Prólogo.

Barro, Roberto et al.

Macroeconomía. Teoría y Política
Ed. McGraw Hill.
México 1997, pp. XIII -- XVI.
prólogo
El libro que el lector tiene en sus manos se ha escrito
con el propósito de ayudarle a alcanzar una formación
básica, pero rigurosa, en macroeconomía. Es pretensión
de sus autores que a través del estudio de este texto
el lector se familiarice con los conceptos y proposiciones
que son hoy de uso común en la moderna macroeco-
no mía, es decir, en aquélla prevaleciente en las postri-
merías de! siglo xx.
Proponemos al lector adentrarse en un mundo fas-
cinante que le permitirá comprender cuáles son [as bJcrzas
de.texmip<JntP, clplo.s...fenómenns macroeco.nnmicos v.
qué Erado ~-'i.p..i)yo o desaprobación. según eJ caso, ofrece
ei cQnocimiento económico a las acciones de política.;.~~.o-
nó.mica ~ormalmente emprendidas por los gobiernos.
¿DE QUE TRATA
LA MACROECONOMÍi\?
La macroeconomía constituye un área de la economía
como disciplina científica. S..!LQ..bjetivono es otro que el
estudio del funcionasniento l'1e una economía gJohal-
~_co(jsjdcrada. La atención ~05e dirige, por tanto,
hacia el comportamiento de una economía doméstica o
de un productor individuales, ni tampoco hacia el fun-
cionamiento de un mercado o de una industria específi-
cos. I,a macroeconomí3 centra su interés en las regulari-
dades C}lIeoh<;prv::¡mm:pn b ~rtivicl~cI pronAmir~ clp lIna
economía concebid=,! como IIn roclo, p<;to 1'<;romo 1111
complejo mec;;anisl1Jo qlle ponp <::ncontacto ~ lo<; mlílri-
pies consumidores y empresa<; que partirip~n pn 1'1am-
plio conjunto de mercados existen~rs dentro clf' b<; fron-
teras de una economía y en aquellos otros mercados que
sirven de nexo entre los re<;idf'ntes de los disrintos paf<;e<;.
DQs son lo<;aspectO<; p<;f'nrialp<;clf'1fimrionamipnto cle
una economía que se distinguen y analizan en macroeco-
nomía. Uno se refiere a los hechos estilizados que las
economías muestran en el ,largo plazo. Se trata de expli-
car el comportamiento tendencia! de una economía.
En particular se busca aislar aquellos factores responsa-
bles de la tasa de crecimiento de la producción pf'r dpit::!
cuando las economías se desenvuelven a lo largo de la
senda de estado estable. Lograr comprender por qué
unas economías crecen a un ritmo distinto que otras se
ha convertido en un importante desafío para los macro-
economistas. La moderna literatura dd crecimiento en-
dógeno, surgida en los años ochenta, ha reavivado entre
los economistas el interés por profundizar en el estudio
de los procesos de crecimiento.
El otro aspecto al que se hacía referencia más arriba es
el de las fluctuaciones cíclicas Que las variables macro-
~
.-:.conómicas experimentan en tomo a :>liSvalores perma--
nentes o tendenciales. .Arrojar luz sobre las causas expli-
cativas del comportamiento cíclico de las economías
constitUy~ otra preocupación fundamental de los ma-
crocconomis(as. En los últimos años los investigadores
se han ido desplazando desde el prioritario énfasis otor-
gado en los años setenta a los shlJcks monetarios y los
modelos de percepciones ITLonetarias erróneas haci:::. los
modelos de ciclcs reales que~ .aoarecieron en los ochenta.
En ambos casos. en el análisis del proceso de crecimiento
y del ciclo. cabe mencionar un tercer campo de profundo
interés para íos macroeconomistas. Se trata del estudio de
la política económica. Tradicionalmente los macroecono-
mistas han dedicado una parte destacable de su tiempo a la
evaluación de los efectos que sobre el comportamiento
cíclico y tendencial de las variables macroeconómicas se
desprenden de las acciones de política. Más reciente-
mente, los investigadores han incorporado a sus agendas
la consideración de las variables de naturaleza política en
sus modelos y el examen de la política económica positi-
va, es decir, de las razones que mueven a los gobiernos a
actuar de la forma en que efectivamente lo hacen.
¿EN QUÉ SE DIFERENCIA
LA MACROECONOMÍA?
Para la realización de la difícil tarea que acabamos de
describir, los macroeconomistas se sirven de un método
XIII
 XIV Prólogo
de trabajo simplificador cuyos resultados -las predic-
ciones que emanan de la teoría- someten posterior-
mente a la evaluación empírica, es decir, al contraste con
los datos observados en el mundo real. La simplificación
adoptada por los modelos macroeconómicos se sustancia
en la forma en que se afronta el problema de la agrega-
ción de los comportamientos individuales y de los bienes
objeto de transacción en los diversos mercados. En ma-
croeconomía se intenta promediar el comportamiento
de un amplio número de agentes recurriendo a la figura
del agente representativo. Se habla as! de una economía
doméstica y de una empresa típicas o representativas en
los modelos macroeconómicos. La economía doméstica
representativa asume las funciones de consumidor, aho-
rrador e inversor y oferente de trabajo, mientras que a
la empresa representativa le corresponde desempeñar el
papel de productor y demandante de trabajo. A medida
que los modelos ganan en complejidad e incorporan
agentes adicionales, la figura del agente representativo
se aplica también al sistema bancario, al sector público
y al conjunto de países con los que una economía con-
creta mantiene relaciones comerciales y financieras. Es
así como surgen en los modelos macroeconómicos el
banco representativo, el «gobierno» o el "Estado», sin
más matizaciones, y el sector exterior o el «resto del
mundo)}.
Pero en una determinada economía, o en la economía
mundial, no sólo hay numerosos y diversos agentes eco-
nómicos. Lo mismo cabría decir de íos mercados exis-
tentes. Su multiplicidad queda condensada en manos de
los macroeconomistas en cuatro grandes mercados o
«macromercados». Se distingue así entre el mercado de
bienes, el mercado de trabajo, el mercado de dinero y eL
mercado de crédito. En el mercado de bienes se inter-
cambia un solo bien genérico de naturaleza física. Este
puede destinarse indistintamente al consumo o a la am-
pliación del stock de capital prúductivo de una econo-
mía, es decir, a ser convertido en un factor productivo, si
bien de forma irreversible. El factor trabajo (los servicios
de trabajo) es el único de los dos factores productivos
considerados en el modelo que tiene un mercado dife-
renciado. El tiempo dedicado al trabajo por parte de las
economías domésticas sirve de medida implícita de la
cantidad de ocio elegida por ellas. El ocio, definido sim-
plemente como el tiempo no laboral, se concibe como el
único bien genérico de carácter intangible de la econo-
mía. El mercado de dinero se refiere a la creación y te-
nencia voluntaria de dos activos financieros: el dinero
legal creado por el banco central y los depósitos emitidos
por el sistema bancario. Finalmente, en el mercado de
crédito se transvasan fondos entre los agentes a través de
dos activos genéricos de renta fija: los bonos privados y
los bonos públicos o deuda pública.
LA MACROECONOMÍA y SUS
ENFOQUES
A lo largo de sus 60 años de historia, la macroeconomía
se ha ganado a pulso la reputación de ser una literatura
propensa a revoluciones de hondo calado (como la revo-
lución keynesiana, la monetarista o la de las expectativas
racionales), así como de mostrarse prolífica en la genera-
ción de ramificacionesen el seno de cada escuela de pen-
samiento macroeconómico.
Esto último es de obvia aplicación para las filas keyne-
sianas, donde la pluralidad de subcorrientes ha converti-
do en una tarea harto difícil saber en qué consiste un
economista keynesiano (quizás tan complicado como
descubrir qu¿ quiso decir verdaderamente Keynes).l\.sí a
los keynesianos de la síntesis neoclásica les siguieron los
keynesianos no walrasianos, los postkeynesianos y, mu-
cho más raide, los nueves keynesianos. No debe pema!
el lecror, ~in embargo, que el enfoque clásico -como
gustan decir los macroeconomistas- o neoclásico
-COITlO preferiría un historiador del pensarniento- ha
escapado a estos ;1_vataresde las iamificaciones int~mé'_s.
De hecho, es fácil apreciar tres sucesivas aproximaciones
neoclásicas en macroeconomía: la subsumida en el mo-
delo clásico de Keynes, Hicks, Modigliani y un conjunto
disperso y no bien definido de autores prekeynesianos, la
representada por el monetarismo y la encarnada por la
macroeconomía del equilibrio o enfoque de vaciado de
mercado.
Con tantas corrientes macroeconómicas se corre el
riesgo de que las ramas nos impidan divisar el bosque.
Cabe decir, sin embargo, que hay en esencia dos enfo-
ques fundamentales en macroeconomía: el enfoque
keynesiano y el enfoque clásico o neoclásico. En una
primera aproximación podemos decir que una diferencia
básica entre uno y stro enfoque se refiere al comporta-
miento de los precios en el corto plazo. A diferencia de
lo que es común en la literatura keynesiana, en el enfo-
que neodásico se parte de la premisa de que no es preci-
so ni ventajoso acudir al uso de modelos con algún tipo
de rigidez nominal o real en los componentes del vector
de precios de una economía para explicar el funciona-
miento de ésta desde una perspectiva global. Bien al con-
trario, la macroeconomía neoclásica se basa en modelos

competitivos donde la plena flexibilidad de los precios
asegura el vaciado de todos los mercados.
En realidad esto mismo es lo que piensan muchos
keynesianos cuando tratan de explicar el comportamien-
to a largo plazo de una economía. Desde la etapa de la
síntesis neoclásica es común entre no pocos keynesianos
emplear modelos de precios flexibles para analizar el
proceso de crecimiento de una economía y, simultánea-
mente, recurrir a modelos con rigideces de precios para
comprender las fluctuaciones cíclicas de las variables ma-
croeconómicas. Esta suerte de esquizofrenia se plasma
también en la inmensa mayoría de los libros de texto.
U na excepción es este libro.
¿cuÁL ES EL ENFOQUE
DE ESTE LIBRO?
Los libros de macroeconomía tienen su personalidad
propia, como así ocurre también con sus aUtores y, por
supuesto, con el común de los mortales. No es éste preci-
samente un aspecto en que el ptesente texto difiera de los
demás. La orientación general de este libro responde,
concretamente, al enfoque de vaciado de mercado.
El significado de esta expresión es mucho más amplio
de lo que literalmente sugieren las cinco palahras que la
integran. Será conveniente enumerar las cinco caracterís-
ticas importantes que coincidentemente suhyacen tras
dla. Estamos, en primer lugar, ante un enfoque de
equilibrio general, es decir, el análisis toma en conside-
ración las imerrelaciones existentes entre los distintos
mercados de una economía. Es, en segundo lugar, un
enfoque que supone una estructura de mercados perfec-
tamente competitivos, con precios flexibles que asegu-
ran la igualdad de la oferta y la demanda en todos y
cada uno de ellos. Se trata, en tercer lugar, de un enfoque
que parte de la presencia de agentes explícitamente op-
timizadores, esto es, que implica la derivación de las
reglas de decisión de los agentes a partir de la explícita
consideración de sus preferencias y de sus conjuntos de
oportunidades. Es, en cuarto término, un enfoque in-
tertemporal, es decir, los agentes no condicionan sus
decision~s a los recursos disponibles únicamente en el
momento presente, ni tampoco se muestran indiferentes
ante el calendario de los acontecimientos económicos.
Finalmente, es ~n enfoque basado en la hipótesis de ex-
pectativas racionales de los agentes, es decir, que éstos
hacen uso de toda la información disponible que sea re-
levante para la toma de sus decisiones.
Prólogo xv
¿QUÉ RASGOS EXPOSITIVOS
PREDOMINAN EN ESTE LIBRO?
Ade~s del enfoque diferencial subrayado más arriba,
dos son los rasgos expositivos que destacan en este libro
de teXto.
El libro refleja a través de sus páginas la decidida vo-
luntad de sus autores de convertido en un texto de voca-
ción internacional. Esta perspectiva internacional se
manifiesta en las múltiples referencias a economías per-
tenecientes a diversos continentes. En esta edición espa-
ñola se ha realizado un especial esfuerzo por incluir de
un modo sistemático -siempre que las fuentes disponi-
bles lo hacían factible- ilustraciones relativas a España
y la Unión Europea --en particular Alemania y el Reino
U nido-, a Japón, a Estados Unidos y a diversos países
latinoamericanos como Argentina, Colombia, Chiie,
México y Venezuela. Un objerivo singular de esta edi-
ción ha sido que el lector de habla hispana, tanto de
España como de LatinoamÉrica, se «sienta en casa». Por
ell~, la edición española presenta como novedades la in-
clusión de capítulos reescritos y de nuevas cajas, tablas y
figuf<1.sa lo largo del texlO que la distinguen de la edición
inglesa. Estas modificaciones y extensiones han hecho
aconsejable también que la presente edición contenga un
capítulo más que la edición inglesa.
El otro aspecto a destacar dd libro es el impormnte
peso conferido a la evidencia empírica en tanto sopor-
te provisional o medio de refutación de las proposiciones
enunciadas y discutidas en el texro. Con el fin de ampliar
la cobertura internacional del libro se ha incorporado un
gran volumen de nueva información estadística en la
edición española. Como consecuencia de ello, y con el
fin de dar coherencia a las comparaciones internaciona-
les que aparecen en el texto, se ha hecho preciso proceder
a la reelaboración de numerosas de las series estadísticas
que contenía la original edición inglesa y a rehacer el
trabajo econo métrico previamente realizado en aquélla.
AGRADECIMIENTOS
Mi primer agradecimiento va dirigido al creador de esta
obra, el profesor Barro. Ha resultado para mí altamente
gratificante colaborar con un economista del prestigio de
Robert Barro como coautor de la edición de habla hispa-
na de su texto de macroeconomía, una obra mundial-
mente reconocida como roda un clásico de la moderna
XVI Prólogo
literatura macroeconómica. En esta línea, quiero exten-
der mi agradecimiento también a Juan Carlos Cavín y
Mariano Norte de McGraw-Hill por su decisivo apoyo a
este proyecto.
La preparación de este trabajo ha representado un es-
fuerzo personal de mayor entidad al inicialmente previsto.
Aun así, el resultado final no habría sido posible de no
haber contado con los útiles comentarios y sugerencias de
un numeroso grupo de economistas, en su mayoría profe-
sores del Departamento de Economía del Centro de Estu-
dios Superiores «Ramón Carande» de la Universidad
Complurense de Madrid. Un especial reconocimiento
dirijo a Miguel Angel Alonso, Rafael Barberá, Manuel
Blanca, Elena Cermeño, Luis Miguel Doncel y Elena
Márquez. No menos importante ha sido también la par-
ticipación que han tenido en este proyecto Miguel Cuer-
do, Nuria Elena Gómez, René Peña y Juan Van Balen.
RNv16N FEBRERO
Madrid, diciembre de 1996