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Simposio Cuerpos y Corporalidades: Prácticas, Pensamientos,
Materialidades (2013 : Quito, Ecuador)
Cuerpos y corporalidades / volumen resultado del simposio “Cuerpos
y Corporalidades” Quito, 21 a 23 de noviembre de 2013. -- Quito :
Universidad San Francisco de Quito. Colegio de Ciencias Sociales y
Humanidades, 2015
p. cm.
978-9978-68-084-1
ISBN: 978-9978-68-058-2
Piel esencial.
Jean Luc Nancy, Universidad Marc Bloch .....................................................................15
De cuerpo presente
Juan-Ramón Barbancho, Pontificia Universidad Católica del Ecuador ....................59
Más allá de las caderas: el baile de la Bomba en el Valle del Chota–Cuenca del río
Mira como una experiencia comunitaria
María Gabriela López, Grupo Itinerante de Artes “Guandul” .................................173
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raza, etnia, migración? ¿Es género, deseo, capacidad, placer, emoción,
percepción, orgasmo? ¿Es la tecnología prolongación del cuerpo? ¿De
qué manera redefinen el concepto de cuerpo las prótesis y el cuerpo
cibernético? ¿Es el cuerpo objeto de consumo y/o de transformación?
Los ensayos compilados en el presente volumen abordan
estas y otras cuestiones. El filósofo Jean-Luc Nancy, profesor emérito
de la Universidad Marc Bloch, abrió nuestro encuentro con una
videoconferencia desde Estrasburgo. Pensador excepcional de
ontologías que van de la deconstrucción a la reconstrucción y uno de
los filósofos más influyentes de Francia hoy, Nancy presentó en “La
piel” una lectura del cuerpo que no se inscribe en su representación
sino en su escritura misma. “La piel desenvuelve el aliento, el
impulso, el brío y la vibración del cuerpo. Si el alma es la forma de
un cuerpo vivo, entonces la piel se conforma con esa forma: palidece
y se ruboriza con ella (...), modela sus inclinaciones, sus elevaciones
y sus repliegues”, escribe Nancy y marca, con su escritura, maneras
inesperadas y necesarias para leer el cuerpo hoy.
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de arte como una ventana a través de la cual se puede considerar
posibilidades de comprensión que van de lo estético a lo filosófico.
Feitosa nos brindó pautas importantes para pensar la filosofía en y de
las calles, es decir, una filosofía planteada en oposición a la excesiva
erudición y a la simplificación a la vez. Su texto plantea la idea del
fin del arte a través de la desmaterialización de la obras artísticas con
la ayuda de la tecnología y con la transgresión de temas, medios y
materiales.
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La literatura y la traducción tuvieron un espacio de reflexión
durante la presentación in absentia del texto de Laura Fólica. Esta
autora elaboró acerca de la centralidad del cuerpo en la poética de
Alfred Jarry. La importancia de la palabra en su graficalidad sonora,
representada en su cuerpo y no en una abstracción, nos descubren un
camino novedoso para concebir el lenguaje y la traducción.
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El presente volumen cierra con una entrevista a de Mónica
Alarcón a Kléver Viera , uno de los coreógrafos y bailarines más
importantes de Ecuador y de nuestra región, cuyo trabajo sugerente,
impactante y constante a lo largo de estos últimos cuarenta años lo
ha llevado a ser un referente imprescindible en el mundo de la danza,
las artes escénicas y la reflexión en torno al cuerpo. Kléver Viera fue
invitado a cerrar nuestro simposio de 2013 con sus obras Anfisbena y
El cuerpo que escribe. Desde el hacer de la danza, nos llevó al espacio
del arte para explorar las cuestiones aquí planteadas. Su puesta en el
espacio en el patio de ladrillo del CAC a la caída de la tarde se quedará
grabada en nuestra retina por largo tiempo.
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Nancy, J. PIEL ESENCIAL
PIEL ESENCIAL
« Hacerse con la piel»
Jean-Luc Nancy
Versión al español de Cristina Burneo Salazar*
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consigo mismo, exactamente como na), pero la palabra designa, en primer
lo hace toda célula viva, pero esta re- lugar, la integralidad y la integridad del
lación consigo mismo se implica a sí cuerpo vivo, según la traducción latina
misma como relación con lo otro, con (caro), del hebreo basar, que designa,
el afuera. La piel forma la combina- primero, la sustancia blanda del cuer-
ción de ambos. La intrincación de uno po de las criaturas en tanto ellas mis-
al otro o, bien, el hecho de que “lo en mas en su fragilidad.
sí mismo” se halla “en” un afuera de sí
para ser “sí”. El desollado
He ahí como “hacerse con la Con frecuencia, la piel se se-
piel” puede significar “matar” (tam- para de la carne muerta (chair) que se
bién decimos “querer, tener la piel de convierte en alimento (viande). Levan-
alguien”). “Hacerse” adopta un sentido tada, se convierte en peletería, es decir,
violento y antifrástico: apoderarse de y cuero, a veces cubierto con su propio
deshacer, arruinar, destruir la piel en pelo. Aquello que aparece bajo la piel
tanto envoltura y protección del otro, lleva, en términos anatómicos, el nom-
en tanto su demarcación. Abolir la bre de “desuello” (écorché), palabra que
frontera, abrir aquello que no es, pro- remite a “corteza” (écorce): parte exte-
piamente hablando, una abertura sino rior y separable de un árbol (se llama
una herida, una llaga, una falla, un cortex a la capa superior del cerebro).
corte o una brecha. El inglés técnico retoma el vocablo
“desollar” pero para el verbo to skin,
La sangre corre enseguida, en donde la piel deviene ella misma la
circulando en la piel misma, justo bajo acción de despellejar –en español, piel
su capa última, expuesta al afuera. Esta y pelar, de manera similar–, o bien, de
sangre que brota de una herida tiene, dépiauter (pelar), como lo dice una pa-
en latín, un nombre específico, cruor1, labra familiar en francés, al igual que
que se diferencia de sanguis, la sangre el verbo peler –en español pelar–, sa-
que circula dentro del cuerpo. Cruor car la piel de una fruta. Esto se vincula
designaba, primero, la carne sangran-
te, lo que en francés se llama viande y 1
Nota de traducción: en español, crúor es
un coágulo sanguíneo, vocablo para la
que se diferencia de chair (como en in- hemoglobina o para designar la sangre en
glés meat de flesh)2. La primera, vian- tanto líquido.
de, está muerta y se puede comer, tan- 2
Tanto en francés como en inglés, existen
to cruda (decimos “sangrienta”) como dos palabras en la lengua cotidiana para
cocida (la palabra viande viene de vi- distinguir la carne como alimento y la car-
venda, aquello que sirve para vivir). La ne viva. En español, se utiliza el vocablo
carne en ambos casos, indistintamente.
carne, la chair, puede servir para califi- En la reflexión de Nancy, viande y chair to-
car la viande (una carne –chair– tier- man dos caminos paralelos.
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Nancy, J. PIEL ESENCIAL
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repliegues. La piel se tensa, se distien- más ligero posible pero sin quedarse al
de, se pliega y se vuelve fibrosa. La piel margen. Tocar pero sin apoyarse. To-
se modifica, modula su espesura y su car menos la piel que su flor: su pelusa
soltura, tiende al cuero o al tegumen- o bien a ella misma, en tanto se halle
to, a la película (la piel pequeña) o a la volteada hacia afuera, la película ínfi-
membrana (envoltura de un miembro ma de su faz expuesta, despojada de
o de una parte del cuerpo). Se hume- espesura y signo, sin embargo, de una
dece y se invagina, se vuelve mucosa, profundidad infinita. Signo o señal,
labios e, imperceptiblemente, se trans- presagio, promesa. La piel promete ja-
forma en garganta, en tripas, en vía de más cesar, ni extenderse, ni ofrecerse,
acceso o de salida. El desollado se des- ni profundizarse. Ella afirma que este
enrolla allí por su envolvimiento, sus cuerpo está allí, todo entero en ella,
ventanas nasales respiran, sus poros que ella misma es este cuerpo y, en
transpiran, sus esfínteres se estrechan consecuencia, que es su alma.
y se sueltan, sus párpados desvelan o
velan el mundo, los cartílagos de las El cuerpo florece, eclosio-
orejas vibran, los sexos se hinchan y na en su piel, la piel es su eclosión. Es
revelan una carne íntima, indesollada, aquello que llamamos alma o vida,
sin crueldad en su crueldad clemente. misterio, presencia, aire. Es también su
tez, su rostro, sus hechuras, su carác-
A flor de piel ter, su pensamiento, su verdad. La flor
anuncia el fruto, que es la respuesta a
La flor designa la extremidad su llamado, el henchirse de una carne
de la planta y de allí toma, en latín, el nueva bajo una piel nueva, otra inten-
sentido de “la parte más fina”, al igual sidad cromática (chrôma designa, pri-
que la (flor de) harina, sal o cobre. La mero, la tez de la piel) y la inminencia
flor es espuma, copo, polvo, aun per- de un sabor y de un jugo, licor salido
fume, efluvio de la superficie. Es ligera, de la carne.
tierna, apenas palpable, al tiempo que
ofrece el aspecto más delicado, más Las asociaciones entre la piel
refinado, sutil y sensible de la sustan- y las frutas son frecuentes: una piel de
cia de cuya faz presenta o cuya apari- durazno, mejillas de manzana, “tus se-
ción efectúa. En la flor viene también nos son los racimos de mi viña”,¸ y toda
el color, la intensidad de la sustancia la magia de las mascarillas de fresa,
surgiendo fuera de sí. La flor es exci- kiwi, aguacate o limón… La piel anun-
tación: llamado al afuera, llamado del cia y promete la fruición, término des-
afuera. aparecido en francés que hoy reapare-
ce en inglés –fruition– y que halla su
“A flor de piel” es el rozar: el equivalente en el disfrute. Como esto
pasaje a lo más cercano, el contacto último, la fruición se presta a la ambi-
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Nancy, J. PIEL ESENCIAL
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común, nos une y nos separa al mismo Dios de Agustín, pero lo es, evidente-
tiempo. Tocar jamás abolirá la distan- mente, en una caricia que ha hallado
cia entre nosotros, sino que transfor- esta fórmula.
mará la distancia en acercamiento.
No en contacto, sino en venida. No El tabú pronuncia: no me to-
en presencia, sino en aparición. No en ques, toca en mí más lejos de mí.
“estar allí”, sino en la manera de “pasar
por allí”, de asediar, de frecuentar –ex- Así, Proust escribe: “Mis mi-
traña palabra, donde el verbo (francés, radas se posaban sobre su piel y mis la-
español, italiano, a veces prestado al bios, en rigor, podían creer que habían
inglés) ha desplazado el valor de “gran seguido a mis miradas. Pero no era
número, multitud, asamblea” hacia el sólo su cuerpo aquello que yo hubiera
sentido de “relaciones repetidas, asi- querido alcanzar, era también la per-
duas” y termina por designar (en una sona que vivía en él y con la cual había
lengua un poco anticuada) la cercanía una suerte de caricia, de penetración,
amorosa (entre “hacer la corte” y “salir si se llamaba su atención, si se desper-
con”, como se dice hoy) –. taba en él una idea”4.
El tocar frecuenta la piel: se Zonas
aproxima a ella, la visita, la observa –
tanto en el sentido de “mirar, exami- El cuerpo entero –es decir,
nar”, como en el de “respetar, confor- la piel entera– es susceptible, remarca
marse”–. El tocar es una mirada que Freud, de convertir cualquier lugar
se conforma plenamente a su objeto y, de su superficie en zona erógena. Es
por ello, lo retira de la objetividad de lo decir, en una zona cuya sensibilidad
visible, no lo sitúa frente a sí, sino con- se abre al deseo sexual. Este deseo, en
tra sí. La piel contra la piel se adapta, la efecto, es un deseo que que se apodera
une a esta, se pone en acuerdo con sus del cuerpo entero y, de manera sin-
líneas, sus modelos, sus pensamientos gular, el cuerpo en tanto piel, es decir,
ligeros, volátiles, cuyos perfumes flo- un cuerpo alejado de sus órganos y
tan sobre ella. sus funciones (aunque la función re-
productiva esté presente, aun si no es
El tabú se halla allí, en el de- buscada cada vez –y quizás, por allí, se
licado intervalo de las pieles, en el nos indica que la reproducción es más
entre-dos en donde no cesa de vibrar y algo diferente a una función). Un
la muy alta frecuencia de lo íntimo, es cuerpo más allá de las funciones, un
decir, de ese superlativo del interior, de
tal manera que nada lo pueda exceder 4
Marcel Proust. « A la sombra de las
muchachas en flor », En busca del tiempo
sino un comparativo por definición perdido. Traducción del pasaje tomado de
imposible: interior intimo meo, es el la edición de Pléiade, vol. I, p. 716.
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bailarines, nube estrujada o estirada, donde se trata, más bien, de deslizarse
un vuelo, un aleteo, una palpitación. dentro de una envoltura, un traje y un
Cuando se hallan en el abrazo, las pie- rol. “Tener en la piel” significa, como
les se separan tanto como es posible de lo canta Virginia Bruce :
su naturaleza de envoltura y de fronte-
ra: toman más bien un aire de amasijo, I have got you deep in the heart of me
de goma, de argamasa, o aun de cin- So deep in my heart,
tas, cordones, cinchos, vendas y lianas, you’re really a part of me.
también de banderas, velas desplega-
das y cordajes que las arrían. Las pieles El otro, la otra, está hundi-
levantan el vuelo y se amontonan, se do, hundida, en lo más profundo, in-
lustran, se arrugan y se humedecen. sertado, instilado, esparcido en toda
la piel, incorporado a ella, vibrante y
Las zonas son cosquilleadas, vivo con ella y como ella. El otro pe-
hormigueadas, llevadas a estremecer- netra como un sueño: sin mediación,
se, a temblar, a reír, también, y a irri- sin transición ni traducción. Sin dila-
tarse, devoradas por inflamaciones, ción, instantáneamente, asido en un
exasperadas por la acidez de ciertas presente que no transcurre, en esta co-
frutas verdes, impacientes, febriles. presencia que es lo propio y la fuerza
Son pieles sonoras, que gruñen, gi- de los sueños. Como las escenas y las
men, llaman, soplan. Pieles que frotan figuras soñadas, los seres que tenemos
y mezclan sus sudores, sus humores, en la piel –cosas, plantas, bestias, per-
sus espumas. Pieles excitadas, excedi- sonas– son fantasmas, espíritus que
das, exasperadas, radiantes: existencias nos frecuentan y nos asedian, que nos
exorbitadas, desnudeces. ocupan, nos obsesionan, nos poseen.
“Bajo la piel” No sólo objetos o sujetos que
deseamos, no sólo formas o sustancias
Una vez más es Proust quien notables que tienen nuestros gustos en
escribe que los sueños “realizan aque- vilo o que excitan a nuestros espectros,
llo que llamamos, vulgarmente, me- sino también detalles, minucias, un
ternos una mujer bajo la piel”5. Edith grano de café o un jirón también pue-
Piaf cantaba “te tengo en la piel” (je t’ai den metérsenos en la piel, imponerle
dans la peau), y Virginia Bruce dice, sus aspectos, sus aires.
de manera similar, I got you under
my skin. Esta manera de decir difiere Sin que nos podamos poner
de aquella otra según la cual nos “me- en guardia frente a ello, entran a nues-
temos en la piel de un personaje”, en tra piel asperezas, blanduras, convul-
siones, estrías, humos, pulsiones y tur-
5
Ibid. « Le temps retrouvé », vol. III, p. 911.
Traducción al español de esa edición.
baciones. La piel palpa, maneja, recoge
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Nancy, J. PIEL ESENCIAL
6
Encyclopédie, « Philosophie de la na-
ture », addition au § 354, trad. fcse Bernard
Bourgeois, Gallimard, 2004, p. 657. Tra-
ducción del francés al español siguiendo
esta edición en francés, en versión de B.
Bourgeois, como señala la nota del autor.
Hegel, Enciclopedia, “Filosofía de la natu-
raleza”.
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