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HONDURAS: HABLEMOS DE AUTISMO

Patricia Mackay Alvarado


Psicóloga
Profesor Titular I Escuela de Ciencias Psicológicas UNAH
Email: patricia.alvarado@unah.edu.hn

Desde que Leo Kanner en 1943 describió algunos síntomas y signos del autismo han
pasado grandes cambios en la clasificación, denominación, forma de diagnóstico,
evaluación y tratamiento de este trastorno del neurodesarrollo diverso. Puedo apostar que
usted ya se hizo la primera pregunta ¿Qué es el neurodesarrollo diverso?. Es un
funcionamiento diferente, el sistema nervioso de las personas con autismo no tiene una
lesión o daño orgánico o en palabras simples no está golpeado, ni roto, tampoco sus vasos
sanguíneos que lo irrigan. Tampoco está desconectado, simplemente opera de una manera
diferente; los caminos neuronales que toma la información para su análisis son distintos,
entonces la persona funciona pero no como la mayoría. Usando una metáfora tecnológica
“El autismo no es un error de procesamiento, es un sistema operativo diferente”. Es como
si usted quisiera instalar el típico Office en Linux, cuando el típico Office es para Windows.

En los estertores de la segunda guerra mundial el autismo era una rareza, ahora en el siglo
XXI no es extraño escuchar a expertos o líderes como María Isabel Bayonas de la OMA, la
Organización Mundial del Autismo, que al visitar Honduras en el año 2012 comunica
estadísticas globales que nos hacen concluir que debemos prepararnos para una cantidad
en incremento de seres humanos diferentes, con necesidades comunes y otras muy
propias de su neurodiversidad. En esta oportunidad, lanza el dato “es muy probable que
en el mundo 1 de 68 nacidos, especialmente del sexo masculino puedan situarse dentro de
Trastorno del Espectro Autista”

En este momento usted se pregunta ¿Qué es el Trastorno del Espectro Autista?


El DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales 5° edición) lo
define como un deterioro persistente de la comunicación social recíproca y la interacción
social, con patrones de conducta, intereses o actividades restrictivas y repetitivas,
pudiendo ser observados desde la primera infancia, limitando el funcionamiento
cotidiano, pero muchas veces no se manifiestan totalmente hasta que la demanda social
supera las capacidades limitadas del niño, adolescente o adulto.
El espectro del autismo asimila lo que antes del 2014 llamábamos Asperger, trastorno
desintegrativo infantil, autismo clásico, autismo de alto funcionamiento y trastorno del
neurodesarrollo no especificado porque no hemos encontrado evidencias categóricas para
esta taxonomía arbitraria. Lo que los estudios actuales muestran es la confirmación de que
ningún ser humano es igual a otro y que si bien las personas con autismo comparten una
serie de criterios y características diagnósticas, que trataremos más adelante , ningún niño
con autismo es igual a otro, no todos evidencian el mismo estrato de gravedad, los mismos
intereses o coeficiente intelectual, no todos presentan problemas de lenguaje,
discapacidad intelectual, convulsiones, enfermedades médicas en comorbilidad o
catatonia ( un conjunto de anomalías motoras y del afecto que alternan grandes períodos
de pasividad y negativismo con una actividad motriz excesiva y repentina). Por lo anterior
ahora se le denomina espectro, por estas variantes en el desarrollo y en la clínica de la
persona con autismo.

Cuando decimos que la comunicación social y la interacción social se afecta en diversos


contextos, nos referimos los profesionales a conductas como que el niño no inicia una
conversación, no relata o cuenta lo que le acontece en la guardería, el kínder o la escuela;
no le da la mirada, no le busca el rostro cuando interactúan. Muchas veces usted puede
llegar a pensar que su hijo o hija, su vecinito o ahijado tienen problemas de audición
porque no le responden al llamado o a la invitación de una plática. El niño no le lleva
amigos a casa, puede incluso estar sentado a la par de otros niños y no juega con ellos.
Otras veces solo observa, no habla y se dispone con la mirada que para nosotros no está
enfocada o podemos percibirla perdida, aunque estemos hablándole directamente. Es
común encontrar ecolalías que pueden consistir en la repetición de la última palabra que
usted dice, o el diálogo de un personaje de caricatura, imita todo lo que usted dice o la
imitación puede ser del sonido de un videojuego o de cualquier artefacto. Recordemos
que poder hablar no es lo mismo que la intención de comunicación. Muchos niños con
autismo pueden hablar, emitir palabras sin problema pero no conversan.

Al referirnos clínicamente a los patrones restrictivos y repetitivos del comportamiento, de


los intereses y actividades hablamos de movimientos como el aleteo o frotamiento de las
manos, caminar de pronto de puntillas como en el ballet, balancearse, girar una y otra vez.
Hablamos de rigidez, come siempre lo mismo, quiere ir siempre a los mismo lugares,
puede querer usar solo los zapatos de un determinado color, protestar porque cambiaron
el horario del bus, retorcerse gritar, patalear y hasta morder porque no le sirvieron la leche
en un vaso de color amarillo. Alterarse porque usted le dio jalón en su auto a alguien
cuando acostumbra solo conducir con él o ella al regreso de la escuela. También pueden
verse respuestas adversas a sonidos, personas, en otros casos una fascinación obsesiva
por las luces, etc..

¿Qué sabemos y que no sabemos aún sobre autismo?


Sabemos que una persona con autismo no tiene una enfermedad contagiosa. Sabemos
que es sujeto de derecho. Sabemos que si el diagnóstico se realiza de manera temprana o
precoz aumenta las probabilidades de inclusión escolar. Sabemos que la aceptación pronta
del diagnóstico por los padres y la familia es un proceso sufriente pero necesario para
poder luego ponernos manos a la obra. Sabemos que como profesionales estamos
llamados al acompañamiento de esta aceptación. Sabemos que el cuido, el amor, el
informase y capacitarse hace una enorme diferencia, y principalmente sabemos que
muchas personas dentro del espectro del autismo pueden lograr independencia,
insertarse y ser apreciados por su comunidad y distintos contextos.

No sabemos a ciencia cierta la causa o las causas, tenemos hipótesis y algunos hallazgos,
Liliana Kaufmann nos habla de marcadores genéticos, de metabolismo enzimático
alterado, de la contaminación por metales en la gestación, estamos caminando en cuanto
a etiología y a epigenética, en búsqueda, investigando , pero no sabemos.

Sabemos que el diagnóstico pronto es clave para la adaptación. Sabemos que la atención
multidisciplinaria es indispensable, neurólogos, psicólogos, terapistas de lenguaje, hasta la
estilista especializada en cortes de cabello para personas con TEA (siglas de Trastorno del
espectro Autista).

Como podrá ver mi estimado lector, llevamos palabras y palabras, y si no pausamos,


leería página tras página sobre autismo. Pero necesitamos saber más. Es por esta
necesidad que la Organización de las Naciones Unidas, en asamblea general el 18 de
Septiembre del año 2007 decide resolver y designar al 02 de Abril el día internacional de la
concienciación sobre autismo. Porque hay que hablar de autismo.

Es por esta necesidad, que en Honduras es aún más honda, que se necesita la encuesta
nacional de autismo; primeramente saber de la prevalencia del autismo, porque lo que
tenemos como estudios, que son pocos y valiosos aportes, para el hoy se quedan cortos,
locales, desfasados en tiempo y no satisfacen ni los números, ni las descripciones de las
personas con autismo y sus familias. Con humildad me he lanzado a la empresa, casi
aventura de hacer esta encuesta nacional de autismo como tesis para optar al grado de
Master en Psicología Clínica, y solo espero que la providencia salga al encuentro de tan
ambiciosa pero posible investigación y para lograr el presupuesto y continuar hablando de
autismo en Honduras con rigurosidad científica. Cuando esta necesidad cruzó a realidad
para mis estudiantes en las aulas del Alma Mater, de ellos nace la idea, de lo que en esta
semana aconteció como la campaña HONDURAS: HABLEMOS DE AUTISMO. Los
estudiantes inscritos en Psicofisiología II, Conducta Anormal I y Técnicas Terapéuticas I
deciden que desde el 27 de Marzo al 02 de Abril de 2017 saldríamos a concienciar, que nos
tomaríamos tiempo para hablar de autismo con quien quisiera escucharnos, acudimos a
los medios de comunicación, elaboramos material para difundir, informar, educar en
autismo; para dejar al menos en nuestro distrito central, el término autismo ya significante
para la población. Nos sumamos a un conjunto de actores que también se esfuerzan día
con día para que en Honduras hablemos de autismo.
¡Azul!

Trabajos citados
Artigas, J. (1999). El lenguaje en los trastornos autistas. Revista de Neurología, 28(2), S118-S123.

Association, A. P. (2014). Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales DSM-5 (5


ed.). Madrid: Editorial médica panamericana.

Comin, D. (17 de Abril de 2009). Verdades y mentiras sobre los tratamientos biomédicos en el
autismo. Recuperado el 31 de Marzo de 2017, de Autismo Diario:
https://autismodiario.org/2009/04/17/verdades-y-mentiras-sobre-los-tratamientos-
biomedicos-en-el-autismo/

Kaufmann, L. (2010). Soledades: Las raíces intersubjetivas del autismo (1 ed.). Buenos Aires:
Paidos.

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