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El Sida

QUÉ ES
El acrónimo sida (AIDS en inglés) significa síndrome de inmunodeficiencia humana. Los primeros
casos de sida se detectaron en 1981 en Estados Unidos, aunque probablemente existiera en otras partes
del mundo en fechas anteriores. Los científicos establecieron en 1984, que el sida es la enfermedad
causada por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH; en ingles HIV), un virus
indestructible, hasta el momento, que se transmite de una persona a otra, a través de la sangre, o
por contacto sexual.

CAUSAS
El virus del sida se transmite a través de la sangre, el semen (incluido el fluido preseminal o previo
a la eyaculación), así como el fluido vaginal y la leche materna. El virus puede introducirse en el
organismo por el recto, la vagina, el pene, la boca, otras mucosas, como el interior de la nariz, o
directamente a través de las venas. Las vías de contagio más frecuentes son:

 Por relación sexual (vaginal, oral u anal) con una persona infectada por el VIH.
 Al compartir agujas, material de inyección o de consumo de drogas.
 Por la llamada transmisión vertical (de madre a hijo).
 Ser receptor de una transfusión de sangre o de un producto hemoderivado con fecha
anterior a 1987 en España.

El virus del sida no se transmite:

 Por el aire ni por el agua.


 A través de animales o insectos (como los mosquitos).
 Por compartir los cubiertos, servilletas, los aseos o cualquier otro instrumento que no
implique contacto sanguíneo o de fluidos sexuales.
 Por las heces, el fluido nasal, la saliva, el sudor, las lágrimas, la orina o los vómitos, a no ser
que estén contagiados de sangre.
 Por tocar, besar, acariciar o abrazar a una persona infectada.

SÍNTOMAS
Entre un 50 y un 90 por ciento de las personas que se han infectado por el virus del sida experimenta
síntomas similares a un catarro o una gripe leve (cansancio, fiebre, pérdida de apetito) que remite
a los pocos días, también puede sufrir diarrea, sudoraciones nocturnas o aumento de los ganglios
linfáticos.

La única forma de saber que se ha contraído la infección es con una prueba específica realizada por
un profesional sanitario. Muchos VIH positivos no manifiestan los síntomas de presentar la infección
hasta que han transcurrido varios años, de ahí la importancia de conocer qué prácticas y situaciones
pueden determinar la infección y actuar consecuentemente.

PREVENCIÓN
Para reducir el riesgo de contagio del VIH, es necesario evitar las relaciones sexuales de riesgo y
utilizar métodos anticonceptivos de barrera, como el preservativo, así como no compartir agujas
ni materiales para el consumo de drogas inyectables.

Por primera vez este año, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha aconsejado el uso de
fármacos antirretrovirales en personas sanas como medida preventiva contra la infección. Esta
recomendación, basada en evidencias científicas, está indicada especialmente para la población de
mayor riesgo: hombres homosexuales jóvenes, que tienen muchas parejas y que no siempre mantienen
relaciones sexuales seguras.

A lo largo del próximo año 2016, está previsto que comiencen a probarse en humanos dos vacunas
terapéuticas contra el sida, en el marco del proyecto catalán Hivacat.

TIPOS
Existen varios tipos de virus del sida.

Los más frecuentes son el VIH-1 y el VIH-2. Mientras que el primero se considera responsable de la
epidemia que se ha transmitido en el mundo occidental, el VIH-2 parece limitado a la zona oriental
del continente africano. No todas las personas infectadas por el virus presentan la enfermedad, aunque
la mayoría la acaba desarrollando. Lo más frecuente es que al cabo de unos cinco o diez años, un
infectado por el VIH padezca los síntomas de la enfermedad si no ha recibido tratamiento. Aunque
no existe cura para erradicar al virus del organismo infectado, se han elaborado una serie de
medicamentos que pueden retrasar la aparición de los síntomas patológicos.

DIAGNÓSTICO
Para detectar la infección por el virus del sida es necesario realizar un análisis de sangre. En
realidad, esta prueba no busca la presencia del VIH, sino de anticuerpos que se han producido para
luchar contra el virus. Generalmente, el organismo tarda entre un mes y seis semanas hasta que se
producen suficientes anticuerpos para registrarlos en una de estas pruebas, por lo que si se ha
encontrado en alguna de las prácticas consideradas de riesgo es conveniente esperar un periodo "de
ventana" de tres meses antes de someterse a la prueba del VIH. Estos análisis son muy sencillos de
realizar y permiten establecer con certeza si existe o no infección.

En los pocos casos en que pudiera quedar duda, se realizan pruebas complementarias para confirmar
el diagnóstico, como el Western blot. No es necesario recurrir al cultivo.La determinación
cuantitativa del ARN, denominada «carga viral» se ha incorporado como prueba de rutina, pues es
muy útil desde el punto de vista pronóstico y para evaluar la eficacia del tratamiento. Permite un
diagnóstico de la infección más precoz que la detección de anticuerpos: éstos no aparecen en sangre
sino al cabo de unas 4-6 semanas. Durante ese tiempo llamado período "de ventana", el análisis para
detectar anticuerpos es negativo, pero el individuo transmite la enfermedad.
TRATAMIENTOS
El tratamiento varía dependiendo de cada paciente, pero la terapia incluye alguno o algunos de las
siguientes familias de fármacos:

 Inhibidores de la transcriptasa inversa análogos de nucleósidos (ITIAN).


 Inhibidores de la transcriptasa inversa nucleótido (ITINN).
 Inhibidores de la proteasa (IP).

Desde el pasado mes de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda a todos los
pacientes con VIH que comiencen a ser tratados con antirretrovirales lo antes posible desde la
confirmación del diagnóstico, con independencia de su cifra de linfocitos CD4. Esta indicación se
extiende también a las personas que, además de sida, presentan hepatitis C, y se basa en dos grandes
estudios publicados en 2015 que han demostrado, de manera “definitiva e indiscutible", la eficacia de
este tratamiento para mantener a los infectados con cargas virales indetectables y para controlar la
propagación del virus.

Últimos avances

La XV Conferencia Europea de Sida, celebrada en Barcelona en octubre y que contó con la


participación de más de 3.500 especialistas de 93 países, abordó como una de las principales
novedades en el tratamiento contra el VIH los resultados de los inhibidores de la integrasa, que se
están consolidando como fármacos muy bien tolerados y eficaces para el tratamiento de la infección,
como ha asegurado el copresidente de dicho congreso y jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas
del Hospital Clínico de Barcelona, Josep María Gatell. Otras investigaciones se centran en nuevas
vías de liberación retardada de fármacos como cabotegravir, todavía en fase experimental, o
rilpivirina que, mediante técnicas de nanotecnología, podrían administrarse por vía subcutánea cada
dos o tres meses, lo que mejoraría la calidad de vida del paciente y favorecería su adherencia al
tratamiento. Por último, se están produciendo novedades en el campo de los antirretrovirales. En la
actualidad, se están desarrollando varios estudios para lograr que los cócteles terapéuticos actuales,
formados por tres moléculas, puedan reducirse a dos o incluso a una sola, lo que aliviaría la
aparición de efectos adversos en los enfermos.

OTROS DATOS
Estas patologías engloban un conjunto de enfermedades que, como su nombre indica, aprovechan
"oportunamente" la situación de bajas defensas de los pacientes VIH positivos para introducirse
en el organismo. En muchos casos, se trata de enfermedades que no se desarrollarían si el sistema
inmunológico no se hallase mermado. Esto no significa que estas enfermedades sean únicamente
propias de una persona con VIH, hay muchas otras patologías además del sida, que pueden dañar al
sistema inmune. Como siempre, sólo el médico puede determinar el diagnóstico, que en este tipo de
enfermedades requiere, junto con el examen de los síntomas, un análisis de laboratorio. Algunas de
las más frecuentes son:

 Neumonía por Pneumocystis carinii.  Herpes.


 Tuberculosis.  Infecciones por MAC.
 Candidiasis.  Toxoplasmosis.
 Citomegalovirus.  Sarcoma de Kaposi.
Sida e inmigración

Una investigación realizada por el Instituto de Salud Carlos III de Madrid y presentada en el VII
Congreso GeSIDA en diciembre de 2015 reveló que el 54 por ciento de los inmigrantes que residen
en Europa y que son seropositivos contraen el VIH una vez llegan al continente. Este porcentaje
se eleva en el caso de los hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres (el 72 por
ciento) y de los usuarios de drogas inyectadas (67 por ciento). En cuanto a las zonas de origen, la
adquisición post-migración del virus del sida se detectó con mayor frecuencia en inmigrantes
procedentes de América Latina y Caribe (68 por ciento), países en los que se producen más relaciones
homosexuales. Por el contrario, las personas provenientes de África Subsahariana se infectaron en
sus lugares de origen en un 22 por ciento de los casos analizados en el estudio.

Sida y mujer

Las mujeres merecen un capítulo especial en VIH/sida, porque como colectivo poblacional está
experimentando un gran incremento de nuevos casos de infección, sobre todo las africanas y
latinoamericanas. Además, el contagio por vía sexual de varón infectado a mujer es mucho
mayor, unas ocho veces más, que el opuesto, de mujer infectada a hombre. Las razones pueden
encontrarse en que, por el momento, son más los hombres infectados que las mujeres y, además, los
órganos sexuales de la mujer ofrecen un área de exposición mayor que la del varón.

Las mujeres cuentan con otras dos características que les confieren cierta peculiaridad ante el
VIH/sida: la prevención no siempre depende de ellas y, además, forma parte de uno de los tipos
de transmisión viral, la de madre a feto. Respecto a la prevención, hay que tener en cuenta que la
vía de contagio más frecuente entre las mujeres son las relaciones heterosexuales (son muy pocos los
casos, aunque existen, de contagio por relación homosexual femenina).

La posibilidad de evitar la transmisión en una relación heterosexual depende del empleo del
preservativo y esto es algo ligado muy estrechamente a ciertos elementos culturales y de género.
La desigualdad en el seno de una relación heterosexual puede influir en el uso del preservativo, el
único método anticonceptivo que además, protege frente a la transmisión del sida y otras ETS. Junto
con esta susceptibilidad a ser infectada, la mujer genera un riesgo adicional de contagio al asumir una
maternidad. Los niños y las mujeres constituyen más de la mitad de las personas infectadas por el
virus del sida en todo el mundo. La transmisión del virus puede producirse durante la gestación, en el
momento del parto (transmisión perinatal) o posteriormente, durante la lactancia.

Lactancia

La madre seropositiva debe sopesar el riesgo que supone amamantar al recién nacido, otra de las
posibles vías de transmisión, aunque en los países subdesarrollados puede que no exista otro medio
de alimentación para el neonato; en estas regiones la OMS aconseja la lactancia, aún con el riesgo de
transmitir el VIH, porque el efecto protector de la leche materna evita que el recién nacido muera por
otras infecciones. Si a pesar de las precauciones tomadas durante el embarazo y el parto, el recién
nacido acaba infectándose, el médico estudiará el tratamiento que debe seguir.

Aproximadamente, el 20 por ciento de los niños seropositivos desarrolla sida durante su primer año
de vida y fallece a los 4 años. El 80 por ciento restante, experimenta una progresión más lenta y no
empieza a presentar los síntomas más graves hasta la adolescencia, de hecho suelen tener un peso y
un crecimiento normales, aunque pueden aparecer problemas en el aprendizaje y ciertas capacidades
motoras, como caminar.
Los niños VIH positivos sufren con mayor frecuencia que los no infectados enfermedades e
infecciones (infecciones oportunistas). Las más comunes son neumonías -la principal causa de
muerte entre los pequeños infectados-, citomegalovirus y una enfermedad poco frecuente entre los
adultos, la neumonitis intersticial linfocítica, condición que merma progresivamente la función
respiratoria -como la neumonía- y a menudo requiere hospitalización.

CONVIVIR CON EL SIDA


Algunas recomendaciones para prevenir infecciones y enfermedades en las personas seropositivas:

 Lávese las manos a menudo, con agua y jabón durante al menos 15 segundos, así evitará
transmitirle gérmenes al paciente. Si sus manos se secan puede utilizar cremas hidratantes,
pero no deje de lavarlas. Sea especialmente cuidadoso si tiene catarro o gripe.
 Cubra sus heridas y cortes, incida en las de las manos. Si tiene que curar alguna herida de
la persona infectada utilice guantes desechables. Empléelos también si tiene que limpiar el
cuarto de aseo o recoger las heces o vómitos de una persona seropositiva, así como para lavar
boca, recto o genitales de estos pacientes.
 Si tiene que administrar medicamentos a un VIH positivo a través de inyecciones, extreme
precauciones para no pincharse, es una posible vía de infección, pero no se deje dominar
por el pánico si por error se pincha; hay un 99 por ciento de posibilidades de que no se infecte.
Lave cuidadosamente la zona del pinchazo con agua y jabón y acuda al médico para que le
aconseje sobre qué hacer.
 Procure alejar a las personas enfermas de la persona infectada. Cualquier enfermedad
leve y común, como un resfriado, puede perjudicar a un seropositivo. Si está enfermo, emplee
mascarillas que protejan al paciente de posibles contagios.
 Tenga cuidado con las mascotas. Tener un animal de compañía puede beneficiar
emocionalmente a una persona infectadas, sin embargo es preferible que evite tocar sus heces,
los lugares donde vive o los útiles donde come.
 Mantenga la casa limpia. El polvo puede contener gérmenes patógenos para un VIH
positivo.
 Una persona infectada por el virus del sida puede cocinar sin peligro de contagiar a nadie.
Sólo hay que incidir en la higiene. En caso de que la persona que cocina tenga diarrea (sea
VIH+ o no) no debe cocinar, porque aparece causada por distintos gérmenes que pueden
transmitirse con la manipulación de los alimentos. Las personas no infectadas pueden
compartir con toda tranquilidad la vajilla con los seropositivos; los VIH+ no necesitan vasos,
platos o cubiertos separados, ni tampoco hay que lavarlos de forma especial, únicamente, con
agua caliente y detergente.
 Procure que la habitación del paciente se encuentre cerca del cuarto de baño.

Los pacientes con VIH/sida pueden vivir con su enfermedad durante mucho tiempo y hacer una vida
completamente normal y seguir trabajando, siempre que cumplan las pautas aconsejadas por su
médico, coman adecuadamente, duerman con regularidad y eviten el sedentarismo. Sin embargo, la
posibilidad de transmisión, el carácter crónico de esta enfermedad y el complejo tratamiento, pueden
hacer mella en el paciente y provocar frustración, rabia o depresión. Estas son algunas pautas que
pueden observar las personas que conviven con un VIH positivo, para que no se sienta solo y sí algo
más comprendido.

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