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RESUMEN:

El estudio de la víctima aparece por primera vez en los años 40 sobre el cual permea el
positivismo y la etiología con respecto al análisis de la víctima. Se entendía de acuerdo
con la psicología victimal que la víctima era un factor importante en la forma en la que el
ofensor llevaba a cabo la situación delictiva.

Más adelante durante los años 60 el interés por las víctimas y la prevención sucedió en
torno a distintas situaciones como a los cambios sociales de aquellos años cuando nacen
teorías tales como la indefensión aprendida, categorización social, desarrollo moral, y
teorías de la atribución, así como también se vio promovido por el emergente movimiento
feminista. Luego, los años 70 se llena de nuevas teorizaciones en las cuales la
victimización no sólo tiene que ver con el hecho delictivo sino también la que es
provocada por la intervención de las instituciones en las cuales la víctima, deja de ser
válida y cae en una categorización de debilidad y esta no es realmente tomada en cuenta
más allá de verla como una prueba y objeto de sufrimiento. Sin embargo esto se intenta
cambiar en el periodo de los años 90, sobre los cuales la influencia de los movimientos
sociales comienzan a verse a flota en función de la superación del estado de víctima, es
decir que al hablar de víctimas ya no se piensa e el castigo que estas buscan como
medida de justicia, sino de una forma de reparación, ya que no se busca más la venganza
sino el recuperar lo que se ha perdido. En un principio se respondió con diferentes tipos
de retribuciones, como casas, organizaciones y centros de atención para las víctimas y
con el tiempo estas retribuciones cambian cualitativamente, para ahora tratarse de nuevas
formas de tratamiento, como la medicación, servicios de atención tanto para las víctimas
como a sus familiares y las respuestas civiles y penales coordinadas. Sin embargo, lo que
se busca, no es que el hecho delictivo se vea y se trate de forma individual o como si sólo
tuviera que ver con la víctima, sino que se busca situarlo y poner atención sobre la esfera
social e institucional donde se forma y produce el delito.

También se hace una distinción entre, la víctima social y la víctima jurídico penal. La
primera hace referencia a los grupos marginados, débiles social y económicamente a los
cuales es fácil que sus derechos se vean amenazados o privados, sin embargo también
es importante ver las dos caras de la moneda ya que tanto esta estructura social crea
víctimas como victimarios, y este es uno de los problemas de la víctima social, la cual
puede ser una tan rápido como puede ser la otra para así perderse en el sistema, es decir
que pasan desapercibidas. La segunda tiene que ver con aquellas víctimas cuyo estatus
le da valor y eficacia para poder luchar por sus derechos.

La lectura hace énfasis en que esto se debe visualizar desde la pérdida del prestigio o
posición social y también se debe intentar hacer visible el maltrato psicológico con
respecto a la víctima. Por lo tanto para la estructura en la que vivimos es más fácil
visualizar cuando el maltrato es físico debido a este puede ser detectado y comprobado y
por cumplir estos requisitos objetivos entonces es como se procede al castigo social o
lega. Sin embargo cuando se trata del maltrato psicológico es mucho más difícil debido a
que este se presta a la ambigüedad y es descartado como algo comprobable ya que tiene
que ver con la subjetividad de la misma víctima, es por esto que no amerita que haya una
sanción.

Finalmente con respecto a la segunda parte que se encarga de analizar los efectos
psicosociales de la victimización criminal, podemos decir que hay perspectivas que
pueden ayudarnos a desmenuzarlos, uno de ellos es el modelo transaccional de la
victimización sobre los cuales los principios son la evaluación cognitiva sobre la cual la
víctima hace una evaluación sobre el delito que se le acaba de cometer y cómo este ha
amenazado su integridad. Luego se habla del afrontamiento, el cual le permitirá a la
víctima reconstruir un nuevo significado de su propia persona y entorno, dichas
estrategias van desde la negación, la denuncia, el apoyo social, hasta el apoyo
profesional. Finalmente se habla de los cambios experimentados por la víctima, los cuales
pueden ser: cambios cognitivos, cambios afectivos, cambios comportamentales y cambios
psicofiosiológicos

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