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La conducta prosocial se define como comportamientos sociales y positivos que benefician a otros, e incluye dar, ayudar, cooperar y consolar. Se proponen cuatro tipos de actividades prosociales: dar objetos, cooperar, ayudar en tareas y mostrar empatía. Aunque la conducta prosocial beneficia principalmente a otros, también puede traer satisfacción personal al que la lleva a cabo.
La conducta prosocial se define como comportamientos sociales y positivos que benefician a otros, e incluye dar, ayudar, cooperar y consolar. Se proponen cuatro tipos de actividades prosociales: dar objetos, cooperar, ayudar en tareas y mostrar empatía. Aunque la conducta prosocial beneficia principalmente a otros, también puede traer satisfacción personal al que la lleva a cabo.
La conducta prosocial se define como comportamientos sociales y positivos que benefician a otros, e incluye dar, ayudar, cooperar y consolar. Se proponen cuatro tipos de actividades prosociales: dar objetos, cooperar, ayudar en tareas y mostrar empatía. Aunque la conducta prosocial beneficia principalmente a otros, también puede traer satisfacción personal al que la lleva a cabo.
Si el ser humano ha llegado a ser una especie tan particular es, en parte, porque ha sido
capaz de crear grandes tejidos sociales de cuidado mutuo y transmisión de conocimientos.
Es decir, que somos muy dados a relacionarnos los unos con los otros de muchas maneras diferentes, una tendencia que puede ser resumida en un concepto: conducta prosocial. Aunque no existe una definición universal del concepto de conducta prosocial, se define como una colección de comportamientos de carácter social y positivo. Debido a las diferencias de criterio sobre si incluir el factor motivacional en la definición, se considera que existen dos tipos de conductas sociales positivas: las conductas que reportan un beneficio para ambas partes implicadas y las conductas que solo benefician a una de las partes. Una propuesta de definición que integra tanto la vertiente comportamental como la motivacional, afirma que toda conducta social positiva se efectúa para beneficiar a otro en su presencia o no, de manera altruista, como por ejemplo dar, ayudar, cooperar, compartir, consolar, etc. Se propone una clasificación de cuatro tipos de actividades para clarificar el fenómeno de la conducta prosocial:
1. Actividades de dar, compartir, intercambiar o cambiar objetos con otros individuos.
2. Actividades cooperativas. 3. Tareas y juegos de ayuda. 4. Actividades empáticas hacia el otro.
Atendiendo a esta propuesta, en la conducta prosocial el beneficio recae en la otra persona,
mientras que en la conducta cooperativa ambas partes se coordinan para obtener un beneficio mutuo. Ahora bien, determinar cuánto gana cada una de las partes es en sí un reto para la psicología y las ciencias del comportamiento en general. A fin de cuentas, la voluntad de ayudar a alguien y la satisfacción de haberlo hecho son en sí factores que nos hablan de una recompensa para el individuo altruista.