Sei sulla pagina 1di 1

Crónicas

de
sidario

Pedro Lemebel. Ed.


LOM, 1986

Demasiadas llagas nos su factura como en su


deja LOCO AFAN después alcance. Su proyección,
de su lectura. Lemebel más que en el estilo
después de la "Esquina substrato temático, se
es mi corazón", pero asienta en el lenguaje.
sobre todo, después de Este se transforma en un
sus crónicas urbanas en delicado paño que horada
la hoy necesaria revista el fundamento de la pala-
PAGINA ABIERTA, nos bra. Es un manejo hábil y
pone hueros. Crónica, un viscoso sobre la cancha
género acabronado por semántica. Logra como
Lafourcade, estropeado nadie, en la actual prosa
por Hunneus e intentado chilena, ampliar el dic-
por varios innombrables, cionario manido que se
toma con Lemebel una insiste en transitar. No le
potencia inencontrable. teme al coloquialismo, ni
Desde una atalaya inden- a la seña particular de su
titario completamente tribu, se larga complejos
afirmado, el autor rastrea a hilvanar paso a paso su
pliegues muy poco crista- nuevo silabario y a ense-
lizados en la expresión ñarlo. El resultado es que
cultural de este chilito en pocas páginas, el lec-
pacato. Son zonas imagi- tor está sembrado de
nadas al ritmo de voyeur, sutiles alquimias verba-
que aquí se radiografían les y preparado para
con una lucidez y riqueza interpretar, ya realfabe-
inigualables, en una tizado, ciertos y variados
batería de metáforas y pliegues sociales ( i n )
tropos gay desbordantes. visibles.
Lemebel, emerge con una Y A N K O GONZALEZ
obra impecable tanto en CANGAS

Potrebbero piacerti anche