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Este libro ha sido traducido por Lluïsa Sallés y editado por la Escuela
Española Huber de Astrología como complemento a los cursos a distancia.
Barcelona, 1994
In dice
Introducción, 8
El Tipo Voluntarioso, 15
El Tipo Amoroso, 25
El Tipo Activo-Práctico, 41
El Tipo Creativo-Artístico, 55
El Tipo Científico, 65
El Tipo Devoto-Idealista, 75
El Tipo Organizativo, 87
5-
Pr efacio
In tr oducción
Ex pr esión
La primera cosa que debemos hacer es aceptar en nuestro
interior el tipo al que pertenecemos. Ello no significa que
aceptemos pasiva e inconscientemente nuestro propio carác-
ter, sin un conocimiento de nosotros mismos o sin ningún
tipo de intento por desarrollarnos, tal y como vemos que
hacen la gran mayoría de las personas, que se dejan llevar
ciegamente por todo lo que les sucede. Se trata más bien de
reconocer -de forma consciente y voluntariosa- las potencia-
lidades de nuestro tipo, así como lo que nos puede enseñar,
sus oportunidades y peligros y, finalmente, el tipo de servicio
que puede llevar a cabo en el mundo. Se trata de una acepta-
ción abierta y bien informada, que se basa en el reconoci-
miento del hecho de que sólo mediante una sabia utilización
de nuestras cualidades actuales podremos liberarnos de nues-
tras limitaciones. Esto es algo que no p odremos lograr si
seguimos ignorando nuestro tipo, desdeñándolo o intentando
evitarlo, tal y como muchos hacen, imitando a otros tipos de
forma consciente o inconsciente o corrigiendo a la fuerza las
limitaciones mediante hipercompensaciones. Por todo ello,
nuestra tarea principal debe ser la expresión y perfección de
nuestro tipo de la forma más pura y más desarrollada posible.
Con tr ol
La segunda tarea a la que debemos enfrentarnos es la de con-
-12 Tip o lo g ia h u ma na y p s ic o s ínte s is
Ar mon ización
Esta tercera tarea, que a menudo va de la mano de la prece-
dente, consiste en cultivar las facultades todavía sin desarro-
llar de nuestro actual carácter psicológico. Esto también pue-
de resultar desagradable para nuestras personalidades y pue-
de provocar reacciones conflictivas. Es algo que ocurre en
individuos del tipo artístico que son obligados a realizar un
trabajo práctico, o también en tipos sensibles confinados a un
entorno desagradable, etc. Aquí hay también que aprender
una lección vital, y es que cuanto más pronto asumamos la
tarea con gusto y conscientemente, más pronto conseguire-
mos liberarnos de las dificultades de la situación. De hecho,
cuando hayamos conseguido nuestro objetivo, éste ya no ten-
drá razón de existir.
dad y las del Yo, quisiera explicar cómo distingo entre las
dos, tanto en este caso como en el de los otros seis tipos.
Considero que son características de la person alidad aquéllas
que p ueden ser juzgadas como cualidades egocéntricas y
sep aradoras que la p ersonalidad humana p osee an tes de
entrar en contacto consciente con el Yo y sentir su influencia.
Por otra p arte, las características del Yo son aquéllas que
poseen una verdadera cualidad transpersonal y que se expre-
san cuando el Yo penetra en la personalidad con su luz, bri-
llando a través de ella y trabajando en ella hasta un punto
determinado.
2. Los antiguos judíos (y aquéllos que siguen fieles al tipo original) eran belicosos,
separatistas, llenos de orgullo y se consideraban a sí mismos elegidos; tenían un
culto verdadero y un agudo sentido de la ley; cultivaban la autodisciplina y la aus-
teridad. Algunas características de los judíos modernos que parecen diferentes y
contrarias a aquéllas pueden considerarse como sobrecompensaciones, desviacio-
nes o derivaciones debidas a circunstancias particulares y a presiones externas.
El Tip o Vo lu nta r io s o 23-