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POR
Profesor Guía:
Agosto, 2009
Santiago, Chile
Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
Se autoriza la reproducción total o parcial, con fines académicos, por cualquier medio o
procedimiento, incluyendo la cita bibliográfica del documento y su autor.
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
AGRADECIMIENTOS
A diferentes instituciones y docentes que aportaron con los medios e información para la
realización de este trabajo académico, como El Laboratorio de Geomática, del Instituto de
Manejo Forestal de la Universidad Austral de Chile, encabezado por el profesor Víctor
Sandoval y su equipo de profesionales.
A tantos otros que a su manera me han apoyado y favorecido para seguir con este trabajo
en momentos de dudas e incertidumbres propios de todo proceso y sus vicisitudes.
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
ÍNDICE DE CONTENIDOS
N° Página
DERECHO DE AUTOR................................................................................................ ii
DEDICATORIA……….................................................................................................. iii
AGRADECIMIENTOS................................................................................................. iv
ÍNDICE DE CONTENIDOS.............................................................………………………….. v
RESUMEN……………………………………………………..……….…...……………………………………... x
CAPÍTULO 1 Introducción 1
v
Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
CAPÍTULO 4 Conclusiones 87
Bibliografía 91
Anexos 97
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
ÍNDICE DE TABLAS
TABLA N° Página
Tabla 3.16. Incremento por zona de las áreas de crecimiento urbano (1992 – 2007) 77
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
ÍNDICE DE FIGURAS
FIGURA N° Página
Figura 3.3. Áreas totales analizadas para los períodos 1992 – 2007…………………….. 52
Figura 3.4. Redes y conectividad vial para los períodos 1992 – 2007…………………… 54
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
Figura 3.18. Proyecto Altos de Guacamayo, zona sur del humedal valdiviano 2009. 85
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Impacto del crecimiento urbano en el medio ambiente del humedal de Valdivia
Resumen
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CAPÍTULO 1
Introducción
Estos graves impactos son de una amplia variedad y magnitud en factores de tipo social,
ambiental y económico para la ciudad, por lo que para efectos de esta investigación, se
considerará particularmente al impacto ambiental como una consecuencia del
crecimiento urbano. Entendiendo que esta expansión inevitablemente genera
contaminación y actos destructivos en el medio natural preexistente.
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1.1. Planteamiento del Problema
Esta división de criterios posee dos factores principales, en primer lugar está la diferencia
en la escala con que cada una de estas instituciones puede cubrir las temáticas de
planificación del crecimiento urbano, que para el caso del Gobierno Regional de los Ríos
resulta ser muy amplia y para la Municipalidad de Valdivia una escala muy reducida. Esto,
por elementos propios de la estructura de cada una de estas instituciones.
En segundo lugar existe una diferencia política, donde el alcalde del municipio representa
a una coalición de derecha y el gobierno regional a una coalición de centro izquierda. Por
esto se hace evidente el encuentro de diferentes criterios y opiniones que se han
distanciado en lugar de buscar acuerdos para definir un criterio único de crecimiento.
Al respecto, cabe señalar que actualmente la última modificación del Plan Regulador de la
ciudad, planteado por el Municipio, no ha sido aprobada en 2 años, por la nueva COREMA
de los Ríos.
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1.2. Hipótesis de trabajo
El crecimiento urbano de Valdivia debe ser planificado bajo una sola visión de desarrollo
que compartan las institucionalidades existentes y refleje las características históricas y
ambientales de la ciudad, con metas comunes que se traduzcan en iniciativas acordes a
contribuir en la elaboración de un plan de desarrollo sustentable para la ciudad.
Por lo expuesto, para efectos de este estudio, se establece como hipótesis de trabajo que
la expansión del manto urbano de Valdivia hacia su humedal ha elevado los riesgos medio
ambientales en las últimas décadas.
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1.4. Hacia la elaboración de un Marco Teórico
Es por esto que la selección de principios procura mantener la base de equidad entre lo
económico, social y ambiental, necesaria para un Desarrollo Sustentable dentro de la
visión o razonamiento de los aspectos más significativos para el crecimiento en los
Asentamiento Humanos, que representa de mejor manera el caso de interés particular
para esta investigación.
Estos principios representan solo una parte de los compromisos internacionales que el
gobierno de Chile ha firmado y manifestado su deseo por asumirlos como lineamientos
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para sus políticas de desarrollo. En efecto, algunos poseen una aplicación actual en el
marco de los proyectos que se están desarrollando en Chile, principalmente desde el
Ministerio de Vivienda y Urbanismo (MINVU, 2009), respecto a las temáticas de los
asentamientos humanos.
Los principios incorporados desde las declaraciones de las Conferencias Habitat II (1996) y
Santa Cruz de la Sierra + 10 (2006) son los siguientes:
2. Vivienda adecuada para todos: El acceso a una vivienda segura y salubre y a los
servicios básicos es indispensable para el bienestar físico, psicológico, social y económico
del ser humano, debe ser parte fundamental de medidas en favor de las personas que no
viven en condiciones decentes. Conseguir que todas las personas dispongan de una
vivienda adecuada, mediante un criterio que favorezca el desarrollo y la mejora de la
vivienda sin perjudicar al medio ambiente (Habitat II, 1996).
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5. Mejorar la construcción y la entrega de viviendas: Revisar las políticas nacionales de
vivienda y adoptar una estrategia que propicie esos fines, contener directrices útiles para
lograr el objetivo de que todas las personas tengan una vivienda adecuada (Habitat II,
1996).
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12. El trazado y la estética de las ciudades: Las pautas de utilización de la tierra, las
densidades de población y de construcción, el transporte y la facilidad de acceso para
todos a los bienes, los servicios y los medios públicos de esparcimiento tienen una
importancia fundamental para la habitabilidad de los asentamientos (Habitat II, 1996).
13. Sentido de ciudadanía e identidad: Cooperación y diálogo en pro del bien común, y un
espíritu de servicio voluntario y de participación cívica, donde todas las personas reciben
apoyo y tienen ocasión de participar en pie de igualdad en la adopción de decisiones y en
el desarrollo (Habitat II, 1996).
15. Utilización óptima del terreno productivo: Proteger los ecosistemas frágiles y las
zonas ecológicamente vulnerables de los efectos nocivos de los asentamientos humanos,
entre otros medios, concibiendo y fomentando prácticas más eficientes de ordenación de
la tierra que contemplen integralmente la posible pugna por su utilización con fines
agrícolas, industriales, de transporte, de urbanización, de creación de zonas verdes o
zonas protegidas y para otras necesidades vitales (Habitat II, 1996).
16. Prevenir los desastres causados por el hombre: Sobre todo los graves desastres
causados por fallas tecnológicas, mediante la aplicación de medidas reglamentarias y de
otra índole que resulten adecuadas para evitar esos desastres, y reducir los efectos de los
desastres naturales o situaciones de emergencia de otro tipo en los asentamientos
humanos, utilizando mecanismos apropiados de planificación y recursos para asegurar
respuestas que antepongan los intereses de la población y promuevan una transición del
socorro a la rehabilitación, la reconstrucción y el desarrollo (Habitat II, 1996).
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19. Promover la realización de estudios: Planes, programas, proyectos y acciones
conjuntas para la protección y el uso sostenible de los recursos hídricos, superficiales y
subterráneos, los ecosistemas de humedales y la biodiversidad asociada (Santa Cruz + 10,
2006).
Como los principios más relevantes para esta investigación, se pueden mencionar los
relacionados a la “prevención de desastres”, en los que se reitera la necesidad de
implementar planes, estrategias y una organización institucional que planifique el
crecimiento urbano, sobre todo se puede reconocer la preocupación por la expansión de
las ciudades hacia zonas que son “ambientalmente frágiles o vulnerables”.
Romero et al., (2009) señala que los efectos ambientales del crecimiento espacial de
metrópolis como Santiago, Valparaíso y Concepción, y en las ciudades intermedias como
Chillán, Los Ángeles y Temuco, entre otros, pueden ser sintetizados en los siguientes:
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Al respecto, se han revisado los casos de “desastres” producidos por inundaciones, aludes
o anegamientos que durante el año 2006 afectaron tanto al Área Metropolitana de
Concepción (AMC) como a las principales quebradas del Gran Valparaíso. Estos desastres
se produjeron en zonas residenciales o con viviendas no reguladas, que no contaban con
una adecuada planificación, y por esto se edificaron sobre zonas ambientalmente
vulnerables, como humedales y quebradas que cumplen con servicios ambientales
importantes y claves de su ecosistema, por ejemplo, el manejo de las aguas lluvia.
Para el caso del AMC, la mayor parte del área de humedales fue reemplazada entre 1975 y
2004 por espacios abiertos con poca o nula vegetación, como también por terrenos
cubiertos por vegetación dispersa, lo que explica la degradación ambiental de estos
ecosistemas y la disminución de la humedad superficial, todo lo cual acentúa los intereses
por urbanizarlos posteriormente (Vidal, 2008; Sanzana, 2009; Romero et al., 2009; entre
otros). Los principales usos urbanos que se han ubicado en los terrenos que eran
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previamente humedales han sido el industrial, la urbanización de alta densidad y los sitios
eriazos (espacios urbanos abiertos).
Los casos que se han revisado, si bien han ocurrido en ciudades chilenas metropolitanas,
también han sido una repetición de “desastres internacionales de la planificación urbana”,
o siendo más preciso, la NO planificación. Al respecto, uno de los casos emblemáticos en
esta discusión es la de Portland, Estados Unidos, una ciudad que a fines de los años 70ª se
estaba expandiendo aceleradamente sobre su territorio, principalmente a través de zonas
de baja densidad urbana, o residenciales tipo condominios, y sobre áreas con servicios
ambientales importantes (Gavinha y Sui, 2003).
Estos casos bien documentados fueron los cimientos de los programas Habitat, y
mediante ellos el esfuerzo por la aplicación de sus principios en otras ciudades a nivel
mundial.
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esta investigación pretende volver a destacar estos principios como fundamento del
camino que debe seguir el crecimiento de las ciudades en Chile, que redunda
específicamente en la “planificación del crecimiento urbano con respeto a su entorno”.
Parece existir un consenso que las políticas de vivienda han incrementado la segregación
socioespacial, entendida como un proceso de concentración selectiva voluntaria o forzada
de un grupo social o cultural definido en área geográfica segura (Roitmann, 2004).
Henríquez (2009) señala, aunque la política de vivienda en Chile puede ser vista como
exitosa en términos de la reducción de déficit de viviendas, esta reducción se basa en la
construcción de viviendas sociales homogéneas en las afueras de las ciudades principales,
generando un “déficit cualitativo” al construir barriadas con infraestructura urbana
deficiente, bajos niveles de interacción social y altas tasas de desempleo y criminalidad.
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Los principios enunciados constituyen el razonamiento con el que este trabajo de
investigación se aproxima, desde su temática relacionada al crecimiento de los
Asentamientos Humanos, a un concepto particular que aporte al requerimiento de
planificación de la ciudad de Valdivia para aproximarse a un crecimiento urbano
sustentable en un entorno ambientalmente frágil.
Como una idea fundamental que comparten los principios seleccionados anteriormente,
se reitera la importancia de planificar la expansión de los asentamientos humanos, que
para el caso de la ciudad de Valdivia, permita orientar su crecimiento en busca de un
desarrollo sustentable sobre las características de su entorno como es el humedal
valdiviano.
Para poder contribuir a una planificación es importante comprender los patrones del
crecimiento en los núcleos urbanos, que a su vez sean representativos de una realidad
aplicable en la ciudad de Valdivia.
Según estadísticas entregadas por la ONU (2007), se plantea que para el 2008 unas 3.300
millones de personas, más del 50% de la población mundial, habitarán en núcleos
urbanos, tendencia que seguirá incrementando hasta alcanzar en un par de decenios un
80% de la población mundial (5.000 millones) sobre todo en países en vías de desarrollo.
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De acuerdo a CEPAL, históricamente (1900-1970) este acelerado proceso de urbanización
fue similar a lo experimentado en toda Latinoamérica y se debió a cambios
socioeconómicos estructurales “como el proceso de industrialización sustitutiva, que
implicó una concentración creciente de actividades productivas en las ciudades y la
modernización de las relaciones capitalistas en el campo, que tuvo implicaciones decisivas
sobre el éxodo rural” (Pinto da Cunha, 2002).
Para el caso de las ciudades, con respecto a los éxodos interurbanos en los últimos años,
CEPAL (1998) reconoce que en América Latina se observa una tendencia a la disminución
del ritmo de crecimiento de las áreas metropolitanas y un mayor crecimiento relativo de
las ciudades intermedias, esto probablemente porque en el contexto latinoamericano se
estarían haciendo evidentes las ventajas comparativas de estas últimas: economías de
escala más eficientes, relación más sustentable con su entorno y un tipo de gestión con
mayores grados de participación, aunque es difícil generalizar en la realidad
latinoamericana.
Según Arenas, et al. (2009) Las ciudades medias chilenas así definidas, disminuyen su
población en el período 1992-2002, a un ritmo de -1,3%, lo que podría aparecer como
contradictorio con lo afirmado por la CEPAL (1998). Pero este tipo de comportamiento es
efectivo solo en ciudades medias de la zona central de Chile, las más próximas a las
metrópolis nacionales, ya que en las regiones del norte y sur del país, el comportamiento
es hacia un fuerte crecimiento demográfico. En efecto, según INE (2002) Valdivia crece
demográficamente un 4,5%, un valor positivo pero que incluso no es uno de los más altos.
Según cifra obtenidas por Maturana (2006), las ciudades medias experimentan entre 1993
y 2003, una expansión física promedio de 39,7%, porcentaje que solo puede explicarse por
la modalidad de expansión y no por la evolución demográfica de estos centros poblados,
en el sentido de lo afirmado por Arenas e Hidalgo (2003). Con estos datos, Valdivia se
expande físicamente de 1.637,6 a 1.987,2 hectáreas entre 1993 y 2003, un 21,4%.
Para el caso de esta investigación, a nivel de Región de Los Ríos, existe un 68,28% de la
población concentrada en núcleos urbanos y para el caso específico de la comuna de la
ciudad de Valdivia, esta concentración alcanza un 92,5% de su población (INE, 2007).
La respuesta que estos núcleos urbanos han realizado para asimilar este aumento y
concentración demográfica, que se ha duplicado entre 1960 y 2002, se traduce en un
crecimiento en la superficie física de su manto urbano de forma horizontal, regularmente
aumentando la superficie construida de una manera no planificada que modifica la
cobertura de su entorno natural al pasar a una cobertura de suelo artificial (Azócar, et al.,
2003).
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Reiterando lo planteado por Maturana (2006) y en concordancia a lo expuesto por
Sabatini (2009), en su intervención en el seminario “Integracción”, la expansión del manto
urbano de Santiago marca una pauta que habla de un patrón de crecimiento de baja
densidad, ya que demográficamente la metrópolis no está creciendo.
Para Borsdorf (2003), el último período del crecimiento urbano, entre 1970 hasta hoy, que
él denomina como Neoliberal, ha hecho desaparecer la presencia del Estado en el control
de la forma de crecimiento de las ciudades en América Latina, analizando especialmente
el caso de Chile, señalando que las ciudades han sufrido procesos de notable crecimiento
espacial horizontal, lo cual se debe a la implementación de políticas económicas de libre
mercado que han hecho del suelo urbano, a su vez, un bien de mercado.
En la misma línea Henríquez (2009), señala que esta reforma económica de libre mercado,
incluye entre otros factores, impactos territoriales y específicamente urbanos,
ocasionados por la liberalización del mercado del suelo y desregulaciones en materia de
política de planificación territorial que se expresan en un crecimiento horizontal
descontrolado de las principales ciudades del país.
Las evidencias más significativas de este proceso han sido la magnitud e intensidad de los
problemas ambientales y sociales causados por el explosivo crecimiento de algunas
ciudades, como por ejemplo la ciudad intermedia de Chillán, ubicada en la región del
Biobío, lo cual pone en tela de juicio la sustentabilidad de este crecimiento (Henríquez,
2009).
Uno de los efectos más penetrantes de la implementación del modelo neoliberal ha sido
restringir el tipo de información usada en la toma de decisión, considerando como válida
solo aquella que deriva de la aplicación de procedimientos técnicos estrictos y de la
ciencia positivista. Como consecuencia, el alcance de la participación pública se ha
reducido considerablemente, debilitando la capacidad de la sociedad civil para influir en
las políticas públicas (Henríquez, 2009).
En este escenario para el mercado del suelo urbano, según Borsdorf (2003) existen dos
agentes principales interesados en su utilización para fines socio-económicos distintos.
Estos agentes son las Empresas Inmobiliarias y el Estado, cada uno con un interés distinto;
los primeros en busca de las estrategias empresariales que consideran al suelo
metropolitano como un medio privilegiado para la valorización de sus capitales, por lo que
han intensificado el proceso de construcción urbana (De Mattos, 1999) y el Estado en
busca de dar solución a los programas de vivienda social, también ha hecho crecer los
límites construidos urbanos (Azócar, et al., 2003).
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Desde esta visión de un mercado que responde a una demanda dependiente como el
crecimiento demográfico, Romero et al. (2005) plantea que “la expansión espacial de las
urbes es un proceso que no tiene límites físicos claros e incluso se puede definir como
ilimitada.”
Para el caso de investigación en la ciudad de Valdivia, según Azócar et al. (2003), Romero y
Toledo (2000), la importancia de las ciudades intermedias como centros administrativos
regionales y provinciales, como centros prestadores de servicios para sus “hinterlands” y
centros de transformación industrial de recursos naturales, es la razón por la que poseen
un despegue económico originado por la localización, en su ámbito territorial, de
inversiones orientadas al mercado internacional, principalmente forestales, pesca, cultivos
acuícolas y turismo especializado, constituyéndose en verdaderos nodos de una
estructura reticular que, progresivamente, las ha transformado en centros regionales de
distribución y consumo de complejas redes bancarias, financieras, comerciales,
educacionales y sanitarias. Situación que conlleva desde un incremento demográfico
permanente, una expansión urbana creciente.
Esta rápida evolución de la estructura urbana, sin duda representa un cambio de escala de
los problemas urbanos chilenos, lo que trae aparejado nuevos y complejos desafíos: Los
umbrales mínimos de infraestructura y servicios aumentan, aparecen las deseconomías de
escala y, la fragmentación espacial aumenta la fricción de la distancia y, en consecuencia,
los costos de funcionamiento de la urbe (De Mattos, 1996).
Las funciones concretas que desarrollan la actividad económica urbana definen la pujanza
de las ciudades y modelan, en buena parte, su paisaje urbano y la estructura de los usos
del suelo. Por lo tanto, es posible identificar patrones de actividades económicas urbanas,
compuestos por combinaciones específicas de funciones, y caracterizarlos por sus grados
de diversidad y reconocer sus pautas de variación conforme al tamaño demográfico de las
ciudades (Escolano y Ortiz, 2009).
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En cuanto al surgimiento de nuevas problemáticas urbanas, Haefner (2005) precisa que las
ciudades se complejizan por parte del desarrollo urbano, ya que éstas no son siempre
guiadas por lógicas planificadoras atingentes a los requerimientos de los ciudadanos y que
existen evidencias que demuestran cómo la lógica del mercado cataliza el incremento de
la planificación, pasando a ser el ciudadano común cada vez menos tomado en cuenta en
el proceso de “hacer ciudad”.
También, Rovira (2009) señala que las transformaciones que se aprecian en la ciudad de
hoy, están referidas a nuevas relaciones espaciales al interior de una región urbana,
reemplazando la tradicional estructura de tipo concéntrica o sectorial, por un área central
en que se concentran las funciones de alto rango y decisión.
En una entrevista realizada por Zunino (2009), le plantean lo siguiente: “Muchas de las
decisiones urbanas que se han tomado en el desarrollo de la ciudad, son decisiones
políticas que han sido supeditadas por un poder económico en pro de una inversión
desmesurada, sin importar la imagen urbana”.
Según Zunino (2009), existe una falta por profundizar el análisis sobre cómo los gobiernos
locales han reaccionado frente a nuevas demandas de uso de suelo provenientes de
inversionistas privados interesados en desarrollar complejos residenciales y/o
productivos. A nivel municipal habría una correlación entre la capacidad o fortaleza de las
municipalidades y sus posibilidades de implementar los instrumentos y mecanismos de
participación que la ley impone.
En la ciudad de Valdivia, basado en lo expuesto por Zuloaga (2009), Director del Secplan
de la Municipalidad de Valdivia, en seminario de “Humedales como oportunidad de
desarrollo”, señala que la toma de decisiones no posee una participación de la comunidad
real, si bien se informa previamente y se aceptan opiniones, éstas tienen el peso de
sugerencias, y solo en ocasiones son tomadas en cuenta, y esa decisión queda a su
criterio. A su vez, confirma que actualmente la ciudad no posee un nuevo Plan Regulador
debido a que éste ha sido rechazado en el Gobierno Regional de los Ríos y por el momento
no se realizarán más modificaciones, por lo tanto, está congelado indefinidamente.
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En este escenario, los patrones del crecimiento urbano de la ciudad están en manos de
solo dos agentes del desarrollo, el inmobiliario y el gobierno, con un poder de decisión
autónomo de la participación ciudadana y que por el momento ha marginado al
municipio. Dejando expuesta la expansión de la ciudad a los patrones del libre mercado
mencionados anteriormente que suelen situarse sobre el entorno más atractivo
económicamente, sin importar que estos sean ambientalmente vulnerable.
En síntesis, esta expansión hacia superficies naturales no solo conlleva la destrucción del
ecosistema preexistente, de flora y fauna, también genera una transformación
morfológica de los suelos, al ser estos rellenados, nivelados o escavados, alterando los
flujos naturales del sistema en cuanto a precipitaciones o causes preexistentes.
Reiterando que esta dirección hacia una urbanización no planificada y con patrones de
libre mercado, podría llevar a que el crecimiento urbano de la ciudad de Valdivia repita los
errores y sus consecuentes desastres ambientales, como en los casos del Área
Metropolitana de Concepción y el Gran Valparaíso, mencionados anteriormente (Vidal,
2008; Sanzana, 2009; Romero et al., 2009; entre otros).
Para el caso del Gran Valparaíso las formaciones vegetales de mayor densidad de
coberturas, disminuyen su superficie dramáticamente a más de la mitad, pasando de 377
a 175 hectáreas entre 1980 y 2005. Por el contrario los usos residenciales de alta densidad
aumentaron su superficie ocupada cuatro veces, variando de 49 a 213 hectáreas en el
mismo período (Escolano y Ortiz, 2009).
Esto indica un cambio importante en las condiciones ambientales para ambas ciudades,
cambios que ya han significado desastres ambientales que repercuten luego a un nivel
económico y social sobre la población. Pero por sobre todo, son cambios que podrían
tener con un buen diseño, participación de diferentes agentes y una planificación integral,
resultados muy distintos y positivos.
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1.4.3. Tipologías de crecimiento urbano en la ciudad de Valdivia
El crecimiento urbano posee distintas tipologías que se definen según la forma que
constituyen al expandirse en el espacio de su territorio. Entender cuales han sido las
tendencias que han modificado a estas tipologías de crecimiento en ciudades como
Valdivia, es relevante para poder contribuir en aspectos para su planificación.
Para el caso de Valdivia, donde su núcleo urbano original ya ha alcanzado los límites de
superficies disponibles, incluso ha saltado ríos hacia nuevas extensiones territoriales, los
tipos de crecimiento para la ciudad estarán principalmente definidos por la morfología de
su territorio, que como ya se ha presentado, está inserta en gran humedal valdiviano.
Se pueden encontrar en esta tipología un lenguaje que reduce la ciudad a una abstracción
de elementos dispersos, con un núcleo y una red que los comunica.
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Otra categoría la plantea Borsdorf (2003), y formula que cada tipología corresponde a un
período histórico de los crecimientos urbanos, definiendo cuatro grandes etapas, en la
que cada una plantea una tipología distinta, como se muestra en la figura 1.1.
Según Borsdorf (2003), las cuatro tipologías vinculadas a un período histórico definido son
las siguientes:
a) La época colonial, como “la ciudad compacta” (1550-1820), donde la pendiente social y
funcional desde el centro a la periferia se reflejaba en la estructura social circular de los
barrios o de anillos concéntricos, aplicable al caso histórico del crecimiento de la ciudad
de Valdivia desde su fundación en 1552.
b) La primera fase de rápida urbanización, como “la ciudad sectorial” (1820-1920), donde
el principio de estructuración espacial más típico de esta época es la diferenciación
sectorial orientada a estructuras lineales y en el crecimiento de las primeras zonas
industriales, establecidas cerca de las líneas ferroviarias que conectaban la ciudad con el
resto del país. En este proceso confluye la expansión lineal del centro, que pasa de ser un
centro administrativo (en la ciudad compacta) a un centro comercial.
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Simultáneamente – o poco tiempo después - , nacieron los barrios marginales periféricos
(callampas, barriadas, villas miserias) localizados en nichos no edificados dentro del
perímetro urbano como en lotes aislados fuera de la ciudad. Al mismo tiempo, también
fueron construidos barrios de viviendas sociales en la periferia urbana. Al otro lado de la
ciudad, lo ricos se alejaban cada vez más del centro hacia barrios exclusivos con casas,
calles amplias y extensas áreas verdes que proliferaron en el “barrio alto”.
d) La fase más reciente del crecimiento urbano, como “la ciudad fragmentada” (1970
hasta hoy), donde dos principios estructurales del pasado todavía continúan vigentes: la
tendencia sectorial-lineal y el crecimiento celular, pero de una forma marcadamente
diferente. “Solamente la construcción de nuevas autopistas interurbanas modernizadas y
ampliadas con capital privado facilitó que las zonas periféricas y periurbanas volvieran a
ser atractivas para las clases medias y altas” (Meyer y Bahr, 2001). Por una parte, la
extensión de las autopistas acentuó las estructuras lineales, y por otra, constituyó un
antecedente para la formación de estructuras de nodos fragmentados que hoy son las
más notables en el perímetro urbano (Borsdorf, 2003).
Es preciso mencionar que estas tipologías son válidas tanto para grandes ciudades como
para ciudades medianas, como lo corroboró el propio Brosford (2000) en su estudio sobre
“El crecimiento urbano de Valdivia”.
Otros autores como Romero et al. (2001) apoyan tipologías definidas exclusivamente
según las distintas formas espaciales que adquiere el crecimiento urbano, para esta
clasificación existen tres tipologías:
Según Azócar et al. (2003), estas dos visiones de tipologías de crecimiento son integradas.
Si bien existe una preponderancia histórica como la planteada por Brosdorf (2003),
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reconoce que en la actualidad el crecimiento de los suelos urbanos responde a múltiples
combinaciones de las tipologías planteadas. Una referencia al respecto es la que realiza al
afirmar que generalmente las empresas inmobiliarias están desarrollando proyectos de
una tipología de crecimiento suburbano o de islas, mientras que el Estado, con los
programas de viviendas sociales genera un crecimiento de tipo mancha de aceite al no
alejar sus nuevos proyectos de los suelos urbanos originales. En muchos casos ambos
agentes contribuyen a nuevas obras sobre el suelo urbano consolidado, pero en terrenos
obsoletos o con el potencial económico para ser reutilizados.
Es necesario exponer las definiciones sobre que significa en términos de esta investigación
una ciudad metropolitana y una ciudad intermedia.
Para CEPAL (1998), en alusión al caso chileno, se entenderá como ciudades medias
(intermedias) a aquellas que van entre 100.000 y 500.000 habitantes, como ciudades
grandes a las que van entre 500.000 y 1.000.000, y metrópolis a las que superan 1.000.000
de habitantes.
Esta primera definición solo habla de una cantidad demográfica, planteando las temáticas
metropolitanas como un asunto lineal o de números, por ello en esta investigación se
comparte la visión sistémica de los temas metropolitanos que plantean Hidalgo y Arenas
(2009) al señalar que: “Originalmente este término (metrópolis) aludió a concentración de
población en una ciudad grande, cuestión válida para el conjunto de ciudades chilenas de
más de 100.000 habitantes y que son cabeceras regionales, pero que también es extensivo
a las transformaciones funcionales que acontecen en una urbe luego que ella sobrepasa
cierto tamaño demográfico”. Es decir, en esta investigación se considerará a las ciudades
intermedias de Chile, el caso de Valdivia, como núcleos urbanos que ya están presentando
signos y comportamientos acordes a temáticas propias de la metrópolis, y por lo tanto se
pueden analizar desde estas perspectivas.
Las metrópolis regionales, todas ellas evidencian una expansión de baja densidad en sus
periferias, lugares en los que al mismo tiempo se ha comenzado a consolidar nuevas
centralidades secundarias y en los cuales se desarrollan proyectos de obras públicas que
pretenden mejorar la movilidad y la accesibilidad intra e interurbana (Hidalgo y Arenas,
2009). Estas mejoras en la movilidad y la accesibilidad favorece la segregación y dispersión
de la ciudad, ya que es más fácil y rápido para las personas alejarse de los aspectos
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negativos de los concentraciones urbanas y aproximarse a un entorno que les resulta más
atractivo para establecerse con sus familias.
Para el caso del AMC, ya no se habla de una sola ciudad que ha crecido. Se estudia como
un sistema compuesto por distintos núcleos urbanos, de sus comunas aledañas
preexistentes, que al producirse una interacción cotidiana están cada vez más vinculados
en un solo sistema metropolitano (Pérez y Salinas, 2009).
Funcionalmente, para el AMC, sus centros urbanos están también cada vez más
especializados, en Talcahuano, Penco y Lirquén son las actividades industriales-portuarias,
las de servicios para el caso de Concepción, y residencial y recreativas para el caso de
Chiguayante y San Pedro de la Paz (Pérez y Riffo, 2009)
Según Pérez y Salinas (2009), para entender como se produce este sistema metropolitano
con sus diferentes tipologías de crecimiento, se deben reconocer tres factores principales
que configuran del desarrollo de AMC, estos son: el desarrollo industrial, los elementos
geográficos y la estructura vial.
En otras palabras, estos tres factores generan con su interacción funcional, espacial y
respuesta ante una geografía específica, las distintas tipologías que definen
morfológicamente la expansión del manto urbano de todas las comunas del AMC hacia la
ciudad dispersa o conurbaciones que llenan las distancias entre ellas. También se
proyectan nuevas extensiones hacia la naturaleza y crecimiento por acreción del núcleo
urbano, especialmente con los programas de vivienda social. Es decir, existe una
combinación de las tipologías de crecimiento urbano.
Por ejemplo, está el caso de Andalué, una villa segregada del AMC de crecimiento
interlacustre, que como en el caso de la ciudad Valdivia, debe enfrentar una geografía
definida por suelos ambientalmente vulnerables.
El caso de Vilumanque presenta una variación de la tipología (de crecimiento con carácter
de puertas o interfaces) respecto a su ubicación en un sector bajo del relieve; sin
embargo, posee varias de las características descritas en cuanto a organicidad de la trama,
aislamiento y carácter de interface del territorio rústico (Pérez y Salinas, 2009).
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Siguiendo con el planteamiento de Pérez y Salinas (2009), se establecen cuatro categorías
según la morfología que han generado las distintas tipologías del AMC:
a) Crecimiento y colmatación progresiva de los humedales del antiguo lecho del río Biobío.
A partir del desarrollo de un nuevo lugar de centralidad dispersa y de la expansión de la
ciudad vallada. Este proceso se verá probablemente acelerado y completado por la ruta
Interportuaria, saturando la conurbación Talcahuano-Concepción a modo de "ciudad
difusa".
c) Intensificación de las conurbaciones lineales nor este - sur oeste. A partir de edificación
aislada sobre los ejes viales, con aparición de barrios medianeros en sus distintos tipos,
aumentando la condición tentacular y dispersa del AMC.
d) Reciclaje gradual del borde río. Consolidando la expansión del centro metropolitano y
su prolongación hacia la zona interior de la región. También se observa la continuación del
crecimiento laberíntico hacia la desembocadura del río.
Para este caso Arenas et al. (2009) hace una breve recapitulación de lo que fue la
explosión demográfica de estas ciudades durante la época de industrialización, señalando
que: “En Rancagua y Machalí, ciudades medias, el crecimiento que trajo consigo esta
industrialización se localizó principalmente en las zonas periféricas de las ciudades,
producto de un bajo valor del suelo, lo que trajo posteriormente la localización de
23
viviendas sociales que dieran respuestas a las necesidades de los trabajadores (y familias)
de las nuevas industrias.”
Esta utilización de la periferia de la ciudad por vivienda social, generó que las clases altas
se comenzaran a alejar aún más, trasladándose desde el centro y periferia de la ciudad
hacia nuevos sectores segregados o condominios (Arenas et al., 2009).
Nuevamente, se ven distintas tipologías de crecimiento similares al caso del AMC, pero a
una escala de ciudad intermedia, reiterando lo planteado por Hidalgo y Arenas (2009) que
conceptualizan el término de metrópolis a un sistema de funciones y cambios, que si bien
poseen una variable de cantidad demográfica, no es el factor más relevante.
Recordando lo planteado por Zuloaga (2009) en el seminario sobre “Humedales como una
oportunidad de desarrollo”, en Valdivia el nuevo Plan Regulador está congelado
indefinidamante. Exponiendo a la ciudad a los efectos anteriormente mencionados.
24
El caso de Machalí, con respecto al crecimiento como una ciudad difusa, no es muy
distinto al de Rancagua, dado que de los 16 condominios construidos, solo cinco se
localizan también dentro del perímetro urbano de Machalí (En Rancagua de 20 solo 4). De
lo anterior se resume que de las 55,31 hectáreas correspondientes a los condominios
construidos en el decenio de 1992-2002, solamente 7,89 hectáreas fueron construidas
dentro del anillo urbano de los distintos núcleos urbanos; por lo tanto el 85,73% de la
superficie construida de condominios pertenece a una expansión urbana que corresponde
a 47,42 hectáreas de conurbación ya consolidada, solo en términos de urbanizaciones
cerradas (Arenas et al., 2009).
También Arenas et al. (2009) reflexiona que este proceso se ve incrementado, ya que la
localización de los conjuntos de vivienda social posee una clara influencia en el Índice de
Desarrollo Socioeconómico (IDS) de las zonas censales en donde se ubican. Todas las
zonas censales que presentan conjuntos de vivienda social ven disminuido su nivel de
desarrollo socioeconómico. Si para el año 1992 las zonas censales donde se localizan
conjuntos de vivienda social presentaban niveles medios, una década después concentran
los menores valores de IDS de toda la comuna. Su ubicación es por acreción sobre los
límites urbanos.
En síntesis, con respecto a las tipologías del crecimiento, una visión que es común para
Brosdorf (2003), Romero et al. (2001) y Azócar et al. (2003), Arenas et al. (2009), entre
otros, es referente a que los motivos para la toma de decisiones sobre las tipologías de
crecimiento urbano a utilizar por los agentes del crecimiento, tienen como preponderante
un factor socio-económico, basado en los principios del libre mercado, lo que ha
favorecido la expansión de la superficie urbana.
25
Se reflexiona que para el caso de la ciudad de Valdivia, sin la posibilidad real de
participación ciudadana (Zuloaga, 2009), sumado a la problemática planteada de
desorganización de los agentes representantes del Estado en la ciudad (gobierno y
municipio), son finalmente los agentes privados inmobiliarios los grandes triunfadores de
la falta de regulación, y en este escenario, son ellos los que de paso definen la tipología de
crecimiento que tomará la ciudad.
La falta de regulación, producto del manejo con un modelo de libre mercado del uso de
suelo, por sobre una política de estado que los regule eficazmente (Borsdorf, 2000;
Zunino, 2009; Arenas et al., 2009; entre otros), aleja a este tipo de crecimiento,
principalmente definido por factores socio-económicos, de un desarrollo sustentable, que
tenga en igual consideración a los factores ambientales.
Desde los principios analizados (Habitat II, 1996), se manifiesta la necesidad de seguir
desarrollando especialmente a los países subdesarrollados y en vías de desarrollo. Esto se
refiere también a las formas de crecimiento urbano, para dar respuesta a las necesidades
de vivienda por parte de una población con tendencia demográfica positiva. Esta
respuesta de vivienda debe ser planificada para alcanzar una calidad de conjunto y no solo
generar lo que mejor plantean las palabras de Zunino (2009), “ahora son pobres con
techo”.
Si bien se ha dicho que “la urbanización es la perturbación ambiental más drástica y actúa
afectando a los servicios ambientales, altera los climas locales, los componentes del ciclo
hidrológico, la biodiversidad y la calidad ambiental general del paisaje" (Romero, 2004), es
preciso encontrar un equilibrio que permita disminuir este impacto en base a una
planificación eficiente y no reactiva, como son en la actualidad la mayor parte de los
planes reguladores vigentes (Zuloaga, 2009; Arenas et al., 2009; entre otros).
Al respecto cabe señalar un caso expuesto por Rovira (2002), citado por Borsdorf (2003),
en el que se plantea lo siguiente, “En Chile, fuera del perímetro urbano se urbanizaron
26
terrenos; en estas zonas rurales, y debido a la jurisdicción vigente, cada lote o parcela de
agrado debe tener más de 5.000 metros cuadrados. En las zonas rurales, una división
menor a este tamaño está prohibida. La justificación de esta ley era la protección de la
propiedad campesina; sin embargo, hoy en día esto no constituye una barrera para los
compradores pudientes. Las urbanizaciones en la zona rural alcanzaron rápidamente las
30 a 50 hectáreas. Los compradores de lotes de 5.000 metros cuadrados especulan que
bajo la presión del crecimiento de la urbanización, el terreno sería declarado terreno
urbanizado en el futuro. Entonces, los lotes podrían ser divididos y vendidos con una alta
ganancia especulativa.”
En todos los casos, para las empresas inmobiliarias, este es el verdadero mercado del
suelo. Esta es la base económica que hoy planifica y desarrolla a las ciudades en Chile, tal
como lo señala Borsdorf (2003), Hidalgo (2003), Haefner (2005), Rovira (2009), Zunino
(2009), entre otros; un nuevo mercado neoliberal.
En la tipología predominante hoy en día que expande la ciudad en forma de islas hacia el
medio ambiente natural, alejándose de los núcleos urbanos consolidados, es donde el
factor ambiental del desarrollo sustentable, para los asentamientos humanos, debe
aparecer en relación a una planificación y elaboración de estrategias que resguarden y
protejan las zonas ambientalmente vulnerables (Romero et al., 2001; Brosdorf, 2003;
Azócar et al., 2003; Arenas et al., 2009; entre otros).
Azócar, et al. (2003), indica que el crecimiento de las ciudades en Chile, se ha dado en
forma desordenada y no respetando, en muchos casos, zonas vulnerables o lugares con
restricción a la urbanización, tales como humedales, quebradas, suelos de muy baja
calidad y resistencia para la construcción.
27
Dado que el caso de investigación está inserto específicamente en un medio ambiente
correspondiente a un gran humedal, el humedal valdiviano, es que se presenta la
siguiente definición que permite aproximarse a entender la importancia de este tipo de
entorno: “Los humedales se definen como ecosistemas de transición entre la tierra y el
agua, en los cuales el recurso hídrico juega un rol fundamental, determinando el medio y
la vida, tanto vegetal como animal, que se desarrolla en su interior” (Romero et al., 2009).
De esta manera, los humedales urbanos, o bien aquellos cercanos a entidades que poseen
dicha condición, tales como los humedales presentes en el área metropolitana de
Concepción, están continuamente sujetos a disturbios antrópicos, como la contaminación,
fragmentación del hábitat y uso recreacional (Zedler, 1998; Vidal 2008; Sanzana, 2009 y
Romero et al., 2009).
En este ámbito, de falta en una regulación que planifique las zonas de crecimiento más
adecuadas, se alcanza un límite espontáneo al crecimiento, en el que según Castro y
Brignardello (1998), los procesos de urbanización muchas veces se generan sobre
condiciones topográficas que actúan como entes reguladores de la urbanización,
otorgando un sello distintivo al emplazamiento urbano.
28
hectáreas aproximadamente, en el sector sur poniente de la ciudad, de las cuales 264,5
hectáreas son propiedad del SERVIU, de la Municipalidad de Valdivia y de SOCOVESA. De
éstas, sólo 181,5 hectáreas aproximadamente son aptas para la construcción de viviendas
y equipamiento. Las 83 hectáreas restantes corresponden a una parte de los brazos de la
sección urbana del humedal valdiviano, sectores que el MINVU define como zonas
inundables, y por lo tanto, aptas para áreas verdes y actividades recreacionales.
Lo último que se señala es importante que se defina en detalle, ya que estos espacios de
recreación suelen transformarse en un deterioro de la calidad ambiental del humedal o
directamente en su destrucción. Por ejemplo, es una práctica común que SOCOVESA sitúe
sus áreas recreativas para los conjuntos residenciales que construye, como canchas de
tenis y futbol, sobre rellenos del humedal y no sobre las islas fluviales que componen el
entramado de suelo disponible para la edificación, ya que esto sería un desperdicio de
capital, tal como lo plantea anteriormente Rovira (2002).
Hacia la elaboración de un marco teórico, se ha tenido presente los razonamientos con los
que se puede alcanzar un desarrollo sustentable, en primer lugar, desde las declaraciones
y esfuerzos internacionales, con toda la amplitud de sus discursos, pero que es relevante
reiterar y situar en actualidad para comprender su importancia política y proponer una
adecuada aplicación.
29
Esta búsqueda de una consideración sobre el medio ambiente para generar una arista que
aporte al espectro de consideraciones necesarias para alcanzar un desarrollo sustentable,
es lo que se plantea realizar con el análisis de la información catastrada. Reconociendo
que el proceso de conceptualización hacia la teoría se transforma en una meta que debe
ser continuamente revisada, en base a nuevas experiencias y reflexiones académicas.
Se realizó un análisis de usos de suelo urbano y rural según zonas establecidas en el Plano
Regulador vigente de la ciudad. Esto para verificar por fotointerpretación el crecimiento
urbano real, y estimar la preexistencia de zonas planificadas y zonas sin regulación.
Para realizar este análisis catastral fotointerpretativo del espacio de estudio, fue necesario
georeferenciar los catastros obtenidos de las imágenes aéreas con las imágenes satelitales
de este nuevo período, con el fin de obtener valores comparables y reales sobre la
dimensión de la expansión urbana para todo el período analizado.
Finalmente se estableció en base al análisis catastral las zonas expuestas a riesgos medio
ambientales producto del impacto del crecimiento urbano en Valdivia. Esto, para generar
una cartografía o material base que contribuya a la elaboración de futuros planes de
crecimiento, necesarios para el ordenamiento y planificación territorial del crecimiento
urbano de la ciudad de Valdivia.
30
1.5.1. Antecedente Bibliográfico
En el marco teórico se planteó una revisión del origen y evolución del concepto de
desarrollo sustentable, desde una visión internacional extraída de las lecturas de las
declaraciones generadas en las cumbres o encuentros internacionales.
Esta revisión general, tuvo como objetivo el rescatar fragmentos de estas declaraciones
que contenían los principios para establecer un concepto de desarrollo sustentable,
dejando en claro que no se buscaba una definición cerrada, sino que entender el proceso
integral de este tipo de desarrollo y como aportar desde la perspectiva del crecimiento de
los asentamiento humanos (Anexos).
Para el desarrollo del análisis de crecimiento del manto urbano de la ciudad de Valdivia, se
utilizaron imágenes aéreas y satelitales, dependiendo de la disponibilidad de éstas.
Para el período que analizó el crecimiento de la ciudad de Valdivia desde 1961 a 1992, se
trabajó con la información catastrada desde fotografías aéreas, pertenecientes a un
estudio realizado el año 2002 para una investigación en el marco de una Trabajo de Tesis
de Ingeniería Forestal en la Universidad Austral de Chile, respecto de la utilización de
diferentes tipos de suelo agrícola y forestal para la expansión de la ciudad (Monzalve,
2003).
Desde este material base que estudió el crecimiento entre los años 1961 y 1992, se
estableció el nuevo período de estudio para esta investigación entre los años 1992 y 2007.
31
Para este nuevo período, se trabajó en el Laboratorio de Geomática de la Facultad de
Ciencias Forestales de la Universidad Austral de Chile (UACH), encargado actualmente de
realizar parte de las actualizaciones sobre el Catastro del Bosque Nativo en Chile.
El material disponible eran imágenes aéreas hasta 1981 y satelitales para el año 1992, por
este motivo, se debió recurrir a nuevas imágenes satelitales extraídas del Software Google
Earthg del año 2007, con un zoom a 500 metros de distancia, que permitiera lograr la
definición necesaria para comparar el crecimiento alcanzado en este período de tiempo.
Las fotografías aéreas entre 1961 y 1992 fueron digitalizadas y georeferenciadas para su
utilización en el Software ArcView 3.2, con esto, el mosaico de imágenes satelitales
obtenidas de Google Earthg se georeferenció con la utilización de la herramienta Image
Analisis sobre las imágenes preexistentes ya georeferenciadas.
Con las imágenes georeferenciadas desde el último catastro base de 1992, se elaboró para
este caso de estudio, un nuevo proyecto en el software Arcview 3.2, denominado
Proyecto Valdivia 2007, ingresado con la abreviación “proj vald 07”. En este archivo se
adjuntó el mosaico de imágenes de la última actualización en el año 2007, que abarca la
superficie total del manto urbano de la ciudad de Valdivia y sus espacios potenciales de
crecimiento.
32
La comparación al sobreponer esta información fotointerpretada a las imágenes
georeferenciadas de los distintos períodos de crecimiento en la ciudad de Valdivia,
permitió visualizar y calcular áreas del crecimiento urbano entre los años 1961 y 2007,
focalizándose detalladamente en el último período de crecimiento entre los años 1992 -
2007.
En términos generales, las zonas estudiadas desde la información del Plan Regulador,
muestra que para las zonas potenciales de crecimiento consideradas en éste, existe una
clasificación genérica denominada como “ZR” o Zonas de Restricción. Esta denominación
establece diferentes prohibiciones que requieren de un estudio en profundidad, pero que
en ningún caso define áreas de conservación permanente.
Se debe señalar que estas restricciones varían dependiendo del criterio de los
elaboradores y evaluadores del Plan Regulador, por esto también se debe considerar que
las zonas “ZR”, como son clasificadas las áreas del humedal de Valdivia, pueden
modificarse en un futuro según la necesidad de terrenos disponibles que deba suplir el
Municipio.
33
CAPÍTULO 2
El interés en esta área de estudio se debe a que es en ella donde se produce el impacto
del crecimiento urbano de la ciudad de Valdivia sobre el medio ambiente del humedal
valdiviano.
En una segunda, tercera y cuarta parte, se hace referencia a los desastres que ha sufrido la
ciudad, tanto los de origen natural como los producidos por el hombre, y la forma en la
que se ha desarrollado su manto urbano pese a ellos (1960-2009).
34
2.1. Localización y crecimiento del emplazamiento hasta el año 1960
La ciudad de Valdivia fue fundada por Pedro de Valdivia el 9 de febrero de 1552, durante
su excursión al sur de Chile en el período de la Conquista Española. Dos años más tarde,
“por cédula dada en Valladolid, España, el 18 de Marzo de 1554, Carlos V concedió a
Valdivia privilegio de armas y el título de ciudad muy noble y muy leal.” (Metzinger, 1965)
Con estos principios estratégicos, se seleccionó en 1552 lo que es hoy el actual centro de
la ciudad de Valdivia. Un terreno relativamente bajo con respecto al nivel de sus causes,
protegido inmediatamente por estos en su límite sur poniente, poniente, nor poniente,
norte y nor oriente. Esta decisión de seleccionar un terreno relativamente bajo, a un nivel
próximo al de sus causes, es lo que caracteriza a la morfología que desarrolló el manto
urbano de la ciudad al expandirse.
En la Figura 2.2., se muestra una cartografía de 1643, hecha por las expediciones
holandesas que llegaron a la zona casi un siglo más tarde. Esta es una de las Cartografías
más antiguas que hacen referencia al emplazamiento histórico de la ciudad.
Figura 2.2.: Río de la ciudad de Valdivia, 1643. Figura 2.3.: Ilustración Torreones de Valdivia.
35
La ciudad de Valdivia, durante los años posteriores a su fundación, fue destruida en varias
oportunidades, por parte del pueblo Mapuche. Por esto, durante los años siguientes a su
fundación, su tipología de crecimiento, según Guarda (1998) fue el de una ciudad
fortificada de características medievales, por estar inscrita en límites definidos por sus
causes fluviales en un extremo, y torreones de vigilancia conectados por un muro de
fortificación en el otro (Figura 2.3)
Durante los siglos posteriores, ya con una tranquilidad mayor con respecto al conflicto de
la Araucanía en esta zona, las fortificaciones de la ciudad, especialmente las murallas,
comenzaron a deteriorarse gradualmente sin que hayan sido restauradas. Perdiendo la
ciudad su cualidad medieval de estructuración.
Figura 2.4.: Centro de Valdivia a fines del siglo XVIII. (Fuente: Nueva Historia de Valdivia, Guarda, 1998)
Así comenzó una era industrial para la ciudad de Valdivia, con múltiples fábricas y un
puerto fluvial de gran actividad, como se muestra en la Figura 2.5.
Figura 2.5.: Litografía, Wilhelm Hoffmann, 1862. (Fuente: Nueva Historia de Valdivia, Guarda, 1998)
A su vez, la aristocracia de la ciudad comenzó a alejarse del centro, como señala Borsdorf
(2003), conformando la denominada “Ciudad Sectorial”. Para el caso de estudio, su
traslado no se desarrolló en torno a un gran Boulevard, más bien cruzó al otro lado del río,
comenzando a ocupar la rivera poniente del río Valdivia, conocido hoy como Isla Teja.
En esta nueva locación, como se muestra en la Figura 2.6, los colonos comenzaron a
instalar sus nuevas industrias, que fueron el motor de la ciudad para establecerse como
un centro económico y portuario en la zona.
Figura 2.6.: Barcos de cabotaje en el río Valdivia, 1890. (Fuente: Nueva Historia de Valdivia, Guarda, 1998)
37
A nivel nacional e internacional, el puerto de Corral se transformó en un paso obligado
para embarcaciones que ingresaban al Océano Pacífico por el Cabo de Hornos, al ser uno
de los puertos más australes a este lado del continente. Esto trajo consigo un mayor
movimiento económico interno para la ciudad de Valdivia y su consecuente crecimiento
demográfico, razón por la que siguió expandiendo su manto urbano, pero generando
anillos a su alrededor, propios del crecimiento de una ciudad industrial (Borsdorf, 2003).
Figura 2.7.: Muelle de la Aduana, R. Knittel, 1907. Figura 2.8.: Chimenea de la Maltería de 1892.
(Fuente: Museo Maurice van de Maele, Nueva Historia de Valdivia, Guarda, 1998)
Estas eran las proyecciones para la ciudad, hasta que el domingo 22 de mayo de 1960, a
las 14:55 horas, se inició el terremoto que tuvo una duración aproximada de 10 minutos,
con 9,5 grados en la escala de Richter y una intensidad de entre XI y XII grados en la escala
de Mercalli. Estos valores son los más altos registrados globalmente (Castedo, 2000).
38
Según Hernández (1960), gran parte de las construcciones de la ciudad se derrumbaron,
mientras el río Calle-Calle se desbordó producto de una crecida de 2 metros (Figura 2.9).
Figura 2.9.: Inundaciones por Terremoto año 1960. (Fuente: Colección Diario Austral de Valdivia, 1960)
Hernández (1960) señala que, “en el puerto de Corral, cercano a Valdivia, el nivel del mar
había subido cerca de 4 m antes de comenzar a retraerse rápidamente cerca de las 16:10
horas. Diez minutos más tarde, una ola de 8 m de altura azotó la costa chilena entre
Concepción y Chiloé a más de 150 km/h. Momentos después, el mar volvió a retroceder
para nuevamente impactar con una ola superior a los 10 m de altura.”
Los minutos que duró el terremoto, producto de los 9,5 grados en la escala de Richter, no
solo dejó en el suelo a las construcciones existentes, si no que también el nivel general del
territorio bajó entre 1,5 a 2 metros, dejando bastas extensiones sumergidas e
incrementando los desniveles de las zonas que forman la red del humedal de Valdivia y su
entorno (Rojas, 2004). Con esta drástica trasformación del territorio, la industria quedó en
ruinas y la mayor parte de las viviendas destruidas, inundadas o anegadas (Figura 2.10).
Figura 2.10.: Cervecería Anwandter antes-después año 1960. (Fuente: Colección Diario Austral de Valdivia)
39
En síntesis, la ciudad de Valdivia sufrió uno de los desastres naturales más grandes que se
haya registrado en la historia moderna del mundo. Un antes y un después, donde el
crecimiento del manto urbano de Valdivia experimentó una contracción y estancamiento,
tal como señala Castedo (2000) en el título de su libro, “El Terremoto de 1960 y la
Resurrección de Valdivia”.
Figura 2.11.: Ciudad y humedal de Valdivia en el río Cruces. (Fuente: Informe CELCO, 2005)
Posee un tamaño de más de 6.000 ha, equivalentes aproximadamente a unas tres veces el
área urbana total de la ciudad de Valdivia. A nivel nacional, de estas 6.000 ha, 4.877 ha
están protegidas como Santuario de la Naturaleza por el Ministerio de Educación desde el
año 1981, debido al valor ecológico que representa. Internacionalmente, desde el año
40
1981 esta declarado como sitio RAMSAR, por “La Convención de Humedales de
Importancia Internacional”, especialmente por ser hábitat de aves acuáticas (Universidad
Austral de Chile, 2008).
La basta extensión actual de este humedal se debió especialmente al descenso general del
nivel de los terrenos, producido durante el terremoto del año 1960. Su forma es alargada,
con una longitud de 25 km por 2 km de ancho, como promedio.
Las aves acuáticas habían hecho del humedal su principal sitio de nidificación,
dependiendo directa o indirectamente de este ambiente y otros aledaños. Albergó
especies en peligro de extinción como el Cisne de Cuello Negro (Figura 2.12), Cisne
Coscoroba, Cuervo de Pantano y Águila Pescadora (Universidad Austral de Chile, 2008).
Figura 2.12.: Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter. (Fuente: Informe CELCO, 2005)
La crisis ambiental que se desató sobre este humedal se refiere a la disminución casi total
de la población de aves acuáticas, especialmente el Cisne de Cuello Negro. Todo esto
coincidió con la puesta en marcha de la Planta de Celulosa Arauco durante el año 2004,
ubicada al norte del Santuario de la Naturaleza, en la comuna de la Mariquina.
Esta Planta de Celulosa descarga sus residuos industriales líquidos al cauce del río Cruces,
pero la evidencia científica que le asigna la responsabilidad a esta planta industrial ha sido
muy disputada (Universidad Austral de Chile, 2008).
41
Al respecto en la Figura 2.13 se muestra el comportamiento de la población de Cisnes de
Cuello Negro dentro del Santuario de la Naturaleza, durante los años 1986 y 2008,
incluyendo el período de puesta en marcha de la Planta de Celulosa Arauco.
Figura 2.13.: Número de Cisnes en el Santuario de la Naturaleza entre los años 1986-2008.
En abril del año 2005, se presentó el Primer Informe de la Universidad Austral de Chile,
titulado “Estudio sobre origen de mortalidades y disminución de la poblacional de aves
acuáticas en el santuario de la naturaleza Carlos Anwandter”.
“Existe una cantidad muy baja de pesticidas en el río Cruces que incluyen metales pesados.
Entre las principales fuentes de contaminación directa se encuentran las descargas de riles
de las plantas de tratamiento de aguas servidas de Lanco y San José de la Mariquina y de
la planta de celulosa de Arauco en Mariquina. Las descargas de riles de las plantas de
tratamiento de aguas servidas no sobrepasaron los límites establecidos en el DS90/00
MINSEGPRES. Por el contrario, las descargas de la planta de Arauco han excedido durante
la etapa de operación los límites señalados en la RA Exenta N°279/98 de la COREMA de la
Región de Los Lagos en parámetros como pH, DBO5, DQO, Nitrógeno y Fósforo total, entre
42
otros. Durante enero de 2005 ocurrieron diferencias significativas entre estaciones de
muestreo ubicadas antes del punto de vertidos de los riles de la planta de Arauco y
estaciones aguas abajo del mismo. Variables como conductividad, concentraciones de
metales pesados (Fe, Mn, Zn y Cu), DBO5, DQO y sólidos disueltos inorgánicos, presentaron
concentraciones mayores, aguas abajo del punto de vertido de esos riles. Los análisis de
perfiles sedimentológicos obtenidos en diferentes áreas de depositación del Santuario,
muestran mayores concentraciones de metales pesados en el estrato superior del
sedimento, y cuya ventana temporal se aproxima al período marzo-abril del 2004. Las
concentraciones de químicos vertidos en los riles de Arauco bastan para explicar la
floculación y depositación de metales pesados.”
Respecto del área de estudio para la ciudad, se utilizó un catastro de fotografías aéreas
para definir la información entre los años 1961 a 1992. Esta base permitió establecer tres
períodos de estudio entre los años 1961 a 1972, 1972 a 1981 y 1981 a 1992.
Desde la Figura 2.14 se calculan las áreas totales de la información incorporada por
fotointerpretación para definir el crecimiento urbano entre los años 1961 y 1992,
obteniendo los resultados que se muestran en la Tabla 2.1.
44
Se obtienen los valores que indican la magnitud del incremento en las áreas de
crecimiento urbano, para el período de 32 años. Este valor se ha duplicado, resultando un
98,3% de incremento en su área urbana total.
Desde esta Tabla 2.1 se obtienen los porcentajes de crecimiento para cada período
definido. Como estos períodos no son de la misma cantidad de años, es necesario definir
intervalos anuales para obtener valores comparables de crecimiento para los decenios
observados. En la Tabla 2.2 se presentan estos valores de incremento promedio anual
para cada período.
Tabla 2.2. Incremento promedio anual de áreas de crecimiento urbano (1961 – 1992)
Año N° años por período Incremento por período (%) Incremento por año (%)
1961 - - -
1972 11 37,8 3,4
1981 9 22,6 2,5
1992 11 17,4 1,6
Fuente: Elaboración propia a partir de resultados de fotointerpretación.
Se debe señalar que desde estos valores se obtiene una interpretación que muestra como
entre los años 1961 y 1972, luego del terremoto, la ciudad inició un proceso de
reconstrucción que se refleja como un decenio de gran incremento en áreas de
crecimiento urbano, alcanzando un 3,4% anual como promedio.
Entre 1972 y 1981, esta tendencia comienza a decaer con valores de un 2,5% anual, hasta
llegar al período entre los años 1981 a 1992 con un incremento de solo un 1,6% anual.
Estas cifras resultan bajas para cada período, pero solo implican una desaceleración en el
crecimiento urbano.
Al respecto se debe indicar que uno de los criterios de selección del período de estudio
entre los años 1992 y 2007 tuvo relación con esta constatación mediante
fotointerpretación que mostraba que en el período de información base, entre 1961 y
1992, no se registraron impactos sobre el humedal de Valdivia.
A continuación, en la Figura 2.14 se puede observar estos resultados que muestran en una
primera imagen las capas de información de los períodos incorporados. Estas capas
indican la constitución del manto que se utilizó como la superficie urbana consolidada en
el año 1992. Es decir, se fotointerpreta el crecimiento urbano del período entre los años
1961 y 1992 obteniendo una tipología de crecimiento en forma de mancha de aceite.
Resultados y discusión
Con esta base de imágenes georeferenciadas se logró obtener los puntos de control que
permitieron dar coordenadas espaciales a las imágenes satelitales pertenecientes al
presente período de investigación, entre los años 1992 - 2007, generadas por el autor del
presente estudio, con la aplicación del software Image Análisis de ArcView 3.2.
Como resultado se propone una imagen base, con un área de estudio de 11.550 hectáreas
definidas con un criterio de macrozonificación basado en la localización de suelos
potenciales de expansión del manto urbano de la ciudad. De igual forma, este criterio de
macrozonificación considera que la distancia hacia el centro de la ciudad, en términos de
trayectos siguiendo su red vial, no supere los 10 kilómetros, con el propósito de que los
traslados más largos dentro de esta área de estudio no tarden más de 20 minutos.
En la Figura 3.1 se muestran las imágenes satelitales obtenidas para presentar el área total
de estudio para cada año. Área de 11.550 hectáreas que abarca a la ciudad de Valdivia y
su encuentro con los suelos más vulnerables del humedal valdiviano al crecimiento
urbano de la ciudad, a una escala de 1 : 100.000 para otorgar un formato que permita
interpretarlas comparativamente en una sola vista.
Se debe clarificar que la imagen satelital del año 1992 posee un error de superposición. Se
observa como una zona oscura al presentarla, pero que al realizar el estudio de esas áreas,
con una sola de las imágenes a la vez, esta zona oscura desaparece y permite el catastro.
47
48
3.2. Área de estudio y zonificación para la ciudad de Valdivia.
En la Figura 3.2, se muestran las zonas específicas definidas dentro del área de estudio,
con sus respectivos límites y denominaciones. De igual manera se integra la zonificación
total del Plan Regulador municipal vigente, del que se obtuvo un área de 5.398 hectáreas.
Desde un análisis fotointerpretativo del alcance de este Plan Regulador, se obtiene que en
términos generales solo abarca los límites actuales del manto urbano de la ciudad de
Valdivia, esto para el caso de la mayor parte de las zonas especificadas, incluso excluye
algunos nuevos sectores que no han sido considerados aún. Esto reafirma la idea que son
los agentes inmobiliarios los que deciden la forma de crecimiento de la ciudad.
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3.3. Áreas totales analizadas para el período 1992 - 2007.
Con esta área de estudio y sus zonas específicas, se realizó el catastro del manto urbano
existente para el año 1992, esta información se obtuvo mediante un análisis
fotointerpretativo de la imagen satelital georeferenciada correspondiente a ese año.
Con este análisis fotointerpretativo se desarrolló de igual manera el catastro de las áreas
consideradas como el humedal de Valdivia. Estos resultados se obtuvieron tanto para las
áreas permanentes del humedal, como para sus áreas temporales.
Este segundo campo definido como áreas temporales del humedal de Valdivia,
corresponde a las zonas que naturalmente son afectadas por anegamientos producidos
por aguas lluvias o inundaciones producto de crecidas en los niveles de los cauces fluviales
de la ciudad. Este tipo de áreas del humedal se encuentra generalmente en torno al
humedal permanente y son áreas mucho más extensas y susceptibles a rellenos. Por esto,
para el catastro de esta investigación, tanto las áreas del humedal permanente como las
del humedal temporal fueron consideradas como una sola zona, para su protección.
Tabla 3.3. Áreas urbanas y el humedal de Valdivia para el período 1992-2007 en Valdivia.
Año Área urbana total (ha) Área de incremento (ha) Área de Incremento (%) Áreas de Humedal (ha)
1992 1.228 - - 1.985
Como se puede observar en la Figura 3.3, estos valores obtenidos indican una leve
reducción en el área total del humedal, esto significa que ha sido rellenado para aumentar
la superficie disponible de suelo urbano construido. Si bien es un valor muy acotado,
resulta ser una tendencia preocupante ante un escenario en el que cada vez son más
escasos los terrenos naturalmente habilitados para el crecimiento del manto urbano de la
ciudad, aumentando el riesgo en los suelos ambientalmente vulnerables.
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3.4. Redes y conectividad vial para el período 1992 - 2007.
Esto dio como resultado para el año 1992, la trama de calles que constituyen y
estructuran el manto urbano de la ciudad. Se obtiene que las mayores ramificaciones
están presentes en sectores consolidados. A su vez, dentro de estos sectores consolidados
existe una diferencia según su antigüedad. Como se puede observar en la Figura 3.4, el
centro histórico de la ciudad posee una trama regular y de manzanas amplias, mientras
que los sectores recientemente consolidados hacia la periferia reducen el tamaño de estas
manzanas intensificando su conectividad.
Se utilizó el mismo método para el año 2007, obteniendo como resultado núcleos de
redes viales que se estructuran sobre las denominadas “Islas fluviales” (Rojas y Mardones,
2003), separándose del núcleo urbano principal y generando nuevas vías principales que
las mantienen comunicadas a la red urbana. Este resultado se observa también para el
caso de los nuevos núcleos insertos en el manto urbano consolidado de 1992, con el
mismo modelo de generación de vías principales que alimentan a sus redes internas.
En este sentido, se obtiene que son mínimas las zonas con un crecimiento en forma de
anillos alrededor del manto urbano consolidado de 1992. La tendencia vial es la de
generación de nuevos núcleos que se comunican por puentes de conectividad.
En la Tabla 3.4 se presenta la longitud de redes viales en términos totales, para obtener un
patrón de comportamiento de éstas para ser analizado con las áreas de crecimiento
urbano.
Año Longitud vial urbana (km) Incremento longitud vial (km) Porcentaje de Incremento (%)
1992 250 - -
2007 371 121 48,4
Fuente: Elaboración propia a partir de resultados de fotointerpretación.
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3.5. Conectividad vial y áreas de crecimiento urbano entre 1992 - 2007.
Con los resultados obtenidos para el catastro de las redes viales fotointerpretado, se
elaboró un nuevo conjunto de capas de información que contiene estos últimos
resultados y los anteriormente obtenidos en los catastros de áreas de crecimiento de la
ciudad de Valdivia para los años 1992 y 2007.
También se obtiene como resultado que los nuevos terrenos cubiertos por el crecimiento
urbano de la ciudad, corresponden a terrenos elevados rodeados por brazos del humedal
de Valdivia, que se insertan en el manto urbano de la ciudad.
Esto principalmente en las periferias, denominadas por Rojas (2003) como “islas fluviales”,
donde se observa desde la fotointerpretación de las diferentes capas informativas que el
manto urbano se expande actualmente saltando al humedal de la ciudad y generando
redes viales que cumplen una función de puente entre estas nuevas zonas y el área
consolidada en el año 1992.
En la Tabla 3.5 se presentan los porcentajes de incremento que han tenido tanto las áreas
de crecimiento, como las longitudes totales de las nuevas redes viales construidas en el
período entre los años 1992 - 2007. Ambos valores resultantes son próximos a un 50 % de
aumento para los últimos 15 años.
Tabla 3.5. Incremento del Área de crecimiento y Longitud Vial en Valdivia (1992-2007)
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3.6. Crecimiento urbano zona centro norte de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
La Tabla 3.6 presenta los valores obtenidos de las capas de información referentes a las
áreas de crecimiento para esta Zona Centro Norte, resultantes de la medición
georeferenciada de la Figura 3.6.
Pese a ser uno de los sectores más urbanizados entre las diferentes zonas, la presencia del
humedal inserto en su superficie alcanza el 5,4% de la zonificación, manifestando que
incluso en el casco histórico siempre su crecimiento urbano ha estado relacionándose con
el humedal de Valdivia, una características de todo el espacio estudiado.
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3.7. Crecimiento urbano zona centro sur de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
La zona centro sur de la ciudad de Valdivia corresponde a la extensión natural del casco
urbano histórico de la ciudad. Esta zona ha sido destinada esencialmente para la
localización de viviendas, condición que mantiene en la actualidad.
Como se muestra en la Figura 3.7, sus límites son: por el nor poniente la Avenida Pedro
Montt, prolongación del acceso norte a la ciudad, al norte su límite lo define el cauce del
río Calle-Calle, al oriente su encuentro con la Avda. Ramón Picarte, eje de la ciudad que
remata en la Plaza de Armas, al sur su encuentro con parte del humedal y la Avenida
Francia, ambos establecen una circunvalación en torno al casco histórico de la ciudad.
Se obtiene como resultado que un 55,5% del área total de esta zona corresponde a un
manto urbano consolidado en el año 1992, al año 2007 se genera un incremento que
alcanza al 12,2% del área zonificada.
Esto equivale a señalar que solo en términos de áreas de crecimiento urbano se obtuvo un
incremento del 21,9% en los 15 años. Un valor que es reflejo de la falta de suelo
disponible en la zona, que ha llevado incluso al relleno de su humedal registrándose una
reducción de 11,9 hectáreas que equivale al 22,4% del humedal existente en esta zona en
1992. Se reconoce que esta zona es una de las más densas en ocupación de superficie
disponible de la ciudad, por esto preocupa que la reacción ante esta presión sea la
flexibilización del Plan Regulador, que es quien finalmente autorizó el relleno de partes de
estos brazos urbanos del humedal de Valdivia.
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3.8. Crecimiento urbano zona sur de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
La zona sur de la ciudad de Valdivia corresponde a una superficie que posee una amplia
red de su humedal, no ha sido originalmente un lugar de expansión natural del manto
urbano de la ciudad, debido principalmente al corte que estos brazos del humedal hacen
en la continuidad del territorio.
Como se puede observar a continuación en la Figura 3.8, los cortes en el territorio han
conformado las denominadas islas fluviales, aptas para la edificación de viviendas, que se
han comenzado a utilizar en la actualidad por la falta de suelo urbano disponible.
Los límites de esta zona sur son los siguientes (Figura 3.8): por el norte está el encuentro
con una depresión del Humedal y la Avenida Francia, al nor poniente con la Avenida
Ramón Picarte, eje de la ciudad que se transforma en el acceso sur de ésta, al oriente un
camino rural que comunica las parcelas del sector, al sur el borde del área de estudio y al
poniente remata con un eje proyectado sobre otra depresión del humedal valdiviano.
Se obtiene como resultado que solo un 10,9% del área total de esta zona corresponde a
un manto urbano consolidado (1992), al año 2007 resulta un incremento que alcanza al
18,8% del área zonificada.
Esto equivale a señalar que solo en términos de áreas de crecimiento urbano se obtuvo un
incremento del 172% en los 15 años. Este resultado indica la tendencia de expansión
actual de la ciudad hacia el sector sur, pero en sus áreas pertenecientes al manto urbano
consolidado se registraron nuevamente rellenos del humedal.
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3.9. Crecimiento urbano zona norte de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
Como se muestra en la Figura 3.9, sus límites son: por el sur lo define su encuentro con el
río Calle-Calle, al oriente limita tanto con el río Calle-Calle como con el acceso norte de la
ciudad, al poniente con la proyección eje rural y al norte con el borde del área de estudio.
Como resultado se obtiene que el 17% del área total de esta zona es parte de un manto
urbano consolidado (1992). Al año 2007 se obtiene un incremento que alcanza al 10,7% de
crecimiento para el área zonificada.
Esto equivale a señalar que solo en términos de áreas de crecimiento urbano se obtuvo un
incremento del 62,6% en los 15 años. El resultado mantiene la tendencia general de la
ciudad, pero es necesario clarificar que la amplia extensión de suelos disponibles
corresponde a los terrenos de cota baja, mencionados anteriormente, que requieren de
una fuerte inversión en terraplenes y contenciones para disminuir sus riesgos de
inundaciones y anegamientos. Aún así, son una opción ambientalmente favorable ante la
creciente tendencia de rellenar el humedal en zonas más consolidadas.
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3.10. Crecimiento urbano zona nor poniente de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
La zona nor poniente de Valdivia es el punto de ingreso del río Cruces a la ciudad,
históricamente es una zona que no ha sido desarrollada urbanísticamente e indica el inicio
del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter hacia el Norte.
Como se muestra en la Figura 3.10, sus límites son: por el norte está el borde del área de
estudio y el inicio del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter, por el poniente la
vertiente oriental del cordón montañoso costero de Valdivia, por el sur abarca el sector
norte de la Isla Teja y por el oriente limita con el eje rural seleccionado anteriormente.
Como resultado se obtiene que solo el 0,2% del área total de la zona nor poniente
corresponde al manto urbano consolidado en el año 1992, de igual manera solo existe un
1,9% de crecimiento del área urbana en esta zona para el año 2007.
Sin embargo, es necesario señalar que los terrenos que limitan con la zona norte, poseen
un gran número de anteproyectos inmobiliarios en una etapa de estudio por parte de la
Dirección de Obras Municipales de Valdivia, solicitando modificaciones al Plan Regulador
que les permita construir. En este sentido, los terrenos de la zona nor poniente poseen un
alto potencial para ser desarrollados urbanamente en los próximos años. Al respecto
nuevamente el Plan Regulador se ve presionado por las iniciativas de los agentes
inmobiliarios que finalmente son quienes orientan el crecimiento urbano de la ciudad.
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3.11. Crecimiento urbano zona poniente de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
La zona poniente se extiende desde la rivera del río Valdivia que enfrenta al casco
histórico de la ciudad, corresponde al primer lugar de expansión del manto urbano
denominado como Isla Teja. Está comunicada por los puentes Pedro de Valdivia y Cruces,
ubicados al oriente y sur de ésta, respectivamente.
Como se muestra en la Figura 3.11, sus límites son: por el norte el encuentro con el
deslinde de los terrenos pertenecientes al Arboretum de la Universidad Austral de Chile,
por el oriente el cauce del río Valdivia, por el sur la proyección del punto de intersección
de tres de las zonas con el centro del Puente Cruces, al poniente la vertiente oriental del
cordón montañoso costero de Valdivia.
Se observa como resultado que un 8,3% del área total de esta zona corresponde a un
manto urbano consolidado a 1992, el incremento para este período hasta el año 2007
alcanzó un 5,8% para la misma área. Esto es equivalente a señalar que en 15 años, solo las
áreas de crecimiento urbano, incrementaron aproximadamente un 70% respecto del área
urbana consolidada en el año 1992.
Es importante considerar que para este caso, un 40,8% del área total de la zona poniente
corresponde a causes fluviales y áreas del humedal. A su vez, esta zona refleja la
tendencia de generación de nuevos núcleos urbanos en la rivera Poniente del río Cruces.
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3.12. Crecimiento urbano zona sur poniente de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
La zona sur poniente de la ciudad de Valdivia corresponde a una extensión de terreno que
se extiende desde la vertiente oriental del cordón montañoso costero de Valdivia hasta su
encuentro con el río Cruces. Por otra parte, esta zona está compuesta por las
denominadas islas fluviales que son parte de la morfología del sector sur de la ciudad.
Como se muestra en la Figura 3.12, sus límites son: por el norte la proyección del punto de
intersección de tres de las zonas con el centro del Puente Cruces, al oriente con un eje que
recorre uno de los brazos del humedal inserto en la ciudad y tanto al sur como al poniente
su encuentro con los bordes del área total de estudio.
Como resultado se obtiene que un 1,9% del área total de esta zona corresponde al manto
urbano consolidado en el año 1992, al año 2007 el incremento alcanza al 4,8% del área
zonificada. Esto es equivalente a indicar como resultado un aumento que para las áreas de
crecimiento urbano alcanzó un 249,4% en el período estudiado.
Existen dos factores para explicar este resultado. El primero es la ocupación del suelo
disponible en el sector sur, que se observa en las denominadas islas fluviales. El segundo
corresponde al límite poniente de la zona, donde existen superficies de mesetas óptimas
para vivienda, que conllevan a un potencial crecimiento del manto urbano en este sector.
Esta es la zona hacia donde debe crecer la ciudad, en la medida en que pueda sortear los
brazos del humedal valdiviano sin generar un impacto innecesario en su medio ambiente.
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3.13. Crecimiento urbano zona nor oriente de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
Como se muestra en la Figura 3.13, sus límites son: por el norte y oriente, su encuentro
con la vertiente poniente del cordón montañoso de Valdivia, por el sur la proyección del
eje que divide dos áreas consolidadas de crecimiento en la ciudad, al poniente su
encuentro con el eje del cauce del río Calle-Calle y proyección del acceso norte a la ciudad.
En la Tabla 3.13 se presentan los valores obtenidos de las capas de información referentes
a las áreas de crecimiento para esta zona, cálculos realizados sobre la Figura 3.13.
Como resultado se obtiene que el 6% del área total de esta zona es parte de un manto
urbano consolidado a 1992. Al año 2007 se obtiene una expansión que alcanza al 5,8% del
área zonificada. Lo que implica un incremento del 96,6% solo del área de crecimiento
urbano, con respecto al área existente en el año 1992.
Esto se explica ya que pese a la condición de riesgo general que tiene este terreno con
respecto a inundaciones y anegamientos, existen las medidas de muros de contención y
terraplenes que son necesarios para su habitabilidad. Estos terrenos reflejan la tendencia
a vivir en las periferias y el desarrollo de nuevas industrias en este sector de la ciudad.
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3.14. Crecimiento urbano zona oriente de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
Como se muestra en la Figura 3.14, sus límites son: por el norte la zona industrial de la
ciudad, por el oriente la vertiente poniente del cordón montañoso de Valdivia, al sur su
encuentro con la Avenida Ramón Picarte y un eje proyectado al borde del área de estudio,
al poniente los cascos urbanos históricos de la ciudad y el río Calle-Calle.
La Tabla 3.14 presenta los cálculos obtenidos de las capas de información referentes a las
áreas de crecimiento para esta zona, cálculos realizados sobre la Figura 3.14.
Se obtiene como resultado que un 15,6% del área total de esta zona es parte del manto
urbano consolidado hasta el año 1992. Al año 2007 se obtiene un aumento que alcanza al
2,5% del área zonificada. Lo que equivale a un 15,8% de incremento solo en las áreas de
crecimiento urbano.
Este bajo incremento obtenido como resultado se puede explicar en la Figura 3.14, al
observar como el área urbana consolidada hasta el año 1992 ya ocupa aproximadamente
el 85% de las superficies disponibles para uso urbano, dejando como opción para una
próxima etapa, el encumbramiento de la ciudad hacia la vertiente de su cordón
montañoso, alternativa de expansión que es necesario considerar y estudiar en una futura
planificación del crecimiento de la ciudad.
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3.15. Crecimiento urbano zona sur oriente de la ciudad de Valdivia (1992 – 2007)
Como se muestra en la Figura 3.15, sus límites son: por el norte, el inicio de la Avenida
Ramón Picarte y su proyección hacia el borde del área de estudio, al oriente la vertiente
poniente del cordón montañosos de Valdivia, al sur se encuentra con uno de los brazos
del humedal y el río Angachilla, al poniente con un eje rural que comunica a la zona sur.
Como resultado se obtiene que solo el 1,4% del área total de esta zona es parte de un
manto urbano consolidado al año 1992. Para el catastro realizado al año 2007 se obtiene
un aumento que alcanza al 7,2% del área zonificada. Lo que equivale a un incremento de
516,6% de suelo urbano, más de 5 veces el área de crecimiento urbano alcanzado por esta
superficie en 1992.
Este resultado deja en evidencia la creciente tendencia de expansión de la ciudad hacia las
islas fluviales conformadas en su sector sur, terrenos que no poseen una definición de
suelo urbano para el actual Plan Regulador municipal de la ciudad. Al respecto esta es la
zona que posee una mayor área de desarrollo inmobiliario fuera de la zona de regulación
establecida por el municipio. Nuevamente, ante la falta de organización por parte de las
instituciones para generar una planificación adecuada sobre el crecimiento de la ciudad,
son los agentes inmobiliarios quienes aprovechan esta oportunidad.
75
76
3.16. Análisis y discusión del crecimiento urbano de Valdivia
Con los resultados obtenidos del catastro resulta evidente que el período de expansión
entre los años 1992 y 2007, es el de mayor intensidad en términos de incremento en las
áreas de crecimiento urbano. Casi se duplica en los últimos 15 años al manto urbano
histórico existente hasta 1992, como se puede observar en la Figura 2.14, Tablas 2.1 y 2.2.
Con el fin de poder realizar comparaciones entre las zonificaciones definidas para este
período, respecto de la magnitud del crecimiento urbano en cada una de éstas, es que se
presenta en la Tabla 3.16 los resultados precedentes ordenados por zonas, considerando
el manto urbano consolidado hasta 1992 y el incremento en el crecimiento urbano hasta
el año 2007.
Tabla 3.16. Incremento por zona de las áreas de crecimiento urbano (1992 – 2007)
77
Del incremento de las áreas de crecimiento para cada año se elabora la Figura 3.16, que
grafica el comportamiento para cada zona en el período de estudio.
Se observa en la interpretación de la Figura 3.16, que sobre las zonas del manto urbano
histórico de la ciudad de Valdivia, como son la zona centro norte, la zona centro sur y la
zona oriente, existe una proporción baja en el incremento de nuevas áreas de crecimiento
urbano. Esto es resultado de una ocupación temprana en coordenadas temporales de los
suelos disponibles para su expansión.
78
Los resultados obtenidos y representados en la Figura 3.16, constituyen un catastro que
permite calcular la magnitud del impacto que el crecimiento urbano está ejerciendo sobre
el medio ambiente del humedal de Valdivia.
El análisis de este impacto refleja un fuerte aumento entre los años 1992 y 2007, al ser
estos los de mayor incremento en áreas de crecimiento urbano sobre su humedal (Figura
2.14). Al respecto se reitera que es la zona sur, sur poniente y sur oriente de la ciudad la
que se establece como el sector de una mayor expansión actual y/o potencial, que a su
vez, es la superficie con mayor presencia del humedal valdiviano.
Respecto de la reducción del humedal, mencionada como una categoría catastrada para
cada zona del área de estudio, se recopilan los siguientes resultados sobre el
comportamiento del humedal valdiviano, desde las Tablas 3.6 a la 3.15, que se reflejan en
esta Figura 3.17, a modo de recapitulación.
Se observa en la Figura 3.17, que la reducción del humedal valdiviano solo ha ocurrido en
la zona centro sur y zona sur del área de estudio. Esto indica que en términos generales,
79
no existe un fuerte retroceso de las áreas del humedal valdiviano en relación al
crecimiento urbano de la ciudad.
De estas relaciones resulta que para el caso de la zona centro sur, su crecimiento urbano
al año 2007 es relativamente bajo, pero ya en 1992 tenía un manto urbano consolidado
que cubría la mayor parte de su superficie disponible para crecer. Ante esta presión o falta
de suelos se optó por rellenar parte del humedal, mediante modificaciones al Plan
Regulador, conformando una categoría de crecimiento y colmatación progresiva del
humedal (Pérez y Salinas, 2009), en alusión al caso del AMC.
Para el caso de la zona sur, se observa en los resultados de la Figura 3.16, que es la zona
de mayor crecimiento urbano en el área de estudio, y como se puede obtener en la Figura
3.17, efectivamente impacta al humedal, pero en una muy baja proporción en relación a
su crecimiento. Esto se debe a que la zona sur posee el mayor potencial de suelo
disponible, en una categoría de Ocupación concreta de terreno en mesetas (Pérez y
Salinas, 2009), que para el caso de la ciudad Valdivia se denomina como crecimiento sobre
Islas Fluviales. La mayor parte de estas ocupaciones del humedal ocurren por efecto de
vialidad o conectividad de estas islas urbanas que cruzan al humedal como puentes de
tierra y también por algunas acreciones de suelos aledaños.
Para esta investigación se consideró que el impacto que el crecimiento urbano ejerce
sobre el medio ambiente del humedal de Valdivia, está definido tanto por la destrucción
física que éste conlleva, como por las alteraciones en su entorno al deteriorar su medio
ambiente natural. Es decir, existe un impacto directo de ocupación territorial con un
cambio en el uso de suelos y un impacto colateral producto de la alteración generada por
la proximidad que estos núcleos urbanos provocan hacia el humedal, como se observa en
la Figura 3.7 y 3.8, respectivamente. En ambos casos estos impactos son interpretables en
unidades de hectáreas desde los catastros realizados.
80
los distintos usos de suelo que establece el Plan Regulador de la Ilustre Municipalidad de
Valdivia. De igual manera, este estudio se puede incorporar para complementar la
elaboración de la Estrategia Regional de Desarrollo (ERD), que está generando el Gobierno
Regional de los Ríos. Se plantea además como una nueva capa de información común a
considerar en temas de crecimiento urbano y protección de las áreas del humedal de la
ciudad.
En la definición del alcance que cubrió el área de estudio en esta investigación, se apunta
también a proponer la necesidad de comenzar a hablar de un “Área Metropolitana de
Valdivia.” Principalmente debido a que actualmente las instituciones existentes poseen
escalas para enfrentar el tema del crecimiento urbano que no han resultado ser eficientes,
encontrándose actualmente la ciudad en manos de un diseño propio de la optimización de
interés económicos, donde el gran ganador resultan ser los agentes inmobiliarios.
Al respecto se propone que esta planificación del diseño urbano debe incorporar aspectos
de la historia del crecimiento de la ciudad. Al analizar su historia, se reconocieron
características particulares en su morfología que tienen relación con los criterios utilizados
para la selección de su lugar de fundación. Criterios que repercuten hasta hoy sobre las
formas o la morfología de expansión que su crecimiento urbano está desarrollando.
Se priorizó originalmente una superficie que estuviese a nivel de los accesos fluviales para
las embarcaciones y que no pudiese ser dominada desde cerros próximos. Esto condujo a
la selección del terreno que compone actualmente el casco histórico de la ciudad, como se
puede observar en la Figura 3.6 (Zona centro norte). Este posee un relieve bajo, que se
constituye por superficies en forma de islas, generadas por depresiones que configuran las
redes del humedal valdiviano (Rojas, 2004).
La expansión del manto urbano se ha dado entonces hacia las islas fluviales, como lo
muestra la Figura 3.8 (Zona Sur), rodeadas por la red del humedal de la ciudad. Esto
coincide con la tipología de crecimiento urbano planteada por Romero et al. (2001)
cuando señala que “la ciudad se expande en formas de islas urbanas hacia el medio
ambiente natural”. Si bien, él lo plantea como un fenómeno de segregación, al igual que
81
Bosdorf (2003), para las características morfológicas de la superficie de la ciudad, esta
tipología de crecimiento urbano resulta representativa del fenómeno que actualmente
ocurre.
A los factores señalados por Borsdorf (2003), Romero et al. (2001), Azocar et al. (2003),
que basan esta tipología de expansión en forma de islas urbanas como una voluntad de
segregación existente en la sociedad, se incorpora para este caso en particular, un factor
morfológico, que responde a las característica hídricas de este terreno. Esto hace que las
conceptualmente denominadas “islas urbanas”, coincidan con las “islas fluviales” que
conforman la superficie de la ciudad, siendo estos los suelos más aptos para su expansión.
Se concuerda con Romero et al. (2001) cuando señala que para esta tipología de
crecimiento urbano, el factor ambiental del desarrollo sustentable para los asentamientos
humanos, debe ser prioritario en la planificación y elaboración de estrategias que
resguarden y protejan las zonas ambientalmente vulnerables.
Con la utilización de los análisis geotécnicos para catastrar las áreas de crecimiento
urbano en la ciudad de Valdivia, y el impacto que éstas tienen sobre las áreas del
humedal, se logró establecer la magnitud de este incremento en los últimos 15 años,
representado en la Figura 3.16 y en la Tabla 3.16. Este periodo de aceleración entre 1992 y
2007, se comparó con los promedios obtenidos desde 1961 a 1992 (Figura 2.14),
catastrando en términos generales 46 años de crecimiento urbano para la ciudad.
El aumento para el período de aceleración entre los años 1992 y 2007 alcanzó un 64,9%
de incremento en áreas de crecimiento urbano, obteniendo como promedio anual un
4,3%. Este valor promedio equivale aproximadamente a más del doble que el obtenido
para cada una de las décadas entre 1972 - 1981 y 1981 - 1992.
Este aumento acelerado de las áreas de crecimiento urbano en un 4,3% anual, se podría
aproximar al incremento producido entre 1961 y 1972 de un 3,4%, pero este último valor
fue producto de la reconstrucción total que tuvo la ciudad tras el terremoto de 1960.
82
con el área consolidada de la ciudad mediante ejes viales, si bien estos no poseen la
magnitud de autopistas intraurbanas, cumplen con la misma función de facilitar el
desarrollo de las zonas periféricas y periurbanas para las clases medias y altas.
Al respecto se establece en la Tabla 3.5 que para el mismo periodo, entre los años 1992 y
2007, el incremento en la red vial de la ciudad alcanzó un 48,4% (Figura 3.4), que permite
relacionarlo directamente con el 64,9% de incremento en las áreas de crecimiento urbano
(Figura 3.5). La diferencia en proporción a la magnitud de los valores obtenidos junto al
análisis fotointerpretativo, refleja que las nuevas redes viales posee un entramado con un
diseño que optimiza la longitud de vías secundarias y terciarias necesarias para la
conectividad interna de las nuevas islas urbanas.
En síntesis, ha sido la forma expandida de este tipo de crecimiento en islas urbanas, lo que
determinó desde un inicio que se planteara un área total de estudio, para esta
investigación, de 11.500 hectáreas, aproximadamente el doble del área urbana
considerada actualmente en el Plan Regulador de la ciudad. Esta área total permite
realizar una planificación que puede considerar nuevos núcleos o islas urbanas, en zonas
que no están a más de cinco kilómetros del casco histórico de la ciudad (Zona centro
norte).
Al respecto se concuerda con Baeriswyl (2009) cuando señala que se asume que la
práctica de la observación, sobre la base de registros de información, puede ayudar a
identificar tendencias o inclinaciones, que pudieran pasar a ser patrones de crecimiento.
Para esto se debe considerar una serie de elementos que ayuden a que esta proyección
especulativa sea lo más representativa de un futuro escenario para la ciudad. Estos
elementos principalmente son:
a) Crecimiento demográfico: La ciudad de Valdivia fue declarada el año 2004 como capital
de su nueva región, el efecto de esta nueva categoría aún no se ha plasmado en toda su
magnitud, pero se debe señalar que la ciudad ha tenido permanentemente un crecimiento
demográfico positivo, pero no explosivo. Por esto se considerará al crecimiento
83
demográfico como una expresión constante para este ejercicio y que estará vinculado al
crecimiento urbano en términos de expansión de su superficie, ya que con la prohibición
de construir edificios en altura, debido a la calidad de los suelos de la ciudad, no se puede
hablar de sectores que crecerán con una alta densidad y no impacten en la expansión
superficial de Valdivia.
Las zonas sur, sur poniente, norte y nor oriente de la ciudad corresponden a desarrollos
para una clase media-baja, media y media-alta, que a su vez constituyen las zonas de
mayor crecimiento urbano (Figura 3.16).
La zona sur oriente, representa una clase principalmente media, media-baja y baja, debido
a la localización de los barrios marginales de la ciudad. También existen residencias
aisladas pero que no conforman una tendencia para ese sector.
Este elemento socioeconómico define también el “vínculo” entre el precio del suelo y los
proyectos que se realizan sobre él, siendo los terrenos del humedal valdiviano los más
castigados y por ende, desde una mentalidad de mercado, los más apetecidos para
desaparecer y ser rellenados en búsqueda de una constructibilidad que los valorice
económicamente.
84
En este sentido, la distribución del crecimiento urbano proyectado al año 2017, seguirá las
tendencias de crecimiento proporcional a cada zona estudiada. Con el fin de visualizar los
efectos de seguir con estos patrones de expansión sobre el humedal valdiviano.
Figura 3.18. Proyecto Altos de Guacamayo, zona sur del humedal valdiviano (2009).
85
86
CAPÍTULO 4
Conclusiones
Los conflictos de interés entre estas instituciones han resultado en un bloqueo para la
elaboración y ejecución de una planificación eficiente. Las diferentes posiciones políticas
podrían ser un factor que acentúa el conflicto. En este sentido la ley establece que son las
Municipalidades absolutamente soberanas para decidir sobre el crecimiento de su
territorio, pero esta libertad de decisión debe ser aprobada por el Gobierno, en su
representación Regional.
En este sentido, esta investigación plantea que para poder establecer condiciones base
que permitan integrar el trabajo de estas instituciones en metas y acciones comunes,
primero es necesario establecer criterios objetivos que superen los conflictos de interés.
Tal como se propone en el Informe de Johannesburgo (2002), se debe hacer ley de las
políticas ambientales y generar indicadores que permitan esta evaluación objetiva, con el
propósito de que se opte por decisiones que prioricen alcanzar un crecimiento urbano
sustentable para la ciudad.
87
Para establecer esta condiciones base, se reiteran los principios más representativos,
como son: “de elaboración de estrategias”, “de participación ciudadana”, “de
asentamientos urbanos bien planificados y administrados”, “de prevención de desastres
causados por el hombre”, “de acceso público a la información ambiental” y “de iniciativas
para la prevención de desastres naturales” (Principios Seleccionados N° 3, 5, 6, 15, 17 y 19)
como principios comunes y fundamentales que deben ser aplicados por las
institucionalidades elaboradoras de las estrategias de crecimiento urbano en la ciudad.
La propuesta que realiza esta investigación, apunta a permitir la coexistencia de las dos
institucionalidades coordinadas con una sola visión de crecimiento urbano sustentable,
para que de este modo, tanto la Ilustre Municipalidad de Valdivia como el Gobierno
Regional de los Ríos, puedan alcanzar acuerdos que se orienten en una sola dirección
respecto del tipo de crecimiento que se debe implementar en la ciudad. Con este fin, es
que adicionalmente en esta tesis se propone que para resolver eficientemente los
distintos conflictos, se debe hablar de una nueva escala, de un “Área Metropolitana de
Valdivia”.
Esta área metropolitana, se presenta como la escala eficiente para planificar la ciudad y su
impacto en el medio ambiente circundante. En este sentido, se propone un equipo de
trabajo en conjunto, entre la Municipalidad y el Gobierno Regional, que integre y permita
debatir los intereses de cada una de estas instituciones, que hasta la fecha solo se han
bloqueado a un nivel de propuestas finales, al no existir un proceso participativo común.
88
Este nuevo negocio de los suelos con usos potenciales para el crecimiento urbano,
convierte a los agentes privados en los verdaderos estrategas de la planificación de las
ciudades. De acuerdo a lo planteado por Borsdorf (2003) con la desaparición del Estado en
la planificación de la forma de crecimiento de las ciudades, se instauró este modelo de
mercado neoliberal, donde el único rol actual por parte de éste, es la regulación y
localización de nuevos sectores para la construcción de vivienda social (Azocar, et
al.,2003).
Esta planificación por parte de agentes privados en el crecimiento urbano, ha dejado a las
consideraciones ambientales de los asentamientos humanos, resignadas a una frase
publicitaria, como una característica que solo aporta al vender estos nuevos condominios.
Las nociones de una visión total del crecimiento urbano comienzan a segregarse.
Es inevitable concordar con Romero, et al. (2001) cuando afirma que las superficies
ocupadas por usos urbanos se localizan sobre superficies naturales, seminaturales,
forestales o agrícolas, los que desempeñan valiosos servicios ambientales. En el fondo, se
establece que todo crecimiento urbano genera un impacto en el medio ambiente natural,
causando la pérdida o destrucción del hábitat del ecosistema original afectando a las
especies vegetales y animales preexistentes (ONU, 2007).
Desde los resultados obtenidos en la Figura 3.7 (Zona Centro Sur), se observó que este
mercado del uso de suelo, logró modificar el Plan Regulador de la ciudad y establecer
nuevos barrios sobre una ramificación del humedal valdiviano que está inserta en el
manto urbano consolidado. Viviendas que actualmente sufren de reblandecimientos de
terrenos y fracturas de radier, producto del relleno en el humedal (Rojas, 2004).
Esta capacidad de presión de los agentes privados para generar cambios en el Plan
Regulador de la ciudad, hace evidente que no es suficiente una clasificación “ZR” o Zona
de Restricción para resguardar al humedal valdiviano, ya que esta condición varía según el
criterio del equipo encargado del Área de Planificación Municipal. Desde esta visión, no
resulta extraño que los nuevos ajustes del Plan Regulador se encuentren detenidos por la
COREMA de la Región de los Ríos.
Surge la necesidad de establecer al humedal de Valdivia, como una red de zonas que estén
protegidas por ley, algo similar al caso del Santuario de la Naturaleza Carlos Anwandter,
con el fin de que las vicisitudes que puedan presionar los criterios de elaboración del Plan
Regulador, no lleguen a transformarse en una nueva ocupación del humedal y un nuevo
impacto medio ambiental.
Se concluye que esta hipótesis resulta ser verdadera, debido a que en el catastro de las
áreas de crecimiento urbano realizado, se registra una reducción en el área total del
humedal valdiviano, como se refleja en la Tabla 3.3, mediante el relleno de estos para la
construcción de viviendas y el consecuente impacto en su medio ambiente original.
Esta reducción resultó ser mínima en proporción al área total del humedal valdiviano,
pero se infiere desde los resultados de esta investigación, que es una práctica emergente
para responder a una necesidad de suelos urbanos en zonas con su capacidad ya copada.
En este sentido, se registró el relleno de una de las ramificaciones del humedal valdiviano,
en una zona urbana consolidada al año 1992 (Figura 3.7). Esto fue producto del cambio de
su clasificación en el uso de suelo por parte del Plan Regulador municipal. Demostrando
que ante la falta de suelo disponible y las presiones de los actuales agentes privados del
crecimiento, los criterios a nivel municipal para la protección de zonas vulnerables,
pueden cambiar. Por esto, como ya fuera señalado, se requiere una protección con fuerza
de ley.
Por último, se considera que la tendencia que arroja este estudio, respecto de la potencial
utilización de más suelos ambientalmente vulnerables, se obtiene en un momento
oportuno como para hacer algo al respecto, insistiendo que este catastro pretende
aportar una nueva capa de información para ser considerada por las institucionalidades
involucradas.
90
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96
Anexos
La relevancia de realizar este análisis cronográfico es poder rescatar los principios que
sostienen estos documentos base elaborados entre 1968 y 2006, para conciderarlos como
el razonamiento que permite un acercamiento para plantear la sustentabilidad en
términos de una visión internacional, para luego asumir su aplicabilidad con la realidad
local del lugar y la temática de investigación propuestos, que es la forma del crecimiento
del manto urbano de la ciudad de Valdivia en su medio ambiente.
La forma de lograrlo fue mediante la elaboración de una serie de informes conocidos más
tarde como los informes Meadows. En estos informes se intentaba establecer límites al
crecimiento en base a la proyección de las condiciones de aquella época en un escenario
prospectivo.
Como una primera iniciativa se quería situar esta necesidad de reflexionar sobre la medida
del crecimiento en un debate que incluyese a otros científicos y líderes políticos con
influencia para hacer concreta esta preocupación. Al respecto cabe señalar que posterior
a la publicación sobre los límites del desarrollo por Donella Meadows (1972), se gestó un
movimiento conocido como Ecología Política, cuna y una de las principales fuentes de los
cambios alcanzados hasta la fecha en materia de política internacional.
1972, Estocolmo.
Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Humano (1ª Cumbre Mundial
ONU, 1972). Este fue el nombre que recibió una de las primeras iniciativas internacionales
para hacer un reconocimiento de los problemas que el crecimiento a nivel mundial
produce sobre el medio ambiente.
Se debe clarificar que en esta época la mayor parte de los problemas era atribuida a un
crecimiento poblacional descontrolado, es decir, el crecimiento demográfico era la
principal causa para establecer los denominados Límites al Crecimiento.
Como parte de los principios establecidos en esta 1ª Cumbre se comienza a reconocer una
aproximación al concepto de Sustentabilidad, aún cuando siempre subordinado a un
desarrollo económico como único eje, se afirma así que “al planificar el desarrollo
económico debe atribuirse importancia a la conservación de la naturaleza, incluidas la
flora y fauna silvestre” (1ª Cumbre Mundial ONU, 1972).
Desde esta visión que proponía soluciones Técnicas, es que se reconoció la desigualdad
entre países desarrollados y los subdesarrollados, por lo tanto una de las metas en la
declaración de Estocolmo (1ª Cumbre Mundial ONU, 1972) era desarrollar a los países
subdesarrollados con mejoras e incorporación de las Técnicas con las que contaban los
países desarrollados. En el fondo se estableció un compromiso de ayudar con asistencia
tecnológica e información al respecto a los países menos desarrollados.
Se señalaba en la 1ª Cumbre Mundial de la ONU (1972) que “Las deficiencias del medio
originadas por las condiciones del subdesarrollo y los desastres naturales plantean graves
problemas, y la mejor manera de subsanarlas es el desarrollo acelerado mediante la
transferencia de cantidades considerables de asistencia financiera y tecnológica” (citado
por Melendez, 2008).
“La Protección y mejoramiento del medio humano es una cuestión fundamental que
afecta al bienestar de los pueblos y al desarrollo económico del mundo entero, un deseo
urgente de los pueblos de todo el mundo y un deber de todos los gobiernos” (1ª Cumbre
Mundial ONU, 1972).
En esta 1ª Cumbre Mundial también se presenta la problemática del Medio Humano como
una preocupación de largo plazo, en el que ya se plantea la necesidad de defensa y
mejoramiento de este medio para las generaciones presentes y futuras.
“De todas las cosas del mundo, los seres humanos son lo más valioso. Ellos son quienes
promueven el progreso social, crean riqueza social, desarrollan la ciencia y la tecnología y,
con su duro trabajo, transforman continuamente el medio humano” (1ª Cumbre Mundial
ONU, 1972).
1976, Vancouver.
Es necesario entender que desde el enfoque antropocéntrico con el que se abordan las
temáticas en estas conferencias, aún las soluciones a los problemas existentes en los
Asentamientos Humanos dependían exclusivamente de que el hombre implementara o
mejorara herramientas tecnológicas.
Desde esta perspectiva, las propuestas se focalizaban en que los países más desarrollados
debian trasferir a los países menos desarrollados sus técnicas y tecnologías para ayudarlos
a superar sus deficiencias.
Como resultado de esta conferencia se estableció en 1978 una rama de los estudios del
desarrollo focalizado en los Asentamientos Humanos, denominado UN-HABITAT,
organismo dependiente de las Naciones Unidas que ha dirigido la discusión en este frente.
1981, PNUMA.
En ésta se definen los principales alineamientos con los que operará la “estrategia
mundial para la conservación de recursos vivos para un desarrollo sostenido”, es en esta
estrategia donde se reconoce una definición más clara de Desarrollo Sustentable que
escapa a la concepción de que solo basta un desarrollo económico para solucionar los
problemas del crecimiento. Según esta estrategia “Para que un desarrollo pueda ser
sostenido, deberá tener en cuenta, además de los factores económicos, los de índole
social y ecológica; deberá tener en cuenta la base de recursos vivos e inanimados, así
como las ventajas e inconvenientes a corto y a largo plazo de otros tipos de acción”.
Se hace referencia a “la necesidad de cambio sobre el modelo de desarrollo actual ya que
nos esta llevando a un colapso en la capacidad para sostener la vida de nuestro planeta”.
Según esta 1ª Estrategia Mundial para la concervación (1981), “El impacto destructor
combinado de aquella mayoría de seres humanos pobres que luchan por subsistir, y de
aquella minoría rica que consume la mayor parte de los recursos del globo, está
socavando los medios que permitirían a todos los pueblos sobrevivir y florecer”.
Los puntos que se definen aquí para lograr la conservación de los recursos vivos y
entender que estos son la base de un desarrollo sustentable, o sostenido como acá se
hace referencia, pasan también por otras estrategias como “una estrategia para un nuevo
orden económico internacional”. Ello, en una afirmación clara de que el actual orden
posee un sentido contrario a las metas de desarrollo a largo plazo, con un fin inmediato
que destruye la capacidad del planeta para sostener vida.
Esta 1ª estrategia es la base del discurso que establece las metas a las que debe aspirar el
Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, que hasta la fecha es el
encargado de dirigir las iniciativas respecto al Medio Ambiente de esta Organización.
Esta carta otorga responsabilidades y derechos a los Estados con respecto a sus recursos
naturales, pero dentro de un marco de preocupación y cuidado de estos.
Según esta Carta Mundial (1982), “La especie humana es parte de la naturaleza y la vida
depende del funcionamiento ininterrumpido de los sistemas naturales que son fuente de
energía y de materias nutritivas”. Con esto establece que el hombre también es parte de
los sistemas naturales, por ello debe desarrollarse en armonía con ella. En otras palabras
deja de ver a la Naturaleza como un recurso ajeno a la “Naturaleza Humana”, si no, como
un elemento integral a ella.
Desde esta visión establese un principio de responsabilidad que en la carta se plantea de
la siguiente manera, “Toda forma de vida es única y merece ser respetada, cualquiera que
sea su utilidad para el hombre, y con el fin de reconocer a los demás seres vivos su valor
intrínseco, el hombre ha de guiarse por un código de acción moral,” (Carta mundial de la
naturaleza, 1982). Se establece un replanteamiento moral respecto de nuestra
responsabilidad con ella, esto no es más que el entendimiento de pertenecer a un mismo
sistema, donde el desarrollo del hombre, en aspectos económicos y sociales no puede
estar ageno al desarrollo de la calidad del medio ambiente.
Según esta Carta, (1982) “el hombre debe adquirir los conocimientos necesarios a fin de
mantener y desarrollar su aptitud para utilizar los recursos naturales en forma tal que se
preserven las especies y los ecosistemas en beneficio de las generaciones presentes y
futuras”, haciendo alución a que con el desarrollo de técnicas y tecnologías se debe
apuntar al aumento de la Capacidad de Carga del planeta mejorando las prácticas en la
utilización de sus recursos.
Se señala el deber de educar sobre esta temática, para generar una participación de sus
habitantes en estas materias. Al respecto establece derechos que apuntan a fomentar una
participación de los habitantes para actuar en este proceso de desarrollo en armonía con
la naturaleza.
La meta que perseguía este informe era identificar y proponer soluciones prácticas para
enfrentar los problemas que el modelo de desarrollo existente estaba generando. Los
principales aspectos en los que se focalizó el informe fueron: Población y recursos
humanos, Especies y ecosistemas, Energía, Industria y El reto urbano. Para luego, desde
estas categorias, proponer soluciones que fueron utilizadas principalmente en la Cumbre
de Río de 1992, para la elaboración del Programa o Agenda 21.
Reiterando que el motivo central, para el autor de esta Tesis, es el interés que radica en
encontrar una definición del concepto de Desarrollo Sustentable basado en principios con
una posible aplicación en la realidad local de la ciudad de Valdivia.
El Informe Brundtland (1987) propone, desde los principales aspectos en los que se
focalizó, la actual base del modelo de Desarrollo Sustentable que equilibra los elementos
de un desarrollo económico, social y ambiental como los pilares fundamentales de este
modelo.
1991, PNUMA.
En esta 2ª Estrategia Mundial (1991) se señala que: “La mayor parte del desarrollo actual
falla porque satisface las necesidades humanas de forma incompleta y con frecuencia
destruye o degrada la base de los recursos. Necesitamos un desarrollo cuyo eje sean las
personas y se centre en el mejoramiento de la condición humana, y al mismo tiempo, esté
basado en la conservación y mantenga la variedad y productividad de la naturaleza.
Tenemos que dejar de hablar de conservación y desarrollo, como si estuvieran en
oposición, y reconocer que son partes esenciales de un proceso indispensable.”
Al respecto señala que por ello es relevante generar un desarrollo interdependiente entre
sus aspectos principales, es decir, el aspecto económico, social y ambiental. Señalando
que finalmente existe un límite al desarrollo que es proporcionado por el límite de
capacidad que posee el planeta y que mediante la conservación se puede lograr no alterar
este límite de capacidad, un lineamiento que debe tomar el desarrollo sustentable (2ª
Estrategia Mundial, 1991).
En el reconocimiento del carácter global del problema, se establece que si bien debe
existir un esfuerzo internacional, la realidad de cada estado debe ajustarce a la aplicación
de este tipo de desarrollo en base a sus posibilidades e intereses de desarrollo, según la
Conferencia NU (1992) “las normas aplicadas por algunos países pueden resultar
inadecuadas y representar un costo social y económico injustificado para otros países, en
particular los países en desarrollo.”
Por esto se señala en la Conferencia UN (1992) que: “los Estados tienen el derecho
soberano de aprovechar sus propios recursos según sus propias políticas ambientales y de
desarrollo, y la responsabilidad de velar por que las actividades realizadas dentro de su
jurisdicción o bajo su control no causen daños al medio ambiente de otros Estados o de
zonas que estén fuera de los límites de la jurisdicción nacional.”
“Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar,
proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que
han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los
Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas.” (Conferencia UN, 1992)
Finalmente la Cumbre de Río (1992) es un gran esfuerzo internacional por cordinar a los
estados en una misma dirección con respecto al desarrollo sustentable, pero para las
acciones propuestas se requerirá posteriormente de un compromiso más fuerte, ya que la
buena voluntad que aquí se plantea por parte de las naciones, demostrará no ser
suficiente al momento de evaluar la ejecución de estos compromisos asumidos.
En términos generales, uno de los aportes sustantivos que se logra definir en esta
Declaración regional, es el reconocer las diferencias en niveles de desarrollo y modelos de
desarrollo, ya que las cumbres internacionales de las Naciones Unidas proponen
complementar el “modelo de desarrollo existente” como una necesidad para alcanzar el
desarrollo sustentable, pero no lo cuestionan en sus niveles básicos ya que existe una
tendencia por defender el modelo existente, escencialmente económico, sin considerar
que se puede alcanzar este tipo de crecimiento desde “otro modelo de desarrollo”
(Organización de Estados Americanos, 1996).
Se realiza el mismo año en Estambul la Segunda Conferencia de las Naciones Unidas sobre
los Asentamientos Humanos o Hábitat II.
Según Habitat II (1996), el objetivo es tratar dos temas de igual importancia a escala
mundial: “Vivienda adecuada para todos” y “Desarrollo sostenible de los asentamientos
humanos en un mundo en proceso de urbanización”.
Por ellos se reconocen en esta conferencia elementos comunes como los señalados en su
preámbulo, segun Habitat II (1996): “El ser humano es el elemento central del desarrollo
sostenible, que incluye vivienda adecuada para todos y asentamientos humanos
sostenibles, y tiene derecho a llevar una vida saludable y productiva en armonía con la
naturaleza.”
En esta línea, los principios establecidos en Habitat II poseen una dimensión ambiental
integrada a mejorar las “condiciones ambientales urbanas”, no solo plantea la dimensión
ambiental como la conservación de recursos naturales, si no que lo realiza en función de
una mejora del crecimiento social en el “medio ambiente urbano”, señalando lo siguiente:
“El desarrollo sostenible de los asentamientos humanos garantiza el desarrollo
económico, las oportunidades de empleo y el progreso social, en armonía con el medio
ambiente. Incorpora,… los principios de la precaución, la prevención de la contaminación,
el respeto de la capacidad de carga de los ecosistemas y la conservación de las
oportunidades para las generaciones venideras.” (Habitat II, 1996)
Para este trabajo de Tesis, la integración de los principios propuestos en las diferentes
Cumbres de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y los problemas que presenta
el crecimiento de los Asentamientos Humanos, planteados en Habitat II, resulta en un
enfoque más preciso y pertinente para el desarrollo del presente trabajo de investigación.
Por ello la busqueda de los principios que permitan generar al autor una definición
particular del concepto de sustentabilidad, estarán estrechamente vinculados a estas
integraciones de principios efectuadas por las conferencias Habitat.
La cumbre de Río + 5 es la modalidad que se tomará desde aquí, para evaluar cada 5 ó 10
años, según la conferencia respectiva, el real progreso o cumplimiento en las temáticas y
acuerdos alcanzados originalmente, para complementarlos o modificarlos según las
nuevas necesidades para enfrentar problemáticas emergentes.
A su vez, retomando los principios de una temática global, La Comisión de Río + 5 (1997)
intenta promover el diálogo y crear asociaciones entre los gobiernos, los organismos de
las Naciones Unidas y los grupos principales, lo cual resulta fundamental para promover el
desarrollo sustentable en todo el mundo.
Con respecto a los progresos participativos de los estados se menciona que como
herramientas: “Los informes que presentan anualmente los gobiernos son la base
fundamental sobre la cual se evalúan los progresos y se determinan los problemas que se
plantean a los países.” (Asamblea ONU, 1997)
En la búsqueda de fortalecer el apoyo a los estados y facilitar un seguimiento a las
políticas o normas para alcanzar el desarrollo sustentable, en la cumbre de Río (1997) se
plantea que: “La Agenda 21 reconoce la necesidad de que se establezca una serie de
indicadores del desarrollo sostenible de aceptación internacional. Se prevé que para el
año 2000 se pondrá a disposición de todos los países una serie de indicadores de entre los
cuales los gobiernos podrán seleccionar los más adecuados para las condiciones en sus
países.”
Estos tres acuerdos en términos generales representaban los lineamintos con los cuales
debía proseguir el esfuerzo internacional hacia un desarrollo sustentable, haciendose un
interés principal la conformación de una Institucionalidad adecuada para los Estados.
Esta Cumbre del Milenio, efectuada en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York en
septiembre de 2000, se realizó para reafirmar una fe común en la Organización y su Carta
como cimientos indispensables de un mundo más pacífico, más próspero y más justo,
dada la llegada del nuevo milenio (Cumbre del Milenio, 2000).
Como uno de los valores necesario con el que se enfrentará el desarrollo en este nuevo
Milenio (2000) se señala “El respeto de la naturaleza”, al reafirmar que “Es necesario
actuar con prudencia en la gestión y ordenación de todas las especies vivas y todos los
recursos naturales, conforme a los preceptos del desarrollo sostenible.”
Retomando elementos de la Carta de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (1992)
se reafirma que “Es preciso modificar las actuales pautas insostenibles de producción y
consumo en interés de nuestro bienestar futuro y en el de nuestros descendientes.”
Dentro de la Declaración de la Cumbre del Milenio, el capítulo IV, se dedica a la temática
de la “Protección de nuestro entorno común” refieriendose a la amenaza que implicaría
seguir con un desarrollo que nos conduzca a vivir en un planeta irremediablemente
dañado por las actividades del hombre, y cuyos recursos ya no alcancen para satisfacer
sus necesidades.
Por esto se reafirma el apoyo a los principios del desarrollo sostenible, incluidos los
enunciados en el Programa o Agenda 21, llamando a hacer lo posible por que el Protocolo
de Kyoto entre en vigor; la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero; la
ordenación, la conservación y el desarrollo sostenible de los bosques; el poner fin a la
explotación insostenible de los recursos hídricos formulando estrategias de ordenación de
esos recursos en los planos regional, nacional y local; así como reducir el número y los
efectos de los desastres naturales y de los desastres provocados por el hombre; entre
otras temáticas (Declaración del Milenio, 2000).
En este sentido, se reconoce un esfuerzo por incorporar como una dimensión más a las
consideraciones del desarrollo del medio ambiente, pero aún es fuerte el énfasis en los
temas de crecimiento económico y mejoras sociales.
2001, Estambul + 5.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, reunida en Nueva York el 9 de junio de 2001,
realiza la “Declaración sobre las ciudades y otros asentamientos humanos en el nuevo
milenio”, en el marco del Programa Habitat. También conocida como Estambul + 5.
En esta Declaración (2001) se formula como objetivo “el examinar la ejecución del
Programa Hábitat, reconocer los progresos realizados e individualizar los obstáculos y las
cuestiones emergentes, reafirmar la voluntad y compromiso de aplicar plenamente la
Declaración de Estambul (1996) sobre los Asentamientos Humanos y ejecutar el Programa
Hábitat, y decidir sobre nuevas iniciativas en el espíritu de la Declaración del Milenio.”
Desde esta visión se establece que las ciudades, con problemas ambientales, un
crecimiento rápido y un desarrollo económico lento, no han logrado generar suficiente
empleo, proporcionar vivienda adecuada ni satisfacer las necesidades básicas de los
ciudadanos (Estambul + 5, 2001). Esto en el marco de un enfoque principalmente socio –
económico con repercuciones en un medio ambiente urbano apropiado.
Por ello, esta Declaración señala que es fundamental que en todas las naciones se haga
una planificación física integrada y se preste igual atención a las condiciones de vida en las
zonas rurales y las urbanas. Que es también preciso erradicar la pobreza en las zonas
rurales y mejorar las condiciones de vida allí, así como crear oportunidades de empleo y
de educación en los asentamientos rurales, en las ciudades pequeñas y medianas y en los
poblados de las zonas rurales (Estambul + 5, 2001).
Estos aspectos de la delaración son elementos que nuevamente aproximan este enfoque
Habitat, sobre los principios de la sustentabilidad, a una posición más concreta a la
realidad local del lugar de investigación establecido para este trabajo de Tesis, la ciudad
de Valdivia, una ciudad mediana, y su entorno rural.
“Tomamos nota con satisfacción de que hay una mayor conciencia de la necesidad de
prestar atención en forma integrada a la pobreza, la carencia de hogar, el desempleo, la
falta de servicios básicos, la exclusión de las mujeres, los niños y los grupos marginados,
incluidas las comunidades indígenas, y la fragmentación social, con el fin de que los
asentamientos humanos de todo el mundo sean mejores, más habitables y abiertos a
todos.”
“Tomamos nota de la elaboración de criterios integrados y participativos aplicables a la
planificación y la gestión ambiental urbana en relación con la ejecución del Programa 21.”
(Estambul + 5, 2001)
Se establece en estos puntos que existe una forma de visualizar las diferentes
problemáticas urbanas de una manera integrada, como lo plantea el desarrollo
sustentable, el crecimiento debe conciderarse en múltiples dimensiones como son la
económica, social y ambiental. Desde esta vision integral, reconoce como positiva la
relación que se puede establecer entre el programa Habitat y el Programa o Agenda 21
para la solución a problemas de planificación y gestión urbana.
Como aspectos negativos en relación a los avances desde Estambul (1996), esta
Declaración considera los siguientes puntos:
“Los obstáculos principales a la ejecución del Programa Hábitat es la discrepancia entre los
compromisos asumidos en Estambul y la voluntad política de cumplirlos.”
“Deficiencias en las políticas urbanas y de vivienda que han limitado las posibilidades de
participación y asociación y han dificultado la transformación de las mejores prácticas en
buenas políticas.”
(Estambul + 5, 2001)
“Fortalecer las instituciones y los marcos jurídicos que fomentan y posibilitan una
participación amplia en la adopción de decisiones y en la ejecución de estrategias,
políticas y programas relativos a los asentamientos humanos.”
“Apoyar los esfuerzos individuales y colectivos de las personas para construir viviendas
asequibles, planificar activamente la oferta de terrenos, fomentar el funcionamiento
eficaz de los mercados y la administración de bienes raíces.”
(Estambul + 5, 2001)
Estos aspectos son las reiteraciones a los estados que estan más atrasado en términos de
una aplicación efectiva del Programa Habitat, ya que en esta Declaración también se
abren temáticas nuevas, como los problemas emergentes señalados anteriormente.
Se reitera la necesidad de integrar el proceso local del Programa o Agenda 21, como se
mencionó anteriormente, en el plan de acción mundial para la ejecución del Programa de
Hábitat. Señalando que “se deberían armonizar los objetivos, las políticas y las estrategias
de ambos procesos con el fin de fomentar la planificación y la gestión urbanas
sostenibles.” (Estambul + 5, 2001; 61)
Como síntesis se establece que “se debe considerar que la ejecución del Programa de
Hábitat es parte integral de la lucha general para erradicar la pobreza. La ejecución del
Programa de Hábitat y el logro del desarrollo sostenible están íntimamente vinculados y
son interdependientes, y el desarrollo de los asentamientos humanos es un factor
fundamental del desarrollo sostenible.” (Estambul + 5, 2001)
2002, Johannesburgo.
“Los Estados deberán cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar,
proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que
han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los
Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados
reconocen la responsabilidad que les cabe en la búsqueda internacional del desarrollo
sostenible, en vista de las presiones que sus sociedades ejercen en el medio ambiente
mundial y de las tecnologías y los recursos financieros de que disponen.” (Informe
Johannesburgo, 2002)
Se reconoce en esta Declaración (2006) que “la gestión sostenible en los sectores agrícola,
forestal y del turismo realza la capacidad que tienen estos sectores de proporcionar
beneficios económicos, sociales y ambientales importantes.”
Del mismo modo se plantea establecer un manejo del recurso hídrico, comprometiendose
a “la realización de estudios, planes, programas, proyectos y acciones conjuntas para la
protección y el uso sostenible de los recursos hídricos, superficiales y subterráneos, los
ecosistemas de humedales y la biodiversidad asociada.” (Declaración de Santa Cruz, 2006)
Por otra parte, se hace principal énfasis en la prevención de desastres naturales, por esto,
según la Declaración (2006) “las medidas de prevención y mitigación de riesgos pueden
aumentar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad de las comunidades.”
Los esfuerzos internacionales como los Informes Medows en 1968, la 1ª Cumbre Mundial
de Estocolmo en 1972, La Carta de la Naturaleza en 1982, El Informe Brundtland en 1987,
entre otros, han sido los primeros hitos que colaboraron a incorporar como una
preocupación el aspecto del medio ambiente dentro de las consideraciones para alcanzar
un desarrollo sustentable.
Las siguientes Estrategias como las de PNUMA en 1981, con su secuela en 1991 y las
Cumbres internacionales desde Río en 1982 hasta la fecha, se han enfocado en plantear
métodos de ejecución o aplicación de estos principios de desarrollo sustentable en los
distintos países estableciendo politicas, programas e indicadores para el desarrollo y la
evaluación en estos procesos.
Reiterando lo planteado por Naredo (1997) respecto a que “este concepto no es fruto de
definiciones explícitas, si no del sistema de razonamiento que apliquemos para acercarnos
a él”, es que se concidera fundamental el establecer los principios que enmarquen la
visión particular que se desprende de este análisis de la evolución del concepto de
desarrollo sustentable.
Anexos 2
Límites Norte: Región de la Araucanía - Sur: Región de Los Lagos - Este: Argentina - Oeste: Océano Pacífico
Templado Lluvioso con influencia Mediterránea. Los vientos predominantes son del norte en
Clima invierno y del oeste y sur en verano. La temperatura promedio es de 11º C y precipitaciones
abundantes, con un promedio de 2.000 mm anuales.
Este sistema hidrográfico junto a una geomorfología con multiples depresiones, es lo que
da a la ciudad de Valdivia su característica de ser una ciudad escencialmente hídrica, es
decir, su geomorfología se encuentra permanentemente en presencia de terrenos
sumergidos que poseen la calidad de estuarios, o aguas estancadas, configurando las
redes de humedales en la que Valdivia se encuentra inscrita (Ilustre Municipalidad de
Valdivia, 2007).
Caracterización y distribución territorial de la población.
Como se observa en la tabla 1.2, la comuna de Valdivia tiene una población de 140.559
habitantes, de los cuales un 92,5% corresponde a población urbana y un 7,5% a rural
(CENSO, 2002).
Ubicación Geográfica Latitud: 39º 42' Sur Longitud: 73º 15' Oeste Hemisferio Sur
División Pólitica Administrativa Comuna: Valdivia Provincia: Valdivia Región: XIV de los Ríos