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Por compromiso de fibras superiores del constrictor superior de la faringe el enfermo presenta odinofagia
e incluso disfagia. Hay edema en la zona lo que puede producir incluso asimetría facial. El examen en
ocasiones es dificultoso pero puede constatarse una mucosa enrojecida, edematosa, tanto por vestibular
como por lingual, con impronta del homólogo de la arcada contraria, y a nivel cervical habrá ganglios con
características inflamatorias y gran sensibilidad al palpar el ángulo de la mandíbula, si presionamos
suavemente esta mucosa se exacerba la sensación dolorosa y es posible detectar la salida de exudado
purulento.
Los microorganismos más frecuentes de encontrar en las pericoronaritis son los mismos de la flora
bacteriana oral y de ellos principalmente los estreptococos viridans, el enterococo, y eventualmente puede
haber algunos Gram (-) como el peptococo, peptoestreptococo y bacteroides pigmentados.
Fig. 4. Pericoronaritis aguda en tercer molar inferior. Note el aumento de volumen en los tejidos vecinos
al tercer molar, incluída la encía por vestibular.
5a 5b
Fig. 5. Mujer de 19 años que acudió con pericoronaritis aguda con absceso en vestibular frente al segundo
molar, al presionar con el borde del espejo, imagen de la derecha (5b), se observa como drena pus por el
surco gingival, en vestibular, y hacia distal, donde presentaba tercer molar incluído.
Por otra parte el pus que se está produciendo a nivel del 3er. molar puede migrar hacia la cara interna del
cuerpo mandibular y comprometer el espacio pterigomaxilar provocando el desplazamiento del pilar
anterior y otra posibilidad es que migre hacia el piso de boca por sobre o debajo el milohioídeo
produciendo abscesos o flegmones en piso de boca con gran compromiso del estado general y de
gravedad para el paciente.
También pueden generarse cuadros inflamatorios e infecciosos graves a partir de una pericoronaritis
pudiendo incluso presentarse una osteomielitis maxilar, lo que depende de las condiciones generales del
paciente o de las condiciones basales del hueso.
Existe la posibilidad de que el pus que se produce a nivel del saco pericoronario pueda ser el punto de
partida para problemas cardíacos, renales o articulares a causa de la bacteremia que se produce desde el
foco maxilar, pero lo más importante son las endocarditis, las glomerulonefritis o las artritis que se
producen por una reacción de antígenos cruzados debido a la semejanza estructural entre los
microorganismos y los tejidos mencionados.
Pericoronaritis Crónica
El cuadro crónico es un estado latente, prácticamente asintomático que puede sufrir reagudizaciones
periódicas, su sintomatología es similar a la de la pericoronaritis aguda pero muchísimo más apagada, y
como no es extremadamente dolorosa, el cuadro puede ser soportable para los pacientes y se mantiene
incluso por varios años antes de que decidan consultar al profesional en algunas de sus reagudizaciones.
En algunos casos observamos quistes asociados con terceros molares, especialmente en la mandíbula, y
que se deben a procesos inflamatorios crónicos, o pericoronaritis crónicas, que por su repetición
estimularían la proliferación del epitelio del saco, y llevan a la formación del quiste paradentario. En la
unidad de quistes puede encontrar más información de éste.
Se sabe también que las infecciones respiratorias se pueden desencadenar y ocurren en forma
concomitante con pericoronaritis agudas y además la cirugía para el tercer molar por pericoronaritis
puede desencadenar dichas infecciones, la mayor incidencia se ha observado tres días antes de la
pericoronaritis (Meurman, 1995).