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Capítulo 80—En la tumba de José romper las piernas de los dos ladrones para apresurar su muerte; pero se

Por fin Jesús descansaba. El largo día de oprobio y tortura había terminado. descubrió que Jesús ya había muerto. Los rudos soldados habían sido
Al llegar el sábado con los últimos rayos del sol poniente, el Hijo de Dios yacía enternecidos por lo que habían oído y visto de Cristo, y esto les impidió
en quietud en la tumba de José. quebrarle los miembros.

Ahora Jesús descansaba de la obra de la redención; y aunque había pesar Saben,


entre aquellos que le amaban en la tierra, había gozo en el cielo. La muerte de Cristo en la cruz para los sacerdotes fue extraña
 Morir colgado en un madero era un proceso doloroso y lento
Una creación restaurada, una raza redimida, que por haber vencido el  Pero Jesús murió 6 horas después de la crucifixión
pecado, nunca más podría caer, era lo que Dios y los ángeles veían como
resultado de la obra concluida por Cristo. Otra cosa extraña en la muerte de Jesús
 Las manos y los pies no son puntos vitales en el cuerpo.
Quiero esta noche analicemos algunos detalles
 Lo sucedido el viernes cuando Cristo dijo consumado es Pero no fue el lanzazo, no fue el padecimiento de la cruz, lo que causó la
muerte de Jesús. Ese clamor, pronunciado “con grande voz,” en el momento
Marcos 15:39 de la muerte, el raudal de sangre y agua que fluyó de su costado, declaran
que murió por quebrantamiento del corazón. Su corazón fue quebrantado
En los acontecimientos finales del día de la crucifixión, se dieron nuevas por la angustia mental. Fue muerto por el pecado del mundo.
pruebas del cumplimiento de la profecía y nuevos testimonios de la divinidad
de Cristo. Cuando las tinieblas se alzaron de la cruz, y el Salvador hubo Así que la próxima vez que queramos pecar
exhalado su clamor moribundo, inmediatamente se oyó otra voz que decía:  Recuerde lo que le costó a Jesús su pecado
“Verdaderamente Hijo de Dios era éste.” DTG 714.3
Estas palabras no fueron pronunciadas en un murmullo. Todos los ojos se Otro incidente después de la muerte de Cristo
volvieron para ver de dónde venían. ¿Quién había hablado? Era el centurión, Juan 19:38-42
el soldado romano. La divina paciencia del Salvador y su muerte repentina, Lucas 23:50-56
con el clamor de victoria en los labios, habían impresionado a ese pagano.
En el cuerpo magullado y quebrantado que pendía de la cruz, el centurión En esta emergencia, José de Arimatea y Nicodemo vinieron en auxilio de los
reconoció la figura del Hijo de Dios. No pudo menos que confesar su fe discípulos. Ambos hombres eran miembros del Sanedrín y conocían a Pilato.
Ambos eran hombres de recursos e influencia. Estaban resueltos a que el
En el mismo día de su muerte, tres hombres, que diferían ampliamente el cuerpo de Jesús recibiese sepultura honrosa. DTG 718.2
uno del otro, habían declarado su fe: el que comandaba la guardia romana,
el que llevó la cruz del Salvador, y el que murió en la cruz a su lado. DTG José fue osadamente a Pilato y le pidió el cuerpo de Jesús. Por primera vez,
715.1 supo Pilato que Jesús estaba realmente muerto. Al oír la petición de José,
mandó llamar al centurión que había estado encargado de la cruz, y supo
Otro detalle que sucedió después de la muerte de Cristo con certeza la muerte de Jesús. También oyó de él un relato de las escenas
Juan 19: 31 -34 del Calvario que confirmaba el testimonio de José.
Fue concedido a José lo que pedía. Mientras Juan se preocupaba por la
Pilato tenía tan poco deseo como ellos de que el cuerpo de Jesús sepultura de su Maestro, José volvió con la orden de Pilato de que le
permaneciese en la cruz. Habiendo obtenido su consentimiento, hicieron entregasen el cuerpo de Cristo; y Nicodemo vino trayendo una costosa
mezcla de mirra y áloes, que pesaría alrededor de unos cuarenta kilos, para
embalsamarle. Imposible habría sido tributar mayor respeto en la muerte a Nunca había atraído Cristo la atención de la multitud como ahora que
los hombres más honrados de toda Jerusalén. Los discípulos se quedaron estaba en la tumba. La gente traía sus enfermos y dolientes a los atrios del
asombrados al ver a estos ricos príncipes tan interesados como ellos en la templo preguntando: ¿Quién nos puede decir dónde está Jesús de Nazaret?
sepultura de su Señor. Muchos habían venido de lejos para hallar a Aquel que había sanado a los
enfermos y resucitado a los muertos. Por todos lados, se oía el clamor:
¿Cómo ven ustedes la actitud de estos hombres que en ese momento no Queremos a Cristo el Sanador. Las manos amistosas de Jesús de Nazaret,
eran seguidores fieles a Dios? que nunca negaron el toque sanador al asqueroso leproso, estaban cruzadas
sobre su pecho. Los labios que habían contestado sus peticiones con las
Con suavidad y reverencia, bajaron con sus propias manos el cuerpo de consoladoras palabras: “Quiero; sé limpio,”12estaban callados. En esta
Jesús. El cuerpo, juntamente con las especias traídas por Nicodemo, fué ocasión, los sacerdotes examinaron a aquellos que se creía daban indicio de
envuelto cuidadosamente en un sudario, y el Redentor fué llevado a la lepra. Muchos tuvieron que oírlos declarar leprosos a sus esposos, esposas,
tumba. Allí, los tres discípulos enderezaron los miembros heridos y cruzaron o hijos, y condenarlos a apartarse del refugio de sus hogares y del cuidado
las manos magulladas sobre el pecho sin vida. Las mujeres galileas vinieron de sus deudos, para advertir a los extraños con el lúgubre clamor:
para ver si se había hecho todo lo que podía hacerse por el cuerpo muerto “¡Inmundo, inmundo!”
de su amado Maestro. Luego vieron cómo se hacía rodar la pesada piedra
contra la entrada de la tumba, y el Salvador fué dejado en el descanso ¿Por qué sucedía todo esto?
Cristo había terminado su obra terrenal
Otro detalle  La tierra en esos instantes quedó sin salvador y sin redentor
Mateo 27:50, 51  Porque yacía en la tumba descansado
 Ajeno a lo que sucedía en este mundo
A la puesta del sol, en la tarde del día de preparación, sonaban las trompetas
para indicar que el sábado había empezado. El sábado, los atrios del templo Último detalle para esta noche
estuvieron llenos de adoradores. Pero algunos de los presentes no estaban  Acerca de los acontecimientos de Cristo en la tumba
tranquilos mientras se ofrecía por el pecado la sangre de becerros y machos
cabríos. Nunca antes había sido presenciado este ceremonial con Mateo 27:62-66
sentimientos tan contradictorios. Uno tras otro preguntaba acerca del
extraño suceso que había acontecido. El lugar donde Jehová se encontraba El pecado es cobarde ¿Sí o no?
con el sumo sacerdote, para comunicar su gloria, el lugar que había sido la  Y estos sacerdotes sabían lo que habían hecho
cámara de audiencia sagrada de Dios, estaba abierto a todo ojo; ya no era  Ahora tenían miedo de las profecías de la Biblia
reconocido por el Señor. Con lóbregos presentimientos, los sacerdotes
ministraban ante el altar. La exposición del misterio sagrado del lugar Ahora que había pasado el frenesí de la excitación, la imagen de Cristo se
santísimo les hacía temer que sobreviniera alguna calamidad. presentaba a sus espíritus. Le contemplaban de pie, sereno y sin quejarse
delante de sus enemigos, sufriendo sin un murmullo sus vilipendios y
Una pregunta ¿Cuántas personas seguían a Jesús? Multitudes ultrajes. Recordaban todos los acontecimientos de su juicio y crucifixión con
una abrumadora convicción de que era el Hijo de Dios. Sentían que podía
Ahora muchas personas traían para la pascua a sus enfermos presentarse delante de ellos en cualquier momento, pasando el acusado a
 Buscando a Jesús de Nazaret
 Escuche esto
ser acusador, el condenado a condenar, el muerto a exigir justicia en la
muerte de sus homicidas. DTG 723.3
Los sacerdotes dieron instrucciones para asegurar el sepulcro. Una gran
piedra había sido colocada delante de la abertura. A través de esta piedra
pusieron sogas, sujetando los extremos a la roca sólida y sellándolos con el
sello romano. La piedra no podía ser movida sin romper el sello. Una guardia
de cien soldados fué entonces colocada en derredor del sepulcro a fin de
evitar que se le tocase. Los sacerdotes hicieron todo lo que podían para
conservar el cuerpo de Cristo donde había sido puesto. Fué sellado tan
seguramente en su tumba como si hubiese de permanecer allí para
siempre. DTG 724.1

Terminar el sermón

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