei gasto público seclorial, concentran-
blemas de inec¡uidadcs, a fin de avanzar en propuestas i::oherenles, do !os recursos en compensar las deficiencias del mercado y finan-
qúe den cuenta de los problemas y .necesidades de la población por ciar eficientemente los servicios que beneficien particularmente a
demás evidenciados en los diagnósticos realizados en nuestros los pobres; y promover la diversidad y la competitividad, caneen-
. países~ y que a nuestro entender deben ser !.as razones de· estas re- . trando _el finJncíamiento estatal en medidas de salud pública y en
fomras. Se trata de definir prioridades, redefinir el servicio y "la un conjunto <k servicios clínicos esenciales, lo qrnl perinitirfa que
cosa pública", para garantizar di:rechos. el resto de la asistencia sea financiada privadamente o mediante
' seguros sociales, en el contexto de marcos ele políticas establecidos
por los gobiernos .. · .

s
ica
Las reformas sectoriales de salud en América Latina· La políiica de salud que se desprende de c:sia concepción neo-

éd
liberal, ha determinado una agenda de reformas del sector Síl!ud

sM
Dur,uite la presente década en América Latina se ha impie-

cia
que tiene dos grandes ejes: la mercantilización del financiamiento
mentado un conjunto de reformas estructurales que han modifiéado

en
(creación de seguros de salud, privatización de los servicios, mo-

Ci
los contenidos, dinámicas, procesos e interacciones en el terreno de ·· dalidades de ·prepago, contratación de servicios privados, entre

de
· las poHticas püblicns. · ·

s
otros) y la reducción de- los servicios de saiud gratuitos mediante el

te
Estas.reformas han sido prorucstas par-a cnfrc11l,ir la prolonga-

an
éslablecimi-ento de paquetes básicos (mínimos) de servicios para

di
da crisis de los 80, caracterizada por el deterioro distributivo regis- los cornprobadamente pobres.

tu
..

Es
trado en la región, mediánle el cambio en los roles y funciones del Se redefine el rol del Estado. El costo se constituye en el me-

de
E.,;tado, lo que se tradujo en el aparato estatal en dos grandes ver- dio_ para evaluar lo que debe o no debe h:icer el Estado y cómo·
tie11tes: de un lado, en una n:estructur.ición administrativa y del ro
nt
debe hacerlo (Ferdinand,1998). El Estado sólo se hará cargo de
Ce

otro, en nn deterioro de los recursos del sector público, lo cu:11 aquello_que el sector privado 1io quiere asumir, es decir, la asisten-
colocó restricciones sin precedentes a la autonomía de ejecución de· cia a. ios más pobres, io que es incompatibie con la noción de dere-
k1s políticas públicas, para decidir las prioridades de la inversión cho a la salud que implica 1a satisfacción de las necesidades de los
l
pública. en función de gnrantizar condicio'nes para el logro e.le una ciudadanos. y ciudadanas, independientemente de su condición
yi_0a digna y de los derechos esenciales para el desarrollo <le una (Laurell,1997). ,f.
:
1
soci~dad éoif"equida~ - _. ___ _
Con un discurso de búsqueda de la ·equidau en la atención de
.
~
1 salud, de eficiencia de la gesticí11 y la efectividad del sistema de. Las rcforrñasscct01;a1es de salud y Joi.dq~cho~ sociales
¡ salud ·pata satisfacer las necesidades de la población, lns experien- . . t.
.... ... -· - -

cias d~ los procesos de reformas sectoriales en salud, que se han El panorama hoy ·en
nuestro contínerite hace imposible la vic.la
venido implement~111do en la casi totalidad de nuestros países, han en condiciones de equídrtd, en términos de la ciudadanía. Parack~ii-
estado deterrninadns, en gran medida, por u~1a age~da internacional qmente, en la medida'. en que las inequidades se h;in incrementado,
rR:inco Mund·ial 1993), que ha idenlifica<lo como problemas cen- . ha predominado en el debate sobre la crisis de la salud y de los
desafios de -1n -
132 María Urbaneja

estar en
sistem.1s sanitarios en el continente lo visión "economicista" de la
!izarlo . ,
sa!uú, la deificación de! discurso del mere.ido como medio para Pero el derecho a la salud
abordar la equidild, en sustitución Je los v¡¡lores que sustentan la
ci se concibe la
salml como derecho. derechos. Por
En esle(pa1ibrama, la defensa úe la salud como derecho cobra·
ser
vital importini'tia; Plantear la discusión de las reformas desde J;i
para el de la
dc·los d:irechcs saciaks oblig;, ;i rliscutir el ¡;rcb!ema de la
el
equidad ·cómo un concepto que arnr!fo el horizonte de los derechos
son la resull.an!e ele la
en las políticas sociales, vale decir, corno un :significado colectivo:
sen!ido de artícui.<'.ción
~; l.'
salud
0 En lo q1,te tiene que ver con las forn1as de
0 itar la vida y la
salm.l;;qon m;mera de erradic;ir los obstkulos al bienes!ar y u
J
con elimi.nar las inet¡uidades de todo¡· género, de ingre-

s
ica
sos, de einia, entre otras).

éd
sM
• En lo que tiene que ver con el desarrollo de las posibilidades y

cia
el potenciar las oportunidades El d dd

en
En las formas corno el colectivo, los n!os colcciivos

Ci
de
forman la sociedad se articulan para la realización de mejor

s
de cada uno. Es decir, cómo el espacio de articulación social se

te
an
convier!e en espacio para la realización de la vida y par;i el lo-

di
tu
gro Jet bienestar. La manera cómo construimos éacb día la vida

Es
en la familia, en los grupos sociales, cómo avanzarnos en la

de
conquista de la salud como derecho y componente fundamental ro
nt
Ce

de un patrón c.le cimbd,mfa de nueva (Urb~neja,1996)

Asumir esto~ concep!os signi más derechos a


quien tiene más neó!sidades. L1 y responsabi 0

lida<l del Estado es valor a rescatar


sos\le Reforma, a fin revertir el
. --~o~iiüad se ha convertido hoy en el desafio
la sá1uiPública.- - ·· - - - ----- - - - -·-
El derecho a la salud forma parle sociales y su
reconocimiento va a depender de determinadas condiciones histó-
ricas, -di~ las relaciones de fuerza se establecieron en difere.nles
períodos: históricos y en dclerminad;is m1cio,nes, a partir de las ca·
pacidades de lucha de los excluidos. Vislo así, en el derecho a la
salud es fundamen(;!l su dimensión polílica y su realización va a
~-;;.·1>4·~----·.=c,,:.,.,,....._,.......,__,,_.,,...__,.=;....~ · - - - ' ) , ~ - - ~ - - ·
·------------- -----

-1-34 · · María Ll:"baneja Gi.. · ; y equidad: desaños de los procesos


-
~

135 \

.. ·- --·- ····- - - -- - -"··---1

Vioy, cuanclo el proyecto neoliberal plantea ia


reformulación la vida humana tienen una sc~·ie de procesos c¡Ee conf:g;.:ran un ~
úe las funciones sociales del Estado, es _muy impor!anle ratificar escenario adverso_ y ~lentan contra su posibilidad, contra el logro
que la garantía de 11a salud como parle de los derechos sociales y
como parte importante: del bienestar y la vida no será posible sin la
<le un 1T1um!o soltdr,no y de proyectos. <le sociedad más justos y
equitativos.

i11iervención del Estado, desde su papel definidor de las poJ;,icas A las puertas de un próximo milenio, de acuerdo a las cifras y j
soci.iles. <latos existentes, aproxim.i<lamente 150 millones de personas en ¡
Pero¿ - a qué Est.ado nos referimos? En· nue.c;tro continente la América Lllina están viviendo en condiciones de pobreza. Los
salud pública ha sido res¡1onsabÚitlati esenciahnen!e del Estado. datos permiten afirmar .que nuestro conlinen!c es l.1_ región del
Pero a la luz de esta di~;cusión tenemos. que admitir que este ha siuo
mundo que presenta el mayor nivel de desigualdad en la dis!r1bu~
un Estado incapaz de dar respuesla a !.is inequidades en el acceso a
ciún e.le la_riqueza, por lo que la inequidad se convierte e11 el mayor
la atención y a la cali<bd ele los servicios de salud pública.
.saldo roja en nuestros países. (Franco,1994)
Necesitamos garantizar no sólo la atención de la enfermedad y
El modelo económico y polílico inicia-do en la década de los
los servicios de calidad, sino las posibilidades que niiJos y niñas,
aiios ochenla hizo crisis y fracasó, como consecuencia del ajuste en

s
l~c,mbres y mujere~ tc,ngan iguales oporlunidades de acceder a· [os

ica
de la grnn mílyoría de nucs!ros países_ Aumentaron las desigualtlades

éd
bienes de la riqui;za, es clct:ir, hacer posible la cqui<lad en el

sM
acceso al bienestar. en .el producto nacional bruto, crecieron "ta informali7.ación, la pre-

cia
Ello plantea una redefinición de ese Estndo, lo cual involucra carización del trabajo y el desempleo en elsector fornrnl. Se preci-

en
pitó la caída del valor adquisitivo qel salari0, y se profundizó la

Ci
redefinir lo público de la geslión estatal en salud. Esta participa-
la

de
ción estatal requiere de una nueva dimensión, de una democratiza- pobreza afectando calidad de vida de la población .

s
te
ción, de una nueva relación Estado-SociedaJ, ele un Est.ido que . El re_¡nr~ de los costos del ajuste se ha realizado de maner:,

an
di
abra nuevas paulas de relación entre los individuos, la sociedad y el asimétrica y hrutalmenle desigual. Son los l>ectorcs miÍ;; tlébilc.s de

tu
Es
Estat.lo. Nuevas reglíls para c.lelcnhinar prioridades, para decidir y nueslras sociedades - es decir los sec!ore.s el.e ingresos fijos,·!as(os)

de
refnrmular políticas, para dimensionar lo público úe su gestión en asal.iriadas)os) en general, los grupos de menores ingresos - los
salud. ro
nt
-que hílJ! pagado la cuot.i mns alta.
Ce

Lo público debe poder significar, hasta donde sea posibie, qm: Pero. iri plitnez¡¡ es, -;dcmfis. d:scr:mina!ori,i_ n::ira una serie· de
• • 1
los ciudadanos y la_s cimlatlanas participen en la loma de decisio- grupos poblacíon'ales. _Entre ellos, los nilios y las niiías, los y l~s
nes. Lo público concebido como un espacio de articulación y de jóvene6, los indígenas, los disc.1pacitados. La feminización de "J;-¡
búsqueda de consenso. Lo público visto co~o una posibilidad de
· pobreza es una lend_encia creciente en la región. Se incrementaron
realizar ;iquello que es responsabilidad c..lel Esta<lo en función de la
garantfa- del-mismo. Es decir, Jrns:~~-P.t~blica la sal"ud significa ia .
las inequidades .en ~! ingreso al mercado .
laboral, ei;i !.is oportuni-
<Jades para su logro.~ L,s mujeres se ubican en trabajos inestables y
garantía de la Salud como derecho de tod;s-y loe.los -y como bien --
público. ·- ;iaTreniunera<los: El sector iilforrnal urbano absorbe .una gran ri:o-
porción de mano ele: obra femenina, lo que signífit~ trabajo. preca-
rio y de poca eslabi"lidad. El porcentaje de deserción <le las niiías
Equidad, Género y Salud del sistema escolar es
más allo que el promedio. El porcentaje de
mujeres solas jefai ele familia ha aumentado, la cifra llegaría a
El te~na equidad y salud e~l;í en el centro de una disct1sión ro- cerca del 30%, evidenciando que el a~mcnlo de la pobreza ace11lua
. - .. ·-------~····-----:., ,r,.. '"" ,,f.->rln<; (]11~ ~ohre la salud Y las inequidades entrt los géneros.
.
_

1'36 ~ M;irfa Urban;::ja ,S'f1.$------- 1 J-·


___ - - - - - - - - /;.;i~;¡;,,.
-- . --- ··- - - ·--~~:§;..-,._ ----- -

LLa salud
El predominio de un discursó basado en el ao:.:e-
so a determinada cantidad y calidad de bienes y servicios en salud,
ha desplazado el debate sobre la salud corno derecho humano. Sin
embargo, "las inequida<le..,;;; en salud no necesariamente se eliminan,
siquiera se reducen, distribución igual de los recur-
sos. Tal distribución sunondría aue· las necesidades se
. . L '

de manera _homogénea, lo cual claramente no es así". (Fen.linand,


1998)

géncrn y rcfonna sectorial de

El predominio de un discurso sobre equidad en salud basado


en el acceso a delcrmin:i.Ja cantidad y calidad de bienes y servicios
en salud ha desplazado el debate de. la salud como un derecho hu-

s
ica
mano. El den:cho a !:i. salud queda reducido al acceso a servicios,

éd
según capacidad de pago.

sM
Tal como lo hemos :seiiaia<lo en el anlerior, parece no

cia
en
haber dudas sobre los efectos de las de ajuste en la equi-

Ci
dad relativas a las condiciones de vida. Estas impactan de m,inera

de
determinante la situación de salud,

s
e! alcance del bie-

te
an
nestar y por Jo tanto las posihiiidí1des de la en condiciones de

di
tu
derechos y, por lo tanto, de ciudadanfa.

Es
Por otrn parte, el impacto de""eslas po!ílic~s en rn-

de
zún de la cquid(lid de génerc, hnce~ -st1 consider~r.ión en el ro
nt
Ce

análisis de Reformas Sectoriales en Salud que "la ausencia


de este elemento en el discurso público sobre reforma .se ha tradu-
cido en un vacío de polílicas correctivas con respecto a. las inequi-

dadesde género en salud" (Gómez,
complejidad de estós- pro!:ilemas de sálu-d inflne'nchl<los por
. ¡! múltiples pmcesos, nos impone vincufaciones enlre
:(
\. gén.ero y po1í!icas de salud. Para estas relaciones (Ferdi-
1998), nos sugiere una aspectos que pueden
1
1 ilustrar los límites políticos y los retos que enfrenlamos en torno a
la equidad en las polílicns lle salud y reforma :sectorial:
138 --::,viaria Urbaneja
--~·- -·· ····-· .·:,
.
2. Acceso y la utilización de los servicios a·e salud • la valoración socia'r'=be la salud y género, exclusiones genern-
cionales y e:;lcrcolipos de género y calidad tle -la nlención, entre
Una de las principales limitaóones de los procesos e.le Refor- otros, son otros factores que contrilrnyén a limitar de manera .
mas Seclorialc~ de Sall!d hoy en m:ircha, est;í referida a la capaci- uiícrel){.:ial el acceso y utilización de los servicios de salud de
Ü:ld de lns sistemas de servicios <le salud para gnranlizar el acceso hombres y muje·res.
y cobertura a la mayoría <le la poblaci6n. Los diferentes estudios
realizados sobre el iema rntiíican l« crisis de estos sistemas y la De modo que otro reto imporlan!e pnra los procesos tle refor-
imposibjlidad de dar atei1ción, espet:inlmenle, a los sectores más mas, es el prohlema <.le la exdusión de la atención de los scrvicicís
pobres. Un estudio realizado en cuatro países de América Latina de salud. En tin continente <londe el ingreso es· 1a expresión más
corrobora esta afir111;1ción, al encontrar que hay un mayor grado tic grande de la manera desigual de cómc se tlislribuye la riquez.a,
utilización de los servicios de salud a medie.la c¡úe au111e11li1 el nivel imlutiablcmenle el problema del .icceso a los servicios de alent:ión
de ingreso. Este estudio también e1)t:ontrú una brecha en la utiliza- a la saluc.l; y parliculannenle las de género, constituyen un desafío.
ción asociada al sexo, en detrimento de. las mujeres, particuléir- Las propuestas coiitenidas en los procesos de reformas sectori_ales
:ncnte las más pobres. · en marcha, no han dado respuest;i a este problema, por el contrnrio,
Fe~dinand (1998), al reflexionar sobre esta situación sugiere la mayoría de ellas no han hecho sino ratificar y aumentar' la
que la misma puede estar asociada a diversos foc!ores, entre los segmentación .

s
que deslnca:

ica
éd
sM
Jas diferencias en el nivel de ingreso, ei1 delrimenJo de la mu~ · 3. El financiamiento de los servicios ele salud.

cia
jer, lo que reduce la~ posibilidades de utilizar los servicios cada ._ ..,..

en
vez con mayores barreras ni acceso a.sociacl;is a· la capncidacl de La rcdutción d~ la inversión pública e11 salud verificada a par-

Ci
de
pago por los mismos, uebido a la tendencia cada ve7. mayor ::i tir <le la década de los 80 en la niayoría de nuestros ¡~,,íses, trajo

s
te
la privatización de fos serviéios, en el marco de los procesos <le paralelamente un incremento de los gastos privados en servicios úe

an
di
reformas. atención a fa salud, siendo los hogares más pol?res los que destinan

tu
Es
el incremento· en la carga de lrabajo, en el caso de las mujeres, inayor canlrdad e.le sus ingresos a este tipo de gasto.-Este fenómenq

de
a! trabajo fuer;i rlel hogar se suman la multiplicidad de tareas tiene implicaciones de géneró relevantes, que se rélacionan co!l el
asociadas a la vida familiar, las responsabilidades comunita- ro acceso a ios servicios y, por 16 tanto, con el incremento de ia pu-
nt
Ce

rias, junte, a los valores culturales que obstaculizan el uso del breza.
liempo para su propio cuidado y que inciden en la menor utili-
zación del mismo.
el--aumento de costo de !os. servicios, la privatización y el desa-
rrollo de nuevas tecnologías han generado un incremento <le
4. Participación C!l
'
el-trahaj.o en sal~::!.'. ..
1

los coseos de. los servicios de salud, en detrimento del acceso Las estrategias de; reducción de costos de los servicios a través
<le los sectores de 1nenores recmrsos; del traslado de las re$ponsabilidades a las familias y, específica-
• las restricciones ep las prest;iciones ele servicios de s:ilml, im- mente, a las mujeres, así como los cambios en la regulación y c:on-
ponen una serie de medidas que limitan el acceso de los sec!o- . trol de los recursos humanos en salud, como mecanismos de la
res de menores ingre::;os; · segmentación de ia producción en salud según sexo, han teliido
. :::-zsafios de losn.,·n,r,,,.,,,,

-- l'>O-- ---
__ J~aría µr\:la'1ej a ~~---_-- ---- º'-'. ----- • - - ---

"' y de derecho
implícaciones diferenciales sobre hombres y mujeres'c:n detrimento nes!ar.
de estas últimas. ·
V,llore.s y

A manenl! de conclusión

Luego de más de políticas


compensatorias en la regió11, su prí problema es que ellas se '
1a
han 1imit~<lo a combali~ la pobreza y no como objetivo am- ello es
pliar la ciudadanía y la inclusión social. Además de no garantizar
derechos, escasafl"!ente se concentran en la distribución de tos bene-
ficios entre aquellos considerados como los necesitados. Las
polític¡,.s compensatorias tern,in.111, conlrndictoriamente, por refor-
zar la exclusión al estigmatizar a los beneficiarios. (Fleury, 1998)
Como io se¡jalan l,,s cifras, los estudios sobre el impacto de las

s
poiíticas de ajuste mostraron las consecuenci;is diferenciales <le las

ica
éd
- pol.ílicas de sa111d sobre los sectores de más vulnerah1es,

sM
entre ellos las mujeres: el aumento de la como canse- •

cia
cuenda <lel incremento de 1a pobreza, como por ei aumento ue

en
prnblemas en el ámbito de trabajo; acceso diferencíal a los servi-

Ci
de
cios e.le aiención a la salud; aumento lle los gastos individuales en

s
te
: atención a la salud; incremento de ia sobrec¡;rga de funciones de

an
di
producción y reproducción de salud. Todos son factores que obsta-

tu
culizan el akance bienestar y las posibilidades de la v en

Es
de
condiciones de ciulladanía,
Ei desafío en c1 pbno sanitario, en el plano de ías reformas en ro
nt
Ce

salud en nuestros países, es el de la Equidad no sólo la


atención médica (derecho, acceso, la c:-iliuad, la integridad) sino a
la equidad de género de la salud misma,
Esta_¡:irqp_u_~_:~l_a_ de la equidad · del dcsarroHo de íos
derechos sociales, de laeqüianc.f en
nero, de etnia, de edad, de ra, la solidaridad, en el
sentido pasar de las políticas asistencialistas a los fumlarnentos
de una polí!ica <le seguridad social trnla de· una políti-
ca dirigida a disminuir las ínequidades en lis condiciones de vida y
en la situación de salud de y mujeres, con .el de
reducir los efeclos de aquellos f;¡cíores actúan ie<lucie:ndo
•'T.c. Mana uroarep Género y equidad: desafios de los procesos 111-3
....
·'\.:
··f
.:.---.-· --- .. --·-·· ' ---- -- --·-- - - ·- --
"Nadie -se quiere enfermar", nos decía Saúl l'r.anco en un foro LAURELL A. C., (1997): L: reforma contra la salud y la seguridad ,,.
sobre esle lema, "Todos los días la gente vivé, pelea por la re;iliza- · social. México DF:
ción de la vida, la gente no vive pensando cómo se enferma, la Orgírnizaci<ln pan~meric.:aria de la salud (OPS) 1998. Las Condi-
gente vive pensando, luchando cómo estar sano, cómo 'amar, cómo ciones de Salud en las Américas. Publicadón Científica No.
querer, cómo ser feliz.. Las reformas en salud deben acercarse a 569. Volumen l. Washington · .
1:sla colidianidac.l de l;·; vida de l;, genlc, de estíl manera c.s!memós UROANJ;Jt\, Ma·;ía (.1996) L1 Vision de la Salud Pública en.la Re-
m,ás cerca de la Salud ·Pública que queremos, c¡ue necesitarnos" forma: Primera Conferencin Panamericana de Médicos Parla-
(Franco, 1997). · mentarios. Santa Cruz e.le la Sierra. Bolivia. 2 - 5 de octubre
Est.1s son alg~rna.s el!? las preoc~,p~cioncs alrededor ele los pro- (1997) Conc.lic:ones e.le .Vida y Calidad e.le
.,
cesos de reformas, que he querido traer aquí. Como se ve, la mayo- vida: El impacto social de la deuda. Presentada en el encuentro
ría ~e ellas son inlerroganles que esperan por reflexiones y búsque- continental "La Dcud,1 Exlcma y el Fin del Milenio" Caracas,
das más colectivas. Venezuela 10 al 12 de julio·
_ _ _.,__...,......__'_(199S) Equidad y Salud en la Era de Ja Gfoa,
balización. X Conferencia Inlernacional ele la Asociaci6n In-
Bibliograffa de Consulta ternacional de: Políticas de Salm.l. Perugia, Italia 23 - 26 de
septiembre·. .

s
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_ _ _ _ _(1999) .Reformas Sectoriaies en salud y Polí-

éd
1993. Invertir ei1 .s.alud. Washington: World Bank. lic.:as·Soci;;le;; en América Litina. Foro lnlernacio11al sobre Re-

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FERDINJ\ND, Dinys L: (1998). Género, Políticas <.le ?alu<l y Rcfor• formas en Salud. Guatem;ila_"30 de junio, 1 y 2 de julio. ·

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en
.Salud/ Red <.le Salud ele las Mujeres Latinoamericanas y del
t

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de
(;aribe. RSMLAC. 4/98: 34. 43 . ·:.• .-,

s
~ ~

te
FLEURY, Sonia (.1998) Política social, exclusión y equidad en

an
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América Lafoia en los 90. Presentndo en el Seminario " Poiíli-

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Es
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de
90. Balance y perspectivas. Caracas, Mayo.
t~A_NCO, A. .S;.i_(i] (1994) La S;ih,(I "l Fin;i! del Milenio. ConfP.ren- · ro
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ch "Juan Cés¡¡r Gilrcfa" Pre!':enladn en el VI Congreso Lafr-


noamericano de Medicina Social. Gu:ic.lalajara, México.
·- __ (1996) La Visión ~e la SaludPública en la Re-
forma. Primera Conferencia Panamericana de Médicos Parla-
.meo_tario~...S<1.!.!!a ~np;_de l:i ~i;rra. _B91iy_ia.
GONZALEZ, Marino (1995) L,s reformas del Sector Salud en las ·¡

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LAURELL A: C., ( 1·994) L:1 Salud: de Dercdw Social a Mercancía.
En Laurel! A. C (Coorcl.). Nuevas Tendencias y Alternativas
en el Sector Salud reforma contra la salud y la seguridad so-
cial. México Df. PuncJación Fricdrich Ebert. ~
-··
MARÍA LUISA LERER
LA SEXUALIDAD ES NATURAL E INSTINTIVA

La sexualidad es la expresión más profunda de la persona integral.

Son muchas las personas que se preguntan si el conocimiento sexual


sirve para algo y creen que es todo cuestión de conocimiento natural e
instintivo. Por instinto se entiende todo comportamiento automático y repetitivo,
razón por la cual resulta muy difícil hablar de instintos puros en los seres

SEXUALIDAD humanos.
Es habitual pensar que hacer el amor es algo espontáneo y natural. En
realidad lo que es espontáneo es el deseo; la relación sexual en sí es un arte y
como tal puede mejorarse. Por otra parte, recientemente se descubrió que las
FEMENINA regiones del cerebro relacionadas con el comportamiento sexual dependen en
gran parte de la capacidad de aprendizaje e inteligencia. Esto derrumbó
definitivamente el mito que reduce todo lo sexual al campo animal- instintivo.
Los informes Kinsey sobre la conducta sexual del hombre (1948) y la
Mitos, realidades mujer (1953) confirmaron que el conocimiento inadecuado del sexo perturba el
equilibrio personal y el ajuste marital. Se ha demostrado una importante
y el sentido de ser mujer. correlación entre la educación sexual y los niveles bajos de la culpa sexual y,

s
ica
como ya se dijo, para que el sexo sea satisfactorio debe estar libre de culpa,

éd
cargos de conciencia.

sM
Algunas mujeres creen que aprender cosas sobre el sexo es una
especie de artificio, pero los hechos indican que las buenas amantes, es decir

cia
la mujer que disfruta, se hace y no se nace. Por lo cual si queremos desarrollar

en
una gratificante y plena vida erótica no debemos limitarnos a ignorar todo lo

Ci
que se puede saber sobre el tema y entregarnos a nuestros compañeros

de
esperando que ellos hagan surgir maravillas sexuales.

s
te
Una sexóloga, Thea Lowry, lo dijo claramente: "Aunque el sexo es

an
perfectamente natural, no siempre es naturalmente perfecto".

di
Son muchas las mujeres que no alcanzan el orgasmo y que creen que

tu
deberían saber naturalmente cómo lograrlo; esperan entonces que suceda algo

Es
así como un milagro. Pero el buen sexo, tanto para nosotras como para los

de
varones, necesita comunicación, información, intercambio, cooperación y amor.
ro
nt
El cerebro del ser humano es el más complicado de todas las especies.
Ce

Por eso nuestra sexualidad está estructurada y modelada por el aprendizaje.


Kinsey también comprobó que al aumentar los años de experiencia marital,
tanto la armonía como la correspondencia sexual aumentan. Margaret Mead,
tras largos años de estudios antropológicos, confirmó que en la mujer la
potencialidad para el orgasmo es un factor cultural, por lo tanto es saludable
conocer las técnicas para asegurarnos los orgasmos. El goce sexual,
afortunadamente, es siempre perfectible.
Las personas que adquieren conocimientos sexuales por vías diferentes
y variadas, tales como lecturas, grupos de mujeres de autoayuda, reflexión o
terapéuticos, grupo de revisión de actitudes sexuales, conversaciones y
prácticas, están más capacitadas para gozar de sus sentimientos sexuales y
para obtener y brindar placer de maneras diferentes y enriquecidas. Asimismo,
SUDAMERICANA/ PLANETA
mientras mayor sea la cantidad de información sexual, menos ansiedad habrá Antaño, las mujeres se casaban muy jóvenes y por eso su desfloración
en las relaciones. ocurría a edad temprana. En el presente ya no hay una edad estipulada para
La Organización Mundial de la Salud, por su parte, afirma que la contraer matrimonio, muchas lo hacen de adultas y otras nunca. Las
ignorancia y no el conocimiento de los temas sexuales es la causa del convicciones religiosas se han ido flexibilizando, ha surgido una corriente de
infortunio sexual. (Calderone 1965) desculpabilización que le dice a la mujer que actúa según sus deseos, sin
El conocimiento de nuestra anatomía y la realidad sobre las técnicas no impide aclarar los cánones vigentes. En suma, algunas veces las jóvenes solteras
la entrega amorosa. Por el contrario, ese caudal de conocimiento actúa en pierden su virginidad con algún noviecito mucho antes del matrimonio. Algunos
nosotros y guía a la mujer y al varón durante el acto amoroso, a la relajación, varones se asombran cuando alguno de sus amigos se casa con una virgen.
confianza e intimidad impnascindible para el placer. Casi son un fenómeno en extinción pasada determinada edad.
Los chinos seguidores del Tao, conscientes de todo esto, afirman que Así sí, antes y ahora, la ruptura del himen tiene que ver con una ruptura
constituye una falsedad cnaer que un varón y una mujer, en forma automática, abrupta del pasado. "De niña a mujer". Y generalmente, se realiza con muy
caerán en la cama en una posición satisfactoria para ambos. Defienden la poco cuidado de parte de su pareja, que no entiende bien la complicada
teoría de que son necesarios varios encuentros para que se utilice de modo psicología de una virgen. Ella, que a pesar del alunizaje de la "Apolo XI", sigue
conveniente el cuerpo, e incluso entonces se seguirán descubriendo otras considerando su virginidad como un tesoro, la entrega como acto de supremo
situaciones sexuales distintas, que resultarán cada vez más placenteras, en amor, conteniendo el deseo de llorar y ahogando los gemidos de dolor, si es
tanto cada uno sepa investigar su propia anatomía y centros del placer y se lo que la cópula fue demasiado agresiva.
comunique al otro. Para los orientales esta búsqueda constante de perfección La idea de que la virgen no conoce el deseo hasta su iniciación sexual y
añade entusiasmo y éxtasis al acto sexual. Sostienen que hacer siempre el de que es el varón el que despierta su sensibilidad, es otro mito falocrático y
amor de la misma manera puede compararse a comer pan duro todos los días con muy poco sustento. La joven puede haber experimentado sensaciones
en todas las comidas. eróticas antes, sin que ningún pene se introdujera en su vagina. El mito

s
Aún la sexualidad fomenina es un misterio en Occidente. Para beneficio pareciera subrayar la dependencia del sexo femenino para con el masculino. Y

ica
de nuestra mentalidad científica se conocen hoy en día algunos de sus muchas mujeres cooperan a sostenerlo.

éd
aspectos que antiguamente eran completamente ignorados. Por ejemplo, existe

sM
el reciente descubrimiento, mencionado en este libro, de que las mujeres tienen

cia
una emisión orgásmica (etacylan), algo que los médicos trataban como

en
incontinencia urinaria y qwa, por supuesto, no lo era.

Ci
Mediante el ensayo y el error, las lecturas y las charlas, las personas

de
aprenden a ajustarse sexualmente: van descubriendo cómo es todo aquello de

s
lo cual habían sido mal informadas y formadas.

te
an
No me canso nunca de sostener que es imprescindible que hablemos de

di
nosotras, de nuestra sexualidad y de nuestras emociones. Debemos favorecer

tu
el diálogo y el cuestionamiento; lo que nos conducirá hacia nuevas formas de

Es
relación dek sexo y del amor.

de
LA VIRGINIDAD ES UN TESORO DE LA MUJER ro
nt
Ce

Al menos eso era lo que se sobreentendía en las antiguas sociedades


patriarcales, especialment1a en aquellas en las que la mujer tenía un precio. A
ningún comprador le gustaba salir defraudado y la castidad prenupcial era
cuidada por el padre de la doncella con muchísimo esmero. Como si el no
intervenir en la elección de, su cónyuge fuera poco, debía aceptar además que
se la cotizara como vulgar mercancía y que en su noche de bodas se la
raptara, real y simuladamente. Un acto de violencia coronaba la noche: el
marido había "arrebatado" su virginidad, himen o también, "membrana de la
virginidad".
Hoy en día, conocimiento y progreso mediante, la pérdida de la
virginidad suele ocurrir por amor. Dice al respecto Leonor Calvera "el ingreso
femenino a la heterosexualidad reproductora no se cumple en función de la
independencia genital, sino como parte de un compromiso de mayor
envergadura"
LA NUEVA SEXUALIDAD DEL

I) LA NUEVA SEXUAUDAD Ei~

a) de la actual

En los últimos 50 años ha ía d~


mundo occiden·,al, en lo que se:zo se a
en las acti.tudes y conduct,cS de Ias

s
ica
lsabeí desarrollo de fa an tir:mwenc

éd
Federico

sM
Roberto

cia
Hoy es habitual que las

en
esto es bastant,~ novedoso.

Ci
determinado, a su vez, ~mbios

de
los L-UU.),\¡:.',Ull:,; tes beneficios

s
te
an
En nuestro mundo

di
tu
poco ümbién Lrn un fuerte Hl.3Ch.ismo

Es
eI varón era 2rn o y

de
modelo una
ro
nt
Ce

el ftoris-- sólo necesita nuestro dedo o un


suerte 1 no es ésta rnanera
sus

reconocimiento de mutuos y diferentes


. C''
.__)U/. en este 1987 nos encontrarnos
bio, de- tra.nsis:;íón, :Hasta h.acf; rnu.y poco y a.un
1

17
~l
sobre nues¡ras actitudes y conductas cienos rnodel,)s y mitos acerca de cómo
-·r yoria de las mujeres (iene hoy la po:iibüidad dt una irforr.iació:i más o menés
J
debe ser el h·ombre én base a los siguiemes paradigrrus:

· · Los hombres deben saber todo sobre sexo.


J\4--~--
?-·
clara y confiable .
Por otra parte, y aunque pueda resulEar sorprendente:, los problema.; ;e-
xuaks masculinos constimyen más del 70 o¡. de la consul,2 s.exológica en los
Hay dos tipos de mujeres: las putas y las núestras. ;;.. ceneros especializados de codo el mundo. Es el hombre preacupado por su se-
~
El hombre es responsable del goce femenino. j :walidad el que lkga mayoricariamence a la consult'l sexológica, a p.:,ar de que:
e
El lwmóre ~ebe esrar siempre listo. ¡. estadísticas confiables afirman que !a incidencia de problemas ,exuak; frm~-
rr
El hombre puede con codas las mujeres. -~ ninos es mucho mayor. Y el hombre llega cambién con una problemática ·nueva:
siente que las actitude_s y requerimiencos sexuales de sus compañeras le plancean
exigencia, a las que no está en condiciones de res?onder.- Obviamente e;;ws pr:J-
Esws paradigm:1s o mitos difundidos= por nues,ros ancestros han creado
blemas específico~ son nuevo~.
un cipo de hombre: el clá;;ico rriad1isca. Podemos imaginar lo que sucede cuando consulta prwcupado un clá,icc, y
Por otro lado e:,tá surgiendo una nueva mujer, no sometida. y que lucha recio '·compadriw", porque no puede satisfacer a su compañen.
ferviememente por suf derechos. avasallados por lo, hombres durante siglos. Al respecto dice Hclen Kap!an en La nueva cerapia sexual:
Esca mujer no quiere más ser ,aplastada ni humillada. Se permite un mejor
acercamiento al ~x.o. Gracias a las modernas técnicas anticonceotivas tiene Distintas publicaciones han prescado esp~cial atención a cf~ctos ad vasos ds:

s
ica
las exigencias sexuales de "la nueva mujer liberad.a" sobre la potencia sexual dc:
ahora acces,:i al goce sexual _sin el riesgo de la macernidad no de¡eada. T~m-
los jóvenc:s. Aunque no·exisre aún suficienre -documentación sobrt d tema, no

éd
.. bien en· nues'.ra Latinoamérica es ésta la mujer que, a su vez, se ha puesto al lado.

sM
·cabe duda de que hay un aleo nivel de ·expectacins y de exigencias en ia ejecu-
· ' ..._del .!10mbr·e y lo ha acompañado en su lucha· por. las libertades, derechos y por ción sexual masculina. Y en efecco, muchos i:pisodios iniciales de impocenci.a se

cia
·un mejor .niv,el de vida, para ella, su:compañero, su~ hijos y la sociedad wda. :producen en situaciones de gran exigencia sexual. La sc:xualidad debe despkg?.r-

en
_'s~ pe una manera libre y espontánea para ser u¡¡a experiencia feliz. l_c,s emocio-

Ci
~
Los medios masivos de comunicac,on se· hán ocupado exhaustivamente ·

de
_.hes:. negativas engendr~Jas por ia coerción y h expecca~iva puec!er. fácilmtnt"':
de la· sexualidad femenina, lo ual· coñti-íbuye _a ·qui:cada vez más mujeres ·sal-

s
bloquear la respuesta sexual de un tndividuo sensible.

te
an
gan de su condición de marginadas e ingresen ·_en la zona de lucha para no re-

di
petir la historia de_ sus madres Y.-ª~\J~lar:'. ... (hristíane Collange. autora de varios libros sobre idencidad femenina emre

tu
Es
En-~edio de esÚ proceso de cambio está;! varón, q~e recibe ambos men- otros Yo. w madre, ha publicado r::<iencemence un libro No es facil ser hombre:

de
sajes contradictorios de parte de la sociedad a través de su madre, amigos, com- El mundo mascuiino visto por ww mu¡er. Allí afümá:
ro
nt
pañeras y medios ·de comunicación social. Se, siente tironeado hacia una u otra . >~
Ce

postura, y· cuando elige es siempre a cosrn de· perder situaciones qut: h.:s.a er:- r!L '!<.5cub¡ertc que ese h~:ho, la iiberadón sexual c!e lo; ·..:1timo; ari0s, re-
~on..:es, al menes apc1rentemente, Je implicaban beneficios.- !·..
lacionada primero con la contracepción, pero también relacionada con la pro-
gresiva desaparición de las prohibiciones religiosas. causa más viccima, de lo 4ue
Es funda~entalmc:nte en el campo de la sexualidad donde se juega actual- parece encre los hombres.
mente esta problemática. El hombre no sabe cómo manejarSc con ambos mo-
delos de mujer: la antigua. sometida y la nueva luchadora, y por ello_ cae en Describe cinco motiv0;; de p¡eocupación para los hombres:
constances contradicciones que lo llevan a serios e impo.rtantes conflictos en
su vida sexual. J} Su falta de información frenre a la acúwd a.·isada y exigenre de las nwje?-
En el campo cientifico se ha avanzado muchísimo c:n las últimas. decadas, res. A firma que nue~·e de cada I O hombres investigados por elb ( entre : 5 y 45
en cuanto a conocimientos sexulógico,, en particular acerca de la sexualidad año,) no han recibido ninguna forma d,, educación sexual, aparte de unas vag3~
femenina desde el punto de vista fisiológico}' psicológico: las posibilidades mul- nociones sobre reproduc:ción. También señala e! silencio informativo absoluto
tiorgásmicas de la mujer. el punto e,- la anciconcepción fomenina, las funciones sobrt las cé.::nicas amorosas, mecanismos de! placer masculino y femenino, y so-
sexuales del clitoris y de la vagina y un profundo conocimiento de la fisiología bre fa sensualidad que no e; solilmente ta sexualidad. En cambio, por parte de las
y psicología iemenina han sido divulgados a través de todos los medios y la ma- chicas jóvenes ::-r" de las mujeres todo esco ha cambiado.

18
Lfl nuet.'Q . cJeF rec/,czo /~:r:-:e:nirt.c_ Di.ce c:ue en en los hornb.ces
{.Ju.e ]2s ·reiaciones sexuales no es:án )'8 1Cas ~n. nombre de. Ia o
de more l o ei rniedo al ya e_l recílazo dtl ser deseado, el ~"no'' coz_ tf1 esta
d,:: una resulta i_nfiíliLamen;:e f:lc~s hur::iJ!ante. E\ fracaso de i2 se anda ran bien para les
sup{Jrt2 pece que en ei :::1 tener concicn.c~a de -, Sin
eUo. í:1.:::s Liberada Ge las mujeres, tos varo-

nes que· ésta es una fa.Lacia


rniciarc-va en lr...:1reri_c( sex-u.al_ Dice la. ·cu.in tas
autora que d:· 23".:::,'-nbrosas
1 creta::-i2. Pero mas
fen-"tenino han convertido a
de {a rel2ción sexual_ hur:10res que coo.nesan no sentirs.::: a
gusto cor'! e~ta actüud 11 _ en t.nta·
El sentimiento de. enr.re ?Jc:.rones reforzado por los elerrzen.tos
-:;;• afirrna qüe ias
-¡r-;.pxn2rtas son cada vez más raras qu-c casi todas las rnujeres tienen u.n pasa-
al igual que los hombres. Mi.entras la pareja va bien, estos recuerdos no se ;:11.a.l.es
a nadie, pero cuando el pasado puede convertirse en
graves interrogantes obs.esi.vos para !os hombres más que para las Jv[iros se.,"t:i.Ltxles ;nasC"u.lir: os
Los apremios del mundo moderno no a
i

s
ica
vida sexual equilibrada. Distintos horario). las comp(icaciones económicas; etc.,

éd
afectan de manera muy distinta a hombres y mujeres, determinando casi siempre fuimos recibiendo a lo

sM
desencuentros sexuales para los cuales et hombre no estaba preparado. a
fue

cia
t ~
Se avanzó mucho rrienos en el campo de !.1 5e;::.u2Jidad masculina que en e¡ ,,,.

en
ji
i de la femenina, en cuanto a procurar más goce y placer. Sólo ha habido adelan- ~

Ci
t

de
tos sig,TJ.ificativos en el campo de la en lo que hace a cómo resolver

s
ciertos problemas orgánicos y psicqlógicos. Se ha. investigado poco sobre identi-

te
an
dad masculina y la posibilidad de un mayor gc,u: para ei hombre.

di
Se sigue perisando que los hombres, de todo. "están contentos en

tu
Es
Ja medida en que puedan tener todas las relaciones sexui!es que quierann. Sin

de
embargo, a la consulta llegan r::uchos hombres que afirman que no están cvn·
tenros cor1 su vida sexual, contra Jo que han s!<lo Hevados a creer. ro cultura
nt
Ce

la mayoría de los hombres que consultan, tengan o no probiemas especí-


ficos, afirman no estar satisfechos con su vida sexuaL Lá gran mayoría no presen-
ta ningún transtomo psicológico grave, io cual echa por tierra e! mito de que
que estar psicológicamente muy alterado ]Jara tener dificultades con.el sexo.
No deja de llamar ia atención, por otra parte, que prácticamente todos los
hombres, 1:engan dificultades o no, expresan su interés de aprender más sobre su
sexualidad.
Es un hecho que casi el 50 '¼ de la consulta én !os servicios hospitalarios de eche tres al -hi1o"-' o u,2.cabé COiT10 un }L
Urologia y 1i..ndr0Iogia se refiere a problemas sexuales. En una encuesta hecha en más valioso para nruchcs horr1bres qu:;; la 1

Estados Unidos por Psychology Today sobre más de 52.000 personas, d 55 ,r.. ·~El hon-1J:;re

20
JO) "En esw era ten avanzada los mitos pr<'ci'den res no úenen ya ningun_a
ble también del orgasmo femenino". Es esce uno de los mitos más importantes influencia soóre nosorros'". Sin comentarios .
y que involucran más problemas sexuales rnass:ulmm. Ya veremos cuán -compleja
y lábil es nuestra respuesca sexual. Si a e_stas características. le agregamos que so- _e) Las cons1;cuenC!as
mos responsables también de iniciar sexualmente, enseñar .y hacer gozar a nues-
tras compañeras veremos que es poca la chance que nos queda para gozar. Para un hombre c:omú:1 hacer una pregunta sobre sexo, expresar preocupa-
4} "El hombre siempre _debe desear y _'esur lisro · para e[ sexo".. La frase tí- ción o admitir cer1er L,n ¡:irobkrna es Ufl riesgo de ser considerado infenor. Ca,i
pic:i. de !os boy-scouts no es ajena a la mitología sexual de nuestra sociedad. Aún *{ todos !os hombres tier;den a pc:nsar que: los arras tienen una vida sexual rne1or
i
hoy son pocos los hombres que no piensan "yo puedJ con todas las muJeres que la dé él, y un pene más grande y pockroso. y que seguramente los otros no
que quiero, y si no puedo es porque soy un maricón, un débil". Cumplir con es-
ce mandarn nos Heva muchas veces a no poder elegir y no poder decir que no: es
como estar obligados a "poder con lodas" .
1
~,
("
~

"-.·-P--~
1ienen los problemas que él sí tiene.
Tan importante es esco que muchos hombres han aprendido a fingir y,
por conductas de autohipnosis negaciva creen a pie juntillas en !o que dicen y ha-
5) 'Todo contacw fúico debe necesari!]mente terminar en una relación se- rl cen. Tiempo después, por alguna ralón, desaparecen los mecanismos de compen-
xual': A muchos nos cuesta aceptar una sexualidad en la que !os genitales no· sación exiscentes y se desencadenan las disfunciones sexuales imposibles de dtsi-
estén específicamente involucrados. Los besos, caricias o masajes tienen que lie-
·ti-
mular.
var necesariamente a un.a relación sexual. Todo !o demás es una ronteria. i Obviamente no podemos fingir erecciones, pero sabemos de muchos que fin-
!

,~lr
6} "Relación sexual equfrale sólo a coita vaginal". Para muchos hombres gen orga;mos maravillosos como creen que tienen los otros. También se pueden
los juegos mr. meramente "preliminares" del coito. Y, aunque ese juego lleve a fingir sentimientos de placer y satisfacción disimulando todas las dudas y preocu-

s
ica
airas instancias de go..:e sexual es considerado sólo como un apuitivo de ta rela- paciones.

éd
ción. !:i.cluso corsideran a otras formas de llegar al orgasmo como algo "espe- i Pememos en todo lo que se ha escrito y dicho sobre sexualidad femenina y

sM
cial':. A pesa e d~1 que s,: habla de coito oral, manual o anz.l, ésto.s constituyen un ·i sobre el desarrollo y crecimíemo de la mujer en esta sociedad. Hay toda una Li-

cia
,-~
juguete o ''chictif.". teratura que sé refier?. a lo que debe ser una mujer desde el punco de vista social,

en
-l-
~[

Ci
7) ''TO<Ífl acpvidad sexual requiere como condición b~ica lá eredclón -~- Mu- político, íísico, sexual, etc. No cabe duda de que muchísimo menos se ha escrito

de
chos hombres cqnsideran que sólo pueden comenzar. o mantener una relación ·-J al res~ecto sobre los hombres. Probablemente porque hemos dado la ir,1presión

s
te
sexual si tienen et pene en erección.' Sin embargo, la fisiología masculina no res- ?ff de que no tenemos problemas en cuanto a nuestra inserción en esca sociedad, al

an
y
ponde a esta exigencia. Des.pués de' los 40 años aun antes, muchos hombres .¡ revés de lo que comúnmente !es pasa a las mujeres, que los tienen, y muchísimos:

di
¡

tu
requieren un largo periúdo de estimulación para _lograr una completa erección. En la evolución biológica del Hamo sapierts, el varón ha quedado en una

Es
!
Además, durame·-el desarrollo de la actividad sexual, ésta se puede perder tem- posición-desairada. Podemos panir de la idea de que en la especie se conciben

de
.d
porariamente de tu;mera fisiológica y recuperarse sin problemas. Ante este mu- ' i 88 individuos machos por cada !00 hembrás, pero nacen sóio Íú3 varones ¡:;or
ro
nt
chos se declaran impotentes y entran en crisis personales ;nás o menos graves a cada 100 niñas. Por otra parce, los recién nacidos varones tienen menor fortaleza
Ce

·, pesar de ser perfectamente capaces de disfrutar el sexo y de recuperar un rato física y capacidad de sobrevivencia que las nifiicas. Ya en la edad media de la vida
más adelante la er~cción. el número de rnujer<!s supera al de varones, y es bien conocido el hecho de que
8) "Buen sexo es una progresión lineal de excitación creciente que termina en nuestra, cultur-as las mujeres tienen más expecc:niva de vida que los varones.
exclusivamente en el orgasmo". Para muchos _hombres es imposible concebir una Viven casi !O años más que tos varones. ¿Es ésee el sexo fuerte y todapoderoso 1
relación sexual en la que no aparezca "obligatoriamente" la eyaculación y el Oí- La idea de qu,.: el hombre es el personaje "fuerte" de la. casa, que debe
gasmo. A veces, y sobre todo después de la edad media de la vida, aparecen con soportar el mayor esfuerzo laboral. que puede superar cualquier problema, que
cierra frecuencia dificultades no orgánicas con la erección o la eyaculación. Y es responsable de! goce sexual propio y el de su mujer y, por otra parte. tas ideas
estos hombres en lµgar de vivir con placer lo logrado, viv·en con angustia lo no lo- de compJrtir. darle igual lugar a ta mujer, crecer juntos, gozar pl;;namence !J.
grado. , ,. propia sexudlidad no pui:den congeniar ni ser aceptadas a la vez por el hombre
9} "El sexo de.be ser natural y espontáneo". Para mucho; hombres preocu- . l de nues[c;; época, que en realidad eSlá sumergido en una lucha ~iltre estos dos
pc:rse y hablar sobre el sexo es síntoma de debilidad. Tocio debe salir bien. natu- modelos úe estJ luclla sólo -::merge con depresión, impotenc1:;. desánimo. sin
. .':YJente y sin niogún Nmentario. 1
' ~,
_.]
!
'),
cL: un ttDE""!Dre :tucvo ~n u.na re2-
tznr~~: p2r2 hombres como rnt.:.jcres.
te q.Je el hombre ernpez.ar a rccc0,c-
cerse Gesd.e otra ;¿:sta úa-
e:: necesanG ;jvo<. cono•:trníento ac2..bado, naL.'._-
o~
e,-
cue cre.{2.r-1_:Js t-~~ler 5:~,b;-e sl:.x.o, atrevernos a escuchar, pregunt2,r y
para ale3ar de falsas crc::nc¡::sc:: tabúes que nos rnarnienen de zan a senrirse bien con tllos m~srnost mt.1cho
rn2estra realidad sex:u3: y de de gozar !ibre y t~.
Lo aue _t~cuent,'.:::S qu.e hernc:=; tn ia
consulta di2-ria a clir:ico y educat;_va_ Entiei-1- e: a
do que rernores y dudas q,,1e
es~~:os.2. fe!.iz" 1

-~{,,j_uchas ·~reces lo· disfruto


t .Y Sl no
son sexualmer1te los ,:)tros hombres?
Mis pensa.rniemos o ¿soCT normaies o correctos"' otfü lado)'_
¿Los otros hacen esto como
pene e:: normalrn;-;_nte
Como verr1úS ~n estos casc1s,
ponen los otros tan nerviosos como yo cuando hJ.cen el amor con -t
una nueva ! un. Este r'.1odelo de ho::nbre ti·tne
ten.ér ex.citada~; a sus
¿Soy un ser desear hacer el amor aun caando una ~

s
p·Jr

ica
me [o propone?
1

éd
i

sM
Si no me gusta e~ sexo oral o a.na_r, ¿soy-. poco hombre?
¡"

cia
t
i

en
Como ya dijimos, la de :os hombres que consultan saber
·íi

Ci
más sobre su sexualidad. Y en verdad nunca fueron educados ni informado,

de
seriamente al respecto. un momento: la mayoría de las

s
te
Si.J.S
que nos consulta~ hoy saben bastante sobre su funcionamiento sexual, la mens-

an
truación, la fisiología del embarazo, las del útero o la irnportancia·de

di
Johnson denominan

tu
!as ',on.'üna,. Al mismo tiempo, casi hombre conoce [as lunciones seJ'.UJ·

Es
sexualment~.l si LJ.O
les de fa próstata. En este campo de los órganos sexuales que na se

de
esto. soino:;" poco hombres. En tortees otrc
ven, los hombres estamos como ai de est:: siglo estaban las nt so-
ro d ux:Jé.1, cte querernos.
tía
bre el conocimiento de su interior gerritai.
Ce

·'{o creo que este sentllniento se h.<.:.


actual de la
d} ¿E{ sexo es un rmbajol
bir

M.uchos hombres, aunque tengan urn buena vida sexual, se quejan de que de ren.d¡_mtento sexual que se agi:-ega a las
para ellos e! sexo 110 es lo que debería ser. No existen orgasmos maravillosos ni
.Como
interminables} ni se escuchan campanas ni trompetas: Un orgasmo es un orgas-
mo, y de,.pués de eso hay que ir a el coch·e u ocuparse del bebé para ser rn2.s para ~1i.u.chas veces 30n
solidarios con la mujer de uno. por elios rnisn1os ·y aUt el y¡ci"oso
1

"Ooctor, usted debe saber o tener pan que el sexo se convierta en algo consecuencia final es este horr!bre

25
:,.:.: ...-: •.'"..:-:~-i~.~:...._}...·.:- .•. ...;
_; J
-1.
su masculinidad y algunos lle~:m,aabandonar t~da activid~d sexua!..freme a la
ansi~dad y el miedo_a no pode'r rendir como deberían.
·Algunos acusan y. culpan a su pareja como· un modo. de encontrar alivio
.tor
adecuamos a ellos. en especial cuan~o nuestras necesidad:::s sexuales difieren de
_las. normas culturalmente aceptadas. Si tenemos dificultad en· 10grar las pauui
q_ue el machismo exige, se nos enseña a guardar silencio y soporrar la carga. Los
frénte a Íos problemas que los acosan,· sin pode:r· darse cuenta de que lo que está
t
'" Ji"
limites impuestos por estas paucas. inhiben a muchos hombres de explorar y
cambiando es un sistém~ sÓc1al que- ·Jcj" incluye tanto ~ éf como a Sl! mujer. "'-} satisfacer la t0talidad de sus posibilidades sexuales.
i
Finalmente. otros empiezan a buscar.atrás mujeres tratando de enconcrar en su . 1
.- i- e) Soluciones
búsqueda a la mujer mágic{"cón la ·cual ellos funcio~en p~rfecta~e~t~ bien. í
.}
l
MITOS Y Mf,:NSAJ.!::S SOCIALES DESTINADOS AL HOMBRE
; Para lograr una completa y satisfactoria vida sexual, lm hombres necesita·

· sr ·
¡ mos lo mismo que necesitan las mujeres: autoconocim,ü;nto, opciones, técnica,
No· .~ honestidad.y amor.
Más aun. es frecuente que muchos hombres tengan dificultades en encontrar
• accúe se libere apoyo social si realizan cambios para cubrir sus necesidades y deseos personales.
levántelo ¡ Muchos varones no somos siquiera conscientes de b posibilidad de que las
falle · 1
• alcance · • tenga temor t cosas sean diferentes, alterando y examinando viejos roles y mitos." Nos Jeprimi-

s
..,..

ica
sm~éngalo • juegue i mos o desesperanzarnos frente a la necesidad de cambiar algo en lo que cr::íamo,

éd
I
• com~ la iniciativa • sienta i firmemente.

sM
l
• · crab:lje •'·sea _vulnerable Frecuentemente, los hombres recibimos nuestra edi;cación e información

cia
miduela • i-se~débil suual en situaciones en que la competencia, el cumplimiento exigido y la fanfa-

en
-..:
·-· ·-<:·.:.....

Ci
• sea joven ·: .,-~ séi riéeptivo rronería dominan la escena. Como hombres hemos sido enseñados a actuac.

de
• sea una máquina sexual -':::se,i'in~·ricón fí competir, trabajar e incitar en máteria sexual. Resultado: buena parte de nuestra

s
te
• proceja • reciba caricias. ¡ personalidad debe ser dejada de lado para poder cumpiir. Nuestra sexualidad se

an
controle .. -~ · seá.-\o~esto con sus ~~ces1dad~s. .. r ve seriamente limLda por los viejos y nuevos mitos.

di
:l

tu
sea responsable • :séa ·pá~;ivo .1 El hablar con otros hombres como amigos, y no Cúmo competidores, puede

Es
1
sólo mujeres jóvenes : ·..<,: .•.-; _,¡ ayudarnos a descubrir qué es lo que otros hombres realmente hacen, y aclarar

de
dej~'- p~sar.· una,. porque lo pisan
• nunca dé la espalda
• sepa qué hacer_
. ,;, ~-~\\ nt
ro
¡
¡
!
nuestros sentimient_os acerca de lo que hac~mos.
Este es también el objetivo de este libro: hacer que los hombres nos conoz-
Ce

hágalas acabar t camos a fondo en todas nuestras posibilidades, tener a nuestra disposición de
,enga pito grande manera clara toda la información existente soé:ne sex.i.,.:tlidiid mascuiin11.
• sea exitoso Al final de este capitulo le proponemos algunas consignas que pueden
sea se{f-made •nan ayudarle a incrementar sus opciones, quizás también, a arlojar sus exigencias.
• esconda sus temores
lleve la _cuenta" de las mujeres
que poseyó 2) SER HOMBRE: COMO NACEMOS Y COMO NOS.HACEMOS
• tenga éxito f
• rae ionalice . ¡' Según la tradición b1blica, Adán fue el primero en S<!i creado y de su costilla
1
• nunca un hombre es impocente 1 nació Eva. La ciencia nos dice hoy .que muy por el ·cor.erario, los hombres no
• mantenga rígido el labio supt:rior somos otra cosa que hembras modificadas. El pequeño embrión durante sus pri~
{ meras ocho semanas es básicamente femenino. Sólo se produce un varón si se
Los hombres .hemos sido ensenados a aceptar rígidamente estos mensajes cumplen dos circunstancias: que el espermatozoide tenga l;;, sena! ··Y", y que ~na
culturales y sufrimos muchas culpas o sentimientos negacivos si en algo no nos
t hormona sea segregada en la octava semana del embarazo por el embrión .. La
!
S<::c.r..:ci_ón de es.ta h0rrnona dete.ruii.rta c2rnbiar el CUf:íbo: ese én1brtón ya no $erá
ferr1,:nino.
5igue con
~
iViicntra.s sernos Oebe~ nos cri'an de manera parecida a nuestras herrnanzs
ncrr,; _ , .2. ..,.: ., . . - ~-
man12;-r1os •.:- rectD1m.os c2nci2S. Jtfl ros va.rones
C.e:sct':: .rnuy pequeños estarTHJS marcad.os fH>r u:ia serie de de ri:ndimie0-
to r1::spons2bil" uv.:1:JSO d~ de car2cr:e: rILuar, que hc.ccn J_t
·.:L:s..:.uroI!o de nuestra m2.s.c0!tntd2d y qu-c . por supuesto, nuestra ·vid.a
s--cxuaL

Ser es ta.rriti.én tener un


Dice .Roberto. de 46 afic5:: ~-\\{i. madre siempre me que cuar.do rne ia mentalidad ifU-J.Ji.
hicieron la ci.rcancisi.ón h.abia hablad.o con e[ rabiílo de que su prirrtogéni(o .sería
cioctor. Esa e:5 Ia .raz,ón por ta que empecé a estudi2.í:: medicina: ya estaba desti-
· se
nado al nacer". cía de que;, de a poco, va a i.r
te - 1a adolescencia
no sie[npre sean tan explicitas es~.as exigenci:1s, en general está_n pre. carnbios que son motive de
scntes corno responsabilidades ante !os padres y !a sociedad. Adernás, ei medio La voz comienza a carnbia[
socioculturat en et que vivimos es implacable: ¿juega con mui\ecas? j ¿t::s mt.:.y crecer
tranquilo'), ¿n-::) le interesa el fútbol ni los coche·s de coxrera? Seguro que es un

s
ica
marica en potencia_

éd
nuestra hornbrla

sM
hombre es, además, sinónimo de saber. Los hornbres tenemo~ que nacer durante los años de
sabiendo. Es muy frecuente olf decir a un niño pequeño: '"sos el 11ombre de la

cia
casa". Con esa frase se le endilgan gíandes responsabilidades y exigenci:is en

en
Ci
cuanto a saber hacer las cosas.
~:;) i.POR z.¿UE N·os 1

de
s
te
Cuenta José, de 38 años: t.~Mi padre era un. ini::electual. Sin ernba.rgO; cuando

an
mi madre se quejaba de él, decfa: 'no si..rve para nada. Voy a tener que llamar a - Sornes

di
sexual que existe
un hombre para que me arregle éi teCho' ".

tu
Es
sexuai de ia

de
Este aspecto de nuestra formación se acentúa er1 e! plano sexual. Cuando un
ro
nt
padre ir1forrna 1-t · su hijo respecto de la sexualidad. en realidad se !im¡ta a preve~ nente, las
Ce

nido de posibles peligros (venéreas, embarazos no deseados) porque supone que fue ~a un fin en st rrüsm.o~ Sln
1

saber h&cer el. amor es condición necesaria dei hecho de Seí hombre. E! debe reconocen y
saber, sin expiicaciones, todo sobre e! sexo: cómo hacerlo y cómo manejarse fftente buena y
con sus afectos.
En ei transcurso d-:::: do.ce
Indudablemente, !.os protagonistas de nuestra sexualidad son los genitales.
Están ahi', a la vista, y por eso son objern de especial atención en todas las etapas
de !a vida. Nos identificamos a través de nuestro pene: somos v;irones porque En algún fflOrnento de-: su.
tenernos uno y su mayor o menor ta01afl0 es motivo de gran preocupación_ coinenzaron a
Podriamos resumir toda esta orob!em:íric:1 en esta simoie frase: "cuanto más n1.ente un carnbio en 'Ia s.i(uación
grand~ es rn! per:e, rnás ·1a!ioso soy".
vista del macho y olotes
toda una mitología de de los penes dé gran tamaño. 111oéJficar los
LJ enorme cuttidad de consuiras ->,(1..:;_¡s de por saber si En el curso su
-,..:: -~·
. . ···.-.

;ÉJ·~
·jfí
prominentes, senos hacia el frente. nalgas marcadas, junto con un cido .sexu:ii conducu sexual como feüchi»no, voyeurisrno, necrofilia, paidofilia, tra~;:s,isrr~
diferente: p~día y deseaba copular en cualquier momento, ya no hubo períodos
y transexualismo, ecc.
de celo. · Todos éstos son cambios (evoluciones o involuciones) que la humanidad ha
Tambié:O. el macho sufrió modificaciones: ahora ostentaba un pene largo y a
Ía. VISia, a fa vcl que asumía roles cada Vel más. f Uertes' y se transfonnaba en.
·-]:-;:~: e:-:perirnentado por influencias psicológicas y sociales en su búsqueda de placer
-~ sexual.
cazador.
Al caminar erguidas, las hembras vieron angostarse su cavid:id pelviana·. Sus
,;:t., El modelo de pareja monogám¡ca actual se remonta a los ültimos dos

bebés debieron nacer cada vez más pequeños y prematuros, con lo cual requerían J.
;.¡:
siglos. Por supuesto que no es el único. La homosexualidad fue una práctica muy
frccurrw: ·en ciertas culwr:is que ilOS precedieron y muy valorada como fuer.:-~
para su supervivem:ia mayores cuidados macemaks durank un largo período de de pl2.cer, miencras que en ouas fue y es rechazada y de;pre,:iada. y quiene, la
inmadurez: ,por varios añÓs les era imposible autoabastecerse. __ f __ .
_1 prnccican son castigados.
Hubo necesidad de proporcionarles alimentos a las hembras y a su descen- ~
•:-:!:": Desde el punw de visea neurológic0. la búsqueda del placer .;exual está
¡..,_
dencia, y el macho tuvo que salir a buscarlos.· El hombre se hizo cazador y se t· inscripta en las panes más anciguas de nuesua arquitectura cerebral. Sólo la
creó la familia o clan. A cada mujer de esce grupo d.e cazadores y recolecrnres le
convenía aSegurarse la lealtad de uno o más hombres ¡,ara que contribuyeran
J.:::.•-
especie humana la ha desarrollado Je cal manera, a través de lds conexiones ,:i;:
es¡e cerebro antiguo con las panes que nos d:stinguen como especie evo!u,:io-
-1
con carne y pieles a su alimentación y a. la crianza de los hijos. Como ventaja
recíproca,. cada hombre deseaba tener los derechos sexuales exclusivos de las .i¡ nada. qm: ha llegado a [iglí indisolublemente los ser.cimientos (amor) con la
sexualidad (deseo). Los fisiólogos han establecido um suie de conexione~ que
·¡
mujeres y también monopolizar su producciviáad económica, pues así como los
hombr~s eran cazadores, las mujeres eran recolectoras.
Desmond Morris ·en El mono ·desnudo afirma también que a raíz de estos
·~t llevan a pensar que el ser humano es el ser se:<uado más buscador de placer.
Estudiosos de la ~onducta humana (psicoanalisras, antropólogos, sociólogos,
historia.dores, ecc .fno 'i:esan de señalar las implicancia; sexuales (en el sentido de

s
.;]:,

ica
sucesos. nuestros ancesrros tuvieron que crear la capacidad de enamorarse. de _ !J búsqueda de placer) en muchísimos p,ocesos sociales, conílictos p;icológicos,
,(

éd
producir una impronta sexual de pareja ünica•, con la corisiguiente implementa- .. obras de arte y conductas humanas.

sM
ción de acmudes buscadoras de placer. _J. Hoy ;:n d ia, ropas, joyas, perfumes, instrumentos <).e placer son_ la herenci::!.
-:e·

cia
Por otra parte, en este proceso evolutivo la especie humana desarroilo de ,;¡ de aque_l proceso que comenlÓ hace millones de años, cuando nuestros anrece-

en
~ª?era diferente un nuevo órgano: la piel. Esta dejó de ser la capa gruesa y
J:1

Ci
sores se irguieron.
· velluda que: protegía tle las inclemencias climáticas para convertirse en un órgano

de
~

s
altamente sensitivo de más de dos metros cuadrados de superficie, donde se dis:

te
·!

an
tribuyen gran camidad de terminaciones nervio~as muy especializadas. La con-

di
centracion de te.minacíones nerviosas en los genitales, especialmente en el glande

tu
Es
del macho, y en la_ zona clitoridiana de la hembra, determinó una "zona de

de
placer.. en los humanos que hizo a nuestra especie buscadora del acto sexual,
diferenciandonos netamente de otras. ro
nt
Ce

El sexo dejó de cumplir exclusivamente con fines reproducrivos. El sexo


placencero constar.te, sin las trabas del horario biológico de !a ovulación, se hizo.
al parecer, el motor del vinculo de parej1. Ya no copulábamos solo para reprodu-
cimos, sino porque eso nos daba placer.
Una vez alcanzados estos estadios de la ev,olución en el campo sexual, las
organizaciones rac:iales, las diferentes religiones y creencias comenzaron a
modificar estas pautas en diversos sentidos.
Siempre en busca de placer, la especie humana fue variando y modificando
sus hábitos sexuales: monogamia y poligamia, relaciones simultáneas, fidelidad
e infidelidad, homosexualidad y heterosexualidad. distintas variaciones en la

J¡)
--
o-tenier1do-ei
su lugar en nn discurso
rRrcza en sí. Para las ciencias
er e el término

s
ica
éd
· relación en espejo con el o

sM
cia
en
Ci
ELA;\!OR ES ...

de
s
te
Esto nos Jle,:a, después de la pulsión, a1 otro extremo El enamoramiento es él veces su.stituido por arnor, pero

an
di
)úoel, el <lel amr1r. Pensarnos con frecuencia que el psi- eso no resuelve el de su amor

tu
.:coanálisis reduce el amor a lo que describirnos de las pul- todas partes y en

Es
de
\' siones, para luego repr:JChar a 1os freudianos querer man- inventar la
ro
' char con pis y caca todo sentimiento elevado_ No habiendo Las
nt
Ce

- "dicho nada todavía respecto del amor, me creo autorizado a escri!.:::i~-;


l
i·efrenar un·poco a los críticos mordac_es· a:presurad'1s. La e.e
diferencia más marcada entre la pulsión y el amor no se
· sitúa en e 1 plano del objeto, que, en el caso del amor, no
puede ni siquiera llamarse así. Contrariamente a 1a
. sió_n, en la que el objeto, como medio, es indefinidamente
intercambiabk, 2n e1 amor todo gravita alrededor de ese
airo único e irremp1azable. De modo que el yo propio es
renegado en beneficio de la persona amada. "El que ama es más q .1e para una.
1

es-
humil<li, ~scribe i;ei.:ia. Ve~--;;s c¡=--ue más que una dife- es conocí.da: es !a de la relación
rencia; se trata de un verdadero contraste. ¿Cómo conci- la c¡ue la ·fica que uno es rniis o n1.enos todo
para e1otro y viceversa. Lo que en la mayor parte de los casos
liados?
~

da origen a los hijos que deberán r:~·.:ibir un lugar en el ,lusión? ?,.-:·:-a nada.ÍPsicoanalíticamente habfar.·:let, él amor
. interior de esa relación. Nv, referimos tqmbién ii ló que la :~s, literalmente, el pedestal de la existencia, Ur1jmbargQ...W._ _._,__
___..:..sociologia'defmió-eo-mo.;'-fon ,ilia-mielear~Nuestra.a:r::rQgan.~-----' · ::efacrón .tiornlJ!§J:rifüÉi"uo es si 1 prototipo. E mo:feICcteoase
cia occidental ha llegado t· ta1 punto que durante mucho del amor no. es la relación hombre-mujer, síri:; la telacióñ
, ti~ropo pensamos c:ue en) la única fórmula que, bajo una [~nadre-hiioJ y esa relación es efectivament'Í inmemorial: de
forma u otra, ha existido desde siempre,·y siempre persis- toda& partes y de todos los tiempos. Lo que!n.o excluye para
tirá, desde los Picapiedras a los Supersónicos, pasando por . nada que no esté, desde luego, sQmru;id~n. En
-los Go;;by y los Simpsons. Desde el punto de vista histórico, el s~gundo ensayo, poi' otro lado, dei:nostraré que el com"plejo
·......,,......---.......,..-----,--,-- -~ ..•..
~sta relación es ~in embargo una invención bastante re- de Ed1 QO en s1 forma narte de esta evolucipn:que com1ehza, a
~ien.te,y por otra parte limitada a algun(?S grupos demográ- iñíentender, en las estatuillas primitivas :de mujeres ern- ' ·
ficos.;En contra.partida, evidentemente podríamos decir que tiarazadas: El complejo deEdipo, además, también evolucio-
antes de.esto el matrimonio y la relación amorosa existían. na y su evolución:,' a su Vez, revisa I~fmiciones de la
Sin du1?-, p~ro esto no quería decir lo mismo que hoy. Guarde- inadre, del hijo, del padre, del hombre y de la mujer.
mos en la memoria que el matrimonio era, ysiempre es, una Considerado esto, acabamos en realidad d~ rP-producir ·
situación de carácter ecÓ!"lémico que consiste en repartir los t .¡ J::o de !os más preciosos desc~brimientos diji're:ud: a saber,
' : bienes y los derechos M sucesión. Como decía füi.hac: ."El ·~ c:ue la nri.mera reta:::~ón h,u,1ana <la forma :a todas las que
;n;:¡.trir,!onio p.uede ser considerado po':~tica, civ'il y mJral- s~irán y· es servira ~m&.aio.atF:s10q1:1e llamamosla ·

s
ica
mente comü u;na ley, como un·contrato, cómo una instítución: fransferencia'. Esto no jmplica que las relaciones posterio-

éd
la ley -es la reprpd4-i:;ctqn de la i:specie; el contrato es la res deban sEfr ri:ece::sal;.j~hiente copias ~xactas d e ~

sM
·relación.Que sean su perfecto opuesto, por ejemplo, no dero-

cia
transmisión de, las propi~dades; la institución es una ga-
gacferunguna manera esta detenmnación, por el contrario.

en
. ,rantfa cuyas obligacíones interesan a todos los hombres:

Ci
tienen uri padre y una madre, tendránhij0s": Es por eso que "'orno ya decía Kierkegaard: "La repetición es una esposa

de
"matrimonio" y"clase pudiente" van de la mano.A los que no amada de la que nunca nos cansamos"8 (para: las damas: "un

s
te
esposo amado"). Generalmenterual comprerdid;:,, eds. frase

an
poseen na.da no les importa: Esta aceptaclé:1 originac.aen la

di
primera mitad del siglo XX es en realidad una coproducción es algunas veces precisamente aprobada (matrimonio lo-

tu
Es
: ., occid~ntal vatjcano-hollywoodense. Luego, sin duda éono- - grado) o criticada (divorcio logrado) a partir:.de una lectura

de
. ·· ció algunos cambios nada despreciables, pero la base sigue errónea. Leyéndola, creemos comprender: "ta esposa ama-
ro
. siendo, no obstante, profundamente económica. La .actual da/el esposo amado es una repetii;ión de la q~e no nos cansa-
nt
Ce

ne.césida.d de«contratosde cohabitación o de vida común" mos nunca ...". Pero tanto para Freud como pai;a Kierkegaard, ·
-nada m~nos., en definiÚ va, que varia~tes moderna:i del el acento cae en realid~ sobre larepeticion: es la repetición .
matrirnonfo qu~ establecen, también, la r~par-tición de
. .. bienes- et] Ja mejor i:lemosfración de esto. En ese sentido, el \·:)f(fj":!

~,, ,; . .'t11atnrnonio entrehorr1osexuales es perfectamente concebi- 8. De su estudio soqre. la repetición, ést~ ¡;ita es sin ninguna duda la
ble y défendible.' . . . . más conocida. Reprodur:co el pasaje entero, "La e.s,per~~a-es una encan-
----- ·· · -·¿-Qiieténios·tie~.ir cun ello: que-el arriór es rambtén-una
. - - tadora- jovencita qüeselé escurre éntre los dedos: el,re~erdo es una
mujerv!ejay bella p·"ro inútil por el momento, 1úapkHfióri es.una esposa
invención reci_ente y que la idea del aff:Jr ¿temo es una amada de la que l".Unca.nos cansamos". · '._·, •,,;i
-bf>
.SI,.1r-
:50 51

~~

"'
. e

lo que determina el lu.gar que ocupar5. !a pa::eja. Y no a-la · ·· las m;.is m::il·f:'r!2les, b de.!_Rf:!.G_QQQ_dc. embai:a.zo,.E:s-notabl:e---------- -
i~versa. Ni';s....fu;~t.aJJJQ!'Ld.e_que_aquí1a.r.epetü:.i6n-1:i0-~íene.e./---·--.-.-~Uela'rilayoría ae13s rrtUjeres desmba a Sú embarazo como
-· -----;;¡sm~;-~lor q~~ el queleafübu1mos hoy, es dec1 r, elcle--ser un · un período de bienestar inigualado. Goce, dice La can; en los
sir0nlrñoa~l5urnm1ento. Paracoñvencerse-, basf.acóinparar dos sentidos de la palabra.Primero, gOceenefsenfadocomún
1:r mño que, para su m_ª-Y_Qf_S!"ltisfac_ción, rij}i~rmismo de.Uérmino; segundo, goce en su acepción jurídica, el
j,x_~gQ_ hasta-9.ue no__cl_a_E!1á~, co'.:_:l ª~-¡~~ ~~sganado cons- pr~vecho 0btenído del uso de algo que no les pertene__c,e~ El
tantemente en la búsquedacte otra cosa, de novedades que gemo cte la lengua establece un lazo aparentemente insólito
1,}·socorrían,-lo saquen --ae·su füfpeza yoer éiií.5ru1ecimiento entre el goce y el usufructo. El hijo es el uso-fruto del cuerpo,
P.ri que fo si:i"n1ergiólaabundanCÍ~- . - . . . . . . - por lo tanto materia de ;;oce.
- - - - - - - - - - -------- ---- - -- Est~ unidadcorporal,y en ese sentido real, de la r:.12:.irey
f..n definitiva, si tenemos q._¡e h:J,lardel amor de mail.era el hijo er, ei embarazo persiste untiempo más, de manera
::'~n~ata. :leb~rnos ineluctablemente indi narnos sobre lar-::- imaginaria, ¿urante el perfodo posnatal. DemuesJ:ra una
l~r:irín primaria entre la mad~e y el hijo, concretamente, plenicad, un ~~ierre sobre sí mismo que transforma a od2..
:c;~}bre la forma bajo la_ cual .e~;t_a:-1:e]_aci~.'.!~parece yTa ex- uno en extraño, en profano. La persona que siente más pro-

s
ica
pres1oii-quetorr.a.en la versión del siglo XX, a s:aoer, ia familia fundamente esta exclusión es el padre, que a faJ¡.- de sen-
supuesto,

éd
nudeá.1~ 1'5or si bien conviene tener en cuenta el tirse padre debe convencerse de sedo. No solamede perdió

sM
hecliocfe que ninguna relación madre-hijo es idéntica, re- a su mujer -que se convirtió en madre- sino que además

cia
conocemos, n0 obstante, tres rasgos disti ntivfJs. En primer está fuera de circuito en una relación que a penas comprende.

en
, 1l;g3 r, esta relación amorosa es total y exclusiva. Luego, está No se convertirá en padre sino en cuanto pÚeda pretender 9..

Ci
de
0
de fcntrada condenada a muerte: su herencia es la falta Y el su hijo, y ese momento coincidirá con aquel en e1 que el hijo

s
te
de.seocmeenellaseorigina.F1ñalmente,esta·caract:efiiada lo reconozca -reconocimi~nto en los dos s,~ntidos.del tér-

an
porfo-~resé~~c:Íadepoéler. -.------- --... - mino-.

di
----

tu
Es
de
Durante esta relación se instala algo que más tarde traerá
... TOTAL Y EXCLUSlVO
,- ro muchas difi,;;altades: le exigencia de exclusividad. "Mi hijo/
nt
hija, el/la niño/a de mis ojos" y "Mi mamá es la más linda, la ·
Ce

AJ piincip:io, esta relación e_s total y exclusiva. Fuera de más ... " no son mas que débiles expresiones de esta exclusi-
este lazo no hay nada: uno sígni(ica todo para el otro y vice- vidad que no podríamos sobrestimar. El otro debe ser todo
\·PrEa. Lá unidad madre-hijo, para ser moderno, es en efecto -para mí, y para mí solo; to4q:,forcero es una amenaza. Esta
una unidad, que rro deja ningún lugar a otra persona o cosa . __ exigencia de exclusión de·'éualquie.r otro es, en pdncipio,
_La afirmación de <1!:!~Ja_ma.9:r.~.Y.fth.ijo forman una unidad emitida por el hijo cuando surge 4n:competidcn- bajo forma
v-~~áslelos<le]~- que pensar.ios. Sjgr~Fica p or"ejemplo que
0

deun b:rmanitoo hermanifa.Apadir de ahí se emprend:0 la


._la madre v_ajJ:ilio no existen separadamer.teJQgue 1ª-v:a!ida lucha por lªexdusividaddelaatencíáF1ydel amor("¡¡Mamá,
e~_!!l~r:t_e la noción de relación. En lugar tle un la.-i;6 ·--- ----s-~ ~;:r~nja es más grande que la mía!!") que está en la base
entre dos individuos, hay más bien una plenitud, una ausen- de les celos, de la envidia, de la rabia posteriore::. De ahC
c·¡¿ de falta, empezando, por ofl·a parte, ponina pien.Úucl ~e también el estatuto particular de los hijos únicos C¡ue crecen

='12 :C-'1
•Je• ,g
lilf

.0\USA-D:l"A,t', F,-1 Jf,\--'\~trCL1:rESE'CJ"" - ;c.~-----------


·c,!]r¡;,_ ."·'l }1'~J'm:;1n();'; ni her01;1prJ;s, 1.1 dt• lí)'.0 hijOS, g--:úc·ii!~'
-------:-m<:ntr/ cll'~Jñes;'qlfe·kfütlívamente-tttvit'!·,¡¡¡ ·una reia. ~~-;-
<-,:-rJ •FÍ C-8 r;rm su m,ú.lrl':. El pdigrri rfo q1 lf~ 1~:-;1.r,s :'i('. Cf)i1 \''.(!!"· l~n su fornía origitmL' cs:.,1 rcbcion envolvente y est;:i_
exclusividad estárn:ondenadas D desaparecer. Su l¡erencia
'.zi íl ér c1rJultos tiránicos.y egoístas, que exigen del otro que
•:,v.-: a su entera disposición las veinlicucttro horas. es real. es un sentimiento fundamental de falta y un deseo inextin-
Ert e;;.te asp,~cto, vivimos .actualmente una experiencia jn.
guible. La antigua fábula deAiistófanes, enEl Banquete "de
P1atón. aunque lo explica de otro modo, describe un deseo
. \"'.!luntaria a gran escala. en la que In que f!Stá en juego es
similar. La fabula cuentn que en el otigen el hon\bre ~ra
1.1na <le las iTtavores naciones dela tierra. China. Acnusa de
. doble; hermnfrodi ta con dos· e.,;¡,aldas. dos tórax, cuatro
1~'. política oficial de limitación.de lo$ n,-ic.irniPnLos, tod8 tina
manos, cu<!..ti:i::ipi.exnns y dos carn.s en los dos lados üpüesfos
lc"'t 1 'craci6ncr'."ce sin hermanos ni hermnn<1.é;,gc1,r§llltizanfl(1_
--- ·-clet"a ~1-is~ia cabeza. Según la fábula, eri el origen este ser era
....... -- ---~'.:crl;{exé:lü:c;i,·idad "de lri at<::ndoñ .. Es diTii{I pri:Vel' qué re-
lan poderoso y-tan presuntuoso que Zeus se \lO obligado a
c:;_¡]tará 1,xadamr!nt1: rJr: f'.Sí.<i. ppronlgo n~c;,i\t,,1r~. rlr: eso no
partirlo:_c1n dos. Desde enton:·"'s- cada uno cL: nosot¡'os pasa
\·: r: ni f!.:"l.tfla duda .. su vida buscando su otra 111itad perdí!:',.~ '
J.Ji,J,,J ":."t.<J. ::Jl no 'JJp<;~t :ir quf'. el hijo, su hijo, nw ni i:e_c;te La vafr:rtc.:? µsicoanalítica es an·.pliarnente mris prosai-
.ini11tc..ré;; f:'Jl' cual_qUier~.4tT"; no Sé'.:l e!h mi'>rll;l, 1:-i ,ktdre
1
ca: en higar ci.eun ser doblemente sexuado, partimos de una

s
ica
puedé también exi&tir: la ex:Ch1sividad de l.1 <1lenci;·m. El ''tvli uníd::id madre-hijo todavía nn diferenciada que. tam\)ién. 8e

éd
ff~ i •:str2 e." t ?.::ian hueria., .'; n0 ¡,iern pre es l.•i '!n rn::ihirlo. Y en
ve dividida en dos, suscitando por eso mismo el naci'miento

sM
<_-! fa:-;,; ~:n <:l r_.¡urf la fn3.fl1<\ :ÍJa f;Uegra ri1'aÍÍz;rn p1¡r e\ hijo/ de un deseo. Aquí se aloja con mucha frecuencia elorigen de

cia
1n;iridr1, e:::ta rivalidad s~ desplazar:í ine\·it::ihlernente en

en
un ernir.cle interpret~ciún. Nos imaginamos c¡ue el hijo que

Ci
t\;rr;/-r:i6n ál hijo!nfoto ..Vrio quieré ser todrl'para el otro. _¡Jer<li<i n su madre la busc,1l',1 a ti·,wés de todas rns pé\fejas y

de
. El r:r.1rnla1·i() má1=¡'c0nm:!do d_e. est,1 r:xigr::ncia de P.Xclusi-

s
te
. ¡,1v1_ d,: la in f;mci~'~s 1aexigr~néXa (fo fick! id:irl sin c:m:pc;ióri

an
'11 h uhr\ ;;r,1.;lt:, .· r' .Cl ~m,•r). "z';i "'le J"(•Y)J'(•:.:/•f"I 'I 11'1'\ •.r·•·c·.-r·t

di
• - , . • .. . ! 1 . ~.l.. ..J(.,. •.I J.; • fJ .f . l.!.\. ,) _ ., • . . . • . . , 1 ., . .._ t.. . D. En Lt f:ilndn dt• Ari><túfnne:< In qutJ ra~,ina en µrime1· lugar 110 es lo

tu
1:':' c:,J(n ,,_~ tan in:::r_1p_rJrtable ,,·urn,r) la niencit,n qw~ lus:pa<lres ''polític,)mrnte correcto·· avant la leltre. El dato que sorprende es que la

Es
sexualidad genital-radicalmente ~u.sente en la p~mera parte del relato--
una
de
l'!c:':Ctan él r.1tro hijo quieti. por este hé¡ho. se transforma )iúln juega un .papebecundatio'. vez desdoblada 1a criatura odginal
-~:

,1;Jtrnnátícamente en rivál. · ro v~
· de dos cspa.hln;,:cada mitad a la búsquedá de su i:i'tra rnitad perdida.
nt
Ce

f H'' i nten - t()S dr: .


"nw tri mon ir;s Iil)Í·:;{'d
·- ,·.
1·rn11st.rnrr¡n sobre
- ·- '_
¡wrn nn con la intcnciún de ªí;,'ih!arse: "Cu,u1do el ser p1itniti<,o fúe desd'o-
,, ,,J,, l::i tF:nacida<l de esa exige11cia, y dieron pruek1s de que, bladu po1·(::.;c corte, cada uno; ,xtraiia1_1Jo a su mitad, intentaba encon-
trarla. Abrar.ándose, enlaz~1ndó;:e uno con otro, <lese,mdo no fonnar m,í.s
'· 11 '-'"t" ,i;:p'::cto, la edad mental promedio supera npen¡¡s lnéi ,ínn !111 solí> ser, mnrím1 de hambre. y Ol' in:.cción l.1r11bién, porque no
,-, , ,,;r¡ ;:1 rJ'JS, '='~ df:'.ci r, ~l períndr1 ed í pico. Por e;;ri, nnconciho la quprfon hacer nadn uno sin-el otn{·(E1'Ba11q11ete, Hlfb). Zeus:, api:ida.do. ,
1! 1 'J!Figá n1Í a~C-fJITlO h1~¡f(i¡:;ica,me~l.e ·rJe;~::rninada, ::,j no Ct)tllfJ vud VR a mm!i (i~·ado,:;_ cl(,s¡,la~nntlosu;:; tir¡:-;inosg!.'nitalb hadh' ádel:rnte ~ --· . --- - - ---
f e:11 d origc_!t_~Qaj°lURbat1 et\ Ja~:¡·... kl'llct.-fl--"cfrm:st.o;las-dos pát"tespue.ifen-
•.1 ,, '.:b::t<.) nrr.11.l uc:id<J por e1 lazo origin;:¡rio du~1Le~1ln: ! :1 m:1.-
~---·- -·ií¡irii·c~11 . sc (;111te1inrmcnte, la rcp1·oducci1í11 ;:;e h;Jdil p(lr fortilízación ex-
~d re- y ~l hi/i:"Lrj.:..qü~',po:tfo demás~l1fJ lr; i1 áce J1)(;l1;lS ;;Í~r~~:- - t0rna). Ese cnmbio, y sobre todo la consigi.iicnte pÓéiibilirlacl de aparearse,
;n in11tr· s;ici:1 d d,,;ccn dd iser hum:mo por un mom,:nto.· Lo qnc 1,- permite entre-
1.,Ú1r5-e a otra~ actividadc;:;. n~ce~nrins p.1r._, ~n super\·i 1:ene-i:1

;-);-,
u
'. -~

En la adulta se al hurrianc una. sc-::rie

s
cas 1 entre las que fundan1entalrnente se cuentan,

ica
éd
sM
cia
en
Ci
de
a

s
te
an
apropiadas para !a elaboración favorable de estas

di
tu
neficiada con sus de lo contrario será.n

Es
sintomático.

de
ro
nt
Ce

La e! acceso a
ser en lo

Pero en el recorrido que se hizo de la s,9xualidad en el


ro que esta no obedece a un ;"lnstjnto 1
'

('maduración naturain, ni viene soldada a un

ciertos recornd,
angustia, sin que ei resto de sus precursores mfantr!es
todo.
,A,den1fts hablar de acceso a ío
1 y heterosexual
tre otros! incierto en !a de los ca.sos. La elección
Logros y desafios en la etapa adulta de la vida 203
202 Dr. Héctor Ferrari

Tampoco el deseo de penetrar o ser penetrado puesto que pueden formar parte en am-
mente acotada al sexo opuesto y la mayor parte de las actividades extragenitales son bos de su subjetividad ni pueden ser caracterizados desde su rol social cambiante en
prohibidas como perversiones. Pero hasta el amor genital y heterosexual, único que ha cada época y en cada cultura.
escapado a la proscripción, es limitado por la restricciones que le impone la legitimidad Lo masculino y lo femenino son parte de los procesos identificatorios en torno a la
social y la monogamia. ( salida del complejo de Edipo, en su versión positiva y negativa. La constitución de es-
El Psicoanálisis se ha referido a la culminación del desarrollo psicosexual humano ta identidad está articulada con la fase fálica y el complejo de castración.
como a fa etapa genital del adulto. Sería un logro pospuberal, una última fase del de- Pero es cierto también que reconocerse varón o mujer depende de ia simbolización,
sarrollo libidihal que de todas-maneras llevará la marca de las anteriores: esto es de la atribución de un significado: la sexualidad implica, en su despertar y de-
a) la del autoerotismo: el tránsito de la sexualidad por zonas corporales erógenas sarrollo la relación con un otro, que cuando habla desea. Cada ser humano viene a ocu- ·
pregenitales, marcada por el repliegue sobre sí misma y ligada a objetos de la fantasía par un lugar que le ha sido asignado por el deseo parental y que lo sitúa como alguién
que de ahora en más señalan el camino cuando de la búsqueda de placer se trata. que en el mundo se ha de reconocer como varón o mujer. Si esta identidad de género
b) más o menos simultaneamimte el sujeto va a tomar a toda su persona (incluyen- y el sexo anatómico coinciden mejor para él puesto que es ese caso, la diferenciación
do su cuerpo) como meta líbidinal lo qu8'Se constituye como narcisismo, estado que no anatómica valdrá como confirmación de su identidad.
lo abandonará nunca del todo y que tendrá cierta presencia a la hora de elegir objeto El problema aquí planteado se refiere a aquello que hace que cada cual sostenga
de amOí y de deseo. una identidad sexual y del encuentro que de este modo se posibilita a su deseo en una
c) un poco más adelante, durante la etapa genital infantil, tendrá lugar la etección de relación ...
objeto externo pero endogámico pues se trata de los padres, el complejo de Edipo y de

s
ica
castración que en lo fundamental van a enlazar los deseos a la Ley. Su resolución tie-

éd
ne un alcance estructural decisivo para la definitiva orientación del deseo y la identidad

sM
la cuestión de la relación sexual
sexual (el "soy un varón", "soy una nena").

cia
d) en la adolescencia reaparecen inconcientemente en escena por un tiempo los ob-

en
La relación sexual consiste en una serie de actividades preliminares que conducen
jetos incestuosos del pasado, es el tiempo en el cual la corriente tierna de amor y del

Ci
en cada uno de los integrantes de la pareja a una fase de incremento de la excitación,

de
deseo deben integrarse en un objeto exterior al sujeto y además externo al círculo fa- el apareamiento de los genitales en el coito que culmina en la plenrtud de la excitación

s
miliar. Para eso la gran tarea consistirá en separarse de los padres transformando la

te
en una experiencia conocida como orgasmo al que sigue un período de detumescen-

an
relación interna que se tiene con ellos. El sentimiento de soledad proviene de la elabo- cia y relajación. Mas que la actividad en sí, es importante seguir los componentes men-

di
ración de los duelos con los objetos del pasado y es la que impulsa en parte la búsque-

tu
tales de esta experiencia.

Es
dad de nuevos vínculos de amor. La actividad sexual dei adulto no proviene de un aprendizaje cognitivo: no necesita

de
La etapa adulta permite, en el mejor de los casos, que se logre un nuevo reconoci- ser enseñada en su dimensión de comportamiento. El adulto se identifica con sus pa-
miento de las diferencias sexuales, que lo m~culino y lo femenino adquieran pleno sig- ro
nt
dres internos, con el guión escénico que le aportan sus fantasías, en sus papeles mas-
Ce

nificado, que se permita una elección de pareja no incestuosa donde se integre un ob- culino y femenino, actividad y pasividad de por medio, como los remanentes de una bi-
jeto de amor con quién ten~r vida sexual, apareciendo ia reproducción como la.posibi- sexualidad bien integrada. Es esenci.i:!,lmente un estado mental del Yo que se manifies-
lidad de un nuevo fin en !a vida. Son todos logros que afianzarán la adultez cómo esta- ta en determinas conductas que dan expresión al deseo sexual o lo impiden.
do mental. Por sobre todo, ... en Eil adulto, "la necesidad de un objeto de amor del sexo
opuesto se arraiga en un profundo sentido de soledad y una inclinación trágica que pue- La experiencia que el amor genital asegura al ser humano adulto es la de
de socavar la alegría de vivir, haciendo que resulte difícil encontrar un objeto de amor una intensa vivencia de satisfacción. El erotismo genital se
coloca así en
con necesidades equivalentes para una exclusiva intimidad" (1 ). Encontrarlo no es na- el centro de la vida interior.
da facil, como se verá a continuación.
Pero, por lo pronto cabe preguntarse si hay una relación en la relación sexual o es,
en el mejor de los casos un acto personal meramente compartido. Como fue señalado
En torno a lo masculino y lo femenino más arriba, para la relación sexual genital el sujeto debe atravesar estos anudamien-
tos: a) el del autoerotismo, que liga la sexualidad a las fantasías y a las zonas corpora-
En lo esencial lo masculino y lo femenino no son reducibles al sexo anatómico (2). les propias para poder pasar al cuerpo de un objeto ajeno; b) el narcisismo, al que le
Por eso una definición en términos psicológicos es muy dificil: la virilidad,_la actividad, resulta necesario buscar lo idéntico en lugar de lo diferente; e) la atracción heterosexual
la agresividad no son razgos exclusivamente masculinos ni su presencia define al hom- a la cual también hay que encontrarle explicación.
bre. Ni la pasividad, la receptividad, la delicadeza son femeninos ni definen la mujer.
204 Dr. Héctcr Ferrari Logros y desailos en la etapa de vida
----

Algunos de los estadíos previos serán previamente ,ecorridos durante la fase a la vida. /J1 veces hasta dá cierta sensación vac:o
minar del coito con !a ayuda de actividades que a ia manera de íitos de la sexualidad parte! !a insatisfaccJón con el orgasrno
, infantii revividos del pasado contribuyan a incrementar fa excitación: es el momento dei recaer en actividad masturbatoría o
p!acer mutuo en ei mirar, tocar, explorar o sus equivalentes pasivos, ser mirado, toca-
do, etc. De esta manera, !a vida sexual está irrnmediab!emente contaminada por las ex-
,,,...;
periencias de !a sexualidad infantil porque la mayor parte de sus tendencias se incor- .:i de arnor de deseo
poran en ei momento de los necesarios "juegos preliminares" que preceden las rniacio-
nes. sexuales, pero que imponen ciertos modalidades al recorrido de la excitación. Slmu!ta.neamente a! reccrrldo de la r
Cada cual, segun e! momento y !a pareja tiene sus "condiciones" para sostener su sonas corno objetos de arnor. La necesi
deseo y consumar ei goce: luz, obscuridad, silencio, música, determinada postura o zo- te de manera ríesgosa: !o expone a su 2
i na corporal, en un repertorio infinita de posibilidades.

Cuando cuaíquiera de estas condiciones pasa de ser mera preferencia a diciones y !as
necesaria imposición (debe ser de ·'esa manera" y no puede ser de mente a aque!ios que por
na otra) se entra en el terreno de la /7eurosis o n1ás en el de la per- No falta a veces rasco "fetichista en la elección,
versión.

s
ica
La vida erótica de! acfu.lto ciG=1T1.uestra /o díffci/ es nace( Vd6:-

éd
La pareja es en parte repn3Sentante de los objetos del pasado. Dada la construcción seo sobre el rn/srno

sM
subjetiva de la sexualidad es difícil la vivencia de completud en ia pareja o la reiación

cia
de comp!ementariedad que permita !a unión que cada uno de ellos parece exigir con Estarán aquellos entonces que sóio 1 desear

en
frecuencia para la vida sexual: más parece una versión idea!izada que !os testimonos la las dificultades en fusionar las corrient(~s tierna sensual de:;

Ci
: clfnicos se encargan de desmentir. cordia entre arnor y deseo ta.mt:iér: -3·8 manifiesta corr1c ,·scbreestlrnaclón

de
amor v

s
te
Porque el placer es ia meta radical de ía sexualidad y los deseos son di-

an
di
ferentes, no co1nplernentarios o idénticos al 01e! otro. En el acto sexuaí

tu
están y a su -:.;ez. cada uno en fo SUJlO. a. :as que respeta. Por

Es
amor no debe estar

de
Como parte de la adulta, e! coito es algo vivido como serio, vigorizante, reno- !er derechos. El amor a 1a.
ro
nt
en el orgasmo una expe!'iencia de pérdida rnomentanea
Ce

¡ de \os límites psicológicos una identificación con e! cosmos se apodera del sujeto en e! seo en personas diferentes
: sE:1ntido de algo que !o trasciende y le compromete de manera total. Es para la salud de !os
Sin embargo, !as posibilidades de acceso a él son limitadas: Bajo ei imperio de la cia que el peso de la fE1nt2s.fa
! rnoral social actual y los condicionamientos que plantea el desarrollo psícosexua! hasta mente del c~ue se respeta su intimidad y ~;u .;~s
su culminación en el adulto, no son de extrañar las dificultades que tiene e! varón con
su potencia genitai y la mujer en alcanzar e! orgasmo. La impotencia y la friqidez son
i síntomas relativamente frecuentes. La sexuaHdad en ta errtr,evfrsta rnéd~ca
En ei momento del orgasmo se experimenta una pérdida de límites yoicos. Para al-
gunos esta pérdida es una amenaza tai oue se asemeja a la muerte y puede no ser to- Dada !as actuales condiciones de ia.
ierada. Cuanto más débiles 1as estructuras rT1entaJes del sujeto, rnás frágiles sus lfmi- ¡ntroduccién de ·la
más dificil ia entrega a ia experiencia de! orgasmo. Es oarticuiarmente difícil de lo- Para que aparezca .se
: grar en aque!ias personas en !as cuales e! placer significa un peligro intolerable.
E! orgasmo permire la re!aiación y ei descanso. Por ei contrario, dada ías camcte-
ífstícas de la sexualidad que integra, a veces puede dar !ugar a un sentlmie.nto incon- es el rnédico estar /Joco ff:}-
fcrtable de llaber perdido un deseo muy valioso algo que lo mantenía ai sujeto tan li-
1 fieren a !a sexuahdad .oor no cor;sicierar!a
206 Dr. Héctor Ferrari
Logros y desafios en la etapa adulta de la vicia 207

No se trata sólo de incluir los aspectos específicos o novedosos de actualidad co- dado de un infants dependiente y desamparado. En otros casos, es posible que un em-
mo el HIV o la prevención del embarazo no deseado, sino de estar alerta a las condi- barazo biológico sorprenda cuando aún no se ha abierto a la conciencia el espacio ne-
ciones de la vida sexual del paciente sin, tal vez ni siquiera preguntarlos, tales como
cesario para pensar en los hijos.
La paternidad supone la oportunidad de revivir acontecimientos pasados; de rever-
la edad de comienzo de la pubertad y de la sexuaiidad, las características tir el rol con los padres con la posibilidad de sentir ser mejor, igual ó peor que ellos; de .
de los primeros vínculos amorosos y de los actuales, de la actitud acerca
tener la posibilidad única de una relación íntima con un ser humano totalmente depen-
de la masturbación, historia de enfermedades venéreas, episodios de se-
diente que representará su propia indefensión; de poder identificarse con el niño y dis-
ducción ó violencia sexual infantil, predominio de pautas de atracción he-
frutar vicariamente de cosas que no se recibieron en su momento.
tera o homosexual, frecuencia de la actividad sexuai y consecuencias
La paternidad exige una complementación adicional en la pareja. El hijo es una
emocionales, placer o dolor, métodos de control de la natalidad, actitud de
irrupción en su intimidad que debe ser tramitada. La paternidad será otra de las "profe-
los padres hacia el sexo, conflictos con la pareja en relación con !a sexua-
siones imposibies" donde la adultez será puesta a prueba desde otros flancos que le
lidad, el estado emocional posterior al coito. La creencia sobre la interfe-
rencia de alguna enfermedad ó medicación sobre el deseo. Para el varón, •.
t
plantearán conflictos: la inermidad del bebé puede activar la agresión de los padres,
· despertar envidia por tener que proveer a las necesidades infantiles si las propias no
problemas con lograr o mantener la erección, el momento de la eyacula-
fueron adecuadamente satisfechas, ser vivido como una amenaza y experimentar ce-
ción, la capacidad de lograr el orgasmo y las condiciones que lo hacen po-
los y sentimientos competitivos, interferir con los deseos de querer seguir siendo una
sible. Para la mujer, ia posibiíidad de excitarse, la lubricación, el alcanzar

s
nena o un nene, de ser incapaz de tolerar una regresión controlada que tolere la iden-

ica
el orgasmo, la presencia de dolor, etc. La edad de fa menarca y la histo-
tificación con su bebé.

éd
ria menstrual, abortos, pérdidas, etc.
No se debe dejar de mencionar, por sus consecuencias, la persistencia en el imagi-

sM
nario social de la idealización sacrosanta de la función parental, en especial la mater-

cia
Con todo, lo que e! médico debe recordar es que lo que puede registrar son pautas
na tan exagerada, defensiva, reactiva. Está basada en Uf.i reconocimiento de la perdu-

en
manifiestas de conducta sexual, que lo que verdaderamente importa es su significado,

Ci
en especial inconciente. Para dar alguna ilustración: una actividad heterosexual muy rabilidad de por vida del lazo afectivo con los padres, de su irracionalidad a veces cer-

de
activa puede expresar necesidades homosexuales o encubrir otras fantasías per.tersas, cana a la crueldad. Alimenta el tema de los padres como dedicados o devotos, de la

s
te
un coito puede tener el sentido de una masturbación, se puede declarar tener orgas- madre de los sacrificios altruistas, que deja de lado intereses y actitudes personales al

an
mos sin saber en realidad de que se trata. Por tanto, !a consulta que surge en ocasio- ser.ticio del "amor" por el niño. En sus ideales maternales está cercana a un desliza-

di
tu
nes acerca de la normalidad ó anormalidad de una conducta sexual debe ser evacua- miento masoquista en el rol parental, como ser sufriente que debe to!ernr cualquier co-

Es
da con prudencia. Casi siempre hay conflictos de por medio que no pueden ser resuel- sa. La madre y el padre también tiendan a continuar ei víncuio parnntal más allá de su

de
tos facilmente por el médico, pero es imprecindible que !os sepa y que los tome en necesidad irreemplazable de los primeros tiempos. El niño aparece también como pro-
ro piedad de los padres a quienes según el código religioso "deberá honrar" pero a quien
nt
cuenta. Por lo mismo, tampoco se corrigen solamente con técnicas o prácticas que mo,
Ce

difiquen conductas, como sugiere !a sexología para algunas disfunciones como la im- sólo ;ecientemente se !e reconocen derechos.
potencia o la frigidéz. Hay conflictos emocionales de por medio. Esta imagen puede encubrir deseos. asesinos que se albergan contra los bebés: co-
mo resultado de la culpa edípica, como una necesidad de ocultar las pruebas del inces-
Un hombre de mediana edad, de escasos recursos psicológicos y limita- to y el crimen edípico. El niño debe educarse pero en el interín está sujeto a los impul-
da educación, desarrolló una impotencia repentina con su esposa, con la sos crueles o antisociales de los padres. Lo que conduce a...
que nunca había tenido problemas. Lo atribuía a que ella había comenza-
do a tomar píldoras anticonceptivas, para él una especie de ;'hormonas"
que "absórbfa'' por la vagina en el coito y lo podían llegar a "femeneizar". El niño maltratado
Participaban diversas conflictos inconcientes referidos a deseos pasivos,
angustia de castración y el tabú del contagio. Los sociólogos consideran que la función primaria y fundamental (jje la familia es la
crianza de los niños en un clima de afecto y tolerancia. Los psicoanalistas estarían de
acuerdo en esa postura: para el niño es una garantía de su futura salud mental; para ei
La función parental en la adultez adulto su vida mental gira en torno al significado que tiene la crianza y el cuidado de los
niños, no sólo en su actitud sino como una disposición mental. El síndrome del niño
En algún momento es esperable del adulto que esté dispuesto a asumir ~ procrea-
maltratado (the battered cht1d syndrome) es paradojicamente la perversión de esa fun-
ción y la crianza de los,. niños, esto es el deseo de alimentar, proteger y asumir el cui-
ción.
208 Dr. Héctor Ferrari Logros y desafios en la etapa adulta de la vida 209

Se trata del maltrato intencional de un adulto, padre o substituto que provoca dolor en el trabajo que lo inserta seguro en la comunidad humana". La persona desplaza so-
y sufrimiento en el niño. La crueldad o abuso puede administrarse de muchas maneras: bre el tn:ibajo y sobre los vínculos con él enlazados componentes libidinales, agresivos,
violencia física o verbal, no brindar cuidado, protección, alimento, seducirlo sexualmen- competitivos, egoístas o eróticos provenientes de su vida interior. Por ellos transitan
te, incesto o violación, entre otros. También hacerlo víctima de rituales satánicos y sa- conflictos que lo perturban, inhiben o impiden en el trabajo.
crificios. El maltrato no sólo provoca traumatismos en lo inmediato, sino que puede de- En !os primeros años el niño juega metido en "su mundo", como en los sueños, a la
rivar en detención del crecimiento, problemas de desarrollo de la personalidad, de elaboraciór de sus conflictos internos. La disposición a lo que es considerado trabajo,
aprendizaje, del lenguaje, del desarrollo cogniüvo, etc. a rendir en tareas "serias", hacia el afuera, se inicia tempranamente en la latencia con
Se supone que la frecuencia es muy alta (en USA 1 de cada 7?) pero no se cono- la resolución del Complejo de Edipo y la introyección de los ideales y valores parenta-
cen datos precisos porque en su gran mayoría es algo que no se denuncia. Tiende a les que imponen las primeras exigencias de "producción", la tarea escolar, ordenar el
ser negado y ocultado con la complicidad de la pareja, de los amigos, docentes y has- cuarto, etc. Desde estos comienzos se va acentuando la disposición al trabajo y a des-
ta del propio pediatra. Hay en general una conspiración de silencio en torno al proble- plazar gradualmente el juego.
ma. Se ha observado que algunos padres castigan a sus niños cuando están sobrepa- Con el trascurso de los años variará su motivación: inicialmente la tarea impulsada
sados y descontrolados por sus propias situaciones de ansiedad e intentan inconcien- por un principio infantil basado en la obediencia, el temor al castigo o la necesidad de
temente recuperar el control imponiendolo sobre ei niño indefenso de manera violenta. amor de objetos idealizados que exigen la perfección para responder más tarde, en la
Algunos estudios recientes demuestran que son padres que han sido maltratados en su adultez, a un otro principio basado en fidelidad a métodos, capacidades y responsabi-
lidad propia.

s
propia infancia y lo reiteran con sus hijos, creyendo que están ejerciendo un derecho

ica
parental al castigar a sus hijos. Otras veces implican demandas tiránicas sobre el niño

éd
Para la adultez, el trabajo o la profesión refleja una imagen de actitud pa-

sM
que pudo haber sido deseado para compensar o restituir ideales imposibles de ser cum-
rental de ''.oadres buenos trabajando juntos para sostener y alimentar a los
plidos. El abuso de! poder parental puede estar tratando de revertir el Yo desamparado

cia
hijos". Tiene que ver con proveer a fas necesidades, asumir responsabili-
del adulto. Ideales conflictivos se trasmiten en actitudes contradictorias, permisivas o

en
dad respecto al mundo y la cooperación amistosa que hace posible el tra-

Ci
excesivamente prohibitivas, que alternan entre el castigo y la seducción, tenerlo en
bajo. Tiende a ser una actividad útil para quien la reaííza pero necesita

de
cuenta y rechazarlo. Valores opu~stos de protección y castigo basados en identificacio-
también ser gratificante.

s
te
nes no integradas coexistiendo con su negación. E! niño maltratado puede representar

an
no sólo a los aspectos alienados de !a madre sino a los de la madre de la madre.

di
El trabajo provee status, dinero, autoestima, grupo social y de pares. Como toda ta-

tu
rea humana significa muchas cosas: para algunos se transforma en una actividad que

Es
El deseo de paternidad inspira y aspira hacia el cumplimiento de los idea-
va a otorgar inmunidad mágica para defenderse de lo azaroso de la condición humana.

de
les parentales, pero sin una mente adulta que cultive el cuidado y la pro-
tección, eí niño puede sufrir el embate de las necesidades narcisistas y de ro Su expresión extrema es cierta patología, la adicción donde el trabajo no es algo que
nt
se hace sino algo que se es.
Ce

los impulsos agresivos de los padres provenientes de sus propias situa-


ciones infantiles de maltrato. Por otro fado, la interrupción de la actividad laboral o la amenaza de su pér-
dida tiene consecuencias desvastadoras para la salud mental del adulto.

El significado del trabajo para la salud mental La capacidad para el trabajo puede verse afectada de diferentes maneras y resultar
en su inhibición: a) cuando inter,iene una erotización fuera de lugar, como a veces su-
El adulto ocupa gran parte de su tiempo y de su mente en actividades laborales o cede en ciertas situaciones neuróticas, b) cuando el Yo está absorbido en una labor psí-
profesionales. Es fuente de una gran parte de su bienestar o de su malestar. Por con- quica de particular intensidad, como por ejemplo en un duelo y c) cuando los logros y
siguiente el trabajo tiene mucho que ver con la salud mental y no sólo por su condición éxitos que podrfar obtenerse del trabajo son evitados por ser sentidos con culpa y re-
de sostén en la vida. Para algunos el trabajo es sometimiento y obligación. Por el con- mordimiento.
trario, una profesión puede permitir que la tarea que demanda la vocación sea vivida
con caracter de apasionamiento y disfrute personal. Otros se relacionarán con ella de
manera compulsiva, como parte de la conflictiva que genera. ... y algunas notas referidas al trabajo médico
Es de destacar el significado que para !a mente tiene una actividad o un trabajo y la
relación que implica con el mundo externo. Segun Freud (4), "ninguna otra técnica de Se ha estudiado mucho el grado de satisfación e insatisfacción que genera la tarea
conducción de !a vida liga al individuo tan firmemente a ia realidad como la insistencia médica. Los médicos se quejan universalmente de falta de tiempo para estar con sus /IA
Logros y desafios en la etapa adulta de la vida 211
210 Dr. Héctor Ferrari

Se ha hecho notar la participación creciente de la mujer en la Medicina y el stress a


pacientes, exceso de trabajo o de¡I sometimiento que imponen los sistemas asistencia- que se expone en especial referido al cuidado de los niños si queda embarazada. La
les por una práctica actual alienante. De tener que priorizar técnicas de laboratorio y médica puede experimentar mayor tensión psicológica cuando sospecha que sus supe-
máquinas nuevas que no permiten involucrarse con el paciente. La ruptura de !a tradi- riores médicos le pierden el respeto porque consideran que la maternidad reduce su
cional relación médico paciente no les permite una buena resolución de las ansiedades compromiso con la Medicina (1 O).
intervinientes en el acto médico. En las actuales condiciones de su práctica,

el médico resulta excesivamente cargado de las píOyecciones e inqui- Algunas consideraciones sobre dinero
etudes del paciente sin tener el tiempo ni poder hacérselo, para con- r
tenerlas, elaborarlas y devolverlas terapéuticamente. Es imposible dejar el tema de la etapa adulta sin hacer alguna referencia sobre di-
nero. El individuo tiene una importante relación con el tema del dinero. En parte se vin-
cula con é! a través del trabajo y sus ingresos. Vale la pena señalar lo siguiente:
Pero también los médicos tienen dificultades especiales con el ocio. Un estudio in- El dinero tiene una doble vertiente: a) considerado desde las necesidades de la au-
dica que la reacción general del médico frente a una situación de stress personal es in- toconservación es un medio de intercambio que !e provee a la persona sustento para
crementar su tarea profesional en lugar de hacerse un tiempo libre y descansar (5). Se sus requerimientos básicos. El "valor'' que se le asigna es arbitrario, "impersonal" y es
siente culpable de abandonar a sus pacientes y entra en conflicto con las necesidades fijado por una autoridad económica. Con él paga y le pagan. Es reflejo de la "realidad
no atendidas de su propia familia. Se ha señalado los razgos compulsivos de la perso-

s
material" donde cuenta el nivel de ingresos, la estabilidad o la amenaza de su pérdida,

ica
nalidad médica en la tríada de duda, culpa y exagerada responsabilidad como dando el desempleo, el despido, etc. La salud mental se ve directamente afectada por cada

éd
cuenta de un cierto sometimiento con su tarea clínica (6). Como también de ciertos ras-

sM
una de estas situaciones, especialmente cuando se trata del jete de la familia b) simul-
gos que en el ejercicio profesional lo hacen un profesional exitoso, pera que en su tra-

cia
taneamente, el manejo del dinero es siempre "libidinizado" es decir, tiene un significa-
to con la familia constituyen un handicap: por ejemplo, la tendencia al control, al perfec-

en
do y un valor "personal" para cada uno. Es en este sentido que está relacion'ado con

Ci
cionismo, a contener los sentimientos, mantener distancia emocional, a competir, a "de- !os objetos y actividades de la fase sádicoanal del desarrollo psicosexual. En este pla-

de
dicarse" completamente a sus paGientes y retacearse a los suyos (7). no, el dinero es tratado con el mismo falso pudor e insinceridad con que se trata a la

s
te
La insatisfación con ia Medicina como profesión ha !levado a estudiar el tema del sexualidad, algo sucio y vergonzante.

an
suicidio entre los médicos: en comparación con la población general, hay una máyor ta- Entonces, el dinero no es sólo importante por lo que vale sino por lo que significa,

di
sa de suicidios sobre todo entre las médicas solteras en la edad media de la vida. Se

tu
por lo que hace y por la manera como interviene en las relaciones personales: es usa-

Es
!o ha asociado a un trastorno afectivo predominante. También es alta en los médicos do como heces ("el roñoso"), para dominar, corromper, sobornar ("el cagador"), reteni-

de
varones, pero menor al de las mujeres (8). do por avaricia, evacuado en el despilfarro, utilizado en la apropiación del otro por el di-
Es necesario ocuparse también de la relación entre !a Medicina y la familia del mé- ro
nt
nero, el regateo, la manipulación. El dinero además puede estar significado con una
Ce

dico. A menudo el médico provien,a de una familia de. médicos, a veces hasta de la mis- marca "personal'':
ma especialidad que cónstituyen una estirpe. En este caso la Medicina ha sido sentida
fuertemente como objeto de un deseo del padre que.el hijo debe hacer propio. Supone Una paciente con una incapacitante artritis reumatoidea tenía un empleo
identificarse con el padre y competir con él. También es interesante el efecto que tiene en el que se sentía "maltratada" y mal paga. Terminó debiendo al médico
sobre el destino profesional de los hijos una pareja de padres médicos, si la pasión de una importante suma por consuitas que requería regularmente en las que
los padres por la Medicina es tal ("nunca se habló de otra cosa en mi casa") que deben se sentía mal atendida. Cuando consiguió otro empleo donde era más va-
convertirse en médicos para participar en parte en los intereses de la pareja. A veces lorada y mejor retribuida, siguió arrastrando la deuda, pagando al médico
las parejas que comparten la Medicina como profesión se conocieron en la carrera y se exclusivamente con los ingresos limitados que provenían del primero, con
unieron como para acompañarse sobre el modelo de un vínculo fraterno y darse apoyo dinero "marcado" como de maltrato. Así expresaba al médico su propio
emocional frente a una carrera que genera inquietudes. · maltrato hacia él.
Se ha reconocido que los estudiantes de Medicina que mantienen una relación de
pareja estable soportan mejor el .stress indudablemente asociado a los años de estu- Un último punto: hay una creciente tendencia en Medicina a que intervengan terce-
dios médicos por sobre los que no la tienen. Se ha preguntado si es el resultado de la ros en rnlación con ei pago de servicios médicos (instituciones, gremios, prepagos, etc).
contención que la experiencia de vida familiar posibilita o simplemente ql:le el mayor El "tercero pagador'' impone sus propias condiciones en relación a la asistencia misma,
grado de adultez le permite enfrentar el costo emocional de la carrera y llegar al empa- que a menudo poco o nada tienen que ver con las necesidades del médico y del pa-
rejamiento. Algunos estudios sugi,aren lo primero (9).
212 Dr. Héctor Ferrari

ciente, lo que constituye una fuente de malestar en ambos. A veces es para ellos casi
imposible no entrar en una especie de "pacto perverso" (con manipulación de bonos,
tiempo, dinero, etc) no para engañar a quién los perjudica, sino para poder llevar ade-
lante la tarea en condiciones honorables.

1. (1910) Harris, M, Meltzer, D. Familia y comunidad. Spatia E.


2. Una prueba contundente son los llamados "transexuales primarios" donde no hay correspon-
dencia entre el sexo anatómico y la identidad sexuai.
3. Ver Freud, S. Sobre un tipo particular de elección de objeto en el hombre, AE, t. XI (1910) y
Sobre la más generalizada degradación de la vida amorosa, AE, t. XI (1912).
4. (1930) Freud, S. El Malestar en la cultura, AE, vol XXI, p 80, n.
5. (1982) Krakowski, A. Stress and the practice of Medicine, 11, Stressors, stresses and strains.

s
ica
Psychother Psychosom; 38: 11-23.

éd
6. (1985) Gabbard, Glen: The mi of compulsiveness in the normal physician, JAMA, 254: 2926-

sM
2929.

cia
7. (1988) Ellis, J lnbody, D. Psychotherapy with physicians' families: when attributes in medica!

en
practice becomes liabilities in family lite. Am J Psychother, V. XLII, 3.

Ci
8. (1974) Steppacher, R. Mausner, J., Suicide in male and female physicians, JAMA, Vol 228,

de
(323-328).

s
te
an
9. (1982) Comms, R, Fawzy F. The effect of marital status on stress in medica! schoof, Am J Psy-

di
chiatry 139:1490-1493.

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10. (1986) Kelner, M. Rosenthal C. Postgraduate medica! training, Stress & Marriage. Can J Psy-

Es
de
chiatry Vol 31, p 22-24.
ro
nt
Ce

~2..
Ce
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Es
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L ORGAN IAL DE LA ica DE
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s
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El ciclo generacional
tu
Es

La
de

muerte y se relaciona con


ro
nt

nst1cas las uniones maritales, la fertilidad,


Ce

los di rentes determinantes, de la


ucción biológica han o
feridos a de
te de
b) La
, n de instrucción y
por intermedio sistema educativo formaL También, y fundamentalmen-
te, es cuestión de que la personalidad toda embebida de nada
forma de cultura, que el individuo quiera hacer que tiene que hacer
( Lasch, l 975). La socialización temprana y tardía, educación formal,
participación en distintas prácticas sociales, no sólo proporcionan la capaci=
tación cognoscitiva para ocupar ciertas posiciones, sino que también gene-
ran una disposición interior para poner en práctica las normas, pautas, va-
lores y actitudes referentes a lo económico, poi la autoridad en sus,
distintas manifestaciones, lo emocional, la información, las decisiones, etc.
Es decir, todo aquello que convierte al individuo en un agente social.
El ciclo cotidiano remite al mantenimiento de !a existencia de los agentes
sociales en sus distintos aspectos. Por razones de comodidad y por ser más
visible, puede considerarse el consumo de bienes y servicio~ que, en las en-
cuestas de hogares son normalmente clasificados en los siguientes rubros:
alimentación; vestuario; vivienda, equipos y operación de los hogares,
transporte, comunicaciones, cuidados personales, recreación, ceremonias y
regalos, impuestos, seguros, etc. (Argentina, 1970).
La reproducción de los agentes sociales debe considerarse en relación con
las posiciones existentes en la sociedad y con los procesos de selección social
a que están !r>metidos tanto los agentes como las posiciones. s~gún dichos
procesos, algunas posiciones tienden a desaparecer; otras, son relativamen-
te estables; otras, emergentes. Por otra parte, a través de su proceso de re-
producción, los agentes sociales incorporan características que les abren
distintas probabílidades de acceder a uno u otro tipo de posiciones., El pro-
ceso de reproducción, de los agentes sociales es, también, un proceso de se-
lección social. Así, por ejemplo, para la cohorte aparente que comenzó sus
estudios formales en 1960 y debió terminarlos en 1977, en la Argentina, se
definieron las siguientes categorías de agentes sociales: un 3% no accedió al
sistema escolar; un 52% no terminó el ciclo primario; un l 5% terminó pri-
maria y no comenzó secundaria; un 26% comenzó secuc1daria: un 4% com-
s
ica
éd
pletó estudios superiores.
sM

·.Ahora bien, en América Latina, las unidades Jarniiiarrc; son respons.ab/es


ia
nc

de la reproducción de los agentes sociales en el ciclo cotidiano y generacio-


e
Ci

nal. De alguna manera, la afirmación precedente enc:..!entra apoyo en los


de

bajos porcentajes de la población que vive en hogares privados unipersona-


s
te
an

les y colectivos. Este hecho sugiere que la reproducción cotidiana y genera-


di
tu

cional de la gran mayoría de la población se da ininter~umpidamente en el


Es
de

marco de unídades familiares de orientación y de procreación, dentro de las


ro

cuales los individuos realizan sus cursos vitales. Esta responsabilidad de las
nt
Ce

unidades familiares no implica que ellas ejecuten directamente todas las ac-
tividades pertinentes, siendo el caso más frecuente que sólo se hagan cargo
de ellas en forma parcial. La fracción de esas actividaJes que se ejecuta di-
rectamente por las unidades familiares y por unidades de otro tipo varía,
entre otras cosas, según el grado de desarrollo de los países, y según la clase
social .y la zona de residencia de las unidades familiares.
La distin-'ión ene re responsabilidad por la reproducción de los agentes socia-
les y la ejecución directa de las actividades pertinentes ubica a las unidades
familiares como una de las diversas unidades que participan en la produc-
ción de los mismos hombres y, al mismo tiempo, plantea el problema de las
otras unidades y de la organización social de todo el proceso de reproduc-
ción de los agentes sociales (Le Nouvel Observateur, 1976~ Carlos y Sellers,
i 972). Dicha distinción permite, al mismo tiempo, aclarar la situación de las
unidades familiares como unidades·de producción. la reproducción de los
agentes sociales en el ciclo cotidiano y generacional (o, lo que es lo mismo,
. su producción), se da en la esfera de la circulación y distribución de bienes y
a la re
s
cial que varia según ica
éd
sM

tuye ta en un
ia

ses. es decir, en una pro


nc
e

guna ma
Ci
de

miembros
s
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social y sus
an

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cía, etcº)
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Es

Si tas clases, nta mane-


de

ra sus necesidades, tenderán a


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que, a su vez,
Ce

c;se o siguiente m2.tríz y serv1c10s


reprod ucf vos:

CLASE NO dem

SERV!ClO a b n

Alimentación
Vivienda
Educación

n
TOTAL
La sumatoria de cada hilera, es la demanda total de cada clase de bien o
servil;io. La sumatoria de cada columna, es la demanda total de bienes y ser-
vicios que hace cada sector social, sus medios de vida necesarios. su nivel de
vida. La sumatoria de todas las celdas de la matriz, es la demanda global de
bienes y servicios reproductivos.
Como se ha señalado, las unidades familiares son responsables de que sus
miembros obtengan los satisfactores que necesitan, con variaciones según
los pa1ses, la clase de bien o servicio demandado y el sector social de que se
trate. Empero, ellas no producen directamente la totalidad de los satísfacto-
res por lo que es necesario tener en cuenta otras un.idades intervinientes en
la 'reprodu·ccióri ·de los agentes sociales que constituyen lo que podría ila-
marse, la oferta de bienes y servicios reproductivos.
La organización social de la reproducción de los agentes sociales aparece.
así, como un asunto clave para profundizar en el tejido conectivo existente
e."ttre las unidades constitutivas de la sociedad. renunciando a la .. ficción de
que existen microsociedades completas {o casi completas) dentro .. del siste-
ma global y a la postulación implícita de que el tejido societal .. resulta de
una sumatoria de unidades diferenciadas pero clasificables en "tiposn (Bar-
.tolomé, 1980) y para explorar algunas implicaciones ideológicas y políticas.
- En efecto, en sociedades de clases, la demanda total de los distintos secto-
res sociales por cada clase de bien o servicio (alimentación, educación, sa-
s
ica
lud, vestuario, vivienda, etc.) se atiende según distintos circuitos de satisfac-
éd
sM

ción de las necesidades que incluyen una diversidad de unidades, ag~ntes,


ia

. prbcesos, prá~ticas, flujos e intercambios, que configuran sistemas más o


nc
e

menos lábiles y que no implican, necesariamente, modificaciones internas a


Ci
de

las unidades que participan en ellos. En este sentido, son procesos de articu-
s
te

lación social y, en cuanto tales, entre las unidades en ellos involucradas-pue-


an
di

den darse relaciones conectivas verticales u horizontales; de articulación


tu
Es

adaptativa, integrativa o de contradicción dialéctica; médiante mecanismos


de

formales o in formales. Cada proceso de articulación se caracteriza por una


ro
nt

estructura y dinámica propias (Bartolomé, 1980).


Ce

La consideración conjunta e i·nrerrelacionada de las dimensiones política,


organizativa. administrativa y técnica de la operación de los distintos circui-
tos, pone de manifiesto de qué manera la organización de la reproducción
de los agentes sociales es, al mismo tiempo, un mecanismo de articulación
entre las clases sociales .
.La dimensión política es aquélla que apunta, directa o indirectamente, a
orientar de manera jurídicamente obligatoria para toda la sociedad, los dis-
tintos aspectos de la vida social. En ella se deciden las caracteristicas de la
producción y las reglas de distribución del bien o servicio en cuestión (qué,
a quiénes, cuánto, cómo y dónde). Así, por ejemplo, en un país de la región,
se adoptó la decisión política de desarrollar la educación básica y durante
cincuenta años fue cerrada la universidad, con lo que, los sectores sociales
altos, debieron satisfacer sus necesidades educativas en el extranjero. Por
otro lado, las decisiones políticas pueden encontrar diversas dificultades al
ser llevadas a la práctica. Así, por ejemplo, la adopción d~ una enseñanza
. básica común, gratuita y obligatoria a fin de lograr la homogeneidad míni-
pam
se mam
Ce
nt
ro
de
Es
tu
di
an
te
s de
Ci
e nc
ia
sM
éd
ica
s
Las distintas prácticas que tienen lugar en el transcurso del proceso peda-
gógico incorporan las determinaciones propias de todas las dimensiones
precedentemente consideradas. Por ello no es de extrañar. insistiendo con
ejemplos educativos, el bajo rendimiento del sistema educativo formal, en
particular en las áreas rurales, en las que no alcanza a cuorir a toda lapo-
blación en edad escolar y en las que se registran altas tasas de repetición, de-
serción. abandono antes de aprobar el tercer curso y bajas tasas de promo-
ción. El número de alumnos en edad escolar que son matriculados excede en
mucho el número de alumnos que aprueba cursos, lo que indica, a la vez, una
frustración por lo que se obtiene d~ la educación formal y una alta demanda
de ella. Cabe preguntarse, entonces, cuál es el papel que se adjudica a la edu-·
cación en las estrategias familiares (por qué y para qué las familias demandan
educación rural y cuál es el papel que juegan las estrategias familiares en las
posibilidades educativas de sus miembros (de qué manera las unidades fami-.
liares condicionan la participación de sus miembros en el sistema educativo
formal). Porque lo que parece estar fuera de duda es quc,.a pesar de que parti-
cipan de un circuito de satisfacción de necesidades de baja calidad y del que
obtiene también bajos rendimientos, las unidades familiares continúan de-
mandando crecientemente ese ·satisfactor y, con ello, legitimando no sólo el
circuito en el que participan sino, al mismo tiempo, los otros circuitos coexis-
tentes.
Las acciones sociales que tienen lugar en el interior de los circuitos de sa-
s
ica
tisfacción de necesidades, aparentemente dispersas, ponen en operación a la
éd
sM

estructura social a través de las distintas prácticas que realizan los agentes
ia
nc

sociales que pertenecen a distintas clases sociales y que ocupan diferentes


e
Ci

posiciones en dichos circuitos, mediante las que se realizan los flujos e inter-
de

cambios de bienes y servicios de consumo (instrumentales y simbólicos), de


s
te
an

personal, de mensajes, entre las distintas unidades (hogares, sindicatos, em-


di
tu

presas, iglesias, escuelas, mercados, etc.). (Berlinck, 1969).


Es

Así, dada una e$Íera cualquiera de.actividad y cualquier circuito de satis-


de
ro

facción de necesidades, las opciones de comportamiento de los agentes tie-


nt
Ce

nen una relativa regularidad y predictibilidad. Algunas <le esas regularidades


se vuelven tan visibles y estables que son susceptibles de ser formuladas
como reglas de conducta que indican cómo comport~rse, con quién.dónde,
es decir, el lugar que corresponde~ cada una de las categorías de agentes ac-
tuantes ~n · la sociedad (Bartolomé, 1980; Oliveira, 1976; Berlinck. 1969)~
Las· acciones e interacciones sociales son esrructuradas y significantes para
los agentes sociales y su aprendizaje 'naturar se produce, entre otros ámbi-
tos, a través de los comportamientos que, como se señala precedentemente,
se inducen a partir de la participación en las distintas posiciones que com-
ponen los diferentes circuitos de satisfacción de las necesidades.
D~das. ciertas condiciones (distancia social o geográfica, escasa visibili-
dad social, atomización de las unidades familiares, ideologías que enfati-
zan el consenso o justifican la desigualdad, etc.), hay distintas probabilida-
des .de que se considere leg{timo el circuito de satisfacción de necesidades en
el que se participa, se ignore la existencia- de otros cir:cuitos o se legitime la
. existencia de circuitos diferenciales a través de los cuales se realiza la repro-
s
ica
éd
sM
ia
nc
e
Ci
de
s
te
an
di
tu
Es
de
ro
nt
Ce

d ntas si-
organ1za-

Esas n no poí de la definición las


cmnes la familia, entre las se ha incluido una diversidad de
la reproducción; socialización; · la cooperación
· la ión in
distribución de us; etc. (Sussman, asunto es que, saber cuáles
son las funciones d::.: algo no implica conocer en
La búsqueda de
, una empresa
parece haber acuerdo básico cuando se trata de responder a las preguntas
antes formuladas (el parentesco, el matrimonio, el hogar doméstico, la uni-
dad de residencia, el grupo, etc.). La aproximación al fenómeno, por lo tan-
to, no puede producirse sin determinar cuál es la o las dimensiones que se
aplican a la realidad en estudio, o si no puede ser aplicada ninguna. Eso de-
penderá, entre otras cosas del aspecto de la realidad que se quiere conocer .
Convi~ne, entonces, analizar las dimensiones antes mencionadas para ver
·en qué medida ellas permiten delimitar un referente empírico que pueda ser
consider:.>do como unidad de decisión y de recursos en relación con la re--
produccíón de los agentes sociales.

1. Parentesco y matrimonio

Como otros mamarios, la especie humana tiene dos sexos. La diferencia está
en que el hombre presenta cursos alternativos en la manera de formar sus gru-
pos, la herencia, los arreglos de pareja, etc. Estudiar el parentesco es estudiar
lo que se hace y por qué y las consecuencias de adoptar una alternativa en vez
de la otra. El parentesco es la relación entre personas según la consanguinei-
dad real, putativa o ficticia. En definitiva, un consanguíneo es alguien a quien
la sociedad define como tal, por lo que algunos distinguen entre pater y geni-
tor y mater y genitrix (Fox, 1967). Por su parte, las normas de acoplamiento
s
ica
designan los matrimonios posibles (Meillassoux, 1979). El matrimonio es una
éd
sM

alianza, pero marido y mujer no son parientes, aunque esa alianza pueda~star
ia

también regulada por el parentesco y defina parentescos. Las normas de filia-


nc
e
Ci

ción indican las relaciones de dependencia de un individuo frente a las genera-


de

ciones anteriores (M eillassoux, 1979).


s
te
an

El hecho de que en el matrimonio el varón y la mujer aparezcan como in-


di

dividuos o como representantes de grupos, no es indiferente. Es más, las


tu
Es

normas de acoplamiento, entre las que se cuenta al tabú del incesto, fijan los
de
ro

límites de las uniones (alianzas) matrimoniales permitidas o prohibidas, ra-


nt
Ce

ramente prescritas, lo que enfatiza el carácter de alianza y no de parentes-


co de la unión matrimonial. Cuando se hace presente el imperativo de la
alianza entre no parientes establecida por unión ·matrimonial, aparece re-
forzado por una serie de mitos que muestran las consecuencias nefastas de
las uniones entre parientes, pocas de las cuales sdn científicamente demos-
trables: monstruos, defectos en.la sangre, idiotismo, etc.
En las sociedades en que la elección del cónyuge es aparentemente libre,
es necesario determinar las reglas de endogamia y exogamia que regulan ese
mercado (ed~cación, status socioeconómico, edad, cte.).
El vínculo de parentesco y la alianza matrimonial definen una serie de de-
rechos y obligaciones recíprocas (legales y socialmente vigentes), que, por
cierto, no se extienden a todos los parientes que están vivos. Por eso es nece-
sario definir los límites de las redes de parentesco: entre qué parientes se de-
finen derechos y obligaciones recíprocas; entre cuáles de esos parientes se
ponen efectivamente en práctica en la vida real; cuál es el contenido de esos
derechos y obligaciones. En este sentido, se ha señalado la diferencia que
existe, en sociedades tran:;icionales-metropolitanas, entre las estructuras de
parentesco de la élite, la clase media y la clase baja (Berlir:ck, 1969). Asimis-
mo, se ha hecho notar que la importancia de una familia extensa no es su
composición. sino más bien las relaciones y obligaciones recíprocas que
implica, citándose el caso del compadrazgo y entre quiénes se busca a los
compadres en las distintas clases sociales. En este mísmo estudio se sostenía
que la modernización puede afectar a los ii1díviduos de las redes de paren-
tesco, sin necesariamente destruir a las redes mismas (Carlos y Sellers,
1972).
Esta dimensión de las redes de parentesco, permite definir un referente
empírico que parece ser ineludible en cualquier estudio de las unidades fa-
miliares y su papel en la organización de la reproducción de los agentes so-
ciales, tanto como unidades de decisión cuanto como unidades de recursos:
cómo se constituyen; cómo se mantienen; y los derechos y obligaciones efec-
tivamente vigentes que constituyen y mantienen las redes de parentesco.

2. Unión matrimonial, relaciones sexuales y reproducdón


Hay una serie de distinciones que, aunque conocidas, es necesario tener pre-
sentes: a) las relaciones eróticas no son equivalentes a las relaciones sexuales;
b) no toda relación sexual culmina en procreación y se ha registrado un proce-
so histórico por el cual se ha producido una separación entre el placer sexual y
s
ica
b :.rnión sexual reproductiva; e) no toda relación sexual que culmina en pro-
éd

.
sM

creación da origen a una unión matrimonial o se realiza en el marco de ella .


ia

¿Cuándo una relación sexual heterosexual puede ser considerada unión


nc
e
Ci

matrimonial? Se ha propuesto que el matrimonio es una relación estable en


de

la que se permite socialmente a un hombre y a una mujer tener hijos sin pér-
s
te
an

dida de su reputación en la comunidad (Johnson, 1965). Hay aquj dos com-


di

ponentes básicos: la aceotación social y la estabilidad. Se ha hecho notar·


tu
Es

que la aceptación social se: relaciona con el control del arh.or y que son nece-
de

sarias muchas energías y recursos para canalizar a los enamorados hacia


ro
nt
Ce

una conducta de rol adecuada respecto del amor, por lo q~e éste debe ser
cnntrolado antes que aparezca. Sólo si la línea de parentesco no es impor-
tante en una sociedad como un todo, la elección será enteramente libre aun-
que, en sociedades estratificadas, la importancia de mantener líneas de pa-
rentesco intactas y aceptables será mayor en los estratos altos, que tienen
más interés en el mantenimiento de la estructura social y está_n más motiva-
dos en el control del cortejo y el matrimonio (Goode, 1959). La aceptación
~ocia! no se confunde con la formalidad de la unión. Puede convenirse que
toda unión formal es socialmente aceptada, pero la aceptación social de una
unión no formalizada sólo puede determinarse en el exterior de dicha
umon.
En lo que hace a la estabilidad de la unión, se plantea el problema de los
umbrales, es decir, de cuánto debe durar una unión para que st la considere
como unión matrimonial.
Por otro lado, en el caso de las uniones matrimoni.ales que se disuelven y
en que cada uno de los miembros vuelve a entrar en una nueva unión matri-
monial, se plantea el problema de la adjudicación de tos hijos tenidos en fas
uniones sucesivas.
En relación con las unidades familiares en cuanto unidades de decisión y
de recursos en la organización social de la reproducción de los agentes so-
ciales, est2 dimensión también permite definir un referente empírico, el que
parece tener particular importancia en aquellos sectores sociales en que son
frecuentes las uniones inestables y sucesivas.

3. La unidad domésLica

El concepto de hogar o unidad doméstica es más amplio que el de compartirla


obtención, elaboracion y distribución de alimentos. Esto se refleja incluso en
las propias definiciones censales: proveer sus necesidades alimenticias y otras
esenciales para vivir, cocinar y comer en conjunto (Argentina) vivir juntos y
compartir al menos una comida diaria (Barbados); hacer vida en común bajo
un régimen familiar, compartir la vivienda y tornar juntos sus comidas (Costa
Rica); vivir junots compartir, "common living arrangements", pueden com-
partir o no sus comidas (Jamaica); vivir bajo un régimen familiar o parecido
(Paraguay). (OEA, t 970). De estas definiciones queda en evidencia que el con-
cepto de unidad doméstica no coincide con el de la unidad familiar definida
s
según el parentesco, el matrimonio o la residencia (Sussman, 1974)_ica
éd
sM

U na conocida antropóloga presentaba un caso que consideraba incluido


ia

dentro del concepto de unidad doméstica. Se trataba de una mujer sola;-con


nc
e

varios hijos, J. la cual un grupo de nombres había provisto de una cocina y


Ci
de

le proporcionaban el dinero para la compra y elaboración de los alimentos


s
te

· Este servicio era retríbuido e:1 alimentos. Es decir, por su trabajo al efectua:-
an
di

las compras de víveres y cocinar, la mujer obtenía su alimentación y la de


tu
Es

sus hijos. (Cardoso, 1979). A menos que el concepto de hogar o unidad do-
de
ro

méstica se restrinja a los aspectos puramente alimenticios, pareciera que en


nt

el caso presentado no hay una unidad doméstica, sino varias: la constituida


Ce

por la mujer con sus hijos, cuya necesidad alimenticia se atendía con el ~~rvi-
cio prestado por ella, quedando por determinar cómo resclvía la atención de
los otros rubros; la o las unidades domésticas de los hombres que pagaban el
servicio, ya que podían atender err conjunto o por separado a los otros rubros
de sus necesidades.
El concepto de unidad doméstica muestra, así, sus propias ambigüedades
y será necesario tener en cuenta entre quiénes se conforman un ingreso co-
mún, entre quiénes se opera el g 4 sto de ese ingre~n de acuerdo a uri presu-
puesto en común, qué' rubros se incluyen en ese presupuesto común, qué
parte de sus ingresos se reservan para sus gastos personales los que partici-
pan en el ingreso y el gasto hogareño, etc.
Esta dimensión, aun reducida a sus aspectos puramente económicos
(quiénes participan en la conformación del ingr~so de la unidad familiar,
entre quiénes se distribuye el consumo de bienes y servicios que se atiende
con ese presupuesto), permite definir un referente empírico que parece ser
ineludible para estudiar a las uniclades familiares en cuanto unidades de de-
c1s1on y de recursos en la organización social de la reproducción de los
agentes sociales. Sin ella, difícilmente puedan comprenderse fenómenos ta-
les como la adopción de decisiones económicas, la organizació~ del trabajo
doméstico, la participación en el mercado de trabajo, la distribución del
ingreso que se realiza en el interior de las unidades familtares, etc.

4. La residencia en común

Las pautas de residencia indican el lugar donde vivirán las uniones matrimo-
niales. Las reglas básicas son la residencia patrilocal, matrilocal, biloca},
avuncular, neolocal. (Johson, 1965). La pauta de residencia puede referirse a
todo el ciclo familiar sólo a algunas etapas de éste. Así, una pareja recién unida
· puede vivir con los padres de alguno de ellos hasta que puedan tener su propia
vivienda, sin que exista ninguna pauta expresa acerca de qué deba hacerse, así
no haya prescripciones sobre la patrio la matrilocalidad. En algunas culturas,
las uniones no se concretan hasta que la pareja no puede construir su vivienda.
Por su parte, las "uniones de visita", de las que informa la literatura prove~
niente del Caribe, consisten básicamente en d hecho de que los compañeros
sexuales (en uniones relativamente estables que suelen tener hijos), no campa-·
ten la residencia.
s
ica
El predominio de la residencia neolocal ha sido tomada como prueba de
éd
sM

la existencia de una pauta de organización familiar en que predomina la fa-


ia

milia nuclear aislada y ambos hechos han sido asociados a los procesos de
nc
e

urbanización e industrialización. Por un lado, se ha sostenido que no hay


Ci
de

relación causal necesaria y suficiente, sea expresada en términos de interde-


s
te

pendencia o consecuencia funcional necesaria, entre la pequeña familia nu-


an
di

clear y la urbanización y la industrialización (Greenfield, I 961-1962). Por


tu
Es

otro lado, la residencia neolocal suele establecerse cerca de parientes con los
de

que se intercambian frecuentemente bienes y servici06.


ro
nt

El anáJisis de las unidades de residencia según su estructura de parentesco


Ce

y el tamaño y composición por sexo y edad, ha sido objeto de especial aten-


ción por parte de la demografía de la familia (Burch, 1974, l 976, I 979; Gar-
cía, Muñoz y de Oliveira, 1979. a, by c.; Lira, 1976, a. y b.; Lopes, 1976;
Pantelides, 1976; Siegel, l 976; Taueber, l 973, Uníted Nations, 1973; Wes-
toff, I 974). La estructura de los hogares censales según la relación de paren-
tesco que tienen con el jefe las otras personas presentes, da como resultado
una gran variedad de estructuras posibles, aunque se considere sólo la pre-
sencia del jefe, su cónyuge, hijos solteros, hijos casados, nietos, padres o
suegros y otros parientes (Recchini de Lattes y Borsotti, 1980). El hecho de
que alguna estructura en particular registre porcentajes muy altos en la dis-
tribución nacional, no implica que deba desconocerse la existencia de otras
estructuras que estén asociadas a ciertas zonas de residencia, situaciones de
clase, etapas del ciclo familiar, sexo o edad del jefe. Por otro lado, la com-
posición por sexo y edad de las distintas estructuras de hogares censales y
su asociación con otras variables, implica considerar a las unidades familia-
res como unidades de decisión o de recursos. (García, M uñoz y De Oliveira,
1979, a, b. y ·c.)
En todo caso~ el solo hecho de convivir es un fuerte indicador de la existen-
cia de ·algún tipo de- relación, derechos y obligaciones· entre quienes com-
p~uten la unidad de residencia y, en base a él, pu~dc constituirse un referen-
te empírico de importancia para comprender el papel de las unidades fami-
liares en la organización social de la reproducción de los agentes sociales.

5. El grupo social
La familia suele ser considerada como un grupo de pertenencia pequeño, de
interacción primaria, es decir. cara a cara. A pesar de su importancia, es me-
nos frecuente que se incluya la connotación de comunidad, en cuanto senti-
miento de pertenencia a un todo.
La caracterización de pequeño grupo, puede ser acertada por aquéllos
que comparten la unidad de residencia y, en particular, para las unidades
familiares nucleares mientras los hüos no se han ido de su familia de orien-
tación o no han formado su familia de procreación, todo según las defini-
ciones culturales vigentes. Sin embargo, un hijo migrante, que tiene su pro-
pi.a familia de procreación· y que remesa dinero a sus padres, sigue pertene-
ciendo a su familia de orientación definida según los derechos y obligacio-
nes del parentesco, pero no sigue perteneciendo a ella, definida según las ca-
s
racterísticas del pequeño grupo de interacción primaria. ica
éd

Los límites formales del grupo están definidos por el matrimonio y el pa-
sM
ia

rentesco. Los límites efectivos del grupo de pertenencia, están marcados por
nc
e

los derechos.y obligaciones recíprocos, referidos a la unidad doméstica. o a


Ci
de

la unidad de residencia. Los límites efectivos del grupo de referencia no se


s
te

definen por la pertenencia actual al grupo, sino por la vigencia efectiva de


an
di

los derechos y obligaciones recíprocos de la unidad familiar con miembros


tu
Es

ausentes, normalmente fundados en el parentesco.


de

Las necesidades del ser humano recién nacido; los intércambios inmedia-
ro
nt

tos o diferidos que se registran en el marco del pequeño grupo en el que cre-
Ce

ce; los poderosos vínculos psícológicos de simbiosis, lealtad, rechazo, que se


generan (García Badaracco, 1980) hacen que esta dimensión también :.:-pa-
rezca como importantes para definir un centro de decisiones y un núcleo de
recursos y, por tanto, para comprender el papel de las unidades familiares
en la organización social de la reproducción de los agentes sociales.

6. A manera de síntesis sobre el tema

En este momento hay que retomar" los interrogantes planteados al comien-


za de esta sección, acerca de qué es el fenómeno social que se denomina fami-
lia, sus variantes e invariantes, su papel en distintas sociedades o en las distin-
tas situaciones de clase de una misma sociedad.
El referente empírico denotado por la expresión 'familia' puede tener una
gran variación. pero eso es propio de cualquier otra unidad o institución so-
cial y no justifica aproximaciones epistemológicas de una indeterminación
total. Como se ha hecho notar, una teoría del desarrollo familiar no surgirá
de la acumulación de monografías (Lasch, 1975). Sólo si se toma conciencia
de los problemas de método compar:it.ivo, la necesidad de seleccionar cate-
gorías adecuadas de análisis y se utilizan los controles pertinentes, se pue-
den empezar a entender los determinantes de la estructura familiar, sean
ellos políticos, legales, demográficos, sociales o económicos (Berkner,
1973). Los estudios sobre grupos o localidades particula~es qúe no reúnan
esas condiciones, van acumulando conocimiento pero. como sucede con los
·casos· o ·ejemplos\ sólo prueban algo si contradicen las hipótesis.
La multidimensionalidad de las unidades familfares es un rasgo que di-
chas unidades tienen en común con cualquier otra unidad social, ya que to-
das ellas son relaciones sociales (comunalizaciones o socializaciones, según
Weber), que existen en la medida en que los partícipes en ellas orientan recí-
procamente su acción por esa pertenencia. En las unidades familiares, los
fundamentos de esa orientación recíproca pueden basarse en el parentesco, la
unión matrimonial. la residencia en común, la conformación de un hogar o
comunidad doméstica, los lazos resultantes del pequeño grupo.
El problema reside en la falta de univocidad con que se usan los términos,
y algunas expresiones frecuentes, son decididamente incorrectas. En estu-
dios basc1dos en datos censales se lee a menudo que "un tanto por ciento de
las familias son nucleares", cuando en realidad, lo que debiera decirse es
s
ica
que "un tanto por ciento de las unidades de vivienda están ocupadas por es-
éd
sM

tructuras nucleares de parentesco", o que "un tanto por ciento de los hoga-
ia

. res censales están formados por estructuras nucleares de parentesco".


nc
e
Ci

La propuesta de dar preferencia a las unidades domésticas y descuid{!r las


de

otras dimensiones de las unidades familiares no parece del todc adecuada.


s
te
an

La unidad doméstica, en cuanto conformación común de un ·i ~·greso y un


di
tu

presupuesto para atender a las necesidades, presenta el riesgo de un cierto


Es

reduccionismo económico que puede arrastrar por la pendiente del cálculo


de
ro

del costo-beneficio, con toda una concepción del 'horno oeconomic!1s' sub-
nt
Ce

yacente y a descuidar otras dimensiones de la reproducción de los agentes


sociales. Debe tenerse en cuenta que, para la gran mayoría de los casos, la
motivación para la constitución de unidades domésticas y de unidades de
residencia, puede basarse. en último término. en los derechos y obligaciones
derivados del parentesco y del matrimonio.
En consecuencia, es recomendable que los estudios sobre el papel de las
unidades familiares en la organización de la reproducción de los agentes so-
ciales, dediquen la mayor atención posible a precisar cuál o cuáles de las di-
mensiones antes analizadas constituyen el objeto de la investigación. Esto
permitirá disponer de un referente empírico delimitado conceptualmente,
acumular conocimientos sobre las variantes e invariantes del fenómeno fa-
miliar, decidir cuál es la importancia relativa de las distintas dimensiones en
relación con la organización social de la reproducción de los agentes socia-
les y, 'last but not least', evitar confusiones terminológicas.
_;.
11 l. LAS ESTRATEGIAS FAMlllARES

Hablar de estrategias familiares·o de estrategias de las unidades familiares im-


plica plantear varios supuestos referidos a las unidades. los recursos con que
cuentan, el medio en que actuán, las acciones que emprenden, los objetivos
que persiguen y una racionalidad estratégica. Es conveniente considerarlos
por separado:
a) Como sucede con cualquier otra institución social, los comportamien-
tos visibles consisten en conductas de los individuos (quién hace qué, cómo,
cuándo, dónde, con qué instrumentos, con qué resultados. etc.). Por lo tan-
to, hablar de estrategias de las unidades familiares significa que se da por
sentada la t;Xistencia de alguna forma de unidad de decisiones, de puntos de
referencia, de fundamento para la orientación de las acciones. En suma, la
existencia de una unidad a la que se imputa la estrategia, cuyos límites res-
pecto de otras unidades similares, más o menos lábiles, deben ser determi-
nados. Esos límites pueden establecerse poniendo en relación las dimensio..
nes antes expuestas (parentesco, matrimonio, unidad doméstica, unidad de
residencia, grupo) y la responsabilidad por la reproducción de los agentes
sociales. La determinación de una unidad de imputación, no implica ningún·
supuesto acerca de la ausencia de conflictos o contradicciones en el interior
de dicha unidad.
b) Los recursos con que cuentan las unidades familiares son diversos: nú-
mero de personas, tiempo, ingresos, relaciones, trabajo, ocio, capacidad o
incapacidad de postergar gratificaciones, horizonte temporal, bienes, otras
unidades sociales similares o diferentes, etc. Los recursos, cuya diversa na-
s
ica
turaleza queda de manifiesto en la incompleta enumeració1_1 precedente, va-
éd
sM

rían según el país, la situación de clase y la zona de residencia de las unida-


ia

des familiares. No puede plantearse el supuesto de que las unidades familia-


nc
e

res tienen conciencia ds todos sus recursos. Es más, es importante retener


Ci
de

las diferencias entre recursos potenciales, accesibles y utilizados.


s
te
an

e) El medio-en que actúan las unidades, cuyas estrategias sólo pueden ser
di

comprendidas si se ponen en relación con otros componentes sociales (faci-


tu
Es

litadores, indiferentes u opositores) y, en particular, co"n los siguientes he-


de
ro

chos: i) las fuentes accesibles de ocupación e ingresos para las distintas


nt

categorías de miembros de la unidad; ii) la definición social de la canasta de


Ce

bienes y servicios a la que pueden acceder según su situación de clase; ¡ii) los
circuitos de satisfacción de las necesidades a los que tiene acceso; iv) los
objetivos y motivaciones culturales (consumo inmediato, consumo diferido,
ascenso social, individual o grupal, etc.) Como se ha hecho notar, puede en-
contrarse aquí una de las fuentes de la alienación o de la falsa conciencia de
clase (GEA, 1980). No puede darse por supuesto que las probabilidades
objetivas existentes en el medio hayan sido incorporadas como expectativas
subjetivas por los miembros de las unidades.
d) Las acciones que emprenden la unidad o sus miembros, consistentes en
los hechos más diversos, de las que no puede suponerse un mismo grado de
conciencia en relación con los objetivos.
e) Los objetivos quese persiguen constituyer. el punto central del tema de
las estrategias familiares: cuáles son; cómo se determina cuáles son; cómo se
imputan; en qué medida las acciones de los miembros son congruentes o in-
congruentes con los objetivos que se imputan a las unidades familiares. Al-
gunos ejemplos aclararán algunos de los problemas que se presentan. Se
sostiene que las distintas estructuras familiares hacen distintas presiones so-
bre los miembros individuales de la familia para que progresen en la_ socie-
dad (Sussman, 1974). Esta proposición puede leerse, al menos, de dos mane-
iJ
nras: el objetivo de progresar es común a todas las estructuras familiares y
las presiones que ~rcen sobre sus miembros varían según dichas estructu-
ras.; ii) algunas estructuras familiares tienen como objetivo progresar en la
sociedad, -para lo cual ejercen distintas presiones sobre sus miembros. Tam-
bién se sostiene que las estrategias de supervivencia están encaminadas a
asegurar Ia reproducción material y biológica· del grupo social (PISPAL,
citado en Argüello, l 980). Si se trata de la reproducción de la situación d~
clase de la unidad familiar, esto parece haberse demostrado para los estra-
tos populares metropolitanos (García, Muñoz y De Oliveira, 1980). La re-
producción de la situación de clase y del tipo de unidad familiar no se ha de-
mostrado para otros sectores (Archetti, 1957; Marshall, Wolfe, en Borsotti,
1978, págs. 44 y 45). _ • ·
f) La racionalidad implícita en toda estrategia supone que las acciones
que se emprenden, dados los recursos y el medio, tienden a lograr los objeti-
vos de las unidades.
Como puede verse, los supuestos implícitos son fuertes, pero es necesario
enfrentarlos si se quiere dejar de lado una visión de las unidades familiares
s
ica
según la cual éstas actúan de manera aleatoria y aislada, en la coyuntura y
éd
sM

en el nivel denominado 'micro' y alcanzar un nivel de análisis en el que, a


ia

través de la determinación del papel que corresponde a las unidades familia-


nc
e
Ci

res eri la organización social de la reproducción de los agentes sociales, se


de

acceda a la comprensión de los mecanismos de articulación y de reproduc-


s
te

ción de la sociedad.
an
di

Antes de proseguir, parece conveniente ilustrar las dificultades con algu-


tu
Es

nos ejemplos. Con respecto a las redes de parentesco, se ha hecho notar


de
ro

que, para mantenerlas hace falta tiempo y dinero y que ambos recursos son
nt

escasos en la clase baja. En ca.mbio, la estructura extensa de parentesco en


Ce

las clases altas y medias altas, es un mecanismo adaptativo viable y se man-


tiene en el sistema. El control familiar de las decisiones clave siempre ha
sido un elemento importante para las oligarquías tradicionales. Para obte-
ner la información necesaria, hay que ocupar las posiciones del sistema con
gente confiable y nadie más confiable que un pariente (Berlinck, 1969). Se
ha sostenido que, ante todot la oligarquía es una red de familias que contro-
lan la riqueza (Carlos y Sellers, 1972}. Cabe preguntarse si las redes de pa-
rentesco de la oligarquía operan de la manera descrita en cualquier tiempo
y lugar, y, en todo caso, cuáles son las bases sobre las que se considera ce '1-
fiable a la gente. Por otro lado, dada la escasez de tiempo y dinero de las · e-
des de parentesco que se dice que tienen las clases bajas, surgen las pregu:~ -
~JS acerca de si efectivamente esas redes han desaparecido y, en ese caso,
.::uáles son las redes (si las hay) que las reemplazan.
Con respecto al número .de hijos, se ha propuesto una interpretación de
-iU racionalidad según se tráútde familias burguesas, rentistas, empresarias.
serenciales, proletarias, pequeñ'o burguesas, marginalizadas (Singer, s .. d,
~ J. Con ello se responde,_ de alguna manera, a la pregunta sobre a partir de
qué número una familia es grande o chica y grande o cnica para qué (Burch,
l 974). En ló que respecta a las familias grandes de los sectores de subsisten-
cia urbano y rural, se informa que ellas han sido objeto de las siguientes in-
terpretaciones: i) son una elección racional pero no se aclara respecto de
qué objetivo y en qué circunstancias; ii) son un requerimiento y no una
alternativa, con lo que, dentro de un fatalismo social, se deja sin establecer
quiénes formulan el requerimiento y a quiénes; iii) son beneficiosas social y
económicamente, pero no se explicita en qué consiste el beneficio. ni quié-
nes serían los beneficiados (Giffin, l 980).
Es conveniente, también, recordar los distintos estudios sobre las unida-
des familiares rurales. en especial las del campesinado, y la diversidad de he-
chos registrados: producción para auto-consumo y para el mercado; trabajo
predial y extrapredíal; migraciones temporales o permanentes; ...trabajo de
las mujeres y de los menores; número de hijos; educación, etc. (Gómez,
1980); González, I 980; Mo lina Barrios, 1980, Palau. 1980).
Teniendo presente, entonces, Ia diversidad de ac~íones y de dimensiones
que se encuentran en cada unidad familiar, hay que retomar las preguntas
anteriormente planteadas; en qué consisten las estrategías familiares y cómo
abordar su estudio.
La estrategia enseña el uso de los encuentros aislados y las maneras de

s
combinarlos unos con otros para alcanzar el objetivo de la guerra (Clause-
ica
éd
witz, 1976 ).
sM

"Las causas que condicionan el uso del encuentro en la estrategia pueden


ia
nc

ser dívididas convenientemente en elementos de diferentes clases. ~stos


e
Ci

elementos son múltiples y están relacionados íntimamente unos con otros


de
s

,en cada operación aislada de la guerra, por lo que no puede tratarse la es-
te
an

trategia conforme a los elementos por separado. En tal caso, nos perdería-
di
tu

mos en un análisis más desarticulado y, como en una pesadilla, buscaríamos


Es
de

siempre en vano levantar un arco que relacionara esta base de abstraccio-


ro
nt

nes con los hechos pertenecientes al mundo real". (Clausewitz, 1976, el sub-
Ce

rayado es nuestro). En esta línea de pensamiento, se ha ,notado que "'si el


objetivo es contentarse "'con un catálogo de conductas o·rientadas a !a ob-
tención de ingreso, no será .. posible dar cuenta de dimensiones políticas u
organizativas bajo las cuales tenderá a manifestarse la necesidad de satisfa~
cer demandas básicas" (Palau, 1980). Así como un general desconoce, nor-
malmente, la estrategia del adversario y trata de inferirla a traves de las dis-
tintas acciones que éste emprende sin dejarse engañar por ellas, del mismo
modo se trata de inferir la racionalidad, la lógica, subyacente en el cúmulo
de comportamientos de las unidades familiares y de sus miembros. EL obje-
tivo, es claro, no puede consistir en contentarse con un catálogo, ni puede
esperarse a que éste se complete, sino en una lectura del dato que vaya más
allá de su referente empírico inmediato para comprender su lógica dentro
de la situación en que se inserta.
Esto implica partir de la conducta como signo y rigurosamente observa-
da, tomar los comportamientos como medios. como manifestaciones, indi-
cios o pistas.
Al hablar de conductas, se está haciendo referencia a un campo que no se.
reduce.a las· verbalizaciones, sino a todo tipo de emergentes conductuales.
Toda conducta, cualquiera sea su grado de regularidad, es una manifesta-
ción más o menos directa, de ciertos príncipios a partir de los cuales se orga-
niza, e implica que quienes la realizan le dan significado o sentido, la valo-
ran, desde el ángulo particular de su propia inserción en un proceso social.
Esto no significa que los· individuos que las ponen en practica sean c0ns-
cientes de los principios de organización que están utilizando. En la relación
entre el signo y lo significado, hay distintas formas de signos y de significa-
::iones y distintas maneras de articularlos. Hay hechos que implican afirma-
ciones contradictorias: el minifundista que migra estacionalmente para ob-
tener un ingreso monetario afirma que, para seguir siendo productor 'inde-
pendiente' debe ser a la vez un asalariado; el emigrante que remesa dinero a
su familia de origen, afirma la continujdad de la unidad familiar mediante
su desarticulación; el obrero que manda a sus hijos a la universidad, afirma
su capacidad de hacerlo y su deseo de que sus hijos no reproduzcan su pro-
pia situación, etc.
Se trata, en suma, de describir conductas y, por ensayo y error, ir propo-
niendo hipótesis acerca de los principios que organizan esas conductas apa-
rentemente dispersas, sus propias formas de racionalidad, su lógica, para
luego someterlas a prueba y explicarlas, recordando que "en un mecanismo

s
'psico-cultura1, son tan importantes los elementos presentes corno los au-
ica
éd
sentes" y que "los díferentes elementos se configuran como una 'Gestalt':
sM

cada uno "adquiere su significado por su articulación con los otros y en el


ia
nc

todo" (Aduriz, 1972). En relación con esa hipótesis se procede a la organi-


e
Ci

zación y a la lectura de los datos. Si se considera bien, no hay en esta pro-


de
s

puesta nada distinto de lo que sucede cuando se estudia cualquier otra orga-
te
an

nización socia! y se vuelve a encentrar aquí la carencia de una metodología


di
tu

y una técnica sociológica sistematizada. Hay métodos y técnicas para estu-


Es
de

diar distintos aspectos parciales ( e[ sistema de posiciones, los grupos forma-


ro

les e informales. el flujo de comunicaciones, formas deubtención de los re-


nt
Ce

cursos, modos de colocación del producto, etc.), pero dichos métodos y téc-
nicas no están sistematizados para relacionar esos aspectos oarciales con la
organización como unidad.
En síntesis, las unidades familiares, según su situación de clase y el medio
en que están insertas, movilizan y organizan sus recursos para el logro de
ciertos objetivos referidos a la unidad o a sus miembros, cualquiera que sea
el grado de conciencia que éstos tengan acerca de esa organización y esos
objetivos. Las estrategias familiares son la reconstitución de la lógica subya-
cente en todos esos hechos.
La noción de estrategias familiares es el nexo entre la organización social
de la. reproducción de los agentes sociales (con sus disLintos circuitos de sa-
tisfacción de necesidades) y las unidades familiares responsables de dicha
reproducción.
IV: [MPUCACIONES

En las tres secciones precedentes se han expuesto un marco aproximati"vo para


.interpretar la organización social de la reproducción-de los agentes sociales,
un análisis de las distintas dimensiones de las unidades familiares en cuanto
respons3 b.les de la reproducción de sus miembros en el ciclo cotidiano y gene-
racional y, una forma de concebir y determinar las estrategias implícitas en la
diversidad de acciones que emprenden dichas unidades o sus miembros. Cada
una de esas secciones contiene, de alguna manera, sus conclusiones por lo que
ahora, más que volver sobre lo expuesto, se harán notar algunas implicacio-
nes.
1. Debe evitarse dar por supuesto que existe una relación unívoca entre
los circuitos de satisfacción de necesidades, la situación de clase a la que
pertenecen las unidades familiares y sus estrategias. Habría que determinar
de qué manera esas relaciones varían según l9s países y los distintos tipos de
bienes y servicios y se registran distintos grados de desigualdad en los circui-
tos de satisfacción de necesidades educativas, de salud, de vivienda, etc.
2. Dada la diversidad de dimensiones de las unidades familíares y de tipos
de bient!s, servicios y actividades involucradas en la organización social de
la reproducción de los agentes sociales, es ineludible en los estudios que se
emprendan, la cooperación de varias disciplinas. Para que esta cooperación
no se convierta en una sumatoria de capítulos estancos, como suele suceder
hasta el presente, es necesario avanzar en la elaboración de matcos interpre-
tativos interdisciplinarios. Puede comenzarse haciendo una lectu_ra de estu-
dios específicos ya realizados, que tenga en cuenta, a la vez, los ·modelos
s
ica
socio-organizativos implícitos en los circuitos de satisfacción de necesidades
éd

y la lógica de las estrategias f~miliares.


sM
ia

3. Desde un punto de vista descriptivo del papel de las estrategias-,de las


nc
e

unidades familiares en la organización social de la reproducción de los


Ci
de

agentes sociales, interesan predominantemente estudios empíricos centra-


s
te

dos en la forma en que las unidades familiares de las distintas clases sociales
an
di

se insertan en los circuitos de satisfacción de necesidades de los distintos ti-


tu
Es

pos de bienes (educación o vivienda o saiud o alimentaciónt etc.), lo que im-


de

plica:
ro
nt

a) Definir las unidades pertinentes, teniendo en cuenta sus diversas condi-


Ce

ciones institucionales (por ejemplo, en el ámbito rural. !a escuela es la con-


creción del sistema educativo formal nacional);
b) Establecer cuáles son los roles mediante los cuales se realizan las cone-
xiones entre las unidades familiares y las otras unidades de los circuitos de
satisfacción de necesidades, su relación con el sistema local y naciqnal de
pos1c1ones;
e) Analizar cuáles son las prácticas de los distintos participantes en el sis-
tema de posiciones;
d) Determinar cuáles son los recursos que se· utilizan y las características
de su circulación entre las distintas unidades;
e) Establecer las orientaciones generales que dan origen a las actitudes y
condicionan las estrategias de los actores individuales y colectivos y que es-
tructuran el contexto cultural de la acción, en particular, las formas en que los
circuitos de satisfacción de necesidades son legitimados o cuestionados;
f) Considerar la dimensión temporal en la que se inscriben las relaciones
entre las unidades articuladas, las modificaciones que se hubieran registra-
co secuencias
¡
Ce
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ica
s
Las nuevas paternidades
Luis Bonino © 2002

Publicado en Cuadernos de Trabajo Social, 2003,16; 171-182. Madrid: CTS-UAM

Introducción.

Actualmente, las funciones atribuidas a los padres durante siglos ya no son de monopolio masculino.
Muchas de ellas las ejercen el Estado y las mujeres. ¿Cuáles son, entonces, las funciones que hoy
distinguen al padre? ¿Qué lugar posible le queda ante sus hij@s? Más aún,?, y derivado de esta
pregunta: ¿qué lugar asignan la cultura y los modelos familiares al padre en relación a sus hij@s? y
¿qué lugar se autoasignan los padres? En este artículo intentaré brindar algunas algunas respuestsa
provisorias a estas cuestiones.

Evidentemente, no es éste un tema neutral, ya que estas preguntas -como todas las que hablan de
mujeres, varones, madres, padres-, no pueden disociarse de una reflexión sobre la propia paternidad y
de la propia vivencia de ser hij@. Por ello, sobre la paternidad es imposible hablar y escuchar si no es
desde la propia subjetividad. No escribiré sobre lo personal, pero sí deseo comentar que pensé en
comenzar a escribir este artículo en mi último verano . Con el tema de la paternidad en mente, me surgió
el interés de dedicarme a observar, como si fuera un antropólogo aficionado, a padres con sus hij@s en
dos lugares que frecuento y donde se pueden ver claramente las prácticas de la paternidad: los parques
y las playas. Invito a quien esto lee a que lo haga cuando pueda, y si agudiza la visión y la escucha,
tendrá una abarcativa visión y comprensión del tema.

La paternidad multiforme

Lo que en este artículo será dicho parte de la idea que la paternidad (así como la maternidad) es una
construcción cultural, que no está determinada simplemente por la biología ni tiene el carácter de natura.

s
El lugar asignado al padre, sus funciones, el deseo y la responsabilidad de serlo, y las vivencias que
ica
acompañan su ejercicio varían como efecto de las variaciones en lo sociocultural. Y aun en una misma
éd
sM

sociedad, todo esto será distinto en función del sector social, la edad, la clase, la religión, etc.
cia
en

Tomemos en cuenta por ejemplo la expectativa social sobre la responsabilidad paterna, que varía
Ci

mucho según la cultura, el tipo de trabajo y la edad del varón-padre. Así tenemos por ejemplo que la
de

movilidad laboral permite a los varones posponer su cercanía frente a los hijos sin sentirse dolidos ni
s
te

acusados por ello. O que pueden sentir que son proveedores sin estar ni moral ni físicamente en la vida
an

diaria. O que pueden no sentirse responsables de l@s hij@s de la juventud y sí serlo con los que han
di
tu

tenido con su segunda o tercera pareja. El desempleo, por otra parte, puede funcionar como incentivo
Es

para ser selectivo en las obligaciones que el varón reconoce. Y así con infinitas variaciones .Y todo esto
de

con diversos grados de aprobación o reprobación social según de qué sector social se trate, dándose
ro
nt

así la particularidad que muchas situaciones pueden ser vistas como normales desde un sector, no
Ce

cuestionándose en ellas la responsabilidad, en tanto desde otro punto de vista serían reprochables
(LERNER,1998).

Desde el punto de vista descriptivo, la paternidad es multiforme. Según el modo de filiación, existen
varones transmisores de la "sangre" (padre genitor), por vía matrimonial o no, a través de relaciones
sexuales o por técnicas de reproducción asistida, a hij@s propi@s parid@s por propia mujer o por
madres de alquiler, etc. Y existen varones transmisores del apellido (pater familias) a hij@s propi@s,
adoptad@s, o nacid@s del óvulo de la propia pareja con semen de otro varón.

Los padres conviven o no con la madre de sus hij@s y con ell@s, en pareja o separados. Hetero (de los
que nos ocuparemos en este artículo) u homosexuales. Padres por deseo propio, y otros forzados a
serlo por imposición del deseo de la mujer, viudedad o mandato judicial.

Padres ausentes, presentes, abdicantes, huidizos, irresponsables, desinteresados, reaparecidos,


tradicionales, ambivalentes frente a nuevos modelos o igualitarios.

Y también existe la no paternidad decidida con pareja o sin ella, con o sin uso de métodos
anticonceptivos provisorios o definitivos, y a pesar suyo, por esterilidad, aborto de la pareja no
consentido por él, o dificultades para la adopción deseada.
Pero la paternidad también es bidireccional: para que haya padre se requieren hij@s que acepten ese
padre, y no tod@s lo hacen. Por eso hay hij@s no reconocid@s, pero también padres que no lo son.

Los padres decadentes

Desde el punto de vista histórico, la paternidad también ha sido cambiante. Actualmente, estamos en un
momento transicional entre viejos y nuevos perfiles.

Existe hoy un doble fenómeno: por un lado, asistimos a un hecho más evidente desde la salida de la
mujer al mundo público y el aumento del divorcio, la llamada decadencia, declinación o eclipse del
padre, en la que el discurso social valida cada vez menos a la figura paterna y acepta cada vez más a la
familia monoparental (formada casi siempre por la madre y sus hij@s) (FLAQUIER,1999). Por otro,
comienza a emerger un fenómeno que suele llamarse el renacimiento del padre o la aparición de los
nuevos padres. Entre ambos fenómenos, la paternidad abdicante, vacía o periférica aparece como figura
actual emblemática.

Si nos referimos al fenómeno de la decadencia, ¿qué padre se está eclipsando? El que se eclipsa es el
padre occidental detentador del poder y el saber, garante de la filiación y que otorga un lugar social a la
descendencia. El que sustenta su acción en la tradicional división sexual del poder, donde la relación
padre-hij@ se funda en un modelo donde el padre es la autoridad, el proveedor que brinda los recursos
económicos y el transmisor del patrimonio genético, económico, de saberes, y los códigos de la
masculinidad. Aquél cuya función es preparar al niño (sobre todo varón) para lograr su capacitación para
ser el heredero de los logros paternos (patrimonio, oficio) que el niño sólo puede disfrutar en una edad
posterior, y que espera de su hija que se empareje con otro varón que sea al menos como él.

Este padre está representado actualmente por un doble perfil que representa dos estadios históricos del
desarrollo de la paternidad (TUBERT,1997):

s
ica
Por un lado, el padre amo, que se siente dueño y señor de su hogar, con un poder arbitrario que
éd
depende de su propia ley. Figura milenaria que representó el ideal colectivo de varón dominante durante
sM

generaciones. Para él, las mujeres (esposa e hijas) funcionan como medio para la autorreproducción
cia

masculina o como muestra de prestigio. Para conservar su poder es capaz de destruir la autonomía de
en

sus hij@s. Sus hijos varones no tienen mucha alternativa: para crecer deben pelearse con el padre,
Ci

disputándole un poder que éste no quiere transmitir ni ceder, o someterse quedando ubicados en el
de

lugar del rival o esclavo, más que el del descendiente. Y con sus hijas promueve su unión con los hijos
s
te
an

de otros poderosos para perpetuar su poder. Los mitos griegos de Zeus y Edipo ilustran bien muchos
di

aspectos de sus comportamientos.


tu
Es
de

Aun deslegitimado, este padre existe. Su poder ha menguado, pero sigue mandando en muchas
ro

familias, relacionándose como si fuera el soberano. Ya su reconocimiento no es necesario para que sus
nt

hijos puedan ser ciudadanos, pero sigue siendo el padre del autoritarismo, el castigo y el abuso (entre
Ce

ellos el sexual). Es el padre que se desinteresa de la crianza de sus hij@s que delega en su pareja, y se
vuelve a interesar en ellos (los varones especialmente) en sus adolescencias, cuando pueden ser
vehículos de sus proyectos viviéndolos como ingratos si quieren hacer su propio camino
(CLERGET,1992).

La otra figura es el padre patrón-educador, campesino o urbano, que transmite especialmente las
normas y las habilidades necesarias para insertarse en la vida en sociedad y que permite con su
intervención el crecimiento (social) de sus hij@s.

Educaba y acompañaba con distancia o por delegación -sobre todo al varón-, sin interacción -excepto en
lo estrictamente instructivo- ni cercanía emocional. Se ocupaba de adecuar a su descendencia a los
imperativos productivos o de prestigio social, intentando que el hijo aprendiera un oficio o trabajo y que
al menos no descendiera socialmente, y que la hija quedara "bien" casada. La transmisión del oficio o
las normas sociales eran sus fuentes principales de autoridad. Padre maestro o mentor, sobre todo de
su hijo, ya no lo ve como rival o heredero, sino como alumno o protegido, a quien por diferentes vías
iniciáticas permite simbólicamente la adquisición de la masculinidad.

Este padre es complementario al modelo maternal de la madre abnegada moderna, resultado de la


revolución industrial. Aún existe, es menos autoritario que el anterior, y actualmente se espera de él

Las nuevas paternidades


Luis Bonino 2
sobre todo la puesta de límites, ya que se supone está más acostumbrado a manejar la disciplina y el
consejo. Sigue esperando sometimiento, imponiéndose a través de sus designios educativos. Entre
estos designios, permanece la transmisión de los códigos de dominación masculina que hijos e hijas
interiorizan.

Estos dos tipos de padres han ido perdiendo su poder y su lugar: como decía anteriormente, ya las
mujeres y el Estado cumplen muchas de sus funciones. Siguen existiendo, pero ya casi no deciden su
lugar, quedando arrinconados y transformándose hasta llegar muchas veces sólo a ser simples
donantes de semen, sin ningún lugar ni función para su descendencia. Poco a poco se ha ido creando
un lugar social casi vacío, el lugar de un padre amo destituido y al cual muchos varones se adecuan.
Los que lo hacen se han ido retirando de la paternidad activa sin saber -o sin querer- crear alternativas
Muchos de ellos desaparecen y otros sólo existen virtualmente.

Existen dos tipos de padre que representan muy bien esta situación y que sólo responden más o menos
a los mínimos que hoy la legalidad plantea como criterios de paternidad: ser transmisor de genes (dato
que se jerarquiza en los juicios por reconocimiento de hijos) y la manutención económica (dato que se
jerarquiza en los juicios por separación). Son padres vaciados de sus antiguas funciones, que
desempeñan paternidades huecas, formales pero sin contenido alguno:

Tenemos por un lado al padre periférico. Como si volviéramos al prepatriarcado, es éste padre similar
al varón que en los pueblos primitivos no tenía función social al no saberse qué aportaba a la
reproducción y que con la aparición del patriarcado fue integrado al núcleo biológico madre-hij@
tomando luego el dominio (LO RUSSO,1998). Perdido ese mando patriarcal, este padre no sabe hacer
otra cosa que volver a la periferia inicial. Es un padre que no se sabe para que está en casa, sin
autoridad reconocida y poco tenido en cuenta ni por su pareja ni por sus hij@s. Cumple un rol casi
formal y puede desaparecer sin demasiado coste para el resto de la familia. Muchas veces se procura
una fachada de autoridad, que quiere imponer sin tenerla . Aunque quiera, no puede transmitir saberes
ni oficio porque su hij@ y la universidad lo sobrepasan. Y ni siquiera puede ser modelo para sus hij@s
ya que ést@s los buscan en otros lados. Transformado en un desorientado-tolerante, es un padre

s
ica
confundido y paralizado, que suele conformarse con que sus hi@s no sean fracasado@s escolares o
éd
drogadict@s.
sM
cia

Y por otro lado tenemos al padre ausente, que más allá de su presencia física o no, no ejecuta ninguna
en

función, ni tradicional ni nueva, delegando en su pareja la autoridad, la puesta de límites, el cuidado y el


Ci

sostén emocional. Padre pasota que a veces desaparece completamente, y otras es un fantasma
de

presente, que se hace sentir por sus raptos autoritarios.


s
te
an
di

Ambos tipos de padres se relacionan con sus hij@s -cuando lo hacen- a través de sus parejas,
tu
Es

funcionando como padres indirectos. Su comportamiento se hace más evidente después de un divorcio
de

(como si matrimonio y responsabilidad paterna fueran indisociables para ellos) (CLARE, 2002).
ro
nt

Estos dos tipos de padres son numerosos, provocando muchos problemas a las mujeres-madres
Ce

trabajadoras, ya que su escaso involucramiento las sobrecarga en la tarea del crecimiento de sus hij@s.
En cambio, su poca o nula presencia no implica siempre malestar en l@s hij@s, que cuando se produce
se debe más a factores contextuales que crean inseguridad, y no a la propia ausencia.

Aunque la ausencia del padre provoca más una identificación posicional (al rol) que una relacional (a los
rasgos personales, necesaria para lograr la particularidad subjetiva y que se produce cuando existe la
presencia paterna), la identificación relacional no deja de existir porque se realiza a partir de otros
varones y de multitud de fuentes y modelos masculinos. Las investigaciones realizadas en hogares
monoparentales (la mayoría monomaternales) muestran que si en éstos hay seguridad afectiva y
económica, l@s hij@s tienen desarrollo normal y logran una identidad sexual y genérica no
problemática. La falta del padre influye como un adulto en menos, que resta diversidad, pero no es
productora de patología ni de delincuencia per se.(MASSAGLIO,1995)

Estos padres a veces provocan situaciones conflictivas cuando luego de años de no existir deciden -por
diversas razones, divorcio o vejez, por ejemplo- reaparecer, irrumpiendo como una aparición
traumatizante que requiere una readaptación filial que no siempre se logra.

En correlación a este vaciamiento de funciones del rol paterno, la paternidad ya no aparece como algo
apetecible para muchos varones. Actualmente hay cada vez más en los que ya no importa en su

Las nuevas paternidades


Luis Bonino 3
trayectoria de vida "la trascendencia" depositada en la descendencia -un árbol, un hijo, una planta- y la
fecundidad como proyecto vital no figura en absoluto (LERNER,1998).

Los nuevos padres

A diferencia de los padres tradicionales, que se centraban más en las potencialidades de los hijos para
ser adultos productivos, comienzan a surgir nuevos ideales de paternidad que son correlativos a nuevas
formas de ejercicio de la maternidad, al ideal social de la igualdad de derechos y deberes entre mujeres
y varones, y al de la jerarquización de la autonomía individual. Existe poco a poco un reclamo social,
interiorizado por muchos varones, de mayor participación de los padres en la crianza de sus hijos, para
bien de las mujeres, l@s hij@s y ellos mismos. A diferencia del modelo que fomentó la construcción de
los padres anteriormente citados, nuestro sistema de valores actual, que jerarquiza el vínculo entre
personas, fomenta un vínculo padre-hij@s en el que cobra importancia la interacción frecuente y
temprana que brinda crecimiento en el día a día. Este tipo de vínculo propuesto dota de nuevos
contenidos a la vacía figura del padre actual y permite reformular la paternidad.

Se ha dado el nombre de fenómeno de los nuevos padres a la aparición y valorización en los últimos
años de una figura parental ceñida a estos ideales y alejada de los modelos de padre distante y
autoritario, así como al ejercicio de la paternidad por fuera de los modelos tradicionales de familia, tales
como la monoparentalidad masculina o la ejercida en las parejas homosexuales, de las que no me
ocuparé aquí, si bien permiten observar interesantes cuestiones de lo que pasa con los varones cuando
las mujeres-madres no están presentes.

Expresiones de este fenómeno son la aparición de literatura sobre padres, el desarrollo de políticas que
promueven la participación de los varones en la crianza de sus hijos y la aparición de asociaciones de
padres que defienden los derechos de los divorciados a estar con sus hijos. Su figura masculina
paradigmática es el llamado padre cuidador, en el que la paternidad ya no es un poder, sino un servicio
y una relación (THIS,1980).

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Presente, carnal, cotidiano, el padre cuidador transmite ternura, cuidados y enseñanza. Ya no es la
éd
sangre o el linaje, el espermatozoide o el apellido, ni tampoco el amor a la madre, lo que da sentido a la
sM

paternidad, sino que ésta es una opción subjetiva y una relación vivida. Los aspectos vinculares toman
cia

la delantera. Padre es el que ama, cuida y disfruta. Jerarquiza el hecho que la relación paternal no sólo
en

se maneja en términos de autoridad, distancia y educación/límites, sino que existe también un aspecto
Ci

afectivo-emocional, de disfrute mutuo. El contacto corporal tiene aquí un papel preponderante que
de

permite la transmisión de la ternura corporal. Es el padre que no se adecua a un rol propuesto por la
s
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an

división sexual del trabajo, con un vínculo cotidiano, más allá de su intervención disciplinaria o su
di

protección económica. No es un tercero que separa madre e hijo, sino un otro adulto que está a
tu
Es

disposición. No una función, sino una presencia que requiere un trabajo emocional. No opuesto a la
de

madre, sino desde sí para el hijo (se esté o no en pareja con la madre).
ro
nt

Este nuevo modelo de padre -que en el modelo de familia nuclear tradicional también podemos llamar
Ce

igualitario/participativo- es promovido por diferentes políticas de igualdad en muchos países y comienza


a ser incorporado por algunos varones que en general pertenecen a sectores sociales donde se generan
costumbres y hábitos, por lo que es posible que sus nuevos comportamientos vayan impregnando el
tejido social. El capital cultural y el nivel educativo son variables decisivas en la producción de este
padre, que sigue existiendo luego de divorcio porque ha creado un vínculo directo con hijos y no
indirecto o a través de la función. Por ello encontramos este modelo en jóvenes, de estudios superiores,
con trabajos que les permiten tiempo libre, e igualitarios en su relación con las mujeres.

La literatura sobre los nuevos padres ha publicitado que éstos "ya están aquí". Sin embargo, esto no es
así: las pocas y serias investigaciones realizadas sobre nuevas prácticas de la paternidad muestran que
a la mayoría de los padres actuales que se definen como "nuevos" aun le falta un gran camino a recorrer
y no muchos tienen demasiados deseos para hacer los necesarios cambios en su vida para estar más y
mejor junto a sus hij@s.

La mayoría de los nuevos padres son en realidad participativos-ayudantes y no tanto igualitarios. Usan
tres veces menos tiempo que sus parejas en ocuparse de l@s hij@s, suelen aumentar el tiempo más
que la calidad de la compañía, no se sienten totalmente obligados al trabajo de crianza y no sienten que
abandonan a sus hij@s cuando salen a trabajar, reproche que a veces continúan haciendo cuando es su
pareja la que lo hace.

Las nuevas paternidades


Luis Bonino 4
Se caracterizan por estar más que ocuparse, participar más que compartir, ayudar más que
responsabilizarse, realizar algunas tareas más que ocuparse del trabajo material y emocional de la
crianza. Cuando se ocupan lo hacen de aspectos específicos de la crianza: mucho más el estar “con”
que hacer “por” l@s hij@s, participando especialmente en las actividades placenteras o muy
específicas, algunas de las cuales se sobredimensionan y se ejecutan como rituales en los que se
concentra “lo emocional” (especialmente asistir al parto, cambiar pañales, dar el baño vespertino, dar el
biberón y acompañar a dormir). La rutina de la crianza sigue estando en manos femeninas, y pasa a
manos masculinas temporalmente cuando la mujer está exhausta, actuando el padre como relevo de
emergencia (DEVEN,1998, MC MAHON, 1999; BONINO 2000)).

Estos padres toman lo bueno de la maternidad y dejan en manos femeninas la rutina, y de esto es de lo
que las mujeres se quejan frecuentemente al escuchar el discurso de los nuevos padres. Incluso no es
infrecuente que las nuevas actitudes paternas vayan de la mano de la recuperación del poder de
sentirse “experto” educativo y con el derecho de detectar y criticar severamente las “equivocaciones”
maternas.

Estos padres ayudantes-participativos y los padres periféricos constituyen la mayoría de los que
encontré en mi observación de playas y parques que comentaba al principio: padres observando
alrededor mientras su pareja se ocupa de l@s hij@s, o jugando con l@s mayores, o incorporando a los
hijos (sobre todo varones) a sus actividades y no al revés, y más con hijos que con hijas.

Existen también otros tipos de nuevos padres: los padres reclamantes.

Los divorciados que reclaman la custodia y entran en conflicto con las mujeres en tanto ellos reivindican
más derechos cuando ellas les exigen más responsabilidades (SULLEROT,1992; DECORET, 1997).

Los que reivindican un cambio de roles y estar en casa.

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Los que quieren ver reconocido su derecho a reclamar no ejercer una paternidad que no fue deseada,
éd
en casos de embarazo o prosecusión del embarazo de la mujer sin su consentimiento y que luego
sM

reclama la manutención.
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en

Obstáculos y resistencias al cambio


Ci
de

Poca gente pone en duda que ser un padre cuidador igualitario-participativo reporta ventajas al niñ@, al
s
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varón y a la madre, pero serlo supone un arduo trabajo de superación de obstáculos y resistencias que
di

se oponen intra e intersubjetivamente al desarrollo de este nuevo rol.


tu
Es
de

El principal, y del que derivan los demás, es el modelo patriarcal de división sexual del trabajo, que
ro

adjudica a los varones el mundo público y a las mujeres el doméstico con la crianza de l@s hij@s
nt

incluida.
Ce

Este modelo genera una socialización y una identidad masculinas que promueven al padre autoridad, el
de la ley y el límite, que rechaza lo tradicionalmente adjudicado a las mujeres y por tanto evita la
intimidad, la empatía y el pensar en el otro por el otro.

La división sexual promueve también la idealización de la maternidad como destino para las mujeres,
naturalizando como instintiva la disposición femenina para el cuidado, lo que lleva a obligar a las
mujeres a responsabilizarse en exclusiva de sus hij@s y a considerar al padre como secundario. De
esto se deriva la diferencia en la responsabilización: ellas son siempre culpables de los males de l@s
hij@s, ellos siempre inocentes. Ellas siempre quieren fusionarse con la cría infantilizándola, ellos
siempre son los salvadores de esa fusión y propician su autonomía.

El sistema patriarcal también favorece que los varones monopolicen una serie de derechos y ventajas
materiales, sociales y emocionales que la división genérica del trabajo les da por garantizados. La
legitimación social, la autolegitimación y el ejercicio cotidiano de estos derechos "masculinos" -tales
como el derecho a la libertad en el uso y disponibilidad del tiempo personal, a la libertad de
movimientos, al ocio y al tiempo libre, a la privacidad, a ser servido y cuidado- permiten institucionalizar
la libertad masculina en cuanto a la responsabilización del trabajo doméstico y especialmente el del
cuidado a las personas.

Las nuevas paternidades


Luis Bonino 5
Renunciar al ejercicio monopólico de los derechos mencionados, tanto como a ser el personaje
importante que impone las reglas -uno de los núcleos de la identidad masculina-, no es fácil y muchos
varones-padres se resisten a ello no sólo porque pierden ventajas sino también por las dolorosas
vivencias de pérdida que representa el cambio en la subjetividad.

Un ejemplo clínico puede ser esclarecedor de lo que pasa con los varones ante el cambio: un paciente,
padre de tres hijos, cuenta en la consulta psicoterapéutica que se encuentra muy angustiado desde que
está desarrollando su trabajo profesional en su casa. Trabaja allí por decisión propia desde que decidió
montar una consultoría fiscal, luego de dejar el trabajo por cuenta ajena que tenía porque lo estresaba
mucho. Indagando el origen de esta angustia, se descubre que no era por haber dejado su trabajo, ni
por la ausencia de compañeros laborales en la que se encontraba, ni por no tener gente a su cargo, sino
porque fundamentalmente sentía que había dejado de ser la persona importante en su casa, el que
llegaba de la calle y traía dinero, el que era recibido por sus hijos con entusiasmo y aplausos. Ahora se
sentía "uno más" en casa, pero para él, serlo significaba verse como uno en menos, insignificante y
hasta un poco "femenino". Además de estar encerrado en su despacho, tenía que ocuparse de lo
cotidiano y él sentía que eso no era para él, puesto que temía verse -y que sus hijos lo vieran- como una
persona poco valiosa y no como "El" padre, y que su pareja le exigiera arremangarse como ella en lo
cotidiano. Metabolizar subjetivamente todo esto que este paciente nos muestra es indispensable para
estar en condiciones de poder jugar una paternidad cuidadora igualitaria.

También los padres igualitarios pueden presentar otras ansiedades que inhiban su desempeño. Algunas
comunes son las derivadas de la soledad y falta de referencias al no tener modelos entre los varones, o
las derivadas del divorcio cuando no obtienen la custodia y temen perder a l@s hij@s. En este último
caso pueden transformarse en padres de fin de semana seductores y complacientes, más ocupados en
agradar que en educar y cuidar, con los perjuicios consiguientes.

El mercado de trabajo, organizado al modo masculino, es otro importante obstáculo, ya que no permite
la flexibilización y la compatibilidad laboral-familiar. En los varones dispuestos al cambio esto produce

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una nueva ansiedad que las mujeres conocen bien: cómo resolver el dilema trabajo-familia sin descuidar
éd
ninguno de los dos ámbitos.
sM
cia

Hacia el futuro
en
Ci

Si no se desea que el lugar de los padres en la familia desaparezca, es necesario reelaborar el papel
de

privado de los varones, reacomodar su lugar y lograr la aceptación social de un padre integrante de una
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familia asociativa, nueva, en la que todos sean cuidadores y cuidados, con obligaciones dependiendo de
di

la edad y no del sexo.


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Es
de

Para ello los varones tendrán que pensarse seriamente si están dispuestos -y cómo- a construir una
ro

paternidad sin patriarcado y un hogar sin cabeza de familia (FLAQUIER,1999). Y para ello habrá que
nt

preguntarles si podrán tolerar ser -ante l@s hij@s- un adulto más, varón, pero no por eso más
Ce

importante. Uno que democráticamente y con afecto esté presente, compartiendo por igual con la madre
el trabajo de apoyo material y social de l@s hij@s por muchos años desde su nacimiento. Que
trascienda la clásica división sexual del trabajo parental y se responsabilice de desempeñar por igual las
clásicamente llamadas funciones paternales y maternales. Es decir, un adulto
educador/protector/cuidador que sirva de soporte y lanzadera para aquéll@s a quienes ha decidido
transmitir la vida. Uno que no dependa de la madre de sus hij@s para ejercer sus funciones y que tenga
la capacidad de automodelarse como padre nuevo, ya que sabe que los modelos masculinos para este
tipo de paternidad casi no existen.

Para quien quiera promover el crecimiento de los nuevos padres igualitarios-participativos, las áreas de
intervención en lo social, educativo, sanitario, son numerosas. Es necesario para ello la promoción de
leyes y nuevos modelos sociales que incentiven la participación de los padres, partiendo de la revisión
de los modelos sociales de masculinidad y paternidad tradicionales, así como de leyes que favorezcan
la conciliación de la vida familiar y laboral (HOOD,1993; DEVEN,1998).

Entre muchas acciones posibles podemos enumerar algunas:


• Generar intervenciones de sensibilización social para propiciar la legitimación en las familias del
hecho que cuidar a l@s niñ@s no es de mujeres; que jugar con muñecos no es sólo jugar a la
mamá sino también al papá; que empatizar y ocuparse de los demás también puede ser de varones.

Las nuevas paternidades


Luis Bonino 6
• Incorporar en las escuelas estrategias para construir una paternidad responsable, incentivando entre
otras cosas que los varones participen en el cuidado de l@s niñ@s menores, y no que l@s coloquen
como víctimas de las novatadas y maltratos.
• Legitimar y naturalizar que en los cursos de preparación para el parto exista también la preparación
para la paternidad, destruyendo el mito que el hijo reconoce a su padre a los tres meses, y así
generar apego temprano al padre.
• Apoyar a los padres con hijos adolescentes.
• Generar espacios de reflexión masculina donde los varones puedan revisar sus comportamientos y
metabolizar los cambios.

Quizás lo difícil, pero imprescindible, de realizar es ayudar a crear en los varones nuevas motivaciones
que les ayuden a construir un nuevo deseo de paternidad que jerarquice la vinculación emocional
satisfactoria y responsable a lo largo de un ciclo vital completo (lo que las mujeres habitualmente hacen
y desean que los varones compartan). A esa vinculación, que requiere no sólo presencia simbólica sino
también presencia física, la podemos llamar paternidad responsable: la del varón que adquiere un
compromiso emocional y de responsabilidad en el crecimiento con una persona que asume como hij@
por al menos 20 años. Una definición que surge no desde la creencia en los derechos de los padres
ante su hij@, sino de una ética de los deberes humanos de los adultos hacia la infancia, que incluya una
ética de la igualdad y justicia de género.

Y para finalizar quiero hacer una precisión: hablar del nuevo lugar del padre como uno caracterizado
entre otras cosas por la presencia -como he hecho a lo largo de este artículo-, quizás deja sin destacar
algo que creo fundamental para que este lugar pueda existir. Y ese algo es la incorporación, en la mente
del padre, del hij@ como una persona sobre quien realizar un trabajo constante de protección/cuidado.
Es decir, no solamente padre presente para sus hi@s, sino hij@s presentes permanentemente en la
mente del padre. Hij@s, como se dice habitualmente, "que se tienen en mente", presentes como sujetos
de atención dentro de uno tanto cuando se está con ell@s como cuando no. Hij@s que no desaparecen
de la ocupación/preocupación paterna cuando se está en el trabajo u ocio, y con quienes la conexión
vincular y la responsabilidad no se cortan nunca.

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Desde esta precisión, un padre presente y cuidador no será aquél que sólo agregue en su agenda horas
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para sus hij@s, o reemplace unas horas de trabajo u ocio por otras con sus hij@s, sino uno que pueda
cia

superponer a cada hoja de su agenda laboral una hoja transparente -la de l@s hij@s-, asumiendo esa
en

doble agenda permanentemente. Esto es lo que las mujeres -por asignación genérica- realizan
Ci
de

cotidianamente. Crear esta doble agenda en la mente masculina, y poder compartir y repartir con las
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mujeres su gestión, probablemente sea una de las características que más definan a un varón que
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ejerce una paternidad igualitaria-participativa.


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Es

No puedo terminar este artículo sin hacer referencia a los varones que no desean ser padres. Y para ello
de

dejo abiertas dos preguntas. ¿Será el fenómeno de la no paternidad una tendencia en ascenso? Y si lo
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fuera, ¿existen argumentos válidos a brindar a los varones (así como a las mujeres) para que deseen
nt
Ce

responsabilizarse por al menos 20 años por otr@ semejante a quien se da la vida, en estos tiempos de
inseguridad social, laboral y económica, cortos plazos y gratificaciones inmediatas?

Referencias bibliográficas

Bonino, L (2001a), "Los varones hacia la paridad en lo doméstico. Discursos y prácticas


masculinas", en Sanchez-Palencia,C e Hidalgo,JC.(ed) Masculino plural:
construcciones de la masculinidad. LLeida: Univ. de LLeida
2001b),"Los varones frente al cambio de las mujeres al comienzo del nuevo siglo´´en
Emakunde, Los varones frente al nuevo orden social. Vitoria:Emakunde
Clare,A (2002), Varones, la masculinidad en crisis. Madrid:Santillana
Clerget,J et M.P.(1992), Places du père, violence et paternité. Lyon:Press Universitaire
Daven,F (1997), Informe para la Comisión Europea sobre conciliación de la vida familiar y laboral
Bruselas:CE
Décoret, B.(1997), Pères separés, pères tout de meme. Paris:Anthropos
Flaquier, L (1999), La estrella menguante del padre. Barcelona:Ariel
Hood,J (1993), Men, work and family.Londres:Sage
Lerner, S. (1998), Varones, sexualidad y reproducción. Mexico:El Colegio
Lo Russo,G.(1998), Varones y padres, la oscura cuestión masculina. Madrid:Horas y horas
Massiglio, W.(1995,) Fatherhood,contemporary theory,research and social policy.Londres:Sage

Las nuevas paternidades


Luis Bonino 7
Sullerot, E. (1992) Quels pères, quels fils. Paris:Fayard
This, B (1980) El padre, acto de nacimiento. Paris:Seuil
Tubert, S (Ed) (1997) Figuras del padre Madrid: Cátedra

Resumen: En este artículo se analiza la cuestión de en qué consiste la paternidad en un período en donde las
mujeres se acercan a la igualdad con los varones y pueden realizar todas las funciones antaño adjudicadas a ellos.
Se analiza la multiformidad de la paternidad, el doble fenómeno de la decadencia de los diversos tipos de viejos
padres y el surgimiento de los nuevos tipos de padres, reflexionando sobre las dificultades y obstáculos para el
cambio, y las posibles áreas de intervención para facilitar el camino hacia una paternidad cuidadora, responsable,
igualitaria y participativa.

Este artículo es una versión corregida y actualizada de uno previo, que con el mismo nombre se publicó hace tres
años: UNAF (2000) Familias: Diversidad de modelos y roles. Madrid: UNAF

©2002 Luis Bonino es psicoterapeuta especializado en varones, masculinidades y pareja y es Director del Centro
de la Condición Masculina de Madrid.
luisbonino@luisbonino.com

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Revista Panamericana de Salud Pública
On-line version ISSN 1680-5348Print version ISSN 1020-4989

Rev Panam Salud Publica vol.7 n.6 Washington Jun. 2000

http://dx.doi.org/10.1590/S1020-49892000000600018

Temas de actualidad / Current topics

s de actualidad / Current topics

El debate en América Latina sobre la


participación de los hombres en programas
de salud reproductiva

Martine Maria Adriana de Schutter1

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en

A raíz de la Conferencia Internacional de Población y Desarrollo (El Cairo, 1994) y de la


Ci

Cuarta Conferencia Mundial de la Mujer (Beijing, 1995), el tema de la participación de


e
sd

los hombres en los programas de salud reproductiva ha despertado mayor interés


te

entre entidades tan diversas como los planificadores y proveedores de servicios de


an
di

salud; las agencias de cooperación; los movimientos para la defensa de los derechos
tu

de la mujer; las instituciones académicas, y los grupos de reflexión integrados por


Es
de

hombres. Este interés, cada vez más marcado, se debe principalmente al


ro

reconocimiento de que los hombres desempeñan un papel importante en la toma de


nt

decisiones de la pareja sobre la sexualidad y la reproducción y a la conciencia de que


Ce

la falta de equidad en las relaciones entre hombres y mujeres menoscaba la salud


reproductiva de ambos sexos. Existen, además, pruebas cada vez más patentes de que
la conducta sexual de algunos hombres pone en peligro la salud de la mujer y de los
hijos. Por último, el interés obedece también al deseo de prevenir los embarazos no
deseados o anticipados mediante el uso de métodos de planificación familiar; a la
solicitud por parte de las propias mujeres de que sus parejas participen en las
actividades de promoción, educación y provisión de servicios; a la preocupación por la
alta frecuencia de las infecciones de transmisión sexual (ITS), incluida la infección por
VIH; y, al deseo manifestado por un creciente número de hombres de participar en
actividades y programas destinados a mejorar su propia salud reproductiva y la de su
familia y pareja sexual (1).

En las últimas décadas los indicadores del estado de salud sexual y reproductiva en la
Región de las Américas han mejorado notablemente. No obstante, los adelantos no
han sido uniformes y sigue habiendo indicadores de salud inaceptables. Se observan
cifras elevadas de embarazos no planificados o deseados en la adolescencia; de ITS,
incluida la infección por VIH; de morbilidad y mortalidad maternas; de cáncer
cervicouterino; de abortos inducidos con complicaciones, y de violencia sexual y
doméstica (2). A estos indicadores alarmantes contribuye el hecho de que las
actividades de prevención, promoción y atención en el ámbito de la salud reproductiva
raras veces se dirigen a los hombres.

Muchos reconocen la importancia de incorporar a la población masculina en los


programas de salud reproductiva, pero no todos coinciden sobre el carácter que debe
tener esa incorporación. En el presente artículo se resumen y examinan algunos de los
temas que forman parte del debate actual en América Latina en torno a la participación
de los hombres en dichos programas.

OBJETIVOS DE INCLUIR A LOS HOMBRES EN LOS PROGRAMAS DE SALUD


REPRODUCTIVA

Aunque en general se reconoce la necesidad de que los hombres participen en las


iniciativas para la promoción de la salud reproductiva, hay diferencias de opinión en
cuanto al objetivo principal de esta participación. Para algunos, el objetivo consiste en
atender a las necesidades particulares de los hombres en el campo de la salud
reproductiva; para otros, en fomentar, con la ayuda de los hombres, la salud
reproductiva de la mujer.

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Muchas organizaciones y movimientos sociales para la defensa de los intereses de la
sM
mujer conceden a los hombres un papel central en el esfuerzo por mejorar la salud
cia

reproductiva de las mujeres. Sus argumentos se reducen a tres fundamentalmente: 1)


en

que las mujeres sufren mayor morbilidad y mortalidad por causas reproductivas que
Ci

los hombres; 2) que aquellas tienen una mayor responsabilidad, por razones
e
sd

fisiológicas y sociales, en asuntos relacionados con la fertilidad, el embarazo y la


te
an

crianza de los hijos; y 3) que todavía no se han resuelto los problemas relacionados
di

con la accesibilidad, cobertura y calidad de los servicios de salud reproductiva


tu
Es

destinados a las mujeres (3, 4).


de
ro

Este punto de vista se ve respaldado por algunos datos de la OMS para América Latina,
nt
Ce

según los cuales los años de vida ajustados en función de la discapacidad (DALY) por
razones vinculadas con la sexualidad y la reproducción representan 16,8% del total
entre las mujeres y 4,25% entre los hombres de 15 a 44 años de edad. Estas cifras
abarcan las ITS, incluida la infección por VIH, así como todas las causas de morbilidad
materna y los distintos cánceres del aparato reproductor (5).

La mayor atención que siempre se ha prestado a la salud reproductiva de la mujer ha


resultado en una ausencia de información sobre las necesidades de los hombres en
este campo y sobre la influencia del hombre en la salud reproductiva de la mujer. De
hecho, la población masculina se ha visto incluida en las Encuestas de Demografía y
Salud (DHS) solamente en los últimos años, aunque son alentadoras la cantidad,
calidad y variedad de la información que se ha generado últimamente sobre el tema
dentro y fuera de la Región (6-9).

Si bien es indudable que las mujeres tienen una mayor carga de problemas
relacionados con la función reproductora, los hombres también tienen necesidades en
este ámbito que exigen atención. Muchos temen, sin embargo, que se produzca una
competencia entre los recursos e iniciativas dedicados a la salud reproductiva de las
mujeres y a las de los hombres. Varias entidades para la defensa de los intereses de la
mujer, organizaciones no gubernamentales (ONG) y agencias de cooperación dudan de
la conveniencia de llevar a cabo iniciativas para la atención exclusiva de las
necesidades de los hombres financiar, por ejemplo, servicios de cáncer de próstata o
la cobertura de medicamentos como Viagra® , porque no necesariamente tienen un
impacto favorable en la salud de las mujeres. En una reunión latinoamericana de ONG
que fue auspiciada parcialmente por la OPS en 1997 en Quito, Ecuador, y cuyos temas
centrales fueron la salud y los derechos sexuales y reproductivos, se señaló que ". . .
dentro del movimiento de salud de las mujeres existe la preocupación de que, al
enfocar más la salud reproductiva en relación a la masculinidad, se desviarán los
recursos financieros y humanos destinados a la salud sexual y reproductiva de las
mujeres" (4).

La OPS tiene el mandato de promover la equidad en el campo de la salud, entendiendo


por inequidad la presencia de ". . . diferencias en salud que no sólo son innecesarias y
evitables sino que, además, se consideran incorrectas e injustas" (10). Atendiendo a
esta definición, la OPS ha identificado a los hombres como población subatendida y ha
lanzado una iniciativa para promover su participación en programas de salud
reproductiva en Centroamérica (2).2 Habiéndose reconocido que ambos sexos tienen
necesidades válidas, es menester, en el contexto de procesos de reforma del sector de
la salud con presupuestos limitados, balancear los intereses de ambos sexos y tomar
medidas para satisfacerlas según su prioridad.

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LA MASCULINIDAD HEGEMÓNICA Y LA EQUIDAD DE GÉNERO


en
Ci

Otro debate actual gravita en torno a la conveniencia y factibilidad de promover la


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participación de los hombres en programas de salud reproductiva sin meditar en el


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impacto negativo que podrían tener la construcción social denominada "masculinidad


di

hegemónica"3 y las inequidades de género4 en el campo de la salud reproductiva.


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Es

Muchas entidades, entre ellas la mayoría de los grupos de reflexión integrados por
de

hombres en la Región, consideran que promover la participación de los hombres en


ro

programas de salud reproductiva supone cimentar en ellos nuevas formas de ser y


nt
Ce

pensar, es decir, una mentalidad equitativa y democrática en torno a lo masculino y


feminino. Pero otras, entre ellas varios gerentes y proveedores de servicios de salud
reproductiva, ponen en tela de juicio, aduciendo diversas razones, la conveniencia de
orientar los servicios de salud pública hacia la búsqueda de un nuevo concepto de "lo
masculino". Algunos consideran que el asunto es muy complejo, que cualquier cambio
se produce a largo plazo, y prefieren concentrarse en aspectos más concretos que
mejoran la salud reproductiva de hombres y mujeres de manera patente en un plazo
más corto. Otros reconocen la necesidad de lograr cambios profundos en el
comportamiento de los hombres, pero señalan que los recursos son limitados y que es
necesario dar prioridad a algunas necesidades concretas que aún no han sido
satisfechas. También se debate si el sector de la salud es el más adecuado para tratar
un asunto tan complejo como el de la masculinidad, teniendo en cuenta que los
servicios y programas de salud reproductiva no cuentan con personal capacitado,
recursos financieros, tiempo suficiente o instalaciones adecuadas para ello. Y
finalmente, hay quienes consideran innecesario cambiar las relaciones de género
actuales, puesto que no las consideran inadecuadas (1, 14-17).
En la Región se han emprendido, por un lado, intervenciones de orden práctico e
inmediato, como las destinadas al control del cáncer de próstata, que tratan de
responder principalmente a las necesidades biológicas de los hombres o de mejorar la
efectividad de los programas de planificación familiar, dejando a un margen la falta de
equidad en las relaciones de género. Por otro lado, algunos grupos y organizaciones
promueven la reflexión y actividades de autoayuda encaminadas a combatir la
identidad masculina hegemónica.5 Todo ello implica una labor cuyos efectos se
observan en el largo plazo y que acarrea profundos cambios personales y sociales.

En 1998 se celebró en Oaxaca, México, el simposio latinoamericano "Participación


masculina en la salud sexual y reproductiva: nuevos paradigmas", que contó entre sus
participantes a proveedores de servicios de salud, funcionarios públicos,
representantes de movimientos y grupos de hombres y mujeres y de ONG y agencias
de cooperación de la Región. En dicho evento se llegó a la conclusión de que los
programas de salud reproductiva no deben limitarse a proveer atención clínica, sino
que deben ayudar a los hombres a identificar cómo su identidad masculina y las
percepciones que tienen en torno a ella influyen en su conducta en relación con la
sexualidad, la violencia, la prevención de las ITS y la paternidad (15).

Quienes proponen promover la participación de los hombres en los programas de salud


reproductiva argumentan que es peligroso hacerlo sin combatir la masculinidad
hegemónica, ya que ello podría resultar en lo que Leñero (18) denomina el
"neomachismo". Aunque a primera vista se aprecian ciertos cambios en la actitud
masculina con respecto a la equidad de género, en respuesta a los nuevos papeles que

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ha asumido la mujer, en el fondo los hombres siguen pensando y obrando con

éd
actitudes propias de la masculinidad hegemónica (16, 18). Según Keijzer, "estos
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hombres, instalados en una especie de 'machismo light' ya no ejercen (o ya no pueden
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ejercer) el patriarcado como lo hicieron sus padres y abuelos: ya negocian más las
Ci

decisiones, ya 'permiten' o 'aceptan' que trabaje la mujer fuera de casa (de preferencia
e
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sin ganar más que ellos), pero mantienen un marco de referencia con un claro
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encuadre machista" (19).


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Si se toma la equidad de género como principio básico para justificar la participación


Es
de

de los hombres, siguiendo el mandato de las conferencias de El Cairo y Beijing, no es


ro

posible obtener resultados sostenibles en la labor con la población masculina sin


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combatir el concepto hegemónico de la masculinidad y reemplazarlo por un concepto


Ce

democrático y equitativo. Para lograrlo, los programas públicos de salud reproductiva


deberán buscar un equilibrio entre la atención a las necesidades de orden práctico de
los hombres y el logro de cambios sociales en el mediano y largo plazo. No es fácil
introducir los conceptos de masculinidad y feminidad en el contexto de las normas de
atención, indicadores de salud y actividades del sector de la salud, y la complejidad del
proceso puede desanimar a muchos. Por otro lado, la falta de suficientes pruebas de la
eficacia de estas estrategias llevan a otros a realizar sus actividades según los marcos
ya establecidos.

Para facilitar la búsqueda de un equilibrio entre la atención de las necesidades directas


de los hombres y de las mujeres y la toma de medidas estratégicas encaminadas a
lograr cambios perdurables en las relaciones de género, la OPS utiliza un instrumento
de planificación de abordajes prácticos y estratégicos de género (13).

El abordaje práctico de género (APG) está diseñado para dar respuestas inmediatas a
las necesidades de salud particulares de hombres y mujeres, sin intentar corregir a
fondo las inequidades de género subyacentes. He aquí un ejemplo: A una mujer que
vive en una situación de violencia doméstica sexual se le proporcionan anticonceptivos
sin el consentimiento de su pareja. Como es evidente, este APG satisface la necesidad
particular de la mujer de prevenir un embarazo no deseado, pero plantea el peligro de
reforzar o incluso exacerbar las inequidades de género existentes. Con el fin de evitar
consecuencias de este tipo, la OPS promueve el llamado abordaje estratégico de
género (AEG), que no solo responde a las necesidades concretas de las mujeres y los
hombres, sino que se orienta a redistribuir el poder entre ellos, así como sus
respectivos papeles y responsabilidades. A la medida descrita en el ejemplo se sumaría
la remisión de la mujer por los servicios de salud reproductiva a alguna entidad con la
capacidad para ayudarla a salir de su mala situación doméstica, o la remisión del
cónyuge a sesiones de terapia para hombres agresivos, con el consentimiento de su
mujer.

Tanto el APG como el AEG reflejan la conciencia de que hay inequidades en función del
género, pero uno busca corregirlas en el plazo inmediato y el otro en el largo plazo. La
aplicación de estos abordajes con el fin de promover la participación de los hombres en
los programas de salud reproductiva puede facilitar la definición de objetivos claros y
mensurables en el mediano y largo plazo. Asimismo, sirve para construir puentes entre
quienes opinan a favor y en contra de tratar los temas de la masculinidad y las faltas
de equidad de género en el contexto de los programas de salud reproductiva.

s
ica
LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS DE HOMBRES Y MUJERES

éd
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cia

Hoy en día también se debate la relación entre los derechos sexuales y


en

reproductivos6 de los hombres y los de las mujeres. La perspectiva de género guarda


Ci

estrecha relación con el tema de los derechos humanos. La abogacía en el área de la


e
sd

salud sexual y reproductiva ha solido centrarse en los derechos de las mujeres como
te
an

grupo social en desventaja, pero actualmente, la necesidad de definir el papel de los


di

hombres en la salud sexual y reproductiva exige un análisis de la relevancia y


tu
Es

pertinencia de promover sus derechos sexuales y reproductivos, proceso que se


de

encuentra en etapa incipiente.


ro
nt
Ce

Hay opiniones a favor y en contra de la perspectiva de equidad de género. Aunque


para la mayoría se trata de un componente intrínseco de los derechos sexuales y
reproductivos, algunas agrupaciones de hombres defienden el ejercicio de los derechos
masculinos absolutos, pasando por encima de los derechos de las mujeres, porque se
aferran a un concepto hegemónico y poco equitativo de la masculinidad.

En el plano individual, los derechos sexuales y reproductivos, tan estrechamente


vinculados con los derechos humanos, se aplican a cada persona, sea mujer u hombre.
Pero algunos autores consideran que el concepto de derechos sexuales y reproductivos
no se aplica a los hombres, ya que, como grupo social homogéneo, los hombres no
sufren la misma discriminación y falta de equidad que las mujeres (21). El Centro de
Investigación Social, Tecnología Apropiada y Capacitación (CISTAC), ONG dedicada a
la equidad de género, señala algunos problemas que han surgido en su trabajo con los
hombres en Bolivia: "Cuando CISTAC preguntó a los hombres qué significaba para
ellos el concepto de 'derechos sexuales y reproductivos', tendían a ver aspectos de la
masculinidad tradicional como derechos 'naturalizados'. Para trabajar el concepto de
derechos con hombres, CISTAC recomienda primero 'deconstruir' y luego 'reconstruir'
sus nociones de derechos, para que así incluyan los derechos de las mujeres (14)".

Para evitar que la promoción de los derechos sexuales y reproductivos de los hombres
entren en conflicto con el ejerecicio de los derechos de las mujeres, Benno de Keijzer
(19) sostiene que existe la responsabilidad de respetar el mismo derecho o su
equivalente tanto en el hombre como en la mujer. Varias organizaciones defienden los
derechos de las mujeres cuando estos se ven amenazados por los derechos de los
hombres, aduciendo las inequidades de género que sufren las mujeres como grupo
social (14).

A pesar de que los hombres, en general, no enfrentan las mismas situaciones de


desventaja que las mujeres, las diversas masculinidades que se suman a la
masculinidad hegemónica llevan a tener presentes las inequidades que pueden sufrir
grupos particulares, como los niños, los hombres jóvenes, y los homosexuales e
indígenas (22). El concepto central de los derechos sexuales y reproductivos que
cada persona pueda tomar decisiones libremente en materia de sexualidad y
reproducción claramente guarda relación con la defensa de los derechos de grupos
particulares.

La definición de los derechos sexuales y reproductivos de los hombres genera ciertos


dilemas. Por ejemplo, ¿cómo se puede reconciliar el derecho de un hombre a ser padre
con el derecho de su pareja a no ser madre? En este caso, muchos probablemente

s
argumentan que la mujer tiene derecho a tomar decisiones relacionadas con su propio

ica
cuerpo. ¿Pero qué ocurriría si la situación fuera al revés? ¿Cómo definir el derecho de

éd
sM
un hombre a negarse a la paternidad biológica o social? Las nuevas tecnologías que
cia

facilitan la reproducción ponen de relieve la importancia de estos dilemas éticos en


en

torno a los derechos reproductivos de ambos sexos y su mutua compatibilidad.


Ci
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sd

Es necesario reflexionar más detenidamente sobre los derechos particulares de los


te
an

hombres desde el punto de vista de la ética, la equidad de género y los derechos


di

humanos en general. En este proceso, la participación de las mujeres es imprescindible


tu
Es

para evitar poner en peligro sus propios derechos sexuales y reproductivos.


de
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Ce

SEPARACIÓN O INTEGRACIÓN DE SERVICIOS DE SALUD REPRODUCTIVA


PARA HOMBRES Y MUJERES

Un último debate que se aborda en este artículo guarda relación con la idoneidad de
crear servicios de salud sexual y reproductiva separados para hombres, o de
integrarlos con los programas ya existentes. En América Latina se han creado algunos
programas y servicios de salud reproductiva exclusivamente para hombres, con
diferentes resultados y grado de sostenibilidad (14, 15). Quienes abogan por incluir a
los hombres en los servicios existentes ponen en tela de juicio el valor de estas
iniciativas, bajo el argumento de que se pierden oportunidades para mejorar la
comunicación y la toma de decisiones conjuntas entre los hombres y sus parejas
heterosexuales (23).

Por otro lado, incluir a los hombres en servicios de salud que han sido establecidos
para mujeres entraña diversas dificultades. Según han demostrado varias
investigaciones dentro y fuera de América Latina, los hombres no confían en que los
servicios de salud reproductiva, a los cuales identifican con la atención maternoinfantil,
puedan responder a sus necesidades. Muchos no acuden a dichos servicios porque se
preocupan menos que las mujeres por la salud reproductiva. Actualmente, los servicios
de salud pública en América Latina no cuentan con personal capacitado ni con las
herramientas necesarias para atender a las necesidades particulares de los hombres.
Tampoco existen políticas institucionales o normas de atención adaptadas a las
necesidades de la población masculina (1, 8, 14, 24).

Independientemente de que los servicios para hombres y mujeres se mantengan


separados o se integren, siguen siendo objeto de debate los componentes clave que
deben ser incorporados en los programas de salud reproductiva para responder a las
necesidades específicas de los hombres. Los siguientes son apenas los más
elementales: planificación familiar, incluida la vasectomía; atención de la infertilidad;
prevención y tratamiento de las infecciones de transmisión sexual, entre ellas la
infección por VIH y el sida; la sexualidad y sus trastornos; afecciones urológicas;
cáncer; abuso de sustancias; salud mental; prevención de la violencia general y de
género; y promoción de actitudes y prácticas responsables hacia la sexualidad y el
embarazo, la paternidad y la crianza de los hijos (25).

Los procesos de reforma en la Región, cuyos elementos clave son la descentralización,


la privatización y el mejoramiento de la accesibilidad, calidad y eficiencia de los
servicios en función del costo, pueden ofrecer un contexto adecuado para prestar la
debida atención a las necesidades de los hombres. Sin embargo, se interponen algunos
obstáculos. Uno de ellos es la necesidad, impuesta por la escasez de recursos, de

s
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sopesar la efectividad y el costo de los programas. Otro es que las pocas pruebas

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reunidas hasta ahora de la eficacia de incluir a los hombres en actividades de salud
sM
reproductiva se han basado en experiencias piloto de alcance limitado. Todo ello
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en

dificulta las negociaciones encaminadas a adquirir fondos especiales o adicionales para


Ci

incluir a los hombres en esas actividades.


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Por otra parte, los procesos de reforma del sector de la salud en América Latina no se
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orientan, en general, a lograr modelos de atención basados en la promoción de la


tu

salud. Dada la estrecha relación práctica y conceptual entre la promoción de la salud y


Es
de

la lucha contra las inequidades de género en materia de sexualidad y reproducción,


ro

esta situación podría menoscabar la inclusión de los hombres en los programas de


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salud reproductiva.
Ce

Se ha demostrado, mediante algunas iniciativas piloto, que incorporar la atención de


los hombres en los servicios de salud reproductiva no siempre exige grandes
inversiones financieras. Se pueden aplicar medidas relativamente sencillas y baratas
para lograr que los hombres acudan a estos servicios: establecer horas especiales de
atención para ellos; invitarlos a concurrir con sus parejas; proporcionarles una entrada
y salas de espera separadas; contratar a proveedores y educadores de sexo masculino,
y modificar la decoración de la clínica (26). Asimismo, las actividades de promoción de
la salud y de prevención también se pueden llevar a cabo fuera de los servicios de
salud en instalaciones educativas, laborales o de recreo. Sea como fuere, la
incorporación de la atención de los hombres en los programas públicos de salud
reproductiva no es factible sin la disponibilidad de fondos presupuestarios, lo cual
implica determinar primero qué inversiones serían las más efectivas en función del
costo en el corto, mediano y largo plazo.
LA PROMOCIÓN DE LA SALUD REPRODUCTIVA DEL HOMBRE Y LA MUJER

Connell (12) señala que los hombres, a diferencia de las mujeres, no tienen un interés
estructurado y compartido por cambiar las relaciones de género porque no se
enfrentan a situaciones de inequidad como grupo social. El autor concluye que esto
dificulta la creación de grupos de abogacía y presión al estilo de los movimientos
internacionales y regionales que promueven la salud y los derechos de la mujer, como
la Red de Salud de las Mujeres Latinoamericanas y del Caribe.

Pese a lo antedicho, en varios países de América Latina se han generado pequeños


grupos de hombres que se dedican a asuntos relacionados con la masculinidad, la
paternidad y la sexualidad. Algunos grupos de hombres en la Región han obtenido
resultados alentadores en su lucha contra la violencia familiar. La mayoría de ellos
tienen por meta luchar por la equidad de género, aunque simultáneamente están
surgiendo otros grupos de hombres que defienden las relaciones de género
tradicionales.

El contexto del ciclo vital en su totalidad ofrece grandes oportunidades para fomentar
en los hombres actitudes y prácticas sanas y responsables en torno al cuidado de su
propia salud, desde la niñez y a lo largo de las diferentes etapas de la vida. La
Fundación Mexicana para la Planeación Familiar (MEXFAM) ha observado, por ejemplo,
que los hombres más jóvenes ya muestran mayor interés en la equidad de género que
los que pertenecen a generaciones anteriores. Señala, sin embargo, que estos jóvenes

s
a menudo carecen de nuevos modelos masculinos, es decir, que el antiguo concepto de

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la masculinidad aún no ha sido reemplazado por uno nuevo (14).

éd
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cia

Los debates actuales en América Latina y en el resto del mundo sobre la inclusión de
en

los hombres en los servicios de salud reproductiva son intensos y a la vez sumamente
Ci

interesantes. Para la OPS, este es un momento oportuno para prestar cooperación


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técnica destinada a promover una mayor equidad de género en la atención de la salud


te
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sexual y reproductiva en toda la Región de las Américas, dentro del contexto de


di

actividades para la promoción de la salud. La promoción de la salud y de los derechos


tu
Es

sexuales y reproductivos de hombres y mujeres a lo largo del ciclo vital les permitirá
de

desarrollar habilidades para llevar una vida sexual y reproductiva sana y responsable y
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para decidir cuándo y con quién tener hijos sin coacción, discriminación o violencia y
nt
Ce

con respeto por la integridad física y mental de la pareja y toda la familia.

Agradecimiento. Se agradece el apoyo de David Acurio, antiguo residente del


Programa sobre Mujer, Salud y Desarrollo, quien ha aportado su visión crítica durante
la elaboración de este documento.

SYNOPSIS

Men's participation in reproductive health programs: current debates in Latin


America
This article discusses current issues and debates surrounding the promotion of men's
participation in public reproductive health programs in Latin America. There is little
disagreement in the Region about the importance of this goal, but opinions differ as to
how they should participate. The following topics are discussed in this article: the
relationship between men's own reproductive health needs and their role in improving
the reproductive health of their female partners; the need to analyze gender inequities
and hegemonic masculinity; the relationship between men's and women's sexual and
reproductive rights; and the need for separate services for men versus their
integration in existing reproductive health services. The article concludes by
underlining the importance of health promotion strategies throughout the life cycle in
order to improve sustainable changes toward greater equity in reproductive health,
within a gender-oriented, ethical and human rights framework

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1
Organización Panamericana de la Salud, Programa sobre Mujer, Salud y Desarrollo y
en
Ci

Programa sobre Salud Familiar y Población. Dirección postal: 525, 23rd Street N.W.
e

Washington, D.C. 20037, Estados Unidos de América. Teléfono: 202 974-3468. Fax:
sd
te

202 974-3671. Correo electrónico: schuttem@paho.org


an
di
tu

2
Actualmente, la OPS colabora con la subregión Centroamericana para desarrollar
Es

estrategias innovadoras que promuevan la participación de los hombres en los


de

programas de salud reproductiva con conciencia del género. El proyecto cuenta con el
ro
nt

auspicio del Gobierno de la República Federal de Alemania a través de la Agencia


Ce

Técnica Alemana (GTZ) y se realiza en Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala,


Honduras, Nicaragua y Panamá.

3
El término masculinidades es interpretado por Connell (11) como el conjunto de
configuraciones y prácticas estructuradas por las relaciones de género, que son
inherentemente históricas y cuya construcción y reconstrucción es un proceso político
que afecta al balance de intereses en la sociedad y la dirección del cambio social. Al
ser social y culturalmente construida, no existe una forma única de masculinidad sino
diversas masculinidades, que marcan la vida, la salud y enfermedad del hombre según
su estrato socioeconómico, origen étnico, cultura, identidad sexual, edad, y otros
factores. Aunque hay muchas formas de ser hombre, algunas son socialmente o
culturalmente más valoradas que otras y los hombres se sienten presionados a
consolidarse en función de esas exigencias propias de lo que es considerada la
masculinidad hegemónica, que " . . . se puede definir como la configuración de práctica
genérica que encarna la respuesta corrientemente aceptada al problema de la
legitimidad del patriarcado, la que garantiza (o se toma para garantizar) la posición
dominante de los hombres y la subordinación de las mujeres" (12).
4
La socialización diferenciada de hombres y mujeres conlleva identidades,
responsabilidades, funciones y poderes de género diferentes. La perspectiva de género
analiza la dinámica de las relaciones entre los sexos para evaluar el impacto que tiene
esas relaciones sobre la salud, la posición y los derechos de la mujer y del hombre,
incorporando en su análisis las diferencias y especificidades biológicas de ambos, como
también la interacción entre factores biológicos y sociales. (13)

5
Como, por ejemplo, CORIAC (México), Colectivo Hombres sin Máscara (Honduras),
Puntos de Encuentro (Nicaragua), Salud y Género (México), ECOS (Brasil).

6
La plataforma de acción de Beijing define así los derechos sexuales y reproductivos:
"Esos derechos se basan en el reconocimiento del derecho básico de todas las parejas
e individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos, el espacionamiento
de los nacimientos y el intervalo entre éstos y a disponer de la información y de los
medios para ello y el derecho a alcanzar el nivel más elevado de salud sexual y
reproductiva. También incluye su derecho a adoptar decisiones relativas a la
reproducción sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de conformidad con lo
establecido en los documentos de derechos humanos" (20).

© 2017 Organización Panamericana de la Salud

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contacto_rpsp@paho.org sM
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