Escuela Normal Superior del Estado de Puebla

Licenciatura en Educación Secundaria con Especialidad en Inglés

El laicismo: seis tesis contrarias a la educación pública
Alvarado Simón Karen Inés

Primera tesis: Se ha afirmado que la enseñanza pública controla y “cuadricula” la

mente de la población y que el laicismo es un instrumento antirreligioso.

Esta primera tesis toca dos puntos. El primero, el control de la mente de la

población a través de la enseñanza pública, a lo cual el autor responde que la
educación pública se deriva de las facultades y obligaciones que le imponen la
Constitución y sus leyes reglamentarias. Pero entonces yo me pregunto, sino es el
mismo Gobierno el que hace las leyes, ¿entonces quién?

El Gobierno es el que crea los planes de estudio para la educación básica y los
docentes están atados de manos en cuanto a la modificación de los contenidos; y
todavía el autor dice no creer que exista una sola idea particularista ni alguna
intención insidiosa. Desde mi punto de vista, el Gobierno nos imparte únicamente
lo que quiere que aprendamos.

En el segundo punto, el laicismo como un instrumento antirreligioso, concuerdo

con el autor cuando dice que ser laico significa reconocer el derecho de todos a
practicar una religión, claro que, hacerlo fuera del ámbito escolar.

Segunda tesis: Se sostiene que las orientaciones oficiales son positivistas y

obstaculizan la formación valoral de niños y jóvenes.

Como respuesta a esto, el autor señala los valores proclamados en la escuela

pública: tolerancia, democracia, igualdad de sexos, razas y orígenes sociales, y el
respeto a la dignidad de las personas. A lo cual no me opongo, en teoría existe un
balance entre la formación científica y la formación de valores.

Sin embargo, lo que pongo en tela de juicio es esa supuesta formación de valores.
Para 1997 –año de la publicación del texto- existían docentes que golpeaban a los
niños, es más, era algo común; tampoco faltaban los alumnos “favoritos”, que
siempre gozaban de mayores privilegios que el resto del grupo; y en la actualidad
existe controversia en niños transgénero y con los hijos de parejas homosexuales.
Entonces, ¿dónde quedaron esos valores que tanto proclama la escuela pública?

Tercera tesis: Se argumenta que el pluralismo moderno justifica que las iglesias
participen en la educación pública.
Como lo menciona el autor, en la educación sostenida por los particulares se
ejerce abiertamente este derecho. Pero la educación pública es una cosa aparte.
Y es precisamente por ese pluralismo, que la religión no puede llevarse a las
escuelas ya que sería, en palabras del autor, enormemente dañino para el
ambiente de armonía y de propósito común que los niños y jóvenes necesitan
aprender.

Cuarta tesis: Se considera que los libros de texto gratuitos son el principal
instrumento de control gubernamental sobre las ideas de la población.

En este punto, el autor defiende la creación de los libros de texto utilizando

palabras como “hasta donde lo ha permitido la capacidad de la Secretaría”,
“hemos tratado”, “hemos intentado”. Y aquí me regreso a la primera tesis, la
Secretaría tendrá permitido hasta donde la faculten la Constitución y sus leyes, y
volvemos con la pregunta: ¿Quiénes hacen las leyes?

¿Y por qué utilizar los verbos “tratar” e “intentar”? Retomo una frase bastante
famosa: “Hazlo o no lo hagas, pero no lo intentes”. Tratar o intentar es
definitivamente no lograrlo.

Quinta tesis: el carácter gratuito de los libros es ficción, puesto que su costo se
cubre con los impuestos que pagamos los mexicanos.

Me parece que en este punto no hay discusión. Es obvio de dónde salen los
recursos para la educación pública. La pregunta sería: ¿Qué tanto presupuesto se
le otorga a la educación en comparación con otros aspectos como la salud o la
seguridad? ¿Es la educación más o menos importante? Y de ese presupuesto,
¿cuánto realmente llega a las escuelas?

Sexta tesis: El debate, y la polémica en general, dañan a la educación porque

producen intranquilidad y confrontación.

Defiendo la idea del autor del debate serio e informado, no solo en cuanto a
educación sino, como él menciona, en torno a todos los problemas colectivos
reales. Desde mi punto de vista, la ignorancia es nuestro peor enemigo como país.