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11.1. INTRODUCCIÓN
En los capítulos anteriores nos hemos familiarizado con los conceptos básicos de la termodinámica
y su importancia en la metalurgia para predecir las direcciones probables de una reacción, las
concentraciones de equilibrio de los reactivos y los productos y, finalmente, el efecto de la
temperatura, presión y concentración de las reacciones y sus equilibrios. También hemos visto
que la aplicación de la termodinámica nos permite calcular las diversas variaciones de energía
asociadas a un proceso. Sin embargo, las dos principales desventajas del tratamiento
termodinámico de los procesos son: primera, todas las ecuaciones que usamos en termodinámica
se refieren a condiciones de equilibrio y generalmente a comportamientos ideales, y segundo, la
termodinámica no nos permite predecir la velocidad de las posibles reacciones. Por esta razón se
ha diseñado otro acercamiento teórico para estudiar este aspecto de las reacciones y se le conoce
con el nombre de “cinética”.
El campo de estudios cubierto con el nombre de cinética, que en general trata de la velocidad a la
que se efectúan los procesos (variación de concentración de los reactivos por la unidad del
tiempo), es muy amplio. Generalizando, se puede dividir en dos ramas principales: 1) la cinética de
los procesos físicos, y 2) la cinética química. La primera trata del estudio de las velocidades de
procesos como el de destilación, separación física de las fases y el flujo de los reactivos al lugar
que ocupan en la reacción, que pueden ser de gran interés a los metalúrgicos. La cinética de los
procesos químicos se preocupa principalmente de las velocidades a que se efectúan ciertos
procesos químicos y hasta hace poco ha sido usada muy poco por los metalúrgicos. En este libro
nos limitaremos a tratar de la parte del campo de la cinética que estudia la cinética de los procesos
químicos, y sólo nos referiremos a los principales procesos químicos en aquellos casos en que es
difícil decidir si los factores químicos-cinéticos como factores físicos son los que regulan la
reacción. La finalidad de este estudio es aclarar el mecanismo atómico o molecular de una
reacción, y a partir de este conocimiento controla el proceso con vistas a hacerlo factible o más
económico.
Consideremos cada uno de estos factores y veamos cómo influyen en la velocidad de un proceso
químico.
El primer factor, en lo que se refiere a la velocidad de la formación del enlace químico, no puede
predecirse completamente a partir de los datos básicos. Es cierto que algunas propiedades físicas
pueden indicar la velocidad de alguna reacción química. Por ejemplo, el cociente volumétrico del
óxido metálico al metal puede indicar que una cierta reacción de oxidación será más rápida
cuando el óxido no es poroso. Proporcionando así una barrera de difusión al metal o al óxido. Pero
incluso en estos casos no podemos emplear tal información para predecir cuantitativamente la
velocidad exacta de las reacciones bajo estas condiciones.
Otro factor importante que incluye en la velocidad total es la movilidad de los reactivos, que
pueden controlar el suministro de los reactivos en el lugar de la reacción. Por ejemplo las
reacciones químicas en la fase sólida son generalmente lentas debido al factor físico de la difusión,
mientras en los líquidos, y especialmente en los gases, las reacciones son muy rígidas. Pero, una
vez más, las teorías de la química cinética no son muy útiles en este respecto. Por lo tanto
podemos concluir que, hasta ahora, es imposible predecir exactamente la velocidad de una
reacción química a partir del conocimiento de la estructura electrónica de los elementos, las
moléculas y sus propiedades físicas.
Es bien conocido el hecho de que la velocidad de una reacción química es generalmente mayor
mientras mayor es la temperatura. Existen dos teorías principales que nos permiten predecir el
efecto de la temperatura en la velocidad de una reacción: la teoría cinética sencilla de una
reacción química, frecuentemente referida como una teoría de la colisión, y la teoría de las
velocidades absolutas de la reacción.
TEORÍA DE LA COLISIÓN
En 1889 Arrhenius observó que una ecuación de la misma forma que de la isocora de Van´t Hoft
tenía en cuenta en la mayoría de los casos en efecto de la temperatura en la velocidad de la
reacción.
𝑑 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝑘 𝐸𝐴
=
𝑑𝑇 𝑅𝑇 2
Esta ecuación puede deducirse de la ecuación de Van´t Hoft y la ley de la acción de las masas, ya
que
𝑑 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝑘0 ∆𝐻
=
𝑑𝑇 𝑅𝑇 2
Por lo tanto, a partir de la ley de la reacción de las masas, tenemos
𝑘
𝑘0 =
𝑘´
Sustituyendo este valor en la ecuación de arriba obtenemos
𝑑 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝑘 𝑑 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝑘´ ∆𝐻
− =
𝑑𝑇 𝑑𝑇 𝑅𝑇 2
Supongamos que ∆𝐻 = 𝑄 − 𝑄´, donde Q es la variación de energía de la reacción en sentido
directo y Q la variación de la energía en sentido inverso; por lo tanto, la ecuación de arriba puede
desglosarse en dos ecuaciones:
𝑑 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝑘 𝑄 𝑑 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝑘´ 𝑄´
𝑑𝑇
= 𝑅𝑇 2 + 𝐶 y 𝑑𝑇
= 𝑅𝑇 2 + 𝐶´
Esta ecuación se basa en la ley de la asociación de las masas, y es fácil imaginarse el por qué de
esto. Como las fuerzas entre las moléculas operan a distancias muy cortas, la reacción puede tener
lugar solamente en los casos en que, por ejemplo, las moléculas gaseosas reaccionantes están en
contacto entre sí, por lo tanto, una colisión entre las moléculas reaccionantes debe ser condición
esencial para que se produzca la reacción. La teoría al principio sufrió un retraso, ya que en la
mayoría de las reacciones gaseosas estudiadas el número de las moléculas que reaccionaban era
solo una pequeña fracción de todas las de las colisiones. Arrhenius venció esta dificultad
sugiriendo que en todo sistema hay moléculas normales y activas, y que a cualquier temperatura
solo son colisiones entre las moléculas activas las que producen una reacción química. Los
conceptos de moléculas activadas y energía de activación pueden explicarse por medio de la ley
𝑄
de Boltzmann basada en un estudio estadístico del problema. El factor exponencial 𝑒 −𝑅𝑇 puede
considerarse como representante de la fracción de todas las moléculas que poseen una energía de
activación por lo menos igual a Q.
Del tratamiento estadístico de Botzmann se deduce que la atracción de átomos que chocan que
𝑄
poseen energía suficiente para vencer esta barrera, 𝑒 −𝑅𝑇 . El número de clisiones aprovechadas
que resultan de una reacción química entre las moléculas es proporcinal a la fracción de átomos
que poseen esta energía Q y, por lo tanto, tenemos
𝑄
velocidad de reacción ∞ 𝑒 −𝑅𝑇 ∞ 𝑘
Fig.11.1 Q=Energía de activación del proceso. ΔG=Variación de la energía libre de los procesos a
presión constante. ΔA= Variación de la energía libre de los procesos a volumen constante.
𝑄
−
𝑅𝑇
𝑘 = 𝐴𝑒
Donde K= Contante de velocidad específica
A= Constante de proporcionalidad
Esta ecuación es una forma muy general, y puede aplicarse con éxito a procesos químicos y físicos.
Se deduce de la figura 11.1 que la diferencia de energías entre los productos y los reactivos debe
ser igual a la energía de la reacción; es decir, la variación de la energía de la reacción; es decir, la
variación de la energía libre Gibbs para las reacciones llevadas a cabo a presión constante y la
energía libre de Helmholtz para las reacciones que tienen lugar a volumen constante.
Se desprende también de la figura 11.1 que el conocimiento previo del valor de ΔG o ΔA de una
reacción carece de importancia para predecir la velocidad de la reacción.
Fig 11.2
En A una bola se encuentra en su estado inicial. De las leyes de la mecánica se deduce que la
posición se deduce que la posición más estable de la bola, si se le permite proseguir sin obstáculo,
estaría en C. La energía que se desprendería sería la diferencia entre la energía final y la energía
inicial de la bola. Como el valor en este caso sería negativo, el sistema proseguiría normalmente
hacia C. sin embargo, a menos que se dé suficiente energía a la bola, en forma de energía cinética,
para vencer la cresta B, nunca por si misma podrá moverse de A a C. Análogamente, las reacciones
químicas, cuando las moléculas o átomos se aproximan entre sí, se enfrentan con distintas
barreras energéticas, y a menos que las moléculas o átomos reaccionantes puedan vencer estas
barreras, nunca no se producirá.
De esta sencilla consideración se deduce que sólo por coincidencia el valor de ΔG será
numéricamente igual a Q. También se deduce que, con tal que se conozca la energía de activación,
el efecto de la temperatura en la velocidad de reacción puede calcularse fácilmente.
Aunque se han hecho algunos intentos para calcular la energía de activación a partir de
consideraciones teóricas, en el caso de las reacciones sencillas se ha obtenido invariablemente de
los datos experimentales. Las velocidades de una reacción química se determinan a diferentes
temperaturas a partir de los diagramas isotermos de las velocidades de reacción en función del
tiempo.
Como la velocidad se define como la extensión de una reacción por unidad del tiempo, por lo
tanto, ésta se puede determinar a partir de las pendientes de estas gráficas.
Las curvas de la extensión de una reacción en función del tiempo son de diversas formas, algunas
de ellas se observan en la figura 11.3.
La línea OA representa un comportamiento lineal con el tiempo; esto es, la velocidad de reacción
es constante. OB representa un comportamiento parabólico y OC logarítmico. Debido a la variedad
de curvas, es a veces difícil evaluar con cierto grado de certeza las velocidades de reacción. Sin
embargo, una vez que se determina la velocidad a diversas temperaturas, entonces el cálculo de la
energía de activación de Arrhenius Q y la constante de velocidad de reacción A es muy sencillo.
Tabla 11.1
Log4
𝑦1 𝑦2 𝑦3 𝑦4 𝑦5
velocidad
1
𝑥1 𝑥2 𝑥3 𝑥4 𝑥5
𝑇
Ejemplo numérico
A partir de los valores experimentales dados en la Tabla 11.2, de las velocidades isotermas
de la disolución de Ti en aluminios fundidos y del crecimiento de las capas intermetálicas
titanio-aluminio, determinar:
a) la energía de activación de la “disolución” del titanio en el aluminio,
b) la energía de activación de la formación del compuesto intermetálico TiAl3. A partir de
estos valores calculados y de la consideración de las curcas que muestran las variaciones
dimensionales del titanio que se “disuelve” en el aluminio líquido y el espesor de las capas
intermetálicas formadas representado en función del tiempo (Fig 11.5 y Fig 11.6,
respectivamente), comentar sobre el posible mecanismo de estos procesos.
Tabla 11.2
entonces
𝑄
𝑙𝑜𝑔10 𝑘 = 𝑙𝑜𝑔10 𝐴 −
𝑅𝑇 𝑥 2,303
𝑄
Por lo tanto, la pendiente de esta ecuación lineal con respecto a 1/T es igual a − 2,303 𝑅
y
𝑄 = −2,303 R x la pendiente. Para obtener la energía
Fig 11.5
Fig 11.6
de activación Q y la constante de igualdad A debemos calcular primero los valores de 𝑙𝑜𝑔10 𝑘 y 1/T,
y estos se representan en la tabla 11.3. Más tarde estos valores se dibujan para obtener la
pendiente de la ecuación lineal.
Tabla 11,3.
Velocidad de crecimiento de
Temperatura Velocidad de dilusión 1
las capas de interacción
°K 𝑇
𝑙𝑜𝑔10 𝑘1 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑔𝑘1 𝑙𝑜𝑔10 𝑘2 𝑐𝑜𝑙𝑜𝑔𝑘2
973 ̅ 1792
6. -5,821 ̅ 0178
5. -4,9822 10,24 X 10-4
1.023 ̅ 4157
6. -5,584 ̅ 2977
5. -4,7033 9,776 X 10-4
1.073 ̅ 6201
6. -5,380 ̅ 4436
5. -4,5564 9,318 X 10-4
1.123 ̅ 7879
6. -5,212 ̅ 5795
5. -4,4205 8,906 X 10-4
1.173 ̅ 9713
6. -5,029 ̅ 8328
5. -4,1672 8,52 X 10-4
El valor de la energía de activación de Arrhenius Q y la constante A de la disolución y de
los procesos de crecimiento, calculamos a partir de la figura 11.7, son
Fig 11.7
Como las curvas de velocidad para la disolución del titanio y el crecimiento de las capas
intermetálicas son lineales con el tiempo, y sus energías de activación son idénticas en la
práctica, puede concluirse que la disolución del titanio en el aluminio depende de la
velocidad de la reacción química entre estos dos metales, y no de la disolución del
aluminio o el titanio a través de la capa intermetálica que se forma en la superficie del
titanio sólido.
Para vencer estas dificultades varios autores desarrollaron lo que se conoce como la
“teoría de las velocidades absolutas de reacción”. En esta teoría se supone que, para que
una reacción pueda tener lugar entre átomos o moléculas tienen primero que chocar y
luego formar un complejo activado que, a su vez, se descompone para dar los productos.
Así la reacción
𝐴+𝐵 → 𝐶+𝐷
Reactivos Productos
∆𝐺 ∗ = −𝑅𝑇𝑙𝑜𝑔𝑒 𝐾 ∗ …(11.1)
∆𝐺∗
𝑅𝑇 −
𝑣 𝑇 = ℎ𝑁 𝐶𝐴 𝐶𝐵 𝑒 𝑅𝑇 …(11.5)
∆𝑆∗ ∆𝐻∗
𝑅𝑇
𝑣 𝑇 = ℎ𝑁 ∗ 𝑒 𝑅 ∗ 𝑒 − 𝑅𝑇 ∗ 𝐶𝐴 ∗ 𝐶𝐵 …(11.6)
La ecuación (11.6) es muy interesante, ya que muestra que, según esta teoría, la velocidad
de una reacción depende de una constante universal cuyo primer término es común a
todas las reacciones, de los valores de la variación de entropía ΔS* de la formación del
complejo activado de la reacción y la variación de entropía ΔH* de dicha reacción y,
finalmente, de las concentraciones de los reactivos. Debe indicarse que, aunque la energía
necesaria para formar el complejo activado puede calcularse a partir de las fuerzas
interatómicas, en la práctica los resultados obtenidos raramente están de acuerdo con los
experimentales, e incluso únicamente en el orden de magnitud. Este desacuerdo se
considera el resultado de la complejidad de la mayoría de las reacciones y de nuestro
conocimiento imperfecto de la naturaleza de las fuerzas interatómicas.
11.5.1. Introducción
𝐻3 + 𝐼3 → 2𝐻𝐼
2 moléculas
𝐷2 + 𝐻2 → 2𝐷𝐻
𝐻2 → 2𝐻 𝑦 𝐷2 → 2𝐷 …(11.7)
𝐻 + 𝐷2 = 𝐻𝐷 + 𝐷 𝑦 𝐻2 + 𝐷 = 𝐻𝐷 + 𝐻 …(11.8)
1
En este caso, tenemos 1 2 términos de concentración y, por tanto, ci orden de la reacción
1
será 1 2. En general, la velocidad de una reacción puede expresarse mediante una
ecuación de la forma
𝑣 𝑇 = 𝑘 𝑥 𝐴𝑛𝐴 𝑥 𝐵 𝑛𝐵 𝑥 𝐶 𝑛𝐶 𝑥 … …(11.9)
En una reacción de orden cero la velocidad de la reacción es constante con el tiempo. Por
lo tanto, una gráfica de la extensión de la reacción y en función del 'tiempo 𝑡 da una línea
𝑑𝑦
recta (véase Fig. 11.9). La pendiente nos da la velocidad de reacción.
𝑑𝑡
Sea
𝑑𝑦
= 𝑘0 …(11.10)
𝑑𝑡
𝑦 = 𝑘0 𝑡 + 𝑐
Fig 11.9
Aquí 𝑦 es el parámetro de la reacción que se mide en función del tiempo y que puede ser
la concentración de la sustancia reaccionarte, la disminución en las dimensiones de un
metal sólido o la pérdida de peso de una sustancia disolvente, etc. La oxidación de
metales como el sodio, potasio, carbono de titanio, carburo de tungsteno y ciertas
reacciones sólido-metal líquido, tales como en las que figura el hierro-zinc entre las
temperaturas 485-530 °C y los sistemas titanio-aluminio, son ejemplos de reacciones de
orden cero.
Fig 11.10
Reacciones de orden aparentemente cero. Aunque los datos cinéticos de cada uno de los
ejemplos mencionados arriba satisface la ecuación de orden cero, está claro que en cada
caso la reacción debe depender de los términos de la concentración de los reactivos. En
estos casos, sin embargo, la reacción aparece como independiente de la concentración de
cualquiera de los reactivos, ya que la concentración, digamos, del oxígeno y del metal en
el lugar de la reacción (interfaz) permanece constante. Lo mismo es cierta para el caso de
la reacción entre el titanio sólido y el aluminio líquido. Aquí la reacción tiene lugar en la
interfaz del metal de titanio y, por lo tanto, su concentración es constante con el tiempo.
Como la capa intermetálica de TiAl3, que se adhiere a la superficie del Ti, es porosa al
aluminio fundido, existe un ilimitado suministro de metal hacia la interfaz del Ti, que es el
lugar de la reacción; por lo tanto, 'las concentraciones de los reactivos (Ti y Al)
permanecen constantes con el tiempo y esta reacción es de falso orden cero.
Una reacción que implica la descomposición de una molécula del reactivo para dar una o
más moléculas del producto, generalmente se efectúa según la ecuación de la velocidad
de primer orden. Por ejemplo, la descomposición del carbonilo de níquel a temperaturas
superiores a 150 °C puede representarse por la ecuación
𝑑 (𝐶0 − 𝑥 )
− = 𝑘1 (𝐶0 − 𝑥)
𝑑𝑡
𝑑𝑥
= 𝑘1 (𝐶0 − 𝑥) …(11.13)
𝑑𝑡
𝑑𝑥
La cantidad se llama "velocidad de reacción".y la constante 𝑘1 , se conoce como
𝑑𝑡
"velocidad de reacción específica", o "constante de velocidad", o "coeficiente de
velocidad". Se deduce de la ecuación (11.13) que en una reacción que se efectúa a
temperatura constante, tanto la velocidad de la reacción y la velocidad de la
concentración del reactivo puede calcularse en cualquier momento multiplicando la
concentración instantánea del reactivo por la velocidad de reacción específica. La
velocidad de reacción específica 𝑘1 puede calcularse integrando la ecuación (11.13).
Así la ecuación
𝑑𝑥
= 𝑘1 (𝐶0 − 𝑥)
𝑑𝑡
𝑑𝑦
= 𝑘1 𝑑𝑡
(𝐶0 − 𝑥)
(𝐶0 −𝑥) 𝑡
𝑑𝑥
∫ = 𝑘1 ∫ 𝑑𝑡
𝐶0 (𝐶0 − 𝑥) 0
Integrando resulta
𝐶0
𝑙𝑜𝑔𝑒 (𝐶 = 𝑘1 𝑡 …(11.14)
0−𝑥)
de manera que
2,303 𝐶0
𝑘1 = 𝑙𝑜𝑔10 …(11.15)
𝑡 𝐶0 −𝑥
𝐶𝑡 = 𝐶0 𝑒 −𝑘1𝑡 …(11.16)
Tiempo necesario para completar una fracción definida de una reacción. Períodos de
media vida. El período de media vida denota el tiempo que se necesita para que la
concentración del reactivo se reduzca a la mitad de su valor inicial. El tiempo necesario
para que se complete una fracción definida de una reacción de primer orden, en este
caso, completa hasta 0,5, puede calcularse convenientemente a partir de la ecuación
1
(11.15) sustituyendo 2 𝐶0 , por el valor de (𝐶0 – 𝑥); por lo tanto, tenemos
2,303 𝐶 2,303𝑙𝑜𝑔10 2
𝑘1 = 𝑙𝑜𝑔10 1 0 = …(11.17)
𝑡0,5 𝐶 𝑡0,5
2 0
2,303𝑙𝑜𝑔10 2
𝑡0,5 = …(11.17𝐴 )
𝑘1
La ecuación (11.17A) indica que el período de media vida en la des-integración de los
materiales radiactivos, que es un proceso de primer orden, es independiente del número
inicial de átomos presentes, y de-pende solamente de la velocidad específica de la
desintegración 𝑘1 .
En esta reacción cada una de las moléculas de sacarosa origina una molécula de glucosa y
una molécula de fructosa, según la ecuación
𝑑𝑥
= 𝑘1 𝐶(𝐶12 𝐻22 𝑂11 )
𝑑𝑡
y, por lo tanto, era una reacción de primer orden. Sin embargo, según la ley de la acción
de las masas, la siguiente velocidad de reacción debe depender de las concentraciones de
𝑑𝑥
la sacarosa y el agua, y la velocidad dx de inversión viene dada por
𝑑𝑡
𝑑𝑥
= 𝑘1 𝐶(𝐶12 𝐻22𝑂11 ) 𝑥 𝐶𝐻2 𝑂
𝑑𝑡
Como en esta reacción existe un gran exceso de moléculas de agua, la concentración del
agua puede considerarse constante a través del pro-ceso de inversión, por lo que
podemos escribir
𝑑𝑥
= 𝐾´1 𝐶(𝐶12 𝐻22 𝑂11 )
𝑑𝑡
A + B → productos
𝑑𝑥
= 𝑘2 (𝐶𝑎 − 𝑥 ) ∙ (𝐶𝑏 − 𝑥 )
𝑑𝑡
𝑑𝑥
= 𝑘2 𝑑𝑡
(𝐶𝑎 − 𝑥 ) ∙ (𝐶𝑏 − 𝑥 )
que da
1 𝐶 (𝐶 −𝑥)
𝑘1 = 𝑡(𝐶 𝑙𝑜𝑔𝑒 𝐶𝑏(𝐶𝑎−𝑥) …(11.18)
𝑎 −𝐶𝑏 ) 𝑎 𝑏
0
𝑘2 𝑡 =
0
Esta dificultad matemática puede vencerse usando la ecuación fundamental de la
velocidad; sustituyendo 𝐶𝑎 𝑦 𝐶𝑏 en ella obtenemos
𝑑𝑥
= 𝑘2 (𝐶𝑎 − 𝑥)(𝐶𝑏 − 𝑥)
𝑑𝑡
y cuando 𝐶𝑎 = 𝐶𝑏 , tenemos
𝑑𝑥
= 𝑘2 (𝐶𝑎 − 𝑥)2 …(11.19)
𝑑𝑡
A partir de la ecuación (11.20) se puede obtener la expresión del periodo de media vida
1
sustituyendo 𝑥 = 2 𝐶𝑎 . Por lo tanto,
1 1
𝑘2 = o 𝑘0,5 = …(11.21)
𝑡∙𝐶𝑎 𝑘2 𝐶𝑎
Es interesante hacer notar que en este caso el tiempo necesario para reducir las
concentraciones de los reactivos a la mitad es inversamente proporcional al producto de
su concentración original y su velocidad de reacción específica. Está claro, pues, que en
estas condiciones (cuando 𝐶𝑎 ≠ 𝐶𝑏 ) no podemos determinar el valor de 𝑘2 a partir del
medio período, ya que debemos conocer la concentración inicial común de ambos
reactivos.
Hay muy pocas reacciones químicas gaseosas de tercero u órdenes superiores, ya que se
supone que una reunión simultánea de cuatro o más moléculas de la especie adecuada
antes de que ocurra la interacción es muy poco probable. Se verá más tarde que los
trabajos recientes sugieren que en las disoluciones y ciertas reacciones sólido-líquido
entre me-tales es posible que existan reacciones de órdenes superiores.
No es el objeto de este libro el dar una detallada relación de los diversos métodos para
determinar el orden de una reacción. Sin embargo, se pretende dar aquí un bosquejo de
los métodos principales disponibles.
a) Métodos de integración. En este método los datos experimentales se expresan en
forma de ecuaciones para los diversos órdenes de la reacción, hasta que se
encuentra una reacción que satisface a estos datos. Luego se calcula la constante.
de velocidad específica 𝑘𝑥 . Este método es muy útil en el caso de reacciones
sencillas, pero en las más complicadas hay que usar otros métodos.
1
𝑡0,5 =
𝑘2 𝐶0
En todas estas ecuaciones 𝐶0 significa la concentración inicial, que es la misma para cada
uno de los reactivos, y 𝑛 es el orden de la ecuación.
𝑑𝑥
d) − 𝑑𝑡 = 𝑘𝐶 𝑛 …(11.23)
donde en este caso la suma n„-F na=orden de la reacción. d) Método de aislamiento. Este
método fue probablemente diseñado por W. Oswald (1902). Si en una reacción del tipo
𝑛𝐴 𝐴 + 𝑛𝐵 𝐵 → 𝐶 + 𝐷
las condiciones se adaptan de tal modo que hay siempre un gran exceso de uno de los
reactivos (por ejemplo, el B), luego la ecuación dada por el método diferencial de Van't
Hoff para la velocidad inicial de la reacción será
𝑑𝑥 𝑛 𝑛
− = 𝑘𝐶𝐴 𝐴 𝑥 𝐶𝐵 𝐵 …
𝑑𝑡
𝑛
donde 𝑘´ = 𝑘𝐶𝐵 𝐵 es una nueva constante.
−𝑑𝑥
𝑙𝑜𝑔 = 𝑙𝑜𝑔𝑘´ + 𝑛𝐴 𝑙𝑜𝑔𝐶𝐴 …(11.25)
𝑑𝑡
El gráfico del logaritmo de la velocidad en función del log C, nos da una línea recta cuya
pendiente es igual a 𝑛𝐴 , y. su ordenada en el origen viene dada por k'.
El siguiente ejemplo que implica la disolución del titanio sólido en el aluminio fundido nos
ilustrará la aplicación del método de aislamiento.
Ejemplo
La figura 11.11 nos muestra la dimensión del espesor de las diversas aleaciones titanio-
aluminio en función del tiempo cuando están en con-tacto con el aluminio fundido a 800
°C. Como en todos los casos las gráficas
Fig 11.11
son líneas rectas, las velocidades se obtienen sencillamente a partir de las pendientes de
las líneas (véase la sección que trata sobre las reacciones de orden cero). En la Tabla 11.4
se presentan los valores de las velocidades obtenidas mediante estas gráficas junto con
las_ respectivas composiciones.
Tabla 11.4
En este caso la reacción química tiene lugar entre los átomos de Ti y Al en su interfaz, y
𝑑𝑐
usando el método diferencial de Van't Hoff el dc cociente 𝑑𝑡 es proporcional a la velocidad
de disminución del espesor que viene dado por
𝑑𝑐 𝑛 𝑛
= 𝑘𝐶𝑇𝑖𝑇𝑖 𝑥 𝐶𝐴𝑙𝐴 …(11.26)
𝑑𝑡
𝑑𝑐 𝑛
= 𝑘𝐶𝑇𝑖𝑇𝑖
𝑑𝑡
donde 𝐶𝑇𝑖 es la concentración del titanio en la fase sólida. Tomando logaritmos en esta
ecuación obtenemos
𝑑𝑐
𝑙𝑜𝑔 = 𝑙𝑜𝑔𝑘 + 𝑛 𝑇𝑖 𝑙𝑜𝑔𝐶𝑇𝑖
𝑑𝑡
Esta es la ecuación de una línea recta y, por lo tanto, representando el log velocidad en
función del logaritmo de la concentración atómica del componente aislado, es decir, del
titanio, el valor de la contribución del titanio al orden total de la reacción 𝑛 𝑇𝑖 viene dado
por la pendiente. La figura 11.12 nos muestra la gráfica obtenida a partir de los datos en la
Tabla 11.4; la pendiente de la línea recta es ⋍ 6.
Este ejemplo nos muestra cómo, combinando el método diferencial de Van't Hoff con el
método de aislamiento de Oswald (aquí 𝐶𝐴 , se hizo la constante a través del experimento),
podemos determinar experimentalmente el valor de 𝑛 𝑇𝑖 que es la contribución del titanio
al orden total de esta reacción intermetálica. En un sistema homogéneo el orden de la
reacción puede, en la mayoría de los casos, interpretarse como el mínimo de átomos o
moléculas que toman parte en una reacción completa. El conocimiento de los órdenes
totales y parciales de una reacción dada nos permite averiguar el mecanismo de la
reacción después de una consideración adecuada de todos los equilibrios posibles entre
los reactivos y los productos.
Fig 11.12
Una reacción de orden elevado indica que la formación del núcleo pueda ser la etapa que
determine la velocidad. Christiansen y Nielsen postularon, a partir de sus resultados sobre
la precipitación del BaSO4, que la formación de aglomeraciones de cuatro iones de bario y
cuatro iones de sulfato es el proceso que determina la velocidad.
Desde un punto de vista físico, las reacciones pueden ser homogéneas, es decir, se
efectúan en una fase simple; como una disolución, o heterogéneas como en las reacciones
gas-sólido, liquido sólido y gas-líquido.
Las reacciones químicas pueden también clasificarse según el número de etapas por las
que pasen Ya hemos considerado reacciones opuestas que explican el concepto de las
constantes de equilibrio. En este caso discutimos el equilibrio establecido por
𝑣1
𝐴+𝐵 ← →𝐶+𝐷
𝑣2
𝑘1 𝑘´1 𝑘´´1
𝐴 → 𝐵 → 𝐶→ 𝐷
donde 𝑘1 𝑘´1 y 𝑘´´1 Ias constantes de velocidad específica de las reacciones consecutivas.
Si una de estas etapas es mucho más lenta que la otra, entones es ésta la que “determina
la velocidad (reguladora)" de la reacción total A → D. En la cinética química
frecuentemente necesitamos averiguar una etapa, ya que podremos quizá idear un
método de acelerar la variación del orden para hacer el proceso más económico.
En algunos procesos los reactivos pueden reaccionar de dos o más maneras simultáneas,
originando dos o más productos. Este tipo de reacción se conoce como reacción
simultánea o paralela. Puede representarse por
→ 𝑘1 → 𝐵
A → 𝑘1 ´ → 𝐶
→ 𝑘1 ´´ → 𝐷
donde 𝐴 es el reactivo y 𝐵, 𝐶 𝑦 𝐷 son Ios productos y 𝑘1 𝑘´1 y 𝑘´´1 son las constantes de la
velocidad especifica. Naturalmente las cantidades relativas de B, C y D producidas con el
tiempo dependerán de los valores de, sus constantes de velocidad específica. Es
interesante destacar que, como las energías de, activación de las tres reacciones paralelas
son probablemente diferentes, elevando la temperatura de la reacción, quizá podamos
cambiar considerablemente las cantidades relativas de los productos B, C y D. Una vez
más, si las tres energías de activación difieren grandemente, una baja temperatura de
reacción puede prácticamente eliminar la formación, digamos de C y D, para darnos un
producto B casi puro.
11.8.1. Introducción
Se sabe desde hace tiempo que incluso la presencia de huellas de sustancias extrañas
puede tener un efecto pronunciado, tanto en el comienzo como en la velocidad de la
reacción. Así, el oxígeno y el hidrógeno pueden mezclarse y mantenerse indefinidamente
a la temperatura ambiente sin interaccionar, pero la introducción de polvo de platino en
el sistema da lugar a la combinación de los dos gases en la superficie del metal y la
consiguiente formación de agua. También se sabe que concentraciones pequeñas del
orden de 10−6 moléculas gramo por litro de ácido molíbdico duplica la velocidad de
reacción entre el peróxido de hidrógeno y el yoduro de hidrógeno.
Estos ejemplos son sólo dos de los numerosos ejemplos de acción catalítica. El primero
ilustra un tipo heterogéneo de catálisis, mientras que el otro es un ejemplo de catálisis
homogénea.
Por lo tanto, un catalizador puede definirse como una sustancia que afecta la velocidad de
una reacción, pero que no se presenta como reactivo en la ecuación química. Si la
presencia de dicha sustancia resulta en un aumento de la velocidad de reacción, entonces
la sustancia se llama "catalizador positivo", o simplemente "catalizador". Sin embargo, si
la sustancia causa una disminución en la velocidad de la 'reacción, entonces se conoce
como "catalizador negativo" o "inhibidor".
Es interesante hacer notar que algunas reacciones que normalmente se efectúan muy
rápidamente no tendrán lugar si los reactivos están perfectamente secos o falta el
catalizador.
Aunque las reacciones catalíticas pueden ser heterogéneas u heterogéneas, tienen las tres
características siguientes en común:
II. Una pequeña cantidad de catalizador puede mantener una elevada velocidad de
reacción durante largos períodos de tiempo. Aunque en la práctica algunos de los
catalizadores son extremadamente eficaces, en ciertas reacciones específicas
(véanse ejemplos anteriores), se encuentra que, en la mayoría de los casos de las
catálisis homogéneas, el aumento en la velocidad de la reacción es proporcional a
la concentración del catalizador. En las reacciones catalíticas heterogéneas que
implican gases reaccionantes y superficies sólidas, la superficie total del sólido
puede también influir en la velocidad de reacción.
III. Los catalizadores no influyen en la posición de equilibrio en las reacciones
reversibles. Es un hecho experimental que la presencia de un catalizador en un
sistema no altera la posición de equilibrio. Este hecho es también congruente con
las consideraciones termodinámicas. Está claro que como durante una reacción
catalítica la naturaleza química del catalizador permanece constante, el catalizador
no suministra ninguna energía química al sistema: Así, Ja variación de la energía
libre de la reacción química no se altera al añadirle el catalizador. Se deduce de la
isoterma de Van't Hoff que la constante de equilibrio de esta reacción debe ser la
misma con o sin Catalizador.
Cualquier teoría que considere el efecto catalítico de las sustancias tendrá que cumplir
estos tres factores característicos.
El nombre de catálisis fue usado primeramente por Berzelius en 1835. No existe hasta
ahora una explicación universal de la catálisis; es pro-bable que el papel del catalizador
varíe según la reacción en que se emplee. Sin embargo, es conveniente dividir la
catálisis en dos categorías: homogénea y heterogénea.
Así, en una reacción entre les reactivas A y B que nos dé el producto AB sin un
catalizador, encontramos A+B —> AB. En presencia de un catalizador C, la reacción
puede representarse en dos etapas:
𝐴 + 𝐶 → 𝐴𝐶
𝐴𝐶 + 𝐵 → 𝐴𝐵 + 𝐶
Hay que recalcar que el catalizador acelerará la reacción directa de la misma manera
que la reacción inversa, y el cociente
𝑘1
=𝑘
𝑘2
permanece inalterado.
Los dos casos siguientes nos sirven de ejemplo de reacciones catalíticas homogéneas:
2𝑆𝑂2 + 𝑂2 → 2𝑆𝑂2
Fig 11.13
Esta procede muy lentamente. La acción catalítica del óxido nítrico sobre la reacción
puede representarse, por medio de las ecuaciones siguientes:
2𝑁𝑂 + 𝑂2 ↔ 2𝑁𝑂2
(ii) Líquido. La acción de los ácidos y las bases que catalizan reacciones tales como
la hidrólisis del azúcar de caña en glucosa.
∆𝐺 = ∆𝐻 − 𝑇∆𝑆
y como el valor de ∆𝐺 debe ser negativo, se deduce que para que la adsorción tenga lugar
es preciso que el proceso sea isotérmico. Análogamente a la teoría del compuesto
intermedio, el rendimiento del catalizador dependerá de la estabilidad de la etapa
intermedia. Si las fuerzas de unión entre los reactivas adsorbidos y la superficie
catalizadora son demasiado fuertes, la formación del estado
Catalizadores negativos. Es a veces útil retardar las reacciones químicas por medio
de la presencia de otras sustancias. Una sustancia que causa el retraso de una reacción se
llama "catalizador negativo". Los catalizadores negativos pueden actuar de dos maneras
distintas:
(i) pueden variar el mecanismo normal de una reacción del modo en que el
tetraetilo de plomo se usa en la gasolina para evitar una reacción prematura
entre el vapor de la gasolina y el oxígeno en el cilindro de una máquina en la
compresión, o
(ii) anulan los catalizadores positivos combinándose con ellos, como en el caso de
una pequeña cantidad de urea que hace estable a la nitrocelulosa (y, por lo
tanto, segura) separando los óxidos de nitrógeno que son catalizadores
positivos en la descomposición de la nitrocelulosa.
Tabla 11.5