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SANTUARIOS DE ALTURA: ESPACIO E IDEOLOGÍA.

UNA PERSPECTIVA DESDE LA


ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE

Jose Antonio Pacheco Almanza

Jose Antonio Pacheco Almanza, Universidad Mayor de San Andrés, Facultad de Ciencias
Sociales, Carrera de Arqueología, La Paz, Bolivia. (legendaj@hotmail.com)
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INTRODUCCIÓN

El en presente artículo se propone, cómo como a partir de la Arqueología del


Paisaje, se puede llegar a estudiar los Santuarios de Altura (¿por qué con
mayúsculas?), teniendo tanto un acercamiento a la parte espacial como a la
ideológica.
¿La arqueología del paisaje es sólo un método o una técnica para que sirva de
vehículo para estudiar los santuarios? No sería mejor: …mediante la concepción
integral del paisaje, propuesto por la Arqueología del Paisaje, se puede…etc.

Para tal cometido, primeramente se debe realizar una revisión del concepto de
Paisaje, donde se podrá apreciar, que el paisaje (…que paisaje…) es más que una
forma física, sino que sobre ella descansan (descansa) un mundo de ideas. Por lo
tanto se puntualiza en el concepto manejado a lo largo del (en este artículo)
artículo.

Seguidamente, (no abuses del sufijo mente) En seguida, debido a que se trata de
un estudio a partir de la Arqueología del Paisaje, ¿otra vez? es necesario e
inevitable conceptualizarla, donde se destaca su definición, metodología, objeto y
objetivo de estudio. Para lo cual también se aclarará el concepto manejado en
esta oportunidad.

Se plantea también el uso de una corriente nueva, llamada Arqueotectura, donde


se plantea que las construcciones son más que una forma física, esto nos ayudará
a tener una mayor comprensión de los significados que subyacen en una
edificación.

También (Así mismo) se resaltará, de forma muy breve, la importancia de los


Santuarios de Altura para al mundo prehispánico.
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Finalmente, una vez que se hayan establecido los conceptos, se realizará un


análisis y un planteamiento, usando todos estos puntos, para poder comprender lo
espacial y lo ideológico en los Santuarios de Altura.

EL PAISAJE EN EL MARCO DE LA ARQUEOLOGÍA

Debido a la dificultad y lo complejo que puede resultar realizar conceptualizar el término,


es necesario efectuar un breve examen epistemológico del concepto landscape, debido
que el concepto paisaje es una traslación (traducción) al español de dicho termino.

En ese entendido, nos remontamos hasta el siglo V “periodo en el cual se registra en el


inglés antiguo la palabra scieppan… [a lo cual el autor puntualiza] en este periodo
scieppan fue utilizado como verbo y significaba crear” (PAGAN 2002:8).

Posteriormente, “la palabra scieppan mas tarde se transforma en scape y scapen...


[indicando que] scieppen o scyeppend, como sustantivo significaba el creador, dios”
(PAGAN 2002:8).

Con el transcurrir del tiempo, se tuvo otras connotaciones del término “entre los siglos XI y
XIV scape, proveniente de scieppan se entendió como escape, huida… [continua] en el
siglo XIII scapen, proveniente también de scieppan, tuvo la función de verbo (marcaje, de
marcar) y significaba señalar lo que se ve entre el follaje, entre la parte alta de la
vegetación y el suelo… [acota además] esta misma palabra tenía, además, la función de
sustantivo y significaba transgresión, resbalón” (PAGAN 2002:8).

Ahora bien, “scieppan, scape y scapen parecen provenir de la palabra griega skopos, que
aún significa visión” (PAGAN 2002:8).

Es oportuno aclarar en este punto, que la palabra landscape, está constituida a su vez por
dos palabras inglesas donde “land significa tierra, campo, terreno y scape puede significar
cualquiera de las acepciones que aquí hemos expuesto” (PAGAN 2002:9).

Después de realizar esta revisión epistemológica (?) e histórica del término, el autor
realiza la definición concreta del término paisaje, donde “La palabra scape parece tener
mayor claridad junto a land cuando se entiende a la primera como visión, pero también
como creación… [por lo tanto] la unión de estas dos acepciones nos remite a la acción de
figurar, donde están presentes la visión y reacción (sensorial y/o material)… [continua]
está intrínsecamente relacionada con los significados que se generan a partir de las
relaciones dialécticas que ocurren entre el paisaje, sus componentes (tangibles o no) y el
ser humano…[finalmente] nos permite entonces percibir o experimentar el entorno no sólo
por medio de la utilización del sentido visual sino también por medio de todos los demás
sentidos que los seres humanos poseemos” (PAGAN 2002:9).

Veamos ahora otra definición de paisaje, la cual nos permitirá contrastar dos perspectivas
para así poder plantear una definición. Entonces, se tiene que “el paisaje encierra varios
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niveles cuyos contenidos son difícilmente separables… [procede] un paisaje tiene dos
estructuras fundamentales, la espacial y la visual; la consideración de ambas supone a su
vez, la incorporación de los estudios de síntesis de los enfoques procesuales (explicar) y
de la aproximación perceptual propia de los enfoques postprocesuales (comprender,
captar)… [finalmente puntualiza las dos estructuras] el análisis de la estructura espacial,
muy vinculada a la Paleografía, se centra sobre todo en las relaciones económicas, de
poder de jerarquización social. La estructura visual pretende aprehender procesos
cognitivos, simbólicos y de comportamiento” (SANCHEZ et al 1996:389). (Sánchez, et al
1996:389)

Muy bien, debido a que el fin de este artículo no es discutir ni analizar la epistemología
(¿no es etimología?) e historia del término paisaje, no se pone en tela de juicio los
argumentos planteados por Jaime Pagan, con respecto a estos dos puntos.

Dada la aclaración. Planteadas estas dos definiciones de paisaje, se puede notar ciertas
congruencias, que son importantes para las intenciones de esta propuesta. Primero, en
ambos casos se hace referencia a que el paisaje está compuesto por ciertos elementos.
Segundo, de igual modo, ambas propuestas consideran a dos elementos principales.

Jaime Pagan, por un lado, señala que estos componentes son la visión y reacción que
están presentes en el paisaje; y Javier Sánchez et al, menciona las estructuras que están
presentes, lo espacial y lo visual. Dicho esto, ambos puntualizan una parte tangible e
intangible, objetiva y subjetiva, y espacial e ideológica.

En ese sentido, a lo largo de este artículo, se propone entender paisaje como: una porción
de terreno, cuyo entorno está compuesto de una parte espacial (montañas, ríos, bosques,
arquitectura, etc.) y otra ideológica (símbolos, significados), donde se da lugar a una
interacción con el ser humano, de modo tal que sin éste, no habría una carga ideología
sobre lo espacial.

PLANTEAMIENTO DE LA ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE

Una breve reseña histórica nos permitirá ver el desarrollo de este enfoque arqueológico
esta arqueología. Los precursores fueron los paisajistas del siglo XIX, quienes se
desempeñaban en un terreno el ámbito de lo estético. Posteriormente siguieron los
geógrafos, con el objetivo de recolectar datos de observación. Durante el siglo XX, los
positivistas consideraron el territorio como elemento determinante en la organización
humana, y como espacio vital que modela a los pueblos, donde se puede apreciar un
enfoque adaptativo. A mediados del siglo XX surge la Landscape Archaeology con J.
Bradford, que muestra su interés por la arqueología de los paisajes. Y finalmente en La
Nueva Arqueología, con Renfrew y Clarke, el paisaje pasa de ser un simple entorno a ser
considerado como el conjunto de recursos que se encuentran en equilibrio con el grupo
social.

Primeramente revisemos la conceptualización por parte de Javier Sánchez et al, donde


señala que para definir La Arqueología del Paisaje “se hace necesaria un autentica
conceptualización del paisaje como objeto de estudio histórico, siempre dentro de unos
objetivos generales de investigación” (SANCHEZ et al 1996:389). Por lo tanto, para definir
esta arqueología, es indispensable definir previamente paisaje, lo cual se lo realizo en el
punto anterior por el mismo autor. De modo que, La Arqueología del Paisaje, tiene una
aproximación tanto a la parte espacial como a la parte ideológica.
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Yolanda Álvarez, proporciona las siguientes consideraciones, “La Arqueología del paisaje
considera al espacio no como un marco de los procesos históricos, o un elemento mas del
registro arqueológico… [continua] sino como un sistema integrado resultado de la acción
del hombre, donde los elemento que lo conforman son interdependientes y se
condicionan… [finalmente concluye] el estudio de las transformaciones del paisaje es
también el estudio de la evolución histórica de una comunidad” (ÁLVAREZ 1993:268).
La misma autora menciona el uso de herramientas y técnicas, que pueden ayudar al
estudio “la ventaja del uso de la fotointerpretación es que además de conocer la
localización de los yacimientos y su morfología, también permite observar el asentamiento
integrado dentro del espacio que ocupa… [también menciona] la fotografía aérea ofrece
ventajas para poder observar este fenómeno en su totalidad” (ÁLVAREZ 1993:269,271).

En la siguiente conceptualización, podemos notar de igual forma, como cómo se rescatan


los aspectos espaciales como ideológicos, que fueron definidos anteriormente, “desde la
Arqueología del Paisaje podemos reconstruir los Paisajes Arqueológicos accediendo, en
primer lugar, a la materialidad del proceso de construcción y sus productos, entendidos
estos últimos como los elementos arquitectónicos, visibles y eminentemente espaciales,
en la medida que construyen y ordenan el espacio a distintos niveles… [procede al
segundo aspecto] además de permitirnos reconocer prácticas sociales y saberes
concretos, nos acerca a la comprensión de los sistemas de representación de la realidad
que subyacen a esas prácticas… [continua con la explicación] estos sistemas
conceptuales contienen los dispositivos a partir de los cuáles las sociedades piensan,
clasifican y ordenan la realidad” (GIANOTTI 2005:2).

Pasemos ahora a revisar la metodología, el objeto y el objetivo de la Arqueología del


Paisaje “distintos tipos de paisajes culturales que tienen su correspondencia con tipos de
sociedad y formas de pensamiento concretos, y que son arqueológicamente
identificables... [señala aspectos clave de la metodología] estas premisas son la base de
los planteos teórico-metodológicos de la Arqueología del Paisaje, y constituyen los
objetivos genéricos que orientan los estudios sobre la reconstrucción arqueológica de las
formas del Paisaje [en cuanto al objeto y al objetivo de estudio] el Paisaje se torna objeto
y objetivo de investigación, y se define una metodología concreta para analizar los
distintos paisajes arqueológicos” (GIANOTTI 2005:1).

Las herramientas que permiten alcanzar nuestro objetivo propuesta desde la Arqueología
del Paisaje, se centra en “dos herramientas analíticas básicas: la deconstrucción y el
análisis formal… [procede a explicar la primera] la deconstrucción es una práctica
analítica que accede al sentido de una determinada construcción social no
reconstruyéndola, sino destruyéndola; de-construir es extraer los niveles que conforman
una realidad dada para descubrir su morfología y organización interna… [continua con la
segunda] el análisis formal o morfológico, es el análisis de las formas materiales
concretas que constituyen el paisaje, tanto las naturales (fisiográficas), como las
artificiales (materialidad producida por la acción social)” (GIANOTTI 2005:1).

Finalmente tenemos a Felipe Criado, quien a través de contextos empíricos establecidos,


establece una clasificación de distintos tipos de paisaje, tomando en cuenta para ello
como base el registro arqueológico gallego, en la Prehistoria del noroeste peninsular. Para
lo cual define cuatro tipos de paisajes: salvajes, monumentales, parcelados y
jerarquizados. Los Paisajes Jerarquizados, es ¿son? “un espacio no afectado por el
hombre, que no refleja la acción social sobre él, que se configura en términos sociales en
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función de puntos o claves naturales prominentes” (CRIADO 193:34). Los Paisajes


Monumentales, se define como “la plena humanización del entorno… [acota] iniciaron la
artificialización progresiva del medio natural” (CRIADO 193:35). Los Paisajes Parcelados,
definidos como “el paisaje o paisajes que habrían ocupado el espacio de tiempo que
media entre la ultima etapa constructiva importante de monumentos funerarios y los
primeros asentamientos fortificados” (CRIADO 1993:38). Finalmente, los Paisajes
Jerarquizados, que están caracterizados como “un paisaje cada vez mas artificializado,
mas interferido intencionalmente y activamente por los grupos humanos, se ha
intensificado” (CRIADO 1993:41). Cabe mencionar que, el autor solo realiza una
propuesta para un caso específico relacionado al registro arqueológico gallego, en la
Prehistoria del noroeste peninsular, y ningún momento señala que es una propuesta
rígida, y que es aplicable a cualquier lugar y en cualquier tiempo, esto para evitar
confusión. Pero es muy ilustrativo, para poder comprender a los acercamientos que llega
la Arqueología del Paisaje.

Se ha podido apreciar una serie de definiciones de la Arqueología del Paisaje, donde


debido a que esta corriente está ligada al concepto de paisaje, en el marco de todas las
conceptualizaciones se hace el reconocimiento de los dos aspectos definidos en el punto
anterior (lo espacial y lo ideológico). Por lo tanto, para realizar la definición en este
artículo, tomamos ciertos elementos de cada propuesta revisada, en ese entendido: La
Arqueología del Paisaje permite la reconstrucción de los paisajes arqueológicos, pudiendo
observar la parte espacial, que es la manera en que se construye y ordena el espacio, y la
parte ideológica, donde encajan las practicas sociales y saberes, lo cual permite un
acercamiento a la realidad que subyace a esas practicas.

En cuanto a la metodología y al objeto. Queda claro que el objeto de estudio es el paisaje,


sin olvidar (como se definió en el apartado correspondiente) que esta presente la
interacción entre el individuo y el paisaje. Y con cuya metodología, con el uso de las dos
herramientas analíticas básicas: la deconstrucción y el análisis forma, se puede llegar a
ver los distintos tipos de paisajes culturales que tienen su correspondencia con tipos de
sociedad y formas de pensamiento concretos, y que son arqueológicamente identificables.

Como se puede apreciar, hasta el momento se ha defino el término de paisaje, y se ha


conceptualizado a La Arqueología del Paisaje, destacando dos aspectos que son claves:
lo espacial y lo ideológico. Sin embargo, se le ha prestado mayor importancia a la partes
espacial, dejando a un lado a la parte ideológica. Es así que en la parte del planteamiento,
haciendo el uso especifico de los Santuarios de Altura, se propone una manera de
acercarse al componente ideológico, sin dejar de lado la parte espacial.

Es oportuno señalar, que a diferencia de la Arqueología Procesual o Nueva Arqueología


“no han prosperado ni han penetrado en la consideración arqueológica de la ideología y
del significado simbólico” (HODDER 1994:167). Por lo tanto, al ser La Arqueología del
Paisaje una corriente postprocesual, debe analizar “el contenido del significado y la forma
de llegar hasta el… [continua] como si hubiera un significado en el pasado” (HODDER
1994:168).

UNA NUEVA VISIÓN DE LA ARQUITECTURA: ARQUEOTECTURA

Debido a que los conceptos tradicionales consideran a las construcciones como algo
estático, realizando sobre ellos únicamente, la descripción y tipologización. A lo cual se
debe realizar una ampliación del concepto “que permitiesen a los arqueólogos interpretar
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la acción social reflejada en el registro arquitectónico de sociedades pretéritas” (MAÑANA


2002:14).

Ahora bien, dentro de esta nueva corriente, en la concepción de Arquitectura que se


plantea, están presentes los dos componentes (espacial e ideológico) que se recalcan a lo
largo de este artículo, “se entiende por Arquitectura la manipulación antrópica de un
espacio dado mediante técnicas constructivas que varían a lo largo del tiempo atendiendo
a factores sociales, culturales y económicos. La arquitectura estaría relacionada tanto con
su entorno físico como con la sociedad que la genera, siendo su forma concreta fruto de
una idea o percepción compartida por la colectividad de individuos de una sociedad, y por
lo tanto comprensible dentro de ella, directamente relacionada con los códigos de uso y
concepción del espacio y con los esquemas de pensamiento de esa sociedad. En este
sentido, la Arquitectura es ante todo forma, ya que es mediante la forma como se concreta
el registro arquitectónico, pero entendiendo que la forma no está exenta de contenido, de
significado, siendo forma y contenido dos facetas que no se pueden separar… [se
recalcan los dos aspectos] la investigación arqueológica ha girado fundamentalmente en
torno a dos conceptos básicos de espacio: el espacio tridimensional (que deriva en
estudios gramaticales, semánticos) y el espacio como experiencia vital (que a su vez
deriva en estudios sobre la percepción)” (MAÑANA 2002:14,15).

Al tratarse de un propuesta postprocesual, podemos rescatar los siguientes puntos, que


resumen el corpus de su propuesta:

 La multidimensionalidad de registro arquitectónico, “reconocimientos de su


carácter multidimensional… [continua] la disciplina se abrió a la Antropología Cultural y
Simbólica” (MAÑANA 2002:17). En este punto es importante recalcar la apertura que
existe a la dimensión simbólica, la cual no fue considerada por la arqueología procesual.

 Arquitectura como un instrumento para la acción social, donde la vivienda


edificada es “un producto cultural destinado a comunicar una información que es
manejada, consciente e inconscientemente, por el colectivo que la construye…
[complementa] desde esta perspectiva puede ser abordado el trasfondo social y simbólico
que se esconde tras el modelo de espacialidad configurado por la arquitectura” (MAÑANA
2002:17). A diferencia de la arqueología procesual, esta nueva perspectiva, trata de
ingresar sobre aquellas ideas que subyacen en las construcciones.

 La Arquitectura como signo de comunicación no verbal, “también es un objeto


simbólico de manera inconsciente dentro del marco espacial de la vida cotidiana”
(MAÑANA 2002:17). Sin duda, una construcción no es un una estructura rígida edificada
en un espacio, sino que es parte de la sociedad, sobre la cual descansan ideas y
símbolos.

 Arquitectura como paisaje cultural, que al igual que la Arqueología del Paisaje
“pretende superar la perspectiva determinista” (MAÑANA 2002:17). Debido a que
corrientes anteriores se ocupaban solo de realizar descripciones y tipologías de las
construcciones.

Sobre sus aportaciones metodológicas, dado que el fin de este articulo no es realizar un
análisis sobre la propuestas metodológica de esta nueva corriente, simplemente pasamos
a mencionarlas, de modo que las podemos resumir en los siguientes puntos:
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 La Arqueología de la Arquitectura y el estudio de construcciones históricas, las


construcciones “a lo largo del tiempo han sufrido numerosas modificaciones que han
transformado su forma inicial atendiendo a cambios culturales, problemas estructurales o
a la simple modificación de su función y uso iniciales… [puntualiza] se debe dotar de
contenido esas nuevas formas (ya que han transformado radicalmente la primera), de
contenido histórico, analizar el porqué por qué de estos cambios, y, para ello, se necesita
además un marco interpretativo” (MAÑANA 2002:18,19).

 La Arqueología de la Arquitectura y el análisis estratigráfico de paramentos, “esta


metodología deriva directamente de la arqueología del subsuelo, adaptando una de las
herramientas básicas para la excavación arqueológica… [recalca] no son restos de
Cultura Material sin continuidad de uso, sino estructuras vivas, dinámicas, que cambian y
evolucionan a lo largo del tiempo” (MAÑANA 2002:20,21).

ESPACIOS CON PODER: SANTUARIOS DE ALTURA

Rescatemos las palabras vertidas por María Constanza, quien se refiere a los Santuarios
de Altura, destacando el importante rol ideológico que desempeñaron estos lugares,
“montañas y lagunas ocupan un lugar de privilegio en las creencias y prácticas rituales
que pueblan el mundo andino… [enfoca ahora la atención a las montañas] las altas
cumbres son concebidas como moradas de deidades atmosféricas y espíritus de los
ancestros, a los que se cree íntimamente relacionados con la fertilidad y las lluvias…
[complementa] es por ello que el culto a las montañas relacionado con la fertilidad y la
lluvia tiene antigüedad milenaria en la cordillera de los Andes” (CONSTANZA 2003: 233).

Reforzamos esta idea con “las montañas andinas, en su carácter de huacas o lugares
sagrados, cumplían un rol destacado en los contenidos de las creencias religiosas
prehispánicas” (CONSTANZA 1999:27).

En las conclusiones, de la misma autora, se puede verificar, como cómo se reafirma esta
gran importancia ideológica que tienen los Santuarios de Altura, y lo que es también
importante, la relación que tienen con el paisaje, “ creencias generalizadas en el mundo
andino, tales como la de la sacralidad inherente a las montañas y lagunas de altura,
habrían contribuido a la elección de un paisaje como el de la cuenca de la Laguna Brava
para la construcción de escenarios ceremoniales de altura durante el período de influencia
Inca… [complementa] la construcción de un santuario de altura pudo haber sido
presentada ideológicamente como un gesto de homenaje del emperador inca hacia las
huacas locales y como parte del culto al Sol” (CONSTANZA 2003: 247,248).

Veamos ahora, un caso concreto en los Incas, “innumerables seres sobrenaturales eran
adorados por los Incas… [continua] cada accidente natural, cada fenómeno era
reverenciado y tomado como parte esencial de su vida... [añade] en el tiempo de los
Incas se daba por cierto que la gente se originaba en las montañas y otros accidentes
geográficos… [hace referencia a las ofrendas] las ofrendas más preciadas para los Incas
fueron las humanas, realizadas en las más altas cumbres de los Andes, las que recibían
parte de la Capaccocha, que incluía niños” (CHAVEZ 2001:284).
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Es imprescindible realizar la definición de Santuario de Altura, “preferimos utilizar


ampliamente el calificativo de ‘altura’ para todas aquellas localidades arqueológicas de
montaña que ofrezcan evidencias rituales en sus cumbres” (CONSTANZA 1999:28).

Sin temor a equivocarnos, los Santuarios de Altura, poseen una fuerte carga ideológica,
que está ligada a las creencias religiosas. En las cuales se llevaron a cabo distintas
practicas ceremoniales, realizando ofrendas a las divinidades, con el fin de que estas
respondieran a sus peticiones. En muchas de estas cumbres, se puede apreciar que se
edificaron construcciones, donde se llevaron a cabo las ceremonias, como bien señala y
describe María Constanza en su libro “Cumbres Sagradas del Norte Argentino” (1999).

PLANTEAMIENTO: ANÁLISIS DE LOS SANTUARIOS DE ALTURA POR MEDIO DE LA


ARQUEOLOGÍA DEL PAISAJE

Con el fin de evitar cualquier tipo de confusión, repasemos de manera breve los
conceptos establecidos a lo largo de este artículo.

Paisaje, está definido como una porción de terreno, cuyo entorno está compuesto de una
parte espacial (montañas, ríos, bosques, arquitectura, etc.) y otra ideológica (símbolos,
significados), donde se da lugar a una interacción con el ser humano, de modo tal que sin
éste, no habría una carga ideología sobre lo espacial.

Arqueología del Paisaje, permite la reconstrucción de los paisajes arqueológicos,


pudiendo observar la parte espacial, que es la manera en que se construye y ordena el
espacio, y la parte ideológica, donde encajan las prácticas sociales y saberes, lo cual
permite un acercamiento a la realidad que subyace a esas prácticas.

Arqueotectura, estudia la manipulación del espacio por medio de construcciones, las


cuales varían en el tiempo, según el grupo social; edificación que adoptan una forma
física, sobre las cuales descansan significados otorgados por los individuos.

De todo esto podemos resumir, en las tres definiciones planteadas párrafos arriba, se
destaca que todas siguen una misma línea, donde se reconoce dos aspectos que se han
venido recalcando a lo largo de esta propuesta. La primera, lo espacial, donde encajan
todas las formas físicas que pueden ser observadas como huellas dejadas por los
individuos debido a las actividades del cotidiano vivir. La segunda, lo ideológico, donde se
contemplan todas las formas no físicas, es decir, estas no pueden ser observadas de la
misma forma que lo espacial, por el contrario es a partir de estas formas físicas que se
puede tener acceso a lo ideológico, debido a que todos estos símbolos y significados
concebidos por los individuos descasan sobre ellas.

En ese entendido, los Santuarios de Altura, como es bien sabido jugaron un papel
importante en el mundo prehispánico. Para un mayor entendimiento, tratemos un caso
concreto, “El complejo ceremonial de altura del Volcán Licancabur”, cuyo volcán está
situado entre la frontera de Bolivia y Chile, que fue estudiado por María Constanza en su
libro “Cumbre sagradas del noroeste argentino” (1999), esta elevación tiene una altura de
5.916m de altura, en cuya cima, aproximadamente a 5.900msnm se encuentra el
santuario, compuesto por 17 estructuras, que se encuentran dispersas cubriendo varios
cientos metros de extensión, este complejo esta atribuido al Periodo Incaico (1.470 – 1532
d.C.). Este ejemplo es muy apropiado, ya que no solo se trata de un lugar de altura, sino
que también presenta arquitectura.
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Analicemos primeramente el paisaje en su conjunto (la montaña y el complejo), puesto


que la Arqueología del Paisaje tiene como objeto y objetivo de estudio al paisaje. En el
primer aspecto de su metodología se pone de manifiesto que los distintos tipos de
paisajes corresponden a distintos tipos de sociedades; dicho esto queda claro que, la
montaña fue un paisaje utilizado por los Incas (sin negar la posibilidad de que pudo haber
sido también un paisaje utilizado por sociedades anteriores).

Haciendo el uso de las herramientas que nos propone, la deconstrucción y el análisis


formal, que nos permiten acercarnos tanto a lo espacial como a lo ideológico, ideológico
como a lo espacial en ese entendido, es sabido que los Incas, veían a los lugares de
altura como huacas, es decir lugares de poder, esto debido a la cosmovisión que tenían
(lo ideológico); lo cual los llevo a incursionar en dicho paisaje, donde edificaron
estructuras (lo espacial). Entonces, la conjunción de estos dos, permitió que se realizaran
complejos ritos y ceremonias, realizando ofrendas a sus divinidades. Es importante
destacar en este punto, que lo espacial no puede ir separado de lo ideológico. No se
puede comprender la utilización de paisaje sin que estén presente los significados, dado
que el ser humano es un ser pensante.

Pasemos a analizar ahora el complejo arquitectónico por medio de la Arqueotectura, en su


marco teórico destacamos: la multidimensionalidad, la arquitectura como un instrumento
para la acción social y la arquitectura signo de comunicación no verbal; donde estos
elementos apuntan al reconocimiento de lo que hemos denominado ideológico. En
resumen, se propone que las construcciones no son edificaciones rígidas, sino por el
contrario, cargan sobre ellas significados.

En cuanto a su metodología: el estudio de construcciones históricas y el análisis


estratigráfico de paramentos. El primero, nos permite ver como cómo las estructuras
sufren cambios según las funciones y usos. El segundo, permite establecer cronologías.
En el caso de complejo ceremonial, se podrían realizar estudios de las estructuras, para
poder determinar, si es que las estructuras han sufrido modificación, tal vez ampliaciones
que sean el reflejo de una creciente actividad ceremonial y ritual (donde encajaría el
primer punto de la metodología), de lo cual a su vez se pueden establecer las distintas
etapas de ampliación (con el segundo punto de la metodología). Debemos destacar que,
en el primero de los puntos, se plantea preguntas relacionadas al porque de los cambios,
esta cuestión está directamente ligado ligada a lo ideológico, que va a tener su
repercusión en lo espacial, es decir, presuponiendo que se hayan realizado las
ampliaciones del complejo ceremonial, primero la preconcepción tuvo que estar en el
plano ideológico, lo que posteriormente se plasmo en lo espacial.

Finalmente, siguiendo el ejemplo de Felipe Criado, quien a través de su estudio establece


tipos de paisajes. Podemos plantear que los Santuarios de Altura son un: Paisaje
Sagrado; dado que están edificadas sobre las montañas de altura, las que representaron
para los pueblos prehispánicos la morada de sus divinidades (lo ideológico), sobre las
cuales se edificaron, de manera consciente, construcciones y modificación del paisaje (lo
espacial).

Entonces, nuestro Paisaje Sagrado se caracteriza por:


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 Un componente ideológico: dado que en la cosmovisión de las sociedades


prehispánicas se las veía con lugares con mucho poder, dado que ahí moraban sus
divinidades.
 Un componente espacial: esta cosmovisión los llevo a edificar construcción para
poder venerar y realizar ofrendas a sus divinidades.
 Transformación consiente del paisaje: dado que tanto el componente ideológico
como espacial, hiso que de una manera voluntaria alterara el paisaje.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

Primeramente se debe mencionar, que esta se trata de una primera aproximación, donde
se trata de analizar lo espacial y lo ideológico de los Santuarios de Altura, tratando de
combinar los planteamientos de la Arqueología del Paisaje con los planteamientos de la
Arqueotectura. Sin duda las ideas vertidas y los planteamientos pueden ser mejorados y
reforzados con la revisión de mayor bibliografía. Para así poder establecer ideas mejor
estructuradas.

Por todo lo argumentado, podemos establecer las diferencias que existen entre las
corrientes procesuales y postporcesuales dentro de la arqueología. A diferencias de la
postura procesual, tanto la Arqueología de Paisaje como la Arqueotectura, incorporan el
aspecto simbólico para el estudio. Hemos observado como cómo la Arqueología del
Paisaje, desde la misma concepción del concepto de paisaje, hace el reconocimiento de
los aspectos que se han tratado a lo largo de este articulo, nos referimos a lo espacial y a
lo ideológico. De igual forma, la Arqueotectura, pone de manifiesto que en las
construcción están presentes lo ideológico.

Evidentemente, la Arqueología del Paisaje, por las características que presenta su marco
teórico, así como su metodología, sirve, en este caso para los Santuarios de Altura, como
marco de estudio para poder analizar los componentes planteados. Complementado con
la Arqueotectura, que permite la misma aproximación en las estructuras.

Sería interesante poder profundizar en el tema, para así tener mayor conocimiento de las
virtudes que nos puede brindar tanto la Arqueología del Paisaje como la Arqueotectura,
dado que por las concepciones que tiene en común, se complementan adecuadamente. Y
puede ser una herramienta interesante de análisis en aquello sitios arqueológicos donde
se encuentre construcciones, que obviamente se encontraran en un paisaje concreto.

Por lo argumentado en el apartado del planteamiento, no se debe suponer que la


Arqueología del Paisaje solo se limita a los Santuarios de Altura, por el contrario, su
marco teórico y metodológico, desde la misma concepción del paisaje, permiten realizar
sus estudios “en cualquier lugar que haya un paisaje”.

Finalmente, rescatando las ideas adquiridas de la conferencia llevada a cabo el día 21 de


octubre del presente año en la Alianza Francesa, dictada por el Antropólogo y Astrónomo
Gonzalo Pereira, en cuya oportunidad se realizo un análisis de los pueblos originarios del
Chaco boliviano, con relación a la observación a los fenómenos astronómicos, mediante
los cuales estos pueblos determinaban las fechas siembra (solo rescatando uno de los
aspectos a modo de ejemplo), donde se hizo el uso del término Arqueoastronomia, la cual
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trata de ver el uso de los fenómenos astronómicos por parte las sociedades antiguas. En
ese entendido, sería interesante poder ver si estos Santuarios de Altura, tuvieron algún
tipo de relación con los fenómenos astronómicos: tal vez ceremonias llevadas a cabo
cuando un determinado cuerpo celeste estaba sobre el cielo o quizá la observación de
grupos de estrellas a los que ellos daban un determinado significado.

Interesante tu trabajo, y es obvio que has tenido que revisar muchas fuentes. Creo que
haces mucho énfasis en las citas textuales, muchas de las cuales, por estar
fragmentadas, no son muy claras. Tu propio resumen estaba mejor. Para ser uno de tus
artículos pioneros está bien. Tienes que mejorar la redacción y expresar mejor tus ideas,
porque en el papel no hay presión ¿verdad?

En cuanto a tu concepción de la Arqueología del paisaje no hay mucho que decir: basta
con señalar las carencias respecto a lo simbólico de la escuela anterior y listo. Sin
embargo creo que no manejas adecuadamente las escalas de análisis de paisaje. Paisaje
no se reduce a un solo elemento del entorno físico-simbólico (como a un santuario) sino
que abarca todo lo demás, incluyendo al santuario.

La carencia del enfoque (que no es atribuible a ti) está en la metodología. El problema es


epistemológico (ahora la palabra está en contexto), es decir: ¿cómo llegamos a evidenciar
lo simbólico en del registro arqueológico, sea de un paisaje o de una construcción
cualquiera?

De todos modos, está bien el artículo, tal vez deberías hacer más hincapié en lo del
santuario y sobre las construcciones (arqueotectura) del mismo en vez de otorgar tanto
espacio al significado etimológico del término paisaje. Felicidades.

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