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ÍCONOSI16

Revista de FLACSO-Ecuador
No 16, mayo, 2003
ISSN 13901249

Los artículos que se publican


en lá revista son de exclusiva
responsabilidad de sus autores,
no reflejan necesariamente el
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Director de Flacso-Ecuador.
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ehurtado@flacso.org.ec
Capital social
y desarrollo rural
Luciano Martínez Valle* tes estudios sobre el medio rural ecuatoriano,
especialmente aplicado a las Juntas de Agua,
¿Es el capital social una herramienta teórica y y se pretende apuntar las potencialidades y li-
práctica aplicable al desarrollo rural? En los mitaciones que tiene el concepto en la prácti-
últimos diez años, el concepto de capital so- ca del desarrollo rural.
cial ha sido utilizado para explicar, por ejem-
plo, los éxitos organizativos alcanzados en
torno al riego (Krishna 2000, Perrault et al Sobre la aplicabilidad del
1998) y también ha sido conceptualizado co- concepto de capital social
mo herramienta de nuevas prácticas imple-
mentadas por técnicos en el medio campesi- Nos parece importante mencionar que al me-
no (Durston 2001a)1. De otro lado, desde la nos se puede detectar dos posiciones teóricas
perspectiva de la economía neoliberal, el mis- que predominan en los análisis sobre capital
mo Banco Mundial ha buscado la funcionali- social: a) el capital social definido como una
dad del concepto para las nuevas necesidades estrategia individual (rational choice) (Fuku-
y demandas que se desprenden del ajuste eco- yama 1999) o, para los economistas, como la
nómico: el progresivo retiro del Estado y el “acción racional” (Coleman 2000) que busca
incremento de la pobreza rural. El capital so- su maximización en el sistema establecido de
cial desde esta perspectiva podría ser un ins- vínculos con otros actores sociales o en el sis-
trumento que cae como “anillo al dedo” no tema económico y b) el capital social contex-
solo para suplir las deficiencias institucionales tualizado en el sistema de relaciones sociales de
del retiro del Estado sino incluso para armar una sociedad dada. Esta última posición es li-
y viabilizar proyectos tipo tricle down con los derada por Bourdieu: “El capital social es la
niveles de organización de la población rural, suma de los recursos, actuales y potenciales co-
lo que algunos autores denominan el estilo rrespondientes a un individuo o grupo, en vir-
“post-Consenso de Washington” (Fine 2001). tud de que estos poseen una red duradera de
En este trabajo se realiza un análisis críti- relaciones, conocimientos y reconocimientos
co sobre la utilización del concepto en recien- mutuos más o menos institucionalizados, esto
es la suma de los capitales y poderes que seme-
* Profesor-Investigador FLACSO-Ecuador. jante red permite movilizar. Hay que admitir
1 Según Durston, con el apoyo del Director del Institu- que el capital puede revertir una diversidad de
to Nacional de Desarrollo Agropecuario (INDAP) se
formas, si se quiere explicar la estructura y di-
realizaron estudios en 6 comunidades campesinas y se
dio capacitación a 18 profesionales. Además se desa- námica de las sociedades diferenciadas”
rrolló una metodología de evaluación rápida de capi- (1995:82). No obstante, Coleman es segura-
tal social (MERCS). El objetivo era reformar al IN- mente el sociólogo que más ha influido en el
DAP e institucionalizar un estilo de trabajo diferente
para “empoderar” a los usuarios campesinos y suavizar desarrollo del concepto de capital social en los
los efectos del clientelismo (2001a:2). países avanzados. Fine (2001:80) critica fuer-

ICONOS 73
debate
temente los postulados de Coleman sobre el Para que tenga alguna utilidad desde la
capital social, argumentando su apego a la teo- perspectiva del desarrollo rural, el capital so-
ría del rational choice y al hecho de que su cial debería ser definido desde dos dimensio-
concepto de capital social se deriva de la co- nes: la relacional y la procesual. La primera
rriente neoclásica en economía2. Esta diver- dimensión indica que las prácticas de recipro-
gencia teórica no obedece simplemente a dis- cidad o cooperación así como las redes y nor-
crepancias académicas sino ante todo políticas: mas que facilitan una acción colectiva, en
mientras que Fukuyama se ha convertido en el otras palabras, las relaciones sociales que se
teórico social del modelo del ajuste, Bourdieu, generan entre los productores rurales, se con-
sin duda, es el representante de la sociología cretizan entre grupos, comunidades, familias
crítica del modelo económico neoliberal. e individuos diversos y diferentes. La segunda
La búsqueda de una aplicación más objeti- indica que se trata de un proceso que puede
va del concepto que refleje no solo los aspec- implicar crecimiento (acumulación) o decre-
tos positivos que se pueden desprender del cimiento (desacumulación). No es tan fácil
mismo sino también aquellos negativos, ha si- operativizar ni medir todo el alcance de este
do el punto de interés de Portes (2000)3. Se- intento de definición.
gún este autor, el concepto de capital social Los pocos autores que han incursionado
elaborado tanto por Bourdieu como por Co- en el tema de la aplicabilidad del concepto de
leman se referiría a un ámbito reducido de in- capital social al desarrollo rural son muy en-
dividuos o pequeños grupos (2001:2), mien- fáticos en advertir dos problemas principales:
tras que, sobre todo desde la vertiente de cien-
cias políticas, el concepto pretende ser aplica- a) la adopción de posiciones comunitaristas
do a un contexto más amplio: la comunidad, o románticas que se desprenden con mu-
la nación. Esta ampliación del concepto, sin cha facilidad de la visión muy superficial
delimitación previa, es criticada por Portes que se tiene sobre las comunidades cam-
(2000) al referirse a los trabajos realizados por pesino/indígenas (Durston 2001:18), jun-
Putnam sobre el caso italiano y norteamerica- to a pensar que donde hay población cam-
no4. La propuesta de Portes es que hay que de- pesina o indígena, hay necesariamente ca-
limitar bien el concepto para que el razona- pital social. Martine Dirven (2001:10) ad-
miento no se torne tautológico y pueda ser vierte sobre la necesidad de tener una vi-
útil para el análisis tanto de los aspectos posi- sión menos idealizada de la población
tivos como negativos que se desprenden de su campesina e indígena. En cierto sentido es
aplicabilidad (Portes y Landolt 1996). lo que señalábamos en un trabajo anterior
al referirnos a la debilidad de la propuesta
2 “It accepts the principle of rational or purposive ac- incremental de las organizaciones sin ave-
tion and attempts to show how that principle, in con- riguar sobre la calidad del capital social
junction with particular social contexts, can account (Martínez 1997).
not only for the actions of individuals in particular
context but also for the development of social organi- b) las dificultades en la medición de la pre-
zation” (Coleman 2000:14). sencia e impacto del capital social en las
3 “...the literature on this topic tends to emphasize the organizaciones rurales. De allí que algunos
positive consequences of social ties, to the exclusion of autores propongan la necesidad de realizar
their less desirable consequences” (Portes 2000:4).
investigaciones empíricas cualitativas para
4 Es interesante señalar que existe una matriz interpre-
tativa en Putnam (1993, 2001) que se aproxima a cier- disponer de buenas hipótesis que faciliten
to determinismo geográfico: tanto en el caso italiano conocer cuáles son los indicadores que se
como en el norteamericano, el “norte” siempre es la re- deberían medir y, además, cómo habría
gión en donde existe más capital social, mayor demo-
cracia y mejor situación económica, mientras que el
que interpretarlos (Durston 2001:5). To-
“sur” carece de todos los aspectos benéficos que des- davía nos encontraríamos en una fase de
prenden del capital social. construcción del concepto a partir de in-

74 ICONOS
vestigaciones sobre las características y pe- inmediato. Así, los individuos pueden desarro-
culiaridades del capital social en la diversi- llar iniciativas tendientes a consolidar su capi-
dad de organizaciones rurales. tal social en el ámbito comunal o supracomu-
nal y aún fuera de él6. Las comunidades a su
Desde esta perspectiva, el uso del concepto de vez pueden establecer nexos directos con agen-
“campo social” (Bourdieu 1994) puede ayu- cias de desarrollo o del Estado, sin pasar nece-
dar a delimitar el análisis del capital social en sariamente por la organización supracomunal.
determinados espacios en donde éste se gene- Por supuesto, las OSG despliegan iniciativas
ra, se reproduce y se amplía, así como la rela- hacia dentro (comunidades) y hacia fuera
ción que existe con otros capitales en una di- (construcción de redes institucionales). Con
námica social que caracteriza el comporta- ello, se debe relativizar el espacio en el que se
miento de determinados sujetos, grupos y co- mueven los diferentes actores sociales ya que
munidades5. Utilizando esta fuerte herra- no quedan reducidos ni al ámbito de la fami-
mienta teórica, creemos que el capital social lia, ni de la comunidad, ni siquiera al de la
puede ser abordado en tres niveles: indivi- OSG. Esto complica mucho el análisis del ca-
dual-familiar, comunitario y supracomunita- pital social en un campo social determinado.
rio. En cada una de estas instancias, el capital
social se expresa de diferente forma y se privi-
legian mecanismos más apropiados y eficien- El capital social en el contexto
tes para obtener los resultados deseados. Así del desarrollo rural
por ejemplo, en el nivel familiar se puede uti-
lizar con más eficiencia las relaciones de pa- Los pocos análisis realizados sobre este tema
rentesco, mientras en el nivel comunal segu- en el caso ecuatoriano han utilizado una con-
ramente son más útiles las relaciones de reci- cepción muy laxa sobre el capital social, más
procidad y cooperación tradicionales y en el similar al concepto de organización social pa-
nivel supracomunal los vínculos con las orga- ra la producción que al contenido de relacio-
nizaciones de base y la conformación de redes nes de reciprocidad y cooperación que gene-
hacia afuera. Los sujetos sociales también va- ran confianza. No obstante, el concepto de
rían en estos tres niveles: el individuo, las fa- capital social implica una construcción y per-
milias y los dirigentes tienen habitus y diná- manencia de estas relaciones a más largo pla-
micas diferentes aún cuando todos pueden zo y los niveles organizativos pueden o no
apuntar a una consolidación de las familias, coincidir con la presencia de capital social.
comunidades y organizaciones de segundo Así por ejemplo, en el estudio menciona-
grado (OSGs). do sobre la organización de regantes en Ca-
La complejidad del concepto se puede di- yambe (Perreault, Bebbington y Carroll
mensionar cuando se tiene en cuenta además 1998), en la provincia de Pichincha, se insis-
que estos niveles no son compartimentos es- te en la relación Junta de Aguas=capital so-
tanco, sino que las dinámicas de los sujetos so- cial, bajo el presupuesto de que esa es la ins-
ciales se traslapan y sobrepasan cada ámbito tancia que aglutina el capital social contenido
en otros niveles (comunidad y familia). Para
5 Para Bourdieu, la noción de campo está vinculada a la justificar su argumentación los autores toman
de espacio social: “Lo que quiero dar a entender cuan- cuatro indicadores utilizados anteriormente
do describo el espacio social global como un campo,
es un campo de fuerzas en el cual la necesidad se im-
pone a los agentes que se encuentran comprometidos, 6 El compadrazgo es una institución muy importante en
y un campo de luchas al interior del cual los agentes se el medio rural. Opera como mecanismo de amplia-
enfrentan a través de medios y fines diferenciados se- ción de contactos y construcción de redes duraderas a
gún su posición en la estructura del campo de fuerzas, lo largo del tiempo que pueden establecerse incluso
contribuyendo de este modo a conservar o transfor- fuera del ámbito en el que se encuentran las familias y
mar la estructura” (1994:55, traducción del autor). comunidades.

ICONOS 75
debate
por Uphoff (1986)7: a) la toma de decisiones de riego, a saber: la presencia de ONGs, la
y la planificación, b) la movilización de recur- ubicación con respecto a los mercados e in-
sos y conducción, c) la comunicación y la fraestructura, la homogeneidad étnica, la cali-
coordinación y d) la resolución de conflictos. dad de las tierras, la demanda externa de fuer-
En realidad se trata de indicadores que se re- za de trabajo, etc. El análisis concluye seña-
lacionan con la eficiencia de cualquier organi- lando que la Junta de Aguas si bien es depo-
zación en el medio rural, pero que muy poco sitaria del capital social, sin embargo no es
tienen que ver con el capital social en estricto sostenible. Los mismos autores se encargan
sentido. Cualquier organización de regantes en apuntar la falta de autonomía de la orga-
haría lo mismo que han hecho los miembros nización y la alta dependencia hacia la ONG
de la Junta de Porotog, esto es: movilizarse (1998:13).
frente a amenazas externas, dedicar trabajo en Finalmente, el funcionamiento de las Jun-
la construcción y mantenimiento de la in- tas de Aguas podría entenderse mejor si se
fraestructura de riego, recolectar las cuotas, analizara la relación con los Cabildos como
imponer multas y sanciones, aportar con el expresión más genuina de la organización de
trabajo de mingas y resolver los conflictos que las comunidades indígenas o si se buscara las
se presentan entre sus miembros. Si esto es te- explicaciones de la falta de vínculos con las
ner capital social, todas las Juntas de Aguas organizaciones de tercer grado cantonales y
que funcionan desde hace mucho tiempo en su dependencia de una sola ONG8. Igual-
la sierra central, por ejemplo en la provincia mente sería importante indagar sobre los con-
de Tungurahua, tienen capital social. Lo que flictos con los comuneros marginados del ac-
se analiza es una de las instancias en que se ceso al agua, puesto que no todos son benefi-
manifiesta el capital social, pero no es la úni- ciarios, lo cual genera inequidad en el acceso
ca ni tampoco la más idónea para detectar su a este recurso. En definitiva, el uso del con-
presencia. Los autores no se preguntan qué es cepto de capital social, aplicado a las organi-
lo que pasa en los otros niveles (familia, co- zaciones de riego, sin referirse a su verdadero
munidad), si el capital social existe, se man- contenido del concepto, no permite llegar a
tiene o se ha incrementado. Se parte del su- conclusiones tan optimistas.
puesto de que en esos niveles ya existe capital
social y que la Junta es el resultado de una di-
námica aglutinadora de las otras instancias. Las debilidades del
La realidad es completamente diferente, pues capital social: el caso de la
no siempre la Junta es la expresión de la pre- OSG TUCAYTA en Cañar9
sencia o ausencia de capital social en las bases,
pero en la medida en que es la forma de orga- La TUCAYTA, una organización de segundo
nización diseñada y privilegiada desde el Es- grado indígena que agrupa a 15 comunidades
tado para el manejo del agua, puede efectiva- y 6 cooperativas de base, ha tenido varias ven-
mente funcionar y tener aceptación en las co- tajas en su proceso de consolidación: a) ho-
munidades dada la importancia estratégica mogeneidad étnica, b) presencia de energía
del recurso agua en el medio rural. En este
sentido, existen otros factores (algunos de los
8 Se trata del Instituto de Ecología y Desarrollo de las
cuales son mencionados por los autores) que Comunidades Andinas (IEDECA), con sede en Ca-
pueden ser la verdadera causa del éxito relati- yambe, Provincia de Pichincha.
vo de las Juntas en el manejo de los sistemas 9 Las siglas de la TUCAYTA en kichwa son: Tucuy Ca-
ñar Aillucunapac Tantanacuy. Este trabajo se desarro-
lló dentro de una investigación más amplia sobre fede-
7 Ver Norman Uphoff, Local Institutional Development: raciones campesinas en los países andinos liderada por
An analytical sourcebook with cases, West Hartford, CT, Tom Carroll y Anthony Bebbington, no obstante el
Kumarian Press, 1986, citado en Perrault et al 1998. análisis realizado aquí es estrictamente personal.

76 ICONOS
social acumulada, c) presencia de capital hu- caso de las comunidades indígenas del Ecua-
mano en la zona, d) vínculos con el Estado y dor, pues ha abierto expectativas entre las fa-
agencias de desarrollo, e) apoyo de ONGs. milias sobre la importancia de la educación
Estos aspectos no siempre son el resultado del de los hijos. Así, en la zona existen además
capital social, pero han sentado las bases para agrupaciones de profesionales (agrónomos,
crearlo o consolidarlo. viveristas) que ofrecen sus servicios a las fami-
Respecto a la homogeneidad étnica, la TU- lias y comunidades. Es más, las familias indí-
CAYTA aglutina en su mayoría a comunida- genas valorizan mu-
des y cooperativas indígenas. El factor étnico cho la calidad de la El empirismo hoy por hoy
sin duda ha sido un elemento soldador de las educación y pueden
estrategias reivindicativas sobre la tierra y el incluso llegar al con- es muy funcional a los
agua, así como posteriormente sobre la bús- flicto con la OSG intereses de pensamiento
queda de la autoestima como productores en cuando ésta preten- único que vienen del
el mercado, una vez que gracias a la disponibi- de proteger el cada
lidad de riego pudieron mejorar los niveles de vez más deteriorado
denominado imperialismo
producción de papas y sobre todo implemen- sistema de educa- económico en las ciencias
tar la producción de tomate bajo invernadero. ción bilingüe de las sociales, pero que no
Las luchas por la tierra de los años 70 tu- escuelas10. beneficia los intereses
vieron éxito en dos dimensiones: primero, los Sin duda que los
campesinos tuvieron efectivamente acceso a vínculos externos de de los pobres a quienes
la tierra y, segundo, impulsaron formas de or- la organización así supuestamente se
ganización supracomunales que sirvieron de como de las comu- quiere ayudar.
base para la lucha posterior por el agua. El nidades han sido los
planteamiento de Hirshman (1988) sobre “ la elementos clave para
energía social acumulada”, se aplica al caso de poder concretizar las
la TUCAYTA, siempre y cuando se entienda acciones en torno al
que en este proceso también participaron or- riego, sobre todo en
ganizaciones externas a las comunidades: la la fase que va desde
Misión Andina, para el caso de la lucha por la 1974 hasta 1998.
tierra, la Iglesia Católica, el Estado, ONGs y Un elemento impor-
financieras externas para el caso del agua. Lo tante a recuperar en los estudios sobre capital
importante en el caso de la TUCAYTA es en- social es el importante rol que juega y debe
tender bajo qué condiciones esta energía so- jugar el Estado en el proceso de desarrollo ru-
cial pudo reactivarse, porque también existen ral, creando sinergias que tornen más efectiva
otras zonas en la sierra ecuatoriana donde la la colaboración de comunidades y organiza-
lucha por la tierra no germinó acciones pos- ciones rurales y eliminen las relaciones clien-
teriores en beneficio de las comunidades. telares que normalmente se forjan en el me-
La presencia de capital humano en la pro- dio rural (Durston 2001a). En este caso, el
pia área indígena explicaría en gran medida Estado desarrolló un ambiente favorable a la
por qué la energía social pudo rendir frutos. organización y fue, desde su propia perspecti-
En efecto, en la comunidad de Quilloac se
ubica el Instituto Superior Bilingüe Quilloac, 10 Así, por ejemplo, en 1999 se produjo un conflicto
cuando los padres de algunas comunidades cercanas a
en donde pueden educarse los jóvenes indíge- la ciudad de Cañar decidieron enviar a sus hijos a es-
nas. A esto se debe que las comunidades po- cuelas citadinas, argumentando la baja calidad de la
sean líderes indígenas (hombres y mujeres) educación bilingüe. Frente a esto, la directiva preten-
con un buen nivel de educación y que la dió suspender el riego a estas familias y obligarlas a en-
viar a sus hijos a las escuelas bilingües. Esta actitud fue
OSG pueda fácilmente nutrirse de este capi- duramente criticada por las familias que buscaban una
tal humano. Este aspecto es excepcional en el “buena educación para sus hijos” (Martínez 2001).

ICONOS 77
debate
va, el que dio inicio a la construcción del ca- pero también el aprovechamiento de las ini-
nal de riego Patococha11. Habría sido muy di- ciativas técnicas y productivas de los mismos
fícil para la embrionaria organización campe- usuarios. Así por ejemplo, las iniciativas se
sina emprender sola esta tarea hacia fines de cristalizaron en el rediseño de la red terciaria,
los años setenta. Pero incluso posteriormente la utilización de aspersores y el paso de un sis-
varios organismos del Estado estuvieron apo- tema de regadío por gravedad a uno por as-
yando el proyecto directa o indirectamente, persión y la implementación de los inverna-
especialmente en el período entre 1984 y deros de tomate14. A pesar de que estas inicia-
1990.12 Una vez que el Estado -bajo el dicta- tivas provinieron de los campesinos y rom-
do de las políticas neoliberales- empezó a re- pían en cierta forma el diseño técnico del pro-
tirarse del medio rural, todavía permanecie- yecto, el éxito está en haber internalizado es-
ron durante algún tiempo varias instituciones tas propuestas15. No obstante, CESA no ma-
privadas y públicas13. Este tinglado institucio- nejaba en su horizonte el problema de la
nal fue un soporte indispensable sobre el que transferencia del proyecto, asunto que en
la TUCAYTA pudo realizar un aprendizaje cambio fue impulsado directamente por CO-
del “qué hacer” en torno al riego, lo que le SUDE en la última fase de financiamiento
permitió más tarde consolidarse y posibilitar (1996-98). De esta manera, al momento de la
el proceso de transferencia. Así pues, el capi- transferencia la TUCAYTA no poseía un
tal social es más bien el resultado de un con- equipo técnico altamente calificado para el
junto de acciones institucionales en un entor- manejo del riego, pues ni por el lado de la
no favorable que inciden en la potenciación ONG ni de la OSG existió claridad respecto
de la energía social, por lo mismo se trata de a lo que significaba el traspaso del proyecto16.
un capital social “inducido” y no tanto el re-
sultado de la sola dinámica organizativa cam-
El capital social en los niveles de base
pesina.
Por último la presencia de CESA en esta Si bien hacia 2000 la OSG manejaba el pro-
zona muestra los límites y potencialidades de yecto de riego, esto no significaba automáti-
la acción de las ONG en los proyectos de re- camente que era la condensación del capital
gadío. Por un lado, implementó una impor- social presente en el ámbito de las familias y
tante iniciativa de “abrir las puertas” a la or- de las comunidades. En efecto, como se ha
ganización campesina (Martínez 1998 p.7), mencionado, existían muchos factores que
lo que facilitó enormemente un mayor invo- habían ayudado a la consolidación de la orga-
lucramiento de los promotores campesinos, nización de segundo grado y que no depen-
dían del capital social tal como éste se mani-
11 La presencia del hoy desaparecido Instituto Nacional festaba en las otras instancias de base.
Ecuatoriano de Recursos Hídricos (INERHI) fue im- Un estudio realizado sobre la TUCAYTA
portante.
12 Entre ellos: BNF (Banco Nacional de Fomento), BE-
DE (Banco Ecuatoriano de Desarrollo), MAG (Minis- 14 La iniciativa de los aspersores provino de campesinos
terio de Agricultura y Ganadería), SEDRI (Secretaría migrantes a la costa que trabajaban en plantaciones
de Desarrollo Rural Integral), FODERUMA (Fondo bananeras y trajeron la técnica para probarla en la zo-
de Desarrollo Rural Marginal del Banco Central), na. La iniciativa de los invernaderos provino de una
Centro de Reconversión Económica del Azuay visita de campo de los campesinos a la provincia de
(CREA). El importante papel del Estado en la consoli- Tungurahua (Martínez 2001:18).
dación del capital social ha sido también resaltado pa- 15 Hay que reconocer, como lo señala Ostrom (2000:
ra el caso mexicano, como parte del capital “exógeno” 181), que la construcción del capital social es más di-
de las organizaciones rurales (Flores y Rello 2001). fícil que la construcción del capital físico a través de
13 Principalmente la Central Ecuatoriana de Servicios intervenciones externas.
Agrícolas (CESA), la Agencia Suiza para el Desarrollo 16 La misma TUCAYTA mantenía una actitud de descon-
y la Cooperación (COSUDE) y el Centro de Recon- fianza frente a la ONG hasta 1996 y se centraba más en
versión Económica del Azuay (CREA). sus actividades socio-organizativas (Martínez 2001).

78 ICONOS
en 1999 permite indagar lo que pasaba tanto las familias se expresaba ante todo en las rela-
en las familias como en las comunidades ciones de reciprocidad que se daban en torno
(Martínez 2001). De partida, es importante al trabajo en la agricultura19. Bajo las nuevas
mencionar que el proyecto de riego Patococha condiciones de una agricultura de invernade-
estuvo direccionalizado para implementar im- ro, no se necesitaba mucha mano de obra e
portantes cambios en el patrón de cultivos a incluso su mantenimiento se podía realizar
través de la utilización del riego en las econo- con la mano de obra marginal (ancianos, mu-
mías familiares. Así, por ejemplo, la rotación jeres y niños) que no había migrado; en este
papas-arveja substituyó tanto al cultivo asocia- contexto, las relaciones de reciprocidad no
do del maíz–fréjol en la parte baja como a la son necesarias. Estas relaciones habían dismi-
cebada en las partes altas. De esta forma, se nuido a pesar de que las actividades de riego
privilegiaba un cultivo de renta que reempla- implican acuerdos tácitos entre los usuarios.
zaba un portafolio más variado de cultivos tra- Es probable que fuera de las actividades del
dicionales campesinos (tubérculos andinos, riego, la cooperación haya disminuido en la
maíz, fréjol, etc). Más tarde, por iniciativa de medida en que no todas las familias son usua-
los mismos campesinos se implementó el cul- rias del riego.
tivo del tomate bajo invernadero. Ahora bien, Al investigar las causas de esta situación,
estos dos tipos de cultivos orientados al mer- las respuestas más significativas se concentra-
cado podían realizarse fácilmente dentro del ron en torno a dos variables: la migración y el
marco de la economía familiar. No hay que ol- individualismo. En efecto, dentro de las fami-
vidar que la propuesta técnica de CESA era la lias que contestaron que la cooperación había
implementación de la “chacra familiar” 17, no disminuido, el 50% atribuyó como causa
de la “chacra comunal” o cosa parecida. Así principal a la migración. Como lo he señala-
pues, tanto la propuesta técnica como la do en otro trabajo, en un entorno de insegu-
orientación de la producción hacia cultivos de ridad dado por la migración, es muy difícil
renta, permitió a los campesinos desarrollar que las familias puedan cumplir con las reglas
un tipo de agricultura que no demandaba de- básicas de la reciprocidad (Martínez 2001).
masiada mano de obra. Esto seguramente era La actitud individualista tampoco puede ser
importante en esta zona, afectada tradicional- satanizada como correspondiente a la cultura
mente por un flujo migratorio estacional ha- occidental, simplemente se trata de estrate-
cia la costa, que captaba la mano de obra de la gias familiares y del cálculo de la inversión-
población más joven, pero que al mismo tiem- riesgo en una agricultura de renta.
po no generaba las condiciones para imple- En una encuesta realizada en septiembre de
mentar las relaciones de reciprocidad entre las 2002, esta vez a 251 familias pertenecientes a
familias o entre las comunidades. 13 comunidades de la TUCAYTA, nuevamen-
Del total de las familias investigadas, un te se confirma la crisis de las relaciones de so-
76% contestó que habían disminuido los ni- lidaridad al interior de las comunidades20. En
veles de cooperación dentro de la comunidad efecto, a excepción de las mingas que todavía
y un 45 % contestó que también habían dis- tenían vigencia en el ámbito comunal, el
minuido entre las comunidades18. La tenden- “prestamanos”, en cambio, se practicaba muy
cia a la disminución de la cooperación entre rara vez en el 63.3% de las familias y el inter-

17 La “chacra familiar”, supone el manejo integrado de la 19 Las relaciones de reciprocidad en las comunidades se
agricultura-ganadería y forestería dentro de la parcela practicaban “rara vez en un 63.3 % de las familias”.
familiar utilizando eficientemente el riego y con un Ver encuesta a comunidades realizada en agosto del
uso importante de fertilizantes orgánicos (gallinaza). 2002.
Ver Padilla y Quinde (1999).
20 Estos datos pertenecen al estudio “Efectos e impactos
18 Investigación realizada en la TUCAYTA en agosto de de la intervención del Proyecto Patococha”, COSU-
1999. DE, mimeo, septiembre, 2002.

ICONOS 79
debate
cambio de productos no existía para el 83.7% des actuales y, por otro lado, la presencia de la
de las familias. En el momento de la investiga- OSG que centraliza muchas de las actividades
ción, además, un importante porcentaje de que anteriormente se encontraban en manos
miembros de las comunidades había migrado de los cabildos. Los cabildos en esas condicio-
hacia el exterior (España y USA), lo que difi- nes desempeñan un papel secundario de in-
cultaba enormemente la práctica de relaciones termediarios entre OSG y las familias, pero
de reciprocidad. han perdido su autonomía en la gestión de los
En el ámbito de recursos comunales.
la comunidad tam- Tanto la debilidad de los niveles de coope-
El concepto "campo social" bién se estaban ge- ración como los cambios que se registran en
puede ayudar a delimitar nerando al menos el espacio comunal, apuntan hacia una debi-
el análisis del capital social dos procesos im- lidad de la comunidad como instancia que
en espacios en donde se portantes: a) el sur- gestione acciones colectivas como las mingas,
gimiento de nuevos ayuda mutua, intercambio de productos, etc.
genera, se reproduce patrones de organi- En realidad, la comunidad no tiene respuesta
y se amplía, así como la zación alternos al a las iniciativas familiares de tipo productivo
relación con otros capitales de comunidad y b) de los comuneros, tampoco para el fenómeno
el debilitamiento de la “sectorialización” del espacio comunita-
en una dinámica social de de los cabildos co- rio y la formación de otro tipo de organiza-
sujetos, grupos y comunidades. mo instancias de ciones (barrios, sectores, etc). Las comunida-
El capital social puede ser dirección de las co- des incluso tienen una crisis de dirigentes,
abordado como munidades. El pri- pues no hay muchas personas interesadas en
mero obedece a un ser Presidentes del Cabildo, un cargo honora-
individual-familiar, comunitario proceso de creci- rio que no tiene el reconocimiento social de
y supracomunitario. miento poblacional antaño y en realidad significa pérdidas econó-
que se ha dado en micas sobre todo en las áreas dinámicas de
las comunidades, lo agricultura de invernadero.
que ha llevado a la Indudablemente esta situación genera ten-
formación de ba- siones y conflictos con la OSG, sobre todo en
rrios o sectores y torno al riego. Una primera fuente de conflic-
dentro de ellos de tos es la inequidad en la distribución del agua,
grupos o asociacio- pues no todas las familias comuneras tienen
nes que desarrollan actividades sin mayor acceso a este recurso, lo cual incide por ejem-
coordinación con los cabildos. De esta mane- plo en la toma de decisiones comunales con-
ra, al menos 4 comunas se encontraban en un sensuadas. Pero, incluso, hay conflictos con las
proceso de fraccionamiento interno21. El se- familias que son beneficiarias del agua, quie-
gundo proceso es el resultado de dos dinámi- nes se quejan del incremento de las tarifas, de
cas que se entrecruzan: por un lado, la estruc- la falta de manejo técnico y mala distribución
tura anticuada de la ley de comunas que no del recurso. Una segunda fuente de conflictos
ha cambiado desde 1937 y que por lo mismo es el tipo de relación que privilegia la OSG
no se ajusta más a las nuevas condiciones eco- con las bases y que se puede caracterizar como
nómicas, sociales y políticas de las comunida- de “semiclientelismo campesino”22 sobre la ba-

21 Las comunidades de Quilloac, Correuco, La Posta y 22 El semiclientelismo se puede caracterizar como una re-
Sillarumi se encontraban en esta situación. Padilla lación en la cual las personas y comunidades tienen
(2000:8) señala que la TUCAYTA insiste en mantener mayor capacidad de generar propuestas propias y ne-
el control a través del cabildo, lo cual resulta muy di- gociarlas con la autoridades, pero sin llegar a una com-
fícil, pues estos sectores se autogestionan unilateral- pleta sinergia entre comunidades y OSG (Durston
mente con independencia de los cabildos. 2001, Bahamondes 2001).

80 ICONOS
se del predominio de relaciones verticales: ten- bajo nuevas condiciones y modalidades que
dencia hacia el autoritarismo, falta de demo- requieren ser estudiadas y procesadas.
cracia en las decisiones, temor a los líderes, etc. Finalmente, es evidente que la OSG al ha-
El desafío actual de la TUCAYTA es res- cerse cargo del manejo del proyecto de riego,
ponder eficientemente en la administración disponía de un alto capital económico, no so-
del riego, impulsar proyectos viables de co- lo en dinero sino también en activos25, lo que
mercialización, generar modalidades adecua- la convierte en una empresa asociativa de mu-
das de asistencia técnica. Esta es sin duda una cho peso en el contexto regional. No obstante,
parte de la respuesta. La otra, todavía no in- la construcción de este capital económico es-
ternalizada por la OSG, es la necesidad de re- tuvo dada por la participación institucional
construcción de capital social en los niveles externa, aunque ahora necesita construirse con
de base, es decir, ¿cómo reactivar los precur- recursos propios. Allí está el desafío de la OSG
sores de capital social bajo las nuevas condi- y esto solo será viable con el mejoramiento de
ciones en que funciona la organización? Este los niveles de capital social en las bases (fami-
camino requiere una participación activa de lia y comunidad). En este sentido, y retoman-
familias, comunidades y OSG, buscando co- do la idea de la relación del capital social con
mo objetivo una “fuerte sostenibilidad” de la otros capitales (Bourdieu 2001), la TUCAY-
TUCAYTA que signifique no solo la conser- TA puede aprovechar la disponibilidad de ca-
vación sino también la ampliación de los di- pital económico para reconstruir capital social
versos tipos de capital presentes en la zona: y crear mejores niveles de sostenibilidad del re-
económico, humano, ambiental, físico y cul- gadío en la zona. Igual sucede con el capital
tural (Serageldin y Grootaer 2000). ¡Un ver- cultural disponible que debería ser mejor
dadero desafío para el nuevo milenio! aprovechado (abrir las puertas de la organiza-
La visión tradicional del capital social en el ción hacia los jóvenes y cuadros técnicos) para
medio campesino es que existe una reserva incrementar el capital económico disponible e
importante de prácticas solidarias y de coope- incidir también en el capital social (prestando
ración en las comunidades y en las familias, mejores servicios a las familias).
más aún cuando estas se practican en un con-
texto étnico homogéneo. El estudio de caso de
la TUCAYTA muestra que esta visión no se Conclusiones
ajusta completamente a la realidad y que hay
La realidad de las OSG es más compleja que
cambios tan importantes que ameritan que es-
la simple acumulación de capital social por
te planteamiento se reformule ya que puede
niveles (individual, familiar, comunal). No se
conducir erróneamente a la “construcción de
puede llegar a la conclusión de que toda
capital social con pies de barro”. Esto no sig-
OSG, Junta de Aguas, Cooperativa, Comu-
nifica que estas familias y comunidades están
na, tiene por definición un alto nivel de capi-
completamente desposeídas de capital social,
tal social. El crecimiento de estas organizacio-
porque muchos de los ”precursores” (Durston
nes no necesariamente está acompañado de
2001a:10) todavía están presentes en la vida
capital social (al menos en la acepción que se
diaria de estos comuneros23, pero es innegable
maneja en este trabajo) pues como lo hemos
que se expresan ya no bajo un supuesto mode-
señalado pueden existir otros factores que na-
lo tradicional de “comunidad andina”24, sino
da tienen que ver con el capital social. En el
23 Durston señala ocho precursores de capital social: me-
caso de la TUCAYTA, los inputs instituciona-
moria social, identidad, religión, vecindad, amistas, les o lo que algunos autores denominan el
parentesco, reciprocidad horizontal y vertical y satis-
factores socio-emocionales (2001a:10). 25 Infraestructura física de los canales primario, secunda-
24 Para una crítica del concepto de comunidad ver Lucia- rio y terciario, embalses de reserva, oficinas, vehículos
no Martínez (2002). y equipos varios.

ICONOS 81
debate
“capital puente” (Durston 2001) -los vínculos ciones privadas de desarrollo cuya actuación
externos- han sido importantes en la consoli- hasta ahora no se ha caracterizado por el em-
dación de la organización, pero igual de im- poderamiento de las organizaciones campesi-
portantes han sido la disponibilidad de capi- nas sino más bien por la creación de variadas
tal humano local y la existencia de un merca- relaciones clientelares (Bahamonde 2001), un
do cercano (la ciudad de Cuenca y Guaya- tema que desde la perspectiva del capital so-
quil) para colocar los productos de renta. cial requiere ser analizado y discutido.
Mirando el capital social de base, la situa- En definitiva, una conceptualización no
ción es diferente y se constatan “rupturas, dis- institucional sino relacional del capital social
continuidades y conflictos”. Igualmente, exis- puede ayudar a entender su dinámica en los
ten factores económicos nuevos que tornan diversos niveles en que se manifiesta en el me-
inviables las relaciones de reciprocidad en la dio rural. Creemos que hay que desconfiar de
esfera productiva, pero en cambio pueden las propuestas que lo convierten en la clave
abrir espacios de cooperación en la esfera de para la solución de los problemas de los po-
la comercialización26. Si bien las relaciones de bres, mientras se mantiene el mismo modelo
cooperación entre las comunidades se man- económico y se abre una pequeña ventanilla
tienen sobre todo en torno a las actividades por donde se puede ayudar a aquellos que tie-
de riego (mingas y aportes para la limpieza y nen capital social a construir un modelo de
conservación del canal), podrían incremen- sociedad en donde el mercado es el eje de las
tarse en torno a nuevas dinámicas económicas relaciones sociales, lo que justamente signifi-
relacionadas también con el mercado. De es- ca lo contrario de las prácticas no-mercantiles
ta forma el surgimiento de dinámicas familia- en que se basa la misma noción de capital so-
res vinculadas al mismo éxito del riego gene- cial. Antes que llegar a conclusiones apresura-
ran, en otros niveles, posibilidades de coope- das sobre el real peso e importancia del capi-
ración y de construcción de capital social más tal social, la labor investigativa en el medio
elevado. rural podría enriquecer su conceptualización
El análisis del capital social no puede dejar y su función práctica en el desarrollo. Mien-
de lado las relaciones que se establecen con tras tanto, como lo hemos mencionado, nece-
otros tipos de capital. La disponibilidad de sitamos todavía de estudios cualitativos en
un determinado capital no significa la obten- profundidad que nos permitan crear una ba-
ción automática de otro. Se trata de un largo se más real para disponer de hipótesis, varia-
proceso de construcción en el que intervienen bles e indicadores que faciliten la importante
actores internos y externos. Lo importante es tarea de dimensionar el capital social. El em-
que se pueda utilizar eficientemente un recur- pirismo hoy por hoy es muy funcional a los
so para lograr otro. En este sentido no basta intereses de “pensamiento único” que viene
con tener capital social sino, ante todo, de có- del denominado “imperialismo económico”
mo se puede potenciar este recurso en un en- en las ciencias sociales, pero que no beneficia
torno como el medio rural donde los otros los intereses de los pobres a quienes supuesta-
capitales (económico, humano) son escasos y mente se quiere ayudar.
donde la acción del Estado ha disminuido.
No obstante quedan las ONG y las institu-
Bibliografía
26 En efecto, la comercialización del tomate producido
bajo invernadero puede ser perfectamente emprendida Bahamondes Parrao, Miguel, 2001, “Contradiccio-
bajo modalidades asociativas. Una de ellas, PLACA nes del concepto ‘capital social’. La antropología
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ICONOS 83

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