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Es la historia del creativo René Saavedra, el personaje de un chileno

que regresa del exilio en México y es interpretado por el actor


mexicano Gael García Bernal, quien representa a uno de los
ideólogos clave de una propuesta que se estima movió la balance a
favor del "No".
“(La campaña) es el catalizador que permite derrotar a Pinochet y
volver a la democracia. Y todo resultó de una manera muy interesante
y democrática", señala Larraín. "Creo que es un caso único", afirma.

Es una película que corresponde a la ficción y desde ese punto intenta


contar la historia de manera interesante y atractiva; pero que a la vez
sea política y que cuente cómo se derrotan a los dictadores a través
de las urnas".
Fue la valentía de enfrentarse a un gobierno que tenía todo a su favor, fue el creer y tener fe de que las
cosas podrían cambiar aunque todo estuviera en contra, fue el alentar a todo un pueblo a expresarse
libremente a través del voto, y todo eso expresado en una simple frase: “Chile, la alegría ya viene”.

La franja del “No” fue sencillamente notable y la cinta lo expresa de manera muy fidedigna. Pese a tener a
mano conceptos como las violaciones a los derechos humanos, Saavedra se la juega por una campaña
alegre y artística, conceptos que tuvieron buena recepción entre la gente y que en el transcurso del
tiempo terminaron dando la razón.

Los 15 minutos de la oposición llenaron de mística las pantallas de los ciudadanos, a pesar del clima de
violencia que imperaba en el país, el creador del espacio utilizó un recurso digno de Gandhi: la no
violencia.
Ese mensaje de esperanza fue el que cautivó al pueblo chileno. Pueblo que perdió el miedo y se acercó a
las urnas para cambiar su futuro con una democracia libre y sin trabas.

Pese a las constantes críticas hacia su trabajo, René creyó firmemente en sus convicciones pacíficas que
lo llevaron al cambio para Chile.

Pero no todo fue color de rosas para los creativos. El clima de represión y amenazas se hacía cada vez
más fuerte, llegando incluso al hijo de Saavedra, situación por la cual tuvo que llevarlo a vivir con su ex
esposa y madre del niño, Verónica.

En tanto, por la otra vereda y con todos los recursos a mano, la opción del “Si” se la jugó por “humanizar”
al General Augusto Pinochet, sacándole el uniforme y vistiéndolo de civil.

Sin embargo, la estrategia del oficialismo de esos años no sirvió y no llamó la atención de los miles de
votantes que estaban indecisos y que finalmente fueron los decisivos en el plebiscito.

En definitiva, “No” es una cinta que representa de manera fiel y desde una mirada un tanto olvidada, los
hitos que marcaron lo que sería la campaña más creativa y contundente de la cual se tenga conocimiento.

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