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Raquel
Cita sugerida:
Signorelli, Y.V.; Bustamante, L.R. (2008). Vairoleto: El Bandido Santo. V Jornadas de
Sociología de la UNLP, 10, 11 y 12 de diciembre de 2008, La Plata, Argentina. En
Memoria Académica. Disponible en:
http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.6442/ev.6442.pdf
INTRODUCCIÓN
Corrían los primeros años del siglo veinte cuando un sujeto llamado Juan
Bautista Vairoleto desplegaba sus andanzas en distintos escenarios, pero principalmente
en el oeste y norte de La Pampa. Un hecho delictivo hará que sea protagonista de una
gran persecución policial que lo llevará a un trágico final. Sin embargo, este fin no hará
otra cosa más que dar nacimiento a una leyenda, un mito, un símbolo religioso: muere el
hombre y nace el mito. Aún hoy es un personaje emblemático amado y odiado por gran
parte de la población en donde ejerció influencia.
En este trabajo abordaremos el tema desde distintos ángulos. En primer lugar,
analizaremos a Vairoleto en tanto personaje histórico. Es decir, estudiaremos las
circunstancias sociales, políticas y económicas que son el contexto y la explicación de
su accionar. Luego, veremos como estas circunstancias nos llevan a ver a Vairoleto
como un ladrón noble, cuyas características consisten en hacer de paladín, corregir los
abusos, aportar la justicia, la igualdad social; y cuya relación con los campesinos es de
una solidaridad e identidad totales en tanto su lucha es también la lucha de los
oprimidos.
Seguiremos nuestro estudio analizando como su figura se transforma en símbolo
religioso. También analizaremos el mito, la memoria y los arquetipos que forman parte
en la identidad de un pueblo y de las personas que lo conforman.
Por último veremos como se asocian las figuras del bandido/justiciero; bandido/
criminal de La Pampa con la figura de San Vairoleto de General Alvear.
Este trabajo surge como un modo de abordar la figura de Vairoleto, no sólo como
figura histórica en si- en donde la bibliografía es más o menos extensa- sino como una
figura que se encuadra dentro de la mitología popular como símbolo religioso;
generando prácticas sociales y religiosas concretas. Donde los individuos se identifican
con el símbolo, recreando su identidad. Esta forma de abordar el trabajo, consideramos
que dista de los estudios anteriores; debido a que en general se realizaron trabajos
descriptivos e históricos alrededor de la figura de Vairoleto. Nosotros intentaremos dar
un paso más, analizando las prácticas y manifestaciones que aún hoy, se evidencian en
torno a él; tratando de encuadrarlo dentro de la sociología de la religión.
2
Castex, Drysdale y en la zona sur Martínez. Sin embargo, una característica es que los
arrendatarios irán paulatinamente adquiriendo en propiedad estos territorios. Por otra
parte, dentro de este escenario, los ferrocarriles Oeste y Sud concentrados luego de 1890
en manos británicas, también vinculadas con las compañías de tierras, extendieron sus
rieles para llevar el grano a los puertos. Ello llevará a que se formen pueblos pequeños
alrededor de las estaciones ferroviarias. En 1908, por ejemplo don Eduardo Castex
loteó las tierras que dieron origen a la localidad de ese nombre. En este contexto
aparecerán los almacenes de “ramos generales” convertidos en acopiadores, y en
verdaderos bancos de los chacareros quienes depositaban allí sus ahorros, obtenían
créditos e incluso eran víctimas de sus deudas exponiéndose al embargo y la
expropiación. Ello llevó a una incipiente burguesía comercial y agraria donde
predominaban italianos y españoles.
Por otra parte, las cosechas empezaron a mecanizarse y requerían numerosa mano
de obra que provocaba un gran aluvión de “peones golondrina” que formaban parte por
un corto período de tiempo de la población de Castex. Esto, desbordaba la hasta
entonces tranquila vida en esta zona. El calor, el dinero, la bebida, sumados a las largas
y agobiantes jornadas a las que eran sometidos estas grandes masas de hombres,
provocaban actos delictivos. Por ende, era muy común la portación del revólver en la
cintura.
Hay que recordar que estos territorios se gobernaban desde el Ministerio del
Interior, que a través de la Gobernación con sede en Santa Rosa, colocaba a
funcionarios improvisados y allegados a la política de turno; quienes gobernaban más
allá de los intereses locales y de su gente. En este panorama, surgen “las policías
bravas” en donde el personal superior en muchos casos no era de carrera, sometiéndose
a los vaivenes de la política. De este modo, la tropa era aún peor seleccionada y mal
pagada, condiciones necesarias para ser consideradas desastrosas. Por ello hay que tener
en cuenta este contexto general para comprender el rol que jugará en esta historia la
institución policial, carente de medios y con una aspereza propia de la vida rural.
Siguiendo con la historia personal de Juan Bautista Vairoleto; él y su familia se
establecieron en La Pampa en la zona de Castex donde arrendaron unas 400 hectáreas
de campo a la compañía Perrando y Cía. Juan Bautista concurrió a la escuela hasta
quinto grado porque sus padres no podían seguir manteniéndolo. El campo presentaba
una vida dura y de trabajo donde la mano de obra era primordial y los hijos de los
matrimonios eran considerados trabajadores, mano de obra. Sin embargo, creían que sus
4
hijos criollos podían ser ciudadanos de una patria nueva y ellos, los pioneros de esa
patria. La madre de Juan murió siendo él muy joven; afectando la suerte del grupo
familiar. Don Victorio se establecería luego en una finca en las afueras de Castex y sus
hijos irían a trabajar como peones. Así, Juan Bautista abandonó pronto su casa
trabajando de peón, carrero, mozo y otras ocupaciones ocasionales. Se dice que
también aprendió de su padrino a ubicarse por las estrellas, interpretar el vuelo de los
pájaros, comunicarse con los caballos, usar las boleadoras, conocer los caminos más
olvidados y las rastrilladas indígenas. También que era una persona sumamente
carismática que gozaba con la simpatía general de quienes lo conocían.
Siguiendo con la historia y su análisis, es difícil pasar por alto la estructura social
de la sociedad de Castex y sus alrededores por aquellos tiempos. En especial haremos
referencia al prostíbulo, al monte, y a los ya mencionados comercios de ramos generales
y la institución policial o “policía brava”.
En cuanto a la primera figura de referencia, en Castex había tres prostíbulos: el de
la Julia, del Ñato y la Francesa. Ellos eran una verdadera institución a la que concurría
gente de toda condición económica, política y social. Mezcla de bar, club social, foro
local, club de baile; tenían sus respectivas orquestas y se pagaba con diez centavos por
pieza para bailar con cualquiera de las mujeres. Juan Bautista, al igual que muchos
muchachos, comenzó a concurrir a estos sitios donde adquirió fama de gran bailarín.
Según cuenta la historia, cuando él tiene 24 años comienza a frecuentar a una de estas
mujeres quien además presenta preferencia hacia él, llamada “la Dora”. Y es allí donde
empieza a tramarse la historia de lo que más tarde será un mito. El problema surge
cuando un cabo de policía, el “turco” Elías Farach, quien también pretendía a esta
mujer, ve con disgusto la inclinación de ésta por el muchacho. Hay varias versiones en
torno a la mujer en si; algunas sostienen que en realidad la mujer en cuestión era Rosa
Pérez, novia de Vairoleto, pero lo cierto es que a partir de este hecho, el cabo Farach
comenzó a hostigar a Vairoleto donde lo encontrara. Incluso una vez lo detendría y en el
calabozo de la comisaría lo habría torturado brutalmente. El hecho fue de un abuso y
una violencia desmesurada que acabaría por sellar el destino de bala en la garganta del
gendarme: nacía ese 4 de noviembre del año 1919 el mito de Juan Bautista Vairoleto.
Sus hazañas, hechos, robos, atracos, venganzas, etc., son bastante conocidos, y han
traspasado las fronteras de la provincia rápidamente. Luego de aquí, surgen miles de
historias, muchas de ellas difíciles de constatar, pero que irán construyendo la vida de
un personaje que dará identidad a un pueblo. Entre las historias están la burla
5
1
Chumbita, Hugo en Revisitando a los Bandidos rurales. Mito y Realidad de un fenómeno Regional, en
Caldenia, La Arena, 22/8/2004.
6
También hay que recordar que en La Pampa la influencia de la Iglesia Católica era
débil, debido al origen inmigratorio de gran parte de la población como a la falta de
sacerdotes. El espiritismo estaba bastante difundido, existiendo numerosas sociedades
de este credo en diversas poblaciones. Por aquello tiempos será muy difundido el texto
“Testamento de Jesucristo”.
EL LADRÓN NOBLE.
“La luz en el camino de los desamparados.”
2
Hobsbawm, Eric: Bandidos. Editorial Crítica. Barcelona, 2001Cáp. 4, Pág. 59y 60.
8
miembro de la comunidad.
En este punto, la historia de este bandido empieza y termina a causa de una mujer.
Se dice que dejó sus andanzas por la que será su última mujer y madre de sus hijos,
Telma Cevallos con quien iniciará una nueva vida en un lugar tranquilo en el sur de
Mendoza, en la colonia de San Pedro del Atuel. Vairoletto se haría llamar Juan o
Francisco Bravo y vivirá de la venta de leña y verduras en una zona bastante próspera
como ésta.
3
Chumbita, Hugo: Vairoletto, el último bandido romántico, en Todo es Historia. En América y el mundo.
Suplemento Nº 10.
10
primero le dice que lo deja ir antes de comenzar cualquier altercado porque resalta el
valor y el coraje del joven por sobre el resto de los policías para perseguirlo sin medir
las consecuencias. Luego de esto, se dice que el joven oficial, fue uno de sus más
grandes admiradores. Esto nos lleva a considerar que dado que el ladrón noble es justo
no puede entrar en contradicción auténtica con la fuente de justicia en sí, sea ésta
humana o divina.
4
“El diario” de Mendoza 14/9/01
11
Cada sujeto, en tanto se define a través del otro, define su identidad a través de la
contradicción: El ser histórico es lo que no es y no es lo que es”6 Por ello, su identidad,
en tanto negación en relación al otro, está siempre amenazada por el sin sentido, está
quebrado ontológicamente. El ser histórico surge entonces, a partir de una separación
con la naturaleza; y en tanto conciencia, el pensar lo lleva a conocerse. Realiza un
proceso de autoconocimiento, de autoconciencia: al conocer el símbolo, las cosas, el
mundo que lo rodea, se conoce él mismo. Mirando el pasado a través de los arquetipos
(entendidos como los personajes y acontecimientos fundantes, aquellos que tuvieron
lugar en el origen; y donde cada sujeto tiene sus propios arquetipos) y proyectando su
5
Dri, Rubén: Símbolos y Fetiches Religiosos. En la Construcción de la Identidad popular. Editorial
Biblos, Bs. As. págs 81 y 82,
6
Dri, Rubén: Identidad, Memoria y Utopía. Estado, Legitimación y Sentido, pág. 14.
12
futuro por sus ideales el sujeto se conoce. En el culto a Vairoleto sus devotos participan
de éste proceso de autoconocimiento y no de un proceso alienante y fetichista7. Se trata
de una lucha hermenéutica, de una reinterpretación constante que el creyente realiza con
el símbolo; de un ida y vuelta: el creyente se proyecta en el símbolo; para verse
asimismo necesita verse en el símbolo. El sujeto es memoria, pero no sólo ella; sino que
también es proyecto en tanto se proyecta en los símbolos, en los otros, teniendo en
cuenta sus raíces. Y es una cualidad fundamental del individuo la imaginación.
Imaginación que nos permite desplazarnos, proyectarnos, estar más allá del aquí y ahora
entrando en la utopía. Se necesita de la memoria para llegar a las raíces identitarias de
los sujetos; pero también y principalmente de un proyecto que se aleje de lo
reaccionario y pueda construir el camino hacia la utopía donde la marcha del caminante
esté orientada a caminar constantemente para construir historia mirando el pasado para
proyectar el futuro.
Es importante, como marcamos en el primer apartado, conocer el contexto en el
que surge un símbolo porque nos revela las raíces de determinadas significaciones que
habría que tener en cuenta posteriormente, pero mucho mas importante es saber y
averiguar que significa hoy para sus devotos. No hay que olvidar que a pesar de los años
que nos separan de su historia; aún hoy en estas zonas rurales se viven grandes
injusticias junto con una vida muy sacrificada de gran parte de la población.
Especialmente en la zona de La Pampa donde se desarrolla gran parte de su historia, no
hubo gran migración de otras provincias. Generalmente hay generaciones y
generaciones enteras de las mismas familias que aparecen en las historias del justiciero.
Los mismos apellidos aún hoy continúan en esa sociedad y guardan relación directa con
sus antepasados. Vairoleto, al igual que otros símbolos religiosos como el gauchito Gil,
por ejemplo, son referentes populares que “fueron desertores de un orden oficial que no
representaba al menos a ese sector del pueblo. Hay una identificación con estas
personas que pasan a ser arquetipos ejemplares. Guías que aparecen en momentos
críticos de la historia. Se depositan en ellos ciertos atributos que tienen que ver con
códigos compartidos. La socialización pone en evidencia la existencia de un imaginario
7
Ësta es la principal crítica que Marx realiza a la religión. Para él la religión es un fetiche, es alienante: el
hombre no percibe que es él el que se proyecta en la religión y que ésta es producto propio: el creador
desconoce y se somete a su creación. Es el hombre el que crea a Dios y no viceversa. El hombre tiende a
la autoenajenación religiosa al no advertir esto. Dios en tanto objeto, es decir, en tanto producto humano
adquiere características subjetivas; y el hombre pasa a ser un instrumento de la voluntad de ese Dios que
él mismo creó.
13
8
Bergallo,Graciela E., Los referentes populares y la construcción de la memoria, en Bandoleros rurales
correntinos, Secretaria de Cultura de la provincia de Corrientes, 2005.pág. 17.
14
Siguiendo con nuestro análisis debemos recordar que analizamos la figura de Juan
Bautista Vairoleto como un mito. El mito es una forma de conciencia social destinada a
presentar una visión de totalidad que permite encontrar el sentido de los grandes
problemas que el ser humano se plantea desde siempre. Mediante los mitos los pueblos
se ubican en la historia y en el mundo. Los mitos son dadores de sentido. Los mitos no
mueren nunca. Siguiendo a Fabio Erreguerena, el mito de Juan Bautista Vairoleto
vehiculiza acciones contrahegemónicas o de resistencia y sirve como modo de organizar
simbólicamente ciertos acuerdos o intereses comunes entre los pobladores pobres que
sufren los estragos de un mismo tipo de dominación: es una práctica libertaria y
emancipadora del pueblo. Por su función utópica, se constituye en una forma simbólica
clara y contundente que el pueblo elige para dramatizar situaciones como la violencia y
arbitrariedad policial, desigualdad social, falta de representación política, etc.
Por otro lado, Moffatt9, dirá que estos mitos siempre son de las clases populares
porque “la clase media tiene su estructura obsesiva, y por lo tanto, lo que le
corresponde, es el ritual de la iglesia católica, básicamente la misa que es un ritual
obsesivo, monótono, de reaseguramientos, y en general muy represivo y controlador.
Tiene las características de ser una clase obediente al poder. La clase media es la
cómplice de la clase alta para la explotación de la clase popular. Entonces tiene su
creencia ahí, que es más obsesiva, más aburrida y estructurada desde la obediencia.
Pero no debemos olvidar que lo fundamental en las narraciones mitológicas está
constituido por el símbolo, que es donde se expresa el sentido. “El símbolo significa
algo distinto de lo que él es en su ser sensible”10. Lo que el símbolo significa es
múltiple. El símbolo es inagotable por lo cual se puede resignificar continuamente. La
significación de la lucha y su significado. “En el símbolo el sujeto se proyecta. No se
puede ser sujeto sin proyectarse en símbolos; en este sentido son fundamentales para la
9
Moffatt, Alfredo: Entrevista para revista Diagonal, año 2002.
10
Dri, Rubén: Símbolos y Fetiches Religiosos. En la Construcción de la Identidad popular. Editorial
Biblos, Bs. As. 2003, págs 18/19. Dri, Rubén: Símbolos y Fetiches Religiosos. En la Construcción de la
Identidad popular. Editorial Biblos, Bs. As. 2003, págs 81 y 82,
15
11
Ibid 10.
16
como la alegría. Todo encaja, todo cobra sentido. Encontrar el centro es encontrarse a si
mismo. Al perderse el centro el universo estalla, dispersándose en una multitud de
fragmentos. Pero ello no pasa con los devotos que piden a Vairoleto sus favores y creen
fervientemente en él.
12
La Arena, 14/9/2001
13
Testimonios extraídos de Rubiano, Néstor: Tras el rastro de Vairoleto, Impreso en Argentina, Segunda
edición 2001, pág.142.
18
con algún obrero de la ciudad; recordando que era allí donde se desarrollaron las
fábricas. Fue un ícono, como ya dijimos de la sociedad campesina de aquél entonces;
pero lo interesante es dar cuenta de cómo el pueblo convierte en indisociable su figura
con la del humilde o desprotegido del sistema.
Ahora bien, ¿qué pasaría si se desarrollaran hoy las andanzas de Vairoletto?
Rubiano14, dirá que hoy no gozaría de tal popularidad debido a que las condiciones
sociales han cambiado con respecto a la época en que acontecieron. Las condiciones de
La Pampa de principio de siglo fueron caldo de cultivo para el surgimiento de estos
bandidos amigos del pueblo, quienes al hacer atracos a los grandes almacenes (cara
visible y final de toda una cadena de explotación) hacían actos de justicia popular.
Pero a pesar de lo dicho hasta ahora, hay cientos de puesteros y hacheros que
aseguran que el fantasma de Vairoleto sigue recorriendo la zona. Hay a su vez cientos
de símbolos que aseguran su paso por el lugar: desde un árbol que se considera sagrado
donde se encuentran talladas sus iniciales por él y al que sólo tienen acceso unos pocos,
hasta la rendición de cultos en forma de pequeños altares en campos circundantes15.
Sin embargo es imposible soslayar como es el pueblo de Gral. Alvear quien lo
ha canonizado16 y cuyos adeptos son de variadas zonas circundantes, incluso varios
pobladores de La Pampa.
Siguiendo con nuestro análisis tendremos en cuenta a Manuel Marzal17 que nos
dice al referirse a la religión: “Cuando dos religiones, con sus respectivos sistemas de
creencias, ritos, formas de organización y normas éticas, se ponen en contacto puede
ocurrir en teoría tres cosas diferentes: la primera; que ambas religiones se confundan en
una, produciendo una síntesis, la segunda; que ambas religiones se superpongan y
mantengan su propia identidad, produciendo una simple yuxtaposición y la tercera; que
ambas religiones se integren produciendo una nueva, pero siendo posible identificar la
procedencia de cada elemento de la misma produciendo un verdadero sincretismo.
El sincretismo religioso es lo que sale a luz en el santuario y lo que se da en este
símbolo religioso: el pueblo no deja de creer en Dios, en la Virgen María y en Jesús.
Sólo que ellos se presentan como algo más allá de ellos, con otras características,
14
En Suplemento Radar, Página 12, del 16 de setiembre de 2001. Año 6 Nº 266.
15
Rubiano, Nestor: Tras el rastro de Vairoleto, Impreso en Argentina, Segunda edición 2001.
16
“Canonizaciones populares son aquellas que tienen como objeto de culto personas que han sido
canonizadas por el pueblo, es decir personas en cuyo proceso de canonización no ha intervenido la Iglesia
Católica como institución”( CHERTUDI, Susana y NEWBERY Sara, La Difunta Correa pág. 15 Buenos
Aires, Huemul)
17
Marzal, Manuel- El sincretismo Iberoamericano. Perú, PUCP, 1989, pág. 176.
19
divinas e inaccesibles. Ellos les son lejanos. En cambio, Vairoleto fue una persona que
luchó y sufrió como ellos, fue víctima de injusticias y a pesar de ello fue bondadoso con
los que más lo necesitaban. Es decir, Vairoleto transitó en “sus historias”;
probablemente estuvo en sus mismos lugares cotidianos o de trabajo. Fue uno más de
ellos, pero con un don especial; el que lo llevará a convertirse en mito y en símbolo
religioso.
Por otra parte, el sincretismo se refleja en las prácticas que llevan a cabo los fieles
que asisten al santuario: se encienden velas, se dejan flores, se rezan las oraciones
canonizadas por el culto católico oficial; se llevan y dejan rosarios, etc. Es decir, todos
los rituales canonizados son llevados al símbolo.
CONCLUSIÓN
donde se produce una reinterpretación constante que el creyente realiza con este
símbolo. Se trata de un ida y vuelta, en donde el creyente se proyecta en el símbolo
para verse asimismo.
Teniendo en cuenta lo anterior, no debemos olvidar la gran contradicción a la
que intentamos dar respuesta en este trabajo; en tanto se lo venera en donde no se
desarrollan los hechos que lo convierten en leyenda. Un paso importante en la
explicación de ello, sería dar cuenta de que Vairoleto se encuentra del lado de los
humildes, de los desposeídos. Aún hoy en la sociedad de Castex y Monte Nievas en
donde se llevaron a cabo sus andanzas, se encuentran las mismas familias que a
principios del siglo veinte. Consideramos que en la memoria popular se pueden situar
los binomios ya mencionados- bandido noble/ justiciero; bandido/criminal- según el
tipo de relación que se haya tenido con él o con los miembros de su banda. En cambio,
en Mendoza donde muere; él pasa a integrar parte de la comunidad como un integrante
más, dejando atrás los hechos que lo caracterizaron en el pasado. Su muerte llevará a
que se resalten sus cualidades de justiciero, y de protector de los humildes; quizás
olvidando cualquier otro acto que no concuerde con estas características. El santuario
que se erige en torno a él, y la religiosidad popular de la que es fruto, pueden ser vistos
como una práctica contestataria de los sectores populares que son víctimas de algún tipo
de opresión. Tal como sostiene Erreguerena, el mito en torno a Vairoleto, es un
fenómeno que no tiene pretensiones de explicar la realidad con rigor científico, pero que
es considerado por los sujetos que creen en ese símbolo una explicación “verdadera” del
presente o del pasado, y lo consideran fundamental para orientar sus vidas.
Como ya dijimos, Vairoleto es un símbolo y su muerte, lejos de hacerlo
desaparecer de la tierra, logra ser aún más simbólica: el significado de la muerte se
invierte y desde “el más allá” Vairoleto tiene más poder, es más justiciero, cura y
produce milagros. Teniendo en cuenta ello, no debemos olvidar que el ser histórico es
esencialmente simbólico. Los símbolos presentes en la sociedad conjugan dos
momentos importantes, pasado y futuro, arquetipos e ideales. Lo que representó
Vairoleto en un pueblo marcado por la crisis económica donde la brecha entre ricos y
pobres era muy acentuada y donde el hecho de estar fuera de la ley lo legitimaba frente
a los más desposeídos; y lo que representa y representará en un pueblo que se identifica
con este hombre que luchaba por las injusticias- leyenda por medio acrecienta y
magnifica sus acciones de antaño- repartiendo sus motines entre los más desposeídos.
Muere el hombre. Nace el símbolo.
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BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA