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1) Valoración:
2) Balance personal:
Personalmente, este libro me ha resultado útil para que, poco a poco, pueda mejorar mis escritos
a base de práctica. Tiene consejos muy útiles que pueden servir para todos los jóvenes de hoy en
día que cada vez escribimos peor debido a las nuevas tecnologías como las redes sociales
(facebook, twiter, tuenti…), los móviles (sms), etc.
En definitiva pienso La cocina de la escritura debería ser lectura obligatoria para todos los cursos a
partir Bachillerato, y que así todos los estudiantes vayan mejor preparados, a la hora de redactar,
a selectividad.
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RESUMEN DEL LIBRO “LA COCINA DE LA ESCRITURA”
I. ASPECTOS GENERALES
A continuación presentare el resumen del libro “La cocina de la escritura” del autor Daniel Cassany,
el libro consta de dieciséis apartados, en el que se desarrollan secuencialmente los procesos del arte
de escribir, en donde he podido encontrar pasos, procedimientos, recetas, sugerencias,
recomendaciones, modos, ejemplos, para que la actividad de redacción sea más amena, divertida,
y no necesariamente una erudición que para muchos sea infumable o difícil de leer.
II. RESUMEN
En el primer capítulo, inicia mostrándonos la reflexión que hace el autor cuando nos dice que hay
que aprender a relativizar el conocimiento y a verlo como una explicación más certera pero no
irrefutable, esto viene a ser el motivo o razón por el cual es importante citar autores, ya que el
conocimiento se va construyendo gracias a las aportaciones de todos. A continuación desarrolla el
concepto de legibilidad, en donde el objetivo es controlar la dificultad del lenguaje escrito; es decir
que un texto tenga oraciones breves, palabras corrientes o comprensibles, un tema concreto es mas
digerible que un texto abstracto, se aconseja utilizar para reflexionar sobre la redacción, mas no es
recomendable para textos formales, que requieren de un lenguaje riguroso. En el siguiente punto
trata sobre el estilo llano, como una forma de comunicación transparente asequible para todos, es
indispensable un lenguaje apropiado al lector y al documento, en consecuencia el lenguaje llano
propone una nueva cultura comunicativa, una manera eficaz y democrática de entender la
comunicación escrita. En cuanto a los procesos de composición, manifiesta que escribir es un
proceso secuencial de etapas o actos creativos; es decir de cómo trabaja el escritor/a, describiendo
las estrategias cognitivas que utilizamos para escribir, todo lo que piensa, hace y escribe desde que
se plantea producir un texto, hasta terminarlo. En cuanto a la evolución de las lenguas, la lengua
castellana en su evolución a generado un dinamismo a los usos lingüísticos, esto se puede ver al
desarrollo de un estilo expresivo propio y adecuado a estos tiempos, de parte de los medios de
comunicación, las empresas, la enseñanza, y otros; consiguiendo así una escritura más eficaz, clara
y correcta.
En el tercer capítulo “Accionar maquinas”, se refiere a que es proceso difícil de accionar o habilitar
en el cual debes de utilizar tus habilidades o recursos para que puedas superar los distintos
momentos que tiene el proceso de escribir como explorar circunstancias, donde un escrito se
convierta o canalice una posible respuesta, entre otras a circunstancia vivida o una situación
planteada, esta respuesta dependerá en gran medida de la eficacia del escrito, cuanto más concreta
sea la reflexión, mas fácil será ponerse a escribir y conseguir un texto eficaz y adecuado a la
situación; aquí el escritor debe analizar los puntos principales de una circunstancia.
En el cuarto capítulo “El crecimiento de las ideas” se utilizan diversos recursos para buscar y
alimentar ideas, empezando a desarrollar ideas desde cero construimos un esquema completo, para
ello utilizaremos por ejemplo el torbellino de ideas donde lo primero que hago es concentrarme en
el tema y apuntar en un papel todo lo que se me ocurre. Luego otra técnica es Explorar el tema,
consiste en estudiar el tema sobre el que se escribe a partir de una lista teórica de aspectos a
considerar; es decir el explorador para ir a un lugar desconocido recurre a los antecedentes los
cuales le va servir como brújula para descubrir el terreno.
En el quinto capítulo “Cajones y Archivadores” reflexiona acerca de cómo debe ser la estructura de
un texto, ya que los apuntes e ideas que tengamos anotadas no tienen un orden ya establecido,
entonces es necesario organizarlos. El texto es el mensaje completo, que se marca con título inicial
y punto final. Cada capítulo o apartado trata de un subtema del conjunto y se introduce con un
subtítulo. Los párrafos tienen también unidad significativa y se separan en el texto. Las frases
empiezan con mayúscula inicial y terminan con punto y seguido. Cada capítulo puede tener de tres
a seis apartados o subcapítulos; cada apartado, un número variable de párrafos y cada párrafo, una
media de cuatro o cinco frases, que en total vendrían a ser, cinco o más niveles de estructuración.
En el sexto capítulo “Párrafos” nos muestra la importancia necesaria que se le debe dar al párrafo,
el autor lo define como un conjunto de frases relacionadas que desarrollan un único tema. Es una
unidad intermedia, superior a la oración e inferior al apartado o al texto, con valor gráfico y
significativo. Tiene identidad gráfica porque se distingue visualmente en la página; es decir es más
atractivo para el lector si los párrafos de un libro son proporcionales.
En el séptimo capítulo “La arquitectura de la frase”, aquí se toca la esencia de la escritura: la prosa,
la frase; los manuales de redacción aconsejan brevedad, por ejemplo unos recomiendan una media
máxima de 20 palabras por frase, otros máximo 20, y otros pone el límite de legibilidad en los 30
vocablos o en las tres líneas; el resto coincide en preferir la oración corta con pocas complicaciones.
Aconseja también limitar los incisos ya que corta el flujo natural de la frase, es importante también
podar frases irrelevantes y algunas muletillas que le disminuyen claridad al párrafo, para quedarnos
con las ideas clave del párrafo.
En el octavo capítulo “La prosa disminuida” nos da a entender que todo escrito en su fase inicial o
producto bruto presenta muchos errores que podrían restarle calidad a un escrito, fuerza expresiva,
sinuosidad sintáctica, vacíos semánticos, ambigüedades que arriesgan el éxito final de la
comunicación. Hay que identificar los detalles o las pequeñas imperfecciones; es decir hay que
aprender a pulir o limar estas imperfecciones.
En el noveno capítulo “Juegos sintácticos” a pesar de todos los consejos y normas de los anteriores
capítulos, también considera importante ejercitar nuestras destrezas sintácticas. El escritor y la
escritora deben tener la habilidad suficiente para escoger la forma más acertada de entre todas las
posibles. En el apartado “Exageraciones” considera una habilidad el hacer una oración simple de
una media de 30 palabras, a una oración larga engordada con componentes de una frase simple,
con todo tipo de complementos escogidos libremente.
En el decimo capítulo “Nueve reglas para escoger palabras” nos enseña que hay que distinguir entre
una palabra acertada y una casi acertada, este capítulo contiene reglas sobre selección léxica, las
cuales menciono a continuación: No repetir, Evitar las muletillas, Eliminar los comodines, Preferir
palabras concretas a palabras abstractas, Preferir palabras cortas y sencillas, Preferir las formas más
populares, Evitar los verbos predicativos, Tener cuidado con los adverbios en –mente, Marcadores
textuales.
En el onceavo capítulo “La textura escrita” aquí nos explica sobre la cohesión textual; es decir el
proceso de redacción requiere de ilación y fluidez, las frases de un escrito mantienen múltiples lazos
de unión, más o menos evidentes: puntuación, conjunciones, pronombres, determinantes,
parentescos léxicos y semánticos, relaciones lógicas, etc. El conjunto de esas conexiones establece
una red de cohesión del texto, la textura escondida del escrito, que le da unidad para poder actuar
como mensaje completo y significativo. Uno de estos mecanismos de cohesión es la anáfora, la
anáfora cose una frase con la siguiente con pronombres, sinónimos y elipsis, de forma que da al
conjunto un sentido congruente.
En el doceavo capítulo “El termómetro de la puntuación” aquí nos explica la relevancia de saber
utilizar los signos de puntuación, solamente echando un vistazo a los puntos y las comas de un texto,
puedes desarrollar una idea bastante aproximada de la calidad general de la prosa. Dos comas
colocadas en el lugar adecuado marcan una buena subordinada; el uso frecuente de puntos y aparte
regula el equilibrio de los párrafos; en cambio, el abuso de paréntesis, la escasez de puntos y seguido
o la presencia excesiva de comas sueltas son malos indicios. Los signos de puntuación se
interrelacionan íntimamente con el resto de la redacción, pero, por ser tan concretos, permiten
darse cuenta en seguida de los aciertos y de los errores de la prosa. Las funciones de la puntuación
son diversas: estructura el texto, delimita la frase, marca los giros sintácticos de la prosa, pone de
relieve ideas y elimina ambigüedades, modula la respiración en la lectura en voz alta, etc.
En el treceavo capítulo “Niveles de formalidad” aquí el autor nos dice que el nivel de formalidad es
la sal y la pimienta del escrito; esto quiere decir que por ejemplo una instancia con vocablos vulgares
tiene un sabor agrio. Pero aunque el comensal lector se percate de los sinsabores de la comida, no
es nada fácil hallar el punto justo de condimentación para cada comunicación: el tono directo y
picante de una nota, la sintaxis precisa de la solicitud, o la terminología técnica para un informe.
Dominar la escritura significa también percibir el valor sociolingüístico de la lengua.
En el catorceavo capítulo “La oratoria de la prosa” nos enseña a los lectores cómo pueden utilizar
recursos retóricos en sus escritos, el proceso de escribir bien no es nada fácil; la razón es que muchos
escritores y escritoras cometen algunas faltas básicas. La falta más básica que cometen es ser
repetitivos. La otra falta básica que cometen es repetir cada punto. La siguiente falta básica es ser
redundante o ser demasiado pesado, o continuar escribiendo hasta el punto de que un punto que
ya ha sido explicado debe ser explicado de nuevo para estar seguros que se haya entendido este
punto preciso.
En el quinceavo capítulo “La imagen impresa” aquí el autor señala que las páginas escritas son
imágenes visuales. Cuando las miramos, lo primero que distinguimos es un marco rectangular que
cierra una piscina de letras. Dentro de ella, las formas más destacadas (títulos, mayúsculas,
dibujos...) nos llaman la atención en primer lugar. Antes de que podamos descifrar nada, estas
formas ya nos informan sobre el texto. Nos hemos pasado tantas horas observando imágenes
escritas y tenemos tanta experiencia en hacerlo que casi somos capaces de adivinar de qué se trata
antes de empezar a leer.
CAPITULO XVI (Desde la pagina __ hasta la pagina ___)
En el último capítulo “Pintar o reconstruir” aquí el autor hace una reflexión sobre como el autor
hubiera querido poder colocarlo más adelante este ultimo capitulo, después de El crecimiento de
las ideas y de Cajones, pero antes del querer del autor debe estar presente la forma como se enlazan
muy bien uno con otro. Recalca que la revisión es esencial.
En este mundo de hoy, donde la corriente del exitismo a marcado distancia y diferencia entre
ganadores y perdedores, podemos ver que las personas que optimizan esfuerzos, recursos son los
que más se perfilan a un modelo de éxito; en el caso de la escritura, entendida como proceso tiene
puntos de flexión y adecuación, los cuales derivan de acuerdo al contexto a quien va dirigido el texto
culminado, ya que no podemos usar el estilo llano un lenguaje llano, legibilidad o texto funcional
para el común denominador de las personas, por ejemplo estamos ante un auditorio de
investigadores de talla mundial, en estos casos no se pueden omitir términos técnicos o un lenguaje
científico, por la formalidad y la rigurosidad científica con que se procesa un conocimiento nuevo.
Con respecto a la escritura respetuosa, me parece bien el planteamiento de la UNESCO al dar
recomendaciones para un uso no sexista del lenguaje, y también la moderación de las diversas
colectividades sociales (razas, sexos, orientaciones sexuales, etc.). Es importante que con el uso de
la escritura respetuosa, los autores tengan a bien respetar la diversidad, el género, las naciones, las
culturas, etc. ya que aún quedan indicios muy marcados de prejuicio hacia la diversidad.