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¿Terribles armas en la antigüedad?

¿Por qué figuran en tantas tradiciones distintas?

Ciertos informes culturales conservados en la antigua literatura histórica y religiosa,


parcialmente confirmados por algunos curiosos descubrimientos arqueológicos,
parecen indicar que algo parecido a bombas atómicas se emplearon en guerras en este
planeta miles de años antes de que empezara la actual historia escrita.

No hemos reconocido esas detalladas referencias a la guerra nuclear en las leyendas


antiguas hasta que no hemos desarrollado nosotros mismos la fuerza atómica.

La mayor parte de esas referencias proceden del Mahabharata, el Ramayana, textos


puránicos y védicos, el Mahavira Charita y otros textos sánscritos, que, libres de los
incendios y destrucciones sufridos por tantos libros de la antigüedad mediterránea y
del Medio Oriente, nos han llegado directamente desde tiempos antiguos.
Las referencias “atómicas” que contenían desde la primera traducción completa del
Mahabharata en 1843 ( que se escribió originalmente en sánscrito hacia 1500 a. C.,
sobre leyendas que databan de 5.000 años antes), parecían sólo ejemplos de férvida
imaginación oriental, sobre guerras de dioses y héroes antiguos.

Mahabharata significa, en sánscrito, Gran Bharata; y es el más extenso poema épico de


la literatura india antigua –el segundo es el Ramayana–. Aunque ambos son
básicamente obras profanas, se recitan de manera ritual y confieren supuestamente
méritos religiosos a quienes los escuchan.
Antes de conocerse los efectos de la bomba atómica estos poemas carecían de sentido,
ahora no, al igual que el de los carros de fuego que por los aires los llevaban.

 Era) un solo proyectil


 cargado con toda la fuerza del Universo.
 Una columna incandescente de humo y llamas
 brillante como diez mil soles
 se elevó en todo su esplendor…
 …Era un arma desconocida,
 un relámpago de hierro,
 un gigantesco mensajero de muerte,
 que redujo a cenizas
 a toda la raza de los Vrishnis y los Andhakas.
 …Los cadáveres quedaron tan quemados
 que no se podían reconocer.
 Se les cayeron el pelo y las uñas:
 los cacharros se rompieron sin motivo,
 y los pájaros se volvieron blancos.

 Al cabo de pocas horas
 todos los alimentos estaban infectados…
 …Para escapar de ese fuego
 los soldados se arrojaban a los ríos,
 para lavarse ellos y su equipo…
Mahabharata

Las dimensiones de esa arma legendaria tienen cierta semejanza con los proyectiles
tácticos nucleares de hoy día:

 …Un tallo fatal como la vara de la muerte.


 Medía tres codos y seis pies.
 Dotado de la fuerza
 del trueno de Indra, la de mil ojos,
 destruía toda criatura viva…

Los poderosos efectos de la explosión y el calor producidos por esa arma se describen
de una manera imaginativa y lírica, pero una manera que se podría aplicar (salvo por
los elefantes) al lanzamiento de una bomba atómica:

 …Entonces (el dios de esa poderosa arma)


 se llevó por delante multitudes de Samsaptakas
 con corceles y elefantes y carros y armas,
 como si fueran hojas secas de los árboles…
 Llevados por el viento, oh Rey,
 parecían hermosos allá arriba
 como aves en vuelo arrancando de los árboles…

Y más adelante dice:

 …Vientos de malos auspicios llegaron a soplar…


 El Sol pareció dar la vuelta,
 el Universo, abrasado de calor,
 parecía tener fiebre.
 Elefantes y otras criaturas de la tierra,
 abrasados por la energía del arma,
 huyeron corriendo…
 las mismas aguas al calentarse,
 las criaturas que vivían en ese elemento
 empezaron a arder…
Y continúa con:

 Hostiles guerreros caían como árboles


 quemados en un fuego furioso…
 Enormes elefantes quemados por esa arma,
 caían por tierra…
 …Lanzando terribles gritos…
 Otros abrasados por el fuego corrían de acá para allá
 mientras, en medio de un incendio de bosque,
 los corceles… y los carros también…
 quemados por la energía de esa arma…
 parecían como copas de árboles
 quemados en un incendio de bosque…

Ramayana y otros relatos

En el Ramayana se lee:

Tan poderoso que podía destruir la tierra en un momento: un gran ruido que se elevaba
en humo y llamas… y sobre él está sentada la Muerte…

El Mahabharata refiere la historia de un señor feudal llamado Gurkha con estas


palabras:
 …Venía a bordo de un vimana, y sació su ira enviando un sólo y único rayo en
contra de la ciudad. Una enorme columna de fuego diez mil veces más luminosa
que el sol se levantó, y la ciudad quedó reducida a cenizas en el acto…

El Libro de Krisna relata:

 Era capaz de moverse sobre el agua y bajo el agua. Podía volar tan alto y veloz que
resultaba imposible de ver. Aunque estuviese oscuro, el piloto podía conducirlo en
la oscuridad

El Ramayana relata:

 Las Vimanas tienen la forma de una esfera y navegaban por los aires a causa del
mercurio (rasa) levantando un fuerte viento.
 Hombres a bordo de los Vimanas podían así cubrir grandes distancias en un espacio
de tiempo sorprendentemente corto, pues el hombre que conducía lo hacia a su
voluntad volando de abajo arriba, de arriba abajo, adelante o atrás.

En el Saramangana Suttradhara se lee:

 Estaban hechos con planchas de hierro bien unidas y lisas y eran tan veloces que
casi no se los podía ver desde el suelo. Los hombres de la tierra podían elevarse
muy alto en los cielos y los hombres de los cielos podían bajar a la tierra.

En el Ramayana se nos dice:

 Debe haber cuatro depósitos de mercurio (rasa) en su interior.


 Cuando son calentados por medio de un fuego controlado, el vimana desarrolla un
poder de trueno por medio del mercurio.
 Si este motor de hierro, con uniones adecuadamente soldadas, es llenado de
mercurio y el fuego se dirige hacia la parte superior, desarrolla una gran potencia,
con el rugido de un león e inmediatamente se convierte en una perla en el cielo.

El Mahavira Charita dice:

 Un proyectil, cargado con la fuerza del universo, produjo una inmensa columna de
humo y llamas deslumbrantes. Tan brillantes como 10.000 soles en todo su
esplendor.
 Era una arma desconocida un trueno de hierro, un gigantesco mensajero de la
muerte, que redujo a cenizas a la totalidad de la raza enemiga.
 Los cuerpos quedaron irreconocibles, sus cabellos y uñas se caían, la loza se rompía
espontáneamente y las aves vieron decolorados su plumaje…
 Después de unas cuantas horas, todos los alimentos quedaron contaminados, para
poder escapar de ese fuego, los soldados se arrojaron a los ríos para lavar su
equipaje y lavarse ellos mismos…
 El sol pareció temblar, y el universo se cubrió de calor. Las aguas hirvieron, los
animales comenzaron a perecer y los guerreros hostiles cayeron derribados como
briznas.
 Grandes proporciones de vegetación quedaron desiertos, y hasta el metal de las
carrozas se fundió ante esta arma.

Se considera en la India, por parte de los entendidos, que los primeros cronistas
diferenciaron en sus relatos lo real de lo ficticio.

Las historias de imaginación, o cuya veracidad no había sido comprobada, entraban


dentro de la categoría “Daiva”.

Los hechos reales, cuya autenticidad estaba fuera de toda duda, eran conocidos como
“Manusa”.

El Mahabharata, Ramayana, Mahavira, y otros textos tenidos por fantasiosos,


pertenecen a la categoría “Manusa”.

La bomba atómica

Sólo siete años después de la primera explosión atómica en Nuevo México, el doctor
Oppenheimer, que conocía bien la antigua literatura sánscrita, estaba dando una
conferencia en la Universidad de Rochester. Luego, en el turno de preguntas y
respuestas, un estudiante hizo una pregunta a la que el doctor Oppenheimer contestó
con una extraña reserva:

 Estudiante: La bomba que se hizo estallar en Alamogordo, durante el proyecto


Manhattan, ¿fue la primera en hacerse explotar?
 Doctor Oppenheimer: Bueno…, sí. En tiempos modernos, sí, claro.

Quizá el doctor Oppenheimer recordaba el pasaje anterior que había leído en el


Mahabharata sobre una antigua guerra en que se introdujo una nueva arma aterradora.

El doctor Robert Oppenheimer, que tenía un amplio conocimiento de la literatura


sánscrita y las leyendas hindúes, recordó cuando la primera explosión desgarró el cielo
de Nuevo México, unos versos del antiguo Mahabharata, compuestos hace miles de
años en la India pero extrañamente aplicables a la era nuclear:

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