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DERECHO PROCESAL PENAL

PROCESOS ORDINARIOS CON ESPECIALIDADES

ESPECIALIDADES PROCESALES POR RAZÓN DE LA MATERIA (IV):


ENJUICIAMIENTO DE DELITOS DE CONTRABANDO

Víctor Moreno Catena / Helena Soleto Muñoz

Catedrático de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III Madrid / Profesora Doctora


de Derecho Procesal de la Universidad Carlos III de Madrid

1. Introducción
El delito de contrabando se tipifica en el artículo 2 de la Ley Orgánica 12/1995, de 12 de
diciembre, de Represión del Contrabando, y puede consistir en distintas actividades que
afecten a la entrada o salida de bienes del territorio del Estado cuyo tráfico esté
prohibido, o el transporte se realice sin la preceptiva autorización, siempre que la cuantía
de lo que sea objeto del tráfico resulte superior a los tres millones de pesetas (18000
euros), salvo en el caso de contrabando de tabaco, en el que el límite se establece en un
millón de pesetas (6000 euros), o en el de tráfico de drogas, armas o bienes cuya
tenencia constituya delito, en cuyo caso no se establece límite.
En cuanto al contrabando de drogas ha de tenerse en cuenta que, de acuerdo con la
jurisprudencia del Tribunal Supremo, el delito de contrabando carece prácticamente de
relevancia, dado el concurso de normas que se produce con el delito de tráfico de drogas
(SSTS 1/12/1997, 7/5/2002).
Por su parte, en relación con el contrabando de tabaco, es de señalar que aunque la Ley
de 4 de mayo de 1998, de ordenación del mercado de tabaco, suprima los monopolios
de fabricación, importación y comercio al por mayor, se mantiene el monopolio al por
menor.
Como consecuencia de la integración de España en la Unión Europea, estas
tipificaciones también tienden a proteger, además de los intereses estatales, los bienes
jurídicos comunitarios (SENENT, La incidencia del derecho comunitario en el derecho
penal: Especial referencia a la legislación penal española en materia de contrabando y
control de cambios I).

2. Medidas cautelares
Las especialidades procedimentales contenidas en la ley de represión del contrabando
se refieren a la medida cautelar de intervención de bienes y a las peculiaridades con las
que se puede adoptar.
El comiso es una pena accesoria del delito de contrabando, y consiste en la aprehensión
de los bienes que constituyan objeto del delito, de los instrumentos para la elaboración
de los bienes prohibidos o bajo monopolio que han sido objeto del contrabando, de los
medios de transporte con los que se lleve a cabo la comisión del delito y de las
ganancias obtenidas del delito.
Aunque nada se disponga expresamente, para que las referidas penas accesorias que
se contengan en la sentencia definitiva puedan resultar eficaces deben adoptarse de
forma cautelar las medidas que resulten pertinentes. En este sentido, interpretando a
contrario sensu lo dispuesto en el art. 5.3 LORC, puede acordarse una intervención
provisional de los bienes que serán objeto de comiso, ya que se establece que los bienes
definitivamente decomisados por sentencia se adjudicarán al Estado, y, por otra parte, en
el art. 6 se regulan medidas de uso de los bienes depositados.

2.1. La intervención de bienes


De entre los objetos descritos en el art. 5 que son objeto de comiso, los que sean cuerpo
del delito, tales como armas o sustancias tóxicas, así como los instrumentos para la
elaboración de bienes, habrán de ser retenidos, conservados o enviados al organismo
adecuado para su depósito (art. 338 LECRIM), si bien pueden ser depositarios los
presuntos responsables, en atención a las circunstancias del hecho y a las de éstos, con
prestación en su caso de la fianza que corresponda (art. 6.2 LORC).
Los bienes intervenidos pueden ser destruidos por orden de la autoridad judicial, tal
como se dispone en el art. 338 de la LECRIM, si ello resultara conveniente o necesario
por la propia naturaleza de los efectos intervenidos o el peligro que comporte su
almacenamiento, después de oírse al Ministerio Fiscal y al propietario, dejando muestras
suficientes para garantizar ulteriores comprobaciones.
En cuanto a los instrumentos de elaboración o de transporte que se hubieran intervenido,
establece el art. 6.3 LORC que se podrán utilizar provisionalmente por las fuerzas o
servicios encargados de la persecución del contrabando.
También se prevé en el art. 7 de la LORC la posibilidad de enajenar anticipadamente los
bienes intervenidos, sin esperar a la firmeza de la resolución, cuando el propietario haga
expreso abandono de ellos, o cuando la conservación pueda resultar peligrosa para la
salud o seguridad públicas, o diera lugar a una disminución importante de su valor, como
es el caso de las mercancías que se deprecian por el transcurso del tiempo.
La enajenación se ordenará por la autoridad judicial, procediéndose a la valoración de la
mercancía conforme a las reglas del art. 10 de la LORC: si son géneros estancados, por
el precio máximo de venta al público, si son mercancías no comunitarias, siguiendo la
valoración en aduana, si comunitarias, se estará a los precios oficiales.

3. Responsabilidad civil
Se establece en el art. 4 de la LORC que la responsabilidad civil que proceda declarar a
favor del Estado derivada de estos delitos se extenderá al importe de la deuda aduanera
y tributaria defraudada.
NOTA BIBLIOGRÁFICA
SENENT, “La incidencia del derecho comunitario en el derecho penal: Especial
referencia a la legislación penal española en materia de contrabando y control de
cambios I”; Cuadernos Europeos de Deusto, nº. 16, 1997, p. 135-184.
CASTELLÓ NICAS; “La jurisprudencia del Tribunal Supremo sobre la relación concursal
entre tráfico de drogas y contrabando”, Boletín de Información del Ministerio de Justicia,
v. 52, nº. 1821, p. 1095-1108.

Lecturas complementarias
Sentencia del Tribunal Supremo de 1 de diciembre de 1997 (Rec. 1539/1996; S. 2.ª).
Sentencia del Tribunal Supremo de 7 de mayo de 2002 (Rec. 3008/2000; S. 2.ª).
Sentencia del Tribunal Supremo de 18 de enero de 2002 (Rec. 471/2000; S. 2.ª).

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