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Antes de que la Reforma naciera hubo personajes que denunciaron el sistema de abusos

y supersticiones populares extendidas por doquier. Por ejemplo, Pedro Valdo, Jan Hus y
John Wyclif, entre otros, fueron figuras que se enfrentaron al estado generalizado de cosas
antes de la Reforma. A estos personajes se les ha denominado los precursores de la
Reforma. La fecha tradicional que marca un antes y un después en la historia de la Iglesia
sería el 31 de octubre de 1517, cuando Martín Lutero clavó sus Noventa y Cinco Tesis
en la puerta de la iglesia de Wittenberg. En ese documento se atacaba el sistema de
indulgencias y se afirmaba que el papa no tiene autoridad sobre el purgatorio, no teniendo
la doctrina de los méritos de los santos justificación en el evangelio

La reforma inicio en suiza con la predicación de Ulrico Zuinglio quien hablo contra la
venta de indulgencia y otros abusos papales y enseño que la salvación solo proviene de
cristo pero no aprendió de lutero sino que fue de las escrituras. Lutero se destacó entre
los reformadores, También muchos de los reformadores sobresalientes son recordados
en el monumento de la reforma en Ginebra quienes fueron pioneros y defensores de la
reforma religiosa: Guillaume Farel, Juan Calvino, Teodoro de Beza y John Knox.

Uno de los importantes reformadores fue Juan Calvino, un francés que en 1536 escribió
la primera obra teológica sistemática del protestantismo: la Institución de la Religión
Cristiana. El sistema de Calvino daba gran importancia a la gloria de Dios en todo el
plan de salvación, siendo por lo tanto su voluntad el factor determinante en la redención.

Lutero desempeñó un papel fundamental en esta Reforma Protestante. Desafió a la


autoridad del papado al afirmar que la Biblia era la única fuente de autoridad religiosa.
Lutero creía que la salvación sólo se podía adquirir a través de la fe en Jesucristo y no
requería necesariamente de la asistencia a la Iglesia. Esta reforma avivó el descontento
entre los católicos de todo el mundo.

En 1516 y 1517, Johan Tetzel, un fraile dominico que sirvió como comisionado de
indulgencias papales, fue enviado por la Iglesia Católica hasta Alemania con el fin de
vender indulgencias para conseguir dinero para la reconstrucción de la Basílica de San
Pedro en Roma. Las indulgencias se referían a la reducción de la pena por el perdón de
los pecados.

Lutero protestó por la práctica de la venta de indulgencias en un escrito enviado a Alberto,


arzobispo de Maguncia y Magdeburgo el 31 de octubre de 1517. Lutero adjuntó una copia
de las controversias que para él suscitaban dichas indulgencias, lo que luego se convirtió
en las famosas 95 Tesis.

Lutero fue rápidamente seguido por Calvino y Ulrich Zwingli. Éste último comenzó su
protesta en Suiza casi al mismo tiempo que Lutero en Alemania. Después de la
excomunión de Lutero, los escritos de Calvino ayudaron a impulsar el movimiento en
Suiza, Escocia, Hungría, Alemania y el resto de Europa. Zwingli y Calvino fueron
apoyados por los ayuntamientos de Zurich y Ginebra. Comenzaron a gestarse los grupos
protestantes, como los luteranos, los calvinistas, presbiterianos, anglicanos y anabaptistas.

El 14 de agosto de 1831, un predicador en Nueva York, marcaría fuertemente las vidas


de Elena y Jaime White y de más 100,000 personas en los Estados Unidos. William
Miller, un agricultor y juez de paz, quien a través de su estudio sistemático de la Biblia,
llegó a la conclusión de que Cristo volvería a la Tierra alrededor de 1843.

Su predicación se basaba en la interpretación de la profecía de Daniel 8:14 y la evidencia


bíblica con respecto al retorno de Jesucristo. Muchos estadounidenses presenciarían estos
síntomas, sobre todo durante los días 12 y 13 de noviembre 1833, cuando una lluvia de
meteoritos cayó sobre los cielos de los Estados Unidos. Los Milleritas relacionaron el
evento con las predicciones hechas por Cristo y el profeta Juan en el libro de Apocalipsis.

Alrededor del año 1836, Ellen Harmon tuvo un accidente en un desacuerdo entre niñas,
situación que le impediría asistir a la escuela y desarrollar actividades regulares. Una
compañera golpeó el rostro de Elena con una piedra, rompiéndole la nariz. Las fracturas
la dejaron inconsciente y le tomó tres semanas la recuperación de este agravio,
incomprendido hasta por los propios médicos.

Entre 1831 y 1844, William Miller jugó un rol muy importante en lo que los historiadores
llamaron el «segundo despertar» religioso. El movimiento millerista tuvo una influencia
significativa en modos de ver las profecías bíblicas, incluyendo lo que posteriormente
sería la Iglesia Adventista del Séptimo Día. Miller sostuvo un grupo de catorce reglas
para la interpretación de la Biblia. Basándose en el estudio de la profecía del Libro de
Daniel 8:14, Miller calculó que Jesucristo regresaría entre el 21 de marzo de 1843 y el 21
de marzo de 1844.

Más tarde, se calculó la fecha en base al calendario ritual judío, en el que el 21 de marzo
de 1844 es el 22 de octubre de 1844.
Cerca de 100 mil personas esperaron en sus casas y se reunieron en los bosques, a la
espera de que Cristo aparezca en las nubes del cielo. Cuando Jesucristo no apareció, los
seguidores de Miller experimentaron lo que se conoce como el Gran Chasco. Miles de
seguidores abandonaron el movimiento. Después de examinar nuevamente las escrituras,
un grupo remanente concluyó que Jesucristo no debía aparecer en esa fecha, sino que ese
día, el santuario celestial donde Jesucristo oficia como sumo sacerdote comenzaría a ser
purificado mediante un juicio investigador. Ese juicio afecta a quienes han profesado fe
en Jesucristo a través de los tiempos, pero no a aquellos que siempre lo rechazaron, para
los cuales no es necesario ningún examen de su vida.

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