Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
LAS EMOCIONES EN
LA ENSEÑANZA Y EL APRENDIZAJE
DE LAS CIENCIAS Y
LAS MATEMÁTICAS
VOLUMEN I
Vicente Mellado Jiménez
Lorenzo J. Blanco Nieto
Ana Belén Borrachero Cortés
Janeth A. Cárdenas Lizarazo
Edita:
Grupo de Investigación DEPROFE
ISBN: 978-84-15090-10-6
Depósito Legal: BA-490-2012
Impresión:
Indugrafic Artes Gráficas S. L.
Tel. 924 24-07-00
Agradecimientos: Este libro ha sido financiado por los Proyectos de Investigación EDU2009-12864 y
EDU2010-18350 del Ministerio de Ciencia e Innovación, y EDU2012-34140 del Ministerio de Economía y
Competitividad del Gobierno de España, por el Gobierno de Extremadura, por el Grupo de
Investigación DEPROFE, por el Departamento de Didáctica de las Ciencias Experimentales y
Matemáticas, por la Universidad de Extremadura y por los Fondos Europeos de Desarrollo Regional.
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Vicente Mellado Jiménez y Lorenzo J. Blanco Nieto ................................. vii
VOLUMEN I:
VOLUMEN II
MATEMÁTICAS
El capítulo 1 de María Antonia Manassero Más aborda como las emociones han
sido sistemáticamente olvidadas en algunos ámbitos, tales como el estudio del
comportamiento organizacional, o algunos procesos cognitivos y de enseñanza-
aprendizaje, entre otros. Sin embargo, a partir de los años 80 del siglo XX su
estudio ha ido cobrando cada vez más importancia en los modelos atribucionales
que ligan motivación, emoción y rendimiento académico, en los modelos de
inteligencia o en los de comportamiento organizacional. En el capítulo se analizan
qué son las emociones, la evolución histórica del estudio de las mismas, su papel
en el comportamiento, así como algunos modelos que las incluyen como variables
centrales, especialmente aquellos que hacen referencia a los procesos
atribucionales, actitudinales y motivacionales relacionadas con el aprendizaje en
general y de la ciencia y la tecnología, en particular.
En el capítulo 2, Pedro R. Gil Monte aborda los riesgos psicosociales, el estrés
laboral y el burnout como condicionantes de la actividad profesional y de la
calidad de vida. Analiza su relación con la actividad docente asumiendo que es
una de las profesiones con mayores tasas de problemas psicológicos relacionados
con el estrés laboral. Conceptualiza y describe estos conceptos, definiendo los
perfiles del profesorado que provocan. En la segunda parte del capítulo, presenta
algunos resultados de estudios desarrollados por la Unidad de Investigación
Psicosocial de la Conducta Organizacional (UNIPSICO) creada en la Universidad
de Valencia en el año 2002. A partir de entrevistas y cuestionarios específicos este
grupo de investigación ha trabajado con diferentes muestras de profesores de
primaria, secundaria y Formación Profesional, obteniendo resultados interesantes
que muestra en su capítulo.
En los capítulos 3 y 4, primeros de la segunda sección dedicada a las emociones
en la enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, se dan resultados de
investigaciones desarrolladas entre los departamentos de Didáctica de las Ciencias
Experimentales y de las Matemáticas y el de Psicología y Antropología de la
Universidad de Extremadura. En el primer caso, en el capítulo 3, se estudia el
problema del estrés docente a partir de una investigación llevada a cabo por Rosa
Gómez del Amo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Janeth A. Cárdenas Lizarazo y Eloísa
Guerrero Barona, con profesores de Matemáticas de Secundaria. Estudios reciente
con los de FETE-UGT, (2012) ponen de manifestó la necesidad de profundizar en
este tema, y los trabajos de Forgasz y Leder (2006) y Font (2011) señalan la
importancia de centrarnos en áreas específicas. El capítulo presenta una
investigación llevada a cabo en la Universidad de Extremadura con el objetivo de
detectar las fuentes o desencadenantes del estrés en el profesorado de matemáticas,
xvi Introducción
así como las emociones (tanto positivas como negativas) que manifiestan ante las
distintas situaciones a las que se enfrentan en su día a día laboral. Para el trabajo se
ha elaborado una escala de fuentes del estrés y se presentan los resultados del
estudio piloto desarrollado con 60 docentes de la ciudad de Badajoz (España).
En el capítulo 4, se aborda el tema de la evaluación en matemáticas. A pesar de
la importancia que se le concede a la evaluación en la enseñanza, existe una
opinión generalizada entre los profesores de Matemáticas que los criterios e
instrumentos utilizados en el aula de matemáticas en secundaria para la evaluación
han evolucionado muy poco. Y, ello, a pesar de los cambios desarrollados en las
diferentes propuestas curriculares. Por ello en base a la investigación desarrollada
por Janeth A. Cárdenas Lizarazo, Lorenzo J. Blanco Nieto, Rosa Gómez Del Amo y
Eloísa Guerrero Barona se presenta el estudio desarrollado con 179 profesores de
Matemáticas de Bogotá (Colombia) a los que se les ha presentado un cuestionario
de elaboración propia centrado en la evaluación sobre la resolución de problemas
en matemáticas, en el que se les pregunta sobre factores cognitivos y afectivos.
Algunos resultados son reflejados en este capítulo.
El capítulo 5 se centra en el conocimiento y emociones del profesorado antes las
TICs. Luis M. Casas García, Ricardo Luengo González y Antonio Manuel
Maldonado Miranda, revisan diferentes trabajos que relacionan la falta de
confianza del profesorado en el uso de las TICs. Probablemente como resultado de
no considerarse bien preparados para tal tarea, las actitudes negativas que
presentan hacia su uso en el aula y las emociones. Nos presentan un trabajo
desarrollado con el objetivo general de conocer las actitudes que un grupo de 7
profesores de Educación Primaria manifiestan frente a la utilización las TICs en la
educación. Realizan un Análisis de Contenido, a partir de los datos obtenidos
mediante entrevistas semiestructuradas presentando los resultados obtenidos en
forma gráfica, a partir de programas informáticos GestMagister y Goluca que
permiten obtener una representación gráfica en forma de Redes Asociativas
Pathfinder, de las principales manifestaciones expresadas por los participantes.
En el capítulo 6, Raúl Tárraga Mínguez, Mª Inmaculada Fernández Andrés y
Gemma Pastor Cerezuela, analizan las relaciones entre los sistemas cognitivos y
afectivos que propuso Schoenfeld (1983), centrándose en una población en especial
riesgo para experimentar dificultades afectivas y emocionales ligadas a los malos
resultados vinculados a experiencias de aprendizaje: los niños y niñas con
dificultades del aprendizaje (DA). En el capítulo analizan específicamente el
concepto de ‘dificultades de aprendizaje’ y la relación entre matemáticas y afecto
_________________________
Mellado Jiménez, V. y Blanco Nieto, L.J.. (2013). Introducción. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B.
Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias
Experimentales y las Matemáticas (pp.vii-xviii). Badajoz, España: DEPROFE
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas xvii
Santiago Hidalgo Alfonso, Ana Maroto Sáez, Tomás Ortega del Rincón y Andrés
Palacios Picos sobre la influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las
Matemáticas. Tras una primera parte de fundamentación teórica, nos describen la
investigación desarrollada durante los cursos 2007-2008, 2008-2009 y 2009-2010 en
14 centros de secundaria pertenecientes a las provincias de Valladolid, Soria,
Burgos y Segovia, a los que se les aplicó Escala Afectivo-Emocional hacia las
Matemáticas (EAEM), utilizada por su grupo de investigación. Los resultados se
centran sobre diferentes aspectos como el uso de la memoria como estrategia de
estudio en matemáticas, la diferencia en factores afectivos por género, el gusto
hacia las Matemáticas, e aburrimiento ante las tareas matemáticas, el nivel de
ansiedad matemática y el sentimiento de indefensión ante las Matemáticas.
En el capítulo 11, primero de la sección de ciencias y tecnología, Ángel Vázquez
Alonso parte de la integración entre razón y emoción y aborda los factores
afectivos relacionados con la ciencia y la tecnología. La filosofía positivista
dominante ha impuesto durante años valores sobre la verdad y la objetividad que
han desarrollado currículos, materiales didácticos y prácticas de enseñanza
basados en la referencia empírica y el razonamiento lógico y la exclusión de los
factores sociales, culturales o afectivos, por considerarlos incompatibles con la
objetividad y la racionalidad. Sin embargo, las críticas filosóficas, sociológicas e
históricas sobre el positivismo lógico han falsado que objetividad y racionalidad
sean valores absolutos en la construcción del conocimiento científico, abriendo la
puerta a aspectos sociales y afectivos. El capítulo clarifica los factores actitudinales
y afectivos, argumenta su necesidad como resortes didácticos de aprendizaje de las
ciencias y plantea sus retos actuales: el descenso de vocaciones científicas y el
analfabetismo científico público, paradójicamente en sociedades impregnadas de
ciencia. Se revisan resultados de la investigación acerca de factores afectivos en la
ciencia, tales como motivación, auto-concepto, actitudes hacia la ciencia escolar,
creencias sobre naturaleza de la ciencia, imagen pública de la ciencia, actitudes
hacia el medio ambiente, vocaciones científicas, intereses, etc.
En el capítulo 12 Andoni Garritz Ruiz y Norma Angélica Ortega-Villar abordan
el aspecto afectivo en la enseñanza del enlace químico en la materia condensada de
cinco profesores universitarios. En primer lugar analizan los componentes y
mecanismos del conocimiento afectivo y su fundamento neurológico. Después
introducen el Conocimiento Didáctico del Contenido (CDC), la forma de
capturarlo y el modelo de perfil conceptual de Mortimer (1995). A las cinco
preguntas habituales de la Representación del Contenido (ReCo) de Loughran,
Mulhall y Berry (2004) añaden tres sobre el dominio afectivo. Discuten cómo
encaran los profesores la enseñanza del modelo de enlace en sustancias sólidas o
líquidas, según los modelos aplicables, así como la aplicación del modelo de perfil
conceptual de Mortimer a estos profesores. Se concluye la presencia de diversos
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas xix
BIBLIOGRAFÍA
Junio de 2013 de
http://www.feteugt.es/data/images/2012/salud%20laboral/SALMonograficoSalu
dLaboral1_2012.pdf
Font, V. (2011). Investigación en didáctica de las matemáticas en la educación
secundaria obligatoria. Investigación en Educación Matemática, XV, 165-194.
Forgasz, H. y Leder, G. (2006). Work patterns and stressors of experienced and
novice mathematic teachers. Australian Mathematics Teachers, 62(3), 36-40.
Furinghetti, F. y Morselli, F. (2009). Every unsuccessful problem solver in
unsuccessful in his or her own way: Affective and congnitive factors in proving.
Educational Studies in Mathematics, 70, 71-90.
Garritz, A. (2010). La enseñanza de la ciencia en una sociedad con incertidumbre y
cambios acelerados. Enseñanza de las Ciencias, 28(3), 315-326.
Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional. Barcelona: Kairós.
Hargreaves, A. (1996). Profesorado, cultura y modernidad. Madrid: Morata.
Hidalgo, S. Maroto, A. y Palacios, A. (2004). ¿Por qué se rechazan las matemáticas?
Análisis evolutivo y multivariante de actitudes relevantes hacia las
matemáticas. Revista de Educación, 334, 75-95.
Iriarte, C. y Sarabia, A. (2010, 2012). Programa para superar la ansiedad hacia las
matemáticas: Aplicación práctica para intervenir en las dificultades de aprendizaje.
Pamplona: Ulzama.
Koballa, T.R. y Glynn, S.M. (2007). Attitudinal and Motivational constructs in
science learning. En S.K. Abell y N.G. Lederman (Eds.), Handbook of Research on
Science Education (pp.75-102). Mahwah, NJ, USA: Erlbaum.
Korthagen, F.A. (2010). La práctica, la teoría y la persona en la formación del
profesorado. Revista Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 68, 83-101.
Loughran, J.J., Mulhall, P. y Berry, A. (2004). In search of pedagogical content
knowledge in science: Developing Ways of Articulating and Documenting
Professional Practice. Journal of Research in Science Teaching, 41(4), 370–391.
Mandler, G. (1989). Affect and learning: Cause and consequences of emotional
interactions. En D.B. McLeod y V.M. Adams (Eds.), Affect and mathematical
problem solving: A new perspective (pp.3-19). Nueva York: Springer-Verlag.
Marina, J.A. (2004). La inteligencia fracasada. Barcelona: Anagrama.
McLeod, D.B. (1992). Research on affect in mathematics education: A
reconceptualization. En D.A. Grouws (Ed.), Handbook of Research on mathematics
Teaching and Learning (pp.575-598). New York: Macmillan.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas xxv
PRIMERA PARTE
COMPORTAMIENTO
1. INTRODUCCIÓN
_________________________
Manassero, M.A. (2013). Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento.
En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el
Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.3-18). Badajoz, España: DEPROFE
4 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento
3. ATRIBUCIÓN Y EMOCIONES.
2.3. Trabajo emocional. De cómo las emociones pasan a tener un papel relevante
en las organizaciones.
Este concepto fue definido por primera vez por Arlie Russell Hochschild y hace
referencia a aquellos trabajos donde se requiere que el trabajador mantenga
expresiones faciales y corporales observables con la intención de crear sentimientos
o emociones particulares en los clientes. Hay trabajos donde el trabajo emocional es
12 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento
persona-rol. Morris y Feldman (1996) la consideran como una dimensión del TE.
Otros autores como Hochschild la consideran como una consecuencia del TE y
Zapf (2002) la considera como una demanda del trabajo, es decir, como un
problema de regulación emocional
A partir de los trabajos y estudios de los diferentes autores encontramos,
especialmente a la hora de medir el Trabajo Emocional diferentes dimensiones del
mismo:
Dimensiones teóricas:
o Requerimientos (requisitos) emocionales:
Emociones positivas
Variedad de emociones y necesidad de manejar emociones negativas
Requisitos de sensibilidad
o Control del trabajo emocional
o Disonancia emocional
Dimensiones empíricas
o Emociones positivas
o Emociones negativas
o Emociones neutras
o Requisitos de sensibilidad
o Control de la interacción
o Disonancia emocional
Cuadro 2. Las reglas de exhibición como parte integrante de la organización (Zapf, 2002).
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 15
3. BIBLIOGRAFÍA
Ashforth, B.E. y Humphrey, R.H. (1993). Emotional labor in service roles: The
influence of identity. Academy of Management Review, 18, 88-115.
Damasio, A.R. (1989). Time-locked multiregional retroactivation: A systems-level
proposal for the neural substrates of recall and recognition. Cognition, 33, 25-62.
Ekman, P. (1992). An argument for Basic Emotions. Cognition y Emotion, 6(3-4), 169-
200.
Ekman, P. y Friesen, W.V. (1971). Constants across cultures in the face and
emotion. Journal of Personality and Social Psychology, 17(2), 124-129.
Ekman, P. y Friesen, W.V. (1975). Unmasking de face: a guide to recognizing emotions
from facial cues. Englewood Cliffs, NJ: Prentice Hall.
Feldman-Barret, L., Mesquita, B., Ochsner, K.N. y Gross, J.J. (2007). The experience
of emotion. Annual Review of Psychology, 58, 373-403.
Fernández Abascal, E. (Coord.) (2008). Emociones positivas. Madrid: Pirámide.
Fernández-Dols, J.M. y Ruiz-Belda, M.A. (1997). Spontaneous facial behaviour
during intense emotional episodes: Artistic truth and optical truth. En J.A.
Russell y J.M. Fernández-Dols (Eds.), The psychology of facial expression (pp.255-
274). Cambridge: Cambridge University Press.
Frank, R. (1988). Passions within reason: The strategic role of the emotions. New York:
Norton.
Gray, E.K. y Watson, D. (2001). Emotion, mood, and temperament: similarities,
differences, and a synthesis. En R.L. Payne y C.L. Cooper, (Eds.), Emotions at
work. Theory, research, and applications for management (pp.21-43). Londres: Wiley
y Sons.
Gross, J.J. (1999). Emotion Regulation: Past, Present, Future. Cognition y Emotion,
13(5), 551-573.
Hochschild, A.R. (1983). The managed heart. Commercialization of human feeling.
Berkeley, CA.: University of California Press.
Kluemper, D.H., Little, L.M. y DeGroos, T. (2009). State or trait: Effects of state
optimism on job-related outcomes. Journal of Organizational Behavior, 30(2), 209-
231.
Lazarus, R.S. y Cohen-Charash, Y. (2001). Discrete emotions in organizacional life.
En R.L. Payne y C.L. Cooper, (Eds.), Emotions at work. Theory, research, and
applications for management (pp.45-81). Londres: Wiley y Sons
Luthans, F. youssef, C.M. y Avolio, B.J. (2007). Psychological capital. Oxford. UK.
Oxford Univesity Press
18 Emociones: del olvido a la centralidad en la explicación del comportamiento
Los factores psicosociales son las condiciones presentes en una situación laboral
directamente relacionadas con la organización del trabajo, con el contenido del
puesto, con la realización de la tarea, e incluso con el entorno de trabajo que tienen
la capacidad de afectar al desarrollo del trabajo y a la salud del trabajador (Sauter,
Hurrell, Murphy y Levi, 2001). Los factores psicosociales pueden ser favorables o
desfavorables para el desarrollo de la actividad laboral y para la calidad de vida
laboral del individuo. En el primer caso contribuyen positivamente al desarrollo
personal de los individuos, mientras que cuando son desfavorables tienen
consecuencias perjudiciales para su salud y para su bienestar. En este caso
hablamos de factores de riesgo psicosocial, fuentes de estrés laboral, o estresores, y
tienen el potencial de causar daño psicológico, físico, o social a los individuos
(Dollard, LaMontagne, Caulfield, Blewett y Shaw, 2007; Melamed, Shirom, Toker,
Berliner y Shapira, 2006).
El estrés laboral ocupa el cuarto lugar en la lista de problemas de salud que con
mayor frecuencia comunican los trabajadores de la Unión Europea (UE). Según el
_________________________
Gil-Monte, P.R. (2013). Riesgos psicosociales, estrés laboral y síndrome de quemarse por el trabajo
(burnout) en docentes. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones
en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.19-41). Badajoz,
España: DEPROFE
20 Riesgos psicosociales, estrés laboral y síndrome de burnout en docentes
100,00
90,00
80,00
70,00
60,00
58,80
50,00
49,80 50,90 50,50
47,90 47,20
40,00 44,60
41,20
38,80
30,00
32,50
28,80
20,00 23,70 23,20
22,10 21,60 22,70
17,90 19,30
10,00
0,00
2001 2002 2003 2004 2006 2007 2008 2009 2010
Estos datos se ven confirmado por la serie de encuestas sobre calidad de calidad
de vida en el trabajo realizadas por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social
(MESS) en las que se puede observar la tendencia en los niveles de estrés percibido
por los docentes desde el año 2001 hasta el 2010. Los resultados indican que el
número de docentes con niveles altos o muy altos de estrés se sitúa en torno al 50%
(figura 1).
2 La muestra de este estudio es mixta. Está formada por 211 maestros más 133 profesionales de
enfermería.
30 Riesgos psicosociales, estrés laboral y síndrome de burnout en docentes
-.42
.79 12.Agobiada/o .38
DESGASTE
PSÍQUICO .74
17. Cansancio físico .46
.76
18. Cansado emocional .43
-.20
.50
4. Preocupa trato .75
CULPA .75
9. Culpa actitudes .44
.77
13. Remordimientos .40
.64
.62 16. Pedir disculpas .59
Figura 3. Resultados del modelo factorial con una muestra de maestros mexicanos de
educación secundaria (N = 698) (Gil-Monte et al., 2009).
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 31
100%
7,77 7,58
12,80
90% 18,67 16,78
9,67
16,11
80% 17,06 7,77
21,99
70%
60%
49,38 Patología
33,74
37,63 Altos
50% 51,75
Medios
40%
38,77 Bajos
30%
20% 39,81
32,51 33,36
24,36 22,46
10%
0%
ILUSIÓN (inv) DESGASTE INDOLENCIA CULPA SQT
Figura 4. Distribución de los participantes del estudio Estafor (2007) en niveles del SQT.
La validación empírica del modelo teórico del que deriva el CESQT (ver figura
2) es importante debido a que nos ayuda entender el proceso de desarrollo del
SQT. Desde consideraciones de investigación permite avanzar en el conocimiento
del fenómeno, y desde consideraciones aplicadas mejora el diagnóstico del
problema y la prevención.
34 Riesgos psicosociales, estrés laboral y síndrome de burnout en docentes
El modelo del CESQT ha sido validado con profesionales que trabajan hacia
personas con discapacidad, de los que una parte importante de la muestra (30,70%)
eran educadores (p.ej., maestros de taller) (Gil-Monte, 2012). El modelo ajustó
adecuadamente a los datos (Chi2 (9) = 41,80, p < 0,001, GFI = 0,984, RMSEA = 0,072,
NFI = 0,968, CFI = 0,975) indicando que la culpa interviene en el desarrollo del
proceso del SQT, y en la relación entre las otras dimensiones y síntomas de
depresión, y apoya la posibilidad de distinguir entre los dos perfiles señalados
arriba.
El modelo también ha sido probado con muestras de docentes no españoles. El
estudio desarrollado por Gil-Monte et al. (2013) con una muestra de docentes de
Brasil (N = 714) permite concluir que la culpa tiene una función mediadora entre el
SQT y los problemas de salud (Chi2 (9) = 9,99, p < 0,001, GFI = 0,985, RMSEA =
0,072, NFI = 0,967, CFI = 0,974), de manera que los docentes que desarrollen
sentimientos de culpa debido al SQT (Perfil 2) tienen mayor probabilidad de
desarrollar problemas de salud que si no aparecen los sentimientos de culpa (Perfil
1).
En la actualidad se están desarrollando tres tesis doctorales para replicar el
modelo con muestras de docentes de Portugal, La Rioja y Valencia.
Entre los factores internos que van a influir en las próximas décadas en el
desarrollo de la investigación sobre el estrés laboral se incluyen: (1) el desarrollo de
la investigación básica para mejorar el conocimiento de los proceso psicológicos
implicados en el estrés, (2) realización de estudios descriptivos para presentar
evidencia sobre la dimensión de los riesgos psicosociales en el trabajo (p.ej.,
estudios de prevalencia e incidencia sobre fuentes de estrés y sus consecuencias),
(3) desarrollo de instrumentos para evaluar el estrés en las organizaciones (p.ej.,
cuestionarios, métodos y procedimiento de evaluación), (4) investigación en
materia de intervención para evaluar los resultados de este tipo de programas, y
(5) investigación sobre el cambio organizacional (Gil-Monte, 2010). En especial, se
reclama prestar atención a estos dos últimos puntos (Richardson y Rothstein, 2008).
También se hacen recomendaciones sobre la necesidad de considerar variables
sociodemográficas como el género, la edad y la ocupación en los estudios sobre
estrés laboral y sus consecuencias a la hora de interpretar los resultados, así como
cambios metodológicos que incorporen la realización de estudios multinivel,
estudios longitudinales, y diseños de investigación y análisis estadísticos menos
36 Riesgos psicosociales, estrés laboral y síndrome de burnout en docentes
5. BIBLIOGRAFÍA
Antoniou, A.S., Polychroni, F. y Vlachakis, A.N. (2006). Gender and age differences
in occupational stress and professional burnout between primary and high-
school teachers in Greece. Journal of Managerial Psychology, 21, 682-690.
Banxia Software (1999). Decision Explorer. Reference Manual, version 3.1. Glasgow:
Banxia Sofware.
Bellingrath, S., Weigl, T. y Kudielka, B.M. (2008). Cortisol dysregulation in school
teachers in relation to burnout, vital exhaustion, and effort-reward-imbalance.
Biological Psychology, 78, 104-113.
Brock, B.L. y Grady, M.L. (2000). Rekindling the flame: principals combating teacher
burnout. Thousand Oaks, CA: Corwin Press.
Burke, R.J., Greenglass, E.R. y Schwarzer, R. (1996). Predicting teacher burnout
over time: Effects of work stress, social support, and self-doubts on burnout and
its consequences. Anxiety, Stress and Coping: An International Journal, 9, 261–275.
Carretero-Dios, H. y Pérez, C. (2007). Standards for the development and review of
instrumental studies: Considerations about test selection in psychological
research. International Journal of Clinical and Health Psychology, 7, 863-882.
Dollard, M.F., LaMontagne, A.D, Caulfield, N., Blewett, V. y Shaw, A. (2007). Job
stress in the Australian and international health and community services sector:
a review of the literature. International Journal of Stress Management, 14, 417-445.
Doménech, F. y Gómez, A. (2010). Barriers perceived by teachers at work, coping
strategies, self-efficacy and burnout. The Spanish Journal of Psychology, 13, 637-
654.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 37
Eagly, A.H. y Chaiken, S. (1993). The psychology of attitudes. Fort Worth, TX:
Harcourt Brace Jovanovich.
Edelwich, J. y Brodsky, A. (1980). Burn-out: Stages of disillusionment in the helping
professions. New York: Human Science Press.
Estafor (2007). Document 5: Síntesi projecte Estafor. Barcelona: Generalitat de
Catalunya. Disponible en: http://www.uv.es/unipsico/proyectos-de-
investigacion/Estafor/Resumen_Proyecto_1.pdf
Estafor (2008). Document 6: Síntesi projecte Estafor II. Barcelona: Generalitat de
Catalunya. Disponible en: http://www.uv.es/unipsico/proyectos-de-
investigacion/Estafor/Resumen_Proyecto_2.pdf
Farber, B.A. (1991). Crisis in education: Stress and burnout in the American teacher. San
Francisco: Jossey-Bass.
Figueiredo-Ferraz, H., Gil-Monte, P.R. y Grau-Alberola, E. (2013). Psychometric
properties of the “Spanish Burnout Inventory” (SBI): Adaptation and validation
in a Portuguese-speaking sample. European Review of Applied Psychology, 63, 33-
40.
Figueiredo-Ferraz, H., Gil-Monte, P.R. y Grau-Alberola, E. (2009). Prevalencia del
Síndrome de Quemarse por el Trabajo (Burnout) en una muestra de maestros
portugueses. Aletheia, 29, 6-15.
Figueiredo-Ferraz, H., Gil-Monte, P.R. y McIntyre, S. (2006). Cross-cultural validity
of the “Questionario para Avaliação da Síndrome de Esgotamento no Trabalho”
(QASET) among teachers. Estudio presentado en la “7th Annual Conference of the
European Academy of Occupational Health Psychology”. Dublín (Irlanda).
Figueiredo-Ferraz, H., Gil-Monte, P.R., Ribeiro, B. y Grau-Alberola, E. (2013).
Influence of a cognitive behavioural training program on health: A study
among primary teachers. Revista de Psicodidáctica, en prensa.
Freudenberger, H.J. (1974). Staff burn-out. Journal of Social Issues, 30, 159-165.
Friedman, I.A. (2002). Burnout in school principals: role related antecedents. Social
Psychology of Education, 5, 229-251.
Genoud, P.A., Brodard, F. y Reicherts, M. (2009). Facteurs de stress et burnout chez
les enseignants de l’école primaire. Stress factors and burnout in elementary
school teachers. European Review of Applied Psychology, 59, 37-45.
Gil-Monte, P.R. (2005). El síndrome de quemarse por el trabajo (burnout). Una
enfermedad laboral en la sociedad del bienestar. Madrid: Pirámide.
38 Riesgos psicosociales, estrés laboral y síndrome de burnout en docentes
Gil-Monte, P.R. (2008). A case of teacher burnout. En, J. Houdmont y S. Leka (Eds.),
Occupational Health Psychology. European Perspectives on Research, Education and
Practice (Vol. 3, pp. 257-280). Nottingham: Nottingham University Press.
Gil-Monte, P.R. (2010). Situación actual y perspectiva de futuro en el estudio del
estrés laboral: la Psicología de la Salud Ocupacional. Informació Psicològica, 100,
68-83.
Gil-Monte, P.R. (2012). Influence of guilt on the relationship between burnout and
depression. European Psychologist, 17, 231-236.
Gil-Monte, P.R., Carlotto, M.S. y Figueiredo-Ferraz, H. (2013). The mediator role of
guilt on the relationship between burnout and psychosomatic disorders. Estudio
sometido a revisión.
Gil-Monte, P.R., Carlotto, M.S. y Gonçalves, S. (2010). Validation of the Brazilian
version of the “Spanish Burnout Inventory” in teachers. Revista de Saúde Pública,
44, 140-147.
Gil-Monte, P.R., Carlotto, M.S. y Gonçalves, S. (2011). Prevalence of burnout in a
sample of Brazilian teachers. European Journal of Psychiatry, 25, 205-212.
Gil-Monte, P.R. y Noyola, V.S. (2011). Estructura factorial del “Cuestionario para la
Evaluación del Síndrome de Quemarse por el Trabajo” en maestros mexicanos
de educación primaria. Revista Mexicana de Psicología, 28, 75-84.
Gil-Monte, P.R., Unda S. y Sandoval J.I. (2009). Validez factorial del “Cuestionario
para la Evaluación del Síndrome de Quemarse por el Trabajo” (CESQT) en una
muestra de maestros mexicanos. Salud Mental, 32, 205-214.
Grau-Alberola, E., Gil-Monte, P.R., García-Juesas, J.A. y Figueiredo-Ferraz, H,
(2010). Incidence of burnout in Spanish nursing professionals: A longitudinal
study. International Journal of Nursing Studies, 47, 1013-1020.
Guerrero, E. y Rubio, J.C. (2008). Fuentes de estrés y síndrome de «burnout» en
orientadores de institutos de Enseñanza Secundaria. Revista de Educación, 347,
229-254.
Hakanen, J.J., Bakker, A.B. y Schaufeli, W.B. (2005). Burnout and work engagement
among teachers. Journal of School Psychology, 43, 495-513.
Heifetz, L.J. y Bersani, H.A. (1983). Disrupting the cybernetics of personal growth:
toward a unified theory of burnout in the human services. En B.A. Farber (Ed.),
Stress and burnout in the human services professions (1985, 2ª ed., pp. 46-62). New
York: Pergamon Press.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 39
Melamed, S., Shirom, A., Toker, S., Berliner, S. y Shapira, I. (2006). Burnout and
risk of cardiovascular disease: evidence, possible causal paths, and promising
research directions. Psycholical Bulletin, 132, 327-353.
Mercado, A. y Gil-Monte, P.R. (2012). Características psicométricas del
“Cuestionario para la evaluación del Síndrome de quemarse por el trabajo” en
maestros mexicanos. Revista de Educación, 359, 260-273.
MESS (2001-2010). Encuesta de calidad de vida en el trabajo. Disponible en:
http://www.empleo.gob.es/estadisticas/ecvt/welcome.htm
Mota-Cardoso, R., Araújo, A., Carreira, R., Gonçalves, G. y Ramos, M. (2002). O
stress nos professores portugueses – Estudo IPSSO 2000. Porto: Porto Editora.
Näring, G., Briët, M. y Brouwers, A. (2006). Beyond demand-control: emotional
labour and symptoms of burnout in teachers. Work & Stress, 20, 303-315.
Olivares, V. y Gil-Monte, P.R. (2009). Análisis de las principales fortalezas y
debilidades del “Maslach Burnout Inventory” (MBI). Ciencia y Trabajo, 11, 160-
167.
Parent-Thirion, A., Fernández, E., Hurley, J. y Vermeylen, G. (2007). Fourth
European Working Conditions Survey. Luxembourg: Office for Official
Publications of the European Communities. Disponible en:
http://www.eurofound.europa.eu/pubdocs/2006/98/en/2/ef0698en.pdf
Pas, E.P., Bradshaw, C.P., Hershfeldt, P.A. y Leaf, P.J. (2010). A multilevel
exploration of the influence of teacher efficacy and burnout on response to
student problem behaviour and school-based service use. School Psychology
Quarterly, 25, 13-27.
Pines, A.M. (1993). Burnout: An existential perspective. En W.B. Schaufeli, C.
Maslach y T. Marek (Eds.), Professional burnout: Recent developments in theory and
research (pp.33-51). Londres: Taylor y Francis.
Price, D.M. y Murphy, P.A. (1984). Staff burnout in the perspective of grief theory.
Death Education, 8, 47-58.
Pruessner, J. C., Hellhammer, D. H. y Kirschbaum, C. (1999). Burnout, perceived
stress, and cortisol responses to awekening. Psychosomatic Medicine, 61, 197-204.
Richardson, K.M. y Rothstein, H.R. (2008). Effects of occupational stress
management intervention programs: A meta-analysis. Journal of Occupational
Health Psychology, 13, 69-93.
Sauter, S.L., Hurrell, J.J., Murphy, L.R. y Levi, L. (2001). Factores psicosociales y de
organización. En O.I.T., Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo. Madrid:
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 41
SEGUNDA PARTE
LAS EMOCIONES EN LA
ENSEÑANZA Y EL
APRENDIZAJE DE LAS
MATEMÁTICAS
4444
4545
CAPÍTULO 3
DESENCADENANTES DEL ESTRÉS Y
EMOCIONES EN DOCENTES DE
ELABORACIÓN PROPIA
1. INTRODUCCIÓN
_________________________
Gómez, R., Blanco, L.J., Cárdenas, J.A. y Guerrero, E. (2013). Desencadenantes del estrés y emociones en
docentes de matemáticas de secundaria. Estudio realizado con una escala de elaboración propia. En V.
Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el
Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.45-65). Badajoz, España: DEPROFE
46 Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de matemáticas de secundaria
Figura 1. Demandas del sistema educativo a las que tiene que adaptarse el profesor de
Matemáticas (Font, 2011)
Por otro lado, hemos hallado los estudios de Forgasz y Leder (2006) en los
cuales se analizan las diferencias entre las situaciones estresantes para profesores
de matemáticas novatos y profesores de matemáticas experimentados. Los
profesores novatos se sienten más estresados por actividades que tienen que ver
directamente con la enseñanza (gestión de la clase) y los experimentados por las
tareas administrativas.
Una vez revisada la situación laboral de los docentes, nos hemos propuesto
llevar a cabo una investigación en la cual podamos detectar las fuentes o
desencadenantes del estrés en el profesorado de matemáticas, así como las
emociones (tanto positivas como negativas) que manifiestan ante las distintas
situaciones a las que se enfrentan en su día a día laboral. Para conseguir este
propósito, y dada la inexistencia de un instrumento específico, hemos construido
50 Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de matemáticas de secundaria
2. ESTUDIO EMPÍRICO
2.1. Objetivos
2.2. Procedimiento
Clasificación de las
fuentes 89 Fuentes de estrés
Modificación de la escala
Revisión de expertos
2.3. Participantes
2.4. Instrumentos
manifestar si dichas fuentes les producían una serie de emociones, tales como:
alegría
, tristeza 2, ira 3 y miedo 4 (Ekman, 1992) o si por el contrario, no le producía
1
ninguna.
Las fuentes de estrés de nuestro cuestionario están divididas en las siguientes
categorías:
o Ambientales: Ruido ambiental, ruido provocado por los alumnos. ..
o Recursos materiales: Falta de recursos materiales y tecnológicos para realizar
mi trabajo, deficiente equipamiento del centro y las aulas: goteras,
calefacción, fachada, ordenadores, pizarras en mal estado…
o Recursos personales: Falta de recursos personales para realizar mi trabajo,
ponerme en el lugar de mis alumnos cuando encuentran dificultades
mientras realizamos actividades matemáticas, etc.
o Alumnos: Bajos resultados en las evaluaciones de los alumnos, sufrir
desconsideraciones por parte de los alumnos, sufrir amenazas por parte de
los alumnos…
o Organizacionales: Tener que sustituir a compañeros ausentes, demasiada
cantidad de materia a impartir en el tiempo disponible, etc.
o Relación con las familias: Quejas de los padres por los malos resultados de
los alumnos, escaso reconocimiento por parte de los padres, etc.
o Vocacionales o motivacionales: Verificar que no me gusta la enseñanza, lo
que me gusta es hacer matemáticas y no la enseñanza…
o Atención a la diversidad: Tener alumnos inmigrantes en clase, Alumnos con
necesidades educativas especiales: discapacidad, superdotación, trastornos
de conducta…
o Relación con el profesorado: Descoordinación (o falta de relación) entre los
profesores de Primaria y Secundaria, falta de apoyo por parte de los
compañeros, etc.
o Nuevas Tecnologías: Poco conocimiento de las NNTT, el acceso de los
alumnos a las NNTT a la hora de impartir clase.
disgusto, abatimiento…
3 La literatura científica incluye: rabia, resentimiento, indignación, irritabilidad, frustración, impotencia,
enfado …
4 La literatura científica incluye: ansiedad, preocupación, inquietud, incertidumbre, nerviosismo, alerta,
3. RESULTADOS
58 3,74 4 1,036 1 5
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 56
57 3,70 4 ,823 1 5
57 3,65 4 ,916 1 5
59 3,61 4 1,204 1 5
59 3,59 4 1,191 1 5
59 3,54 4 1,291 1 5
59 3,53 4 1,120 1 5
57 Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de matemáticas de secundaria
59 1,73 1 1,008 1 5
La constatación de que no me gusta la enseñanza
Tabla 9. Media, moda, desviación típica, mínimo y máximo de la afirmación la constatación de que
no me gusta la enseñanza
53 1,89 1 1,138 1 5
Los contenidos de la asignatura de matemáticas
Tabla 10. Media, moda, desviación típica, mínimo y máximo del factor los contenidos de la
asignatura de matemáticas
59 2,34 3 1,139 1 5
Alegría 1 1,7%
Tristeza 30 50,0%
Ira 11 18,3%
Miedo 3 5,0%
En esta tabla podemos ver que el factor trabajar con alumnos y padres que no
valoran la educación produce tristeza a la mitad de la muestra, ira a un 18,3% y
miedo a un 5%.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 58
Tristeza 12 20,0%
Ira 2 3,3%
Miedo 4 6,7%
Alegría 16 26,7%
Tristeza 2 3,3%
Ira 3 5,0%
Miedo 1 1,7%
Alegría 11 18,3%
Tristeza 31 51,7%
Ira 1 1,7%
Miedo 13 21,7%
59 Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de matemáticas de secundaria
Alegría 32 0%
Tristeza 5 53,3%
Ira 4 8,3%
Miedo 7 6,7%
Tabla 16. Relación estadísticamente significativas entre variables sociodemográficas y laborales y las
fuentes de estrés del profesorado
4. DISCUSIÓN
5. BIBLIOGRAFÍA
Álvarez, F., Nejar, A., Porras, G.Y. y Ramírez, F. (2010). Estrés en el sector de
enseñanza secundaria. Madrid: Comisión Ejecutiva Federal de FETE-UGT.
Secretaría Salud laboral y Medio ambiente.
Boyle, G., Borg, M., Falzón, J. y Baglioni, A. (1995). A structural model of the
dimension of the teacher stress. British Journal of Educational Psychology, 65(1),
49-67.
Brown, M. y Ralp, S. (1992). Towards the identification of stress in teacher. Research
in education, 48, 103-110.
Cannone, G., Hernández, J., Palarea, M.M. y Socas, M.M. (2007). Actitud hacia las
Matemáticas y hacia el uso del ordenador en alumnos de Educación Primaria.
Formación del profesorado e investigación en educación matemática, 8, 51-75.
Caballero, A., Marredo, J., Guerrero, E., Gómez, R., López, M. y Moreno, J.M.
(2010). Estrés en profesores extremeños de Educación Infantil, Primaria y Secundaria.
Comunicación oral presentada en el VIII Congreso Internacional de la Sociedad
Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés, Valencia.
Cox, S. y Heames, R. (2000). Como enfrentar el malestar docente. Estrategias e ideas
prácticas para los tutores y sus alumnos. Barcelona: Octaedro.
Ekman, P. (1992). An argument for Basic emotions. Cognition and emotion, 6(3/4),
169- 200.
FETE-UGT (2011). Cinco de cada diez docentes de secundaria se sienten estresados en su
trabajo. Comunicado de prensa.
Font, V. (2011). Investigación en didáctica de las matemáticas en la educación
secundaria obligatoria. En M. Marín, G. García, L.J. Blanco y M. Medina (Eds.),
Investigación en Educación Matemática XV, (pp.165-194). Ciudad Real, España:
Sociedad Española de Investigación en Educación Matemática y Servicio de
publicaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha.
Font, V. y Godino, J.D. (2006). La noción de configuración epistémica como
herramienta del análisis de textos matemáticos: su uso en la formación de
profesores. Educaçao Matemática Pesquisa, 8(1), 67-98.
63 Desencadenantes del estrés y emociones en docentes de matemáticas de secundaria
CAPÍTULO 4
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS DE
AFECTIVOS Y COGNITIVOS
1. INTRODUCCIÓN
constituyó en el año 1998, a partir del proyecto de extensión: Evaluación Censal de Competencias en la
_________________________
Cárdenas, J.A., Blanco, L.J., Guerrero, E. y Gómez, R. (2013). Resolución de problemas de matemáticas y
evaluación: aspectos afectivos y cognitivos. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas
(Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas
(pp.67-88). Badajoz, España: DEPROFE
68 Resolución de problemas de matemáticas y evaluación: aspectos afectivos y cognitivos
Educación Básica en Bogotá, y a partir de ese año, viene trabajando en dos líneas de investigación: La
evaluación externa en Colombia (pruebas SABER, ECAES y de ingreso a la universidad) y a nivel
internacional (PISA, TIMMS, LLECE, PIRLS). Y, la evaluación y la formación docente en educación
básica y media (áreas de lenguaje, matemáticas, ciencias, ciencias sociales, lengua extranjera).
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 69
Como nos recuerda Blanco (2000), si los alumnos saben que lo que tenemos en
cuenta para su evaluación se refiere sólo al aprendizaje, sin que nos importen su
actitudes o comportamientos, y que del aprendizaje valoramos especialmente la
exactitud de los resultados, su preocupación fundamental será llegar bien al final,
sin importar cómo. Sin embargo, si saben que consideramos la comprensión de los
conceptos implicados, la elaboración de las estrategias, el proceso seguido para
llegar al resultado, la claridad, orden, limpieza en el desarrollo del problema, etc.,
estos referentes serán foco de su atención. Esta idea es apoyada en Lester y Kroll
(1991) cuando señalan:
Los Estándares Curriculares enfatizan la resolución de problemas,
razonamiento, comunicación y hacer conexiones matemáticas como metas
importantes para las clases de matemáticas. Los estudiantes valorarán el
progreso en estas áreas sólo si los profesores usan técnicas de evaluación que
indiquen su importancia (Lester y Kroll, 1991, p. 277).
En la relación que establecemos entre la resolución de problemas y la
evaluación consideramos un doble significado (Blanco, 2000). Por una parte, la
resolución de problemas es un instrumento de evaluación de los conocimientos
matemáticos, y por otro lado, permite la integración del conocimiento de los
estudiantes en diferentes contextos (NCTM, 1991; 1995).
La evaluación aparece como fuente que retroalimenta tanto el proceso de
enseñanza, como el de aprendizaje. De este modo la evaluación de la resolución de
problemas debe permitir al docente orientar a sus estudiantes para que ellos
ejerzan el control sobre los aspectos que inciden en la resolución de problemas, y
así, optimizar los resultados del aprendizaje. Y por otra, la evaluación sobre la
resolución de problemas. En referencia a este último aspecto, consideramos a su
vez dos posibilidades. La evaluación de los problemas de una manera global
(Lestrer y Kroll, 1991; Worth, 1990, Meier, 1992, Carrillo, 1995, Giménez, 1997) y la
evaluación de los diferentes aspectos reseñados en el currículo relacionados con el
aprender a resolver problemas (Gairín, Muñoz y Oller, 2012).
3. PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
Los apartados anteriores nos indican la diversidad de aspectos que pueden ser
considerados en relación a la evaluación sobre la resolución de problemas.
Partiendo de las referencias concretas que el currículo nos señala en relación a los
aprendizajes de los alumnos y que por tanto debieran formar parte de la
evaluación; de los diferentes instrumentos que podemos considerar, de los criterios
de evaluación; de la relación entre concepciones y prácticas en el aula; de la
disparidad de resultados cuando varios profesores evalúan un mismo problema a
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 73
Figura 1. Preguntas del Bloque 1: Aspectos que se evalúan a los estudiantes, al evaluar la
Resolución de Problemas.
Figura 2. Preguntas del Bloque 2: Aspectos que el profesor considera sobre la evaluación en
la Resolución de Problemas
escala tipo Likert el nivel de importancia que le da evaluar los aspectos que se
mencionan en el primer bloque de preguntas, y el nivel de acuerdo que marca
frente a los aspectos que el profesor considera sobre la planificación de la
evaluación o los resultados de ella. De igual modo sucede frente a aquellos
aspectos que el docente manifiesta darles mayor importancia o énfasis al enseñar la
resolución de problemas, al marcar su respuesta en la escala Likert en el tercer
bloque de preguntas.
La población de estudio es de 179 profesores de matemáticas de secundaria y
bachillerato de los colegios públicos de Bogotá. Su selección ha sido de manera
aleatoria simple y sin reemplazamiento. De ellos, un 44,1% son mujeres y el resto
hombres, y su rango de edad varía desde los 24 años hasta los 64 años, siendo la
edad promedio 34. Curiosamente las edades se distribuyen de manera casi
homogénea en los intervalos organizados.
5. RESULTADOS Y DISCUSIÓN
100%
80% 63,8% 61,0%
60% 48,6% 46,9%
40%
20%
0%
La visión que tienen los estudiantes de las La visión que tienen los estudiantes de sí
matemáticas en la resolución de problemas mismos en la Resolución de Problemas
Manifiesta que "si evalúa" Manifiesta que "le da un alto nivel de importancia"
Los datos muestran una baja tendencia de los profesores a manifestar que se
tienen en cuenta aspectos que refieren al sistema de creencias, en la evaluación de
la resolución de problemas. Recordamos que este aspecto está considerado en los
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 77
currículos actuales. En la gráfica 1, se puede visualizar que menos del 50% de los
profesores manifiestan evaluar la visión que tienen los estudiantes de las
matemáticas y de sí mismos ante la resolución de problemas.
Mientras que en la gráfica 2, se puede visualizar que menos del 62% de los
profesores manifiestan tener en cuenta, lo que los estudiantes piensan sobre la
resolución de problemas y, de su capacidad para llevar a cabo esta tarea, al
momento de planificar, desarrollar en el aula o evaluar la resolución de problemas.
100%
64,40% 70,70%
59,90% 61,60%
50%
0%
Lo que los estudiantes piensan sobre la Lo que los estudiantes piensan de su
resolución de problemas. capacidad para resolver problemas.
Gráfica 2. Porcentaje de docentes que manifiestan tener en cuenta aspectos del dominio
afectivo
Las creencias que tienen los estudiantes de las matemáticas sobre de las
matemáticas como disciplina y, en particular, sobre la Resolución de Problemas
condiciona la manera de abordar los problemas. Así, por ejemplo, el gusto o no por
realizar este tipo de tareas, constituye una parte importante del contexto en el que
el afecto hacia las matemáticas se desarrolla (Gómez- Chacón, 2000).
De igual manera, la visión que tienen los estudiantes de sí mismos ante la
resolución de problemas y lo que piensan de su capacidad para resolver
problemas, son creencias que influyen en la confianza, el autoconcepto y la
atribución causal del éxito y fracaso escolar (Gómez-Chacon, 2000; Blanco,
Caballero y Guerrero, 2013)
Entre los aspectos del dominio afectivo, que presentan un mayor porcentaje en
las manifestaciones de los profesores, son los aspectos que hacen referencia a las
actitudes. Como podemos ver en la gráfica 3, tanto las actitudes que presentan los
estudiantes ante el estimulo de tareas que pueden ofrecer un carácter problemático,
y la confianza que los estudiantes tienen sobre sí mismos y al hacer uso de las
matemáticas al matematizar un problema, presentan casi el mismo porcentaje de
manifestantes que afirman evaluar estos aspectos, tan solo un 67,8%.
78 Resolución de problemas de matemáticas y evaluación: aspectos afectivos y cognitivos
Gráfica 3. Porcentaje de docentes que manifiesta evaluar aspectos del dominio afectivo
Manifiesta que "se le debe dar un alto nivel de Manifiesta que "esta más que de acuerdo
importancia" con tener en cuenta esos aspectos"
A. El proponer más de una estrategia a seguir de
acuerdo con las condiciones del problema A. Plantear problemas con una única solución
B. El usar estrategias o métodos diferentes a los que B. Plantear problemas que tengan diferentes
se han trabajado en clase para la resolución de contextos matemáticos
problemas
Gráfico 6. Porcentaje de docentes que Gráfico 7. Porcentaje de docentes que
manifiesta evaluar aspectos del dominio manifiesta tener en cuenta aspectos del
matemático y uso de la creatividad dominio matemático y uso de la
creatividad
El tipo de problemas que manifiestan la mayoría los docentes emplear en la
evaluación de la resolución de problemas, son problemas de rutina. Enunciados en
su mayoría por él, y en escasas oportunidades para los inventados por los
alumnos. En la evaluación de la resolución de problemas, se pone de manifiesto
que la mayoría de los docentes evalúa más el seguir procesos matemáticos
enseñados en clase que el fomento de las estrategias personales. Rebajando las
matemáticas por debajo del nivel de un “libro de cocina” (Polya, 1986, p.163). Y
limitando la evaluación de la resolución de problemas a comprobar la adquisición
del contenido o procesos matemático (Contreras y Carrillo, 2000; Álvarez, 2011).
5.2.2. Heurísticos
100%
75,1% 75,1%
80% 68,9% 67,8% 67,2%
67,3% 65,5% 66,7% 62,7% 66,1%
55,4% 58,8%
60%
40%
20%
0%
A B C D E F
Manifiesta que "si evalúa" Manifiesta que "se le debe dar un alto nivel de importancia"
87% 87,6%
100% 85,9% 86,4% 82,5% 85,9% 83,1%
83,6% 81,3%
77,4% 69,5%
80% 67,8%
60% 50,3%
43,5%44,7%32,2% 46,9%
40% 29,3%
20%
0%
A B C D E F G H I
6. CONCLUSIONES
El trabajo nos permite firmar que hay cuestiones que los docentes consideran
que son importantes al momento de evaluar, pero que no siempre las evalúan. Y,
por otra parte, otros aspectos que manifiestan darles menos importancia para
evaluarlos, si los evalúan.
En la evaluación de la resolución de problemas se continúa priorizando la
evaluación de aspectos que refieren al dominio cognitivo, sobre el afectivo. Y
dentro del dominio cognitivo se hace un mayor énfasis sobre los aspectos propios
del conocimiento matemático que sobre las estrategias heurísticas, lo que significa
84 Resolución de problemas de matemáticas y evaluación: aspectos afectivos y cognitivos
7. BIBLIOGRAFÍA
Pino, J. y Blanco, L.J. (2008). Análisis de los problemas de los libros de texto de
Matemáticas para alumnos de 12 a 14 años de edad de España y de Chile en
relación con los contenidos de proporcionalidad. Publicaciones 38. 63-88.
Polya, G. (1986). Cómo plantear y resolver problemas. México: Trillas. Traducción de
Polya, G. (1945). How to solve it. Princeton: Princeton University Press.
Prieto, M. y Contreras, G. (2008). Las concepciones que orientan las prácticas
evaluativas de los profesores: Un problema a develar. Estudios Pedagógicos,
XXXIV(2), 245-262.
Puig, L. (1991). Aprender a resolver problemas, aprender resolviendo
problemas. Revista aula de innovación educativa, 6, 10-12
Puig, L. (2008). Resolución de problemas: 30 años después. En R. Luengo, B.
Gómez, M. Camacho y L.J. Blanco (Eds.), Investigación en educación matemática
XII (pp.93-111). Badajoz, España: SEIEM.
Santos-Trigo, M. (2008). La Resolución de Problemas Matemáticos: Avances y
Perspectivas en la construcción de una agenda de investigación y práctica. En
R. Luengo, B. Gómez, M. Camacho y L.J. Blanco (Eds.), Investigación en
educación matemática XII (pp.93-111). Badajoz, España: SEIEM.
Schoenfeld, A. (2007). Problem solving in the United States, 1970–2008: research
and theory, practice and politics. ZDM The International Journal on
Mathematics Education, 39(5-6), 537-551.
Schroeder y Lester (1989). Developing understanding in mathematics via
problem solving. En NCTM New Directions for Elementary School Mathematics.
Yearbook. (pp.31-42). Reston, Virginia: NCTM
Vila, A. y Callejo, M.L (2004). Matemáticas para aprender a pensar. El papel de las
creencias en la resolución de problemas. Madrid, España: Narcea.
Worth, J. (1990). Developing problem-solving abilities and attitudes. En
Mathematics for young children (pp.39-61). Reston, Virginia: N.C.T.M.
CAPÍTULO 5
REPRESENTACIÓN DEL CONOCIMIENTO Y
TICS
1. INTRODUCCION
En los últimos años, tanto a nivel nacional como internacional, se han venido
publicando gran variedad de trabajos acerca de la introducción de las Tecnologías
de la Información y la Comunicación (TICs) en la enseñanza. Podríamos clasificar
las investigaciones realizadas en la última década en tres grandes grupos:
En primer lugar, estudios comparativos de tipo cuantitativo, utilizados por las
organizaciones e instituciones gubernamentales sobre indicadores que miden la
penetración y uso de las TICs en los sistemas educativos, así como las dificultades
experimentadas para su eficaz implantación en las aulas.
En segundo lugar, estudios sobre los efectos de las TICs en el rendimiento y
aprendizaje del alumnado, preocupados por averiguar en qué medida influyen en
la calidad del aprendizaje.
Entre estos estudios se incluyen aquellos de tipo cualitativo sobre las prácticas
de uso en las aulas, desarrollados en contextos reales y preocupados por identificar
las prácticas “exitosas” y los contextos concretos en que funcionan.
_________________________
Casas, L.M., Luengo, R. y Maldonado, A.M. (2013). Representación del conocimiento y emociones del
profesorado ante las TICs En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las
Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.89-102).
Badajoz, España: DEPROFE
90 Representación del conocimiento y emociones del profesorado ante las TICs
Por último, hemos de considerar los estudios sobre las perspectivas, opiniones y
actitudes del profesorado hacia el uso e integración de las tecnologías en las aulas.
Este tipo de estudios se centra en el supuesto de que las prácticas de enseñanza
con TICs están condicionadas, entre otros factores, por lo que piensan los docentes,
por las actitudes que mantienen hacia las mismas y hacia la innovación educativa y
por las expectativas sobre su impacto en el aprendizaje y mejora de su docencia.
En esta última categoría han sido identificados (BECTA, 2004; Casas et al., 2012)
lo que han sido denominados como “obstáculos personales”. Entre ellos, podemos
señalar aspectos tales como la falta de confianza, el sentimiento de falta de
competencia o las actitudes negativas ante el cambio.
La falta de confianza del profesorado es considerada por numerosos
investigadores como uno de los obstáculos más frecuentemente citados (Beggs,
2000; Balanskat, Blamire y Kefala, 2006). Se asocia esta falta de confianza con la
autopercepción de escasa competencia de los profesores para utilizar las TICs
frente a alumnos que quizá saben más que ellos.
Otro de los obstáculos identificados por las investigaciones (BECTA, 2004;
Ertmer, 2005) es la resistencia al cambio y la actitud negativa que mantienen acerca
de la posible utilidad de estas tecnologías para mejorar la enseñanza y el
aprendizaje.
Estas investigaciones nos muestran cómo los obstáculos para la integración de
las tecnologías en las aulas tienen que ver no sólo con las condiciones materiales,
relacionadas con la disponibilidad o calidad de los recursos, sino también con la
disposición de los profesores encargados de utilizarlos. Y destacan aspectos como
la confianza, el sentido de competencia o la actitud ante el cambio, que tienen
mucho que ver con los sentimientos, con los afectos, con las actitudes y en
definitiva con lo que se ha venido en denominar dominio afectivo.
La investigación relacionada con el dominio afectivo es particularmente activa
en el área de las ciencias (McLeod, 1988; Gómez-Chacón, 1999; Caballero y Blanco,
2007; Brígido, Caballero, Bermejo y Mellado, 2009; Blanco, Caballero, Piedehierro,
Guerrero y Gómez, 2010; Hidalgo, Maroto y Palacios, 2004) y muestra cómo
creencias, expectativas y emociones determinan en gran parte el abordaje que,
tanto profesores como alumnos hacen de su enseñanza y aprendizaje.
Del mismo modo influyen en el uso que unos y otros hacen de las TICs.
Podemos encontrar estudios que abordan las variables que afectan a las actitudes
del profesorado ante la informática (Blázquez, Carioca, Cubo, González y
Montanero, 2000; Cuadrado, Fernández y Ramos, 2009; Fernández y Casanova,
2011), identificando dichas actitudes en relación con las TICs en varios dominios:
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 91
ansiedad, uso educativo y accesibilidad del ordenador por los alumnos, nivel de
formación y competencia de los docentes en relación con el ordenador, así como
estudios que se centran conjuntamente en las actitudes de profesores frente a las
formas de utilización del ordenador en el aula o las situaciones de utilización que
pueden crear barreras de comunicación.
La utilización de las TICs se ve favorecida si los profesores tienen una actitud
positiva hacia la utilidad que estas tecnologías tienen en la enseñanza, lo cual
depende, en gran manera, de sus convicciones acerca de cómo se desarrolla el
proceso de enseñanza aprendizaje. Del mismo modo, los profesores utilizan estas
tecnologías cuando se consideran capaces de controlar tanto los propios recursos
tecnológicos, como el proceso de aprendizaje de los alumnos cuando los utilizan.
Cuando no se dan estas circunstancias, se producen actitudes de rechazo y
evitación que los profesores atribuyen a falta de preparación, falta de competencia
o, simplemente, falta de interés e inhiben el uso de las TICs disponibles en los
centros (Casas et al., 2012; Blázquez et al., 2000).
Un último dato que queremos destacar es que un buen número de
investigaciones muestran cómo buena parte de los profesores considera que no
están preparados para la integración de las TICs en educación (Casas et al., 2012), a
pesar de que su formación, al menos en aspectos básicos, se puede considerar
como aceptable, y ello es debido a que la percepción de sus propias capacidades
continúa siendo negativa.
Nos encontramos, pues, no ante un problema de falta de formación, sino más
bien, ante un problema de percepción negativa de las propias competencias, que
no es manifestado claramente en las declaraciones que hacen los profesores al ser
encuestados o entrevistados.
Consideramos pues, que es necesario conocer las actitudes y motivaciones
profundas, latentes, más allá de las expresiones manifiestas, analizando en
profundidad y de forma comprensiva, con las que los profesores se enfrentan al
uso de las TICs (Cartolano, Casas, Luengo y Carvalho, 2010).
En este trabajo presentamos una técnica que puede ayudarnos al conocimiento
no sólo de las actitudes sino de las emociones expresadas de forma inconsciente, de
modo que podamos influir en el desarrollo de actitudes positivas que favorezcan
su utilización y su integración en las aulas.
Pero queremos hacerlo mediante un método que permita a los profesores
expresarse con total libertad, sin las restricciones que, en cierta forma, impone el
uso de un cuestionario, algo frecuente en este tipo de investigaciones.
92 Representación del conocimiento y emociones del profesorado ante las TICs
2. OBJETIVOS
3. MÉTODO
Programa GestMagister.
4. RESULTADOS Y ANALISIS
Los datos obtenidos en las entrevistas, una vez transcritos, fueron codificados
en las siguientes categorías:
Adecuada formación de los docentes.
Confianza ante las TICs.
Desconfianza ante las TICs.
Falta de formación de los docentes.
Inconvenientes del uso de las TICs en la Educación.
Indiferencia por las TICs.
Inseguridad ante las TICs.
Seguridad ante las TICs.
Utilidad en la Enseñanza.
Ventajas del uso de las TICs en la Educación.
A modo de ejemplo, veamos algunas de las frases asociadas a las diferentes
categorías:
Inconvenientes del uso de las TICs en la Educación
“Veo que están suplantando muchas cosas…”
“Estamos con la falta de tiempo y todo.”
“Creo que están quitando otro tiempo de comunicación con compañeros…”
“Yo para explicar matemáticas en esa pizarra, yo soy muy lenta, y yo la tiza se me da de
miedo…”
Inseguridad ante las TICs:
“Te lo digo abiertamente, que es que no me gusta mucho las nuevas tecnologías porque
me creo que hay veces que en cualquier momento pueden fallar.”
El programa GestMagister nos ofrece la siguiente pantalla, en la que están
recogidas tanto las categorías como su frecuencia de aparición, así como la matriz
de contingencia.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 97
En esta pantalla se puede observar cómo las categorías que aparecen más
frecuentemente son:
Como podemos observar, las categorías más relacionadas con las actitudes y
emociones de los profesores son la “Motivación por el uso de las TICs” pero
también la “Inseguridad ante las TICs” o la “Desconfianza ante las TICs”. Resulta
también llamativo constatar cómo la categoría “Miedo ante las TICs” no aparece
como relevante.
El programa GestMagister nos ofrece también una matriz de contingencia, que
nos muestra el número de documentos en que aparecen a la vez determinadas
categorías:
98 Representación del conocimiento y emociones del profesorado ante las TICs
Podemos ver en esta red cómo las categorías más destacadas, recogidas en las
entrevistas con los profesores, son las “Ventajas del uso de las TICs en educación”
y la “Motivación ante las TICs” y podemos también observar cómo las categorías
relacionadas con emociones negativas aparecen también como importantes.
Pero podemos analizarla también dividiéndola en zonas:
En esta primera zona podemos ver cómo las ventajas del uso de las TICs están
asociadas a la “Adecuada formación”, a la “Confianza”, a la “Seguridad”, y todo
ello a la “Utilidad en la enseñanza”.
5. CONCLUSIONES
6. BIBLIOGRAFÍA
Blázquez, F., Carioca, V., Cubo, S., González, M.P. y Montanero, M. (2000). Las
actitudes del profesorado ante la informática. Un estudio comparativo entre
Extremadura y el Alentejo. Revista de Educación, 323, 455-474.
Brígido, M., Caballero, A., Bermejo, M.L. y Mellado, V. (2009). Las emociones sobre
la Enseñanza y Aprendizaje de las Ciencias en estudiantes de Maestro de
Primaria. Campo Abierto, 28(2), 153-177.
Caballero, A. y Blanco, L.J. (2007). Las actitudes y emociones ante las Matemáticas de los
estudiantes para maestros de la Facultad de Educación de la Universidad de
Extremadura. En M. Camacho, P. Bolea, P. Flores, B. Gómez, J. Murillo y M.T.
González (Eds.), Investigación en Educación Matemática. XI Simposio de la
SEIEM (pp.41-52). La Laguna, España.
Cartolano, C., Casas. L., Luengo, R. y Carvalho, J.L. (2010) Representación del
conocimiento en profesores sobre el uso de las TIC. Estudio cualitativo. I Encontro
Internacional TIC e Educaçao, Lisboa.
Casas L. (2005) El estudio de la estructura cognitiva de alumnos a través de las
Redes Asociativas Pathfinder. Aplicaciones y posibilidades en geometría. En
Premios Nacionales de Investigación e Innovación Educativa 2003, (pp.573-607).
CIDE: Ministerio de Educación y Ciencia, Madrid.
Casas, L., Luengo, R., Barrantes, G., Arias, J., Castillo, A., Hidalgo, V., Contreras,
J.A. y Torres, J.L., (2012) La informática en los centros de infantil y primaria en
Extremadura: Datos y propuestas. Servicio de Publicaciones de la Universidad de
Extremadura: Cáceres.
Casas, L., Luengo, R. y Godinho, V. (2011) Software GOLUCA: Knowledge repre-
sentation in mental calculation. US–China Education Review, 4, 592–600.
Casas L. y Luengo R. (2004) Representación del conocimiento y aprendizaje: teoría
de los conceptos nucleares. Revista Española de Pedagogía, 227, 59-84.
Cuadrado, I., Fernández, I. y Ramos, J.L. (2009) Impacto de las TICs en las
actitudes, formación y utilización del profesorado en el contexto escolar
extremeño: estudios realizados entre 1998 y 2006. Campo Abierto, 28(1), 13–33.
Ertmer, P. (2005). Teacher pedagogical beliefs: The final frontier in our quest for
technology integration. Educational Technology, Research and Development, 53(4),
25-39.
Fernández Alex, M.D. y Casanova, J. (2011). El uso de las TIC y las emociones. XIX
Jornadas Universitarias de Tecnología Educativa (JUTE) Sevilla. Disponible el 3
de Diciembre de 2012 en http://congreso.us.es/jute2011/es/comunicaciones.php
102 Representación del conocimiento y emociones del profesorado ante las TICs
SOLUCIÓN DE PROBLEMAS DE
DIFICULTADES DE APRENDIZAJE.
1. INTRODUCCIÓN.
_________________________
Tarraga, R., Fernández, M.I. y Pastor, G. (2013). La dimensión emocional ante la solución de problemas
de matemáticas en estudiantes con dificultades de aprendizaje. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B.
Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias
Experimentales y las Matemáticas (pp.103-116). Badajoz, España: DEPROFE
104 La dimensión emocional ante problemas de matemáticas en estudiantes con DA
En esta definición encontramos dos elementos útiles para definir las propias DA
y para establecer su diagnóstico: el criterio diagnóstico de discrepancia y el criterio
diagnóstico de exclusión. Estos criterios son además recogidos por el DSM-IV:
Manual Diagnóstico Estadístico de los Trastornos Mentales (APA, 1994).
El criterio de discrepancia implica que para que se produzca el diagnóstico de
DA debe existir una diferencia significativa entre el nivel de conocimientos del
niño o niña, y el nivel de conocimientos esperable para su edad, curso académico y
cociente intelectual (CI). Esta discrepancia suele cifrarse en 2 cursos escolares. Ello
implica que para recibir el diagnóstico de DA, los conocimientos del niño o niña
deben ser equivalentes a los conocimientos de estudiantes que se encuentran
escolarizados dos cursos por debajo de su nivel.
El criterio de exclusión hace referencia a las condiciones que se excluyen como
causa de las DA. Las condiciones que más habitualmente se contemplan en este
criterio de exclusión son la discapacidad sensorial (déficit auditivo o visual), el
retraso mental, los trastornos emocionales, o influencias extrínsecas como
deficiencia o ausencia de escolarización y diferencias culturales. Este criterio
implica que habitualmente los niños y niñas con alguna de estas características no
suelen recibir el diagnóstico de DA, ya que se asume que sus posibles problemas
de aprendizaje se explican mejor por alguna de estas condiciones (su discapacidad
sensorial, retraso mental, etc.).
El perfil de los estudiantes con DA es por tanto el de estudiantes con una
inteligencia similar a la de otros niños y niñas de su misma edad, sin discapacidad
sensorial ni otros problemas de carácter social o extrínseco, pero con una dificultad
específica para el aprendizaje que provoca que su nivel de conocimientos en
lectura, escritura o matemáticas sea el equivalente al de niños y niñas escolarizados
dos cursos por debajo del suyo. Este problema específico del aprendizaje puede
interferir en múltiples facetas de la vida de estos niños, pero obviamente los
problemas derivados de estas DA se harán más visibles y evidentes en el contexto
escolar, afectando a todos los aspectos que se movilizan en este contexto, incluidos
los aspectos emocionales y afectivos, que juegan un papel determinante en
ambientes escolares.
Este resultado indica que cuando se preguntó a los propios niños y niñas acerca
de sus niveles de ansiedad, la autovaloración que hacían de estos niveles era
menor que cuando se preguntó a sus padres y madres y mucho menor aún que
cuando se preguntó a sus profesores y profesoras. Ello implica que o bien hubo
una minusvaloración de la ansiedad por parte de los niños y niñas, o bien existió
una sobrevaloración por parte de los adultos.
Una posible explicación de esta discrepancia entre informantes se encuentra en
las limitaciones en las capacidades metacognitivas y de autoconocimiento de los
niños y niñas con DA, especialmente de los más jóvenes, un aspecto que ha sido
también ampliamente documentado (Harris, Reidy y Graham, 2004). Dado que la
evaluación de la ansiedad mediante autoinforme precisa de ciertas habilidades de
introspección y de autoconocimiento, es posible que los déficits de los estudiantes
con DA en estas habilidades influyan en los resultados, mostrando una
minusvaloración de sus niveles de ansiedad.
Otro elemento modulador de la ansiedad evidenciado en el metaanálisis fue la
modalidad de escolarización de los estudiantes. Los niños y niñas con DA
escolarizados en centros específicos de educación especial, presentaban mayores
niveles de ansiedad (tamaño del efecto 0,92), que los de los estudiantes
escolarizados en centros educativos ordinarios (tamaño del efecto 0,56). Este
resultado probablemente puede verse influido por la gravedad de las DA, ya que
las DA de los estudiantes escolarizados en centros específicos es habitualmente
bastante más elevada que la de los estudiantes matriculados en centros ordinarios.
de estas DA es una "hoja de doble filo", ya que por un lado comprender las DA
ayuda a tener una imagen ajustada de sí mismo, y por tanto una autoestima
ajustada; pero por otro lado comprender las DA significa reconocer limitaciones y
diferencias con los otros (Cosden, Brown y Elliot, 2002).
Esta "hoja de doble filo" va mostrando sus dos caras conforme avanza la edad
de los estudiantes con DA, ya que parece ser que a edades tempranas un mayor
conocimiento de las DA se asocia con una menor autoestima (probablemente
debido a la comparación con otros niños y niñas sin DA), pero en sujetos adultos
un mayor conocimiento de las propias DA se asocia con una mayor autoestima, lo
que probablemente está relacionado con el aumento propio de la edad de las
habilidades metacognitivas de autoconocimiento y autoevaluación, así como al
aumento de la conciencia sobre las propias capacidades adquirido gracias a la
mayor edad y experiencia de los adultos.
Al contrario que los constructos revisados hasta este punto, en los que la
investigación al respecto no establecía generalmente diferencias entre estudiantes
con DA en lectura, escritura o matemáticas, los conceptos de atribuciones, actitud y
motivación hacia el aprendizaje incluidos en este capítulo sí han sido analizados
específicamente en varias ocasiones en estudiantes con DA limitadas a las
matemáticas.
En una revisión al respecto, Miranda, García, Marco, y Rosel (2006) encontraron
que la baja motivación para el aprendizaje está más relacionada con las DA en
matemáticas que con las DA en lectura. Esta diferencia puede estar ligada al hecho
de que los estudiantes (y quizá también sus padres y profesores), albergan
actitudes diferentes hacia el aprendizaje de las matemáticas y de la lectura, lo que
puede condicionar una mayor disposición para la disminución de la motivación
hacia el aprendizaje de las matemáticas que hacia el aprendizaje de la lectura
cuando concurren situaciones de dificultades de aprendizaje.
Igualmente, el estilo atribucional de los estudiantes con DA en matemáticas
presenta un patrón desadaptativo, incluso mayor que el de los estudiantes con DA
en lectura. Este patrón atribucional se caracteriza por explicar los éxitos
académicos a través de factores externos (la suerte, la casualidad, la facilidad de la
tarea, la ayuda de otros, etc.), y por la atribución de los errores a causas internas
como la falta de habilidad.
A este respecto, Miranda, García, y Rosel, (2004), compararon las atribuciones
de una muestra de estudiantes de 5º curso en la que establecieron tres grupos: un
grupo de estudiantes con DA en comprensión lectora, un grupo de estudiantes con
110 La dimensión emocional ante problemas de matemáticas en estudiantes con DA
sobre las que versa este texto), pero a las cuales se suma además un déficit
específico en la percepción e interacción social.
Al margen de estos elementos que definen las características básicas de las DA
no verbal, diferentes investigaciones han encontrado otras dificultades asociadas
como déficits en la percepción táctil, coordinación viso-motriz, percepción,
organización y memoria viso-espacial, procesamiento de estímulos novedosos, o
nivel pragmático del lenguaje (Galway y Metsala, 2011).
Pero quizá el aspecto que ha despertado mayor interés sobre las DA no verbal
sea el mayor riesgo de los estudiantes con este tipo de DA de presentar una
psicopatología, bien sea externalizante o internalizante. Este mayor riesgo llevó a
Byron Rourke (el primer investigador en utilizar la etiqueta de DA no verbal, y
probablemente quien ha depositado mayores esfuerzos en investigar sobre este
fenómeno), junto a A. Young y A. Leenaars a publicar en 1989 un artículo titulado:
"una dificultad de aprendizaje infantil que predispone a la depresión y al riesgo de
suicidio en la adolescencia y la edad adulta", cuyo mero título ya sugiere lo serio
de las hipotéticas consecuencias de este tipo de DA.
Actualmente, las ideas aportadas por Rourke, Young y Leenaars (1989), se han
confirmado a través de la asociación de las DA no verbal con el síndrome
velocardiofacial (SVCF), una patología de origen biológico también conocida por el
nombre del cromosoma afectado (Síndrome de deleción del cromosoma 22.q11.2),
o por el nombre del primer investigador en describirlo (Síndrome de DiGeorge),
entre cuyas características principales se encuentra un mayor riesgo de padecer
trastornos psicopatológicos a partir del final de la adolescencia o el inicio de la
edad adulta. La asociación de este SVCF con las ideas propuestas por B. Rourke se
sustenta en que el SVCF presenta durante la infancia habitualmente todos los
requisitos para el diagnóstico de DA no verbal: habilidad relativamente intacta en
la lectura y escritura, dificultades específicas en matemáticas, junto con una
limitación en el procesamiento de información social, (Shashi, Veerapandiyan,
Schoch, Kwapil, Keshavan y Hooper, 2012), lo que probablemente explica la
severidad de la afirmación que realizó B. Rourke en 1989.
Antes de finalizar este epígrafe, es necesario mencionar que pese al referido
interés en estas DA de carácter no verbal, recientemente se ha cuestionado incluso
la propia existencia como entidad clínica de este tipo de DA. Spreen (2011), en una
revisión crítica sobre el tema utiliza diferentes argumentos en los que trata de
demostrar la fragilidad de la investigación sobre la que se sustenta la evidencia
clínica de las DA no verbal. Entre estos argumentos incluye la no existencia de
datos sobre prevalencia de estas DA (o la extremadamente baja prevalencia en los
estudios en que se ha analizado), la no constatación de una base neurológica
112 La dimensión emocional ante problemas de matemáticas en estudiantes con DA
9. CONCLUSIONES.
10. BIBLIOGRAFÍA
DE SECUNDARIA
1. INTRODUCCIÓN
Este trabajo forma parte de una investigación más amplia desarrollada con
estudiantes para profesor (EPP) de matemáticas de enseñanza media (secundaria),
en la Universidad Católica de Temuco (Chile). El objetivo del estudio era describir
y analizar sus creencias, actitudes y emociones, y prácticas de enseñanza acerca de
la resolución de problemas y si estas se modifican después de participar en un
curso-taller sobre resolución de problemas. En el trabajo original se incluyó,
además, un estudio de caso con dos EPP aplicando sus aprendizajes en un taller de
resolución de problemas con estudiantes de secundaria. En este capítulo,
presentamos un avance acerca de la resolución de problemas y su relación con
factores del dominio afectivo: creencias, actitudes y emociones.
_________________________
Pino, J. (2013). La resolución de problemas y el dominio afectivo: un estudio con futuros profesores de
matemáticas de secundaria. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las
Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.117-148).
Badajoz, España: DEPROFE
118 La RP y el dominio afectivo: en futuros profesores de matemáticas de secundaria
cierta confusión acerca del significado del vocablo ‘problema’ o de las perspectivas
que pueden adoptarse sobre la resolución de problemas o sobre la enseñanza de
heurísticas o la influencia de los factores afectivos. Todo ello, nos lleva a considerar
la necesidad de seguir investigando acerca de la resolución de problemas en
relación a la formación de profesores y en la enseñanza de la matemática en los
distintos niveles escolares.
Por otra parte, en el Informe Cockroft (1985) se propone que la enseñanza de las
matemáticas debe considerar la “resolución de problemas, incluyendo la aplicación
de las mismas situaciones de la vida diaria” (párrafo 243, punto 5º). En la última
década el NCTM vuelve a dar relevancia a la resolución de problemas cuando la
incorpora como uno de los cinco estándares de procesos que presenta en sus
Principios y Estándares para las Matemáticas Escolares (NCTM-SAEM Thales,
2003).
También, en España, podemos encontrar algunos datos que señalan la
importancia de la resolución de problemas en el currículo y en la investigación.
Así, en la propuesta curricular de la LOGSE se indicaba que la resolución debía ser
el contexto para la enseñanza de las Matemáticas, y la importancia en investigación
es descrita por Blanco (2011), cuando recuerda el dato aportado en Torralbo,
Fernández, Rico, Maz y Gutierrez (2003), al señalar la existencia de, al menos, 36
tesis doctorales relacionadas con la resolución de problemas en el periodo 1975 –
1998. La evolución de la Resolución de Problemas, en diferentes perspectivas, es
analizada en Castro (2008) en la XII SEIEM (Badajoz, 2008) en el Seminario de
Investigación, moderado por el profesor L. Puig, sobre la “Resolución de
Problemas: 30 años después”, con la participación, además, de J.M. Matos
(Universidad Nova de Lisboa) y M. Santos (Cinvestav-IPN, México).
La resolución de problemas es importante desde el punto de vista de su
enseñanza y aprendizaje, tanto para pedagogos como para educadores
matemáticos, al mismo tiempo que un tema prioritario de estudio e investigación,
desde el momento en que la capacidad para resolver problemas se presenta como
meta relevante para la educación de los estudiantes (Castro, 2008). Este interés por
la resolución de problemas como un contenido y como “contexto” central en la
enseñanza y aprendizaje de las matemáticas, como lo hemos visto en el apartado
anterior, se ha visto reflejado en los currículos y programas educativos de diversos
países, y en varios de ellos se considera la resolución de problemas como un tema
central del currículo de matemáticas. Algunos casos
paradigmáticos son los de Japón y Singapur, más otros
países del Asia-Pacífico influenciados por los anteriores.
En Singapur, la resolución de problemas es el eje
vertebrador de todo el currículo de matemáticas en la
educación escolar; tanto es así que desde 1992, tienen un
currículo que se enfoca en la resolución de problemas
matemáticos (Ministry of Education Singapore, 2011).
La figura 1 ilustra la centralidad que adopta la Figura 1. La RP en el
resolución de problemas en ese país, y se complementa currículo de matemáticas
con la información del cuadro 2. de Singapur
122 La RP y el dominio afectivo: en futuros profesores de matemáticas de secundaria
aversión y/o rechazo hacia esta disciplina. Existe una “mala imagen” acerca de las
matemáticas, lo que se manifiesta con frecuencia a través de expresiones como
“odio las clases de matemáticas”, “las matemáticas son aburridas”, “la resolución
de problemas me produce ansiedad”, “me bloqueo con la geometría”, etc. En otras
ocasiones, las expresiones van dirigidas al profesor: “el profesor de matemáticas no
explica bien” o “el profesor me tiene hostilidad” (Gil, Blanco y Guerrero, 2006). Lo
anterior ha provocado diferentes investigaciones desde ámbitos diferentes sobre
las relaciones existentes entre los factores emocionales y afectivos y, el aprendizaje
de las matemáticas.
El alto índice de fracaso en el aprendizaje de las matemáticas en los distintos
niveles educativos, según Gómez-Chacón (2000), en gran medida se puede explicar
por la aparición de actitudes negativas causadas por factores personales y
ambientales, que si son detectados a tiempo podrían contrarrestar su influencia
negativa con efectividad. Consecuentemente, Guerrero, Blanco y Vicente (2002)
consideran que los altos índices de fracaso en las matemáticas escolares exigen el
estudio de la influencia de los factores afectivos y emocionales en su aprendizaje.
Las actitudes positivas o negativas hacia las matemáticas, o de la resolución de
problemas en particular, podrían deducirse de su propia reacción emocional hacia
las matemáticas, de su comportamiento para aceptar o evitar las matemáticas y, de
sus propias creencias acerca de lo que son las matemáticas y cómo pueden ser
usadas (Hart, 1989).
Según McLeod (1989), el afecto juega un importante rol en la resolución de
problemas, tanto en estudiantes como en profesores. El énfasis sobre la resolución
de problemas en el aula de matemáticas presenta a los profesores nuevos desafíos;
cuando los estudiantes trabajan en problemas no-rutinarios, sus respuestas
afectivas son más intensas y podemos encontrar más evidencias de las emociones y
la influencia de las actitudes y creencias. Los profesores necesitan conocer, en
consecuencia, cómo tratar con estas emociones, ya sea en las alegrías o en las
frustraciones que ocurren en la resolución de problemas. Por otra parte, en Blanco,
Caballero, Piedehierro, Guerrero, y Gómez (2010), se apunta que el origen de las
creencias negativas de los profesores en formación inicial podría atribuirse a sus
experiencias previas en el sistema escolar, a sus experiencias como estudiantes de
matemáticas y, a la influencia de sus profesores y de los programas de formación.
Durante el proceso de resolución de problemas se experimentan diversos
sentimientos y emociones que pueden hacer de motor que impulse para buscar
una solución o, por el contrario, bloquear dicho proceso debido al peso de las
emociones negativas. Al inicio en la fase de comprensión del problema se suele
producir cierta tensión en la búsqueda de un plan para resolver el problema,
tensión que en algunos casos puede desembocar en interés y en otros, en ansiedad.
128 La RP y el dominio afectivo: en futuros profesores de matemáticas de secundaria
6. PLANTEAMIENTO DE LA INVESTIGACIÓN
constancia escrita de sus reflexiones con respecto a cada una de las sesiones, estas
reflexiones tenían que considerar los aspectos cognitivos, afectivos y sociales en el
contexto de la resolución de problemas.
7. METODOLOGÍA
Un planteamiento
Una manera didáctica y
estructurado donde las Se resuelven de una o
ejemplificadora para dar a
personas no tienen la distintas formas para
entender el variado uso de
capacidad de resolver o obtener resultados
las técnicas de las
contestar de inmediato exactos y concretos
matemáticas
A4 B4 C4
Un problema de
Es algo que hace pensar matemáticas es aquello
mucho que tengo que solucionar o
A6
intentar resolver B6
Las relaciones las hemos construido de acuerdo al grado de afinidad que tienen
las creencias que manifestaron los estudiantes acerca del concepto de problema,
algunas descripciones de los estudiantes son más inclusivas que otras y algunas
son casi equivalentes; por ejemplo hay cuatro de ellas que se relacionan
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 135
considerando la mayor complejidad que tienen los problemas y que los resolutores
no tienen un procedimiento inmediato para resolver (A4, A5, A6 y B5), mientras
que los enunciados de las celdas A1, A2 y B2, se relacionan en cuanto a que el
concepto de problema se caracteriza por tener datos e incógnitas y que se resuelve
a través de cálculos o aplicando fórmulas matemáticas. Por otro lado las celdas B3
y C3, son equivalentes en el sentido que ambas describen un problema de
matemáticas apelando a la idea de que son ejercicios.
Las principales ideas contenidas en el cuadro se refieren a las creencias que un
problema es algo así como un ejercicio, pero un poco más complicado, que todos
los problemas tienen datos e incógnitas, que habría que manipular los datos para
obtener una respuesta o solución al problema y que para ello es necesario aplicar
fórmulas y algoritmos conocidos que han sido enseñados por el profesor. También
aparecen ideas acerca del grado de complejidad de la situación y que para
resolverla no se tiene la capacidad o la persona no está preparada para encontrar
de inmediato una solución.
Como se puede observar, estos estudiantes tienen una concepción muy
tradicional acerca de lo que son los problemas. Por otra parte, los ejemplos de
problemas que ellos dieron no van más allá de los típicos ejercicios de carácter
algorítmico y los problemas con texto “word problema” que se resuelven
traduciendo el texto al lenguaje matemático, lo que lleva, generalmente, a la
aplicación de fórmulas o procedimientos rutinarios (Borasi, 1986; Charles y Lester,
1982; Blanco, 1993). Clasificando los ejemplos encontramos que una pequeña parte
eran ejercicios de reconocimiento y del tipo algorítmico (10%), y que la mayoría
eran problemas de traducción simple o compleja (90%), según las categorías de
Blanco (1993). Esto está en concordancia con lo que Blanco, Caballero y Guerrero
(2013), han encontrado en sus estudios con estudiantes para maestros de primaria.
Con respecto a las creencias que tienen de sí mismos los estudiantes como
resolutores de problemas, mayoritariamente, creen que si dedican más tiempo para
estudiar matemáticas obtendrán mejores resultados en la resolución de problemas
y que el esfuerzo que se haga es muy importante para lograr el éxito. En relación
con sus estados de ánimo cuando se enfrentan a la resolución de problemas
matemáticos, manifiestan sentirse calmados y tranquilos y, que tienen confianza en
sus capacidades. Sin embargo, 3 de cada 5 estudiantes dicen que suelen dudar si la
solución encontrada es la correcta. Por otra parte, expresan que ante los problemas
complicados no se dan por vencidos fácilmente y sienten mucha curiosidad por
conocer la solución; es significativo que la mitad de los estudiantes digan que se
angustian y sienten temor cuando en forma imprevista el profesor les propone
resolver problemas, del mismo modo que se sienten inseguros, nerviosos o
desesperados cuando se bloquean o atascan frente a un problema determinado.
136 La RP y el dominio afectivo: en futuros profesores de matemáticas de secundaria
Declaran, también, que les provoca mucha satisfacción cuando logran resolver el
problema con éxito y que cuando fracasan lo intentan de nuevo.
De acuerdo a los resultados del post-test, que consistió en la aplicación del
cuestionario “Creencias de los estudiantes sobre resolución de problemas”, la
mayoría de las creencias del grupo de estudiantes se mantienen desde el inicio del
curso-taller (pre-test) y el término del mismo curso (post-test). En el estudio de
correlación de cada ítem, hubo 13 de 21 ítems con una correlación superior a 0.9 y 2
ítem que tuvieron una correlación superior al 0.83, la mayoría de las creencias
iniciales persisten. Esto es coherente con lo que manifiestan algunos autores como
McLeod (1989), Flores (1998) y Vila y Callejo (2004), en el sentido que las creencias
y actitudes son relativamente estables en el tiempo.
Es probable que las pocas diferencias detectadas entre pre y pos-test se deban a
la influencia del curso-taller. Por ejemplo, en el ítem que dice: “al intentar resolver
un problema es más importante el resultado que el proceso seguido”, la diferencia se
puede explicar porque durante el curso-taller se puso mucho énfasis en la
importancia que tienen los procesos realizados para la resolución de problemas.
Luego, después de realizado el curso, ningún estudiante está de acuerdo de que
sea más importante el resultado que el proceso en la resolución de problemas
matemáticos. En lo que respecta al ítem: “si no encuentro la solución de un problema
tengo la sensación de haber fracasado y de haber perdido el tiempo”, la correlación es casi
nula (0.06), en el pre-test la mayoría se demostró en desacuerdo con este ítem. Aquí
observamos un cambio notable entre los grados de desacuerdo y los de acuerdo,
este cambio en los sentimientos de los estudiantes respecto a la sensación de
fracaso, es posible que se deba a que antes de contestar el pre-test no habían tenido
experiencias de enfrentar la resolución de problemas no rutinarios y la mayoría de
sus experiencias previas consistían en resolver problemas utilizando
procedimientos algorítmicos. Mientras que al responder el post-test ya habían
tenido que enfrentar problemas de otro tipo que les exigieron emplear otras
capacidades y para lo cual no estaban preparados. En sus reflexiones del portafolio
encontramos, varias situaciones en que los estudiantes experimentaron
sentimientos de fracaso o frustración cuando intentaban resolver algún problema
determinado. Callejo (1994) señala que los estudiantes para responder a un
problema de matemáticas buscan una estrategia de resolución e insisten en ella, si
no se tiene éxito se abandona el trabajo, si no se encuentra la solución se ha
fracasado, dándole más importancia al resultado que al proceso.
En sus respuestas al cuestionario “Autoevaluación: como me siento al resolver
problemas”, los estudiantes, en su mayoría, declaran que no se sienten alterados,
angustiados, oprimidos o sobreexcitados cuando están resolviendo problemas de
matemáticas. Por otra parte, en otras respuestas, declaran sentirse algo seguros,
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 137
coherente con lo planteado por Gil et al. (2006), en sentido que la percepción de sus
propias habilidades sería un predictor de la ansiedad con respecto a las
matemáticas y por Vila y Callejo (2004) que dice que es interesante considerar que
los contextos y la enseñanza de la matemática se retroalimentan mutuamente con
las creencias.
Cuadro 5. Resolución de problemas y control emocional. Respuestas de 3 estudiantes.
ANTES DURANTE DESPUÉS
En forma similar a lo que plantea Cooner et. al. (2011), entre las creencias
profesadas y las prácticas, hemos detectado discrepancias entre los resultados de
los cuestionarios y las prácticas en la resolución de problemas de matemáticas en el
curso-taller, tanto en los aspectos cognitivos como en los afectivos. Esto nos hace
aventurar una conjetura en el sentido que el cambio en las creencias de los futuros
profesores pudiera estar asociado a los entornos de práctica en su proceso
formativo. En relación con lo anterior, el autor citado expone que la investigación
sugiere que aunque las creencias no son fáciles de cambiar hay métodos por los
que el cambio se puede lograr, por lo menos con profesores en pre-servicio y, en
este sentido, cita a Liljedahl et al. (2007) para agregar que estos métodos permiten,
a los futuros profesores de matemáticas, aprender matemáticas en entornos
constructivistas y participar en el descubrimiento matemático.
Finalmente, los estudiantes fueron modificando su actitud y comprensión
acerca de lo que es un problema de matemáticas y la enseñanza de la resolución de
problemas, respecto de sus creencias iniciales llegando a plantear opciones acerca
de una nueva forma de enfrentar la resolución de problemas y su enseñanza, como
lo hemos dicho en los párrafos precedentes. Los estudiantes asumen que al
comienzo del curso tenían una visión estereotipada de lo que es un problema de
matemáticas, concepción que fue modificándose con el avance del curso-taller. Esta
perspectiva de visualizar los problemas, coincide con lo que plantean Vila y Callejo
(2004), en el sentido que los problemas escolares responden a formas
estereotipadas que van configurando en los alumnos ciertas creencias acerca de los
problemas. Si bien es cierto, observamos cambios de creencias en los estudiantes,
manifestadas en las entrevistas y en el desarrollo del curso-taller, no podemos
afirmar que este cambio de creencias sea permanente en el tiempo. La mejor forma
de constatar esto sería realizar un seguimiento a cada uno de ellos en sus prácticas
profesionales (practicum).
9. CONCLUSIONES
10. BIBLIOGRAFÍA
Antón, J.L, González, F., González C., Llorente J., Montamarta G., Rodríguez J.A. y
Ruiz M.J. (1994). Taller de Matemáticas. Madrid: Narcea.
Arcavi, A. y Friedlander, A. (2007). Curriculum developers and problem solving:
the case of Israeli elementary school projects. ZDM Mathematics Education, 39,
355–364.
Artigue, M. y Houdement, C. (2007). Problem solving in France: didactic and
curricular perspectives. ZDM Mathematics Education, 39, 365–382.
Blanco, L.J. (1993). Una clasificación de problemas matemáticos. Epsilon, 25, 49- 60.
Blanco, L.J. (2011). La Investigación en Educación Matemática. Educatio Siglo XXI,
29(2). 109-128
Blanco, L., Caballero, A., Piedehierro, A., Guerrero, E. y Gómez, R. (2010). El
Domino afectivo en la Enseñanza/Aprendizaje de las Matemáticas. Una revisión
de investigaciones locales. Campo Abierto, 29 (1), 15-33.
Blanco, L.J., Guerrero, E. y Caballero, A. (2013). Cognition and Affect in
Mathematics Problem Solving with Prospective Teachers. The Mathematics
Enthusiast, 10 (1 y 2), 335-364.
Blum, W. y Niss, M. (1991). Applied Mathematical Problem Solving, Modelling,
Applications, and Links to Other Subjects: State, Trends and Issues in
Mathematics Instruction. Educational Studies in Mathematics, 22(1), 37-68.
Boero, P. y Dapueto, C. (2007). Problem solving in mathematics education in Italy:
dreams and reality. ZDM Mathematics Education, 39, 383–393
Borasi, R. (1986). On the nature of problems. Educational Studies in Mathematics,
17(2), 125-141.
Boyer, C. (2001). Historia de la Matemática. Buenos Aires: Alianza Editorial.
Bransford, J. y Stein, B. (1987). Solución IDEAL de Problemas. Barcelona. Labor.
Braumann, C. (2002). Divagações sobre investigação matemática e o seu papel na
aprendizagem da Matemática. En J.P. Ponte, C. Costa, A.I. Rosendo, E. Maia, N.
Figueiredo y A. Dionisio (Eds.), Actividades de investigação na aprendizagem da
Matemática e na formação de os professsores (pp.5-24). Lisboa: Sociedad de
Educación Matemática
Burkhardt, H. y Bell, A. (2007). Problem solving in the United Kingdom. ZDM
Mathematics Education, 39, 395–403.
Butts, T. (1980). Posing problems properly. En S. Krulik y R. Reys (Eds.), Problem
solving in school mathematics (pp.23-33). Reston, VA: NCTM Yearbook.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 143
Caballero, A. (2007). Las actitudes y emociones ante las Matemáticas de los estudiantes
para Maestros de la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura.
(Trabajo final de Máster no publicado). Universidad de Extremadura, Badajoz,
España.
Caballero, A., Guerrero, E. y Blanco, L. J. (2007), Las actitudes y emociones ante las
Matemáticas de los estudiantes para Maestros de la Facultad de Educación de la
Universidad de Extremadura. En M. Camacho, P. Bolea, P. Flores, B. Gómez, J.
Murillo y Mª T. González (Eds), Investigación en Educación Matemática.
Comunicaciones de los grupos de investigación. XI Simposio de la SEIEM (pp.41-52).
Tenerife, España.
Caballero, A., Guerrero, E., Blanco, L.J. y Piedehierro, A. (2009). Resolución de
Problemas de Matemáticas y Control Emocional. Actas del XIII SEIEM. 151 –
160. Recuperado de
http://www.seiem.es/publicaciones/archivospublicaciones/actas/Actas13SEIEM/
SEIEMXIII_Indice.pdf
Cai, J. y Nie, B. (2007). Problem solving in Chinese mathematics education:
research and practice. ZDM Mathematics Education, 39, 459–473.
Callejo, M.L. (1994). Un club matemático para la diversidad. Madrid: Narcea
Cañadas, M.C., Durán, F., Gallardo, S., Martínez-Santaolalla, M.J., Peñas, M.,
Villarraga M. y Villegas, J.L. (1999). Materiales didácticos en la resolución de
problemas. En J.M. Cardeñoso, E. Castro, A. Moreno, y M. Peñas (Eds),
Investigación en el aula de matemáticas. Resolución de problemas (pp.99-110)
Departamento de Didáctica de la Matemática. Universidad de Granada,
S.A.E.M. “Thales”.
Carrillo, J. (1998). Resolución de problemas en la enseñanza secundaria:
ejemplificación del para qué. Revista Epsilon, 40, 15-26.
Castro, E. (2008). Resolución de problemas ideas, tendencias e influencias en
España. En R. Luengo, B. Gómez, M. Camacho y L.J. Blanco (Eds), Investigación
en Educación Matemática. XII Simposio de la SEIEM (pp.113-140). Badajoz, España.
Charles, R. y Lester, F. (1982). Teaching Problem Solving. What, Why y How. Palo
Alto, CA: Dale Seymour Publications.
Clarke, D., Goos, M. y Morony, W. (2007). Problem solving and Working
Mathematically: an Australian perspective. ZDM Mathematics Education, 39,
475–490
Cockcroft, W.H. (Presidente Comisión) (1985). Las matemáticas si cuentan. Informe
Cockcroft. Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia.
144 La RP y el dominio afectivo: en futuros profesores de matemáticas de secundaria
Conner, A.M., Edenfield, K., Gleason, B. y Ersoz, F. (2011). Impact of a content and
methods course sequence on prospective secondary mathematics teachers’
beliefs. Journal Math Teacher Educ, 14, 483–504
Contreras, L.C., (1998). Resolución de problemas: un análisis exploratorio de las
concepciones de los profesores acerca de su papel en el aula. (Tesis doctoral).
Universidad de Huelva.
D’Ambrosio, U. (2007). Problem solving: a personal perspective from Brazil. ZDM
Mathematics Education, 39, 515–521.
Dewey, J. (1910). How we think. Heath y Co. Publishers: Boston - New York –
Chicago. USA.
De Guzmán, M. (1993). Tendencias innovadoras en educación matemática.
Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la
Cultura. Recuperado de http://www.oei.es/edumat.htm
Doorman, M., Drijvers, P., Dekker, T., Van den Heuvel-Panhuizen, M., de Lange, J.
y Vijers, M. (2007). Problem solving as a challenge for mathematics education in
The Netherlands. ZDM Mathematics Education, 39(5/6), 405-418.
Fan, L. y Zhu, Y. (2007). From convergence to divergence: the development of
mathematical problem solving in research, curriculum, and classroom practice
in Singapore. ZDM Mathematics Education, 39, 491–501.
Felbrich, A., Kaiser, G. y Schmotz, C. (2012). The cultural dimension of beliefs: an
investigation of future primary teachers’ epistemological beliefs concerning the
nature of mathematics in 15 countries. ZDM Mathematics Education, 44(3), 355-
366.
Flores, P. (1998). Concepciones y creencias de los futuros profesores sobre las matemáticas,
su enseñanza y aprendizaje. Evolución durante las prácticas de enseñanza. Granada:
Comares.
Gil, N., Blanco, L.J. y Guerrero, E. (2006). El papel de la afectividad en la resolución
de problemas matemáticos. España. Revista de Educación, 340, 551-569.
Giné, N. y Parcerisa, A. (Eds.), (2003). Planificación y análisis de la práctica educativa.
Barcelona: Graó.
Gómez-Chacón, I.M. (2000). Matemática emocional. Los afectos en el aprendizaje
matemático. Madrid: Narcea.
Guberman, R. y Leikin, R. (2012). Interesting and difficult mathematical problems:
changing teachers’ views by employing multiple-solution tasks. Journal Math
Teacher Educ.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 145
McLeod, D.B. (1989). The role of Affect in mathematical problem solving. En D.B.
McLeod, y V.M. Adams (Eds.), Affect and mathematical problem solving: A new
perspective, (pp.20-36). New York: Springer.
Ministry of Education (2011). The Singapore Model Method for Learning Mathematics.
Singapore: Marshall Cavendish.
Monaghan, J., Pool, P., Roper, T. y Tthrelfall, J. (2009). Open-start mathematics
problems: an approach to assessing problem solving. Centre for Studies in
Science and Mathematics Education, School of Education, University of Leeds,
Leeds, UK. Teaching Mathematics and Its Applications, 28, 21-31
NCTM (1980). An agenda for action: Recommendations for school mathematics of the
1980s. Reston, VA.
NCTM (1989). Curriculum and Evaluation Standards for School Mathematics Traducido
por la Sociedad Thales (1995). España: Universidad de Granada.
NCTM-SAEM THALES (2003). Principios y estándares para la educación matemática.
Sociedad Andaluza de Educación matemática Thales. Sevilla. Traducción del original
en inglés Principles and Standars for School Mathematics, publicado por el
NCTM (2000).
Nunokawa, K. (2000). Heuristic strategies and probing problems situations. En J.
Carrillo y L.C. Contreras (Eds), Resolución de Problemas en los albores del siglo XXI
(81-118). España: Hergué.
OECD (2010). PISA 2009 Results: Executive Summary. OECD. Publishing
Okubo, K. (2007). Mathematical thinking from the perspectives of problem solving and
area of learning contents. Japan: Hokkaido University of Education. Recuperado
de
http://www.criced.tsukuba.ac.jp/math/apec/apec2007/progress_report/specialist
s_session/Kazuyoshi_Okubo.pdf
Palenzuela, D., Prieto, G., Barros, A. y Almeida, L. (1997). Una versión española de
una batería de escalas de expectativas generalizadas de control (BBEGC).
Revista Portuguesa de Educação, 10(1), 75-96.
Pehkonen, E. (2004). State-of-the-art in mathematical beliefs research. ICME 10. Finland:
University of Helsinki. Recuperado de
http://www.icme10.dk/proceedings/pages/regular_pdf/RL_Erkki_Pehkonen.pdf
Planas, N. (2006). Modelo de análisis de videos para el estudio de procesos de
construcción de conocimiento matemático. Educación Matemática. 18(1), 37-72.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 147
Pino, J. y Blanco, L.J. (2008). Análisis de los problemas de los libros de texto de
matemáticas para alumnos de 12 a 14 años de edad de España y Chile, en
relación con los contenidos de proporcionalidad. Publicaciones, 38, 63-88.
Polya, G. (1966). Matemáticas y razonamiento plausible. Madrid: Tecnos.
Polya, G. (1986). Cómo plantear y resolver problemas. México: Trillas. Traducción de
Polya, G. (1945). How to solve it. Princeton: Princeton University Press.
Ponte, J.P. (1999). Las creencias y concepciones de maestros como un tema
fundamental en formación de maestros. En K. Krainer y F. Goffree (Eds.), On
research in teacher education: From a study of teaching practices to issues in teacher
education (pp.43-50). Osnabrück: Forschungsintitut für Mathematikdidaktik.
Traducción de Casimira López.
Reiss, K. y Tôrner, G. (2007). Problem solving in the mathematics classroom: the
German perspective. ZDM Mathematics Education, 39, 431–441.
Sarabia, A. (2006) Las actitudes, las creencias y las emociones hacia las matemáticas: un
estudio descriptivo en alumnos de segundo de la ESO (Tesis doctoral no publicada).
Universidad de Navarra, Navarra, España.
Schoenfeld, A.H. (1985). Mathematical Problem Solving. Florida USA: Academic
Press, Inc.
Schoenfeld, A.H. (1992). Learning to think mathematically: Problem solving,
metacognition, and sense-making in mathematics. En D. Grouws (Ed.),
Handbook for Research on Mathematics Teaching and Learning (pp.334-370). New
York: MacMillan. Recuperado de
http://gse.berkeley.edu/faculty/ahschoenfeld/Schoenfeld_MathThinking.pdf
Schoenfeld, A.H. (2007). Problem solving in the United States, 1970–2008 research
and theory, practice and politics. ZDM Mathematics Education, 39, 537–551.
Schrock, C. (2000). Problem Solving: What IS It?. Journal of School Improvement
Volume 1. Issue 2, Fal./Winter 2000
Stacey, K. y Scott, N. (2000). Orientation to deep structure when trying examples: a
key to successful problem solving. En J. Carrillo y L.C. Contreras (Eds.),
Resolución de problemas en los albores del siglo XXI: una visión internacional desde
múltiples perspectivas y niveles educativos (pp.119-146). España: Hergué.
Szendrei, J. (2007). When the going gets tough, the tough gets going problem
solving in Hungary, 1970–2007: research and theory, practice and politics. ZDM
Mathematics Education, 39, 443-458.
148 La RP y el dominio afectivo: en futuros profesores de matemáticas de secundaria
PROFESIONALES DE LA EDUCACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
_________________________
Iriarte, C., Benavides, M. y Guzmán, M.J. (2013). Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas. Una
experiencia formativa con futuros profesionales de la educación. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B.
Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias
Experimentales y las Matemáticas (pp.149-175). Badajoz, España: DEPROFE
150 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
2. MÉTODO
Este estudio se planteó con el doble objetivo de: 1) hacer una primera
evaluación del Programa PAM (Iriarte y Sarabia, 2010, 2012) analizando su
efectividad como instrumento para disminuir la ansiedad hacia las matemáticas de
los estudiantes, en los cursos 2010-2011 y 2011-2012 y, 2) valorar y autovalorar
algunos aspectos de la aplicación práctica de alumnos universitarios -que en un
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 151
2.2. Participantes
2.3. Instrumentos
2.4. Procedimiento
3. Indicar las actividades menos eficaces para disminuir la ansiedad hacia las
matemáticas.
4. Describir las situaciones de mayor complejidad durante la aplicación.
5. Describir las situaciones más gratificantes durante la aplicación.
6. Explicar las adaptaciones que realizaban al programa si el caso lo requería.
7. Detallar los cambios percibidos tras la aplicación.
8. Indicar las valoraciones globales sobre la eficacia del programa, tanto del
aplicador como de la persona que ha recibido el programa.
Para llevar a cabo la intervención, los alumnos universitarios en esta práctica
podían seleccionar alumnos tanto de Primaria, de Secundaria o Bachillerato como
Universitarios. Podían trabajar individualmente o en parejas. Además, dado que
algunos de ellos son futuros docentes, también tenían la posibilidad de
autoaplicárselo en el caso de que sufriesen o hubieran sufrido ansiedad hacia esta
disciplina y pensaran que esta actividad podía ayudarles.
Aunque el tiempo previsto para aplicar gradualmente el programa era de 3
meses se admitieron para este estudio aquellas aplicaciones que han durado entre
uno y tres meses. El resto se desestimaron por considerar que el programa para ser
efectivo necesita de unos tiempos mínimos de aplicación.
En cuanto al tipo de aplicación, se realizaron 4 tipos:
Un adulto aplica el programa a un niño que puede tener entre 6 y 11 años
(adulto-niño). En este caso nos encontramos con una muestra de 14 sujetos,
que corresponde a un 27% (curso 2010-2011) y una muestra de 9 sujetos, que
corresponde a un 11% de la muestra (curso 2011-2012).
Un adulto aplica el programa a un adolescente que puede tener entre 12 y 17
años (adulto-adolescente). En este caso nos encontramos con una muestra de
26 sujetos, que corresponde a un 51% (curso 2010-2011) y una muestra de 46
sujetos, que corresponde a un 58% (curso 2011-2012) de la misma.
Un adulto aplica el programa a otro adulto mayor de 18 años pero, en este
caso, se descartan a aquellos sujetos que se han autoaplicado el programa
(adulto-adulto). La muestra es de 4 sujetos, (8%) (curso 2010-2012) y de 21
(26%) (curso 2011-2012).
Autoaplicaciones, que corresponde a aquellos sujetos que se han aplicado a
ellos mismos el programa. En este caso nos encontramos con 7 sujetos, un
14% del total de la muestra (curso 2010-2011). Los alumnos que se han
autoaplicado el programa concretamente son estudiantes de: 4º de
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 155
51% 58%
Figura 1. Tipo de aplicación del PAM Figura 2. Tipo de aplicación del PAM
(2010-2011) (2011-2012)
Los motivos por los cuales los estudiantes universitarios decidieron llevar a
cabo el programa a los sujetos escogidos se pueden observar categorizados en la
figura 3 que aparece a continuación.
Podemos decir que los motivos principales por los cuales se aplica el programa
son –por este orden-: evitación de las matemáticas (13%) 1, angustia hacia las tareas
matemáticas (12%), actitudes y creencias negativas hacia las matemáticas (no le
gustan las matemática o no les encuentra utilidad) (11%). El mismo porcentaje
aduce como motivo de la aplicación un bajo rendimiento en esta disciplina (11%) y
unas creencias negativas acerca de sí mismo en relación con las matemáticas (10%).
1 Se advierte al lector que puesto que cada sujeto puede señalar en este caso más de un motivo el
sumatorio final de los porcentajes de las elecciones puede ser mayor de 100. Esta advertencia se hace
extensible al resto del estudio.
156 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
Motivación de aplicación
3% 4% Baja Concentración
3%
14% Desmotivación y aburrimiento
12% Bajo rendimiento
Sentimiento de fracaso
Actitudes y creencias negativas
7%
13% Creencias negativas de si mismo
Bloqueo mental
Nervios
12%
8% Miedo
Angustia
8% 10% Evitación
6%
Presión
Figura 3. Motivos por los cuales se decide aplicar el PAM (en porcentajes)
DISMINUCIÓN DE LA ANSIEDAD
Disminución del miedo y de la ansiedad
Más concentración
MOTIVACIÓN
Reconocimiento de su dificultad
AUTOCONCIENCIA
AUTORREGUL
EMOCIONAL
A-CIÓN
Más optimista
Más organizado
COMPORTAMIENTO Y
HÁBITOS
2% 3% Cambiar visión
Planificar tiempo
33% Interpretar resultados
Admitir el problema
Figura 4. Situaciones de mayor complejidad durante la aplicación del PAM (en porcentajes)
160 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
Podemos ver que las situaciones que han provocado más satisfacción y
gratificación al aplicar el programa han sido: notar que algunas actividades
lograban resultados exitosos (17%) o que la aplicación del programa en su conjunto
aportaba un resultado exitoso (16%). Además, otras de estas situaciones
gratificantes han sido la reducción o superación del miedo y de la ansiedad (8%), el
cambio de actitud y de las creencias en el sujeto (7%) entre otras (véase tabla 2).
Negativa
Como podemos observar, el 86% de los aplicadores creen que llevar a cabo el
programa fue positivo. Los motivos principales que aducen son: modifica y mejora
la percepción de las matemáticas, es un buen programa, hace reflexionar al alumno
sobre la importancia de las matemáticas, es efectivo y eficaz, los resultados
conseguidos son muy positivos, sirve de gran ayuda para el alumno porque le
ayuda a darse cuenta y a reconocer el problema que tiene, es sencillo de aplicar, es
muy completo.
Por otro lado, el 4% de los aplicadores creen que es negativa la aplicación del
programa. Los motivos que señalan son que la aplicación les ha resultado muy
costosa debido al nerviosismo que mostraban algunos niños o adolescentes al no
saber qué responder en algunas actividades o a la dificultad que representa para
los niños de primaria ya que algunos pasos son complicados y exigen mucha
concentración y atención.
162 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
3.6. Valoración general del PAM por parte de los alumnos participantes
4%
12%
Positiva
Negativa
Figura 6. Valoración general de la intervención con el programa PAM por parte de los
alumnos a los que se les ha aplicado el programa.
Por un lado, los alumnos que tienen una valoración positiva del programa son
el 84%. Los motivos que argumentan estos sujetos son los siguientes: el programa
les ha ayudado a darse cuenta del problema que tenían, les ha permitido ver sus
puntos débiles y rectificarlos e incluso a tener más seguridad en ellos mismos, les
ha ayudado a darse cuenta de que su miedo era causado por ellos mismos, también
a relajarse ante las situaciones que les provocaban ansiedad, a cambiar sus
creencias y actitudes hacia las matemáticas y, por último, creen que ha sido ameno,
de gran provecho, positivo e interesante llevarlo a cabo. Por ejemplo, algunos de
los sujetos comentan lo siguiente acerca del programa:
“Me ha servido de gran ayuda, gracias a este programa voy superando poco a poco
mis miedos hacia las matemáticas, y soy capaz de proponerme diversas metas y
alcanzarlas con esfuerzo y seguridad en mí mismo. También ha ayudado la confianza
que me daba el aplicador y los ejercicios de relajación, puesto que soy una persona
muy nerviosa y más hacia esta materia; esto me sirve sobre todo a la hora de realizar
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 163
un examen, que es donde, con mayor intensidad, se reflejan mis miedos. Así mismo
me ha servido de reflexión y de motivación para eliminar todos los pensamientos
negativos que yo mismo me creaba y que creaban en mí un muro y también a darme
cuenta que el apoyo de profesores, padres y compañeros es muy importante.” (Sujeto
31: alumno de la ESO).
“Me ha ayudado a reflexionar, ya que nunca me había parado a pensar sobre mi
relación con las matemáticas: intereses, capacidades, aptitudes, actitudes… Espero
que me haya servido de gran ayuda y poder aplicarlo de ahora en adelante, y poder
así mejorar mis resultados en matemáticas, ya que ahora sí que creo que son útiles
para la vida cotidiana.” (Sujeto 38: alumno de Primaria)
“Me ha parecido un programa bastante interesante, sobre todo para superar el miedo
e inseguridad que tengo hacia la asignatura de matemáticas. Desde mi punto de
vista, las técnicas de relajación han sido la mejor respuesta ante esta frustración, ya
que los nervios me suelen causar malas jugadas.” (Sujeto 42: alumno de la ESO)
“Este programa me ha ayudado muchísimo. Al principio pensaba hacerlo solo para
ayudar a Ana, pero conforme pasaban los días he visto que el miedo que sentía al
pensar en las matemáticas ha ido disminuyendo. También he logrado cambiar mi
actitud hacia los exámenes; conseguía estar más relajada y mis notas han aumentado
hasta el punto de que el último examen lo he aprobado. Los pasos que hemos ido
realizando, en un principio me parecían bastante sencillos y creía que no iban a
solucionar mi problema, pero poco a poco he visto que me ayudaban a controlarme,
centrarme y hacer que vaya a las clases de matemáticas sin problema, atienda en
clase, realice mis ejercicios diarios y de esa manera llevo los exámenes mucho más
preparados. Así he conseguido aprobar un examen de esta asignatura, y sé que este
es el primero de muchos. ¡Las matemáticas ya no son un problema!” (Sujeto 43:
alumno de la ESO)
En cuanto a los sujetos que dan una valoración negativa al programa son 6, es
decir, un 12%. Estos sujetos comentan que se lo recomendaron pero no tenían
interés por realizarlo y por tanto fue pesado, muy repetitivo, aburrido y largo.
Finalmente, el 4% de los alumnos participantes que tienen una valoración
positiva pero con aspectos negativos acerca del programa, son 2 sujetos, el 4%.
Estos alumnos argumentan que a pesar de que la realización del programa fue
pesada y difícil les ha ayudado mucho.
En general podemos decir que los alumnos que han tenido una percepción más
positiva del programa (excluyendo las autoaplicaciones) son los niños y los adultos
(93% y 91%, respectivamente), mientras que en el grupo de los adolescentes sólo el
77% lo ha valorado positivamente.
164 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
Los motivos principales por los que se aplica el programa son: reacciones
físicas/somatización (10%), desmotivación y aburrimiento ante tareas matemáticas
(9%), bloqueo mental (9%), bajo rendimiento (9%), nervios (9%) y sentimiento de
fracaso (9%). El resto de motivos se pueden observar en la figura 7.
8% 9% EVITACION
9%
ANGUSTIA
MIEDO
PRESION
OTROS
Motivos físicos
En este estudio se analizó la naturaleza de los motivos físicos que señalaban los
participantes. El aumento del ritmo cardíaco (23%) ha sido el motivo físico más
recurrente, seguido de picores y onicofagia (19%), aumento de la tensión muscular
(17%) y sudoración (16%). Los motivos que aparecen con menor frecuencia han
sido el bruxismo (1%) y las nauseas (3%) (Véase figura 8).
166 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
El 11%, ha especificado otros motivos físicos que no aparecían en los ítems del
Cuestionario 1 de la evaluación del PAM (Iriarte, Benavides y Guzmán, 2012). A
continuación se presenta en la figura 9 con los motivos que especificó cada sujeto
en el espacio de respuesta abierta:
Manos frías
En el siguiente figura (véase Figura 10) podemos observar que los cambios más
frecuentemente percibidos tras la aplicación fueron: la disminución del miedo (77
sujetos), el reconocimiento de la dificultad (76 sujetos), más confianza en uno
mismo (74 sujetos), tranquilidad, seguridad ante los ejercicios de matemáticas (70
sujetos), más optimismo (70 sujetos) y más esfuerzo en el estudio y trabajo (69
sujetos).
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 167
Cambios observados
80 3 4
10 6 10
70
13 12
20 16 11 16 12
32
26 28 27 23 30 29 27
35
60
50
40 77 76
70 74 70
30
67 68
60 64 69 64 68
48
54 52 53 57 50 51 53
45
20
10
NO
0
Más capacitado para realizar los…
Pensamientos positivos
Cambio en las creencias y actitudes
Recocimiento de su dificultad
Más autonomía
Reducción/Superación del bloqueo
Más esfuerzo
Mejoran sus creencias de autoeficacia
4.4. Aspectos de mayor complejidad para los aplicadores del programa PAM
El 75,97% de los alumnos a los que se les aplicó el PAM, evalúan de manera
positiva el programa. Sólo un 2,3% lo considera negativo. Faltaron a causa de
mortandad 3 sujetos por evaluarlo.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 169
Por tanto, comparando los resultados de 2010-2011, vemos que tienen una
valoración positiva respecto a la eficacia del programa el 75,95 frente al 84% en
2010-2011 y negativa el 2,3% frente al 12% en 2010-2011. No obstante, hay que
especificar que en el curso 2010-2011 se contaba con una tercera categoría, reflejada
por el 12% de la muestra, en la que se indicaba que la valoración global era positiva
pero se especificaban también algunos aspectos negativos. En la evaluación de
2011-2012 se pide una evaluación global sobre eficacia y después una específica
sobre una escala Likert de 5 puntos donde la valoración puede ser: 1) muy buena, 2)
notable, 3) normal, 4) mala y 5) muy mala.
2; 3%
Positiva
Negativa
75; 97%
En esta evaluación específica (véase figura 12), podemos observar que el 39,51%
evalúan con notable el programa, el 24,31% evalúan su eficacia normal, el 12,15%
muy buena, y sólo un 2,3% lo evalúan deficientemente (como malo). Ningún
participante evalúo como muy mala la eficacia del programa.
Entre las justificaciones más frecuentemente utilizadas para evaluar como: 1)
Muy bueno el programa están que ha posibilitado ayudar a reducir la ansiedad hacia
las matemáticas y mejorar el rendimiento académico en matemáticas y/u otras asignaturas;
2) Notable, les ha ayudado a superar/reducir la ansiedad hacia las matemáticas, y ha
mejorado el rendimiento académico en matemáticas y/u otras asignaturas. 3) Normal, no
han podido ayudar a los participantes a reducir/superar la ansiedad hacia las matemáticas
y el programa ha sido largo y 4) los participantes que han evaluado la eficacia de
manera negativa (Malo), lo justifican porque no les ha servido su aplicación para
reducir la ansiedad hacia las matemática y porque ha sido repetitivo y largo.
170 Tratamiento de la ansiedad hacia las matemáticas con fututos docentes
4.6. Valoración global del PAM por parte de los aplicadores del PAM
1; 1%
Positiva
Negativa
76; 99%
12; 16%
20; 26% Muy Buena
Notable
Normal
Mala
5. CONCLUSIONES
6. BIBLIOGRAFÍA
Ho, H., Senturk, D., Lam, A.G., Zimmer, J.M., Hong, S. y Okamoto, Y. (2000). The
affective and cognitive dimensions of math anxiety: a cross-national study.
Journal for Research in Mathematics Education, 31(3), 362-379.
Iriarte, C. y Benavides, M. (2011). Evaluación del programa para superar la
ansiedad hacia las matemáticas: PAM. International Journal of Developmental and
Educational Psycology, 2(1), 65-74.
Iriarte C., Benavides, M. y Guzmán, M.J. (2012). Batería de Cuestionarios para la
evaluación del Programa PAM. En C. Iriarte y A. Sarabia (2ª edición) Programa
para superar la ansiedad hacia las matemáticas: Aplicación práctica para intervenir en
las dificultades de aprendizaje. Pamplona: Ulzama.
Iriarte, C. y Sarabia, A. (2010, 1ª ed; 2012, 2ª ed). Programa para superar la ansiedad
hacia las matemáticas: Aplicación práctica para intervenir en las dificultades de
aprendizaje. Pamplona: Ulzama.
Jennison, M. y Beswick, K. (2010). Student Attitude, Student Understanding and
Mathematics Anxiety. En M. Goos, R. Brown y K. Makar (Eds), Navigating
currents and charting directions (pp.280-288). Proceedings of the 33rd annual
conference of the Mathematics Education Research Group of Australasia.
Freemantle, Western Australia.
Karimi, A. y Venkatesan, S. (2009). Mathematics Anxiety, Mathematics
Performance and Academic Hardiness in High School Students. International
Journal of Educational Sciences, 1(1), 33-37.
Khatoon, T. y Mahmood, S. (2010). Mathematics Anxiety Among Secondary School
Students in India and its Relationship to Achievement in Mathematics. European
Journal of Social Sciences, 16(1), 75-86
Ma, L. (1999). A meta-analysis of the relationship between anxiety toward
matehematics and achievement in mathematics. Journal for Research in
Mathematics Education, 30(5), 520-540.
Muñoz, J.M. y Mato, MªD. (2007). Elaboración y estructura factorial de un
cuestionario para medir la “Ansiedad hacia las Matemáticas” en alumnos de
Educación Secundaria Obligatoria. Revista Galego-Portuguesa de Psicoloxía e
Educación, 14(1), 221-231.
Pérez-Tyteca, P., Castro, E., Segovia, I., Castro, E., Fernández, F. y Cano, F. (2009).
El papel de la ansiedad matemática en el paso de la educación secundaria a la
educación universitaria, Revista de Investigación en Didáctica de la Matemática,
4(1), 23-35.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 175
ACADÉMICO EN MATEMÁTICAS EN
ESTUDIANTES DE EDUCACIÓN
1. INTRODUCCIÓN
_________________________
González, M.C. y Torrano, F. (2013). Perfiles de motivación y rendimiento académico en matemáticas en
estudiantes de educación secundaria: Utilidad del Patterns of Adaptive Learning Scales (PALS). En V.
Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las Emociones en la Enseñanza y el
Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.177-215). Badajoz, España: DEPROFE
178 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
2004; Muís, Winne y Orden, 2009). Como destacó Ames (1992) la teoría de metas se
centra en el papel de las metas, razones o propósitos generales que determinan
cómo los estudiantes, enfocan, se implican y responden a las actividades de
aprendizaje (y que no se refieren a objetivos concretos en una tarea o actividad).
Inicialmente, en las primeras teorizaciones sobre las metas en el contexto escolar
los autores distinguieron dos tipos de metas a las que se orientaban los estudiantes:
las metas de aprendizaje (también llamadas, metas de dominio o centradas en la tarea
–mastery/task goal) que guían la conducta hacia el desarrollo de nuevas
capacidades, conocimientos y al logro de un sentido de dominio basado en
estándares autoestablecidos y las metas de rendimiento o de desempeño (también
llamadas metas de habilidad o metas centradas en el yo –performance/ ability/ego
goal) que orientan al estudiante primeramente a centrarse en demostrar que posee
capacidad y en lograr un sentido de autovalía, muchas veces superando a otros en
rendimiento, y obteniendo un reconocimiento público por ello.
En la mayoría de las escalas desarrolladas para medir estas metas y,
concretamente, en las referidas a metas de rendimiento, no se distinguía
claramente entre la orientación a mostrar capacidad de la orientación a evitar
aparecer incompetente en comparación con otros. Estos componentes de
aproximación y evitación, sin embargo, ya habían sido distinguidos en las teorías
tradicionales de motivación de logro como en el modelo propuesto por Atkinson
en 1957 (motivo de éxito y motivo de evitar el fracaso).
En los años 90’ algunos autores (cfr. Barron y Harackiewicz, 2000; Elliot y
Harackiewicz (1996); Elliot y Church (1997); Skaalvick (1997); Harackiewicz,
Barron, Pintrich, Elliot y Thrash (2002); Middleton y Midgley, 1997) empezaron a
diferenciar estos dos componentes de las metas de rendimiento. Esto se produjo
porque empíricamente los hallazgos respecto a la orientación hacia metas de
rendimiento eran contradictorios. Así se fue proponiendo la necesidad de
distinguirlos en la operacionalización y medida de estas metas. Las metas de
rendimiento (aproximación) se definieron como el deseo de los estudiantes de
demostrar competencia y de rendir mejor que otros y las metas de rendimiento
(evitación) como el deseo de evitar aparecer incompetentes. Sin embargo, definidas
en relación a criterios normativos, siguen presentando problemas como veremos.
Las metas generales de aprendizaje y rendimiento y otras como las metas
sociales, a las que se les está prestando mayor atención en los últimos años
(Mansfield y Wosnitza, 2010), influyen en cómo los estudiantes interpretan y
reaccionan frente a los acontecimientos y producen diferentes patrones de
respuesta a nivel cognitivo, afectivo y conductual.
180 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
Midgley, 1997; Pintrich, 2000; Sakiz, 2011; Wolters, 2004). Con respecto a las
relaciones entre metas de rendimiento (aproximación) y creencias de autoeficacia los
resultados siguen sin estar claros pues hay investigaciones que revelan relaciones
positivas, otros no significativas y algunos incluso negativas (cfr. Sakiz, 2011). Las
investigaciones sugieren que, en general, tener creencias positivas de autoeficacia
es bueno para el aprendizaje escolar y que, por tanto, se debería tratar de potenciar
estas creencias positivas en los alumnos. Sin embargo, estamos de acuerdo con
Linnenbrink y Pintrich (2002) en la necesidad de ser prudentes y fomentar
creencias adaptativas en el sentido de que sean adecuadas o equilibradas en
relación a los logros o tareas. Hay que tener creencias optimistas pero sin caer en la
sobrestimación que puede ser tan pernicioso como la subestimación (cfr. González
Torres, 1999; 2003)
En el campo de la motivación también en las últimas décadas se han ido
perfeccionado los instrumentos de medida de estos constructos y otros con los que
están relacionados. Entre ellos cabe destacar el Motivated Strategies Learning
Questionnaire (MSLQ) que mide los componentes cognitivos y motivacionales
propuestos en los modelos de aprendizaje autorregulado (Pintrich, Smith, García y
McKeachie, 1991) y el Patterns of Adaptive Learning Survey (PALS), que hemos
empleado en la presente investigación por los motivos que a continuación
señalamos.
El Patterns of Adaptive Learning Scales (PALS) fue desarrollado en los años 90’ y
refinado a lo largo de esta década por Carol Midgley y su equipo de investigación
de la School Education de la Universidad de Michigan con el objetivo de examinar
las relaciones entre el ambiente de aprendizaje, la motivación, el afecto y el
comportamiento de los estudiantes. (Midgley et al., 2000).
Es un instrumento que está muy bien fundamentado teóricamente;
concretamente en la teoría de metas e investigación de Ames (1992). Las primeras
versiones del PALS se remontan a 1993 y desde la publicación de la versión de
1997 se ha producido una mejora en algunas de las escalas, concretamente en las
escalas de metas académicas (Anderman, Urdan y Roeser. (2003); Kaplan y
Midgley, 1997; Midgley, Kaplan, Middleton, Maehr, Urdan, Anderman, Anderman
y Roeser, 1998; Midgley, 2002; Midgley et al., 2000). En nuestra investigación nos
hemos basado en la versión publicada en el 2000.
El PALS con respecto a las metas diferencia entre metas personales y
percepciones de las metas que se promueven en el contexto de clase y escolar
(metas de contexto). Además recoge la distinción de los componentes aproximación y
evitación en las metas de rendimiento tal como recomendaban las revisiones de la
teoría de metas. También mide otro rango de variables educativas y psicológicas
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 183
del estudiante con las que las metas están relacionadas (p.ej. autoeficacia;
estrategias académicas; egodefensivas (self-handicapping); percepciones de las metas
del profesor; presión académica; conducta disruptiva; percepciones de las metas de
los padres estrategias de aprendizaje). Por otra parte, contiene otras escalas,
dirigidas al profesor, en las que se estima las percepciones que éstos tienen de las
metas de la escuela, sus metas respecto de la instrucción y sus percepciones acerca
de su autoeficacia como docentes.
Este conjunto de escalas se han aplicado tanto en primaria (Anderman y
Anderman, 1999; Anderman y Midgley, 1997) como en secundaria. Concretamente
en muestras de adolescentes se ha probado que el PALS es una de las medidas de
orientación de metas más válida, fiable y ha sido ampliamente empleada
(Anderman, Urdan y Roeser, 2003; Kaplan y Midgley, 1997; Midgley y Urdan, 2001
Meece, Anderman y Anderman, 2006; Patrick, Ryan,y Kaplan, 2007, Ryan y
Patrick, 2001; Strobel, 2010). En su aplicación a estudiantes de secundaria se
recomienda que los ítems se enuncien con referencia a materias específicas.
También se ah aplicado en el ámbito universitario (Muís, Winne y Orden, 2009) y
en países fuera del ámbito anglosajón (Alkharusi, 2008; Kakiz, 2011; Mansfield y
Wosnitza, 2010; Muruyama y Elliot, 2009; Puklek, Levpušček y Zupančič, 2009)
Dado que el PALS es una de las medidas más empleadas y que se ha utilizado
en estudios en relación a ámbitos curriculares específicos incluido el de las
matemáticas (Mansfield y Wosnitza, 2010; Middletion y Midgley, 2002; Puklek,
Levpušček y Zupančič (2009); Patrick, Kaplan y Ryan (2011); Ryan y Patrick, 2001)
nos pareció conveniente proceder a su adaptación a nuestro entorno lingüístico
para conocer los perfiles motivacionales de estudiantes de secundaria. A
continuación indicamos las escalas adaptadas y usadas en el estudio de campo (al
final de este trabajo se presenta el cuestionario).
a) Orientación a metas académicas (Personal Achievement Goal Orientations). Se
refiere a la percepción que los estudiantes tienen de las razones que les
llevan a implicarse en el aprendizaje. Esta dimensión engloba tres
subescalas: 1) Orientación a metas de aprendizaje (Mastery Goal
Orientation), que hace referencia al grado en el que el alumno se implica en
el aprendizaje por razones tales como el reto, el dominio y/o el desarrollo de
capacidades (ítems 4, 9, 11, 13 y 20); 2) Orientación a metas de rendimiento,
que a su vez se divide en otras dos, que se refieren al grado en el que el
estudiante participa en el aprendizaje por el deseo de demostrar
competencia (Performance-Approach Goal Orientation) (ítems 3, 10, 14, 17,
19) o con el fin de evitar demostrar la propia incompetencia (Performance-
Avoid Goal Orientation) (ítems 2, 12, 21 y 23).
184 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
b) Percepción de las metas del aula (Perception of Classroom Goal Structures): esta
dimensión se refiere a las percepciones que tienen los estudiantes acerca de
las razones que se destacan en el aula para implicarse en el aprendizaje. Al
igual que antes, dicha dimensión se desglosa en tres subescalas: 1)
Percepción de la clase orientada al dominio (Classroom Mastery Goal
Structure). Los alumnos perciben que en el aula se promueve el que se
impliquen en el trabajo académico por desarrollar la propia competencia
(p.ej., aprender nuevas cosas, entender el material) (ítems 26, 28, 30, 33, 35 y
37); 2) Percepción de la clase orientada al rendimiento, que se divide a su
vez en otras dos, que comprenden las percepciones que tienen los alumnos
de que lo que se destaca en el aula es el implicarse en el aprendizaje por
demostrar competencia (Classroom Performance-Approach Goal Structure)
(ítems 29, 31, 38) o por evitar demostrar la propia incompetencia (Classroom
Performance-Avoidance Goal Structure) (ítems 27, 32, 34, 36 y 39).
c) Autoeficacia académica: que comprende las percepciones de competencia
que desarrollan los estudiantes a la hora de realizar las tareas académicas
(ítems 1, 5, 22, 24 y 25).
d) Uso de estrategias self-handicapping: que se refiere a las estrategias,
excusas, pretextos, que utilizan algunos estudiantes para justificarse ante un
mal resultado o un bajo rendimiento académico, con el objetivo de que el
fracaso pueda ser atribuido a esas causas y no a la falta de capacidad (ítems
6, 7, 8, 15, 16, 18). Son estrategias egodefensivas que suelen emplear alumnos
que desconfían de sus capacidades para mantener su percepción de
autovalía pero que a la larga son contraproducentes.
El objetivo de este trabajo es doble:
Por una parte, se ofrece a investigadores y educadores interesados por
cuestiones relativas a la motivación académica de los estudiantes datos de la
fiabilidad y validez de la adaptación de las escalas del PALS señaladas (Patterns of
Adaptive Learning Scales). Este instrumento de evaluación será de gran ayuda para
lograr una mejor comprensión de los perfiles motivacionales adaptativos y
desadaptativos de los alumnos y sus relaciones con el aprendizaje y el rendimiento
Por otra parte, presentamos los principales resultados empíricos obtenidos
acerca de las interrelaciones entre la motivación y el rendimiento académico en
alumnos de la ESO en el área de las matemáticas con el objeto de comprobar si se
corroboran algunos de los hallazgos destacados particularmente en el ámbito
anglosajón (cfr. Torrano, 2005).
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 185
2. ESTUDIO EMPÍRICO
La población en la que esta investigación se llevó a cabo está constituida por los
alumnos matriculados en 2º curso de la ESO en los centros de educación
secundaria del área metropolitana de Pamplona. Concretamente un total de 2.268
estudiantes agrupados en 28 centros (8 públicos y 20 privados), que forman parte
de los modelos lingüísticos de enseñanza G (enseñanza en castellano) y A
(enseñanza en castellano más lengua y literatura vasca de optativa).
Para la selección de una muestra representativa de la población, se decidió
emplear el muestreo aleatorio estratificado, tomando como procedimiento de
afijación el denominado proporcional. Una vez delimitados los estratos (el número
de alumnos en centros públicos y en centros privados), se determinó la proporción
de estudiantes de cada tipo de centro (público y privado) respecto de la población
original (37% y 63% de modo aproximado). Posteriormente, se seleccionó
aleatoriamente el número de alumnos de cada estrato que debían formar parte de
la muestra (aproximadamente 150 alumnos de centros públicos y 250 de centros
privados). El total de la muestra conseguida fue de N= 374 alumnos (131 de centros
públicos y 243 de centros privados, repartidos en un total de 10 aulas en centros
privados y 6 aulas en centros públicos) que constituye el 16,5% de la población de
los estudiantes matriculados en 2º de la ESO en los centros de educación
secundaria de Pamplona y su comarca.
puntuación de las escalas del PALS , pasando de una escala de 5 puntos a una de 7
puntos (1= no, nunca; 3= más bien no, alguna vez; 5= más bien sí, con bastante
frecuencia; 7= sí, siempre)
Una vez obtenidos los datos y con la codificación numérica de la información
personal solicitada a los alumnos en los cuestionarios se procedió a introducirlos
en el programa SPSS. También se introdujo la información respecto al rendimiento
académico (obtenido con posterioridad a la aplicación de los cuestionarios). Los
centros facilitaron una lista con las calificaciones de los alumnos en la evaluación
final de matemáticas. Estas notas varían entre 0 (insuficiente) y 10 (sobresaliente)
Para el análisis de validez de la estructura interna de los cuestionarios se
emplearon tres procedimientos de análisis. En primer lugar, para el estudio del
comportamiento de cada ítem se calcularon los valores medios, las desviaciones
típicas y la correlación de cada ítem con el total de su escala, como índice de
homogeneidad. En segundo lugar, se calculó la fiabilidad, a través del coeficiente α
de Cronbach, para cada una de las escalas, obteniendo de esta forma un indicador
de la consistencia interna (o precisión) de cada una de ellas. Finalmente, se utilizó
el análisis factorial (exploratorio y confirmatorio) para estudiar la dimensionalidad
de los cuestionarios y para comprobar si la agrupación de los ítems de la versión
española realizada de los cuestionarios coincide o no con la propuesta por los
autores de los instrumento.
Todos los análisis se realizaron con el programa SPSS versión 10.0.6 en un
entorno Windows y con el programa AMOS versión 5.0 (Analisys of Moment
Structures, Arbuckle, 2003)
Con los análisis de datos efectuados se ha tratado de responder a las siguientes
cuestiones:
¿Cuáles son los factores motivacionales más y menos valorados por los
estudiantes (para “a groso modo” ver si presentan un patrón motivacional
adaptativo o desadaptativo)?
¿Qué relaciones existen entre los factores motivacionales (metas personales,
metas del contexto, percepciones de autoeficacia y estrategias egodefensivas)
entre sí y con el rendimiento académico?
¿Existen diferencias entre los alumnos de rendimiento alto, medio y bajo
respecto a los factores motivacionales medidos? ¿En qué aspectos se
producen mayores diferencias?
¿Existen diferencias por sexo en las dimensiones de la motivación académica
estudiadas? El estudio de las variaciones en la motivación entre chicos y
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 187
chicas es una cuestión a la que cada vez más se está prestando mayor
atención (cfr. Meece, Glienke, y Askew, (2009); Pajares y Valiente, 2001;
Smith y Sinclair, 2005)
No se explicitan hipótesis de trabajo para cada una de las preguntas
formuladas, dado que el carácter descriptivo-explicativo de esta investigación hace
que no sea necesario.
En lo que respecta a los análisis, para estudiar la relación entre las distintas
variables, se calculó el coeficiente de correlación r de Pearson. Por otra parte, para
analizar las diferencias entre los grupos de rendimiento respecto a los factores se
llevaron a cabo varios análisis de varianza (ANOVA). Para examinar las
diferencias de sexo en la motivación se realizaron análisis de diferencias de medias
mediante la prueba T para dos muestras independientes. Finalmente, utilizamos el
análisis de covarianza (ANCOVA) con el objetivo de comprobar si las diferencias
se mantienen cuando el rendimiento previo en ambos sexos es sometido al control
experimental.
3. RESULTADOS
Los ítems incluidos en las tres escalas de metas académicas (personales) tienen una
correlación bastante alta con el total de sus escalas (entre 0,56 y 0,80).
En las tres escalas de metas del contexto las correlaciones son considerables (entre
0,52 y 0,68) excepto en el caso de los ítems 28, 33 y 37, cuyas correlaciones con el
total de su escala (metas contexto aprendizaje) son 0,40, 0,46 y 0,42 respectivamente.
Respecto al ítem 28, hemos de señalar que su falta de correlación puede deberse a
que su formulación es difícil de comprender para un alumno de 13/14 años, ya que
se le pregunta si en su clase se valora el grado de progreso personal, aspecto que
implica un alto grado de conciencia, que en esas edades es difícil de lograr de un
modo realista y objetivo. En relación con los otros dos ítems (33 y 37), la
introducción de un “no” (negación) en sus correspondientes enunciados puede
haber causado algún problema de comprensión a los alumnos durante la
aplicación de las pruebas, lo que nos obliga a plantearnos una revisión de los
mismos.
En la escala de autoeficacia académica las correlaciones son también considerables
(entre 0,57 y 0,68). Sin embargo, la escala de estrategias self-handicapping parece ser
la que menor grado de homogeneidad interna tiene, aún así, las correlaciones son
moderadamente altas (entre 0,51 y 0,57).
188 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
En la tabla 1 recogemos los valores del coeficiente α de Cronbach para cada una
de las escalas motivacionales. Estos valores son bastante altos (entre 0,74 y 0,89), lo
que pone de manifiesto un elevado grado de consistencia para el PALS en su
versión española.
Asimismo, en dicha tabla podemos comparar los valores hallados en este
estudio y los que aparecen en el manual del PALS. Como podemos observar,
nuestros valores son iguales o superiores a los de Midgley et al. (2000) en todas las
escalas, menos en la de estrategias self-handicapping, que es menor.
Tabla 1. Fiabilidades (α de Cronbach) de las escalas de motivación del PALS
ESCALA PRESENTE ESTUDIO PALS
Metas aprendizaje (MA) .88 .85
Metas rendimiento (MRAapx.) .89 .89
Metas rendimiento (MREev.) .78 .74
Metas contexto aprendizaje(MCA) .76 .76
Metas contexto rendimiento (MCRA ap) .74 .70
Metas contexto rendimiento (MCREev.) .86 .83
Autoeficacia .82 .78
Estrategias self-handicapping .79 .84
La tabla 2 recoge los valores medios de las escalas del PALS. Esto nos aporta
una visión general del patrón motivación de los alumnos.
Tabla 2. Valores medios de las escalas de motivación del PALS
ESCALA VALOR MEDIO
Metas aprendizaje (MA) 5.39
Metas rendimiento (MRAap) 2.74
Metas rendimiento (MREev) 3.47
Metas contexto aprendizaje(MCA) 5.79
Metas contexto rendimiento (MCRAap.) 4.90
Metas contexto rendimiento (MCREev.) 2.94
Autoeficacia (AE) 5.03
Estrategias self-handicapping(SH) 2.21
Como indican los datos, las escalas de metas aprendizaje, metas contexto
aprendizaje y autoeficacia presentan las medias más elevadas. Esto nos muestra que
los alumnos afirman tener una alta motivación por aprendizaje, pues manifiestan
implicarse en él por motivos relacionados con el desarrollo de las propias
capacidades (p.ej., ampliar su comprensión, sus conocimientos, etc.) y el dominio
de la tarea. Asimismo, perciben en el aula la importancia de realizar el trabajo
académico por esos mismos motivos. Finalmente, poseen unas altas creencias de
autoeficacia académica: creen que si estudian y se esfuerzan aprenderán los
contenidos y realizarán las tareas con éxito, ya que se consideran suficientemente
capacitados.
La escala motivacional con la media más baja es la de estrategias self-handicapping
lo cual nos indica que para los estudiantes consultados el evitar el fracaso o
intentar mantener su imagen pública parecen no ser motivos relevantes para
implicarse en las tareas, por lo que no se ven en la tesitura de inventarse ciertas
excusas para justificarse ante el fracaso o unos malos resultados.
El resto de escalas con medias más bajas son las de metas de rendimiento y las de
metas contexto rendimiento. Estos resultados nos indican que los alumnos,
habitualmente, no buscan rendir por demostrar su competencia y sobresalir por
encima de los demás ni tampoco por evitar demostrar incompetencia. Además, no
parecen percibir en el contexto del aula que deberían realizar las tareas por dichos
motivos. Únicamente, observamos que la escala metas contexto rendimiento (ap) tiene
una media bastante más elevada que el resto, lo que nos lleva a pensar que los
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 191
1 — .
2 .13* —
3 .11* .80** —
1=Metas aprendizaje (MA); 2=Metas rendimiento (ap) (MRap); 3=Metas rendimiento (ev). (MRev);
4=Metas contexto aprendizaje (MCA); 5=Metas contexto rendimiento (ap.) (MCRap); 6=Metas
contexto rendimiento (ev.) (MCRev); 7=Autoeficacia(AE); 8=Estrategias self-handicapping (SH);
9=Rendimiento (nota final matemáticas).
Como puede verse (tabla 3), las relaciones entre factores motivacionales
altamente significativas se producen entre los componentes de aproximación (MRap) y
de evitación de las metas de rendimiento (MRev) (0,80); metas rendimiento evitación
(MRev) y metas contexto rendimiento evitación (MCRev) (0,78); metas rendimiento
192 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
Para analizar las diferencias entre los grupos de rendimiento respecto a los
factores motivacionales se llevaron a cabo varios análisis de varianza. Para ello, se
dividió a los estudiantes en tres grupos de rendimiento: grupo 1, de rendimiento
bajo, formado por los alumnos con unas notas entre el 0 y el 4 (insuficiente); grupo
2, de rendimiento medio, formado por los alumnos con unas notas entre el 5
(suficiente) y el 6 (bien); y grupo 3, de rendimiento alto, formado por los alumnos
con unas notas entre el 7 (notable) y el 10 (sobresaliente). Se pretendía saber si los
alumnos, en función de sus resultados académicos, valoran de modo
significativamente distinto cada uno de los factores de los cuestionarios
empleados.
En la tabla 4 se recogen los resultados correspondientes al análisis de varianza
de las escalas motivacionales (los valores significativos al nivel de 0,05 están
representados con un asterisco y al nivel de 0,01 con dos asteriscos). Asimismo, en
la figura 1 presentamos el perfil motivacional de los alumnos con rendimiento bajo,
medio y alto.
Como podemos ver, existen diferencias significativas entre los grupos de
rendimiento en las siguientes variables motivacionales: metas aprendizaje, metas
contexto aprendizaje, metas contexto rendimiento (ev.), autoeficacia y estrategias self-
194 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
1
1 2 3 4 5 6 7 8
VALORES MEDIOS
Los resultados indican que existen diferencias importantes entre chicos y chicas
en las metas que adoptan y en las percepciones que tienen de su contexto de
aprendizaje. En concreto, vemos que los chicos se orientan, en mayor medida que
las chicas, hacia metas de rendimiento, en este caso, relacionadas con la evitación
de juicios negativos sobre la propia incompetencia (performance-avoidance goals). En
consonancia con lo anterior, encontramos que los chicos perciben, en mayor
medida que las chicas, que los motivos por los que deberían realizar el trabajo
escolar están relacionados con la obtención del éxito y la demostración de
competencia (classroom performance-approach goals).
En cuanto a la autoeficacia, los resultados indican, cuando se neutralizan los
posibles efectos del rendimiento, que los chicos se sienten mucho más competentes
en matemáticas que las chicas.
198 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
4. DISCUSIÓN E IMPLICACIONES
En línea con actuales trabajos en el campo de las matemáticas, con este estudio
hemos querido contribuir al conocimiento del potencial explicativo de algunas de
las dimensiones motivacionales más destacadas en la literatura actual en el
aprendizaje y, concretamente, en el rendimiento de estudiantes de secundaria. A la
luz de la información obtenida, resumiremos y discutiremos los principales
resultados
Un avance para la investigación en relación a las metas académicas, y otras
creencias motivacionales (como la autoeficacia) y sus relaciones con el aprendizaje
y el rendimiento consiste en examinar en contextos culturalmente distintos (fuera
del ámbito anglosajón) dichos constructos; de modo que se pueda profundizar en
su comprensión además de comparar resultados (cfr. Midgley et al., 2001; Sakiz,
2011). Para ello resulta conveniente emplear escalas ya desarrolladas y con buenas
propiedades psicométricas y, en todo caso, partir de ellas para si es necesario
introducir mejoras. Por este motivo, uno de los objetivos específicos de este trabajo
ha sido estudiar la fiabilidad y la estructura de la versión que hemos adaptado al
español de parte de las escalas del PALS.
Respecto a si, después de llevar a cabo los análisis estadísticos pertinentes,
nuestra adaptación muestra una estructura interna relativamente consistente y
acorde con la hallada por los autores de los mismos podemos señalar que, con las
matizaciones puestas de manifiesto, cada ítem está significativa y sustancialmente
correlacionado con aquellos otros diseñados para medir su misma faceta.
Asimismo, los valores de la fiabilidad ponen de manifiesto un elevado grado de
consistencia.
Las matizaciones se refieren a que los factores de metas de rendimiento (los dos
componentes) y de metas de contexto rendimiento (los dos componentes) no aparecen
claramente diferenciados ni parecen independientes en nuestra versión.
En parte podría deberse a que realmente la orientación del estudiante a
demostrar competencia y a obtener juicios favorables de ello esté de hecho
relacionado con que se oriente a evitar demostrar incompetencia. Así, Elliot y
Churt (1997) comprobaron empíricamente que en las dos subsdivisiones de las
metas de rendimiento está presente como disposición que dirige y organiza la
conducta del sujeto, el miedo al fracaso. Por otra parte, atendiendo al contenido de
los ítems de las dos dimensiones (aprox./evit.) la mayoría de ellos hacen referencia a
la comparación social lo que puede explicar la conexión entre ambas.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 199
Para J. Brophy entonces, y de acuerdo con Grant y Dweck, una posible solución
sería plantear en lugar de metas de rendimiento (tal como se miden
convencionalmente) metas de logro (outcome goals) definidas en términos de querer
obtener buenos resultados por demostrar que uno logra el éxito y progresa, o
consigue buenas notas y aprobación social. Esto es más realista y potencialmente
estas metas definidas en relación a criterios de logro podrían coexistir mejor con
metas de aprendizaje y favorecer la implicación cognitiva más que las metas
definidas exclusivamente en términos normativos
Estamos de acuerdo en que este cambio sería conveniente tanto para la teoría de
metas como para las implicaciones para los profesores que de ella pueden
derivarse. Desde luego no es negativo animar a los estudiantes a rendir además de
aprender y estaríamos fuera de la realidad si no lo hacemos en una sociedad como
la nuestra (y, particularmente, en el contexto universitario), pero no
necesariamente ello tiene que traducirse en poner exclusivamente el foco en rendir
por encima de los demás, lo cual si sería contraproducente para alcanzar otras
metas de cooperación y ayuda mutua deseables en el contexto escolar. Al respecto
de esta interesante cuestión y para un análisis más profundo sobre las metas de
rendimiento y sus ventajas e inconvenientes puede consultarse Elliot y Moller
(2003) y Midgley et al. (2001).
Dados los inconsistentes resultados que se producen al cuantificar las metas
académicas, y en particular las metas de rendimiento, Muís, et al. (2009) proponen un
método alternativo (la metodología Rasch) para explorar la fiabilidad y validez de
las escalas usadas comúnmente para cuantificar la orientación de metas. Esta
propuesta puede ser muy interesante pues está claro que, como señalan, cuando
los datos no funcionan como se espera entonces, los ítems, las respuestas a los
ítems o el constructo tiene que reconsiderarse. Apuntamos esta propuesta para
futuros análisis de las cualidades del PALS.
Además de lo señalado para explicar algunas inconsistencias que hemos
encontrado también se podría añadir que, aunque nuestra traducción y adaptación
se verificó con profesores bilingües y las escalas se sometieron a un análisis de
validación de contenido con una muestra piloto, algunos de los ítems pueden no
haber resultado claros para los estudiantes (p.ej. los redactados en términos
negativos) provocando una mala comprensión de los mismos que podría haber
afectado a las escalas con menores índices consistencia interna.
Con respecto a las preguntas, que han guiado nuestra investigación a través de
las distintas fases de carácter empírico, destacamos lo siguiente:
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 201
Nuestros resultados también son coherentes con otros que han encontrado que
los estudiantes que perciben su contexto de clase orientado hacia el dominio/aprendizaje
tienen mayor autoeficacia académica (Friedel et al., 2007; Middleton y Midgley, 1997),
mientras que las clases orientadas hacia el rendimiento se han encontrado no
relacionadas, positivamente relacionadas (en nuestro estudio escasamente) o
negativamente relacionadas con la autoeficacia (Friedel et al., 2007; Wolters et al.,
1996; Schunk, 1996).
Por otra parte, los análisis efectuados por el equipo de C. Midgley (ver
Anderman et al., 2003) indican que las metas de rendimiento (evit.) tienden a estar
relacionadas con estrategias self-handicapping, en nuestro caso también aunque
curiosamente aparecen más relacionadas con el componente de aproximación.
Estos datos indican la necesidad de seguir ahondando en la controversia que existe
respecto a las metas de rendimiento y sus relaciones con otros constructos
Sobre la relación entre los factores motivacionales y el rendimiento académico y en
sintonía con muchas investigaciones, los factores de autoeficacia académica y de
metas de aprendizaje son lo que presentan una mayor relación con el rendimiento
académico, seguidos, en este estudio, del factor metas contexto aprendizaje. El resto de
factores presentan una correlación nula o negativa con el rendimiento, destacando
los valores negativos que alcanzan los factores de estrategias self-handicapping y de
metas contexto rendimiento (evit.).
En conclusión, y acorde con otras investigaciones, encontramos que las
creencias motivacionales positivas están asociadas con puntuaciones más altas de
rendimiento (Strobel, 2010). Así, en nuestro estudio (ver también Barron y
Harackiewicz, 2000; Gheen et al., 2000; Middleton y Midgley, 2002 y Wolters 2004)
se muestra la relación positiva que existe entre las metas de aprendizaje y el
rendimiento académico. Por otra parte, la mayor parte de las investigaciones
coinciden con nuestro estudio en que el factor motivacional que presentan una
mayor correlación con el rendimiento académico es la autoeficacia (Gheen et al.,
2000; Kaplan y Maehr, 1999; Middleton y Midgley, 2002; Niemivirta, 1997; Pajares
y Schunk, 2001; Pajares y Graham, 1999; Patrick et al., 1999; Pintrich y DeGroot,
1990). Por ejemplo, Wolters (2004) encuentra que la correlación entre las creencias
de autoeficacia matemática y el rendimiento en esa materia (operativizado a través
de las notas del curso pasado) es considerable (0,51). También el reciente estudio
de Fast, Lewis, Bryant, Bocian, Cardullo, Rettig, y Hammond (2010) encuentra que
a más altos niveles de autoeficacia mayor rendimiento
En cuanto a las relaciones entre metas de rendimiento y rendimiento académico y con
respecto al componente de evitación de estas metas, coincidimos con la mayoría de
los estudios (que han diferenciado dicho elemento) en que su correlación con el
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 203
rendimiento es negativa, del orden de -0,04 a -0,19. (p.ej., Gheen et al., 2000;
Middleton y Midgley, 1997 y 2002; Midgley y Urdan, 2001; Pajares y Schunk, 2001).
Por otro lado, en el caso del componente de aproximación, no encontramos evidencia
empírica para afirmar que su correlación con el rendimiento sea positiva, tal como
se muestra en algunos estudios dentro de este campo (realizados principalmente
en la universidad) y que, se han llevado a cabo cuando se planteó la necesidad de
reformular la teoría de metas (Barron y Harackiewicz, 2000; Elliot y Church, 1997;
Harackiewicz et al., 2002; Skaalvik, 1997). Los resultados poco claros con respecto a
las metas de rendimiento requieren por tanto mayor investigación.
También como en otros estudios (Strobel, 2010) se ve una clara asociación
positiva entre un contexto orientado hacia el aprendizaje y el rendimiento. Sin embargo,
no ocurre lo mismo en el caso del factor metas contexto rendimiento y el rendimiento
académico. La relación encontrada es extraordinariamente baja y, en el caso del
componente de evitación de estas metas, con carácter negativo. Los escasos estudios
realizados sobre esta cuestión presentan idénticos resultados. Por ejemplo, Gheen
et al. (2000) informan que la correlación entre las clases orientadas hacia el
rendimiento (sólo tienen en cuenta el componente de aprox.) y el rendimiento es
negativa (-0,18). Friedel, Marachi, y Midgley (2002), en un estudio en el que si
separan los dos componentes de las metas del contexto, encuentran que la
correlación entre el componente de aproximación de estas metas y el rendimiento
es de -0,09 (significativa al nivel de 0,01), mientras que en el caso del componente
de evitación dicha correlación es de -0,11 (significativa al nivel de 0,01).
Nuestro estudio, también en consonancia con otros (Gheen et al., 2000; Midgley
y Urdan, 2001; Urdan, Midgley y Anderman, 1998), muestra una correlación
negativa de las estrategias self-handicapping con el rendimiento, y con otras variables
motivacionales (p.ej., con metas de aprendizaje, metas contexto aprendizaje, es
negativa y considerable (-0,40 o mayor). Esto deja entrever los efectos perjudiciales
de la utilización de dichas estrategias en un amplio abanico de procesos cognitivos,
motivacionales y comportamentales, y en el rendimiento académico.
Respecto a las diferencias entre los alumnos de rendimiento alto, medio y bajo respecto
a su motivación, los resultados revelan que existen diferencias significativas entre
los grupos de rendimiento bajo, medio y alto en las siguientes variables
motivacionales: metas aprendizaje, metas contexto aprendizaje, metas contexto
rendimiento (evit.), autoeficacia y estrategias self-handicapping.
Sin embargo, no se observan diferencias entre los grupos en las variables de
metas rendimiento (aprox.-evit.) y de metas contexto rendimiento (aprox.). Todos los
alumnos, independientemente de su nivel de rendimiento, tienden a puntuar de
204 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
forma muy similar en estas últimas variables, aunque en el caso del grupo de alto
rendimiento se ve que sus puntuaciones en dichos factores son más bajas en
relación con el resto de los grupos.
Los únicos aspectos en los que se producen diferencias significativas entre
todos los grupos entre sí son la autoeficacia y las estrategias self-handicapping. En la
variable de metas aprendizaje sólo entre los grupos bajo y medio y bajo y alto,
mientras que en el resto (metas contexto aprendizaje y metas contexto rendimiento-evit.)
las diferencias se dan únicamente entre el grupo bajo y el alto.
Todo ello parece indicar que a mayor rendimiento se produce una mejor
valoración de gran parte de los factores del cuestionario de motivación
relacionados con un aprendizaje adaptativo. Los alumnos con un alto rendimiento
están más motivados (intrínsecamente), perciben en el aula que los motivos para
realizar las tareas están relacionados con el desarrollo de las propias capacidades y
el deseo de aprender, y se sienten mucho más competentes. Finalmente, a medida
que aumenta el rendimiento, se observa que los alumnos tienden menos a adoptar
metas relacionadas con demostrar competencia, perciben que la razón para realizar
el trabajo académico no es evitar el fracaso, y por consiguiente, emplean menos
estrategias egodefensivas (self-handicapping).
Sobre las diferencias de sexo en motivación académica se han realizado bastantes
estudios desde diferentes perspectivas de la motivación de rendimiento (cfr. Meece
et al., 2009 para una revisión) pero se necesita avanzar más en esta línea. Este
estudio representa una contribución al respecto. Nuestros resultados, en un primer
momento, a partir del análisis de diferencias de medias mediante la prueba T,
mostraban que existían diferencias significativas entre chicos y chicas en la mayor
parte de las variables motivacionales consideradas, exceptuando el caso de la
variable de metas de aprendizaje.
Los chicos se orientan, en mayor medida que las chicas, hacia metas de
rendimiento, relacionadas con la evitación de juicios negativos sobre la propia
incompetencia. Habría que estar alertas respecto a este patrón motivacional ya que
resultaría más perjudicial para el aprendizaje y el rendimiento, puesto que se
relaciona con una implicación superficial en el propio aprendizaje y con el empleo
de estrategias egodefensivas y la evitación de búsqueda de ayuda, con objeto de
preservar la propia autoestima ante un potencial fracaso (Elliot y McGregor, 1999;
Linnenbrink y Pintrich, 2000; Middleton y Midgley, 1997; Pintrich, 2000; Skaalvik,
1997; Urdan, 2004; Wolters, 2004). De hecho, los chicos de nuestro estudio muestran
un mayor uso de estrategias self-handicapping.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 205
En sintonía con ello, también los chicos perciben más que las chicas una
orientación del contexto clase hacia la obtención del éxito y la demostración de
competencia (classroom performance-approach goals). A nuestro juicio, y debido a la
conexión existente entre el funcionamiento y la estructura de clase y las metas
personales, esto conduce a que los chicos se orienten, más que las chicas, a mostrar
una imagen positiva de sí mismos en la clase, buscando juicios positivos de
competencia y evitando los negativos (Middleton y Midgley, 1997; Patrick et al.,
1999). Habría que estudiar si tal vez la visión estereotipada de que los ámbitos de
las matemáticas y de las ciencias son más propios de los chicos y que se espere de
ellos un mejor rendimiento podría estar influyendo en que se sientan más
presionados por rendir y mostrar que son competentes.
En contraste, vemos que cuando se neutralizan los posibles efectos del
rendimiento los chicos se perciben más competentes que las chicas, hecho comúnmente
encontrado en el ámbito de las matemáticas y en otras áreas (p.ej. Pajares, 1997;
Patrick et al., 1999; Pintrich y Zusho, 2002) y que resulta llamativo en cierto aspecto.
Así, investigadores en el campo del aprendizaje autorregulado plantean una
interesante cuestión, que puede parecer, en principio, paradójica (o provocativa, en
palabras de Pintrich y Zusho, 2002, p. 275). Ésta es la siguiente: ¿por qué las chicas,
a pesar de tener un sentido de eficacia académica más reducido que los chicos,
emplean más estrategias de aprendizaje?, algo que se comprobó también en la
investigación realizada por Torrano (2005)
Una de las razones que se han aportado para intentar explicar esta discrepancia
o falta de relación entre las creencias de autoeficacia de las chicas y el uso que
hacen de las estrategias de aprendizaje, está relacionada con la manera de contestar
a los cuestionarios de autoinforme por parte de las chicas y de los chicos, ya que se
ha comprobado que mientras los chicos suelen ser más autocomplacientes en sus
respuestas, las chicas tienden a ser más modestas en las suyas (Wigfield, Eccles y
Pintrich., 1996). A pesar de que las chicas pueden infravalorar sus capacidades en
mayor medida que los chicos, hay que tener en cuenta que tienden a orientarse a
metas más relacionadas con un aprendizaje profundo y significativo (metas de
aprendizaje), lo que hace que actúen de manera más estratégica y utilicen más
estrategias de autorregulación del aprendizaje a la hora de estudiar o realizar las
tareas (Patrick et al., 1999). Por otro lado, como señalan Pintrich y Zusho (2002,
p.276), puede ocurrir también que las chicas calibren de una manera más precisa y
realista sus autocreencias, es decir, se conozcan mejor a sí mismas, sus puntos
fuertes y débiles, y de este modo, hagan un mayor uso de estrategias para
compensar sus dificultades y carencias en ciertas áreas o actividades y para
mejorar su rendimiento académico.
206 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
De este modo, estamos de acuerdo con Marsh (1989) y F. Pajares (ver Pajares y
Valiante, 2001) en que es necesaria una mayor investigación dedicada a analizar el
estilo de respuesta y los estereotipos de sexo que desarrollan los chicos y chicas, ya
que tales aspectos podrían estar en la base de las diferencias de sexo que se
observan.
Finalmente podemos señalar que, a pesar de las limitaciones del estudio
presentado, los hallazgos sugieren que el uso de las actuales teorías de metas para
analizar la motivación de los estudiantes y escalas como el PALS fundamentadas
en ellas pueden conducir a una mejor detección de aquellos estudiantes
vulnerables en el campo de las matemáticas. Las escalas del PALS utilizadas,
especialmente las referidas a metas de aprendizaje, autoeficacia y estrategias
autodefensivas, presentan buenas propiedades psicométricas para discriminar
perfiles motivacionales de los alumnos y también diferencias entre grupos de
rendimiento. En conjunto, este instrumento tiene utilidad para fundamentar y
examinar la eficacia de programas interesados en incidir en los aspectos
actitudinales y afectivos de los estudiantes en el campo de las matemáticas. En esta
línea, posee un importante potencial para analizar en qué medida el cambio en las
prácticas instruccionales promueve metas óptimas, confianza y mayor motivación
de los estudiantes hacia el campo de las matemáticas.
5. BIBLIOGRAFÍA
Anderman, E.M. y Young, A.J. (1994). Motivation and strategy use in science:
Individual differences and classroom effects. Journal of Research in Science
Teaching, 31(8), 811-831.
Arbuckle, J.L. (2003). Amos 5.0 Update to the Amos User’s Guide. Chicago, IL:
SmallWaters.
Bandura A (1997). Self-efficacy: The exercise of control. New York: W.H. Freeman y
Company.
Barron, K.E. y Harackiewicz, J.M. (2000). Achievement goals and optimal
motivation: A multiple goals approach. En C. Sansone y J. Harackiewicz (Eds.),
Intrinsic and Extrinsic Motivation (pp.229-254). San Diego, CA: Academic Press.
Blanco, L.J. (2012). Influencias del dominio afectivo en la enseñanza y el
aprendizaje de las matemáticas. Planas, N. (Coord.) Teoría, crítica y práctica de la
educación matemática (pp.171-185). Barcelona: Ed. Graó.
Blanco, L.J., Caballero, A., Piedehierro, A., Guerrero, E. y Gómez, R. (2010). El
dominio afectivo en la enseñanza/aprendizaje de las matemáticas. Una revisión
de investigaciones locales. Campo Abierto, 29(1), 13-31.
Brophy, J. (2005). Goal theorists should move on from performance goals.
Educational Psychologist, 40(3), 167–176
Elliot, A.J. y Church, M.A. (1997). A hierarchical model of approach and avoidance
achievement motivation. Journal of Personality and Social Psychology, 72, 218-232.
Elliot, A. J. y Harackiewicz, J. M. (1996). Approach and avoidance achievement
goals and intrinsic motivation: A mediational analysis. Journal of Personality and
Social Psychology, 70, 461-475.
Elliot, A.J. y McGregor, H.A. (1999). Test anxiety and the hierarchical model of
approach and avoidance achievement motivation. Journal of Personality and
Social Psychology, 76, 628-644.
Elliot, A.C. y Moller, A.C. (2003) Performance-approach goals: good or bad forms
of regulation? International Journal of Educational Research, 39, 339–356
Fast, L.A., Lewis, J.L., Bryant, M.J., Bocian, K.A, Cardullo, R.A., Rettig, M. y
Hammond, K.A. (2010) Does math self-efficacy mediate the effect of the
perceived classroom environment on standardized math test performance.
Journal of Educational Psychology, 102(3), 729-740
208 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
Muís, Ph., Winne, H. y Orden V.E. (2009) Modern psychometrics for assessing
achievement goal orientation: A Rasch analysis. British Journal of Educational
Psychology, 79, 547-576.
Murayama, K. y Elliot, A.J. (2009). The joint influence of personal achievement
goals and classroom goal structures on achievement-relevant outcomes. Journal
of Educational Psychology, 101, 432-447
Niemivirta, M. (1997). Gender differences in motivational-cognitive Patterns of
Self-Regulated Learning. Paper Presented at the Meeting of the American
Educational Research Association, Chicago.
Pajares, F., Britner, S. y Valiante, G. (2000). Relation between achievement goals
and self-beliefs of middle school students in writing and science. Contemporary
Educational Psychology 25(4), 406-422.
Pajares, F. y Graham, L. (1999). Self-Efficacy, motivation constructs, and
mathematics performance of entering Middle School students. Contemporary
Educational Psychology, 24, 124-139.
Pajares, F. y Schunk, D.H. (2001). Self-Beliefs and School Succes: Self-Efficacy, Self-
Concept, and School Achievement. En R. Riding y S.G. Rayner (Eds.),
International Perspectives on Individual Differences: Self-Perception (V.2,
pp.239-265). Westport, CT: Ablex
Pajares, F. y Valiante, G. (2001). Gender differences in writing motivation and
achievement of middles school students: A function of gender orientation?.
Contemporary Educational Psychology, 26, 366-381.
Patrick, H., Kaplan, A., Ryan, A.M. (2011) Positive classroom motivational
environments: Convergence between mastery goal structure and classroom
social climate. Journal of Educational Psychology, 103(2), 367-382.
Patrick, H., Ryan, A.M. y Kaplan, A. (2007). Early adolescents' perceptions of the
classroom social environment, motivational beliefs, and engagement. Journal of
Educational Psychology, 99, 83-98.
Patrick, H., Ryan, A.M. y Pintrich, P.R. (1999). The differential impact of extrinsic
and mastery goal orientation on males’ and females’ self-regulated learning.
Learning and Individual differences, 11, 153-171.
Pintrich, P.R. (2000). The role of goal orientation in self-regulated learning. En M.
Boekaerts, P.R. Pintrich y M. Zeidner (Eds.), Handbook of Self-Regulation (pp.451-
502). San Diego, CA: Academic Press.
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 211
Walker, C.O. y Green, B. (2009). The relations between student motivational beliefs
and cognitive engagement in high schools. Journal of Educational Research, 102(6),
463-471.
Wigfield, A., Eccles, J.S. y Pintrich, P.R. (1996). Development between the Ages of
11 and 25. En D.C. Berliner y R.C. Calfee (Eds.), Handbook of Educational
Psychology (pp.148-185) New York: MacMillan.
Wolters, C.A. (2004). Advancing achievement goal theory: Using goal structures
and goal orientations to predict students’ motivation, cognition, and
achievement. Journal of Educational Psychology, 96, 236–250.
Wolters, C.A. yu, S.L. y Pintrich, P.R. (1996). The Relation between Goal
Orientation and Student´s Motivational Beliefs and Self-Regulated Learning.
Learning and Individual Differences, 8, 211-238.
214 Motivación y rendimiento académico en matemáticas y utilidad del PALS
El profesor que aplica este cuestionario está participando en una investigación sobre la enseñanza
y el aprendizaje en la etapa de educación secundaria obligatoria. Nos gustaría que colaborases en este
estudio, respondiendo a unas preguntas referidas a tu motivación en la asignatura de matemáticas de
este curso. La participación es voluntaria y no influye en ninguna nota.
Queremos que recuerdes que no hay respuestas correctas o incorrectas. Esto no es un examen.
Queremos que respondas con la mayor sinceridad y precisión posible, reflejando tu propia actitud y tu
motivación en los estudios.
Por favor, antes de comenzar cumplimente los datos que aparecen en la parte superior de la hoja
de respuesta. No escriba nada en este cuadernillo.
A continuación se te hacen unas preguntas para conocer algunos aspectos de ti mismo como
estudiante y de tu clase de matemáticas. Es importante que recuerdes que no existen respuestas
correctas o incorrectas; intenta solamente contestar, reflejando de la manera más exacta tu propia
situación. Usa la escala que te ofrecemos a continuación para contestar a las preguntas. Si una
afirmación describe tu situación personal perfectamente debes darle una puntuación de 5; si no la
describe en absoluto, dale la puntuación 1. Si la afirmación se ajusta en tu caso sólo en parte, o sólo en
algunas ocasiones, encuentra en número entre el 1 y el 5 que mejor te describa. Contesta a todas las
preguntas en la hoja de respuestas, no escribas nada en este cuadernillo.
1 2 3 4 5
No En algunas Sí
Nunca ocasiones Siempre
1. Estoy seguro de que puedo dominar los conocimientos y las habilidades que se van a enseñar este
año en clase de matemáticas.
2. Para mí es importante no parecer tonto en clase de matemáticas.
3. Para mí es importante que los demás compañeros piensen que se me dan bien las tareas de
matemáticas.
4. Para mí es importante aprender muchos conceptos nuevos este año en matemáticas.
5. Estoy seguro de que puedo entender cómo hacer las tareas de matemáticas más difíciles.
6. Algunos estudiantes pierden el tiempo la noche anterior al examen de matemáticas de forma que,
si sus resultados no son buenos, pueden decir que ésa es la causa. ¿En qué medida tú también
haces esto?
Las Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias y las Matemáticas 215
_________________________
Hidalgo, S., Maroto, A., Ortega, T. y Palacios, A. (2013). Influencia del dominio afectivo en el
aprendizaje de las matemáticas. En V. Mellado, L.J. Blanco, A.B. Borrachero y J.A. Cárdenas (Eds.), Las
Emociones en la Enseñanza y el Aprendizaje de las Ciencias Experimentales y las Matemáticas (pp.217-242).
Badajoz, España: DEPROFE
218 Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas
2. FUNDAMENTACIÓN
Querer y poder, expresado en términos del tema que nos ocupa afectividad y
capacidad, conforman un binomio que se hace imprescindible en la realización
exitosa de cualquier actividad con la que nos comprometamos. En particular, este
binomio se hace presente en los procesos de aprendizaje. El aprendiz debe adquirir
competencias que aplique adecuadamente, pero a la par es necesario que quiera,
con cierto ánimo y gusto, hacer los esfuerzos que se requieran para tal tarea.
Entendemos por competencias, en sintonía con PISA, las habilidades y las
aptitudes de los estudiantes para analizar y resolver problemas, para manejar
información y para enfrentar situaciones que se les presentarán en la vida adulta y
que requerirán de tales pericias. En particular, el concepto general de competencia
matemática se refiere a la capacidad del alumno para razonar, analizar y
comunicar operaciones matemáticas. Es, por lo tanto, un concepto que excede al
mero conocimiento de la terminología y las operaciones matemáticas, e implica la
capacidad de utilizar el razonamiento matemático en la solución de problemas de
la vida cotidiana. Es decir, la capacidad de reproducción de los conocimientos
adquiridos debe complementarse con las de conexión y reflexión. Para ello, hemos
de lograr que adicionalmente a lo cognitivo, el individuo vaya conociendo sus
220 Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas
Los resultados de los informes de evaluación (INECSE, 2004; MEC, 2007) han vuelto a
poner de manifiesto la importancia de la resolución de problemas y de las estrategias
metacognitivas en la enseñanza obligatoria. Los alumnos abordan los problemas con
procedimientos mecánicos y memorísticos, tienen escasos recursos para representar y
analizar los problemas, no buscan distintas estrategias o métodos para su resolución ni
hacen uso de diversas indicaciones que se le sugieren para ello (Córcoles y Valls, 2006;
Harskamp y Suhre, 2007; Santos-Trigo, 2008). Constatamos además, la ausencia de atención
al aprendizaje de estrategias heurísticas para la resolución de problemas que se suele hacer
en los libros de texto (Schoenfeld, 2007; Pino y Blanco, 2008). La presencia e importancia de
la Resolución de Problemas de Matemáticas se ha mantenido, desde la década de los 80, en
las propuestas curriculares, tanto nacionales como internacionales (Castro, 2008).
Este tipo de trabajos fueron pioneros de los más recientes que pueden
consultarse en (Rodríguez-Quintana, 2006) y los más relacionados con el
rendimiento académico en (Miñano y Castejón, 2011; Zimmerman y Schunk, 2011).
Para resolver un problema hay que desear encontrar la solución, sentir que se
encuentra dentro de nuestras posibilidades y creer que se puede llegar a ella. Es
decir, participan el deseo, el entusiasmo, el gusto, la diversión, el autoconcepto…
¿En qué medida puede influir la dimensión emocional matemática de los alumnos
en todo el proceso? Los currículos señalan que las competencias básicas debieran
trabajar y evaluar aspectos relacionados tanto con el desarrollo del problema
(comprensión y análisis del enunciado; diseño y aplicación de estrategias; hábitos
de comprobación y coherencia con el contexto planteado y comunicación de
proceso y resultados) como con el dominio afectivo y la educación emocional. Se
valoran actitudes personales como la perseverancia en la búsqueda de soluciones,
la confianza en la propia capacidad para lograrlo o la actitud positiva.
Adquirir ciertas habilidades matemáticas básicas y comprender determinados
conceptos son imprescindibles para un funcionamiento efectivo en la sociedad
actual. Sin embargo, es frecuente observar la preocupación de muchos alumnos y
profesores por el rendimiento inadecuado y por el rechazo y la apatía hacia la
asignatura de Matemáticas (Bazán y Aparicio, 2006).
Desde hace ya algunas décadas, el paradigma de la psicología cognitiva viene
trabajando sobre la tesis de que el funcionamiento cognitivo de las personas y su
sistema afectivo y motivacional guardan una estrecha relación de mutua
interacción e influencia, abandonando por tanto las concepciones anteriores en las
que los aspectos cognitivos estaban separados de los emocionales (p.ej., la teoría de
la autoeficacia de Bandura (1986), y la teoría de las atribuciones de Weiner (1974)).
Piaget (1977) considera el desarrollo intelectual como un proceso que
comprende un aspecto cognitivo y un aspecto afectivo. El afecto desempeña un
papel esencial en el funcionamiento de la inteligencia. Sin embargo, pese a
reconocer que el aspecto afectivo es importante, se concentra, con cierta frecuencia
menos en él que en el aspecto cognitivo. Según J. Piaget, existe un estrecho
paralelismo entre el desarrollo afectivo y el intelectual, este último como
determinante de cada etapa de la afectividad. Vida afectiva y vida cognitiva son
inseparables, porque todo intercambio con el medio presupone, al mismo tiempo,
estructuración y valorización.
222 Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas
3. MÉTODOLOGÍA
La selección de los Colegios e Institutos en los que se han pasado las escalas se
realizó de manera aleatoria de entre un conjunto de Centros que aceptaron
colaborar, balanceando entre colegios de zonas rurales y urbanas así como entre
colegios públicos y concertados/privados (Tabla 1).
Para la toma de datos se han utilizado dos escalas tipo Likert (Tabla 2), de cinco
puntos (valores de 0 a 4 puntos), lo que permite considerar todas las preguntas
como variables numéricas, ya que según Díaz (2002) una variable ordinal puede
tratarse como métrica cuando tenga cinco o más categorías.
Tabla 2. Escalas y sub-escalas para la toma de datos
NOMBRE DE ESCALA OBJETIVO
Escala metacognitiva Conocer diferentes aspectos relacionados
matemática (EMET) con las destrezas metacognitivas de los
alumnos cuando se enfrentan a tareas
matemáticas
Escala Afectivo-Emocional Medir las actitudes hacia las matemáticas
(EAEM)
4. RESULTADOS
4.1. Resultados de tipo general sobre estrategias cognitivas (por sexos y cursos).
4,54
4,52
4,5
4,48
4,46
4,44
4,42
4,4
4,38
4,36
Hombre Mujer
4,7
4,65
4,6
4,55
4,5
4,45
4,4
4,35
4,3
4,25
4,2
6ª 1º ESO 2º ESO 3º ESO 4º ESO 1º 2º
Primaria Bachiller Bachiller
2,70
2,50
2,30
2,10
1,90
1,70
1,50
6ª 1º ESO 2º ESO 3º ESO 4º ESO 1º 2º
Primaria Bachiller Bachiller
b) La solución y la comprobación
Sorprende, asimismo, el alto porcentaje de alumnos que no comprueban la
solución de los problemas antes de darlos por terminados. Como podemos
apreciar, la media en una escala de 0 a 4 puntos de los alumnos de 6º de Primaria
está cercana a 2,5 puntos. Uno de cada dos alumnos de este nivel asegura
comprobar los resultados. Esta misma media, desciende al 1,8 en los cursos de 3º y
4º de la ESO y 1º de Bachillerato (Figura 4).
3
2,5
2
1,5
1
0,5
0
6ª 1º ESO 2º ESO 3º ESO 4º ESO 1º 2º
Primaria Bachiller Bachiller
3,00
2,90
2,80
2,70
2,60
2,50
2,40
2,30
2,20
2,10
2,00
6ª 1º ESO 2º ESO 3º ESO 4º ESO 1º 2º
Primaria Bachiller Bachiller
6
5,95
5,9
5,85
5,8
5,75
5,7
5,65
5,6
Hombre Mujer
7
6,8
6,6
6,4
6,2
6
5,8
5,6
5,4
5,2
5
6ª Primaria 1º ESO 2º ESO 3º ESO 4º ESO 1º Bachiller2º Bachiller
5. CONCLUSIONES
6. BIBLIOGRAFÍA
Adibnia, A. y Putt, I.J. (1998). Teaching problem solving to year 6 students: a new
approach. Mathematics Education Research Journal, 10 (3), pp.42-58.
Bandura, A. (1986). Social Foundations of trought and action. Englewood Cliffs, N. J.
Prentice-Hall
Barbero, M.I., Holgado, F.P., Vila, E. y Chacón, S. (2007). Actitudes, hábitos de
estudio y rendimiento en Matemáticas: diferencias por género. Psicothema. 19,
(3), 413-421
Bazán, J.L. y Aparicio, A.S. (2006). Las actitudes hacia la Matemática-Estadística
dentro de un modelo de aprendizaje. Revista Semestral del Departamento de
Educación XV(28), 1-12. Recuperado de
http://www.cimm.ucr.ac.cr/ciaemFrances/articulos/universitario/concepciones/
Las%20actitudes%20hacia%20la%20Matem%C3%A1tica-
Estad%C3%ADstica%20dentro%20de%20un%20modelo%20de%20aprendizaje.*
Baz%C3%A1n,%20Jorge;%20Aparicio,%20Ana.*Baz%C3%A1n,%20J.%20Las%2
0actitudes%20hacia%20la%20matem%C3%A1tica-estad...2006.pdf
Brown, A. (1978). Knowing when, and how to remember: a problem of
metacognition. En R. Glaser (Ed.), Advances in Instructional Psychology (pp.77-
165). Hillsdale, N. J.: Erlbaum
Castro, E. (2008). Resolución de Problemas. Ideas, tendencias e influencias en
España. En R. Luengo, B. Gómez, M. Camacho y L.J. Blanco (Eds.), Investigación
en Educación Matemática XII (pp.113-140). Badajoz, España: SEIEM.
Caballero, A., Guerrero, E., Blanco, L.J. y Piedehierro, A. (2009). Resolución de
problemas de matemáticas y control emocional. En M.J. González, M.T.
González y J. Murillo (Eds.), Investigación en Educación Matemática XIII (pp.151-
160). Santander: SEIEM.
238 Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas
Hidalgo S., Maroto A. y Palacios A., (2000). Simpatía hacia las matemáticas, las
aptitudes y el rendimiento de los alumnos: un complicado triángulo. Actas del
IV Simposio de Formación Inicial del Profesorado. Oviedo: Universidad de Oviedo,
Hidalgo S., Maroto A. y Palacios, A. (2004). Por qué se rechazan las matemáticas.
Revista de Educación, 32, 75-95.
Hidalgo S., Maroto A. y Palacios A., (2005). El perfil emocional matemático como
predictor del rechazo escolar: relación con las destrezas y los conocimientos
desde una perspectiva evolutiva. Revista Educación Matemática, 17(2), 89-116
Hofer, B.K. y Yu, S.L. (2003). Teaching self-regulated learning through a "learning to
learn" course. Teaching of Psychology, 30(1), 30-33.
INECSE. (2004). Marcos teóricos de PISA 2003. O.C.D.E. Ministerio de Educación y
Ciencia. Madrid.
Instituto Canario de Evaluación y Calidad Educativa (2002). Estudio longitudinal de
la ESO: avance de resultados. Las Palmas Gran Canaria
Jain, S. y Dowson, M. (2009). Mathematics anxiety as a function of
multidimensional self-regulation and self-efficacy. Contemporary Educational
Psychology, 34(9), 240-249.
Kilpatrick, J. (1985). A retrospective account of the past twenty-five years of
research on teaching mathematical problem solving. En E. Silver (Ed.), Teaching
and learnming mathematical problem solving: multiple research perspectives (pp.1-15).
Hillsdale, NJ: Erlbaum.
Kimber, Ch.T. (2009). The effect of training in self-regulated learning on math
anxiety and achievement among preservice elementary teachers in a freshman
course in mathematics concepts. (Tesis Doctoral no publicada). Temple
University. CITE/Mathematics and Science Education. Recuperado el 20 de
octubre de 2012 http://gradworks.umi.com/3359748.pdf
Legg, A.M. y Locker, L. (2009). Math performance and its relationship to math
anxiety and metacognition. North American Journal of Psychology, 11(3), 471-486
Lester, F.K. (1994). Musing about Mathematical Problem Solving: 1970-1994.
Journal for Research in Mathematics Education, 25, 660-675.
Lester, F.K. y Garofalo,J. (1982). Mathematical problem solving: Issues in research.
Philadelphia, PA: Franklin Institute Press.
Mcafee, 0. y Leong, D.J. (1994). Assessing and guiding young children's development
and learning. Boston: Allyn y Bacon.
240 Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas
Sachin, J., (2006). Mathematics and test anxiety as a function of mediated learning
experience and metacognitive skills. University of Wyoming, AAT 3233985. Tomado
de la red en noviembre de 2012
http://proquest.umi.com/pqdlink?did=1232418141yFmt=7yclientId=79356yR
QT=309yVName=PQD
Santos-Trigo, L.M. (2008). La resolución de problemas matemáticos: avances y
perspectivas en la construcción de una agenda de investigación y práctica. En R.
Luengo, B. Gómez, M. Camacho y L.J. Blanco (Eds), Investigación en Educación
Matemática XII (pp.159-187). Badajoz, España.
Schöenfeld, A.H. (1985a). Mathematical problem solving, San Diego, CA: Academic
Press.
Schöenfeld, A.H. (1985b). Metacognitive and epistemological issues in
mathematical understanding. En E. Silver (Ed.), Teaching and learning
mathematical problem-solving: Multiple research perspectives (pp.361-380). Hillsdale,
NJ: Erlbaum.
Schöenfeld, A.H. (1985c). Making sense of "out loud" problem-solving protocols.
Journal of Mathematical Behaviour, 4, 171–191.
Schöenfeld, A.H. (1987). Cognitive science and mathematics education. Hillsdale, NJ:
Erlbaum.
Schöenfeld, A.H. (1992). Learning to think mathematically: Problem Solving,
Metacognition and sense making in mathematics. En D. Grows (Ed.), Handbook
of research on mathematics teaching and learning (pp.334-370). New York:
MacMillan.
Schoenfeld, A. H. (2007). Problem solving in the United States, 1970–2008: research
and theory, practice and politics. ZDM The International Journal on Mathematics
Education, 39(5-6), 537-551.
Shen, C. (2002). Revisiting the relationship between student’s achievement and
their self-perceptions: a cross-national analysis based on TIMSS 1999 data.
Assessment in Education, 9, 161-184.
Silver, E.A. y Marshall, S.P. (1990). Mathematical and scientific problem solving:
findings, issues, and instructional implications. En B.F. Jones y L. Idol (Eds.),
Dimensions of thinking and cognitive instruction (pp.265-290). Hillsdale, NJ:
Erlbaum,
Sternberg, R.J. (1998). Metacognition, abilities, and developing expertise: What
makes an expert student?. Instructional Science, 26, 127-140.
242 Influencia del dominio afectivo en el aprendizaje de las matemáticas