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HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES

1. El Congreso de Viena y el Sistema de Congresos

El Gran Imperio napoleónico se extendió a lo largo de diez años por toda Europa y
alcanzó su máximo esplendor entre 1809 y 1812. A pesar de la contradicción, el
Imperio se constituyó como heredero de la Revolución de 1789, y los objetivos básicos
de este Imperio recién creado se toparon con los de las grandes potencias europeas, lo
que le hará rivalizar con Gran Bretaña en esa lucha por la hegemonía europea y
también con Rusia y Austria. Las sucesivas coaliciones (1805,1806 y 1809) tendrán a
Inglaterra como eje, y cada guerra supondrá una victoria para Francia y la expansión
del Imperio. Sin embargo, a partir de la desastrosa guerra contra Rusia y de las
resistencias contra Francia que habían comenzado a desarrollarse ya desde 1808, se
producirá el hundimiento de este Imperio, entre 1812 y 1814.

Talleyrand se encargará de negociar la paz con los aliados: el Primer Tratado o Paz de
París, firmado el 30 de mayo de 1814. Este será benevolente con Francia, la cual
volverá a sus fronteras de 1792 pero no será ocupada, ni desarmada, ni se le exigirá la
devolución de tesoros o indemnización alguna. A Napoleón le fue concedido el
principado de Elba y una pensión importante para él y su familia. Sin embargo, el 1 de
marzo de 1815, mientras estaba reunido el Congreso de Viena, Napoleón desembarca
en Cannes, donde, confiando en un apoyo del pueblo francés dada la creciente
impopularidad de Luis XVIII, restablece el gobierno imperial y promete reformas
liberales. Los aliados organizan en Viena lo que sería la batalla decisiva contra
Napoleón: Waterloo, en Bélgica, el 18 de junio de 1815. Napoleón es derrotado y
abdica, finalizando así el conocido como “Imperio de los 100 días” y deportado a Santa
Elena, donde muere el 5 de mayo de 1821. Tras esto se firma un Segundo Tratado o
Segunda Paz de París el 20 de noviembre, más duro para Francia que el primero.

Los aliados, vencedores de Napoleón, se reunieron en Viena desde septiembre de


1814 hasta junio de 1815, y decidieron el nuevo mapa europeo y los principios y
acuerdos que rigieron las relaciones entre los Estados europeos en las siguientes
décadas.

La distinción entre “grandes” y “pequeñas” potencias es un concepto que se acuña en


Viena. Así, la invitación a participar en este Congreso se refería a toda potencia
integrada en la guerra, pero en realidad, se las había llamado para ratificar lo dictado
por las grandes, ya que en la práctica fue la Cuádruple Alianza (Rusia, Prusia, Austria y
Gran Bretaña) la que redactó íntegramente el Acta final del Congreso de Viena. Francia
de la mano de Talleyrand, no obstante, logró ser incluida, formándose una Pentarquía.

El objetivo de este Congreso era establecer un equilibrio en Europa a través de un


legítimo poder supranacional, sin embargo el verdadero resultado es el opuesto, un
desequilibrio mundial por el establecimiento de un conjunto de Estados con derecho a
intervención sin una implicación de guerra, por lo que toda pequeña potencia pasa a
ser susceptible de ser intervenida. Este fue el primer intento de coordinar el sistema
internacional, si no a través de una organización permanente, a través de un sistema
de congresos que regulan y legitiman las acciones militares de los fuertes sobre los
débiles.

Austria, potencia anfitriona del Congreso es el eje de la Pentarquía y mantendrá su


hegemonía en la Confederación Germánica y en los Estados del norte de Italia. Al
frente del Imperio austríaco se encontraba el emperador Francisco I, cuyo ministro de
Asuntos Exteriores, Metternich, fue el auténtico organizador del Congreso. Este dio su
nombre al período de la historia europea de 1814 a 1830, la “era de Metternich” y al
sistema de relaciones internacionales de la época, “el sistema Metternich”.

Los Tratados de París y el propio Congreso de Viena se complementan posteriormente


con otras Alianzas, que responderán también a supuestos ideológicos.

Las dos realidades políticas del momento eran, la Santa Alianza (1815) y la Cuádruple
Alianza (Quíntuple posteriormente).

La Santa Alianza llevará a cabo una política bajo los preceptos de la religión cristiana y
será creada por Rusia y firmada por Austria y Prusia, quedando Gran Bretaña fuera de
este pacto. Esta Alianza suscitó recelos entre los liberales europeos y despertó las
suspicacias contra todo el Sistema de Congresos.

La Cuádruple Alianza, sin embargo, es realmente la que da inicio a la Europa de los


Congresos o el Concierto Europeo y consolida el directorio de las grandes potencias
sobre los asuntos de Europa. Se establecen conferencias periódicas para dar
seguimiento a la estabilidad del Concierto Europeo.

En el Congreso de Aquisgrán (1818) se establece el final de la ocupación militar con la


integración de Francia entre los grandes (Pentarquía) y se inicia una orientación
represora contra cualquier oposición.

En el Congreso de Carlsbad (1819) se establece la censura de prensa y libros para


evitar la proliferación de ideas antisistema.

En 1820 se inicia un movimiento revolucionario en España y Portugal que se extenderá


por toda Europa a lo largo de treinta años. La persistencia de estos movimientos
acentúa la represión del Sistema de Congresos, lo que influirá en su decadencia.

En el Congreso de Troppau (1820) se concreta por primera vez el principio de


intervención por peligro liberal, rechazado por Gran Bretaña por considerarlo contrario
al equilibrio europeo.
Un año más tarde, en el Congreso de Laybach (1821) se acuerda la intervención militar
en Nápoles y en Piamonte.

En 1822, en el Congreso de Verona, Francia aboga por la intervención en España en


contra de Gran Bretaña que defiende una doctrina no intervencionista y en 1823 los
“Cien mil hijos de San Luis” entran en España y restituyen a Fernando VII como
monarca absoluto. Estados Unidos establece la Doctrina Monroe, mediante la cual se
abstendría de intervenir en Europa a cambio de la no intervención de Europa en
América. La política británica de reconocimiento de las independencias
hispanoamericanas y su renovada visión liberal de la política influirán decididamente
en el desmoronamiento del Sistema de Congresos. Este será el último gran Congreso
del “Sistema Metternich”, su último éxito. Los Congresos de San Petersburgo (1824/5)
finalizaron con ningún acuerdo.

A partir de 1826 se evidencia que las potencias anteponen sus intereses particulares a
los generales de Europa y el sistema se descompone y termina sucumbiendo en última
instancia ante los movimientos revolucionarios.
2. Las Revoluciones liberales de 1820, 1830 y 1848

El primer movimiento revolucionario tiene lugar en España cuando el comandante


Riego se subleva en contra del absolutismo de Fernando VII y en relación directa con
España, se produce en el mismo año una sublevación militar en Oporto. Esta ola
revolucionaria llega al territorio italiano, donde se mezclan claramente nacionalismo,
aspiración a la unidad y liberalismo. Será Grecia en donde esta revolución alcance su
objetivo declarándose su independencia del Imperio otomano en vísperas de la década
de los 30.

El contexto en el que tendrán lugar las revoluciones de 1830 es de crisis económica y


política por la erosión del sistema de la Restauración. En 1830, el rey de Francia, Carlos
X, promulga las “Ordenanzas de Julio”, disolviendo el Parlamento en el que había una
mayoría liberal y estableciendo censura de prensa y restricciones en el sistema
electoral. Esto desencadenó la protesta popular en las calles e hizo que Carlos X se
viera obligado a abdicar y huyera a Inglaterra.

El duque Luis Felipe de Orleans fue proclamado rey de Francia al ser considerado como
mejor opción para liderar la Revolución que sería moderada, lejos del “Terror” de 1789
y la cual no buscaba la extensión por Europa, sino que fue concebida como un asunto
francés. Así se elabora la Constitución de 1830 y nace una nueva Francia moderada.

En el Reino de los Países Bajos (Belga-Holandés) se incrementó entre 1825 y 1830 un


sentimiento nacional belga frente a Holanda y esto, junto con la crisis económica llevó
a la Revolución de Bruselas, alentada por lo ocurrido en Francia. El ejército regular de
los Países Bajos fue derrotado y Bélgica declaró su independencia el 4 de octubre
estableciendo su propia monarquía.

Rusia reúne tropas para sofocar la revolución, y Prusia parecía dispuesta a intervenir
también. Sin embargo, ambas se abstuvieron al no contar con el apoyo de las demás
potencias, entre ellas Austria, más preocupada por la situación italiana. Así, Gran
Bretaña acuerda con las demás potencias el reconocimiento de la independencia belga
a cambio de la neutralidad para mantenerla como estado tapón frente a Francia, y
Leopoldo de Sajonia-Coburgo es nombrado rey. Los holandeses volverán a intentar
recuperar Bélgica, pero serán derrotados de nuevo en agosto de 1831.

En esta época, Rusia sigue fortaleciendo su poder centralizador sobre Polonia, pero el
21 de noviembre de 1830, los soldados polacos destinados a reprimir la revuelta belga
se levantaron contra el zar. El 3 de diciembre reclaman el establecimiento de una
Polonia autónoma, y en enero el gobierno provisional proclamó la independencia de
Polonia. Sin embargo, las clases poderosas no buscaban una ruptura de relaciones con
Rusia de modo que Polonia precisaba ayuda exterior. No obstante, ninguna potencia
ayudó a Polonia contra Rusia, ya que las propias Prusia y Austria poseían parte del
territorio polaco y, por tanto, no querían ver triunfar la revolución en Polonia, y Gran
Bretaña y Francia no tenían entre sus intereses una revolución en Polonia. De este
modo, el 7 de septiembre de 1831, la Guardia Imperial Rusa recupera Varsovia. Desde
este momento, Polonia se convertirá en un “horno” de revoluciones en las siguientes
décadas.

En los Estados italianos se iniciará también un ciclo revolucionario en 1831 siguiendo la


estela de Francia, Bélgica y Polonia. Surge aquí el concepto de “Italia” sobre los
distintos reinos y ciertas provincias hablarán de un Estado Central Italiano. En Roma se
celebrará una conferencia que reducirá el poder temporal del Papa y establecer un
reparto de poder. Austria tratará de asegurar el mantenimiento de su hegemonía en la
península italiana y en febrero de 1831 ocupará Bolonia y forzará la salida del gobierno
provisional a Ancona. La renovada inquietud de Francia ante la acción de Viena la llevó
en febrero de 1832 a ocupar Ancona, en el Adriático italiano, mientras durase la
ocupación austríaca, y este lugar se mantuvo como refugio de los italianos liberales
perseguidos.

En 1831, en Marsella, Giuseppe Mazzini crea un movimiento político, la “Joven Italia”.


Este propone la independencia de la península italiana con un sistema de gobierno
republicano y democrático. Garibaldi formará parte de este movimiento, si bien en el
momento de la independencia se acercará más a una propuesta monárquica.

El eco de la revolución de 1830 fue menor en la Confederación Germánica, pero si se


produjeron varios conatos en los territorios alemanes. Metternich reaccionó con
máxima dureza ante la posible extensión por el resto del territorio alemán de la
revolución liberal y Prusia apoya su postura, por lo que “La Dieta” aprobará una
legislación de carácter antiliberal en la Confederación. Posteriormente, sin embargo,
Prusia demandará a Austria una compensación por el apoyo, lo que dará lugar al
nacimiento del Zollverein, unión aduanera de los Estados alemanes de la que Austria
queda excluida.

En 1848, el régimen de clase de Luis Felipe va a ir perdiendo apoyos, y tras pequeños


conflictos y depresiones económicas, el pueblo toma la Asamblea Nacional. Lamartine
presidirá en un primer momento con una política más agresiva que Luis Felipe y se
resistirá ante cualquier intento de eliminar la Revolución. Tras las elecciones a la II
República Francesa, Luis Napoleón presidirá Francia, y se proclamará emperador en
1852, suprimiendo la República e inaugurando un “II Imperio Francés”.

La oleada revolucionaria llegó también al Imperio austríaco, donde la revolución de


París impulsó el levantamiento de Viena. El Imperio estaba dirigido por Metternich,
que realmente era quien gobernaba en nombre de Fernando I, y el levantamiento de
Viena lo hará dimitir y huir a Francia. Además, esta revolución llevó a una deriva
nacionalista, en la que Lajos Kossuth declaró la independencia de Hungría en 1849.
Tras la caída de Metternich, Fernando I abdica en su sobrino Francisco José, quien
intentará mantener cohesionado el Imperio que comienza a disgregarse, para lo cual
pide ayuda a Rusia, que interviene militarmente y suprime el independentismo
húngaro, considerando la posible solidaridad que podría surgir entre Hungría y Polonia.

La revolución prende también en Italia, donde Venecia proclama la República y


Lombardía pide apoyo a Piamonte-Cerdeña para lograr su independencia. Radetzky,
general austríaco, intervendrá para sofocar este conato de revolución y la victoria
austríaca en Novara devolverá el control temporalmente a Austria. El rey de Piamonte
abdicará en Victor Manuel II, que hará de Camillo Benso, Conde de Cavour, su ministro
principal, y este será padre de la unificación italiana. Entre 1848 y 1850, Mazzini
establecerá en Roma una República Romana, a la que se opuso Luis Napoleón
Bonaparte desde un primer momento. Este buscaba expulsar a Austria de los Estados
italianos y ejercer un protectorado sobre los Estados Pontificios, manteniendo el
apoyo de los católicos que le habían permitido acceder al poder. En el 1849, el ejército
francés desembarcó en Civittavecchia y atacó Roma, venciendo a las tropas de
Garibaldi y restableciendo el poder temporal del Papa. Desde este momento, los
nacionalistas italianos se convencieron de la necesidad de buscar la ayuda de alguna
potencia europea para expulsar a Austria de Italia.

El espacio alemán, tras las guerras napoleónicas, queda agrupado en la Confederación


Germánica, con una “Dieta” presidida por Austria. Comienzan en esta época a surgir
movimientos nacionalistas alemanes, pangermánicos, para hacer de ella un verdadero
Estado frente a las demás potencias. Este nacionalismo pone el acento en el concepto
de “pueblo”, más importante que los ciudadanos. En Dresde, será Wagner junto con
Bakunin quien liderará la revolución, y se crea un Parlamento revolucionario ajeno a
Austria y Prusia que decide la creación del Imperio alemán. Se cuestionó entonces qué
Alemania crear, una “Pequeña Alemania” en torno a Prusia, o la “Gran Alemania” en
torno a Austria. Finalmente se deciden por Prusia frente a la decadente Austria, y los
revolucionarios de Frankfurt ofrecen a Federico Guillermo de Prusia la corona de una
nueva monarquía liberal y democrática, propuesta que este renunciará, lo que supone
el fin de la viabilidad política de la revolución de 1848 en el espacio alemán.
3. La Cuestión de Oriente y el Mediterráneo

En el siglo XIX, el Imperio otomano se encuentra debilitado y la lenta descomposición


de este Imperio será de gran relevancia durante todo el siglo bajo el nombre de “la
Cuestión de Oriente”. Rusia y Austria perciben esta debilidad y buscan obtener
territorios en los Balcanes. No obstante, a Inglaterra le interesa mantener a Rusia en el
Norte, alejada de India y de una posible entrada en el Mediterráneo. Por otro lado,
Francia también participa en cierta medida contra el avance ruso.

La aceleración de la historia conocida por Occidente desde mediados del siglo XVIII
había ahondado el desfase otomano respecto al resto de Europa. A Turquía no llegó la
Revolución Industrial ni el liberalismo, pero si sufrió los efectos de una y otra. El
problema básico de este Imperio fue su incapacidad para abordar con éxito la
modernización mediante reformas estructurales en el contexto de un Estado laico.
Además de este problema fundamental, otros dos marcaron la decadencia de este
Imperio. La llegada a los Balcanes de los nacionalismos inspirados por las revoluciones
liberales de Europa y las apetencias territoriales de las grandes potencias sobre el
Estado turco.

La guerra de independencia griega (1820-1829) comenzó la disgregación del Imperio


otomano, ayudada por los rusos y las otras grandes potencias que trataron de influir
sobre este territorio y facilitaron su independencia. Es desde este momento cuando se
comienza a percibir la debilidad otomana.

En la guerra griega jugó un papel muy importante Mehmet Ali, gobernador de Egipto.
El sultán del Imperio le había pedido ayuda para sofocar la revuelta griega, a lo que
este accedió a cambio de Creta. Sin embargo, después se volvió contra el sultán
reclamando más territorios, de los que se apoderó, como Siria o Palestina. Su
verdadero objetivo era sustituir al sultán para crear así un nuevo Estado independiente
y moderno. No obstante, Turquía se salvó al concertar una alianza con Rusia. Esta
presencia rusa en el territorio otomano alarmó a las potencias europeas, por lo que
impusieron el Tratado ruso-turco que otorgaba ventajas a Rusia pero también la
obligaba a retirar sus tropas a su base en Crimea. Gran Bretaña y Francia, por otro
lado, no estaban interesadas en un Egipto independiente, por lo que tras la muerte de
Mehmet Ali, en 1882, Egipto pasó a ser un protectorado británico.

La liquidación final del Imperio turco en Europa vino dada por varios hitos: la Guerra de
Crimea y la Paz de París de 1856, el Congreso de Berlín en 1878, y el ciclo de conflictos
balcánicos que precederán a la Primera Guerra Mundial.

La Guerra de Crimea fue suscitada por el enfrentamiento ruso-turco en el mar Negro y


los estrechos, sumados a otros factores políticos, económicos y religiosos. Esta guerra
supuso una alianza entre las tres grandes potencias liberales (Gran Bretaña, Francia y
Piamonte) con el Imperio otomano contra Rusia y pone de manifiesto la tensión ante
la descomposición del Imperio turco. Finalmente, Sebastopol, principal base naval rusa
en el mar Negro, será tomada por los franceses y la guerra finaliza con la Paz de París
de 1856. Este nuevo tratado supone el reconocimiento internacional de la integridad
del Imperio otomano, la neutralización del mar Negro, la libre navegación por los
estrechos y la libertad religiosa dentro del Imperio. Permite ver la debilidad militar con
respecto a Occidente de una Rusia que a partir de ahora comenzará un intento de
industrialización.

[Tratado de Berlín-Tema 5: Así, los rusos se lanzan a una guerra con el Imperio
otomano en 1878 para imponer su control político sobre el área balcánica. Tras su
victoria, firma el Tratado de San Stéfano, que alerta a todas las potencias europeas,
pues la idea de este Tratado era la creación de una Gran Bulgaria, independiente del
Imperio otomano pero bajo control ruso. No obstante, Bismarck propuso la reunión de
un Congreso en Berlín para discutir el futuro de los Balcanes, y eliminará los principios
de San Stéfano. Así, destruye la posibilidad de una Gran Bulgaria, que es dividida en
dos partes, Austria-Hungría obtuvo el derecho de ocupar y administrar Bosnia-
Herzegovina, Inglaterra recibe la administración de Chipre y se reconoce la
independencia de Rumanía, Serbia y Montenegro.] + Una vez conseguida la
independencia, a finales del siglo XIX, los pueblos balcánicos se enfrentarán entre ellos
en devastadoras luchas irredentistas en un intento de conseguir hacer coincidir
territorio y población homogéneos, con la consiguiente eliminación de las minorías.
Los acontecimientos no tardaron en rectificar los acuerdos estabilizadores del Tratado
de Berlín al comprobarse que la situación de Turquía en Europa era insostenible, y esto
llevó a una sucesión de conflictos que culminarían en la I Guerra Mundial en el 1914.

En el transcurso de 1912-1914 tendrán lugar dos guerras balcánicas. En un primer


momento, Serbia, Bulgaria y Grecia librarán una batalla contra el Imperio otomano
para expulsarlo del continente europeo y se establece el condominio entre las
potencias vencedoras, que desembocará en una guerra entre ellas para repartirse lo
conquistado.

El 28 de junio de 1814, el Archiduque Francisco Fernando visitará Sarajevo, capital de


Bosnia, y será asesinado por un joven Serbio llamado Gavrilo Princip.
4. La unificación de Italia y Alemania y la quiebra del Concierto

El fracaso del movimiento nacional italiano en 1848 consagró la fragmentación política


de Italia y el mantenimiento de la hegemonía austríaca sobre esta región. Sin embargo,
pese a la derrota, el Estado piamontés conservó las instituciones liberales de la
revolución del 48 e inició un proceso de reformas socioeconómicas que desembocaron
en el desarrollo de un proceso de industrialización y un ejército moderno. Camillo
Benso, conde de Cavour y primer ministro piamontés orientará definitivamente la
política de Piamonte-Cerdeña hacia una península italiana unida.

Para conseguir la unificación, Cavour trató de conseguir el apoyo de otras potencias, y


la guerra de Crimea le proporcionó la oportunidad para obtener el respaldo de Gran
Bretaña y Francia. Estas potencias rechazaron en un primer momento los
ofrecimientos por temor a acabar con el apoyo de Austria en la cuestión oriental, sin
embargo, las reticencias de Austria a declarar la guerra a Rusia por el incumplimiento
de los puntos establecidos en una Conferencia en Viena, como había acordado en un
tratado con Francia y Gran Bretaña en 1854, llevaron a estas dos potencias a iniciar
negociaciones con Piamonte-Cerdeña.

El final de la guerra de Crimea abrió el camino a los proyectos revisionistas de


Napoleón III con respecto a las fronteras francesas, y este vio en la cuestión italiana
una oportunidad para debilitar a Austria y redefinir las fronteras francesas en Italia. Sin
embargo, el Emperador se opuso desde un principio a la creación de una Italia unida
que abarcase la totalidad del territorio, pues podría constituir una amenaza para sus
intereses mediterráneos, por lo que propuso la creación de una confederación italiana
con cuatro grandes Estados y presidida por el Papa.

Tras un atentado sufrido por Napoleón III a manos de un nacionalista italiano,


Piamonte se plegó finalmente a las pretensiones francesas y acordó con Francia la
expulsión de Austria del territorio italiano y la creación de la confederación de los
cuatro reinos. Todo el acuerdo se supeditaba a una agresión austríaca contra
Piamonte-Cerdeña, por lo que Cavour inició una serie de provocaciones para llevar a
Austria a un conflicto. La situación internacional llevó, sin embargo, a Napoleón III a
dar marcha atrás y buscar una salida diplomática al conflicto y obligó a Piamonte-
Cerdeña a ceder, pero la intransigencia austríaca hizo fracasar la mediación británica
que buscaba celebrar una Conferencia internacional que ofreciera algunas
compensaciones territoriales a Piamonte pero que garantizara las posesiones
austríacas en Lombardía y Véneto. Así, Austria cruzó la frontera piamontesa y Francia
declaraba la guerra a Austria en ayuda de su aliado. Tras las derrotas austríacas en
Magenta y Solferino, los gobiernos provisionales de Módena y Parma proclamaron su
incorporación a Piamonte-Cerdeña.
En contra de lo pactado, Cavour había promovido levantamientos nacionalistas por
Italia y enviado un comisario a Toscana para preparar su anexión al reino de Piamonte-
Cerdeña e incluso había iniciado negociaciones con Hungría para provocar un
levantamiento en territorio austríaco. La perspectiva de una Italia unificada con
elementos revolucionarios en Europa central fue inadmisible para Francia, que puso fin
de manera unilateral al conflicto, entregando Piamonte a Austria, quien cedía
Lombardía a Francia, y reponiendo en sus tronos a los duques de Toscana, Parma y
Módena. No obstante, Piamonte promovió la creación de asambleas constituyentes en
estos territorios y en la Romaña que, poco después declararon su anexión a Piamonte.
Tras un estallido secesionista en Sicilia, Cavour se propuso extender la revolución al
sur, y en 1860, la expedición de Los Mil de Garibaldi con la simpatía de Piamonte entra
en Sicilia y el Reino de Nápoles, huyendo el Rey Francisco a Roma. Italia quedará
unificada, salvo el Véneto y Roma, en un mismo Estado con capital en Turín.

En 1848 la revolución es sofocada en Alemania, por lo que ninguna de las dos


alemanias llegó a tener una aplicación real. No obstante se seguirá buscando una
unificación liberal, y debido a la oposición frontal de Austria, Prusia seguirá siendo la
esperanza del proyecto unificador, detrás del cual destacarán Otto von Bismarck y
Guillermo I, hermano de Federico Guillermo, que dejó hacer a Bismarck, sin
entrometerse en su política. Bismarck era un aristócrata ilustrado de la Prusia oriental,
y buscará la consolidación de un Estado alemán. Rusia prevalecerá en tres procesos
diplomático-militares, lo que permitirá la consolidación progresiva de un Estado.

En los ducados daneses se produce una crisis en la que surge un movimiento a favor de
la pertenencia a Alemania, por lo que Prusia se decide a “liberar” los ducados con la
ayuda de Austria. Prusia se queda con Schleswig y Austria con Holstein, fronterizo con
Prusia, quien le entrega “libertad de paso”. No obstante pronto Prusia comenzó a
generar problemas y aislará a Austria. En un intento de provocar a Austria, Prusia
propone reformar los estatutos de la Confederación, a lo que Austria responde
proponiendo un plebiscito en los ducados daneses para determinar sus estatutos
definitivos, culminando en la ocupación de Holstein por parte de Prusia. Austria se
asegurará de la neutralidad de Francia comprometiéndose a renunciar al Véneto, que
es invadido por Italia y una vez garantizada la neutralidad francesa pedirá a la Dieta la
movilización de las fuerzas federales contra Prusia. Esto desemboca en una declaración
de guerra hacia Austria. La mayoría de los Estados del norte se agruparán en torno a
Prusia, mientras que casi la totalidad de los Estados del sur se alinearán con Austria.

El dominio militar de Prusia, poseedora de una maquinaria militar incomparable en


Europa, supondrá la derrota de Austria en varias ocasiones, siendo la decisiva en
Sadowa. Gran Bretaña estaba interesada en una resolución rápida del conflicto para
evitar alguna ventaja por parte de Rusia o Francia. Por su parte Rusia buscaba que la
derrota austríaca le confiriera una ventaja en los Balcanes y Francia pretendía ampliar
sus territorios a costa de la guerra, pero la rápida finalización de esta se lo impidió. En
1866 Prusia firmó con Austria el Tratado de Praga, renunciando a anexiones
territoriales a costa de Austria pero consiguiendo la creación de una Confederación de
Alemania del Norte.

La principal consecuencia de esta guerra será el fin de las pretensiones alemanas de


Austria y su orientación hacia los Balcanes. Esto sentará las bases de la creación de una
Monarquía Dual en el Imperio ahora llamado Austro-Húngaro. En este nuevo Imperio
los intereses de Hungría serán mejor tratados, pero seguirá sin atender a las diversas
variedades étnicas del territorio.

En 1868 estalla en España “la Gloriosa” e Isabel II es destronada, por lo que España
necesitará un nuevo rey. En este momento, existen dos casas reales con candidatos
aceptables: los Saboya (liberales) y la rama católica de los Hohenzollern, de la familia
real prusiana. Napoleón III intentará evitar que un prusiano lidere España y exige a los
prusianos que Leopoldo de Hohenzollern se retire que Prusia se comprometa a no
volver a presentar candidatos al trono español. De nuevo, Francia es vista como
demasiado exigente y Prusia provoca al Emperador haciendo ver que Guillermo I había
desairado al embajador francés, por lo que Francia le declara la guerra en 1870.

El Imperio francés será derrotado y en la Batalla de Sedán, Napoleón III será capturado
por los prusianos. En París estalla otra revolución y caerá de nuevo el Imperio, siendo
sustituido por la III República. Esta caída permitió también la unificación definitiva de
Italia al desligar los compromisos de Austria con Francia, que como potencia católica se
había comprometido a la protección de los Estados Pontificios. Estos se anexionaron al
Reino de Italia y la capital se traslada a Roma.

Entretanto, los representantes de los soberanos alemanes se reúnen en Versalles en


1871 proclamando el II Imperio alemán y a Guillermo I como emperador. Así se abre
una época marcada por la consolidación de Alemania como potencia hegemónica en el
continente.
5. El sistema de Bismarck

Entre 1871 y 1890, la vida internacional estuvo dominada por las políticas de un
conjunto de grandes potencias europeas que se estaban fortaleciendo con la
industrialización mientras iban extendiendo sus dominios y antagonismos a escala
mundial. La rivalidad entre Estados y la desconfianza ante la preponderancia de
Alemania llevaron a las diferentes potencias a mantener de manera permanente
ejércitos y flotas cada vez más nutridos y mejor armados.

A pesar de la crisis oriental de 1875, Bismarck, canciller alemán, con la seguridad que
le proporcionó su alianza con Austria-Hungría, aisló a Francia y fue capaz de mantener
acuerdos diplomáticos con Italia y Rusia, garantizando así la estabilidad internacional a
pesar del deterioro de las relaciones anglo-rusas y franco-británicas. En este momento
Francia decide aumentar el número de oficiales, poniendo en alerta a Alemania, que se
llega a plantear una guerra preventiva para evitar el desarrollo militar de Francia y
anular su amenaza.

Bismarck creó la conocida como Liga de los Tres Emperadores, una alianza entre las
tres grandes potencias monárquicas: Rusia, Austria-Hungría y Alemania. A pesar de
acabar de salir de una guerra contra Prusia, Gyula Andrássy, Ministro de Asuntos
Exteriores de Austria defiende un intento de buena relación con Alemania, pues están
“solos en Europa” y al considerarse como aliados naturales, por lo que aceptará la
entrada en esta Liga. No obstante, en este momento, la tensión franco-alemana se
disparó, a raíz de la decisión de Francia de aumentar su número de oficiales, que llevó
a algunos periódicos alemanes, bajo inspiración directa de Bismarck que simplemente
buscaba provocar a Francia, a hablar de una guerra preventiva para evitar el rearme
francés. Esto llevó a Francia a pedir apoyo a Gran Bretaña y Rusia, que declararon que
no admitirían una mayor expansión de la Alemania unificada en el continente.

Además, existía también un conflicto de intereses entre Rusia y Austria por los
territorios de los Balcanes. Austria, Imperio en decadencia, habiendo fracasado en
Italia y Alemania ve en la desintegración otomana su oportunidad en el Este, y Rusia
considera que debe recuperar la zona y los territorios eslavos como heredera del
Imperio romano y busca también llegar al Mediterráneo para operar navalmente, dada
la dificultad de la navegación en los mares congelados de su costa norte.

Así, los rusos se lanzan a una guerra con el Imperio otomano en 1878 para imponer su
control político sobre el área balcánica. Tras su victoria, firma el Tratado de San
Stéfano, que alerta a todas las potencias europeas, pues la idea de este Tratado era la
creación de una Gran Bulgaria, independiente del Imperio otomano pero bajo control
ruso. No obstante, Bismarck propuso la reunión de un Congreso en Berlín para discutir
el futuro de los Balcanes, y eliminará los principios de San Stéfano. Así, destruye la
posibilidad de una Gran Bulgaria, que es dividida en dos partes, Austria-Hungría
obtuvo el derecho de ocupar y administrar Bosnia-Herzegovina, Inglaterra recibe la
administración de Chipre y se reconoce la independencia de Rumanía, Serbia y
Montenegro. El proyecto de Rusia en los Balcanes es frustrado y su descontento se
hace aparente para todos. En el 79, la Liga de los Tres Emperadores se convierte en la
de los Dos, con la salida de Rusia, pero en el 82, Italia entrará a formar parte de esta
Alianza.

El sistema Bismarckiano fracasará cuando llegue al poder Guillermo II, que chocará con
el canciller. La coalición será imposible y en 1890, el Emperador se deshace de
Bismarck. Tras él, los cancilleres, excepto Bülow, estarán unidos por su absoluta
dependencia del Emperador.

Con Bismarck, en secreto, existía un tratado entre Rusia y Alemania, el “Tratado de


Reaseguro”: a cambio de la neutralidad rusa si Francia atacaba a Alemania, Bismarck
prometía apoyo a la política rusa en los Balcanes. Bismarck evitaba así el aislamiento
de Rusia, consciente de que su temor a encontrarse sola frente a la política balcánica
de Austria-Hungría podía llevar a su Gobierno a buscar un acercamiento a Francia. Este
Tratado negaba en esencia la Alianza pública Austroalemana, y Guillermo II lo
considerará como un peligro y determinará que no es necesario debido a su relación
dinástica y alianza personal con el zar, que limitaría agresiones rusas, pues él
consideraba políticamente imposible el acercamiento del autocrático Imperio ruso a la
liberal República Francesa y consideraba el Tratado como una traición al
imprescindible aliado austro-húngaro, por lo que no renovará el Tratado de Reaseguro.

De este modo, Rusia se encuentra sola y frustrada por sus malas relaciones con Austria
y Gran Bretaña y necesita una financiación que no encuentra en los bancos alemanes
para su proceso industrializador y militar, por lo que empieza a colaborar con Francia,
que le proporciona fondos, y en 1892 se firma la Alianza Franco-Rusa.
6. Colonialismo e Imperialismo:

Durante el siglo XIX, el adormecido colonialismo europeo recibe un formidable impulso


y se perfilará un nuevo imperialismo colonial, en el que las potencias europeas llevarán
a cabo un proceso de expansión de sus dominios coloniales hasta el año 1914.

Gran Bretaña ejercerá el dominio sobre el continente africano para construir un eje
Norte-Sur, mientras que Francia buscará la creación de un eje Este-Oeste en el Norte
de África. Sin embargo, el avance hacia el este de Francia fue frenado por los británicos
en el Sudán en la batalla de Fashoda (1898). Además, los belgas se decidieron a crear
en el Congo una colonia para explotar el rico territorio, y España y Portugal estarán
también presentes, aunque en menor medida, en este reparto colonial (Guinea,
Mozambique, Angola, Ceuta, Melilla...).

La penetración de Europa en Australia y el Pacífico fue tardía, lenta y desigual. En


cuanto se refiere a Australia, a pesar de viajes anteriores por navegantes de distintas
nacionalidades, la exploración sistemática de sus costas se debe al británico Cook, que
tomó posesión de lo que consideró como una isla, aunque de proporciones
continentales. Habitada por aborígenes estancados en niveles culturales prehistóricos,
la primera colonia europea fue establecida en 1788 con presidiarios en el lugar
conocido como Port Jackson, rebautizado luego como Sydney. Este fue el inicio de una
colonia penitenciaria a donde serían deportados hasta 1840 miles de presidiarios
convictos. En el caso de Nueva Zelanda, la penetración británica se inició con un
carácter y un ritmo diferentes, debido al mayor estatus organizativo y cultural de la
población autóctona, los maoríes, que desde finales del siglo XIX contaron con
representación proporcional en el Parlamento regional neozelandés. Los archipiélagos
de la Micronesia, Melanesia y Polinesia quedaron a merced de colonos franceses y
británicos. España abandonará este territorio y sus posesiones pasarán a ser dominio
de alemanes y estadounidenses.

En el siglo XIX, además, el Primer Ministro de la India ofrece a la Reina Victoria el título
de Emperatriz de la India, por lo que ya no solo será reina, y se conforma la India como
espacio imperial inglés. Tras su expansión por Oceanía, India, África y Canadá, el
Imperio británico alcanza su mayor esplendor y un tamaño descomunal.

Entre 1852 y 1853, el Comodoro Perry, al mando de la armada estadounidense, se


presentó en Japón donde gobernaba la Familia Imperial. En Japón, el Emperador tenía
un papel de gran importancia, pues es considerado un Dios en un Estado aún medieval.
El Comodoro amenaza al Emperador con bombardear el país para que Japón inicie una
relación comercial con estados unidos, y esto hace que los japoneses se planteen un
cambio de sistema y comienza la modernización del Estado japonés, introduciendo
innovaciones para convertirse en una gran potencia frente al resto del mundo,
instaurándose el Japón Meiji. En 1905, la flota de guerra rusa es aplastada por los
japoneses, que en cincuenta años han pasado de ser un Estado retrasado a vencer
militarmente a una de las grandes potencias.

En el siglo XIX, China, gobernada por una dinastía extranjera, la Dinastía Manchú, que
se ha hecho con el poder mediante dominación política, entra en la esfera
internacional, sobre todo para Gran Bretaña, por el opio. A través de las guerras del
opio, Inglaterra forzará a China a la apertura del mercado del opio, con una
consiguiente presión sobre la producción, que hará de la miserable población china
adicta a esta droga. Los emperadores encontrarán resistencia en la defensa de su país
y fracasarán, pues todas las potencias europeas, además de un nuevo Japón, empiezan
a buscar la explotación política y económica del territorio chino. De este modo, China
será un Estado soberano solo en el papel, pues en la realidad estará dividida en áreas
de influencia.

Entre 1900 y 1901, en este proceso de explotación por parte de los occidentales, tiene
lugar una rebelión nacionalista y religiosa en China, la “Rebelión de los bóxers”,
apoyada por la dinastía imperial. Esta acabará con el Asedio del Barrio de las
Legaciones (Embajadas). Este resistirá y será liberado por una intervención
internacional que forzará al gobierno chino a incrementar su dependencia de los
occidentales y supondrá el ocaso definitivo de China como potencia imperial.

A partir del auge del imperialismo en la década de los 60, se incrementará la presión
en China y distintas potencias obtendrán concesiones permanentes en el territorio
chino.

Hasta 1808, España sería una Gran Potencia, pero tras la pérdida de la mayoría de sus
colonias quedará reducida a potencia de segundo orden, sin medios económicos y
lastrada por una inestabilidad interior. Desde mediados de siglo se producen en Cuba y
Filipinas movimientos independentistas, controlados a través de una política militar
que tendrá éxito hasta 1890 cuando se recrudecen estos movimientos.

Al mismo tiempo, Estados Unidos se presenta como gran potencia liberadora de los
cubanos frente a la atrasada potencia colonizadora de las américas, y propone
opciones de compra a España, a lo que este se niega. La opinión pública mundial y los
costes de la guerra harán que España sea vista como una potencia inquisitorial y
atrasada que ejerce una terrible dominación sobre el pueblo cubano.

En este momento, EEUU envió uno de sus buques a Cuba sin objetivos ofensivos pero
con una enorme significación. El “Maine” estallará a su llegada, causando gran
cantidad de muertes, y los medios de EEUU agitarán la opinión pública culpando a
España para dar una respuesta bélica. Ya en el primer enfrentamiento, tras la fatiga de
recorrer el Atlántico, y su inferioridad, España es derrotada de forma total y absoluta.
En la Batalla de Santiago, antes de que sus barcos pudieran ser capturados, se planea
una retirada concentrando todo el fuego en el buque insignia para que los otros
pudieran huir de los norteamericanos que bloqueaban el puerto. No obstante, la
potencia de fuego de EEUU y su disposición de batalla hundirá todo buque español. A
pesar de todo este proceso, Cuba y Filipinas no se emanciparán, sino que caerán en un
estado de semidependencia ante Estados Unidos.

La Europa imperialista seguirá siendo, no obstante, una Europa agrícola con muchas
diferencias regionales entre el Norte, con una agricultura modernizada y crecimiento
económico, y el sur atrasado y latifundista (España, Italia, etc…)

La situación de la población campesina e ignorante era de absoluta miseria. Hay quien


establece una relación entre el protestantismo del Norte y su prosperidad y el atraso
del sur católico.

En este siglo, sin embargo, se producirá también la cristalización de las grandes


metrópolis y de la industrialización, ligada al desarrollo de las comunicaciones. Aunque
muy limitadamente, parte de la población comienza a estar informada y se desarrolla
también el ferrocarril.

En el 1869 la apertura del Canal de Suez facilitará enormemente la conexión del


Imperio Británico en la India con el continente. Es destacable también que la flota
española de apoyo en la contienda filipina fue bloqueada en Suez, lo que supuso la
derrota en Filipinas, al no poder llegar, y este Canal protagonizará también una crisis
política con respecto a su gestión. Además de este, el Canal de Panamá otorgará una
enorme pujanza y poderío económico a Estados Unidos.

En este mundo se irá expandiendo también el cristianismo a través de las misiones


europeas poniendo de manifiesto una alteración social y cultural de las sociedades
colonizadas.

Es también la época del inicio de la liberación de la mujer y la modificación de la moda,


rebajándose ciertos cánones en el género masculino y surgiendo las revistas de moda.
Se produce la sofisticación cultural con un cambio e innovación acelerados de la
cultura y el arte.

A pesar de las grandes diferencias sociales, es una época estable, segura y de


crecimiento económico.
7. Weltpolitik y la Paz Armada

Con la entrada en el nuevo siglo, al mundo colonial le quedan catorce años de vida,
tras los cuales la realidad internacional cambiará radicalmente. El comienzo del fin de
la preponderancia europea se inicia en este principio del siglo XX.

En esta época, Reino Unido mantiene una política aislacionista, sin interés en una
alianza que sí es buscada por Alemania, que al mismo tiempo ha evolucionado tras el
sistema Bismarckiano a otro más inestable. Tras la Alianza Franco-Rusa, Alemania
comienza a preocuparse por la posibilidad de una guerra con Francia en la que
intervendría Rusia dando lugar a una lucha en dos frentes, y se teme lo que podría
ocurrir si Rusia avanzara contra Prusia oriental hacia el corazón alemán.

Sin embargo, Alemania confía en que Inglaterra, de aliarse con alguna potencia
europea sería con ella, y también confía en Italia y Austria-Hungría, sus aliados.

En este momento, en los territorios holandeses en el espacio sudafricano (BOERS) se


producirá un intento británico de ocupación con la excusa de la necesidad de instaurar
la paz, mientras que la realidad era que en este espacio había diamantes. Reino Unido
será derrotado y expulsado, y esta Guerra pondrá de manifiesto su soledad, al
percatarse de que en caso de surgir otro conflicto necesitaría de un aliado, pues los
recursos necesarios para el conflicto de los Boers superaron con creces lo esperado.
Así, Reino Unido comprende que no tiene aliados, pero sí muchos potenciales
enemigos.

Reino Unido comienza a ver en Alemania a su aliado, siendo el káiser nieto de la reina
Victoria y compartiendo ambos la oposición a Francia. Guillermo II, no obstante, envía
a los afrikáans un telegrama congratulándoles por su rechazo y victoria sobre Reino
Unido, al que denomina “bandas armadas invasoras”, lo que supuso un gran error ante
la posibilidad de una alianza con Reino Unido, cuya formación resultará difícil por el
tempestuoso carácter de Guillermo II.

A pesar de todo, Guillermo II es el nieto favorito de Victoria. No obstante, esta muere


en 1901 y sube al trono Eduardo VII, antítesis de su sobrino Guillermo. Además, a
Eduardo VII le interesaba Francia incluso tras la proclamación de la III República, por lo
que busca la posibilidad de una buena relación, y su mujer es danesa, por lo que no ve
con buenos ojos a los alemanes. El reinado de Eduardo VII, hasta 1910, supone un
deterioro de las relaciones anglo-alemanas.

También destaca la búsqueda por parte de Guillermo II de la creación de una poderosa


armada para poder relacionarse con los ingleses de igual a igual. A partir de 1987, de
manos de Alfred von Tirpitz tiene lugar un rápido desarrollo de la armada alemana,
poniendo en alerta a los ingleses, lo que supondrá otro enfriamiento de sus relaciones.
En el 1907, los ingleses ponen en servicio el HMS Dreadnought, un barco de último
diseño, dejando obsoletos a todos los demás. Esto supone su pérdida del poderío
naval, pues a partir de este momento, solo serán de utilidad estos barcos, que
Alemania también comienza a construir.

A partir de aquí, se firma en 1904 la Entente Cordiale entre Francia y Gran Bretaña, lo
que supone establecer un acuerdo sobre los principales puntos de fricción política y
llegar a un entendimiento para así progresar en las relaciones diplomáticas de
creciente amistad.

Entre 1904 y 1905 tiene lugar la Guerra Ruso-japonesa por el espacio de Manchuria en
China y Korea, y sorprendentemente para todos, Rusia es derrotada. Tras enviar sus
barcos de guerra a través del Canal de la Mancha hasta Asia su flota es destruida en la
Batalla de Tsushima.

En este momento Guillermo II intenta dar un giro a la política europea aliándose con
Rusia y desligando a Francia de Rusia. En el Báltico se firma el tratado de Björkö en
julio de 1905. Sin embargo, ambos gobiernos rechazan la actuación de los monarcas y
amenazan con la dimisión, por lo que el Tratado fracasa al quedar excluidas las alianzas
de ambas partes de una alianza entre ellas.

El descontento social ruso por las condiciones de vida lamentables llevan a pedir al
Palacio del Zar una Duma y mejoras, pero los manifestantes son asesinados frente al
palacio dando nombre al “Domingo Sangriento”. A partir de este momento, Rusia se ve
obligada a ceder y se convierte en un régimen pseudodemocrático.

En el comienzo de este siglo se produjeron las crisis marroquíes, desencadenadas por


Berlín para desestabilizar la Entente Cordial y romper el cerco al que se le estaba
sometiendo. En 1905 el káiser visita Tánger declarándose garante de la independencia
de Marruecos, con el objetivo de hacerse presente en el espacio marroquí. Ante esto,
tuvo lugar la Conferencia de Algeciras en 1906, que supuso una victoria diplomática
para Gran Bretaña y Francia y consolida la división de Marruecos entre España y
Francia.

El 31 de agosto de 1907 la Entente Cordiale se convierte en la Triple Entente y en 1908,


Guillermo II acepta una entrevista para el “Daily Telegraph”, que fue un fracaso
diplomático que puso de manifiesto la inestabilidad del káiser.

La segunda crisis marroquí tuvo lugar en 1911 cuando el káiser envió el Panther a
Agadir, confirmando las capacidades militares alemanas también en el mar y con lo
que se hacía un test al futuro de la Weltpolitik, la política expansiva alemana posterior
a 1890. Los débiles argumentos sobre la protección de los intereses alemanes en el
territorio marroquí no consiguieron sino volver a poner a prueba a la entente anglo-
francesa.
En el transcurso de 1912-1914 tendrán lugar dos guerras balcánicas. En un primer
momento, Serbia, Bulgaria y Grecia librarán una batalla contra el Imperio otomano
para expulsarlo del continente europeo y se establece el condominio entre las
potencias vencedoras, que desembocará en una guerra entre ellas para repartirse lo
conquistado.

El 28 de junio de 1814, el Archiduque Francisco Fernando visitará Sarajevo, capital de


Bosnia, y será asesinado por un joven Serbio llamado Gavrilo Princip.
8. La Primera Guerra Mundial y el orden de Versalles

El asesinato del Archiduque Francisco Fernando por el grupo Serbio “La Mano Negra”
fue un ataque directo al corazón del Imperio austro-húngaro, eliminando a su único
heredero. Esto reclamó una respuesta contundente de Austria, que planteó a Serbia
un ultimátum, del cual esta aceptó ciertas condiciones pero rechazó otras como la
cesión de su soberanía. Alemania lo consideró un triunfo austríaco y concedió a Austria
un “cheque en blanco”, su apoyo incondicional. Austria, al contrario que Alemania, no
se sintió satisfecha con el resultado y se sintió espoleada por el apoyo alemán. Desde
este momento Austria inicia la invasión de Serbia, y Rusia comienza la movilización de
sus tropas para ayudar al pueblo eslavo. En un primer momento esta movilización es
de carácter defensivo, pero el 30 de julio pasa a ser total, lo que lleva a su vez a la
movilización de Alemania.

En este momento se produce un intercambio de telegramas entre el káiser y el zar, los


Telegramas Nicky-Willy. Sin embargo estos se prueban insuficientes para evitar la
escalada del conflicto y Alemania declara la guerra a Rusia, por lo que Rusia y Francia
en respuesta declaran la guerra a Alemania.

Alemania se enfrentaba a una guerra en dos frentes, para la cual el Ejército Imperial
desarrolló el Plan Schlieffen.

Teniendo en cuenta el atraso económico ruso, a estos les costaría más movilizar sus
tropas, por lo que el plan consistiría en una eliminación rápida de Francia antes de que
los rusos se movilizaran, para después centrar toda su fuerza en el Este. Para ello era
necesario entrar a Francia a través de las planicies de Bélgica, Estado neutral, y será el
4 de Agosto cuando Alemania invade Bélgica, lo que se denominó como “La Violación”.

Hasta este momento, Inglaterra se mantuvo en la Triple Entente pero sin involucrarse,
pero tras la invasión de Bélgica, de quien era garante de independencia y neutralidad,
envía un ultimátum al Imperio alemán, y poco después, el Imperio británico declara la
guerra sobre el II Imperio Alemán.

Todos los participantes esperaban una guerra corta, finalizada antes de las Navidades,
pero durará cuatro años, llevándose las vidas de millones, civiles y militares, además
de una destrucción material masiva. Dará lugar también a una generación perdida.

Antes de su ejecución, el Plan Schlieffen es modificado por Helmut von Moltke, que
decide enviar parte de las tropas a la contención de Rusia en el Este, debilitando sus
fuerzas en Francia. En Septiembre de 1914 ocurre el “Milagro del Marne”, y los
alemanes son frenados a 70km de París, donde el ejército alemán comienza a cavar
trincheras. Comienza entonces la Carrera al Mar de Alemanes, buscando entrar por el
flanco a través del mar, y los franceses, que se percatan del plan y los siguen.
A lo largo de la guerra se llevó a cabo una guerra de trincheras, siempre acosadas por
fuego enemigo, con el consiguiente agotamiento físico y fatiga por la vida en constante
tensión. Sería, sin embargo, una guerra en la que los oficiales dirigirán a sus tropas a
salvo desde la comodidad de los “chateaux” franceses, grandes casas ocupadas.

En 1914, en Navidad, se entiende que la guerra no finalizará entonces. Los alemanes


comienzan en la noche a encender luces, alertando a los ingleses, pero comienzan a
cantar villancicos, a los que los ingleses responden con otros propios. Al día siguiente
se producirá una tregua entre las tropas de bajo rango, que convivirán durante el día,
jugando al fútbol y celebrando la Navidad antes de volver a la guerra al día siguiente.

En esta época, el zar nombra Comandante del Ejército a su tío Nicolás Nikolayevich, y
se lanza a la invasión de Prusia oriental. Ante la necesidad de nuevos mandos para
dirigir la resistencia, Alemania buscará a un viejo general ya retirado, Paul von
Hindenburg, que dominará la política alemana durante 30 años. Este derrotará a los
rusos en Tannenberg y en los Lagos Masurianos, expulsándolos del territorio, y junto
con Ludendorff, este personaje será esencial para comprender la marcha de Alemania
a partir de este momento.

El 28 de octubre, Turquía entra en la guerra aliándose con los Imperios Centrales,


enemistándose con Inglaterra y Francia. La decisión se toma tras el bombardeo de los
puertos turcos en el Mar Negro por parte de Rusia.

Se esperaba que buena parte de esta guerra se librase en el mar, pero no ocurrió salvo
por determinados episodios, y el mar será un frente secundario. El 1 de noviembre de
1914, el escuadrón alemán en Asia Oriental derrotará a Craddock. Por otro lado, en las
Falklands, Sturdee destruirá el escuadrón del lejano oriente del general Graf Spee.

En 1915 se producen batallas indecisivas tratando de romper el frente occidental,


aparece el gas como elemento para quebrar al enemigo y la fuerza aérea (“Azote de
los Fokker”). Rusia lleva a cabo en este año una retirada estratégica y pierde Polonia,
tras lo cual su tío Nicolás Nikolayevich será sustituído por el propio zar como
Comandante Jefe del Ejército Ruso, que quiere vencer a la suerte nefasta de su
reinado.

En Febrero y Marzo de 1915, Churchill planea eliminar a Turquía ocupando los


Dardanelos y la península de Galípoli y dominando Constantinopla. Posteriormente se
avanzaría hacia los Balcanes. La operación será llevada a cabo por fuerzas australianas
y neozelandesas al mando de Ian Hamilton, y será un fracaso estrepitoso que obligó a
Churchill a dimitir. De este fracaso germina una identidad nacional australiana y
neozelandesa, resultado de su visión del maltrato de los ingleses a las fuerzas Anzac.
El 23 de mayo, espoleada por las promesas de la Entente, Italia entra en guerra con
Austria. Una serie de batallas en los Alpes entre Austria e Italia demostrarán la baja
capacidad militar de ambas.

En 1916 tiene lugar la Batalla de Verdún, que frena el avance alemán, de donde
emerge como héroe de la resistencia el General Petain. Los ingleses y franceses
responderán a la ofensiva alemana en la Batalla del Somme, con ofensiva de la
entente.

En este año, Douglas Haig se convertirá en comandante de las Fuerzas Británicas y Von
Hindenburg iniciará en Alemania una dictadura militar de facto.

Las tácticas militares de Haig, a pesar de que llevaron a la victoria, tuvieron tal coste
humano que lo han hecho pasar a la historia como, cuando menos, un personaje
polémico.

En noviembre de 1916 muere el emperador Francisco José y Carlos I será nombrado


nuevo Emperador de Austria. Este intentará buscar la paz con los Aliados.

Rusia no obstante lleva a cabo la “Ofensiva Brusilov contra Austria-Hungría con un gran
éxito, forzando a alemanes a abandonar la ofensiva de Verdún.

En invierno, en 1916 y 1917, se establecerá una tregua y una lucha común entre
ambos bandos contra los lobos, cuya población había aumentado con el aumento de
comida (cadáveres).

Alemania intentará en este momento buscar en mar abierto un encuentro que les lleve
a obtener una paridad con la British Navy, que en 1915 lleva a cabo un bloqueo a larga
distancia de Alemania por mar. El encuentro entre ambos tuvo finalmente lugar en la
Batalla de Jutlandia /Skagerak (31 Mayo-1 Junio). Cuando en un primer momento el
Almirante Sheer vio la Armada británica ordenó el regreso a puerto, pero se replanteó
una retirada cobarde y regresó para luchar contra los ingleses. No obstante, tras
entender el aspecto suicida de la operación, volvió a retirarse. El resultado fue una
victoria de propaganda para Alemania, pero estratégica para Inglaterra.

Al mismo tiempo, en 1916 tiene lugar la Revuelta Árabe propulsada por ingleses para
propiciar la revuelta contra el Imperio otomano. En ella cobra importancia Lawrence
de Arabia.

A partir de este momento, la comida en Alemania escasea y tiene lugar el conocido


como “Invierno de los rábanos”. En 1917, Alemania inicia en la desesperación una
guerra naval sin restricciones, atacando todo aquel barco a la vista y empleando gran
cantidad de submarinos.
Además, el 16 de Enero de 1917, el káiser envía a México el Telegrama Zimmerman,
pidiendo el apoyo mexicano en caso de intervención de EEUU. Tras este telegrama y el
hundimiento del barco Lusitania americano, Estados Unidos entra en la guerra con el
gobierno de Wilson.

Mientras tanto, en el mismo año la economía rusa colapsa y en Febrero se produce


una revolución que finaliza con la caída del zar y la creación de un gobierno provisional
al mando de Kerensky, que continúa en la guerra. En noviembre de 1917 ante el
descontento, se produce la Revolución Rusa bajo la promesa de paz, y Rusia sale de la
Guerra.

En Febrero de 1918, se firma la Paz de Brest Litovsk con los Imperios centrales. Esta
salida rusa de la guerra permite a Alemania lanzar todo su poderío militar a una
ofensiva destinada a romper el frente, ocupar París y obtener la victoria. Al principio es
un éxito, pero entre Julio y Septiembre se produce una contraofensiva masiva con un
rol esencial de las recién llegadas tropas americanas. En Octubre, el príncipe Max de
Baden se convierte en Canciller y se produce la caída del Imperio Austro-Húngaro y en
Noviembre se firma el armisticio. El káiser abdica huyendo a los Países Bajos y nace
entonces la “Leyenda de la Puñalada en la espalda”.

Bajo los 14 Puntos de Wilson, el Imperio Austro-Húngaro se disolverá en multitud de


Estados, Alemania será culpada de la guerra y será sancionada duramente.
9. El orden de Versalles

Tras la abdicación del káiser, se producirá una revolución en Alemania que otorgará
predominancia al Partido Socialista, y en 1919, Ebert será nombrado Canciller. Nacen
en este momento los Freikorps, que domesticarán o calmarán la revolución, y se
proclama la República alemana. El 11 de agosto de 1919 se proclamará la Constitución
de Weimar y Ebert será nombrado Presidente

Por otro lado, en Austria-Hungría colapsa la monarquía dual y Carlos I renunciará al


trono y surgirán multitud de Estados en el antiguo espacio imperial. Austria y Hungría
perderán el 70% de sus territorios. En el 1919 se produce la Revolución Bela Kum con
el objetivo de la creación de la República Soviética Húngara. Sin embargo, Milkos
Horthy vencerá a los revolucionarios y se establecerá como regente, oponiéndose al
retorno de Carlos con un régimen autoritario. Carlos morirá en el exilio en Madeira en
el 1922 y Horthy seguirá siendo líder de la política húngara hasta la II Guerra Mundial.

El 11 de noviembre de 1918, en un vagón de tren en Compiegne se firma el armisticio


entre alemanes y aliados (Wilson, Lloyd George, Clemenceau y Orlando).

En el mismo Salón de los Espejos de Versalles donde se proclamó el II Imperio alemán


será donde se anulará dicho Imperio y se le responsabilizará por los horrores de la
guerra. De este modo, el territorio alemán se verá masivamente reducido. Gran parte
de la Prusia Oriental pasa a manos de Polonia, Alsacia, Lorena y el Saar pasan a Francia,
y otros territorios pasan a ser poseídos por Bélgica. En el Tratado se estableció que el
káiser Guillermo debería ser juzgado por crímenes de guerra, pero este nunca fue
entregado por la Reina de Holanda. Se estableció también la limitación de los cuerpos
militares alemanes a solo mil unidades y 15000 en el caso de la armada, con
prohibición de usar submarinos. La fuerza aérea también fue prohibida, así como la
importación y exportación de armas y la unión con Austria. Alemania perderá el 13%
de su territorio y será obligada a pagar reparaciones de guerra por un valor altísimo
incluso después de una reducción (último pago en 2010). Este Tratado que, finalmente
no fue firmado por EEUU supuso el desmantelamiento del Imperio colonial alemán.

Entre sus obligaciones, Alemania tenía que entregar su armada a los aliados, pero
antes de entregarlos, los alemanes optan por hundirlos cerca de Escocia, en Scapa
Flow.

Durante los años posteriores al fin de la guerra se produjo una inflación totalmente
descontrolada, que retiró todo el valor monetario de los marcos, pero la economía
volvió a cambiar a partir del 23.

Wilson había establecido sus catorce puntos para fijar las bases para la paz, la
autodeterminación, etc, y en el 25 de enero de 1919, las potencias aceptan la Sociedad
de Naciones, que se verá superada no obstante con el auge del fascismo y nazismo.
Paradójicamente, EEUU no participó en su propia iniciativa y regresó a políticas
aislacionistas.

Tras la guerra, se sucedieron varios tratados de paz con las distintas potencias además
de Versalles. En Saint-Germain-en-Laye Austria tuvo que aceptar la disolución de su
Imperio, la prohibición de la unión con Alemania, la eliminación de su ejército, que no
podía superar las treinta mil unidades y unas compensaciones económicas que
finalmente fueron perdonadas.

Por otro lado, en Sèvres, se establecía el desmantelamiento completo del Imperio


otomano, pero los nacionalistas encabezados por Mustafá Kemal Atatürk iniciaron una
guerra de independencia que impidió la aplicación del Tratado y supuso el nacimiento
de Turquía. Por último, en Neuilly se firmó un tratado con Bulgaria.

La consecuencias de Versalles más destacables fueron el nacimiento de nuevos


Estados que se aprovecharon del colapso del Imperio ruso que tuvo que abandonar
territorios en Europa. De aquí renacen Polonia y los demás Estados bálticos, como
Yugoslavia en torno a Serbia.

Entre 1920 y 1930 se produce el apogeo de la Liga de las Naciones. Alemania se va a


integrar en el panorama europeo como una potencia casi igual a las demás, aunque no
deja de estar afectado por las condicionantes del tratado de Versalles. En 1925
comienza la reconciliación con el tratado de Locarno, que supondrá la reafirmación de
los términos fronterizos en el Este y Oeste del territorio alemán.

En 1928 tiene lugar el Acuerdo Kellogg-Briand, en el que las naciones firmantes se


comprometen a renunciar a la guerra como elemento político y se empieza a hablar
del concepto de los crímenes de guerra.

No obstante, en el 1929 ocurre el Desastre de la Bolsa de NY, lo que llevará al


surgimiento de procesos políticos que acaban con los tratados anteriores y llevarán al
auge de los totalitarianismos.
10. Auge de los totalitarismos

La primera guerra mundial culmina con la paz y la democracia como mecanismo


actuante en la promoción de un nuevo orden mundial. En ese momento hay países
perdedores que se encuentran con el rechazo. Algunos de los contendientes de la
guerra consideran que no obtuvieron todo lo que merecían, y además el nacionalismo
alcanza un nuevo auge. Para la sociedad tradicional, este es un momento muy duro:
antes se encontraban en un momento de seguridad; ahora hay crisis económica,
revueltas,… La sociedad desea el restablecimiento del orden, y comenzarán a surgir
personajes que la prometan (a cambio de libertades). Esta asunción de poder por parte
de grupos totalitarios surgen en varios estados: Italia (fascismo), Alemania (nacional-
socialismo), España (dictadura de Primo de Rivera entre 1923 y 1930, falangismo,
nacional-catolicismo), Portugal (Estado Novo, 1926), Gran Bretaña (Unión Británica de
Fascistas), Francia (Acción Francesa)…

Italia había entrado en la guerra con deseos territoriales no satisfechos. Al mismo


tiempo la izquierda está en auge. Pese a que la monarquía italiana se basa en la
democracia, Víctor Manuel III no tiene una posición clara con respecto a esto. Los
combatientes también están desmotivados, con la formación de los “Arditi”. Surgió un
líder carismático (Mussolini), y los movimientos artísticos avalan el nuevo régimen. Un
precursor del totalitarismo italiano fue Gabrielle D’Annunzio. Sin embargo el gran
protagonista será Benito Mussolini, con orígenes socialistas, expulsado de esta
agrupación por apoyar la entrada en la guerra. Después de esta crea “los fascios”, que
buscan volver al pasado imperial. Cuando tuvo lugar la “marcha sobre Roma” (22-29
de Octubre, 1922), el gobierno entró en pánico, y el rey le otorgó el poder a Mussolini
el 28 de Octubre.

El fascismo se diferenciará del nazismo en un detalle: el primero tiene dos líderes, el


rey y el líder (ya que tiene que aceptar una monarquía que le ha otorgado el poder).
De 1922 a 1924 existe un gobierno semi-constitucional, y se produce un aumento de la
violencia y de la corrupción del sistema legal. En 1924 cambia el sistema electoral y se
produce el asesinato de Giacomo Matteotti, líder socialista en Roma.

Pero, ¿qué es realmente el fascismo? Un sistema de liderazgo personalista, con una


ausencia de pluralismo político en donde prevalece el estado a los individuos. Es un
sistema con un solo partido, anticomunista, antiliberal con un fuerte racismo y
caracterizado por el imperialismo, una economía corporativa, el uso de la propaganda
y la violencia política para el que se oponga a la voluntad del estado y la corrupción del
sistema legal.

Entre 1925 y 1935 el fascismo es internacionalmente aceptado. Mussolini es un


personaje aceptado a todos los niveles. Comienzan los planes de la creación de un
imperio italiano, se destruye la democracia y Mussolini realiza grandes programas de
infraestructuras (reformando ciudades) evocando la arquitectura imperial romana.

Por otro lado, Adolf Hitler nació en 1889, y luchó en la Primera Guerra Mundial. Este
fue rechazado en la academia de arte de Viena y en 1919 se une al DAP (Partido de los
Trabajadores Alemanes, miembro 55º), con una ideología “Völkisch”, que es
renombrado como NSDAP (Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores), con
influencia de los Ferikorps en su estructura paramilitar. Hitler comenzará en este
momento a desarrollar el arte de la oratoria y se convertirá en el alma de este partido.

En noviembre de 1923, se produce el “Putsch de la Cervecería”, un intento de golpe de


Estado por parte de los miembros del NSDAP, en el que también participó Ludendorff,
y por el cual Hitler será procesado y condenado a cinco años de cárcel en Landsberg.
No obstante, en diciembre de 1924 se le conmuta la condena y sale libre. Los meses
que pasó encarcelado los empleó para escribir “Mein Kampf” (Mi lucha) en el que
mostró su pensamiento e ideología.

Entre 1925 y 1929, la fama del partido, su peso social, se reduce, pues está teniendo
lugar la recuperación de la economía y sociedad alemana que, aunque limitadamente
regresa a la esfera internacional. En 1925 Hindenburg se convierte en Presidente
República de Weimar (Presidente Imperial o Reich President).

Entre 1930 y 1932, las medidas de austeridad ante la Crisis de la Bolsa llevadas a cabo
por el gobierno aumentan la crispación de la población y aumenta el éxito electoral del
NSDAP. Hitler será quien consiga electrizar a la población y captar a las masas con su
brillante oratoria.

Entre julio y noviembre de 1932 las elecciones no concluirán con un claro ganador, por
lo que Hindenburg decide, presionado por conservadores e industriales, ofrecer el
puesto de canciller a Hitler. En este momento, Ludendorff envía un telegrama a
Hindenburg advirtiéndole de lo grave de su decisión, afirmando que Hitler es el más
grande demagogo que llevaría Alemania al abismo. Sin embargo, Hindenburg confiaba
en que Hitler sería quien traería de nuevo a la monarquía.

En febrero de 1933 se produce el incendio del Reichstag, y los nazis culpan a los
comunistas, a pesar de que hoy todo indica que ellos mismos lo incendiaron para
inculpar a los comunistas.

Tras esto, sería necesario que el canciller eliminara la amenaza comunista, y con este
mensaje, en marzo de 1933 se producen nuevas elecciones nacionales y Hitler
consigue mejores resultados. Tras esto promulga la Ley de Plenos Poderes, que serían
concentrados en su persona durante cuatro años para suprimir toda oposición política
organizadora. En julio, el NSDAP se convirtió en el único partido legal.

En junio de 1934, Hitler llevó a cabo el asesinato de los miembros de las SA por
constituir una amenaza interna y se alzaron las SS en la conocida como “Noche de los
Cuchillos Largos”. Hitler será celebrado por el ejército y la población por restablecer el
orden.

En 1934 Hindenburg muere y Hitler toma la posición de Reich Presidente, unida a la de


Canciller, con el título de Führer, Comandante Jefe del Ejército.

Como el Führer, Hitler adopta una nueva cara como hombre de Estado impenetrable y
Alemania abandona la bandera tradicional y adopta los símbolos nazis como la
esvástica. El NSDAP se consolidará como el “salvador de la Patria”.

El nazismo puede ser definido como una unión de fascismo, racismo radical y una
supresión total de estructuras políticas previas, es decir, lo que podría denominarse un
feudalismo industrial.
11. El aumento de la tensión y el appeasement

A partir de este momento se produjeron una serie de agresiones fascistas en Europa.

En primer lugar, en 1935 se promulgaron las Leyes de Núremberg, que suponen el


inicio en Alemania de la discriminación antisemita. Esta discriminación se convierte en
uno de los objetivos prioritarios del nazismo. En noviembre de 1938 tiene lugar la
Noche de los Cristales Rotos, que consistió en una noche marcada por acciones
avaladas por el gobierno en contra de comercios y propiedades de individuos judíos.

Por otro lado, el Saar, que había sido entregado a Francia en Versalles, realiza un
referéndum aprobado por la comunidad internacional para reintegrarse en Alemania y
tuvo éxito, lo cual implicó también un éxito de Hitler, que presentó resultados a los
alemanes.

En marzo de 1936 se remilitarizó la Renania y pasó a formar parte plena del territorio
alemán.

En esta época coincide también la Guerra Civil Española, que comienza en julio de
1936 con un golpe de Estado que no resultará en un efectivo cambio de gobierno, sino
en una cruenta guerra civil. Las potencias se posicionaron en torno a los
contendientes, siendo Franco apoyado por alemanes, italianos y portugueses, y los
sublevados apoyados por los soviéticos. Las potencias democráticas, por su parte,
mantuvieron una política de no intervención. En la guerra tuvo lugar la operación
“Fuego Mágico”, con el uso de la fuerza aérea alemana sobre territorio español. Esa
Guerra fue la cristalización y lucha de las ideas en liza en el mundo durante esta época.
La Guerra Civil Española supuso también un oscuro prólogo de la II Guerra Mundial.

Después de la I Guerra Mundial, Austria, desposeída de su Imperio se pregunta por su


naturaleza y se considera parte de Alemania. Versalles había impedido su unión, pero
la deriva dictatorial del período hará que Austria caiga en regímenes dictatoriales que
la llevarán a una etapa de creciente inestabilidad, por lo que se convertirá en objetivo
fácil de Alemania.

Arthur Seyβ-Inquart será el artífice del acercamiento entre Alemania y Austria, y el 12


de marzo de 1938 se produce la invasión alemana de Austria. Se realizaba así un viejo
sueño de unidad de los Estados alemanes: “EIN VOLK, EIN REICH, EIN FÜHRER”.

Hitler llegará a Viena en una comitiva de automóviles y proclamará que su patria de


origen ha quedado unida al Reich alemán. La proclamación ante el Reichstag de la
anexión supuso un momento culminante de la acción alemana previa a la II Guerra
Mundial.

Otro elemento preocupante para los nazis son los Sudetes, territorio checoslovaco
fronterizo con Alemania. Hitler busca la destrucción de Checoslovaquia creando una
disputa con dicho Estado por los Sudetes y aprovechando este conflicto para así
eliminarla. En abril de 1938, el Partido Alemán de los Sudetes publica sus 8 Puntos, que
suponen el inicio de una agresión a Checoslovaquia para anexionar los Sudetes al III
Reich.

En este contexto, en septiembre de 1938, Chamberlain visita a Hitler para matizar y


cuestionar sus acciones, sin alcanzar ninguna resolución. Se celebrará en Múnich una
conferencia que culminará con el Acuerdo de Múnich, auspiciado por Mussolini y en el
que participaron los grandes líderes de Europa. Curiosamente, no había ningún líder
checoslovaco, a pesar de que se decidía sobre su destrucción. Múnich acordará una
cesión controlada de los Sudetes a Alemania, pero pronto será imparable y el 15 de
marzo de 1939 Hitler invade el país checoslovaco al completo. Chequia fue anexionada
y se creó la República eslovaca.

En este momento, Hitler, a través de la promoción de distintos casos de corrupción,


eliminará a aquellos miembros del ejército que considera constituyen una oposición
interna y se hará con el control pleno del Ejército, nombrando a Willhelm Keitel Jefe
del Estado Mayor.

Hitler comenzará el desarrollo de fuerzas aéreas rompiendo el Tratado de Versalles e


Italia, espoleada por los éxitos nazis se embarcará en la invasión de Etiopía para
expandir el Imperio italiano en África, a lo que seguirá en el 1939 la invasión de
Albania. Entre 1936 y 1937 se habían firmado el Acuerdo del Eje entre Alemania e Italia
y posteriormente el Pacto Antikomintern con Japón, en oposición a la Unión Soviética.

Francia e Inglaterra, para frenar a Alemania intentarán establecer un pacto con la


URSS, que no tendrá éxito, pues Rusia estas dos potencias no tenían gran cantidad de
tropas disponibles, pero la URSS pensó que era mentira y que estaba siendo víctima de
un engaño.

En 1939 ocurre lo impensable y se firma el Pacto Ribbentrop-Molotov de no agresión


ruso-alemana, basado en una repartición futura de Polonia.

Este fue el primer elemento de preparación ante una II Guerra Mundial que algunos
consideran ya había empezado en el 1931 con el Incidente Mukden, proceso que inició
la extremadamente agresiva intervención militar de la zona de Manchuria por parte de
Japón.

Frente a todo esto, los “appeasers” intentaron calmar la creciente tensión.


Chamberlain, Eduardo VIII y Lord Halifax participaban de la percepción de que tanto el
comunismo como Alemania eran una amenaza y por tanto intentaron controlarla.
12. II GUERRA MUNDIAL

No obstante, el 1 de Septiembre de 1939, Alemania invade Polonia, en una guerra en


la que las débiles fuerzas polacas no podían oponer resistencia a las unidades Panzer
alemanas.

El 3 de Septiembre de 1939 Inglaterra y Francia, tras un ultimátum, entran en guerra


con Alemania, y el 17 de Septiembre será Rusia quien comience la invasión de Polonia
oriental. Tuvo lugar en este momento la “masacre de Katyn”, el asesinato de
innumerables polacos acusados de subversión y espionaje por el NKVD, que años más
tarde sería utilizado como propaganda por los nazis.

En octubre finaliza la campaña de Polonia y hasta mayo de 1940 ningún contendiente


se decide a dar el primer paso, por lo que no hay enfrentamiento militar. A esto se le
llamaron las “Phoney War” o Guerras Falsa. Alemania no se atreve a atacar a la fuerza
militar francesa y Francia buscaba que fuera Alemania quien chocara contra su
defensa.

En abril de 1940 Hitler invade Noruega en una operación exitosa y rápida que
sorprende a los aliados, a través de la cual obtiene una salida estratégica al mar y
hierro. En este momento Churchill era Primer Lord del Almirantazgo y el éxito alemán
en Noruega supondrá el fracaso de su Armada.

El 10 de mayo de 1940 se produce un ataque masivo de Alemania sobre el frente


occidental por sorpresa. En este mismo día, Chamberlain dimite y Churchill sube al
poder como Primer Ministro.

Hasta pocas semanas antes, Alemania buscaba ejecutar de nuevo el plan Schlieffen,
pero el General Manstein con la ejecución de Guderian proponen un plan
tremendamente sofisticado que consistía en invadir Bélgica y Holanda, pero enviar
parte de las acorazados a través del Bosque de las Ardenas, rodeando por detrás al
enemigo que estaría concentrado en la zona belga.

La operación es un éxito y se produce el embolsamiento masivo de las fuerzas aliadas


que serán empujadas hacia la costa. Sin embargo, en este momento tiene lugar la
evacuación de Dunkerke, en la que Gran Bretaña será capaz de evacuar trescientos mil
soldados de las costas francesas. Este será el primer éxito logístico-militar de Churchill,
pero, en sus propias palabras: “Wars are not won by evacuations”.

El 10 de junio, Italia entra en la guerra volviendo a demostrar su incapacidad militar, y


el 14 del mismo mes París sucumbe a los alemanes. Hitler está exultante: en pocas
semanas ha aplastado la mayor fuerza militar de Europa y ha obligado a Gran Bretaña
a huir.
El 22 de junio de 1940 los generales nazis firman el armisticio con los franceses en
Compiegne, en el mismo lugar en que Alemania aceptó la humillación de la I Guerra
Mundial, vengando así la situación de Versalles e imponiendo duras condiciones a
Francia. Este será el momento cumbre de la política de Hitler. Francia quedará dividida
en dos partes: la zona norte y del atlántico bajo control alemán y el sur libre bajo el
mando del General Petain que establecerá un régimen filonazi.

El plan de Hitler proseguía con la dominación de Inglaterra, para lo que requeriría la


eliminación de la fuerza aérea británica para así poder cruzar el Canal. Este intento se
conocerá como la Batalla de Inglaterra, una lucha aérea épica entre alemanes y
británicos, en la que estos últimos prevalecerán gracias a sus aviones Hurricane y
Spitfire, de mayor capacidad que los alemanes. Hugh Dowding será el artífice de la
resistencia aérea británica frente a los envites alemanes, de quienes eran responsables
Sperrle, el General Kesselring y Göring, Comandante Jefe de la Fuerza Aérea Alemana.

En septiembre de 1940 los alemanes llevarán a cabo el “Relámpago de Londres”, que


supone un cambio de estrategia y el inicio del bombardeo de ciudades. Londres fue
víctima de varios bombardeos y otras ciudades como Coventry fueron arrasadas.
Londres, no obstante, era lo más lejos que podían ir los bombarderos alemanes, y su
escolta de cazas solo podía permanecer media hora por su menor capacidad de
combustible, por lo que en Londres los alemanes eran presa fácil para las fuerzas
aéreas británicas. Inglaterra con una mayor capacidad aérea sí llegará hasta Berlín y
comenzará su propio bombardeo.

Para octubre se había demostrado que la operación alemana era un fracaso y en otoño
de este año Hitler toma la decisión de llevar a cabo la Operación Félix, cortando
suministros británicos a través del control de Gibraltar y el Mediterráneo. Para ello
tiene una entrevista con Franco en Hendaya, que fue un fracaso y finalizó sin acuerdo,
en la que España rechazó la ocupación de Gibraltar.

En estos momentos, tras la invasión de Polonia, hay una creciente tensión entre Rusia
y Alemania por conflictos fronterizos y antes de verse atrapado en una lucha en dos
frentes, la lógica de Hitler no es distinta de la de Napoleón: eliminar a Rusia para evitar
una posible alianza con Inglaterra, privando así a Gran Bretaña de un posible futuro
aliado y obligándola así a buscar términos de paz.

Al entrar Italia en la guerra, no obstante, se había creado un nuevo frente de lucha


para los aliados. Los italianos tendrán una serie de reveses militares contra los
británicos en el Norte de África que harán que Hitler envíe los Afrikakorps, retrasando
su ofensiva rusa. También Italia se propone la invasión de Grecia a través de Albania,,
pero Grecia replica y comienza a invadir ella Albania, por lo que Hitler interviene de
nuevo en los Balcanes para dominar a Grecia.
Alemania retrasó así su ataque sobre Rusia, pero el 22 de junio de 1941, lleva a cabo la
Operación Barbarroja, que supone el ataque alemán contra el frente ruso y el inicio de
la invasión, con el envío de fuerzas hacia Moscú, Leningrado y Ucrania, para dominar
sus campos de cereales y el petróleo. Entre julio y agosto se produce lo nunca visto. El
ejército ruso es prácticamente destruido en el Oeste y se producen los sitios a
Leningrado y Moscú, enfrentando así a Hitler y Stalin.

Frente a la guerra occidental, llevada a cabo con un cierto respeto a las normas bélicas,
en Rusia se produce una guerra brutal, sin límites. Detrás de los alemanes, las SS irán
purgando la población judía en Rusia, hasta que el coste de esta operación es tan
elevado que Hitler comienza a plantearse la “Solución Final”.

En diciembre Leningrado se encuentra asediado y sin capacidad para resistir mucho


más. No obstante, en este momento Stalin recibe a través de sus servicios secretos
información de que Japón no busca una invasión de Rusia oriental, sino una lucha
contra EEUU para la creación de un Imperio japonés en Oceanía. Libera así las fuerzas
destinadas a la contención del Este ruso para utilizarlas contra los alemanes y tendrá
lugar la batalla de Moscú, que supondrá un contraataque masivo de los rusos que
frenará la ofensiva alemana hasta el punto en el que a Hitler se le planteará la retirada,
lo que él rechaza. La Luftwaffe se dedicará durante el invierno a abastecer las fuerzas
del frente, agotando así la fuerza aérea alemana.

El 7 de diciembre de 1941 tiene lugar el ataque japonés a Pearl Harbor. En los últimos
años se había ido incrementando la tensión entre Japón y EEUU. La expansión de
Japón en Asia suponía un desafío a los intereses norteamericanos en la zona y EEUU
impone un embargo de petróleo a Japón, quien se propone entonces el inicio de una
guerra. El Almirante Yamamoto afirma que podría mantener un esfuerzo de guerra
sostenido contra Estados Unidos durante seis meses, pero no podía asegurar más. Para
vencer esta limitación, Japón se decide por un ataque sorpresa que reduzca su
capacidad naval. El bombardeo de Pearl Harbor supone el hundimiento de sus flotas
en puerto.

Para evitar que se le reclamara el inicio de una guerra sin declaración, Japón se
propone entregar la declaración de forma simultánea al ataque de Pearl Harbor, para
mantener la sorpresa, pero cuando el Embajador Nomura la presenta en Washington,
el ataque ya había sido ejecutado, por lo que fue visto como un ataque sin declaración
de guerra previa.

La idea de creación de un Imperio asiático se había encontrado de frente con EEUU y


por ello llevó a cabo este ataque sorpresa, cuyo objetivo era la destrucción de los
portaviones estadounidenses en Pearl Harbor. Sin embargo, estos no se encontraban
allí y el esfuerzo fue inútil, y pasarían a ser clave en la posterior guerra. Entre
diciembre de 1941 y junio de 1942 se lleva a cabo la Blitzkrieg japonesa y el 4 de junio
de 1942 tiene lugar la Batalla de Midway, pequeño archipiélago entre Japón y Hawaii
que era codiciado por los nipones para establecer una base fija con portaaviones a
mano para expulsar a EEUU de Hawaii. Sin embargo la clave de comunicación japonesa
es interceptada y por tanto, los estadounidenses les estaban esperando.

Esta batalla naval se libró a través de los aviones de los portaaviones, y con la
superioridad en inteligencia militar de EEUU y su fuerza consiguieron derribar 4
portaaviones japoneses en pocas horas. Esta batalla colocará al Imperio japonés a la
defensiva hasta el fin de la guerra.

En esta misma época se sucede una nueva oleada de acciones en el Norte de África. La
percepción de que los alemanes están cerca del éxito lleva a los ingleses a dar el
mando del VIII Ejército británico en el Norte de Italia al general Montgomery, el más
brillante militar británico de la Guerra.

En El Alamein obtuvo una victoria aplastante sobre italianos y alemanes, pero también
muy criticada por su coste humano.

En la Conferencia Arcadia se tomaron las decisiones fundamentales sobre la acción


futura y se determinó la creación de un mando militar conjunto con representación de
los Estados aliados, del que carecía el Eje, y se fija una doctrina de prioridades:
primero, Alemania, y después Japón.

Los americanos optaron por la “Operación Sledgehammer”, Que consistiría en un


ataque directo a Francia, pero Churchill creía que eso acabaría en desastre y planteó la
“Operación Antorcha”, que Roosevelt acepta: desembarcar en el Norte africano para,
junto con el ejército de Montgomery, que será nombrado vizconde de El Alamein,
acabar con los alemanes en África por los dos lados. De ahí se procedería a Italia.

Dos días después se produjo la ocupación de la Francia de Vichy por parte de Alemania
en la llamada “Operación Anton”. No será hasta el 16 de noviembre cuando Franco
recibe garantías sobre las divisiones alemanas en los Pirineos. Sin embargo, movilizó
sus tropas de forma sutil contra los aliados, que estaban haciendo uso del estrecho
para la Operación Antorcha, pero preparado también ante un posible avance alemán.

Tras la derrota alemana en verano de 1942, Hitler necesitaba retomar la iniciativa en


el frente ruso y llevó a cabo la Operación Azul. Hitler se propuso extender su frente al
Cáucaso para obtener los pozos de petróleo y recursos, y desde Stalingrado se dirigiría
por el Volga hacia el norte para realizar un ataque envolvente sobre Moscú. No
obstante, los alemanes tenían tres problemas estructurales: empezaron a extender
demasiado su frente, dejando el Norte protegido por italianos y rumanos, carecían de
medios en este momento y se encasquillaron en Stalingrado. El general Paulus
presionó sobre Stalingrado, pero Zukov, del ejército ruso inicia su propia ofensiva y
asedia a los asediantes aniquilando al VI Ejército de Hitler.
En este momento se celebró la Conferencia de Casablanca, en enero de 1943, que
fijaba como objetivo inicial Italia para después acabar con Alemania. La victoria en
Túnez en este momento supondrá el fin de las operaciones en el Norte de África.

En julio se procede con la operación Husky que supondrá la invasión aliada de Sicilia,
en la que jugó un papel importante la mafia, y el 25 de julio se percibe el fin de Italia y
cae Mussolini, que es depuesto por el Gran Consejo Fascista y sustituido por el General
Badoglio, pero Mussolini será liberado de su prisión en Sassó el 12 de septiembre por
Otto Skorzeny, y Hitler lo nombrará Presidente de la República de Saló, Estado
fantasma en el Norte de Italia dependiente de Hitler.

La Batalla de Kusk (julio 1943) supondrá la caída de los nazis en el Este. Fue la última
gran jugada ofensiva en el frente Este. Los alemanes perciben la existencia de un
saliente en las fuerzas rusas y llevan a cabo un plan que consistía en la utilización de
tanques para llevar a cabo un ataque tenaza y envolver a los rusos. En Kusk, tiene lugar
la mayor batalla de tanques de la historia, en la que los tanques rusos prevalecerán,
favorecidos por problemas mecánicos en los Panzer que no habían sido testados.

En estos meses los alemanes son también derrotados en la Batalla del Atlántico y su
flota submarina se ve reducida. Alemania pasará a una estrategia defensiva.

Se celebra en este momento la Conferencia de Teherán, en la que Stalin presionará a


para abrir un segundo frente en Europa, que solo Rusia defendía, y Churchill le
entregará de forma simbólica en nombre de Jorge VI la Espada de Stalingrado.

Arthur Harris, comandante militar británico dirigirá en este momento el creciente


empuje de bombardeos aliados sobre los alemanes. El Bomber Command, si bien
respondía a la destrucción de ciudades con potencia industrial, en otras buscaba
destruir la moral y ánimo alemana y su deseo de resistencia.

En la Conferencia de Teherán se concretó también la “Operación Overlord” que


planeaba el desembarco de tropas aliadas en Francia. Patton y Eisenhower se
enfrentarán contra los alemanes al mando de Rundstedt. Los aliados buscaban
convencer a los alemanes de que el desembarco se produciría en Calais, desde Dover,
por lo que los alemanes prepararon ahí sus tropas. No obstante, los aliados
desembarcarán en Normandía el 6 de junio de 1944.

En el lado alemán Hitler se había hecho con el mando directo de las tropas, que no
podían movilizarse sin su permiso. En este momento hubo unas horas de demora hasta
que se contactó con Hitler y ordenó el uso de los tanques, pero el tiempo había
favorecido a los aliados. El 25 de agosto París será liberado. Hitler había dado orden de
arrasar la ciudad en caso de ser derrotados pero un general alemán se negó.

Los aliados comenzaron entonces a avanzar hacia Bélgica y Holanda.


El 22 de junio los rusos habían lanzado la Operación Bragation, una ofensiva masiva
que llevará la guerra de nuevo al territorio alemán en el frente oriental. Los katiusa
rusos suponen un gran golpe para los alemanes.

Alemania había desarrollado los misiles V1 como venganza contra los aliados, pero
solo podían ser lanzados contra Gran Bretaña desde las costas francesas o belga-
holandesas, que fueron ocupadas por los aliados, y después desarrollaron los V2,
capaces de operar desde Alemania y cuyos científicos serán posteriormente
encargados del desarrollo de la carrera armamentística de la Guerra Fría.

En septiembre de 1944 se produce la Operación Market Garden, para entrar


directamente al corazón de Alemania, pero fracasa, y Hitler busca llevar a cabo una
última ofensiva, la Batalla de las Ardenas: un ataque sobre los aliados para dividir su
esfuerzo de guerra, que será un éxito al comienzo por el mal tiempo, pero que
fracasará con la llegada del buen tiempo y la aviación inglesa.

En febrero de 1945 se celebra la Conferencia de Yalta, que supondrá un éxito


diplomático para Stalin, que consigue que el ya cansado y enfermizo Roosevelt
consienta de forma tácita la expansión de la influencia soviética por el Este europeo.

A comienzos de 1945 el III Reich se encuentra muy disminuido.

Tiene lugar en febrero de este año el Infierno de Dresde, que llevará a Churchill a
limitar los bombardeos sobre ciudades y a cuestionarse la moralidad de la guerra
aliada.

Mussolini es capturado por partisanos comunistas y ejecutado de modo cruel junto a


su amante Claretta Petacci.

La Batalla de Berlín (abril) se librará calle a calle y se iniciará con la penetración rusa en
la ciudad. El horror de los nazis se hizo todavía más presente con la movilización de los
niños animados por Hitler para luchar y morir en el frente por una causa ya perdida.
Este será el día del cumpleaños de Hitler en el que se suicidará junto con Eva Braun
tras casarse. Himmler y Göring intentaron inútilmente establecer una relación con los
aliados, pero sin éxito.

El 7 de mayo de 1945 Alemania firma su rendición.

Entre julio y agosto se celebra la Conferencia de Postdam en la que participará


Clement Attlee como líder británico, ya que ganará las elecciones de 1945,
sorprendentemente venciendo al conservadurismo que había ganado la guerra y
elevando a los laboristas. Se establecerá la administración repartida de Alemania.

La guerra había terminado en Europa, pero todavía se prolongará unos meses más en
el Pacífico. El 6 y el 9 de agosto de 1945 EEUU lanzará las bombas atómicas de
Hiroshima y Nagasaki, tras las cuales los japoneses oirán por primera vez la voz del
Emperador por la radio, reconociendo la derrota y el fracaso político-militar japonés.
Esto llevará a muchos militares nipones al harakiri.

La Guerra finaliza ya, por fin, con Francia liberada, Alemania dividida en zonas
administradas por EEUU, Francia, Gran Bretaña y la URSS y con una Europa del Este
subsumida en la órbita soviética. La Guerra se recordará no solo por el hecho bélico en
sí, sino por las atrocidades y amoralidades del nazismo, sin olvidar tampoco, el
comunismo. Será el germen que en pocos años dará inicio a la Guerra Fría, la pugna
por el poder entre el capitalismo y el comunismo, encabezados por EEUU y la URSS
mantendrán tensas relaciones a lo largo de las próximas décadas, muy próximas al
conflicto abierto.

La Europa orgullosa y dominadora del mundo que parecía incontestable en el siglo XIX
está en el 1945 arrasada. Las atrocidades de la guerra la despertarán de su
aturdimiento y cambiarán el rumbo de la historia desde este momento.

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