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Hoy en día el mundo lucha una vez más por sobrevivir.

Sus poblaciones, están


en constante crecimiento. Los problemas combinados de una población en
continuo crecimiento, una expansión urbana descontrolada y una pobreza
extrema pesan sobre el mismo modo en muchas partes del mundo actual.

Dentro de lo que engloba el cambio social podemos examinar tanto el


crecimiento demográfico, como la urbanización, dos fuerzas poderosas que
han actuado conjuntamente en la configuración y reconfiguración de nuestro
planeta desde hace miles de años, siendo el crecimiento continuo de la
población uno de los retos más importantes que tendrá que afrontar el mundo
en el siglo que acaba de comenzar, y este drama aparecerá en escena
especialmente en las ciudades que han experimentado un crecimiento sin
precedentes.

Uno de los métodos para examinar y estudiar a la población es la demografía


demografía la cual nos brinda datos vitales para comprender tanto el
crecimiento como la mortandad de la población de los distintos países.

Como pequeña introducción podemos decir que, desde que el ser humano
apareció como especie alrededor del año 250.000 a.C. hasta hace unos siglos,
la población mundial nunca había superado los 500 millones de personas.

Las causas y las consecuencias de este drama humano forman el núcleo de la


demografía, el estudio de la población humana. La demografía (proveniente del
término griego que significa <<descripción del pueblo>>), es una disciplina
emparentada con la sociología que analiza el tamaño y la composición de la
población, así como sus desplazamientos, aunque mucha de la investigación
demográfica tiene un fuerte componente cuantitativo, la demografía también
plantea algunas cuestiones centrales sobre los efectos del crecimiento de la
población y su control.

Al entender lo que es y hace la demografía podemos comprender mucho mejor


los factores que configuran la población, y algunos de ellos son :

La fertilidad: es el impacto de la reproducción humana sobre la población de un


país y se reduce en la práctica por las normas culturales, los recursos y las
decisiones personales.

La Mortalidad: también afecta el tamaño de la población y es la incidencia de la


muerte en la población de un país dado.

Los Movimientos migratorios: son el movimiento de personas que entran y


salen de un determinado territorio (no necesariamente voluntario). Las
migraciones voluntarias son frecuentemente el resultado de un conjunto de
factores de atracción y expulsión, los países pobres pueden “expulsar” o inducir
a la gente a emigrar a países más ricos (los cuales ejercen un poderoso efecto
de “atracción”) debido a la insatisfacción con las condiciones de vida.
El movimiento de entrada de la población en un territorio, denominado
inmigración, se mide con la tasa de inmigraciones. Esta se calcula con el
número de personas que entran en una zona determinada por cada mil
habitantes de dicho territorio. Y los movimientos de salida, o emigración, se
miden a través de la tasa de emigración, que es el número de personas que
dejan un territorio por cada mil habitantes. Todos los países se ven afectados,
además por migraciones internas; es decir movimientos de población dentro de
sus propias fronteras entre las distintas regiones.

Una de las teorías del crecimiento de la población es que a lo largo de la mayor


parte de la historia de la humanidad, las sociedades se organizaban alrededor
de las familias numerosas, ya que el trabajo humano era el factor clave de la
productividad. Además, hasta que no se comenzó a producir preservativos de
goma hace 150 años, el control de la natalidad era, cuando menos, incierto. Sin
embargo, aunque las tasas de natalidad eran altas, también lo eran las de
mortalidad, debido a que las poblaciones se veían diezmadas periódicamente
por enfermedades infecciosas.

Un breve examen de la tendencia de la población en el mundo actual revela la


existencia de una creciente diferencia entre lo que sucede en los países más
ricos y en los más pobres. Comprender estas tendencias constituye el primer
paso para comprender la naturaleza del problema demográfico actual.

Uno de los factores claves del cambio social es la demografía, y en ella incluye
los movimientos migratorios (inmigraciones y emigraciones), las tasas de
mortalidad y natalidad,

El tamaño de población se ve afectado por las migraciones(movimientos de


personas que entran y salen de un determinado territorio) estos pueden ser
involuntarios o voluntarios. Un ejemplo de involuntarios sería el caso de los
esclavos, a quienes sin su consentimiento se les llevaba a cualquier lugar y un
ejemplo de voluntario es cuando uno se traslada a otro país en busca de
nuevas oportunidades, la insatisfacción con las condiciones de vida de los
países pobres puede expulsar a la gente o inducirla a emigrar, del mismo modo
los países ricos pueden ejercer un poderoso efecto de atracción. Al mismo
tiempo los movimientos migratorios se subdividen en dos: las inmigraciones,
que son el movimiento de entrada de población en un territorio, y en
emigraciones, que son los movimientos de salida de personas de un territorio.

El mejor modo de controlar el crecimiento o aumento de la población es


distribuir los recursos y las riquezas mundiales de forma más justa entre los
distintos países, así como ampliar las oportunidades educativas y
profesionales.

Con todos estos procesos asociados al crecimiento de las ciudades, desde la


expansión del trabajo poco remunerado, precario y sin cobertura ocia, pasando
por el desarrollo de las zonas periféricas y la rehabilitación de los centros
urbanos, que perjudican los habitantes más pobres, no es de extrañar que se
produzcan tensiones entre las elites urbanas y la gente pobre. Algunas veces
estas tensiones surgen a pequeña escala como con los actos del vandalismo y
pequeña delincuencia de vez en cuando pueden estallar en forma de
disturbios.

La urbanización

La urbanización es la concentración de la población en las ciudades,


simultáneamente, redistribuye la población en una sociedad y transforma
muchas pautas de la vida social.

Las ciudades son el resultado de un desarrollo relativamente reciente en la


forma de vida social humana. El siglo XX, ha visto como los espacios habitados
cambiaban en varias direcciones, desde del crecimiento de las ciudades
principales hasta la expansión más allá de los suburbios. El ritmo del cambio
urbano se ha acelerado con el tiempo.

LA GRAN METROPOLI 1860-1950

Tras la primera Guerra Mundial, diversas oleadas de población abandonaron el


campo hacia las ciudades atraídas por mejores empleos. Este crecimiento
marcó la era de la metrópoli, una ciudad que social y económicamente domina
un área urbana. Las metrópolis pronto se convirtieron en los centros
productivos, comerciales y residenciales. La concentración de la tecnología
industrial no sólo generó la expansión de la población, sino que también
cambió el aspecto físico de las ciudades.

La metrópoli industrial alcanzó su momento más álgido durante el periodo de


reconstrucción tras la Segunda Guerra Mundial. Algo parecido a un cambio en
sentido contrario, llamado Descentralización Urbana, se ha producido desde
entonces, a medida que la población ha abandonado las zonas céntricas de las
ciudades para establecerse en la periferia cercana. Muchas de las grandes
ciudades detuvieron su crecimiento, y algunas perdieron un número
considerable de población, después de 1950.

La rehabilitación

La ubicación de los guetos y de los centros de prosperidad urbana cambia con


el tiempo. Este cambio se produce, fundamentalmente, por los procesos de
rehabilitación, a través de los cuales áreas en declive se transforman en áreas
prósperas.

También cabe destacar que como todos estos procesos asociados al


crecimiento de las ciudades, desde la expansión del trabajo poco remunerado,
precario y sin cobertura social, pasando por el desarrollo de las zonas
periféricas y la rehabilitación de los centros urbanos, que perjudican a los
habitantes más pobres, no es de extrañar que se produzcan tensiones entre las
elites urbanas y la gente pobre. Algunas veces estas tensiones surgen a
pequeña escala, como con los actos de vandalismo y pequeña delincuencia.
De vez en cuando, pueden estallar en forma de disturbios. Estas tensiones
marcan un claro ejemplo de lo que son los cambios sociales, que son tomados
en las manos desde la mismas personas de una sociedad, debido a diversos
factores, siendo uno de los mas comunes la disconformidad o desigualdad
social que pueda existir en sus respectivos países.

Las mega-ciudades en las sociedades de renta baja

El mundo ha experimentado una expansión revolucionaria de las ciudades en


tres ocasiones en la historia humana. La primera revolución urbana comenzó
alrededor del año 8000 a.C. con los primeros asentamientos permanentes iban
surgiendo en los distintos continentes. La segunda revolución urbana comenzó
alrededor de 1750 y duró unos dos siglos, cuando la Revolución Industrial
impulsó el rápido crecimiento de las ciudades en Europa y Norteamérica. La
tercera revolución urbana se inició alrededor de 1950, pero en esta ocasión el
cambio se está produciendo en los países menos desarrollados.

La urbanización como estilo de vida

Las ciudades imprimen distintas experiencias sociales. El poeta parisino


Charles Baudelaire (1821-1867) describió el flaneur, un tipo social que vaga por
las ciudades y disfruta de las vistas y de la masificación. Posteriormente varios
sociólogos comenzaron a analizar la ciudad como una forma moderna
particular que introducía elementos novedosos: una preocupación con lo
pasajero y con el individualismo obsesivo, y una nueva excitación y
sofisticación.

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