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CTOR CODI
NA,SJ
1. INTRODUCCIÓN
Lenta pero irremediable han ido desa- Pablo VI en señal de reconciliación ecu-
pareciendo los grandes protagonistas ménica.
del Vaticano II, los papas Juan XXIII y Incluso historiadores del Vaticano II,
Pablo VI y la inmensa mayoría de obis- como G. Alberigo y E.Vilanova, han ido
pos, tanto renovadores (Suenens, Al- lentamente desapareciendo. Los cristia-
frink, Frings, Döpfner, König, Máximos nos que de alguna manera vivieron el
IV, Lercaro, Helder Cámara…) como concilio, hoy son personas ya jubiladas.
conservadores (Ottaviani y el gran opo- ¿Cómo transmitir a las jóvenes genera-
sitor Lefêbvre). De los grandes teólogos ciones de hoy un acontecimiento del
conciliares (Rahner, Congar, De Lubac, cual la mayoría de sus protagonistas ya
Schillebeeckx, Jungmann, Häring, Mu- han desaparecido?
rray…) sólo sobreviven Küng y Ratzin- Pero el problema no es simplemen-
ger, entonces muy jóvenes. te generacional o cronológico, porque
También han fallecido los monjes hay sectores de la Iglesia de hoy intere-
de Taizé Roger Schutz y Max Thurian, sados en olvidar el Vaticano II, en ente-
los observadores ortodoxos como Ev- rrar su “memoria peligrosa” o por lo
dokimov y el patriarca Atenágoras de menos en hacer una lectura light y mi-
Constantinopla, con quien se abrazó nimalista del concilio.
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¿Qué significó realmente el Vati- tituye una especie de pesadilla o inclu-
cano II que para algunos constituye el so “una cloaca”, como afirmó un lefeb-
mayor acontecimiento del siglo XX vriano? ¿Cómo recuperar hoy la memo-
(De Gaulle), el paso del anatema al diá- ria del Vaticano II para que su mensaje
logo (Garaudy), un concilio profético sea una buena noticia para el mundo de
para nuestros días (Chenu), el paso de hoy?
la Iglesia occidental a una Iglesia uni- Para ello nada mejor que recordar la
versal (Rahner), una gran gracia del época preconciliar, lo que fue el acon-
Espíritu para la Iglesia (Juan Pablo II), tecimiento del Vaticano II y cuáles han
mientras que para otros el concilio cons- sido los avatares del postconcilio.
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2. LA ÉPOCA PRECONCILIAR
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3. EL CONCILIO
3.1. Hubo un hombre enviado por hecho que le hizo comprender luego la
Dios, llamado Juan6 situación de los teólogos expulsados de
sus cátedras por Pío XII.
Angelo Giuseppe Roncalli, nacido en
1881 en el pueblito italiano de Sotto il Nombrado delegado apostólico en
Monte, de familia campesina, pobre y Bulgaria y más adelante en Turquía y
muy cristiana, nunca se avergonzó de Grecia, naciones de tradición cristiana
sus raíces y siempre conservó la senci- ortodoxa, vivió y sufrió la tragedia de la
llez y sabiduría del campo. Estudió his- división de la Iglesia y valoró la impor-
toria de la Iglesia, especialmente las tancia del ecumenismo: él subrayará
épocas de Gregorio Magno y de Carlos más lo que une que lo que divide. Du-
Borromeo, el reformador tridentino de rante la Segunda Guerra Mundial ayu-
Milán, lo cual le ayudó a tener una dó a la evacuación de la población judía
visión histórica y dinámica de la Igle- perseguida y a las familias de los prisio-
sia. En la Primera Guerra Mundial neros de guerra. Su posterior estadía
actuó como capellán atendiendo a los como nuncio en París (1944-1952) le
soldados heridos que se recuperaban en abrió a la modernidad: eran los años de
el hospital militar. Fue secretario del Teilhard de Chardin, de los sacerdotes
progresista obispo de Bérgamo Radini obreros, de la renovación teológica
Tedeschi y tras unos años de docencia francesa (la nouvelle théologie) y de los
en el seminario de Bérgamo, fue injus- desafíos pastorales sobre «Francia país
tamente acusado de modernismo, de misión». Finalmente, unos años de
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arzobispo en Venecia (1953-1958) le Juan XXIII no continuó la trayectoria
hicieron comprender lo difícil que era de Pío XII, cumbre de la Iglesia de
proclamar el evangelio en la sociedad Cristiandad, sino que cambió de mo-
moderna. delo eclesial: una Iglesia que volvía a
las fuentes de la fe y respondía a los
signos de los tiempos.
3.2 ¿Un Papa de transición? El Papa buscaba el aggiornamento
A la muerte de Pío XII en 1958, Ron- de la Iglesia, palabra típica roncalliana
calli es elegido Papa como un Papa de que significaba la puesta al día de la
transición pues no se veía fácil superar Iglesia, diálogo con el mundo moderno,
el pontificado de la figura noble, culta y inculturación en las nuevas culturas,
en muchos aspectos extraordinaria del vuelta a las fuentes vivas de la Tradi-
Papa Eugenio Pacelli. ción cristiana, renovación doctrinal y
Roncalli representaba otro estilo pastoral, un salto hacia delante, incre-
humano y eclesial, un Papa campesino, mentar la fe, renovar las costumbres del
bajo y regordete, bonachón y perspicaz, pueblo cristiano, poner al día la disci-
que comenzó haciendo un guiño histó- plina eclesiástica. Como el Papa le ex-
rico al asumir el nombre de Juan XXIII, presó a un obispo africano, se trataba de
un antipapa depuesto por el concilio de abrir la ventana para que un aire nuevo
Constanza. A sus 77 años de edad sor- entrase en la Iglesia y sacudiese el pol-
prendió a todo el mundo al convocar en vo acumulado durante siglos.
1959 un Concilio Ecuménico que debía Poco a poco se fueron concretando
completar lo que el Vaticano I (1870) más los fines del Concilio: diálogo con
había dejado inacabado, pero que no el mundo moderno, renovación de la
debía ser la mera continuación de este, vida cristiana, ecumenismo y devolver
sino un nuevo Concilio, el Vaticano II. a la Iglesia el rostro de la Iglesia de los
Él mismo reconoció que esta idea «le pobres.
brotó del corazón y afloró a sus labios Y comenzaron cuatro años de pre-
como una gracia de Dios, como una luz paración, con consultas a toda la Igle-
de lo alto, con suavidad en el corazón y sia, de las que salieron algunas peticio-
en los ojos, con gran fervor». nes tan dispares como la condena del
Muchos eclesiásticos quedaron ató- comunismo, el fomento de la devoción
nitos, creyeron que el Papa era ingenuo, a san José o la moralidad en las playas.
precipitado, impulsivo, inconsciente de Una sorpresa todavía mayor causó
las dificultades con las que se debería el discurso inaugural del Concilio el 11
enfrentar con la misma curia romana, o de octubre de 1962. La Iglesia, dijo
que tal vez chocheaba. Sin embargo la Juan XXIII, no quiere condenar a nadie,
idea despertó gran entusiasmo en todos prefiere usar la compasión y la miseri-
los movimientos eclesiales y teológicos cordia, desea abrirse al mundo moder-
de la época, tuvo un gran impacto ecu- no y a todos los cristianos, ofrecerles el
ménico y suscitó en todo el mundo cris- mensaje renovado del Evangelio. Fren-
tiano una gran esperanza. En realidad te a “los profetas de calamidades”, Juan
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XXIII profesa un optimismo esperan- mundo. Quedaba flotando en el aire
zador basado en la acción de Dios en la el interrogante sobre el futuro del Vati-
historia. También distingue el conteni- cano II.
do esencial de la fe de las adaptaciones El nuevo Papa Pablo VI, cardenal
a las nuevas circunstancias del tiempo y Giovanni Battista Montini, aseguró la
de la cultura. continuidad conciliar. Montini tenía un
Este discurso, según el historiador talante muy diferente al de Juan XXIII:
Alberigo, constituye el acto más rele- menos carismático, menos intuitivo,
vante del pontificado roncalliano y uno hombre de la curia vaticana, intelectual,
de los más desafiantes de la Iglesia en buen conocedor de la teología sobre
la edad moderna. Es, como el Papa que- todo francesa, dubitativo –le llamaban
ría, un salto hacia delante. Hamlet–, buscaba ante todo el bien y la
Cuando en la noche de aquel histó- unidad de la Iglesia y condujo el Con-
rico día, el Papa –cansado de la larga cilio a buen término, pero en el postcon-
ceremonia de la inauguración– se aso- cilio sufrió mucho y llegó a decir que el
mó a la plaza de San Pedro iluminada y diablo había entrado en la Iglesia…
repleta de gente, ponderó la luna llena
que brillaba, saludó a todos y pidió a
los padres de familia que al llegar a sus 3.3. Claves de lectura del
hogares abrazasen a sus hijos de parte Vaticano II
del Papa. Algo estaba cambiando en la Más que explicar detalladamente los 16
Iglesia… Las “florecillas” del Papa documentos del concilio (4 constitucio-
Juan reflejan este nuevo estilo. nes, 9 decretos y 3 declaraciones), su
Inaugurado el Concilio, pronto se contexto, su génesis y su hermenéutica,
vio que los obispos llegados de todo el preferimos dar algunas claves de lectu-
mundo a Roma no iban a limitarse a ra que permitan detectar las constantes
aprobar sin más los documentos que las de fondo de todos los documentos que
comisiones de la curia vaticana habían revelan el espíritu de aggiornamento
preparado. Las intervenciones en el conciliar de Juan XXIII.4
aula conciliar de los cardenales Joseph
Frings de Alemania y Achille Liénart
de Francia consiguieron que se creasen 3.3.1. Nueva postura ante el mundo:
«legítima autonomía de la creación»
nuevas comisiones con los obispos de
la periferia, como se llamaba a los ve- Esto traduce la postura de Juan XXIII
nidos de fuera. de realismo y apertura a todo el mundo,
Pero toda esta ilusión pareció venir- su bondad, su mirada tierna, el buscar
se abajo cuando, al acabar la primera hacer bien a todos y no ser profetas de
sesión del concilio, los rumores de la calamidades, sino optimistas y miseri-
enfermedad del Papa se difundieron por cordiosos.
doquier. La muerte serena y creyente de La teología anterior era profunda-
Juan XXIII el 3 de junio de 1963 im- mente dualista (cuerpo y alma, tierra y
pactó no sólo a la Iglesia sino a todo el cielo, mundo e Iglesia, profano y sagra-
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do, naturaleza y gracia…). El Vaticano rra están destinados a todo el mundo
II, sobre todo en Gaudium et spes [GS 69]. Dentro de esta valoración de
(Constitución pastoral sobre la Iglesia la persona se destaca el respeto a la li-
en el mundo contemporáneo) deja esta bertad religiosa, afirmación novedosa,
postura para afirmar que Dios y el mun- pues en 1832, el Papa Gregorio XVI en
do no son dos rivales, sino que el mundo Mirari vos, la llamaba delirio y error
es obra de Dios, Dios es el misterio últi- pestilente y Pío IX en1864 la conde-
mo del mundo, el mundo es sacramen- naba en el Syllabus. El documento
to de Dios, lo mundano es constitutivo Dignitatis humanae está consagrado a
de la Iglesia y del cristiano, y por tanto defender la libertad religiosa: cada per-
sólo existe una historia única de salva- sona tiene el derecho a seguir su propia
ción. La Iglesia no se considera supe- conciencia en materia religiosa.
rior al mundo o contra el mundo mo- Pero el concilio no es ingenuo, reco-
derno, sino que está inserta en el mundo noce la presencia del mal y del pecado
y en la historia. Se pasa del anatema al en el mundo y una lucha constante
diálogo, se toma en serio el progreso entre la luz y las tinieblas [GS 13].
humano y se reconoce la autonomía de Por esto mismo condena todo aque-
la creación [GS 36]. Por esto la Iglesia llo que destruye la dignidad de la crea-
no sólo da, sino que recibe del mundo ción, el pecado que esclaviza a la per-
[GS 44] y no siempre los pastores tie- sona humana [GS 13-14], el ateísmo
nen la respuesta a todas las cuestiones [GS 19-21], la discriminación racial,
[GS 43]. sexual o cultural [GS 29], el egoísmo
Por esto el Vaticano II inicia un que degrada el trabajo humano [GS 37]
nuevo método teológico, inductivo. Es y la cultura [GS 56], las desigualdades
la llamada doctrina de los signos de los económicas [GS 66], el totalitarismo y
tiempos [GS 4:11;44], que descubre a la dictadura [GS 75] la tortura y la gue-
Dios en los acontecimientos, sabiendo rra [GS 82].Y todo ello está fundamen-
que el Espíritu del Señor dirige la his- tado en Cristo, el hombre nuevo [GS
toria y derrama semillas del Verbo en 22, 45].
todas las culturas. Se inicia una teología
Consecuentemente la misión de la
pastoral, que no es simple aplicación
Iglesia no es simplemente religiosa y
del dogma a la práctica, sino que ve lo
espiritualista, sino integral y puede de-
pastoral como constitutivo de la misma
cir su palabra evangélica a la sociedad
teología, como punto de partida y punto
de llegada. El Vaticano II será un Con- siempre que lo exija el bien de las per-
cilio pastoral. sonas [GS 76].
Para concretar lo dicho, podemos
ver cómo el Vaticano II tiene una valo- 3.3.2. Redescubrimiento de
ración positiva de toda la creación, de la comunidad: «el Señor constituyó
la persona humana [GS 12-17], del tra- un pueblo»
bajo [GS 33-36], de la cultura [GS 53- Frente a una situación marcada por el
62], afirmando que los bienes de la tie- individualismo económico, social, polí-
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tico y religioso, se redescubre la impor- III], a los laicos [LG IV] y a la vida reli-
tancia de la dimensión comunitaria. El giosa [LG VI]. La jerarquía y los diver-
ser humano es social, varón-mujer [GS sos carismas están al servicio del Pue-
12], la familia es la primera comunidad blo de Dios, se orientan a la comunidad
humana [GS 47-52], la vida humana y son colegiales. La afirmación de la
está llamada a la comunidad, a formar colegialidad episcopal de todos los
una sola familia entre todos, a imagen obispos con el Papa se sitúa en esta vi-
de la Trinidad, buscando el bien común sión comunitaria y sinodal de la Iglesia
de todos [GS 23-32], una comunidad [LG 22-23]. También el reconocimien-
económico-social, donde los bienes sir- to de la autonomía de las Iglesias loca-
van a todos [GS 63-72], una comunidad les en comunión con Roma brota de es-
política que respete los derechos de to- ta visión no piramidal sino colegial de
dos y busque el bien común [GS 73-76], la Iglesia [LG 23]. La eclesiología de la
una comunidad internacional, en paz, Lumen Gentium, centrada en el pueblo
colaboración y justicia [GS 77-91]. Es- de Dios, en la Iglesia local y en la cole-
to se fundamenta en Cristo que quiere gialidad episcopal será, ante todo, una
formar la comunidad de hijos de Dios eclesiología de comunión. De este mo-
[GS 32]. do se pasa de la eclesiología de Cris-
Pero esta dimensión comunitaria tiandad del Segundo milenio a la ecle-
insinuada ya en Gaudium et spes, al- siología de comunión típica del Primer
canza su dimensión eclesial en la Cons- milenio.
titución dogmática sobre la Iglesia Esta preocupación por la comunidad
Lumen gentium. El primer esquema y la comunión es la que lleva a abordar
elaborado por la curia romana fue re- el tema del ecumenismo con las Igle-
chazado por ser considerado clerical, sias cristianas [LG 15] y el diálogo con
triunfalista y legalista, es decir típico de las religiones no cristianas [LG 16], que
la Iglesia de cristiandad del Segundo se desarrolla más ampliamente en el
milenio. El nuevo documento define a Documento sobre el ecumenismo (Uni-
la Iglesia como una comunidad unida tatis redintegratio) y en la Declaración
por el Padre, el Hijo y el Espíritu [LG sobre la relación de la Iglesia con las
4], pueblo de Dios [LG II] en marcha religiones no cristianas (Nostra aetate),
hacia al escatología [LG VII], misterio respectivamente.
y sacramento de salvación [LG I], pre- Después del Vaticano II, este espíri-
cisamente en cuanto comunidad que tu comunitario se reflejará en las confe-
nace del bautismo y que responde al rencias episcopales, sínodos, consejos
plan de Dios quien quiso salvar a la pastorales, la preocupación por la paz
humanidad no de forma aislada sino del mundo, diálogos… El mismo Pablo
constituyendo un pueblo que le cono- VI dedicó su primera encíclica Eccle-
ciera y sirviera santamente [LG 9]. siam suam, al diálogo.
Por esto fue una verdadera revolu- Ahora bien, un lugar prioritario don-
ción eclesiológica el anteponer el pue- de se manifiesta el misterio de la Iglesia
blo de Dios [LG II] a la jerarquía [LG comunidad y comunión es la celebra-
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ción litúrgica, sobre todo la eucaristía. ma concreta de expresar que la Iglesia
Por ello no es casual que el primer do- es una comunidad de bautizados en la
cumento aprobado por el concilio fuese que todos somos iguales ante la Palabra
la Constitución dogmática sobre la li- y ante Dios.
turgia (Sacrosanctum concilium), que
recoge y profundiza los aportes del 3.3.3. Retorno a las fuentes: «Cristo
movimiento litúrgico de los años 50. mediador y plenitud de la revelación»
Ya vimos cómo la liturgia eucarísti-
Juan XXIII era un hombre tradicional,
ca preconciliar, idéntica desde Trento
pero arraigado en la verdadera Tradi-
(1545-1563), reflejaba la eclesiología
ción, que quería que la Iglesia fuese
de Cristiandad. Un cambio de eclesio-
como las fuentes de los pueblos, siem-
logía implica también un cambio litúr-
gico, porque la liturgia es la celebración pre dispuestas a ofrecer a todo el mun-
de la salvación de Cristo en comunidad do el agua viva del evangelio, pero sin
y nos hace penetrar en el misterio pas- forzar a nadie a beber de esta agua.
cual: la eucaristía es fuente y cumbre de La Iglesia de cristiandad había vi-
la vida cristiana [SC 10]. vido muy centrada en leyes, normas y
La liturgia según el Vaticano II no estructuras. Pío VII, en 1816, mandó
es una acción de solo el sacerdote sino retractarse al obispo Mohilev, por haber
que toda la asamblea es el sujeto de la recomendado a todos los cristianos la
celebración, las acciones litúrgicas no lectura de la Palabra de Dios; ahora el
son devociones privadas sino celebra- Vaticano II propicia una vuelta a las
ciones de toda la Iglesia, de todo el pue- fuentes, a los orígenes de la verdadera
blo de Dios [SC 26] que participa acti- Tradición, a Cristo. Por esto el Concilio
vamente en la celebración [SC 17;18; vuelve a la Palabra de Dios, sobre todo
30]. Es necesaria, tanto para el clero en la Constitución dogmática sobre la
como para los fieles, una reforma y edu- Palabra de Dios (Dei Verbum). Este
cación litúrgica [SC 15-18]. La Palabra acercamiento a la Palabra propiciará
es la que da Espíritu a la liturgía [SC el diálogo con las Iglesias de la Refor-
25;33]. ma.
Consecuencia de esta nueva visión Siguiendo las pistas del movimiento
teológica es la reforma litúrgica con las bíblico, el Concilio devuelve a la Pala-
transformaciones en los ritos: lengua bra el lugar central en la vida cristiana:
del pueblo, lecturas bíblicas abundantes «desconocer la escritura es desconocer
y escogidas, reforma del marco de la a Cristo» (DV 25, citando a S. Jeróni-
celebración: altar de cara al pueblo, se- mo). Si la teología tradicional conside-
de en el centro, sagrario a un lado, ple- raba la revelación como un conjunto de
garia de los fieles, saludo de paz, comu- verdades que Dios nos había comunica-
nión bajo las dos especies, renovación do (o incluso dictado) y que constituían
de los rituales de los sacramentos, etc. como «el depósito de la fe», el Concilio
Todas estas reformas litúrgicas no entiende la revelación como la comuni-
son una concesión a la moda sino la for- cación viva de Dios en la historia por
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medio de Jesús y del Espíritu: la reve- jerarquía de verdades de modo que no
lación no son sólo ideas, es la vida del todas tienen la misma fuerza e impor-
Espíritu que se nos comunica en la per- tancia [UR 11]. No es lo mismo negar
sona de Jesús. la divinidad de Jesús que el primado de
Así aparece que lo primero no es la Pedro.
búsqueda de Dios por parte del ser
humano sino la libre comunicación del 3.3.4. Redescubrimiento del Espíritu:
Señor a la humanidad en la creación y «el Espíritu del Señor llena
en la historia. La revelación se nos el universo»
comunica no sólo a través de palabras, Juan XXIII veía el Vaticano II como un
sino también a través de hechos, como soplo del Espíritu en la Iglesia, como
la liberación del Éxodo o el misterio renovación y aggiornamento, un ver-
pascual de Jesús. Dios que nos habló en dadero Pentecostés. El viento que de-
el pasado a través de su Hijo, mantiene
bía renovar la Iglesia y sacudir el polvo
hoy un diálogo con la esposa de su
de siglos pasados era el soplo del Espí-
Hijo, la Iglesia [DV 8].
ritu.
A través de la contemplación, el es-
tudio, la experiencia espiritual y la pre- El Espíritu, muy olvidado por la
dicación, la revelación puede ser mejor teología y por la Iglesia latina, es redes-
comprendida y profundizada [DV 8]. cubierto por el Vaticano II. A ello con-
Puede ser estudiada científicamente y tribuyó, sin duda, la presencia en el
con métodos modernos, pero siempre Concilio de los observadores cristianos,
dentro de la fe de la Iglesia, que tiene el sobre todo de los cristianos ortodoxos
Espíritu del Señor. Frente a los que de- de la Iglesia oriental, que siempre acha-
seaban hablar de las dos fuentes de la can a los católicos su poca sensibilidad
revelación, Vaticano II afirma que la al Espíritu. Este Espíritu es la clave
Tradición de la Iglesia y la Escritura silenciosa y oculta pero presente y vivi-
[DV 9] proceden de la misma y única ficante que ilumina todos los documen-
fuente: Cristo y su Espíritu . tos conciliares. El concilio es un acon-
Para el concilio la Palabra revelada tecimiento del Espíritu que sopla donde
en la Escritura [DV] está presente en la quiere.
Iglesia [LG 1-2;8] y actuante en la litur- El concilio reconoce y reafirma que
gia [SC] y ha de ser el alma del estudio el Espíritu actúa en el mundo, en el
de la teología. Toda la Iglesia está bajo Antiguo Testamento, en los profetas, en
la Palabra de Dios. Esta afirmación con- Jesús y es el que vivifica, santifica, guía,
ciliar se profundizará luego en la Iglesia instruye, unifica, renueva y rejuvenece
y hallará una nueva expresión en la la Iglesia [LG 4]. El Espíritu inspira las
Exhortación postsinodal de Benedicto Escrituras, las cuales deben leerse a la
XVI, Verbum Domini (2010). luz del mismo Espíritu [DV 7;9;12;18;
Es interesante también recordar que 21]. El Espíritu actúa en los sacramen-
el Decreto sobre ecumenismo, (Unitatis tos de la Iglesia y sobre todo en la euca-
redintegratio) afirma que existe una ristía [SC 6,43]. El Espíritu unge inte-
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riormente a los fieles y les da el sentido 3.4. La síntesis final de Pablo VI:
de la fe y su adhesión infalible a ella una espiritualidad samaritana
[LG 12], derrama dones y carismas so- El discurso de clausura del Vaticano II
bre todos los bautizados [LG 12], susci- de Pablo VI del 8 de diciembre de
ta vocaciones a la vida religiosa [LG 1965, sintetiza toda esta novedad:
44-45] y transfigura la historia y el
mundo hacia la plenitud escatológica «La religión del Dios que se ha
del Reino [GS 37-39]. La vida cristiana hecho hombre, se ha encontrado con
es, pues, una vida según el Espíritu. la religión –porque tal es– del hom-
El Espíritu es el que ha suscitado el bre que se hace Dios. ¿Qué ha suce-
movimiento ecuménico en estos últi- dido? ¿Un choque, una lucha, una
mos años [UR 1,4] y el que actúa en las condenación? Podía haberse dado,
restantes comunidades cristianas [LG pero no se produjo. La antigua histo-
15; UR 3-4]. Más aún, si el Vaticano II ria del samaritano ha sido la pauta
afirma que fuera de la Iglesia hay posi- de la espiritualidad del Concilio. Una
bilidad de salvación –porque la Provi- simpatía inmensa lo ha penetrado
todo. El descubrimiento de las nece-
dencia no niega los auxilios necesarios
sidades humanas –y son tanto ma-
para la salvación a los que sin conocer
yores cuanto más grande se hace el
la revelación siguen una vida recta [LG
hijo de la tierra– ha absorbido la
16]– es porque el Espíritu Santo ofrece
atención de nuestro Sínodo.» (nº 8)
a todos la posibilidad de que, en la for-
ma de sólo Dios conocida, se asocien «Y si recordamos, venerables her-
a misterio pascual de Cristo [GS 22]. manos e hijos todos aquí presentes,
En el fondo del Decreto sobre el ecu- cómo en el rostro de cada hombre,
menismo (Unitatis redintegratio) y de especialmente si se ha hecho trans-
la Declaración de relación con los no parente por sus lágrimas y por sus
cristianos (Nostra aetate) subyace la dolores, podemos y debemos reco-
misteriosa pero eficaz presencia del nocer el rostro de Cristo (Mt 25,40),
Espíritu. Este mismo Espíritu es el que el Hijo del hombre, y si en el rostro
mueve desde dentro la actividad misio- de Cristo podemos y debemos ade-
nera de la Iglesia (Ad gentes). más reconocer el rostro del Padre
Pero el Espíritu no sólo es el que celestial –«Quien me ve a mí»– dijo
conduce a la Iglesia a su plenitud esca- Jesús –«ve también al Padre»– (Jn
tológica sino el que dirige la historia de 14, 9), nuestro humanismo se hace
la humanidad, llena el universo y se cristianismo, nuestro cristianismo
manifiesta en los signos de los tiempos se hace teocéntrico, tanto que pode-
[GS 4;11;44]. Por ello mismo recono- mos afirmar también: para conocer
cer la libertad religiosa (Dignitatis hu- a Dios es necesario conocer al hom-
manae) no es ceder a la moda del rela- bre.» (nº 16)
tivismo ni negar la identidad cristiana El espíritu del aggiornamento de
sino responder a un signo de los tiem- Juan XXIII había invadido todo el con-
pos del Espíritu. cilio, del comienzo al fin.
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