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Los textos se diferencian por la manera en que se refieren a un mundo real o pensado. Distingue
entre la referencia a una situación común al hablante y oyente, que es única, y la referencia a una si-
tuación “creada” y autónoma, a la que puede retornarse una y otra vez.
Los rasgos ± ficcional son relevantes desde el punto de vista de la producción y la recepción tex-
tuales ya que cada grupo presupone en los usuarios diferencias en el tipo de conocimiento previo re-
querido para la comunicación efectiva.
Tipos textuales
Como todos los textos pueden distinguirse por el rasgo [± ficcional], es esperable que la coheren-
cia y completitud estén determinadas por la presencia o ausencia de lazos referenciales en los tex-
tos. La distinción de constituyentes textuales permite la determinación de tipos textuales.
Las relaciones semánticas elementales, llamadas cadenas isotópicas, son el principio básico de
la coherencia. Los textos se abren mediante señales que sirven como punto de referencia o iniciado-
res de secuencia para posteriores series de señales. Todas las series de señales posteriores, por el
contrario, refieren hacia atrás constituyéndose a través de señales de secuencia. El hablante tam-
bién puede abrir nuevas secuencias en el texto. Las señales que cierran una secuencia son termina-
dores de secuencia. Las modalidades a través de las cuales los textos se inician, desarrollan y ter-
minan se denominan formas de secuencias.
1) Bases temáticas típicas → Hay cinco modelos básicos que son típicos de una clase entera de
textos que Werlich llama tipos textuales. Las bases temáticas introducen los iniciadores obligatorios
para el desarrollo temático de un texto en secuencias que caracterizan al texto como uno de los cin-
co tipos básicos. Las bases se relacionan con actividades cognitivas humanas y el orden de presenta-
ción de Werlich va de lo simple a lo complejo.
d) Base argumentativa → Se elige para expresiones textuales que crean relaciones entre concep-
tos y afirmaciones del hablante. Es una estructura simple (sujeto-predicado-complemento) con una
forma verbal negada de ser en presente y un adjetivo como complemento que atribuye al fenómeno
del sujeto una cualidad inherente o no inherente. Esta atribución es presentada como no válida por
la negación del verbo. Werlich la llama oración atributiva de cualidad. Una variante usual son ora-
ciones con una oposición negativa/afirmativa de grupos verbales relacionados por el coordinador
contrastivo sino.
e) Base directiva → Se elige para expresiones textuales que valen como indicaciones de acciones
para el comportamiento futuro del hablante o del destinatario. La base textual del inglés es el infini -
tivo o imperativo con una estructura de predicado-adverbio. Una variante son las frases con verbos
modales. Por su efecto referencial hacia la acción futura la llama oración exigidora de acción.
Las bases textuales contienen el iniciador obligatorio que se continúa en el despliegue del texto
por medio de las secuencias dominantes. Una estructura textual es dominante cuando es el resulta-
do de una formación secuencial que despliega o desarrolla un iniciador textual típico.
- Textos narrativos → el resultado es una estructuración textual temporal dominante. Además hay
una estructuración textual subsidiaria cuando el resultado es una formación que no desarrolla indi-
cadores textuales típicos
- Textos descriptivos → tienen formas secuenciales locales, que establecen una estructuración
textual espacial dominante.
Las restricciones que determinan la ordenación normal de las descripciones son las siguientes:
general/particular, todo/parte, conjunto/subconjunto/elemento, incluyente/incluido, grande/pequeño,
fuera/dentro, poseedor/poseído. Todas estas relaciones se proyectan en las secuencias de oraciones
definiendo el orden normal de representación. Responden a principios cognitivos generales de aten-
ción y percepción, en que es decisivo el punto del vista del que describe. Los objetos de la enumera-
ción se posibilitan unos a otros mediante las relaciones que contraen entre sí.
- Textos expositivos → Tienen formas secuenciales que realizan una estructuración analítica/sin-
tética. Por un lado son secuencias explicativas explícitas que, con oraciones enlazadoras de fenóme-
nos, señalan una relación con afirmaciones previas. Por otro lado son secuencias explícitas aditivas
que señalan relaciones de similaridad con afirmaciones previas o que tienen una función de incre-
mento.
- Textos argumentativos → se caracterizan por las formas de secuencias contrastivas explícitas.
Establecen una estructura dialéctica dominante. Las formas contrastivas señalan una relación de di-
ferencia con afirmaciones previas.
- Textos directivos → están marcados por secuencias enumerativas explícitas, es decir que se for-
man con números, ordinales o determinados grupos preposicionales. El carácter directivo puede rea-
lizarse en otro tipo de estructuración que puede darse por la distribución gráfica, la forma del texto,
los enunciadores, etc.
Los tipos textuales seleccionan y representan factores situacionales a través de recurrencias lin-
güísticas en las diferentes secuencias. Son normas ideales para la estructuración textual que sirven
al hablante como matrices preexistentes de elementos constructores de textos para su reacción lin-
güística a aspectos específicos de su experiencia.
Werlich dice que también se puede pensar que los tipos estén condicionados primariamente por
principios biológicos, a través de los cuales la forma y el alcance de la capacidad cognitiva y de
simbolización humanas se establecen por medio de signos lingüísticos. Así como narración y des-
cripción reflejan la diferenciación y relación de percepciones en el espacio y tiempo en forma de
textos, la exposición está relacionada con el proceso de comprender con ayuda de conceptos (los ge-
nerales se comprenden por diferenciación en un análisis categorial y los particulares por diferencia-
ción en una síntesis subsumidora). La argumentación se relaciona con el juzgar, es decir, con la
comprobación de relaciones entre cosas y/o conceptos por semejanza, oposición o variación. La ins-
trucción se relaciona con el planear orientado por la voluntad y dirigido al futuro.
Se basa en la distinción de Bajtín de géneros primarios y secundarios pero busca salirse del cam-
po de lo sociolingüístico y pasar al estrictamente lingüístico y textual. Para él los géneros primarios
son formas elementales prototípicas. Los textos poseen una estructura secuencial que puede conce-
birse y analizarse según esquemas prototípicos. Su visión es esencialmente retórica.
En la lingüística textual comunicativa el texto es una acción lingüística compleja (incluye facto-
res comunicativos, pragmáticos y lingüísticos) pero para Adam es un objeto abstracto, una estructu-
ra compuesta de secuencias.
Una secuencia es una estructura (red relacional jerárquica) relativamente autónoma con organi-
zación interna propia que se encuentra en relación de dependencia o independencia con el conjunto
mayor del texto. Su unidad constitutiva es la macroproposición que a su vez se compone de propo-
siciones. La proposición enunciada o cláusula es una unidad textual que tiene tres aspectos: refe-
rencial, enunciativo y textual. Gracias a éste último se da la definición textual de proposición: una
unidad ligada según el movimiento doble complementario de conexidad (sucesión lineal de proposi-
ciones) y de secuencialidad (estructura jerárquica de proposiciones).
La homogeneidad textual es una excepción. La heterogeneidad secuencial se puede analizar con
dos conceptos:
a) Inserción
b) Dominancia
Para Adam los textos se sitúan en un tipicismo gradual.
No le parece importante enumerar las marcas lingüísticas de las secuencias porque no son deci-
sivas para la clasificación.
c) Descriptiva
d) Argumentativa
e) Explicativa
La tipología de Werlich se inscribe en una concepción gramático-textual aunque trasciende los lí-
mites del marco gramatical y vincula estructuras textuales con actividades cognitivas.
Adam, sobre la base de un concepto de texto orientado hacia el sistema lingüístico, propone una
tipología también secuencial aunque basada en la retórica y la narratología.
La diferencia entre diálogo y narración no es tan clara en el nivel secuencial. Una tipología que
pueda dar cuenta de estos problemas debe considerar distintos niveles de clasificación.
Los autores ven al texto desde un enfoque procedural (del “vuelco cognitivo”). Consideran que
cada actividad es acompañada de procesos cognitivos (unidad de actividad y conciencia) y cada su-
jeto dispone de modelos internos de operaciones y esquemas de operaciones. El texto es un fenó-
meno primariamente psíquico, resultado de procesos mentales.
Beaugrande y Dressler dicen que el texto es “documento de decisiones, procesos de elección y
combinación”.
La lingüística textual debe desarrollar modelos de descripción textuales:
- Procedurales
- Que consideren los procesos de generación y procesamiento de textos
- Que expliquen cómo organiza el agente distintos tipos de actividades por medio de una canti-
dad determinada de conceptos y procedimientos.
Lo novedoso del enfoque procedural es la consideración de sistemas de conocimientos o saberes
en los hablantes para la descripción textual y el descubrimiento de procedimientos para su realiza-
ción y procesamiento en el marco de motivaciones y estrategias de producción y comprensión tex-
tuales.
Los autores consideran en su modelo:
- Saber enciclopédico → conocimiento del mundo
- Saber lingüístico → gramática y léxico
- Saber interaccional → ilocucionario, máximas, normas comunicativas
- Saber de esquemas textuales globales → clases textuales incluye conocimientos específicos´
sobre “unidades globales” que caracterizan los textos, sobre su secuencialización, así como so-
bre la estrecha relación entre objetivos, base proposicional y estructura textual global.
Cuando un hablante produce un texto toma una decisión acerca de la estructura global en la que
se realizará ese texto.
Una clasificación por rasgos internos explica poco sobre el funcionamiento comunicativo de los
textos. Mientras que las clasificaciones que se fundan en los objetivos de los interactuantes deja de
lado lo “específico textual”.
La variación de los tipos textuales a través del tiempo no suelen focalizar en las necesidades co-
municativas de los distintos ámbitos sociales que también varían permanentemente modificando
también las producciones textuales de los hablantes.
Los autores parten de la base de que el saber sobre esquemas textuales se realiza por medio de
clasificaciones multidimensionales de representaciones prototípicas a distintos niveles. Los niveles
para la tipologización de textos son:
Estas cuatro funciones están en una relación de inclusión. La delimitación de estos tipos entre sí
sólo parece posible por el criterio de dominancia.
Una clasificación según la función de los textos únicamente resulta demasiado amplia.
2) Tipos de situación → Parten del supuesto de que el hablante tiene almacenado un saber sobre
modelos de situaciones que activa para la solución de situaciones comunicativas específicas. La si-
tuación es un concepto muy amplio para ellos que incluye factores ambientales directos como tiem-
po y lugar y también conocimientos sobre esferas comunicativas, instituciones, formaciones socia-
les.
El criterio básico es la interacción.
3) Tipos de procedimiento → Definen procedimiento como los modos de conducirse de los inte-
ractuantes para lograr objetivos preestablecidos. Son operaciones de procesamiento tanto en la pro-
ducción como en la recepción de textos. Los participantes tienen un saber estratégico, experiencias
sobre qué procedimientos son exitosos, en combinación con un esquema global, en una situación
particular.
a) Procesos de desarrollo textual
Refieren a qué información incluir o no y cómo hacerlo para que sea adecuado a los objetivos del
productor.
b) Pasos estratégicos de procedimiento
Se refieren a cómo transmitir u ordenar información
c) Procedimientos tácticos particulares
Sirven a la especificación o acentuación de las decisiones de los procedimientos básicos. Son la
sobrevaloración de la acción del interlocutor, la acentuación emocional del propósito, la simplifica-
ción o complejización de los sucesos, etc.
4) Tipos de estructuración textual→ No se pueden postular esquemas rígidos para cada clase. El
productor del texto toma decisiones globales respecto a la estructura “arquitectónica composicio-
nal”, es decir, relativas a la sucesión de los complejos de partes textuales.
Los autores distinguen:
a) Parte inicial
b) Núcleo textual → es de relevancia la cuestión de si está fijado temáticamente y en qué suce-
sión se conectan las partes entre sí.
c) Parte terminal
Los tipos de sucesiones de partes son esquemas estructurales ideales. Es de importancia saber si
el núcleo informativo comunicativo se debe transmitir al comienzo, centro o final del núcleo tex-
tual.
Para la estructuración interna de las partes textuales son relevantes dos procesos:
a) Secuenciación→ se describe como la composición de las partes textuales
b) Conexión → La integración de las proposiciones se describe por medio de distintos tipos de
relación (aditivo, aditivo-cronológico, evaluativo, etc.)
Es difícil establecer de forma exacta el saber de los hablantes, pero puede suponerse que todos
poseen un saber:
a) Para clases habituales → Activo y Pasivo
b) Otras clases → Algunos grupos las dominan en forma activa y pasiva, otros sólo pasivamente
c) Textos más complejos → dominados sólo por personas que los usan en su praxis comunicativa
El saber sobre clases textuales de una comunidad no es una forma fija sino que el contenido y
amplitud del subsistema depende de las experiencias de los hablantes. Por eso hay que pensar a las
clases como fenómenos ideales y prototípicos, basados en las experiencias regulares. Son esquemas
lingüísticos globales para resolver tareas comunicativas específicas en situaciones determinadas.
La tipología textual debe estar abierta a las clasificaciones múltiples porque cada texto, en condi-
ciones similares, puede relacionarse con distintas unidades superiores según los intereses de los ha-
blantes.
Los autores destacan la importancia de relacionar los niveles entre sí. Por separado pueden tener
un grado de importancia diferente en las clases textuales, pero todos siempre están incluidos.
Si se eliminan los subtipos irrelevantes en una descripción, se arriba al esquema textual global.
Según Heinemann y Viehweger los textos concretos que responden a este esquema son prototipos
de la clase textual.
Algunas clases se describen con mayor número de parámetros que otras porque poseen mayor
especificidad.
La tipología propuesta por estos autores es muy flexible. En una descripción de clase textual un
nivel puede tener preponderancia, un parámetro ser irrelevante, etc. Es decir que las clases textuales
pueden contener distinto tipo y número de rasgos definitorios. Además es una tipología abierta a los
cambios que las clases sufren a causa de las necesidades y metas comunicativas de los hablantes.
Una clase también puede ser reemplazada por otra nueva y seguiría contemplada aquí.
La reflexión tipológica ha avanzado hacia modelos más explicativos que intentan considerar to-
dos los aspectos de los textos. Las tipologías sobre la base de criterios de distinta índole (Brinker) o
de niveles múltiples (Heinemann y Viehweger) exhiben mayor flexibilidad y poder explicativo en el
análisis concreto.
La mayor carencia del área de estudio es empírica porque se limitan a ilustrar las distinciones
propuestas.
El conocimiento de los esquemas globales es importante tanto para la producción como para la
recepción efectiva de textos. La ampliación del saber sobre clases textuales de los hablantes de una
comunidad debe ser una meta de toda sociedad democrática.