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Partiendo de que en las parejas no hay culpables e inocentes, sino que los dos forman parte
de que una pareja enfrente una crisis, cuando una pareja funciona bien es porque las dos
partes se involucran en la relación. Por otra parte, cuando funciona mal, de igual manera es
porque los dos tienen que ver en ello.
La pareja pingpong. Estas parejas están constantemente esforzándose para tener el poder,
se criaron con padres donde uno mandaba y otro obedecía, uno era el más fuerte y otro era el
más débil. Entonces estas parejas viven peleándose entre ellos, diciendo cosas como “yo
tengo mis derechos”, y por la otra parte “yo también tengo mis derechos” o “no me invadas
este espacio”, y la otra parte dice “no me invadas el mío”. Lo que está en juego en este tipo
de parejas es ver quien es el más fuerte. Es una especie de competición entre los dos.
La pareja psicoanalista. Ellos viven analizándose el uno al otro. Se dicen cosas como “a ti
lo que te pasa es que tienes un trauma de la infancia no resuelto y lo estas proyectando en
mi”. En general son parejas que estuvieron muchos años en terapias y conocen la
terminología para así usarla contra el otro.
La pareja de los buenos amigos. Estas parejas son aburridas, se llevan bien el uno con el
otro, pero tienen sólo rutinas. Se conocen muy bien, no se invaden, pero han llegado a un
punto donde han perdido el erotismo y la pasión.
La pareja que se hace la victima. Se dicen cosas como “Mi vida es una ruina por tu culpa”
o “yo no soy feliz por tu culpa” o “por tu culpa no pude estudiar”. Entonces, es como si
todos sus problemas están ahí por causa del compañero.
Se hizo una investigación donde descubrieron qué es lo que tienen en común las parejas
felices, esta investigación realizada en Estados Unidos demostró que las parejas felices hacen
determinadas cosas para estar bien.
A continuación te explico estas 3 cosas, presta mucha atención porque si las llevas a cabo,
pueden resolver determinadas crisis de pareja:
La cuenta bancaria afectiva significa que yo no puedo retirar si primero no deposito, por
ejemplo:
Esto tiene que ver con el sentido común, pero por alguna razón, tendemos a exigir y pensar
que el otro “debe” saber lo que nos ocurre. Lo que uno siembra, es lo que uno cosecha. Los
pequeños gestos de cuidado, de afecto, la caricia, la palabra, etc, hacen que cuando vengan
los momentos difíciles por los que pasan todas las parejas, tengamos afecto para poder retirar.
Uno no forma una pareja para que el compañero sea el centro de todo, tu tienes que tener tus
propios sueños y proyectos. Las parejas que tienen más de 50 años de edad vivieron en una
generación donde la mujer tenia que acompañar al hombre, criar a los hijos, estar en la casa,
hasta que el hombre se iba con otra mujer más joven y la mujer se quedaba sola sin saber que
hacer con su vida.
Tienes que pensar en ti, en lo que te gusta, lo que te inspira, lo que te apasiona, y seguir esa
línea hasta recuperar tus proyectos personales.
Esto significa darte permiso para la intimidad. Hay un ejercicio muy sencillo que se realiza en
terapias de pareja, este consiste en que el uno hable como si fuera el otro. Es decir, que ella
hable como si fuese el, y el como si fuese ella, invertir los roles. Entonces se le pregunta a el
como si fuera ella por ejemplo: “Cuéntame que te gusta hacer”, “pues, me gusta pasear”,
“¿que más te gusta?”, “me gusta gastar dinero en tiendas de ropa”, “Cuéntame que miedos
tienes”, “pues… no sé”. Aquí llega un punto en que los dos se empiezan a mirar y
desconocen a la pareja.
Uno puede pasar años con alguien y no darle lugar a la intimidad, es decir, no se le da permiso
al otro para que se adentre en nuestro territorio, siendo la intimidad el elemento más
importante en la pareja. Por eso muchas parejas pueden estar muchos años juntos y no
conocerse.
Las crisis nos permiten liberar el potencial que llevamos guardado y despertar a nuevas
realidades, esto significa que las crisis son buenas. Por otra parte, hay distintos tipos de crisis,
como:
Las crisis evolutivas. Cuando uno forma pareja, cuando se tiene el primer hijo y se forma la
crisis del primer hijo.
Las crisis accidentales. Aquí no esperamos la crisis y de pronto sucede. Como una
enfermedad, o perder el trabajo.
Las crisis estructurales. Estas crisis de pareja vienen de nuestros propios conflictos internos.
Un ejemplo es “yo en este país no consigo trabajo”, pero la realidad es que ha tenido varios
trabajos y le han echado por llegar siempre tarde y no ser responsable.
Hay un ejercicio muy eficaz y sencillo que se da en terapias de pareja para esta crisis en
cuestión, a continuación te lo comparto:
Durante una semana, el le va a dar una sorpresa a ella y viceversa por día. Todos los días
os vais a dar una pequeña sorpresa durante una semana, pero la cuestión aquí es que no hay
que decírselo, el otro lo tiene que descubrir.
Esto tan pequeño y tan simple, genera un pequeño cambio que puede generar nuevas
emociones. Porque hay parejas que ya intuyen al otro, ya saben todas sus rutinas.
Si por ejemplo tu marido no comparte nada contigo, ni su felicidad, ni su tristeza y ves que
hay un abismo entre vosotros, piensa en lo siguiente:
Cuando un hombre tiene un problema, se calla. Cuando una mujer tiene un problema, habla.
En general lo hombres hablan 10.000 palabras por día, y las mujeres 20.000. Muchas mujeres
necesitan hablar para desahogarse porque es la manera que tienen de expresar las emociones,
y los hombres en general, cuando tienen un problema se callan, y lo manejan por dentro,
entonces a veces hay que respetar estas formas diferentes de ser.
Espero sinceramente que te haya servido de ayuda éste artículo, te pido un breve comentario
escribiendo que parte te ayudó y lo que harás ahora para mejorar con tu pareja