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Cuentos

Cuentos para niños. Uga la tortuga


¡Caramba, todo me sale mal! se lamenta constantemente Uga, la tortuga. Y es que no es para
menos: siempre llega tarde, es la última en acabar sus tareas, casi nunca consigue premios a la
rapidez y, para colmo es una dormilona.
¡Esto tiene que cambiar! se propuso un buen día, harta de que sus compañeros del bosque le
recriminaran por su poco esfuerzo al realizar sus tareas.
Y es que había optado por no intentar siquiera realizar actividades tan sencillas como amontonar
hojitas secas caídas de los árboles en otoño, o quitar piedrecitas de camino hacia la charca donde
chapoteaban los calurosos días de verano.
-¿Para qué preocuparme en hacer un trabajo que luego acaban haciendo mis compañeros? Mejor es
dedicarme a jugar y a descansar.
- No es una gran idea, dijo una hormiguita. Lo que verdaderamente cuenta no es hacer el trabajo en
un tiempo récord; lo importante es acabarlo realizándolo lo mejor que sabes, pues siempre te
quedará la recompensa de haberlo conseguido.
No todos los trabajos necesitan de obreros rápidos. Hay labores que requieren tiempo y esfuerzo. Si
no lo intentas nunca sabrás lo que eres capaz de hacer, y siempre te quedarás con la duda de si lo
hubieras logrados alguna vez.
Por ello, es mejor intentarlo y no conseguirlo que no probar y vivir con la duda. La constancia y
la perseverancia son buenas aliadas para conseguir lo que nos proponemos; por ello yo te aconsejo
que lo intentes. Hasta te puede sorprender de lo que eres capaz.
- ¡Caramba, hormiguita, me has tocado las fibras! Esto es lo que yo necesitaba: alguien que me
ayudara a comprender el valor del esfuerzo; te prometo que lo intentaré.
Pasaron unos días y Uga, la tortuga, se esforzaba en sus quehaceres.
Se sentía feliz consigo misma pues cada día conseguía lo poquito que se proponía porque era
consciente de que había hecho todo lo posible por lograrlo.
- He encontrado mi felicidad: lo que importa no es marcarse grandes e imposibles metas, sino acabar
todas las pequeñas tareas que contribuyen a lograr grandes fines

Cuento infantil. El niño y los clavos


Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con
clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de
la casa.
El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así con los días
posteriores. Él niño se iba dando cuenta que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que
clavar los clavos en la cerca.
Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que
no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal
temperamento.
Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su
carácter, que sacase un clavo de la cerca.
Los días se pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos
de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le
dijo:
- Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los
agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.
Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y mal carácter, dejas
una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida
estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.
Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar.
Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre
tienen su corazón abierto para recibirte.
Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron con que el niño
reflexionase sobre las consecuencias de su carácter. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN

Cuento sobre la amabilidad. Daniel y las palabras mágicas


Te presento a Daniel, el gran mago de las palabras. El abuelo de Daniel es muy aventurero y este
año le ha enviado desde un país sin nombre, por su cumpleaños, un regalo muy extraño: una caja
llena de letras brillantes.
En una carta, su abuelo le dice que esas letras forman palabras amables que, si las regalas a los
demás, pueden conseguir que las personas hagan muchas cosas: hacer reír al que está triste, llorar
de alegría, entender cuando no entendemos, abrir el corazón a los demás, enseñarnos a escuchar
sin hablar.
Daniel juega muy contento en su habitación, monta y desmonta palabras sin cesar. Hay veces que
las letras se unen solas para formar palabras fantásticas, imaginarias, y es que Daniel es mágico, es
un mago de las palabras.
Lleva unos días preparando un regalo muy especial para aquellos que más quiere. Es muy divertido
ver la cara de mamá cuando descubre por la mañana un buenos días, preciosa debajo de la
almohada; o cuando papá encuentra en su coche un te quiero de color azul.
Sus palabras son amables y bonitas, cortas, largas, que suenan bien y hacen sentir bien: gracias, te
quiero, buenos días, por favor, lo siento, me gustas.
Daniel sabe que las palabras son poderosas y a él le gusta jugar con ellas y ver la cara de felicidad
de la gente cuando las oye. Sabe bien que las palabras amables son mágicas, son como llaves que
te abren la puerta de los demás.
Porque si tú eres amable, todo es amable contigo. Y Daniel te pregunta: ¿quieres intentarlo tú y ser
un mago de las palabras amables?
FIN
Cuentos para niños. Sara y Lucía
Érase una vez dos niñas muy amigas llamadas Sara y Lucía. Se conocían desde que eran muy
pequeñas y compartían siempre todo la una con la otra.
Un día Sara y Lucía salieron de compras. Sara se probó una camiseta y le pidió a su amiga Lucía
su opinión. Lucía, sin dudarlos dos veces, le dijo que no le gustaba cómo le quedaba y le aconsejó
buscar otro modelo.
Entonces Sara se sintió ofendida y se marchó llorando de la tienda, dejando allí a su amiga.
Lucía se quedó muy triste y apenada por la reacción de su amiga.
No entendía su enfado ya que ella sólo le había dicho la verdad.
Al llegar a casa, Sara le contó a su madre lo sucedido y su madre le hizo ver que su amiga sólo
había sido sincera con ella y no tenía que molestarse por ello.
Sara reflexionó y se dio cuenta de que su madre tenía razón.
Al día siguiente fue corriendo a disculparse con Lucía, que la perdonó de inmediato con una gran
sonrisa.
Desde entonces, las dos amigas entendieron que la verdadera amistad se basa en la sinceridad.
Y colorín colorado este cuento se ha acabado, y el que se enfade se quedará sentado.
FIN

Santilín. Cuentos infantiles con valores


Santilin es un osito muy inteligente, bueno y respetuoso. Todos lo quieren mucho, y
sus amiguitos disfrutan jugando con él porque es muy divertido.
Le gusta dar largos paseos con su compañero, el elefantito. Después de la merienda se reúnen y
emprenden una larga caminata charlando y saludando a las mariposas que revolotean coquetas,
desplegando sus coloridas alitas.
Siempre está atento a los juegos de los otros animalitos. Con mucha paciencia trata de enseñarles
que pueden entretenerse sin dañar las plantas, sin pisotear el césped, sin destruir lo hermoso que
la naturaleza nos regala.
Un domingo llegaron vecinos nuevos. Santilin se apresuró a darles la bienvenida y enseguida invitó a
jugar al puercoespín más pequeño.
Lo aceptaron contentos hasta que la ardillita, llorando, advierte:
- Ay, cuidado, no se acerquen, esas púas lastiman.
El puercoespín pidió disculpas y triste regresó a su casa. Los demás se quedaron afligidos, menos
Santilin, que estaba seguro de encontrar una solución.
Pensó y pensó, hasta que, risueño, dijo:
- Esperen, ya vuelvo.
Santilin regresó con la gorra de su papá y llamó al puercoespín.
Le colocaron la gorra sobre el lomo y, de esta forma tan sencilla, taparon las púas para que no los
pinchara y así pudieran compartir los juegos.
Tan contentos estaban que, tomados de las manos, formaron una gran ronda y cantaronfelices.
FIN
Leyendas
La leyenda de la Tatuana
Hay relatos que cuentan que hace muchos años, en época colonial, hubo en Guatemala una joven y
bella mujer de origen mulato a la que llamaban Tatuana, que disfrutaba con los placeres de la carne
y con los placeres del lujo, los cuales no estaban bien vistos en una sociedad recatada y religiosa.
Así pues, se acusó a la joven de brujería y de hacer maleficios para conseguir a los hombres. Se le
acusó de codicia y de no seguir los preceptos de la iglesia. Por todas estas razones fue juzgada por
el tribunal de la Santa Inquisición, y fue condenada a muerte. La Tatuana se negó a recibir la gracia
de confesión de sus pecados antes de morir.

Cuentan, que la noche anterior a su muerte, pidió como última gracia un trozo de carbón, unas velas
y unas rosas blancas. Con estas tres cosas hizo en la celda una especie de altar donde realizó una
hechicería. Con el carbón pintó en la pared una gran barca mientras recitaba conjuros, y se dice que
se presentó ante ella el mismo demonio. El demonio le sacó de la celda montada en la barca que
había pintado en la pared, y se dice que todavía se la puede ver en los días que llueve grandes
aguaceros.

Se cree que los antecedentes de esta leyenda provienen de la mitología maya, y más
concretamente de la leyenda de Chimalmat (Diosa que se vuelve invisible por causa de un
encantamiento).

La leyenda de los Gatos Negros


Cuenta la leyenda que los Gatos, eran venerados y respetados en diversas partes del mundo, pero
todo esto cambió en la época de la Sagrada Inquisición, ya que fueron perseguidos y erradicados en
EEUU, España e Italia. Se dice que en aquellos tiempos, muchas mujeres fueron acusadas de
Brujería.

Muchos afirmaban que "ellas" recorrían los poblados convertidas en enormes bolas de fuego o en
cualquier animal que ellas deseaban. Esta transformación les daba una fuerza física sobrenatural,
chillidos desagradables imposibles de soportar, largas y negras uñas como la noche. Debido a estos
sucesos, ellas eran condenadas y se les quemaba en la hoguera. Se dice que en una ocasión, una
de estas mujeres logró ser perdonada, pero como sus verdugos no podían retractarse ante el público
que esperaban la ejecución, tomaron un Gato y lo pusieron en su lugar (el color del Gato fue solo
coincidencia).

Curiosamente, el Gato logro huir en medio de la gente que de paso, esta ya estaba convencida de
que la Bruja, se había transformado en un Gato. Desde entonces, los Gatos Negros son
considerados portadores de la brujería y mal agüero, y como eran "preferidos" de las Brujas,
iniciaron su caza y erradicación. Una vez cazados, todos los Gatos eran quemados en la hoguera en
cuaresma y día de san juan. Ya erradicado, tomaban sus cenizas en puñados y luego las esparcían
en sus casas para poder librarse del mal de ojo y de las posibles plagas.
La leyenda del origen del lago de Atitlán
Cuentan que esto sucedió hace mucho tiempo, cuando los Cakchiqueles dieron muerte a saetazos a
Tolgom. Este suceso permitió que la punta del cerro del lanzamiento de Tolgom se volviera muy
famosa. Los Cakchiqueles arrojaron a la laguna los pedazos de Tolgom y se marcharon más allá de
Qakbatzulú. Luego de esto, se sumergieron dentro de la laguna.Cada uno pasó ordenadamente y
sentían mucho miedo pues la superficie del agua se agitaba fuertemente.

De allá se dirigieron a Panpatí y Payán Chocol, practicando sus dones de hechicería. Estando en
Chitululse toparon con nueve zapotes. Posteriormente los guerreros, entre ellos Gagavitz y su
hermana llamada Chetehauh. Decidieron parar y construir sus casas en la punta llamada
actualmente QabouilAbah. Sin razón alguna, un día Gagavitz decidió arrojarse al agua
convirtiéndose en la serpiente emplumada. Al instante se obscureció el agua, se levantó un viento y
se formó un remolino que acabó de agitar la superficie del lago.

En la orilla del agua estaban las siete tribus, quienes al ver lo ocurrido dijeron a los descendientes de
los Atziquinahay:”Acaba de agitarse la superficie de nuestra laguna, nuestro mar ¡oh hermano
nuestro! Que sea para ti la mitad del lago y para ti una parte de sus frutos, los patos, cangrejos,
pescados.”

Consultaron entre ellos y brindaron la siguiente respuesta:”Está bien, hermano. La mitad de la


laguna es tuya, tuya será la mitad de los frutos, los patos, cangrejos y pescados, la mitad de las
espadañas y las cañas verdes. Y así también juntará la gente todo lo que mate entre las espadañas.”
De esta manera fue hecha la división del origen del Lago de Atitlán.

La leyenda de la Llorona
En su versión guatemalteca, la Llorona es el alma en pena de una mujer de origen criollo
(descendiente de españoles) o mestiza, pero en ambos casos de un estrato socioeconómico alto.
Cuenta la leyenda que la mujer se llamaba María y que, mientras su esposo andaba de viaje, tuvo un
amorío con un mozo de su hacienda. Pero María resultó embarazada a causa de esta relación.
Angustiada, terminó ahogando a su hijo (en otras versiones son dos o tres) en un río una vez que
nació. Se dice que el niño se llamaba Juan de la Cruz. Por este crimen la mujer fue condenada a
repetir hasta el fin de los tiempos su grito «¡Ay, mi hijo!», que en ocasiones se transforma en «¡Ay!
¡Dónde está mi hijo! ¡Juan de la Cruz!».

Según la tradición, la Llorona pasea por las calles solitarias y frecuenta los lugares donde hay agua,
como piletas, ríos, fuentes o tanques. Sus lastimeros gritos asustan al más valiente y paralizan al
pavoroso. Muchos dicen haberla visto y escuchado. Se cuenta que, cuando se la escucha cerca, en
realidad está muy lejos, y viceversa. Se dice que no puede ganarse a una persona (es decir, quitarle
la vida) si esta usa la ropa interior al revés. Se les presenta a los hombres mujeriegos como una
mujer para engañarlos. Se dice que quien le habla pierde la vida y que un hombre acechado por la
Llorona se salva únicamente si una mujer le toma la mano, pues el espectro ataca únicamente a
hombres solitarios.

También se cuenta que, si uno escucha el grito, debe tratar de moverse y no quedarse congelado
por el pavor. La persona tiene que huir antes de escuchar el tercer grito o la Llorona se la ganará.
Para evitar encontrarse con ella o ahuyentarla, la persona hará bien en rezar al santo de su devoción
o repetir las oraciones tradicionales católicas.
Unos imaginan a la Llorona como una mujer vestida de luto riguroso, mientras que otros la ven
ataviada de blanco. También se dice que el pelo suele taparle la cara y que esta es como la de un
caballo (rasgo que comparte con la Siguanaba). Otro aspecto propio del espectro, según otras
leyendas guatemaltecas, es que su grito viene acompañado de un viento frío que hiela la sangre.
También se cuenta que si alguien ve a la Llorona a los ojos pierde la vida.

La leyenda del Sombrerón


Una de las leyendas más conocidas sobre este personaje de la cultura guatemalteca y además
también es muy conocida en Aguadas, Caldas dice así: Una noche El Sombrerón caminaba en un
barrio de La Antigua Guatemala cuando vio a una muchacha muy bella con pelo largo y se enamoró
de ella. Buscó su casa y le llevó serenata una y otra noche, pero ella no le dijo nada a sus padres
sobre él. Un día empezó a dejar de comer hasta el punto de que casi murió, y fue entonces cuando
la madre se dio cuenta que era por El Sombrerón. Llevó a su hija a un convento creyendo que ahí
iba a estar mejor, pero la niña siguió sin comer y un día despertó con una trenza en su pelo hecha
por el espectro y ese día murió. Luego en el velorio, apareció El Sombrerón llorando y sus lágrimas
eran como cristales. Jamas olvida a las muchachas que ha amado. También se cuenta que les hace
trenzas a los caballos y mulas...

Se cuenta también que este espanto a parte de enamorar a muchachas jóvenes, gusta por cabalgar
mulas y caballos de los establos de las fincas en las noches agotándolos. Por ello, las bestias
durante el día no cumplen las tareas sumado a que se vuelven hostiles con las personas, los
campesinos y finqueros al ver este comportamiento buscan si el Sombrerón no les ha hecho trenzas
en la greñas. Si es así, el animal ya no sirve para tareas... Una forma de saber si el Sombrerón está
haciendo de las suyas en fincas y casas, es colocar ya sea cerca de un balcón de casa o cerca de
los establos una silla y mesa de pino recién elaboradas, junto a aguardiente y una guitarra en noche
de luna y deben guardar silencio todas las personas, sólo así se escuchará la guitarra y los cantos
del Sombrerón. Al Sombrerón le atraen las muchachas de pelo largo y ojos grandes, por ello, cuando
se sospecha que está tras una joven se le debe cortar el pelo a esta para que el Sombrerón no se
gane el alma de la joven.
Fabulas
Fabula del adivino
Instalado en la plaza pública, un adivino se entregaba a su oficio. De repente se le acercó un vecino,
anunciándole que las puertas de su casa estaban abiertas y que habían robado todo lo que había en
su interior.
El adivino levantose de un salto y salió corriendo hacia su casa, desencajado y suspirando, para ver
lo que había sucedido.
Uno de los que allí se encontraban, viéndole correr le dijo:
-Oye, amigo, tú que te vanaglorias de prever lo que ocurrirá a los otros, ¿por qué no has previsto lo
que te sucedería a ti?
El adivino no supo qué responder.
Moraleja: no hay que fiarse de aquellos que dicen que pueden adivinar el futuro de los demás. Tan
sólo pretenden estafarnos y quitarnos nuestro dinero.

El congreso de los ratones


Había una vez una familia de ratones que vivía en la despensa de una casa, pero temiendo siempre
los ataques de un enorme gato, los ratones no querían salir. Ya fuera de día o de noche este terrible
enemigo los tenía vigilados.
Un buen día decidieron poner fin al problema, por lo que celebraron una asamblea a petición del jefe
de los ratones, que era el más viejo de todos.
El jefe de los ratones dijo a los presentes:
- Os he mandado reunir para que entre todos encontremos una solución. ¡No podemos vivir así!
- ¡Pido la palabra! - Dijo un ratoncillo muy atento.
- Atemos un cascabel al gato, y así sabremos en todo momento por dónde anda.
Tan interesante propuesta fue aceptada por todos los roedores entre grandes aplausos y felicidad.
Con el cascabel estarían salvados, porque su campanilleo avisaría de la llegada del enemigo con el
tiempo para ponerse a salvo.
- ¡Silencio! – Gritó el ratón jefe, para luego decir:
- Queda pendiente una cuestión importante:
- ¿Quien de todos le pone el cascabel al gato?
Al oír esto, los ratoncitos se quedaron repentinamente callados, muy callados, porque no podían
contestar a aquella pregunta. Y corrieron de nuevo a sus cuevas-, hambrientos y tristes.

Moraleja: es más fácil proponer ideas que llevarlas a cabo


Fábula corta: La bruja
Érase una vez una bruja que se ganaba la vida vendiendo encantamientos y fórmulas para calmar la
cólera de los dioses.
Con esta promesa a la bruja no le faltaban clientes y conseguía grandes cantidades de dinero de
este modo de vida.
Pero un día fue acusada de ir contra las leyes y la llevaron ante los jueces supremos del país.
Así, tras un juicio muy corto, la culparon y la hicieron condenar a muerte.
Viéndola salir de la sala del juicio, una de las personas presentes le dijo:
- Bruja, tú que decías poder desviar la cólera de los dioses, ¿Cómo no has podido persuadir a los
hombres?
Moraleja: hay que ser precavido con quienes prometen solucionar todo problema que tengas a
cambio de dinero pero son incapaces de arreglar los suyos.

Fábula de la lechera para los niños


La hija de un granjero llevaba un recipiente lleno de leche a vender al pueblo, y empezó a hacer
planes futuros:
- Cuando venda esta leche, compraré trescientos huevos. Los huevos, descartando los que no
nazcan, me darán al menos doscientos pollos.
Los pollos estarán listos para mercadearlos cuando los precios de ellos estén en lo más alto, de
modo que para fin de año tendré suficiente dinero para comprarme el mejor vestido para asistir a las
fiestas.
Cuando esté en el baile todos los muchachos me pretenderán, y yo los valoraré uno a uno.
Pero en ese momento tropezó con una piedra, cayendo junto con la vasija de leche al suelo, regando
su contenido.
Y así todos sus planes acabaron en un instante.
Moraleja:
No seas ambiciosa de mejor y más próspera fortuna,
que vivirás ansiosa sin que pueda saciarte cosa alguna.
No anheles impaciente el bien futuro,
mira que ni el presente está seguro.
La cigarra y la hormiga. Fábula sobre el esfuerzo

La cigarra era feliz disfrutando del verano: El sol brillaba, las flores desprendían su aroma...y la
cigarra cantaba y cantaba. Mientras tanto su amiga y vecina, una pequeña hormiga, pasaba el día
entero trabajando, recogiendo alimentos.
- ¡Amiga hormiga! ¿No te cansas de tanto trabajar? Descansa un rato conmigo mientras canto algo
para ti. – Le decía la cigarra a la hormiga.
- Mejor harías en recoger provisiones para el invierno y dejarte de tanta holgazanería – le respondía
la hormiga, mientras transportaba el grano, atareada.
La cigarra se reía y seguía cantando sin hacer caso a su amiga.
Hasta que un día, al despertarse, sintió el frío intenso del invierno. Los árboles se habían quedado
sin hojas y del cielo caían copos de nieve, mientras la cigarra vagaba por campo, helada y
hambrienta. Vio a lo lejos la casa de su vecina la hormiga, y se acercó a pedirle ayuda.
- Amiga hormiga, tengo frío y hambre, ¿no me darías algo de comer? Tú tienes mucha comida y una
casa caliente, mientras que yo no tengo nada.
La hormiga entreabrió la puerta de su casa y le dijo a la cigarra.
- Dime amiga cigarra, ¿qué hacías tú mientras yo madrugaba para trabajar? ¿Qué hacías mientras
yo cargaba con granos de trigo de acá para allá?
- Cantaba y cantaba bajo el sol- contestó la cigarra.
- ¿Eso hacías? Pues si cantabas en el verano, ahora baila durante el invierno-
Y le cerró la puerta, dejando fuera a la cigarra, que había aprendido la lección.
Moraleja: Quien quiere pasar bien el invierno, mientras es joven debe aprovechar el tiempo.

Creencias
Abrir el paraguas dentro de casa
Ningún supersticioso tendría jamás la osadía de abrir un paraguas dentro de una casa. El origen de
este temor se remonta a la época en que los reyes orientales y africanos lo usaban sólo a modo de
sombrilla para protegerse de los rayos solares. Debido a su conexión con el astro rey y porque
también su forma simboliza el disco solar, abrirlo en un lugar sombreado, fuera de los dominios del
Sol, era considerado un sacrilegio.

Es probable que la superstición se reforzara cuando los paraguas llegaron a Europa y empezaron a
ser empleados casi exclusivamente por los sacerdotes en los oficios de los difuntos, sin otro fin que
protegerse de las inclemencias del tiempo.
Los remedios caseros
Desde que nació la medicina, el hombre viene acudiendo al uso de las plantas como "medicina
cruda", aunque algunas plantas tienen sus bondades, y unas que otras veces, si no curan del todo,
logran aliviar los males. Las personas le atribuyen tanto poder curativo a las plantas que le restan el
verdadero valor que tienen los preparados de laboratorios. En padecimientos como el asma
bronquial, la creencia popular le atribuía más poder a estos que ha lo indicado por los facultativos.
Muchas son las recetas caseras que se escuchan a diario, "superando" en conocimientos, al
parecer, a los médicos, los especialistas y a destacados investigadores.

 "Para el asma, nada mejor que la tizana de bejuco de Ubí todas las mañanas en ayuna. Eso lo
cura para siempre."
 "Coger tres clavos nuevos que midan dos pulgadas y media, ponerlos a hervir en baño de María,
dejar luego que se refresque y darle a tomar el agua al niño."
 "La tizana de Tuatúa, pero tiene que ser en las lunas nuevas."
 "Si tu niño padece de asma llevaselo a Chicho el cojo, que vive en Arroyo Seco y verás que te lo
cura"

Las estrellas fugaces


A lo largo de la historia de la humanidad, los fenómenos celestes han provocado todo tipo de
supersticiones y absurdas creencias como consecuencia del escaso conocimiento que tenía el
hombre acerca de ellos. Hoy día a pesar de que muchos fenómenos han sido explicados por la
ciencia, todavía existen personas que los interpretan como el resultado de poderes sobrenaturales
de los dioses o como augurios de la buena o la mala suerte. Las creencias igual que todas tienen su
origen en la fantasía.

 "No cuentes las estrellas, que por cada una que cuentes, te sale un ojo de pesca´o"
 "Si vez una estrella fugaz pides un deseo y verás "

Levantarse con el pie derecho

La tradición dice que, para que el día no se tuerza, hay que apoyar en primer lugar el pie derecho. La
respuesta a esta costumbre podría hallarse en el mundo de los pescadores. Durante el siglo XIX,
ningún pescador en su sano juicio subía a bordo por babor, es decir, el costado izquierdo del barco,
aunque resultara incómodo
hacerlo por estribor. Parece ser que la superstición nace de la noción de que cualquier cosa zurda
era antinatural una idea que se basa en que la mayoría de los seres humanos son diestros.

Por regla general, todo k que se refiere a la derecha es calificado de favorable por los supersticiosos,
quizás alentados por la tradición bíblica, que dice que la derecha conesponde al camine del Paraíso
y es la posición en la que están sentados los elegidos por Dios.

La izquierda representa el reverso de la moneda. Los romanos, por ejemplo, hacían presagios
observando el vuelo de los pájaros: los que lo hacían hacia este lado eran de mal agüero. De hecho,
en latín, izquierda se dice sinester, que dio origen al adjetivo siniestro.

Tocar madera

Durante muchos siglo antes del cristianismo, lo pueblos célticos de Europa rendían culto a los
árboles por considerarlos los templo de la santidad y la principal presentación de los dioses era la
Tierra. El árbol servía com medio para enviar la dolencia, o el mal a la tierra. También se recurría a
este vegetal s la mala suerte visitaba a m hombre bajo la forma de demonios o si iba a librarse una
batalla. En estos y otros casos el sacerdote druida celebraba una serie de ritos y ensalmos en las
llamadas enramadas sagradas, lugares que equivalía a las modernas iglesias.

Hay, además, quien dice que las supersticiones referentes a la madera también nacen del material
con el que está hecha la cruz de Jesús Resultado de estas creencias es nuestra costumbre de tocar
madera como signo di la buena suerte, ya que ésta atrapa al espíritu maligno lo hace caer a tierra.

Anecdotas
Anécdota 1
Estaba escuchando tranquilamente a la guía como nos describía la Casa Natal de Mozar, de
repente, me da por coger la mano de mi novio que en “teoría” estaba detrás de mí y oigo una
vocecilla como salida de ultratumba diciendo: “perdona, pero creo que mi mano no es la que quieres
coger” me giro y TIERRA, TRÁGAME!!!! Allá estaba una adorable viejecilla plantada y mi mano
estaba enlazada a la suya así que podéis imaginar: yo roja como un tomate y salí de allí lo más
rápido que pude!!!!
Anécdota 2: Para volver del Silk Market y cómo íbamos un grupillo de 6 decidimos coger un
taxi de estos piratillas que te llevan en una furgoneta con los cristales tintados al estilo Jack Bauer de
24. El caso es que durante el camino la mujer del conductor nos empieza a sacar calcetines y
gallumbos de una bolsa de basura diciendo que los vendía muy baratos así que ni cortos ni
perezosos y como somos muy consumistas allá que cargamos con un arsenal de ropa interior. Acto
seguido nos fuimos a cenar al Hard Rock Pekín. Cuando llega la cuenta, pagamos y nos marchamos
y detrás nuestro, una de las camareras persiguiéndonos, gritando en chino cosas que no lográbamos
descifrar, parecía la niña del exorcista. El caso es que la furgoneta pirata nos había endiñado billetes
falsos y nosotros, pardillos todavía en la moneda del país no nos habíamos dado cuenta y se lo
dimos a la camarera para pagar la cena. Consecuencia: Nos tuvimos que tragar una moneda que
para mí la usaban para jugar al monopoli en algún país extraño porque fuimos a cambiarla y no
quisieron….

Anécdota 3: En uno de mis múltiples puntazos que me dan decidí apuntarme a una excursión
en bicicleta por las Salinas de Maras en el Valle Sagrado (Perú). Para poneros en antecedentes: el
deporte y yo no nos llevamos bien, digamos que mi actividad deportiva se limita a ir al gimnasio
como máximo un mes y medio al año y a jugar al Wii Sports en casa, así que imaginaros!!!!
En la primera cuesta ya estaba que no podía con mi alma y para postre el camino estaba todo
empedrado y peligroso así que ni corta ni perezosa agarré la bicicleta a cuestas y en la primera
carretera que vi paré a una furgonetilla que iba atestada de gente y animalitos, endiñé la bici en la
baca y me quedé esperando en el pueblo tumbada a la bartola hasta que el resto de la expedición
aparecieron hechos polvo, eso sí, no me libré de las agujetas ya que al día siguiente tenía los brazos
que no los podía ni mover!!!!

Anécdota 4: Mientras estábamos en la estación de tren de Osaka me entraron ganas de ir al


baño a mear, cuando fui a tirar de la cadena: HORROR!!!! Aquello parecía un panel de la nasa y todo
estaba escrito en japonés. Solución: Puse en marcha mis dotes de deducción, pensé para mí, vamos
a ver, aquí hay mogollón de botoncitos escritos en un idioma que no entiendo y como yo fijo que hay
un montón de gente que tampoco los entiende y hay un botón gordo resaltado de color rojo y que
pone en inglés PUSH así que esto debe ser para algo importante. Ni corta ni perezosa y pensando
que había escogido bien le doy al botoncillo rojo, de repente empieza una sirena:
ninoninonino….madreeeee!!!! ya la he liado!!!! Como ya no tenía mucho que perder empecé a tocar
todos los botones escritos en japo y allí empezó a saltar agua, a sonar pajarillos, etc, etc… así que
salí para fuera y todas las japonesas que estaban espolvoreándose la cara con maquillaje se me
quedaron mirando, yo me dije: piernas para qué os quiero así que salí escopetada para fuera y le
dije a mi marido: corre!!! Él me pregunta: ¿has sido tú la de la alarma? No necesitó una
respuesta…lo peor: policías salían como champiñones de todos los lados !!! Más tarde hablando con
un chico japonés me dijo que seguramente habría apretado la alarma antivioladores…
Anécdota 5: Visitando uno de los havelis de la ciudad me puse a sacar una foto a la fachada,
de repente oigo un ruidito misterioso de agua y empiezo a notar cómo me salpicaba algo en las
piernas. Para más detalles: estábamos a más de 40 grados y hacía mucho bochorno. Pensé: qué
guay, un poco de agua fresquita. Total, me giro y me encuentro face to face con el culo de una vaca
gigante que se estaba quedando bien a gusto echando una meadilla y claro está, el agua no era
agua sino pis….

Biografias
Manuel Galich
Manuel Francisco Galich López (Ciudad de Guatemala, 30 de noviembre de 1913 - La Habana, 31
de agosto de1984) fue un reconocido escritor, dramaturgo y político guatemalteco. Participó en
la Revolución de Octubre de 1944 que terminó con el gobierno del general Federico Ponce Vaides y
luego ocupó puestos en el gobierno de Guatemala desde 1944 hasta 1954, entre ellos Ministro de
Educación y embajador de Guatemala en varios países de América del Sur. En 1977 recibió el
premio Ollantay de Bogotá, por parte de la Federación de Festivales de Teatro de América.

los padres de Manuel Galich fueron María Isabel López Santa Cruz y Luis Dionisio Galich Urquía.
Tuvo tres hermanos y en 1928, gracias a una beca que le fue concedida en la Escuela Normal para
Varones, comenzó sus estudios secundarios, pero debido a una huelga en la Escuela Normal fue
trasladado al Instituto Nacional Central para Varones, establecimiento donde obtuvo en 1932 el título
de Maestro de Educación Primaria y el grado de Bachiller en Ciencias y Letras. Sus dotes artísticos
fueron confirmados en este año;

Miguel Angel Asturias


Miguel Ángel Asturias Rosales (Ciudad de Guatemala, 19 de octubre de 1899 - Madrid, 9 de
junio de 1974) fue un escritor, periodista y diplomático guatemalteco que contribuyó al desarrollo de
la literatura latinoamericana, influyó en la cultura occidental y, al mismo tiempo, llamó la atención
sobre la importancia de las culturas indígenas, especialmente las de su país natal, Guatemala.
Aunque Asturias nació y se crio en Guatemala, vivió una parte importante de su vida adulta en el
extranjero.1Durante su primera estancia en París, en la década de los años 1920,
estudió antropología y mitología indígena. Algunos científicos lo consideran el primer novelista
latinoamericano en mostrar cómo el estudio de la antropología y de la lingüística podía influir en la
literatura. En París, Asturias también se asoció con el movimiento surrealista. Se le atribuye la
introducción de muchas características del estilo modernista en las letras latinoamericanas Como tal,
fue un importante precursor del boom latinoamericano de los años 1960 y 1970.
Rafael arevalo Martinez
El escritor nació en la ciudad de Guatemala en 1884. Era un niño tímido, enfermizo y endeble, pero
con talento. Estudió en los colegios «Nia Chon» y «San José de los Infantes», pero no logró terminar
ni siquiera el bachillerato debido a problemas de salud.
Formó parte de un grupo de artistas, literatos y poetas (Carlos Mérida, Rafael Rodríguez
Padilla, Rafael Yela Günther, Carlos Valenti, Carlos Wyld Ospina y los hermanos De la Riva), que
laboraron en gran cohesión junto a Jaime Sabartés, catalán que llegó a Guatemala en 1906
desde Barcelona, donde compartiera una estrecha amistad con Pablo Picasso; a estos artistas se les
conocía como la «generación del 10». Arévalo Martínez y los miembros de la generación del 10
desempeñaron un papel crucial en la literatura del siglo XX de Centro América ya que guiaron la
literatura de Guatemala fuera del Modernismo y la enfocaron hacia las nuevas tendencias
contemporáneas. Más tarde Arévalo Martínez trazó su propia senda, pero son muchos los escritores
guatemaltecos que le agradecen sus consejos como maestro de gramática.

Enrique Gomez Carrillo


Nació en la Ciudad de Guatemala el 27 de febrero de 1873. Sus padres fueron los ciudadanos
españoles Agustín Gómez Carrillo y Josefina Tible. En 1881 la familia Gómez viaja a España y
cuando regresa a América se fija enSanta Tecla, en El Salvador, porque no les agradaban los
métodos de gobierno del general presidente Justo Rufino Barrios. La familia regresó
a Guatemala después de la muerte de Barrios, ocurrida en 1885. Ingresó al Instituto Nacional Central
para Varones en donde sus compañeros le molestaban llamándolo «Comestible», razón por la que
decidió cambiarse el apellido por «Gómez Carrillo», como su padre.
Jose Milla y Vidaurre
José Milla y Vidaurre (Ciudad de Guatemala, 4 de agosto de 1822- ídem, 30 de
septiembre de 1882) fue un escritor guatemalteco del siglo XIX, considerado uno de los fundadores
de la novela en la literatura de su país natal; en especial, él destacó en la narrativa histórica.
También fue Ministro de Relaciones Exteriores y embajador de Guatemala ante los Estados Unidos
durante el gobierno del general Rafael Carrera (1851-1865), siendo uno de los firmantes en 1859 del
decreto en donde se cede Belice a la Gran Bretaña para explotar madera, a cambio de la
construcción de una vía de comunicación entre la capital de Belice y la de Guatemala (carretera que
Inglaterra jamás construyó). Estuvo entre el grupo de periodistas que fundó el Diario de Centro
América en 1880.

también conocido como Pepe Milla, sus padres fueron: el general José Justo Milla Pineda, jefe de
estado de Honduras en 1827, y la señora Mercedes Vidaurre Molina. José Milla, firmó algunos de
sus libros con el anagrama Salomé Jil. Nació en una familia bien establecida, probablemente
propietaria desde la época colonial de heredades en el actual departamento de Jutiapa. Su padre,
nacido en Honduras (entonces parte de la Capitanía General de Guatemala), ejerció las armas.
Durante su juventud, vio los múltiples conflictos que la recién independiente Guatemala debería
afrontar por las pugnas entre liberales y conservadores;

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