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Introducción:
Desde los 90’s hasta la fecha, en diversos países de América Latina se puede observar
que mediante el uso de nuevas tácticas de protesta ligadas a la movilización social, los
sistemas de partidos han sufrido modificaciones sustanciales. Sin embargo, en otros
países donde se utilizan tácticas de movilización similar, los sistemas de partidos siguen
manteniendo su estructura. En vista de lo anterior, el siguiente trabajo tiene como
finalidad responder la siguiente pregunta: ¿por qué en algunos países de América Latina
colapsan los sistemas de partidos tradicionales debido a la movilización social, mientras
que en otros ésta fortalece los sistemas de partidos tradicionales?
En ese sentido, planteo como hipótesis que en aquellos países donde el neoliberalismo
fue implementado en contextos de gobiernos democráticos y bajo el mandato de
partidos ligados la izquierda de dicho país las consecuencias son el surgimiento de un
vacío de poder en la oposición al neoliberalismo. Lo anterior trae necesariamente consigo
un surgimiento de olas anti-partidos tradicionales que utilizan nuevas tácticas de
organización, reconfigurando el sistema partidario, muchas veces con el surgimiento de
un nuevo partido político de izquierda que asume las demandas anti-neoliberales,
haciendo retroceder al neoliberalismo ya sea por medio del colapso de este propio
sistema, o mediante reformas en el Estado. Por otro lado, en aquellos países donde el
neoliberalismo fue implementado bajo el alero de la derecha tradicional, que cuentan
con una oposición de izquierda, el partido tradicional en la izquierda política asume y
fortalece su rol de oposición a las reformas neoliberales, sin generar un quiebre radical
con el sistema de partidos previo. Esto tanto si la reforma sucede en democracia como
en dictadura.
Para el estudio de esta hipótesis, desarrollaré el cruce dos variables planteadas por
Roberts (2012) y Mainwaring (2006), y cómo éstas influyen en los outcomes partidarios
y movilizatorios en cada país: i) en qué régimen fue implementado el neoliberalismo en
un país (si fue bajo democracia o dictadura); ii) qué partido político (o grupo) llevó a
cabo las reformas neoliberales.
Finalmente, haré una revisión de lo particular del caso chileno, sobre cómo éste está
entrando en un ciclo distinto por pertenecer a dos vertientes partidarias en la adopción
de medidas neoliberales.
Los sistemas de partidos y los contextos políticos de los países no son estáticos y se
encuentran en permanente cambio. De esta manera existen coyunturas críticas que
definen crisis político-sociales las cuales llevan al surgimiento de nuevos sistemas de
partidos. En ese sentido, para motivos de este estudio, me centraré particularmente en
las coyunturas críticas que significan un cambio en el sistema de partidos de países
latinoamericanos. Estos cambios estarán sujetos por un lado a una transformación
radical en los sistemas de partidos, llevada a cabo por una “crisis de representación
democrática que da fin a un continuo, donde los patrones de representación son
inestables y los ciudadanos creen que no están bien representados.” (Mainwaring, 2006:
15). Esta crisis puede manifestarse a nivel de actitudes de los ciudadanos (desafección
partidaria y baja en el interés en la política) y a nivel de comportamientos de los
ciudadanos que rechazan explícitamente los mecanismos de la representación
democrática (mediante abstención electoral, votando por nuevos partidos, votando por
outsiders, participando en movilizaciones anti-sistémicas, etc.) (Mainwaring, 2006).
Bajo la misma línea, así como los sistemas políticos y de partidos de los países no son
estáticos, pasa lo mismo con los sistemas socioeconómicos. En los países de América
Latina ha habido diversas transformaciones en las estructuras que definen los sistemas
de repartos y prestaciones sociales, así como la competencia y los monopolios
económicos. En ese contexto, las reformas neoliberales han estado presentes en los
países del continente en las últimas cuatro décadas. El nivel de profundidad en la
implementación de estas reformas no sólo varía según país, sino que a la interna de los
países hay distintos periodos de implementación, algunos más pasivos y otros más
radicales. Por ejemplo, en Argentina existen dos ciclos distintos de implementación de
reformas neoliberales: en dictadura y en democracia. En ambos periodos existió un
proceso de reformas neoliberales. Sin embargo, fue en democracia donde se lleva a cabo
una implementación exhaustiva que cambió el rol del Estado y las relaciones económicas
de las personas y las empresas, lo que llevó a ese país a una fuerte crisis política y
económica. En ese sentido, a motivos de este trabajo, me centraré en la implementación
profunda de reformas neoliberales planteadas por Haggard & Kaufman, (2008) y
Symoniak (2011), que hayan significado una transformación estructural del sistema
económico de un país.
Estas reformas tuvieron importantes repercusiones. Por un lado, el Estado dejó de ser
el garante de la protección social, dando espacio al mercado como principal asegurador
de servicios básicos en la población. Casos emblemáticos se vieron con la privatización
de la salud, la educación y el sistema de pensiones (Haggard & Kaufman, 2008).
Finalmente, en torno a las políticas sociales, los Estados adquieren un carácter
subsidiario al entregar protección social a sectores focalizados, dejando de ser un Estado
garante de derechos, reduciendo al mínimo su cobertura de políticas sociales. De esta
manera, con la implementación de las reformas neoliberales, América Latina pasó de
tener un precario modelo de Estado de Bienestar (que de manera mínima aseguraba
derechos sociales básicos de manera universal) a un Estado Subsidiario que sólo se
preocupa de asegurar servicios mínimos para la dinamización de la economía,
priorizando el crecimiento económico por sobre tratar la desigualdad ascendente.
A razón de que en diversos periodos los países latinoamericanos contaron con reformas
neoliberales, me referiré aquellos donde se dieron la mayor parte de las características
descritas anteriormente en los años peak de reformas, así como aquellos que por
consiguiente tuvieron crisis políticas a raíz de las reformas neoliberales. Con esto me
refiero a la Argentina de Menem (1989-1999), Perú de Alán García (1985-1990), Bolivia
de Sánchez de Lozada (2002-2003), Chile de Pinochet (1973-1989), Uruguay de Lacalle
(1990-1995), Paraguay de Rodríguez (1989-1993), Brasil de Collor de Mello (1990-
1992), Venezuela de Pérez (1989-1993), Ecuador de Borja Cevallos (1988-1992) y
Colombia de Gaviria (1990-1994).
Por otro lado, las consecuencias de los colapsos de los sistemas de partidos abren la
puerta a nuevos e impredecibles actores (Morgan, 2011). Los casos emblemáticos son
los de Chávez en Venezuela (1998), Morales en Bolivia (2005), Kirchner en Argentina
(2003) y Correa en Ecuador (2006). Para Morgan, estos nuevos liderazgos que vienen a
romper con el sistema de partidos original vienen acompañados de fuerzas que surgen
en época de crisis, y el ingreso de ellos estos líderes al sistema de partidos elevan los
conflictos (Morgan, 2011). Incluso, “algunos actores emergentes pueden incluso socavar
el régimen por la falta de respeto a las normas democráticas o amenazar los intereses
creados.” (Morgan, 2011: 6) Ahora bien, contextualizando el objeto de estudio, los
partidos políticos tradicionales adoptan un consenso con el libre mercado, el cual, de
manera progresiva, comienza a agrietarse hasta llegar a las distintas crisis financieras y
políticas que azotan los países. La misma línea sigue Mainwaring (2006) al hablar sobre
el declive de partidos tradicionales en pos de outsiders que llegan a componer un nuevo
panorama en el sistema de partidos de los países latinoamericanos.
Ahora bien, Silva (2009) se pregunta: ¿por qué, a la vuelta del siglo XX, gran parte del
continente tiene episodios de movilización popular anti-neoliberal que fuerzan la caída
de los gobiernos pro-neoliberales y contribuyen a su eventual sustitución por fuerzas
políticas interesadas en reformar el neoliberalismo y en otros no? Para Roberts (2012)
esto es consecuencia de la adopción de políticas neoliberales por parte de partidos
políticos situados a la izquierda del espectro político en dichos países, dejando un vacío
de poder en aquellos sectores marginados por las reformas neoliberales. Para Silva
(2009) las características de estos países a la hora de transformar radicalmente el
sistema de partidos fueron construidas como “reacción a los tercos esfuerzos
persistentes para sustituir un orden nacional - populista con la sociedad de mercado y
la democracia contemporánea -el nuevo camino hacia la modernidad." (Silva, 2009: 4).
Por tanto, el “(...) desmantelamiento de las protecciones del mercado para los sectores
populares (y clases medias) amenazó con una exclusión económica y política
significativa. Esta fue la primera, y fundamental, condición necesaria. En todos los casos,
independientemente del grado en que se implementaron las reformas neoliberales, esto
generó la motivación para la movilización.” (Silva, 2009: 34). Otorgando una
exclusividad a aquellos sectores marginados por las reformas neoliberales los nuevos
fenómenos políticos obtienen su apoyo social para romper con el sistema de partidos
actual. Por ejemplo, en la Venezuela post-reformas neoliberales, “en lugar de confiar en
el apoyo de los sindicatos y las asociaciones profesionales, como las que AD y COPEI
habían hecho, Chávez ha cultivado apoyo entre los históricamente marginados.”
(Morgan, 2011: 4).
Por otro lado, para Silva (2009) la volatilidad electoral de los sistemas de partidos
también debilitó políticamente a los neoliberales, ya que de manera inevitable los
sectores populares marginados por las reformas neoliberales comienzan a sentirse
identificados y, así, generan vínculos con nuevos partidos políticos. De esta manera,
para la literatura, las consecuencias que tuvo la marginación de vastos sectores de la
sociedad con la implementación de los paquetes de reformas del Consenso de
Washington fueron los mismos causantes de las fuertes transformaciones del sistema de
partidos. Silva lo retrata de la siguiente manera:
Ahora bien, es necesario analizar los factores que determinan que hayan surgido
transformaciones radicales en los sistemas de partidos en ciertos países y en otros no.
Como mencioné previamente, los neoliberalismos no fueron implementados en los
distintos países de la misma forma; la construcción de hegemonía neoliberal y las
reformas de libre mercado en América Latina no en todas partes fueron implementadas
de igual manera, por lo que las consecuencias en lo político también difieren. Para
Roberts (2012), la liberalización de la economía en la región “contribuyó –en algunos
países- a formas relativamente estables de la competencia partidaria post-ajuste. Sin
embargo, en otros, socavó las alineaciones programáticas y desestabilizó el sistema de
partidos en el período posterior a las reformas.” (Roberts, 2012: 1432). Esta diferencia
está sujeta a dónde se sitúan en el espectro derecho-izquierda los partidos políticos que
realizan las reformas neoliberales en su país, pues en aquellos países en que la derecha
implementó reformas neoliberales, éstas no generaron una reestructuración radical de
su sistema de partidos, mientras que aquellos países donde gobiernos de centroizquierda
implementaron reformas neoliberalizantes, han cambiado abruptamente su sistema de
partidos, dando espacio a organizaciones políticas que buscan cambios radicales en sus
países (Roberts, 2012).
Por un lado, aquellos países en donde partidos de derecha llevaron a cabo reformas
neoliberales contaban con un factor en contra, puesto que “los partidos conservadores
estaban seguros de encontrar oposición bien organizada a las reformas neoliberales en
estos países” (Roberts, 2012: 1434), tanto por no contar con presencia en
organizaciones de la sociedad civil con capacidad de movilización y por tener una
oposición partidaria de izquierda. Esto hizo que al momento de llegar a la crisis de
predominancia neoliberal en el país, el partido tradicional en la izquierda política
asumiera el rol de oposición a las reformas neoliberales, sin generar un quiebre radical
con el sistema de partidos previo. Casos como estos ocurrieron Uruguay, Brasil, Perú,
Colombia, Chile. Por otro lado, aquellos partidos que históricamente se han situado en
el espectro de la izquierda política en su país e introdujeron reformas neoliberales,
contaban con una ventaja, y es que estos partidos “podían ofrecer incentivos para que
los líderes sindicales cooperaran, cooptar a los líderes sindicales y utilizar sus reservas
de capital político y de confianza para contener la movilización popular, al menos en el
corto plazo.” (Roberts, 2012: 1434). Esto tuvo como consecuencia un vacío de poder en
la oposición de estos regímenes a la hora de llegar la crisis del modelo neoliberal. Por
un lado el partido tradicional de derechas no generaba una oposición programática
cuestionando la implementación de reformas neoliberales, y por otro lado, aquellos
sectores de la sociedad que históricamente se identificaban con un partido de izquierda
ya no tenían un referente político para establecerse como oposición (Roberts, 2012).
Países emblemáticos donde sucede este fenómeno son Venezuela, Argentina, Bolivia y
en parte Ecuador. Es en estos países donde se comienza a impulsar una corriente política
de consenso con el libre mercado, donde a nivel político la defensa histórica que se había
realizado a los Estados de Bienestar desaparece.
En ese sentido, son los casos de los países donde se implementaron reformas
neoliberales por parte de partidos políticos situados en el espectro de la izquierda donde
la resistencia al neoliberalismo se dio bajo el alero de movimientos sociales de protesta
y el surgimiento de outsiders de la política tradicional, dando espacio al surgimiento de
alternativas radicales fuera del sistema de partidos tradicional.
Para entender el contexto político y económico actual estos países, es necesario analizar
las condiciones en la implementación del neoliberalismo a nivel latinoamericano y cuáles
son las consecuencias de esa implementación. En la tabla 1 llevo a cabo un cruce de dos
variable: i) “forma de gobierno”: el tipo de régimen en el que fue impuesto, si fue en
democracia o en dictadura; ii) “tipo de partido/coalición”: que representa la postura
política de quienes llevaron a cabo su implementación.
i) “Forma de gobierno”: Sobre tipo de régimen en el que fue impuesto, en
términos generales el régimen neoliberal fue impuesto o en autoritarismo o
en democracia. Las consecuencias que tiene esto, es que en dictaduras
autoritarismos las bases del neoliberalismo quedan mucho más arraigada a
las estructuras política-económicas del país, al encontrarse sin actores
sociales que contradijeran esta implementación (por ejemplo, Chile). Para
motivos de este estudio me referiré particularmente a los modelos de régimen
burocrático-autoritario (O’Donnell, 1973), el cual trata de una coalición entre
los militares que ostentan el poder fáctico y toman las decisiones, y una elite
tecnocrática que asume la responsabilidad de organizar y hacer eficiente el
sistema económico (O’Donnell, 1973). Por otro lado, cuando es implementado
en democracias, el neoliberalismo tiende a colapsar, pues el shock es tan
fuerte que una gran diversidad de actores sociales se oponen a su
implementación (Ejemplos son Argentina, Bolivia, Venezuela, etc.), teniendo
como consecuencias grandes crisis económicas y movilizaciones sociales
radicales.
ii) Sobre postura política de los implementadores, o bien puede haber sido
implementado mediante gobiernos políticos de la socialdemocracia tradicional
de un país, o por partidos de derecha tradicional. Si el régimen fue impuesto
por un partido ligada a la derecha tradicional, en términos de espectro político
esto tiende a que el partido progresista o de izquierda tradicional se fortalezca
al abarcar las críticas a la implementación del modelo, sin desconfigurar
radicalmente el sistema de partidos de un país (Ejemplo: Brasil y el PT). Por
otro lado, si estas reformas son llevadas a cabo por partidos socialdemócratas
o históricamente ligadas a los movimientos obreros, se genera un vacío de
representación, pues los sectores populares y marginados afectados
directamente por el neoliberalismo se quedan sin partidos ni representantes
que los puedan defender, por lo que se ven obligados a crear nuevos
referentes outsiders que vienen a transformar el sistema de partidos,
estableciendo una línea antagónica entre los neoliberales y los movimientos
sociales (Ejemplo: Bolivia, Venezuela, Ecuador, etc.).
Tabla 1. Tabla cruzada entre variables “forma de gobierno” y “tipo de
partido/coalición”
Forma de gobierno en que se implementó
el neoliberalismo
Dictadura Democracia
De acuerdo a lo que podemos observar en la tabla, por un lado, aquellos países en donde
fue implementado el neoliberalismo en dictadura y bajo una coalición de derecha, hay
un fortalecimiento del partido/coalición de izquierda tradicional, a la vez que hay un
mantenimiento de las estructuras principales de la economía neoliberal impuesta en el
periodo autoritario. Por otro lado, aquellos países donde el neoliberalismo fue
implementado en democracia y bajo el alero de la derecha tradicional, hay un
fortalecimiento de los partidos de izquierda tradicional al asumir el antagonismo a las
reformas neoliberales. Sin embargo, no hay un cambio radical (ya sea por colapso o
reformas) de las estructuras económicas implementadas por la derecha de dicho país.
Finalmente, en aquellos países donde el partido político ligado a la izquierda
tradicional/socialdemocracia de dicho país implementó el neoliberalismo, al generarse
un vacío de representación de los sectores marginados por dichas reformas, hay un
surgimiento de un nuevo partido/coalición de izquierda radical que lidera un retroceso
abrupto en la estructura económica neoliberal.
Una gran discrepancia en el contexto político chileno, que lo diferencia sobre todo de
países que han sufrido transformaciones radicales y abruptas en sus sistemas de partidos
(representados en el cuarto cuadrante de la tabla 1.), es que ha experimentado es una
crisis orgánica de “Régimen”. Ésta entendida como la pérdida de hegemonía de las elites
en las distintas instituciones que manejan, como las empresas, partidos políticos,
parlamento, etc. (Iglesias, 2015). Esto genera un vacío de representatividad, situación
disímil a la de la región donde hay un vacío de poder.
Por el contrario, en el resto de los países de América Latina del cuarto cuadrante de la
tabla 1, al transformar su sistema de partidos vivieron una crisis de Estado, lo cual se
presenta como un colapso de los dispositivos administrativos de gobernabilidad (Iglesias,
2015). Cuando ocurren situaciones de crisis de Estado las agendas parlamentarias se
congelan, ocurren vacíos de poder y muchas veces renuncias los presidentes. Esta
situación ha sido habitual en países de América Latina, como en Ecuador y Venezuela
previo a los gobiernos de la Revolución Bolivariana y en Argentina en la crisis económica
y política entre el 2000 y el 2001, antes de la llegada de Néstor Kirchner.
Es evidente entonces, que para dar pie a una similitud entre estrategias políticas tiene
que existir una similitud en los escenarios políticos en los que se sitúan los actores en
cuestión.
De todas formas, las diferencias siguen siendo sustanciales. Las transformaciones en los
sistemas de partidos han estado sujetas al régimen político en que se implementó el
neoliberalismo, así como a la posición en el espectro político del partido/coalición que ha
impulsado su implementación.
Bibliografía:
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Silva, E. 2009. Challenging Neoliberalism in Latin America. Nueva York, Estados Unidos:
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