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Principios Bíblicos

Que es un Principio.

Un principio es una ley o regla que se cumple o debe seguirse con cierto propósito, como
consecuencia necesaria de algo o con el fin de lograr cierto propósito.

Las leyes naturales son ejemplos de principios físicos, en matemáticas, lingüística,


algorítmico y otros campos también existen principios necesarios o que se cumplen sin
más o que deberían cumplirse si se pretende tener cierto estado de hechos.

Otra manera de concebir los principios inherentes a un sistema o una disciplina es como
un reflejo de las características esenciales de un sistema, que los usuarios o
investigadores asumen, y sin los cual no es posible trabajar, comprender o usar dicho
sistema.

Principio en términos generales es: “Fuente, origen, primera causa, aquello de lo cual
algo procede”. Webster 1828

¿Qué es Un Principio Bíblico?

Son verdades infalibles y prácticas que se encuentran en la Palabra de Dios y pueden ser
aplicados en cualquier situación de la vida cotidiana.

Un principio es diferente de un concepto o verdad doctrinal.

La Doctrina es la enseñanza, ciencia, sabiduría y Principio es un


fundamento teórico, regla de conductas, convicciones morales.
La Doctrina son los principios y enseñanzas del Evangelio de
Jesucristo; Principio: doctrina, verdad o ley básica. Pareciera ser
lo mismo en las cuestiones de fe, pero se diferencia en la
profundidad del tema, por ej decimos Arrepentimiento, sería un
principio y cada paso del mismo sería la doctrina; como la
explicación de cada paso de esa ley básica. Decimos los principios
del Evangelio de JC son: fe, arrepentimiento, bautismo,
confirmación y perseverar hasta el fin y al ir detallando cada uno
de ellos estaríamos enseñando la doctrina, o sea, principio es lo
teórico y doctrina lo práctico, algo como distinguir oir, escuchar;
ver, mirar; conocer, saber; amor, caridad, etc.

La palabra doctrina se menciona varias veces en el Antiguo Testamento y es utilizada


con frecuencia en el Nuevo Testamento.
La palabra griega primaria utilizada en los textos del Nuevo Testamento es didache: “en
un sentido activo, significa el acto de enseñar, instruir, ser mentor (Marcos 4:2; 12:38; 1
Corintios 14:6, 26; 2 Timoteo 4:2). En un sentido pasivo, lo que alguien enseña, la
manera o el carácter de la enseñanza (Mateo 7:28; 22:33; Marcos 1:22, 27; 11:18; Lucas
4:32). En un sentido absoluto, indica la enseñanza de Jesús (2 Juan 1:9, 10); el Señor
(Marcos 11:18; Juan 18:19; Hechos 13:12); los apóstoles (Hechos 2:42; 5:28; Tito 1:9);
las cosas enseñadas, preceptos, doctrina (Mateo 16:12; Juan 7:16, 17; Hechos 17:19;
Romanos 6:17; 16:17; Hebreos 6:2; 13:9)”

Sola scriptura

La frase en latín sola scriptura expresa una verdad fundamental. Significa que la Biblia
—la Escritura— es en realidad la única autoridad para la fe cristiana.

Esto es lo que la Biblia dice por sí misma. El apóstol Pablo cuando le estaba escribiendo
al joven evangelista Timoteo, le dijo: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para
enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2 Timoteo 3:16).

Pablo añade: “que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo;
redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo
cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que, teniendo comezón de oír, se amontonarán
maestros conforme a sus propias concupiscencias” (2 Timoteo 4:2-3).

Un principio muestra la causa, origen o fuente de cualquier cosa.

Los principios bíblicos son verdades que sirven de base para saber cómo actuar en
diversas situaciones.

Las leyes pueden ser aplicables solo en situaciones especificas. Deuteronomio 22:8 –
“Cuando edifiques casa nueva, harás pretil a tu terrado, para que no eches culpa de
sangre sobre tu casa, si de él cayere alguno “

Para entender como seguir cierto principio en determinado caso, debemos usar nuestra
capacidad de razonar como dice Proverbios 2: 10-12 – “Cuando la sabiduría entrare en
tu corazón, y la ciencia fuere grata a tu alma, la discreción te guardará; te preservará la
inteligencia, para librarte del mal camino, de los hombres que hablan perversidades,

Entonces como constituyen los principios bíblicos a que actuemos con precaución
Salmos 36:9 – “Ciertamente contigo está el manantial de la vida; en tu luz veremos la
luz.”

Los principios Bíblicos desde el comienzo de la creación fueron fundamentados por Dios
y plasmados en la Biblia con el objetivo de orientar a la humanidad de la forma correcta
para poder ser aplicados en la vida cotidiana en todos sus campos.
Que los principios biblicos nos guien siempre

Todos tomamos muchas decisiones a diario, algunas de ellas son de poca importancia,
mientras que otras pueden cambiar nuestras vidas.

Nos sentimos agradecidos de tener el derecho de tomar nuestras propias decisiones.


Imagine como sería su vida si no tuviera esa libertad, alguien más le dictaría a qué hora
irse a dormir, como vestirse, o a que dedicarse. Nadie quería vivir así. Jehová le ha dado
a cada uno de nosotros el precioso regalo de libre albedrio, es decir la libertad de
decisión.

¿Alguna vez se ha puesto a pensar en por que Jehová nos dio ese regalo, porque nos dio
el voto de confianza si sabía que podríamos llegar a tomar malas decisiones?

Una razón muy importante es el amor, para poder darnos la capacidad de amar, Jehová
necesitaba darnos también la libertad de decidir, no pueden separarse, es imposible
tener una sin la otra.

Un ejemplo: Si yo programara mi computadora para que todos los días a las 2pm me
dijera “Marco te quiero, creo que eres una gran persona”, verdad que no sería lógico
que yo pensara que mi computadora me ama, que linda! En realidad solo se puede amar
a alguien de verdad por voluntad propia.

Ahora bien, ¿Ha puesto Jehová Dios límites a la libertad de decisión? Si, esos limites
estaban descritos en la ley mosaica y Jesús hablo de ellos más tarde. Leamos Mateo
22:37 40

Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma[a]
y con toda tu mente. Este es el grande y el primer mandamiento. Y el segundo
es semejante a él: Amarás a tu prójimo como a ti mismo[b]. De estos dos
mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas

Por lo tanto, el amor a Dios y al prójimo pone a nuestra libertad de decisión ciertos
limites. Por ejemplo: veamos lo que hacen las personas (cosas buenas y cosas malas)
nuestro libre albedrio nos permite hacer todas estas cosas, pero el amor a Dios y al
prójimo nos motiva a evitar todas las cosas malas y a hacer las cosas buenas.

Y como podemos permanecer dentro de los limites. Para ello Jehová Dios nos ha dado
el cerebro y la conciencia, pero Él sabe que necesitamos más que eso, por esa razón nos
ha dado los principios bíblicos, verdades de las escrituras que nos ayudan a tomar sabias
decisiones. Estos principios nos pueden guiar a la hora de tomar cualquier decisión.

Nuestro creador Jehová, sabe que es lo que más nos conviene y también confía en que
tomaremos decisiones basadas en los principios de su palabra, sabe que si lo hacemos
podremos ser realmente felices y estar en paz con El y con los demás.
Entonces Jehová nos a dado libre albedrio, la libertad de tomar nuestras propias
decisiones. También nos ha dado principios bíblicos que establecen los límites de dicha
libertad. Pero hay ciertas decisiones que son trascendentales, para no equivocarnos
hace falta que nos preparemos a fin de reconocer y aplicar los principios de la biblia.

Leamos Romanos 12:1

Así que, hermanos, les ruego por las misericordias de Dios que presenten sus
cuerpos como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es el culto racional
de ustedes.

¿Estamos usando nuestra facultad de raciocinio para entender los principios bíblicos?

Pongamos otro ejemplo: Los niños hacen muchas preguntas, pero a oído a un niño
preguntar. ¿Qué pasa si suelto una pelota, un lápiz o un libro? No. Ellos no preguntan
eso, pues saben que es lo que pasa con todo eso, cae al piso. Un niño no necesita una
regla para cada cosa por que comprende el principio implicado: “Todo lo que sueltas se
cae”. Y si un joven de 18 años preguntara: ¿Qué pasa si suelto este bolígrafo? Seria obvio
que no ha prestado atención a los principios básicos de la vida. De modo que si
prestamos atención a los principios bíblicos, el amor a dios y al prójimo nos llevara a
tomar decisiones correctas, aun si no contamos con una larga lista de reglas para cada
situación.

Pero ¿cómo logramos desarrollar nuestra facultad de raciocinio? Mediante leer y


estudiar cuidadosamente la biblia. No necesitamos reglas específicas, sobre que
películas ver, que canciones escuchar o que ropa ponernos porque si leemos la biblia
con atención moldearemos nuestra conciencia con sus principios lo que nos ayudara a
tomar mejores decisiones aun sin tener una lista de posibles situaciones.

El entrenamiento que le damos a nuestra facultad de raciocinio se puede comparar al


que recibe un perro guía. Un perro no entrenado podría ser de cierta ayuda a una
persona ciega. Por ejemplo, podría ladrar cuando alguien se acerque, sin embargo un
perro bien entrenado como guía seria de muchísima más ayuda. Los perros guías saben
detenerse en el borde de una acera y rodear obstáculos que podrían golpear la cabeza
de la persona. También se les enseña a desobedecer de forma inteligente, pues si el
ciego le ordena que siga caminando, si hay un peligro al frente el perro no obedece, tira
hacia atrás para protegerlo. De hecho, para que el perro adquiera esas habilidades tan
necesarias para su amo tiene que ser entrenado durante un año o mas. De la misma
manera la facultad de raciocinio puede ser de cierta ayuda, pero nos ayudara muchísimo
más si dedicamos tiempo a ejercitarla.

A fin de lograrlo podemos valernos de tres recursos:

 Ilustrar
 Analizar y
 Hallar el equilibrio
Ilustrar

El perdón

 Mateo 18:22)
 Proverbios 12:18
 Colosenses 3:13

Aquí el recurso que estamos utilizando es el de Ilustrar: crear una imagen mental de
cierta idea o principio para comprenderlo más claramente. No necesitamos ser artistas
para crear imágenes en la mente, basta con buscar cosas que puedan compararse con
aquello que se quiere visualizar.

Por ejemplo. Si el pecado es como una deuda, entonces perdonar es como cancelar
dicha deuda. Si un cometario irreflexivo es como causar una herida, entonces perdonar
es como sanar esa herida. Y si el pecado fuera un rayón en la pizarra, perdonar
equivaldría a borrarlo.

Proverbios 12:18 utiliza muy bien el recurso de las comparaciones al decir:

Hay quienes hablan como dando estocadas de espada, pero la lengua de los
sabios es medicina.

¿Cómo nos veríamos si aún tuviéramos cada moretón o cortadura que hemos sufrido
desde que éramos niños? Jehová diseño nuestros cuerpos de tal modo que las heridas
logren sanar. Pues esta imagen muestra que perdonar ayuda a sanar las heridas
emocionales. Claro aprender a ilustrar toma tiempo y requiere practica, pero vale la
pena porque es uno de los métodos más efectivos para desarrollar nuestra facultad de
raciocinio.
¿Cuáles son los principios bíblicos
para una buena toma de decisiones?

Pregunta: "¿Cuáles son los principios bíblicos para una buena toma de
decisiones?"

Respuesta: La buena toma de decisiones comienza por discernir la voluntad


de Dios. Dios se deleita en revelar su voluntad a aquellos que están dispuestos
a seguir sus preceptos (Salmo 33:18; 35:27; 147:11). Nuestra actitud hacia la
toma de decisiones debería ser la de Jesús mismo, quien afirmó, "pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya" (Lucas 22:42; Mateo 6:10).

Dios nos revela su voluntad principalmente de dos maneras. En primer lugar, a


través de su Espíritu: "Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a
toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo
lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir" (Juan 16:13;
véase también 1 Juan 2:20, 27). Y, en segundo lugar, Dios revela su voluntad a
través de su palabra: "Lámpara es a mis pies tu palabra, Y lumbrera a mi
camino" (Salmo 119:105; véase también el Salmo 19:7-9; 2 Pedro 1:19).

El proceso de la toma de decisiones incluye hacer un juicio sobre una actitud


o acción. Las decisiones son un acto de la voluntad, y siempre están
influenciadas por la mente, las emociones, o ambas. Las decisiones que
tomamos en realidad reflejan los deseos de nuestro corazón (Salmo 119:30).
Por lo tanto, una pregunta clave antes de tomar una decisión es "¿Escojo
complacerme, o elijo para complacer al Señor?". Josué establece el estándar:
"Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis…pero yo y mi
casa serviremos a Jehová" (Josué 24:15; cf. Romanos 12:2).

Dios ve el panorama completo - el pasado, el presente y el futuro de nuestras


vidas. Él nos enseña y nos aconseja mientras se revela a nosotros a través de
su palabra y el Espíritu. Dios nos ha hecho esta promesa: "Te haré entender, y
te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos" (Salmo
32:8; cf. Salmo 25:12). Habrá momentos en los que la voluntad de Dios puede
parecer indeseable o desagradable, cuando nuestro corazón siga nuestros
propios deseos en vez de confiar en Dios. Pero finalmente tendremos que
aprender que la voluntad de Dios es siempre para nuestro beneficio (Salmo
119:67; Hebreos 12:10-11).

De nuevo, la clave principal para una buena toma de decisiones es conocer la


voluntad de Dios y no seguir los deseos de nuestro corazón: "Hay camino que
al hombre le parece derecho; Pero su fin es camino de muerte" (Proverbios
14:12; cf. Proverbios 12:15; 21:2). Mientras ponemos nuestra confianza en
Dios y no en nosotros mismos, pronto descubrimos qué decisiones son
agradables para él.

En primer lugar, Dios bendice aquellas decisiones que él inicia y que se


alinean con su palabra: "Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y
por veredas derechas te he hecho andar" (Proverbios 4:11; véase
también Salmo 119:33). Segundo, Dios bendice decisiones que cumplan con su
propósito y que dependan de su fuerza: "porque Dios es el que en vosotros
produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Filipenses 2:13;
véase también Filipenses 4:13).

Además, Dios bendice aquellas decisiones que resultan en su gloria: "Si, pues,
coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1
Corintios 10:31). Él bendice decisiones que reflejan su carácter, que
promueven la justicia, la bondad y la humildad: "Oh hombre, él te ha
declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia,
y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios" (Miqueas 6:8; vea también 1
Corintios 10:31; 1 Timoteo 4:12). Y él bendice aquellas decisiones que
proceden de la fe: "Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es
necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador
de los que le buscan" (Hebreos 11:6).

No debemos olvidar la promesa de Dios de darle sabiduría a sus hijos cuando


la piden: "Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el
cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada" (Santiago 1:5;
cf. 1 Tesalonicenses 5:17). Y cuando oramos por sabiduría, debemos confiar
en que Dios responde nuestra oración: "Pero pida con fe, no dudando nada;
porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el
viento y echada de una parte a otra. No piense, pues, quien tal haga, que
recibirá cosa alguna del Señor" (Santiago 1:6-7). La paciencia también es
importante, mientras esperamos el tiempo de Dios: "Y habiendo esperado con
paciencia, alcanzó la promesa" (Hebreos 6:15).

La toma de decisiones es más difícil cuando implica una decisión dolorosa. A


veces, la forma correcta de proceder también nos perjudicará de alguna
manera. Ahí es donde necesitamos más gracia. ¿Estamos realmente dispuestos
a sufrir por la gloria de Cristo? "Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en
la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento; pues quien ha
padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que
resta en la carne, conforme a las concupiscencias de los hombres, sino
conforme a la voluntad de Dios" (1 Pedro 4:1-2).

¿Tomar una decisión hoy? Mira a la palabra de Dios en busca de dirección.


Consuélate en la paz que sólo él puede brindar (Filipenses 4:7). Pide
sabiduría, confía en sus promesas, y él guiará tu camino: "Fíate de Jehová de
todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos
tus caminos, Y él enderezará tus veredas" (Proverbios 3:5-6; ver
también Isaías 58:11; Juan 8:12).
Cómo aplicar los
Salmo 119.17-24

La idea de aplicar los principios bíblicos es malentendida con frecuencia. No


es simplemente un proceso de tres pasos: escuchar, creer y aplicar. Pues
entre creer y aplicar hay otros dos pasos: explorar y descubrir.

Explorar un principio bíblico significa estudiar la Biblia para entender 1) cuál


es el contexto que lo rodea, 2) lo que significa el principio, y 3) lo que revela
acerca de Dios. Además, debemos tener en cuenta cómo se relaciona este
principio con el resto de la Biblia. Escudriñar la Palabra de Dios ablanda la
mente y el corazón para que la nueva doctrina se plante con profundidad.

Al arar más profundamente en la Palabra, el nuevo concepto se vuelve real


para nosotros. Descubrimos cómo funciona el principio, y la forma correcta de
aplicarlo a nuestra vida. Al hacerlo, la rica verdad llega a ser nuestra. No es
simplemente pegada a nuestras acciones como una influencia externa; en vez
de eso, ponemos la verdad en nuestro corazón y nuestra mente, lo que le
permite transformarnos desde el interior.

Hacer de los principios de Dios una parte integral de nuestra vida es una
gozosa experiencia. En vez de sentir un gusto pasajero por un nuevo concepto,
la persona que se apropia de un principio se regocija en él. Y sigue cavando en
la Palabra para aprender más de los estatutos del Señor.

Un creyente que no tiene mucho que decir en cuanto a la obra de Dios en su


vida, probablemente no está aplicando la Sagrada Escritura. Escuchar y creer
simplemente no hace que un concepto se vuelva nuestro. Un principio es suyo
cuando explora la verdad, descubre el lugar de ella en su vida, y aplica el
concepto de modo que Dios pueda hacerlo funcionar.

Biblia en un año: Hechos 18-20


Principios bíblicos vs
formas
La sociedad cristiana ha ido en pos a la evolución desde la era primitiva.
Han nacido nuevas sectas, miles de personas con pensamientos
distintos sobre doctrinas, incluso, algunos aluden cosas que los demás
deben guardar como si fuesen preceptos bíblicos y esto es algo que ha
ido afectando a la iglesia a través de los años, ya que hay demasiados
pensamientos sobre las cosas. La iglesia primitiva se destacaba por
varias cosas y una de ellas es que eran de un mismo sentir (Hechos
4:32).
La iglesia debe ser lo suficientemente madura y espiritual para saber
separar lo que son “formas” y lo que son “principios bíblicos”. Las
formas tienen que ver más con nuestra cultura que cualquier otra cosa,
no todas las iglesias en el mundo tienen la misma forma de hacer
algunas cosas, pero todas deben estar marcadas por los principios de
las Escrituras. Existen distintas “formas” de hacer las cosas dentro de
la iglesia; hay algunas iglesias donde no usan ciertos instrumentos
musicales porque creen que no es correcto, otras lo usan porque sí
creen que es correcto y aquí tenemos exactamente una variante, un
grupo rebaja los principios a formas y el otro grupo eleva las formas a
principios, ¿cuál es el principio en este caso? Pues el Salmo 15o dice
que todo lo que respire alabe a Jehová.
El mayor error de la iglesia ha sido este: convertir las formas (su
manera de pensar, la cultura, sus sentimientos, lo que creen) en
principios y haciendo esto están violando los deseos de Dios para con
su pueblo, porque esto no se trata de lo que yo creo o de lo que pienso,
se trata de lo que dice la palabra de Dios, pues como dice Paul Washer:
“Nadie quiere escuchar tu opinión, ellos quieren oír lo que dice la
Biblia”.
He visto este tipo de error una y otra vez, de repente se levanta un
hermano con un “sueño” o una visión y comienza a decir que usar esto
y aquello está mal cuando la Biblia no lo prohibe en ningún capítulo.
He visto miles de veces como la iglesia se aferra a sus “formas” y las
elevan a principios y los principios los rebajan a “nada”. El corazón
latente de la iglesia es el “principio bíblico”, en torno a lo que dice la
Biblia gira toda nuestra espiritualidad, y si nosotros nos desenfocamos
de eso vamos a ser una iglesia enferma.
¿Acaso la palabra de Dios no es suficiente? Decimos un montón de
veces que creemos que es infalible, pero ¿creemos que es suficiente y
que no necesitamos nada más en la vida cristiana para conocer a Dios
y que en torno a ella gira nuestra espiritualidad?
Dejemos de cometer los mismos errores, aferrémonos a los principios
bíblicos, que sean la norma de nuestras iglesias, mas no hagamos de
las “formas” un ídolo que sustituya cruelmente a los “principios
bíblicos”.

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