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2015

Material de Derecho de Minería

CURSO DE LEGISLACIÓN MINERA


Profesor Alejandro Díaz Díaz

UNIDAD I.- ETAPAS DE LA MINERÍA (O DEL PROYECTO


MINERO) Y DESAFIOS EN CADA UNA DE ELLAS DESDE LA
PERSPECTIVA LEGAL

Las etapas de un proyecto minero, en principio son 5, y corresponden a las siguientes: a)


Exploración; b) Evaluación; c) Explotación; d) Beneficio; y e) Comercialización. También, en
opinión de algunos autores se considera, la etapa de Construcción (que precedería a la de
explotación), a la cual otros suman el cierre de faenas como una etapa distinta y final.

a) Exploración: Esta etapa consiste en la búsqueda de sustancias o depósitos de minerales. En


tales términos se refieren a esta etapa los profesores Samuel Lira Ovalle 1 y Alejandro Vergara
Blanco2 y está destinada en consecuencia a la búsqueda de nuevos yacimientos.

Técnicamente explorar consiste en la búsqueda, identificación y estudio de las anomalías


causadas por los depósitos minerales en la roca del sector donde estos están supuestamente
localizados. Por su parte, jurídicamente existe “Exploración” y luego “Prospección”

En esta búsqueda se recurren a las distintas técnicas de reconocimiento geológico, ya


comentadas, tales como observación de terreno (con el objeto de apreciar colores de cerros o
de superficies, o bien el posible mineral expuesto por la erosión) y a otros métodos distintos
tales como geofísicos, químicos o uso de tecnologías (que los diferencian de la simple
observación). Estos últimos por razones de costo se reservan para el final de esta etapa, sin
perjuicio de que por la misma razón en una primera etapa se requiere de los anteriores. En los
primeros métodos encontramos la simple observación y la fotografía área, que permiten la
búsqueda de las manifestaciones externas de alteraciones hidrotermales mediante la
observación de patrones comunes. Dentro de las segundas encontramos magnetismo,
electromagnetismo, gravimetritos, sísmicos, sondajes y calicatas. Finalmente, en opinión de los
profesores Orellana y Deutsch3, se requerirá de perforaciones para determinar tanto diámetro
como profundidad del yacimiento.

1
LIRA Ovalle, Samuel. “Curso de Derecho de M inería.” Quinta Edición. Jurídica de Chile, Santiago de Chile,
2009.
2
VERGARA Blanco, Alejandro. “Instituciones de Derecho M inero.” Abeledo Perrot, Santiago de Chile, 2010.
3
ORELLANA P., Juan Pablo y DEUTSCH S., Pedro. “Tributación de la M inería en Chile”, Legis – U. Adolfo
Ibañez, Santiago de Chile. 2010.

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Los desafíos o dificultades que presenta esta etapa es por una parte su alto costo y por otro, la
incertidumbre acerca de si se va a encontrar o no mineral. No existe certeza acerca de lo que
está abajo del suelo, en cuanto a su existencia, características y cantidad y ley del mineral. Esto
hace, sobre todo en esta etapa que el proyecto sea aleatorio (incertidumbre de encontrar algo o
no, o en buena cantidad y calidad en términos que sea rentable su extracción posterior).

En lo jurídico, esta etapa requiere de seguridad y certeza jurídica y se refleja en las siguientes
normas: a) Art. 19 Nº 24 inc. 6 parte final, de la Constitución Política, estableciendo
limitaciones a los predios superficiales para facilitar “la exploración” de las minas o
yacimientos. El inciso siguiente señala que la ley determinará las sustancias que pueden ser
objeto de concesión de exploración. También tenemos en la Ley Orgánica de Concesiones
Mineras (L.O.C.C.M.) el reconocimiento y requisitos para constituir concesión de exploración
(art. 1 y 2) reconociéndole como un derecho real inmueble. De igual forma, es determinante y
reflejo de esta etapa el art. 7 de la L.O.C.C.M. que concede la facultad de catar y cavar en
tierras de cualquier dominio. Esta misma facultad se reconoce en el artículo 14 del Código de
Minería. Siguiendo esta línea, citamos el art. 100 del Código de Minería que ordena la
inscripción del pedimento y de la sentencia constitutiva. Finalmente, cabe señalar que en
materia Tributaria los costos de exploración pueden ser deducidos como gastos de puesta en
marcha en un periodo máximo de 6 años a contar del inicio de la explotación comercial.

b) Evaluación: Esta etapa, luego de explorado y descubierto un yacimiento, está referida a la


elaboración de un “Estudio de Factibilidad” o de “viabilidad” del proyecto. Tiene por principal
objeto calcular las reservas del mineral y determinar su tonelaje y ley, como forma, junto a
otras variables, de determinar o estimar la rentabilidad del yacimiento.

Esta factibilidad es principalmente económica pero también debe considerarse la viabilidad del
proyecto desde el punto de vista de su ejecución, por factores ambientales, sociales o
comunitarios o legales que suman otro tipo de riesgos al proyecto. En consecuencia, respecto
de la factibilidad económica se emplean modelos de evaluación geológica (para determinar
tamaño y ley de las reservas) y otra económica (que permita estimar si extraer el mineral será
finalmente rentable). Por su parte deben considerarse otras variables como: infraestructura del
yacimiento y planta de beneficio, método de extracción del mineral y de su procesamiento,
plan de desarrollo y producción, inversiones necesarias, costos de operación (incluye energía y
personal, entre otros), retorno de la inversión y rentabilidad, uso de agua, evaluación ambiental
(art. 10 letra i) ley 19.300), identificación previa y mitigación de riesgos en relación con
comunidades y tierras indígenas (Convenio OIT 169), permisos sectoriales, estimación de las
servidumbres mineras necesarias y otras como eléctricas, o marítima (uso de agua de
desalinizada), infraestructura para comercialización (centros de acopio y para transporte), plano
reguladores (posibles restricciones) y por disposición legal (ley 20.551) el Cierre de Faenas y
mantención de pasivos mineros.

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Figura 1. Modelo de evaluación geológica computarizado para determinación de reservas de mineral.

Esta etapa y sus desafíos se reflejan en la legislación minera en la misma facultad de catar y
cavar art. 7 de la L.O.C.C.M. y artículo 14 del Código de Minería, y en la eventualidad de no
querer perseverar el concesionario de exploración en el proyecto, tiene la posibilidad de
enajenar su concesión conforme al art. 167 del Código de Minería, o bien recurrir al Contrato
de Opción art. 169 del citado Código. También, en opinión de la profesora Carmen Ansaldi 4,
una manifestación de esta etapa, es el fomento a favor del primer manifestante de la
preferencia para mensurar del art. 61 Nº 2 del Código de Minería.

Importante en esta etapa de evaluación, es la distinción entre:

- Recursos (cantidad de cobre en el yacimiento); y


- Reservas (cantidad de cobre que se puede aprovechar económicamente).

c) Explotación: Etapa en la cual se extrae el mineral de la tierra o del yacimiento, empleando


uno de dos métodos, de entre los cuales puede optar el explotador minero (consideradas en la
etapa de evaluación), a saber, “open pit” o rajo abierto, o el método de explotación
subterránea. La elección de uno u otro dependerá, por ejemplo, de la propiedad de la roca,
ubicación del yacimiento, seguridad de la faena y transporte de mineral extraído entre otros.
Figura 2. Explotación de un yacimiento del tipo “Open Pit” o Rajo abierto.

4
ANSALDI Domínguez, Carmen. “Curso de Derecho M inero.” M etropolitana. Santiago de Chile, 2007.

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Los desafíos que representa esta etapa son: a) principalmente el mantenerse operativos en
términos competitivos con un eficiente manejo de los costos, en términos que sumado al
precio internacional del cobre, sea posible satisfacer la demanda de mineral por el mercado.
Por tanto, un eficiente manejo de los factores que sí pueden ser manejados (costos de
operación y producción) para hacer frente al mayor riesgo: baja del precio del mineral; y b)
operar y explotar en términos de máxima seguridad en todos los aspectos de la faena.

Esta etapa y sus desafíos se reflejan en la legislación minera en los siguientes aspectos: a) Art.
19 Nº 24 inc. 6 parte final, de la Constitución Política, estableciendo limitaciones a los predios
superficiales para facilitar “la explotación” de las minas; en la misma norma se entrega a la ley
(L.O.C.C.M.) la determinación de las sustancias que pueden ser objeto de concesión de
explotación y la declaración expresa que el dominio del titular sobre la concesión queda
protegido por el derecho de propiedad (art, 19 Nº 24); Art. 27 C. Minería, sobre la protección
de la Concesión de Explotación; Art. 39 C. Minería, sobre el derecho a Manifestar y tramitar la
solicitud; Art. 101 C. Minería, la inscripción de la sentencia de constitución de la pertenencia o
de la que declare su prescripción adquisitiva; Art. 116 del C. Minería, el derecho a explotar
libremente la pertenencia y a hacerse dueño del mineral extraído; Art. 110 C. Minería, derecho
de aprovechamiento de aguas halladas en las labores; art. 120 C. Minería, servidumbres a favor
de la explotación (ocupación, eléctrica y transporte o paso). Iguales derechos en los arts. 8 y 11
de la Ley Orgánica de Concesiones Mineras. En lo tocante a la seguridad, el D.S. 132 de 2004,
sobre Reglamento de Seguridad Minera.

d) Beneficio: Según vimos en el N° 6 anterior, esta es la etapa en la cual se benefician


(procesan) los minerales sacados del yacimiento o mina en operación, y se extraen los metales
que contienen, para ser elaborados. En otras palabras es la etapa en que se procesa el mineral
para fines de su refinamiento, aprovechando las características propias del mismo. Se da lugar
en las plantas de beneficio que pueden encontrarse dentro de los límites de la concesión o en
un suelo distinto. Se emplean dos métodos distintos, según vimos, dependiendo de si se trata
de mineral oxidado o sulfurado. Lixiviación o electro obtención en el primer caso y flotación
en el segundo.

Los desafíos que presenta esta etapa, son el transporte de material y mineral extraído y su
traslado a la planta de beneficio, junto a la necesidad de mucha agua para los procesos de
lixiviación y flotación, o bien traerla del mar, lo que conlleva a su vez, la necesidad de contar
con concesiones marítimas y servidumbres mineras de tránsito del artículo 120 N° 3 del
Código de Minería. Luego de efectuado los procesos, tratamiento de las aguas usadas,
monitoreo de las pilas de lixiviación, tortas y manejo de relaves.

Esta etapa y sus desafíos se reflejan en la legislación minera en los siguientes aspectos: a) Art.
19 Nº 24 inc. 6 parte final, de la Constitución Política, estableciendo limitaciones a los predios

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superficiales para facilitar “el beneficio” de mineral. Asegura la condición de predio dominante
en el art. 121 del C. Minería, en caso que la planta de beneficio esté fuera de las coordenadas
que conforman el sólido que constituye la concesión de explotación. Art. 8 de la Ley Orgánica
de Concesiones Mineras.

e) Comercialización: etapa en la que luego de beneficiado y refinado, o procesado el mineral,


se vende a los compradores en virtud de contratos a largo plazo o en venta spot. Por ejemplo,
venta de cátodos o concentrado de cobre. Puede ser venta en mercado local (a ENAMI art. 3
Nº 11 D.F.L. 153 de 1960) o venta internacional, regulado por el derecho privado comercial
internacional. El principal desafío: precio internacional del Cobre. Reconocimiento legal: art.
19 Nº 21 Constitución (Libertad de Comercio) y art. 167 C. Minería bajo la forma de contratos
de venta de mineral.

Según el producto final obtenido en la etapa de beneficio (cátodo o concentrado) dependerá el


tipo de comercialización.

Venta de cátodos: Opera a través de contratos estándar, o spot (venta spot) por cantidades
menores, en donde el precio es igual a LME + Premium (el premium se justifica en la
posibilidad alternativa de comprar directamente en las bodegas del LME).

Venta de concentrado: Opera a través de contratos no estándar, de largo plazo, de grandes


cantidades, en donde el precio es igual a LME-TC/RC (Treatment Charges Refining Charges – es
decir el costo del servicio cobrado por la Fundición) + un % del concentrado (1 a 5%) + el
acido sulfúrico + más contenido de oro, plata y otros metales contenidos en el concentrado.

f) Cierre de Faenas Mineras 5: Actualmente, esta materia se rige por la Ley 20.551, que
Regula el Cierre de Faenas e Instalaciones Mineras, publicada el 11 de Noviembre de 2011 y
vigente a partir del 11 de Noviembre de 2012.
Las principales razones que motivaron el desarrollo de esta normativa son:

a) Ausencia de una normativa específica, que regulara los aspectos negativos de la Industria
Minera Extractiva;

b) Materializar el concepto de “el que contamina paga”, que es un principio propio del derecho
ambiental, de carácter preventivo y según el cual, quien desarrolla una activi dad susceptible de
producir un impacto ambiental o de contaminar, debe incorporar en sus costos operativos los
medios necesarios para mitigar o evitar dicho impacto o daños. En ese sentido, la empresa
minera debe hacerse cargo de las externalidades, e incorporarlas como un elemento más dentro
del negocio minero;

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Servicio Nacional de Geología y M inería. Cierre de Faenas M ineras. En: http://www.sernageomin.cl/ambiental-
cierre.php

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c) Impedir la generación de Nuevas Faenas Mineras Abandonadas, con los consecuentes


riesgos ambientales asociados a ello;

d) Ausencia de una garantía financiera que asegurara al Estado, el cumplimiento de las medidas
de cierre comprometidas por la empresa.

La Ley de Cierre de Faenas e Instalaciones Mineras, obliga a que todas las faenas mineras
cuenten con un plan de cierre aprobado por el Servicio, previo al inicio de las operaciones
mineras y que debe contener la totalidad de las instalaciones de la faena. Se busca asegurar la
estabilidad física y química de las instalaciones, en conformidad a la normativa ambiental
aplicable. Tal es su importancia, que actualmente el contar con un plan de cierre de faenas
aprobado por el Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN), es exigencia
legal, para obtener los permisos ambientales necesarios para aprobar a su vez, un proyecto
minero por parte del Servicio de Evaluación Ambiental y posteriormente ejecutarlo. Por tanto,
actualmente, todo nuevo proyecto debe contar con un plan de cierre a priori. En cambio, antes
de la ley, igualmente se exigía un plan de cierre, pero aprobado sólo por el SERNAGEOMIN y
que se presentaba sólo casi al final de la vida útil de la mina (conforme al anterior Reglamento
de Seguridad Minera) y sin garantía de cumplimiento de las medidas de cierre comprometidas.
Asimismo, antes de dicho Reglamento, no pocas veces era frecuente encontrar faenas
simplemente abandonadas con el consecuente riesgo ambiental y para la vida humana, por
ejemplo, por contaminación del suelo y de acuíferos por polución en las aguas subterráneas.

UNIDAD 2.- DERECHO DE MINERIA – GENERALIDADES

1.- DERECHO DE MINERÍA CONCEPTO

En opinión del profesor Juan Luis Ossa Bulnes, se trata del “conjunto de principios y preceptos
especiales que definen cuáles sustancias minerales son susceptibles de aprovechamiento por cualquier persona y
regulan la constitución, naturaleza, ejercicio y extinción de las concesiones exclusivas para explorar o para
explotar dichas sustancias, así como algunos de los actos, contratos y litigios que se refieren a esas concesiones .”

Para el Profesor Samuel Lira Ovalle, derecho de minería es “el conjunto e normas jurídicas que
establece la forma de constitución, conservación y extinción de las concesiones de exploración y explotaciónm
mineras y regulan las relaciones de los particulares entre sí en todo lo relativo a la actividad minera ”. 6

Para la profesora Carmen Ansaldi, el objeto que persigue el derecho de minería “es dar un
ordenamiento jurídico al sector, lo que conlleva dar una respuesta especifica a la necesidad social de contar con un
sistema de normas que, en armonía con los valores culturales y con el ordenamiento jurídico imperante, prevean
toda posible conducta humana en el sector.”

6
LIRA Ovalle, Samuel. Obra citada. Pág. 20.

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2.- CARACTERÍSTICAS DEL DERECHO DE MINERÍA

a) Derecho de carácter mixto: El derecho minero no es público ni privado, sino que mixto. De tal
forma, la Constitución Política de la República dota al derecho minero de una regulación de
derecho público, o de orden público económico dentro de la denominada por los
constitucionalistas económicos “constitución económica”.

Por su parte, las normas sobre concesiones mineras contenidas en la ley orgánica
constitucional de concesiones mineras y en el Código de Minería, conforman una regulación de
carácter privada, aún cuando contienen normas, por ejemplo, procesales propias que por su
naturaleza son de orden público.

b) Es un Derecho Especial: Por todo lo anterior, el derecho minero es un derecho especial.

3.- ASPECTOS GENERALES DE QUE TRATA EL DERECHO DE MINERÍA

En términos generales y para una aproximación al Derecho de Minería, digamos que éste se
preocupa de cuatro grandes aspectos:

1.- Responde a la pregunta ¿Quién es el titular de la riqueza minera?

La Constitución Política de la República dispone que el Estado es el dueño de todas las minas
de forma independiente al dueño del terreno superficial. Pero este dominio, no es igual al del
dueño, por ejemplo, de un inmueble como casa habitación en cuanto al ejercicio de los
atributos del dominio se refiere, esto es, para usar, gozar y disponer de ella libremente. Existe
una relación objeto – sujeto y un régimen jurídico especial que respetar.

2.- Responde a la pregunta ¿Quién y cómo puede aprovechar la riqueza minera?

Por regla general, aprovecha la riqueza minera cualquier persona capaz que sea titular de una
concesión minera. Y es a través de una concesión minera como puede aprovecharse, incluso
apropiarse, de esa riqueza minera. Por excepción, la aprovecha sólo el Estado (en el caso de
sustancias no concesibles) o el dueño del terreno (arcillas superficiales).

3.- Regula la forma en que el concesionario conserva su derecho

Se denomina “régimen de amparo”, el que determina las obligaciones o cargas que debe
cumplir un determinado concesionario para conservar vigente y bajo su dominio la concesión
minera.
Históricamente se han establecido varias formas, entre ellas están las siguientes:
Amparo por el trabajo: número determinado de trabajadores por época del año;
Amparo por producción: determinados niveles de producción;
Amparo por pago de patente: pago de una patente o contribución que justifique el otorgamiento de
la concesión. Es este último sistema o forma el que opera en Chile desde 1888.

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4.- Regula actos y contratos propios de la actividad minera

Por ejemplo, la facultad de catar y cavar, el contrato de avío, el contrato de promesa uni lateral,
de promesa bilateral, el contrato de opción minera, entre otros.

4.- PRINCIPIOS QUE ORIENTAN EL DERECHO DE MINERÍA

a) El aprovechamiento de las sustancias minerales como imperativo jurídico de orden público

Por este motivo, debe darse seguridad jurídica al explorador y al explotador.

b) La propiedad minera es distinta a la propiedad del terreno superficial

Según el profesor Sergio Gómez, menciona cuáles serían a su juicio los principios en los que se
basaría nuestro ordenamiento jurídico minero, que comprende la Constitución Política de la
República, la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras y el Código de Minería.
Estos son:

i) Dominio del Estado sobre todas las sustancias minerales cualquiera sea el lugar en que
se encuentren;
ii) Amplia concesibilidad de las sustancias minerales;
iii) Plena libertad para investigar (catar y cavar) sustancias minerales y adquirir derechos
mineros;
iv) Las sustancias minerales concesibles sólo pueden ser exploradas y explotadas por
medio de concesiones mineras judicialmente otorgadas;
v) Las sustancias minerales inconcebibles sólo pueden ser exploradas o explotadas por el
Estado, sus empresas, por concesiones administrativas o por contratos especiales de
operación otorgados administrativamente;
vi) Obligación del cumplimiento de la función social de la propiedad por parte del
concesionario minero; y
vii) Plena libertad contractual.

5.- TEORÍAS SOBRE EL DOMINIO ORIGINARIO DE LAS MINAS O SISTEMAS


DE ORGANIZACIÓN JURÍDICA DE LA MINERÍA

El Derecho de Minería se ocupa básicamente de regular cuatro grandes aspectos que dicen
relación principalmente con la riqueza minera, su propiedad y forma de aprovechamiento.

A lo largo del tiempo, y de acuerdo a la forma en que estos aspectos han sido tratados por la
doctrina, ha dado lugar al surgimiento de varias doctrinas o sistemas que, en una manera más o
menos sistemática, pretenden explicar cómo se organiza la actividad minera. Éstas tienen
estrecha relación con la realidad histórica imperante al momento de su apogeo.

Los puntos a resolver con la aplicación de uno u otro sistema son:

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 Quién es dueño de las minas;


 Quién puede explotar las minas, así como también quién las puede explorar;
 Las relaciones entre el dueño del predio superficial, el explorador y el explotador
minero;
 Normas y procedimientos que determinan quién explota la mina; y
 Las actuaciones que deben realizar el explorador o explotador para conservar su
concesión.

Estas teorías son las siguientes: la accesión; la ocupación, las res nullius; la libertad de minas
o dominio eminente; el dominio patrimonialista, regalista o sistema español, y pueden ser
agrupadas entre:

a) Aquellas que reconocen al dueño del suelo como dueño de la mina: la accesión;
b) Las minas no pertenecen a nadie: ocupación, res nullius y libertad de minas (dominio eminente);
c) Las minas son del Estado: Patrimonialista.

Teoría de la accesión: Atribuye el dominio de las minas al dueño del predio superficial en la cual la
mina o yacimiento se encuentra situado, en consideración a la supuesta relación de
accesoriedad que existiría entre el suelo y el subsuelo.

Esta posición era propia del derecho romano clásico y la concepción absoluta sobre la
propiedad que tenían. Según esta teoría el dueño del suelo se hace dueño del subsuel o, porque
las minas constituyen un accesorio del terreno superficial que es lo más importante. En el
derecho minero comparado, esta teoría ha tenido mayor aceptación en países anglosajones. En
Estados Unidos de Norteamérica se plantea a propósito del petróleo.
En nuestro país podemos señalar que en la actualidad recibe aplicación en relación a las arcillas
superficiales, salinas superficiales, arenas, rocas y demás materiales aplicables directamente a la
construcción, y que inclusive de ello se deriva una rama especial conocida como “Derecho de
Aridos”. 7

Una consecuencia de esta teoría sería que por ser la persona dueña del suelo, no requeriría de
solicitar al Estado una concesión, de manera tal que no existe conflicto entre el dueño del
terreno superficial y el de la mina, puesto que ambos se confunden.

Se critica esta teoría, al no existir propiamente una relación de accesoriedad entre el subsuelo y
el predio superficial. Por el contrario, en ocasiones en consideración a la magnitud de las
riquezas mineras existentes, el subsuelo será de mucho mayor importancia económica que el
terreno superficial. Asimismo, el aplicar esta teoría tampoco existe mayor incentivo para la
realización de la actividad minera, ya que por una parte si comparamos a la actividad minera

7
Los áridos, dentro de la terminología técnica de la construcción, se entienden referidos únicamente de arenas y
gravas, ambas especies derivadas de las rocas y que se diferencian por su granulometría. Las arenas y gravas se denominan,
genéricamente, «áridos». En la industria se les denomina “agregados”. Otras denominaciones son balasto, maicillo, ripio,
piedras, tierra.

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con la agrícola, esta última es mucho más fácil ejecución, considerando tanto el factor de la
aleatoriedad que caracteriza a la minería y sus mayores costos por sobre la agrícola.

Asimismo, la exploración de nuevos yacimientos tampoco tiene mayor atractivo, ya que estos
pasarían a pertenecer al dueño del terreno superficial. Por último, como se ha señalado
anteriormente, las sustancias minerales de acuerdo a su naturaleza, pueden encontrarse de
diferentes formas en la corteza terrestre. Tales configuraciones rara vez podrán llevar estrecha
concordancia con la forma en que se encuentra dividida la propiedad del suelo, con la
consiguiente dificultad para su explotación.

Teoría de la ocupación: Según esta teoría, las minas no pertenecerían a nadie, por lo que su
dominio originario correspondería al primer ocupante de la misma. El fundamento de esta
posición radica en la idea de que el trabajo es la única fuente de la riqueza y dominio de la
propiedad.

Esta doctrina no recibe aplicación en la legislación minera actual, ni en Chile, ni en el derecho


comparado. Si se reconociera, no obstante fomentar el descubrimiento de las minas, al otorgar
dominio sobre ella al que la descubre y ocupa, nos encontramos con el inconveniente de que al
basarse finalmente en una situación de hecho (la ocupación), no se otorga la seguridad jurídica
que el desarrollo de la actividad minera requiere. Más bien constituye una potencial fuente de
conflictos. Por otra parte, no siempre el descubrimiento de yacimientos obedece al esfuerzo del
descubridor, en el pasado existe la experiencia de variados y ricos yacimientos descubiertos al
azar.

Teoría de la Res nullius: Es de origen francés, en el siglo XIX. Establece que las minas son res
nulluis, es decir, no pertenecen a nadie, incluso las descubiertas. En estas circunstancias es el
Estado, quien como tutor de la riqueza nacional las otorga en concesión a quienes brindan las
mejores condiciones para su mayor aprovechamiento técnico o económico.

La característica principal de este sistema, y que a su vez redunda en su principal desventaja, es


el carácter del derecho que se le otorga a la persona que busca realizar la explotación de un
yacimiento: una concesión administrativa, con los consiguientes posibles problemas de
discrecionalidad e inestabilidad que dicho acto puede acarrear. Este sistema tampoco incentiva
la exploración de nuevas riquezas, ya que al quedar entreghada la facultad de otorgar títulos
concesionales por la Administración, no existe la certeza que éstas sean concedidas al
descubridor de ellas.

Teoría de la libertad de minas: Según ésta, el dominio originario de los yacimientos pertenece al
Estado, como una manifestación de la soberanía. No obstante ello, este dominio tiene
caracteres especiales, ya que es eminente, es decir a diferencia del dominio patrimonial, el
Estado no tiene las facultades de usar y gozar las minas.

Es en virtud de este derecho, que el Estado otorga el dominio sobre las minas a quienes
cumplen con los requisitos que la ley prescribe para ello, que por lo general será su

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descubridor, lo que puede decir relación con condiciones de explotación y amparo, que
justifiquen el otorgamiento del derecho.

La doctrina de la libertad de minas fue consagrada por la legislación española en las


Ordenanzas de Nueva España. Con la instauración del régimen republicano siguió teniendo
aplicación con el carácter de principio general, para luego ser consagrado en forma expresa en
los Códigos de Minería de 1874, 1888, 1930 y 1932. De esa forna, rigió en nuestro país hasta
1971, cuando con la dictación de la Ley 17.450, cambia la concepción del dominio del Estado
sobre las minas a uno de tipo Regalista.

Teoría regalista o patrimonialista: Esta doctrina se desarrolla a partir del surgimiento de las
monarquías absolutistas, y establece que el dominio de las minas pertenece al Estado (en ese
entonces al Soberano) y que, a diferencia de la teoría de la Libertad de Minas, no es de carácter
eminente, sino patrimonial, gozando el Estado por tanto de los atributos de la propiedad: uso,
goce y disposición, en la forma que determina la administración (antes el Rey: de ahí la
expresión regalista).

Al tener el Estado la capacidad de uso, goce y disposición sobre las minas, podrá hacer con
ellas lo que estime conveniente, surgiendo de esta forma, las distintas variantes de esta
doctrina, que permiten al Estado optar por: la explotación por si mismo (junto al permanente
debate si lo hace de la manera más eficiente o no), arrendarlas, venderlas u otorgarlas bajo
concesión. Esta última forma, de carácter administrativa, tal como se he señalado en el punto
anterior, otorga un cierto grado de precariedad y discrecionalidad que la diferencia de la
concesión de carácter judicial tal como se contempla en nuestra Constitución y leyes mineras
nacionales.
Podemos señalar que se consagra esta doctrina en nuestro país a propósito de la modificación
constitucional mediante la ley 17.450 de 1971, que otorga al Estado un dominio minero de
carácter absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible, pasando a tener los derechos sobre
ellas, la naturaleza de una concesión administrativa.

3.- HISTORIA Y EVOLUCIÓN DEL DERECHO DE MINERÍA

3.1.- BREVE RESEÑA DE LOS ORIGENES DEL DERECHO DE


MINERÍA

Es poco lo que se sabe acerca de los orígenes del derecho de minería, y en tiempos muy
pretéritos y en épocas más antiguas, lo más probable en opinión del profesor Uribe 8, sería que
imperaba con respecto a las minas el sistema de organización de la propiedad minera en base al
“Sistema Regalista” de la propiedad minera.

Según este sistema de la propiedad minera (regalista) el Soberano (rey) o el Estado era el dueño
de los yacimientos o minas y quien las entregaba para su explotación a los particulares, a

8
URIBE, Armando. “M ANUAL DE DERECHO DE M INERÍA”. Jurídica de Chile. 2da. Ed. Santiago.1960.

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cambio del pago de una retribución o participación, que en aquella época pudo haber sido muy
elevada. Dicha participación recibía el nombre de regalía.

a) Derecho minero en la Grecia Antigua: Según el profesor Lira Ovalle 9, en la Grecia de la


antigüedad, las minas se consideraban de propiedad del Estado, de la “Polis”, y su explotación
que era efectuada a través de esclavos, cedía su utilidad en favor de la misma República. Algo
distinta era la situación de Atenas, la que entregaba el laboreo de los yacimientos ubicados en
su territorio a particulares a cambio del pago de una regalía.

b) En Roma: Durante el período de la República, rigió como sistema el de la accesión, es decir,


que se consideraba dueño de las minas al propietario del suelo superficial, cuyo dominio se
extendía en consecuencia no sólo al suelo mismo, sino que también al subsuelo, en donde se
ubican habitualmente las minas, a las cuales se consideraba dentro de este sistema como cosas
accesorias al suelo.

Ya durante el imperio y las enormes extensiones de territorios conquistados, y la necesidad de


contar con recursos necesarios para ello, hicieron, quizás siguiendo el modelo griego y para
proveer de recursos al imperio, sustituir el modelo de la accesión por el sistema regalista.

c) Durante la Edad Media: Después de la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año
476 d.C., ya advenido el régimen feudal, se volvió al sistema de la accesión, el cual rigió de
forma mayoritaria durante todo ese periodo de la Historia de la Civilización occidental
Europea.

3.2.- DERECHO MINERO ESPAÑOL - PENINSULAR

3.2.1. FUERO DE NÁJERA: No debemos perder de vista, que el derecho minero nacional,
tiene su origen en el Derecho Minero Español, razón por la cual, el estudio de las leyes mineras
de España tuviera su importancia en nuestro país y hoy en cierta medida, para la debida
comprensión de nuestro derecho. Por lo demás, como veremos tuvo importancia en su
aplicación aún ya declarada la Independencia y establecida la República, hasta la dictación del
primer Código de Minería en 1874.

Debemos remontarnos al año 1076, en las disposiciones contenidas en el Fuero de Nájera, que
correspondió a un texto incorporado en el cuerpo de leyes conocido como Ordenamiento de
Alcalá del año 1348. El Fuero de Nájera fue dictado con la finalidad de regular en los centros
poblados de La Rioja, Región ésta en que abundaban minas de gran valor.

9
LIRA Ovalle, Samuel. Obra citada.

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3.2.2. LEY DE LAS SIETE PARTIDAS: Fue dictada por el Rey Alfonso X El Sabio, en el
año 1265, texto en el cual, sólo de forma accidental se consideraban normas relativas al señorío
del Rey sobre las minas, como manifestación del sistema Regalista.

3.2.3. ORDENAMIENTO DE ALCALÁ: Por orden cronológico y de importancia se debe


mencionar enseguida, al Ordenamiento de Alcalá dictado por Alfonso XI en el año 134 8 y que
es propiamente un Cuerpo Legal Minero que regulaba y consideraba como base del sistema,
“el Regalista”.

3.2.4. LEYES DE DON JUAN I: Al poco tiempo, se dictan las Leyes del Rey Don Juan I,
cuya importancia radica en que por vez primera dieron intervención al descubridor de
yacimientos mineros, lo que motivo un estimulo para el desarrollo de la actividad minera , a
pesar, como señala el profesor Uribe, de que se mantenía una fuerte regalía real sobre los
beneficios económicos obtenidos de la explotación. Este cuerpo legal, marco un verdadero
adelanto para su época, como motor de la actividad.

3.3.- LEGISLACIÓN MINERA ESPAÑOLA PARA AMÉRICA

3.3.1. GENERALIDADES: La situación de la normativa minera en España se mantuvo en


términos generales regulada por los cuerpos ya mencionados, hasta el descubrimiento de
América. Fue con motivo de este acontecimiento que se produjo luego un desarrollo especial
de la legislación minera, puesto que es sabido, que el descubrimiento de riquezas minerales, fue
el principal estímulo para el éxodo o colonización de españoles hacia las nuevas tierras.

De esa forma, España como país conquistador tuvo que aplicar en América su propia
legislación, sin perjuicio que luego tuvo que preocuparse de dictar leyes mineras para
aplicación sólo en las Colonias.

3.3.2. ORDENANZAS DEL NUEVO CUADERNO: Esta fue una de las leyes mineras más
importante, de aplicación en los nuevos territorios, y que en opinión de la doctrina fue uno de
los monumentos jurídicos más acabados sobre la materia. Fueron estas Ordenanzas del Nuevo
cuaderno dictadas a fines del siglo XVI, en el año 1584 por el Rey Felipe II, y por su contenido
constituyen verdaderamente un Código Minero.

Fue una consecuencia lógica que siendo estas Ordenanzas un producto normativ o de un
régimen monárquico absoluto, se mantuviera el sistema regalista (señorío del soberano sobre
todos los yacimientos) conservando la Corona una fuerte participación en los productos de las
minas como regalía. No obstante, el monto de la regalía fue inferior que, por ejemplo, aquel
que consideraban las Leyes de don Juan I. Asimismo, en estas Ordenanzas del Nuevo

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Cuaderno se consideró una mayor participación de los particulares en la búsqueda y


explotación de minerales.

De esta manera, las Ordenanzas consagraron el derecho de los interesados en buscar minas y
efectuar dichos trabajos, aún contra la voluntad del dueño del predio superficial. De tal
manera, y debido a los conflictos que por ello surgían, se crearon tribunales especiales de
minería. Ante estos tribunales el interesado podía reclamar de una negativa injustificada del
dueño del suelo. Con este sistema claramente se quiso por parte del Rey incentivar los
descubrimientos de minas y del cual, conservamos hasta nuestros días una serie de
instituciones propias de dichos orígenes.

3.4.- LEGISLACIÓN MINERA ESPAÑOLA DICTADA QUE RIGIERON


ESPECIALMENTE EN CHILE

3.4.1. RECOPILACIÓN DE INDIAS: Entre las leyes dictadas especialmente por España,
para las colonias americanas, podemos mencionar la Recopilación de Indias, que contiene
disposiciones legales de todo orden y dentro de ellas, especialmente mineras.

3.4.2. ORDENANZAS DEL PERÚ: Rigieron en Chile estas ordenanzas dictadas por don
Antonio Ballesteros y promulgadas en 1683 en el Virreinato del Perú, del cual Chile fue una
Capitanía General. No obstante, dichas normas contenían gran parte de las materias ya
reguladas en las Ordenanzas del Nuevo Cuaderno.

3.4.3. ORDENANZAS DE CHILE: Más importantes que las ordenanzas del Perú, fueron
para nosotros las Ordenanzas de Chile u Ordenanzas de Huidobro, dictadas especialmente
para Chile y que comenzaron a regir en 1757.

3.4.4. ORDENANZAS DE NUEVA ESPAÑA O DE MÉJICO: Estas fueron dictadas en


1779 y son íntegramente Ordenanzas de Minería, las cuales comenzaron a regir en Chile por
real cédula de 1785. Estas tienen mayor importancia para nuestro país, pues rigieron desde
aquel año de 1785, hasta ya entrada la República, el año en que se dictó nuestro primer Código
de Minería en 1874. Por tanto, debe considerarse que la formación y constitución de propiedad
minera en Chile se hizo bajo la forma e imperio de las normas contenidas en las Ordenanzas
de Nueva España.

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La aplicación de la Ordenanza de Nueva España en Chile se hizo haciendo algunas


aclaraciones para adaptarlas a las modalidades de la industria local. Asimismo, el artículo 591
del Código Civil chileno de don Andrés Bello, consignó de manera clara el sistema de libertad
de minas, que ya se consideraba en las Ordenanzas, como el origen del dominio minero.
Asimismo, en lo concerniente a la constitución de la propiedad minera impuso como etapas
de tramitación la manifestación o pedimento y la mensura obligatoria. En cuanto a la denunciabilidad
de las sustancias mineras, se advierte en ellas su absoluta liberalidad al respecto; y respecto del
amparo y condición a que queda afecta la existencia del dominio minero, se exigió el sistema
del amparo por el trabajo, considerando como causal de caducidad del título el despueble.

Figura 24. Portada de las Ordenanzas de Nueva España


3.5.- LEGISLACIÓN MINERA CHILENA

3.5.1. CÓDIGO DE MINERÍA DE 1874

Las Ordenanzas de Nueva España fueron un cuerpo legal en el cual, con desmedro de los
derechos e intereses del dueño del predio superficial, se favoreció en forma desmedida al
minero, razón por la cual este sistema fue criticado durante los primeros años de vida
independiente sintiéndose el deseo de suavizarlo para armonizar los intereses mineros con los
intereses agrícolas.
Movidos por dicho ánimo, no fue sino hasta el año 1846 que en nuestro país se nombro a la
primera comisión encargada de modificar las leyes españolas de minería, y nombrándose
nuevas comisiones en 1854 y 1864 sin obtener resultado positivo, pero fue debido al estudio y

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trabajo personal de uno de sus miembros don José María Cabezón, a quien se debe el estudio
de un proyecto presentado al Gobierno en el año 1871. Este proyecto fue estudiado por una
comisión compuesta por don Clemente Fabres, don Juan Mira, don Ramón Francisco Ovalle
y don José Bernardo Lira, profesor de Derecho de Minas de la U. de Chile. Esta comisión dió
término a sus labores presentado el proyecto al Congreso Nacional donde fue estudiado,
discutido y aprobado como Ley de la República a fines de 1874 para comenzar a regir a partir
del 1 de marzo de 1875.

a) Denunciabilidad de las sustancias bajo el Código de 1874: Este proyecto marcó en materia de
denunciabilidad de substancias minerales, una reacción en contra de las Ordenanzas de Nueva
España, pues restringió el catálogo de sustancias denunciables a algunos metales que
taxativamente enumero en sus disposiciones.

Fue de esa forma que bajo el imperio del Código de 1874, todas aquellas sustencias no
mencionadas como denunciables accedían al dominio del propietario del predio superficial,
quien podía explotarlas personalmente o cederlas a terceros, sin más obligación que dar aviso a
la autoridad para los efectos de la seguridad de la explotación y de policía minera.

Asimismo, debemos advertir que las sustancias que se encontraban bajo esta condición eran la
mayoría, lo que en opinión del profesor Uribe, fue un triunfo de la Agricultura por sobre la
Minería. Consecuencia de lo anterior, fueron por ejemplo las normas del Código de 1874 sobre
cateo e investigación (exploración) a través de normas rigurosas que en la práctica restringían
esta actividad, lo cual era contrario a la normativa de las Ordenanzas de Nueva España.

b) Constitución de la Propiedad Minera en el Código de 1874: Respecto de la constitución de la


propiedad minera, es decir, el conjunto de procedimientos necesarios para la obtención del
título de dominio concesional, el Código agregó un etapa intermedia entre la manifestación y la
mensura obligatoria: el título provisorio representado por la ratificación del pedimento.

Este título provisional nació a raíz de la necesidad de suprimir las diputaciones de minas tratadas
en el derecho español, que eran tribunales especiales mineros que se encargaban ellos mi smos
en trasladándose al terreno, de otorgar la posesión y mensura de las minas. Por tanto, ya no
podía encomendarse a la judicatura única, preocupada de resolver tantos otros temas de
conflictos jurídicos y no sólo mineros, que además, se trasladara al terreno a ejecutar mensuras
(mediciones) de pertenencias mineras. Tampoco existían ingenieros que se dedicaran a esta
clase de trabajos en número suficiente, razón por la cual, se ideó el título provisional y se
abandono el principio de la obligatoriedad de la mensura, lo que a la larga trajo como
consecuencia tantos males para el desarrollo de la industria minera y falta de certeza jurídica.

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c) Sistema de Amparo de la propiedad minera bajo el Código de 1874: El régimen de amparo de las
pertenencias mantuvo el sistema de la Ordenanza de Nueva España, esto es, el sistema de
amparo por el trabajo y la caducidad del título concesional por el despueble, no obstante que
en determinados casos se estableció el pago de patentes.

3.5.2. CÓDIGO DE MINERÍA DE 1888

Prontamente, se hizo sentir la necesidad de modificar el Código de 1874, y de reemplazarlo por


otro que no desincentivara la iniciativa privada o particular necesaria para el desarrollo de la
minería, sobre la base de otorgar estabilidad a la propiedad minera, objetivo ajeno al señalado
Código.

a) Denunciabilidad de las subtancias bajo el Código de 1888: Caracterizando de manera general las
características del entonces nuevo Código de Minería de 1888, cuya vigencia se inició el 1° de
enero de 1889, este fue más liberal en lo referido a la libre denunciabilidad de las sustancias
por parte de particulares. Se hizo una lista muy completa de las sustancias metalíferas
descubiertas hasta entonces, estableciéndose que las sustancias de cualquier categoría, aún las
reservadas o no denunciables (no susceptibles de concesión en favor de privados) y que no
estaban contempladas en la lista, ubicadas en terrenos eriales del Estado o de las
Municipalidades pasaban también a ser denunciables.

b) Constitución de la Propiedad Minera en el Código de 1888: El Código de 1888, en esta materia


mantuvo el título provisional; en lo relacionado con el sistema de amparo de la concesión
minera, creo el sistema de pago de la patente anual como condición de vigencia del dominio
minero, sustituyéndose de forma radical el sistema de amparo por el trabajo.

Sigue de esta manera el nuevo Código el modelo de modernas legislaciones de la época como
la de España de 1868 (ley de bases) y Bolivia. De esa forma, se terminaba con el sistema en
virtud del cual la estabilidad de la propiedad minera dependía del pueble (trabajo) o despueble
(abandono o no trabajo), lo que quedaba entregado finalmente para efectos de su acreditación
a la prueba de testigos.

3.5.3. CÓDIGOS DE MINERÍA DE 1930 Y 1932

El Código de 1888, tampoco estuvo exento de críticas. Ya en 1900 se presentó un proyecto de


ley para modificarlo, pero no prosperó y se nombraron varias comisiones de estudio para la
elaboración de un nuevo Código de Minería. El profesor Uribe destaca entre ellas y menciona
la designada por la Sociedad Nacional de Minería (actual SONAMI) que en 1911 elaboró un
proyecto que presentó al Congreso Nacional, pero que ni siquiera fue discutido. Este proyecto
sólo fue estudiado por una Comisión de 1928, también designada por la SONAMI, el que

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luego de presentado al Congreso término como Código de 1930. Este Código mismo en
virtud del D.L. 488 de 1932 paso a ser el Código de 1932.

Estos Códigos de 1930 y 1932 por razones de política económica aumentaron la


denunciabilidad de sustancias mineras, en términos similares a lo que es hoy. Por tanto, no
existen más sustancias reservadas al dueño del predio superficial (o dueño del suelo) que las
arenas o rocas y en los términos en que siempre las destinara a la construcción. Fuera de esto
no existía otra excepción que las sustancias reservadas al dominio del Estado.

3.5.4. LEY N° 16.425 “CHILENIZACIÓN DEL COBRE”

Dio origen a un fenómeno anterior a la nacionalización, el de la “Chilenización del Cobre”,


mediante la Ley 16.425, cuyos objetivos fueron:

a) Duplicar la producción del cobre por medio del establecimiento de franquicias a las
compañías mineras, entonces de capitales extranjero, las cuales con los beneficios obtenidos
podrían invertir. Dicho objetivo no se logró, debido a que las compañías extranjeras no
aprovecharon las franquicias y no por consiguiente no hubo reinversión. Asimismo, si ésta
existió fue de carácter ínfimo;
b) Añadir valor agregado en Chile en la producción, para obtener mayores recursos, y de esa
forma también permitir la participación del Estado en la comercialización del Cobre;
c) Lograr la participación del Estado en la minería a través de la compra del 49% de las
Compañías mineras.

La ley 16.425 definió a la Gran Minería como aquella que producía más de 75.000 toneladas
anuales de mineral. Hoy ciertamente dichas cantidades han sido superadas. Según la definición
legal de la época, pertenecían a la Gran Minería las siguientes empresas: La Chile Exploration
Company que era titular de los minerales de Chuquicamata; la Andes Cooper Minery Company
que explotaba el mineral de El Salvador; la Braden Cooper Company con el mineral del
Teniente; y la Kennecott Company.

El Estado de Chile comienza las negociaciones, obteniendo resultados con la Kennecott, pero
no con la Anaconda. Surgen así los “convenios del cobre”. Fue así como en junio de 1969 se
firman los acuerdos del cobre con la Anaconda, adquiriendo el estado el 51% de Chuquicamata
y El Salvador, naciendo compañías mixtas. Se paga a Chuquicamata por utilidades futuras, en
pagos a largo plazo la suma de 184 millones de dólares.

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3.5.5. NACIONALIZACIÓN PACTADA

En Junio 1969 se llega a acuerdo con Anaconda Company y se firman los acuerdos del cobre,
pactándose la nacionalización progresiva de la Chile Exploration y la Andes Copper Mining.
Este acuerdo consistió en la formación de dos empresas, a saber:

Compañía de Cobre Chuquicamata y Compañía de Cobre El Salvador junto con la adquisición


por parte del Estado del 100 % de la propiedad en dos etapas. La primera el 51% de las
acciones y la segunda la compra del restante 49% a partir del 31 diciembre de 1971. Asimismo,
se pagaría a Anaconda, a largo plazo la suma de 174 millones de dólares.

Las negociaciones también comprendían que no se detendrían los planes de inversión en


ejecución, los cuales serían realizados por las nuevas sociedades mineras chilenas hasta su
cumplimiento total y se respetarían los compromisos de abastecimiento, con la aprobación de
la Corporación del Cobre, dentro de los términos y formas pactadas.

3.5.6. LEY DE REFORMA CONSTITUCIONAL N° 17.450 DE 1971


“NACIONALIZACIÓN DEL COBRE”

El 16 de julio de 1971 se dictó la ley 17.450 que reformó el artículo 10 N° 10 de la


Constitución de 1925, la cual declaró: “El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e
imprescriptible de todas las minas, las covaderas, las arenas metalíferas, los salares, los depósitos de carbón e
hidrocarburos y demás sustancias fósiles, con excepción de las arcillas superficiales . Corresponde a la ley
ordinaria determinar qué sustancias de las recién mencionadas, entre las que han de excluirse los hidrocarburos
líquidos y gaseosos, pueden ser objeto de concesiones de exploración o explotación, la forma y resguardos del
otorgamiento y disfrute de dichas concesiones, la materia sobre que recaerán, los derechos y obligaciones a que
darán origen y la actividad que los concesionarios deberán desarrollar en interés de la actividad para merecer
amparo y garantía legales...”
Esta ley de reforma tuvo por objeto nacionalizar a las empresas de la Gran Minería del Cobre 10
como un instrumento político del Estado, incorporando un nuevo concepto de dominio del
Estado sobre las minas y por esta vía nacionalizar la gran Minería del Cobre. Asimismo, la ley
ordinaría que se indica en la norma transcrita más arriba, sería en realidad el nuevo Código de
Minería que debía dictarse y que nunca llego a ver la luz. Dichas normas convirtieron a quienes
eran dueños en simples concesionarios de la Administración, pero aquel Código nunca llegó a
dictarse de modo que aquella idea de establecer procedimientos de concesión de orden
administrativo y no judicial, jamás llegó a concretarse. Con la reforma y del tenor de la norma,
transcrita, se llegó a entender que el dominio del Estado sobre todos los yacimientos era ya de
carácter patrimonial y no eminente.

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FERM ANDOIS V., Arturo. “Derecho Constitucional Económico”. Tomo II. Regulación, Tributos y Propiedad.
Ed. Universitarias. Santiago. 2010. Pág. 411.

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La dictación de esta ley se debió principalmente a los conceptos nacionalizantes del Estado que
existieron a partir de las corrientes de pensamiento en la década de 1960, cuyos conceptos
constituían, según se pensaba, el motor del progreso social y económico del país. Se cita como
ejemplo, en otra área de la actividad económica a la Reforma Agraria, la cual se extendió a la
minería.

Como elemento adicional, se concibió en Chile que en materia minera no se recibían los
suficientes beneficios económicos como fruto de la actividad minera, razón por la cual la
norma del Código Civil, concretamente el artículo 591, referido al dominio de los yacimientos
por parte del Estado, resultaba ilusoria e insuficiente.

Esta idea cobró mayor fuerza y quedó en evidencia por el poder con el cual contaban las
compañías norteamericanas y su tratamiento discriminatorio entre trabajadores
norteamericanos y chilenos, lo que llevo a periodos de fuerte inestabilidad en el clima laboral.

En cuanto a sus efectos, podemos señalar que la nacionalización del cobre produjo tres
grandes, a saber, la incorporación de la idea de nacionalización a la Constitución Política de la
República; la nacionalización de las empresas mineras de la Gran Minería; y la modificación del
sistema de dominio minero. Veamos brevemente cada uno.

a) Integración de la idea de Nacionalización a la Constitución Política de la República : Pasan una o más


empresas del dominio particular al dominio del Estado. Su fundamento fue encontrado en el
interés colectivo y social. Dentro de dicho contexto se discutió entre nacionalización y
expropiación, las cuales suelen ser confundidas, pero son situaciones totalmente diferentes.

La expropiación comprende la indemnización del daño, razón por la cual los montos
involucrados suelen ser de magnitud, puesto que se pretende dejar sin daño al afectado, dejarlo
indemne.

Por su parte, la nacionalización no considera indemnización, sino que sólo una compensación,
pues en ella, no va envuelta la noción o concepto de daño. Por tal motivo las cantidades de
dinero no son grandes.

b) Nacionalización de las empresas mineras: la propiedad de las empresas mineras pasó a manos del
Estado, pues el porcentaje de propiedad que aún conservaban las empresas privadas
extranjeras que era de un (49%) luego de la chilenización de la minería del cobre, también
ingreso al dominio estatal.

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Dentro del proceso, el Contralor General de la República debía determinar el monto de las
indemnizaciones, pero para ello sólo considero el valor libros de los activos mineros,
estimándose que en base a ello, sólo procedía el pago de la indemnización para los yacimientos
de Exótica y Chuquicamata. Fue así, que durante el proceso de la nacionalización lo que se
indemnizó fue el valor de libros de los activos mineros, el cual es sustancialmente menor al
valor de flujos (a la capacidad de generar utilidades durante los años futuros). Esta situación
generó problemas aún mayores si se considera que el valor contable de los activos (valor libro)
era bajísimo debido a la depreciación, lo que llevó al extremo de señalar que por Chuquicamata
y El Salvador, no había nada que indemnizar.

Esta situación llevó a que se iniciaran los juicios del cobre en París, acompañados naturalmente
de embargos.

Luego del pronunciamiento militar, se busca una solución a los conflictos, como forma de
apertura el país a la inversión extranjera, especialmente en minería con la dictación del D.L.
600 Estatuto de la Inversión Extranjera, hoy derogado. Asimismo, se aprobaron las
transacciones del cobre mediante el D.L. 601 del año 1974, poniendo fin a los juicios de París.
Dichos pagos se prolongaron hasta 1980.

Actualmente, por ejemplo, con la Ley 19.137 se permite a CODELCO asociarse con privados,
como forma de evitar las discusiones sobre la privatización del cobre. Un ejemplo lo constituye
el mineral de El Abra.

c) Modificación del régimen de dominio minero: se estableció un dominio absoluto, exclusivo,


inalienable e imprescriptible del Estado sobre todas las minas.

Pero, incorpora un régimen administrativo de concesiones. Previamente, se trataba de un


dominio particular sobre las minas cuyos títulos eran otorgados por los tribunales de justicia.
Detrás de estas modificaciones estaba la idea del Estado socializante.

Luego del pronunciamiento militar de 1973, en el seno de la Comisión de Estudios para una
Nueva Constitución, se comenzó a trabajar en el proyecto de una nueva Carta Fundamenta l,
dentro de la cual, lo referido a la consagración constitucional del régimen de propiedad minera
jugaría un rol fundamental para el desarrollo y crecimiento posterior de la actividad.

3.6.6. CONSTITUCIÓN POLÍTICA DE 1980. CÓDIGO DE MINERÍA DE 1983 Y


LEY ORGÁNICA CONSTITUCIONAL DE CONCESIONES MINERAS N° 18.097

Las normas señaladas anteriormente, y que tuvieron su origen en la reforma a la Constitución


de 1925, fueron modificadas por la Constitución Política de 1980, que estableció en favor del
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Estado un derecho de dominio especial sobre las minas y restableció la solidez de los derechos
mineros de los particulares.

De esa forma, y según veremos más adelante al estudiar el dominio minero, se destinan 5
incisos en el N° 24 del artículo 19 de la Carta Fundamental (incisos 6° al 10°), para consagrar el
régimen constitucional de la propiedad minera.

Asimismo, la propia Constitución dispuso la dictación de una Ley Orgánica Constitucional


para regular determinadas materias indicadas por la Constitución, dándose lugar a la Ley
Orgánica Constitucional sobre Concesiones Mineras, la que luego de ser sancionada por el
Tribunal Constitucional, fue promulgada como Ley 18.097. Por su parte, esta misma ley
dispuso que entraría en vigor simultáneamente con la dictación de un nuevo Código de
Minería que sería el Código de 1983 actualmente vigente. Asimismo, se dictó el Reglamento del
Código de Minería, el D.S. N° 1 de 1986.

Dentro de las principales características del Código de Minería de 1983, encontramos entre
otros aspectos, la constitución de todos los derechos mineros por resolución judicial,
suprimiéndose la constitución de derechos concesionales mineros para determinadas sustancias
minerales por vía administrativa como se pretendió a través de la reforma constitucional de
1971.

Este nuevo régimen aumento también la cantidad de sustancias minerales denunciables o


concesibles; reforzó la concesión de exploración; una mayor precisión en la determinación de
los límites o deslindes de la concesión y su ubicación a través del sistema de coordenadas UTM
en la medición de la cara superficial de las concesiones en trámite y de la ya constituida; una
mayor y amplia publicidad en la constitución de los derechos mineros en favor de los terceros
interesados; y la prohibición de la superposición de concesiones. Lo anterior, sin dejar de
mencionar muchas otras normas mejoradas a partir de su antecedente contenido en el Código
de 1932. Asimismo, cabe destacar, por ejemplo que en materia de procedi mientos de
constitución de la concesión minera o propiedad minera, se adoptó el principio de la pronta
constitución de la propiedad minera, a fin de evitar los innumerables litigios de oposición que
bajo el imperio del antiguo Código terminaban por trabar el nacimiento de nuevos derechos
con el desmedro para el desarrollo y crecimiento de la actividad. Hoy por tanto, teniendo en
consideración que el procedimiento de constitución es a través de un procedimiento no
contencioso que no admite conversión a uno contencioso, en éste sólo se vela por la pronta
constitución de los títulos de propiedad minera, sean de exploración o de explotación, de
modo que cualquier oposición al otorgamiento y constitución de un nuevo derecho
concesional, alegando derecho preferente debe efectuarse en un procedimiento contencioso
distinto.

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4.- SUSTANCIAS CONCECIBLES Y NO CONCESIBLES

Digamos a este respecto, que la importancia de conocer cuáles son las sustancias concesibles,
radica en que sólo respecto de ellas, podremos pedir el otorgamiento de una concesión y una
vez otorgada, hacernos dueños de los minerales amparadas en la misma, pudiendo usar, gozar
y disponer de ellos de acuerdo a la naturaleza del título concesional (exploración o de
explotación).

Al efecto digamos en un comienzo que según el inciso 6to del número 24 del artículo 19 de la
Constitución Política, el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e
imprescriptibles de todas las minas incluyendo los depositos que señala la norma, con
excepción de las arcillas superficiales, mientras que por su parte, el inciso 7mo de la misma
norma, señala que corresponde a la ley determinar qué sustancias de aquellas a que se refiere el
inciso precedente, exceptuados los hidrocarburos líquidos o gaseosos, pueden ser obj eto de
concesión de exploración o explotación.

Dicho de otra forma, será la referida ley aquella que indicará que tipo de sustancias minerales
serán concesibles, es decir, susceptibles de ser otorgadas a privados en concesión, quedando
excluidas de acuerdo a la norma los hidrocarburos tanto líquidos como gaseosos. Dicha ley es
ciertamente, la ley orgánica constitucional de concesiones mineras, Ley 18.097 de 1982.

Esta ley, en su artículo 3° inciso 2do y siguientes señala que son concesibles todas las
sustancias minerales metálicas y no metálicas y, en general, toda sustancia fósil, en cualquier
forma en que naturalmente se presenten, incluyéndose las existentes en el subsuelo de las aguas
marítimas sometidas a la jurisdicción nacional que tengan acceso por túneles desde tierra.
Agrega que respecto de éstas, cualquier interesado podrá solicitar la constitución de una
concesión minera.

Asimismo, la ley orgánica en el mismo artículo inciso 4to, señala que las sustancias minerales
concesibles contenidas en desmontes, escorias o relaves, abandonados por su dueño (pasivos
mineros abandonados), son susceptibles de concesión minera junto con las demás sustancias
minerales concesibles que pudieren existir en la extensión territorial respectiva.

Por tanto, podemos observar que el criterio adoptado por el legislador a la hora se señalar
cuáles son las sustancias concesibles, es amplio, pues señala en términos generales todas las
sustancias minerales metálicas y no metálicas y, en general, toda sustancia fósil, en c ualquier
forma en que naturalmente se presenten, sin indicarlos bajo la forma de un catálogo o nómina,
de modo que para precisar el alcance del mismo precepto, debemos saber con precisión
entonces cuáles son a contrario sensu, las sustancias no concesibles. Al efecto el inciso 5° del
artículo 3ro de la ley orgánica constitucional sobre concesiones mineras señala de forma clara y

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categórica que no son susceptibles de concesión minera los hidrocarburos líquidos o gaseosos,
el litio, los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas marítimas sometidas a la
jurisdicción nacional ni los yacimientos de cualquier especie situados, en todo o en parte, en
zonas que conforme a la ley, se determinen como de importancia para la seguridad nacional
con efectos mineros, sin perjuicio de las concesiones mineras válidamente constituidas con
anterioridad a la correspondiente declaración de no concesibilidad o de importancia para la
seguridad nacional.

Finalmente, la norma del inciso final del artículo 3 de la ley orgánica constitucional sobre
concesiones mineras, se refiere a aquellas sustancias que no se consideran minerales,
refiriéndose a las arcillas superficiales, las salinas artificiales, las arenas, rocas y demás
materiales aplicables directamente a la construcción, todas las cuales se rigen por el derecho
común o por las normas especiales que a su respecto dicte el Código de Minería.

En el mismo sentido, se reproduce estas normas en el artículo 7 del Código de Minería.

4.1. SITUACIÓN JURIDICA DEL LITIO Y LOS HIDROCARBUROS

8.1.1. MINERÍA NO METÁLICA DEL LITIO: A diferencia de los Hidrocarburos, como


sustancias mineral excluida del régimen de concesiones, el Litio no se encuentra mencionado
en la norma constitucional, pero si es mencionado por mandato de aquella en la ley orgánica
constitucional de Concesiones Mineras.

Por tanto, el litio es una sustancia no concesible, en virtud de la Ley orgánica constitucional de
concesiones mineras y el Código de Minería (artículo 7), más no de la Constitución Política de
la República.

Por tanto, cabe señalar que conforme a su carácter no concesible y reservado al Estado, la
exploración o la explotación del litio sólo pueden ejecutarse directamente por el Estado o por
sus empresas, o por medio de concesiones administrativas o de contratos especiales de
operación, con los requisitos y bajo las condiciones que el Presidente de la República fije, para
cada caso, por decreto supremo.

Según el artículo 5 del D.L. N° 2.886 del 14 de noviembre de 1979, se declara expresamente
que por exigirlo el interés nacional el litio queda como una sustancia reservada al Estado y por
tanto, no sujeta al sistema de concesiones.

Dicho D.L. (2.886) dejó sujeta a las normas generales del Código de Minería
la constitución de pertenencia minera sobre carbonato de calcio, fosfato y sales potásicas,
reservando sólo el Litio, de entre este tipo de sustancias, en favor del Estado, pero con las
siguientes excepciones (pueden quedar dentro del título concesional de particulares ya
constituido):

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a) El litio existente en pertenencias constituidas, sobre litio o sobre cualquiera de las sustancias
del inciso primero del artículo 3 del Código de Minería, que, a la fecha de publicación del D.L.
N° 2.886 en el Diario Oficial, tuvieren su acta de mensura inscrita en el Conservador de Minas,
se hallaren vigentes, y cuya manifestación (escrito judicial con el cual se solicitó la constitución
de la pertenencia), a su vez, haya quedado inscrita antes del 1° de enero de 1979; y

b) El litio existente en pertenencias (concesión de explotación) que, a la fecha de publicación


del D.L. 2.886 en el Diario Oficial, estuvieren en trámite y que lleguen a constituirse sobre litio
o sobre cualquiera de las sustancias del inciso primero del artículo 3 del Código de Minería,
siempre que el proceso de constitución de tales pertenencias se hubiere originado en una
manifestación que haya quedado inscrita antes del 1° de enero de 1979.

Con todo, se señala que el Litio, no puede ser objeto de ninguna clase de actos jurídicos sino
cuando ellos se ejecuten o celebren por la Comisión Chilena de Energía Nuclear, con ésta o
con su autorización previa, de acuerdo a lo previsto en la Ley 16.319, que crea la Comisión
Chilena de Energía Nuclear (C.C.H.E.N.).

¿En qué radica la importancia estratégica del Litio? 11 En sus usos, dentro de los que
encontramos:

a) Su principal uso es como material de cátodo en las baterías de ion-Li;


b) En la elaboración de grasas lubricantes;
c) En vidrios y cerámicas;
d) En la industria acerera;
e) En la industria química y farmacéutica;
f) Es empleado en los reactores nucleares;
g) Se emplea en submarinos y naves espaciales;
h) En la síntesis de compuestos orgánicos; e
i) Es un componente común en aleaciones de Al (aluminio), Cd (cadmio), Cu (cobre) y Mn
(manganeso).

¿Cuál es la posición estratégica de Chile en el mercado mundial del Litio?

Chile muestra las mayores reservas de litio en salmueras, con cerca de 7 millones de toneladas,
las que representan el 39% de litio en salmueras y el 23% de las reservas totales de litio a nivel
mundial.

11
Instituto Igualdad. “La M inería del Litio: Visión Jurídica y Estratégica” Programa de Asesoría Legislativa 2012.
En: http://www.igualdad.cl/wp -content/uploads/2012/04/M INERÍA-DEL-LITIO-VISIÓN-JDCA-Y-ESTRATÉGICA.pdf
(visto 05.04.2015).

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Material de Derecho de Minería

Nuestro país integra el llamado “triángulo del litio”, formado por el Salar de Uyuni (Bolivia),
el Salar del Hombre Muerto (Argentina) y el Salar de Atacama (Chile). Éste compone el 85%
de reservas conocidas actualmente.

La concentración de los tres salares más importantes deja en un lugar privilegiado a la ciudad
de Antofagasta y, en general, a toda esa región del país, debido a la utilización del puerto de
Antofagasta y la utilización del ferrocarril de Salta a Antofagasta.

Sumado a lo anterior, debemos señalar que la producción mundial de Litio se concentra,


fundamentalmente, en cuatro países:

1º Chile ocupa el 44% de la producción mediante Salmueras;


2º Australia el 25% de la participación mediante espodumeno;
3º China el 13% mediante salmueras; y
4º Argentina el 12% mediante salmueras.
Tres empresas concentran prácticamente el 77% de la producción mundial de
Litio:
1º.- SQM (ex Soquimich) con el 30% del mercado (actuando bajo la forma de CEOP).
2º.- Chemetall con el 28% de participación.
3º.- FMC Corporation con el 19% del mercado

Finalmente y en resumen digamos que el Litio (Lt), según la legislación vigente, es considerado
un mineral estratégico, y toda explotación está bajo la supervisión del Estado.

4.1.2. YACIMIENTOS DE HIDROCARBUROS

La propiedad de los depósitos de hidrocarburos y demás combustibles fósiles pertenece


exclusivamente al Estado, cuyo dominio se garantiza por la Constitución Política de Chile, en
su artículo 19 N° 24 inciso 6to. En dicha norma establece, además, que sólo el Estado puede
realizar la exploración y explotación de yacimientos de hidrocarburos, sea en forma directa, a
través de empresas públicas, o bien, en asociación con empresas privadas.

En nuestro país, existe libertad para invertir, importar y exportar hidrocarburos líquidos,
gaseosos y sólidos, pero frente a la escasez de yacimientos de este tipo en el país, actualmente
Chile se ha transformado en un importador neto de hidrocarburos. Asimismo, el Estado ha
delegado en la empresa estatal ENAP, la exploración y explotación de los yacimientos de
petróleo y gas, a través de contratos de operación que puede emprender sola o en forma
asociada.

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Material de Derecho de Minería

En el sector de los hidrocarburos líquidos ENAP y sus filiales participan en la exploración y


explotación de petróleo, refinación, servicios de almacenamiento y transporte de productos.

Las normas que rigen el sector de hidrocarburos en Chile son principalmente, las leyes que
crearon la Comisión Nacional de Energía (CNE), D.L. 2.224 de 1978 y la Superintendencia de
Electricidad y Combustibles (SEC), D.L. 18.410 de 1985.

4.2. SITUACIÓN JURÍDICA DEL URANIO Y TORIO

En cuanto al Uranio, cabe mencionar que a pesar de su interés y potencial atómico, no se


encuentra mencionado dentro de las sustancias inconcesibles a que se refieren los citados
artículos 3 de la ley orgánica constitucional de concesiones mineras y el artículo 7 del Código
de Minería, ni tampoco se encuentra mencionado dentro de las excepciones o sustancias no
concesibles señaladas por la Constitución en el artículo 19 Nº 24. Por lo mismo, no existe
razón que impida su explotación por parte de un concesionario minero, pero con ciertas
restricciones que se mencionan en el artículo 10 del Código de Minería, concerniente al
derecho de primera opción a favor del Estado.

Por tanto, el Uranio (al no ser declarado inconcesible) puede ser explotado y vendido con las
señaladas restricciones, es decir, estableciendo en favor del Estado un derecho de primera
opción de compra de los productos mineros originados en explotaciones mineras desarrolladas
en el país en los que el Uranio y el Torio tengan presencia significativa.

Por tanto al consagrarse el derecho de primera opción de compra, el concesionario se obliga a


dirigir en primer lugar su oferta de venta al Estado quien actúa representado a través de la
Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) y a esperar el plazo de respuesta, obligándose
a no disponer de estos productos dentro del plazo de 3 meses contado desde la recepción de la
oferta.

Al efecto, por ser importante tanto para efectos del litio como del uranio, que deben tener
“presencia significativa”, digamos que para entender en forma auténtica el sentido de esta
noción (presencia significativa), se debe estar a lo previsto en el artículo 12 del Código de
Minería que prescribe: “Para los efectos de los artículos 9° y 10, se entiende que una sustancia
tiene presencia significativa en un producto minero, esto es, que es susceptible de ser reducida
o separada desde un punto de vista técnico y económico, cuando el mayor costo total que
impliquen su recuperación mediante procedimientos técnicos de probada aplicación, su
comercialización y su entrega, sea inferior a su valor comercial.”

Para los mismos efectos, se entiende por "producto minero" toda sustancia mineral ya extraída,
aunque no haya sido objeto de beneficio.

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Material de Derecho de Minería

4.3. ¿TENDRÍAMOS ALGUNA OBLIGACIÓN PARA CON EL ESTADO?

Lo anterior, nos lleva a preguntarnos según se trate de litio o uranio.

a) Litio: Al efecto digamos que respecto del Litio, existe la obligación de comunicar al Estado
(representado por la CChEN) la existencia de litio en la explotación o beneficio de las
sustancias procedentes de la pertenencia.

Este aviso da derecho al Estado de exigir la entrega de la parte de la sustancia no concesible


que tenga presencia significativa en el producto de la explotación o bien, para que el mismo la
enajene por cuenta del Estado.

Asimismo, cabe señalar la presunción de derecho contenida en el artículo 12 del Código de


Minería, según la cual mientras el Estado no formule la exigencia de entrega de la sustancia no
concesible, o de su enajenación por cuenta del Estado, se presume de derecho que los
productos no tienen presencia significativa (en esta caso de Litio) en el producto de la
explotación.

Pero, aún cuando se verifique la presunción de derecho, a juicio nuestro ello no habilita para
poder disponer libremente de dicho producto, por cuanto al no ser susceptible de concesión,
no se tiene sobre dicha sustancia derecho alguno.

Otra obligación relacionada que debe asumir el productor es tener que incurrir en gastos para
efectuar la entrega o venta o enajenación por cuenta del Estado, sin perjuicio de su derecho a
reembolso.

Finalmente cabe tener en consideración las eventuales sanciones a que se puede ver expuesto el
explotador por incumplimiento de estas obligaciones conforme dispone el artículo 11 del
Código de Minería.

b) Uranio: en el caso de esta sustancia debemos mencionar las siguientes obligaciones para
con el Estado:

b.1. Obligación de respetar el derecho de primera opción de compra a favor del Estado del
artículo 10 del Código de Minería. Supone dirigir a la C.C.H.E.N. una oferta al precio y
modalidades del mercado de los productos en los que el Uranio tenga presencia significativa.

b.2. De acuerdo con el inciso 2do de la norma citada, si estos productos se obtienen
esporádicamente el productor deberá comunicar a la Comisión (C.C.H.E.N.) la obtención de
estas sustancias. Esta oferta deberá igualmente señalar la cantidad, calidad y demás
características del producto, su precio de mercado, forma, oportunidad y lugar de entrega.

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b.3. Obligación de respetar la oferta y de no disponer del producto dentro de los 3 meses
siguientes a la recepción de la propuesta.

Si en cambio estos mismos productos se obtienen de forma periódica o habitualmente, asiste al


productor la obligación de comunicar al Estado a más tardar en septiembre de cada año, los
programas mensuales de producción estimados para el año calendario siguiente. Asimismo,
debe dar aviso inmediato de las variaciones que puedan experimentar los programas de
extracción.

Esa comunicación u oferta, debe contener las mismas menciones que aquella que se dirige en
el caso de producción esporádica. Esta oferta obliga al productor a no disponer del producto
de cada mes, hasta el último día del mes de su obtención, es decir, desde que es recibida por su
destinatario.

Asimismo, se debe de estar atento a las sanciones por incumplimiento a que se refiere el citado
artículo 11 del Código.

4.3. SITUACIÓN JURÍDICA DE LAS ARCILLAS SUPERFICIALES

Se trata de elementos o sustancias excluidos por norma constitucional del régimen de la


propiedad minera. Se trata de arcillas superficiales tales como arenas, rocas y demás materiales
aplicables directamente a la construcción. Se incluyen igualmente las salinas artificiales.

La misma disposición se contiene en el artículo 13 del Código de Minería que dispone: “No se
consideran sustancias minerales y, por tanto, no se rigen por el presente Código, las arcillas
superficiales y las arenas, rocas y demás materiales aplicables directamente a la construcción”.

Al señalar que “no se consideran sustancias minerales”, significa que el legislador no está
diciendo que las sustancias referidas no sean minerales, sino que dice que no se consideran, o
sea, que no se estiman como tales, determinando, en consecuencia, una ficción legal. En
consecuencia, desde el punto de vista jurídico las sustancias minerales en cuestión, han sido
excluidas del dominio del Estado, porque así lo ha establecido expresamente el legislador en el
artículo 5 inciso final de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras y el artículo
13 inciso 1° del Código de Minería.

Respecto de su aprovechamiento, digamos que por regla general se rigen por las normas del
derecho común. Con todo dependerá del lugar en que se encuentren situados los áridos, así:

a) Los ubicados en terrenos particulares: se rigen por el derecho común;

b) Los ubicados en terrenos particulares del Fisco, se rigen por el D.L. Nº 1.939, que trata de
normas sobre Adquisición, Administración y Disposición de Bienes del Estado;

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Material de Derecho de Minería

c) Aquellos ubicados en terrenos particulares de las municipalidades, se rigen por la ley


orgánica constitucional de municipalidades;

d) Los ubicados en terrenos constituidos por bienes nacionales de uso público, como los ríos y
las playas de mar se rigen por la misma ley orgánica de municipalidades y el D.F.L. 340 (1960),
sobre concesiones marítimas, respectivamente.

Dentro de estas sustancias se emplea el término de áridos, que en la terminología técnica de la


construcción, corresponden únicamente a las arenas y gravas. Ambas especies derivan de las
rocas y se diferencian por su granulometría. Entonces, las arenas y gravas se denominan,
genéricamente, «áridos». En la industria se les denomina “agregados”. Existen también otras
denominaciones como balasto, maicillo, ripio, piedras, tierra. 12

En lo concerniente a las fuentes de abastecimiento de los áridos, podemos señalar que éstos se
encuentran en:

a) Bancos de sedimentación: son aquellos construidos artificialmente para embancar el material


fino-grueso que arrastran los ríos.

b) Cauce de río: corresponde a la extracción desde el lecho del río, en los cuales se encuentra
material arrastrado por el escurrimiento de las aguas.

c) Canteras: es la explotación de los mantos rocosos o formaciones geológicas, donde los


materiales se extraen usualmente desde cerros mediante tronaduras.

d) Empréstitos o pozos lastreros o pozos secos: yacimientos de áridos, rellenos aluviales en valles
cercanos a ríos.

4.4. PROPIEDAD SALITRERA

El salitre chileno es un nitrato de sodio o abono que fue altamente cotizado en los mercados
mundiales.

La legislación salitrera, antes de la anexión territorial en el Norte (Arica, Iquique y Antofagasta)


después y como consecuencia de la Guerra del Pacifico, estaba representada por la legislación
española de la Ordenanza de Nueva España, que declaraban el salitre o el bórax y sal gema,
como de libre denunciabilidad.

El Código de 1874 no se preocupó de forma especial del salitre. Sin embargo la estimo como
sustancia en el artículo 3 del Código, que más bien se refería a las piedras de construcción o
adorno, las arenas, las pizarras, arcillas, cales y demás sustancias de esa clase ubicadas en

12
ENOS, Rafael. Derecho de Áridos. M aterial de Clases del M agister de Derecho de M inería y Aguas de la
Universidad Finis Terrae. Stgo. 2014.

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Material de Derecho de Minería

terrenos del Estado o de las Municipalidades que los privados necesitarán aplicarlas a la
construcción, a la agricultura o a las artes. Esta norma, otorgo al Estado o a las
Municipalidades el derecho para concederlas en la extensión y bajo las condiciones que se
determinarían en cada caso de acuerdo con los reglamentos que se dictasen al efecto.

De esa forma se descubrieron importantes yacimientos en la Provincia de Atacama. Asi se


dictó el Reglamento 219 de 1877 sobre concesiones de salitre en terrenos eriales del Estado o
Fisco. Por tanto, según el Código de 1874 el salitre siguió siendo una sustancia de libre
denunciabilidad, debiendo sujetarse a las concesiones o permisos de explotación y exploración
de salitreras, ubicados en terrenos fiscales o municipales. Según el reglamento las concesiones
se regían por el citado reglamento sólo para yacimientos ubicados en terrenos eriales del Fisco.
En cambio, las ubicadas en terrenos privados seguían las reglas del Código de Minería.

Respecto de los territorios anexados, en virtud del tratado de paz de 1884 Chile se obligó a
respetar la propiedad salitrera constituida y del dominio de los particulares y, se reserv ó al
patrimonio del Fisco de Chile, todas las salitreras que pertenecían al Fisco Peruano y Boliviano,
es decir, aquellas que no habían sido objeto del dominio de particulares o que habiéndose
constituido propiedad sobre ellas, hubieran caducado.

UNIDAD 3.- PROPIEDAD MINERA

Al estudiar la propiedad minera, en primer lugar, debemos conrestarnos la pregunta de ¿quién


es dueño de los yacimientos? Y ¿a quien pertenece originariamente dicha riqueza minera? Que
tal y como señala el profesor Lira Ovalle “la naturaleza ha esparcido caprichosamente en las
entrañas de la tierra”.

Y en ese sentido, debemos recordar las teorías vistas en el N° 5 de la Unidad 2, referida a las
teorías sobre el dominio originario de lasd minas o sistema de organización jurídica de la
minería. Dichas teorías buscan resolver los siguentes aspectos: Quién es dueño de las minas;
Quién puede explotar las minas, así como también quién las puede explorar; Las relaciones
entre el dueño del predio superficial, el explorador y el explotador minero; Normas y
procedimientos que determinan quién explota la mina; y Las actuaciones que deben realizar el
explorador o explotador para conservar su concesión.

Sólo para recordar, digamos que estas teorías son la accesión; la ocupación, las res nullius; la
libertad de minas o dominio eminente; el dominio patrimonialista, regalista o sistema español
y que son agrupadas entre:

a) Aquellas que reconocen al dueño del suelo como dueño de la mina: la accesión;
b) Las minas no pertenecen a nadie: ocupación, res nullius y libertad de minas (dominio eminente);
c) Las minas son del Estado: Patrimonialista.

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Será importante ahora conocer que el régimen de la propiedad minera se encuentra regulado en
las siguientes normas:
a) Constitución Política de la República, en su artículo 19 N° 24, inciso 6° al 10°;
b) Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras N° 18.097;
c) Código de Minería de 1987;
d) Reglamento del Código de Minería, el D.S. N° 1 (Minería) de 1986.

3.1.- REGIMEN DE LA PROPIEDAD MINERA EN LA CONSTITUCIÓN


POLÍTICA DEL ESTADO - PRINCIPIOS CONSTITUCIONALES

a) Primer principio: El dominio del Estado sobre las minas

Es de carácter público especial, por cuanto si bien es absoluto, exclusivo, inalienable e


imprescriptible, sobre las mismas minas o yacimientos pueden constituirse concesiones
mineras de carácter judicial, sin quedar sujetas al arbitrio de autoridad pública alguna .
Este carácter confiere seguridad, certeza y protección jurírica a la propiedad minera derivada de
la concesión en favor de su titular, por dos razones principales: por una parte en el contexto de
la constitución u otorgamiento de títulos concesionales, al ser de carácter judicial, dentro del
procedimiento no contecioso a que se refieren los artículos 34 y siguientes del Código de
Minería, la facultad del juez en cuanto a otorgar la respectiva concesión (sea de exploración o
de explotación) no es de carácter discresional, de modo que cumpliéndose los requisitos y
etapas del procedimiento que prescribe la ley (Código de Minería), la sentencia dictada en el
procedimiento será constitutiva del derecho real de concesión minera. Dicho de otro modo, la
única forma en la cual el juez no otorgaría la concesión, sería en la medida que no se cumplan
los requisitos legales que se precriben en las citadas normas del Código de Minería. Tan es así,
por ejemplo, que incluso las opsiciones a la constitución de concesión minera de ben ser
tramitadas en juicios diversos y de distinta naturaleza. Por otra parte, la seguridad que otorga
el regimen de propiedad minera en Chile consiste en que el título concesional será una
sentencia judicial a la cual, ampara la cosa juzgada.

A este principio del dominio del Estado sobre las minas se refiere el inciso 6° de la
Constitución Política que prescribe: “inciso 6°. El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo,
inalienable e imprescriptible de todas las minas, comprendiendose en éstas las covaderas, las arenas metaliferas,
los salares, los depósitos de carbón e hidrocarburos y las demás sustancias fósiles, con excepción de las arcillas
superficiales ...”

En opinión del profesor Rafael Vergara, la primera parte del inciso 1° que hemos transcrito
representa la doctrina patrimonialista del dominio minero en favor del Estado, lo que
encuentra su explicación en el hecho que dicha frase tiene su antecedente histórico en la Ley de
Reforma Constitucional N° 17.450 que modificó la Constitución Política de 1925, que
consgraba la idea del dominio patrimonial del Estado, razón por la cual se ha sostenido en
parte que la Constitución de 1980 consagraría esta teoría.

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No obstante, agrega el profesor Vergara que existen algunas consideraciones que permiten
concluir que no sería ni tan patrimonialista ni eminente, sino que una propiedad sui generis,
como por ejemplo:

1.- El otorgamiento y extinción de las concesiones por vía judicial, conforme reza el inciso 7°
del propio artículo 19 N° 24 de la carta fundamental, cuando señala: “...dichas concesiones se
constituirán siempre por resolución judicial.” Lo mismo, el inciso 9° que expresa: “Será de
competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de justicia declarar la extinción de tale s
concesiones”.
2.- Se distingue entre sustancias concesibles, inconcesibles y reservadas al dueño del suelo.
3.- Las normas que regulan a las concesiones son legales y no discresionales administrativas.
4.- El dominio sobre la concesión minera se protege con la garantía constitucional y es
indemnizable su expropieación.

Según todas estas consideraciones, se estima que el dominio del Estado sobre los yacimientos
corresponde a un derecho público de carácter especial.

Otra consideración que lleva a pensar de que se trata de un dominio especial, corresponde al
caso de una eventual expropiación de la concesión minera frente a la pregunta ¿es justo que en
el caso de expropiación se pague por los mimerales que aún no se extraen y que por lo mismo
de acuerdo al inciso 6° del artículo 19 N° 24 de la Constitución pertenecen al Estado?

Recordar que el Estado tiene la propiedad de los yacimientos, y que el título de concesión
otorga a su títular el derecho de extraer minerales y de hacerse dueños de ellos, con el fin de
investigar o de comercializar según sea el caso, de modo que el mineral no extraido sigue
siendo de dominio del Estado. Sólo con la dictación de la ley orgánica de concesiones mineras
se termina con la discusión acerca de si el concesionario minero debe ser indemnizado o no
por dichos minerales no extraidos, pues consagra tal derecho en los artículos 10 N° 4 en el
caso del concesionario de exploración y en el artículo 11 N° 3 en el caso del conceisonario de
explotación, ambas de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras.

Idéntica disposición se encuentra en el artículo 1° del Código de Minería.

b) Segundo principio: Dominio separado de las minas y concesiones respecto del


dominio del predio superficial

El mismo inciso 6° del artículo 19 N° 24 de la Constitución señala: “inciso 6° … no obstante la


propiedad de las personas naturales o jurídicas sobre los terrenos en cuyas entrañas estuvieren situadas .”

Dicha norma debe ser concordada con los artículos 2°, 3° inciso 1° y 7° de la Ley Orgánica
Constitucional sobre Concesiones Mineras que disponen:

“Artículo 2.- Las concesiones mineras son derechos reales e inmuebles; distintos e independientes del dominio
del predio superficial, auqnue tengan un mismo dueño”.

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“Artículo 3°.- Las facultades conferidas por las concesiones mineras se ejercen sobre el objeto constituido por
las sustancias minerales concesibles que existen en la extensión territorial que determine el Código de Minería,
la cual consiste en un sólido cuya profundidad es indefinida dentro de los planos verticales que lo limitan.”

Aun cuando físicamente las minas y el predio superficial puedan confundirse, jurídicamente
son distintos. No hay una cuestión de suelo o subsuelo, pues dependerá de la forma en la que
se manifiesten las minas o yacimientos debido a que los minerales pueden encontarse en el
interior de la tierra o subsuelo o a nivel de superficie.

Por su parte el artículo Artículo 7° de la Ley Orgánica, está referido en general a la facultad de
catar y cavar de la que goza el concesionario minero, la cual se encuentra limitada por normas
de la propia Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras y por otras del Código de
Minería, con la finalidad de precaver daños al dueño del suelo o fines de interés público. Dicha
limitación consiste en la solicitud de permiso del dueño del suelo o de la autoridad respectiva,
según sea el dueño del suelo mismo, conforme a lo que veremos más adelante con ocasión del
estudio particular de la facultad de catar y cavar.

Dentro de este contexto, la jurisprudencia, se ha pronunciado en el sentido que el titular de la


concesión minera se encuentra, en razón de tener dominio sobre su título concesional, asistido
por las acciones posesorias tratadas en el Código Civil para la defensa de su posesión, para lo
cual debe probar su calidad de poseedor o títular de servidumbre, y de esa forma procede en su
favor la acción de denuncia de obra nueva, pero sólo si se acredita además, su calidad de titular
de servidumbre minera o que está efectivamente ejecutando labores mineras y que ocurren
actos que afecten esa condición. La sola titularidad de una concesión, no basta para poder
ejercer la acción posesoria de denuncia de obra nueva.

c) Tercer principio: “Los predios superficiales estarán sujetos a las obligaciones y


limitaciones que la ley señale, para facilitar la exploración, la explotación y el beneficio
de dichas minas”

Esta relacionado con el principio anterior, confirmando la idea de una legislación distinta para
la minería y para los predios superficiales. Se consagran las cargas de los predios superficiales
para facilitar el desarrollo minero. Dentro del contexto de la necesaidad de desarrollar la
actividad minera, existe una cierta preeminencia dada la actividad minera, por sobre el predio
superficial. Dentro estas insituciones preminentes en materia minera se encuentra la más típica
de ellas que es la servidumbre.

Este principio se encuentra consagrado en el inciso 6° del N°24 del artículo 19 de la


Constitución que en lo pertinente dispone: “Los predios superficiales estarán sujetos a las obligaciones y
limitaciones que la ley señale, para facilitar la exploración, la explotación y el beneficios de dichas minas .”

Esta disposición debe ser concordada con los artículos 7 y 8 de la Ley Orgánica Cosntitucional
de Concesiones Mineras, además del artículo 14 del Código de Minería.

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El Artículo 8° de la ley orgánica constitucional de concesiones mineras dispone el derecho a


constituir servidumbres legales mineras, aún contra la voluntad del dueño del predio
superficial, con la correspondiente obligación de pagar los perjuicios que pudieren resultar.

Por su parte conforme al artículo 7 de la misma Ley Orgánica Constitucional, señala que el
ejercicio de los derechos del concesionario minero están sujetos a ciertas limitaciones y
restricciones que se encuentran previstas en el Código de Minería, principalmente los artículos
113 y 116, que se remiten a su vez a las normas de los artículos 14 al 17 del mismo Código.

El artículo 113 del Código señala: “Durante la vigencia de la concesión, sólo su titular tendrá derecho,
dentro de los límites de ella, a hacer libremente calicatas y otras labores de exploración. El ejercicio de este
derecho quedará sujeto a las obligaciones y limitaciones que establecen los artículos 14°, 15°, inciso segundo y
siguientes, 16°, número tercero, y 17°, el presente párrafo y las normas sobre policía y seguridad mineras. El
titular se hará dueño de las sustancias concesibles que necesite arrancar con motivo del ejercicio de ese derecho.

Los derechos a que se refiere el inciso precedente son sin perjuicio de lo dispuesto en el artículo 108. ”

Por su parte, el artículo 108 señala: “El titular de una concesión de exploración, o el de una pertenencia,
constituidas, podrá oponerse a las labores que, dentro de los límites de su respectiva concesión pretenda ejecutar el
titular de otra concesión de exploración cuyo pedimento haya sido posterior al pedimento o a la manifestación del
opositor.

El titular de una pertenencia en trámite no podrá ser perturbado en sus trabajos de reconocimiento y de
constitución de su título, por el dueño de una concesión de exploración cuyo pedimento sea posterior a la
manifestación de aquél.”

A su turno, la norma del artículo 116 del Código señala: “El concesionario tiene los derechos exclusivos
de explorar y de explotar libremente su pertenencia, sin otras limitaciones que las establecidas en los artículos
14, 15, inciso final, 17, en el párrafo 2° del título IX y en las normas sobre policía y seguridad mineras.

El concesionario se hará dueño de todas las sustancias minerales que extraiga dentro de los límites de su
pertenencia, y que sean concesibles a la fecha de su constitución o lleguen a serlo posteriormente.
Se entienden extraídas las sustancias desde su separación del depósito natural del que formaban parte; o desde
su aprehensión, tratándose de los desmontes, escorias y relaves a que se refiere el artículo 6°. ”

Según vimos en la norma del artículo 113 del Código, de acuerdo con el artículo 14 del Código
de Minería, hace referencia al artículo14 del Código, referido a la facultad de catar y cavar
establecida en favor de toda persona. El ordenamiento jurídico le reconoce inclusive la
posibilidad de solicitarla judicialmente en caso de oposición del dueño del predio superficial,

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con la correspondiente indemnización, salvo en aquellos casos a los que se refiere el inciso
final del artículo 15 del Código de Minería.

El Artículo 15 del Código se refiere a la libertad de catar y cavar, señalando que es posible catar
y cavar, libremente, en terrenos abiertos e incultos, quienquiera sea su dueño, pero agrega que
en los demás terrenos, es decir, los que están cerrados y cultivados, o cerrado e incultos, o
abiertos pero cultivados, es necesario siempre contar con el permiso escrito del dueño del
suelo, o de su poseedor, o de su tenedor. Lo destacable es que no refiere unicamente al dueño
del predio superficial, sino que se extiende a la posibilidad de solicitar autorización a otras
personas que no sean necesariamente el dueño del predio, pero que si detentan algún justo
título de ocupación del suelo, que le confiera la posesión o le permita detentar a título de mera
tenencia.

El espíritu de la norma concuerda con los principios que informan nuestro derecho minero,
que buscan además de la pronta constitución de la propiedad minera, la ejecución efectiva de la
actividad minera, detrás de la cual, existe un interés público en su desarrollo.

Por otra parte, y volviendo al artículo 15 del Código de Minería, se señala que en el caso que el
dueño del suelo en el que se pretende catar y cavar sea la Nación (entiéndase el Estado o Fisco)
o la Municipalidad, el permiso deberá solicitarse al gobernador o alcalde respectivo según
corresponda y en caso de negativa por parte de la persona o funcionario, o a quien
corresponda otorgar el permiso, o de obstáculo al ejercicio de la facultad señalada en el inciso
primero (catar y cavar en terrenos abiertos e incultos), podrá ocurrirse al juez para que
resuelva.

Finalmente y como señalamos, cuando en el predio superficial se emplazan casas y sus


dependencias o de terrenos plantados de vides o de árboles frutales, sólo el dueño puede
otorgar el permiso, es decir, se trata de casos en los cuales no procede la autorización
subsidiaria del juez, ni vale autorización alguna que sea entregada por el poseedor o tenedor del
suelo.

Con todo debemos tener claridad, en cuanto a que en opinión de la doctrina, el dominio sobre
el predio superficial es superior en cuanto a prerrogativas de ocupación del suelo y del
subsuelo, por las siguientes razones: es un dominio originario, con destino económico, es
pleno y en su esencia existe conexión directa entre el derecho y el inmueble en cuanto objeto;
respecto de la territorialidad es completa, por cuanto se extiende dentro de la extensión de sus
deslindes al suelo y subsuelo; es un dominio perpetuo versus el dominio concesional minero,
que por ejemplo aún cuando en el caso de las pertenencias es de carácter indefinido, en la
realidad su vigencia está supeditada a la existencia y agotamiento de los yacimientos yes además
condicional (sujeto al pago de una patente). Lo anterior, sin dejar de lado que al igual que la
concesión minera, goza de la protección consitucional del derecho de propiedad.

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d) Cuarto principio: Corresponde a la ley (ley orgánica constitucional de concesiones


mineras) determinar qué sustancias de aquellas a que se refiere el inciso precedente,
exceptuados los hidrocarburos líquidos o gaseosos, pueden ser objeto de concesiones
de exploración o de explotación

Corresponde a la ley determinar que sustancias pueden ser objeto de concesiones, pero
exceptúa desde ya determinadas sustancias, lo que constituye la denunciabilidad o
concesibilidad de sustancias minerales.

El inciso 7° del N° 24 del artículo 19 de la Constitución señala: “Corresponde a la ley determinar


qué sustancias de aquellas a que se refiere el inciso precedente, excptuados los hidrocarburos líquidos o gaseosos,
pueden ser objeto de concesiones de exploración o de explotación.”

Si bien este inciso, no señala expresamente que deba tratarse de una ley orgánica
constitucional, en su momento el proyecto de ley orgánica sobre concesiones mineras, fue
objeto de requerimiento de inconstitucionalidad, al establecer éste cuáles sustancias debián ser
o no consideradas concesibles. Los requirentes eran de la opinión de que bastaba una ley
ordinaria, puesto que la Constitución no distinguía. Se dicta en consecuencia la sentencia del
Tribunal Constitucional del 26 de diciembre de 1981, la cual rechazó finalmente el
requerimiento por cuanto:

i) Suponer que el constituyente reservó al dominio de la ley común la determinación de


las substancias concesibles y a una Ley Orgánica Constitucional el régimen jurídico
que regula la concesión sería una incongruencia entre el núcleo esencial y el supuesto
necesario.

ii) Hacer la distinción atenta contra clásicos principios de hermenéutica jurídica.

La norma del inciso 7° del N° 24 del artículo 19 de la Constitución debe ser concorda do con la
norma del artículo 3° inciso 2° de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras, que
establece como regla general que son concesibles todas las sustancias minerales metálicas y no
metálicas. No obstante, como caso especial se refiere en su inciso 3° a los desmontes, escorias
y relaves señalando: “Las sustancias minerales concesibles contenidas en desmontes, escorias o relaves,
abandonadas por su dueño, son susceptibles de concesión minera junto con las demás sustancias minerales
concesibles que pudieren existir en la extensión territorial respectiva.”

En esta materia, debemos tener igualmente presente la existencia de ciertas sustancias que si
bien son concesibles, la ley las ha declarado de valor estratégico, tales como el Torio y el
Uranio, situaciones a las que ya nos hemos referido y que establecen en un derecho de primera
opción en favor del Estado, conforme se regula en el artículo 15 de la Ley Orgánica
Constitucional de Concesiones Mineras.

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Respecto de aquellas sustancias que no son susceptibles de concesión o no concesionables, de


acuerdo con el artículo 3° inciso 4° de la ley orgánica constitucional de concesiones mineras, se
declarán como tales los hidrocarburos líquidos y gaseosos, el litio y ciertos yacimientos.
Idéntica disposición establece la Carta Fundamental en el comentado artículo 19 n° 24 inciso
7°, pero no menciona al Litio lo que sólo hace la Ley Orgánica.

Finalmente, de acuerdo al inciso 5° del artículo 3° de la ley orgánica, no se consideran


sustancias minerales las arcillas superficiales, las arenas rocas y demás materiales aplicables
directamente a la construcción, todas las cuales se rigen por el derecho común, es decir, son del
dueño del terreno superficial. Se trata según vimos con anterioridad del derecho de aridos.
Estos, los áridos, tienen una situación especial, que es la del artículo 117 del Código de
Minería, referido a la explotación separada.
Al efecto, dispone el artículo 117: “Si el titular de una pertenencia aprovecha en explotación separada, las
sustancias mencionadas en el inciso primero del artículo 13, quien tenga derecho a ellas podrá exigir su entrega,
pagando los costos de extracción, mientras se encuentren en el predio de donde provienen, sin perjuicio de la
responsabilidad penal a que haya lugar.”

De acuerdo con el artículo 13 inciso 1° del Código de Minería no se considerarán sustancias


minerales y, por tanto, no se rigen por el mismo Código, las arcillas superficiales y las arenas,
rocas y demás materiales aplicables directamente a la construcción. Por tanto, conforme a la
regla del artículo 117, en el que caso que un concesionario de explotación haya encontrado
dentro de su pertenencia alguna de estas sustancias que puedan ser aprovechadas
económicamente, le pueden ser solicitadas por el dueño del predio superficial, caso en el cual
está obligado a su entrega, pero gozando del derecho a que se le reembolsen los gastos de
extracción.

Igualmente debemos concordar el inciso 7° del N° 24 del artículo 19 de la Constitución, con el


artículo 5° inciso 4° de la ley orgánica constitucional de concesiones mineras que señala que si
el Estado estimare necesario ejercer las facultades de explorar con exclusividad y explotar
sustancias concesibles, deberá actuar por medio de empresas de las que sea dueño o en las
cuales tenga participación, que constituyan o adquieran la respectiva concesión minera y que se
encuentren autorizadas para tal efecto de acuerdo con las normas constitucionales vigentes,
haciendo clara alusión al artículo 19 N°21 de la Constitución. Según ésta el Estado puede
desarrollar actividades empresariales –como explorar y explotar sustancias concesibles, a través
de concesiones mineras– con aprobación previa de ley de quórum calificado. En tal caso, estas
actividades quedan sometidas a la legislación común, según la cual, el Estado actuá como un
privado más, sin ningún tipo de privilegio.

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e) Quinto principio: Las concesiones mineras se constituyen por resolución judicial y


es competencia exclusiva de los tribunales ordinarios declarar extinción o caducidad y
resolver controversias al respecto

Según el mismo inciso 7° del N° 24 del artículo 19 de la Constitución dichas concesiones se


constituirán siempre por resolución judicial y tendrán la duración, conferirán los derechos e
impondrán las obligaciones que la ley exprese, la que tendrá el carácter de orgánica
constitucional.

Según comentamos hace un momento, al señalar esta parte de la norma constitucional que el
régimen de la propiedad concesional minera quedaría entregado a una ley orgánica
constitucional, se entendió por el Tribunal Constitucional, por un asunto de hermenéutica, ese
mismo tipo de norma debía encargarse de determinar la denunciabilidad de las sustancias
minerales, pues de otro modo sería un absurdo que el objeto sobre el cual recae la concesión
(las sustancias minerales) quedará entregado a una norma de rango inferior como la ley común
, la cual es de fácil modificación, y aquella que establece el régimen de derechos y obligaciones
conducentes al aprovechamiento de dichas sutancias, lo fuera por una ley orgánica
constitucional.

Volviendo a este principio según el cual, corresponde a los tribunales de justicia dictar las
sentencias que constiuirán el título concesional, o dicho de otro modo, otorga r las concesiones
mineras, la norma constitucional es categórica, en cuanto señala que las concesiones se
constituirán siempre por resolución judicial y no existe excepción al respecto. Por su parte el
inciso 8° precisa que es de competencia exclusiva de los tribunales ordinarios de justicia
declarar la extinción de tales concesiones y en ese sentido, de acuerdo con el artículo 37 del
Código de Minería es competente para intervenir en la gestión de constitución de las
concesiones mineras el juez de letras en lo civil que tenga jurisdicción sobre el lugar en que se
encuentre ubicado el punto medio señalado en el pedimento, o el punto de interés indicado en
la manifestación.

De igual forma, estos jueces conocen de las controversias que se produzcan respe cto de la
caducidad o extinción del dominio sobre la concesión y de igual forma, en caso de caducidad el
afectado puede requerir a la justicia la declaración de la subsistencia de su derecho.

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f) Sexto principio: Las concesiones mineras tendrán la duración, conferirán los


derechos e impondrán las obligaciones que la ley – orgánica constitucional determine

De acuerdo con el inciso 7° del N° 24 del artículo 19 de la Constitución, en lo pertinente se


señala que “Dichas concesiones … tendrán la duración, conferirán los derechos e impondrán las obligaciones
que la ley exprese, la que tendrá el carácter de orgánica constitucional.”

Esta dispoisición debe concordarce con el artículo 2° de la ley orgánica constitucional de


concesiones mineras que define a la concesión minera como un derecho real, inmueble,
oponible al Estado y cualquier persona; transferible, transmisible y susceptible de cualquier
acto y contrato; se rige supletoriamente por normas del Código Civil, salvo en lo no
compatible con la ley orgánica de concesiones mineras y el Código de Minería.

Por su parte el artículo 4° de la ley orgánica señala que las concesiones son divisibles intelectual
o de cuota, lo que da lugar a la Sociedad Legal Minera señala en el artículo 173 del Código de
Minería. Asimismo, digamos que en el Título II de la Ley Orgánica Constitucional, artículos 7
al 11 se establece el catálogo de derechos del concesionario minero y en el Título III de la
misma ley, artículos 12 al 16 el catálogo de obligaciones.

Con respecto a la vigencia de la concesión el artículo 17 de la ley orgánica señala que la


concesión de exploración tiene una duración temporal de 2 años prorrogablehasta 4 años; y la
concesión de explotación es de duración indefinida.

g) Séptimo principio: La concesión minera obliga a desarrollar la actividad necesaria


que justifica su otorgamiento y que se traduce en el régimen de amparo, que deberá
establecerse también por ley orgánica. Su incumplimiento acarreará la caducidad de la
concesión

Se establece en el mismo inciso 7° de la disposiciónde la carta fundamental, y señala: “La


concesión minera obliga al dueño a desarrollar la actividad necesaria para satisfacer el interés público que
justifica su otorgamiento. Su régimen de amparo será establecido por dicha ley, tenderá directa o indirectamente a
obtener el cumplimiento de esa obligación y contemplará causales de caducidad para el caso de incumplimiento o
de simple extinción del dominio sobre la concesión. En todo caso, dichas causales y sus efectos deben estar
establecidos al momento de otorgarse la concesión”.

Lo anterior se relaciona con el régimen de amparo de la propiedad minera, a la cual se refiere el


artículo 12 de la ley orgánica constitucional de concesiones mineras, que señala que el regimen
de amparo consiste en el pago de una patente anual y anticipada a beneficio fiscal, en la forma

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y monto fijado por el Código de Minería. En consecuencia, podría modificarse en virtud de


una ley simple o común.

Históricamente se han dado dos tipos de amparo en Chile:

a) Amparo por el trabajo: su parámetro se fija en razón del número de trabajadores, las tonales
de mineral extraídas, hacer ciertas inversiones en la mina, etc. Para objetivizar esta materia se
estableció un catálogo para ser justo con el régimen de amparo, pero considerando siempre el
mercado internacional en conjunto con el régimen de amparo.

El problema que presenta este amparo, es el hecho que la calificación queda entregada a la
discrecionalidad de la autoridad administrativa, con la cual es difícil evitar las discriminaciones.

b) Pago de la patente minera anual: el parámetro de ella dice relación con el tipo de mineral y el
número de hectáreas que se poseen bajo concesión minera.

Este es un amparo indirecto pues contempla causales de caducidad en caso de incumplimiento


o de simple extinción del dominio sobre la concesión.

La ley orgánica constitucional de concesiones mineras en su artículo 12 establece el régimen de


amparo por el pago de patente, fijando además una sola causal de caducidad en el artículo 18
letra a), la cual no es una causal automática, porque requiere incumplimiento en el pago y
resolución judicial que declare terreno franco, ó sea, sin concesión, por no haber concurrido
postores en el remate de la concesión.

En relación con el sistema de amprado minero, debe tenerse presente el artículo 243 del
Código de Minería, que establece un procedimiento para obtener una presunción de derecho
del debido amparo, como forma de mantener las concesiones anteriores al año 1983, debido al
problema de la causal de caducidad automática que contemplaba el Código de 1932, frente a la
cual era necesario contar con todos los comprobantes de pago de la patente (que cubran todo
el periodo de vigencia de la concesión).

h) Octavo principio: garantía constitucional del derecho de propiedad sobre la


concesión

El inciso 9° señala del N° 24 del artículo 19 de la Carta Fundamental señala: “El dominio del
titular sobre su concesión minera está protegida por la garantía constitucional de que trata este número. ”

Por su parte concuerda con la disposición constitucional el artículo 6 de la ley orgánica que
precribe que “El titular de una concesión minera judicialmente constituida tiene sobre ella derecho de
propiedad, protegido por la garantía del número 24 del artículo 19 de la Constitución Política.

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La privación de las facultades de iniciar o continuar la exploración, extracción y apropiación de las sustancias
que son objeto de una concesión minera constituye privación de los atributos o facultades esenciales del d ominio
de ella.”

Lo anterior da lugar al derecho a reclamar la legalidad de un acto expropiatorio; a reclamar el


derecho a indemnización por el daño patrimonial efectivamente causado, que en el caso de la
concesión de explotación se señala específicamente en qué consiste. Por tanto según el tipo de
concesión de que se trate, estará en el artículo 10 N°4 (concesión de exploración) o bien en el
artículo 11 N° 3 (concesión de explotación), ambos de la ley orgánica constitucional de
concesiones mineras.

“Artículo 10.- El concesionario de exploración tiene derecho exclusivo: N° 4.- A ser indemnizado, en caso de
expropiación, por el daño patrimonial que efectivamente se le haya causado.”

“Artículo 11.- El concesionario de explotación tiene derecho exlusivo: N° 3.- A ser indemnizado, en caso de
expropiación de la concesión, por el daño patrimonial que efectivamente se le haya causado, que consiste en el
valor comercial de las facultades de iniciar y continuar la extracción y apropiación de las sustancias que son
objeto de la concesión. A falta de acuerdo, el valor de dicho daño será fijado por el juez, previo dictamen de
peritos. Los peritos, para los efectos de la determinación del monto de la indemnización, establecerán el valor
comercial de la concesión, calculando, sobre la base de las reservas de sustancias concedidas que el expropiado
demuestre, el valor presente de los flujos netos de caja de la concesión .”

Esta disposición, hace referencia es la garantía del inciso tercero del N° 24 del artículo 19 de la
Constitución Política de la República.

Los patrimonialistas postulan, que no deben de ser considerados los minerales no extraídos
para efectos de determinar el daño patrimonial efectivamente causado, porque los minerales
son aún propiedad del Estado, y en opinión de ellos, el Estado no puede indemnizar al
concesionario minero, algo que le pertenece al mismo Estado, es decir, los minerales que no
han sido extraidos aún, puesto que el título concesional sólo da derecho a explorar o explotar,
según sea el caso, y hacerse dueño de los minerales que vaya extrayendo.

Se critica a la Ley Orgánica Constitucional de concesiones mineras la cual en este aspecto, en


su artículo 11 N°3 señala que el concesionario tiene derecho a indemnización por el daño
patrimonial efectivamente causado consistente en el valor comercial de la facultad de iniciar y
continuar la extracción de sustancias, de modo que como hemos dicho engloba a las sustancias
no extraídas, correspondiendo a los peritos determinar el valor comercial de la concesión,
considerando el valor presente de los flujos netos de caja.

En la opinión contraria, que señala que la afirmación de los patrimonialistas no es correcta, se


encuentran las siguientes razones:

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a) La concesión incluye el derecho básico a extraer minerales y a su aprovechamiento, por tal


razón es un sin sentido el pretender no considerar estos minerales al momento de evaluar el
daño patrimonial efectivamente causado.

b) Existen razones de historia fidedigna en la comisión Ortuzar respecto de la discusión


existente respecto al alcance de la expresión “dominio eminente” y del “dominio patrimonial”
en la Constitución Política y especialmente en los que es indemnizable. Se sostuvo al respecto
que era necesario asegurar determinados derechos del expropiado y entre ellos los minerales
aún no extraídos, porque respecto de ellos existe un derecho de extracción.

c) Por otra parte, en nuestra opinión creemos conveniente señalar que el legislador en este
punto, quizo también dar una señal, especialmente a los inversionistas extranjeros, y hacer
atractivo para ellos que vinieran a invertir en Chile, debido al temor por el recuerdo de lo
ocurrido con ocasión de la nacionalización de cobre, con la dictación de la ley 17.450 que
reformó el artículo 10 N° 10 de la Constitución de 1925.

i) Noveno principio: Dominio patrimonial del Estado sobre las sustancias minerales y
los yacimientos inconcesibles

Se encuentra en el inciso 10° que señala: “La exploración, la explotación o el beneficio de los yacimientos
que contengan sustancias no susceptibles de concesión, podrán ejecutarse directamente por el Estado o por sus
empresas, o por medio de concesiones administrativas o de contratos especiales de operación, con los requisitos y
bajo las condiciones que el Presidente del a República fije, para cada caso, por decreto supremo. Esta norma se
aplicará también a los yacimientos de cualquier especie existentes en las aguas marítimas sometidas a la
jurisdicción nacional y a los situados, en todo o en parte, en zonas que, conforme a la ley, se determinen como de
importancia para la seguridad nacional. El Presidente de la República podrá poner término, en cualquier
tiempo, sin expresión de causa y con la indemnización que corresponda, a las concesiones administrativas o a los
contratos de operación relativos a explotaciones ubicadas en zonas declaradas de importancia para la seguridad
nacional”.

En este inciso se hace referencia a las sustancias que son concesibles y no concesibles, y
respecto de las no concesibles ellas pueden ser explotadas por el Estado, sus empresas, o a
través de concesiones administrativas y por contratos especiales de operación, cumpliendo los
requisitos y las condiciones fijadas por el Presidente de la República.

Finalmente, señala aquellos lugares en los cuales no es posible el desarrollo minero: aguas
marítimas sometidas a la jurisdicción nacional y zonas que conforme a la ley se consideran de
importancia para la seguridad nacional.

Este inciso debe ser concordado con la norma del artículo 3° inciso 4° de la Ley Orgánica
Constitucional de Concesiones Mineras.

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3.2. LA FACULTAD DE INVESTIGAR – FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

La búsqueda de nuevos yacimientos minerales y reservas es una cuestión fundamental para la


actividad extractiva en la mineria. Esta búsqueda puede realizarse previa constitución de una
concesión minera de exploración, o de explotación (que lleva implícita dentro de los límites de
su concesión, la facultad de explorar), o bien sin ningún título concesional.

En este último caso, el interesado en la búsqueda de yacimientos sólo se limita a ejercer una
facultad que la Constitución y el Código de Minería establecen en favor de cualquier persona,
cuál es la facultad de catar y cavar. La misma Carta Fundamental señala en el artículo 19 N° 24
inciso 6° que los predios superficiales están sujetos a las obligaciones y limitaciones que la ley
señale para facilitar la exploración, explotación y el beneficio de las minas.

Si bien, puede investigarse y explorar sin título concesional, dejemos en claro que esta facultad
no otorga ningún tipo de preferencia, ni exclusividad para solicitar posteriormente una
concesión de exploración o de explotación, ni aún cuando se ejerce en suelo propio, ni mucho
menos autoriza para efectuar trabajos de explotación o para enajenar los minerales que puedan
ser encontrados en las faenas de cateo.

3.2.1. FACULTAD DE CATAR Y CAVAR

Esta facultad asiste a toda persona natural o jurídica chilena o extranjera para abrir y examinar
la tierra en busca de mineral. El artículo 7 de la ley orgánica se refiere a ella, pero sólo en
relación con el concesionario minero, de modo que esta facultad se encuentra reglada sólo en
el Código de Minería, que la señala en el inciso 2° del artículo 1°, y en los artículos 14, 15, 16 y
19 del mismo.

El límite a esta facultad está dado por la prohibición de ejercerla dentro de los límites de una
concesión minera ajena, sea de exploración o de explotación conforme el artículo 14 inciso 1°
del Código, menos que el titular de dicha concesión lo autorice.

Asimismo, los perjuicios que se causen al dueño del predio superficial con ocasión del ejercicio
de esta facultad, deben indemnizarse, y el monto se determina en el juicio sumario a que se
refiere el artículo 233 del Código de Minería, junto con la solicitud de constitución de
servidumbre, cuya autorización no podrá exceder de 6 meses.

Con todo, es necesario para deterninar los requisitos de procedencia de la facultad de catar y
cavar, tener claridad acerca de los terrenos en lo que se pretender efectuar las labores. Se
distingue tradicionalmnete entre terrenos de cateo libre, cateo reglamentado y de cateo
prohíbido.

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a) Terrenos de cateo libre: en ellos se puede catar y cavar libremente con fines mineros y sin
permiso de persona alguna. No se requiere permiso ni autorización, lo que es posible en
terrenos abiertos e incultos, quien quiera que sea su dueño conforme señala el artículo 15
inciso 1° del Código.

En la evantualidad de que exista oposición al ejercicio de la facultad, el afectado con l a


oposición puede solicitar al juez para que resuelva conforme dispone el artículo 15 inciso 3°
del Código de Minería, según el procedimiento sumarísimo señalado en el artículo 235 del
Código de Minería. El juez competente será el juez civil con jurisdicción en el territorio del
lugar donde se quiere investigar o ejercer la facultad de catar y cavar, conforme a la
interpretación que resulta de los artículo 580 del Código Civil, y 45 N° 2 letra b) y 135 del
Código Orgánico de Tribunales.

b) Terrenos de cateo reglamentado: son aquellos en los que se puede catar y cavar, pero siempre que
se cuente con permiso o autorización por escrito del dueño del suelo o de su poseedor o su
tenerdor. Se trata en contraposición a la regla del cateo libre, de lugares cerra dos y cultivados,
los cerrados incultos y los abiertos cultivados. Según vimos en su momento, cuando el dueño
es la Nación (terrenos fiscales) o una Municipalidad, debe solcitarse el perniso o autorización
del Gobernador o del Alcalde, según corresponda.

En caso de negativa de la persona o funcionario a quien corresponda otorgar la autorización,


el interesado puede ocurrir ante el juez para que resuelva el conflicto, conforme al mismo
procedimiento sumarísimo del artículo 235 y en cuanto a la competencia del juez, aplica la
misma regla ya señalada con ocasión del cateo libre.

c) Terrenos de cateo prohibido: son aquellos en los que no se puede catar y cavar forma alguna, a
menos que el dueño otorgue permiso escrito y de forma expresa.

Sólo es posible catar y cavar con el permiso del dueño, sin que sea posibnle obtener
autorización supletoria alguna, es decir, no es posible pedirla ni del juez, ni de ninguna otra
autoridad conforme dispone el artículo 15 inciso 2° y final del Código de Minería. Bajo esta
premisa, el dueño puede solicitar todo tipo de condiciones para otorgar el permiso. Además,
son lugares de cateo prohibido las casas habitaciones y sus dependencias, y los terrenos
plantados con vides o árboles frutales.

Con relación al permiso del juez, en los casos en que éste procede, debe fijar en la Resolución
el número de personas que podrá emplearse en la búsqueda de sustancias minerales,
comprendiendo siempre las siguientes obligaciones:

a) Que las labores se efectuen cuando no haya frutos pendientes en el terreno;

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b) Que el tiempo de realización de las faenas de busqueda de mineral no exceda de 6 meses,


contados desde la fecha en que se otorgue el permiso; y

c) Que el solicitante indemnice todo daño que cause con las labores o con ocasión de ellas,
debiendo rendir previamente caución calificada por el juez, a fin de asegurar el resultado de
esta obligación. Si el solicitante no pudiere ejecutar las labores en el palzo señalado, como por
ejemplo, en el caso que existieren frutos pendientes, el juez podrá diferir la autorización para
otra época conforme dsipone el artículo 16 inciso 2° del Código de Minería.

Es necesario advertir que los permisos necesarios en los casos de cateo reglamantado o
prohíbido, lo son sólo para poder ejercer la facultad de catar y cavar, pero no para solicitar el
otorgamiento de concesiones mineras.

¿Qué autoriza hacer la facultad de catar y cavar?

a) A examinar la tierra y abrirla para investigar en búsqueda de sustancias minerales;

b) A imponer transitoriamente sobre los predios superficiales las servidumbres que sean
necesarias para la búsqueda de sustancias minerales, las que se entienden referidas a las
servidumbres legales mineras del artículo 120 del Código de Minería, las que no pueden
exceder igualmente de 6 meses. Esta se servidumbre se regula de acuerdo con lo previsto en
los artículos 122 a 125 del Código.

3.2.2. FACULTAD DE INVESTIGAR DESDE FUERA DEL TERRENO

Esta facultad, es sin perjuicio de la facultad de catar y cavar, y se tiene para buscar minerales en
terrenos de cualquier dominio, empleando desde fuera del terreno, equipos, máquinas u
objetos con tal finalidad. Se encuentra tratada en el artículo 20 del Código de Minería.

Esta facultad igualmente se reconoce a toda persona y tiene como límite el que no puede
efectuarse dentro de los límtes de una concesión ajena, e menos, que su títular lo permita.

3.2.3. EJECUCIÓN DE LABORES MINERAS EN CIERTOS LUGARES

Se trata de situaciones en las que se exige permiso, con el fin de proteger intereses de carácter
colectivo y dicen relación con cualquier tipo de labor minera, es decir, sea que se trate de
labores de investigación, exploración o explotación y sea o no que cuente con título
concesional, es decir, sea sólo para el ejercicio de la facultad de catar y cavar, o bien, dentro del
contexto del ejercicio de derechos que emanen de una concesión.

Esta sistuaciones y sus correspondientes permisos, se tratan en el artículos 17 del Código de


Minería, y son sin perjuicio del permiso a que se refiere el artículo 74 del Código Sanitario y los
permisos a que se refiere el artículo 15, los que son acumulativos.

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Asimismo, si bien estos permisos son necesarios para efectuar labores mienras en los lugares
que se indica, no lo son para solicitar la constitución de concesiones mineras.

El artículo 17 se refiere a los permisos que debe otorgar el gobernador, intendente respectivos,
el Director de Fronteras y Límites, del Ministerio de Defensa Nacional y del Presidente de la
República en cada uno de los casos allí señalados (ver artículo 17 del Código de Minería).

Por su parte el mencionado artículo 74 del Código Sanitario señala que no se pueden ejecutar
labores mineras en lugares en los que se han alumbrado aguas subterráneas en terrenos
particulares ni en aquellos lugares en los que la explotación pueda afectar el caudal o la calidad
natural del agua, sin previa autorización del Servicio Nacional de Salud, el que debe fijar las
condiciones de seguridad y el area de protección de la fuente o caudal correspondiente.

3.3. LA CAPACIDAD PARA ADQUIRIR DERECHOS MINEROS

Se encuentra tratada en los artículos 22 al 25 del Código de Minería y artículo 5° inciso 2° de la


ley orgánica constitucional de concesiones mineras.

En términos generales la capacidad es “la aptitud para adquirir y ser titular de derechos, obligaciones y
poder ejercerlos”. Como sabemos, la capacidad puede ser de dos tipos: de Goce que es la
existente respecto de toda persona en cuanto atributo de la personalidad; y de ejercicio qu e
existe sólo en la medida que los sujetos no estén afectados por una causal de incapacidad, es
decir, sean capaces de ejercicio.

De allí es que la regla general sea la capacidad, conforme se infiere del artículo 1.446 del
Código Civil, de modo que la excepción es la incapacidad, conforme al artículo 1.447 del
mismo Código. A su turno, las incapacidades son de dos tipos: las absolutas y relativas.

i.- Absolutas: encontramos la situación del demente interdicto, impúberes y los sordomudos
que no pueden darse a entender por escrito.

ii.- Relativas: Menores adultos y los disipadores interdictos.

La diferencia entre ambas incapacidades, es que respecto de la relativa, los sujetos afectos a
ellas pueden actuar por sí mismos autorizados por su representante legal y los absolutamente
incapaces no pueden ejecutar actos por si mismos ni aún con autorización.

A lo anterior, en materia minera debemos sumar las normas de incapacidad relativa del artículo
24 del Código de Minería que se refiere a los menores adultos, las mujeres casadas en régimen
de sociedad conyugal y a los disipadores sujetos a interdición, quienes pueden hacer
pedimentos o manifestaciones sin necesidad del consentimiento o autorización de sus
respectivos representantes legales. Esta facultad no se extiende a los tramites posteriores a la

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manifestación y su razón se ser obedece a que la manifestación o pedimento no le perjudica y


se quiere privilegiar la rapidez del negocio minero.

Igualmente encontramos normas especiales sobre incapacidades especiales o prohibiciones.


Para ello, previamente digamos que la regla general se encuentra en el artículo 22 inciso 1° del
Código de Minería, según el cual, toda persona puede hacer manifestaciones o pedimentos;
adquirir concesiones mineras en trámite o constituidas; adquirir cuotas en concesiones mineras;
adquirir acciones en sociedad regidas por el Código (Sociedades Contractuales SCM y
Sociedades Legales Mineras SLM).

La excepción se encuentra en el artículo 22 inciso 2° del Código que señala determinados actos
en materia minera que no pueden ser ejecutados por cualquier persona, por ejemplo:

a) Ministros de corte, jueces de letras, secretarios y conservadores de minas respecto de


concesiones ubicadas dentro de sus territorios jurisdiccionales;

El fundamento de esta norma es proteger la fe pública, y se trata de una prohibición de


carácter territorial local.

b) Los funcionarios del Estado que intervengan en los procedimientos de concesión, o


aquellos que tengan acceso directo a la información de carácter geológic o o de
descubrimientos, aún después de un año en la cesación de sus cargos, por ejemplo,
funcionarios de SERNAGEOMIN. Se trata de una prohibición de carácter nacional.

c) El cónyuge no divorciado y el hijo de familia de las personas mencionadas anteriormente.

El fundamento es la cercanía que existe con estas personas, lo que podría traducirse en evadir
la norma. Es por tanto, una norma de relación.

Encontramos igualmente una contra-excepción en el artículo 22 inciso final del Código


referido a que la prohibición no se aplica en caso de que se adquieran los derechos mineros en
una sucesión por causa de muerte; o en un título anterior al hecho que origina la prohibición.

El artículo 23 del Código sanciona la infracción a las normas de capacidad o prohibición del
artículo 22 de la siguiente forma:

a) Quien denuncia la infracción al tribunal, adquiere los derechos debatidos;

b) Tratándose de los miembros del poder judicial (Artículo 22 N°1) y los funcionarios públicos
(Artículo 22 N°2) se establecen además una pena de inhabilitación especial.

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UNIDAD 4.- LA CONCESIÓN MINERA

4.1. INTRODUCCIÓN

La concesión minera se analiza desde tres puntos de vista:

a) Como acto de concesión, esto es, como el desprendimiento por parte del Estado de la
concesión, mediante la cual entrega el derecho a explorar o explotar los yacimientos;
b) Como derecho de concesión , análisis enfocado desde el punto de vista del concesionario.
c) Como unidad espacial que configura la concesión minera, en la medida en que, el derecho,
se ejerce dentro de un determinado espacio, dentro de sus límites.

4.1.1. LA CONCESIÓN COMO ACTO DE CONCESIÓN O ACTO CONCESIONAL

En cuanto acto concesional, es un “acto de autoridad en cuya virtud, el Poder Judicial, declara constituido
en favor de quien lo solicita y cumpla los requisitos del caso, el derecho a investigar o explorar, o bien el de
extraer o apropiarse, de las sustancias minerales que la ley señala como susceptibles de dichos derechos”.

Es por tanto, un acto emanado del Poder Judicial y, por lo tanto, no hay injerencia decisoria de
la autoridad administrativa. Asimismo, como la concesión se constituye por sentencia judicial la
seguridad jurídica del título se obtiene a través del efecto de cosa juzgada. En ese sentido no es
precario ni revocable como los actos administrativos.

Es igualmente un acto no discrecional, en la medida en que se si se cumple con los requisitos


objetivos e impersonales que establece la ley, el juez se encuentra en la obligación de dictar una
sentencia constitutiva.

En relación con lo anterior, debemos mencionar que no se trata de un acto intuito personae,
debido a que se crea un derecho que es transferible y que, por lo tanto, no esta ligado a quien
se otorgó originariamente, en cambio los actos administrativos son, por regla general, intuito
personae. Esto además, es concordante con su carácter de derecho real inmueble.

4.1.2. DERECHO DE CONCESIÓN MINERA

Como concepto legal, este se encuentra en el artículo 2 del Código de Minería que
señala: “La concesión minera es un derecho real e inmueble distinto del dominio del predio superficial,
aunque tenga un mismo dueño; oponible al Estado y a cualquier persona; transferible y transmisible;
susceptible de hipoteca y otros derechos reales y, en general, de todo acto o contrato; y que se rige por las
mismas leyes civiles que los demás inmuebles, salvo en lo que contraríen a ala Ley Orgánica
Constitucional o del presente Código.”

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La misma disposición se encuentra en el artículo 2 de la Ley Orgánica Constitucional de


Concesiones Mineras.

Asimismo como concepto doctrinario se señala: que consiste en un “derecho real e


inmueble que otorga a su titular las facultades exclusivas de explorar las sustancias minerales
concesibles que se encuentren dentro de sus límites, si se trata de una concesión de exploración, y a
explotar dichas sustancias y hacerse dueño de los minerales que se extraigan, si es de explotación”.

Finalmente digamos que las concesiones pueden ser de dos tipos:

a) Concesión de exploración; y

b) Concesión de explotación o pertenencia minera

La primera concede los derechos de investigar y explorar, mientras que la segunda, otorga los
de explorar, explotar y hacerse dueño de los minerales que se extraigan.

En aquellos casos en los que el Código de Minería emplé el vocablo concesión, sin distinguir,
quiere decir que se está refiriendo a ambas.

4.1.3. LA CONCESIÓN COMO UNIDAD ESPACIAL

Este enfoque de análisis de la concesión se encuentra tratado en el artículo 28 del Código de


Minería y estará referido a la forma, orientación, cabida y dimensiones de las concesiones
mineras.
4.1.3.1. La forma: Para un mejor entendimiento de este punto se deben conocer básicamente
tres disposiciones, a saber el Artículo 3 inciso 1° de la Ley Orgánica; Artículo 28 del Código
de Minería y Artículo 8 del Reglamento del Código.

En lo pertinente el Artículo 3 de la ley orgánica señala, refiriéndose a la forma de la concesión


“... la cual consiste en un sólido cuya profundidad es indefinida dentro de los planos verticales que la limitan ”

A su turno el Artículo 28 inciso 1° del Código señala: “La extensión territorial de la concesión minera
configura un sólido cuya cara superior es, en el plano horizontal, un paralelogramo de ángulos rectos, y cuya
profundidad es indefinida dentro de los planos verticales que la limitan, el largo o el ancho del paralelogramo
deberá tener orientación U.T.M. norte sur”.

Para un adecuado análisis de estas disposiciones, es necesario saber con exactitud que se
entiende con la expresión un sólido. Al efecto debemos comprender a un objeto material de
tres dimensiones, esto es, ancho, alto (o profundidad) y largo.

¿Qué entender por la expresión “cuya cara superior es, en el plano horizontal, un
paralelogramo de ángulos rectos?
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Se refiere, precisamente a esta cara del paralelepipedo

Finalmente el artículo 8 del Reglamento del Código de Minería señala que para los efectos del
artículo 28 del Código de Minería, las expresiones ‘plano horizontal’ y ‘horizontalmente’ se
entienden referidas a las proyecciones U.T.M.

La finalidad de esta norma es lograr explicar las dimensiones de la concesión minera, sin tomar
en consideración los relieves de la superficie ejemplo:

Monte

Depresión

Asi también digamos que las proyecciones U.T.M. no toman en consideración ni los cerros, ni
las depresiones en los terrenos que forman parte de la concesión. A su vez, por paralelogramo
debemos entender un cuadrilátero cuyos lados opuestos son paralelos con ángulos rectos de
modo que desde el aire las concesiones se observan como cuadrados o rectángulos. De otra
forma el acto de concesión adolecería de nulidad.

Surge entonces la pregunta ¿hasta dónde llega la profundidad?

La ley responde a estas interrogantes diciéndonos cuya profundidad es indefinida dentro de los
planos verticales (paredes del paralelogramo) que la limitan’.

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Luego tenemos entonces; que las paredes del paralelogramo se deberán intersectar en algún
momento, y ese momento ocurre, precisamente, en el centro mismo de la tierra, como lo
muestra la siguiente imagen:

Profundidad de la
Concesión

Centro de la tierra

Finalmente se observa que la concesión no es más que una pirámide invertida y respecto de la
forma tenemos que nuestra legislación sigue el sistema recto o mejicano en oposición al
sistema oblicuo o anglosajón que sigue a la veta.

Sistema recto Sistema oblicuo

Hasta el centro de la tierra

En este sistema la concesión sigue la misma


orientación que la veta

La razón por la cual nuestro ordenamiento jurídico adopto finalmente el sistema mejicano fue
para evitar conflictos de derechos entre diversos concesionarios. Se podrá concluir entonces
que los derechos que tienen los concesionarios sólo se determinan por la cara superior.
En relación con lo anterior, surge otra interrogante ¿Es posible constituir concesiones mineras
en las playas o en el mar? La respuesta es no y su fundamento se encuentra en el artículo 30 del
Código de Minería que dispone: “la concesión minera no otorgará derecho alguno sobre los yacimientos
existentes en las aguas marítimas sometidas a la jurisdicción nacional que hayan debido abarcarse para respetar
los lados y cabida mínimos y la forma de la respectiva concesión”.

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Luego, en caso de que las tierras marítimas subterráneas, contengan minerales, a ellos sólo se
podrá acceder por la tierra a través de túneles.

La finalidad del artículo 30 es no explotar las aguas marítimas, y es por ello que no se puede
acceder a ella, con el fin de explotarlas, por conductos desde el subsuelo de dichas aguas.

Ejemplo: Costa de Chile

Esta sección de la concesión no otorga derecho alguno sobre los minerales existente en
dichas aguas marítimas

4.1.3.2. La Orientación: De acuerdo con el mismo artículo 28 del Código la concesión debe
en dos de sus caras tener una orientación Norte - Sur, en coordenadas U.T.M.

Norte

Concesión minera

Oeste Este

Sur

Con anterioridad al Código de 1983 no se señalaba la orientación, y es, en razón de ello, que
hoy existen terrenos en los que hay contraposición en la orientación de las concesiones, debido
a que, en esos tiempos se otorgaban las concesiones con sujeción a la orientación que tuvieren
las respectivas vetas.
Ejemplo; N

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Concesión minera.

O E

Veta

En cambio, tenemos que hoy en día las concesiones son de la siguiente forma:

Concesión minera

O E

S Veta

En consecuencia tenemos que el actual plano de concesiones mineras tiene la siguiente forma,
debido a los problemas dejados por la legislación antigua.

Tenemos entonces que la lógica de la nueva


legislación es aprovechar al máximo las riquezas
minerales, y de esa forma no se produzcan los vacíos
que existen entre diferentes concesiones.

Vacíos, y por lo tanto se pierden las


riquezas minerales al no poder ser
objeto de concesiones por no
cumplir con los requisitos de
dimensión.

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Lo que actualmente se hace es pedir varias concesiones de pequeñas dimensiones dentro de los
límites permitidos por el Código

Orientación varias concesiones mineras.

de la veta

De esta forma, se respeta con la legislación, y el inversionista no tiene que soportar c ostos tan
elevados, por lo que es muy usual tener varias concesiones en forma de escalera, evitándose
igualmente la superposición de concesiones mineras, las cuales se encuentran prohibidas por
el artículo 4 de la ley orgánica y el artículo 27 del Código de Minería.

4.1.3.3. La Cabida y dimensiones de las concesiones mineras

En este punto nos referiremos a la cara superior del paralelogramo, conforme a lo señalado en
el artículo 28 inciso 2° y 3° del Código que señala: “A voluntad del concesionario los lados de la
pertenencia, horizontalmente, medirán cien metros como mínimo o múltiplos de cien metros; y los de la concesión
de exploración, también horizontalmente, medirán mil metros como mínimo o múltiplos de mil metros. ”

La cara superior de la pertenencia no podrá comprender más de 10 hectáreas; ni más de 5.000


hectáreas, la de la concesión de exploración.

Por su parte el artículo 8 del Reglamento señala: “Para los efectos indicados en el inciso segundo del
citado artículo 28 se entiende, en relación con la pertenencia, que los múltiplos de cien metros son: doscientos,
trescientos y así sucesivamente, de cien en cien metros, hasta un mil metros, inclusive. Para los mismos efectos se
entiende, en relación con la concesión de exploración, que los múltiplos de un mil metros son dos mil, tres mil y
así sucesivamente de mil en mil metros, hasta quince mil metros inclusive”.

En el caso de la pertenencia, su lado más largo no podrá exceder, en ningún caso, de mil
metros y su proporción entre su largo y ancho no podrá ser superior de 10 a 1. Su cara
superior no podrá comprender menos de una hectárea ni más de diez.

En el caso de la concesión de exploración, su lado más largo no podrá exceder, quince mil
metros y la proporción entre su largo y ancho no podrá ser superior de 15 a 1. Su cara superior
no podrá comprender menos de cien hectáreas ni más de cinco mil.

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 Concesión de explotación:

La proporción entre sus


lados no puede exceder
de 10 es a 1
Máximo 10 ha. 100 metros

Mínimo 1 ha. O E A 1.000 metros

Ninguno de sus lados puede


exceder de mil metros.

 Concesión de exploración:

Mínimo cien ha. y La proporción entre sus


lados no puede exceder
máximo cinco mil
de 15 es a 1
O E

De mil metros a
quince mil

Ninguno de sus lados puede exceder de quince mil


metros

En base a todo lo anterior, podemos señalar lo siguiente:

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a) Con cada manifestación (solicitud de concesión de explotación), puede pedirse más de una
pertenencia hasta llegar al límite de 1.000 hectáreas, según el artículo 44 N°4 del Código de
Minería: En consecuencia, puede ser manifestadas hasta 10.000 pertenencias de 1 hectárea cada
una (por ser el mínimo en la cabida) ó 1000 pertenencias de 10 hectáreas (por ser el máximo de
la cabida).

b) Las distintas dimensiones, por otro lado siempre han de respetar la proporción entre los
lados y el ancho máximo que establece la ley, por ejemplo:

c) Con el pedimento (solicitud de la concesión de exploración), puede pedirse sólo una


concesión de exploración, pero en todo caso podrían pedirse varios pedimentos, uno a lado del
otro.

d) Por ser la cabida máxima de 5.000 hectáreas, el mínimo de sus lados 1.000 mts, y su cara
superior no inferior a 100 hectárea, una concesión mínima será de 1000 x 1000 hectáreas.

d) Las medidas de los metros se cuentan en la proyección UTM según el artículo 8 inciso final
del Reglamento del Código de Minería.

4.2.PROYECCIÓN U.T.M. Y COORDENADAS GEOGRÁFICAS

El estudio de la proyección U.T.M. y de la coordenadas geográficas, se relaciona con el estudio


de la goedesia y de la cartografía. La geodesia estudia las formas que presenta el globo terrestre
mientras que la cartografía, trata de la forma de representar en mapas la forma y dimensiones
del globo terráqueo.

La complejidad de ambos tipos de estudio surge por la forma poco definida que presenta la
tierra, ó sea, la de un “elipsoide achatado en los polos” y la forma de enfrentar estos
problemas es por medio de las denominadas proyecciones cartográficas.

Las Proyecciones cartográficas: son “Sistemas geométricos o matemáticos cuyo objeto es


simplificar los cálculos de la superficie terrestre en un plano”.

Esta simplificación en la ubicación de un lugar, de un punto determinado en el globo terrestre,


se efectúa por medio del sistema de meridianos y paralelos. Se distinguen así dos tipos de
proyecciones:

- Proyección meridiana

- Proyección UTM

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La proyección U.T.M. (coordenadas transversales universales de Mercator) es la utilizada por el


Código de Minería y lo que este sistema hace es dividir el globo terrestre en 60 zonas o husos
que proyecta en un plano, denominados husos horarios.

Cada uno representa una división del huso hasta llegar a los 60. Cada zona empieza en el Polo
N y termina en el Polo S.

La Proyección Mercator es probablemente la más famosa de todas las proyecciones, y toma


el nombre de su creador, que lo creó en 1569. Es una proyección cilíndrica que carece de
distorsiones en la zona del Ecuador. Una de las características de esta proyección es que la
representación de una línea con un acimut (dirección) constante se dibuja completamente
recta. Esta línea se llama línea de rumbo. De esta forma, para navegar de un sitio a otro, sólo
hay que conectar los puntos de salida y destino con una línea recta, lo que permite mantener el
curso constante durante todo el viaje. Esta Proyección se usa extensivamente para representar
los mapas mundiales, pero las distorsiones que crea en las regiones polares son bastantes
grandes, dando la falsa impresión de que Groenlandia y la antigua Unión Soviética son más
grandes que África y Sudamérica.

El meridiano central tendrá una numeración de 500 Kms o de 500.000 Mts, de manera tal que
hacia la izquierda la numeración disminuye y hacia la derecha aumenta. El paralelo que corre a
la altura del Ecuador valdrá para la parte N Cero y ha medida que se acerca al Polo N
aumentará, y para la parte S del ecuador valdrá 10.000, disminuyendo a media que se acerca al
Polo S.

El sistema U.T.M. es muy preciso, porque las distorsiones se disminuyen por la facilidad para
precisar una ubicación. En Chile corresponden los siguientes husos: Zona o huso 19 con
Meridiano central 69 de la longitud cero; Paralelo a 7.000 Kms del Ecuador; a la altura de
Talca, la zona o huso es 18, que se extiende hasta Punta Arenas.

Proyección Mercator

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¿Cómo se ubica un punto en la zona o huso?

Por medio de los meridianos y los paralelos. En el sistema UTM se elabora una malla
compuesta por paralelos y meridianos, y para evitar la pérdida de los paralelos, los meridianos
no se curvan, sino que se expanden. El cuadriculado entre paralelos y meridianos forma
ángulos de 90°.

Para señalar como mayor precisión un punto de ubicación, es importante hacer mención del
huso o zona de que se trata, porque estos puntos se mueven a lo largo de toda la tierra. Por lo
tanto puede decirse que para ubicar un punto en el espacio, lo que se hace es utilizar un
sistema de coordenadas en un plano o en un espacio con referencia a un sistema de rectas fijas.

En materia minera, para efectos de delimitar el perímetro se puede:

a) Señalar los 4 puntos exactos de ordenadas y abscisas.

b) Establecer el punto medio (concesión de exploración) o el punto de interés (pertenencia),


que equivale al punto que corta las diagonales de los vértices del cuadrado o rectángulo que se
forma.

COORDENADAS U.T.M. Y GEOGRÁFICAS

a) Coordenadas UTM: Las coordenadas U.T.M. son líneas imaginarias que se desplazan de N
a S y de E a O, y en cuya intersección forman ángulos rectos.

En el Ecuador 10.000 Kms al S y 0 hacia el N. En el meridiano central 500 Kms,


disminuyendo en 3° a la izquierda y aumentando a la derecha. Un ejemplo de cómo se
expresan las coordenadas UTM es la sgte:

NS: 6.310.000 Mts

OE: 260.000 Mts

La importancia para el Código de Minería, de estas coordenadas, es que para el pedimento y la


manifestación, es necesario sólo una precisión general de las coordenadas U.T.M. Para efectos
de la constitución, en cambio, debe existir una precisión más especifica.

b) Coordenadas geográficas: Ellas permiten fijar un punto en el espacio por el empleo de la


latitud y de la longitud. La latitud se distancia del Ecuador hacia en N y hacia el S, mientras
que la longitud lo hace del meridiano 0 y un punto al E ó O de él.

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Las coordenadas geográficas se expresan en grados, minutos y segundos, ejemplo:

Latitud S 33° 19’ 5’’

Longitud O 71° 34’ 30’’

Husos horarios de Chile 18 y 19

4.3. OBJETO DE LAS CONCESIONES

Debemos tener en consideración el artículo 3 inciso 1° de la Ley Orgánica, y los artículos 26 y


27 del Código de Minería, según los cuales el objeto de las concesiones mineras son todas las
“sustancias minerales concesibles existentes dentro del límite de la respectiva concesión. ”

Como consecuencia de esto, no es necesario precisar las sustancias concesibles a explotar,


porque abarca a todas. No obstante, esta norma presenta algunos problemas interpretativos:

¿Alcanza a aquellas sustancias que aún no son inconcesibles?

La respuesta es sí, debido a que de esa forma lo dispone el artículo 116 inciso 2° del Código de
Minería que establece: “El concesionario se hará dueño de todas las sustancias minerales que extraiga
dentro de los límites de su pertenencia, y que sean concesibles a la fecha de su constitución o lleguen a serlo
posteriormente.”

¿Para que incluya todas las sustancias concesibles es imperativo que la concesibilidad exista a la
fecha de quedar judicialmente constituida la concesión, según lo dispone el Artículo 11 N°2 de
la ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras?

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Material de Derecho de Minería

La respuesta es no, puesto que se considera que una interpretación como está es demasiado
restrictiva, y que es perfectamente destructible por disposición del artículo 116 inciso 2° del
Código de Minería que señala: “...lleguen a serlo posteriormente”, por lo tanto, se incluyen todas las
sustancias minerales concesibles existentes en la concesión al tiempo de constituirse la
concesión o bien con posterioridad a ella, sin necesidad de una sentencia judicial.

4.4. LA CONCESIÓN COMO DERECHO REAL INMUEBLE

Los artículos 2 de la Ley Orgánica Constitucional de Concesiones Mineras y 2 del Código de


Minería, definen a la concesión minera como un derecho real e inmueble, que faculta a su
titular para explorar o explotar, según sea el caso, y hacerse dueño de los minerales que extrae
con el fin de investigar o explotarlos comercialmente, lo que es distinto de lo que resulta de
dicha extracción (mineral extraído) que se trata de bienes muebles. Por tanto, mientras las
sustancias minerales no sean extraídas estamos en presencia de un derecho inmueble.

Se trata además de un derecho distinto e independiente del dueño del terreno superficial,
aunque se trate de los mismos dueños, y así lo señalan los mismos artículo mencionados.

Igualente se debe tener presente lo señalado en el artículo 3 del Código de Minería referido a
los inmuebles accesorios de la concesión, según el cual podemos eleborar la siguiente
clasificación:

a) Inmuebles por adherencia como las construcciones, instalaciones, por ejemplo los soportes
de las galerías, galpones, etc.

b) Inmuebles por destinación como las maquinarias, las retro-escavadoras y los vehículos de la
compañía minera usados en la faena;

c) Inmuebles que se consideran accesorios por la ley minera, por ejemplo: las correas
transportadoras, las galerías, los edificios de los trabajadores.

Asimismo, para que estos bienes sean considerados inmuebles accesorios, se exige por el
mismo artículo 3 del Código que los bienes deben ser destinados permanentemente, no
temporalmente. Tratándose de la concesión de exploración, deben ser bienes destinados a la
investigación. Tratándose de la concesión de explotación, deben ser bienes destinados a la
investigación, extracción y arranque de minerales. Por dicha razón, una planta de beneficio no
puede ser considerada inmueble accesorio a la concesión.

Además, deben ser destinados por el dueño de la concesión a tales efectos.

¡Qué ocurre si el inmueble está arrendado y el que efectúa la destinación es una persona
distinta del dueño? ¿pueden ser considerados los bienes como accesorios del inmueble? Al
efecto, la redacción del artículo 3 del Código de Minería no es precisa, de modo que existen

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Material de Derecho de Minería

dos posibles interpretaciones: La primera entiende que la palabra “dueño” ha de incluir


también “al que hace las veces de dueño,” pero si tenemos en consideración el artículo 15 del
Código, que hace mención a la distinción existente entre dueño, poseedor y tenedor, debemos
considerar a la palabra “dueño” en su sentido restrictivo y en ese sentido, quedaría fuera de la
hipótesis del citado artículo 3 que prescribe: “Se reputan inmuebles accesorios de la concesión las
construcciones, instalaciones y demás objetos destinados permanentemente por su dueño a la investigación,
arranque y extracción de sustancias minerales.”

Finalmente, para que estos bienes tengan el caracter de inmuebles accesorios a la concesión,
ésta debe encontrarse constituida y no en trámite.

¿Cuál es la importancia práctica de considerar a los inmuebles accesorios?

La respuesta es que por regla general la hipoteca de la concesión abarca a los inmuebles
accesorios también, conforme señala el artículo 220 del Código de Minería; y además, como el
Código declara a las concesiones mineras como inembargables, el mismo efecto se extiende a
los inmuebles accesorios a la concesión, según señala el artículo 226 del Código de Minería.

4.5. LA CONCESIÓN COMO DERECHO TRANSFERIBLE, TRANSMISIBLE Y


SUCEPTIBLE DE CUALQUIER ACTO Y CONTRATO

En cuanto derecho real de caracter inmueble, una vez constituida, pueden ser adquiridas por
cualquier persona (salvo las mencionadas dentro de las incapacidades de ejercicio especificas en
materia minera) y a cualquier título. Son transferibles por actos entre vivos y transmisibles por
causa de muerte, suceptibles de hipoteca y otros derechos reales, así como de todo otro acto y
contrato (contrato de sociedad minera, ser aportada, compraventa, arrendamiento, avio,
hipoteca, promesa unilateral o bilateral), que no sea contrario con las características propias de
la concesión minera de que se trate.

4.6. LA CONCESIÓN SE RIGE SUPLETORIAMENTE POR LAS NORMAS DEL


CÓDIGO CIVIL

De esa forma, lo establece el artículo 2 del Código de Minería y artículo 2 de la Ley Orgánica
Constitucional de Concesiones Mineras, con la salvedad de que no son aplicables aquellas
disposiciones que sean contrarías a las establecidas en el Código de Minería y en la Ley
Orgánica. Por ejemplo, entre otras materias destaca el ejercicio de acciones posesorias por
parte del concesionario minero para amparar su posesión, o denunciar obra nueva.

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4.6. LA CONCESIÓN ESTA PROTEGIDA POR LA GARANTÍA


CONSTITUCIONAL DEL DERECHO DE PROPIEDAD (ART. 19 N° 24 C.P.E.)

A esta situación nos referimos en cierta medida dentro de los espectos constitucionales de la
propiedad minera, y asi lo reconoce también el artículo 6 de la ley orgánica constitucional de
concesiones mineras y dicha garantía se traduce en la facultad de reclamar de la legalidad de un
acto expropiatorio que afecte a la concesión minera y reclamar del derecho a indemnización
por el daño patrimonial efectivamente causado con ocasión de dicha expropia ción, en base a
los criterios que establecen los artículos 10 y 11 de la Ley Orgánica, la cual considera que existe
privación de los atributos o facultades esenciales del dominio de la concesión, cuando se priva
de la facultad de iniciar o continuar la exploración, extracción y apropiación de las sustancias
minerales que son objeto de la concesión.

4.8. LA CONCESIÓN MINERA COMO BIEN INEMBARGABLE

De acuerdo con el artículo 226 del Código de Minería, la concesión es un bien inembargable,
en razón de la necesidad de fomentar la exploración y explotación minera, puesto que el
embargo es una institución que impide dichos objetivos.

Otro efecto, es que además, no se produce el desasimiento de los bienes del fallido
(concesionario minero) en los casos de procedimientos concursales por insolvencia. No
obstante, esta inembargabilidad, reconoce las siguientes excepciones:

a) El derecho de los acreedores hipotecarios;


b) La embargabilidad si el dueño o conceisonario es una S.A.;
c) El deudor consienta en el embargo, facultad que procede sólo en juicio;
d) Sin perjuicio de lo anterior, los acreedores, poseen además los siguientes derechos:
d.1. Embargos sobre minerales ya extraídos conforme dispone el artículo 227 inciso 1° del
Código de Minería.
d.2. Anticresis judicial de la concesión minera del artículo 227 inciso 2° del Código de Minería,
para hacerse pago con el producto de los minerales que se extraigan.
d.3. El avío del artículo 228 del Código.

4.9. LA CONCESIÓN MINERA ES CONDICIONAL

La concesión está expuesta a extinguirse por el no pago de la patente minera, la cual constituye
el sistema de amparo a que se refiere el artículo 142 del Código de Minería. El no pago de la
patente en el plazo que prescribe el Código dentro del mes de marzo de cada año, puede llevar
la declarar la extinción de la concesión por resolución judicial, dictada en juicio ejecutivo de

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Material de Derecho de Minería

cobro de patente minera y en ese sentido, el no pago de la patente minera constituye una
condición resolutoria de carácter negativa.

Las normas de extinción de la concesión por no pago de la patente se encuentran establecidas


en los artículos 142 y siguientes del Código de Minería.

4.10. LA CONCESIÓN MINERA ES DIVISIBLE

De acuerdo con los artículos 29 del Código de Minería y 4 de la ley orgánica constitucional, la
concesión es divisible, existiendo dos tipos de división: Intelectual o de cuota y física.

a) Intelectual o de cuota: Se produce como resultado de una transmisión o transferencia de


derechos. Esta división no produce una comunidad en materia minera, sino una “sociedad
legal minera”.

La legislación minera no gusta de las comunidades, debido a que traban la circulación de los
bienes, y la sociedad por el contrario, los agiliza. No sólo la concesión constituida es
susceptible de esta división, también o es la que se encuentra en trámite y que se inicia con el
pedimento o la manifestación.

b) Física: Se establecen determinados requisitos y límites en los artículos 29 del Código y


artículos 9 y 11 del Reglamento del Código de Minería y en ese sentido necesita de autorización
o aprobación judicial, previo informe del Servicio Nacional de Geología y Minería.

Cada parte resultante de la división debe tener la forma, orientación, dimensiones de los lados
y superficie mínima establecida en la ley; se efectúa por escritura pública o en testamento,
indicando las coordenadas U.T.M., los vértices de cada perímetro resultante, la inscripción de
la resolución que constituye la concesión, la inscripción de la concesión de que proceda (en su
caso), y la inscripción de dominio a favor de la persona que efectúe la división.

La escritura o el testamento debe ser inscrito y registrado al margen de la inscripción original


que se divide. Sin esta, la división física no está perfecta. Se archiva además un plano de la
división, aprobado por el juez, previo informe del Servicio (SERNAGEOMIN).

4.11. DURACIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

En este sentido, podemos señalar que en el caso de la concesión de exploración su duración es


temporal, y en la concesión de explotación, su duración es indefinida.

La concesión de exploración de acuerdo con el artículo 112 del Código dura dos años (es
temporal), los que podrán extenderse por dos años más si antes de su término su titular solicita
prórroga hasta por otros dos años. Para tal efecto deberá abandonar la mitad, a lo menos, de la
superficie total concedida.

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La concesión de explotación es indefinida y permanente en el tiempo, lo que en la práctica se


traducirá en que ésta se mantendrá vigente por todo el tiempo que lleve la explotación del
yacimiento.

Como dijimos, la vigencia de ambas concesiones mineras está sujeta al cumplimiento de la


obligación de amparo.
4.12. LA CONCESIÓN MINERA ES CADUCABLE Y RENUNCIABLE

Estas características y la temporalidad son muy propias de la concesión minera, así en el caso
de que caduque una concesión, ésta pasa al Fisco (no obstante la declaración de terreno ranco)
vuelve a ser superficie disponible y el Estado conserva dominio absoluto sobre los minerales.

En derecho minero la caducidad tiene una importancia fundamental siendo un elemento


indispensable para incentivar al dueño de una concesión a cumplir con sus cargas, tanto al
constituir una concesión como durante el desarrollo de ésta.

La concesión minera además es renunciable. El artículo 162 del Código de Minería señala: “La
concesión minera es renunciable, sin perjuicio del derecho de terceros para oponerse a las renuncias que los
perjudiquen.

La renuncia deberá hacerse por escritura pública y se perfeccionara por la cancelación de las respectivas
inscripciones, ordenada por el juez competente.

El reglamento determinará los requisitos que deberá cumplir el renunciante; las informaciones que deberán
proporcionarse al juez antes de que éste ordene la cancelación de las inscripciones; la publicid ad que haya de
darse a la respectiva solicitud en resguardo de los derechos de terceros; la forma como estos podrán oponerse a la
renuncia que los perjudique; y el procedimiento a que se sujetará el derribo o la reposición de hitos, según la
renuncia sea total o parcial.

Lo dispuesto en este artículo no obsta al abandono a que se refiere el inciso segundo del artículo 112”.

Para la seguridad de los terceros, el renunciante debe cumplir con determinados requisitos
establecidos en el Reglamento del Código de Mineria, señalados en los artículos 61 y siguientes
del mismo, a saber:
a) Que la renuncia conste por escritura pública;
b) Se perfecciona sólo por la cancelación de la inscripción respectiva; y
c) Para poder renunciar es necesario poseer los mismos requisitos exigidos por la ley para la
enajenación de las mismas.

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5.- LA SUPERPOSICIÓN DE CONCESIONES MINERAS

En la actualidad sólo es posible constituir sólo una concesión sobre una misma superficie de
terreno, debido que la concesión recae sobre las sustancias minerales que existen en él y el
legislador busca evitar el conflicto.

Este principio se consagra en el artículo 27 del Código de Minería que dispone: “Sobre las
sustancias concesibles existentes en terrenos cubiertos por una concesión minera no puede constituirse otra. El
juez velará por la observancia de esta prohibición.”

No obstante, bajo el Código de Minería de 1932 se permitía la superposición legal, ó sea, dos o
más concesiones sobre un mismo terreno, porque se admitía que las concesiones tuviesen
varios objetos, por ejemplo, sobre sustancias metálicas y no metálicas, incluso podía
constituirse una concesión metálica sobre una no metálica, pero nunca una metálica sobre otra
metálica, debido a que esta última (la metálica) comprendía tanto la metálica misma como la no
metálica.

El Código de 1983 (vigente) sanciona con la nulidad la superposición de concesiones mineras


en el artículo 95 N° 6 y 8.

5.- CASOS DE EXCEPCIÓN A LA SUPERPOSICIÓN DE CONCESIONES


MINERAS

Sobre este punto, corresponde observar los artículos 1, 2 y 3 Transitorios del Código de
Minería. Se trata principalmente de casos que se sujetan a disposiciones del Código de Minería
de 1932.

Las superposiciones que se permiten y regulan en la ley son:

a) Las existentes por aplicación de los artículos 82 y 83 del Código de Minería de 1932, salvo
las constituidas sobre arenas, rocas y materiales aplicables directamente a la construcción que
por regla general el código declaró extinguidas.

b) En estos casos los titulares existentes deberán entregarse recíprocamente las sustancias que
a cada cual le corresponde y que extraígan cono consecuencia de su labor minera. Así lo
dispone el artículo 3° Transitorio del Código.

c) Todos aquellos casos en los que con anterioridad al Código de 1932 se permitía la
superposición legal.

d) Las superposiciones permitidas por el artículo 4 inciso 2° y 3° Transitorio de la Ley


Orgánica Constitucional y regulados extensamente por el artículo 2° Transitorio del Código de
Minería.

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Se refiere principalmente a la preferencia de la Comisión Chilena de Energía Nuclear


(COCHEN) en la constitución de concesiones mineras sobre el torio y el Uranio respecto de
los particulares, y de la CORFO respecto de nitratos y sales análogas, yodo y compuestos
químicos de estos productos.

Estas superposiciones que pueden formarse son permitidas por la importancia que representan
dichas sustancias minerales.

Por otro lado, los titulares de concesiones de explotación y administrativas, estaban obligados a
presentar manifestaciones, bajo pena de ver extinguidos sus derechos. Con esta norma y su
sanción se pretende uniformar la concesión minera, por los numerosos tipos que existían.

e) Las concesiones mineras superpuestas cuyo origen sea anterior a la vigencia del Código de
1983, es decir, que hayan sido constituidas durante la vigencia del Código de 1932, según lo
disponen los artículos 1° y 3° Transitorios.

f) Las superposiciones que se generen producto de la aplicación del artículo 58 del Código de
Minería, que dispone: “La sentencia constitutiva de la concesión de exploración no afecta los derechos
emanados de una concesión de exploración o de una pertenencia, que hayan estado constituidos a la fecha del
pedimento que dio origen a la sentencia.

Tampoco afectará los derechos emanados de una concesión de exploración o de una pertenencia, aunque
estuvieren en trámite a la fecha de la sentencia, si la presentación del pedimento o de la manifestación respectivos
ha sido anterior a la del pedimento que dio origen a la sentencia”

Al efecto se debe distinguir:

i.- Concesión de exploración sobre una de exploración;

ii.- Concesión de exploración sobre una de explotación

i.- Concesión de exploración sobre una de exploración: Esto significa que si se presenta un pedimento
y posteriormente se presenta otro, la sentencia que se pronuncie sobre el 2° pedimento no
afecta los derechos del 1° que puede ejercer una acción de nulidad en contra de aquel
pedimento que abarque terrenos comprendidos en el suyo que es de fecha anterior. Esta
acción de nulidad se contempla en el artículo 95 N° 8 del Código de Minería.

En este caso no existe realmente una superposición, por la acción de nulidad que se otorga, no
obstante ello la doctrina considera que si existe.

ii.- Concesión de exploración sobre una de explotación: Es el caso de una concesión de explotación que
se presenta con anterioridad a una de exploración, pero que por determinadas circunstancias,
se constituye con anterioridad a la concesión de explotación que es de fecha anterior.

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En este caso existe una verdadera superposición, debido a que no hay acción de nulidad y por
el hecho de que la concesión de exploración no afecta a la de explotación, debiendo ser
respetada, pues en caso contrario el artículo 108 del Código de Minería otorga una acción para
repeler por parte del concesionario de explotación.

Esta situación se da en aquellos casos en que existe una gran concesión de exploración y
dentro de ella ya estaban constituidas concesiones de explotación.

5.1.- RELACIONES DE LA CONCESIONES SUPERPUESTAS

Se trata en el artículo 1° Transitorio del Código de Minería.

El problema que se presenta es que los códigos anteriores establecían concesiones sobre
determinadas sustancias, así aquellas no comprendidas en la concesión quedaban sin dueño.
Para evitar las disonancias, el Art.1° Transitorio establece:

i.- La forma de las concesiones se extiende a las sustancias que no le estaban concedidas;

ii.- Quien se hace dueño de las sustancias que no estaban concedidas para las concesiones
superpuestas.

En todo caso, los problemas que surjan entre dos o más concesiones superpuestas en el
terreno, se sujetan a las normas del arbitraje forzoso del artículo 3° inciso 2° Transitorio del
Código de Minería.

En el caso de superposiciones ilegítimas, ha de ejercerse la correspondiente acción de nulidad


del artículo 95 del Código.

6.- CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN MINERA

Cualquier interesado en explorar y explotar los yacimientos minerales que digan relación con
sustencias concesibles o suceptibles de denunciabilidad, deben observar el conjunto de
preceptos legales y reglamentarios que regulan el modo de obtener derecho a las concesiones
de exploración y explotación, vía sentencia judicial. Por tanto, la concesión es el único medio
de que dispone cualquier habitante de la República para obtener un derecho para aprovecharse
de las substancias concesibles.

Las normas que regulan el procedimiento de constitución encuentran sus fuentes en los
artículos 19 N° 24 inc. 7º de la Constitución Política, el artículo 5º de la Ley Orgánic a
Constitucional de Concesiones Mineras y el Título V del Código de Minería, artículos 34 y
siguientes y 13 y siguientes del Reglamento del Código de Minería.

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6.1. CARACTERISTICAS DEL PROCEDIMIENTO CONCESIONAL

a) Es un procedimiento judicial

Corresponde a un procedimiento judicial no contencioso, de carácter solemne y destinado a


crear una situación jurídica. El artículo 34 del Código de Minería señala

6.3. PROCEDIMIENTO DE CONSTITUCIÓN DE LA CONCESIÓN DE


EXPLORACIÓN Y DE EXPLOTACIÓN

Las etapas del procedimiento de cosntitución de la concesión son:

a) Primera etapa de petitorio: se inicia con el Pedimento o la Manifestación (según se trate de


concesión de exploración o de explotación);

b) Segunda etapa de concreción de la concesión de exploración : comprende la solicitud de


sentencia.

c) Segunda etapa de concreción de la pertenencia (concesión de explotación):Comprende la


solicitud de mensura.

d) Tercera etapa de sentencia(en ambos tipos de concesiones) : Sentencia.

6.3.1 ETAPA DE PETITORIO (PEDIMENTO / MANIFESTACIÓN)

1) El Pedimento o la Manifestación en general (artículo 35 del Código de Minería): El


Pedimento es un escrito en cuya virtud el peticionario solicita al juez que declare constituida
una concesión de exploración a su favor en un terreno determinado, señalado por el punto
medio de éste. ¿Qué es el punto medio? En el punto expresado en coordenadas UTM en
donde se intersectan las diagonales de los vértices del paralelogramo que conforma el sólido
que se desea pedimentar.

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En el ejemplo propuesto las Coordenadas UTM del Punto Medio son:

PM: Norte: 6.489.000 Este: 339.500

Por su parte, la Manifestación es un escrito en cuya virtud el manifestante solicita al juez que
declara constituida a su favor, una o más pertenencias (Concesiones de E xplotación), en un
terreno determinado por su punto de interés. El punto de interés PI, en el caso de este tipo de
solictudes de concesión es los mismo que el PM de las concesiones de exploración.

Estos escritos, al ser judiciales, como todo escrito, deben cumplir con los requisitos de todo
escrito señalados en el Código de Procedimiento Civil. Por tratarse de las primeras
presentaciones y en virtud del principio de la pronta constitución de la propiedad minera, no es
necesario que designe abogado patrocinante, ni conferir mandato judicial conforme dispone el
artículo 36 del Código de Minería. No obstante, la primera presentación posterior que se haga,
sí debe contar con dichos contratos (patrocino y mandato judicial).

De igual forma, el pedimento o la manifestación pueden ser presentados por más de un


solicitante o manifestante. En este caso, la inscripción del pedimento o la manifestación en el
Registro de Descubrimientos a cargo del Conservador de Minas, por tanto, hecha en común
genera una Sociedad Legal Minera. Igualmente se permite la Agencia oficiosa conforme señala
el artículo 39 del Código de Minería.

2.- Contenido del pedimento y la manifestación. (Artículos 43, 44 y 45 del Código de


Minería).

2.1. Contenido del Pedimento (artículo 43 del Código de Minería):

De acuerdo con el artículo 43 del Código el pedimento debe señalar:

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1°. El nombre, la nacionalidad y el domicilio del peticionario, y, en su caso, también los de la


persona que haga el pedimento en nombre de otra. Si se trata de personas naturales se indicará,
además, su profesión u oficio y estado civil;

2°. Las coordenadas geográficas o las U.T.M. que correspondan al punto medio de la cara
superior de la concesión pedida, con precisión de segundo (coordenada geográfica) o de diez
metros (UTM), respectivamente;

3°. El nombre que se da a la concesión de exploración que se solicita, y

4°. La superficie, expresada en hectáreas, que se desea comprenda la cara superior de la


concesión. Su superficie no podrá exceder de cinco mil héctareas.

Señala en el inciso final que en cada pedimento sólo puede solicitarse una concesión de
exploración.

Ejemplo de escrito de Pedimento:

“PEDIMENTO MINERO

S. J. L

(nombre y apellidos), (nacionalidad), (estado civil), (profesión), domiciliado en la ciudad de (nombre de


la ciudad), calle _________________ N°________, a US. respetuosamente digo:

Que teniendo interés en obtener concesión minera de exploración sobre sustancias concesibles en
terrenos abiertos e incultos ubicados en la comuna ________ y provincia de _________, __________
Región, vengo en presentar este pedimento minero y en solicitar a US. se sirva concederme una
concesión de exploración que se denominará "____________".

Las coordenadas U.T.M. del Punto Medio de la concesión de exploración que solicito, referidas al
Elipsoide Internacional de Referencia 1924, Datum Sudamericano La Canoa de 1956, Huso 19, son las
siguientes: _____________ metros Norte y ______________ metros Este, punto que corresponde a la
intersección de las diagonales de un rectángulo trazado imaginariamente en el plano horizontal, cuyos
lados miden __________ metros en la orientación Norte-Sur U.T.M., por _______________ metros
en la orientación Este-Oeste U.T.M. y cuya superficie total es de ________ hectáreas.

POR TANTO,

RUEGO A US. se sirva tener por presentado este pedimento, y ordenar su inscripción y publicación en
conformidad a la ley, otorgándome copia al efecto."

2.2. Contenido de la Manifestación (artículos 44 y 45 del Código de Minería):

Según el artículo 44 del Código la Manifestación debe señalar:

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1°. El nombre, la nacionalidad y el domicilio del manifestante y en su caso, también los de la


persona que haga la manifestación en nombre de otra. Si se trata de personas naturales se
indicará, además, su profesión u oficio y estado civil;

2°. La ubicación del punto de interés para el manifestante, descrita en la forma dispuesta en el
artículo siguiente;

3°. El número de pertenencias que se solicita y el nombre que se da a cada una de ellas;

4°. La superficie, expresada en héctareas, que se desea comprenda la cara superior de cada
pertenencia. La superficie total del grupo de pertenencias solicitadas en una manifestación no
podrá exceder de mil héctareas, y

5°. En su caso, la circunstancia de hacerse en uso del derecho que otorga una concesión de
exploración.

Por su parte, el artículo 45, refiriéndose a la ubicación del punto de interés de la manifestación,
agrega que deberá describirse indicando la provincia en que está ubicado y sus coordenadas
geográficas o las U.T.M. con precisión de segundo o de diez metros, respectivamente.

Asimismo, señala que cuando la superficie total del grupo de pertenencias solicitadas en la
manifestación no exceda de cien hectáreas, la ubicación del punto de interés podrá describirse
indicando sus señales más precisas y características, el nombre del predio o del asiento mineral
en que se encuentra y el de la provincia en que está situado.

Ejemplo de escrito de Manifestación (sin concesión de exploración previa):

"EN LO PRINCIPAL: manifestación minera que indica; OTROSÍ: acompaña documento.

S.J.L. en lo Civil (ciudad y número de juzgado)

(nombre y apellidos), (nacionalidad), (estado civil), (profesión), en representación de (nombre de la


compañía), sociedad [chilena] del giro de (________), ambos domiciliados en la ciudad de (nombre
de la ciudad), calle _________________ N°________, a US. respetuosamente digo:

Que teniendo interés en obtener concesión de explotación sobre sustancias concesibles en terrenos
abiertos e incultos, de la comuna ___________, provincia _______, _______ Región, vengo en
presentar esta manifestación y en solicitar a US. se sirva conceder a mi representada _____
pertenencias que se denominarán sucesiva y correlativamente "_____________" a "__________".

La cara superior de cada una de las pertenencias que manifiesto tendrá una superficie de _____
hectáreas, de manera que la superficie total manifestada es de _____ hectáreas. El terreno
manifestado está comprendido en un (forma del paralelógramo: rectángulo o cuadrado), cuyas

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diagonales se cortan en el Punto de Interés y cuyas coordenadas U.T.M. son: Norte ___________ y
Este _________ metros, referidas a la Zona o Huso 19, Datum Provisorio Sudamericano La Canoa
de 1956, Elipsoide Internacional de Referencia 1924.

Los lados del terreno manifestado con orientación Norte-Sur UTM miden ______ metros cada uno
y los lados con orientación Este-Oeste UTM miden _______ metros cada uno.

POR TANTO,

RUEGO A US. en mérito de lo expuesto se sirva tener por presentada esta manifestación, ordenar
su inscripción y publicación y en definitiva dictar sentencia constitutiva otorgando a mi
representada las pertenencias mineras manifestadas.

OTROSÍ: Ruego a US tener por acompañada copia de escritura pública de fecha


___________________, otorgada en la Notaría de (ciudad) de don _____________, donde consta
mi personería para representar a (nombre de la Compañía)."

Ejemplo de escrito de Manifestación (con concesión de exploración previa):

"EN LO PRINCIPAL, hace manifestación minera, en uso del derecho que otorga la concesión de
exploración que indica; en el PRIMER OTROSI, se tenga presente; en el SEGUNDO OTROSI,
acompaña documentos.

S.J.L.

(nombre y apellidos), (nacionalidad), (estado civil), (profesión), en representación de (nombre de la


compañía), sociedad [chilena] del giro de (________), ambos domiciliados en la ciudad de (nombre
de la ciudad), calle _________________ N°________, a US. respetuosamente digo:

Para todos los fines legales y en uso del derecho que a mi representada le otorga la concesión
minera de exploración vigente denominada "___________ ", de que es dueña, vengo en manifestar
y solicitar para ella _____ concesiones mineras de explotación, o pertenencias, que se llamarán
"XX___" a "XX___", correlativa y sucesivamente.

La cara superior de cada una de las pertenencias que manifiesto tendrá una superficie de _____
hectáreas, de manera que la superficie total manifestada es de ____ hectáreas. El punto de interés de
esta manifestación está ubicado en la comuna de _________, provincia de ________, ____ Región,
y las coordenadas U.T.M. de su ubicación son Norte ________,00 mts. y Este _______,00 mts.

Estas coordenadas se refieren al Huso o Zona 19 y al Datum Provisorio Sudamericano La Canoa


1.956-Elipsoide Internacional de Referencia 1.924.

El terreno manifestado se encuentra íntegramente dentro de los límites de la citada concesión de


exploración "___________". Conforme lo autoriza el inciso segundo del artículo 46 del Código de
Minería, en este caso el terreno manifestado es el comprendido en un rectángulo imaginario, cuyas

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diagonales se cortan en el punto de interés ya indicado y que tiene una longitud de _____ mts. en la
orientación U.T.M. Norte-Sur y una longitud de ______ mts. en la orientación U.T.M. Este-Oeste.

POR TANTO, Por lo expuesto y lo previsto además en los artículos 26, 34 y ss., 41 inciso segundo
y 44 N° 5 del mismo Código, en la representación que invisto,

A US. RUEGO: Se sirva tener por presentada esta manifestación minera, acogerla a tramitación
ordenando su inscripción y publicación y, en definitiva dictar sentencia declarando constituidas y
otorgando, en favor de mi representada, las pertenencias que dejo manifestadas.

PRIMER OTROSI: Ruego a US. tener presente: a) Que la concesión de exploración


"___________", en cuya virtud se hace esta manifestación, se encuentra vigente y fue constituida
por sentencia dictada en favor de mi representada con fecha ____ de _______ de 19__ por el
Juzgado de Letras de __________; b) Que el pedimento de dicha concesión de exploración fue
presentado el __ de _________ de 19__, fecha ésta que ha de tenerse como fecha de presentación de
esta manifestación; y c) Que la representación en que comparezco proviene del mandato que, en mi
calidad de __________ de _________________, consta del instrumento que acompaño por la letra
b) del segundo otrosí.

SEGUNDO OTROSI: Ruego a US. tener por acompañados los siguientes documentos:

a) Copia autorizada de la inscripción de la sentencia que declaró constituida en favor de mi


representada la concesión de exploración "_________ ", con certificado de vigencia;

b) Copia autorizada de la escritura pública otorgada el ___ de ______ de 19__ ante el Notario
Público de _________ don _________________, con la cual acredito mi personería por mi
representada. Nota: El modelo precedente debe usarse cuando el terreno manifestado es rectangular.
Cuando el terreno manifestado es cuadrado, el párrafo que comienza con "El terreno manifestado se
encuentra ......." y termina con ".... U.T.M. Este-Oeste.", debe reemplazarse por el siguiente: "El
terreno manifestado es en este caso, el que corresponde conforme al inciso primero del artículo 46
del Código de Minería y se encuentra íntegramente dentro de los límites de la concesión de
exploración "__________"."

2.3. Efectos de la presentación del Pedimento y la Manifestación:

a) Primer efecto: Se encuentra previsto en el artículo 40 del Código de Minería. Esta norma señala
que no afecta la validez de un pedimento o de una manifestación la circunstancia de
comprender terrenos ya manifestados o ya pedidos, sin perjuicio de los derechos preferentes a
que haya lugar.

Esta disposición puede llamar la atención, por cuanto, la superposición de concesiones se


encuentra prohibida, pero claramente la prohibición misma está referida a concesiones ya
constituidas frente al momento en que debe dictarse la sentencia constitutiva, pero no respecto
de la mera solicitud de pedimento o manifestación, frente a otro pedimento o manifestación en

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trámite presentado con anterioridad que aún no llega a constituirse en concesión. Lo anterior,
por cuanto esta norma busca evitar que mediante pedimentos o manifestaciones sucesivas se
mantenga la preferencia para constituir la concesión sin que finalmente se constituya. De esa
forma, si se pedimenta un terreno con posterioridad a otro, aquel, el que pedimento primero,
en la eventualidad de que se desista de su solicitud (pierde la preferencia) y está pasa a quien ha
pedimentado en segundo lugar. Este entonces tendrá preferencia para constituir la concesión.

b) Segundo efecto: Dice relación con la fecha de presentación del escrito, que establece una
preferencia para constituir las concesiones de exploración y explotación; y una preferencia
absoluta o relativa para ejercer las acciones del artículo 108 del Código.

Esto dice relación con lo dispuesto en el artículo 41 del Código de Minería que señala que tiene
preferencia para constituir la pertenencia quien primero presente la manifestación. Agrega que
cuando ésta se hace en uso del derecho que otorga una concesión de exploración vigente debe
expresarse de esa forma en la manifestación, y sólo en tal caso se tiene como fecha de
presentación de ella la del pedimento respectivo.

Al titular de la manifestación que primero haya sido presentada, o de la manifestación que se


tenga por presentada primero, se le presume descubridor, salvo que haya habido fuerza o dolo
para anticiparse a presentar pedimento o manifestación o para retardar la presentación del que
realmente descubrió primero.

Si una persona presenta pedimento o manifestación sobre terrenos respecto de los cuales
ejecuta trabajos de minería por orden o encargo de otra, la presentación se entenderá hecha
por ésta. Igual efecto se producirá en favor del que realmente descubrió primero, cua ndo se
haya usado la fuerza o el dolo a que se refiere el inciso anterior.

Con respecto a la preferencia para el ejercicio de la acción a que se refiere el artículo 108 del
Código digamos que de acuerdo con esta norma el titular de una concesión de exploración o
el de una pertenencia, constituidas, puede oponerse a las labores que, dentro de los límites de
su respectiva concesión, pretenda ejecutar el titular de otra concesión de exploración cuyo
pedimento haya sido posterior al pedimento o a la manifestación del opositor.

El titular de una pertenencia en trámite no podrá ser perturbado en sus trabajos de


reconocimiento y de constitución de su título, por el dueño de una concesión de exploración
cuyo pedimento sea posterior a la manifestación de aquél.

c) Tercer efecto: Faculta a su titular para ceder sus derechos. Esto significa que el títular o
solicitante de un pedimento o de una manifestación inscrita en el Registro de
Descubrimientos del Conservador de Minas, tiene un derecho real de pedimento o
manifestación inscrita y por tanto, puede enajenar dicho derecho y su cesionario, tandrá

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la posibilidad de continuar con la tramitación del procedimiento y obtener la sentencia


constitutiva.

2.4. El Terreno Pedido o Manifestado

La regla general es que el terreno pedido sea un cuadrado, conforme dispone el artículo
46 del Código. Como excepción, el terreno pedido puede ser un rectángulo. Asimismo,
el terreno pedido o manifestado puede ser distinto al que, finalmente se constituya
como concesión de exploración o de explotación, pero este debe estar al menos, dentro
de las coordenadas proyectadas en su momento en el terreno pedido o manifestado.

2.5. Tramitación del Pedimento o Manifestación en el Juzgado

Esta situación se encuentra regulada de los artículos 47 al 54 del Código de Minería y


comprende las siguientes etapas:

a) El Pedimento o Manifestación se entrega en la secretaría del tribunal. Conforme al mismo


artículo 47 existen diligencias que buscan asegurar la preferencia. De esa forma, e l secretario
del juzgado pondrá en el pedimento o en la manifestación certificado del día y hora de su
presentación al juzgado; tomará nota en un registro numerado que llevará al efecto, y dará
recibo a la persona que lo hubiere presentado, si se lo pide.

b) El Juez debe examinar el pedimento o manifestación. Si el pedimento o manifestación


cumple con lo dispuesto en el artículo 43 o en los artículos 44 y 45 respectivamente del Código
(pedimento o manifestación en su caso), ordenará su inscripción y publicación (en el Regi stro
de Descubrimientos del Conservador de Minas y en el Boletín Oficial de Minería).

c) De acuerdo con lo señalado en el artículo 49 del Código de Minería, si el pedimento o


manifestación no cumple con lo dispuesto en el artículo 43 (requisitos o menciones del
pedimento) o en los artículos 44 y 45 (menciones de la manifestación), según corresponda,
pero dichas omisiones fueran subsanables, el juez señalará determinantemente dichos defectos
y ordenará que sean subsanados dentro del plazo de 8 días, contado desde la fecha de la
respectiva resolución, subsistiendo para todos los efectos legales la fecha de su primitiva
presentación.

Subsanados los defectos, el juez ordenará proceder con la publicación y la inscripción. En caso
contrario, el pedimento o la manifestación se tendrán por no presentados.

Caso de omisión insubsanable: Conforme al artículo 49 inciso 3ro del Código, si el


pedimento omite indicar las coordenadas del punto medio de la concesión pedida en el caso
del pedimento, o las coordenadas del punto de interés en la manifestación, o sus señales más
precisas y características en su caso, el juez ordenará sin más trámite tener por no presentadas

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dichas solicitudes. Asimismo, el error en que se incurra en la indicación de las coordenadas del
Punto Medio o el Punto de Interés no será subsanable en ningún caso.

El secretario del Tribunal debe entregar copia autorizada del pedimento o de la manifestación
en su caso, según corresponda, del certificado de día y hora de su presentación al juzgado y de
la resolución que ordena su inscripción y publicación. Asimismo, en el caso de haber mediado
observaciones subsanables, debe incluirse el decreto que haya ordenado subsanar y del escrito
que haya cumplido con lo ordenado.

En relación con este punto, de acuerdo al artículo 52 del Código de Minería, la inscripción del
pedimento y de la manifestación puede ser requerida por cualquiera persona, y consistirá en la
transcripción íntegra de la copia autorizada del pedimento o de la manifestación que se
menciona en el artículo 50, en el Registro de Descubrimientos del Conservador de Minas
respectivo. Asimismo, agrega que el plazo para efectuar la inscripción y la publicación del
pedimento y de la manifestación ya señalado es de 30 días contados desde la fecha de la
resolución que las ordena.

d) La Tasa de Pedimento o Manifestación: Se refiere a ella el artículo 51 del Código de Minería y se


establece con el objeto de dotar de mayor seriedad o compromiso con el procedimiento de
constitución, al imponerle al concesionario el pago de ésta tasa, so pena de caducidad; y evita la
constitución de concesiones con fines especulativos.

Su monto aumenta geométricamente. Es una tasa a beneficio fiscal y se expresa en centésimos de


UTM. La tasa es distinta de la patente minera y sus factores varían dependiendo de si se trata de
pedimento o de una manifestación.

Cuadro con valores de Tasa de Pedimento y Manifestación (artículo 51 del Código de Minería) y
con la fórmula de cálculo de la patente proporcional.

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2.6. Pedimento o Manifestación inscrita: De acuerdo con el artículo 54 del Código de


Minería el pedimento y la manifestación inscritos en el Registro de Descubrimientos del
Conservador de Minas, constituyen derechos reales inmuebles, transferibles y transmisibles de
acuerdo con las mismas normas aplicables a los demás bienes raíces. Por tanto, son temporales,
divisibles intelectualmente.

¿Qué derechos originan el pedimento o manifestación inscritos?

1. El derecho a proseguir la tramitación de la concesión.

2. Artículo 53 incisos 1° y 2° a efectuar los trabajos necesarios para constituir la concesión de


exploración, tratándose del pedimento o reconocer la mina y para constituir la pertenencia en
caso de manifestación. Por ejemplo, determinar las coordenadas con mayor precisión o bien,
verificar el terreno de la concesión superficialmente. Asimismo, la preparación del plano que
debe acompañarse a la solicitud de la sentencia.

3. La facultad de ceder y transmitir los derechos emanados.

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4. La obligación de amparar la concesión de exploración en trámite o la pertenencia en trámite


desde que se solicita la sentencia constitutiva (concesión de exploración) o la solicitud de
mensura (concesión de explotación), mediante el pago de la patente proporcional.

6.3.2 ETAPA DE CONCRESIÓN DE LA CONCESIÓN DE EXPLORACIÓN

1.- Solicitud de Sentencia Definitiva:

Se inicia con la solicitud de sentencia constitutiva que es un escrito judicial por el cual se pide la
dictación de la sentencia constitutiva de la concesión de exploración.

Por regla general será el segundo escrito que se presenta en el expediente.

En la concesión de exploración no hay mensura en terreno, no hay construcción de hitos en


los vértices del perímetro de la concesión, no hay representación física, porque es t emporal y
tiene una duración limitada. Asimismo, no existe oposición de terceros, de modo que los
terceros sólo pueden oponerse en juicio separado.

A este trámite hace referencia el artículo 55 del Código de Minería, que en el Párrafo 2° del
Título V, del Código, De los trámites posteriores al Pedimento, señala que dentro del plazo de
90 días contados desde la fecha de la Resolución que ordena inscribir y publicar el pedimento,
se debe presentar el escrito solicitando se dicte sentencia constitutiva de concesión de
exploración. En ella se puede pedir que abarque todo o parte del terreno pedido (el expresado
en el pedimento), pero en ningún caso terrenos situados fuera de éste. Debiendo en todo caso,
presente las normas acerca de las cabidas y superficies mínimas y máximas.

Dicha solicitud debe indicar, además, las coordenadas U.T.M. de los vértices de la cara superior
de la concesión, relacionando a lo menos, uno de ellos, en rumbo y distancia, con el punto
medio señalado en el pedimento.

A este escrito, de acuerdo con el mismo artículo 55 del Código, debe acompañarse los
siguientes antecedentes:

a) Comprobante de haberse pagado la tasa de pedimento;

b) Comprobante de haberse pagado la patente proporcional del artículo 144;

c) Copia autorizada de la inscripción de pedimento;

d) Ejemplar del Boletín Oficial de Minería en que se haya publicado la inscripción del
pedimento;

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e) Un plano en el que se indique la configuración de la concesión, las coordenadas de sus


vértices y la relación, en rumbo y distancia, del mismo vértice ligado en la solicitud con el
punto medio.

Ejemplo de un escrito de Solicitud de Sentencia:

"EN LO PRINCIPAL: SOLICITA SENTENCIA CONSTITUTIVA DE LA


CONCESIÓN DE EXPLORACIÓN DENOMINADA "________ " PRIMER OTROSÍ:
TÉNGASE PRESENTE SEGUNDO OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMENTOS
TERCER OTROSÍ: ACREDITA PERSONERIA CUARTO OTROSÍ: DESIGNA
ABOGADO PATROCINANTE Y CONFIERE PODER

S.J.L.

_____________________, (nacionalidad), (estado civil), (profesión), en representación, según


se acredita-rá, de ____________________, sociedad chilena del giro _____________, ambos
domiciliados para estos efectos en la ciudad y comuna de ___________, calle ___________,
comuna ____________, en los autos Rol N°______ sobre pedimento minero "__________",
a US. respetuosamente digo:

Que encontrándome dentro del plazo que señala el artículo 55 del Código de Minería y siendo
mi representada la actual titular de los derechos emanados del pedimento "___________" de
autos, vengo en solicitar se dicte la sentencia constitutiva de la concesión de exploración
respectiva, por la totalidad del área cubierta por el pedimento "____________".

Las coordenadas U.T.M. expresadas en metros, del Punto Medio (P.M.) y de los vértices de la
cara superior del pedimento "____________", son los siguientes: Vértice Norte (m) Este (m)
P.M. V1 V2 V3 V4 La distancia y azimut U.T.M. que relaciona el vértice V1 con el punto
medio P.M. son: distancia U.T.M. ________ m. y azimut U.T.M. _______ grados
centesimales. La concesión tendrá la forma de un ________ de _______ m. en la orientación
Norte-Sur U.T.M. por _______ m. en la orientación Este-Oeste U.T.M., cubriendo una
superficie total de ___ hectáreas. Las coordenadas U.T.M. están referidas al Datum
Sudamericano La Canoa 1956 Elipsoide de Referencia Internacional 1924, Huso 19. La
concesión se encuentra ubicada en el sector de _______, comuna de _______, Provincia de
_______, _______ Región. POR TANTO, Ruego a US.: en mérito de lo expuesto y lo
prescrito en los artículos 55 y siguientes del Código de Minería, se sirva tener por presentada la
solicitud de sentencia constitutiva de la concesión de exploración "__________", y en
definitiva dictar dicha sentencia constituyendo la mencionada concesión de exploración en
favor de mi representada ________________________, previo informe del Servicio Nacional
de Geología y Minería. PRIMER OTROSÍ: Ruego a US. tener presente que la actual titular del
pedimento "__________" es mi representada ______________________, la que lo adquirió

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2015
Material de Derecho de Minería

de ___________, por escritura pública de _________________, de fecha


__________________, otorgada en la Notaría de Santiago de don _____________________.
La citada escritura se inscribió a fojas ___ N°____ del Registro de Descubrimientos del
Conservador de Minas de ____________, correspondiente al año 19_____. Ruego a US.,
asimismo, tener por acompañados copia de los documentos recién mencionados. SEGUNDO
OTROSÍ: Ruego a US. tener por acompañado los siguientes documentos: 1) Comprobante de
haberse pagado la tasa del pedimento. 2) Comprobante de haberse pagado la patente
proporcional establecida en el artículo 144 DEL Código de Minería. 3) Copia autorizada de la
inscripción del pedimento. 4) Ejemplar del Boletín Oficial de Minería de _______, N°_____,
de fecha __ de _______ de 19___, en el cual consta la publicación de la inscripción del
pedimento indicado en el punto N°3 que precede. 5) Plano en el que se señala la configuración
de la concesión de exploración, las coordenadas U.T.M. de los vértices, y la relación en rumbo
y distancia del mismo vértice -ligado en la solicitud- con el Punto Medio. TERCER OTROSÍ:
Ruego a US. tener presente que mi personería para representar a _______________________,
consta de la escritura pública de fecha _______, otorgada ante el Notario Público de Santiago
don _________________, y que en copia autorizada se acompaña a esta presentación.
CUARTO OTROSÍ: Ruego a US. tener presente que designo abogado patrocinante y confiero
poder a don _____________, patente al día N°_________ de la Ilustre Municipalidad de
_________, domiciliado en calle ______________, _______, y para estos efectos en la
Secretaria del Tribunal, quien a mayor abundamiento firma la presente solicitud".

2.- Examen del Tribunal: De acuerdo con el artículo 56 del Código, el Juez debe examinar la
solicitud y los antecedentes acompañados y encontrando ambos conforme, ordenará la
remisión del expediente al Servicio Nacional de Geología y Minería (SERNAGEOMIN).

Si del examen que realiza el Servicio se advierte que ha dejado de cumplirse cualquie ra de los
requisitos cuya omisión o retardo acarrea caducidad de los derechos emanados del pedimento,
el Juez desecha de plano la solicitud de sentencia y ordenará que se cancele la inscripción del
pedimento en el Conservador de Minas, oficiando al efecto.

Si, en cambio, nota defectos u omisiones que son susceptibles de ser subsanados, el juez los
señalará

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